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Título de la obra: Mérida: Ciudad Museo, Ciudad Collage

Autor: Brenda U. Iglesias S.

Editado por el Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes


Av. Andrés Bello, antiguo CALA. La Parroquia.
Mérida, estado Mérida. Venezuela
Telefax (+58274) 2713210 / 2712034 / 2711955
e-mail cpula@ula.ve
http://www.ula.ve/cp

1a edición en CD-Rom. 2009


Reservados todos los derechos
© Brenda U. Iglesias S.

Diseño de portada: INNOVA. Diseño y Tecnología C.A.

Mérida, Venezuela, 2009


UNIVERSIDAD DE LOS ANDES.
CONSEJO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO.
FACULTAD DE ARQUITECTURA Y ARTE.
PROGRAMA DE MAESTRÍA EN HISTORIA, TEORÍA Y CRÍTICA DE ARQUITECTURA.

MÉRIDA: CIUDAD MUSEO, CIUDAD COLLAGE

TRABAJO DE GRADO

PARA OPTAR AL GRADO DE MAGÍSTER SCIENTIAE EN


HISTORIA, TEORÍA Y CRÍTICA DE ARQUITECTURA

PRESENTADO POR LA

LICENCIADA BRENDA URSULA IGLESIAS SÁNCHEZ

TUTORA
PROFESORA ANA ISABEL PARADA SOTO

MÉRIDA - VENEZUELA

ABRIL 2005
DEDICADO A…

La ciudad de Mérida, que al profundizar en el tema de lo urbano a través


de este trabajo, aprendí a valorarla y amarla aún más.

A mi Madre, a mis hermanos Edinzo e Yvonne, a mi Yulio,


con quienes he vivido los momentos
más importantes de mi vida a lo largo y ancho de esta ciudad.

Porque…

Una ciudad es un mundo cuando se ama a uno de sus habitantes,


Lawrence Durres en Justine.
AGRADECIMIENTOS
A la Universidad de Los Andes y todo el personal docente y administrativo de la Maestría,
por la oportunidad brindada y el respaldo proporcionado en este episodio de mi vida.

Muy especialmente a la Profesora Ana Isabel Parada Soto,


por su apoyo incondicional y guía en mi camino académico.

A los ingenieros Govany y Fabiola Gutiérrez,


por su asesoramiento en el trabajo que realizamos en conjunto para alcanzar el éxito deseado.

Al Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de la Universidad de Los Andes,


por el aporte financiero para la realización de esta investigación.

A todas aquellas personas que en el desempeño de sus funciones


en los entes que hacen vida en Mérida,
me prestaron su oportuna cooperación, particularmente al
personal que labora en las diferentes archivos, bibliotecas y hemerotecas
de la Universidad y de la ciudad,
al Lic. Oneiver Araque del Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes,
al Arq. Jesús Manuel Balza y la Sra. Zulay Díaz de la Alcaldía del Municipio Libertador,
al Lic. Frank Altuve y demás miembros del Archivo General del Estado.

A Julio César Tallaferro Guzmán,


por su compañía irremplazable y valiosa colaboración en el soporte fotográfico sobre la ciudad.

A Gilda Ivonne Iglesias Sánchez,


por su meritoria asistencia en la búsqueda de información y material bibliográfico.

A mi familia,
por alentarme día a día a seguir adelante y cumplir este y todos mis sueños.

5
CONTENIDO

ABREVIATURAS……..……………………………………………………………............. 11

RESUMEN……………………………………………………………………………......... 13

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………..………............ 15

CAPÍTULO I. LA IDEA DE CIUDAD……..…………………………………..………..….. 21

1.1 Origen, Historia y Definiciones de Ciudad…………..……………..…..………... 23

1.2 La Ciudad en que Vivimos, Mérida.…......………...……………………………... 66

 Mérida Colonial y Republicana……..……………………………………………. 72

 La Ciudad en Transición……………..………………………………………….… 87

 Mérida Hoy, Ciudad Collage………...…………………………………………… 94

CAPÍTULO II. LA CIUDAD COMO COLECCIÓN DE UN MUSEO..……..………..……..... 101

2.1 Definición de Ciudad Museo……………………………………..…………...….. 103

2.2 La Ciudad como Colección…………………..………………………………..….. 113

2.3 Analogías Operativas entre Museo y Ciudad………...……………..………….. 120

CAPÍTULO III. MÉRIDA: CIUDAD MUSEO, CIUDAD COLLAGE. …………………..…… 141

3.1 La Exposición. ………………………………...…………………………………… 143

3.2 Proceso Museográfico………………………………...…………………………… 145

a. Guión Temático…………………………………...…..………………...…… 145

b. Guión Museológico: ……………………………………………………....... 147

c. Guión Museográfico………………………...…………………………......... 155

3.2 Exhibición Didáctica de la Ciudad. Finalidad Patrimonial y de


Conservación………………………………………………………………………….... 170

6
CONCLUSIONES FINALES Y RECOMENDACIONES……………………...………...…..... 175

BIBLIOGRAFÍA……………………...…………………..…………………………….…. 183

ÍNDICE DE ILUSTRACIONES Y TABLAS ………….……………………………………...197

APÉNDICES……………………………………………………………………………… 203

Apéndice I. Mérida: Ciudad Museo, Ciudad Collage (CD-ROM)…....................... 205

Apéndice II. Catálogo de Obras……………………………………………………… 211

ANEXOS.…………………………………………………………………………….……285

Anexo A. Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural y Natural del


Estado Mérida: Abril 1998…...……………………………….………………..………287

Anexo B. Ordenanza de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural del


Municipio Libertador: Mérida, Marzo 2003....………...………………..……..…. …295

Anexo C. Decreto Nº DE – 5S5: Mérida, Julio 2004…..………………..…………….313

Anexo D. Instituto del Patrimonio Cultural. Listado de Monumentos con


Declaratoria Nacional: Región Andina, Estado Mérida 1994................................... 329

7
ABREVIATURAS

Abreviaturas utilizadas en este trabajo:

a. C. Antes de Cristo.
aprox. Aproximadamente.
Arq. Arquitecto.
Av. Avenida.
C. C. Centro Comercial.
Comp. Compilador.
d. C. Después de Cristo.
Dr. Doctor.
Ed. o Eds. Edición o Ediciones.
Edo. Estado.
Edif. Edificio.
Fig. Figura.
Flia. Familia.
Gral. General.
MOP. Ministerio de Obras Públicas.
Nº. Número.
NO. Nor-Oeste
p., pp. o s.p. Página, páginas o sin página.
s. Siglo.
s.f. Sin fecha.
SO. Sur - Oeste.
UNESCO. Iniciales de las palabras inglesas: United Nations Educational,
Scientific and Cultural Organization.

Urb. Urbanización.

8
RESUMEN

En el presente trabajo se propone a la ciudad de Mérida como un prototipo de


CIUDAD MUSEO (la ciudad como colección museable) en la acepción de su naturaleza
como CIUDAD COLLAGE (fragmentos de edificaciones de temporalidades distintas
inmersas en la trama) para la valoración y conservación patrimonial de nuestra cultura
urbana local.
Para tal fin, se realizó un pequeño recuento histórico sobre la ciudad en la historia
universal y sobre la ciudad de Mérida según sus diferentes etapas de desarrollo,
estudiándose varios de los datos arquitectónicos y espaciales del casco central para la
identificación del patrimonio cultural y urbano de la misma.
Se analizaron las definiciones sobre los diferentes tipos de museos como resultado
de la nueva Museología a partir de los años 70’ como referentes en la definición de
CIUDAD MUSEO, y los relacionados con Patrimonio y Monumento para determinar el
perfil de su colección. Asimismo, se establecieron una serie de analogías operativas entre
las diferentes áreas operacionales, actividades y funciones de un museo venezolano según
las Normativas Técnicas para Museos con respecto a la urbe de Mérida, como parte de la
organización y naturaleza de la CIUDAD MUSEO que proponemos.
En base a la institucionalidad determinada para MÉRIDA CIUDAD MUSEO, se
desarrollaron ejemplos sobre el proceso museográfico a seguir, si se considera como tema
de exposición la CIUDAD COLLAGE notoria en los recorridos por las calles y avenidas que
conforman el casco central de Mérida. Los resultados obtenidos de tal propuesta son
altamente positivos al generar la posibilidad en la ciudad actual de dar a conocer de forma
didáctica los aspectos más importantes de la ciudad con el propósito de concientizar y
reflexionar a quienes hacen vida en esta ciudad sobre su patrimonio.
Como un complemento a los aspectos teóricos expuestos, este trabajo incluye un CD-
ROOM en el que se presentan de igual forma todos los aspectos antes descritos sobre
MÉRIDA: CIUDAD MUSEO, CIUDAD COLLAGE, mediante las posibilidades que ofrecen los
recursos informáticos y multimedia; y así, una visita diferente a Mérida en una exposición
didáctica de la ciudad, de forma ficticia, sin depender de su construcción real; para
reforzar su concepción sobre la vida en ciudad, sobre su patrimonio cultural y urbano.

9
INTRODUCCIÓN

Italo Calvino (1923 – 1985), autor de lo que él definió como un último poema
de amor a la urbe en Las Ciudades Invisibles (1972), advierte que las ciudades son un
conjunto de muchas cosas. Así como lo explican todos los libros de historia de la
economía, son lugares de trueque; pero estos trueques no lo son solo de
mercancías, son también trueques de memorias, palabras, signos de un lenguaje,
deseos, recuerdos que constituyen las razones secretas que han llevado a los hombres a
vivir en las ciudades. Calvino, consciente del momento de crisis de la vida urbana, de
la destrucción del entorno y la reacción en cadena de los prejuicios de los grandes
sistemas tecnológicos, describe en su libro una idea atemporal de la ciudad
construida a base de imágenes de las ciudades felices que cobran forma y se
desvanecen continuamente escondidas en las ciudades infelices, que son cada vez
más difíciles de vivirlas como ciudades y que nos lleva ante aquella ciudad utópica
que aunque no la descubramos no podemos dejar de buscarla (Italo Calvino, p. 16).
No hay quizás ninguna otra forma humana que haya sido y sea punto de
infinita reflexión. Cada teoría se centra en alguna metáfora de lo que es y cómo
funciona la ciudad. El significado de la ciudad moderna y contemporánea como
espacio artificial, histórico, constituye el resultado de otros significados
precedentes en donde, en sí misma, encuentra sus razones y medios de existencia e
incluso, de representación simbólica.
La perspectiva norteamericana, con la consolidación del campo disciplinario
de la historia urbana a partir de los años 1980, se ha caracterizado por redescubrir
lo positivo y colorido de la vida en la ciudad. Autores como Aldo Rossi, Colin Rowe
y Robert Ventura desarrollaron planteamientos teóricos e historiográficos en los que

10
la práctica profesional, la revisión y contextualización histórica de la ciudad fue
alimentada por un creciente interés por la conservación patrimonial evidenciado
en un acercamiento al estratificado tejido urbano con más respeto, no solo al
monumento aislado, sino a los sectores de la ciudad en los que se insertan.
En la ciudad de Mérida, así como en el resto de las ciudades venezolanas y
latinoamericanas, existe una comprensión superficial del concepto de modernidad
y patrimonio. En ellas, la preservación del pasado resulta contraria al deseo de
tener ciudades modernas y cosmopolitas, por lo que difícilmente se tiene la
capacidad de abarcar en sus tramas, la presencia del collage urbano donde el valor
de un recuerdo debería proyectarse desde el presente para el futuro de la ciudad.
Sin embargo, la idea no es tener una ciudad donde irónicamente se destruye
para renovar, sino buscar una actitud, un mecanismo que responda a la necesidad
implícita de intervenir sobre la valoración de la condición objetiva y actual de la
ciudad y hallar la manera de conciliar, de manera efectiva y creativa, la tradición y
la contemporaneidad; un mecanismo didáctico que permita a los merideños
vivenciar en su cotidianidad la ciudad de tal manera de que, si asisten al centro
sean conscientes de que ése ha sido el centro desde hace más de 400 años y se
desplacen desde allí a través de sus calles y avenidas hacia la periferia, agudizando
sus sentidos sobre los cambios y transformaciones de la ciudad en la imagen de su
contemporaneidad.
El presente Trabajo de Grado tiene como finalidad proponer a la ciudad de
Mérida como prototipo de CIUDAD MUSEO (la ciudad como colección museable),
en la acepción de su carácter como CIUDAD COLLAGE (fragmentos de edificaciones
de temporalidades distintas inmersas en la trama), para la valoración y
conservación patrimonial de nuestra cultura urbana local, mediante el estudio de
los datos arquitectónicos y espaciales; sin devaluar la heterogeneidad de su
naturaleza, basados en la historia y crítica de la arquitectura y la ciudad.
En el CAPÍTULO I, hacemos primeramente una breve revisión sobre el origen,
la historia y varias de las definiciones sobre ciudad, considerándola como un

11
proceso complejo, determinado por un conjunto de objetos protagonistas que se
entrelazan en una totalidad. De esta forma, a partir de la idea de ciudad que
estudiamos, revisamos el proceso de transferencia de los modelos urbanísticos y de
la cultura urbana en el marco de las relaciones postcoloniales hacia la ciudad de
Mérida hoy, los cuales, ilustran la historia urbana regional identificadas en tres
importantes etapas: la Ciudad Colonial y Republicana, la época de la colonización
española en la que surge en Mérida, como en la mayoría de las ciudades
hispanoamericanas, el casco central de la ciudad que permanece arraigado hasta
principios del siglo XX; la Ciudad en Transición, que representa los cambios
significativos de su fisonomía urbana experimentados entre los años 30’ hasta la
década del 50’, apareciendo importantes edificaciones del Poder Público,
Eclesiástico y el desarrollo de la Universidad; y la Ciudad Actual, la urbe que se
desarrolló vertiginosamente desde la década de los 60’ a lo largo de las diferentes
tramas viales y de interrelación entre los diferentes sectores urbanos, en particular
hacia el suroeste de la ciudad.
Esta descripción de la realidad urbana confrontada a través de la historia de
Mérida, permite darnos cuenta de la complejidad del proceso urbano. La ciudad
actual es la ciudad que existe entre nosotros como un collage de muestras
arquitectónicas y urbanas en donde la trama y sus edificios se adhieren a su
historia entre la tradición de lo colonial y la variedad de lo moderno. Esta
naturaleza de ciudad collage la haremos museable al proponerla como prototipo de
CIUDAD MUSEO a lo largo del CAPÍTULO II, donde interpretaremos la definición
oficial sobre Museo y algunas de sus variantes, así como las definiciones de
Patrimonio y Monumento que permiten teóricamente definir a la ciudad como
Colección de un Museo y establecer algunas analogías operativas entre ciudad y
Museo.
Al proponer a la ciudad de Mérida como Colección de CIUDAD MUSEO,
mediante la determinación de su patrimonio urbano cuya heterogeneidad no es
rebatida sino que por el contrario, se reafirma como un centro de cultura urbana

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visiva donde el transeúnte participa en la dialéctica a que es invitado in situ,
realizamos una revisión crítica sobre el ámbito físico de la ciudad y su naturaleza
de CIUDAD COLLAGE a lo largo del CAPÍTULO III, que incluye a su vez, la
elaboración del Guión Museológico y la Proyección Museográfica; la construcción
de recorridos integrados sobre la selección y clasificación de los espacios y obras
arquitectónicas del tejido urbano definido; y su estudio, análisis y presentación
mediante la realización de una ficha descriptiva e histórica del lugar.
Asimismo, además del trabajo escrito, en la presente investigación se anexa
un CD-ROM interactivo en el cual se proyecta a la ciudad de Mérida como un
modelo de CIUDAD MUSEO a través de la exposición didáctica de la ciudad y su
incidencia en la percepción de los merideños; conectando el proceso del pasado
con el cambio y los valores del presente, en vez de separar aquel de éstos,
contemplando a la CIUDAD COLLAGE en la que vivimos para divisar su historia a
partir de sus edificios y espacios, con el propósito de promover la valoración y
recuperación patrimonial urbana local.
De esta manera, podemos vislumbrar mediante la propuesta teórica del
trabajo MÉRIDA: CIUDAD MUSEO, CIUDAD COLLAGE, la posibilidad en la ciudad
actual, de dar a conocer de forma didáctica los aspectos más importantes de las
diferentes etapas de desarrollo de la trama urbana merideña. Quienes hacen vida
en ésta, nuestra ciudad, en la mayoría de los casos, desconocen su hábitat y su
historia, extendiéndose esta situación con gravedad al olvido y la ignorancia por
parte de los entes oficiales (Gobernación del Estado, Alcaldía del Municipio
Libertador, CORMETUR, MINFRA, entre otros). Sin embargo, queda en manos de
ellos la puesta en práctica del proyecto con el propósito de concientizar y
reflexionar sobre el patrimonio urbano en cada recorrido por sus calles, avenidas,
espacios públicos y privados.

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CAPITULO I. LA IDEA DE CIUDAD

Hablo de la selva de piedra,


el desierto del profeta, la casa de los espejos,
el laberinto de ecos...
Hablo del gran rumor que viene del fondo de los tiempos,
hablo de la ciudad, pastora de siglos,
Madre que nos engendra y nos devora,
nos inventa y nos olvida.
OCTAVIO PAZ

La ciudad es apasionada, semejante a un organismo vivo del que se pueden analizar sus funciones y escudriñarse su
corazón.
Ningún otro objeto geográfico llega a suscitar más opiniones más subjetivas.
Desde sus técnicos a sus poetas, desde sus habitantes a sus pintores,
defensores o detractores, la ciudad aparece conformada más de ideas
que de piedra y de hormigón.
MICHAEL – JEAN BERTRAND

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1. 1 Origen, Historia y Definiciones de Ciudad.
La ciudad es una realidad construida a través del tiempo, y en cada tramo de
la historia del hombre cambia y evoluciona según su visión de vida. El concepto de
ciudad deriva de la búsqueda del hombre de mejor calidad de vida urbana.
Lewis Mumford para dar inicio a su libro La ciudad en la historia se interroga y
responde: ¿Qué es la ciudad? ¿Cómo se originó? ¿Qué procesos promueve, qué funciones
desempeña, qué propósitos cumple? No hay definición única que se aplique a todas sus
manifestaciones y una sola descripción no puede abarcar todas sus transformaciones...
(1979, p. 9). Según el autor, para identificar el origen de la ciudad, debemos seguir
las huellas dejadas por el hombre, por muy remotas que estén en el tiempo, el
espacio y la cultura. En ese caso, cada huella refiere a un punto de convergencia
sobre el cual gira la concepción que tiene el hombre en ese momento sobre la
ciudad, que sin desprenderse de la anterior, contiene otras cualidades que se
adaptan a su tiempo y que serán una opción a futuro. De esta manera, es el hombre
la clave del recorrido histórico sobre la ciudad.
La ciudad aparece durante el tránsito de una cultura nómada a una cultura
sedentaria, asentada. Las ciudades primigenias son anteriores a los primeros
documentos escritos y de las cuales, solo tenemos datos indirectos; antes de la
ciudad existieron los caseríos, los santuarios y las aldeas; antes de las aldeas, los
campamentos, las cavernas y los montículos; y antes de todo esto, ya existía la
tendencia a la vida social en el hombre. Hacia el V milenio a.C., se dio lugar a lo
que se conoce como revolución urbana. Implicó el desarrollo de las ciudades y la
transición a una sociedad en la que un gran número de individuos vivían de forma
sedentaria en pequeñas zonas.
No obstante, el arqueólogo Gordon Childe (1892 - 1957), citado por Michael
Roaf (p. 56), señala que ésta, no es más que una de las características de la
revolución urbana. También implicó una sociedad que se dividía en clases,

15
dirigida por una elite política, militar y religiosa que se enriquecía gracias a la
imposición de tributos y que erigía edificios monumentales. Otra característica del
desarrollo urbano fue la aparición de artesanos que vivían de su oficio y que a su
vez contribuyeron al desarrollo de amplios circuitos comerciales. El nacimiento de
las ciencias exactas y teóricas, la invención de la escritura y la aparición del arte
figurativo, eran así mismo parte integrante de dicha revolución urbana. En efecto,
en los últimos siglos del IV milenio, todas las ciudades nacientes presentaban estas
características en diversos grados, lo que desde entonces, determinará el devenir
de la misma. Por tanto, señala el autor, la base de la revolución urbana no fue
tanto la formación de ciudades, sino un cambio en la naturaleza de la sociedad que
fomentó mayores aglomeraciones políticas, sociales y económicas de la población.
Durante el mesolítico, el hombre es protagonista de un proceso de
asentamiento y domesticación. Con la revolución agrícola sucedida entre el 7.000 y
2.000 a.C., comienzan a figurar las aldeas (Lewis Mumford, pp. 21 - 25) como
asociaciones permanentes de familias y vecinos, con casas edificadas y modeladas
con diferentes materiales propios de su hábitat (casas de adobe en el Oriente
Próximo, de grandes troncos de madera en Europa central y occidental y las
murallas de piedra en lugares como Jericó); como un nuevo tipo de asiento
humano en donde de forma primitiva, muchos símbolos y estructuras urbanas
estaban presentes (el granero, el banco, el arsenal, la biblioteca, el almacén, el canal,
el estanque, el acueducto y demás formas). Por tanto, enfatiza Lewis Munford, la
modelación de la tierra fue una parte integrante de la modelación de la ciudad; y con ella a
su vez, de la civilización: la sociedad estratificada, la desigualdad en la propiedad,
los especialistas, la escritura, la ciencia, la guerra, el arte, la artesanía decorativa, el
comercio con otras sociedades, los ritos ceremoniales y la cultura en general.
Es en Asia Menor, en la actual Turquía o península de Anatolia, donde se
han encontrado algunos de los primeros asentamientos neolíticos de Oriente
Próximo (José María Fullola y José María Gurt, 1978, p. 42), que surgieron después
del descubrimiento y de la difusión de la agricultura y de la cría de diferentes

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animales domésticos. Este desarrollo culminó con la destacable transformación
urbana que tuvo lugar en el sur de Mesopotamia en el IV milenio a.C., evolución
que sentó las bases de las sociedades modernas.

Uno de los más importantes y mejor conservados entre los asentamientos


de la meseta de Anatolia (Asia Menor) es Çatal Höyük (Fig. 1), cerca de la actual
Kenia, cuyos estratos según las pruebas arqueológicas datan del periodo que va
del 6850 al 6300 a. C. y en donde las excavaciones han sacado a la luz unas
edificaciones semisubterráneas con multitud de frescos policromados de
leopardos y cabezas de toro y buitres.
Entre los datos aportados por
Micahel Roaf (pp. 41 - 43) sobre Çatal
Höyük podemos señalar que su sede
ocupa 12 hectáreas y los estratos del
Neolítico miden cada uno
aproximadamente 15 metros de altura.
Según las reconstrucciones hechas de
una parte del asentamiento, los edificios Fig. 1. Çatal Höyük. (FUENTE: ROAF, Michael. (s.f.).
Mesopotamia y el antiguo Oriente Medio; p. 42).
eran levantados sobre una sola planta,
apiñados unos junto a otros,
compartiendo sus muros y accediendo a ellos por el tejado. Generalmente, la
planta de la casa era cuadrada, de una habitación donde había plataformas de
arcilla, bancos, cubos, una hoguera, un horno y una escalera que permitía la
salida a la parte superior hacia un cuarto de almacén largo y estrecho bien por
una puerta baja o por un agujero en la pared. Se calcula que en todo el
asentamiento, el cual estaba organizado en forma de terraza ascendiendo hasta el
centro de la ciudad, había alrededor de 1000 viviendas albergando a una
población de 5000 personas, con un significativo número de santuarios y lugares
sagrados, ricamente decorados con murales con motivos geométricos o paisajes
esquemáticos, escenas de caza o cuerpos con cabeza de buitre. Por estas

17
características, se dice que en la consolidación de la idea de ciudad en Çatal Höyük,
fue la religión la fuerza motora de su sociedad.

Al suroeste de Asia, en el valle entre los ríos Tigris y Éufrates, existió el


lugar de asentamiento de las primeras ciudades de la civilización mesopotámica.
Ciudades como Nippur, Uruk, Ur, y Babilonia se construyeron en las orillas de
estos ríos, bajo las mismas condiciones dadas en sus vecinos mediterráneos. La
necesidad de autodefensa y riego llevó a los antiguos mesopotámicos a organizar
y construir canales y asentamientos fortificados. Desde el 6000 a.C. los
asentamientos aumentaron, convirtiéndose en ciudades en el IV milenio a.C. (José
María Fullola y José María Gurt, p. 42)

Según Nicolás Postgate (1999, p. 37), los periodos arqueológicos e históricos


más importantes de estas civilizaciones los constituyen, según el orden de
aparición: la ciudad de Ubaid, como primera ocupación entre los años 5000 - 4000 a.
C., Uruk entre los años 4000 - 3200 a. C., Uruk Protodinástico I, II, III entre los años
3000 - 2350 a. C., Ur en su período más prolífico durante la III dinastía entre el
2150 - 2000 a. C., y la I dinastía de Babilonia hacia el 1800 - 1600 a. C.
Uruk, situada en las proximidades de un antiguo afluente del río Éufrates,
en la actualidad, Warka (Irak), es considerada la ciudad más antigua del mundo
y su gran importancia desde el punto de vista de la arqueología está relacionada
con los comienzos de la vida urbana, la organización de la administración
pública y el desarrollo de la escritura; condiciones decisivas para el desarrollo de
la ciudad, lo que representó la base de la cultura mesopotámica que perduró
durante 3.000 años.

Entre los aspectos claves a señalar sobre la ciudad de Uruk en base a las
ideas expuestas a lo largo de su escrito por Michael Roaf (pp. 58 - 69) tenemos que,
hacia el 3.300 a.C. Uruk cubría un área de 100 hectáreas en total, aumentando a
unas 850 hectáreas en el periodo dinástico I, considerándose entonces como la
ciudad más importante de Mesopotamia. Las excavaciones arqueológicas

18
realizadas a principio del siglo XX, sacaron a la luz pública los restos de dos
grandes complejos religiosos: Aullaba donde se encontraba el templo de Anu (el
dios del cielo) y Eanna donde se adoraba a Isthar. Sus estructuras alcanzaban gran
tamaño y estaban decoradas con conos de colores hechos de arcilla que recreaban
motivos geométricos, hallándose también en varios niveles del recinto los
primeros vestigios de escritura cuneiforme. La muralla que le encerraba fue
construida por Gilgamesh, el legendario rey de Uruk durante el periodo
Protodinástico, con 9 Km. de longitud y encerraba una superficie de 400
hectáreas. Según la epopeya, un tercio de la ciudad estaba constituida por
templos y otro tercio por jardines.

De esta manera, en Uruk se utilizó el arte por primera vez para ilustrar la
función del soberano y para reforzar su posición. La magnitud, variedad y
complejidad de la arquitectura de los recintos de Uruk del período tardío,
demuestran que los edificios además de constituir el centro político del gobierno
y desempeñar un papel importante en la vida económica de la ciudad,
respondían a un plan esmerado; su finalidad no era solo servir de recinto
religioso sino causar impresión en el pueblo por la opulencia y el dominio de sus
constructores. Arte y arquitectura se combinaron para crear la imagen de la
ciudad traducida a poder y riqueza, a fin de realzar la estabilidad del grupo
gobernante y la perdurabilidad física de la misma urbe.

En similares circunstancias se desarrolló la segunda ciudad más importante


de Mesopotamia, Ur, capital de la III dinastía entre el 2150 y 2000 a. C. durante los
reinados de UrNammu y sus sucesores, situada al sur del curso bajo del río
Éufrates, cuyas aguas fluían cerca de las murallas de la ciudad controlando su
salida al mar. Esto le permitió estar bien situada para el desarrollo del comercio,
ampliar su hegemonía y convertirse en la ciudad más rica de Mesopotamia
durante ese milenio (Anthony Morris, 1984, p. 20).

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La extraordinaria riqueza de la ciudad de Ur fue revelada tras las diferentes
excavaciones realizadas en las adyacencias del Cementerio Real, donde se hallaron
el zigurat y el templo de Nanna, uno de los mejor conservados de Irak, compuesto
por tres plataformas superpuestas que llegó a tener hasta siete niveles construidos
en ladrillos de adobe secados al sol, elevándose unos 21 m. sobre el desierto. Estos
recintos sagrados, señala Michael Roaf (p. 99), funcionaron como lugar de culto al
dios lunar de la religión sumeria, Nanna, más tarde llamado Sin por los babilonios.
Al inicio del I milenio a.C., Ur pasó a formar parte del reino de Isin,
después del reino de Larsa y finalmente se incorporó a Babilonia.

El Imperio Babilónico que reinó en Mesopotamia, conocido originalmente como


Sumer y después como Sumer y Acad, tomó su denominación del nombre de la
ciudad de Babilonia (del acadio Babilu, puerta de Dios), una de las ciudades más
importantes de la antigüedad, cuya localización está hoy en día marcada por una
amplia zona de ruinas al este del río Éufrates, a 90 Km. al sur de Bagdad, en Irak.
Babilonia fue la capital del Imperio durante los milenios II y I a.C. cuando la ciudad
se beneficiaba de su posición en la importante ruta comercial por vía terrestre que
conectaba el golfo Pérsico y el Mediterráneo. (Nicolás Postgate, pp. 68-69).
Babilonia se hizo una ciudad-estado independiente hacia el 1894 a.C.,
cuando Sumu-Abum fundó allí una dinastía. Esta dinastía alcanzó su apogeo con
Hammurabi, el gobernante más importante de la primera dinastía babilónica
aproximadamente entre 1792 y 1750 a.C., a quien se le recuerda principalmente
por su codificación de las leyes que regían la vida de esta sociedad, conocida
como Código de Hammurabi que es el primer código conocido de la Historia. Esta
ley se compone de una serie de enmiendas al Derecho común de Babilonia donde
se empezó a legislar la ciudad como una organización económica, social y política.
En referencia a este documento, Miriam Salas (2002, p. 29) señala que muchos
aspectos de la vida urbana estaban reflejados ahí y uno de los más importantes
para el futuro de la ciudad fueron las normas que consideraban y regulaban la
propiedad privada de la tierra. Así mismo se constituye como una guía de

20
procedimientos legales donde se recogen disposiciones sobre préstamos,
depósitos, deudas, propiedad doméstica y derechos familiares, penas por
prácticas médicas incorrectas, así como por daños causados por negligencia en
actividades diversas. E incluso se fijan los precios de diferentes tipos de servicios
en no pocas ramas del comercio.

Desde Hammurabi, la ciudad fue regida por distintas y breves dinastías


hasta finales del siglo VIII a.C. cuando cayó bajo la influencia de Asiria. Anthony
Morris (p. 24) refiere que durante este periodo, varios hechos destacan en la
historia babilónica. Con los casitas, hacia el siglo XII a.C., Babilonia se convirtió
también en centro religioso del reino, cuando su dios principal, Marduk, fue
situado a la cabeza del panteón mesopotámico. En el 625 a.C., los caldeos,
dirigidos por Nabopolasar, tomaron la ciudad.

Nabopolasar fundó la dinastía neobabilonia y su hijo Nabucodonosor II


extendió el reino hasta Palestina y Siria. La capital de Babilonia fue renovada con
los nuevos edificios del templo y del palacio, grandes murallas y puertas de
fortificación y caminos procesionales pavimentados; fue la mayor ciudad del
mundo conocido, abarcando más de 1.000 hectáreas. En aquellas fechas, el
Éufrates dividía la ciudad en dos partes desiguales: el barrio antiguo, con la
mayoría de los palacios y templos en la orilla este, y la Ciudad Nueva en la orilla
oeste, ambas partes unidas por un puente sostenido
por columnas de piedra en forma de embarcación.
(Anthony Morris, p. 24).

Dos de las sietes Maravillas del Mundo antiguo


se encontraban en Babilonia: la muralla que se extendía
a lo largo de 8 kilómetros y los jardines colgantes en la
esquina noroeste de la ciudad antigua. Cerca estaba la
Puerta de Istar (Fig. 2), decorada con toros y dragones
Fig. 2. Puerta de Istar, Museo
en ladrillo esmaltado, a través de la cual pasaba el Staatliche de Berlín (Alemania).
(FUENTE: Enciclopedia
Microsoft® Encarta® 99. ©).

21
principal camino procesional; era la ruta seguida por los líderes religiosos y
políticos durante las ceremonias del festival del Año Nuevo. Otras nueve puertas
importantes atravesaban las grandes murallas de fortificación interna de la
ciudad, a partir de las cuales surgían los caminos hacia los principales
asentamientos de Babilonia. (Nicolás Postgate, p. 97)

Este Imperio neobabilonio duró poco tiempo. Según la cronología


utilizada por Nicolás Postgate en su trabajo, en el 539 a.C. el Imperio cayó bajo el
poderío del rey persa Ciro II el Grande arrasando por completo en el 482 los
templos y el zigurat. Alejandro Magno en el 330 a.C. proyectó reconstruirla como
capital de su gran imperio, pero murió antes de poder llevar a cabo sus planes.
Prácticamente Babilonia había desaparecido antes del surgimiento del Islam
durante el siglo VII d.C.

De esta manera, las ciudades del Imperio Mesopotámico llevaron consigo el


desarrollo evolutivo de la estructura social, la organización económica, el arte y la
arquitectura, la ciencia y la literatura, el sistema judicial y las creencias religiosas,
que determinaron el devenir de la cultura urbana del hombre dejando una
profunda huella en el mundo antiguo. Nicolás Postgate reconoce que toda la
información sobre las antiguas civilizaciones procede de las ciudades, y
específicamente de las Mesopotámicas, de su escritura y los restos de sus formas
urbanas. Una muestra de ello es, según el autor, la recopilación literaria conocida
como Himnos Sumerios del Templo, un total de 42 himnos que se refieren a unas 35
ciudades distintas representadas por más de un templo, se resumen la ideología
según la cual el territorio estaba formado por ciudades estado, cada una con su
deidad principal y su santuario, constituyendo el corazón de la ciudad, y donde el
crecimiento o declive de cada urbe dependía de su papel específico en el campo
económico y político. (Nicolás Postgate, p.102).
En cuanto al urbanismo, es Mesopotamia el lugar de hallazgo de una tablilla
de arcilla (Fig. 3) que representa un detalle del plano de Nippur (la ciudad santa de

22
los sumerios a la que se le confería un prestigio no inferior al de las ciudades de Ur
o de Uruk), sin duda el más antiguo proyecto urbanístico que la historia hasta
ahora conozca; en el que se ve el diseño de los canales y las fortificaciones cuyas
indicaciones están en caracteres cuneiformes (Ministerio de Relaciones Exteriores de
Irak, 1977, p. 18).

Fig. 3. Plano de Nippur dibujado sobre una tablilla


de arcilla. (FUENTE: MINISTERIO DE
RELACIONES EXTERIORES DE IRAK. (1977).
Mesopotamia de ayer, Irak de hoy, pp. 20 - 21).

Junto con el Tigris y el Éufrates, el curso bajo del río Nilo ha sido la cuna
de una de las primeras civilizaciones del mundo. Su desbordamiento creó las
fértiles llanuras de las que dependían los habitantes del antiguo Egipto. Además,
se convirtió en la principal vía comercial y de comunicaciones, así como en el
centro de la vida espiritual de la época.

Los orígenes de la antigua civilización egipcia no se pueden establecer con


certeza. Tanto la descripción del desarrollo de la civilización egipcia, como los
intentos de identificar sus fundamentos intelectuales, son en gran parte una serie
de conjeturas basadas en los descubrimientos arqueológicos de los restos de
ruinas, tumbas y monumentos e inscripciones jeroglíficas; sin embargo existe un
acuerdo general, como lo indica Jorge Ballina Garza (1989, pp. 71 - 73), sobre las
divisiones de la historia egipcia hasta la conquista de Alejandro III el Magno, en
los imperios Antiguo, Medio y Nuevo con periodos intermedios, seguidos por los
periodos tardío y de los tolomeos, fijado cronológica y genealógicamente gracias
a los nuevos hallazgos y al uso creciente de sofisticados métodos de datación.

23
Según la consideración de Sir Lawrence Gowing (1994, pp. 26 - 27), la
historia de Egipto fue la más larga de cuantas civilizaciones antiguas florecieron
en torno al Mediterráneo, específicamente en el Valle del Nilo (su natural sentido
de unidad se extendió casi sin interrupción desde aproximadamente el año
3000 a.C. hasta el siglo IV d.C. donde su forma de vida apenas sufrió cambios).

