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El documento describe el uso del enfoque cognitivo-conductual y el modelo transteórico de motivación al cambio de Prochaska y DiClemente para las intervenciones psicoterapéuticas con jóvenes con adicción a drogas. Se utilizará este enfoque debido a que permite tratamientos breves y enfocados en el cliente. El modelo transteórico identifica cinco etapas de cambio y varios procesos de cambio cognitivos y conductuales que serán la base del tratamiento. Finalmente, el documento lista varias té
Исходное описание:
Enseñanza acerca de los principios del Método de estudio conocido como inductivo
El documento describe el uso del enfoque cognitivo-conductual y el modelo transteórico de motivación al cambio de Prochaska y DiClemente para las intervenciones psicoterapéuticas con jóvenes con adicción a drogas. Se utilizará este enfoque debido a que permite tratamientos breves y enfocados en el cliente. El modelo transteórico identifica cinco etapas de cambio y varios procesos de cambio cognitivos y conductuales que serán la base del tratamiento. Finalmente, el documento lista varias té
El documento describe el uso del enfoque cognitivo-conductual y el modelo transteórico de motivación al cambio de Prochaska y DiClemente para las intervenciones psicoterapéuticas con jóvenes con adicción a drogas. Se utilizará este enfoque debido a que permite tratamientos breves y enfocados en el cliente. El modelo transteórico identifica cinco etapas de cambio y varios procesos de cambio cognitivos y conductuales que serán la base del tratamiento. Finalmente, el documento lista varias té
Fundamento Teórico Metodológico En Las Intervenciones
Psicoterapéuticas
Tomando como referencia las características de la población, su tendencia a la
poca permanencia en los procesos de rehabilitación, así como la duración del proceso de intervención la cual consiste en un mínimo de 6 meses residenciales, se utilizará para efectos de tratamiento el enfoque psicológico cognitivo conductual, por su característica terapéutica al ser una intervención breve y enfocada en el cliente, además de poder mantener un visión y compresión de los actos y conductas observables del joven con problemática de adicción así como de sus procesos mentales (cogniciones, sensaciones, pensamientos, memoria, motivación) y todos aquellos procesos que permiten explicar la conducta en contextos concretos (Becoña, 2007), (Becoña y Cortez, 2010).
Además la terapia desde un enfoque cognitivo conductual, permite mirar al
sujeto desde sus pensamientos, conductas y emociones, para comprender como estas influyen en el proceso de adicción y/ o acercamiento a conductas de riesgo y desde ahí realizar un proceso de tratamiento desde la necesidad inmediata del sujeto acorde a su situación.
“La adolescencia es un período caracterizado por el cambio en las distintas
facetas de la vida, y supone el paso gradual de la infancia a la adultez. En esta etapa del desarrollo, la persona tendrá como una de las principales tareas la elaboración del concepto de “sí misma”, de su identidad, frente a la confusión reinante en su vida en ese momento (Erikson, 1977).” (Becoña y Cortez, 2010, pag. 47).
De aquí la importancia de saber y comprender como sienten, piensan y actúan
los jóvenes con problemática de adicción a drogas en su proceso de formación de la identidad y toma de decisiones, así como identificar su tendencia a caer en conductas de riesgo, conociendo las variables que aumentan y disminuyen la probabilidad de consumo de sustancias, así como aquellas que facilitan o dificultan que el mismo se mantenga a lo largo del tiempo, con el objeto de desarrollar un tratamiento dirigido a la prevención y tratamiento de las adicciones.
De igual manera se empleara el modelo el modelo transteórico de Prochaska
y DiClemente ya que según Becoña y Cortez, 2010, de los modelos que se han desarrollado desde la perspectiva del cambio como proceso el que más apoyo ha tenido ha sido el modelo transteórico de Prochaska y DiClemente (1992), a que este planteamiento, formulado por Prochaska y DiClemente en los años ochenta (Prochaska y DiClemente, 1982, 1983, 1985), es un modelo tridimensional que proporciona una visión global y al mismo tiempo diferenciada del cambio a partir de la integración que realiza de estadios, procesos y niveles de cambio. Los estadios identifican los diferentes niveles de predisposición al cambio que puede mostrar una persona cuando se plantea modificar su conducta adictiva.
