Damas Cazadas ALBERTO FOGUELMAN

Partida N° 13 11.¥xg8 ¦xg8

Aquí también, en b2, termina la exis- 12.f4 ¤g4
tencia de una dama distraída. Y se com- 13.£g3 ¤f6
prueba que no éramos tan malos, allá 14.e5 dxe5
por el año trece, a pesar de la derrota. 15.fxe5 £e7!

Blancas: B. KOSTIC
Negras: R. ILLA
Apertura Escocesa
Buenos Aires, 1913

1.e4 e5
2.¤f3 ¤c6
3.d4 exd4
4.¥c4 ¥c5
5.O-O ...
Estamos en la Apertura Escocesa,
pero aquí Kostic se aparta de lo agudo 16.¤c3 ¥xe5
de 5.c3 que caracteriza a esta apertura, 17.¥f4!? ...
demorándolo un tiempo. Siguen los fuegos de artificio. Sin es-
5... d6 tar obligado a ello, Kostic se embarca en
6.c3 ¥g4!? una muy interesante combinación, de la
7.£b3 ... que no se sabe qué va a resultar. Pudo ju-
Aparentemente, la refutación de la garse 17.£g2 con cierto equilibrio: am-
6a. jugada negra. bos reyes están semidesnudos.
7. ... ¥xf3 17... ¤h5
Era de considerar 7...£d7. 18.¥xe5!? ...
8.¥xf7+ ¢f8 Quizás Illa esperaba 18.¥g5 (que no
9.gxf3 ¤e5 es mala), pero esto pone suspenso y be-
El G.M. Peter Trifunovic, que co- lleza en el tablero.
menta esta partida, dice que mejor era 18... ¤xg3
9...¤a5, pero la del texto permite al 19.fxg3+ ¢e8
maestro argentino desplegar un rico jue- 20.¦ae1 ¢d7
go combinativo, que lo muestra en la ple- 21.¥d4 £b4
nitud de su fuerza. 22.¦f7+ ¢c8?
10.cxd4 ¥xd4 Lamentablemente Illa se equivoca en

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 Damas Cazadas - Alberto Foguelman - Prof. J.L. Matamoros
el momento decisivo y se le escapa algo
sencillo. El mismo Trifunovic aconseja
aquí 22...¢d8, aunque no se extiende
en el comentario. Podría seguir 23.¦d1
£c4, con difícil pronóstico.
23.¦xc7+ ¢d8
24.¥e3 £xb2
Las blancas están amenazando ¦d1+
¢e8 26.¥c5, etc. Está claro que Illa debe
mover su dama, pero lo hace al lugar me-
nos indicado. En su lugar 24...£g4 (si
25.¦c5 b6) otorgando nuevo suspenso a
la posición.
25.¦c5! ...
Retira la torre amenazada, pero de
soslayo dirige una inequívoca mirada a
la reina negra.
25. ... ¦e8
26.¦d1+ ¢e7
27.¥c1!
1-0

Un encierro perfecto. La dama tiene

cuatro casillas a su disposición, pero en
todas ellas se pierde. Las negras abando-
naron.

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