En medio de tierras fértiles y cultivables, fuentes de riquezas suficientes,


en Egipto todo tenía una significación religiosa de forma específica o indirecta.
Partiendo de este supuesto, el autor señala que desde los primeros tiempos, el
pensamiento, la moral y la cultura egipcios estuvieron arraigados en un
profundo respeto por el orden y el equilibrio, en la que la religión y la creencia
en una vida después de la muerte dictó la norma en la organización del Estado y
el ascenso de la figura del faraón, considerado como un dios sobre la Tierra; en
consecuencia, todas las manifestaciones artísticas y el desarrollo de nuevas
tecnologías estuvieron destinadas, básicamente, al servicio de los mismos. El arte
quería ser un arte útil; no se hablaba de piezas u obras bellas, sino eficaces o
eficientes y su intención fundamental, sin embargo, no fue la de crear una
imagen real de las cosas tal como aparecían, sino captar para la eternidad la
esencia de la persona, animal u objeto representado artísticamente o en las
figuras de su sistema de escritura jeroglífico, con que se representó la lengua del
antiguo Egipto. (Sir Lawrence Gowing, p. 27)

Miriam Salas (p. 41) por su parte, también afirma que la espiritualidad
determinó en gran medida la historia de la ciudad egipcia. La huella del hombre
egipcio se imprimió en su cosmogonía en la que la ciudad siempre estuvo
presente, desarrollando marcadas diferencias entre lo perpetuo y lo breve, entre la
ciudad y la necrópolis, siendo esta última el objetivo a seguir durante toda su vida
en la tierra. Por esta razón, advierte la autora, para vivir eternamente, los
egipcios necesitaban momificarse y construir sus tumbas como estancias
perennes.

24
Como resultado, son dichas estancias las huellas que aún encontramos del
hombre egipcio: las ciudades de la muerte más que las ciudades de la vida. La
primera, ubicada en la orilla occidental del Nilo con sus tumbas, momias,
sarcófagos, espíritus, obras de artes, tesoros, altares y avenidas; y la otra, en la
orilla oriental, con sus gentes, templos, palacios, casas, calles y jardines.

Es el caso de Tebas, la Ciudad de Amón-Ra el rey de los dioses, que durante


muchos siglos, fue la capital del antiguo Egipto, situada a ambos lados del río
Nilo, a unos 725 Km. al sur de la actual ciudad de El Cairo. Según los datos
aportados por Jorge Ballina Garza (pp. 117 – 135) a lo largo de su trabajo, podemos
reseñar algunas de las formas más representativas de esta ciudad:

 Tebas tiene origen prehistórico, denominada así por los griegos,


quienes también la conocieron como Dióspolis (ciudad celestial) y
aparece por primera vez en registros egipcios durante el Imperio
Antiguo (aprox. 2755-2255 a.C.). En la necrópolis que se encuentra en
la orilla occidental del río, se han descubierto tumbas que datan de
faraones de la VI dinastía (aprox. 2407-2255 a.C.).

 Las ruinas más importantes son las representadas por un grupo de


templos que se empezaron a construir bajo los faraones de la IX y X
dinastías (aprox. 2230-2035 a.C.) con sus recintos amurallados con
ladrillo tosco y las avenidas de esfinges que se comunican entre sí, y

ocupan 3 Km.2 aprox.; entre ellos, es el templo de Amón en Karnak


uno de los mejores conservados, muestra de una de las estructuras
más grandiosas de la antigüedad egipcia, terminado con Ramsés II:

mide 140 m2 aproximadamente, sus muros fueron cubiertos con


relieves e inscripciones; numerosas estatuas, pilonos y obeliscos le
rodean sobresaliendo la sala hipóstila que reposa sobre 122 columnas
de más de 21 metros de altura, colocadas en nueve hileras.

25
 Durante las XVIII y XX dinastías (1570 -1070 a.C.) los faraones

contribuyeron al esplendor arquitectónico de la ciudad de los muertos,


utilizando el Valle de los Reyes como un emplazamiento; en él se han
descubierto cerca de 34 tumbas, la mayoría de las cuales contienen
una multitud de estancias con textos jeroglíficos y escenas mágicas y
simbólicas esculpidas o pintadas, incluyendo la de Tutankamón,
faraón de la XVIII Dinastía.

 Otros monumentos importantes son los colosos de Memnón, el


Ramesseum de Ramsés II (XIX Dinastía), el templo de Ramsés III (XX
Dinastía) y el templo de la reina Hatshepsut al que se accedía entre
una hilera de esfinges y grandes terrazas rodeadas por columnas.

De esta manera, la ciudad, con su concentración de habitantes, con el


estímulo espiritual que trae consigo el contacto cerrado entre los diferentes estratos
sociales, con su mercado fluctuante, con su comercio exterior y las relaciones de
sus comerciantes con pueblos extraños y el desplazamiento de riquezas por la
naturaleza, produjo en todos los campos de la cultura un efecto revolucionario,
condicionando el futuro del hombre, como lo enuncia René Huyghe (1965, p.
126):¿Pero el arte – y la incipiente arquitectura y el urbanismo - nacido en las grandes
civilizaciones agrarias no inaugura una inmensa fase de la historia del arte que quizás no
halla su término más que en nuestros días, cuando al parecer se elabora una civilización
desconocida, industrial, mecánica y atómica?
Ciertamente, partiendo de estas sociedades agrarias y ciertas experiencias
griegas hasta la expansión mundial de las formas sociales urbanas del siglo XX, se
ha identificado mediante el término ciudad a un proceso continuo en el desarrollo
de los asentamientos humanos socialmente organizados.
El desarrollo urbano de la civilización del Egeo que rivalizaba con los
contemporáneos de Egipto y Mesopotamia, comenzó en Creta, el centro de una
próspera civilización de la edad del bronce con importantes logros culturales. De

26
igual forma que en Mesopotamia, para las poblaciones del Egeo, las condiciones
geográficas y los objetivos humanos determinaron gran número de
modificaciones en la forma de la ciudad. Algunos estudios entre los especialistas
de la ciudad, incluyendo el escrito por Lewis Munford (pp. 151 - 163), han llevado
a buscar más semejanzas entre las culturas mesopotámicas y egeas. En palabras
de este autor: la insistencia de Heródoto en la deuda de Grecia con Egipto no parece tan
absurda como solía parecerles a los pensadores de finales del siglo XIX, quienes
consideraban erróneamente la cultura griega como fenómeno excepcional y sin fuentes.

Como un célebre antepasado mítico de la ciudad, Creta es descrita por


Homero en las dos grandes epopeyas de la
antigüedad griega: la Iliada y la Odisea; según esta
obra la población de la isla era muy heterogénea, se
mezclaban aqueos, dorios, pelasgos, sidonios o
fenicios y eteocretenses, los nativos prehelénicos. De
las noventa ciudades de la isla la mayor era Cnosos
(Fig. 4), capital del reino del legendario rey cretense
Minos. La ciudad fue fundada antes del 3000 a.C. y
Fig. 4. Plano de la ciudad de Cnosos
aproximadamente en el 2000 a.C. se construyó el antes de su destrucción.
(FUENTE: HATJE, Ursula. (1971).
palacio de diseño complejo y magníficos frescos que Historia de los estilos artísticos. I. p. 24).

dominaba la ciudad y que según la mitología,


contenía un laberinto (Ursula Hatje, 1971, p. 24).

En base a los restos descubiertos en Cnosos, como los muros de piedra y


conductos enlosados de la ciudadela, propone Lewis Munford (p. 153), hablar de una
concentración de mano de obra y de una técnica de ingeniería comparable a la que sirvieron
para construir a Summer. Ciertamente, al ver los detalles de una u otra cultura en el
contexto más amplio de las rutas de transporte, las invasiones, migraciones,
conquistas y trueques, que son muy anteriores y mucho más vastos en su
procedencia. De allí, por ejemplo, el diseño avanzado de las casas de habitación o
la técnica ingeniosa de obras sanitarias que se encuentran en los palacios cretenses,

27
recuerdan nítidamente a Babilonia. Aunque la ciudad nunca recuperó su antigua
gloria, dañada por la guerra, explosiones volcánicas y las distintas invasiones hasta
su destrucción por los romanos en el 67 a.C., Cnosos, así como toda la isla cretense,
es otra huella en la Historia urbana del hombre.
El desarrollo urbano griego introdujo muchas innovaciones institucionales
promisorias con respecto a la pauta inicial de la ciudad, tal como ésta se había
desarrollado tanto en Mesopotamia como en Egipto. Y esto se debe principalmente
a que existe una ausencia del poder ilimitado de la religión en la Edad de Bronce y
la tecnología de la Edad de Hierro. Las ciudades griegas estaban más cerca de la
medida humana y se hallaban exentas de las pretensiones de monarcas casi
divinos y sus correspondencias militares y burocráticas. De resto, insiste Lewis
Munford, los ingredientes para la institución de la realeza y la construcción de la ciudad
eran, en gran parte, los mismos que se han encontrado en Mesopotamia.

En el último periodo de la edad del bronce en Grecia (1500-1200 a.C.), el


continente fue absorbiendo paulatinamente la civilización cretense. Los dorios
abandonaron las montañas del Epiro y descendieron al Peloponeso y a Creta,
conquistando y expulsando a los anteriores habitantes de estas regiones. En los
siglos posteriores al 1200 a.C. la progresiva colonización de las costas de Asia
Menor, primero por los refugiados procedentes de zonas ocupadas por los dorios y
más tarde por los mismos dorios, convirtieron la región en parte política y cultural
de Grecia. Su paisaje de conformación variada y heterogéneamente compuesto, con
ásperas montañas, fértiles planicies, recónditas bahías y mares que lo circundan
por todas partes, condicionó la vida de las estirpes griegas de las ciudades – estado.
(Lewis Munford, p. 154).
La polis, como otros centros de la antigüedad, fue desde el comienzo la
morada de un Dios, de allí procede en gran parte la riqueza de las manifestaciones
de la vida griega y su ansia de independencia, poderío y libertad. El sentido de
libertad de los griegos corresponde, según Ursula Hatje (p. 24), a la concepción

28
griega de la divinidad. La religión griega, al contrario que en Oriente, no estaba
dirigida por una casta sacerdotal: todo hombre libre podía ser sacerdote de los
grandes santuarios, toda persona inspirada por las musas podía cantar a los dioses
y a sus hazañas; nunca tuvieron un poder que les permitiera regir la vida
espiritual. El Dios – Padre Zeus (Júpiter) que regía y gobernaba los destinos del
mundo, más todas las figuras de la familia Olímpica, desde un principio estuvieron
impregnadas de individualidad y aparecen como seres libres; así mismo, a
imitación de sus dioses los griegos se formaron libres y con individualidad propia
e igualmente organizaron sus ciudades – estado.
Numa Fustel de Coulanges (1984, pp. 66 - 67), afirmaba que la característica
más importante de la historia de Grecia es la fragmentación llevada al exceso y el
espíritu de aislamiento de todas y cada una de las ciudades. Además de la influencia
ejercida por las condiciones de la naturaleza física, las creencias del hombre
tuvieron mayor potencia pues había una serie de límites sagrados, de diferencias
de cultos, una barrera que toda ciudad levantaba entre el extranjero y sus Dioses.
Por este motivo, los antiguos griegos no concibieron otra forma de organizarse que
no fuese la ciudad, donde se apreciaba su autonomía, que incluía su culto, su
derecho, su gobierno, toda su independencia religiosa y política; nunca tuvieron la
idea de que varias ciudades pudieran unirse y vivir en iguales condiciones bajo un
mismo gobierno.
La ciudad griega, señala Lewis Munford (p.180), no la definían sus grandes
templos y monumentos, puesto que Babilonia y Nínive, sin lugar a dudas ya tenían
presencia al respecto. La verdadera fuerza de la ciudad griega era de otro orden: no
permitía que la personalidad humana fuera disminuida por sus propios productos
colectivos, en tanto que utilizaba cabalmente todos los agentes urbanos de cooperación y
comunión. Nunca ciudad alguna por grande que fuera, albergó y estimuló a
semejante multitud de personalidades creadoras como las que se concentraron en
Atenas durante el siglo V. Las guerras resultaban más fáciles porque significaban

29
someter, expulsar y tomar nuevas tierras, y no anexionarse a otra ciudad; así lo
hizo la mayor de las ciudades estado griegas, Atenas, con Salamina.
Atenas, regida por un sistema democrático, alcanzó su máximo
esplendor entre los siglos VIII y VI a.C., absorbiendo a sus débiles vecinos en una
liga o confederación dirigida bajo su control y obteniendo un brillante liderazgo
durante las guerras médicas. El periodo de hegemonía ateniense durante el siglo
V a.C. es conocido como la Edad de Oro de Atenas, bajo el mando de Pericles, quien
se propuso hacer de Atenas la ciudad más bella del mundo.

Algunas de las formas arquitectónicas más importantes construidas


durante este periodo mencionadas por Henri Stierlin a lo largo de su obra (2001,
pp. 183 – 214) son: el templo Partenón al estilo dórico (Fig. 5); los Propileos,
enorme pórtico de mármol al oeste de la ciudad y que constituía la entrada
principal a la Acrópolis; el Erecteion, templo famoso por sus excepcionales
detalles jónicos y por su pórtico de cariátides; el templo de Atenea Niké y otros
grandes edificios. El teatro griego alcanzó su máxima expresión con las obras
trágicas de hombres como Esquilo, Sófocles y Eurípides y con el autor de
comedias Aristófanes; Tucídides, Herodoto
y Sócrates fueron figuras importantes de la
Atenas de Pericles, quien hizo de la ciudad
un centro artístico y cultural sin rival. La
Acrópolis de Atenas en una colina de piedra
caliza aproximadamente a 150 metros de
altura dominando sobre la ciudad, fue
Fig. 5. Partenón en la Acrópolis, vista
construida por miles de hombres en acción; desde el oeste. (FUENTE: Enciclopedia
Microsoft® Encarta® 99. ©).
templos, palacios y pirámides terminaron
caracterizando a la ciudad griega amurallada.

Atenas, como lo considera Lewis Munford (p. 169), junto a los centros de
Olimpia (sede de los Juegos Olímpicos), Delfos (sede del altar principal y el

30
oráculo sagrado de Apolo) y Cos (centro de curación precursor de Hipócrates),
representan lo que diferenció decisivamente la cultura urbana griega de la de sus
predecesores como contribución a la capacidad de realización del hombre. La
transición de la polis helénica y la acrópolis como ciudad fortificada a la metrópolis
helenística, y de ésta a la populosa megalópolis alejandrina representan en
conjunción con la labor del arquitecto Hipódamo de Mileto y los planteamientos
que acerca de la ciudad hicieron Platón y Aristóteles, el inicio de una nueva
ciencia: el urbanismo.

Las excavaciones arqueológicas de ciudades antiguas revelan la existencia


de alguna planificación deliberada: la disposición de las casas en formas
regulares y rectangulares y la preeminente localización de los edificios cívicos y
religiosos a lo largo de las vías principales. Según Mario Coppa (1984, p. 69), existe
un acuerdo entre los historiadores de Mileto de tener en consideración la importancia de
la planta de la ciudad jónica, como uno de los estudios más singulares en la historia
urbanística, donde se plantea un programa urbano y se respetan las ideas
desarrolladas por las escuelas filosóficas que habían teorizado sobre la nueva
sociedad democrática, ideada en gran parte por Aristóteles; también, la
correspondencia de la escala urbana con el territorio jurisdiccional, verificando los
principios de zonificación y el estudio llevado al detalle edificatorio en su célula
residencial, insertada geométricamente en la manzana tipo. Por tanto, la experiencia de
Hipódamo, basada en el diseño geométrico de las ciudades, utilizando como
pauta de planeamiento el trazado en parrilla o cuadrícula ortogonal, dio lugar a
un modelo de ciudad que proporcionaba un sentido de equilibrio estético y
simbolizaba el orden social que se extendió por Italia, España y el norte de África
y derivó hacia distintas tipologías urbanas mediterráneas.

Los romanos continuaron estos principios. La forma griega está en la base y


evolución de la ciudad romana, y por ende, en la ciudad europea. En el mundo
romano, los preceptos del urbanismo helenístico fueron extendidos y combinados
con otros elementos urbanos derivados de municipios más remotos de Asia y

31
África, afirma Lewis Munford (pp. 251 - 254). Un ejemplo de ello es el tipo axial de
población, con sus dos calles principales (el cardo y el decumannus) que se cortan
en ángulo recto cerca del centro, del cual se encuentran los más remotos ejemplos
registrados en las fortalezas construidas en las riberas del Nilo. Otras formas y
expresiones urbanas presentes en las ciudad romana ya eran visibles en ciudades
más remotas de Siria y Asia Menor, como las avenidas comerciales que se funden
con el mercado, los arcos de cuatro direcciones en los puntos de intersección de las
principales calles (como en Antioquia), las cuales, en los últimos días del Imperio,
rivalizaban con la misma Roma en población y complejidad social.
El gusto romano por los grandes planes urbanísticos se pone de manifiesto
en la ciudad de Roma donde cada emperador enriquecía o construía un nuevo foro
con su basílica, templo y demás elementos; sus ciudades coloniales, planificadas
como campamentos militares llamados castra (castrum), estaban dispuestas
formando una rejilla de calles rodeadas por murallas defensivas rectangulares o
cuadradas. En palabras de Lewis Munford (p. 252), El Imperio Romano, producto de un
solo centro energético urbano en expansión, fue por su parte, una vasta empresa de
construcción de ciudades.
Desde el principio Roma contó con las condiciones adecuadas para el
surgimiento de una ciudad que paulatinamente crecería bajo concepciones
urbanas pensadas y planificadas. Según la tradición, señala Anthony Morris (p.
56), Roma se fundó en el 753 a.C. sobre una de las Siete Colinas (Capitolina,
Quirinal, Viminal, Esquilina, Celia, Aventina y Palatina) que rodean el antiguo
emplazamiento. Sin embargo, los hallazgos arqueológicos indican que el
asentamiento humano del territorio data, al menos, del año 1000 a.C., donde
varios pueblos que convivían en el área por razones religiosas, militares y
económicas se unieron en una misma realidad urbana. Esta posición geográfica le
proporcionó a Roma grandes ventajas en el Mediterráneo como acceso al resto de
la península y continente, además de su sostenida estrategia de organización y

32
dominación territorial impuesta por sus dignatarios políticos, que convirtieron a
la ciudad en la capital del mundo y el centro del Imperio.

Según la cronología apuntada por Anthony Morris, desde el siglo VII hasta
el siglo VI a.C. los reyes etruscos dominaron Roma, pero hacia el 510 a.C. se
estableció la República, bajo cuyo poderío se combatieron otras invasiones a
principio del siglo IV a. C. como la gala, absorbiendo las regiones periféricas y
expandiéndose durante y después de las Guerras Púnicas (264-146 a.C.). Por
último, durante el siglo I a.C. al final de la República, Julio César se convirtió en
dictador y preparó los cimientos del futuro sistema imperial romano para
Augusto, primer emperador de Roma (27 a.C.-14 d.C.), quien restauró la unidad
y puso en orden el gobierno romano tras casi un siglo de guerras civiles,
reinando durante un periodo de paz y prosperidad cultural, durante el cual el
desarrollo del urbanismo desempeñó un papel protagónico con la fundación de
nuevas ciudades o colonias y en la renovación de Roma como ideal augusteano,
para el cual la obra escrita por Marco Vitrubio titulada De Architectura le fue
dedicada.

Así mismo, dicho autor señala varias de las características del ideal de
ciudad del Imperio Romano en virtud de sus objetivos políticos y que
condicionaron la forma urbana:

… la comunicación a partir del sistema viario, la red de puentes y calzadas que


ponía en contacto a través de todo el imperio sus diferentes regiones, desde las
islas Británicas hasta el mar Caspio, y los acueductos que traían el agua a las
ciudades desde los manantiales cercanos (…) el arte y la arquitectura siempre
eclécticas y caracterizadas por el empleo de distintos estilos atribuibles a los
gustos regionales y a las preferencias de sus mecenas (emperadores, senadores
y patricios así como también el de todos los habitantes del vasto imperio
romano, incluyendo a la clase media de los hombres de negocios, los libertos o
plebeyos, esclavos y legionarios de Italia) (…) la organización y construcción
de los espacios urbanos (coloniales o no) en base a una cuadrícula de pequeñas
calles (más el cardo de norte a sur y el decumano de este a oeste), que dividen la
ciudad en manzanas y un perímetro amurallado con puertas de acceso, con sus
puntos focales: el foro (al centro de la ciudad como el lugar de reunión de los
ciudadanos romanos), el senado, la oficina de registro y la basílica (los
principales edificios religiosos y cívicos emplazados alrededor del foro), los

33
edificios lúdicos y las tiendas (diseminados por toda la ciudad), las tumbas
romanas (levantadas generalmente junto a las calzadas de la ciudad),
anfiteatros y baños (…) todos ellos expresiones de un gran ingenio tecnológico,
expresados en la combinación del arco y la bóveda (el opus caementicium
romano), el sillar de piedra de cantería local, utilizado junto con vigas de
madera, tejas y baldosas cerámicas y finas placas de mármol como
revestimiento, la invención de la argamasa, (material equiparable al hormigón
actual)... (Anthony Morris, pp. 64 - 72).

Condiciones que desde el primer momento mostraron belleza y


adecuación funcional y caracterizaron la concepción de ciudad en la Roma
Antigua, impregnando una profunda huella en la naturaleza de la ciudad de hoy,
donde el trazado de sus calles refleja su larga y compleja historia.

Hacia el año 200 d. C., la doctrina cristiana surge de los numerosos cultos
antiguos y de las religiones precedentes y las ciudades absorben las huellas
urbanas dejadas por el hombre de la antigüedad tardía y del acervo de los tipos
de la región mediterránea. Luego, el avance de los germanos conduce a la
pérdida de las provincias occidentales, a la conquista de Italia, y a la aniquilación
del Imperio Romano de Occidente durante los siglos IV y V. De esta manera, la
combinación de motivaciones religiosas, circunstancias económicas y
organización política, determinaron el nuevo orden de vida urbano y espiritual
de la ciudad. En Oriente, es la ciudad de Constantinopla, construida sobre siete
colinas por Constantino I entre el 326 y el 330 d. C. en el emplazamiento del
antiguo Bizancio griego, rodeada por murallas erigidas en el 413, la que se
convirtió en centro político, comercial, espiritual y eclesiástico, sobreviviendo a la
caída del Imperio Romano Occidental a finales del siglo IV y las continuas
invasiones germanas y persas, hasta 1453. (Ursula Hatje, pp. 123, 141 - 142)

En Occidente se consolida la ciudad de Ravena, después de Milán, y se


convierte en la capital política y cultural de Occidente, y Roma sigue conservando
su vigencia como sede del poder de la Iglesia. Es así como en ninguna otra época –
afirma Leonardo Benévolo (1992, p.107) - la inventiva urbana es tan viva, copiosa y rica

34
en consecuencias. Las ciudades más importantes del mundo occidental han sido
radicalmente transformadas, otras se fundaron entonces y otras se desarrollaron
posteriormente a partir de las referencias de los constructores románicos.

Entre los siglos V y XIV, Europa disminuyó su población y planificó sus


ciudades (Fig. 6) alrededor de los dos poderes jerárquicos centrales, la Iglesia y el
Estado de signo imperial, en forma de castillos, iglesias y monasterios sin seguir
un modelo concreto en la distribución de sus calles sino una especie de ataduras
urbanas que buscaban la seguridad brindada por la religión, la ley y la economía
en medio de la burguesía medieval. En cuanto a este último factor, es casi
imposible dudar, asevera Henri Pirenne (1984, pp. 107 - 108), que el origen de las
ciudades se vincula directamente al renacimiento comercial, y una prueba de ello es
precisamente Italia y los Países Bajos donde la expansión económica se manifestó
al mismo tiempo que el movimiento urbano, afianzándose con más rapidez.
Ciertamente, las ciudades se multiplican a medida que progresa el comercio y
aparecen a lo largo de las rutas por donde este se expande y su población se
acrecienta en función de la vitalidad económica. Por tanto, la ciudad medieval no
responde directamente a la regularidad de un trazado, sino a la intersección de
diversos trazados, de vínculos naturales o artificiales, de prácticas urbanísticas
que corresponden a todos los modelos geométricos existentes que emergen en
fases sucesivas, en base a un estilo multiforme conglomerado de componentes
regionales que refleja la desmembración de los países que a partir de ahora
marcharán lentamente hacia la unificación y organización.

Hacia finales del siglo XIV, la ciudades europeas pueden ser clasificadas
según Anthony Morris (p. 98) entre aquellas que crecieron sobre los
emplazamientos romanos originales, los burgos (construidos como bases
militares fortificadas que luego adquirieron importancia comercial), la ciudades
de crecimiento orgánico (a partir de las aldeas) y las ciudades nuevas (las bastide
en base a nueva planta). Todas ellas permitieron el desarrollo de un nuevo
equilibrio económico y demográfico y plantearon problemas de reordenamiento

35
más que de innovación por sus características comunes en la mayor parte de los
países europeos: edificios aglomerados que cubren toda la retícula de las
ciudades planeadas o los trazados informales de las no planeadas; las murallas,
con sus torres y puertas como símbolo del origen de las finanzas municipales en
la forma de contribución y unión de la comuna; las calles de circulación, casi
laberínticas; el mercado y otros establecimientos comerciales; las iglesias y el
resto de la gran masa de edificios de la ciudad.

Las ciudades medievales que hoy día se conocen, recibieron su forma


definitiva en los siglos sucesivos del cuatrocientos al setecientos, cuando su
tamaño y su aspecto ya estaban estabilizados. Durante los siglos XII y XIII,
teniendo como epicentro a la ciudad, tiene lugar una gran expansión económica y
demográfica caracterizada por el auge del comercio y de la industria y la división
social del trabajo, que a partir del siglo XV, trae como consecuencia un nuevo
modelo y concepción de vida – y por tanto de ciudad –, que surge a saber, como lo
señala Lewis Munford (p. 479), de una nueva economía, de un capitalismo
mercantilista que condicionará el resto de la historia del ser urbano en el hombre.
La ciudad medieval jugó un papel determinante en el surgimiento de los Estados
nacionales modernos donde la concentración económica y administrativa de la
misma sirvió de marco a otra forma de organización política constituida por el
tránsito del absolutismo espiritual del soberano Dios y la santa madre Iglesia
Católica al absolutismo del monarca temporal y el Estado nacional como fuente
de autoridad y objetivo del culto colectivo mediante las contribuciones
obligatorias o préstamos burgueses.

De esta manera, las ciudades que florecieron en el centro y norte de Italia


contrastaban claramente con la sociedad rural de la Europa medieval y dieron
inicio al período renacentista italiano, sobre todo como un fenómeno urbano.
Florencia, Ferrara, Milán y Venecia, formadas por una sociedad fluida, por la
utopía de la ciudad ideal obra del hombre.

36
La ciudad romana

Los asentamientos bárbaros

Abadía o sede Episcopal medieval

Los Burgos y plazas fortificadas

Fig. 6. Desarrollo de la ciudad, 400 - 1200.


(FUENTE: RISEBERO, Bill. (1991). Historia
dibujada de la arquitectura. p. 33).

37
A la ciudad medieval se pretende introducir la nueva ciudad planificada
según un diseño racional, por tanto Lewis Munford (p. 482) advierte, que como tal,
no hay ciudad renacentista, sino una especie de clarificación, de cambio global de forma
fragmentaria de la ciudad medieval histórica.

Durante el Renacimiento, el sentido de organización se advierte más como


una remodelación de la ciudad, que en general alteró muy poco su estructura o
sólo se limitó a expandir sus áreas urbanas. La expresión de la arquitectura como
parte de la empresa urbana, como lo señala Fernando Chueca Goitia (1970, p. 116), se
desenvuelve en los viejos ambientes medievales, en las plazas irregulares, en las estrechas
calles de otros tiempos; o como edificios suntuosos y uniformes y nuevas plazas que sirven
de marco a un monumento destacado o a un espacio para festejos públicos. De la
antigüedad clásica, tomaron la calle recta, la línea ininterrumpida y horizontal de
tejados, el arco redondo y la repetición en la fachada de elementos uniformes, de
la cornisa, el dintel, la ventana y la columna, que solo hicieron resaltar el modelo
medieval reavivando el patrón clásico de grandiosidad para los lugares públicos
y las estructuras cívicas, representado ya en grandiosos ejemplos medievales
como la plaza de San Marcos de Venecia.

Por otra parte, además de formular la racionalidad urbanística del método


perspectivo como parte de la solución ideal de ciudad, los renacentistas buscan en
la lección del pasado una sugerencia para el futuro, proporcionando a la enseñanza de
la historia - en palabras de Eugenio Garin (1984, p. 122) - experiencia y razón. La
difusión intelectual durante el Renacimiento ejerció un papel determinante en el
desarrollo de la arquitectura y el urbanismo cuando se descubre y se utiliza la
imprenta, permitiendo la impresión de las teorías y diseños que versaban sobre la
ciudad y la arquitectura.
El tratado de Vitrubio descubierto hacia 1412 – 1414 e impreso en 1521, se
convirtió en un texto sagrado para los nuevos constructores y figuras como

38
Brunelleschi (1377-1446), Alberti (1404 – 1472) y Da Vinci (1452 – 1519). Alberti hace
ver a través de su obra De Re Aedificatoria, su consideración de la ciudad como una
gran casa que hará frente a las exigencias de cambio y crecimiento del momento
mediante su planeamiento. Da Vinci por su parte, tiene una vasta producción
teórica sobre esquemas urbanísticos y arquitectónicos adelantándose varios siglos
a su época al tratar aspectos sobre el diseño de vías y tráfico en la ciudad así como
de condiciones de salubridad y planeamiento. (Sigfried Giedion, 1978, pp. 34,73 - 76)
Hacia finales del siglo XVI, quizás una de las más importantes huellas
dejadas por el poder espiritual y temporal de la Iglesia es la transformación de
Roma iniciada por el papa Sixto V quien concentró sus energías en un nuevo
proyecto de ciudad, dejando intacta la Roma medieval pero transformando sus
calles en un complejo sistema de tráfico urbano acompañadas de nuevos edificios,
plazas, fuentes, acueductos, obeliscos y escalinatas. Tal como era, Sixto V tenía a
Roma en la sangre; él mismo había seguido fatigosamente a pie las calles que los peregrinos
debían recorrer, haciendo de Santa María la Mayor el centro de atención principal.
(Sigfried Giedion, p. 99)
Sixto V era claro conocedor de la
complejidad de la urbanística moderna,
por tal razón su plano regulador está
unido en muchos aspectos a
realizaciones posteriores del siglo XVII,
que han dado forma al esquema sixtino.
El crecimiento de la población, un alto
índice de inmigración de los suburbios
hacia la ciudad, atraídos por su
desarrollo comercial y económico,
caracterizaron las necesidades de
reorganización de ciudades en Inglaterra Fig. 7. Londres antes del incendio con sus
calles medievales y el Plan de Wren de
y Francia. 1666. (FUENTE: RISEBERO, Bill. (1991).
Historia dibujada de la arquitectura. p. 140).

39
El Plan para Londres (1666), (Fig. 7), fue uno de los más importantes
proyectos reguladores urbanos, bajo la tutela del arquitecto inglés Sir Christopher
Wren, tras el incendio que destruyó la ciudad medieval (Bill Risebero, 1991, p. 139).

Asimismo, París y Versalles fueron centro de atención durante el reinado


de Luis XIV, quien erigió el palacio más grande de la historia con jardines
artísticamente distribuidos y majestuosas perspectivas paisajísticas. Sin embargo,
estas nuevas normas y nuevos ideales urbanos (Lewis Munford, p. 556), no hubieran
sido posible sin la fuerza ejercida por el poder monárquico y la fluctuación
capitalista de los mercaderes, los financistas y los terratenientes, aunado a las
invenciones efectivas que producían: los faros, los muelles, los canales.

Para los arquitectos ilustrados del siglo XVIII, la ciudad representa la


ocasión de llevar a la práctica social los postulados de la razón. Attilio Pracchi
(1984, pp. 210 - 211), afirma que la ciudad se convierte en el campo donde la
arquitectura del iluminismo lleva a cabo su praxis, donde la regularidad entra a
formar parte de un conjunto de nociones diversas sobre normativas técnicas e
higiénicas, muchas de ellas descritas por Voltaire (al referirse a las posibles
mejoras de París) u otras obras de la literatura urbana del siglo donde se insisten
en los conceptos de belleza, regularidad, comodidad y funcionalidad higiénica.
Por tanto, no sólo el rigor racionalista describe el ideal de ciudad del momento,
sino también el empirismo mostrado en toda una serie de empresas urbanísticas,
desde Berlín, Edimburgo, así como la reconstrucción de Lisboa con estilo
neoclásico tras el maremoto e incendio que la destruyó en 1755.

Al mismo tiempo, el urbanismo estadounidense reflejó también la


preferencia por las avenidas y edificios públicos grandiosos. Un ejemplo
significativo sería, en 1791, el diseño del Distrito de Columbia por el ingeniero
francoestadounidense Pierre Charles L'Enfant. Su plan establecía una red de
amplias calles que convergían en importantes parques, paseos y otros espacios al
aire libre, y en estructuras públicas como el Capitolio y la Casa Blanca. Sin

40
embargo, la mayor urbe del mundo al final del siglo XVIII, Edo (hoy Tokio), en
Japón, que contaba con más de un millón de habitantes, prescindía de la
planificación geométrica, en favor de una forma orgánica en espiral. (Bill Risebero,
pp. 167 - 171).

Al llegar el siglo XIX, las condiciones iniciales que dieron origen a la ciudad
estaban en desequilibrio. La forma de la ciudad vivía la pérdida de su cualidad por
el crecimiento sin disposición ni planeamiento, producto de la tendencia a
concentrarse en las actividades económicas. Al sobrevenir la ciudad industrial,
donde el desarrollo de la tecnología alcanzó protagonismo debido a su inmensa
productividad, acaece también una revolución en los medios de transporte y de
comunicación y en las ideas económicas y sociales (Fernando Chueca Goitia, p. 165)
que repercutieron en el ser en ciudad del hombre.
De esta manera, la historia de la ciudad industrial se encuentra entre su
caótica realidad y un itinerario de ideas y propuestas por parte de sus
reformadores y artistas que, por un lado, los llevó a concebir un conjunto de
posibilidades urbanas en base a las necesidades existentes, y por otro, a producir
edificios que no logran controlar el contexto y solo llegan a formar parte del
desorden de la ciudad y donde la formulación de los planes a proyectar se pierden
en abstraccionismos en base a una ciudad fuera del proceso temporal y en un espacio a-
histórico y a-geográfico (Paolo Sica, 1970, p. 116); de esta manera, se constituye el
pensamiento utópico urbano ochocentista.
Los ideales de grandiosidad pública y de calles radiales y circunferenciales
se extendieron hasta el siglo XIX, tal y como se puede ver en el plan seguido para
la reconstrucción de París (1850-1874) por el administrador francés Barón Georges
Eugène Haussmann (1809-1891), político y urbanista francés, que remodeló de forma
drástica el trazado de París durante el reinado de Napoleón III (1852-1870). Se
propuso abrir boulevares más amplios, trasladar las estaciones de tren fuera del
núcleo urbano central, y plantar nuevos parques (como el Bois de Boulogne). Para
conseguir sus objetivos derribó extensas áreas del París medieval. Los elementos

41
preferentes en el urbanismo de Haussmann
fueron los bulevares largos y anchos
articulados mediante plazas circulares y,
gracias a su intervención, París ofrece unas
perspectivas inigualables: Si en alguna parte
consiguió Haussmann dejar un recuerdo
imperecedero de sí mismo y de aquel Imperio al
Fig. 8. Plan de Haussmann para París.
que sirvió con tanta fe, fue en la Avenida y el (FUENTE: RISEBERO, Bill. (1991). Historia
dibujada de la arquitectura. p. 188).
propio edifico de la Ópera... y en realidad, si esta
avenida no existiera, la circulación del tráfico sería hoy imposible en París (Sigfried
Giedion, p. 693). Sus propuestas ejercieron una enorme influencia en el
planeamiento urbanístico del resto de Europa, Latinoamérica y las colonias
francesas de ultramar. (Fig. 8).
Sin embargo, advierte Leonardo Benévolo (pp. 246 – 248), la aplicación de las
reglas tradicionales al diseño urbanístico (ejes de simetría, puntos de fuga,
sistematizaciones en estrella y cuadrícula) y las normas científicas de los
ingenieros que realizan los acueductos y redes ferroviarias metropolitanas, para
los efectos de la ciudad de finales del siglo XIX, revelan una total pasividad
donde solo sirven como instrumentos de discriminación social: las mismas
industrias y las viviendas del proletariado, son sacados a una periferia imprecisa, lo que
desembocó en un grave problema de superpoblación y en una multitud de problemas
derivados.

