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Price, Vicent (1994), “La opinión pública. Esfera pública y comunicación”, Barcelona,
Paidós 1994: El concepto de público, pp.39-64.
Concepto propuesto hasta el siglo XVIII. Sin embargo antes de ello se hicieron muchas
aproximaciones a la teoría moderna sobre la opinión pública. Ej.: La filosofía política de la
antigua Grecia trataban los problemas y beneficios del gobierno popular.
Platón rechazaba los presupuestos de los políticos democráticos, ya que esté insistía en que
la filosofía era la única rectora de los asuntos humanos. Por su parte Aristóteles pensaba
que los sentimientos colectivos podrían llegar a una especie de sentido común a asuntos
políticos.
Hasta el siglo XVII en las filosofías democráticas y liberales se conjugan las definiciones
opinión pública y significado político. Existieron dos sentidos de la palabra opinión. El
primero aún es vigente (Habermas 1934, 1989), este va más de un lado epistemológico y
para hallar la distinción entre un juicio de un asunto de hecho o algo incierto de algo que se
sabe ser cierto por demostración o fe.
Opinio, noción tomada de la expresión latina en primer sentido, se refiere a una cuestión de
opinión más que de un hecho. Cuando la sociedad cobra conjunto, el termino en sentido
despectivo genera expresiones como –opinión común-, opinión general y opinión vulgar.
En segundo sentido con connotaciones modernas el papel de opinión popular se destaca
como una clase informa de presión social y control social. La forma de comprender la
opinión queda supeditada a los escritos de Locke en el cual se identifica tres leyes generales
que gobiernan la conducta humana.
Ley divina
Ley civil
Ley de opinión o reputación
En este segundo sentido de opinión se va más allá que considerarlo una forma de
conocimiento, se considera una forma de condenar (en este sentido la opinión llega a ser
perjudicial y no racional).
La relación de público y opinión es una expresión que se utiliza en referencia a los juicos
que afectan la toma de decisiones políticas, económicas y sociales europeas. El porvenir de
la imprenta y el desarrollo tecnológico trae consigo un incremento de comerciantes y
alfabetización. Se reemplaza el sistema de mecanazgo, en este reemplazo los autores y
artistas dependían del apoyo popular.
Los individuos deberían ser libre de seguir sus propias preferencias en todos los aspectos de
la vida: religiosos, económicos y políticos. (Held, 1987, págs. 51-54)