El mundo religioso de los grupos étnico de honduras es un sincretismo entre los saberes

espirituales prehispánicos y el catolicismo, impuesto por los españoles. Las variantes entre
las prácticas religiosas hispánicas y la de los grupos étnicos son muchas, en ellas se puede
advertir la unión entre dos mundos. Es interesante cómo la capacidad de adaptación del ser
humano alcanza aspectos tan afincados en la conciencia, como ser en qué se cree y los hechos
que la manifiestan.
Los seres deíficos son visualizados con matices propios de la cultura de cada grupo,
D. Rivas (2000) menciona que los lencas asocian a Cristo y la Virgen María con el Padre y
la Madre formadores. También, los garífunas quienes utilizan espíritus propios de sus
creencias como medios de comunicación entre los mortales y las deidades cristianas.
Además los ritos no se reducen a las misas católicas, sino que existe variedad según
el hecho celebrado y el grupo étnico. Los garífunas utilizan el dugú o el chugú como principal
ente religioso para culto a los ancestros; los Chortí que añaden al rito ceremonial la sangre
de animales; o, los Tawahkas quienes basan su culto en el chamanismo. Estos últimos y los
Misquitos poseen los mismos guías espirituales nombrados como “sukias”, quienes son
profetas de los espíritus.
Las fuertes influencias externas y las arraigadas creencias de cada pueblo, produjeron
una variante religiosa que posee una particular visión del mundo.