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matemática”.
Andrea Novembre y Paola Tarasow
Introducción
La necesidad de “articular entre la escuela primaria y la secundaria” es una idea muy
presente, sobre todo para los maestros de 7º grado1. El discurso preponderante en los
docentes de los últimos grados de la escuela primaria es que dan cálculos combinados y
ecuaciones para ayudar a los alumnos en la escuela secundaria, ya que son contenidos
que se les pide saber al año siguiente o en algunos exámenes de ingreso. Una idea que
circula es que, cuánto más aprenden sobre estos temas, “la articulación funciona” pues
se los prepara mejor para afrontar el próximo nivel y se evita el fracaso en primer año.
Nos proponemos, en este artículo, hacer un análisis crítico acerca de concebir la
articulación en estos términos y pensar en otros caminos posibles. Para ello es
necesario que establezcamos cuál es nuestra posición con respecto a la enseñanza y el
aprendizaje de la matemática.
1
Como hay diversas estructuras curriculares vigentes en nuestro país, usaremos la que corresponde a la
Ciudad de Buenos Aires. Cuando nos referimos a 7ª grado, estamos hablando del último año de la
escolaridad primaria o básica. Por otro lado, cuando mencionamos 1ª año, queremos decir el primer año
de la escuela media.
2
Wolman, S. y Quaranta, M. (2006)
1
teorías, que los intercambie con otros, que reconozca los que están conformes con la
cultura, que tome los que le son útiles, etc.”3
3
Brousseau, Guy (1986)
4
Para profundizar acerca de los contextos intra y extra matemáticos en el que se proponen
los problemas, sugerimos la lectura del último capítulo del libro de Patricia Sadovsky (2005).
2
De manera general, pareciera que hacer evolucionar los conocimientos se interpreta
como “agregar mecanismos” y no se apunta a profundizar la complejidad de las
relaciones matemáticas a establecer.
5
Una proposición es una afirmación sobre la que es posible decir si es verdadera o falsa.
3
comprender ecuaciones donde aparecen variables en ambos lados del signo igual, ya
que la interpretación como cálculo aritmético deja de ser válida.
Cuando se habla de pasaje de términos o de aplicar la propiedad uniforme queda oculta
una cuestión importante: las transformaciones que se pueden hacer a una ecuación son
las que conservan el conjunto solución. De esta manera es posible obtener las siguientes
implicaciones:
Si 3x + 5 = 11, entonces 3x = 6.
Si 3x = 6, entonces 3x + 5 = 11.
debido a que ambas ecuaciones tienen el mismo conjunto solución.
No vamos a seguir profundizando sobre las ecuaciones, pero creemos que hemos dado
razones suficientes para mostrar la complejidad que encierra el concepto como para ser
tratado con alumnos de 12 o 13 años.
Otro de los temas que se aborda en 7º grado a modo de articulación son los cálculos
combinados. En general, se proponen actividades que se reducen a la aplicación de
algoritmos (separar en términos, resolver productos y cocientes, sumas y restas).
Un ejemplo de este tipo de cálculo es:
3 7 1 1 3 5 4
4 3 2 5 4 3 5
¿Cuál es el trabajo matemático de un alumno cuando resuelve este tipo de cálculos?
Para resolverlo es necesario utilizar un conjunto de reglas, muchas basadas en
convenciones. Es un ejercicio donde el alumno no tiene que tomar decisiones, no hay
incertidumbre, no hay anticipación ni un control. La única forma que ellos tienen de
controlar sus resultados es con el docente o con un libro que les diga cuál es la
respuesta, creando una situación de dependencia.
Cuando no se obtiene el resultado correcto, se lo vuelve a resolver o simplemente se
pone “mal”. No hay, habitualmente, una reflexión sobre lo hecho, sobre el origen de los
errores, sobre las propiedades de las operaciones puestas en juego, etc.
De ningún modo queremos decir que el trabajo con cálculos debería estar ausente.
