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En una de las primeras cartas de Las penas del joven Werther se lee:“todo se diluye
entonces ante mis sentidos, y sonrío y así continúo soñando por el mundo” (Goethe, 1999:
21). El sueño, como resistencia al malestar de la modernidad, crea nuevos mundos
imaginarios en el terreno interior de la mente. La poesía de Oswald de Andrade (“contra
Goethe”) presenta una ruptura con esta tradición romántica y sale en busca de “la existencia
palpable de la vida” (Andrade, 2008: 40): la poesía yace en las “casuchas de azafrán y ocre en
los verdes de la Favela, bajo el azul cabralino, son hecho estéticos (ibídem: 19). Se trata de
“abandonar la biblioteca y salir a las calles. Dejar a un lado las prácticas de gabinete -en
donde la cabeza se inclinaba sobre los libros- para mezclarse en las voces y paisajes de las
ciudades, en un caos de pies y piernas (Aguilar, 2018: 77) en el que se disipen lo más
posibles los límites que separan a esa “vida palpable” de la obra poética.
El poema “ideal bandeirante” presenta un paisaje citadino desde un nuevo punto de
vista: “la historia comercial de Brasil” (Andrade, 2008:). Alejado del romanticismo que
enaltece la naturaleza y del simbolismo baudelaireano que exalta la vida urbana, “ideal
bandeirante” presenta una voz imperativa que inscribe a la palabra poética en una lógica
mercantil: “Tome este automóvil/Y vaya a ver el Jardín New Garden/Después regrese a la
calle Buena Vista/Compre su lote/ Registre su escritura/Buena firme y valiosa/ Y viva en ese
barrio romántico” (Andrade, s/f: 5). A través de la enumeración de los verbos imperativos de
“tomar”, “ir” “regresar”, “comprar”, “registrar” y“vivir”, el poema deja ver una progresión
transitiva hacia una vida que culmina en una inmersión en una lógica legal y comercial.
Asimismo, “aperitivo” retoma esta idea de la urbe como paisaje en un escrito que esta vez
concluye en una “ciudad sin mitos” (ídem) : “La felicidad anda a pie/En la plaza Antonio
Prado/Son azules 10 de la mañana/ El café se esparce como la mañana en los rascacielos”
Cigarrillos Tiete/Automóviles/La ciudad sin mitos” (ídem). Lo tangible supera al mito a
través de un recorrido “a pie” por la ciudad. El humo del “café que se esparce”, de los
“cigarrillos Tiete” y de los “automóviles” producen una imagen poética de aromas citadinos
que evocan una suerte de rutina laboral (el café, el cigarrillo y el transporte de la mañana para
trasladarse a la oficina en los rascacielos). Desde el detalle, “aperitivo” es una muestra de
aquello que Schwartz llamó la “concisión lapidar” (2002: 187) de Oswald de Andrade que se
deja ver a través de un prosaísmo sintético. Como se lee en el Manifiesto Pau-Brasil, la nueva
poesía antropofágica debe ir “por la síntesis; contra la morbidez romántica” (Andrade, 2008:
23). Se trata, vemos, de una escritura que se sumerja en los paisajes de la ciudad para hacer
poesía de sus hábitos y costumbres.
2. Hablar difícil
. Estos hechos estéticos son, en cierta forma, una potencia visual que carga a la palabra
poética la cual abandona el terreno de lo inmaterial y de las ideas para inscribirse en “la
historia comercial de Brasil” (ídem) . El poema “aperitivo” presenta una ciudad
una cuestiona una tradición Si, según Haroldo de Campos, la obra de Oswald de
Andrade destruye (desacraliza) y construye (re-jerarquiza) (Andrade, ****: 24) La
“tradición” que cuestiona el movimiento antropofágico Si la vanguardia busca destruir una
tradición institucional para empezar de cero, entonces la corriente antropofágica realiza una
destrucción asimilativa del pasado y construye sobre sus ruinas un nuevo arte. A partir de
los manifiestos y la “poesía Pau-Brasil” de Oswald de Andrade, el propósito de este trabajo
será ver que el gesto vanguardista del movimiento antropofágico el quiebre de los límites
Como señala Cámara, en Si “la conquista construyó a un indio puro que asimiló al
habitante del Paraíso” y “también construyó la imagen del indio bárbaro y caníbal
“El arte del siglo XX tiende a centrarse en el acto y no en la obra, porque el arte, al
ser potencia intensa de comienzo, sólo se piensa en presente” (Badiou, 173: 2005).
de un nuevo planteo una frontera entre un que se busca atravesar para dejar atrás
Toda vanguardia
“esta gente es muy mansa y muy temerosa, desnuda (...)sin armas y sin ley”
“En el límite, el arte no sería un instrumento con el que descubrir factores ocultos de la
realidad: él mismo sería parte de la realidad caracterizada por su inexistencia, o mejor, por
una existencia siempre virtual” (Bürger, ****: 9)
Vanguardia como un gesto que construye. no solo critica.
El gesto de Oswald de Andrade a través de la antropogafia es la de una destrucción
asimilativa: se vuelve al pasado, al mito, para reescribirlo: reescritura del origen. Como
señala Aguilar la figura del indio cumple el rol de separación romántica no solo en la
contraposición indio bueno indio salvaje sino que se trata de volver al pasado
no se trata de una tábula rasa
La destrucción del pasado, ingerirlo para absorverlo y crear así un nuevo cuerpo, un nuevo
arte vanguardista. Para eso, veremos cuáles son los planteos que se llevan a cabo a través de
los manifiestos y, luego, cómo eso infiere en la conformación de un nuevo lenguaje poético.
Separación con el romanticismo tiene un doble gesto. El de ruptura con la visión del indio
romántico como el “indio del paraíso” que la conquista hizo de élEl encierro del hombre en la
realidad de la vida fue para el Romanticismo alemán el motor de escritura para crear una vía
de escape. El sueño y el terreno de lo interior los “defiende de la monotonía y de la rutina de
la vida; una libre expansión de la vida encadenada” (Novalis, 1995:92). La literatura se
vuelve el escenario de un desvío con una nueva dirección subjetiva hacia la profundidad
impenetrable de la mente, hacia un pasado nostálgico.
La reescritura del mito supone, en cierta forma, la reescritura de un origen. En Macunaíma
(1911) d e Mario de Andrade, la vuelta al pasado se lleva a cabo a partir de una
desarticulación: un gesto vanguardista que propone una relectura del archivo nacional y
originario. En su búsqueda por “trabajar y descubrir (...) la entidad nacional de los brasileños”
(Haroldo, 2004: 66) Andrade encuentra en la figura del indio una posibilidad para la ruptura
con la tradición romántica: destruye el estereotipo para crear sobre sus ruinas un “héroe sin
carácter” ni identidad definida.
“Se desea creer que en sus comienzos las cosas estaban en su perfección; que salieron
rutilantes de las manos del creador” (Foucault, s/f: 2) Tras la búsqueda de un origen hay un
esfuerzo “por recoger allí la esencia exacta de la cosa, su más pura posibilidad, su identidad
cuidadosamente replegada sobre sí misma” (Foucault, ****: 2).