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Personajes principales de La Celestina

Calisto



Se caracteriza por ser un romántico empedernido, con mucha pasión y locura por su amada
y representante del amor cortés; sin embargo, también refleja mucha inseguridad y
egoísmo, lo que le hace perder fácilmente el ánimo y la firmeza.

A través de él se puede apreciar el peligro que conlleva la pasión y amor extremista, pues
son estos sentimientos los que lo conducen a llevar a cabo acciones que lo convierten en un
personaje trágico.

Sus únicos intereses son el amor y la codicia, por lo que utilizó a sus criados y a la
hechicera alcahueta para el cumplimiento de sus deseos. Así fue como Calisto acudió a
Celestina, una vieja hechicera que lo ayuda a que el amor de este joven sea correspondido.
Al final de la obra Calisto sufre un accidente que acaba con su vida: cae por las escaleras
mientras huye de la casa de su amada, Melibea.

Melibea



La Celestina, edición de 1507

Comienza siendo una joven oprimida por las obligaciones sociales que no le permitían vivir
plenamente el amor de Calisto.

No obstante, al avanzar la novela este personaje evoluciona psicológicamente y se revela


que su personalidad no es realmente de fácil opresión, y pronto se encuentra con su amor;
luego de ese encuentro queda completamente enamorada.

Melibea, al igual que el resto de los personajes, se muestra muy individualista, preocupada
por actuar de manera que pueda obtener lo que quiere. Es compleja y temerosa de defraudar
a sus padres y perder su honra, por lo que no duda en actuar a sus espaldas para evitar
conflictos graves.
Es un personaje muy atractivo e interesante, con una pasión más carnal y menos literaria
que la de Calisto, con rasgos físicos que representaban los ideales de belleza propios de la
época.

Posteriormente a la muerte su gran amor, Melibea sufre una crisis emocional muy fuerte, le
confiesa a su padre el amorío que se había desarrollado entre ambos y se suicida.

Celestina



Una celestina y dos amantes, de Luis Paret (1784)

Es considerada la protagonista de la obra. Aunque esta gire en torno al amor de los dos
jóvenes, Celestina pasó al recuerdo de los lectores del libro como la alcahueta del amor; no
obstante, en la novela ejerce el papel de bruja, hechicera.
Su motivación es el dinero, el éxito y la lujuria. Es sumamente inteligente, pero también es
egoísta, falsa, desleal y codiciosa.

Es de origen humilde, con un largo pasado atrás. En sus tiempos de juventud fue prostituta,
adiestrada en ese mundo por la madre de Pármeno.

Sin embargo, en el momento en el que se desarrolla la historia, ya con una edad más
avanzada, ejercía otros oficios como “labrandera, perfumera, maestra de hacer afeites y
hacer virgos, alcahueta y un poquito hechicera”.

Se muestra orgullosa de su oficio durante toda la obra. No se arrepiente de su pasado, pues


su larga trayectoria es lo que la ha llenado de tanta experiencia.

Conoce todas las debilidades y pasiones humanas por lo que, con su gran conocimiento y
astucia, controla psicológicamente a la mayoría de los personajes y es el hilo que une a los
poderosos y a los criados.

Pese a su gran sabiduría, su codicia es la que le dicta la muerte, hecho que ejemplariza el
castigo a la avaricia: muere en manos de Sempronio y Pármeno —criados de Calisto— por
no querer hacer entrega de un dinero.

Personajes secundarios
Alisa y Pleberio

Son los padres de Melibea y el reflejo de un matrimonio burgués. Preocupados por


mantener su posición social y seguir con las tradiciones de la época, no se veían
involucrados en el drama que vivía su hija y no mantenían una relación estrecha.

Alisa, muy autoritaria y despreocupada por Melibea, se ocupaba de mantener siempre


atendido y a gusto a Pleberio, mientras que él se veía consumido por el trabajo.

Pleberio es la encarnación del padre ausente en el día a día de su hija pero profundamente
preocupado por su bienestar económico, pues se encargaba de que a Melibea no le faltara
nada.