Pensamos que hay formas de presentarlos que admiten un trabajo matemático diferente
del que acabamos de describir.
Un ejemplo es el uso de la calculadora: utilizar una científica y una común para hacer
un mismo cálculo y analizar la diferencia entre los dos resultados. Claramente, ambos
no pueden ser correctos y el “error” proviene de que la calculadora común no separa en
términos, sino que opera en forma secuencial.
Sabemos que sería necesario un análisis más profundo, pero no es el objeto de este
artículo.
Hasta acá hemos analizado que el discurso preponderante acerca de la articulación
entre primaria y media consiste básicamente en adelantar contenidos. Los más
habituales son ecuaciones y cálculos combinados.
Luego de este análisis nos podemos preguntar si, articular, consiste necesariamente en
adelantar temas.
4
¿Qué es articular?
En el Marco General del Diseño para la Enseñanza Inicial (2000) podemos leer: “El
concepto articulación se refiere a la unión o enlace entre partes. Esto supone
reconocer que las partes son distintas entre sí- y a la vez forman parte de un todo-, por
lo que precisan ser articuladas. Este primer nivel de reconocimiento de las diferencias
conlleva a un necesario trabajo en conjunto.¨6 (el subrayado es nuestro)
Si, como veníamos diciendo, el trabajo de articulación se “reduce” a que los profesores
les digan a los maestros qué tienen que enseñar y los maestros se hacen cargo de estas
demandas, NO se está pensando en un trabajo en conjunto. Por el contrario, es necesario
que ambas instituciones se hagan cargo de esta transición.
Para comprender las condiciones de articulación entre la escuela primaria y la escuela
media es necesario pensar cuáles son las continuidades y diferencias entre ellas.
¿Es que en la secundaria se ven “temas” que no se estudian en la primaria?
En cada grado de la escuela primaria se ven contenidos que no se han visto en otros
años, sin embargo, nadie habla de articular y no se adelantan contenidos para el grado
siguiente.
¿Qué cambia, entonces, en la matemática que se enseña en primaria y secundaria?
En cuanto a las diferencias, en una primera instancia analizaremos las que no están
relacionadas con la matemática.
Una primera aproximación nos permite identificar que los alumnos, al entrar a la
escuela media, deben prepararse para una organización institucional y del trabajo
escolar diferentes: mayor número de asignaturas, fraccionamiento de horarios, trato con
diversos profesores, otros criterios disciplinarios, necesidad de mayor autonomía.
En el Documento Estudiar Matemática7 podemos leer que “la entrada a la escuela
secundaria, el tránsito por primer año, se presenta como un momento crucial en cuanto
a la construcción de hábitos de estudio. El alumno se enfrenta a un cambio de prácticas
muy importante y la escuela debe acompañarlo en ese cambio. Se modifica
fundamentalmente su relación con el docente: por un lado, ahora deberá adaptarse a
una mayor cantidad de ellos, y por otro, percibe que se espera de él una mayor
autonomía de trabajo y no tiene muchas pistas de cómo lograrla.
En la escuela primaria, el docente se hace cargo del seguimiento del trabajo diario
realizado por cada uno de sus alumnos, en contraste con la independencia que se
pretende de ellos en primer año, donde en general el seguimiento se restringe a un
control mediante pruebas o evaluaciones.”
Estas diferencias entre ambos niveles nos hacen pensar en una articulación más ligada a
lo institucional y lo escolar.
¿Podemos hacer algo en la escuela primaria para ayudar a los alumnos, a entrar, en este
sentido, “mejor preparados” a la escuela media? Creemos que sí. Proponiéndonos como
6
Diseño Curricular para la Educación Inicial. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. 2000. Pág.
34.
