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Uno de los sucesos más violentos en la década del 90 tuvo como protagonista a Danilo Vargas

Portugal, conocido como El Fantasma.  Acusado de asesinar a su compañero de pandilla en


1996, fue  sentenciado a 30 años de prisión  recién en 2001. En 2003 fue procesado por el
 crimen de José Suárez en el penal de San Pedro, donde también acuchilló a decenas de
personas. Fue trasladado a la cárcel  de máxima seguridad de  Chonchocoro en 2005, donde
fue acribillado en febrero  de 2007.

El periódico Hoy, en su sección Crónica Policial del 19 marzo de 1996, relató cómo Vargas
Portugal,  fundador de la pandilla Mara Queen, asesinó a Wilson Gutiérrez, de 23 años,
utilizando un arma de fuego en la zona de Pampahasi. "Cuando los cuatro (pandilleros) se
dirigían a enfrentarse con otro grupo, enceguecido por el alcohol y las drogas, El Fantasma,
inexplicablemente, sacó su escopeta y disparó dos veces contra su amigo, causándole la
muerte”, publicó entonces el matutino. 

Ese matutino revelaba días después cómo El Fantasma había adquirido el arma: "Las
investigaciones dieron cuenta que compró la escopeta en 200 dólares en una ferretería en la
avenida Montes. Para poder usarla y esconderla hizo recortar el caño…”.

Nacido en Bolivia en 1978,  Danilo Vargas  pasó la mayor parte de su vida en el Condado de
Arlington, estado de  Virginia, Estados Unidos. Ahí fue miembro de la Mara 18 de la calle
Persing.

 Por cargos de asalto a mano armada, fue enviado a una correccional de menores, pero la
justicia estadounidense le dio la opción del encierro o la deportación. Eligió ser deportado en
noviembre de 1995, cuatro meses antes de asesinar a Gutiérrez (23) y con 17 años recién
cumplidos.

Tras la muerte de  Gutiérrez, el periódico Última Hora accedió al entonces jefe de la División de
Homicidios, Daniel Enríquez, quien informó que el cuerpo de la víctima tenía un orificio en el
tórax y la cabeza destrozada. "Luego, con el requerimiento del fiscal, se ingresó al domicilio de
Danilo Vargas, en la calle 4 de Villa San Antonio, donde se encontró una escopeta calibre 16,
varios proyectiles, marihuana y  pipas”.

El 23 de marzo de 1996, la sección de crónica roja de Última Hora, denominada Identikit,


publicó una entrevista exclusiva con El Fantasma, bajo el título "Ahora estoy arrepentido”. En
sus declaraciones afirmaba no recordar absolutamente nada de lo sucedido, se excusaba por
 haber estado drogado   y narraba cómo era su vida  de pandillero en Virginia. Comentaba que
volvió a La Paz para trabajar en un taller mecánico y rehabilitarse. "Sin embargo, en Bolivia
todo es barato y aproveché mucho de la droga que se vende en la universidad”, confesó
entonces.   

"No pensé que las drogas me pudieran controlar tanto y empujar a quitarle la vida a una
persona. Por eso, cuando salga-dentro de muchos años- voy a volver a Estados Unidos para
ingresar en el ejército y rehabilitarme. Quiero cambiar”, declaró. 

La Policía Técnica Judicial esclareció el caso en 1996 y El Fantasma fue llevado


inmediatamente al penal de San Pedro. Pese a eso, como un claro ejemplo de retardación de
justicia, su sentencia de 30 años recién fue declarada el año 2001. Durante todo ese tiempo
Danilo  protagonizó una serie de sucesos en el penal de San Pedro. El periódico La Prensa
informó el 30 de octubre de 1998 que Vargas "fue diagnosticado con síndrome por sobredosis
de estupefacientes”. 

El mismo medio develó que durante su encierro  en San Pedro,  El Fantasma se dedicó a
traficar  drogas en pequeñas cantidades, razón por la cual tenía cargos por narcotráfico,
además de "acuchillar a decenas de personas en pequeños pleitos”. 

A causa de esos problemas,  fue trasladado al penal de máxima seguridad de Chonchocoro a


principios de 2005. En julio de ese año, según informó La Prensa, los presos de San Pedro
rechazaron "con furia” su posible retorno.

En los expedientes del juzgado, en 2007, La Prensa  encontró memoriales de Vargas Portugal
 con una particular solicitud: "Iniciar la crianza de conejos como terapia ocupacional, porque
necesitaba una fuente de ingresos para aportar a su esposa e hija, su razón para luchar”.  El
17 de noviembre de 2006 cumplió 28 años, y el 5 de diciembre se graduó de la secundaria en
prisión, hecho que se encargó de comunicar a los jueces.

En 2007, año que murió Danilo Vargas, Juan Antonio Cebrián publicaba el libro Psicokillers,
una obra que narra historias de los asesinos más famosos de la historia. El vampiro de
Dusseldorf; el carnicero de Hannover, Jeane Weber, la estranguladora de París, el depredador
de Seattle son algunos de los personajes  retratados por el autor.

El final de El Fantasma de La Paz fue tan violento como su vida misma. "En febrero de 2006,
Danilo Vargas Portugal infligió cuatro heridas punzocortantes a su rival Rodrigo Frías Velasco.
Entonces, el director del penal de Chonchocoro, Félix Solíz, convocó a los delegados de las
 diferentes secciones de la cárcel y obtuvo el compromiso  que no habría vendetta”, publicaba
La Prensa. "Por las heridas causadas a Frías, El Fantasma fue sancionado con  60 días de
encierro  en un régimen riguroso en la celda RC-4, con una hora de sol al día”, agrega la
publicación.

"A las 14:40 del 7 de marzo de 2006 el celador Luciano Alanoca informó que Danilo se había
amarrado al cuello una sábana sujetada de la ventana, amenazaba con ahorcarse y exigía
entrevistarse con el director del penal”. Sólo se trató de un amago de suicidio, El Fantasma
planteó su queja ante el juez Cuarto de Ejecución Penal en la que denunciaba que "casi
siempre se mantenía sancionado”. "Confieso que ni siquiera un animal puede soportar tanto
suplicio que vengo padeciendo como consecuencia de tanto encierro”, escribió.

Esa misma época llegaron a Chonchocoro reos del penal de Palmasola, de Santa Cruz,
quienes tenían pugnas contra "los collas”, de quienes Vargas Portugal era amigo, según datos
de su expediente.  El 28 de febrero de 2007, la Agencia de Noticias Fides con el título:
"Fantasma muere en la cárcel” informaba. "El Fantasma, de 28 años de edad , fue acribillado
ayer en el penal de máxima seguridad de Chonchocoro por Felix Llusco, quien utilizó un
revolver calibre 38 y descargó tres tiros en la espalda  del recluso que cumplía una pena de 30
años…”.

 Vargas Portugal  fue uno de los criminales  tristemente célebres de La Paz .   A su muerte, el
entonces director del Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos, responsabilizó a la Policía por la
muerte de Danilo. "Si entran armas a un penal,  es responsabilidad de la Policía”, afirmó en
aquel entonces a La Prensa.

Tras su deportación de EEUU, El Fantasma sólo conoció por cuatro meses la libertad en La
Paz. Asesinó a su amigo cuando apenas tenía 17 años y falleció meses después de cumplir los
28 años, en su propia ley. La historia del personaje  podría ser una más de las narradas en
 Psicokillers. 

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