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INDICE.

 Introducción
 Antecedentes
 Planteamiento de la problemática en México
 Estadísticas
 Acciones gubernamentales
 Centros
 Conclusiones personales
Introducción

La presencia y el consumo de sustancias psicotrópicas no es algo nuevo en


ninguna sociedad. Por el contrario, su existencia está documentada en la historia
de la mayoría de las culturas, con variaciones en los tipos de drogas, los patrones
de uso, sus funciones individuales y sociales y las respuestas que las sociedades
han ido desarrollando a través del tiempo. Las sustancias psicoactivas eran
usadas en la antigüedad dentro de las prácticas sociales integradas a la medicina,
la religión y lo ceremonial.

La ambivalencia social hacia las sustancias adictivas encuentra su mejor


expresión en el antiguo vocablo griego pharmakon, que significa tanto medicina
como veneno, algo que salva o quita la vida.

El uso de sustancias que alteran los estados de conciencia se ha ido presentando


desde tiempos inmemoriales de manera diversa y puede ser caracterizado como
un consumo ritual/cultural, médico/terapéutico, social/recreacional u
ocupacional/funcional. Las formas de uso de drogas pueden fluctuar de acuerdo
con numerosos factores individuales y sociales.

Así, los patrones tradicionales de uso fueron desapareciendo a través del tiempo y
el contexto y las formas de consumo cambiaron. Las transformaciones y conflictos
geopolíticos y económicos, aunados a los intereses y ramificaciones de la
producción y distribución internacional de sustancias, contribuyeron a que el
consumo fuera adquiriendo un carácter desintegrador. Lo que imprime una
especificidad e importancia al tema de las drogas en la actualidad es la forma en
que se presentan sus patrones de producción y distribución a nivel mundial, los
efectos económicos, sociales y en la salud vinculados a esas sustancias, así como
su carácter ilícito, su impacto en las instituciones y la relevancia del tema en la
agenda y relación política de los gobiernos. El fenómeno de las drogas ilícitas no
puede ser visto fuera del contexto del desarrollo de modelos económicos,
tecnológicos, sociales y políticos contemporáneos, de la creciente globalización y
sus consecuencias en la comunicación y en la transformación de estilos de vida y
valores tradicionales.

Se ha señalado que el consumo de drogas y las políticas han ido cambiando a


través del tiempo, en especial en ciertas sociedades como la de Estados Unidos.
Las actitudes hacia las sustancias y su demanda son cambiantes y se ven
influidas por numerosos factores culturales, económicos y sociales en un país o
región; a esto se agrega la oferta y accesibilidad de las sustancias y el marco de
control legal y social que rodea al consumo. La percepción del público hacia
distintas sustancias y su mayor o menor rechazo en muchas sociedades, pero no
en todas, condiciona la toma de decisiones políticas hacia su control: En otros
casos, el proceso es inverso y la política de control tiene como consecuencia el
que se busque otras drogas, incluso más dañinas, o que se produzca un rechazo
de la sociedad hacia la política. Un ejemplo es la reacción de la sociedad
norteamericana a la prohibición del alcohol en este siglo.

La preferencia hacia ciertas drogas presenta una dinámica, así como las
respuestas gubernamentales a través del tiempo. Desafortunadamente, éstas han
estado guiadas con frecuencia por pugnas morales y políticas en lugar de basarse
en el conocimiento científico de los efectos en la salud, los impactos sociales y los
riesgos individuales específicos de cada tipo de sustancia. Este conocimiento,
puesto al alcance de la sociedad, permitirá que se considere franca y directamente
el problema y que se produzcan cambios de conducta duraderos en las personas
y grupos; aunque la historia nos señala que el consumo de drogas difícilmente va
a desaparecer por completo, se podría así, en el corto plazo, detener su
crecimiento y disminuir las graves consecuencias que estamos testimoniando.

Las drogas: uso, abuso, dependencia

La definición de droga propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS)


se refiere a todas las sustancias psicoactivas como: "…cualquier sustancia que, al
interior de un organismo viviente, puede modificar su percepción, estado de
ánimo, cognición, conducta o funciones motoras". Esto incluye el alcohol, el tabaco
y los solventes y excluye las sustancias medicinales sin efectos psicoactivos.

