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¡ALELUYA!
¡CRISTO HA RESUCITADO!
¡ALELUYA ALELUYA!
siguen los hombres resucitando,
y abiertos con esperanza al futuro
confiesan a Cristo glorificado.
Esta es la noche
en que cayeron dictaduras.
Esta es la noche
en que el avaro renunció a su fortuna.
Esta es la noche
en que el lascivo dejó la lujuria.
Esta es la noche
que acabó con viejas rupturas
engendradas en guerras añejas,
y encontró abrazados a hermanos
que riñeron por líos de herencias.
Esta es la noche
que trae la Buena Noticia a los pobres,
abre los ojos de los ciegos,
libera a los prisioneros
y anuncia el perdón a los pecadores.
que subiendo a la Cruz
y entrando en la muerte,
venció para siempre
los poderes del mal!
¡A gozar de la Luz...
rota la oscuridad...
victorioso de nuevo el Amor...!
La celebración de Pascua
Contenido:
Introducción
La Resurrección De Cristo:
El kerigma de la Resurrección
Los textos rituales más
antiguos
Iconos de la Resurrección
Introducción
Jesús, va precipitándose toda su vida, sus palabras, sus
milagros, sus enseñanzas. Hasta los últimos momentos,
cuando Cristo de muestra con sus palabras y con sus
gestos que está para pasar de este mundo al Padre. En
efecto, El del Padre ha venido y al Padre va, y por ello su
vida es una Pascua, un paso; pero en este éxodo, más
glorioso que el paso del Mar Rojo, Jesús arrastra su
propia humanidad, asumida de la Virgen Madre,
haciéndola pasar por el misterio de la pasión y de la
muerte, para que quede para siempre sellada por el amor
sacrificial en su carne que lleva marcados los estigmas de
su pasión gloriosa.
Desde las fórmulas primitivas de la confesión de la fe,
que encontramos ya en las Cartas de San Pablo y más
tarde en el Símbolo apostólico y en la profesión de fe
bautismal, creer en Cristo, muerto y resucitado, adherir a
él por la fe y el bautismo, es la condición y la garantía de
la comunión con el Señor y de la nueva vida en Cristo y
en el Espíritu. El cristiano no solo cree en Jesús sino que
vive de su misma vida divina e inmortal.
veces en sus manos el trofeo de la Cruz, va anunciar la
salvación a los primeros Padres y a los justos del Antiguo
Testamento y los arranca de sus sepulcros para darles la
vida.
pleno de la Resurrección a partir de la celebración
litúrgica de la pascua, con el recuerdo de la historia y la
ilustración de su vivencia y vigencia actual, para
concentrar después nuestra mirada en los iconos
orientales de la Resurrección que son imagen viva y fiel
del misterio que la palabra proclama y la liturgia celebra
con la poesía, el canto, los sacramentos de ese Cristo que
los textos primitivos llaman nuestra Pascua.
celebración. Contemplándolos tiene un sentido cabal la
proclamación de los Evangelios de la Resurrección y de
los cantos y troparios pascuales que se repiten durante
los cincuenta días de Pascua y, sobre todo en la liturgia
bizantina, cada domingo en el oficio matutino de la
Resurrección.
La Resurrección De Cristo:
El kerigma de la Resurrección
del Señor, puesto en el sepulcro al atardecer del día de
su muerte, el viernes. Se rinden a la evidencia también
los soldados puestos a custodiar el cuerpo y los enemigos
de Jesús que tratan de acusar a los apóstoles de haber
substraído el cuerpo para afirmar que ha resucitado. En
el lugar del sepulcro solo se encuentran las vendas en las
que fue envuelto su cuerpo y el sudario que cubría su
rostro (Cf. Jn 20:6-7).
día, según las Escrituras; se apreció a Cefas y luego a los
doce..." (1 Cor 15:3-5).
En Asia menor, siguiendo una costumbre que parece se
remonta hasta Juan Evangelista, se celebra anualmente
la Pascua el 14 de Nisán (en la misma fecha en que la
celebraban los judíos) en cualquier día de la semana que
caiga esta fecha.
La decisión romana estaba expresada en estos términos:
"Para tratar este punto hubo sínodos y reuniones de
obispos y todos unánimes, por medio de cartas,
formularon para los fieles de todas partes un decreto
eclesiástico: que nunca se celebre el misterio de la
resurrección del Señor de entre los muertos otro día que
en domingo y que solamente en ese día guardemos la
terminación de los ayunos pascuales" (c. 23,2).
yo el cordero inmolado por vosotros,
yo vuestro rescate,
yo vuestra vida,
yo vuestra luz,
yo vuestra salvación,
yo vuestra resurrección,
yo vuestro rey...
El es el Alfa y el Omega
El es el principio y el fin.
el caudillo, el Señor,
He aquí cómo describe el descenso a los infiernos: "Ya
que muchos justos habían anunciado la buena noticia
profetizando, lo esperaban como primogénito de entre los
muertos por medio de la Resurrección, aceptó
permanecer tres días bajo tierra para salvar a todo el
género humano: los que vivieron antes de la ley, los que
vinieron después de la ley y los de su tiempo. Quizá
permaneció tres días en la tumba para resucitar a los
vivientes en todo lo que compone su realidad: alma
espíritu y cuerpo. Una vez resucitado son las mujeres las
primeras que lo ven...`Mujeres, alegraos’; esta es la voz
que resuena en sus oídos para que la primitiva tristeza de
la mujer quede como engullida por gozo de la
Resurrección."
festín y delicia...!
está llena;
"Quién finalmente se fiará de permitirle de pasar la noche
fuera de casa con ocasión de los ritos anuales de la
Pascua?" (Ad uxorem, 2, 4,2: PL 1,1407).
El ayuno. Los cristianos se preparaban a la Pascua con
un ayuno riguroso de al menos dos días enteros (viernes
y sábado) como testimonia la Traditio Apostolica,
Tertuliano y la Didascalía. Por esto la SC n. 110 lo
recuerda todavía hoy y algunas comunidades
diligentemente lo han restablecido. Este ayuno, según el
testimonio de Tertuliano, está inspirado en las palabras
de Jesús: ayunarán cuando les sea quitado el Esposo (cfr.
Lc 5:35). Algunos pensaban que era un ayuno de
reparación o de contestación por la Pascua de los judíos.
Se ayuna en espera de la Pascua; el cuerpo participa con
el ayuno en una tensión hacia el momento de la
celebración pascual con la Eucaristía que rompe el ayuno.
Las lecturas y los salmos. Entre las lecturas que son
señaladas aquí y allí por los Padres, es necesario
recordar: El relato de la creación y quizás el sacrificio de
Abrahán, el éxodo del pueblo hebreo Ex 12-14, el
Evangelio de la Resurrección. Entre los salmos se citan el
Salmo 117, y los salmos bautismales 22 y 41 (42) con su
referencia a las aguas bautismales y a los otros
sacramentos.
Oh noche llena de luz.
Gregorio de Nisa que todavía hoy resuena en los Estikirás
de Pascua en la liturgia bizantina.
El Lucernario. Todo, lo hemos dicho, sucedía en la noche
iluminada por las antorchas. El aula de la celebración
iluminada como el día, era la más hermosa expresión de
una obscuridad vencida por la luz de Cristo, y por la luz
de los cristianos que resplandecen en las tinieblas con su
vida de hijos de la luz.
recupera el pleno sentido de la antigua celebración
pascual en el corazón de la noche. Debe ser celebrado
como vigilia completa hasta las primeras horas del alba,
con el gozo de vivir el vela orando y cantando en esta
noche "esperada durante todo un año."
resurrección desde donde se anuncia el "kerigma" de la
resurrección y Cristo explica las Escrituras.
En la misa de la tarde se lee muy apropiadamente el
episodio de la aparición a los discípulos de Emaús,
acaecida en la tarde del primer día de la semana.
entre los cuales es necesario recordar el Canon poema de
la Resurrección de Juan Damasceno.
Y con la vigilia pascual y el domingo de la Resurrección
empieza los cincuenta días de Pascua, el "Pentecostario,"
como se le llama también al libro que contiene los oficios
de los cincuenta días.
Iconos de la Resurrección
abismo, para llenarlo de luz y para que su Resurrección
se manifieste en toda su fuerza salvadora que llega hasta
el primer hombre y la primera mujer, Adán y Eva.
Existen varios tipos de iconos orientales del descenso del
Señor a los infiernos. Los más célebres son sin duda
alguna el del "paraclession" de Kariye Kami en Istanbul.
Algunos iconos griegos de Tesalónica, Dafni, y de la
escuela de Creta. y fionalmente algunos iconos rusos de
la escuela de Dionisio y de la ciudad de Novgorod.
Campea sobre la figura del Resucitado escrita en griego
la palabra Anástasis: Resurrección.
enmarcado en una "mandorla" redonda u ojival,
punteada de estrellas. A veces lleva en sus manos el
trofeo de la Cruz o el rollo de la revelación, para indicar
el signo de la victoria y la Escritura donde estaba
contenida la profecía de su victoria final. Otras veces loa
ángeles en lo alto levantan la cruz gloriosa, signo de
salvación y de continuidad entre la pasión y la victoria
gloriosa de la resurrección. Sus vestidos son blancos y
resplandecientes o bien dorados y luminosos, como si se
descendieran centellas de luz de su cuerpo glorioso a
través de sus vestiduras.
oscuras y de figuras blancas, otros condenados y otros
justos, mientras algunos ángeles encadenan al enemigo
mortal del hombre que es el diablo.
El es la Luz y el Fulgor; el que da la Vida, porque es la
Vida, va más allá de la muerte y del sepulcro. Es la vida
divina que va más allá de las consecuencias del pecado. Y
la infunde en los cuerpos. En su Humanidad nueva
empieza la nueva Humanidad; en su Cuerpo de
Resucitado la Iglesia empieza a tener un germen de vida
inmortal que la alimenta y la aglutina. Los sacramentos,
empezando por el Bautismo infunden en los hombres la
vida que nace de la Resurrección.
más profundo de nuestro ser para arrancarnos de la
muerte, vencer nuestro pecado, liberarnos de la
esclavitud.
Pascua nueva y santa. Pascua misteriosa.
Son los frutos del Espíritu, las bienaventuranzas
evangélicas, la vida nueva de los hombres nuevos y
resucitados por Cristo.
"Día de la Resurrección.
Jesús la muerte ha sido vencida y todo marca un sendero
de vida inmortal para los que creen y viven en Cristo que
es la Resurrección y la Vida.
nuestra transformación teológica que muchos tratados
cultos. Se trata del icono que en la tradición bizantina es
la expresión litúrgica más fiel del icono del misterio de la
Resurrección: el descenso de Cristo a los infiernos. Aquí
tenemos, además, un indicio precioso de la cualidad de
una y de otras tradición litúrgica. Vosotros conocéis todas
esas pinturas, es decir esos iconos de épocas de
decadencia, que representan a Cristo mientras sale del
sepulcro... Sin embargo el icono del descenso de a los
infiernos es un signo litúrgico mucho más cercano al
misterio. Nos atrae hacia la interioridad del
acontecimiento y nos introduce en él, nos pone en
relación con él. Cristo Resucitado, resplandeciente de luz,
imagen del Dios invisible en su Humanidad transfigurada,
penetra en nuestras profundidades tenebrosas y arranca
al hombre y a la mujer de la tumba en la que la muerte
los tenía prisioneros. Aquí se expresa todo el dinamismo
de nuestra vida nueva: `Conocerlo a Él y el poder de su
Resurrección’ (Fil 3:10), consiste en este movimiento, en
el cual Cristo baja a nuestras profundidades para
hacernos volver a la luz de la vida. Es el mismo
movimiento del Bautismo, un bajar y un subir (Cf. Rm
6:3-4), con todo el realismo espiritual che el poder del
espíritu actuará cada día en nuestra vida personal.
Nuestra participación actual a la Resurrección de Cristo
consiste en este bajar a los infiernos, es decir a nuestras
profundidades para hacer pasar todo a la luz" (I. Hazim).
llamado "Las miroforas ante el sepulcro." La tradición
pictórica es muy antigua. Así aparece en los frescos
murales de la Iglesia de Doura Europos del siglo III, o en
las "ampollas de Monza" que provienen de Palestina y se
remontan a los siglos IV-V. Así tenemos ilustrada la
escena en el Evangeliario de Rabbula de Edessa que se
conserva en la Biblioteca Laurenziana de Florencia, que
viene del Asia menor y data del siglo VI. Y la tradición
continúa a través de los mosaicos y los iconos clásicos de
Grecia y de Rusia.
gusano de seda, según la mitología de los egipcios s y
algunos textos sugestivos de los Padres de la Iglesia.
Mujeres evangelistas, levantáos
Cristo ha resucitado.
Otros textos litúrgicos dramatizan las escenas y cantan
otros posibles aspectos de la reacción de las mujeres:
Un texto final: "La mujeres miroforas llegaron de buena
mañana al sepulcro y trataban de perfumarte, Oh Verbo
Inmortal y divino. Pero animadas por las palabras de los
ángeles afirmando con claridad que habías resucitado tú
que eres la vida del universo y concedes a todos el
perdón y la gran misericordia."
