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INTRODUCCIÓN
La evaluación de lo educativo resulta fundamental para poder reflexionar sobre el
mismo y tomar decisiones en torno a éste en pro de la mejora de la calidad educativa.
Además, como señala Santos Guerra (2014), la evaluación se convierte en un proceso
de formación del propio profesorado si se hace partícipe de ella. Podríamos hablar así
de evaluación formativa.
La Ley Orgánica 2/2006 de Educación modificada por la Ley Orgánica 8/2013 para
la Mejora de la Calidad Educativa (art. 140) señala que la finalidad de la evaluación es
contribuir a mejorar la calidad y la equidad de la educación entre otros.
Existen muchos tipos de evaluación atendiendo a diferentes criterios
(autoevaluación, heteroevaluación, evaluación externa, final, procesal, inicial,
evaluación de resultados, acreditativa, formativa, parcial, global…). Todas ellas
presentan puntos fuertes y debilidades y resultan más o menos adecuadas dependiendo
del momento, las circunstancias y finalidades planteadas. Cuando hablamos de
educación, es un constructo tan amplio y complejo que conviene no aferrarse a un único
modelo y tener en cuenta las aportaciones de todos. Una evaluación global y sistémica
parece ser la fórmula más oportuna para poder llegar a comprender la realidad educativa
y tomar decisiones acertadas en torno a la misma.
Según estos principios, el Equipo Técnico de Coordinación Pedagógica del centro
es un órgano de coordinación a nivel educativo del que formamos parte y en el que se
pueden y deben debatir y organizar medidas para mejorar la calidad educativa y de vida
de la centro. Otra de sus funciones es establecer las directrices generales para la
elaboración y revisión de las programaciones didácticas de las enseñanzas
encomendadas a los departamentos de coordinación didáctica.
Por otro lado, el Departamento de Formación, Evaluación e Innovación educativa
creado a partir del D. 327/2010 que regula el Reglamento Orgánico de los Institutos de
Educación Secundaria y del que formamos parte tiene entre sus funciones el proponer,
al equipo directivo y al Claustro de Profesorado, planes de mejora como resultado de las
evaluaciones llevadas a cabo en el instituto así como asesorar en líneas de innovación
didáctica y metodologías cooperativas.
Según la Orden 20 de agosto de 2010 que regula la organización y funcionamiento
de los Institutos de E. Secundaria, los centros realizarán una autoevaluación de su
propio funcionamiento, de los programas que desarrollan, de los procesos de enseñanza
y aprendizaje y de los resultados del alumnado, así como de las medidas y actuaciones
dirigidas a la prevención de las dificultades de aprendizaje, que será supervisada por la
inspección educativa. El resultado de este proceso se plasmará en una memoria de
autoevaluación. De igual forma (art. 7), la inspección educativa asesorará al
departamento de formación, evaluación e innovación educativa en la determinación de
los indicadores de calidad y supervisará el proceso de autoevaluación de los institutos
de educación secundaria, así como la elaboración de la correspondiente memoria, y
velará para que se incluyan en la misma las propuestas de mejora que se deriven de la
autoevaluación.
La orientación tiene un papel fundamental en la E. Secundaria y la vida de los
centros educativos, especialmente en dicha etapa tal y como refleja la Ley Orgánica
2/2006 refundida con las modificaciones de la Ley 8/2013 (art. 1). Además, entre los
principios que rigen el sistema educativo encontramos el trabajo colaborativo y la
calidad educativa. Igualmente, la atención a la diversidad presentada por el alumnado y
la prevención de dificultades de aprendizaje son otros de los principios pedagógicos que
regulan la etapa de E. Secundaria.
Entre las funciones del orientador, el art. 85 y 86 del D. 327/2010 nombrado
anteriormente fija la de colaborar y asesorar a los departamentos de coordinación
didáctica y al profesorado, bajo la coordinación de la jefatura de estudios, en el
desarrollo de las medidas y programas de atención a la diversidad del alumnado y en la
prevención y detección temprana de problemas de aprendizaje e informar al profesorado
sobre líneas de investigación didáctica innovadoras que se estén llevando a cabo con
respecto al currículo.
Por su parte, Decreto 111/2016 de 14 de junio, por el que se establece la ordenación
y el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de
Andalucía propone como orientaciones metodológicas que los métodos deben partir de
la perspectiva del profesorado como orientador, promotor y facilitador del desarrollo en
el alumnado, ajustándose al nivel competencial inicial de éste y teniendo en cuenta la
atención a la diversidad y el respeto por los distintos ritmos y estilos de aprendizaje
mediante prácticas de trabajo individual y cooperativo y las líneas metodológicas
tendrán la finalidad de favorecer la implicación del alumnado en su propio aprendizaje,
estimular la superación individual, el desarrollo de todas sus potencialidades.