Las convenciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el


control de drogas no establecen una distinción entre drogas legales o ilegales;
sólo señalan el uso como lícito o ilícito. Pero en general se emplea el término
droga ilegal o ilícita al hablar de aquellas que están bajo un control internacional,
que pueden o no tener un uso médico legítimo, pero que son producidas,
traficadas y/o consumidas fuera del marco legal.

El alcohol y el tabaco, en estas organizaciones internacionales, son generalmente


mencionados como sustancias más que drogas, debido a que no están sujetas al
control político internacional, con lo que se trata de pasar por alto que, además de
sus fuertes propiedades adictivas, son las que causan mayores daños a la salud
individual y pública en prácticamente todo el mundo. Por otra parte, en algunas
poblaciones las drogas médicas usadas fuera de un adecuado control terapéutico
son la principal causa de abuso y adicción; los solventes volátiles, aunque no
están dentro del mencionado control internacional, son frecuentemente usados
con fines de intoxicación por niños en muchos países, como en México.

Las drogas son consumidas para aliviar el dolor, para el tratamiento de una
enfermedad, para cambiar el estado de ánimo, para una búsqueda o abandono de
la identidad, como un escape, para olvidar o para explorar estados de conciencia y
sensaciones. La OMS habla de abuso de drogas cuando se presenta un uso
persistente o esporádico excesivo de las drogas fuera de una práctica médica
aceptable. Como esto fue considerado como muy ambiguo, se comenzó a
remplazar el término abuso con el de uso dañino, que incluye: "un patrón de uso
de sustancias psicoactivas que causa daño a la salud (…) física o mental". Sin
embargo, dentro del contexto del control internacional de drogas, la OMS utiliza el
término abuso para ser consistente con los términos utilizados por las
Convenciones, que emplean indistintamente los términos abuso, uso inadecuado o
uso ilícito.

El término abuso o uso inadecuado puede tener diversos significados en distintos


países de acuerdo con lo que se considera un problema de abuso de drogas en
una cultura específica. Además, la expresión abuso de drogas no hace una
distinción entre los que las consumen de manera ocasional, habitual o presentan
dependencia hacia las sustancias. En general, se ha optado por emplear
indistintamente los términos usar o consumir; el concepto de abuso incluye un
daño a la salud física o mental del consumidor, o se aplica a un patrón de
consumo que es frecuente e interfiere con otros aspectos de la vida, o se presenta
de manera ocasional en periodos de consumo intenso.

En 1963, la OMS decidió abandonar los términos adicción y habituación, para


reemplazarlos por dependencia, entendida como:

Un estado psicológico y a veces también físico resultante de la interacción de un


organismo vivo y una droga, caracterizado por respuestas conductuales y de otro
tipo que siempre incluyen una compulsión por tomar la droga de manera continua
o periódica para experimentar sus efectos psíquicos y, a veces, para eludir el
malestar debido a su ausencia. La tolerancia -una disminución de los efectos
específicos a la misma dosis de la droga y por lo tanto la necesidad de aumentar
la cantidad y/o frecuencia- puede o no estar presente en la dependencia; una
persona puede ser dependiente a varias drogas.
En 1992 se pensó que era necesario aclarar más el término y fue modificado por:
"un grupo de fenómenos fisiológicos, conductuales y cognitivos de variable
intensidad, en el que el uso de drogas psicoactivas tiene una alta prioridad; (…)
hay preocupación y deseo de obtener y tomar la droga, por lo que se adoptan
conductas para buscarla. Los determinantes y las consecuencias problemáticas de
la dependencia a las drogas pueden ser biológicos, psicológicos o sociales y
usualmente interactúan".

Las sensaciones provocadas por la droga pueden ser tan necesarias para el
cuerpo y la mente, que su ausencia se vuelve intolerable –síndrome de
abstinencia o supresión- y lleva a algunos usuarios a extremos para conseguirlas.
Los conocimientos científicos no nos permiten predecir quién se volverá adicto y
quién no.