Se repite en los textos litúrgicos que ellas son, las
mujeres miroforas, las que en medio de los discípulos
llevan y llevarán siempre, como primicias de su
ministerio femenino, el gozoso anuncio de la
resurrección. Así lo expresa con un texto de exquisita
sensibilidad poética y dramática Romano el Melode en
uno de sus versos cuando pone en boca de María estas
palabras persuasivas y consoladoras a los discípulos
incrédulos y todavía atribulados: "Vosotros, íntimos del
Señor, que lo habéis amado con tanto entusiasmo. No
tenéis que pensar así. Tened paciencia y no perdáis los
ánimos. Todo lo que ha sucedido se ha hecho por
disposición divina para que las mujeres que cayeron
primero, fuesen también la primeras en contemplar al
Señor. A nosotras ha querido dar las primeras el anuncio:
"Shalom," a nosotras que estábamos en medio de la
tristeza nos ha dado su saludo el que da a todos los
caídos la resurrección."
permanecen fieles al Maestro hasta la cruz y lo recuerdan
tras la noche oscura del sábado santo, cuando van a
ungir su cuerpo que todavía creen que está allí,
prisionero de la muerte. Toda mujer cristiana, dicen los
teólogos bizantinos, es una mirófora, una portadora de
aromas, en la medida que es una fiel discípula del Señor.
Simbólicamente el perfume que llevan en sus manos es
el de las virtudes, especialmente el de la caridad, la
compasión y la ayuda que se inclina sobre todos aquellos
que hoy son el cuerpo del Señor y necesitan el cuidado
de sus discípulos fieles. Pero también es perfume de buen
olor de Cristo que es la palabra del Evangelio y del
conocimiento de Cristo (Cfr. 2 Cor 2:15).
Por extensión e] Calendario de la Iglesia bizantina aplica
este nombre a muchas mujeres que en su vida han
tenido la oportunidad de colaborar en la fundación de las
iglesias o en la extensión del Evangelio. Tales son María
de Mágdala y de Betania, Marta y Tecla, la princesa Olga
de Kiev y otras muchas que han dejado en la historia un
modelo de santidad apostólica.
llorando digamos: Resucita, Señor, tú que a los caídos
concedes la resurrección."
acaecido. Sea común a todas, compañera nuestra, la
gloria que te ha reservado el Señor."
Conclusión:
La palabra anunciada, el bautismo recibido, la comunión
con el cuerpo y la sangre gloriosos del Resucitado nos
ponen en comunión viva y vivificante con Cristo y con el
poder de su Pascua, nos orientan hacia la definitiva
esperanza realizada e inscrita para siempre en el cuerpo
de Cristo Resucitado.
contagian la alegría del corazón, demuestran su fortaleza
ante la adversidad, testifican el amor del Resucitado en
todas sus obras. Vivir así significa "no pecar contra la
resurrección" sino vivir en la atmósfera de la Pascua.
(Cristo ha resucitado!
)Por qué buscáis al Viviente entre los muertos?
Día de la Resurrección
Cristo ha resucitado!
En verdad ha resucitado!
PREPARAR EL DOMINGO
1.
(1 C 5, 6-8) invita a relacionar el pan eucarístico con el
pan ácimo que hemos de ser los cristianos que,
comulgando con el Cuerpo de Cristo, nos convertimos en
aquello que comemos: la carne de Cristo, el cordero
pascual inmolado. En la línea que he apuntado en la
Vigilia, hay que poner de relieve la unidad de la iniciación
cristiana que nos injerta en el Misterio pascual: siempre
que celebramos la eucaristía renovamos nuestro bautismo
y recibimos el Espíritu del Resucitado (en la epíclesis
después de la memoria de la cena). La eucaristía nos
mantiene siempre viva la pascua del Señor: y eso, que
constituye el motivo supremo de la alegría cristiana,
alcanza su cumbre en la pascua anual, hoy.
Palabra nos irá proclamando con su lenguaje, lo irá
diciendo también, con su lenguaje propio, humilde pero
constante, este Cirio encendido. En la monición de entrada
el sacerdote hará bien en aludir a este sereno y expresivo
signo pascual.
f) Algunas comunidades celebran en este día, en la misa
central, los bautizos que se han ido preparando durante la
Cuaresma.
Vísperas bautismales
c) Se concluye con el Magníficat (con incensación, si
parece oportuno), las preces, el Padrenuestro y la
bendición solemne.
3.
eternamente feliz. Es la tensión celestial que nos presenta
la epístola de Pablo a los colosenses.
de la Eucaristía de la Iglesia peregrina, a menudo
desencantada, agobiada por la muerte y el fracaso, que se
encuentra con el Maestro que va retrayendo y explicando
las Escrituras, que se sienta en la mesa con los
peregrinos y estos lo reconocen cuando parte el pan;
entonces con los demás comparten la alegría pascual y
dan testimonio: "Realmente el Señor ha resucitado".
4. RENOVAR EL BAUTISMO
Lunes:
Hechos 2,14.22-23. Dios resucitó a este Jesús y todos
nosotros somos testigos. Mateo 28,8-15. Id a comunicar a
mis hermanos que vayan a Galilea, allí me verán.
Martes:
Miércoles:
Jueves:
Viernes:
Sábado:
5.
* LA GRAN FIESTA
¡Feliz Pascua! Con estas u otras palabras parecidas hemos
de disponernos a preparar la celebración. Esto es, de
hecho, lo primero que dice quien preside, a la comunidad
al empezar la misa, cuando saluda con "El Señor esté con
vosotros". Y lo que el pueblo responde lo reafirma. Esta
salutación "ritual", con tan gran contenido como el de
afirmar la presencia-presidencia de Cristo resucitado en
medio de su pueblo reunido, hoy ha de tener una fuerza
especial. Y, a continuación, será bueno que las palabras
introductorias sean muy cordiales, siendo adecuado
iniciarlas con un sencillo "Feliz Pascua". También, en forma
de cartel, éste podría ser el saludo que encuentre la gente
a la entrada.
PREPARÉMOSLA BIEN
en los lugares clave: altar, ambón, pila bautismal... El cirio
pascual, bien situado en el presbiterio, cerca de la
Palabra, es muy expresivo; y, si está adornado con flores,
más todavía. El color blanco de los ornamentos litúrgicos.
Los cantos, partiendo de las posibilidades de la
comunidad. Y el dar el tono adecuado a cada momento de
la misa: la aspersión con el agua que nos recuerda el
bautismo recibido; el gloria, bien presentado y destacado
(incluso cuando no se pueda cantar); la proclamación del
evangelio, con un aleluya; la profesión de fe bautismal; la
plegaria eucarística; la comunión bajo las dos especies;
una despedida distendida saludando personalmente en la
cancela ...
Pascua anual, y la pascua semanal, debe re-hacer en los
cristianos esta vida nueva recibida en el bautismo.
REFLEXIONES
1. VIO Y CREYÓ
Pedro y el otro discípulo, con un testimonio muy personal,
confiesan que hasta entonces no habían entendido el
sentido de la muerte y de la resurrección del Señor.
Ahora, al encontrar la tumba vacía tal como las mujeres
les han anunciado, es cuando llegan a la fe; es decir,
cuando no lo ven es cuando creen. El Señor ha realizado el
"paso" de Muerte a Vida. Ellos también realizan el "paso"
por la fe. Ya no se quedan bloqueados en el escándalo del
Viernes Santo sino que descubren como Dios les abre un
horizonte de vida insospechado, y la vida que habían
compartido con Jesús ahora toma un nuevo sentido:
nosotros somos testigos de todo lo que hizo... dice Pedro
en la primera lectura. Han quedado verdaderamente
transformados por la Pascua del Señor. También ellos han
realizado el "paso" a la fe y pasan a ser hombres nuevos.
LA EUCARISTÍA SIEMPRE ES PASCUAL
2. DOMINGO/DIA-PRIMERO
3. GRATUIDAD
muerte. El egoísmo asfixia la vida, la interrumpe y
desertiza la tierra fecunda y fecundada.
los niveles, para colmarla de sentido, para humanizarla,
sin domesticarla ni degradarla, hasta descubrir en ella y
por ella al verdadero dador del multiforme y siempre
sorprendente don de la vida.
5.RECUERDO:
6. /SAL/117/POEMA:
Este es el día en que actuó el Señor,
que sea un día de gozo y de alegría.
Este es el día en que, vencida la muerte,
Cristo sale vivo y victorioso del sepulcro.
Este es el día que lava las culpas y devuelve la inocencia,
el día que destierra los temores y hace renacer la
esperanza,
el día que pone fin al odio y fomenta la concordia,
el día en que actuó el Señor,
que sea un día de gozo y de alegría,
Hoy, Señor, cantamos tu victoria,
celebramos tu misericordia y tu ternura,
admiramos tu poder y tu grandeza,
proclamamos tu bondad y tu providencia.
Que sea para nosotros el gran día,
que saltemos de gozo y de alegría,
que no se aparte nunca de nuestra memoria
y que sea el comienzo de una vida
de esperanza, de amor y de justicia.
7.
"Creer en la resurrección... es el acto de participar en la
creación ilimitada... Tener fe, si es que yo alcanzo a
descifrar la imagen cristiana, es percibir en su identidad la
resurrección y la crucifixión. Sostener la paradoja de la
presencia de Dios en un Jesús crucificado, es decir, en el
fondo de la desgracia y de la impotencia, un Jesús
abandonado de Dios. Tener tal fe es adquirir la libertad de
hombre sobre toda ilusión, la del poder y la del tener.
Dios no es ya el emperador de los romanos, ni aquel tipo
de hombre estimado por los griegos como ejemplar de
belleza y de fuerza..., sino más bien la certeza de que es
posible creer un futuro cualitativamente nuevo, pero tan
sólo si se identifica con aquellos que en el mundo son los
más despojados y los más aplastados... Tal amor y la
esperanza en la resurrección se identifican. Porque no hay
amor más que cuando un ser es para nosotros
irreemplazable, y nosotros estamos prestos a dar por él
nuestra propia vida... Cuando de verdad estamos
dispuestos a tal donación y entrega por el último de los
hombres, es entonces cuando Dios está con nosotros; he
aquí el poder de transformar el mundo".
8.
Viernes Santo, ya dentro de la Pascua, con la
impresionante ceremonia de la "indulgencia" o "perdón"
en la que el pueblo clama centenares de veces pidiendo
perdón a Dios.
9.
“¿Por qué buscáis entre los muertos el que está vivo?” (Lc
24,5)
“aunque haya muerto, vivirá.” (Jn 11,25)
LA PASCUA JUDÍA
Jesús y tanto mejor comprenderemos lo que celebramos
en la fiesta más importante de nuestra Iglesia.
levadura, amasados con los primeros frutos de la cosecha
de cereales.
-En la época de Jesús, la cena pascual tenía además una
importancia escatológica muy grande. Las esperanzas
mesiánicas eran cultivadas de una manera especial en
esta cena, lo que hace bien comprensible el hecho de
que, ya en los mismos relatos por lo menos de los
sinópticos, se dé tanta trascendencia a la referencia a
esta fiesta.
Ahora tiene lugar la cena propiamente dicha. El padre de
familia dirige una invitación a "los que tienen hambre y a
los pobres". Se sirve entonces la segunda copa. El menor
de los asistentes pregunta sobre la razón por la cual se
celebra en esta forma la fiesta. Todos responden:
Con una oración de conclusión se termina la celebración.
la Escritura: "Israel es mi primogénito". Y la llamó la
tercera noche.
1. PRELIMINARES
contra las incursiones del espíritu maligno. En cuanto al
rito de los ácimos, parece ser de origen agrícola y refleja
la preocupación de los campesinos, al obtener la primera
harina del nuevo trigo, por no mezclarle levadura
procedente de la cosecha anterior. Con esto entramos de
lleno en el sincretismo de los ritos nómadas y de los ritos
agrícolas, tal como lo practicaba el mundo pagano
cuando nació el pueblo hebreo: por una parte, la fiesta
de la primavera, que pudo determinar durante algún
tiempo el comienzo del año; por otra, el rito del cordero
preservador.
de los establos para preservar de epidemias al ganado y
muchos quicios pintados de tiza o cal, para que podamos
considerar a nuestros contemporáneos absolutamente
ajenos a ciertos ritos preservativos, como el de la sangre
del cordero.
Inmediatamente los judíos nómadas echan mano del rito
tradicional del cordero degollado y la sangre derramada.
El yahvista refiere la tradición por su cuenta,
entroncándola en la concepción del monoteísmo según la
cual el ángel exterminador actúa por voluntad de Dios,
pero pone gran cuidado en mostrar que los judíos
poseían en su patrimonio un rito eficaz por cuya virtud se
vieron protegidos al tiempo que sucumbían los egipcios:
pasar del nivel naturalista al nivel histórico. Será el pan
que hubo de llevarse sin esperar a que fermentara,
debido a la prisa por escapar de la tierra de la esclavitud:
producida anualmente por la naturaleza, sino la novedad
de vida que hizo pasar a todo un pueblo de la esclavitud
a la libertad, que le dio nacimiento y le lanzó a la vida, a
raíz de librarle milagrosamente de un mal extraordinario.