La pareja confiaba plenamente en su hija, lo que le facilitaba a Melibea poder cumplir sus
propios deseos sin tener que esforzarse por ocultar todo a sus padres, mientras que ellos le
planificaban una boda con otro hombre de su misma clase, únicamente por intereses.

Sempronio y Pármeno

Ambos eran criados de Calisto pero tenían diferencias destacadas entre ellos. Sempronio se
caracteriza por la agresividad, egoísmo, codicia, deslealtad, ambición y muestra menos
afecto por su amo, gracias a su personalidad rencorosa y la búsqueda de su propio
beneficio.
En cambio, Pármeno se muestra al inicio de la obra como un criado leal, preocupado por
mantener satisfecho y seguro a Calisto.

Al ser de personalidad débil, se dejó arrastrar fácilmente al mundo de la avaricia, la mala


intención y la lujuria, pues empezó a buscar una mejor condición económica y más placer
sexual luego de que Celestina le prometiera el amor de Areúsa, quien se convirtió en su
amante.

Sempronio se aprovechó de Calisto y lo engañó. Se alió con Celestina para planificar un


encuentro entre el amo y su amada, y sacarle beneficios económicos.

Es este dinero el que la bruja posteriormente se niega a compartir, y son este par de criados
quienes cometen el crimen de asesinar a Celestina. Eventualmente pagan por ello: mueren
degollados en la plaza del pueblo por haber matado a la alcahueta.

Elicia y Areúsa

Elicia es familia de Celestina, viven juntas y es su pupila, al igual que Areúsa. Ambas son
prostitutas y Elicia, a pesar de ser amante de Sempronio, mantenía relaciones con otros
hombres sin remordimiento alguno.

Elicia vive la vida sin preocupaciones excesivas por su futuro y aspectos que tengan que
ver más allá del placer, hasta que Celestina muere y esta se ve obligada a tomar más
responsabilidad y planificación.

Areúsa, amiga de Elicia, se muestra muy individualista y rencorosa, ocupada únicamente en


cumplir sus antojos. Como consecuencia de la petición de la hechicera, Areúsa se convirtió
en amante de Pármeno cuando Centurio se fue a la guerra, pero su verdadero amor es el
soldado.

Tristán y Sosia

Son fieles criados y amigos de Calisto luego de la muerte de Pármeno y Sempronio. Se


trata de jóvenes ingenuos, humildes, muy leales y comprometidos con su amo, quienes lo
protegen hasta el final de su vida.

Sosia se enamoró profundamente de Areúsa y esta logró sacarle información acerca de


Calisto y su gran amada, Melibea. Por su parte, Tristán es muy astuto y apegado a Calisto,
por lo que la muerte de su amo lo afectó profundamente.

Lucrecia

Es familia de Elicia y fiel criada de Melibea. Siempre velaba por el bienestar de su ama y
trató de advertirle acerca de los movimientos de Celestina. Fracasó en este intento, pero
luego se ocupaba de guardar el secreto del amorío y se convirtió en cómplice de todas las
escapadas de la pareja.
Durante el desenlace de la obra, nunca mostró un acto de deslealtad hacia Melibea y sus
padres; esto la diferenció mucho de los iniciales criados de Calisto, quienes se encargaron
de engañarlo y sacar el mayor provecho posible.

Sin embargo, se le acusaba de ser cómplice de las acciones de Celestina a cambio de polvos
y lejía, únicamente por el hecho de no evitar definitivamente el plan de la hechicera.

Centurio

Es un soldado de muy mal carácter, conocido como rufián, malhechor y bravucón. Su gran
amor es Areúsa, quien es su fiel amante, aunque Celestina la llevó a involucrarse con
Pármeno mientras que Centurio se encontraba en la guerra.

Incluso es considerado el responsable de la muerte de Calisto, después de que las


prostitutas Elicia y Areúsa le pidieran asesinarlo para vengar la muerte de los criados de
Calisto. Centurio no logró cumplir con los deseos de las damas, pues Tristán y Sosia
lograron ahuyentarlo

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