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La figura del intérprete de Lengua de Signos es un recurso en el aprendizaje de los

alumnos con discapacidad auditiva que contribuye al desarrollo de la experiencia


bilingüe (lengua oral/Lengua de Signos) en los centros educativos mexicanos.
La sordera Al ser una discapacidad que no se ve, recibe muy poca atención de la
sociedad y el Gobierno. En México sólo hay 40 intérpretes certificados de lengua de
señas y la educación especial para ellos no es obligatoria
Cuando una persona invidente anda por la calle, su bastón y sus gafas oscuras, su
perro lazarillo o sus ojos diferentes delatan su discapacidad. Quienes cruzan por su
camino se quitan, lo ayudan a pasar o le ceden un asiento. Las personas sordas,
en cambio, no tienen un síntoma visible de su discapacidad, por lo que nadie lo
advierte hasta que les habla, y no saben cómo hacerlo porque casi nadie domina la
lengua de señas. Esta incomunicación los aísla y orilla a convivir
predominantemente con otros sordos, lo que genera entre ellos una cultura apartada
del resto, con su propio idioma y sus propios códigos. Esto los vuelve invisibles en
México, país que los inserta en el paquete de todas las discapacidades, tanto en
atención y trato como en recursos para su educación
los sordos hacen muchas cosas como los oyentes: conducen aunque no puedan
percibir los cláxones o el silbato de un policía; los que han aprendido a hablar usan
el teléfono aunque no escuchen y se buscan el modo de notar lo que los demás
escuchamos: luz para el timbre, tocar a las personas para llamarlas, leer los labios
de los oyentes o sus notas, en el caso de los que aprendieron a leer y escribir, ya
que a muchos no les enseñaron en su escuela. El más importante de sus problemas,
coinciden todos, es la educación.
El panorama educativo para este sector de la población es desolador: en todo el
país hay solo 40 intérpretes certificados en Lengua de Señas Mexicana (LSM). La
mayoría de los que conocen este lenguaje son familiares de los sordos y la
capacitación a los maestros para que aprendan a comunicarse con estos
estudiantes no es obligatoria.
Entonces, es así, como hemos llegado a la conclusión de que nuestro proyecto
podría ser aplicado al ámbito educativo para personas sordomudas y personas que
quieran ser capacitadas para poder enseñar en espacios educativos, ya que la
demanda de intérpretes cada día aumenta y por parte del Gobierno Mexicano aún
no se ha hecho nada.
Es importante aclarar que esto tiene también como objetivo la inclusión de personas
sordomudas en un ámbito social, como ya se ha mencionado anteriormente, si
utilizamos cifras se podría decir que menos del 2% de la población que no padece
este tipo de incapacidad, conoce el lenguaje de señas.

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