3. RITO Y PALABRA
nuestra liturgia, debe ir acompañado de una catequesis
explicativa: la Palabra acompaña al Rito para determinar
su nuevo alcance. La "relectura" de un rito humano sólo
puede realizarse a través de la Palabra. Vemos, en
efecto, ya desde la época del yahvista y sobre todo en la
reforma deuteronomista, cómo esa catequesis se va
ritualizando de algún modo en el ceremonial de la comida
pascual en familia:
ya en su significado sobrenatural, sino en su mero
simbolismo humano
Ya hemos visto algunos textos que presentan esta óptica
en los ejemplos de catequesis antes citados: "Esto es en
memoria de lo que Yahvé hizo por mi..." o porque
durante ese mes saliste de Egipto". Pero el Deuteronomio
consagrará definitivamente este género de catequesis
que no se limita a tender un puente entre el rito y el
acontecimiento, sino que nos implica en el
acontecimiento del pasado:
el común denominador entre el acontecimiento y la fiesta
no es, en rigor, el simbolismo del rito que recuerda tal o
cual acontecimiento, sino la actitud de espíritu común al
antepasado y al fiel que revive la historia. En la Haggadá
actual de la fiesta de Pascua, el ritual tiene prevista esta
munición:
formaba parte del rito pascual, que se limitaba
exclusivamente a la comida de los ácimos. Pero, a partir
del Deuteronomio -y más aún en la legislación
sacerdotal-, la comida del cordero pasa a primer plano.
Semejante evolución es muy significativa por lo que se
refiere a la personalización que se ha operado en el rito:
lo que cuenta en primer lugar no es el simbolismo del rito
(repetir lo que hicieron los antepasados), sino la actitud
de espíritu provocada por el recuerdo del acontecimiento.
La manducación del cordero es, a este respecto, mucho
más apta para expresar la participación personal de los
fieles en la fiesta que la sola inmolación. Téngase en
cuenta, por lo demás, que la legislación del
Deuteronomio no habla ya de derramar la sangre sobre
las estacas de la tienda o los quicios de la puerta:
asimilarse el cordero -y, más allá del cordero, el
acontecimiento- supone un compromiso personal mucho
más profundo, expresado claramente por la misma
manducación. Cuando entre en vigor la legislación
sacerdotal, tomará el aspecto de una compilación en que
se fusionan elementos diversos: cordero y ácimos, rito de
la sangre derramada y de la manducación, etc. Pero esta
legislación no presenta novedad alguna, fuera del
ceremonial para comer el cordero
crudo o cocido, comedlo solamente asado al fuego, con la
cabeza, las patas y las tripas. No guardéis nada para el
día siguiente. Lo que sobrare, lo quemaréis al fuego. Lo
comeréis así: ceñidos los lomos, calzados los pies, con el
bastón en la mano. Lo comeréis con toda prisa, pues es
una Pascua en honor de Yahvé. Ex., 12, 1-12.
se sanciona de nuevo la alianza -sin cesar comprometida
por la infidelidad del pueblo, los reformadores señalan la
Pascua y no los Tabernáculos como fiesta de esa
renovación o restauración. Josías, después de proclamar
solemnemente la renovación de la alianza, la sanciona
con la celebración de la fiesta de Pascua:
todavía no estaban preparados para ello. Por el contrario,
los Libros de las Crónicas, dependientes de la corriente
deuteronomista y sobre todo de la corriente sacerdotal,
dan gran relieve a esta Pascua de restauración celebrada
por Ezequías y refieren, en particular, que entonces la
Pascua fue celebrada el segundo mes en lugar del
primero, para asegurar una mayor purificación por parte
del pueblo (2 Cor., 30). No es imposible, por otra parte,
que los cronistas hayan trasladado al pasado de Ezequías
un hecho que debió de tener origen en la reforma de
Josías. Se advierte el mismo procedimiento de
anticipación en la descripción de la primera Pascua
celebrada por el pueblo a su llegada a Guilgal (Jos., 5,
10-12), relato ciertamente antiguo, pero "releído" en
función de preocupaciones sacerdotales.
nosotros hemos de celebrar hoy aquel acontecimiento
pasando, a nuestra vez, de la impureza a la pureza:
fiesta podía caer en cualquier día de la semana. Pero,
después del destierro, se va imponiendo en ciertas
esferas sacerdotales, aunque no sin provocar vivas
reacciones, un nuevo computo, medio lunar y medio
solar, que permite calcular de manera estable un
determinado día del mes. A partir de entonces, en todos
los documentos bíblicos de la época, los sucesos serán
consignados con su fecha exacta, incluso con el día del
mes.
pagano y contribuye a mezclar las costumbres paganas
con las costumbres judías. Semejante argumento no
carece de razón y no es imposible que se llegara a
regular por un calendario propio la celebración de la
liturgia y de las fiestas judías, precisamente para
caracterizar mejor su originalidad.
de celebrar el banquete pascual? No es fácil imaginar, en
efecto, que los partidarios del calendario perpetuo, para
quienes la Pascua caía en la tarde del martes, comieran
el cordero pascual de acuerdo con lo prescrito, ya que
éste debía ser inmolado en el Templo por los sacerdotes,
los cuales seguían oficialmente un calendario en el que la
inmolación del cordero podía caer varios días más tarde.
Se podría pensar que prescindían de corderos pascuales,
lo cual no sería demasiado extraño. Pero, en concreto,
parece probable que los monjes de Qumrán inmolaban el
cordero pascual, aunque no en el Templo de Jerusalén,
pues juzgarían que su propia comunidad y su servicio,
constituía un verdadero Templo (doctrina que es
fundamental en Qumrán), lo cual les daba derecho a
inmolar el cordero. La hipótesis es atrayente y podría
muy bien señalar una nueva etapa en la espiritualización
de la Pascua, etapa que prepararla el comportamiento de
Cristo en su propio banquete pascual: el cordero no es
sino el símbolo de una actitud de espíritu. Desde el
momento en que está creada tal actitud -y lo está en el
servicio mutuo, sobre todo si el cordero es el símbolo del
"siervo"-, ciertas prescripciones rituales referentes a la
inmolación del cordero pueden ceder ante lo esencial y
desaparecer. Más adelante insistiremos en la importancia
de esta espiritualización.
El rodeo que acabamos de dar con la cuestión de los
calendarios no es inútil, porque nos permite, a la luz de
los trabajos de A. Jaubert , ver más claro en la conducta
de Cristo durante la Pascua que iba a ser suya como
ninguna otra. La mejor explicación a las aparentes
contradicciones entre los sinópticos y San Juan en cuanto
a la cronología de la Semana Santa procede a partir del
conflicto entre los dos distintos calendarios (conflicto que
se prolongó en la primera tradición cristiana y dio origen,
en parte, a las graves disputas pascuales que dividieron a
la cristiandad hasta el siglo III). El año de la Cena, la
Pascua del 14 de nisán según el calendario perpetuo caía,
como estaba previsto, en martes, mientras que la Pascua
según el calendario lunar, tal como se observaba en el
Templo, era el viernes siguiente. Según esto, Cristo
celebró el banquete pascual con sus apóstoles el martes
par la tarde, sin cordero y, probablemente, sin ácimos. Y
murió el viernes, precisamente a la hora en que se
inmolaba el cordero en el Templo, como subraya
discretamente San Juan. Estos datos parecen
actualmente ciertos a la mayoría de los exegetas de la
Semana Santa.
acontecimiento máximo de toda la historia de salvación:
su sumisión al Padre, su deseo de "servir" a sus
hermanos mediante su muerte expiatoria. Este
acontecimiento es tan esencial que ante él se desvanece
todo rito, resultando caduco e inútil. Es inútil inmolar un
cordero cuando el Cordero de Dios está presente, en
persona, como el Siervo de Dios (Is., 53, 7) que se
ofrece por los pecados de los hombres y se da en
alimento.
Lucas tiene, sin duda, una intención muy concreta al
añadir a la Cena -o al conservar en su puesto- esta
tradición que la sitúa en su perspectiva exacta: la
presencia de un "siervo" doliente y humilde basta por sí
misma para justificar la celebración de la fiesta de
Pascua, porque tal presencia es su contenido. Juan va
todavía más lejos cuando sustituye totalmente el relato
de la institución por el del lavatorio de los pies como
elemento esencial del banquete de Pascua:
liberadora del cordero sigue estando presente, pero bajo
la figura de un siervo y en el drama de una persona
humillada; sigue también presente la renovación
primaveral de la fiesta, pero bajo la forma de la "nueva"
alianza sellada con esa sangre, y, si los ácimos han
desaparecido, su contenido de novedad y de huida del
pasado continúa tan esencialmente incorporado al nuevo
rito de la Pascua que San Pablo puede aludir a él sin que
dé la impresión de que vuelve atrás:
alcance simbólico, sino que pasa a ser sacramento, es
decir, contiene el acto mismo de Cristo, objeto de la
fiesta, y, al mismo tiempo, el acto del fiel que renueva en
El la alianza eterna suscitada por el acto de Cristo.
Después de esta bendición de entrada, se leería el
capítulo 12 del Éxodo, lectura que se encuentra en todas
las liturgias pascuales de la época, en toda la Iglesia, y
que es ciertamente una herencia del judaísmo. Dicho
capitulo contiene el relato del acontecimiento judío y la
descripción del banquete pascual, que permite a los
judíos asimilarse el acontecimiento y hacerlo suyo. A
continuación, la primera carta de Pedro nos presenta
unos elementos que podrían formar el tipo de homilía
cristiana sobre esa lectura judía (1 Pe., 1, 13-21).
Homilía particularmente interesante porque nos revela
cómo desemboca el rito en una actitud de espíritu. He
aquí lo que resulta del rito de los lomos ceñidos, previsto
en el ceremonial del banquete (Ex., 12, 11):
El rito halla, pues, su cumplimiento en la actitud de
espíritu del cristiano. Pero esa actitud de espíritu es
provocada, a su vez, y desarrollada por el rito
sacramental. Según el P. Boismard, después de esta
homilía se administraba el bautismo a los nuevos
cristianos. Y, acto seguido, la explicación del misterio de
este sacramento era tema de otra homilía cuyo esquema
figuraría en la continuación de la epístola.
para un sacerdocio santo, en orden a ofrecer sacrificios
espirituales, agradables a Dios, por medio de Jesucristo...
Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio regio, una
nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las
alabanzas de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo y
que ahora sois el pueblo de Dios, que no habíais
alcanzado misericordia y que ahora la habéis alcanzado.
1 P, 2, 4-10.
como una homilía pascual resultará tal vez inexacta.
Pero, en todo caso, hay que reconocer que esta
catequesis utiliza un número impresionante de
documentos parenéticos e himnológicos y que,
catalogando esos documentos, se descubre en ellos una
perfecta unidad con respecto a la fiesta pascual. Pero lo
que se desprende, sobre todo, de tales documentos es la
profunda "relectura" llevada a cabo en el medio cristiano
primitivo sobre ciertos elementos antiguos de la fiesta de
Pascua. En el centro de la celebración figura la persona
misma del Señor: es la Palabra que acompaña al rito,
Palabra que es "revelación" del plan de Dios en el rito y
que exige "obediencia" por parte del fiel.
9. CONCLUSIÓN
conversión, en una profesión de fe consciente y
comunitaria por la que todos expresan su deseo de unirse
a Cristo en su nueva vida de resucitado. La asamblea
había ayunado previamente para mejor unirse en la
aceptación de su muerte. Apenas si había en aquella
época otros ritos fuera de las sumarias ceremonias de los
sacramentos, y todo se centraba en la renovación interior
producida por esos sacramentos en conexión con el
acontecimiento pascual de Cristo. Pronto, sin embargo,
se inicia un segundo periodo en el que desaparecen los
bautismos de la Vigilia Pascual. Y entonces nacen dos
ritos de carácter más simbólico que propiamente
sacramental. Se amplía desmesuradamente la bendición
del agua, que sustituye a la administración del bautismo:
el agua como elemento simbólico reemplaza al
sacramento y al acto vital de conversión. Se da asimismo
una gran importancia a la bendición de la luz (cirio
pascual), precisamente en una época en que, por irse
anticipando cada vez más la vigilia, se podía prescindir de
luz. Es cierto que cabía la posibilidad, a partir de los
símbolos del agua y la luz, de proclamar el misterio
pascual, provocando la indispensable actitud de espíritu.
Pero ¿se pasó siempre de la posibilidad al hecho?
auténticamente cristianas como, por ejemplo, esa
"imitación" de la pasión que es el viacrucis o el rito de
adoración de la cruz?
PRIMERA LECTURA
Evangelizar es testificar la resurrección de Jesús.
Ciertamente, esta evangelización se refiere a Aquel que
pasó su vida haciendo el bien y luchando por la liberación
de los oprimidos, pero no puede reducirse únicamente a
un proyecto de mera liberación intrahistórica.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10,34a.37-43.
Palabra de Dios
1. TESTIGO/APOSTOL
evangelio: Jesús, ungido por Dios con la fuerza del
Espíritu, pasa haciendo bien, esto es, curando a los
enfermos y liberando a los oprimidos por el diablo.
Sabemos que Mc recogió en su evangelio la catequesis de
Pedro. Así lo atestigua, ya en el año 130, Papías de
Hierápolis.
2.
profundización teológica. La resurrección no es
directamente objeto de la ciencia histórica. Es realidad
trascendente. Los discípulos llegan a la fe por las
apariciones, no por el sepulcro vacío.
1-3.
a los judíos, contra los que se yergue el Resucitado. En
realidad es condena de toda opresión y mal humanos. Y
un grito de esperanza liberadora para todos los que ahora
viven.
4.
5.
paso a paso desde el principio, desde lo de Galilea y el
bautismo de Juan. Lo siguió paso a paso, menos en uno.
Pero este fallo también formará parte de su testimonio.
Pedro conoce bien a Jesús y toda su historia, que ahora
cuenta a la familia de Cornelio.