“El situar a la persona en el estadio más representativo de los cinco que se
proponen, permite evaluar cuándo es posible que ocurran determinados cambios de intenciones, actitudes y conductas (Tejero y Trujols, 1994).
Finalmente, los niveles de cambio ponen de manifiesto hasta qué
profundidad es necesario trabajar con una persona para que pueda iniciarse y consolidarse el cambio, o lo que es lo mismo qué cambios se necesitan para abandonar o reducir la conducta adictiva. ” (Becoña y Cortez, 2010, pag 66).
De igual manera Prochaska y Prochaska (1993) en Becoña y Cortez, (2010)
definen los procesos de cambio como “una actividad iniciada o experimentada por un individuo que modifica el afecto, la conducta, las cogniciones o las relaciones interpersonales”. Estos procesos, que incluyen tanto actividades cognitivas como conductuales, ayudan a los sujetos a avanzar en el proceso de modificación de su hábito adictivo.
Por tanto parte de la intervención psicoterapéutica se basará en los procesos
enunciados en este modelo los cuales consisten en promoveer:
1. Aumento de concienciación. El paciente intensifica el análisis que realiza
en torno a los problemas asociados a su conducta adictiva y los beneficios que obtendría si modifica esos hábitos.
2. Autorreevaluación. Consiste en una valoración afectiva y cognitiva de la
conducta adictiva en torno a cómo afecta esa conducta a sus valores y manera de ser, así como también en lo relativo a los beneficios que se derivarían del abandono de la conducta adictiva.
3. Reevaluación ambiental. Consiste en una valoración del impacto que está
teniendo el consumo de drogas en la gente que le rodea y en las relaciones interpersonales y cómo cambiarían si dejara de consumir drogas.
4. Alivio dramático. Hace referencia a la experimentación y expresión de las
reacciones emocionales derivadas de la concienciación de las consecuencias negativas que se derivan del consumo de drogas.
5. Autoliberación. Representa un compromiso personal caracterizado por un
aumento de la capacidad de elegir y tomar decisiones, desde la creencia de que uno mismo es un elemento esencial en el proceso de cambio. Implica también la creencia de que se pueden adquirir las habilidades necesarias para cambiar. 6. Liberación social. La capacidad de toma decisiones aumenta también por la toma de conciencia de la representación social de la conducta adictiva y de la voluntad social de combatirla.
7. Manejo de contingencias. Es una estrategia conductual que consiste en
hacer aumentar o disminuir la probabilidad de ocurrencia de una conducta a través del refuerzo o del auto-refuerzo.
8. Relaciones de ayuda. Consiste en la utilización del apoyo social con el que
cuenta la persona para superar su adicción. El paciente confía en alguna persona del entorno para abordar su problema.
9. Contra condicionamiento. Consiste en la modificación de las respuestas
condicionadas al consumo de drogas de tipo conductual, cognitivo y fisiológico. Lleva consigo la emisión de conductas alternativas al consumo de drogas.
10. Control de estímulos. Se caracteriza porque la persona evita la exposición
a situaciones de alto riesgo para el consumo. Tomado de Becoña y Cortez, 2010.
Tomando como referencia lo anteriormente citado se puede decir que en
términos generales, los procesos de cambio de carácter cognitivo se asocian con los primeros estadios de precontemplación, contemplación y preparación donde se abordan los aspectos asociados con el aumento de la concienciación, el alivio dramático, la reevaluación ambiental, la autorreevaluación, y la autoliberación. Siendo más pronunciada la inclusión de los procesos de cambio de carácter conductual en los estadios de acción y mantenimiento, en los cuales se trabaja desde estrategias conductaules como el manejo de contingencias, las relaciones de ayuda, y el contracondicionamiento, trabajando con el sujeto desde el estadio de cambio en cual se encuentre.