Motivaciones e influencias del uso de drogas

La investigación científica ha tratado de identificar los factores que influyen en que


algunas personas usen drogas; y se habla de los personales, los interpersonales y
los del medio ambiente social y cultural. Pero hay pocas explicaciones sobre por
qué la mayoría de los individuos que las prueban después las abandonan,
mientras otros las continúan usando. Tampoco hay absoluta certeza sobre los
factores que hacen que la mayor parte de la población no las consuma jamás, a
pesar de estar igualmente expuesta al estrés social, a la disponibilidad de las
sustancias y a otras realidades adversas en su vida personal y colectiva.

Sin embargo, se ha logrado avances importantes en el conocimiento y


comprensión del fenómeno, que provienen tanto de la neurobiología y la genética,
como de la psicología y otras ciencias sociales y de la conducta. De este modo,
hay diversas teorías sobre la relación de los factores biológicos predisponentes
que, al establecer contacto con la droga, hacen que algunos individuos sean más
susceptibles a desarrollar dependencia. También hay teorías psicológicas que, en
concordancia con las recién mencionadas, hablan de una personalidad más
vulnerable a desarrollar un vínculo estrecho con las sustancias. Se dice, asimismo,
que ciertos rasgos y necesidades personales tienen relación con el tipo de droga
consumida o preferida.

En contraste con estas teorías, se encuentran los autores de otras corrientes que
ponen el acento en el aprendizaje social y la influencia del grupo donde se mueve
el individuo y su integración al mismo. Los estudios sociológicos de la desviación
han desarrollado teorías sobre la interacción entre la conducta del consumo y la
forma en que otros la clasifican y sancionan.
La investigación muestra que el inicio del uso de drogas a menudo ocurre durante
la adolescencia o juventud, periodo de transición caracterizado por el estrés, la
ansiedad y la búsqueda de nuevas sensaciones, así como de diferenciación de los
adultos. Puede comenzar como una forma de manejar emociones negativas y de
respuesta al sentimiento de vivir en un mundo caótico y hostil. Se ha señalado
reiteradamente que la presión del grupo de pares, la curiosidad y la pobre
integración familiar, son factores que contribuyen al uso de drogas. Asimismo, son
mencionados otros factores, como la pobreza, la falta de alternativas y una
percepción desesperanzada del futuro.

Otros estudios sugieren que los que están en mayor riesgo de consumo tienen
características que los alejan de los valores convencionales, con mayor
preocupación por su independencia y autonomía, con una visión sombría de la
sociedad en general, poca compatibilidad entre las expectativas familiares y las de
su grupo de pares, y que perciben poco apoyo familiar, valorando más el de sus
amigos.

Hay acuerdo en que la familia juega un papel importante en estas conductas: las
actitudes y patrones de consumo; el tipo y grado de comunicación, respeto y
cercanía; la existencia de lineamientos claros y consistentes en las interacciones
familiares, de las responsabilidades y atribuciones de cada miembro, contribuyen
a aumentar o disminuir los riesgos de consumo del menor. La presencia de una
cohesión en la estructura social, familiar y comunitaria, con atención a las
necesidades, capacidades y limitaciones de sus miembros, parece contribuir de
manera importante a evitar conductas destructivas, violentas, o de transgresión.

Las actitudes y conductas familiares en materia del cuidado de la salud y de la


formación de hábitos saludables, así como el manejo de las emociones positivas y
negativas, pueden ejercer también una influencia relevante en el niño, tanto hacia
evitar el consumo de sustancias como en otros aspectos de su desarrollo.

Otros factores analizados que parecen contribuir a una mayor vulnerabilidad hacia
el uso de drogas, son la desintegración y transición, a veces acelerada de las
estructuras sociales tradicionales, donde no ha habido el tiempo necesario para
remplazar las viejas normas, valores y costumbres por otros, lo que provoca
estados de fractura cultural, como en caso de los migrantes. Las teorías
generadas en este ámbito también incluyen la alienación y la anomia social, como
aspectos que ejercen una influencia.