Asimismo, en la época del historicismo, el eclecticismo artístico se


fundamentaba en parte en la aspiración del burgués a través del prestigio del
pasado: sus grandes edificios públicos, templos, parlamentos, ministerios,
tribunales, teatros, museos. La reacción ante estas condiciones señala Fernando
Chueca Goitia (p. 183), sentó las bases de una nueva era dentro del urbanismo a
desarrollarse en el siglo XX, donde sistematizar la ciudad significaba imponer de

42
una vez y para siempre, una forma arquitectónica precisa y dotada de márgenes
suficientes para absorber los previsibles crecimientos futuros.

La concepción de ciudad a la luz del siglo XX, es descrita por Sigfried Giedion
(pp. 720 - 725), a partir de la obra de personalidades como: Otto Wagner (1841 –
1918) pionero del movimiento moderno quien partió de la convicción de que debía
ser la población (de muchas y variadas condiciones con diferentes exigencias
residenciales) la que debía determinar el plan de la ciudad moderna; Ebenezer
Howard, quien planteó por su lado una solución mixta llamada ciudad jardín, una
nueva tipología urbana intercalada con grandes zonas verdes y organizadas en
torno a residencias de tradición rural, la cual fracasó sin ejercer mayor influencia
sobre la nueva organización urbana de una gran capital moderna.
También aparecen los primeros teóricos del socialismo con propuestas que
parten de la influencia de las utopías de Charles Forier (1772 – 1837). El proyecto
de la ciudad industrial de Tony Garnier (1869 – 1948) es una de ellos donde plantea
formas de convivencia dictadas por la razón pura. Publicado en 1917 como un
gigantesco proyecto urbanístico y social donde ideó respuestas a las necesidades
de vivienda, de trabajo, de producción de energía, de transporte, de estudios y de
ocio, utilizando materiales modernos (hormigón armado, metal, vidrio),
conservando ciertas referencias a la antigüedad clásica y un profundo sentido de la
monumentalidad y reconociendo la luz, la vegetación, la ventilación y la higiene
como los fundamentos del urbanismo moderno. De esta manera, la ciudad industrial
ha influido directamente entre aquellos que colaboran en el momento actual para perfilar la
urbanística del futuro. Tal influencia es comprensible puesto que el proyecto de Garnier
contiene en sí el germen de los métodos actuales. (Sigfried Giedion, p.731)
El desarrollo de la arquitectura moderna en Europa y América revela la
concepción de la ciudad contemporánea. Los edificios de altura como medio para la
concentración de viviendas pero dotadas de zonas verdes, se volvió además de una
necesidad, un principio fundamental para la urbe. Sir Lewis Gowing (pp. 894 - 904),
señala entre los arquitectos que incidieron en la forma de la ciudad, luego de la

43
experiencia dada por la Escuela de Chicago y sus rascacielos, durante la década del
20, a personajes como Walter Gropius (1883 – 1969) y Marcelo Breuer (1902 – 1981)
en base a los principios ideológicos de la escuela de la Bauhaus, (la economía
expresiva y la adecuación a los medios productivos para todas las formas de
diseño), quienes idearon una serie de
bloques de viviendas laminares en
Alemania que reformaban la
estructura de la ciudad ya existente.
Para la misma época, Charles
Edouard Jeanneret (Le Corbusier, 1887
– 1965), empleó las manzanas en
zigzag en su proyecto para una
ciudad moderna de tres millones de
habitantes expuestos en la Ville Fig. 9. Dibujo de Le Corbusier: La Ville Radieuse, el
terreno de la ciudad es un gran parque, donde los
Radieuse (el libro que contiene sus edificios emergen entre los árboles.
(FUENTE: BENÉVOLO, Leonardo. (1992).
estudios sobre urbanística, Fig. 9) y Introducción a la Arquitectura. p. 257).
luego en París en 1925.
Le Corbusier idea para su contemporaneidad, la ciudad del futuro, la ciudad
vertical. Para él, y así lo hace ver en sus escritos (Urbanismo, 1925; La carta de Atenas,
1933; A propósito del urbanismo, 1946; Manera de pensar el urbanismo, 1946; La unidad
de habitación de Marsella, 1950), la arquitectura y el urbanismo son indisociables.
Según Francoise Choay (1976, p. 282), los temas en torno a los cuales se organiza la
ciudad corbusiana, la clasificación de las funciones urbanas, multiplicación de los
espacios verdes, creación de prototipos funcionales, racionalización del hábitat
colectivo así como su extremada esquematización en un estilo simple y
sorprendente, ha sido el ABC de las generaciones posteriores de arquitectos y
urbanistas. En efecto, Le Corbusier pronosticó, a través de su crítica, la realidad de
las ciudades contemporáneas: ¡Las condiciones naturales han sido abolidas! ¡La ciudad
radiocéntrica, industrial y moderna, es un cáncer que goza de buena salud! El

44
acuartelamiento y la inhumanidad caracterizan nuestras mediocres cajas de alquiler mal
insonorizadas (Manera de pensar el urbanismo, 1946). Los CIAM (Congresos
Internacionales de Arquitectura Moderna) y la Carta de Atenas reivindicaron esta
herencia a lo largo de la historia del urbanismo y la arquitectura de la ciudad.
De esta manera, durante el siglo XX la ciudad se vuelve el centro de atención
de arquitectos, urbanistas, teóricos, críticos e historiadores; todos y cada uno de los
actores de la ciudad impregnan la concepción de vida en su tiempo para introducir
y/o proponer un orden en el cúmulo de fechas y hechos de las cuales está hecha la
ciudad. ¿Cuál será la próxima fase de la gran ciudad? Es una interrogante a la cual,
como lo señala Sigfried Giedion (pp. 762 - 765), no se ha hallado respuesta aún: Según
uno, la metrópoli no tiene ya salvación y debe ser destruida; según otros, en lugar de ser
destruida, la ciudad debe ser transformada adaptándola a la actitud y al espíritu de nuestro
tiempo. La mayoría se apega a esta última tendencia. La misma, agrega Giedion,
hace notar que la ciudad es algo más que un fenómeno pasajero contemporáneo. Es el
resultado de muchas y diferentes culturas en multitud de períodos diversos y el problema de
su vida o muerte no puede ser resuelto simplemente sobre la base de la experiencia o de las
condiciones actuales….
El ejemplo más representativo de esa suma de culturas de la que habla
Sigfried Giedion, lo constituye las ciudades del continente americano. Sus orígenes
se remontan al auge de las culturas clásicas en Mesoamérica; pero la génesis de la
ciudad latinoamericana moderna la encontramos en la inserción de las formas urbanas
occidentales con la conquista, fundación y desarrollo del régimen colonial español
y lusitano en tierras americanas. El cruce de razas diferentes por grupos muy
diversos: españoles, portugueses, franceses, africanos, entre otros; y por extensión,
la mezcla de culturas producida por el descubrimiento de América a fines del siglo
XV, amplió el mundo y su versión de urbanismo.
Jorge Enrique Hardoy (1975, pp. 45 - 48), apunta como fecha aproximada de
origen con respecto a las urbes del periodo precolombino, unos dos mil años a.C.,
momento en el cual ya existían en Mesoamérica, una serie de regiones densamente

45
pobladas con una antigua tradición agrícola y grandes limitaciones tecnológicas;
mientras que las ciudades en Sudamérica fueron construidas varios siglos después.
No obstante, continúa el autor, la aparición de verdaderas ciudades estuvo íntimamente
relacionada con el auge de las culturas clásicas, colocando como ejemplos los complejos
urbanos levantados en Teotihuacan, Monte Alban, Tikal, el Tajín, Chan Chan, Cuzco,
Tenochtitlan; ciudades en las que sus moradores superaron grandes limitaciones,
construyeron imponentes obras arquitectónicas (palacios y templos) y
desarrollaron obras urbanísticas para el bien común (caminos, áreas irrigadas en
los valles de la costa, sistemas de depósitos públicos, sistemas de diques,
acueducto, entre otras). Por otra parte,
El resto de las ciudades se constituyeron como la síntesis de los conceptos
urbanos que las dos culturas de mayor peso en la América prehispánica, la
azteca y la incaica, las cuales produjeron: el sentido cruciforme de las ciudades
aztecas en la meseta central de México y la gran plaza de Cuzco que se repitió
en otras ciudades incaicas. (Jorge Enrique Hardoy, p. 46).

Siendo el aislamiento étnico una característica propia de las culturas


prehispánicas, ésta resultó decisiva para la colonización española y portuguesa
cuando los europeos no encontraran frente a ellos una América política y
culturalmente unitaria y homogénea. De hecho, afirma Richard Konetzke (1982, p. 7),
solo muy paulatinamente los españoles y lusitanos se hicieron conscientes de las múltiples
diferencias en el desarrollo político, económico y cultural de América.
Luego del descubrimiento del Nuevo Mundo en el siglo XV por Cristóbal
Colón y sus primeras incursiones en suelo americano, las décadas transcurridas
entre 1520 y 1550 fueron determinantes en la actividad fundadora de los españoles
en los territorios controlados por aztecas e incas, pero también por las culturas
periféricas, quedando definidos - en palabras de Jorge Enrique Hardoy (p. 49) - los
contornos de un continente al tener recorridas sus principales rutas terrestres y fluviales y
conquistados los territorios ocupados por millones que formaban los indígenas en América.
Según Richard Konetzke (p. 20), la expansión portuguesa y española en
ultramar se atuvo en lo tocante a la toma de posesión de las islas y tierras recién
descubiertas, a las concepciones jurídicas derivadas del derecho romano y del

46
canónico. Los españoles por su parte, con la idea de Reconquista, de restauración
del poder cristiano sobre la tierra y la gente de la Península Ibérica. Portugal, que
procuraba impedir la ocupación castellana de África del Norte, aducía la situación
geográfica de esos parajes en la proximidad de las costas lusitanas. A estas razones
además, como el fundamento más convincente de la toma de posesión del Nuevo
Mundo por parte de los europeos, se sumó la misión entre los infieles.
En este sentido, Gabriel Guarda (1983, p. 95), haciendo hincapié en torno al
origen del rito fundacional de la ciudad indiana, señala:
La liturgia fundacional reside en un carácter sagrado, patente de manera
especial en dos elementos esenciales: la implantación de la fe cristiana en un
mundo pagano, notoriamente expresado en las tomas de posesión y la
designación del espacio sagrado por excelencia, la nueva ciudad cristiana y
dentro de ella, el poder de la iglesia, la casa de Dios.

Este espíritu renacentista en que se desarrollaba tal cometido emancipador,


propio de la cultura del siglo XVI, fue propicio para que el europeo llevara consigo
una dimensión idealizada de ciudad a América en dos niveles: la reconstrucción
mimética del paisaje de la madre patria y el impulso hacia la ciudad ideal, la
ciudad moderna vigente según los conceptos de orden y regularidad. (Paolo Sica, p.
95).
Los diseños del urbanismo renacentista (en su mayoría influenciados por la
tratadística militar, como lo plantea Leonardo Benévolo, 1981, pp. 720 - 737), fueron
los utilizados en las ciudades españolas y británicas establecidas en el Nuevo
Mundo en los siglos XVI y XVII, como se puede ver en Savannah (Georgia),
Williamsburg (Virginia), Ciudad de México y Lima (Perú), así como en el resto de
las ciudades latinoamericanas – incluyendo Venezuela, y por ende, Mérida - ,
siguiendo el prototipo de la ciudad ideal.
Basándose en las experiencias prácticas de la construcción y ampliación de
ciudades, el gobierno español estableció tempranamente pautas para el trazado
urbano del Nuevo Mundo, decretadas durante el clasicismo de la época de Felipe II
quien proyectaba una ciudad como un espacio ideal, de proporciones, de

47
distancias acordadas, de arquitectura regular y uniforme con edificaciones públicas
y privadas sometidas a un plan preestablecido lo cual, como lo afirma Antonio
Bonet Correa (1991, p. 33), no solo significó que los españoles fundaran innumerables
ciudades en América, sino que supieron darles una funcionalidad tal que todavía hoy se
mantienen por su certero sentido del planeamiento.
A partir de las Ordenanzas de Descubrimiento, Nueva Población y Pacificación
de las Indias de 1573 de Felipe II (Instituto de Cultura Hispánica, 1973), se
establecieron las condiciones necesarias e ideales para establecer una concepción
nueva de ciudad, donde se presta especial interés a la acción pobladora y de
organización política, a la formación de nuevos núcleos de gobierno y población.
En las mismas, se establecían las premisas sobre el sitio para fundar, la traza de
plazas y calles, la distribución de solares e industrias, higiene, defensas; todo lo
fundamental queda previsto en las nuevas poblaciones, con criterio moderno y
urbanístico. La ciudad de Panamá, fundada en 1519, probablemente fue la
primera en la que ya se utilizó el sistema ortogonal casi perfecto, del mismo
modo que en México se empleó por primera vez la parcela cuadrada en todas las
manzanas. (Richard Konetzke, p. 40)

Asimismo es importante resaltar (como lo hace Jorge Enrique Hardoy, p. 49),


la importancia de la localización de las ciudades precolombinas y las de áreas con
densa población indígena, las cuales fueron decisivas en la formación de esa red
urbana básica. Una primera red de fundaciones españolas en esos territorios
estuvo apoyada en los tributos de los indígenas construidos con la mano de obra
indígena, aprovechando en muchos casos, fundaciones urbanas precolombinas.

Esta primera etapa continental es estudiada por Francisco de Solano (1968, pp.
92 - 94) en el marco temporal entre 1520 y 1572, durante el cual se produce el contacto
del europeo con las altas culturas prehispánicas, realizadoras de una urbanización que se
traduce en capitalidad política y comercial, centros administrativos, militares y
ceremoniales, como por ejemplo las de Texcoco, Oaxaca y la costa del Perú; las
cuales contaban en ciertos casos con trazados de calles y densidades comparables a

48
las de ciudades europeas. Así mismo, los colonos también se consiguen con
poblamientos dispersos, desordenados, con trazados que no encajan con la categoría
urbana, encuadradas en una civilización sin ciudades. En ambos casos, reitera Francisco
de Solano, la colaboración del elemento aborigen en la ciudad hispana fue norma
permanente; el objetivo, además de fundar y estructurar la ciudad, era concentrar la
población dispersa y formarla municipalmente.
En todo el proceso de fundación de los españoles en América y
especialmente durante las primeras décadas, las primeras fundaciones en nuevos
territorios fueron factorías fortificadas, utilizadas como centros de intercambio y
penetración para dar lugar a poblamientos más definitivos en los que
gradualmente fue imponiéndose el modelo de ciudad en forma de damero o
cuadrícula. Esta forma urbana de asentamientos - en palabras de Richard Konetzke (p.
38) - es la característica principal de la colonización española - urbanísticamente
hablando. Los asentamientos urbanos fortificados prestaban protección contra las
incursiones de los numerosos indígenas y aseguraban las comunicaciones
comerciales, relacionándose con los hábitos hispánicos de vida, donde la población
se aglomeraba en las ciudades y la tierra situada entre medios quedaba desierta.
Excepciones fueron los puertos y los centros mineros debido a su
crecimiento espontáneo y a las características de los sitios elegidos para su
establecimiento. Tal es el caso de Brasil donde, a diferencia de lo que ocurrió en la
América española, la conquista y colonización adquirieron diferentes
características, debido a que fueron diferentes las condiciones bajo las cuales se
realizó. Sin embargo, afirma Carmen Aranovich (1983, p. 383), aun cuando los
asentamientos portugueses se distribuyeron más en las zonas rurales de manera
dispersa y las ciudades se desarrollaron más lentamente, podemos identificar un
punto de partida en común para ambas: tanto portugueses como españoles realizaron la
Conquista a partir de asentamientos que se pueden llamar urbanos.
En 1534 el rey Juan III introdujo el sistema de donaciones de tierras como
arreglo al derecho feudal, impulsando la fundación de asentamientos, como la

49
expedición de Martín Alfonso de Sousa quien comienza la ocupación efectiva y
permanente de lo que hoy es Brasil. Según Carmen Aranovich (p. 385), hasta 1650
serían fundadas 31 villas y 6 ciudades en un intervalo de 120 años, caracterizadas
por una economía casi exclusivamente agraria, respaldada por la mano de obra
esclava importada desde África, debido a que los portugueses no encontraron una
población indígena densa y organizada, como la azteca e inca, a la que pudieran
utilizar en las tareas agrícolas y ganaderas de la que pudiesen extraer tributos o
propiciar actividades para el desarrollo urbano. En consecuencia, de acuerdo con
Carmen Aranovich (p. 386), podemos sistematizar las etapas de asentamiento urbano
y colonización brasilera como:

1. 1500 - 1530. De economía extractiva, sin asentamientos permanentes.


2. 1530 - 1550. Inicio de la explotación agrícola y ganadera. Aparecen los
primeros asentamientos.
3. 1550 - 1580. Economía azucarera cobra importancia. Se fundan las
primeras ciudades.
4. 1580 - 1640. Expansión de la economía azucarera. Se produce la unión
de las Coronas española y portuguesa. Mayor auge urbanizador.
5. 1640 - 1700. Declinación de la economía azucarera. Penetración del
interior.

En lo que respecta al urbanismo brasileño, durante la colonia no se ajustaron


a un modelo único como el hispanoamericano. Según Jorge Enrique Hardoy (pp. 52 -
53), la elección de sitios irregulares y con facilidades defensivas predominó en las
fundaciones portuguesas. Sus constructores incorporaron gradualmente en ellas
una organización regular acorde con las necesidades de la circulación y del
ordenamiento edilicio siempre que lo permitiesen las condiciones del terreno.

Por tanto, ante la labor de expedición y colonización de los europeos en el


Nuevo Mundo, cabe argumentar en base a la validez de las ideas expuestas por
autores como Francisco de Solano, Jorge Enrique Hardoy y Sjoberg Guideon, cuál es la
importancia de la ciudad como forma de asentamiento urbano en todo este proceso.

50
A juicio de Francisco de Solano (1983, p. 242), la exportación de la formación
ciudadana por parte del español a Indias produjo la creación de los numerosos
centros urbanos con el propósito de fijar su conquista, asegurar su posición y también
para que fuese el núcleo medular de su continuidad, su presencia y expansión en tierras
americanas.
Jorge Enrique Hardoy (p. 49) por su parte lo expresa así: En América, el
conquistador se ve obligado a construir ciudades como parte del proceso de colonización y
para conservar el poder. La ciudad fue la forma de vida que adoptaron los colonos por
conveniencia administrativa, comercial, y por seguridad.
Y, una vez alcanzado el dominio total del territorio conquistado se debía
organizar un aparato administrativo apto para la absorción de los recursos de las tierras
conquistadas y una red comercial que asegure tanto el mantenimiento de la guarnición
como el aumento de la riqueza de la metrópoli… (Sjoberg Guideon, 1968, p. 3)
Este aparato administrativo en primera instancia, según Richard Konetzke (p.
40), fue canalizado por la Corona española en América mediante las capitulaciones,
por las cuales se facultaba a tomar posesión de aquellas tierras aún desconocidas
para Europa y que pasaban, por derecho de conquista, a manos de aquélla. El
descubridor y conquistador se comprometía a correr con la mayoría de los gastos y
a cumplir ciertas disposiciones que le eran especificadas con bastante precisión,
entre ellas, la de poblar, es decir, fundar ciudades; a cambio, recibiría una serie de
mercedes y favores, exenciones de tributos y disfrute de las tierras conquistadas.
Las mercedes de tierras, permitían por adjudicación real el asentamiento de los
vecinos en los predios, donde a cada poblador se le asignaba un solar en el cual
debía construir su casa y la tierra asignada era propiedad libre y hereditaria.
Luego, comienzan a hacerse diferenciaciones por parte del español en la
organización urbana en el Nuevo Mundo, canalizado - en palabras de Francisco de
Solano (1968, p. 89) - sobre la doble, y conjunta, vertiente del pueblo de indios y de la
ciudad. El primero, se constituyó como el complemento rural que entorna el núcleo
medular (la ciudad) con la participación de la población indígena y que al estar

51
regida por sus propias autoridades, coloca a aquellos en cierto nivel de autonomía,
pero a su vez, canalizándose intencionalidades políticas, religiosas, ideológicas, fiscales,
sociales y económicas.
Sin embargo, la interrelación entre españoles e indios es constante y
entendible por varias razones, según Francisco de Solano (1983, p. 242):
1. Por una tradición de convivencia con otros pueblos de diferente raza,
civilización y religión.
2. Por una mentalidad religiosa obligada a ampliar hasta el límite más
abierto posible el campo de acción del apostolado cristiano.
3. Por una mentalidad socioeconómica heredera de un clima que se
produjo durante la Reconquista, en donde la guerra llevaba aparejada el
reparto entre los vencedores de los bienes, tierras y población activa de los
vencidos;

En este sentido, hay que considerar que por tales razones, señala Francisco
de Solano (p. 245), los pueblos de indios fueron, en efecto, pensados por el europeo como el
procedimiento más idóneo para incorporar de modo efectivo a la población indígena, de ese
modo las institucionalidades religiosas, educativas, didácticas y del Estado podrían ser
canalizadas de una forma eficaz; sin embargo, nunca existió una ciudad
exclusivamente de blancos, más bien, centros mixtos de población donde viven con
calidad de vecinos, el blanco y el indio.
Los pueblos de españoles por su parte, surgieron con la intención de
otorgarle categoría desde un principio e irradiar desde ellos los esfuerzos de
conquista y poblamiento, y en consecuencia, la erección de asientos, rancherías y
fortificaciones, a los que se les da el nombre de ciudad aunque no sean más que
unas cuantas chozas de bahareque y palma. La Ciudad, según Francisco de Solano,
se erigía como capital de virreinato, audiencia, gobernación, arzobispado u
obispado o sede de servicios departamentales; las Villas de españoles,
dependientes siempre de la ciudad, fundadas en apoyo a las misiones o como
fortificaciones en zonas fronterizas; y las Estancias, que se encontraban alejadas de
la ciudad y ocupadas en su mayoría solo por comunidades indígenas y algunos
misioneros.

52
Al respecto, Magnus Mörner (1970, p. 18), señala:

Para cristianizar a los naturales, primero es necesario que sean hombres que
vivan políticamente… El vivir “sin policía” era vivir como un animal, sin
Dios ni Ley. El vivir “en policía” llegó a ser sinónimo con el vivir en
“república”. Este concepto cuya acepción abarca tanto “ciudad” y
“comunidad” como “estado”, es un fiel trasunto del carácter urbano de las
civilizaciones mediterráneas.
Trasladada al Nuevo Mundo, “república” como ideal, se refería a la fundación
de ciudades españolas lo mismo que a la concentración de los indios en centros
de tipo europeo. Consecuentemente, para los españoles del siglo XVI, el vivir
“en policía” conforme al bien común era, en primer lugar, vivir en
“república”, es decir, llevar una vida urbana bien arreglada y ordenada.

Las ciudades desde sus comienzos debían tener una estructura jurídico-
administrativa para su gobierno. Según Jorge Enrique Hardoy y Carmen Aranovich
(1983, pp. 368 - 370), el gobierno estaba organizado a escala local en base a los
cabildos; a escala provincial o departamental, figuraban los gobernadores,
corregidores, alcaldes mayores; y a escala regional o casi continental, dependía de los
virreyes que representaban directamente al rey. Así mismo, se configuraron los
diferentes Virreinatos y Audiencias, registrándose hacia el año 1600:

a) Virreinatos: el de Nueva España con jurisdicción sobre Nueva España,


Nueva Galicia, América Central y las Antillas; y el de Perú con jurisdicción
sobre todas las posesiones en Suramérica.
b) Audiencias: Santo Domingo, México, Panamá, Lima, Guatemala,
Nueva Galicia, Santa Fe de Bogotá, la Plata, San Francisco de Quito y
Santiago de Chile.
c) Gobernadores, Corregidores y Alcaldes Mayores, que coexistían en un
mismo virreinato. El Alcalde Mayor gobernaba una subdivisión de la
Audiencia, el Corregidor presidía las reuniones de los cabildos.
d) El Cabildo tenía jurisdicción local y eran responsables de los asuntos
que afectaban a la ciudad.

En cuanto a la importancia social y económica de la Iglesia al trazarse una


nueva ciudad, quedaba patente al tomar varios solares para los conventos de las
órdenes religiosas, que entre otros atributos, tuvieron el control de la Educación
durante la colonia, caracterizada como una actividad urbana y limitada a las clases

53
altas de la sociedad colonial, ya que la mayoría de la población era analfabeta. (Jorge
Enrique Hardoy y Carmen Aranovich, p. 372)
Urbanísticamente, al analizar las Ordenanzas de 1573, podemos inferir que
las ciudades debían seguir el modelo de la cuadrícula o damero que se adaptaba,
perfectamente, a las necesidades de reparto entre los fundadores y primeros
pobladores y dejaba abierta la posibilidad de crecimiento para atender a las
necesidades futuras. Esta forma de la planta urbana hizo de la plaza el elemento
urbano fundamental de la ciudad latinoamericana, que cumplía una doble función
al servir de punto generador del esquema viario y actuar como sede de las
instituciones civiles y eclesiásticas, acogiendo los edificios más significativos de
ambos poderes: palacio de gobierno, cabildo, catedral y palacio arzobispal, según
sea la función administrativa de la ciudad. La plaza actuaba también como
escenario de la vida pública, ya que en ella se desarrollaban, o a ella confluían, los
acontecimientos más importantes, como la toma de posesión de las autoridades, las
celebraciones religiosas, los mercados, las fiestas o las concentraciones de la
población con motivo de las quejas o del apoyo a las más variadas situaciones.
José Luis Romero en su libro Latinoamérica: las ciudades y las ideas (1978, pp. 99 –
101) así lo afirma comentando al respecto:
… En la traza, la plaza mayor era un espacio abierto y vacío como todos los
demás... y muy pronto comenzó a funcionar allí el Mercado; la plaza fue plaza
y consolidó esta condición cuando se levantaron en sus bordes los edificios para
sede de los poderes públicos, el templo, quizás, la cárcel. Con todo eso la plaza
empezó a ser el centro de comunicación social de la ciudad, tan modesta como
fuera su edificación, tan elementales como fueran los servicios públicos,
reducidos quizá a una fuente de agua. Pero de allí se iba al cabildo o a la casa
del gobernador o a la audiencia, allí se centralizaban las actividades económicas
y allí se hacían las pocas fiestas públicas que se celebraban en la ciudad… Por
eso la plaza Mayor fue lo primero que empezó a merecer el cuidado de las
autoridades, hasta donde lo permitía la peculiar actividad del mercado. Allí,
cerca de la plaza, se afincaron los vecinos más pudientes y levantaron sus
casas....

Una forma de vida que permaneció casi inmutable hasta el siglo XIX con la
caída del Imperio Español. Durante todo el periodo colonial no parece haber

54
existido interés alguno en embellecer las ciudades, con algunas excepciones en
ciudades que adquirieron relativa importancia continental y regional. No había
complejos arquitectónicos ni urbanos significativos, lo que le asignaba a las
ciudades una apariencia modesta, reflejando la inamovilidad de las fronteras
interiores y las pocas alteraciones experimentadas en las líneas de transporte
terrestre y marítimo durante siglos.
En su estudio, José Enrique Hardoy (1988, pp. 97 - 99) sobre el desarrollo
urbano latinoamericano del siglo XIX, refiere varios aspectos:
1. A principios, al iniciarse las guerras de independencia, América Latina era
un continente predominantemente rural, sin grandes ciudades, basadas en
una economía de subsistencia.
2. Luego de 1850, los regímenes republicanos heredaron de su pasado
español ciudades coloniales que continuaban creciendo en base a sus
orígenes urbanos reticulares. Sin embargo, ya se comenzaban a incorporar
un mayor número de edificios en cuyas fachadas se mostraban la influencia
europea en boga.
3. El desarrollo científico y tecnológico y algunas practicas urbanísticas
favorecidas en Europa entre 1870 y 1880, dominaron e influyeron enseguida
en la práctica urbanística latinoamericana, buscando modernizar sus
estructuras administrativas y hallar soluciones a sus necesidades más
apremiantes en cuanto a sanidad, abastecimiento, pavimentos, circulación y
trazados de las calles, aperturas de plazas y parques, nuevos edificios para
la administración y centros hospitalarios.
4. Entre 1880 y 1890, la demanda de obras públicas y privadas aumentó,
incorporándose arquitectos e ingenieros a las funciones públicas y prácticas
privadas y admitiendo influencias europeas que permitieron la irradiación
de nuevas concepciones urbanísticas a las ciudades latinoamericanas.
Figuras como Idelfonso Cerdá (1816 – 1876), las ideas de Ebenezer Howard
y Camilo Sitte, proyectos urbanísticos como los de Georges Eugène

55
Haussmann y las propuestas de Le Corbusier, influyeron notablemente en
la caracterización de la forma urbana en América.

En efecto, no fue sino hasta las dos últimas décadas del siglo XIX cuando las
ciudades latinoamericanas en general comenzaron a experimentar nuevos cambios
en su fisonomía urbana así como en su estructura social. La ciudad creció y
diversificó su población, sus actividades, modificó el paisaje urbano y se alteraron
las costumbres y las maneras de pensar de los hacedores de la sociedad. José Luis
Romero (p. 247) describe este momento como el comienzo de una gran aventura:

Las ciudades, ellas mismas, tuvieron la sensación de la magnitud del cambio


que promovían, embriagadas por el vértigo de lo que llamaban progreso, donde
los viajeros europeos se sorprendían de esas transformaciones que hacían
irreconocible una ciudad en veinte años. Fue eso, precisamente, lo que al
comenzar el nuevo siglo, prestó a la imagen de Latinoamérica un aire de
irreprimible e ilimitada aventura hacia la modernidad y el progreso.

A juicio de Ramón Gutiérrez (1984, pp. 515 - 518), el siglo XIX juega un papel
esencial en el proceso de urbanización de América Latina en consonancia con los
acontecimientos de disgregación política e institucional. Aunado al desequilibrio
económico provocado por la ruptura del sistema colonial, según lo estudiado por
el autor, la morfología urbana de las ciudades decimonónicas latinoamericanas
tienen en común una serie de variables concertadas según las peculiaridades de
cada país. Entre ellas podemos mencionar:
 Las obras de infraestructura y equipamiento urbano como el
ferrocarril, la red tranviaria, el sistema de comunicaciones y la energía
eléctrica, asegurando que, algunos de estos sistemas se superpusieron a la
trama existente, pero otros abrieron cisuras determinantes que generaron
limites, privilegiando o deprimiendo los valores de las tierras urbanas.
 La ampliación de las calles en atención a la incorporación del carruaje,
el boulevard o la avenida ancha, aun cuando en general las extensiones
urbanas realizadas se mantienen dentro de las trazas en damero.

56
 Obras de ornato urbano (fuentes, estatuas, bancos) donde la
arquitectura a veces se subordinaba a los monumentos o hitos
significativos, revalorizando los antiguos símbolos o creando otros nuevos
con otras funciones edilicias como el café, los clubs y salas de juego.

Al llegar el siglo XX, los países de América Latina han seguido


desarrollándose dentro de los límites geográficos que conocían desde hace
cincuenta años, ejerciendo cada uno sus propios planes de desarrollo urbano.
(Ramón Gutiérrez, pp. 524 - 525). En Venezuela, desde finales del siglo XIX, se apuntó
en esta tendencia de promover importantes movimientos dentro del interior de sus
ciudades más representativas (como Caracas y su marcada influencia parisina o la
puesta en practica del Plan Rotival en apertura a la modernidad), para romper con
la tradición histórica y asumir nuevos ideales de ciudad. (Ibídem, pp. 672 - 675).
Por tal motivo, Caracas, como centro de irradiación de las tendencias de
renovación urbana en Venezuela, ejerce una notable influencia en el resto de las
ciudades del país, incluida Mérida.
A continuación, revisaremos el origen y parte de la historia de nuestra
ciudad haciendo un breve recuento sobre las diferentes políticas de urbanización,
etapas de crecimiento y la identificación de aquellos espacios urbanos conservados
que, enmarcados dentro de las condiciones adecuadas, permitió el nacimiento de
Mérida como ciudad, que hacen de ella, lo que es, y determinan la acepción que
tenemos cada uno de nosotros sobre la ciudad.

57
1.2 La ciudad en que vivimos, Mérida.

El Estado Mérida se emplaza sobre la Cordillera de Los Andes a 1600 metros


sobre el nivel del mar, en una meseta donde las altas montañas contrastan con los
profundos valles interiores y con las tierras llanas surcadas por los ríos que drenan
al nor-este hacia el Lago de Maracaibo: Mucujún, Chama, Milla y Albarregas, hacia
la Cuenca del Chama. (Luis Jugo, 2004, p. 41). En la meseta de 11.300 Km. de
superficie que componen al Estado, se emplaza la ciudad de Mérida, según Beatriz
Hidalgo (1977, p. 48), de cuyo espacio geográfico apunta:
La ciudad está situada en un área del valle del Chama, que corre paralelo a dos
ejes montañosos de orientación Sur-Oeste-NorEste: la Cordillera del Norte (La
Culata) y la Sierra Nevada.
El ángulo que forman los ríos Mucujún y Chama explica la formación de una
terraza fluvial de unos 12 Km. de largo en sentido lineal Nor - Este - Sur -
Oeste... El Albarregas está adosado a la montaña por un valle poco profundo.
El río Milla, afluye al Albarregas en donde éste toma el rumbo paralelo al
Chama, quedando separados por la terraza que en su punto más ancho mide
cerca de 900 metros.
La Terraza del Nor - Este al Sur - Este, colinda con el escarpe de los ríos
Mucujún y Chama que se constituye en un borde natural de unos 200 m. de
altura, limitante de la expansión física de la ciudad. (pp. 50 - 51).

Según Carlos Chalbaud Zerpa (1985, p. 357), el cronista por excelencia de la


Sierra Nevada, Tulio Febres Cordero contaba que,

El libro inédito de la mitología andina, escrito con la pluma resplandeciente de


una águila blanca en la noche triste de la decadencia muisca – cuando la raza
de zipa cayó humillada a los pies del hijo de Pelayo y los hombres barbados de
allende los mares vinieron a poblar las desnudas crestas de los Andes - narra
que las hijas de Chía, las vírgenes de Motatán que sobrevivieron a los bravos
timotes en la defensa del suelo, congregadas en las cumbres solitarias del Gran
Páramo, se sentaron a llorar la ruina de su pueblo y la desventura de su raza.
La nieve de los años, como la nieve que cae en los páramos, cayó sobre las
vírgenes y las petrificó a lo largo, convirtiéndolas en esos grupos de piedras
blanquecinas que coronan las alturas y que los indios veneran en silencio,
llenos de sobrecogimiento y terror.

58
Fig. 10. Vista panorámica del damero de
la ciudad de Mérida. (FUENTE:
GASPARINI, Graciano. (1991).Formación
urbana de Venezuela S. XVI, p. 239).

Además de esta imagen de la ciudad de Mérida, coronada por la Sierra


Nevada, evocada en la mente de propios y extraños, la definen también su forma
urbana (Fig. 10) la cual, al igual que la mayoría de las ciudades venezolanas y
latinoamericanas, deviene del resultado de un proceso histórico que tiene sus
orígenes en la Colonia. Desde allí, se sentaron las bases del futuro crecimiento de la
ciudad que hoy aún se vinculan al desenvolvimiento de la vida emeritense.
La situación poblacional en la época prehispánica ha sido reconstruida
parcialmente con ayuda de los relatos de los conquistadores o misioneros, como
también basándose en las modernas investigaciones arqueológicas y
antropológicas. Es el caso de los estudios realizados por Jacqueline Clarac de Briceño
(1996, p. 25), quien al respecto apunta:
A través de los trabajos en arqueología y etnología podemos establecer que la
población de la Cordillera se constituyó a través del tiempo con un grupo
étnico que llegó al comienzo de nuestra era y que se mantuvo hasta la llegada
de los españoles, siendo parte de nuestra actual población descendiente de él.
Puede ser ubicado por las características de su cultura, mitología, religión,
patrones funerarios, construcción de viviendas, patrones de asentamientos,
técnicas agrícolas, básicamente dentro de la cultura chibcha. Además, un
grupo o varios llegaron más tarde alrededor del siglo IX de nuestra era,
pertenecientes a la cultura arawaka.