6.
que él ha querido, y ha encargado a los discípulos la
predicación de su mensaje. La resurrección de Cristo es,
pues, don de Dios para el pueblo, empezando por los
judíos e incluyendo a los paganos.
SALMO RESPONSORIAL
Sal 117,1-2. 16ab-17. 22-23
SEGUNDA LECTURA
El cristiano, por el hecho de tener ya asegurada su
resurrección, no puede conformarse con los valores
puramente terrenos e históricos, sino que debe estar
constantemente proyectado hacia esa zona superior,
donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Si los
cristianos ofreciéramos únicamente una esperanza de
liberación terrena, engañaríamos al pueblo.
Hermanos:
Palabra de Dios.
SEGUNDA
LECTURA
Hermanos:
Palabra de Dios.
SECUENCIA
y, muerto el que es Vida,
triunfante se levanta.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.
Amén. Aleluya.
1. BAUTISMO
sucedido por el bautismo. Ha sucedido radicalmente, en la
raíz, pero ha de manifestarse aún en sus consecuencias,
en los frutos.
2.
La comunidad de Colosas, tras un momento inicial de
desarrollo, está en crisis. La causa hay que buscarla en el
fuerte influjo ambiental de la filosofía; 2,8. El autor
presenta los elementos de este mundo como peligrosos
poderes angélicos que quieren determinar el orden
cósmico y el destino de cada uno de los hombres. Hacer
caso de estos elementos es separarse de Cristo; 2,10. Las
prácticas que se insinúan son caracterizadas como
ejercicios ascéticos de procedencia judaica.
3. BAUTISMO/MUERTE/VIDA/NUEVA
4.
también hay un recuerdo del "todavía no". La vida poseída
está escondida. Aún no se vive en todas sus consecuencias
de gozo, seguridad, imposibilidad de perderla. También
por ello cabe la esperanza. Pero en algo que ya se tiene,
no en algo sólo futuro.
5. BAUTISMO/VIDA-NUEVA:
6.
Lo que pasa es que todo esto aún está muy «escondido en
Dios». Pero algún día se manifestará gloriosamente.
Mientras tanto, dejémonos atraer por Cristo, tendamos a
él, aspiremos a él, vivamos para él, y no para las cosas del
mundo. Toda esta vida de consumo no es vida.
7. /Col/03/01-17 CV/BAUTISMO/VCR
Es evidente que, en la vida de un hombre que busca y
desea efectivamente lo que es de arriba, las inevitables
inconsecuencias no merecen sino comprensión y
benevolencia. Ambas están presentes -aunque no
explícitas- en el trasfondo del texto del Apóstol, el cual
sabe muy bien que no se dirige a cristianos perfectos.
Además es consciente de que a él no se le ha concedido
juzgar a nadie. Su enseñanza no busca tampoco el
perfeccionamiento de instituciones y estructuras. La
doctrina de Cristo, tal como él la entiende, busca al
hombre concreto y real, del que aquéllas tienden a
adueñarse, para abrirle caminos de libertad. Juntamente
con Cristo, a Pablo se le ha revelado el hombre.
8.
9. /Col/03/1-17
Evidentemente, hay una cierta exigencia lógica entre lo
que cada uno cree y su propio comportamiento. En eso se
apoya el razonamiento de Pablo en relación a los
creyentes cuando les dice: «Por tanto, si habéis resucitado
con Cristo, buscad lo de arriba...; estad centrados arriba,
no en la tierra» (vv 1s). Sin embargo, la inteligencia de lo
que el Apóstol dice y el esfuerzo para vivir en consonancia
con ello tropiezan con un escollo. Y tal escollo reside en
que la vida no se presenta aquí como dice la doctrina; es
decir, el creyente -pese a haber sentido que ha resucitado
con Cristo- sigue sujeto a la muerte, como cualquier otro
hombre, y vive atraído por todas las cosas de la tierra. En
otras palabras: la fe no cambia la realidad que el hombre
ve. La fe dice que la realidad no es como se presenta, pero
no hace que se muestre como dice que es.
EVANGELIO
María Magdalena, Pedro y Juan no eran unos visionarios,
sólo constataban los hechos escuetos. Ahora bien, estos
hechos no demostraban la resurrección de Jesús. Ellos
llegaron a creer porque aceptaron la llamada invisible de
Dios. Dios no suele hablar en medio del bullicio del
fanatismo religioso.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en
el sepulcro: Vio las vendas en el suelo y el sudario
con que le habían cubierto la cabeza, no por el
suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio
aparte.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Jn 20. 1-9
1.
La carrera de los dos discípulos puede hacer pensar en un
cierto enfrentamiento, en un problema de competencia
entre ambos. De hecho, se nota un cierto tira y afloja: "El
otro discípulo" llega antes que Pedro al sepulcro, pero le
cede la prioridad de entrar. Pedro entra y ve la situación,
pero es el otro discípulo quien "ve y cree".
2. TUMBA-VACIA:
3. DISCIPULO-ANONIMO:
único nombre propio. Su nombre es el tuyo y el mío, que
este día de Pascua creemos en Jesús resucitado y
experimentamos en nosotros el amor de Jesús resucitado.
4.
Pedro no concibe aún la muerte como muestra de amor y
fuente de vida. En el atrio del sumo sacerdote había
fracasado en su seguimiento de Jesús (cfr. Jn. 18, 17. 25-
27); el otro discípulo, en cambio, siguió a Jesús (cfr. Jn.
19, 26). De esta manera, puede ahora marcar el camino a
la autoridad en la tarea, común a ambas, de discernir a
Jesús y encontrarse con él; corriendo tras la comunidad es
como podrá la autoridad alcanzar su meta. Ambas,
autoridad (Pedro) y la comunidad (discípulo amado)
habían partido de la misma no-inteligencia, de la misma
obscuridad, del mismo sepulcro. Ni Pedro ni el otro
discípulo habían entendido, cuando partieron, el texto de
Is. 26, 19-21. Pero el otro discípulo, al ver, creyó, captó el
sentido del texto: la muerte física no podía interrumpir la
vida de Jesús, cuyo amor hasta el final ha manifestado la
fuerza de Dios.
5. CRUZ/TRONO.
Sentido del texto. Este estilo, este talante, son una tarea
ardua y difícil, pues pasa inevitablemente por la
experiencia aniquiladora del que vive ese espíritu. En el
relato de Juan, María Magdalena adquiere la función de
recordar y hacer viva esta experiencia: "Se han llevado del
sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". En
el relato de Juan no hay ángeles ni mensajes pascuales.
Para Juan, el mensaje pascual y el triunfo de Jesús están
en la cruz. La resurrección de Jesús es su amor a prueba
de la propia vida. Es este amor el que ha roto la muerte,
porque, al amar al máximo, Jesús se ha encontrado con la
potencia viva del Padre, que es sólo amor. Esto requiere
un gran esfuerzo de credibilidad (fe), porque es un desafío
a las reglas elementales de lo empírico.
6.
ciertamente, la prueba de la resurrección; es el indicio de
que el poder glorificador del Espíritu no ha olvidado el
cuerpo.
Cristo resucitara de entre los muertos (Jn 20,9). Así, pues,
vio y creyó. ¿Qué creyó? ¿Qué, sino lo que había dicho la
mujer, a saber, que habían llevado al Señor del sepulcro?
Ella había dicho: Han llevado al Señor del sepulcro y no sé
dónde lo han puesto (Jn 20,2).
Hoy celebramos la Pascua, "la fiesta de las fiestas",
porque es el día de la resurrección del Señor. Por esto,
hoy, cielos y tierra cantan el aleluya, expresión de alegría
que significa "alabad al Señor", antiguo grito de alabanza
litúrgica heredado del culto israelítico.
no lo rechaza; creemos que en Cristo tenemos la Vida
verdadera...
llega en este año de gracia hasta nosotros. No nos reúne
nada más. Seamos conscientes de que no tenemos otro
objetivo, en nuestra convocatoria de hoy y de cada
domingo -¡todo el año es como una celebración pascual!-
que acoger el don de Dios Padre en el Cristo Viviente y
transmitir este mensaje a las nuevas generaciones. Sean
cuales sean las dificultades, éste es nuestro deber más
sagrado: transmitir la BUENA NOTICIA DE QUE, EN
CRISTO, LA VIDA HA VENCIDO A LA MUERTE, como glosa
poéticamente la secuencia de la misa. Digamos al mundo
hoy, día santo de Pascua, y todo el año que:
(Secuencia de Pascua)
1.
cristianos (y no únicamente en países lejanos; también
entre nosotros).
constituyéndole así Señor -es decir, criterio y fuente de
vida-, para todos los que creyeran en Él.
2. CINCUENTENA:
-La gran fiesta que dura 50 días
palabras de san Pedro encontramos los ASPECTOS
PRINCIPALES de la afirmación de la fe. Es decir, de lo que
es la Pascua. Esquemáticamente podríamos decir que
encontramos tres aspectos.
lucha por la verdad y el amor, por el Reino de Dios. Una
misión que es un camino difícil, doloroso (como el de JC),
pero que conduce HACIA LA PLENITUD de vida que la
Resurrección de JC inicia y anuncia. Por eso es una lucha y
un camino de esperanza e incluso de fiesta.
3.
llevado el cuerpo del Señor. Y así, entre dudas y miedos,
recordando las palabras del Maestro y leyendo de nuevo
las Escrituras, avanzan hacia la luz. Hasta que llega LA
PRUEBA DEFINITIVA, LA DE LA AMISTAD, LA DEL AMOR:
se sientan a la mesa con él. Sí, Jesús de Nazaret, el hijo
del carpintero, el que fue ungido con el Espíritu Santo y
con poder, que pasó por el mundo haciendo el bien y
terminó colgado en un patíbulo, a éste, ¡DIOS LO HA
RESUCITADO! Nadie lo ha visto con los ojos de la carne,
pero él no está en el lugar donde lo pusieron y por el
contrario se ha aparecido, no a todo el pueblo, sino a unos
testigos que Dios había designado.
con sus amigos junto al mar de Tiberíades. Debemos estar
al lado de los jóvenes y de los hombres de buena voluntad
que luchan por un mundo mejor. La salvación del hombre
y de la humanidad no es una utopía. El amor y la vida
triunfarán. Cristo ha vencido al pecado y la muerte.
Lo acabamos de escuchar, nos sentamos con él a la mesa.
En virtud del pan y del vino, también nosotros podemos
decir que "hemos comido y bebido con él". Y entonces
NUESTRA VIDA será como la de Jesús, y NUESTRO
TESTIMONIO como el de los apóstoles.
4. FIESTA
desvarío. Proclamamos una fiesta que se refiere a lo más
sagrado que el hombre tiene en sí.
desalientos y agresividades, esa búsqueda de lo inmediato
y de lo egoísta, esa maldición de tener que morir. Y...
cuando esto se descubre en la fe de un acontecimiento
que es presente, se juega, se baila, se canta y se celebra.
Se está en Fiesta.
5.
es posible llegar a la libertad, en libertad. Y esto vale para
el hombre, para cada hombre, en la historia de su vida, y
para el pueblo, para cada pueblo, en su larga biografía.
Hay que dejar al faraón que se hunda con sus caballos en
el Mar Rojo. La libertad está en la otra orilla.
detener ya la esperanza, una vez desatada? Pues hay una
promesa pendiente que se ha de cumplir no obstante y a
pesar de todo. Dios es fiel y no defrauda a sus testigos:
"Si Cristo no ha resucitado, somos los más desgraciados
de los hombres; pero ¡Cristo ha resucitado!" He aquí la
adversativa que nadie puede dominar. "¡Si Cristo ha
resucitado, también nosotros resucitaremos!" La
resurrección, la pascua, es irreversible. Porque es un paso
hacia delante. Cristo no resucita para volver a morir. La
resurrección de Cristo no es el mito del eterno retorno:
vivir para morir, morir para vivir, y vuelta a empezar. No,
la resurrección es un hecho histórico, el hecho mayor de
toda la historia de la salvación o de la liberación. No tiene
que ver nada con un suceso de la naturaleza. Por eso es
siempre una ruptura, pues el que resucita no vuelve ya a
las andadas.
6. JESÚS/PRIMOGENITO
ser la historia de la emancipación del hombre, sino una
pasión inútil, al fin y al cabo? Pues la muerte no vencida,
el último enemigo, es la gran necesidad a la que van a
parar todas las libertades.
la muerte, el paso definitivo del reino de la necesidad al
reino de la libertad.
7.
acontecimiento de la Resurreción como sentido último y fin
de todo cuanto nos dicen de la vida concreta e histórica de
Jesús, el Nazareno; por otra parte, la Resurrección es el
fundamento y el principio de la historia de la comunidad
de la que se ocupará San Lucas en el Libro de los Hechos.
Este acontecimiento central y culminante no puede ser
entendido como una ficción de cuanto supone y origina.
El Cristo misterioso, Jesús, muerto y resucitado, es una
garantía de que la lucha por la justicia tiene sentido.
Jesús, vivo por la fe en la comunidad de los creyentes,
funda una esperanza invencible que nadie ni nada pueden
ya domesticar. Jesús, el Señor, es también la garantía de
que "todas las fuerzas de intereses bastardos, de
conformismo, de cobardía, de pesimismo histórico, que
tratan de ahogar cuanto es contestación en nombre de la
liberación y de la justicia, serán impotentes para eliminar
de la historia la resistencia contra el egoísmo, la injusticia
y la opresión".
resurrección y la vida" (Jn 11, 25). Pero ese hombre, un
buen día, es apresado, juzgado y condenado a muerte.