Un papel cada vez más relevante se concede a los medios masivos de


comunicación y a la globalización de la información. Cotidianamente los medios
incluyen noticias sobre las drogas, que han creado un falso sentido de familiaridad
con el fenómeno y, en ocasiones, una asociación con estilos de vida y valores
materiales que pueden propiciar la difusión de imágenes parciales y
distorsionadas del problema de las drogas.
Algunos antecedentes históricos.

El fenómeno de la Farmacodependencia^ o drogadicción es un problema de salud


física y mental que en nuestros días presenta un panorama importante para la
sociedad, ya que, además puede estar asociado a una serie de problemáticas
sociales como: delincuencia, pandillerismo, violaciones, asaltos, suicidios,
problemas familiares etc., y esto es reflejado de acuerdo a como cada individuo
“vivencia” este fenómeno y lo traslada a su contexto familiar y social.
El uso de drogas no es nuevo, ya que ha existido desde hace mucho tiempo,
aunque no siempre se le consideraba como un problema, sino que ha formado
parte de la cultura de los diferentes grupos, tribus, etc. Es importante señalar que,
en la edad de piedra, cuando el hombre empezó a descubrir la forma en como
alimentarse, vestirse y protegerse de las inclemencias del tiempo, también
descubrió la manera en que podía utilizar ciertas plantas que le servían no sólo
como alimento sino para curar ciertas molestias.
El uso de ciertas sustancias ha sido observado de diferente forma y con distintos
fines a través del tiempo y de acuerdo al contexto social de diversos grupos. Se
mencionó en el párrafo anterior que el hombre descubrió plantas que servían para
curar enfermedades. Es decir, teman un fin terapéutico en donde la sustancia
utilizada servía para combatir una serie de molestias en el organismo.

Antecedentes históricos en México.

En nuestro país el uso de drogas fue surgiendo de manera similar al observado en


otros países. Es decir, tenían tanto fines místicos como terapéuticos. En cuanto a
los primeros tenemos el ejemplo de aquellos pueblos y tribus indígenas que en la
época de la conquista española se descubrió que utilizaban hongos embriagantes
durante sus celebraciones y festejos con el fin de dar placer a su espíritu. Cabe
mencionar que durante esa época se trató de imponer a los indígenas el hecho de
venerar a un solo Dios. Sin embargo, era difícil para los indígenas aceptar ese
mandato, ya que tenían la creencia no de un Dios único, sino de la existencia de
varios según fueran sus rituales.
Los indígenas tuvieron que someterse a las imposiciones de los españoles,
aunque fuera solamente “ante sus ojos” ya que clandestinamente en sus hogares,
veneraban a un Dios que simbolizaba la adoración de la planta llamada “Ololiuqui”,
la cual era escondida en canastos para que ningún extraño la descubriera y de
esta manera poder continuar con sus rituales, ya que el uso de esta planta tenía
un fin muy particular como lo mencionamos anteriormente.
Los hongos también fueron motivo de estudio en esta época. En 1651 Francisco
Hernández, médico de la Corona Española, mencionó que existían tres clases de
hongos en:
a) Los que causaban la locura a través de la risa.
b) Los que causaban visiones demoníacas.
c) Los que eran reservados para fiestas.
Por otra parte, Fray Bemardino de Sahagún mencionó que los hongos no
solamente se utilizaban en las fiestas, sino que tenían fines adivinatorios,
fortalecían el alma y transportaban al individuo hacia pasajes alucinatorios,
algunas veces agradables y otras desagradables. Una de las principales
características de los hongos es la adivinatoria.
Un ejemplo de esto es el caso de un indígena que, al no saber el paradero de su
mujer, decidió comer hongos para que a través de éstos pudiera obtener una
respuesta al respecto. Poco tiempo después de comerlos se le apareció una
culebra que le dijo: “vuelve los ojos y veras a tu mujer”. Y en efecto, el indio vio
que su mujer se encontraba ahí.