Según esta investigadora, la historia tradicional ha llevado consigo la


arbitrariedad del nombre Timoto-Cuica y propone que dicha etnia reciba el nombre
de Mucu o MucuChama, por la repetición del primero en la toponimia merideña y por ser
Chama el nombre indígena del principal río de la región, el cual tuvo gran importancia en
dicha cultura. (p. 27).

59
Por otra parte, la variedad de los grupos indígenas de la región, a la llegada
de los españoles, estaban organizados en unidades político-administrativas, bajo
una autoridad centralizada, unos más importantes que otros. Así lo reseña Julio
César Salas en su Etnografía de Venezuela (1956, pp. 4 - 5):

Los indígenas que poblaban las mesetas, lomas, valles y macizo central de la
Cordillera de los Andes de Venezuela, desde tiempos prehistóricos, vivían bajo
el régimen patriarca de tribus divididas algunas en parcialidades o caseríos.
Algunas de esas tribus por su número y dependencia central de un pueblo
pueden considerarse como verdaderas naciones: en este caso estarían los
Mucuúnes de Lagunillas, cuyo pueblo de Januén, según escribió el capitán
descubridor Juan Rodríguez Suárez a la Audiencia de Santa Fe de Bogotá,
tenía tantas casas como Roma. La nación de los Lagunillas se subdividía en las
subtribus llamadas Cacés, Mucuinamos, Tibicuayes, Maculares,
Mucusumpús, etc. cada una con su pueblezuelo o caserío dependientes del
poder central y entre todos podían poner en pié de guerra mil hombres, pues tal
número de indios en armas trataron de oponerse a la invasión de su tierra por
los europeos.

A los fines del estudio urbanístico, los indígenas merideños, se


distinguieron ante los colonos por su estable y desarrollada agricultura y las
permanentes infraestructuras relacionadas con ella, descubiertas por el recorrido
de la conquista y los relatos recopilados por personajes como Fray Pedro de Aguado
(1581) como lo señala Andrés Puig Saltarelli (1989, p. 101):

El recorrido de la conquista española sobre el territorio merideño puso a la


vista la importancia del complejo técnico - agrícola indígena. Aguado (1963:
400 - 428) dejó testimonio fundamental de la variedad general de las obras que
pueden clasificarse como obras destinadas a la conservación y transporte de
agua para riego y abastecimiento humano directo (estanques) o pozos y canales
llamados acequias. Los estanques fueron observados como pozos de gran
tamaño, en la población del mismo nombre, asociados a huertas familiares y
destinados al riego de cultivos más extensos. Otras referencias a acequias y
estanques abundan en el Juicio a Juan Rodríguez Xuárez en 1558 tanto en el
valle de Las Acequias como en las cercanías de Lagunillas.
Las descripciones de Tulio Febres Cordero (1960, p. 9), Graciano Gasparini
(1991, p. 237), y Carlos Chalbaud Zerpa (p. 16) sobre la fundación de Mérida,
coinciden en varios aspectos. Uno de ellos es atribuir a la fama de inmensas
riquezas existentes en las faldas de la Sierra Nevada, el motivo y punto de

60
atracción durante el proceso de colonización en lo que respecta a la región andina.
Los españoles emprendiendo su plan de conquista desde territorio colombiano
(Pamplona), cuyas expediciones condujeron a la fundación de las ciudades en la
Cordillera de Los Andes. Como sus primitivos ascendientes, señala Carlos Chalbaud
Zerpa (p. 357), encasillados en sus montañas, maliciosos y desconfiados por naturaleza y
siempre en actitud de alerta, fueron encontrados por los conquistadores españoles, los indios
de la Cordillera.
Según Tulio Febres Cordero (pp. 9 – 10), el Gobernador de Pamplona Ortún
Velásquez en el año de 1558, ordenó a Juan Rodríguez Suárez la organización de
una expedición que explorara las características de la región y, lo más importante,
averiguar si habían minas. Fue así como Juan Rodríguez Suárez orientó su destino
hacia nuestra región merideña.
Otro aspecto es el itinerario de recorrido efectuado por el equipo
expedicionario, a finales del mes de junio de 1558. Al frente de su grupo, Juan
Rodríguez Suárez salió de Pamplona rumbo a las tierras de la Sierra Nevada.
Después de unos tres meses de recorrido que lo llevaron por los Llanos de Cúcuta,
el Valle de Santiago (futuro asiento de San Cristóbal), el valle de Bailadores,
Lagunillas, para quedarse en El Realejo (San Juan de Lagunillas hoy). Allí fundó el
9 de octubre de 1558 a la ciudad de Mérida. (Graciano Gasparini, p. 237).
De acuerdo al relato histórico elaborado por Fray Pedro de Aguado y Fray
Pedro Simón (1627), fue en ese sitio donde los españoles encontraron la primera
gran concentración de población de la Sierra Nevada. De acuerdo a la descripción
de Pedro de Aguado, como señala Jacqueline Clarac de Briceño (1980, p. 58), los indios de
la provincia de Mérida habrían tenido dos ciudades principales a la llegada de los españoles:
una llamada Macaria (que los españoles denominaron luego Valle de la Paz y después
Acequias); la otra llamada Zamu por los indígenas y rebautizada Lagunillas por los
españoles…; dichas ciudades causan aparentemente la admiración de los españoles
por su disposición en barrios, su numerosa población, sus árboles frutales, sus
jardines y los ricos adornos de sus individuos.

61
Por tanto, desde el momento en que Juan Rodríguez Suárez penetró las
tierras andinas en 1558, se produjo - en palabras de Ana Isabel Parada (1998, p. 11) -
la inusual confrontación entre dos modalidades de poblamientos: la española, respaldada en
la superioridad militar de los conquistadores y en patrones urbanísticos; y la indígena,
fundamentada en formas extendidas de control de amplios territorios que por su aparente
dispersión despertaron en los colonizadores la creencia de haber encontrado comunidades
carentes de esquemas de asentamiento.

De hecho, no duró mucho tiempo en ese sitio la fundación debido a las


acciones hostiles de los indios, por lo que en noviembre del mismo año, Juan
Rodríguez Suárez la trasladó al extremo o punta de una meseta alta situada entre
los ríos Chama y Albarregas más arriba de la primera fundación, al sitio de los
Tatuyes, que iba a ser llamado la Ranchería Vieja durante la Colonia, y después La
Punta o La Parroquia como es el caso todavía hoy. (Carlos Chalbaud Zerpa, p. 17).
Posteriormente, otra mudanza tuvo lugar. Fray Pedro Simón en sus Noticias
Historiales de Venezuela (Tomo II, 1987, p. 428), escribió con respecto a esa fundación:
Por parecerle cosa necesaria a la salud común de los españoles e indios, mudó la
ranchería y pueblo a la parte más alta y superior de la mesa y sabana donde estaban
alojados, frontero de la propia Sierra Nevada, en parte muy acomodada y de mejor
temple que donde había asentado el capitán Juan Rodríguez; y en este propio sitio
donde Martín López mudó su ranchería, está al presente poblada y deificada la ciudad
de Mérida, y el sitio de abajo donde Juan Rodríguez, la paso por segunda vez, es
llamado de los españoles la ranchería vieja, y el sitio donde fue poblada en la Lagunilla
es llamado el Realejo….

Graciano Gasparini apunta como fechas el 6 de mayo de 1559, cuando el


Comendador Martín López, siguiendo instrucciones de Juan Maldonado la
reubicó al sitio donde hoy se encuentra. En octubre de 1559, Maldonado la
nombró Santiago de los Caballeros de Mérida.

A pesar de que Fray Pedro Simón, por su parte agrega:… donde se


encontraba el grupo de indios a los que Aguado llamó Chama…; según Jacqueline
Clarac de Briceño (1996, p. 60),

62
No hay nada en efecto que nos indique que dicha meseta fuese el punto de
asentamiento clave para la cultura indígena, ni desde el punto de vista
económico ni desde el religioso. Al contrario, todo parece indicar la gran
importancia que tenían otros lugares como Jamú (Lagunillas) y Macaria
(Acequias), o como Mucuchíes donde estaba concentrada una población
indígena relacionada estrechamente con sus lugares más sagrados, principales
habitáculos de sus dioses. En estos mismos sitios se instalarán también
posteriormente los españoles, pero desplazando el centro del poder a Mérida
(meseta), lugar que tenía el mismo significado sagrado para los indígenas y que
pertenece a la cuenca media del Chama, donde se practicaba una cultura
aparentemente dispersa y mucho más intensiva que en otras zonas.

Ciertamente, en el caso de Mérida, como la mayoría de las ciudades


andinas, y así lo confirma Graciano Gasparini (1968, p.25), la ciudad fue ubicada sobre
la meseta y el primer núcleo de manzanas y plaza se ubica no en el centro de ella, sino cerca
de uno de los bordes, donde lo empinado del terreno, a veces verdaderos barrancos, rinden
difícil acceso por ese lado. Según la apreciación del autor, la misma es una ubicación
estratégica de carácter defensivo y que a su vez permite el crecimiento expansivo
de la ciudad en el resto de la meseta. Hacia finales de 1559, según Graciano
Gasparini en otro de sus trabajos (1991, p.239), debió llevarse a cabo el trazado de la
ciudad, cuyo autor hasta ahora no ha sido identificado entre el grupo de no más de cuarenta
personas que emplazaron a la Mérida de los conquistadores.
En cuanto a la organización política administrativa, luego de la fundación
definitiva de Mérida, basados en los datos suministrados por Tulio Febres Cordero
(p. 10) y Ana Isabel Parada (p. 9), se puede señalar varios cambios ocurridos en la
ciudad hasta la revolución independentista:
 Al momento de su fundación, Mérida se constituyó como la capital
de la Provincia de Sierra Nevada, dependiente del Nuevo Reino de Granada
y del Corregimiento de Tunja.
 En 1607, fue elevada a Corregimiento, incluyendo las jurisdicciones y
gobernaciones de La Grita (hoy parte del Edo. Táchira), Altamira de Cáceres
y Pedraza (hoy parte del Edo. Barinas).

63
 En 1622, se independizó del Corregimiento de Tunja y fue elevada a
Gobernación y Capitanía General, con su capital en la ciudad de Mérida, y
llamada Provincia de Mérida y La Grita.
 En 1678, Mérida pierde su rango de capital de provincia y es
Maracaibo quien toma ese título, siendo desde entonces llamada Provincia
de Mérida y ciudad de Maracaibo, gobernada por un Teniente Justicia
Mayor hasta la revolución de 1810.
 Hasta 1777 perteneció al Virreinato de Bogotá y pasó a formar parte
de la Capitanía General de Venezuela.

A partir de esta ciudad ideada geopolíticamente, se inició el progresivo


acontecer de la ciudad colonial a través de la consolidación y lenta expansión de la
trama de damero o cuadrícula y de la política poblacional de España en toda
América. Así se configuró, en términos demográficos dados por Ana Hilda Duque
(1987, p. 18), el ajedrez de pueblos y ciudades, al vaivén de las posibilidades del medio y de
los requerimientos del imperio, transitando por dos etapas: una de conquista,
fundación y asentamiento; y otro, de reacomodo y expansión durante el largo
período colonial.

____________________________________________ Mérida Colonial y Republicana.

El cumplimiento de las Ordenanzas de Descubrimiento, Nueva Población y


Pacificación de las Indias dadas por Felipe II en 1573 en el territorio venezolano se
llevó a cabo en la medida de las posibilidades prácticas. El gobierno urbano era
delegado en manos del Cabildo cuya autoridad se limitaba a la administración de
la propiedad común inmueble y a las disposiciones sobre las calles, limpieza y
salud pública. Para finales del siglo XVI, la morfología de las ciudades coloniales
venezolanas consistía en el conocido esquema de la cuadrícula, común para las
fundaciones hispánicas en el continente americano y las nuevas ciudades en otras

64
tierras. Su peculiaridad americana radicaba en la plaza, alrededor de la cual se
concentraban las funciones administrativas, al igual que religiosas y comerciales y
cuyo tamaño correspondía a una manzana cualquiera que medía aproximadamente
100 varas de lado. La iglesia parroquial, el Cabildo o casa del gobernador y la cárcel
daban a la plaza, mientras que los conventos de las órdenes religiosas ocupaban
manzanas cercanas al centro, junto con sus respectivos templos. El reparto original
de los lotes urbanos, como lo testimonia el más antiguo plano de Caracas del gobernador
Juan de Pimentel, se basaba en la división de la manzana en 4 partes, esquema que,
posteriormente, fue fraccionado con ulteriores subdivisiones. Esta forma clásica de la ciudad
colonial, la tenían en sus núcleos originales Caracas, Valencia, Mérida, San Cristóbal y
Barquisimeto, así como la mayoría de las ciudades latinoamericanas. (Graciano
Gasparini, 1968, pp. 26 - 29).
En Mérida, según Carlos Amaya (1989, p. 15), partiendo de la legislación
urbana emitida en las Leyes de Indias, se organizó el espacio escogiendo la parte
media de la terraza formada por los ríos Chama y Albarregas donde
favorablemente se podía desarrollar el trazado del plano en damero y su posterior
crecimiento.
Era un trazado sencillo el cual, con escuadra y cordel – según Luis Jugo
(1993, p. 1) – se trazaban las calles que definían manzanas de aproximadamente 80
x 80 metros en medidas de hoy, partiendo de la manzana más ancha al centro que
se configuraba como la plaza.
Si bien es cierto, al igual que el resto de las ciudades latinoamericanas y
venezolanas del mismo origen, la actividad colonial de Mérida desde 1600 se
concentraba fundamentalmente en torno a la plaza mayor, la cual constituía el
núcleo principal de la vida cívica, en cuyos contornos se levantaron la Iglesia
Matriz, el Palacio Consistorial y el Ayuntamiento Colonial, y la misma plaza se
comportaba como el centro económico por excelencia con la celebración del
mercado estrictamente local y las más importantes fiestas religiosas y civiles. (Fig.
11).

65
Fig. 11. Plano de la ciudad hacia 1859.
(Fuente: FEBRES CORDERO, Beatriz. (1991). Imagen de la Av. 3 de Mérida, p.63).

El crecimiento de la ciudad de Mérida durante esta etapa fue muy lento.


Según los datos inferidos por los planos proyectados por Gustavo Díaz Spinetti
(1979, p. 136), desde su fundación en 1558 hasta aproximadamente los comienzos
del siglo XVII, la ciudad apenas se extendía a lo largo de catorce calles (entre las
actuales calles 16 y 29) y a lo ancho de cuatro (entre las actuales avenidas 2 y 5). El
modelo urbanístico de la Mérida Colonial, si definimos a esta etapa como el primer
período de crecimiento de la ciudad, persistió aproximadamente hasta 1930 puesto
que el crecimiento de Mérida durante los siglos XVII, XVIII y XIX fue igual de lento
que en el siglo XVI.
La actividad religiosa tuvo una gran influencia en la organización del
espacio de Mérida colonial de alrededor de 1600, y aun de años posteriores. Según
el estudio realizado por Gustavo Díaz Spinetti, podemos ubicar que para comienzos
del siglo XVII, aproximadamente, en la calle del Hospital se localizaban la iglesia
Matriz, el convento de San Vicente de Ferrer de Mérida y el hospital de Caridad.
En la calle Real se ubicó el convento y templo de San Agustín (hoy iglesia de La
Tercera) y la iglesia de Santa Cruz del Llano. Y en la calle de La Barranca se
localizó la capilla del Humilladero. La importancia radica, afirma Carlos Amaya (p.
16), en que estas edificaciones constituyeron lugares permanentes de reunión y de
actividades educativas y religiosas, lo cual ejercía una fuerza de atracción a ciertos
sectores de la población, especialmente los de mayores ingresos, estrechamente

66
ligados a dichas actividades; razón por la cual sus viviendas tendían a estar
localizadas cerca de esos centros religiosos.
Entre las formas de supervisar lo relativo al desarrollo y evolución de las
poblaciones y los diferentes eventos económicos, políticos, sociales, médicos
sanitarios, entre otros, suscitados en el Nuevo Mundo, la Corona impuso la figura
de la Visita. Según Milagros Contreras, (1971, p. 10), se entendía por visita aquélla que
realizaba un juez u otra autoridad, personalmente o por intermedio de otro que comisionaba
en su nombre, con el fin de averiguar el proceder de los funcionarios o de ciertos
particulares o el estado de una institución determinada o el de un territorio en concreto.
En Mérida, durante el siglo XVII se realizaron numerosas visitas o
inspecciones generales, destacando la del Oidor - Visitador de la Real Audiencia de
Santa Fe Alonso Vásquez de Cisneros en 1621, recopiladas por Francisco de Solano
(1996, pp. 42 - 54), en la que elaboró las famosas Ordenanzas de Mérida, en la cual
encontramos, además de la reglamentación del sistema de trabajo indígena,
denominado según el propio Vásquez de Cisneros, como Mita, un especial interés
por el estado físico del entorno de la ciudad.
A consideración de Christián Páez (1992, p. 50), la mita urbana se aplicó en
Mérida, fundamentalmente, para solucionar el problema perentorio de la carencia de mano
de obra, a fin de satisfacer la fábrica de las edificaciones religiosas y civiles, ordenando
para ello la concentración de una parte de la fuerza laboral indígena en la
construcción de la ciudad.

Vásquez de Cisneros reglamentó entre otras, las siguientes normas:


2. Que se hagan iglesias de tapias donde no las hay, ornamentos y campanas.
11. Se ordena que en las dichas poblaciones pongan cruces en las entradas del pueblo, y
junto a las iglesias y sobre los bohíos… Que hagan dichos indios ventanas en sus casas
para que estén claros…
41. Ordénese que se aderecen los caminos… Ordeno y mando que se hagan puentes en
las partes y los lugares donde convenga, y que hay cuidado en repararlas y
conservarlas.
56. Por cuanto que en la plaza pública de esta ciudad de Mérida y otras principales de
ella, hay muchos bohíos de paja y gran falta en los edificios públicos y en el ornato de la
ciudad que es justo ennoblecer y favorecer y que se aumente y acreciente su población

67
que se han dejado de labrar y edificar los conventos de las religiones y muchas casas de
los vecinos y las labores de los tejares de teja y ladrillo y otros materiales, por falta de
servicio suficiente de los indios mitajos de alquiler general y de esta ciudad de Mérida y
que por ayer tantas casas de paja en la plaza y en otras calles principales podrían
fácilmente suceder incendios a que esta tan su jeta,. . . (Francisco de Solano pp. 42 -
54).
De esta manera, la descripción de Vásquez de Cisneros asentó el ruinoso
estado de Mérida para ese momento, poniendo de manifiesto la ausencia de una
arquitectura consolidada en los alrededores del punto neurálgico de la ciudad, la
plaza; y la proyección de otras obras edilicias claves para el desarrollo de la vida
urbana dentro de la trama, como lo son los templos y conventos futuros. Por ello,
como lo afirma Ana Hilda Duque (p.18), fueron los Oidores y Visitadores quienes
junto a las autoridades de virreyes y gobernadores fueron dibujando el nuevo rostro
de las ciudades.
Para el siglo XVIII existe una importante descripción de la ciudad de
Mérida. Se trata de la relación escrita en el año 1782 por orden del Comandante
Francisco de Alburquerque (publicada por Roberto Picón Parra, 1988, pp. 379-386)
donde se refieren a algunos aspectos urbanos de la población:

La ciudad de Mérida en las Indias Occidentales, célebre por su situación,


temperamento y fertilidad de su terreno, se halla en el centro de esta Provincia
de Maracaibo asentada su plaza, calles y arrabales sobre una hermosa sima
plana y llana de mesa, que de longitud tendrá como tres leguas, y de latitud en
la parte más ancha como un cuarto, haciendo en algunas partes otros estrechos
más cortos... De estos dos últimos - se refiere al Milla y Albarregas - se
fertiliza y riega toda esta mesa con acequias que industriosamente (y no con
poco trabajo) las elevan hasta el plano de la superficie, teniendo por las calles
acequias corrientes, que sirven para los riegos y molinos... Este [poblado] es en
mucha parte de caserío de paredes dobles y teja, no echándose menos el
calicanto, por ser las paredes tan durables que admiten dos o tres veces
cubierta. Las fábricas son de mediana construcción, algunas casas de alto y las
más de bajo. Las facilidades de madera, ida y calla permiten a muchos pobres la
construcción de sus casillas de teja. Su extensión inclusive arrabales es de
barranca a barranca: su latitud de diez y seis a veinte cuadras. Las principales
calles se hallan empedradas para evitar el lodo que con las lluvias de que es
muy visitada se cría. Las cuadras están bien formadas, muy rectas, y cada una
tiene cien varas en cuadro con proporcionada anchura, con que se hacen todas
muy hermosas, y facilitan el tráfico y curso de la gente sin molestia ni tropiezo.
Tiene en la plaza su iglesia parroquia! de regular construcción; y repartidos en
distintas calles los conventos de Santo Domingo, San Agustín, Monjas de

68
Santa Clara y el suprimido San Francisco... Así mismo tiene un mediano
hospital y cuatro capillas, ayuda de parroquia en las entradas de esta ciudad,
cuales son, la de Mucujún, la de Milla, la del Llano y las del Espejo, todas de
teja. . . (pp. 379 - 380).

Un aspecto significante en la vida urbana de Mérida durante el siglo XVIII,


lo constituyó la llegada de Fray Juan Ramos de Lora en 1785 luego de que en 1778,
al desincorporarse la provincia de Maracaibo, -- en cuyos términos estaba Mérida y
su antigua jurisdicción-- del Virreinato de Santa Fe de Bogotá y agregada a la
Capitanía general de Venezuela, dependiente de la Real Audiencia de Santo
Domingo, fuera extendida la Bula de Erección de la Diócesis de Mérida en las
Indias. (Luis Lugo, p. 8).
Fray Juan Ramos de Lora, además de disponer el desocupado convento de
San Francisco para erigir la casa del Colegio Seminario denominado de San
Buenaventura e instalado en 1789, organizar el Obispado de nueva creación y, en
palabras de Ricardo La Bastida cuando elabora sus biografías de los Obispos de
Mérida aproximadamente en 1873, desempeñando su misión de la manera más
satisfactoria., poniéndose a la altura frente al atraso en población, civilización y riqueza en
que se encontraban Mérida. Uno de sus intereses principales fue la construcción de
un vasto edificio, que le sirviera, a su vez, de palacio episcopal y de colegio
seminario, obra que vio culminada y perduró hasta el terremoto de 1812. Ricardo La
Bastida (pp. 8 - 9) lo describe así:

El edificio era verdaderamente grande y suntuoso y marchó con rapidísimo


progreso hasta que lo destruyó el terremoto el 26 de marzo de 1812. Las salas
rectoral y vicerrectoral, muy cómodas y espaciosas; las de los Catedráticos y
mayordomo, y las habitaciones de los colegiales estaban colocadas en el primer
piso, dividido éste en dos claustros, uno para los estudiantes de latinidad y otro
para los de filosofía y ciencias mayores, con dos escaleras, un hermoso solar y
un cómodo comedor, con vista al río Albarregas, una linda Capilla. La parte
baja estaba destinada para las aulas.

Asimismo, Francisco Depons, autor de Viaje a la Parte Oriental de la Tierra


Firme en la América Meridional (1960, pp. 302 - 303) nos ofrece una corta descripción

69
del patrimonio arquitectónico religioso de la ciudad de Mérida, que visitó entre los
años 1801 y 1804:

Además de la Catedral, cuenta Mérida con un número de templos


proporcionado, cuando menos, al de sus habitantes. Las Órdenes de St.
Domingo y de San Agustín tienen cada una su convento; las Clarisas tienen
otro. Se cuida con esmero la iglesia de un antiguo convento de franciscanos; el
Hospital tiene una bonita iglesia y hay además las iglesias filiales de Milla,
Mucujún, del Espejo y Llano; por último, recientemente se ha construido la de
la Misericordia.

Ricardo La Bastida continúa su relato refiriéndose al año de 1808, fecha en la


cual el Cabildo Eclesiástico de Mérida, por iniciativa del Provisor, había acudido al
Monarca solicitando erigiese el Seminario en Universidad, a solicitud del siguiente
Obispo Dr. Santiago Hernández Milanés, de Salamanca. Así, estando organizados
el Seminario y la Universidad, al nuevo Obispo le correspondió la empresa de
construir una Catedral, cuyo proyecto fue inspirado en la Catedral de Toledo:

La planta fue levantada hasta más de dos varas de altura, construcción única que fue
respetada por el terremoto de 1812 y cuya solidez fue comprobada posteriormente con
motivo de la construcción de la actual Catedral - la de finales del siglo XIX - , para
cuya obra se contaba con los Inmensos materiales de la antigua; más desde luego se vió
que la solidez de aquellos cimientos no permitía aprovechar ni un ladrillo. Para el año
12 se habían invertido en aquella obra gigantesca 75 mil pesos fuertes... Luego que hizo
refaccionar el hospital de caridad y arreglar sus rentas, emprendió la construcción del
de lazarinos hacia la falda de la ciudad que mira al río Mucujún; fomentó el
establecimiento de un hospicio en que se asilasen las jóvenes que por su orfandad o
miseria estaban expuestas a los peligros de una precoz corrupción; hizo hermosear el
templo de Santo Domingo, donde provisionalmente colocó la Catedral… promovió la
reconstrucción del antiguo templo de San Francisco... (Ricardo La Bastida, pp. 14-
15).
Por otra parte, además de darle contorno a la faz de la ciudad, la influencia de
la localización de los centros religiosos se hizo sentir en otros aspectos. La iglesia
Matriz y la iglesia de Santa Cruz del Llano, por ejemplo, sirvieron de base para el
surgimiento posterior de las parroquias urbanas de El Sagrario y el Llano,
respectivamente. En torno a ellas se localizaron algunas actividades
administrativas propias de las parroquias, tal como también ocurrió en las
parroquias de Belén y Milla, donde las actividades parroquiales giraron en torno a

70
sus iglesias. Esta misión fue también prevista por el Obispo Hernández Milanés al
crear nuevas parroquias en Mérida, que según datos aportados por Ana Hilda
Duque (1990, pp. 60 - 65), para 1803 solo contaba con la parroquia catedral. Para tal
fin, el citado obispo mandó a levantar un padrón general de la ciudad, el cual
constituye así el mejor testimonio demográfico, geográfico y cartográfico de la ciudad de
Mérida, donde se reseña el total de la población apenas sobrepasando a las siete mil
vidas.
Sin embargo, todas estas obras erigidas en Mérida antes de 1812 fueron
seriamente afectadas por el terremoto de ese año. La gran Iglesia Catedral que
auspiciaba el Obispo Hernández Milanés se encontraba en sus cimientos cuando
sobrevino el desastre que acabó con el proyecto junto con la vida del prelado que al
momento se había refugiado en la casona que servía de Palacio Episcopal y que
también se vino abajo; así mismo todas las edificaciones coloniales fueron
destruidas en 1812 o al menos fuertemente perjudicadas. (Luis Jugo, p. 10).

Como ya referimos, en Latinoamérica muchas de las ciudades que habían


comenzado a transformarse a finales del siglo XVIII, vieron interrumpido su leve
desarrollo debido a la contienda de Independencia primero y las guerras civiles
después. Las características coloniales habían sido apenas modificadas con la
incorporación de un mayor número de edificios con pisos altos y de unos pocos
cuyas fachadas comenzaban a mostrar la influencia europea en boga, pero en
general, el siglo XVIII sobrevivía en ellas: la misma plaza, la misma fuente, la
misma iglesia, las mismas calles con las mismas casas. Quien leía una antigua
descripción de la ciudad descubría que nada había cambiado, afirma José Luis Romero (p.
220).
Asimismo, Mérida al ser una ciudad eminentemente agrícola con un
desarrollo económico incipiente, donde el centro continuó siendo el lugar de
mayor prestigio y de ocupación espacial, con un lento crecimiento demográfico,
además del aislamiento de la ciudad con respecto a otras regiones del país, que
debilitó el intercambio comercial y poblacional y las infortunadas consecuencias de

71
los sucesivos terremotos ocurridos en la ciudad durante el siglo XIX; fueron éstas
las razones que afectaron notablemente el desarrollo metropolitano y repercutieron
en el perfil de la ciudad.
La visión de los cronistas y viajeros del siglo XIX ofrecen una descripción
pictórica del entorno natural de la ciudad y de la cordillera, siendo el alemán Antón
Goering (1962, p. 116) quien dejó una estampa de la ciudad, de la plaza y del
mercado, cuando la visitó entre 1864 y 1874:

Como en todas las ciudades de Venezuela, las calles están trazadas a cordel; las
casas así mismo ofrecen un aspecto monótono y a causa de los frecuentes
terremotos rara vez poseen más de una planta. Hay en la ciudad nueve iglesias,
entre las que sobresale la Catedral, situada en la plaza más importante... A
pesar de la abundancia de recursos naturales, Mérida está muy atrasada y
parece ser una de las ciudades más tranquilas del interior. Habitualmente muy
pocas personas se ven circulando por la ciudad y a las ocho de la noche todo
parece estar sumido en el sueño. El ganado pace libremente por las calles y
plazas públicas cubiertas abundantemente de yerba. Salvo los días feriados,
solamente los lunes reina algo de animación, motivada por el gran mercado que
tiene lugar en la plaza de la Catedral. Es el más interesante de Venezuela ya
que trafica con productos de los climas más diversos... Por entre el animado
regateo y los tratos de compra y venta de ciudadanos y aldeanos, las plegarias
de los “padres” en la Catedral se filtran a través de los portones de su fachada
abiertos de par en par. La mayor parte de los campesinos, particularmente
mujeres, aprovechan la oportunidad para asistir a la iglesia.

A finales del siglo XIX y principios del XX ocurrieron algunos cambios que
aunque, sin modificar el patrón espacial, contribuyeron a modernizar la ciudad de
Mérida, según la apreciación de historiadores y cronistas como Tulio Febres Cordero
entre los cuales cabe mencionar el embellecimiento de la Plaza Mayor convertida
en Plaza Bolívar y la edificación de la Casa del Mercado en pleno casco central, así
como la introducción de nuevas tecnologías de comunicación (telégrafo, teléfono) y
la apertura de vías de tránsito terrestre. Según Carlos Amaya (p. 18):
...Durante el siglo XIX ocurrió una ampliación de los ejes comerciales a lo
largo de las calles longitudinales más importantes: las actuales avenidas 2
Lora, 3 Independencia y 4 Bolívar. La Plaza Mayor, donde para entonces
funcionaba el mercado local, se consolidó como el centro de gravedad de la
actividad comercial. De allí irradiaban o en torno a ella se organizaban las

72
actividades comerciales más importantes, además de las actividades del
gobierno, religiosas y educativas... Se localizaron tanto los establecimientos de
mercancías generales donde se vendía toda una gama de productos
alimenticios, ropa, calzado, útiles domésticos, etc., así como también sastrerías,
carpinterías, talabarterías y aún más, ciertos establecimientos orientados a los
servicios personales...

Una transformación que afectó a la ciudad de Mérida tanto en su fisonomía


urbana como en las costumbres y tradiciones de la región y que según la
apreciación de sus historiadores, partieron del mismo ideal que contemplaba la
capital caraqueña. Christian Páez (pp. 17 – 18) señala al respecto:

La relación dialéctica que se establece entre la metrópoli, generadora de modos


culturales que son dominantes, y la periferia, que acoge estos patrones y los
modifica en virtud de su especificidad para adaptarlos de variada forma, se
concreta en dos grandes momentos de la historia. Un primer momento, que se
corresponde con la génesis del tema, dentro del marco global de la cultura
hispana en el terreno del urbanismo y que es una elaboración teórica que
mucho debe al pensamiento humanista italiano del siglo XV. Y por otra parte,
el período de la formación política de las nuevas nacionalidades independientes
de la metrópoli, que miran con afán de progreso las elaboraciones de la cultura
clasicista francesa del siglo XIX. Este segundo momento es el periodo de la
importación de modelos estéticos que predominarán a todo lo largo del siglo en
los distintos campos del arte y la cultura y que serán asumidos, acríticamente,
por la cultura local deseosa de borrar la tradición española y de renovarse bajo
el signo de una modernidad que, dicho sea de paso, ya en los centros
metropolitanos europeos era abandonada.

Este proceso desarrollado a finales del siglo XIX con miras al XX, en donde
los países latinoamericanos decidieron renovar la imagen de la ciudad colonial
para hacer emerger un nuevo tipo de ciudad moderna basadas en las
transformaciones físicas y la transferencia de las ideas urbanísticas que arribaron
desde Europa, se dio también en la proyección de la capital caraqueña a la ciudad
de Mérida, en medio de un ambiente cultural promovido por las burguesías
económicas, las elites sociales y los líderes políticos que representaban los nuevos
intereses del momento.

En el caso venezolano, el primer cambio significativo hacia la modernidad en


la capital caraqueña se produjo con los modestos pero decorosos escenarios

73
creados durante el Guzmanato. Fue, como lo considera Arturo Almandoz (2000, p
121), en la nueva Plaza Bolívar, en el Boulevard y el Teatro Guzmán Blanco donde
los caraqueños presumieron por primera vez en los espacios urbanos comparables
a los de Europa decimonónica. Según este mismo urbanista, Caracas, a veces
descrita por los viajeros como la diminuta parís tropical, fue el centro de acopio de
las ideas urbanísticas europeas y de irradiación para el resto de las provincias
venezolanas bajo la perspectiva de desarrollo ideado para Venezuela con los
beneficios de la civilización moderna del ilustre proyecto de Antonio Guzmán
Blanco (1829 – 1899).

Al mismo tiempo, el nuevo ideal se configuraba también a finales del siglo


XIX en las provincias venezolanas donde, sin renovar la entera trama urbana o la

estructura de la ciudad colonial (al contrario, restringe su propio campo de acción


a una intervención limitada en primer término) se presta atención a embellecer la
ciudad mediante la inserción de innovadoras tecnologías que facilitan el trabajo y
modifican la cultura urbana local:

A partir del período del gobierno del presidente Guzmán Blanco, cuando la
ciudad venezolana experimentó, por vez primera, después de casi trescientos
años de vida urbana bajo la égida española, el contacto con idea urbanísticas,
que comportaban nuevas formas de socialización derivadas de una cultura
europea de fuerte ascendiente francés. Fue entonces, bajo esta nueva influencia,
cuando las calles adquirieron otra fisonomía, la arquitectura asumió un rostro
más elegante y, las plazas por su parte, se convirtieron en el espacio de
conmemoración pública de los nuevos héroes nacionales y en el lugar del paseo
señorial... (Christián Páez, p. 27).

En Mérida, lo constató Tulio Febres Cordero (p. 46) cuando en su descripción


de la ciudad para finales del siglo XIX expresa:

En Mérida predominaron hasta en época no muy lejana las costumbres


granadinas, tanto porque desde su origen hasta 1777 formó parte del Nuevo
reino de Granada, como por la mayor vecindad y comunicación con él; pero a
medida que fueron siendo más fáciles y frecuentes los viajes y relaciones con el
centro de Venezuela y en particular con Caracas, los gustos, inclinaciones y las
costumbres, en general, del pueblo merideño han cambiado de un modo notable.
Domina ahora manifiesta tendencia en el sentido de imitar el refinamiento y
cultura de la capital de la república, que es tanto como decir de la misma
Europa, puesto que ya desde los tiempos de Humboldt, empezaba a predominar

74
a la vida caraqueña el gusto europeo, sobre el que pudiéramos llamar
hispanoamericano o criollo, que era el reinante en Mérida hasta no hace
muchos años. Pero a pesar de tal cambiamiento, aún se deja sentir cierta
sencillez y naturalidad en los caracteres, que modera el lujo y relaja un tanto el
caprichoso imperio de la moda...

Ciertamente, aún para entonces la sociedad emeritense se caracterizaba por


su cultura provinciana, como la definió Mariano Picón Salas en sus Nieves de Antaño
(1958, p. 156), que va a dar como resultado una tradición artesanal en un modo de
vida que aún podemos contemplar en nuestro paisaje y que este ilustre escritor
merideño magistralmente llamó la cultura que no está escrita en los libros:

… como no todo podía traerse en mula desde las costas, la inventiva autóctona
sustituía generalmente las deficiencias técnicas y los reclamos de la
producción...Así, en la típica casa blanca con su huerto doméstico, con su
horno para el gran amasijo, su gallinero y los árboles frutales y hasta su
colmena de abejas perviven ancestrales manufacturas de alfombras, cobijas,
confites, bocadillos, violines, muñecos y santos de toda índoles....

