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BOGOTÁ SIN CORRIDAS

FABIO JIMENEZ ARISMENDY

CARLOS MARIO HENAO GALEANO


DOCENTE

UNIVERSIDAD EAFIT
ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN
ESPECIALIZACIÓN EN GERENCIA DEL DESARROLLO HUMANO
ANTROPOLOGÍA DE LA ORGANIZACIÓN
MEDELLÍN
2015
BOGOTÁ SIN CORRIDAS

A propósito del fallo favorable que dio la corte constitucional a las corridas de toros
en Bogotá, me he realizado la siguiente pregunta ¿Es posible modificar por
decreto patrones culturales de una comunidad?

Según ha definido Mockus, “la cultura parte del hecho de que, en muchas
ocasiones, la solución de un problema no depende tanto de la creación de nuevas
leyes, sino más bien de la admiración y respeto por parte de los ciudadanos de las
que ya existen”.

En otras palabras, incluidas en el libro ‘Cultura ciudadana en Bogotá; nuevas


perspectivas’, esta buena práctica se trata de una obediencia voluntaria de las
normas de convivencia, sin acudir a la coerción física, en temas del día a día,
como ahorrar agua, hacer fila, pagar impuestos, respetar el espacio público y al
otro ser humano.

Cultura ciudadana es un enfoque de política pública que ha demostrado con


experiencias como la de Bogotá durante las alcaldías de Antanas Mockus, la
importancia de convocar la cooperación de los ciudadanos para solucionar
muchos de los problemas que enfrentan las ciudades. Este enfoque de gobierno
va más allá de las reglas formales (normas legales establecidas) y toma en cuenta
con especial énfasis el papel de las reglas informales (morales y sociales) que
constituyen nuestros hábitos y prácticas en la vida cotidiana, es decir los
comportamientos de los ciudadanos.

Cada cultura influye en los comportamientos a través de castigos más o menos


explícitos, o a través de premios. Pero la coerción funciona sólo mientras el
premio o el castigo sigue vigente, y hasta que no aparece un premio o castigo
mayor en otra dirección. Para cambiar las actitudes que provocan los
comportamientos, necesitamos atacar las creencias que generan esas
actitudes.
Estos son algunos comentarios tomados del periódico El tiempo donde se observa
que a pesar de la prohibición para realizar corridas de toros en Bogotá, no
disminuyó el interés de los aficionados por esta actividad y en consecuencia
celebran la decisión de la corte de permitir nuevamente estos eventos:
Considero que es un fracaso intentar modificar por decreto patrones culturales de
una comunidad. Si tenemos en cuenta lo sucedido en la Ciudad de Bogotá,
evidenciamos que a pesar de que la plaza de Toros “La Santa María” estuvo
restringida para este tipo de eventos, no por ello desapareció el gusto de los
aficionados por las corridas, al contrario, esta prohibición exaltó aun más el placer
por esta actividad motivando a sus seguidores a la continua protesta para
manifestar su inconformidad.

Varios gobernantes Colombianos han tomado estrictas medidas durante su


mandato con el propósito de “terminar” con eventos propios de las comunidades
sin tener en cuenta el fuerte arraigo que existe en Ellas, ocasionándose fuertes
choques y polémicas con sus habitantes. Algunos ejemplos son prohibición de
corralejas en Sincelejo, cabalgatas en Cali, baile de champeta para menores de 15
años en Cartagena, corridas de toros en Bogotá y Medellín, peleas de gallos en
varios municipios, etc.

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