No solo los hongos fueron utilizados con estos fines. Otra de las sustancias
utilizadas por los pueblos indígenas fue el Pulque, el cual dentro de la cultura
Náhuatl tenía ciertas limitaciones en cuanto a la forma de beber. Se permitía beber
en las fiestas; pero cuando éstas no se efectuaban, estaba prohibido beber
cualquier tipo de bebida embriagante. Si se sorprendía a alguien bebiendo se le
imponían castigos severos. Un ejemplo de esto es el caso de él señor Cuautitlán,
el cual fue mandado ahorcar por Moctezuma a causa de sus frecuentes
borracheras.
Sin embargo, las personas que tenían 70 años o más podían beber en cualquier
tiempo, ya que tenían “...su alma lo suficientemente avezada y endurecida para
que los espíritus moradores del pulque no pudieran hacerles daño ni obligarlos a
realizar actos ilícitos o de mal ejemplo”. En la sociedad mexica el pulque era
considerado algo sagrado y formaba parte de sus rituales.
Por ejemplo, se bebía en las fiestas religiosas, en donde podían beber “...
hombres y mujeres de más de 50 años, adultos casados, guerreros, nobles y
mercaderes. En estas fiestas denominadas *Pillauano* les es permitido a los niños
ingerir el pulque”.
Cada pueblo tenía sus propias reglas en cuanto al uso de sustancias; sin
embargo, éstas se han seguido utilizando incluso en épocas más recientes. Tal es
el caso de la tribu de los mazatecos, en la cual existió una persona llamada María
Sabina, quien utilizaba hongos embriagantes no sólo para su uso particular, sino
para servir a los demás a través de los poderes que éstos provocaban en su
interior, reflejándose en ella el poder para adivinar lo que sucedería, sentir éxtasis,
alucinar, etc.
El peyote ha sido y es utilizado actualmente por los huicholes. Esta tribu se
encuentra situada en la Sierra Madre Occidental, en los estados de Nayarit,
Jalisco y Zacatecas. En su territorio no crece el peyote, por lo cual ellos llevan a
cabo una peregrinación hacia los desiertos de San Luis Potosí, específicamente
en una región llamada “Wirikuta” en donde crece el peyote. El recorrido lo hacen
junto con un Chamán, quien es el jefe del grupo; antes de hacer el recorrido, el
Chamán solicita a las personas que permanezcan en un estado de “inocencia”, el
cual consiste en revelar al Chamán -en presencia de todos- las antiguas parejas
de cada uno de ellos. De tal modo que ni las esposas y esposos actuales tendrían
por qué ponerse celosos o celosas ante tal revelación ya que esto significaba un
estado de inocencia de la persona y se veía como una confesión. Después de esto
hacen su recorrido hacia el Wirikuta, llevando solo para su alimentación 5 tortillas
diarias y la consigna de no beber agua hasta llegar a la región.
El recorrido se hace con los ojos vendados y siguiendo las señales del Chamán.
Cuando llegan a los llamados pozos de aguas maternales, el Chamán les quita la
venda y vierte agua sobre su cabeza la cual untan en su cara y cuello. Luego les
indica que guarden silencio y es entonces cuando les dice que han llegado al
Wirikuta, en donde comienza la caza del venado sagrado- peyote como ellos lo
llaman. Al momento de encontrar el peyote, le lanzan flechas a fin de que simule
estar atrapado y al momento le rezan una oración y le hacen ofrendas, para luego
cortarlo con mucho cuidado y recolectarlo en sus canastas. El Chamán los invita a
masticarlo para ver su vida e identificarse con su origen.
En relación con los fines terapéuticos o curativos de los pueblos indígenas en
cuanto al uso de sustancias, se tenía la creencia de relacionar la forma que tenía