Una visión sobre la Mérida de finales de siglo compartida por Tulio Febres
Cordero relatada en su obra literaria Las Memorias de un Muchacho (1924, p.97): una
ciudad de calles rectas, techumbres moriscas y erguidos campanarios, una ciudad muda y
fragante, con jardines en cada patio y extensos huertos de variados frutos, una ciudad de
alma pensadora y triste: esa era la apacible Mérida, la romántica ciudad de los caballeros....
Es la visión de una ciudad que, rodeada de condiciones socioeconómicas
muy especiales que van a exigir una determinada relación de intercambio, describe
la tradicional vida social de las ciudades andinas en general que, como lo afirma
Alicia Ardao (1984, pp. 206 – 207), era presa de una gran monotonía, rota casi
exclusivamente por la celebración de las ferias anuales y el mercado diario o
semanal, y una que otra actividad realizada regularmente, como las riñas de gallo
y las corridas de toros, o esporádicamente, como las visitas de artistas que
montaban espectáculos musicales o representaciones teatrales; actividades que
configuraban la idiosincrasia y atraían la atención de propios y extraños hacia la
ciudad emeritense.

75
De esta manera, en Mérida como en otras ciudades del país, el sacar el
Mercado Principal de la plaza a finales del siglo XIX se convirtió en un importante
hito en el desarrollo y progreso de la ciudad hacia la renovación moderna citadina
en un claro proceso de imitación e ideal con respecto a lo que ocurría en ese
momento en la capital caraqueña. Según Eduardo Arcila Farias (1961, p.240), en
Caracas por decreto de 22 de julio de 1875, Guzmán Blanco ordenó la construcción
de un moderno mercado en el centro de la ciudad, utilizando el antiguo templo de
San Jacinto y desvinculándose completamente de su celebración en la Plaza Mayor,
inaugurándose al inicio de 1880. El Mercado de Valencia por su parte se
encontraba en funcionamiento desde la mitad del siglo XIX, el cual, según del
Consejero de Lisboa, era el único edificio aparte de la Iglesia Matriz, que llamaba la
atención en aquella ciudad. La feria del mercado en Valera que se realizó en la
actual Plaza Bolívar hasta que en 1938 fue construido un mercado en el centro de la
ciudad.

Así mismo, en 1874 el gobierno anticlerical de Guzmán Blanco expropió la


antigua sede del Convento de las Clarisas en Mérida, quedando el claustro y su
inmenso local desocupado. La Municipalidad propone desde entonces, trasladar el
Mercado hacia dicho lugar, dejando libre de esa función a la Plaza. Desde 1880 se
inició con dificultad y lentitud el levantamiento de la edificación, con continuos
cambios en el transcurrir de los años (Tulio Febres Cordero, p. 53). No fue sino hasta
1895 cuando fue terminado e inaugurado en la celebración del Centenario del
Natalicio del Mariscal Ayacucho, reseñado por la prensa local y causando
impresión a la ciudadanía en general la presencia del suntuoso edificio tras su
monumentalidad respecto a las construcciones circundantes. (José Lares, 1896, pp.
395 - 397).

Pero este acontecimiento marca el inicio de muchas otras apariciones


urbanas que se destacarían en la trama de la ciudad. Para 1932, Tulio Febres Cordero
(1960), nos habla de una ciudad que ha progresado mucho en cuanto a
construcciones y embellecimiento, sobre todo en los últimos años, utilizando

76
insistentemente adjetivaciones al llamar modernas o formas de progreso a prontas
apariciones y utilización de nuevos medios tecnológicos y de comunicación en la
cambiante provincia emeritense que constituyeron la consolidación de cambios en
la cultura urbana local representados en hitos y signos de modernidad universal y
vistas en las mismas eventualidades que caracterizaron a Caracas como la ciudad
capital venezolana.

Por ejemplo, en el Prontuario Informativo Tulio Febres Cordero (pp. 71 - 85)


describe cada uno de los espacios y sitiales que forman parte de la fisonomía de la
ciudad en los últimos años, mencionando por ejemplo, la modernísima plaza
llamada Campo de Glorias Patrias, que desde 1890 fue bautizado con dicho
nombre; el Matadero Público (desechado el antiguo existente en el área de la
ciudad por la calle transversal de Sucre desde 1907), decretado por el Gobierno del
Estado en 1936, una obra moderna con la suficiente capacidad y las indispensables
condiciones sanitarias. Así mismo, hace referencia sobre el fonógrafo como una
ingeniosísima invención llegada a Mérida también en 1893; el maravilloso aparato de la
primera Radio instalada en la ciudad en 1926; y en cuanto a los medios de
comunicación de la época, el hilo telegráfico fue recibido triunfalmente en Mérida el
28 de octubre de 1881 entre flores, música y pólvora; y la empresa telefónica se
estableció formalmente en 1897 extendiendo su red por varias poblaciones.
En cuanto a las vías y medios de tránsito, aunque desde fines del s. XIX se
había introducido el ferrocarril en algunos puntos de Venezuela, fue solo en 1926
cuando por decreto del Gral. Juan Vicente Gómez se inició la construcción del
ferrocarril de Santa Bárbara a El Vigía con 60 Km. de longitud, trayendo como
consecuencia a la ciudad un importante crecimiento económico, como lo señala
Magaly Burguera (1982, p. 42), permitiendo la salida hacia el Lago Maracaibo y por
consiguiente hacia el mar, a las producciones del estado Mérida. Con este gobernante
Mérida desarrolla y amplía sus vías de comunicación con la construcción de una o
más carreteras centrales como la gran carretera occidental o la Carretera
Trasandina, inaugurada el 24 de junio de 1925, uniendo a Caracas con las ciudades

77
y pueblos importantes del Occidente. Con una longitud de 1272 Km., la Trasandina
fue durante muchos años la única vía construida para el paso de automotores sin
dejar de ser una proeza trasladarse desde cualquier parte de la región andina hasta
Caracas.
Este desarrollo de las vías terrestres fue considerado por Tulio Febres Cordero
junto a otros dos acontecimientos urbanos: la electricidad y la inauguración del
primer acueducto en Mérida, como las más importantes señales de modernización
de la ciudad, pues representaron la apertura hacia otras ciudades, especialmente
con respecto al acceso a la Capital y dieron una visión renovadora de la nuestra.
Tulio Febres Cordero los describe así:
ALUMBRADO ELECTRICO: En 1895 el Señor Caracciolo Parra Picón
contrató con el Gobierno de los Andes el establecimiento del Alumbrado
Eléctrico en la ciudad de Mérida, aprobando la Municipalidad en el mismo año
dicho contrato. Los trabajos empezaron desde entonces, pero no hubo luz hasta
1898. Sorprendió entonces que Mérida, con tantas dificultades para el
transporte, se adelantara en este progreso a otras ciudades de Venezuela más
capaces para lograrlo. En 1932 el señor Antonio Picón Gabaldón estableció
también otra planta eléctrica y ambas prestan servicio en la actualidad. Varios
pueblos y empresas del Estado gozan ya, no sólo del beneficio de la luz sino
también de la fuerza motriz eléctrica... (p. 72).
CARRETERAS. Enclavada Mérida en medio de los montes más elevados de
Venezuela, su sueño dorado era una carretera que le brindase pronta y cómoda
salida a otros pueblos. De 1875 a 1876 se emprendieron trabajos para la
carretera al Lago; medio siglo después, se construyó la carretera de Mérida a
Lagunillas inaugurada en 1921 y la Gran carretera Trasandina decretada por
el Gral. Juan Vicente Gómez terminada en 1926 con el ramal que conduce
hacia el Vigía. El primer auto que partió directamente de Mérida a Caracas
invirtió apenas treinta horas en la marcha; a lomo de mula se invertían antes
quince y más días!.. (p. 74).
PILAS. Desde el tiempo colonial, existió una pila en el centro de la actual plaza
bolívar hecha en piedra que fue sustituida por una mampostería sin mérito
alguno en 1875 y funcionó hasta 1895. En 1907 se inauguró el Acueducto y se
hicieron colocar pilas sencillas por toda la ciudad. En el campo de las Glorias
Patrias hay una pila moderna, que representa una india, la cual data al
gobierno del Gral. Alberto Hernández… (pp. 81 - 82).

En este momento Mérida era una ciudad en contradicción, pues sus


moradores se enfrentaban a transformaciones notables de la fisonomía tradicional
andina. Para algunos, eran cambios positivos ante el nuevo siglo que comenzaba;

78
otros, se negaban a volar en las alas del progreso proclamado. Un claro ejemplo de
esta discordancia la podemos hallar en la Mérida de 1918 (Fig. 12) descrita por
Mario Briceño Iragorry en Los Rivera (1991, p. 22) donde nos habla de una ciudad que
aun cuando contaba con grandes recursos de civilización en relación con otras
ciudades del interior del país, la añoranza por la apacibilidad que caracterizaba a
la tradición del pasado, se hace ver entre líneas:
Comodidad y esplendor, buena lectura, lujo en la mansión de los señores, todo
coincidía para hacer de Mérida una verdadera ciudad. Por 1918 ya aquel
encanto singular de la Mérida nocturna ha desaparecido por completo. La
niebla ha disminuido y pocas son las veces en que desciende sobre la ciudad
modernizada, cuya alfombra de hierba cedió al progreso del macadán y cuya
música subterránea ha sido sustituida por el angustioso vocerío de los raudos
automóviles. Queda, apenas en recuerdo, el espíritu de la ciudad antigua. Los
rojos techos y las altivas torres caen al imperativo progreso. El perímetro
urbano varía y mejora en el orden arquitectónico. Las costumbres se distancian
de los viejos y apacibles hábitos y hasta la vértebra donde halló sostén la
tradición brillante y altiva de la ciudad, parece tomada de la polilla que ha
invadido el esqueleto nacional.

De esta manera, la ciudad de


Mérida, a pesar del terremoto del 28 de
abril de 1894 que tiró abajo las obras que en
su mayoría estaban en construcción, entró
en una etapa de renovación donde según la
apreciación de Christian Páez (p. 72) toda la
arquitectura merideña, destruida o fuertemente Fig. 12. Vista Av. 3, Mérida 1920.
(FUENTE: PILONIETA, Gabriel. (1997):
afectada por el terremoto, fue reconstruida Revelaciones de la luz andina sobre papel.
Revista Bigott, 42, p. 36).
durante las primeras décadas del siglo XX
asumiendo nuevos tipos historicistas ya sea neogóticos o neoclásicos, que ilustran la
accidentada historia de la arquitectura de la ciudad.

________________________________________________ La Ciudad en Transición.


Carlos Amaya considera al periodo que va desde comienzos de los años 30’
hasta finales del 50’ del siglo XX en Mérida como una etapa de transición entre la

79
ciudad tradicional y la ciudad actual, debido a que durante este período la ciudad se
extendió más allá de sus límites tradicionales, el plano cuadriculado perdió continuidad y el
crecimiento compacto por un crecimiento disperso que dio inicio a un incipiente proceso de
suburbanización (p. 20). Por una parte, este proceso se caracterizó por el rápido
crecimiento demográfico que originó a su vez un crecimiento espacial que
desbordó los límites tradicionales de la ciudad ampliándose los municipios
urbanos periféricos que fueron tocados por la disposición del trayecto de la
carretera Trasandina: al noreste a lo largo del tramo que comunica a Mérida con
Tabay mediante lo que hoy se conoce como la Hoyada de Milla; al noroeste hacia
las tierras de Llano Grande, La Punta y Ejido.
Esta etapa de transición dentro
del proceso histórico de la ciudad de
Mérida demuestra una desvinculación
entre los modelos que corresponden a la
ciudad de antes, desde el período que se
inicia con su fundación (1558), con
respecto a la explosión del desarrollo de
Fig. 13. Antiguo Hospital Los Andes,
la ciudad que desde 1935 aparece
Av. 3 entre calles 32 y 33, Mérida. (2004).
(FUENTE: ARCHIVO PERSONAL).
representada en la marcha urbana sobre
los terrenos de la periferia, tradicionalmente utilizados para la explotación agrícola
por los propietarios de haciendas. Aunque algunas de las obras y edificios públicos
más emblemáticos se construyeron dentro de la trama central de la ciudad, tales
como el Hospital Los Andes (1930 – 1935), (Fig. 13), el Mercado Principal (1938 –
1942), y el Edificio de la Universidad de Los Andes (1938) ubicado en la esquina
oeste de la Plaza Bolívar, otros marcaron pauta limítrofe al suroeste de la ciudad
como el Stadium Mérida (1935) y el Parque Glorias Patrias junto a la pila de la
India (1932), siendo ésta última un recordatorio del Acueducto de Mérida,
convirtiéndose en un símbolo de toda una época de la ciudad hasta que fue
retirado para dar paso a la construcción de la Avenida Urdaneta. (Luis Jugo, p. 43).

80
Según Beatriz Hidalgo (p. 59) en 1940 la estructura urbana seguía limitada al
Norte y al Sur, por la plaza de Milla y la plaza Glorias Patrias, respectivamente
identificando un eje principal de un poco más de dos kilómetros de largo, funcionando de
acuerdo al esquema de damero. Sin embargo, para 1945 con la ejecución y puesta en
funcionamiento del Aeropuerto, la ciudad se expande otros dos kilómetros a lo
largo del eje. Esta expansión sirvió para introducir en la trama urbana nuevos
esquemas de organización espacial, que aparecen en los alrededores del campo aéreo,
como son: los barrios Pie del Llano y Campo de Oro, el Barrio Obrero y las
urbanizaciones Los Eucaliptos y El Encanto. También, señala la autora, se puede
identificar la expansión transversal sobre un eje perpendicular al primero, hacia el sector La
Otra Banda, cruzando el Río Albarregas, donde aparecen los barrios Pueblo Nuevo y
El Llanito.
Esta expansión llevó consigo la necesidad de construir y desarrollar, al
interior de la ciudad, una serie de obras y servicios públicos por parte del Estado,
con variaciones en los esquemas arquitectónicos en ambas dimensiones dentro del
espacio interno de la ciudad, e incluso la periferia. Por ejemplo, afirma Carlos
Amaya (pp. 22 - 23), hacia la salida de la ciudad por Llano Grande se levantaron
algunas obras con requerimientos espaciales difíciles de lograr en el casco central,
incluso antes de construir las avenidas de circulación rápida: la Cárcel Modelo, la
Maternidad, el edificio del Ministerio de Agricultura y Cría, el Reformatorio, entre otras.
Una serie de obras que le imprimieron a Mérida el verdadero carácter de ciudad capital en
lo funcional y lo espacial. Además se inauguraron las principales instituciones
educativas de la ciudad como el Colegio San José, el Grupo Escolar Vicente Dávila,
la Escuela Técnica Industrial, y el Liceo Libertador. (Luis Jugo, p. 44).
Durante la década del 50’, el proceso de suburbanización se convierte en
uno de los factores más influyentes en los cambios de la ciudad, el modelo de
desarrollo de Mérida puede ser analizado, según Beatriz Hidalgo (p. 60), a partir de
las fuertes inversiones que el Estado ha realizado en Infraestructura Vial,
transformando y desapareciendo la tradición de una ciudad ante la jugosa renta de

81
los edificios o de la necesidad de una nueva avenida. Durante esta década se
inauguraron con doble carril las avenidas Miranda, Gonzalo Picón, Tulio Febres
Cordero y Urdaneta; lo cual permitió el crecimiento de la ciudad hacia el suroeste
y facilitó su integración a los nuevos desarrollos urbanos locales como el Parque
Tibisay y las Urbanizaciones El Encanto y Los Eucaliptos. (Carlos Amaya, p. 22).
A pesar de la fuerte dictadura militar que imperaba durante la década del
50’, podríamos decir que el crecimiento de la ciudad fue paulatino pero
significativo, influyendo positivamente en diversos aspectos de la ciudad. Algunos
acontecimientos que así lo reflejan son descritos por Jesús Rondón Nucete (1977, pp.
118 - 119): en el aspecto socioeconómico, se establecieron dentro del casco central
de la ciudad, las primeras industrias modernas de Mérida (Destilación Motatán,
Embotelladora Cold Point, Reencauchadora Trasandina, Metalúrgica Mérida), así como
hubo una importante expansión de la industria de la construcción como
consecuencia del crecimiento de la ciudad, pavimentándose las calles del centro de
la ciudad y mejorándose algunos servicios públicos (alumbrado eléctrico, cloacas,
acueductos, etc.); por otra parte, aunado al mejoramiento de los servicios públicos,
la excelencia del clima y el paisaje, y las posibilidades de traslado que permitía la
carretera Trasandina, trajo como consecuencia a la ciudad de Mérida la particularidad de
convertirse en una atracción turística, dando lugar a obras para el fomento del turismo
durante la administración del Gobierno de Vicente Tálamo entre 1953 y 1958 (los parques
de Los Chorros de Milla, de Tibisay y Murachí) mientras que el Gobierno Nacional inició la
construcción del Teleférico Mérida – Pico Espejo y la inversión hotelera se hizo
presente con las sedes del Prado Río y El Moruco en Santo Domingo.
Así mismo, en el casco central se inició una importante renovación urbana
adquiriendo una nueva fisonomía en los alrededores de la Plaza Bolívar, gracias a
los edificios construidos bajo la dirección y maestría de los arquitectos Luis Bosetti
y Manuel Mujica Millán, respectivamente.
En 1933 el Arzobispo Acacio Chacón Guerra, llamado el Arzobispo
Constructor, le encargó a Luis Bosetti la planificación y construcción del Palacio

82
Arzobispal, quien proyectó un edificio con un suntuoso carácter arquitectónico
renacentista, enriquecido con un eclecticismo personal de gran factura, expreso en
la riqueza de texturas de su fachada que, según la apreciación de Beatriz Febres
Cordero (2003, p. 90), serán importantes elementos de referencia que servirán
posteriormente en la proyección de otros lugares significativos de la ciudad. Luis Bosetti,
además del Palacio Arzobispal, tras su llegada a Mérida en 1930, construyó
importantes obras que marcaron para la época hito en la ciudad: el desaparecido
Estadio Mérida, el antiguo Reformatorio de Menores (actualmente la sede de la
Policía de Mérida); inicia la obra del edificio sede del Colegio Salesiano (hoy de la
Inmaculada), la antigua y elegante edificación del Country Club, el antiguo
Hospital Los Andes y otros proyectos para particulares. (Beatriz Febres Cordero, p.
89).
De esta manera, cabe destacar también cómo el crecimiento de la
Universidad de Los Andes influyó notablemente en la ciudad durante este
periodo. La dinámica que introdujo la expansión de las actividades universitarias,
se tradujo en un fuerte incremento de la población, determinado por la formación
de cuadros técnicos y profesionales, mayor número de estudiantes y profesores.
Esto provocó la necesidad de satisfacer la demanda de cada vez nuevos y mejores
servicios. (Carlos Amaya, p. 26).
Como ya hemos referido, desde la inauguración de la primera parte del
nuevo edificio central levantado sobre las bases de lo que antiguamente albergó la
universidad y el seminario en 1928 y la continuación de los trabajos de la
construcción de la segunda parte, de bello diseño arquitectónico con arcadas
abiertas sobre un patio central, obra de L. A. Chataing que se inauguró durante el
rectorado del Dr. Manuel Antonio Pulido Méndez (1937 – 1941), para nuevamente
ampliarse en 1945 con el proyecto de Manuel Mujica Millán (Fig. 14) siguiendo el
estilo del edificio del 30’ e inaugurándose en esta década del 50’ junto a otros
modernos edificios para las facultades de Medicina y de Ingeniería, Canchas
Universitarias, Residencias Estudiantiles; cambiaron la fisonomía de la ciudad y de

83
esta casa de estudios que, en palabras de Jesús Rondón Nucete (p. 121), había dejado
de ser la pequeña universidad de provincia para pasar a ser la segunda del país.

Fig. 14. Proyecto del Edificio del


Rectorado de Mujica Millán 1955 - 1956.
(FUENTE: RONDÓN NUCETE, Jesús.
(1977). Acontecer de Mérida, p. 120).

Manuel Mujica Millán es una de las más importantes figuras dentro de la


historia urbana de la ciudad. Su presencia en Mérida durante la década del 50
significó la implantación de la modernidad arquitectónica en Mérida,
respondiendo a un objetivo común de las autoridades políticas, universitarias y
eclesiásticas de la región y del Gobierno central: la modernización de la ciudad y
de país en general (Ingrid Marín, 2004, pp. 25 - 31). A pesar del régimen político, la
renta petrolera fue orientada hacia las inversiones del sector constructivo,
incidiendo en la ocupación territorial y en el desarrollo de las urbes, con mayor
auge cuando el Gobierno y el Sindicato de la Construcción realizan un contrato
colectivo. Por ello, Mérida se vio favorecida con el apoyo del Gobierno Nacional
con el incremento de su presupuesto local y universitario, así mismo, su imagen
como lugar turístico tomó auge.
Al respecto, Beatriz Febres Cordero (p. 96) señala:
El Arzobispo Chacón le encarga al arquitecto Manuel Mujica Millán la
construcción de la Catedral en 1946. Este hecho repercute en las actividades de
otros sectores sociales, generando por ejemplo, acciones conjuntas entre el
Rector de la Universidad, doctor Joaquín Mármol Luzardo, y el Gobernador del
Estado, doctor Vicente Tálamo, quienes deciden emprender una labor de

84
renovación y modernización tanto de la Universidad como de la capital
emeritense...

En consecuencia, se decretan una serie de obras que serán ejecutadas


durante el período comprendido entre los años 1950 y 1959, entre las que destacan
la Catedral de Mérida (Fig. 15), el Palacio de Gobierno, el edificio del Rectorado,
todos en manos de Mujica Millán; que junto a la Plaza Bolívar y el Palacio
Arzobispal de Bosetti, determinaron una nueva concepción del centro histórico de
Mérida. No en vano se celebró en 1958 por todo lo alto el Cuatricentenario de la
Ciudad de Mérida, el mismo año en que cae la dictadura, dejando a la ciudad la
primera avenida con doble flujo de tránsito: Av. Tulio Febres Cordero; una mayor
dotación de servicios públicos para el casco urbano; nuevas edificaciones para la
Universidad; un Palacio de Gobierno; una Catedral y un Teleférico. (Beatriz
Hidalgo, p. 60).

Fig. 15. Catedral de Mérida en construcción.


(FUENTE: MUÑOZ, Meridalba. (2000).
Manuel Mujica Millán. Aproximación a su idea
de ciudad; p. 59).

Este momento, afirma Beatriz Hidalgo (p. 22), es marcado por una ruptura
histórica en cuanto al significado que tuvo Mérida hasta los años 30’ en que era
asiento de actividades cafetaleras y azucareras orientadas directamente al mercado
y desligada del resto de las actividades del país, para dar cabida a una ciudad que
responde al desarrollo de la sociedad venezolana de ese momento.

85
Con el inicio de la década del 60’, Mérida deja ese carácter transicional y
organización espacial, para dar lugar a una tercera etapa de crecimiento y
densificación hasta los años 80’, como lo señala Beatriz Febres Cordero (1993, p. 60);
desde ese momento hasta hoy, se consolidan las tendencias generadas
anteriormente y la consiguiente expansión del Área Metropolitana de Mérida que
determinan la imagen de la ciudad actualmente.

______________________________________________ Mérida hoy, Ciudad Collage

Desde 1958 se inicia en la ciudad de Mérida un proceso de expansión sin


precedentes, que acentúa y ramifica los ejes descritos, especialmente hacia el
suroeste de la ciudad. Se hace evidente el crecimiento poblacional, el desarrollo
económico y comercial, e incluso, el cambio ocupacional y de cultura urbana en
tipos espaciales modernos europeos, especialmente en lo residencial, como un
signo de apertura hacia lo innovador; así como también la presencia de la otra cara
de la ciudad, el llamado cinturón de marginalidad.
Carlos Amaya (p. 27) lo describe como una acelerada expansión vertical con
la construcción de modernos edificios de apartamentos y oficinas y centros
comerciales en el casco central y en las afueras de la ciudad, y una horizontal con la
proliferación de urbanizaciones residenciales en áreas suburbanas así como nuevos
barrios de ranchos en diversas áreas de Mérida.
A diferencia de las etapas anteriores de desarrollo urbano de la ciudad,
señala Beatriz Hidalgo (p. 61), para los años 60 ya no se utiliza el esquema de damero y
los asentamientos aislados que surgen presentan los más variados esquemas y matices
según los gustos e intereses de los que construyen, teniendo desde entonces un papel
determinante en el crecimiento de Mérida, las inversiones de las empresas
constructoras.
En este sentido, Carlos Amaya (pp. 28 - 29) advierte casos muy específicos:

86
 Las urbanizaciones privadas, cuya tipología de vivienda característica
es la unifamiliar aislada (quinta), surgen en la terraza al Sur del
Aeropuerto (San Antonio), y en La Otra Banda (Santa Ana, San José y
Belensate).
 La ejecución de dos programas por parte del Estado a través de V.I.S.
(Vivienda de Interés Social): la Urb. Los Sauzales y la Urb. Humboldt
(Fig. 16), desarrollos mixtos de vivienda multifamiliar en hilera
construidos en 1969 y 1970
respectivamente.

 Conjuntamente con la Universidad,


el gobierno nacional construye la Urb.
Santa María con las características de
las urbanizaciones privadas.
Fig. 16. Urb. Humboldt, Av. Las
Américas. (2004).
(FUENTE: Archivo Personal).
 Se comienza a identificar en los
alrededores de Mérida, la consolidación de los barrios La Vuelta de
Lola, el Amparo, Santa Ana, Simón Bolívar y 23 de Enero y la
ampliación de algunos barrios antiguos y otros que se inician hacia los
sectores de Milla, Belén, Llano Grande (Santa Juana que data de 1961 y
Campo de oro) y al borde de la meseta (Av. 2 - Pueblo Nuevo) en
expansión horizontal (Andrés Eloy Blanco, La Milagrosa).

Este crecimiento urbano es reforzado por parte de la política estadal con la


construcción de importantes obras públicas como los Parques Caribay y el de los
Escritores Merideños por la Av. Urdaneta (Luis Jugo, p. 48), así como también la
construcción de nuevas instalaciones universitarias que se proyectaron fuera del
casco central que la amparó durante siglos: la Residencia Masculina en Campo de
Oro (1962), la Facultad de Ciencias Forestales en las cercanías a los Chorros de

87
Milla (1963 – 1965), la Facultad de Economía y Humanidades a lo largo de la Av.
Universidad (1964) y en 1966 se inicia la construcción de la facultad de Farmacia en
Campo de Oro. (Carlos Amaya, pp. 31 - 32).
Tras el inusitado crecimiento poblacional, este impulso urbanizador que
saca a Mérida del modesto eje que la conformaba, hizo que la ciudad se expandiera
físicamente, dando cabida a nuevas vías de circulación automotriz con la
inauguración de la Avenida Andrés Bello, vía moderna intercomunal que a través
de la prolongación de la Avenida Urdaneta desde Pie del Llano, enlaza a Mérida
en su primera etapa hasta La Parroquia y actualmente en funcionamiento hasta
Ejido. A consideración de Beatriz Hidalgo (p. 65), ésta es una de las dos obras
fundamentales de infraestructura vial que constituyeron el primer gran salto de la
ciudad hacia la conformación de su área metropolitana; la segunda obra es la
inauguración del primer viaducto sobre el Albarregas hacia La Otra Banda y la
Avenida que lo cruza por la calle 26, a finales de los 60’, aperturándose al casco
central donde se cortaron las manzanas para dar paso a la arteria vial de 4 canales.
Este primer viaducto fue factor decisivo para que se impulsara la infraestructura
vial de La Otra Banda, donde además se construyeron por etapas dos vías de
tráfico rápido: Las Américas y Los Próceres así como el segundo viaducto a fines
de la década del 70’ y a mediados de los 80’ la inauguración del tercer viaducto.
De esta manera, desde 1970 se inicia una etapa muy importante en el
proceso de desarrollo urbano. En solo seis años, la expansión de la trama urbana
de Mérida se duplica al doble de la magnitud físico-espacial que había alcanzado
durante toda su historia. Beatriz Hidalgo (p. 67) apunta que en el censo realizado el año
1971, Mérida contaba con 74.214 habitantes. Se podían contabilizar 41 barrios, no más de
diez urbanizaciones y el casco central. Pero la tendencia urbanizadora persiste
descontroladamente urbanizándose amplias extensiones de terrenos en La Parroquia, La
Pedregosa, La Otra Banda, Los Chorros de Milla, La Hechicera y el Valle Grande.
De igual forma, el crecimiento de la ciudad se hace sentir en el sector del Bajo
Chama, separado de la trama urbana de Mérida, por el escarpe de 200 metros de

88
desnivel en relación con la terraza donde se asienta, dando lugar a la Urbanización
Carabobo, Chamita y San Jacinto.
No solo se trata de una expansión sobre viviendas, afirma Beatriz Febres
Cordero (1993, pp. 88 - 94), sino también comercial, iniciándose en ésta década la
construcción de un buen número de centros comerciales tanto en el casco central
como en las afueras de la ciudad, especialmente a lo largo de las avenidas de
rápida circulación: Las Tapias y Alto Chama por la Av. Andrés Bello, El Viaducto
por la Av. Cardenal Quintero; transformando la estructura espacial–comercial
tradicional de la ciudad. De esta manera, a partir de la década siguiente comienza
una nueva etapa en la ciudad, una etapa de consolidación que aún está en proceso.
Para 1989, Beatriz Febres Cordero, explica que la población del área
metropolitana de Mérida era de 229.103 hab., y físicamente se acentúa la tendencia
de la ciudad hacia el policentrismo (aunque el centro histórico mantenga un papel
primordial) y su función de prestación de servicios educacionales y de turismo.
En cuanto a Planificación, Protección y Conservación para con la ciudad, el
Estado tomó iniciativas importantes que pretendían ayudar a conformar una mejor
calidad de vida urbana para el merideño; entre ellas podemos mencionar:
1. La promulgación en 1975 de las Ordenanzas sobre Arquitectura y
Construcciones Civiles del Distrito Libertador;
2. La Resolución para la Declaración de Edificaciones de Valor
Arquitectónico y Urbanístico de 1980;
3. El Decreto 155 publicado por Gaceta Municipal en 1995 sobre el
rescate y Conservación de los Valores Tradicionales de la Ciudad de
Mérida;
4. Los Planes de Ordenación Urbanística del Área Metropolitana de
Mérida – Ejido de 1981, con la incorporación de Tabay en 1992 y
1999;
5. La creación de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio
Cultural y Natural del Estado Mérida en 1998 - (Ver Anexo A.) - y la

89
Ordenanza de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural del
Municipio Libertador promulgada en el 2003 junto al Decreto Nº DE
– 5S5 que declara a una serie de edificaciones y espacios urbanos
como Patrimonio Cultural del Municipio y otros como Sitios de
Interés Cultural que por su valor histórico y testimonial deben ser
preservados - (Ver Anexo B. y C.) -.

Las cualidades de ciudad histórica y universitaria brindan un sello singular


para el espacio urbano de la Mérida actual (Fig. 17). La persistencia de la red
urbana de damero lo que se define como trama, con valor histórico, morfológico y
tipológico contenedora de edificios que son iconos arquitectónicos de la ciudad así
como también de otros acordes al espíritu de la modernidad del presente que
rompió con la escala y proporción espacial tradicional, representan cualidades que
mantienen la esencia urbana del lugar, las cuales, a pesar de la heterogeneidad a la
que corresponden, constituyen el patrimonio histórico, arquitectónico y por tanto,
cultural de la ciudad y de los emeritenses.

Fig. 17. Vista del casco histórico de la


ciudad hacia la Plaza Bolívar. (FUENTE:
GAZPARINI, Graciano. (1991). Formación
urbana de Venezuela S. XVI, p. 238. ).

De esta manera, hallamos en el espacio interno de la ciudad de Mérida, una


CIUDAD COLLAGE. La ciudad de Mérida mantiene para la memoria colectiva
testimonios de una ciudad colonial que bruscamente sufrió el proceso de

90
modernización, combinando en su identidad urbana referencias arquitectónicas
históricas, modernas y contemporáneas.
El término collage según Estella Ocampo (1987, p. 62) define a la técnica
artística que consiste en plasmar sobre un mismo soporte elementos de distintas
naturaleza, forma y textura. Sin embargo por extensión, en cuanto a urbe, este
término refiere a la dialéctica de diversos objetos urbanos en la unidad constituida
por la ciudad. Como lo afirma Marina Waisman (1990, pp. 117 – 118), las
configuraciones en base al collage aparecen repetidamente en el panorama
contemporáneo, no solo para la arquitectura sino para la ciudad, formada por
fragmentos yuxtapuestos; de hecho, un breve recorrido por las ciudades
latinoamericanas nos diría que ya lo hemos logrado.
Mérida hoy es una ciudad que subyace entre nosotros como un collage de
muestras arquitectónicas y urbanas construidas sobre una trama que adhiere sus
raíces a la tradición y a la historia, en la que sus habitantes desenvuelven su
cotidianidad en función a placeres recordados y deseados, en una dialéctica entre
pasado y futuro; en donde su imagen urbana está definida por un proceso histórico
y la dinámica funcional-urbana de la ciudad siempre ha girado alrededor del casco
central (aunque el proceso de evolución y desarrollo de actividades en el área ha
generado la descentralización de algunas funciones), transitando simultáneamente
entre la ciudad colonial (heredada con pleno sentido de identidad cultural) y lo
que es la ciudad actual (con una imagen totalmente heterogénea).
Por esta razón, el observador percibe hoy en sus variados recorridos por el
área, imágenes de una extendida colisión de formas y volúmenes espaciales,
variadas proporciones, contrastes en las relaciones de sólidos-vacíos de sus planos
de elevación, entre otros aspectos, a pesar, de que la trama básica de su tejido
original no ha sido alterada significativamente. Según Juan de Dios Salas (1996, p.
161),
La intervención arquitectónica contemporánea ha significado la alteración
sustancial de la estructura e identidad perceptual del área central de la ciudad
de Mérida. La estabilidad de su imagen anterior, prácticamente invariable

91
desde sus orígenes, ha sufrido un intenso proceso de cambio. Una imagen de
elevada cohesión formal, se ha transfigurado por medio de un proceso
edificatorio incremental (…), en un conjunto de partes.

Por consiguiente, el reconocimiento de la ciudad actual es de una CIUDAD


COLLAGE.
Mariano Picón Salas en octubre de 1958 en un mensaje que dirigió a la ciudad
en su Cuatricentenario, expresó:

Del balance que ahora hace la ciudad labriega y estudiosa al cumplir 400
años… pudiéramos descubrir hacia el futuro cuál es el destino y la voluntad
de Mérida: qué prospecto de Historia quiere fijarse para el tiempo y las
generaciones que está emplazando… Y seguir estudiando – porque cada época
trae nuevas técnicas y nueva organización de los conocimientos y experiencias
humanas – parece la mejor meta que puede fijarse nuestra ciudad de los días
venideros...

En la actualidad, el balance de la desarticulada imagen urbana de Mérida


como CIUDAD COLLAGE, lleva implícito la necesidad en cuanto a la valoración de la
condición objetiva y presente de la ciudad. De tal manera, apreciando la vigencia
de las palabras pronunciadas por Mariano Picón Salas, proponemos a continuación
el estudio y la revisión de la noción sobre CIUDAD MUSEO aplicable a Mérida,
realizando un análisis crítico de la ciudad en términos análogos al del Museo y
admitir de forma trascendental y con sentido de pertenencia aquella arquitectura
que ya existe, la ciudad que ya tenemos, en donde en conjunto, el collage de
edificaciones, las obras coloniales, republicanas o modernas, los espacios de la
cultura urbana local, que se afirman como pequeños datos espaciales y temporales,
constituyen nuestra única colección.

92
CAPITULO II. LA CIUDAD COMO COLECCIÓN DE UN MUSEO

Un ecomuseo es un instrumento que el poder político y la población


conciben, fabrican y explotan conjuntamente.
El Poder, con los expertos, las instalaciones y los recursos que pone a disposición;
la población, según sus aspiraciones, sus conocimientos y su idiosincrasia.
Henri Rivière (1993)

93
2.1 DEFINICIÓN DE CIUDAD MUSEO.