7
Sadovsky, Sessa, Napp y Novembre. “La formación de los alumnos como estudiantes. Estudiar
Matemática, serie: Apoyo a los alumnos de primer año en los inicios del nivel medio.” Documento
curricular de la Secretaría de Educación del GCBA. 2000. Pág. 9. Puede consultarse en la página web:
http://www.buenosaires.esc.edu.ar/areas/educacion/curricula/d2web01.pdf.
5
objetivo que los alumnos aprendan a estudiar matemática y a ser cada día más
autónomos, planteando actividades de revisión de los cuadernos o carpetas, propuestas
que los obliguen a volver hacia atrás, revisando los problemas ya resueltos, analizando
los errores, elaborando individualmente o en grupos conclusiones a partir de lo
realizado, etc.
Ahora, en relación a los conocimientos matemáticos, ¿qué diferencias encontramos
entre ambos niveles?
En la primaria el acento está puesto en la aritmética; en la secundaria, en el álgebra. Por
esto, el pasaje entre ambos niveles significa para el alumno transformaciones
importantes. Una de ellas implica pasar de tratar con números sueltos a tratar con
relaciones. El documento Estudiar Matemática amplía el análisis: “Efectivamente, el
pasaje de la aritmética al álgebra supone rupturas esenciales con respecto a las
prácticas que los alumnos venían desarrollando. ¿A qué nos referimos?
Los estudiantes vienen de una larga tradición de resolución de problemas aritméticos.
Frente a los mismos, cuando se trata de problemas de varios "pasos", los niños
aprendieron a seleccionar algunos datos y una operación a través de la cual
relacionarlos para obtener alguna incógnita intermedia; luego relacionar esta
incógnita con otros datos a través de alguna otra operación, y así hasta llegar a la
incógnita buscada. Es decir, los alumnos conciben una resolución paso a paso y los
datos intermedios que van obteniendo tienen algún sentido en términos del problema
que están resolviendo. La resolución algebraica de un problema que se resuelve a
través de ecuaciones, exige en cambio, explicitar de entrada las relaciones entre
incógnitas y datos y luego hacer un tratamiento independiente del contenido del
problema para resolver las ecuaciones involucradas. Esto supone renunciar a un
sentido (en términos del contenido matemático o extra matemático del problema) para
controlar el trabajo a través de otro (el del tratamiento algebraico basado en
propiedades de las operaciones). Se trata de algo difícil para los alumnos que intentan
–infructuosamente – adaptar al álgebra aquello que aprendieron durante toda su
escolaridad.” 8
Todos estos aspectos que diferencian a ambos niveles deben ser integrados y respetados
en un proceso de articulación. Decimos PROCESO, porque no se trata de una ruptura
que se da de un día para el otro, no es un quiebre entre el último día de la escuela
primaria y el primero de la escuela media.
Creemos que articular es ayudar a los alumnos en su formación para que estén en
mejores condiciones para enfrentar el cambio. La mejor articulación es una buena
formación. Una buena formación no consiste solo en saber contenidos sino también en
saber cómo, cuándo, por qué, para qué usarlos, es decir, dominar aquellas cuestiones
relacionadas con el trabajo matemático:
“Frente a la resolución de un problema matemático, muchas veces, se hace evidente
que, para abordarlo, hacen falta muchos más conocimientos de los que pueden
reconocer como pertenecientes al campo teórico en que se inserta el problema. Estos
conocimientos, en general implícitos, regulan el trabajo matemático como si, de alguna
manera, “dictaran” lo que está permitido hacer (y lo que no), lo que conviene hacer (y
lo que no).”9
8
Sadovsky, 2000. Op. Cit. Página 9
9
Patricia Sadovsky (2005)
6
“Adelantar” contenidos que no se dominan no evita el fracaso.
Problema
En una división, ¿siempre que el divisor se reduce a la mitad, el cociente se
duplica?
¿Cómo pueden estar seguros?
7
Para que el docente tenga herramientas para pensar en una planificación posible del
trabajo con este problema, es necesario hacer previamente un análisis matemático del
mismo.