una sustancia con una parte del cuerpo humano que fuera semejante a esta o al
menos se le pareciera. Así, por ejemplo, entre los aztecas, se utilizaba el peyote
para curar el reumatismo y la mandragora - cuya raíz se asemejaba a la de una
figura humana- era considerada como inductor a la fertilidad.
El “Ololiuqui”, además de sus fines místicos, era utilizado para curar ciertas
enfermedades. Primeramente, se seguía un ritual en donde la persona enferma
recolectaba hongos y luego eran molidos por una mujer virgen; enseguida se
mezclaba con agua y se tomaba los viernes por la noche, tomando en cuenta que
la cantidad a tomar tenía que ser aquella que comprendiera el hueco de la mano,
además de hacerse en un lugar silencioso y apartado, por último, se decía una
oración.
Otra sustancia utilizada con los mismos fines es la mariguana. Su uso se hizo
presente en algunos grupos como los otomíes, tepecanos y tepehuas.
Probablemente esta hierba vino a sustituir hasta cierto punto al Ololiuqui y al
peyote el que era prohibido por la Santa Inquisición. Estos grupos utilizaban la
mariguana llamada “Yerba de Santa Rosa”, a fin de que les diera un consejo ante
la presencia de una enfermedad a través de un ritual para su fin terapéutico. El
procedimiento era el siguiente: primeramente, se sembraban las semillas y
después de haber crecido dicha planta, el brujo recolectaba la hierba y realizaba
un rito junto con la familia del enfermo ante un altar, en donde el brujo quemaba
incienso, fumaba, cantaba y bebía; de esta forma se ponía en contacto con la
virgen de Santa Rosa, quien hablaba a través de él. Lo que éste dijera se tomaba
de buena manera, ya que era para bien del enfermo. Cabe mencionar que nuestro
país es el único en América Latina en donde la planta forma parte de los altares o
imágenes cristianas.
Hasta ahora hemos dado una breve descripción de algunas formas en cómo han
sido utilizadas las drogas en la antigüedad. Ya sea por sus fines místicos o
terapéuticos. Podemos decir que la utilización de ciertas sustancias tóxicas de
manera inadecuada, por ser administradas sin llevar un control estricto de la
cantidad o bien porque uno mismo sabiendo que puede afectarle en el organismo
no tiene precaución de su administración, se convierte en un problema
principalmente para el individuo que la utiliza, ya que llega un momento en que
necesita de la sustancia para poder realizar sus actividades cotidianas o bien para
que su organismo se sienta bien, aunque sea por momentos; es en estos casos
cuando hacemos referencia a la adicción a una droga.
Sin embargo, cabría preguntamos ¿Podrían ser adictas aquellas personas que
dentro de su cultura consumen alguna droga, como parte de su ritual? Sabemos
que en la actualidad existen grupos sociales que aún consumen sustancias como
los hongos alucinógenos, el peyote, la cocaína, etc. dentro de su mismo grupo y
bajo ciertas normas y reglas. A este respecto comenta Knab: “que el uso ritual es
una forma de control social de una sustancia potencialmente dañina que sin las
restricciones del rito podría tener consecuencias sociales graves. Por lo cual
considero que habría que observar el daño que orgánicamente produce en el
individuo el uso de drogas, aunque éste lo efectúe bajo ciertas restricciones, ya
que le puede ocasionar cambios en el organismo. Por otra parte, habría que ver
hasta dónde pueden controlar este tipo de grupos su conducta en relación con el
uso ritual de las sustancias y no convertirse en un problema social.”