El interés por cuidar el patrimonio


cultural de una nación propicia investigaciones
y estudios que amplían cada vez más el campo
de posibilidades para lograrlo. Una de ella es,
como lo hacemos a lo largo de esta
investigación, proyectar a Mérida como una
CIUDAD MUSEO cuya colección estaría
conformada por el collage de obras
arquitectónicas y espacios urbanos y mediante
la cual, es claramente posible obtener una
orientación en la tarea de definir, valorar y
proteger el patrimonio cultural y
Fig. 18. Patrimonio arquitectónico de la
arquitectónico de esta ciudad o de cualquier otra. ciudad de Mérida. Monumentos protegidos
con Declaratoria Nacional (IPC, Venezuela
El cuidado del patrimonio cultural y 1994): arriba, Palacio de Gobierno; al
centro, Casa Gral. Paredes; abajo, Iglesia
arquitectónico constituye una tarea esencial en la San Juan Bautista de Milla.
(FUENTE: Archivo personal, 2004).
ciudad, deslindada a través del construir,
conservar, recuperar aquello que está a punto de desaparecer, reforzar aquello que
aún está vivo (Fig. 18). En el Informe final sobre Conservación y Utilización de
Monumentos y Lugares de interés Turístico y Artístico realizado con motivo de la
celebración de la Reunión de Punta del Este de los Primeros Mandatarios de
América, conocidas como las Normas de Quito, establece en su punto IV La Solución
Conciliatoria: La defensa y valoración del patrimonio monumental y artístico no
contraviene, teórica ni prácticamente con una política de regulación urbanística
científicamente desarrollada. Lejos de ello, debe constituir el complemento de la misma….
Dada la acumulación de bienes potenciales, de herencias, testimonios y culturas
vivientes en cualquier urbe, idear una CIUDAD MUSEO proporcionaría un
mecanismo que cumpla con tan importante labor para la subsistencia y desarrollo
de nuestra cultura urbana.

94
La noción de CIUDAD MUSEO, ilustrada inicialmente en el proyecto de
Napoleón I de convertir a París en una especie de museo, parte de transformar la
ciudad en una suerte de exposición habitable, en una colección de recuerdos
permanentes para la edificación de la memoria tanto del residente como del
visitante, mediante la instrucción de un tipo de panorama histórico. Colin Rowe en
su tratado sobre Ciudad Collage (1981, pp. 118 – 145) define a la ciudad moderna
como un icono político, constituida por una gama de referentes al proceso histórico
y al cambio social, en donde la urbe no puede ser otra cosa sino un instrumento
inherentemente didáctico. Este autor, en su aproximación al contexto de una
ciudad modelo, que fluctuaría entre el valor de lo tradicional (de la que el hombre
contemporáneo se encuentra críticamente disgregado) y el de lo moderno (la
utopía en la que uno no ha dejado de creer completamente), considera que la idea
de una ciudad museo, sin revelar inquietudes de urgente fe como un principio
omnivalente pese a muchas objeciones válidas, puede que no sea hoy, con respecto
a la ciudad contemporánea, una concepción tan desdeñable.
La ciudad como un concierto positivo de cultura y finalidad educativa, la
ciudad como fuente benevolente de información casual pero cuidadosamente
seleccionada... La ciudad de discretos objetos/episodios presentados con
precisión...Es la ciudad donde su misión instructiva es primordial y se dirige
más bien a la cultura que a la tecnología; donde pueden habitarla a la vez
Brunelleschi y el Crystal Palace; donde como un crujir de huesos muertos, la
ciudad es una antología de puntos históricos y pintorescos. La ciudad museo es
teóricamente, una ciudad abierta y hasta cierto punto, crítica receptiva a los
estímulos más dispares, no hostiles a la utopía ni a la tradición, implicando el
cultivo, más bien que la exclusión, de lo múltiple, según los cánones de su
tiempo. (Colin Rowe, p. 124)

Esta acepción sobre ciudad está lejos de la definición de las ciudades tipo
museo -andamio y las demostraciones- exposiciones en la ciudad como
embalsamamientos museográficos que algunos personajes de la historiografía de la
arquitectura y la ciudad propusieron durante la década del 50 acerca del destino
que había que reservar a los testimonios históricos de la ciudad. Arquitectos como
Le Corbusier y Wright y especialistas como Alexander Dorner (museógrafo
tradicionalista del Landes Museum) contemplaban para entonces que la única

95
alternativa de la destrucción radical de los testimonios de la memoria urbana,
era su embalsamamiento museográfico, porque fuera de un nuevo contexto vital que
los recargue de valores, que los haga presentes, ya no se autojustifican más; están ya vacíos
de contenido o, todavía peor, son cosas inútiles; aunque estructuras históricas… en su
representativo inmovilismo – se han de convertir - en silenciosos museos (Manfredo
Tafuri 1997, pp. 74 – 76). Por el contrario, Colin Rowe propone a la CIUDAD MUSEO
como una posible solución para los problemas más apremiantes de la ciudad
contemporánea, en la cual se daría lugar a una ciudad ideal donde la dialéctica entre
pasado y futuro se encontraría evidentemente dirigida a la gente para su propio
deleite y enriquecimiento de su cultura urbana en base al patrimonio que les rodea.
Por eso, como lo afirma Marina Waisman (1990, p. 121), el congelamiento de
situaciones edilicias o urbanas no puede ser la meta de la preservación y se plantea
la necesidad de hallar en cada caso la solución que permita el delicado equilibrio
entre preservación de la identidad y cambios. Nuestra propuesta para la ciudad de
Mérida es idearla como una CIUDAD MUSEO, donde se conciba el patrimonio
arquitectónico y urbano como un valor cultural no consumible sino productivo:
productivo tanto de nuevas ideas acerca de la importancia del patrimonio cultural
y arquitectónico como de mejores ámbitos de vida. La permanencia de elementos
considerados patrimoniales es una permanencia en la vida, nunca una
permanencia aislada y convertida en mero objeto de contemplación o consumo.
La realidad patrimonial ha precedido en el tiempo y en la praxis a la propia
justificación y existencia de un museo, sin embargo, la institución museística ha
desempeñado siempre un papel determinante en la protección, conservación y
enseñanza del patrimonio cultural de la humanidad. Proyectar hoy en día una
CIUDAD MUSEO con las características antes descritas es posible ante la existencia
de una tipología distinta de museos que preconizan desde los años 70 (en un
movimiento internacional) una mayor apertura, dinamicidad y participación
sociocultural, en escenarios abiertos que circunscriben a la comunidad (e incluso a
la ciudad), a diferencia del museo tradicional de principios del siglo XX.

96
Como lo señala Juan Carlos Rico (1994, p. 281):
Entendemos normalmente que el museo es un contenedor, que se diseña para
albergar, conservar y exponer objetos con algún tipo de valor específico, que los
hace interesantes. El proceso corriente es que éstos se desplacen para ubicarse
en el espacio concebido para ello. No obstante, hay determinados casos, y va
aumentando su número paulatinamente, en que el elemento a exponer posee
unas determinadas características, como son su propia naturaleza, su
delicadeza o la importancia del entorno, para comprenderlo, lo que fuerza al
edificio a desplazarse y diseñarse a su alrededor.

Este proceso en donde el museo va hacia el objeto, es una de las características


propias de la llamada - por Juan Carlos Rico (pp. 253 - 258) y otros museólogos -
revolución museológica que a partir de los años 70 tras la ausencia de un prototipo
arquitectónico válido y universal, junto a las nuevas tendencias artísticas así como
la necesidad de espacios muy diferentes tanto en su concepción como en su
tamaño, caracterizan a la nueva museología. Aunque, como el mismo autor lo refiere,
los temas de carácter cultural y fundamentalmente representativos, han sido a lo largo de la
historia (urbanísticamente hablando) planificados, manifiestos en la importancia del
museo, a partir de la Ilustración, en ejemplos como la Colina de las Ciencias en
Madrid y el Mall de Washington. Fue a partir de este momento cuando se
generaron nuevos museos condicionados a directrices espaciales de carácter
urbano, en formas tan diversas que van desde la rehabilitación integral de pueblos o
villas para instalar ecomuseos a los museos de sitio; los cuales podríamos considerarlos
como antecedentes a la idea cimentada en una CIUDAD MUSEO.
Los Ecomuseos, según Juan Carlos Rico (pp. 281 - 284), se definen a partir de la
importancia de la ubicación geográfica, sin cuya presencia no tendrían sentido los mismos.
Este tipo de museo se caracteriza por la incorporación de inmensos conjuntos que
pueden ser históricos o naturales, debido a la imposibilidad de su traslado,
geográficamente hablando, para ser estudiados y expuestos. Esto a su vez
comprende, señala el autor, el mantenimiento y reconstrucción total, de un poblado
primitivo, con todas sus edificaciones, hasta la posible recuperación de una aldea de

97
pescadores o un poblado industrial, activando todas las funciones que poseía como la
artesanía, tipología de viviendas, granjas, fábricas, etc. (Fig. 19).

Uno de estos proyectos


museísticos se llevó a cabo entre 1971 y
1974 bajo la dirección de Marcel Evrard
y con el apoyo de Hugues de Varine
Bohan y de George Henri Rivière,
instalado en una antigua colonia
industrial dedicada a la extracción
minera en Le Creusot, conocido como Fig. 19. El Ecomuseo de Niamey en Nigeria, según
Giraudy y Bouilhet, 1977. (FUENTE: HERNÁNDEZ
El ecomuseo del Hombre y la Industria, el HERNÁNDEZ, Francisca. (1988). Manual de
Museología, p. 75).
cual fue ajustado a su entorno natural
y social al desarrollarse dentro de un territorio concreto y contó con la
participación de sus propios habitantes. Este proyecto llevó al museo tradicional
según Francisca Hernández Hernández (1988, p. 74), a una crisis de identidad que
hace desplazar su interés hacia la comunidad y asume a la institución museística
como un instrumento necesario al servicio de la sociedad. De esta forma se configura
un museo del tiempo y del espacio, un laboratorio “in situ”, realizado por la propia
comunidad y dirigido por tres Comités: usuarios, administradores y personal especializado.
Así mismo, señala la autora, surgió el Museo Integral dentro del contexto
latinoamericano en la mesa redonda organizada por la UNESCO en Santiago de
Chile en 1972 sobre La función del museo en la América Latina de hoy, cuya definición
guarda grandes semejanzas con el Ecomuseo europeo proyectado por Evrard y
Rivière, como resultado de una reflexión que pretende asociar la ecología y la
etnología regional:
El Museo - Integral - es una institución al servicio de la sociedad que
adquiere, comunica y fundamentalmente expone, con fines de estudio,
conservación, educación y de cultura, los testimonios representativos de la
evolución de la naturaleza y del hombre. (Consejo Nacional de la Cultura y
Dirección de Museos, 1993 – 1994, p. 12).

98
Francisca Hernández Hernández (p. 79) reseña dentro de la diversidad de museos
originados como producto de la nueva museología y la ampliación del museo fuera
de sus muros, a la conservación in situ cuyo origen se encuentra en los museos al aire
libre. El primero de ellos fue el Museo Skansen de Estocolmo, creado por Artur
Hazelius en 1891 con la finalidad de preservar las viviendas rurales más
representativas. Estos edificios fueron acondicionados con un mobiliario adecuado
a su época histórica. A partir de este momento, se produce un gran desarrollo de
museos al aire libre. Estos museos in situ a los que remite Francisca Hernández
Hernández, son los llamados Museos de Sitio.

Según lo reseñado por Armida Vielma (1997, p. 65), el Consejo Internacional


de Museos – ICOM - clasifica los museos según su ubicación geográfica en:

 Museos urbanos (los situados dentro del área de una ciudad con alta
densidad de población),
 Museos de Poblaciones Pequeñas (como su nombre lo indica, están ubicados
en poblaciones de pequeñas dimensiones con baja densidad de población).
 Museos de Sitio concebidos para salvaguardar bienes naturales o
culturales, muebles o inmuebles in situ, es decir conservados en el lugar
donde han sido creados o descubiertos.

Al mismo tiempo, continúa la autora (pp. 66 - 67), según el ICOM existen


varios tipos de Museos de Sitio:

 Ecológico, los que se dan en un medio natural y no han sido modificados


por la mano del hombre, tal es el caso del Museum of Nacional Park
Service, del valle de Yosemite, en los Estados Unidos, el cual es
considerado como un modelo del género;
 Etnográfico, ubicado en lugares aún poblados o no, donde se ilustra la
evolución de las costumbres, usos, modos de vida de una población. Allí

99
se desarrollarán Museos de Sitios que abordarán los problemas
sociológicos por la vía de la técnica (artesanía, industria);
 Histórico, ubicado en un lugar donde en un momento dado se suscitó un
acto importante que influiría en el destino de una comunidad
determinada. El sitio puede ser un antiguo campo de batalla, una ciudad,
una ciudadela, un edificio público o privado. En este último caso, el museo
de sitio tiende a confundirse con lo que el ICOM llama Museo de
Monumento Histórico; muchas veces puede ser solamente un simple
museo conmemorativo, si por su ubicación queda como un museo de sitio,
se reserva sin embargo esta última denominación particularmente a la
Institución que edificada sobre un área bastante amplia, es testimonio de
un acontecimiento histórico, en el cual se reúnen, conservan y exponen
objetos y documentos que revelan dicho acontecimiento.
 Museo Arqueológico: Ubicado en el sitio de las excavaciones.

Con respecto a este último museo, Juan Carlos Rico (p. 281) comenta:

La delicadeza en el proceso, era la denominación que hemos dado a la


característica fundamental que define la construcción de estos edificios; se debe
ampliar no obstante también a la propia importancia en sí del proceso. Para el
visitante, tan formativo es ver el objeto ya totalmente expuesto, como conocer
el desarrollo que ha seguido hasta llegar a este lugar. A veces este camino es
incluso más atractivo y sugerente, que la contemplación final. De ahí se deriva
la razón por la que estos museos se desplazan hasta el lugar donde se obtienen,
limpian, clasifican, restauran, conservan y finalmente se exponen los objetos.
Lo que habitualmente se realiza en la trastienda de las salas de exhibición, se
convierte aquí en parte de ella. En este aspecto son ejemplos del más avanzado
concepto museológico.

Según el autor, varias son las ventajas que genera un Museo de Sitio
Arqueológico, estimadas en una mayor eficacia y rapidez tanto en el trabajo
museístico como en la propia seguridad del elemento descubierto, además de que
al visitante se le brinda la oportunidad de analizar la muestra directamente sobre

100
el terreno, en sus distintas fases: descubrimiento, extracción del objeto,
limpieza, clasificación, restauración, conservación, y exposición.
Asimismo, una alternativa para la organización de estos museos, señala Juan
Carlos Rico (p. 283), es unir en un mismo conjunto yacimiento y museo… Es el museo “in
situ” auténtico. Un ejemplo de ello es el famoso Museo Romano de Mérida
(España), cuyas acertadas características posibilita el crecimiento ilimitado y una
eficaz dialéctica formal al compartir el espacio la cimentación del nuevo edificio con
el propio yacimiento.
Otros ejemplos dentro de la gran variedad de museos que abarcan todos los
dominios del saber y de la experiencia humana, lo constituyen la aparición de
nuevas instituciones como los centros de interpretación, científicos o de patrimonio, los
cuales según Francisca Hernández Hernández (p. 82), se les considera paramuseos que,
por su fundamentación científica en la que prima el discurso, pueden llegar a transformar el
museo en un banco de datos, y por tanto, en un centro de tratamiento informático.

En Venezuela, según las cifras dadas por el Consejo Nacional de la Cultura


(1989, p. 97), 76 museos que representan el 86.7% del total son museos urbanos, 8
museos (12%) son de poblaciones pequeñas y existe un solo museo de sitio, el
Nacional de Espeleología Alejandro Humboldt, ubicados en los alrededores de la
Cueva del Guácharo (Estado Monagas).
Dentro de este conjunto, también existen importantes esfuerzos museísticos
que logran darle un giro al interés convencional de colección. Un ejemplo de ello es
la Fundación Museo de la Arquitectura, orientada a mostrar la arquitectura como
hecho cultural. Su discurso se estructura a partir de la dialéctica del espacio
tridimensional, la carga vivencial y el factor temporal que lo caracteriza; valores
que lo diferencian como patrimonio en permanente proceso de modificación.
Esta Fundación fue creada el 22 de enero de 1988 en el Museo de Bellas
Artes de Caracas, como iniciativa de un grupo de arquitectos, historiadores y
críticos, con el propósito de ampliar la difusión de la creación arquitectónica
nacional e internacional, su evolución histórica y la importancia de su

101
conocimiento en la sociedad. Sus actividades principales son la creación de la
colección del futuro Museo Nacional de Arquitectura; un importante registro de
nuestro patrimonio inmueble para su estudio y valoración; la difusión de la
Arquitectura desde sus diversas perspectivas; las producciones que registren los
más importantes acontecimientos nacionales e internacionales y el servicio de
apoyo a las instituciones docentes para un mejor conocimiento de la disciplina.
Lo interesante de esta experiencia que se convierte en un reto permanente,
según la apreciación de Gilda Escorza (1990, p. 54), es reflexionar sobre el hecho
arquitectónico por medio de los tradicionales instrumentos de la museología. En el caso de
la arquitectura, las actividades de recolección, conservación, investigación, documentación
y comunicación que definen a un museo están dirigidas, con las variantes implícitas, a todo
objeto patrimonial. Sin embargo, la comunicación debe estar estructurada a partir del
evento museístico, que conceptualiza museológicamente el objeto patrimonial
perteneciente a un medio permanente, tangible y específico en su contexto real: la
ciudad.

Estos ejemplos son una muestra de cómo, en efecto, una nueva sensibilidad
parece estar ocupando proporciones cada vez mayores de la cultura y las
experiencias cotidianas de los últimos años en el campo museístico, incluyendo
Venezuela.
La idea principal de la Nueva Museología es, afirma Francisca Hernández
Hernández, desarrollar un museo vivo, participativo, que se define por el contacto directo
entre el público y los objetos mantenidos en su contexto; es la concepción extensiva del
Patrimonio que hace salir al Museo de sus propios muros (p. 75). De esta manera,
considerando como referentes todos los tipos de museos estudiados anteriormente,
la CIUDAD MUSEO propuesta se explicaría como un museo urbano desarrollado in
situ, cuya colección está determinada por la ciudad misma, la cual es vista,
estudiada y conservada en su realidad inmediata, generando mecanismos
didácticos a sus moradores.

102
Esta CIUDAD MUSEO tiene como objetivo contribuir a la formación de todos
los habitantes de la ciudad y en el conocimiento de la arquitectura del lugar,
constituida por un proceso histórico; estimulando en la población la toma de
conciencia acerca de la importancia del patrimonio urbano local y su preservación,
teniendo en consideración todos los datos geográficos, económicos, sociológicos y
psicológicos, que han creado las condiciones del acontecimiento en este lugar y no
en otro.
La diferencia con respecto a los demás museos se centra en que este
proyecto no requiere de un edificio acondicionado o construido e insertado en la
trama para tal fin. Su institucionalización dependería de un equipo
interdisciplinario que surja del seno de las autoridades políticas competentes que
incluyen la Gobernación del Estado, la Alcaldía del Municipio Libertador, la
Corporación Merideña de Turismo (CORMERTUR), el Ministerio de
Infraestructura (MINFRA), el Instituto Merideño de Cultura (IMC) y el Instituto de
Patrimonio Cultural (IPC); en combinación con otros entes que forjan la ciudad de
Mérida como la Universidad de Los Andes y la Iglesia, así como de la participación
de la colectividad merideña en general, incluyendo las asociaciones de vecinos,
parroquiales, estudiantiles y de cualquier otra índole. Todos copartícipes en el fin
único de una CIUDAD MUSEO: concebir una ciudad mejor.
Este equipo actuaría en función de un programa museológico en elaboración
constante - del que daremos mayores detalles en el próximo capítulo - el cual,
permitiría musealizar la ciudad en cumplimiento de sus objetivos, sin
embalsamarla ni congelarla museográficamente.
CIUDAD MUSEO es la proyección de un museo vivo cuya razón de ser la
constituyen su entorno geográfico, arquitectónico, social e histórico; donde su
exposición configura el marco de la vida cotidiana de su público.

103
2.2 LA CIUDAD COMO COLECCIÓN DE UN MUSEO.

La definición de colección dada en Venezuela por la Normativa Técnica para


Museos (p. 14) refiere a objetos colectados, adquiridos y preservados por el museo por su
valor potencial.
Por otra parte, el ICOM, según su Código de Ética establece en su párrafo 3,
algunas definiciones que se corresponden con el objeto a adquirir en cualquier
museo latinoamericano:
a) Objetos que han sido reconocidos por la ciencia y/o la comunidad en la cual
poseen su plena significación cultural, como teniendo una calidad única y
siendo por ellos inestimables;
b) Objetos que no siendo raros por sí mismos, no dejan de tener un valor que
deriva de su medio cultural y natural... (Consejo Nacional de la Cultura y
Dirección de Museos, 1993 – 1994, p. 14).

Ambas definiciones traen a discusión, entonces, el decidir qué objeto tiene o


no, significación cultural según la colección de interés del museo. Por tal razón es
clave, así mismo, puntualizar lo que constituye Patrimonio en el perfil de cualquier
institución museística.
En la Declaración de México celebrada durante la Conferencia Mundial
sobre Políticas Culturales por la UNESCO en París de 1982, se establece que:
El Patrimonio Cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas,
arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas
surgidas del alma popular y el conjunto de valores que dan sentido a la vida.
Es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de
ese pueblo: la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos
históricos, la literatura, las obras de arte y los archivos y bibliotecas.
(Consejo Nacional de la Cultura y Dirección de Museos, 1993 – 1994,
p. 11).

En base a esta definición universal, en Venezuela la Ley de Protección y


Defensa del Patrimonio Cultural decretado según la Gaceta Oficial Nº 4.665,
Extraordinario de fecha 30 de diciembre de 1993, en su Artículo 2 y Párrafo 2, p. 5,
declara:
(…) de utilidad pública e interés social la preservación, defensa y salvaguarda
de todas las obras, conjuntos y lugares creados por el hombre o de origen
natural, que se encuentren en el territorio de la República, y que por su

104
contenido cultural constituyan elementos fundamentales de nuestra identidad
nacional.

Seguidamente en su Artículo 6 (p. 6) explica en base a qué tipo de bienes de


interés cultural pueden ser declarados y constituir nuestro Patrimonio Cultural:
2. Los bienes inmuebles de cualquiera época que sea de interés conservar por
su valor histórico, artístico, social o arqueológico que no hayan sido declarados
monumentos nacionales… (p.6).

5. Las poblaciones y sitios que por sus valores típicos, tradicionales, naturales,
históricos, ambientales, artísticos, arquitectónicos o arqueológicos, sean
declarados dignos de protección y conservación. Los centros históricos de
pueblos y ciudades que lo ameriten y que tengan significación para la memoria
urbana… (p.7).

12. El entorno ambiental o paisajístico – rural o urbano requerido por los


bienes culturales, muebles o inmuebles para su visualidad o contemplación
adecuada. (p. 8).

Por consiguiente, tomando parte de cada una de estas definiciones oficiales,


la determinación de patrimonio abarca los bienes inmuebles de valor histórico o
social, así mismo, las poblaciones y sitios dignos de protección y conservación
junto al entorno ambiental que tengan significación para la memoria humana. En
nuestro caso de estudio, para una CIUDAD MUSEO, todos los objetos coleccionados
considerados patrimonio abarcan nuestro espacio existencial in situ y se
encuentran en lo que llamamos ciudad.

Aunado al concepto de Patrimonio Cultural, al tomar a la ciudad como


colección de un museo, es de especial relevancia la definición de Monumento.
Según lo establecido en la Carta Internacional sobre Conservación y Restauración
de Monumentos, conocida como la Carta de Venecia, documento básico del II
Congreso Mundial de Conservación de Monumentos, reunido en Venecia en
agosto de 1964, la noción de Monumentos Históricos según el artículo 1:
(…) comprende tanto la creación arquitectónica aislada como el sitio urbano o
rural que lleva al testimonio de una civilización particular de una evolución
significativa o de un acontecimiento histórico. Ello se refiere no solamente a las
grandes creaciones, sino también a las obras modestas, que con el tiempo llegan
a adquirir una significación cultural.

105
De esta manera, podemos interpretar que las definiciones de Patrimonio y
Monumento al proyectar una CIUDAD MUSEO, no solo responden a los edificios o
espacios urbanos cuyo valor ha sido consagrado por el consenso de una sociedad
y, afirmado a través del tiempo, mediante Gacetas Municipales como es el caso del
casco central de Mérida o, los listados emitidos por el Instituto de Patrimonio
Cultural (IPC) - (Ver Anexos) - sino también a aquellos de menor valor histórico o
artístico que forman parte de ese enorme patrimonio arquitectónico y urbano que
constituye el tejido mismo de nuestra historia social y urbana.
Con las posibilidades actuales aportadas por la nueva museología y
considerando la importancia del patrimonio cultural como fundamento para la
creación de una CIUDAD MUSEO, obtenemos un museo que, a diferencia de los que
resguardan el patrimonio representado en obras de arte, permite considerar
también a la ciudad como obra de arte y como colección de un museo en donde el
complejo de hechos urbanos siempre van ligados a un lugar preciso, a un
acontecimiento y a una forma de la ciudad.
Si afirmamos que un museo es una institución al servicio de la sociedad
destinado a afianzar la relación del hombre con su patrimonio cultural a través de
su colección, y admitiendo la posibilidad de la ciudad como obra de arte y como
colección de un museo, plantear esa relación entre el lugar y el hombre es, según
Aldo Rossi (1971, p. 64), un modo complejo de estudiar la ciudad; allí, el valor
patrimonial de los objetos de colección, se puede encontrar igual en su totalidad
con legitimidad de expresión en un edificio de vivienda o en cualquier obra menor
que un monumento, pues en este caso se consideran quizás también aquellas cosas que
solo se pueden aprehender viviendo concretamente determinado hecho urbano.
Así como el patrimonio natural, la religión y las distintas artes, la ciudad
como obra humana es un inmenso depósito de alientos y fatigas que atestiguan
valores permanentes y memoria. En ella, afirma Aldo Rossi (p. 51), la arquitectura es
parte integrante del hombre, es su construcción con toda la carga de los sentimientos de las
generaciones, de los acontecimientos públicos, de las tragedias privadas, de los hechos

106
nuevos y antiguos; por tanto, para tomar la ciudad como colección de un museo en
su valor patrimonial tendríamos que hablar de la idea que tenemos hecha de este o
aquel edificio, lugar o espacio, en cuanto a la memoria, en cuanto a producto de la
colectividad y de la relación que tenemos con la comunidad a través de él.
Entre los principios del coleccionismo más discutido, al menos en la vida
cotidiana del museo, según José Antonio Navarrete (1998, p. 32), se encuentra el de
incorporar a las colecciones objetos sobresalientes. En general, la teoría museológica
concluye que al museo le corresponde coleccionar lo sobresaliente, lo excepcional,
aquello que no solo es representativo, sino destacado, sin que necesariamente deba
confundirse con lo raro. Pero este es un principio flexible. Cada museo decide,
sobre la base de un conjunto de factores, el marco de excepcionalidad dentro del
que le interesa, o le es posible, coleccionar. Así mismo, destaca José Antonio
Navarrete (p. 33), el criterio de excepcionalidad del coleccionismo del museo - no
importa del museo que se trate - siempre debe inscribirse en las realidades de los
contextos de cada institución.
De esta manera, en el caso de un museo donde la urbe constituye su
colección, se debe prever el contexto social y cultural en que se desenvuelve su
actividad (la ciudad), la estructura interna de la institución representada en los
especialistas que determinan su propio desarrollo (la Fundación) y sus actores
(administradores y usuarios). Sin embargo, además de estas consideraciones, ¿cuál
sería el criterio para obtener la colección ideal en una CIUDAD MUSEO?
Para responder a esta interrogante nos aventuramos a extrapolar en el
espacio y en el tiempo, la teoría y la práctica del Museo Imaginario Universal de
André Malraux (1901 – 1976) y sumarlas a las premisas modernas sobre Patrimonio
y Monumento Histórico, para aproximarnos a la idea de una colección ideal para el
museo de ciudad que queremos.
André Malraux fue novelista, arqueólogo, teórico del arte, activista político y
funcionario público francés, cuyos escritos figuran entre las principales
aportaciones a la cultura del siglo XX. En 1951 publicó Las voces del silencio que

107
incluye un ensayo titulado El museo imaginario, donde propone la síntesis de
toda la historia del arte de todos los países, de todos los tiempos, como un
documento abierto que brinda la ocasión de establecer correspondencias sutiles
entre lo primitivo y lo contemporáneo, de establecer recorridos donde el impulso
innovador convive con la tradición fundadora. Para André Malraux, el Museo
imaginario aporta a todas las obras de arte que elige, si no la eternidad que le pedían los
escultores de Sumer o Babilonia o la inmortalidad que le pedían Fidias y Miguel Angel, al
menos una enigmática liberación del tiempo.
Cuando al terminar la guerra europea se destruyó y dispersó una parte
significativa del patrimonio artístico de la humanidad, según la apreciación de
Antonio Battro (1999), aparece como una voz esperanzada el libro de André Malraux
donde presenta, en 600 páginas con casi 500 ilustraciones, en su mayor parte
fotografías en blanco y negro, un Museo Imaginario compuesto por la gran colección
mundial de imágenes reproducidas materialmente gracias a la tecnología moderna,
analizando el nuevo papel que cumple la reproducción fotográfica para acercar las
obras de arte del mundo entero y así presentarlas bajo un nuevo formato, en una
plataforma universal accesible, donde desaparece del discurso del arte, la
tradicional frontera entre el arte noble y el arte primitivo. André Malraux abre su
Museo Imaginario a la pintura japonesa medieval, al arte sumerio, a la escultura
precolombina o búdica; es un museo que compite con la realidad creando su
propio universo. El Museo Imaginario, que él imagina, es el mundo de lo posible.
Para Rubert de Ventos (1980, pp. 118 – 122), el Museo imaginario de Malraux
sería este fin supremo o lugar ideal para la práctica de nuestra tolerancia donde
puede así permitirse apreciar todas las obras, estilos y creaciones y donde además
se nos ofrece la más objetiva exposición de las imágenes de todas las épocas,
entendiéndose por imagen no solo la apariencia física de las obras, sino el modo de
vivir, ver y representar el mundo que en ellas se manifiesta. Se trataría así - afirma
Rubert De Ventos - de un museo imparcial de cosmovisiones, de estados generales del
espíritu de diversos tiempos y lugares, que devienen del campo de proyección de

108
nuestras categorías de recepción y/o interpretación como en todas las
formaciones del sentido histórico.
Cuando André Malraux expresa que el arte es un anti-destino (p.637), lo ha dicho
todo - afirma Antonio Battro -; con esta frase le asigna al arte una función humanizadora
que no tiene fronteras de espacio ni de tiempo. Este ideal de museo y de colección
proyectado por André Malraux en su Museo imaginario, podemos tomarlo como
referencia para la CIUDAD MUSEO aquí propuesta, por el fin último que quería
conseguir Malraux en su Museo Imaginario: es muchísimo más que un depósito, que un
conservatorio de reproducciones. Para él, es el lugar de la reconciliación del hombre con sus
contemporáneos, el lugar de encuentro del artista de hoy con el de ayer y de mañana.
En tanto, la colección ideal para nuestro fin estaría constituida, por el collage
de formas arquitectónicas y los lugares de significación para la ciudad –según
nuestra propuesta, Mérida- y su memoria urbana, a través de la interpretación del
concepto de patrimonio cultural trataría de manera imparcial los objetos
contenidos en dicha colección: no solo los edificios de tipo edilicio sino también
aquellos edificios agolpados en calles y plazas que se forman en el espacio y el
fondo urbano y que permiten destacar esa torre, esa fachada, ese contorno, esa
perspectiva del gran edificio, del gran espacio abierto.
Los principios para la determinación de esta colección ideada para Mérida como
una CIUDAD MUSEO, están dados en los diferentes decretos emitidos por la
Municipalidad y la Asamblea Legislativa a través de Gacetas Oficiales -
mencionadas en el capítulo anterior (p. 80) - que determinan el inventario oficial
del patrimonio de la ciudad de Mérida, así como la normativa impuesta por la
UNESCO para la Declaratoria de Bien de Interés Cultural, Monumento Nacional y
Sitio de patrimonio Histórico Cultural o Arqueológico que incluye la
caracterización y valoración del bien a partir de la investigación histórica sobre el
origen, evolución y transformación urbana del lugar; las funciones adquiridas en el
curso de la historia; los aspectos morfológicos; la lista de los bienes declarados y
con valor como Monumentos Nacionales, Estadales y Municipales existentes y de

109
aquellos elementos con valor aunque no se encuentren declarados, destacando
su importancia y función; así como demás datos geoambientales, paisajísticos,
poblacionales y preceptuales en los que se basan los diferentes Organismos
Administrativos para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural y Natural
del Estado Mérida, incluyendo una CIUDAD MUSEO como la que proponemos, para
fijar los valores patrimoniales que determinan su selección; y en nuestro caso, su
colección. Ciertamente, como respaldo al proyecto MÉRIDA CIUDAD MUSEO,
elaboramos una serie de fichas contempladas a manera de Catálogo de Obras como
apéndice a la investigación histórica sobre la ciudad de Mérida, que en una
primera instancia, además de caracterizar y sustentar el perfil de la colección, es
referencia forzosa para el desarrollo de los programas museológico y museográfico
a realizar. (Ver Apéndice II.).
Así mismo, dichos valores se encuentran expresados en las formas de la
vida social de los merideños con respecto al tejido urbano y los tipos
arquitectónicos. Allí también existen claves para la colección ideal. Insertos dentro
de la ciudad de Mérida, existen edificios monumentales que funcionan como sedes
del Poder del Estado y de la Iglesia y concentran formalmente en ellos ese mismo
valor simbólico; inherentemente, se generan ciertas imágenes urbanas que dan
cuenta de lo que representan los valores cognitivos del quehacer arquitectónico de la
ciudad; ese collage al que hemos hecho referencia, construido por los hacedores de
la urbanidad merideña. También hay ciertos espacios públicos, como las plazas y
los paseos peatonales, que contemplan opciones de descanso para el ciudadano
común que circula en la ciudad; y aun, la atmósfera de ocupación de los sitios o de
la utilización de la vegetación, son reconocidos como componentes de un
patrimonio valioso y representan un hito en la memoria social. Todos ellos a su vez
llevan consigo valores históricos y culturales que por su propia naturaleza, constituye
la razón de ser de la colección de la CIUDAD MUSEO propuesta.

110
Sin embargo, Alberto Saldarriaga (1992, pp. 7 – 11) afirma que en el caso de la
valoración del patrimonio urbano y arquitectónico monumental y no monumental,
no depende directamente de sus valores intrínsecos solamente, depende del
entendimiento global de la historia y de la cultura de la sociedad que lo ha
producido. En este sentido, MÉRIDA CIUDAD MUSEO se propone como un
componente de lucha contra la actual pérdida de participación real en la vida
comunitaria y presenta a nuestra ciudad como colección de un museo, para producir
situaciones de exploración y confrontación sobre las experiencias de la vida urbana
en cada uno de nosotros, en sus visitantes, en quienes vivimos en ella, y así crear
una imagen coherente de comunidad, que en palabras de Richard Sennét (1975, p.
57): es una colección de deseos, antipatías y metas con el fin de crear una visión de
identidad.

2.3 ANALOGÍAS OPERATIVAS ENTRE MUSEO Y CIUDAD.

Según el Consejo Nacional de la Cultura y la Dirección de Museos (1993 – 1994,


p.127), las diferentes operaciones a realizarse en un museo venezolano serán
agrupadas de acuerdo con la especificidad a la que estén referidas. Cada función
genera un área de desarrollo determinada cuyas dependencias serán concebidas y
dispuestas espacialmente atendiendo a las exigencias de cada actividad:

ÁREA ADMINISTRATIVA:
 Dirección.
 Administración.
 Secretaría.
 Centro de Computación.

ÁREA OPERATIVA:
 Educación y divulgación.
 Museografía.
 Registro e Inventario.
 Programación.

111
ÁREA TÉCNICA
 De Conservación.
 Fotografía.
 Depósitos.

ÁREA TÉCNICA DE TALLERES


ÁREA DE ALMACENAJE.
ÁREA DE EXHIBICIÓN
 Salas expositivas.
 Áreas libres (según la colección): corredores, jardines, plazas.

ÁREA DE PROYECCIÓN
 Biblioteca.
 Salas de conferencias, proyecciones y espectáculos.
 Talleres de extensión.