-LA PRIMERA COMUNIDAD CRISTIANA SE CONVIERTE EN
TESTIGO
de Jesús es nuestra esperanza y nuestra exigencia de
transformación histórica de la vida.
-JESÚS VIVE
9.
Pero la muerte de Jesús no fue el último episodio de
aquella vida. La sentencia dictada por Pilato contra Jesús
no fue la última palabra en aquel proceso. La última
palabra estaba todavía por decirse, por pronunciarse. La
última palabra fue pronunciada por Dios Padre resucitando
a Jesús de entre los muertos. La Resurrección es la
revisión de aquel proceso entablado contra Jesús y que,
aparentemente, sus enemigos habían ganado, y la
ratificación de la sentencia. Dios había apostado por Jesús,
confirmando solemnemente toda su predicación y
actuación. Luego Jesús tenía razón. Luego Jesús tenía
razón cuando proclamaba por los caminos que Dios es el
Padre de todos, que Dios es amor al hombre, y nos decía
que todos éramos hermanos y que teníamos que vivir
como hermanos. Luego Jesús tenía razón cuando nos
invitaba a pasar por la vida haciendo bien todas las cosas
y haciendo el bien a todos.
La Resurrección no es una verdad puramente teórica, que
pueda, sin más, ser aceptada intelectualmente, sino que
es una verdad vital, existencial, que afecta íntima y
vitalmente a la totalidad de la persona, que sólo puede ser
acogida en la fe y en la conversión. No creemos de verdad
en la Resurrección si no creemos del todo, y no creemos
del todo si no nos tomamos totalmente en serio aquello
que creemos y ajustamos nuestra vida a las exigencias de
esa verdad central de nuestra fe, que tiene luz y fuerza
capaces de cambiar todas nuestras personas y todas
nuestras vidas.
La fe en la Resurrección iluminará y transformará las vidas
de Pablo y de los Doce y los lanzará a todos los horizontes
del mundo, proclamando con una audacia, firmeza y
perseverancia indomables la Buena Noticia de la
Resurrección. Y nada ni nadie -ni las prohibiciones, ni las
amenazas, ni los castigos de las autoridades- podrán
impedir que sigan inquietando a todos con aquel extraño
mensaje. Y en pocos años, la increíble noticia, avalada y
hecha creíble por el testimonio de vida de los
predicadores, hará surgir florecientes comunidades
cristianas por el vasto Imperio Romano.
San Pablo, no seamos los más miserables de los hombres
ni sea vana nuestra fe. El sepulcro vacío, sin cadáver, es
una llamada a la esperanza y a lo que debe ser el estilo de
vida cristiano, un estilo de vida que tiene por norte un
HOMBRE RESUCITADO, porque el Dios cristiano no es un
Dios de muertos, sino de vivos, un Dios que quiere que los
hombres sean felices y gocen y rían; un Dios que quiere
que los hombres sean hombres de verdad, capaces de
comprender al hombre, de compartir con él la alegría y el
dolor, la escasez y la abundancia, los proyectos y las
decepciones; un Dios que quiere que vivamos en una
espléndida libertad porque El murió y vivió precisamente
para que seamos libres, con una libertad como nada ni
nadie puede darnos, porque está apoyada en la verdad. Lo
dijo El en su vida pública con toda rotundidad.
Buscar las cosas del cielo es vivir conociendo
perfectamente las de la tierra para ordenarlas
debidamente según una jerarquía de valores y cuando
llegue la hora de elegir, que llegará en algún momento, lo
hagamos desde una fe que se fortalece hoy: la fe en Cristo
resucitado.
11.
eucaristía pascual es promesa de la Pascua del universo,
una vez cumplida la totalidad de la justicia que exige el
reino. Todo está llamado a compartir la Pascua del Señor,
que, celebrada en comunidad, anticipa la reconciliación
con Dios y la fraternidad universal.
REFLEXIÓN CRISTIANA:
12.
veces nos invade: cansancio de vivir, acciones sin sentido,
rutina. El vacío que se nos produce cuando estamos en
crisis y los esquemas antiguos ya no tienen respuesta;
cuando sentimos que tal acontecimiento o nueva doctrina
nos quita eso seguro a lo que estábamos aferrados.
Pero tiempo más tarde, cuando junto al lago de Genesaret
Jesús le exija el triple testimonio de amor: "¿Me amas más
que éstos?", y le proponga seguirlo por el mismo derrotero
que conduce a la cruz, entonces Pedro será recuperado y
no solamente creerá, sino que -como hemos leído en la
primera lectura- dará testimonio de ese Cristo resucitado
que "había comido y bebido con él después de la
resurrección".
sigilosamente en la gran masa humana, colocando en ella
la nueva levadura de la Pascua. Ya conocemos los
resultados.
13.
Si, en cambio, partimos de que para la primitiva
comunidad cristiana la resurrección de Jesús es el
acontecimiento fundamental de su fe y de que los relatos
tratan de ahondar en el sentido de ese acontecimiento,
nos encontramos con que nuestros ojos deben estar muy
abiertos para saber descubrir el significado o los
significados profundos de ese signo llamado
«resurrección», que será siempre para la ciencia y para la
historia un verdadero enigma.
«nuevo» porque no tiene ejemplar alguno similar en la
raza humana adamítica.
tal como sucede en los cementerios donde encontramos
lápidas que rezan la «irreparable pérdida que los deudos
lloran acongojados».
revolución social o un poeta de la utopía. De ello dan
testimonio todos los evangelios.
pensadas, evaluadas, criticadas y superadas con un
esfuerzo constante.
Por eso resucitó Jesús: para que hasta ese final, hasta la
plenitud de la historia los hombres contáramos con su
presencia, acicate y exigencia de una lucha que dentro o
fuera del cristianismo no se puede detener...
corazones la ley del amor, la Pascua es la eclosión e
irrupción de ese Espíritu en hombres dispuestos a decirle
sí a la vida.
celebrar la Pascua si la vida de nuestra comunidad no
acusa cambio positivo alguno, si todo sigue con el mismo
ritmo de inercia. Cierta quietud y perezosa estabilidad de
nuestras comunidades suenan más a sábado que a
domingo de Pascua.
resurrección sólo es una palabra ritual, pero no la fuerza
que dinamiza la vida de la sociedad.
14.
AMENAZADOS DE RESURRECCIÓN
No dominamos el porvernir y, por ello, es cada vez más
tentador vivir sin futuro, actuar sin proyectos, organizar
sólo el presente. La incertidumbre de un futuro demasiado
oscuro parece empujarnos a vivir el instante presente de
manera absoluta y sin horizonte. No parece ya tan
importantes los valores, los criterios de actuación o la
construcción del mañana. El mañana todavía no existe.
Hay que vivir el presente.
conceptual. Ni yo ni nadie estamos amenazados de
muerte. Estamos amenazados de vida, amenazados de
esperanza, amenazados de amor.
15
DIOS LO HA RESUCITADO
Vio y creyó...
de lágrimas: Todos somos huérfanos. Vosotros y yo.
¡Todos estamos sin Padre!...».
16.
(En las misas de la mañana: Alegraos, hermanos. El ángel
nos lo ha anunciado también a nosotros, no sólo a las
mujeres que acudieron al sepulcro: "¿Buscáis a Jesús el
Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado").
todos declara: "A Jesús de Nazaret lo mataron colgándolo
de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo
hizo ver a nosotros, que hemos comido y bebido con él
después de su resurrección". A partir de ahora nadie podrá
hacer callar a Pedro. Ni a los demás discípulos, que irán
anunciando a todos la buena noticia: "Dios ha nombrado a
Jesús juez de vivos y muertos. Los que creen en él
reciben, por su nombre, el perdón de los pecados".
¿Y nosotros? Todos podemos ser misioneros y mensajeros,
no tanto con discursos sino con nuestro estilo de vida, de
la noticia de la Pascua, de la convicción de que la salvación
está en Cristo Jesús, que él es quien da sentido a nuestra
existencia, que vale la pena seguir su camino porque ahí
está la verdadera felicidad. Cada uno en su ambiente: en
nuestra familia (los padres a los hijos y los hijos a los
padres), en nuestra sociedad (en el mundo del trabajo o
de las amistades o de la escuela o de las distintas
actividades), en la comunidad cristiana (con la catequesis,
con la colaboración en la vida parroquial)...
17.
SI A LA VIDA
batalla en el que dos tendencias se disputan la primacía:
el amor a la vida y el amor a la muerte» (E. Fromm).
18.
a los más enemigos, porque nosotros mismos hemos sido
acogidos y perdonados por Dios.
19.
El texto latino de la secuencia de hoy, que es del siglo Xl,
no tiene especial valor, pero incluye un diálogo lleno de
lirismo e ingenuidad con María Magdalena. La traducción
oficial española lo versifica con dignidad: "¿Qué has visto
de camino, María en la mañana?". Y María responde: «A
mi Señor glorioso, la tumba abandonada, los ángeles
testigos, sudarios y mortaja. ¡Resucitó de veras mi amor y
mi esperanza! Venid a Galilea, allí el Señor aguarda; allí
veréis los suyos la gloria de la pascua».
Lázaro y Marta. Sería también, por tanto, la que
escuchaba a los pies de Jesús mientras su hermana Marta
se afanaba en el trabajo doméstico, la que fue testigo de
la resurrección de su hermano y, también la que vertió,
ante el escándalo de Judas, una libra de perfume de nardo
puro sobre los pies de Jesús. Pero notemos que, según los
evangelios, no es claro que se dé esta coincidencia. Según
esta interpretación Magdalena sería una conversa a la que
Jesús había cambiado la vida, que se mantiene fiel cuando
han huido atemorizados los discípulos y que es testigo
privilegiado de las primeras apariciones del Resucitado.
resurrección de Cristo. Y, podemos preguntarle también
con esa vieja e ingenua secuencia de pascua: « ¿Qué has
visto de camino, María, en la mañana?». Ojalá nuestra fe
nos pueda decir, en esta mañana de la pascua siempre
florida -porque el grano de trigo ha comenzado a dar vida-
lo que sintió aquella mujer que quizá había sido pecadora,
de cuyo corazón Jesús había expulsado muchos demonios
y que, fue fiel a su Señor en la cruz y en la resurrección.
"Dinos, María", que valió la pena estar junto a la cruz del
Señor, intentándole dar aunque sólo sea tu compañía y tu
amor, y que el seguidor del maestro tiene que estar junto
a las cruces del hombre de nuestro tiempo.
20.
- El hecho.
vio lo mismo. Vio y creyó. Vio la tumba vacía y las vendas
y el sudario aparte, y creyó que Jesús había resucitado. Y
creyeron en las Escrituras y en las palabras de Jesús, que
había anunciado su muerte y resurrección.
-El evangelio.
-La evangelización.
Creer en la resurrección de Jesús no es sólo tener por
cierta su resurrección, sino resucitar, como nos dice san
Pablo. Creer es realizar en la vida la misma experiencia de
la vida de Jesús. Es ponernos en su camino y en el camino
de nuestra exaltación, resueltamente y sin echar marcha
atrás. Jesús entendió su exaltación como subida a la cruz,
como servicio y entrega por todos, dando su vida hasta la
muerte. El que ama y va entregando su vida con amor, va
ganando la vida y verifica ante el mundo la fuerza de la
resurrección, porque en "esto hemos conocido que hemos
pasado de la muerte a la vida, en que amamos a los
hermanos", en que estamos dispuestos a dar la vida y no
a quitarla. Sólo esta fe viva, esta experiencia de la nueva
vida inaugurada por el Resucitado, puede discutir a la
muerte y a la violencia su dominio. Sin esa experiencia,
nada de lo que digamos sobre la resurrección podrá
convencer a los otros. Tenemos que ser testigos de la
resurrección, resucitando y ayudando a alumbrar la nueva
vida.
-El testimonio.
21.
Este sí se convierte en la dicha de la misión a los
hermanos: dar es más bienaventurado que conservar para
sí. La Iglesia es en lo más profundo de sí misma mujer, y
como mujer abraza tanto al ministerio eclesial como al
amor eclesial, que son inseparables: «La hembra abrazará
al varón» (Jr 31,22).
2. El ministerio predica.
3. El apóstol explica.
sustraída al mundo y por tanto ahora no es visible; sólo
cuando aparezca Cristo, «vida nuestra», podrá salir
también a la luz, juntamente con él, nuestra verdad
escondida. Pero como nuestro ser es también nuestro
deber, tenemos que aspirar ante todo a las cosas celestes,
a las cosas de arriba; aunque tengamos que realizar
tareas terrestres, no podemos permanecer atados a ellas,
sino que hemos de tender a lo que no solamente después
de la muerte sino ya ahora constituye nuestra verdad más
profunda. En el don de Pascua se encuentra también la
exigencia de Pascua, que es asimismo un puro regalo.
22.
«ESTE ES EL DÍA»
seguidores, se les hundió el mundo. Y sobre sus vidas y
sobre su corazón, cayó una losa, tan grande y fría como la
que cayó sobre el sepulcro de Jesús. «Causa finita». Fin.
kerigma de Cristo resucitado. Porque algo nos dice en
nuestro interior que no pueden quedar fallidas nuestras
ansias de inmortalidad. Y, sobre todo, porque como dirá
Pablo: «Si Cristo no hubiera resucitado, seríamos los seres
más desdichados». Por eso, dejadme que os repita: «La
primavera ha venido. Y todos sabemos cómo ha sido».