Planteamiento del problema.


La demanda de sustancias adictivas ilícitas surge como problema mundial de
salud pública a finales de los años sesenta. En EEUU y otros países se observa
un aumento acelerado del consumo de drogas, asociado a la emergencia y
difusión de diversos movimientos sociales y de contracultura. Estas tendencias
tuvieron impacto en México, donde se comenzó a observar un crecimiento en el
uso de sustancias en ciertos sectores, por lo que en ese periodo empiezan a
generarse diversas iniciativas para enfrentar este problema.
En 1969, había iniciado su trabajo Centros de Integración Juvenil (CIJ), por
iniciativa de un grupo de la comunidad preocupado por dar atención a los
farmacodependientes que, al poco tiempo y hasta la actualidad, recibe el apoyo
del gobierno federal.
La Secretaría de Salud (SSA) crea en 1972 el Centro Mexicano de Estudios en
Farmacodependencia (CEMEF), institución donde se desarrollan las primeras
investigaciones epidemiológicas, biomédicas y clínicas para estudiar el uso y
abuso de sustancias adictivas en México. Posteriormente, las funciones del
CEMEF son absorbidas por el Instituto Mexicano de Psiquiatría (IMP), fundado en
1979, y que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de la SSA.
En la década de 1980 ya eran numerosos los grupos y organizaciones que
estaban trabajando en diversos aspectos de la reducción de la demanda de
drogas, como la prevención y el tratamiento. En 1986 se crea el Consejo Nacional
contra las Adicciones (CONADIC), por decreto presidencial (D.O.F. 8 de julio de
1986) presidido por la SSA y con la participación de instituciones y dependencias
del sector público, así como de organizaciones privadas y sociales, cuyo quehacer
se vincula con el campo de las adicciones. El objetivo del CONADIC es establecer
un marco normativo, así como lograr la integración y congruencia de los esfuerzos
de los distintos sectores.
A medida que aumentan los niveles del consumo de drogas y que las
consecuencias sociales se hacen más evidentes, se percibe la necesidad de
atender estos problemas, por lo que se consolida el papel de instituciones como
los CIJ, grupos de ayuda mutua y clínicas privadas; surgen en el interior de las
instituciones de salud, educación y justicia programas específicos que impulsan
acciones de prevención y tratamiento.
El Programa de Reforma del Sector Salud 1995-2000, asigna una alta prioridad a
la atención de las adicciones, establece un modelo de salud que privilegia lo
preventivo sobre lo curativo y define la necesidad de un enfoque integral que
considere la atención en diferentes vertientes y el arraigo de sus acciones en los
niveles estatal y municipal, para alcanzar un mayor impacto y hacer más eficiente
el uso de los recursos. La prevención del uso y abuso de sustancias adictivas,
sean lícitas o ilícitas, y el abatimiento de los problemas asociados se ubica como
una de las prioridades dentro de los programas de salud
En 1998 se crea el Programa de Prevención y Control de Adicciones (PPCA)
como uno de los programas sustantivos de la SSA que se operan en las unidades
de salud y en los diversos niveles de atención de los Servicios Estatales. El
CONADIC es responsable de la elaboración y seguimiento del Programa que
incluye, de manera integral, una serie de estrategias dirigidas a contar con
información que permita el diagnóstico de la situación, la coordinación de las
acciones y la evaluación de resultados, además de la actualización de los
ordenamientos legales para mantener un control más eficiente de la disponibilidad
de sustancias adictivas, principalmente aquéllas de curso legal y mejorar la calidad
de los servicios que se ofrecen.
Esto constituye un paso decisivo que refleja el marco conceptual del gobierno
mexicano, al ubicar a este fenómeno como problema prioritario de la salud pública
del país.

Estadísticas.

Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco


Resultados principales población total (12 – 65 años)

10.3% ha consumido cualquier droga alguna vez en la vida; el 2.9% lo hizo en el


último año (2.5 millones).
0.6% presenta posible dependencia al consumo de drogas en el último año (546
mil).
9.9% ha consumido drogas ilegales alguna vez en la vida (15.8% hombres y 4.3%
mujeres); 2.7% las ha consumido en el último año (4.4% hombres y 1.1% mujeres)
y 1.4% en el último mes (2.6% hombres, 0.4% mujeres)
1.3% ha consumido drogas médicas alguna vez (1.7% hombres, 0.9% mujeres);
0.5% las ha consumido en el último año (0.6% hombres, 0.4% mujeres) y 0.2% las
ha consumido en el último mes (0.3% hombres, 0.1% mujeres).
8.6% ha consumido mariguana alguna vez en la vida, 2.1% en el último año (1.8
millones).
3.5% ha consumido cocaína alguna vez en la vida, 0.8% en el último año.
El consumo de otras drogas ilegales presenta prevalencias iguales o inferiores al
1.1% para el consumo alguna vez, de 0.2% en el último año.
La edad de inicio de consumo de drogas es de 17.8 años (hombres 17.7 y mujeres
18.2).
De las personas que presentan posible dependencia a drogas en el último año,
20.3% ha asistido a tratamiento (22% hombres y 12.8% mujeres).