Si se comienza probando con ejemplos, es posible que en algún momento se encuentre
alguno donde la propiedad no se cumple, como en el siguiente caso, ya que al reducir el
divisor a la mitad, el cociente no se duplicó:
29 8 29 4
5 3 1 7
10
El divisor, al dividir por 4, es la cantidad de cuatros que el dividendo contiene.
8
número entero por lo que no tenía sentido hablar de división entera. Entonces, surge una
primera restricción:
a b
r c
b
a 2c r
2
b
Para que la última relación represente una división de divisor , el número r tiene que
2
ser menor que el nuevo divisor:
b
0r (2)
2
El número r que verifica las condiciones (1) y (2) es menor que la mitad de b.
Luego, si en una división el divisor es un número par y se lo reduce a la mitad, el
cociente se duplica siempre que el resto sea menor que la mitad del divisor.
61 10 61 5
1 6 1 12
En la siguiente división el resto, 5, es mayor que la mitad del divisor (8 ÷ 2 = 4): al
reducir el divisor a la mitad, el cociente no se duplicó y el resto cambió.
9
47 6 47 3
5 7 2 15
El análisis anterior revela cuáles son las relaciones matemáticas que se juegan en la
resolución de la situación. No estamos proponiendo que los alumnos lo escriban como
lo hemos hecho nosotras: esa es una representación para docentes.
¿Por qué elegimos este problema?
Porque
Puede ser abordado por alumnos con distintos niveles de conocimientos.
Permite el debate y confrontación de diferentes respuestas.
Puede explorarse con ejemplos y, al mismo tiempo, muestra los límites de esta
estrategia. Si no se encuentra un contraejemplo, puede llegar a creerse que la
propiedad es verdadera siempre.
Puede validarse algebraicamente a partir del análisis de expresiones aritméticas
o literales.
Este mismo problema puede producir aprendizajes muy diversos, según los objetivos que
se proponga el docente y el trabajo consiguiente que plantee a sus alumnos.
Algún maestro puede decidir que su objetivo es que sus alumnos exploren con ejemplos
para elaborar una conjetura, otros querrán que además intenten buscar una explicación
para ella, o que determinen las condiciones de validez. En otros casos, se buscará que
lleguen a una escritura algebraica o que encuentren, a partir de ella, una validación de la
propiedad en cuestión.
La planificación (los problemas, sus objetivos, las intervenciones que haga a propósito de
ellos, las conclusiones a las que quisiera llegar, etc.) se moldeará en función de las
decisiones que el docente tome respecto del punto de llegada.
Volvamos a la articulación.
El problema anterior podría ser resuelto por alumnos de 6º, 7º grado, 1º, 2º año, etc. Si
logramos que comiencen a trabajar con estos problemas desde la escuela primaria,
entonces estarán muchísimo mejor preparados para enfrentar la escuela secundaria que,
por ejemplo, habiendo trabajado con ecuaciones de manera algorítmica.
El problema que presentamos es solo un ejemplo de una situación fértil para trabajar en
la articulación. Hay muchos otros problemas que cumplen con las mismas condiciones.
A lo largo del trabajo hicimos referencia a cuáles son las prácticas más habituales
relacionadas a la articulación entre la escuela primaria y la escuela media en
10
matemática. Analizamos algunos límites de estas prácticas y propusimos una actividad,
que, a nuestro entender, logra sí articular el trabajo entre ambos niveles.
Quisiéramos ahora finalizar con algunas de esas ideas que fuimos planteando a modo de
síntesis:
11
Bibliografía
Brousseau, Guy (1986) Fundamentos y Métodos de la Didáctica de las Matemáticas.
Córdoba, Argentina. Facultad de Matemática, Astronomía y Física. Universidad
Nacional de Córdoba.
Brousseau, Guy (1991). ¿Qué pueden aportar a los enseñantes los diferentes enfoques
de la Didáctica de las Matemáticas? (Segunda parte) IREM, Université de Bordeaux,
Francia.
12