«vacío». Y tuvo que comprender que sus ungüentos eran
regalos inútiles, alivios ridículos para un cuerpo inmortal.
« ¡No estaba allí! ¡Había resucitado!» Allá sólo estaban las
reliquias de la muerte: «unas vendas, un sudario».
Constataciones de un dolor superado y redentor. Agua
pasada. Banderas de la muerte, humilladas por el huracán
de la Vida.
Primero. Día sin ocaso. Ocasión propicia para escuchar a
Pablo: «Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los
bienes de arriba». Y volver a cantar: « ¡Aleluya, aleluya,
aleluya!»
proclamaciones de que el Hijo de Dios ha vencido a la
muerte, tal y como lo anunció: «Yo soy la resurrección y la
vida».
25.
REFLEXIÓN CRISTIANA:
26.
muertos con la intervención de Dios. Según el Nuevo
Testamento, dicha vida está determinada por la
resurrección de Jesucristo y es comunión con Dios,
vencedor de la muerte. El creyente vive ya una vida nueva
por la fuerza del Espíritu, entre el ya y el todavía no: es
realidad presente con dimensiones de futuro. Será plena
cuando sea vencido el último enemigo, que es la muerte,
con todas sus actuales mortandades.
REFLEXIÓN CRISTIANA:
27.
que han sufrido absurdamente, que han padecido
inocentemente.
impasible el mal de los oprimidos, y nosotros tampoco lo
debemos tolerar. Sólo cree en la resurrección el que no
está conforme con el mundo tal como es.
28.
Lo que celebramos no es un aniversario. Es una realidad
que todavía sigue sucediendo. Jesús, hace dos mil años,
inauguró la Pascua: la Pascua sigue viva. Él, Cristo Jesús,
sigue vivo. Aunque no le vemos, está en medio de
nosotros.
y ahora eran los primeros testigos de su nueva vida:
"recordaron sus palabras, volvieron del sepulcro y
anunciaron todo esto a los once y a los demás". Se
convirtieron en "apóstoles de los apóstoles", en
pregoneras de la Buena Noticia a todo el que quisiera
escucharlas, aunque no les hicieran mucho caso. (Y lo que
hicieron los dos discípulos de Emaús. Al reconocer a Jesús,
fueron corriendo a Jerusalén y contaron lo que les habla
pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir
el pan).
29.
había sido disuelta por el ajusticiamiento de Jesús, sino
también por el miedo a sus enemigos y por la inseguridad
que deja en un grupo la traición de uno de sus
integrantes.
interiormente, más que en el verlo o en palparlo
físicamente, a través de apariciones. Esta afirmación
queda sellada con sus palabras: "Dichosos los que sin
haber visto han creído".
Oración comunitaria
Oh Dios que en la resurrección de Jesús has dejado clara
tu voluntad y tu propuesta de Vida abundante para todos;
llenos de alegría te damos gracias por la confirmación que
en la resurrección de Jesús has dado a todas nuestras
esperanzas. Por N.S.J.
30.
más gozoso nos hace el ángel! La mejor noticia de todo el
año: Cristo ha resucitado.
-Cristo ha resucitado
sido inmolado: muriendo, destruyó nuestra muerte;
resucitando, restauró la vida". Si hemos admirado, a lo
largo de la Cuaresma y de la Semana Santa, la entrega
generosa de Cristo a la muerte, por solidaridad con todos
nosotros -su "sí" a la humanidad y a Dios-, ahora nos
alegramos del "sí" que Dios Padre ha dicho a su Hijo, y a
nosotros, resucitándole a una nueva existencia.
somos invitados a vivir como "resucitados". La fiesta de
hoy, junto con la alegría y la esperanza que nos comunica,
nos compromete también a vivir según la vida nueva de
Jesús, a mirar las cosas de arriba, dando a nuestra historia
de cada día una dimensión pascual. La Cincuentena que
hoy iniciamos -las siete semanas de Pascua, hasta el día
de Pentecostés, 23 de mayo- supone que nuestra vida no
es la misma de antes. Pascua no admite tristeza, ni
pereza, ni egoísmo, ni desánimo, ni apego a lo viejo, ni
esclavitud.
31.
Noticia se comunica a todos los seres humanos de buena
voluntad.
crear innecesarias confusiones doctrinales. Exhorta a no
trastocar lo que es una experiencia de vida fundada en la
catequesis paulina con los caprichos religiosos de moda.
Luego viene el par de discípulos. Uno identificado con el
nombre propio: Pedro. Lo acompaña alguien identificado
genéricamente como el otro discípulo. Ambos corren a
verificar el anuncio de la Magdalena. El otro se adelanta,
examina la situación de la tumba y se abstiene de entrar.
Pedro, por el contrario, entra y se encuentra con el
sepulcro vacío. Ante las vendas que atan los pies e
impiden la movilidad, y ante el sudario que representa la
muerte, Pedro no tiene ninguna reacción. El "otro
discípulo", por el contrario, al ingresar al sepulcro cree y
alcanza la comprensión cabal de lo que le ha ocurrido a
Jesús.
Para la revisión de vida
- Para que todos los que sufren las secuelas de la
opresión, la violencia y la injusticia, encuentren más apoyo
en nosotros para salir de su situación. Oremos
32.
Testigos de la Resurrección
esquema de la primitiva predicación apostólica, en la que
la resurrección es el hecho fundamental, la más
importante de las acciones salvíficas de Dios.
como el Cristo de nuestra fe, damos vida" (Gustavo
Gutiérrez).
33.
ungirle con perfume. Judas la criticó y Jesús la defendió
porque le había perfumado ungiéndole para la sepultura.
El viernes, a las tres de la tarde, todo se había
consumado. José de Arimatea y Nicodemo le amortajaron
y le enterraron. María Magdalena quiso perfumarle
también, después de muerto, una vez transcurrido el
descanso legal del sábado judío.
5."Jesús le dijo: Suéltame, que aún no he subido al Padre;
ve a mis hermanos y diles que subo al Padre mío y
vuestro" (Jn 20,17). María deja alejarse a su Amado, y en
esa privación se encierra el más hermoso homenaje que
una mujer haya hecho a un hombre, porque es su Dios.
San Juan de la Cruz cantará con voz sublime el
alejamiento del Amado: "¿Adónde te escondiste, Amado, -
y me dejaste con gemido? -Como el ciervo huiste -
habiéndome herido, - salí tras tí clamando - y eras ido".
Magdalena hizo, como Juan y Pedro, lo que debieron
hacer: salir, abrirse, comunicar. Es el mejor remedio para
curar la depresión. San Ignacio aconseja "el intenso
moverse" contra la desolación (EE 319). De esta manera,
la sabia colaboración de todos, ha conseguido la
manifestación de Cristo Resucitado.
modo, el Hijo de Dios demostró que sólo hay algo
precioso: la belleza del amor que pasa a través de la cruz
y que es purificada por la cruz. Más que cerrar los ojos
ante la belleza ambigua hay que abrir de par en par la
mirada a la belleza de Cristo resucitado.
34.
"RESUCITO"
adulto. De Nazaret guarda recuerdos imborrables. De su
dulce vida familiar de trabajo, silencio, oración en familia y
personal solitaria. De sus horas de oración, donde ha ido
descubriendo la ternura del Abbá, el cariño dulce y
absorbente que ha ido llenando su corazón día a día,
donde ha ido creciendo en edad y en sabiduría y gracia.
Allí ha ido descubriendo la voluntad del Padre y ha
resuelto seguirla hasta la muerte, con la fuerza del Espíritu
Santo.
plenitud de la Vida. Con la resurrección de Cristo nos llega
toda la Vida, no sólo que durará, sino que se tiene toda a
la vez: "Tota simul et perfecta possesio" (Boecio).
vida está escondida con Cristo en Dios" Colosenses 3,1,
para gloria de Dios Padre, que por la fuerza del Espíritu
Santo, ha resucitado y exaltado a su Hijo, constituyéndolo
Señor. Y "cuando se manifieste él glorioso, que es nuestra
vida, os manifestaréis también vosotros gloriosos".
Amen.
35.
1ª Lectura (Hch 10,34.37-42): La historia de Jesús se
resuelve en la resurrección "Me refiero a Jesús de Nazaret,
ungido por Dios..., que pasó haciendo el bien... Lo
mataron colgándolo de un madero, pero Dios lo resucitó al
tercer día y nos lo hizo ver... a nosotros, que hemos
comido y bebido con él después de la resurrección".
bienes de allá arriba....; aspirad a los bienes de arriba, no
a los de la tierra..."
3.2. También el evangelio de hoy nos ofrece el ejemplo
fascinante del «discípulo amado» -clave en la teología del
cuarto evangelio-, que corre con Pedro, que corre incluso
más que éste, tras recibir la noticia de la resurrección. Es
el discípulo
La resurrección de Jesús es la primicia de que en la
muerte se nace ya para siempre.
36.
siglos, nosotros anunciamos al mundo: ¡Cristo vive! La
Resurrección es el argumento supremo de la Divinidad de
Nuestro Señor.
mujeres que estaban al pie de la cruz de Jesús y que
estaban presentes cuando lo sepultaron. Así que no hay
error posible a propósito de la tumba de Jesús.
comunidad cristiana está invitada a velar con sus lámparas
encendidas porque Cristo triunfa de la muerte y del
pecado mediante su resurrección. El sentido profundo de
las lecturas de esta noche se anuncia claramente en la
introducción que hace el celebrante principal al inicio de la
liturgia de la Palabra: “Recordemos las maravillas que Dios
ha realizado para salvar al primer Israel, y cómo en el
avance continuo de la historia de la salvación, al llegar los
últimos tiempos, envió al mundo a su Hijo, para que con
su muerte y su resurrección, salvara a todos los hombres”.
La vigilia de esta noche se ilumina con la Palabra de Dios
que nos narra la historia de la salvación: la creación, el
sacrificio de Abraham, el paso del mar rojo, la promesa de
una misericordia que nunca acaba, la purificación de los
corazones... el significado del bautismo. El evangelio de
san Marcos pone de relieve que el “crucificado” ha
resucitado, no para volver a una nueva vida terrenal, sino
que ha sido elevado a una nueva dimensión: con la fe en
la resurrección de Jesús encuentra la comunidad primitiva
su propia salvación, contempla así su futuro definitivo.
Mensaje doctrinal
crucifixión: María de Magdala, María la de Santiago y
Salomé se reúnen, como era costumbre entre los judíos,
para visitar la tumba de Jesús, deseaban, además, ungirlo
debidamente, pues la tarde del viernes todo había sido
muy precipitado. El reposo sabático no les había dado la
oportunidad de hacerlo. Ahora, al despuntar el día, se
dirigen al sepulcro, no sin un profundo dolor y una viva
emoción. Se debe notar que san Marcos habla del “primer
día de la semana”. Hasta ahora, los anuncios de la
resurrección hablaban del “tercer día”. Cómputo que se
hacía a partir del día de la crucifixión (Cfr. Mt 16,21; Lc
9,22). El tercer día en la biblia se reconocía como día de la
teofanía. Al tercer día desciende Yahveh sobre el Sinaí (Ex
19,16); al tercer día llega Abraham al lugar del sacrificio
con su hijo Issac (Gen 22,4). Por su parte los santos
Padres prefieren mencionar el “octavo día” poniendo de
relieve la venida del Señor al final de los tiempos.
Dios no permite que la creación se destruya, sino que la
reconstituye después de las prevaricaciones del hombre.
En el término “primer día de la semana” está también
contenida la idea paolina según la cual la creación espera
la manifestación de los hijos de Dios (Rm 8,19): como el
pecado destruye la creación, así la creación se cura
cuando los “hijos de Dios” se hacen presentes (Cfr.
Ratzinger ibidem).
Cristo resucitó de entre los muertos.
Con su muerte venció a la muerte.
A los muertos ha dado la vida.
Sugerencias pastorales
2. Valorar el propio bautismo. La vigilia pascual con su
liturgia bautismal nos invita a considerar el valor del
propio bautismo. Por medio de él, nos dice san Pablo,
hemos sido injertados en Cristo, hemos sido incorporados
al cuerpo de Cristo, liberados del pecado y hechos hijos de
Dios. ¡Oh cuántas cosas grandes ha obrado Dios en favor
nuestro! Sucede, sin embargo, que a veces vivimos
distraídos de las verdades fundamentales que sostienen
nuestras vidas. Nos dejamos arrebatar por el miedo, el
cansancio, el sueño, porque no nos damos cuenta de las
riquezas que llevamos en el alma: “Despierta tú que
duermes y el Señor te alumbrará”. Que cada uno valore
hoy la dignidad de su ser cristiano (Reconoce Oh Cristiano,
tu dignidad decía san León Magno), que cada uno sienta
en toda su belleza la alegría de ser hijo de Dios -porque en
verdad lo somos-, de ser coheredero con Cristo, de ser
partícipe de la misión de Cristo. Si, así lo hacemos,
nuestra vida dará un vuelco y seremos “más cristianos”,
alejaremos de nuestra vida la tentación de vivir de forma
pagana como si Dios no existiese y como si Cristo no
hubiese muerto y resucitado por nosotros.
37.
COMENTARIO 1
espera, cada día con más fuerza, ver la luz, la libertad, el
gozo, la alegría.