ÁREA DE SERVICIO
 Cafetería
 Tiendas
 Baños
 Vigilancia
 Zonas de descanso

Asimismo, en términos equivalentes, podemos encontrar en la realidad


urbana merideña, algunas analogías operativas entre ciudad y museo. Por ejemplo:

ÁREA ADMINISTRATIVA, constituida por los entes oficiales del Estado y sus
respectivas sedes:
 Gobernación del Estado.
 Procuraduría del Estado.
 Contraloría del Estado.
 Alcaldía Municipio Libertador y Hacienda Municipal.
 Palacio de Justicia (Edif. Hermes);

podríamos agregar además la sede del Palacio Arquidiocesano y la Catedral de


Mérida como sedes del poder religioso y espiritual que la mayoría de los
merideños compartimos.
Los administradores de la ciudad, los entes encargados del poder
institucional del Estado, tienen la obligación de gobernar y trabajar con justicia,

112
humildad y honestidad en beneficio de todos, de velar por los derechos de los
ciudadanos y hacer cumplir los deberes. Por sí solas, sus respectivas sedes forman
parte del acervo patrimonial arquitectónico de Mérida. Junto a la Universidad, son
las principales fuentes de empleo e ingresos de las familias merideñas y cada una
de ellas tiene una historia diferente que contar con respecto a sus personalidades
más representativas, sobre todo, las de tradición y alcurnia en la ciudad: los Celis
Parra, los Celis Dávila, los Nucete, los Febres Cordero, los Picón, los Briceño
Ferrigni; por solo nombrar algunas.

ÁREAS DE RECEPCIÓN, compuestas por las vías de acceso vitales para el


tránsito por la ciudad de Mérida:
 Las 37 calles y las 8 avenidas que constituyen el plano cuadricular o de
damero de la ciudad concebido durante la época colonial y que hoy marcan
el casco central de Mérida y las parroquias del Municipio Libertador.

 Las avenidas que configuran la expansión de la ciudad durante el siglo XX,


producto de la extensión de las antiguas: la Av. Universidad como
proyección de las Avdas. 1 y 2; la Av. Urdaneta como proyección de la Av.
3; la Av. Don Tulio Febres Cordero como proyección de la Av. 5; o
construidas debido al crecimiento de la urbe fuera del casco histórico: Av.
Andrés Bello, Av. Los Próceres; los Viaductos Campo Elías, Miranda y
Sucre.

 El Aeropuerto Alberto Carnevali, como terminal de viajeros y punto de


llegada o salida de propios y extraños a la ciudad.

 Las carreteras Trasandina y Panamericana, accesos hacia el resto del país.

Las áreas de recepción de la ciudad tienen igualmente protagonismo. A lo


largo de estas vías de circulación se desenvuelve la vida de Mérida. Sus bordes
constituyen el límite entre lo público y lo privado. Las calles, avenidas y carreteras
de la ciudad son puntos de recibimiento y acogida del tráfico vehicular y peatonal
de los merideños, del itinerario de las marchas políticas en época electoral, del
desfile de carnaval de la famosa Feria del Sol, de las procesiones religiosas, de los
deportistas mañaneros; así mismo, de los turistas desorientados por falta de

113
señalización e información vial, de los embotellamientos y las colas que
parecen interminables para los choferes, de los accidentes de tránsito por el abuso
y la mala educación vial de los conductores y peatones, o se convierten en
protagonistas de las páginas del Diario Frontera con titulares como La guillotina de
la muerte por las estadísticas de mortalidad en la vía o de la caricatura del domingo
como La Calle de la Luna por la cantidad de huecos que socavan el asfalto.
Por su parte, los viaductos constituyeron en su momento inaugural, los
nuevos brazos de la ciudad que se extendían hacia el otro lado del río Albarregas;
sin embargo, las historias inscritas en ellos son de luto y tragedia por los muchos
suicidas sin distinción social que eligen sus alturas para su acto.
Otra cosa es la presencia del Aeropuerto, hoy dentro de la ciudad, que
divide a Mérida en dos zonas diferentes, circunscritas alrededor de las Avenidas
Urdaneta y 16 de Septiembre respectivamente. La primera, hilada a lo largo de una
red de pequeños parques junto a instituciones públicas y privadas y habitada en su
mayoría, por zonas residenciales de altos ingresos, mientras que al otro lado de la
pista de aterrizaje aeroportuaria, es una parte de la ciudad compuesta por los
barrios y zonas residenciales de la clase obrera emeritense, populares en
inseguridad y sobrepoblación, además de las puertas de acceso hacia el Hospital
Universitario Los Andes), el Stadium Soto Rosa en cuyo estacionamiento funciona
el habitual mercado de mayoristas y el margen de establecimientos comerciales del
ramo automovilístico (venta de repuestos, caucheras, talleres de mecánica y
pintura), lugares que de una u otra forma aparecen en el itinerario de vida del
merideño.

ÁREAS OPERATIVAS y TÉCNICAS (de registro, investigación, educación y


conservación), representadas simbólicamente en la urbe por las principales
instituciones educativas de todos los niveles así como también los centros de
acopio de información como las bibliotecas públicas, centros de investigación,

114
archivos históricos y los museos. En la ciudad de Mérida, son de relevancia a
nivel de educación primaria y de bachillerato:
 Grupo Escolar Vicente Dávila,
 Grupo Escolar Rafael Godoy,
 Liceo Tulio Febres Cordero,
 Liceo Libertador;

como ciudad Universitaria:


 Facultad de Ingeniería.
 Facultad de Medicina.
 Facultad de Odontología.
 Complejo Universitario La Liria: Facultad de Humanidades y Educación,
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Facultad de Ciencias Jurídicas
y Políticas.
 Complejo Universitario La Hechicera: Facultad de Arquitectura y Arte,
Facultad de Ciencias.
 Complejo Universitario Los Chorros: Facultad de Ciencias Forestales y
Ambiente, Escuela de Geografía.
 Complejo Universitario Campo de Oro: Facultad de Farmacia y Bionálisis,
Residencias Universitarias Masculinas, Instalaciones Deportivas.

como ciudad ilustre en acopio histórico, artístico y cultural:


 Centro Cultural Tulio Febres Cordero.
 Museo de Arte Moderno Juan Astorga Anta.
 Casa de la Cultura Juan Félix Sánchez.
 Sala Febres Cordero.
 Biblioteca Bolivariana.
 Archivo General del Estado Mérida.
 Archivo Arquidiocesano de Mérida.
 Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes.
 Museo Arquidiocesano de Mérida Mons. Antonio Ramón Silva García.
 Seminario San Buenaventura de Mérida, Sede la Universidad Cecilio
Acosta (Núcleo Mérida).
 Centro de Estudios Teológicos Juan Pablo II, afiliado al Instituto
Internacional de Teología a distancia.
 Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez.
 Museo de Arte Colonial.
 Auditorio César Rengifo.

Reconocida como ciudad estudiantil por excelencia, Mérida contempla en su


estructura, importantes instituciones que sirven de recintos educativos para la

115
población de todos los niveles. Son ejemplos significativos en esta parte de la
historia de la ciudad, los Grupos Escolares Vicente Dávila y Rafael Godoy
construidos durante la época dictatorial de Pérez Jiménez como modelos
arquitectónicos del plan puesto en marcha por el Gobierno a nivel de
infraestructura educativa; así mismo lo fue el Liceo Libertador, que se convirtió en
su momento, en el productor de la guerrilla urbana merideña según la tradición
oral y escrita.
Indudablemente ha sido la Universidad de Los Andes, desde su fundación
con el Antiguo Colegio Seminario en el siglo XVIII, la que ha influido
prominentemente sobre el desarrollo de la ciudad y su protagonismo a nivel
nacional. Como casa de estudios universitarios, ha generado profesionales,
investigadores y dirigentes políticos para Mérida y para el resto del país. A su vez,
la conformación de su planta física fue también determinante en el crecimiento de
la ciudad, en casos específicos como los núcleos de La Hechicera y Los Chorros
bajo la dirigencia del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez durante la década del 60,
abriendo la brecha de la Avenida Universidad hacia el norte de la ciudad, aunado
a la construcción de urbanizaciones residenciales para los profesores y empleados
universitarios. Así mismo, las Facultades de Derecho e Ingeniería son ámbitos
comprometidos en la historia de la ciudad como puntos neurálgicos de
manifestaciones por parte del estudiantado.
La memoria de estos y del resto de los episodios de nuestra historia local se
encuentra en su mayoría registrada en los museos, bibliotecas, archivos y centros
culturales de la ciudad, en la expresión de diversos tipos y formas
bibliohemerográficas, fotográficas y artísticas, fuentes inagotables para el
conocimiento sobre Mérida, las cuales se encuentran a la espera del interés del
merideño común, tras la ignorancia de su existencia en la mayoría de los casos, a
pesar de distinguirse con la declaratoria según la ley como Patrimonio Cultural del
Estado Mérida.

116
ÁREAS DE ALMACENAJE Y DE EXHIBICIÓN, constituida por toda la ciudad de
Mérida en toda su extensión y presentación.

Sin embargo, cabe considerar que a pesar de ser una ciudad universitaria
por excelencia, de espacios urbanos y arquitectónicos significativos, de innatos
valores profesionales y culturales, la ciudad de Mérida constituye una área de
exhibición generadora de críticas y opiniones contradictorias, producto de la buena
o mala gerencia por parte de las autoridades competentes como de la apatía del
merideño en cuanto al cuidado de los componentes urbanos y culturales de la
ciudad. La cotidianeidad marca pauta en esta área, y cada uno de los habitantes de
Mérida, almacenan en ella toda su experiencia, determinando la exhibición de la
misma ante ojos de propios y extraños. Cada casa, cada escuela, cada tipología
edilicia o urbana, cada solución técnica, en común a un colectivo, vehiculiza y
almacena una cultura, una memoria, un conocimiento, un saber, una narración de
la historia de la ciudad.

ÁREAS DE SERVICIO, integradas en la ciudad por las áreas productivas en


cuanto a centros comerciales, zonas recreativas (parques, plazas, complejos
turísticos) y de prestación de servicios (hoteles, restaurantes, hospitales,
vigilancia). Por el auge que produjo en la ciudadanía al momento de su
aparición en Mérida, su aceptación y el uso asignado por los merideños con el
tiempo, podemos destacar la presencia en la ciudad de:
 Centros Comerciales: El Viaducto, las Tapias, Alto Chama, Alto Prado,
Humboldt.
 Mercado Principal.
 Parques: Parque Albarregas, Parque Cinco Repúblicas (Columna de
Bolívar), Parque Beethoven, Parque Zoológico Los Chorros de Milla,
Parque La Isla, Parque El Mirador de las Águilas, Plaza Glorias Patrias,
Parque Humberto Ruiz Fonseca, Parque Tibisay, Parque Andrés Bello,
Parque del Ejército, Parque de la Guardia Nacional, Parque de la Aviación,
Parque Nacional Sierra Nevada, Parque Nacional Sierra de la Culata.
 Plazas: Plaza Bolívar, Plaza Antonio José de Sucre (Milla), Plaza José Félix
Ribas (Belén), Plaza Rangel (El Llano), Plazoleta Colón, Plazoleta Francisco

117
de Miranda, Plaza El Soldado Desconocido (Obelisco El Espejo), Plaza
Las Heroínas.
 Teleférico de Mérida.
 Hoteles: Hotel Chama, Hotel Prado Río, Hotel Belensate, Apart- Hotel Edif.
Cañizales.
 Edificio de Telecomunicaciones.
 Edificio Sede Comando de Policía.

El depósito de las experiencias de los merideños lo constituye cualquiera de


los lugares que se integran a la ciudad como áreas de servicio. Tal es el caso del
Mercado Principal de Mérida, sacado de la plaza de la ciudad a finales del siglo
XIX y del casco central a finales del siglo XX, continúa siendo el lugar por
excelencia para el intercambio comercial, artesanal y gastronómico de los
merideños con sus vecinos o extranjeros, a pesar del policentrismo que vienen a
representar los grandes centros comerciales distribuidos a lo largo de la ciudad.
Así mismo las plazas de Mérida, algunas de ellas heredadas desde la época
colonial y republicana, y en su mayoría, conmemorativas, son lugares que el
merideño no deja de advertir en sus paseos por la ciudad o en su diario trajín como
espacios de permanencia. La Plaza Bolívar, por ejemplo, es un sitio de encuentro
de toda la comunidad, representa el punto de fundación de la ciudad y es un
receptáculo de la historia de Mérida; podríamos afirmar, de hecho, que si la plaza
hablara, contaría la historia de la ciudad.
Todas estas áreas representadas en la ciudad, a través de su presencia
arquitectónica y urbana como signos visibles de procesos sociales, económicos,
políticos y culturales para la complacencia y la satisfacción de los merideños, hacen
de la ciudad de Mérida lo que es y pueden ser interpretadas como parte de la
organización y la colección de esta CIUDAD MUSEO que proyectamos.
En consecuencia, en palabras de Henri Rivière, según el epígrafe que da
inicio a este capítulo: Un ecomuseo - podríamos sustituir por: una CIUDAD MUSEO -
es un instrumento que el poder político y la población conciben, fabrican y explotan
conjuntamente. El Poder, con los expertos, las instalaciones y los recursos que pone a
disposición; la población, según sus aspiraciones, sus conocimientos y su idiosincrasia. Por

118
tanto, MÉRIDA CIUDAD MUSEO sería implantada acorde a los requerimientos
actuales de planificación y gerencia cultural, donde todos los merideños podamos
ser partícipes.

Tal como lo específica el Código de Ética Profesional de los Museos ICOM


(Instituto Colombiano de Cultura y Museo Nacional de Colombia, 1997, p. 16), el gobierno
y control de los museos en términos de políticas, financiación, administración, etc., varía en
gran manera de un museo a otro en un mismo país. El caso más común es el Director, el
Curador y otros profesionales designados por un Ministerio o Departamento
Gubernamental. Por otra parte, sugiere también el caso de que el Cuerpo Directivo
de un museo puede estar legalmente basado en alguna forma de cuerpo independiente, tal
como una junta administrativa, una sociedad, una corporación sin fines de lucro o incluso
una persona particular.
Partiendo de este supuesto, MÉRIDA CIUDAD MUSEO se constituiría como
una Fundación (que resulta ser una de las formas jurídicas más comunes para crear
una institución museística según el Consejo Nacional de la Cultura y la Dirección de
Museos (1993 – 1994, p. 17), de modo que garantice mayores posibilidades de
autogestión, desarrollo y progreso; una Fundación sin fines de lucro, con
personalidad jurídica propia y duración ilimitada, domiciliada en la ciudad de
Mérida y formada por un equipo interdisciplinario con capacidad para cumplir
con su objetivo principal: ser un instrumento para el estudio, la protección,
conservación y salvaguarda del patrimonio cultural, artístico y arquitectónico de la
ciudad de Mérida.
Del cuerpo directivo de dicha Fundación, estaría conformada en una primera
instancia, de un equipo base para el cumplimiento de sus obligaciones en relación al
cuidado de la colección - la ciudad -, la investigación, los servicios y el acceso al
público. La estructura estándar de cargos administrativos para un museo - en este
caso, para MÉRIDA CIUDAD MUSEO - es aquel que está conformado por un Director
o Consejo Directivo, además de los profesionales especialistas que coordinan y
aparecen como responsables de cada una de las áreas del museo: Investigadores,

119
Museólogos, Conservadores, Bibliotecarios y Relacionistas Públicos. Sin
embargo, para una total y satisfactoria operatividad de la labor de la Fundación, se
debe reconocer la naturaleza diversa de los profesionales que en su debido
momento, según el proyecto a desarrollar, se incorporarían en solicitud de su
asesoramiento y colaboración. En este sentido, Juan Carlos Rico (2001, p. 105)
describe un ejemplo de este proceso de enlace de campos y especialidades para
una exposición museística dada:

SOCIÓLOGOS, especializados en temas de cultura, que analizan las


demandas de la población que el centro tiene que cubrir. Esta idea crea
determinadas controversias, ya que para unos, las preferencias indican con
precisión lo que la gente quiere y por tanto el éxito del proyecto, mientras que
para otros, por el contrario, no significa que sea lo más deseable o lo más
interesante para una sociedad no totalmente formada. Lo que nadie puede
negar es lo importante de este dato en un sentido o en otro, para que los

DIRECTORES del mismo, establezcan una serie de prioridades y por lo tanto


una programación de acuerdo con los criterios del centro y personales, así como
de los

GESTORES ECONÓMICOS que le darán recursos económicos con los que


cuenta. Uno de los campos a los que inevitablemente recurrirá es al

MARKETING CULTURAL de las empresas que busc, vender sus productos y


asegurar una imagen positiva en la opinión publica, movida por

RELACIONES PÚBLICAS, además de su importante relación con la difusión


y la publicidad. Consultará después a los diferentes

DEPARTAMENTOS DEL CENTRO para delimitar una posible área, y elegir


el más idóneo

COMISARI0 que hará la configuración del proyecto de la muestra, en su


sentido final. Una vez aceptada su propuesta, este responsable tendrá tres
brazos fundamentales:

ESPECIALISTAS TEMÁTICOS, que le asesora la propuesta, según el matiz


por el diseñado,

DOCUMENTALISTAS que buscan, seleccionan e informan de todo lo


requerido sobre el tema;

COORDINADORES, que tienen la dificilísima misión de estructurar, con


coherencia datos, personas y fases de trabajo, en el que intervendrán:

120
DISEÑADOR, que debe realizar el proyecto formal de la exposición, con
definición del equipo de trabajo;

ESPECIALISTAS TÉCNICOS, en iluminación, climatización, conservación y


seguridad

INFORMACIÓN, grafistas, técnicos en medios visuales e informática,

GABINETE DIDÁCTICO Y PSICOLÓGICO, Si los requiriese la exposición


elegida,

PUBLICACIONES, en caso de editarse un díptico, catálogo o cualquier tipo de


texto

DIFUSIÓN Y PUBLICIDAD de la muestra.

Quedaría para completar el tema de los profesionales, añadir la presencia cada


vez más numerosa de los ECONOMISTAS, o especialistas financieros dentro
de todo el desarrollo, a veces en forma de gabinete de gestión, enumerado antes
y otras como consultor puntual. En todo caso, su presencia es cada vez
mayor…

En el caso de MÉRIDA CIUDAD MUSEO, la consecución de su personal debe


estar abierta a la integración de todos los sectores de la población, teniendo en
consideración la experiencia dada por la organización de los miembros del Consejo
Ejecutivo para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural del Estado Mérida
(Gaceta Oficial del Estado Mérida, Nº 83 Extraordinaria, Abril 1998) así como de la
Comisión Municipal de Patrimonio Cultural de Mérida (Gaceta Municipal Alcaldía
del Distrito Libertador, Nº 110 Extraordinaria, Marzo 2003), cuya junta directiva está
integrada por representantes de cada uno de los sectores que hacen vida en la
ciudad (IMC, IPC, ULA, MINFRA, CORMETUR, la Iglesia, la Alcaldía, entre
otros) y por la Comunidad organizada, quienes conciben, fabrican y desarrollan
conjuntamente la Fundación. Un personal que debe estar familiarizado con la
historia de la ciudad, además de conocer las leyes que protegen su patrimonio, las
recomendaciones nacionales e internacionales para su protección así como las
reglas éticas y normativas técnicas del ejercicio profesional museístico, todos ellos
citados en este trabajo.

121
Sin duda, es el Director o los miembros del Consejo Directivo de la
Fundación, las figuras con mayores responsabilidades en el funcionamiento y
desarrollo de MÉRIDA CIUDAD MUSEO. Entre sus atribuciones podemos mencionar:

 Realizar sobre la ciudad de Mérida el diagnóstico territorial, el


histórico cultural, el dinámico social, el institucional, el socioeconómico
y el temático necesario para dar alcance a los objetivos de la Fundación.

 Planificar, definir políticas, proponer programas, ejecutar proyectos y


establecer estrategias para hacer accesible el conocimiento del
patrimonio a los pobladores y transeúntes de la ciudad de Mérida,
especialmente a los titulares de bienes muebles e inmuebles privados
cuya acción son determinantes en los objetivos propuestos en MÉRIDA
CIUDAD MUSEO.

 Elaborar planes interinstitucionales sobre estudios de mercado, plan


de colecciones, plan expositivo, plan de comunicación, plan educativo y
de acción sociocultural, plan de acondicionamiento arquitectónico, plan
de inversiones en pro de la ciudad y la comunidad emeritense.

 Promover y canalizar las contribuciones de los organismos públicos y


empresas privadas, tanto nacionales como internacionales, destinadas a
incrementar el financiamiento y la proyección de MÉRIDA CIUDAD
MUSEO.

En referencia a este último punto, podríamos conjeturar que en principio el


aporte proveniente del Estado mediante el Consejo Nacional de la Cultura
(CONAC) para el financiamiento de proyectos culturales, el aporte regional
otorgado por la Gobernación del Estado por intermedio del Instituto Merideño de
Cultura (IMC) y municipal a través de la Alcaldía del Municipio Libertador, previo

122
al cumplimiento de las formalidades de Ley, sería parte importante para el
empuje y la consolidación de la Fundación. Sin embargo, el objetivo de MÉRIDA
CIUDAD MUSEO es la participación de la comunidad en general, siendo clave la
política diseñada por el Director o los miembros del Consejo Directivo de la
Fundación en este sentido, para atraer a diversos patrocinantes e inversionistas
privados que hacen vida en la ciudad y compartan el mismo interés por el rescate y
la protección del patrimonio cultural y arquitectónico de Mérida.

Asimismo, son funciones del resto del equipo base que conforma la Fundación
MÉRIDA CIUDAD MUSEO:
1. Coleccionar,
2. Investigar, Estudiar, Interpretar,
3. Registrar,
4. Exhibir y poner en evidencia sus objetos de colección,
5. Deleitar, Educar, y Comunicar;

Todas ellas como instrumentos de orientación y análisis del patrimonio urbano y


cultural, permitiendo mirar en detalle la realidad de la ciudad de Mérida, a sus
moradores y visitantes.

1. La colección de la CIUDAD MUSEO está constituida, como lo planteamos


anteriormente, por la urbe. Es la ciudad como colección de un museo donde no
solo se incluyen los edificios o monumentos ya perfilados oficialmente
dentro de los bienes culturales del patrimonio de la ciudad, sino también
aquellos espacios urbanos revelados en su configuración por parte no de un
sólo habitante sino de todos. Aquellos lugares más frecuentados donde
todos convergen; recorridos comunes a los componentes de ciertos grupos
sociales; otros comunes a diferentes grupos; sitios y objetos para los cuales
la atribución de valor sería totalmente unánime, otros para los que sería
controvertida. Aquellos lugares dentro de los límites de lo posible, donde,

123
aún sin ser independiente de los precedentes, se conservan como
puntos de valor en la ciudad.
Giulio Carlo Argan (1983, p. 219) advierte que la cultura moderna tiene o
debería tener la capacidad de abarcar en su propia estructura histórica el
valor de un recuerdo, presencia del pasado propio, como una previsión y/o
proyecto del futuro de la ciudad. Al recurrir al concepto de CIUDAD MUSEO

donde la ciudad es entendida como un sistema de comunicación de la


cultura visiva, su colección no puede ser un depósito o un asilo de obras de
arte, sino un instrumento científico o didáctico para el conocimiento y
consideración (como significativos por sus valores histórico – ideológicos)
no solo de los monumentos sino de las casas de habitación o las tiendas
artesanales; no solo el producto de las técnicas de construcción sino también
las técnicas de la madera, el metal, el tejido y en general, la trama urbana
como expresiones históricas, que vuelven a la ciudad no solo conjeturable
sino proyectada, determinando su realidad visible en los diversos ritmos de
su existencia.
Considerando que el valor del carácter de una ciudad es el resultado de una
atribución colectiva, que no es algo que tiene valor para la sociedad en
abstracto sino para cada uno de sus componentes, el equipo que conforma a
MÉRIDA CIUDAD MUSEO hace museables sus puntos urbanos más
importantes, entre los que podemos mencionar: la Catedral de Mérida, el
Mercado Principal, la Gobernación del Estado, la planta física de la
Universidad de Los Andes, el Antiguo Hospital Los Andes; y en el ámbito
de las experiencias individuales y con alcance más restringido, la Bodega
Tres Estrellas (Casa Nº 17 – 75 ubicada por la Av. 2), el boulevard de los
pintores (ubicado en la calle 23 entre Av. 2 y 3), la casa comercial El Gran
Mundo (ubicado por la Av. 3 entre calles 20 y 21), las paradas del autobús
de la ULA, entre muchos otras edificaciones y espacios urbanos.

124
Todos son partes de Mérida, objetos urbanos que tienen su identidad, están
presentes en la ciudad, son reconocidos por los merideños y por sus vecinos,
quienes los habitan o los usan; son listados en las fichas catastrales y quedan
ocasionalmente registrados en la fotografía de algún paseante curioso que
por algún motivo inexplicable pasó frente a ellos y decidió dedicarles un
espacio en su colección de imágenes, en su archivo de curiosidades o en su
registro científico. Muchas veces, no poseen historia oficial ni
académicamente reconocida, pero no por ello pueden omitirse de la
colección de MÉRIDA CIUDAD MUSEO. Alguien los construyó, los pensó, y
los realizó materialmente. En ellos funcionan colegios y escuelas, sectas
religiosas, almacenes, organizaciones, comunidades religiosas o
vagabundos. Son útiles y a veces son antiestéticos. Son objetos de la
colección, del collage de obras que forman parte de la experiencia de la ciudad,
que como Alberto Saldarriaga (p. 8) afirma:
Ellos son la nota social de los diarios, el "quien es quien” de la
arquitectura de la ciudad, de la región, del país, del mundo entero, la gran
mayoría anónimos, que se dedican silenciosamente a hacer ciudad… para
los ciudadanos sus edificios no son anónimos, tienen imagen y nombre
¿Por qué entonces la arquitectura de la ciudad se quiere leer sólo a través
de sus protagonistas importantes? Esto es solo un síntoma de ignorancia
social que disminuye tanto al individuo como al edificio, como a la
ciudad, como a la historia misma del lugar.

2. Estos objetos coleccionados en MÉRIDA CIUDAD MUSEO son estudiados por la


Fundación y su personal (investigadores, curadores, museólogos,
conservadores y demás especialistas) como elementos fundamentales para
el conocimiento sobre ellos mismos, de aquellos períodos a los que
pertenece, y su intervención en el desarrollo sociocultural de la ciudad que
los sustenta. Como propuesta museológica, la ciudad aquí es el punto de
partida insustituible para la actividad investigadora.
La investigación histórica, documental, técnica y científica del patrimonio se
impone por la simple y pura razón de un mayor conocimiento de nosotros

125
mismos y del mundo. La excepcionalidad de su realidad física o estética del
patrimonio sólo se devela plenamente cuando se produce su más correcta
interpretación y valoración dentro de su contexto o entorno integrado.
MÉRIDA CIUDAD MUSEO, como cualquier museo, mediante su equipo de
investigadores, en base a las metodologías afines, el programa museológico
en sí, y las aplicaciones museográficas particulares, contienen por su propia
naturaleza, la misión de una política de investigación y acrecentamiento del
patrimonio como notas determinantes, en las que el desarrollo de un
proceso integral basado en sólidos principios teóricos y en su sistema de
proyección práctica están destinados a la defensa, enriquecimiento y
propagación social del mismo.

3. La selección y análisis del objeto museístico, su documentación, el


tratamiento museográfico, hasta las operaciones de registro, inventario y
catalogación necesarias, todo está encaminado hacia la investigación de esa
parte del patrimonio que debe ser interpretado, valorado y difundido como
un bien de carácter sociocultural.
En la práctica, una ciudad se encuentra continuamente en transformación, y
como tal, su registro, inventario y catalogación se apoya necesariamente en
el conocimiento pragmático o experimental de los marcos de vida. Michael Jean
Bertrand (1981, p. 73) afirma que ningún espacio es percibido y utilizado de
la misma manera y de forma unánime por todos los habitantes: la
pluralidad social, los gustos individuales, el peso de las costumbres y las
aptitudes físicas hacen que cada uno tenga una práctica específica, aún
cuando sea posible descubrir las grandes líneas de las actitudes colectivas.
Todo se trata de la percepción, de la aprehensión del espacio, el registro
mental de cada lugar. Según este autor y siguiendo los estudios de J.
Sonnenfeld, existen cuatro niveles de percepción aplicables al entorno
urbano:

126
1. EL ENTORNO GEOGRÁFICO: idéntico para todos, constituye el
medio mesurable y cuantificable mediante algunas relaciones de escalas y
de unidades de medidas escogidas en función de los fenómenos estudiados
(objetivos).
2. EL ENTORNO OPERACIONAL: es el marco de vida y es diferente para
cada individuo. Comprende los elementos del medio que influyen en el
comportamiento y que permiten actuar.
3. EL ENTORNO PERCIBIDO: Descansa en criterios subjetivos, simbólicos,
de la ciudad, que traducen una escala de valores establecidos por los grupos de
residentes.
4. EL ENTORNO DEL COMPORTAMIENTO: constituye la parte del marco
de vida en el que los factores provocan una respuesta consciente por parte del
habitante para utilizar o transformar el entorno geográfico (Pág. 23).

Estos niveles de percepción, dan lugar a una forma de registro e inventario


mental que hacen de la ciudad sus moradores. Tal es el caso, en nuestra
ciudad, del inicio de la calle 21 entre Av. 2 y 3 la cual, en principio, quedó
registrada en la memoria del merideño como uno de los accesos al mercado
principal ubicado anteriormente donde hoy se encuentra el Centro Cultural
Tulio Febres Cordero; por tal razón fue convertida en calle peatonal y varios
tendales de artesanos están colocados en su paso. De esta manera, cada
habitante tendrá un recuerdo y una historia que contar, diferente, según su
época. Mérida como ciudad no tiene realidad ni razón de ser en sí misma;
solo existe en la medida en que los merideños la invaden, registran, exhiben
y hacen memorable, estableciendo así una puesta museográfica viva, de lo
contrario sería solo una ciudad con ruinas protegidas.

4. Uno de los principales retos de la Fundación MÉRIDA CIUDAD MUSEO lo


constituye la organización y exhibición de su colección, pues ante la
superabundancia, la riqueza excesiva, el heterogéneo desorden que
estereotipa y codifica el marco de vida de los merideños, se ha
despersonalizado el espacio donde el habitante - como lo afirma Michael Jean
Bertrand - reduce lo vivido a sus menores secuencias: las que son solamente útiles.

127
Marina Waisman (1992, pp. 3 - 6) enuncia esta situación con la expresión
percepción distraída donde, así como en numerosos y variados museos el
público pasa por los salones, discurre por las galerías sin distinguir, sin
experimentar las diferencias que existen entre la obra mediana y la
producción genial a cuya vista su sensibilidad ha resbalado indiferente;
existe una habitual manera de ver la arquitectura por parte del ciudadano
corriente, esto es, como un mero fondo de los acontecimientos urbanos.
Probablemente no sea ésta una característica exclusiva de nuestra época,
pero de todos modos se ha acentuado sin duda la ceguera con respecto al
detalle, percibiendo solamente aquello que es fuertemente llamativo en el
ritmo con que se circula por la ciudad.
El recorrido por MÉRIDA CIUDAD MUSEO pone en evidencia para sus
moradores, que la mayoría de sus puntos de referencia seleccionados según
sus visuales y necesidades personales, llevan consigo una historia que
opacan tras la utilización del lugar, para que se apropien de la misma en sus
recorridos y la hagan relatable para su comunidad. El tejido urbano se
expone para el deleite de todos variando de un individuo a otro, según la
agudeza de la observación, la cultura y también los motivos de
desplazamiento y el medio de transporte. Michael Jean Bertrand (p. 20), en
este sentido explica todo el espacio urbano caracterizado por elementos de
distinta naturaleza que constituyen su personalidad. Estos elementos son
percibidos e identificados en el casco urbano por su repetición y por sus
lazos geográficos y funcionales cuyo conocimiento, generalmente sólo es
parcial: Cada cual percibe lo que le interesa, lo que está acostumbrado a ver,
captándolo según su cultura adquirida y sus reflejos socioculturales heredados. Una
nueva selección puede modificar e incluso llegar a cuestionar la herencia y las
adquisiciones al extender o estrechar el campo del conocimiento del medio.

128
5. Desde el punto de vista de la Museología, la exposición es un medio de
comunicación complejo, vehículo de un mensaje que se construye
fundamentalmente con objetos calificados de significativos, según un código
científico o mediante un proceso de investigación e interpretación, que
consigue vincular funcionalmente al objeto con el sistema cultural al que
pertenece; en concreto con costumbres, ritos y creencias, procesos técnicos
de esa cultura, y que comprende el discurso expositivo. Sin embargo, el
éxito o no de la eficacia de la exposición para transmitir información,
advierte Ángela García Blanco (1992, pp. 95 – 96), es la habilidad que se tenga
para favorecer los procesos de comprensión por parte del visitante, lo cual
conduce a considerar los presupuestos psicológicos: En el marco de la
Psicología Cognitiva, partimos de que la noción fundamental sobre la comprensión
y adquisición de nueva información es que el aprendizaje de nuevos conocimientos
es un proceso constructivo, es decir, es fruto de la interacción entre lo que el sujeto
ya conoce y la información nueva.
Cualquier exposición proyectada por el equipo de MÉRIDA CIUDAD MUSEO
busca proyectar un aprendizaje en el visitante o transeúnte como una
experiencia en la que participa todo el cuerpo y la mente, pues el discurso o
mensaje expositivo se desarrolla en el espacio, lo cual implica
obligadamente realizar un recorrido. Así mismo, para que el proceso
comunicativo que se pretende transmitir se cumpla, es necesario que el
visitante comparta el código que permite descifrar el significado de los
objetos en la exploración de la ciudad para su propio deleite y cotidianidad.
En una ciudad, según los trabajos de Kevin Lynch (1981, p. 95), hay varios
elementos básicos que representan a los códigos significantes que
interactúan en el proceso comunicativo con sus habitantes:

 LOS NUDOS, centros de interacción de diferentes niveles que polarizan


la práctica de sectores urbanos.

129
 LOS BARRIOS, SECTORES O DISTRITOS, en los que el habitante
adquiere un cierto conocimiento y a los que se siente integrado o no.

 LOS EJES, CANALES E ITINERARIOS DE DESPLAZAMIENTO, que


permiten acceder a los diferentes equipamientos y nudos de la ciudad, a partir
de los cuales se adquieren la familiaridad de los lugares muy diferenciada
según la naturaleza y la velocidad del desplazamiento.

 LOS SÍMBOLOS, que caracterizan y califican un espacio y organizan la


localización, facilitando la familiaridad.

En el caso de Mérida, particularmente, hallamos cada uno de estos


elementos comunicativos entre la ciudad y sus habitantes, en lo que
definimos como el casco central de la ciudad y que forma parte de la
colección de MÉRIDA CIUDAD MUSEO.
Un NUDO lo representa, sin lugar a dudas, la Plaza Bolívar, como punto
fuerte dentro del tejido urbano, o cualquiera de las plazas de las diferentes
parroquias de la ciudad, como la Plaza Sucre de Milla o de Rivas en Belén,
que no dejan de ser influyentes y permanecen bajo una percepción
simbólica e histórica valorizada socialmente por la tradición y la
antigüedad. Los BARRIOS tienen su presencia como los llamados cinturones
de pobreza y aun cuando no son muy señalados en el espacio vivido a
diario por los merideños en ese tránsito por las calles y avenidas que acogen
a sus ITINERARIOS DE DESPLAZAMIENTO, uno de ellos y más antiguo, el Barrio
Pueblo Nuevo, tiene su marco de acceso en pleno casco histórico por la Av.
2 (Lora). Lo que sí parece agolparse a lo largo y ancho de ese recorrido, son
los símbolos de la ciudad que caracterizan a Mérida como puntos
permanentes de referencias para todos sus habitantes o para quienes tienen
un conocimiento escaso de la ciudad. Pueden ser símbolos de tipo edilicio
que expresan, no solo los modos de vida referidos a la utilización de cada
edificio, sino también los relacionados con la vida urbana (el modo de
ocupación del sitio, la relación del edificio con la calle, la conformación del
tejido urbano que contribuyen a darle forma), como es el caso del Edificio

130
General Masini o la Torre Los Andes, edificaciones que en su momento,
rompieron con la tradición formal de las construcciones de la ciudad; o los
espacios públicos, que sin tener un particular diseño o un carácter
monumental, como lo afirma Marina Waisman, es el uso social, la referencia
que el lugar posea para una comunidad, el papel que haya desempeñado en
el tiempo, lo que le asigna valor, tal como lo representa el Parque Mirador
de las Águilas, un monumento en honor a la tradición montañista de la
Sierra Nevada de Mérida, convertido en parada inevitable e insustituible
para todos los graduandos de la ULA.