Acciones gubernamentales.

La prevención es la meta fundamental y más deseable para todas las


enfermedades, pero en el caso de las adicciones representa un reto complejo, por
el número y variedad de sustancias, sus efectos en los individuos y el contexto
social y legal en que se encuentran.
Las adicciones son problemas de salud, y así son consideradas por organismos
como la Organización Mundial de la Salud (OMS), las instituciones académicas y
las asociaciones de profesionales de la salud de todo el mundo. Como tales,
pueden y deben ser prevenidos, desarrollando además todas las acciones que
permitan disminuir los daños a la salud que puedan ocasionar las sustancias
adictivas.
De este modo, en el Programa de Prevención y Control de Adicciones de la SSA,
las acciones se dirigen hacia el consumo de las siguientes sustancias, que
representan retos particulares por los distintos problemas de salud y sociales que
causan, así como por los diferentes grupos de la población que son afectados.
El abuso en el consumo de bebidas alcohólicas y el alcoholismo.
El tabaquismo.
El uso no terapéutico de medicamentos psicoactivos, como los analgésicos,
tranquilizantes y sedantes.
La inhalación con fines de intoxicación de ciertos productos de uso industrial,
como tíneres, pegamentos y otros disolventes.
El uso y abuso de drogas ilegales, que incluye una variedad de sustancias con
diversos grados de peligrosidad, como la mariguana, la cocaína, los alucinógenos
y la heroína.
Las nuevas drogas sintéticas como metanfetaminas.
Las que aumentan el rendimiento deportivo como los anabólicos.
Centros.

En México, se cuenta con diversas dependencias, gubernamentales y privadas,


enfocadas en la prevención y atención del consumo de drogas, considerada la red
más grande de América Latina.
Entre ellas destacan los más de 300 Centros de Atención al Consumo de
Adicciones, 104 Centros de Integración Juvenil; centros de desintoxicación, así
como los grupos de Alcohólicos Anónimos y las clínicas para la cesación del
tabaquismo, estos últimos para el caso de las adicciones a sustancias legales.
A todos estos, se les suman los más de dos mil establecimientos de residencia,
mayoritariamente del sector privado, mismos que son evaluados y regulados por la
Comición Nacional contra las Adicciones (Conadic) y la Comisión para Prevenir
Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Conclusiones.

En la familia se presentan algunos factores que en mayor o menor medida


impactan la dinámica familiar y por ende a sus miembros, ocasionando
posiblemente en algunas dificultades para poderse adaptar a ciertas
circunstancias y quizás encontrar en las drogas una aparente solución a los
problemas.

Ahora bien, de los factores a los cuales nos referimos son el tipo de autoridad que
es establecida por un o más miembros de la familia, los roles o papeles que
desempeña cada uno de los integrantes de la familia, la situación económica, la
ausencia de alguno de los padres o tutores, antecedentes del uso de alcohol u
algún otro tipo de droga en uno o varios integrantes de la familia.

Estos factores que estamos mencionando se interrelacionan unos con otros, lo


que puede ocasionar un malestar familiar que puede ser percibido directa o
indirectamente en los miembros de la misma. Sin embargo, cuando alguno de
estos factores se llega a hacer presentes en una familia con adolescentes,
pudiese traer consigo una problemática como lo es la drogadicción. Hacemos
referencia a esta etapa en particular porque el adolescente, al verse envuelto ante
las presiones familiares, sumadas a las individuales (propias de la etapa) y las
situaciones externas (ambiente social), podría buscar posiblemente un refugio en
las adicciones y con ello ocasionarse un daño tanto físico como mental.

http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/adic_cI.pdf

https://www.sinembargo.mx/12-09-2018/3469917

http://consejomexicano.org/multimedia/1537888545-44.pdf

https://www.sinembargo.mx/12-09-2018/3469917

http://www.cij.gob.mx/sabersobredrogas/InformacionAdicional.html

https://www.sinembargo.mx/17-05-2018/3418451

https://www.proceso.com.mx/544678/de-adicciones-y-debates

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