38
COMENTARIO 2
del plan de Dios; pero era seguro que llegaría, al
mantener Jesús con firmeza su compromiso de amor. Pero
el amor es siempre la derrota de la muerte y la victoria de
la vida. Murió por amor, y el amor lo devolvió a la vida.
Decir esto en un mundo de muerte sigue siendo
subversivo, pero, por eso, necesario.
LO ENCONTRO EL AMOR
amor es fuente de más y más vida. Por eso, al llegar al
sepulcro, sólo él supo interpretar los signos que tenían
ante sí y sólo creyó él.
Era «el primer día de la semana», el día que empezó una
nueva cuenta de los días porque un hombre nuevo y una
nueva humanidad habían nacido del costado abierto del
Nazareno; surgía una nueva posibilidad: un modo nuevo
de ser hombre, comprometido en la tarea de transformar
este mundo y de construir y consolidar un modelo de
relaciones entre los hombres que de verdad se pudiera
decir que procedía de Dios. Relaciones basadas en el amor
y la vida, en la verdad y la justicia, y en la libertad, la
única tierra que produce amor y vida, verdad, justicia y
paz.
para algunos, pasado de moda. No hay más que oír lo que
dicen y ver lo que hacen- algunos que fueron progres
cuando estaba de moda -¡y cuando parecía que el viento
del poder soplaba en esa dirección!- serlo. Pero si
queremos dar testimonio de que a Dios no se le puede
atribuir la muerte, sino la vida, si creemos que el amor
vencerá, que está venciendo a pesar de las apariencias, si
seguimos creyendo en la resurrección..., no podemos
abandonar. ¡Aunque nos llamen subversivos! ¿Es que
acaso no lo somos?
39.
COMENTARIO 3
Cuando los discípulos de esta primera comunidad sienten
interiormente esta presencia transformadora de Jesús, y
cuando la comunican, es cuando realmente experimentan
su resurrección. Y es entonces cuando ya les sobran todas
las pruebas exteriores de la misma. El contenido simbólico
de los relatos del Resucitado actuando que presentan a la
comunidad, revela el proceso renovador que hace el
Resucitado en el interior de las personas y del grupo.
(1, 12-13.17-19) nos coloca en medio de una comunidad
perseguida por el solo hecho de seguir las enseñanzas del
Crucificado, ahora Resucitado. Es la fuerza del Resucitado
la que preside y guía la comunidad perseguida. Si ella
sabe mantener viva la presencia de Jesús Resucitado, se
mantendrá viva y fuerte aun en medio de la persecución
más tenaz. El cristiano no debe tener miedo frente a nada
ni nadie, pues no es la muerte su destino, sino la
resurrección. A la comunidad cristiana no la preside la
muerte. La preside la vida. Y es precisamente a partir de
la vida, en cuyo servicio está, en donde el cristianismo
tiene su fuerza. Cualquier participación o apoyo a procesos
de muerte, es una traición al resucitado y un golpe mortal
a su propia vida.
40.
COMENTARIO 1
TODAVÍA EN TINIEBLAS
la losa quitada».
comenzaba aquel primer día de la semana.
VIO Y CREYO
vida se entrega por amor, es fuente de más y más vida.
Por eso sólo él supo interpretar los signos que tenían ante
sí. Por eso, vio y creyó. Pedro aún tenía que decidirse a
ser pastor al estilo de Jesús, dispuesto a dar la vida por
las ovejas. En ese momento aceptaría que el triunfo está
en la vida y no en la muerte, en el amor y no en el poder
(Jn 21,15-19).
Y DIOS LO RESUCITO
MUERTE Y RESURRECCION
otro discípulo, amigo de Jesús, seguían estando de parte
de Jesús. Por supuesto que todos ellos consideraban que
su muerte había sido una injusticia, un verdadero
asesinato; pero les faltaba todavía la fe en la fuerza de la
vida.
41
COMENTARIO 2
muerte y de la resurrección de Jesús y del don de su
Espíritu Santo. Una muy antigua tradición que data del
siglo II, lo atribuye a San Lucas, lo mismo que el tercer
evangelio. Se trata, según la misma tradición, de un
discípulo de Pablo, mencionado en Flm 24; Col 4,14 y
2Tim 4,11. Él habría sido testigo de muchas de las cosas
que narra, otras las habría conocido por la tradición de los
apóstoles y de los primeros cristianos.
todo un signo de la victoria de Dios sobre la muerte. Los
ojos del verdadero discípulo sabrán descifrar el significado
de las vendas mortuorias tiradas por el suelo, del sudario
que cubría el rostro del crucificado enrollado aparte de las
vendas. Es que Jesús ha resucitado, ya no está aquí en la
tumba, como dirán los ángeles en otros relatos. Más tarde
se aparecerá a los suyos, se hará ver por sus discípulos, y
los llenará con la alegría de su vida nueva y definitiva, la
misma vida de Dios.
42.
nosotros que hemos compartido su mesa y su suerte.
Comentario bíblico:
Creer en la Resurrección es confiar en el Dios que da vida
"Pentecostés pagano", a diferencia de lo que se cuenta en
Hch 2, que está centrado en los judíos de todo el mundo
de entonces.
en Romanos, que por el bautismo se adelanta la fuerza de
la resurrección a la vida cristiana y no es algo solamente
para el final de los tiempos.
éste, tras recibir la noticia de la resurrección. Es, ante
todo, "discípulo", y por eso es conveniente no identificarlo,
sin más, con un personaje histórico concreto, como suele
hacerse; él espera hasta que el desconcierto de Pedro
pasa y, desde la intimidad que ha conseguido con el Señor
por medio de la fe, nos hace comprender que la
resurrección es como el infinito; que las vendas que
ceñían a Jesús ya no lo pueden atar a este mundo, a esta
historia. Que su presencia entre nosotros debe ser de otra
manera absolutamente distinta y renovada.
por medio del Dios que Jesús defendió hasta la muerte.
virtud de su naturaleza humana, “escondidos en Dios”, o
sea, ganados para su causa. De este modo es imperativo
buscar “las cosas de allá arriba” dónde está Cristo, pero
donde también estamos nosotros. ¡La muerte ha sido
vencida y ya nunca más podrá herir a sus amigos, a sus
hermanos!
43.
(Evangelio). Cristo resucitado, objeto de proclamación y
de testimonio ante el pueblo: "A Él, a quien mataron
colgándolo de un madero, Dios lo resucitó al tercer día"
(primera lectura). Cristo resucitado, objeto de
transformación, levadura nueva y ácimos de sinceridad y
de verdad: "Sed masa nueva, como panes pascuales que
sois, pues Cristo, que es nuestro cordero pascual, ha sido
ya inmolado" (segunda lectura).
Mensaje doctrinal
de la experiencia. La experiencia de Cristo resucitado fue
tan marcada en el alma de los apóstoles y discípulos, que
necesariamente tenían que hablar de ella, a quienes no la
habían tenido. Bueno, no sólo hablar de ella, sino también
testimoniarla, es decir, proclamar su verdad, incluso,
llegado el caso, con el sufrimiento y con la vida. Callar esa
experiencia, hubiese sido una muestra de egoísmo
imperdonable. Por eso, los cristianos, durante los primeros
años, y como primer anuncio, eran monotemáticos. Lo
único que decían era que "Cristo fue matado por los
judíos, pero que Dios lo resucitó de entre los muertos".
Todo lo demás gira en torno a este grande mensaje. No
proclaman ideas, por muy bellas que puedan ser, sino
acontecimientos vividos en primera persona. Esta
experiencia de Cristo resucitado no fue pasajera, sino que
llegó a incorporarse, por así decir, a su misma existencia
en este mundo, y por este motivo, nunca cesaron de
proclamar con sus labios y con su vida la resurrección de
Jesucristo.
Sugerencias pastorales
Una ética que no esté fundada en la persona y en el
mensaje de Jesucristo, no podrá recibir el nombre de
cristiana. Y cuando hablo de ética cristiana, no me refiero
ni sólo ni principalmente a los profesores de ética en las
universidades, en los institutos o en los seminarios, sino al
comportamiento cristiano en su trabajo, ante los medios
de comunicación, en el ámbito de la familia, ante los
impuestos, ante el pluralismo religioso, etcétera. Cristo
resucitado nos ha hecho partícipes de su vida divina
mediante el bautismo y la gracia santificante, y desea
continuar repitiendo en nosotros su presencia ejemplar en
la historia. Vivamos la experiencia de Cristo resucitado, y
estemos seguros de vivir siempre un comportamiento
ético digno del hombre. Entonces realmente la
resurrección de Jesucristo será el centro de nuestra vida y
de nuestra fe.
44.
Reflexión
todo el film personifica al demonio, con gritos estentóreos,
los ojos desencajados de rabia y con todo el cuerpo
crispado por el odio y la desesperación. ¡Ha sido
definitivamente vencido por la muerte de Cristo! En este
sentido es verdad –como proclamaba Nietzsche— “que
Dios ha muerto”. Pero ha entregado libre y
voluntariamente su vida para redimirnos, y con su muerte
nos ha abierto las puertas de una vida nueva y eterna.
que echarles en cara su incredulidad y dureza de corazón.
El único que parece abrirse a la fe es el apóstol Juan, tal
como nos lo narra el Evangelio de hoy.
de los signos, por los indicios. Ya no será la evidencia
natural, como antes, sino su presencia espiritual la que los
guiará. Y así será a partir de ahora su acción en la vida de
la Iglesia.
45.
que nos envuelve, la queja permanente... no son verdad
del todo.
los pecadores, el que quiere a las prostitutas, el que
acepta a todo hombre... resucitado, sigue haciendo lo
mismo. No dejen de acercarse a su presencia; crean en él,
enciendan las velas en su vida resucitada. Vengan y vean,
experimenten una vida nueva.
46.
sentamos a la Mesa del Resucitado, demos testimonio de
Él con una vida recta, justa e intachable; y proclamemos a
todos el Evangelio de salvación para que el Señor anide en
el corazón de cada uno de nuestros hermanos, y así,
juntos, iniciemos el Reino de Dios hasta que llegue a su
plenitud en nosotros por obra del mismo Dios.
embargo no podemos decir que nuestras aspiraciones se
queden sólo en lo temporal y pasajero. Si así fuera
estaríamos engañando al pueblo al que hemos sido
enviados por Cristo para proclamarles su Buena Noticia de
salvación. La salvación del hombre se inicia ya desde este
mundo, pero no termina aquí. Nuestra mirada se eleva
hacia los bienes eternos, ahí donde está Cristo dándole
sentido a nuestro camino, a nuestra entrega, a nuestros
sufrimientos y a nuestra muerte. Por eso la acción pastoral
de la Iglesia no puede reducirse a una simple filantropía.
Amamos a nuestro prójimo porque lo queremos ver como
un lugar sagrado en el que Dios quiere hacer su morada y
transformarlo para que pueda amar, trabajar por la paz,
ser capaz de perdonar y de vivir en un auténtico amor
fraterno. Cuando realmente el Espíritu de Dios habite en
nosotros y guíe nuestros pasos por el camino del bien,
podremos decir que estamos en camino hacia la posesión
de los bienes definitivos, donde viviremos eternamente
glorificados con Cristo y unidos todos como hermanos, ya
sin sombras de pecado, de división ni de muerte, en torno
a nuestro único Dios y Padre.
partícipes. El Señor ha resucitado de entre los muertos, y
ahora vive en cada uno de nosotros. ¿Dónde lo han
puesto?; El no ha desaparecido de entre nosotros;
busquémoslo en aquellos con quienes Él ha querido
identificarse para que ahí lo amemos y sirvamos conforme
al mandato que nos dio.
vestir su cuerpo, o tener una vivienda digna, o ser
asistidos en sus enfermedades y sacados de sus
marginaciones. Si muchos han proclamado el Evangelio de
la gracia a los demás dejando sus hogares, no pudieron
llegar a ellos sólo para cumplir con una misión de unos
días en que no tenían otra cosa que hacer, sino que deben
haber iniciado un nuevo compromiso para estar cercanos a
aquellos que necesitan el consuelo constante en sus
desgracias, o una luz que los guíe y ayude a salir de sus
pecados. El Señor espera de su Iglesia un auténtico
compromiso de fe para hacer llegar el amor, la paz, la
misericordia y la alegría a todos aquellos que viven
oprimidos por el mal, por el pecado o por la pobreza. Al
paso de los días no podemos dejar que se diluya nuestro
amor por aquellos con quienes vivimos intensamente estos
días pascuales; los hemos de seguir amando y hemos de
volver a ellos para continuar recorriendo juntos el camino
de fe, e impulsando hacia una vida más plena a quienes
amamos como Cristo los ama y como Cristo nos ama a
nosotros.
47.
QUITEMOS LA LOSA
contradicciones se pueden afrontar de diversas maneras,
particularmente tras un primer movimiento de enfado o
desolación pongo los medios posibles (humanos y divinos)
para solucionarlos, hago algún comentario jocoso y al día
siguiente continúo afrontando los problemas de ese día sin
dejar que los pasados problemas sean una carga más en
el caminar de mi vida. Perder la paz suele ser un problema
muy relacionado con la soberbia y el orgullo que
guardamos celosamente tras la losa de nuestro sepulcro
íntimo y que no queremos abrir pues, como las hermanas
de Lázaro, tenemos miedo a que “ya huela”. Tenemos a
veces la manía de llenar nuestra vida de sepulcros, bien
cerrados y sellados, y acabamos –como los reyes de
España en el Monasterio de El Escorial-, del trono de la
realeza de hijos de Dios a habitar en “el pudridero”, que es
un nombre que por desagradable me hace gracia.