El aprendizaje significativo se presenta desde las corrientes pedagógicas de
innovación educativa como una metodología eficaz a la hora de potenciar el desarrollo
del alumnado y prevenir posibles dificultades de aprendizaje. No se trata de un
descubrimiento nuevo puesto que el aprendizaje significativo es propuesto por Ausubel
en 1963 dentro de la corriente constructivista en la que el alumnado tiene un papel
activo en el aprendizaje. Sin embargo, sus beneficios siguen siendo reconocidos por la
mayoría de autores.
Los principios básicos del aprendizaje significativo son la secuenciación adecuada
y progresiva de los contenidos, partir de los conocimientos previos del alumnado y
captar el contenido con los intereses del alumnado posibilitando la participación de
forma que éste sea parte activa del aprendizaje.
Teniendo en cuenta lo anterior, iremos dando respuesta a las diferentes cuestiones
planteadas en el caso práctico.
A. ¿Qué orientaciones darías sobre el aprendizaje significativo y qué implicaciones
educativas tienen estas orientaciones a nivel de programaciones didácticas por un lado y
en metodología y organización didáctica de aula, por otro?
Las orientaciones podrían darse en diferentes niveles. El primero de ellos haría
referencia a la organización de centro, en este sentido aspectos como la acogida del
alumnado de nuevo ingreso en la etapa y el tránsito entre los diferentes cursos debería
ser muy analizado y cuidado. Debemos tener toda la información posible sobre el
alumnado, métodos de trabajo, intereses, necesidades y conocimientos previos para que
el cambio de un curso a otro, de una etapa a otra no resulte motivo para perder ritmo de
aprendizaje o que aparezca desmotivación y/o dificultades de aprendizaje. Para ello, las
reuniones de coordinación entre etapas y las de equipo educativo son fundamentales.
Elementos de organización educativa como establecimiento de espacios, tiempos,
agrupamientos, oferta de optativas, etc. deben estar influenciados por la filosofía
constructivista.
El segundo nivel estaría relacionado con las programaciones didácticas. Según el
arti. 29 del D. 327/2010, las programaciones atenderán a los criterios generales
recogidos en el proyecto educativo y tendrán en cuenta las necesidades y características
del alumnado. Por tanto, la información recogida en las reuniones de coordinación
nombradas anteriormente debe verse reflejadas en la secuenciación de contenidos, el
planteamiento de objetivos, la selección de actividades y criterios de evaluación de cada
materia de cada Departamento. Ya desde nuestra planificación, es necesario tener
presentes los principios del aprendizaje significativo.
Por último, a nivel de aula y de práctica educativa, no debemos perder de vista los
planteamos del aprendizaje significativo. De esta forma, es importante por ejemplo,
iniciar la clase recordando lo dado el día anterior y haciendo un barrido sobre las ideas
previas del alumnado para comprobar posibles lagunas o malentendidos conceptuales o
procedimentales. Igualmente, al plantear los nuevos contenidos debemos hacerlo
conectándolos con lo ya visto y siempre desde un punto de vista práctica, es decir,
explicando la utilidad y contextualización de éstos para aumentar la motivación del
alumnado por ellos.
B. ¿Cómo, Cuándo realizarías el asesoramiento y ante qué órganos de coordinación
didáctica?
Ya hemos visto que formamos parte de diferentes órganos de coordinación docente
y que, además, se espera de nosotros que asesoremos a éstos y al Claustro general en
medidas de atención a la diversidad y metodologías que aumenten la calidad educativa y
mejore los procesos de Enseñanza y Aprendizaje. Por tanto, nuestro asesoramiento se
desarrollará de forma no directiva sino basada en el trabajo colaborativo que defiende
nuestra Ley educativa y en los foros de asesoramiento establecidos por norma como son
el ETCP, FEIE y en cuales otros nos convoquen como asesores.
Nuestro asesoramiento debe estar basado en un conocimiento técnico y
fundamentado en experiencias educativas desarrolladas por otros centros y
compañeros/as que aporten realidad a nuestro discurso.
Además, el asesoramiento debe contar con el apoyo del Equipo Directivo quien
pide nuestra colaboración, para surtir los efectos deseados en todo el centro.
Las propuestas que realizaremos deben ser encauzadas en las programaciones
didácticas y metodología de aula pudiendo o no tomar forma de actividad formativa e
investigadora de centro según las posibilidades que ofrece el Centro de Profesorado en
relación al a formación de éste.
BIBLIOGRAFÍA
Ausubel, D. y Novack (1983). Psicología educativa: un punto de vista cognoscitivo.
México: Trillo
Camacho, A. (2016). Fracaso escolar y Abandono educativo temprano en Educación
Secundaria. Un estudio integrado. Huelva: Universidad de Huelva.
Santos Guerra, M.A. (2104). La evaluación como proceso de aprendizaje. Madrid:
Narcea
Ley Orgánica 2/2006 de Educación refundida con las modificaciones de la Ley
Orgánica 8/2013 para la Mejora de la Calidad Educativa.
Decreto 327/2010 por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de los Institutos de
Educación Secundaria Obligatoria.
Decreto 111/2016 de 14 de junio, por el que se establece la ordenación y el currículo de
la Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Orden 20 de agosto de 2010 que regula la organización y funcionamiento de los
Institutos de E. Secundaria.