Cabe agregar que el fin de enfocar el tratamiento psicológico desde el enfoque
cognitivo conductual, a través del modelo transteorico de motivación al cambio, se basa en que el sujeto mantenga un rol activo en su proceso de rehabilitación, donde desarrolle la habilidad de tomar sus propias decisiones y lleve a cabo su proceso de autocontrol, además del manejo de reforzadores y consecuencias, siendo consciente de su enfermedad de adicción, por tanto el empleo de estos dos enfoques permiten a los jóvenes entender y participar en los procesos de cambio y de esta manera progresar a lo largo de las etapas de cambio.
Técnicas Psicoterapéuticas
Tomando como referencia el Manual De Adicciones Para Psicólogos
Especialistas En Psicología Clínica En Formación (Becoña y Cortez, 2010) y la discusión teórica anteriormente realizada, se llevaran a cabo las siguientes técnicas de intervención:
1. Charlas psicoeducativas: con el fin de Incrementar el proceso de toma
de conciencia, control de estímulos y liberación social, porque proporciona información con respecto al uso de sustancias y sus potenciales efectos y consecuencias. 2. La clarificación de valores. El objetivo es que el joven defina sus valores así como las cosas que más valora en la vida, para analizar la incompatibilidad con el consumo de drogas. Con ella, se consigue incrementar el proceso de cambio de autorreevaluación. 3. Solución de problemas: con la finalidad de incrementa la autoeficacia. 4. Establecimiento de metas: Se trata de que los usuarios diferencien entre objetivos realistas y no realistas. Esto con el objetivo de incrementar el proceso de auto liberación, la conducta proactiva, fomentando en el joven el compromiso con el cambio. 5. Técnicas de relajación. Sustituir la ansiedad por la calma a través de esta técnica incrementa el proceso de cambio de contracondicionamiento. 6. Entrenamiento en asertividad. Con el fin de que el usuario aprenda a responder con éxito a los ofrecimientos de consumo de drogas y conductas de riesgo. Incrementando los procesos de contracondicionamiento proporcionando respuestas saludables en lugar de consumir drogas. 7. Role-playing. Con la práctica de nuevas conductas se mejora el proceso de cambio de contracondicionamiento sustituyendo las conductas de consumo o poco asertivas por alternativas saludables. 8. Técnicas cognitivas/ Debates/ restructuración cognitiva identificación de pensamientos irracionales Con la finalidad de Incrementar los procesos de aumento de la concienciación, autorreevaluación, reevaluación ambiental, autoliberación, contracondicionamiento y manejo de contingencias. 9. Reestructuración de su ambiente. Su objetivo es que los jóvenes puedan modificar determinados ambientes o eviten situaciones de alto riesgo. La finalidad es que el usuario incremente los procesos de cambio de control de estímulos identificando otras alternativas. 10. Clarificación del rol. El propósito con esta técnica es abordar los conflictos entre compañeros de trabajo cuando alguno de ellos es también consumidor de drogas. La idea es que el joven aprenda a identificar el rol que ocupa y cómo el consumo de drogas puede afectarle en este aspecto y motivar o incrementar el proceso de cambio. 11. Reforzamiento. Con la finalidad de fortalecer el manejo de contingencias y el incremento de la conducta funcional o asertiva. 12. Entrenamiento en habilidades sociales y mejora de las habilidades de comunicación. Cuyo propósito es que el joven aprenda sobre el manejo de las habilidades e incremente el proceso de cambio de relaciones de ayuda, expandiendo de ese modo sus redes de apoyo. 13. Clarificación de necesidades. Se trabajara con la intención de que el joven a reevalue varias áreas de su vida y detecte cuál de ellas necesita mejorar.. 14. Evaluación y feedback. La finalidad es identificar el nivel de conciencia sobre la enfermedad de la adicción o de su forma de consumir, observando de forma más realista la verdadera extensión de su consumo de drogas y sus consecuencias biopsicosociales.