Un consejo, confía en la Iglesia “Llegó también Simón
Pedro detrás de él y entró en el sepulcro” que te dirá que
efectivamente los sepulcros de tus vanidades están vacíos,
que lo que creías imposible, lo que no habías entendido,
ha sucedido y tiene pleno sentido, que eres como Juan
que “vio y creyó.”
48.
Sagrada Escritura:
Primera: Hch 10,14ª 37-43
Salmo: 117
Segunda: Col 3,1-4
Evangelio: Jn 20,1-9
subraya, de modo especial, que la Resurrección del Señor
instaura una nueva vida en el bautizado. El cristiano es
aquel que ha muerto con Cristo y ha resucitado con Él a
una vida nueva. La fe en la Resurrección es la roca firme
para san Pablo, el lugar donde se asienta todo su
dinamismo apostólico. (2L). El Evangelio nos muestra a
Pedro y Juan que, entrando en el sepulcro, “ven y creen”.
El sepulcro vacío es para ellos el inicio de una meditación
que los conduce a la fe en Cristo resucitado.
Mensaje doctrinal
carácter incompleto, limitado e imperfecto de la revelación
en Cristo y que se completaría con la revelación de otras
religiones (Cfr. Dominus Iesus 6).
Sugerencias pastorales
Comprende más rápida e intuitivamente las verdades
religiosas y las verdades humanas. Se inclina
espontáneamente al valor religioso, a la protección de la
vida humana, al cuidado de los más débiles. A ella se le
encomendó anunciar el triunfo definitivo de Cristo sobre la
muerte. Ella experimenta, como lo muestra el Evangelio,
una particular fortaleza de espíritu porque comprende que
se le ha encomendado de algún modo el bien de los
hombres.
a ilustrar su fe. Promover círculos bíblicos, escuelas de
oración, encuentros fortuitos o preparados para defender y
promover la fe de nuestros fieles. Debemos hacer todo lo
que está en nuestras manos para que ninguna oveja se
pierda por ignorancia o por falta de cultivo de nuestra
parte.
49
adverbio será por tanto el núcleo de nuestra homilía
pascual de este año.
Cerca del año 56 d.C. el apóstol Pablo escribe: Les he
transmitido lo que yo mismo recibí Cristo murió por
nuestros pecados, conforme a la Escritura. Se apareció a
Pedro y después a los apóstoles. Luego se apareció a más
de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte
de los cuales vive aún, y algunos han muerto. Además, se
apareció a Santiago y de nuevo a todos los Apóstoles. Por
último se me apareció también a mí, que soy como el fruto
de un aborto (1 Cor. 15,3-8).
también a mí. Cuando alguien como san Pablo afirma con
toda simplicidad y seguridad una cosa como ésta, quedan
pocas alternativas: o vio realmente a Cristo resucitado y
vivo o es un mentiroso.
cualquier experiencia del mundo futuro -el mundo de Dios
en el cual él entró- para poder hablar de él como cuando
uno llega corriendo con los propios pies hasta la orilla del
mar y después debe detenerse y contentarse con echar
más allá sólo su mirada, porque en el agua no rigen ya las
leyes físicas que permiten caminar sobre la tierra firme. En
el mundo de la resurrección se entra sólo con la fe.
ellos el cambio súbito y radical del estado de ánimo para
que crean, testimonien, funden iglesias, si no
precisamente las apariciones de Jesús resucitado?
imponente edificio de la historia del cristianismo sea como
una enorme pirámide colocada sobre un fiel, es decir,
sobre un hecho insignificante, es ciertamente menos
creíble que la afirmación de que la resurrección ocupó
realmente un puesto en la historia, parangonable a lo que
le atribuye el Nuevo Testamento” (Dodd).
Descendiendo, libró a los que quiso, de la muerte
porque sólo Él descansó de esta manera, para resucitar
inmediatamente después de la muerte.
de sí corrientes de hombres, millares de fieles, y por
doquiera se vuelva la mirada no se ve más que un gentío
onduloso, rostros con expresión de fiesta, ojos que brillan
de alegría.
sepulcro del Resucitado las fuentes vivas del valor, de vivir
y del optimismo, que triunfa del mundo.
misteriosa llena los árboles, al parecer muertos. . ., y
también las almas humanas.
Cristo murió en la cruz. Pero apenas inclinó su cabeza, se
estremeció la tierra, se resquebrajaron las rocas, se
abrieron las tumbas, el sol se obscureció... ¡Infierno,
cuidado con tu victoria!
Los antiguos creían que para que los cimientos de un
edificio fuesen resistentes era necesario mezclar en la
argamasa sangre de hombres inocentes. Pues bien, la
verdad pascual nos enseña que del sufrimiento que los
húngaros soportan con tesón y virilidad -sufrimiento cuya
cruz llevan cargada sobre sus hombros ensangrentados
precisamente los mejores de la nación- puede brotar una
fuerza de consistencia a un nuevo milenario en la historia
húngara.
Huerto de los Olivos y del Gólgota brilla siempre la luz del
sepulcro pascual.
LA TUMBA VACÍA
El que ellos pidieran una guardia hasta el “tercer día
indicaba” que pensaban más en las palabras que había
dicho Cristo que en el temor que pudieran sentir de que
los apóstoles robaran un cadáver y lo colocaran de pie
simulando una resurrección. Pero Pilatos no se sentía de
humor para ver a aquel grupo porque ellos eran los culpa-
bles de que hubiera condenado sangre inocente. Había
hecho su investigación oficial para cerciorarse de que
Cristo estaba muerto; no se sometería a la idea absurda
de usar los soldados del César para custodiar una tumba
judía. Pilatos les dijo así:
Magdalena junto al sepulcro
terremoto, y un ángel del Señor, descendido del cielo,
apartó la piedra y se sentó sobre ella: Su aspecto era
como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve; y
por miedo de él los guardias temblaron y quedaron como
muertos. (Mt 28, 4).
Las palabras del ángel: “Mirad el lugar donde le pusieron”,
confirmaba la realidad de su muerte y el cumplimiento de
las antiguas profecías. Las lápidas funerarias llevan la
inscripción: Hic ictcet, (Aquí reposa); luego sigue el
nombre del difunto y tal vez alguna frase de elogio sobre
el mismo. Pero aquí, formando contraste con esto, el ángel
no escribió, mas expreso un epitafio diferente: “El no está
aquí”. El ángel hizo que las mujeres contemplaran el lugar
en que el cuerpo del Señor había sido colocado como si la
tumba vacía fuera prueba suficiente del hecho de la
resurrección. Las indujo a que se apresuraran a anunciar
la resurrección. El nacimiento del Hijo de Dios fue
anunciado a una mujer virgen. A una mujer caída le fue
anunciada su resurrección.
María Magdalena, que en la semioscuridad del crepúsculo
se había adelantado a sus compañeras, observó que la
piedra había sido ya apartada y que la entrada del
sepulcro estaba abierta. Una rápida mirada la convenció
de que la tumba estaba vacía. En seguida pensó en ir a
avisar a los apóstoles Pedro y Juan. Según la ley mosaica,
no podía llamarse a una mujer a declarar coma
testimonio. Veto María no les llevaba noticias de la
resurrección, puesto que no la estaba esperando. Suponía
que el Maestro se hallaba todavía baja el poder de la
muerte cuando dijo a Pedro y a Juan: Han quitado del
sepulcro al Señor, no sabemos donde le han puesto. (Jn
20, 2).
ahora a la primera de sus once apariciones registradas en
la Biblia entre su resurrección y su ascensión: a veces a
sus apóstoles, otras a quinientos hermanos juntos, y en
otras ocasiones a las mujeres. La primera aparición fue a
María Magdalena, la cual volvió al sepulcro después de que
Pedro y Juan hubieron salido de él. Parecía no caberle en
la cabeza la idea de la resurrección, a pesar de que ella
misma había resucitado de una tumba sellada por los siete
demonios del pecado. Al encontrar la tumba vacía, volvió a
romper a llorar. Con los ojos bajos, mientras el sol
matutino empezaba a extender su claridad por encima de
la hierba cubierta de rocío, advirtió vagamente la presen-
cia de alguien que le preguntaba: Mujer, ¿por qué lloras?
(Jn 20, 13).
llamaba a sus ovejas por el nombre. Y ahora María se
volvió hacia aquel que personificaba todo el pecado, la
tristeza y las lágrimas del mundo y marcaba cada alma
con un amor personal, particular e individual, y, al ver en
las manos y pies de aquel hombre las llagas rojas y amo-
ratadas, solo pronunció esta palabra: ¡Rabboni! (Jon 20,
16). (Que en hebreo significa (Maestro). Cristo había dicho
“María” y puesto todo el cielo en esta sola palabra. María
había pronunciado también solo una palabra, Y en ella
estaba comprendido todo lo de la tierra. Después de la
noche del alma, producíase ahora este deslumbramiento;
después de horas de desesperación, esta esperanza;
después de la búsqueda, el hallazgo; después de la
pérdida, este descubrimiento. Magdalena estaba
preparada solamente para verter lágrimas de respeto
sobre la tumba; para lo que no se hallaba preparada era
para ver caminar al Maestro en alas de la mañana.
tocase. San Pablo enseña a los corintios y a los colosenses
la misma lección:
mundo. Jesús le dijo: Ve a mis hermanos, y diles que subo
a mi Padre y vuestro Padre, y a mi Dios y vuestro Dios.
(Jn 20, 27).
Al oír quo e vivía y había sido visto por ella, no lo
creyeron. (Mc 16, 11).
Ningún agnóstico ha escrito acerca de la resurrección algo
que Pedro o los otros apóstoles no hubieran pensado
antes. Cuando murió Mahoma, Omar salió corriendo de su
tienda empuñando la espada, y declaro que mataría a
cualquiera que dijera que el profeta hubiera muerto. En el
caso de Jesús existía predisposición a creer que había
muerto y aversión a creer que estuviera vivo. Pero quizá
se les permitiera dudar para que los fieles de los siglos
venideros no dudaran jamás.
La guardia sobornada
El soborno de los guardas fue realmente una manera
estúpida de esquivar el hecho de la resurrección. Ante
todo, existía el problema de lo que harían con el cuerpo
una vez los discípulos se hubieran apoderado de él. Los
enemigos de nuestro Señor no habrían tenido que hacer
otra cosa sino sacar el cuerpo de Jesús para demostrar
quo no había resucitado. Aparte el hecho de que era muy
poco probable que toda una guardia de soldados romanos
estuviera durmiendo en vez de cumplir con su deber, era
absurdo que dijeran que lo que había sucedido ocurrió
mientras estaban dormidos. A los soldados se les aconsejo
que dijeran que estaban dormidos; y, sin embargo, al
parecer habían estado lo suficientemente despiertos para
ver a los ladrones y darse cuenta de que se trataba de los
discípulos. Si todos los soldados dormían, nunca pudieron
descubrir a los ladrones, si alguno de ellos estaba
despierto, podría haber impedido el hurto. Es igualmente
improbable que unos pocos discípulos temerosos
intentaran robar el cuerpo del maestro de un sepulcro
cerrado con una gran piedra, sellado oficialmente y
custodiado por soldados, sin que al hacerlo despertara a la
guardia dormida. Además, el orden en que se encontraron
los lienzos dentro de la cueva constituía otra prueba de
que el cuerpo no había sido sacado de allí por sus
discípulos.
Entretanto se había difundido la noticia que el Señor había
recibido decorosa sepultura de manos de José, el rico. Con
la rapidez del rayo los fariseos acudieron a Pilatos para
protestar contra la entrega de Su cuerpo a José. En vida
habían querido la ofrenda de Su vida, y ahora, hasta
después de muerto, sobre El tenían pretensiones.
Esta inaudita locura de vigilar una tumbe describe
exactamente la actual situación del mundo, ya sea en
Rusia como en el espíritu contemporáneo en general.
Rusia ha difundido la idea de que Dios ha muerto y que la
religión pasa por sus últimos momentos. El comunismo se
basa en la teoría de que la religión es una invención del
capitalismo para sostener la propiedad privada. Y afirma
que, una vez eliminada la propiedad privada, la religión ya
no será necesaria. En Rusia no existe el capitalismo desde
1917: no hay pues ningún hombre alrededor de los
cuarenta años de edad que haya recibido instrucción
religiosa.
cuentan que otra resurrección te está rodeando y que ha
de llegar un día en que Jesús redivivo, a quien tú has
imaginado muerto para siempre, caminará nimbado por la
luz para entonar un réquiem sobre tus tumbas y hacer
nuevamente de Rusia, la Santa Rusia, en la fe de Cristo
que es Resurrección y Vida.
De este modo, la conciencia moderna presenta el
espectáculo más estúpido del mundo; no soldados y
centuriones, mas filósofos, escépticos, agnósticos y
psicoanalistas freudianos montan guardia ante la tumba
de Jesús a fin de que El no resucite: amenaza y
provocación en su pecaminosa vida.
ahora una nueva época de paz, ni para la Iglesia ni para el
mundo, si antes nuestros corazones no han de ser
sacudidos y todas las rocas de nuestro egoísmo destruidas
pedazo a pedazo.
nuestras almas frágiles, rompiendo sus cadenas, libres,
vuelvan a Ti!