De esta manera, aludiendo la idea de tiempos de Homero donde la cultura


era considerada sobre todo como conocimiento de la ciudad, la función de una
CIUDAD MUSEO en cuanto a reafirmar en la ciudad su naturaleza educativa y
didáctica, se cumple al consolidar un modelo significativo en la recuperación de la
memoria urbana local en el que, como lo considera Kevin Lynch, sus moradores
obtienen una clara noción de lo que puede representar un escenario como deleite cotidiano,
como ancla permanente de sus vidas o como multiplicación del sentido y la riqueza del
mundo (p. 10).

131
CAPITULO III. MÉRIDA: CIUDAD MUSEO, CIUDAD COLLAGE.

La selva de la ciudad, con toda su inmensidad y su soledad,


posee un positivo valor humano.

Creo que la libertad de aceptar y vivir en desorden


representa la meta que esta generación se ha trazado
en su búsqueda de una comunidad.
R. Sennet

132
3.1 LA EXPOSICIÓN.

Al establecer analogías entre ciudad y museo, reafirmamos también las


pautas teóricas y científicas propuestas por la Museología y Museografía como teoría
y práctica de los museos, aplicables igualmente a MÉRIDA CIUDAD MUSEO. En base
al Consejo Nacional de la Cultura y la Dirección de Museos (1993 – 1994, p. 87) y otros
autores como Luis Alonso Fernández (1993, pp. 33 - 38), la Museología es la ciencia que
se ocupa del estudio de la historia de los museos, de su sistema específico de investigación,
documentación, selección, educación y, en general, de su organización interna, así como de
la relaciones de la institución en su contexto social y cultural. La Museografía, por su
parte, se ocupa de la teoría y la práctica de la instalación de museos, actividad que
incluye todo lo relacionado con las instalaciones físicas, los requerimientos funcionales y
espaciales, circulación, almacenamiento, medidas de seguridad y la conservación del
material exhibido; por tanto, se encarga de analizar la estética de cómo han de ser exhibidos
los objetos para consolidar la transmisión del mensaje e información.
Así pues, la Museología es la teoría del museo y la Museografía es la puesta en
práctica de dicha teoría en la exposición, precisando la misión y los objetivos en
torno a los cuales ella se realiza. La Museografía representa el hilo conductor de
cada muestra basada en una precisión informativa que busca captar la atención del
espectador, tomando en consideración el ordenamiento, la temporalidad y el
público.
De manera oficial, el Código de Ética Profesional de los Museos (p. 23),
establece:
Como sujeción al deber básico del museo de preservar intacto para el futuro el
significativo material que comprenden sus colecciones, es responsabilidad del
museo utilizar las colecciones para la creación y difusión de nuevos
conocimientos, a través de la investigación, el trabajo educativo, las
exposiciones permanentes, las exhibiciones temporales y otras actividades
especiales. Éstas deben corresponder a las políticas establecidas y al propósito
educativo del museo y no pueden comprometer la calidad ni el correcto cuidado
de las colecciones. El museo debe esforzarse en asegurar que la información en
las exposiciones permanentes y exhibiciones temporales sea honesta y objetiva
y que no conduzcan a perpetuar mitos y estereotipos....

133
Según el Consejo Nacional de la Cultura y la Dirección de Museos (1993 – 1994, p.
89):
Una exposición puede ser definida como la disposición de obras, objetos y otros
materiales artísticos en relación a la temática de los fines del museo. Esta
disposición, por lo general, está acompañada por recursos explicativos que se
han investigado previamente de maneras sistemáticas y didácticas,
estéticamente establecidas y accesibles a todo tipo de público. Los recursos
explicativos apoyan la propuesta educativa que origina la muestra e imparten
experiencias emocionales y comunicacionales.

En nuestro caso como un deber del cual se apropia, como ya lo hemos


afirmado, toda CIUDAD MUSEO, la exposición forma parte del carácter permanente
de este tipo de museo. Los espacios expositivos y los objetos a exponer se
encuentran dispuestos indefinidamente dentro MÉRIDA CIUDAD MUSEO. El tiempo
representa en dicha exposición, el marco de vida de quienes transitan por la
misma, en una dialéctica entre el pasado y el presente. Por tanto, ante tan
peculiares características, el equipo base de la Fundación - como lo advertimos en el
capitulo anterior - genera mecanismos didácticos en donde la relación entre la
colección (la ciudad) y su público redescubra nuevos lazos de ciudadanía.
Sin embargo, en base al Consejo Nacional de la Cultura y la Dirección de Museos
(1993 – 1994, p. 91) que establece en forma esquemática los pasos del proceso de
producción museográfica de una exposición, contemplando que al planificar,
desarrollar e instalar una muestra, se define ante todo la propuesta general de la exposición
o concepto que debe aplicarse en el guión museológico y museográfico. Posteriormente, la
exhibición debe ser diseñada, fabricada e instalada; proponemos a continuación - como
un ejercicio teórico práctico- para nuestra CIUDAD MUSEO la exposición MÉRIDA:
CIUDAD COLLAGE. Aun cuando la ciudad como colección de MÉRIDA CIUDAD
MUSEO posee múltiples posibilidades de recorrido en base a los distintos tipos de
exposición que de ella se pueden generar, es de nuestro interés desarrollar un
ejemplo de exposición donde podamos subrayar el carácter de Mérida como ciudad
collage a fin de los valores que hemos considerado patrimoniales para la
determinación de los objetivos de esta CIUDAD MUSEO.

134
3.2 PROCESO MUSEOGRÁFICO:
a. GUIÓN TEMÁTICO:
Según el Consejo Nacional de la Cultura y la Dirección de Museos (1993 – 1994, p.
92), el guión temático lo constituye el proceso de investigación que determina el
nombre, la justificación y el marco teórico de la exposición, los parámetros
geográficos, cronológicos y temáticos, es decir, toda la investigación documental y
biográfica. De tal manera, en base a la idea del proyecto expositivo para MÉRIDA
CIUDAD MUSEO, determinamos:

Título: MÉRIDA: CIUDAD COLLAGE.

Justificación: En la ciudad de Mérida, a pesar de contar con leyes,


investigaciones y especialistas unidos por el interés común sobre la valoración
concedida a su pasado cultural y urbano, hace falta todavía un gran esfuerzo de
educación antes de que toda la colectividad emeritense se dé cuenta del verdadero
significado de las realizaciones de las generaciones anteriores. En consecuencia,
más de lo que puede llegar a ser una serie de lecciones teóricas, reviste particular
importancia establecer mediante su recorrido, una estrecha relación entre la ciudad
y quienes la visitan y transitan, para la difusión del conocimiento sobre el valor de
su propia cultura urbana local, caracterizada por una muestra de arquitecturas
contrastantes.
Objetivos:
 Destacar la naturaleza heterogénea de la arquitectura del casco
central de la ciudad de Mérida que la define como una CIUDAD
COLLAGE.
 Resaltar la importancia de la presencia de los diferentes fragmentos
urbanos yuxtapuestos en la ciudad, por representar la imagen del
pasado, presente y futuro de Mérida, y por tanto, constituyen
nuestro patrimonio cultural y urbano.

135
 Generar recorridos didácticos por la ciudad que permitan asimilar
las formas urbanas contrastantes de lo que sería una CIUDAD
COLLAGE, en base a los datos arrojados por la historia y el significado
social del lugar.
 Promover una actitud pluralista ante la arquitectura de la ciudad, en
consonancia con los objetivos de MÉRIDA CIUDAD MUSEO, sobre la
trascendencia de lo monumental y no monumental en la protección y
defensa del patrimonio cultural, arquitectónico y artístico de los
merideños.

Parámetros Geográficos: La dimensión espacial abarcada en la exposición


MÉRIDA: CIUDAD COLLAGE está delimitada por lo que se considera el casco central
de la ciudad, caracterizada por el trazado de damero de origen colonial que se
extiende entre las calles 13 (Plaza de Milla) y 36 (Plaza Glorias Patrias), donde se
encuentran las parroquias El Sagrario, El Llano, Belén y Milla del Municipio
Libertador.

Parámetros Cronológicos: La CIUDAD COLLAGE delineada en la arquitectura


y el urbanismo de la ciudad de Mérida representa formas pertenecientes a
momentos diferentes de su historia. En tal sentido, la exposición abarca la
conjunción de todas las épocas presentes en la urbe y vistas a través del recorrido
de sus calles y avenidas.

Parámetros Temáticos: La exposición planteada se propone destacar el tema


de ciudad collage como atributo del paisaje urbano emeritense en la
contemporaneidad y que constituye la colección de MÉRIDA CIUDAD MUSEO.

136
b. GUIÓN MUSEOLÓGICO:
De acuerdo al Consejo Nacional de la Cultura y la Dirección de Museos (1993 –
1994, pp. 94 - 95), el guión museológico es el desarrollo más amplio del concepto o
guión temático y se convierte en la base para preparar el guión museográfico. En el
guión se desarrolla la información, la localización de los objetos y los tópicos
señalados para la exhibición y catalogación de la colección. Las partes en que se
organiza este guión son:
 TEMA: Se da a conocer el tema y los sub-temas sobre los cuales está
fundamentada la exposición. Se planifica la distribución de la sala.

 CONTENIDO TEMÁTICO: Se determina la información relativa a los


diferentes temas y sub-temas los cuales servirán de base para la
información de sala especificada en los apoyos didácticos.

 MATERIAL EXPOSITIVO: Se especifican las piezas u objetos que van a


mostrarse con todos los datos técnicos para identificarlos correctamente.
Esta lista de obras irá a catálogo y de ella se extraerán los rótulos para la
ficha técnica que acompañarán a cada pieza en la sala.

 APOYOS: son los instrumentos didácticos que proporcionan la


información necesaria sobre la exposición. Pueden ser textuales o
gráficos, bidimensionales o tridimensionales. (Tabla 1.)

De esta manera, a partir del guión temático, mediante todo el proceso de


investigación documental y bibliográfica hasta aquí realizado, podemos
determinar para la exposición MÉRIDA CIUDAD COLLAGE, el siguiente
ejemplo de guión museológico:
MÉRIDA: CIUDAD COLLAGE.
La ciudad de Mérida, localizada en una angosta y alargada meseta
flanqueada longitudinalmente por el curso de los ríos Chama y Albarregas, está
conformada en su ámbito central, por una serie de edificaciones de interés histórico
que se conjugan con la ciudad tradicional; y por otra, una serie de construcciones
que identifican sus áreas comerciales y de servicio, destacando su carácter
polifuncional propio de la ciudad moderna. Ambas son producto de las diferentes

137
etapas de crecimiento de la trama urbana y constituyen el ámbito en donde se
desarrollan las experiencias de la comunidad emeritense. Esta imagen heterogénea
de la estructura físico-espacial de la ciudad contemporánea hace de la ciudad de
Mérida, una CIUDAD COLLAGE.
Hoy día podemos afirmar que una comunidad no es simplemente un grupo
social o una colección desvinculada de individuos que viven en el mismo lugar. Es
un grupo en el que las personas se relacionan, comparten algo en común; aun
cuando la imagen periódica de la sociedad es el grande y fecundo caos de las
ciudades. Se trata de esa colección, de esas experiencias desordenadas de la
comunidad donde su fascinación y terror - en palabras de Ricahrd Sennet (1975, p. 66)
- proviene de la diversidad dentro de los límites de la ciudad. Para este autor, el desorden
en la ciudad es un modo tolerable de usar la riqueza y abundancia de los tiempos
modernos. Afirma que, cualquiera que crece en un entorno urbano anárquico, que
vive en la plaza, con restaurantes y tiendas mezcladas con las casas de sus vecinos:
(…) comprenderá que las tensiones en la comunidad tan transitorias e inestables, no
originan el caos (p. 197). Por el contrario, a su juicio, la justificación y la promesa del
desorden es arrancar de la ciudad el control
replanificado y así los ciudadanos adquieran más
control de ellos mismos y más conocimiento mutuo.
Ese desorden del cual habla Richard Sennet, nos
refiere a la ciudad collage que describimos
anteriormente, la urbe contemporánea en cuyo paisaje
hayamos diversos fragmentos urbanos yuxtapuestos en
una dialéctica entre pasado y futuro, y en donde sus
habitantes desenvuelven su cotidianidad; es una
CIUDAD COLLAGE que aboga por ser re–conocida en sus
Fig. 20. Tradición y contemporaneidad.
recorridos como imágenes urbanas memorables. (FUENTE: LUENGO FEDERICO,
Gerardo. (1995). La ciudad posible. De
Arquitectura, 3, (3) p. 41).
Aun cuando la imagen de la ciudad de Mérida se

138
representa como un proceso contemporáneo de intervenciones arquitectónicas que
de alguna forma ha fracturado la legibilidad, la unidad y la cohesión espacial del
conjunto, haciendo del casco histórico un lugar en contingencia y de morfología
variante bajo la influencia funcionalista, la atención y resguardo de nuestro
patrimonio cultural y urbano depende de que se asimilen las transformaciones
anárquicas y contrastantes contenidas en la ciudad (Fig. 20).
Pensar en la ciudad de Mérida como CIUDAD COLLAGE, es concebirla
plurideterminada, donde los diferentes elementos que la componen, tienen fuerzas
diferenciadas: mezclan su dirección en el espacio, varían su situación en el tiempo,
eliminan la igualdad de la fuerza que implica una ciudad jerárquica. Es, según la
impresión de Juan Carlos Pérgoli (2001, p. 18), la ciudad de los territorios fragmentados:
centros comerciales, áreas recreativas, servicios y conjuntos de vivienda; como una
serie de anudamientos en la red; como un juego de diferentes organizaciones
espacio-temporales. Pero en la ciudad fragmentada de hoy - la ciudad moderna -
hallamos imágenes de la ciudad anterior, de aquella ciudad que perdura en la
memoria, la ciudad de calles continuas y plazas públicas.
Mérida es una ciudad especial. En nuestra cotidianidad, recorremos la
ciudad a lo largo y ancho pero sin vivenciarla, pues asistimos al centro, obviando
que ése ha sido el centro desde hace más de 400 años. Constituye lo que podríamos
definir como el casco histórico de la ciudad que surge durante la etapa Colonial y
que permanece arraigado hasta principios del siglo XX.
En Mérida, la Ciudad Colonial, como en la mayoría de las ciudades
hispanoamericanas, la Plaza fue el punto a partir del cual se conformó la estructura
espacial de la urbe y se convirtió en el corazón de la ciudad como centro de
convergencia de todas sus actividades, además de establecer las premisas sobre el
sitio para fundar, la traza de otras plazas y calles, la distribución de solares e
industrias, higiene, defensas; todo lo fundamental con criterio urbanístico. Una
situación que hoy día, aún se conserva en la ciudad.

139
Hacia 1930, Mérida se constituyó como una ciudad progresista, en cuanto a
construcciones y embellecimiento de la misma y apariciones y utilización de
nuevos medios tecnológicos y de comunicación, dando lugar a cambios en su
cultura urbana local. A partir de este momento, la ciudad se extendió más allá de
sus límites tradicionales perdiendo continuidad y cedió ante un crecimiento
disperso de suburbanización.
Hacia la década de los 50, la ciudad de Mérida se adaptó a las exigencias
del momento, alentada por la inversión del Estado en obras de carácter público y
otros factores de índole económico, político y social, modificando su fisonomía y
desdibujando su imagen con carácter colonial a una más moderna que se diseminó
con el pasar de los años hasta hoy.
Por consiguiente, la ciudad actual es la urbe que se desarrolló rápidamente
en las últimas décadas a lo largo de las diferentes tramas viales y entre los
diferentes sectores urbanos, especialmente hacia el suroeste de la ciudad,
evidenciada por el crecimiento poblacional, el desarrollo económico y comercial, el
cambio ocupacional y de cultura urbana en tipos espaciales modernos europeos,
especialmente en lo residencial, como un signo de apertura hacia lo innovador.
Al presente, en la ciudad que tenemos, Mérida se convirtió en una
superposición de objetos arquitectónicos, en antagonismo con respecto a la ciudad
tradicional, la que la representaba hasta los primeros 30 años del siglo XX desde su
fundación. Sin embargo, ante la subsistencia de ambas formas urbanas, la
estrategia es de acomodación y coexistencia de ese collage, es aceptar en igualdad el
debate sostenido y asumir una posición inclusiva conjugada entre el orden y el
desorden, lo simple y lo complejo, lo permanente y lo espontáneo, lo tradicional y
lo innovador, lo retrospectivo y lo proyectivo; la ciudad de la memoria y del
futuro. Es la estrategia que el emeritense en su cotidianidad desarrolla, sin saberlo,
al convivir en un ambiente de colisión de formas y espacios de la organización
urbana, conciliando con su ciudad.

140
Mérida, como CIUDAD MUSEO, promueve una actitud pluralista a manera
de depósito de objetos arquitectónicos dispares y esparcidos en diversos sectores
urbanos y que a su vez, coexisten en un diálogo fundamentado en esa relación de
las personas con la ciudad, que sin preguntarse qué es antiguo y qué es de hoy, se
identifican con la compleja presencia del collage en la que habitan. Como lo señala
Marina Waisman (1992, p. 5) es la apreciación de la ciudad con un pasado observado antes
como el recuento de unos grandes momentos y que hoy se expande en los minuciosos
detalles del tejido de la vida común.
Sin embargo, en los cambios producidos en la trama urbana de la ciudad de
Mérida, se encuentra también el papel que desempeñan los monumentos de valor
histórico o social, la consistencia de los tejidos habitacionales, el papel que han
desempeñado las vías de comunicación, destruyendo o consolidando áreas
urbanas; en fin, todo el paisaje urbano que en una multiplicidad de formas y
momentos constituyen el patrimonio cultural y urbano y se corresponde, sin duda,
a la construcción de la ciudad y la imagen de Mérida en la contemporaneidad
como CIUDAD COLLAGE.
Dentro de tan compleja situación, tenemos que considerar que el valor
patrimonial no reside solo en el pasado, sino que estamos continuamente
construyendo el patrimonio del futuro; por tanto, no parece legítimo establecer
normas para el tratamiento del patrimonio a partir de la distinción o categorización
entre distintas épocas históricas en cuanto a su mayor o menor valorización. La
trama urbana de la ciudad de Mérida representa uno de los elementos básicos del
patrimonio, fundamental para la preservación de la identidad del merideño. Todo
lo transcurrido en la vida de un grupo humano – afirma Marina Waisman, (1990, p. 132)
- constituye por igual su historia; habrá momentos más felices y otros más difíciles u
oscuros, pero es el conjunto de las experiencias lo que forma un país, sin excluir ninguna.
Por tanto, la CIUDAD COLLAGE delineada en la arquitectura y el urbanismo de la
ciudad de Mérida representa pasajes de su propia historia; ese collage concentra en
sí mismo todas esas etapas de crecimiento y transformación de la ciudad, y como

141
tal, participa de la condición de una herencia histórica ineludible para los
merideños.
Conformemente, a partir de la historia de la ciudad, la observación del
trazado, los espacios públicos y las edificaciones, se puede definir el ámbito central
de Mérida como un conjunto urbano configurado por la coexistencia de tres
esquemas de ordenación (Miriam Salas, 1999, pp.108 - 110):
1. El trazado de damero de origen colonial que se extiende entre las calles 13
(Plaza de Milla) y 36 (Plaza Glorias Patrias) presenta una gran continuidad y
regularidad interrumpida por el ensanche de la calle 26; allí surgieron
históricamente las parroquias: El Sagrario, en un área comprendida entre la
calle 19 y la calle 26 entre los bordes de la meseta; El Llano, en un área
comprendida entre las calles 26 y 34 y entre las avenidas 2 y 4; Belén, en un
área comprendida entre la avenida 6 con calle 19 y el borde de la meseta; y
Milla, área que se extiende aproximadamente entre la Cruz Verde de Milla y
calle 19 entre las avenidas 1 y 5.
2. Un segundo esquema ordenador surge en las primeras décadas de nuestro
siglo y se observa a lo largo de la Avenida Urdaneta entre calle 36 y el
Viaducto Sucre (Pie del Llano), el cual constituye la primera expansión
moderna de la ciudad con un esquema de transición entre el trazado
compacto de origen colonial y el trazado disperso y abierto que a partir de
los años 60’ caracterizará el crecimiento de la ciudad y que, desde su inicial
configuración, ha sido asiento de un significativo uso residencial y de
equipamiento urbano.
3. El tercer esquema se observa a lo largo de la Avenida Tulio Febres Cordero;
inicialmente se formó como un conjunto de edificaciones modernas de tipo
educacional y deportivo ubicados en grandes parcelas y cierto uso
residencial, sin embargo en los últimos años ha presentado una fuerte
densificación y lotificación.

142
Estos esquemas de ordenación han sido estudiados en su dimensión física y
social en MÉRIDA CIUDAD MUSEO, observándose e interpretándose las
transformaciones de la ciudad en sus elementos físicos componentes: el Trazado o
Forma Urbana, en cuanto a su estructura y forma (Manzanas), los Espacios (calles,
plazas, parques) y los Volúmenes o Masas Urbanas (construcciones en general,
edificaciones tanto públicas como privadas); los cuales, caracterizan el tejido
urbano de la ciudad de Mérida.
MÉRIDA CIUDAD MUSEO, mediante una exposición habitable y continua a lo
largo del trazado de damero colonial que se extiende entre las calles 13 (Plaza de
Milla) y 36 (Plaza Glorias Patrias), según la apreciación de los flujos y movimientos
que genera la urbe y la importancia en la morfología de este primer esquema de
ordenación urbana, delimita los ámbitos de exhibición en base a las líneas (las
avenidas) que configuran y estructuran la ciudad que, como canales de dirección y
recorrido del transeúnte común, hacen gala y permiten la percepción en el interior
de las parroquias El Sagrario, El Llano, Belén, y Milla, la cohesión o autonomía
formal de la imagen urbana de la ciudad de Mérida, deteniéndonos en algunos
ejemplos sobre el COLLAGE que le conforma.
Esta CIUDAD COLLAGE se enseña en un recorrido histórico – patrimonial que
le permite al merideño relacionarse con la arquitectura, la política y la cultura de
su sociedad. Esta carga cultural urbana hace que la ciudad de Mérida tenga un
carácter polisémico que establece nexos entre los procesos del pasado y del
presente, potenciando la historia que se vivió y que se vive en un ambiente de
inclusión de diferentes respuestas, contrastantes en muchos casos con la
organización urbana.
El arquitecto Juan de Dios Salas en su trabajo titulado Arquitectura
contemporánea y ciudad (1996, p.163) expresó:
Una colcha de retazos de imágenes preceptuales es la metáfora que mejor
expresa la experiencia del observador en sus recorridos y permanencias por los
espacios de la ciudad de Mérida. Tal cual una pieza textil artesanal, en
permanente elaboración, la identidad y la estructura de la imagen del área
central de Mérida, sigue su proceso de cambio sin detenerse. Conformada por

143
retazos preceptuales de diferentes tamaños, calidades, colores y texturas, se le
percibe tosca y, a la vez, débilmente hilvanada. De este modo, ha transcurrido
su existencia contemporánea y parece también proyectarse su futuro
inmediato. Es la expresión más genuina de un COLLAGE de ideologías,
imágenes, deseos, y sobre todo, formas de objetos arquitectónicos, que dan fe de
la búsqueda incesante de la identidad de sus gentes. Los arquitectos de la
ciudad se encuentran ante el imperativo de seguir hilando la colcha,
consolidando su fibra, y por sobre todo sensibilizando a los ciudadanos, cada
vez más, sobre la trascendencia de que conserve su policromía de una sociedad
democrática.

Por tanto, MÉRIDA CIUDAD MUSEO, como un aporte a este llamado hecho
más que a los especialistas, al ciudadano, se proyecta como depósito de pluralidad,
que permite lo tradicional y lo contemporáneo, lo unitario y lo contrastante, el
collage de objetos dispares reunidos por diversos motivos físicos, ópticos, idealistas,
para hacer de la ciudad un lugar de diálogo fundamentado en la inclusividad, en
esa relación propia de cada ciudad con su contexto. Aun cuando parezca que la
percepción de las formas urbanas son imágenes accesibles solamente a
especialistas, hay que inducirnos como moradores de ciudad, a desarrollar nuestra
mirada arqueológica - en palabras de Christian Páez (1995, p. 52-53) - para observar lo
interesante de un trozo de plano o de fachada. Es común buscar trazas de la
arquitectura de la antigüedad colonial, lo que parece una novedad, es hacerlo con
la arquitectura más reciente. En este proceso se hace necesario conocer las
fotografías de la época y tratar de excavar lo original de entre los cuerpos
construidos y agregados sin consideración: kioscos, vallas, objetos de toda índole
que condicionan la urbe contemporánea.
Es evidente que la construcción del patrimonio del futuro no puede
entenderse como la provisión de obras de arte o monumentos a la ciudad. Si bien
es siempre posible y deseable dotar a la ciudad de obras arquitectónicas de valor
artístico destacado, las obras modestas seguirán produciéndose, si es que se
pretende mantener viva la ciudad. Por tanto, afirma M. Waisman, el acento no ha de
estar en la arquitectura individualmente considerada, sino en el paisaje urbano en su

144
conjunto, en el modelo urbano que quedará conformado por las formas de crecimiento que se
determinen. (p. 134).
Sin embargo, sin la participación protagónica de la comunidad en su
conjunto en los más diversos aspectos de lo que significa resolver sus carencias
apelando a este patrimonio construido, es imposible que en el plano inmediato
podamos contar en Mérida con una CIUDAD MUSEO como la que proyectamos, ni
con los recursos y medios operativos para un rescate más allá de los monumentos
puntuales destinados a usos culturales o turísticos.
Así entendemos que la primera red que se establece en la ciudad, es una red de
afectos; que la ciudad no tiene sentido si no está cruzada por todas las
transversalidades de la emoción. La ciudad que al perderse en un punto de fuga
aparece atravesada por el afecto. La ciudad que en cualquiera de sus nodos nos
dispara una línea transversal dentro de esa red de emociones, porque la ciudad
va a existir mientras haya emociones que la mantengan unida, en el diseño
continuo, en el diseño discontinuo, o en el diseño de los fragmentos
individuales. (Juan Carlos Pergolis, p. 19).

c. GUIÓN MUSEOGRÁFICO:
Así mismo, el guión museográfico es definido por la normativa técnica de la
Dirección General Sectorial de Museos de Venezuela (pp. 97 - 99), como el instrumento
que permite organizar, de una forma sencilla, ordenada, precisa y directa, las obras
a exponer, especificando el recorrido que se propone realizar el público así como
los aspectos técnicos. Para la exposición MÉRIDA CIUDAD COLLAGE (Véase Tabla 2 y
Fig. 21), algunos ejemplos de los recorridos secuénciales a realizar por el visitante,
podrían ser:

Línea Avenida 2.
Este recorrido por la Avenida 2 (Lora), (Fig. 22), lo iniciamos a la altura de la
calle 13 donde se encuentra implantada en las postrimerías de la colonia la
parroquia de Milla, junto a su Iglesia y Plaza. Un lugar de tradición, aunque la
portada de la Iglesia San Juan Bautista de Milla pertenezca tras varias
remodelaciones al inicio del siglo XX, constituye el punto de partida de esta línea

145
en contradicción o concordancia arquitectónica con otras edificaciones que se
encuentran a lo largo de su dimensión y que incluye las demás parroquias.

Fig. 22. Línea Av. 2. Plano de


recorrido.
l Av. 2 Lora, entre calles 13 y 36.
Ubicación de los edificios señalados
en el recorrido por la línea.
Ubicación de los Viaductos.
Ubicación de algunas de las Plazas
de la Ciudad.

Es el caso de la casa de tradición colonial Nº 17 -75, que encontramos al llegar


a la esquina de la calle 18, reconocida por las Tres estrellas que ornamentan su
cantón y que fue declarada edificación de valor arquitectónico y urbanístico por
Gaceta Municipal en 1980. Construida en un momento diferente al del Edificio de
apartamentos del Dr. Pedro Guerra Fonseca (Nº 20 – 50 y 20 - 52) entre las calles 20
y 21 en la parroquia El Sagrario, obra del arquitecto Manuel Mujica Millán
construida en 1957 como muestra del lenguaje modernista.
Una cuadra más abajo, entre calles 21 y 22, encontramos la otra cara de la
modernidad en Mérida, el portal de acceso al asentamiento de un populoso barrio
que surge en la década del 40’ al margen del río Albarregas, llamado Pueblo
Nuevo. De hecho, desde la avenida 2, existen varias entradas a otros barrios de la
ciudad que contrastan perceptualmente con la presencia de majestuosos edificios,
como el lateral del antiguo Hotel la Sierra, casona construida entre 1926 y 1929, y
monumentos como el de Bolívar y Humboldt de 1930 ubicado al inicio de la calle
23 por esta misma avenida.
Así mismo, desde esta línea parten los canales de los Viaductos como brazos
modernos y funcionales de la ciudad, hitos de la extensión de Mérida durante los
años 50’ hacia la Otra Banda: el Campo Elías, a la altura de la Calle 26 de la antigua
parroquia El Llano y el Miranda, en la Calle 38 al inicio de la Avenida Urdaneta.

146
Línea Avenida 3.

Este recorrido lo realizamos ascendiendo desde la Plaza Glorias Patrias,


punto de término de la trama colonial a la altura de la calle 37 en la parroquia El
Llano. Como lugar de monumento, su origen se remonta a finales del siglo XIX;
desde entonces es un espacio público para el descanso y la recreación de los
merideños.

Al continuar a favor de la pendiente por la avenida, encontramos un collage


de formas urbanas y arquitectónicas.

Podemos apreciar en la esquina de la calle 34, la Casa de los Valecillos (Nº


33-21) sede del Archivo General del Estado, expresión de la modernidad
implantada en la tipología de viviendas unifamiliares hacia los años 50’. Más
adelante, entre Calles 32 y 33, una obra sanitaria cuya expresión arquitectónica
causó reconocimiento entre los merideños al momento de su construcción en 1935:
el antiguo Hospital Los Andes, obra del reconocido Ing. Luis Bossetti. Despejando
la vista del resto de edificaciones que se exhiben a lo largo de la avenida,
encontramos la Plaza e Iglesia de El Llano, originadas durante la colonia (la
Parroquia El Llano fue creada en 1804), cuya estructura actual data de 1933,
cuando su neogoticismo fue motivo de enaltecedores comentarios.

Metros más arriba, al pasar el Viaducto Campo Elías y llegar a la


jurisdicción de la parroquia El Sagrario, en la manzana correspondiente entre las
calles 23 y 24, encontramos el edificio sede del Rectorado de la Universidad de Los
Andes. Obra del nombrado arquitecto Manuel Mujica Millán quien impuso
majestuosidad y buena arquitectura para el edificio de la universidad y a otros de
acompañamiento con respecto a la Plaza Bolívar (Fig. 23), como son el Palacio de
Gobierno y la Catedral, todos levantados en el mismo punto de origen colonial.

147
En este punto del recorrido por el casco central de Mérida, hallamos ese
deseo casi instintivo de conservar un vínculo con el pasado en el mismo corazón de
la ciudad, mantener una porción de la plaza original, incluso cuando todos los
edificios circundantes se han construido completamente nuevos y forman parte de
un plan global del referido lugar pero con su propia singularidad mediante el
estilo particular que concibió el autor correspondiente;
además, como parte de un objetivo común de
rehabilitación del lugar y de la edificación, mientras que
la plaza - nuestra Plaza Bolívar - proporciona tanto el
escenario de la historia pasada como el de la vida
presente. Como lo señala Wolfang Lotz (citado con
Christian Páez Rivadeneira, 1992, p. 13), si el sentido de la
historia es uno de los atributos del hombre es aquí, en estas
plazas, más que en ningún otro lugar, donde se le concede la
posibilidad de ser consciente de la medida en que el pasado Fig. 23. Plaza Bolívar de Mérida.
(2004). (Fuente: Archivo Personal).
condiciona su existencia presente y futura.

En las parcelas que configuran el perfil urbano de la avenida 3 frente al


corazón de la ciudad de Mérida -la Plaza Bolívar- encontramos formas
arquitectónicas que hacen referencia visual a la tradición colonial, como la Casa
Dávila, sede de la Casa de la Cultura, originaria de principios del siglo XIX; otras,
producto de la modernidad implantada durante los 50’ en tipologías de viviendas
multifamiliares, como el Edificio San José, declarado Edificación de Interés
Patrimonial de la ciudad por Gaceta Municipal en julio del 2004; mientras que el
resto fueron inducidas a estilos diversos contemporáneos, como los edificios
General Dávila (1974) y El Fortín (1992). Todos ellos, a pesar de haber sido
construidos en momentos diferentes, con características formales independientes,
diferentes criterios de composición y la variedad tipológica mostradas, representan
cada uno un papel protagonista en este importante espacio urbano de la ciudad.

148
Ascendiendo en nuestra ruta, encontramos ejemplos certeros de cómo a
través del tiempo, permanecen formas arquitectónicas propias de una época
anterior, vivas aún por el cambio de uso de sus espacios (de residencial a
comercial) como son, entre Calles 21 y 22, C.C. Galerías de Antaño, reconocida
como la casona contigua al antiguo Convento de las Clarisas, así como también la
llamada Casa Blanca (Nº 20 – 72), esquina calle 21; ambas estancias de significativo
valor arquitectónico y urbanístico que contribuyen a fortalecer formalmente esta
parte de la ciudad. En su recorrido, la simplicidad volumétrica, el horizontalismo y
el ritmo formal de dichas casonas apresan extensamente el campo visual del
observador estableciendo cierta relación entre ellas, hasta advertir la presencia de
otras edificaciones de la contemporaneidad arquitectónica de la ciudad, ejemplos
de la tipología comercial, menos antiguos pero no de menor valor, como el Edificio
Abr y Elo (Hotel Tinjacá), de larga y tradicional trayectoria al servicio de los
merideños (reconocido de forma oficial a través de Gaceta Municipal del año 2004),
o la extensa fachada del Edificio El Gran Mundo que de forma inmediata se
contradice con la sosegada visión de la tradición colonial detenida en la portada de
la Antigua Casa de los Gobernadores que data al año de 1873, en la esquina de la
calle 20 (cien años de diferencia con respecto al edificio de El Gran Mundo).
Al interior de la parroquia de Milla, recorrida por la avenida 3, hallamos un
ejemplo prototipo de la concepción de vivienda familiar de la modernidad según la
concepción de Mujica Millán en la casa del Dr. Fernando Gabaldón (Nº 18 - 49)
construida en 1952 entre calles 18 y 19, mientras que la Iglesia del Perpetuo Socorro
(La Tercera) ubicada en la esquina de la calle 18 nos remite al lugar de llegada de la
Orden de los Agustinos durante la colonia. De hecho, ese parece ser el origen de la
Plaza Miranda, ubicada al frente, como plazoleta del antiguo convento y decretada
como lugar de culto cívico en la última década del siglo XIX, como muchas otras
plazas, incluyendo la Plaza Sucre en Milla a la que llegamos por esta misma línea.

149
Línea Avenida 4.

El punto de mayor referencia a mediados del siglo XIX, el Monumento de la


Columna de Bolívar (hoy Parque Cinco Repúblicas) en la parroquia de Milla, es el
punto de partida de nuestro recorrido por la Avenida 4 (Bolívar) de la ciudad de
Mérida (Fig. 24).

Fig. 24. Línea Avenida 4, plano de recorrido.


l Av. 4 Lora, entre calles 13 y 36.
Ubicación de los edificios señalados en el recorrido por la línea.
Ubicación de los Viaductos.
Ubicación de algunas de las Plazas de la Ciudad.

En dirección de la pendiente, descendemos hasta encontrar a la altura de la


calle 18, por un lado, la antigua Casa del Teatro (Nº 17 – 79) originaria de finales
del siglo XIX, declarada edificación de valor arquitectónico y urbanístico por
Gaceta Municipal en 1980; y diagonal a ella, la Iglesia Corazón de Jesús
enunciando su año de construcción, 1933, por parte del conocido arquitecto, pintor
y escultor Marcos León Mariño. Le acompañan edificaciones de tradición colonial
del siglo XIX y de formas neoclásicas que datan de principios del siglo XX, como lo
son el antiguo Hospicio San Juan de Dios, la Casa El Encuentro de la Flia. Parra (Nº
18 – 73), la Casa del Dr. Eloy Paredes (Nº 18 – 80) y la Casa de la Flia. Febres
Cordero (Nº 19 – 41). Así mismo, se encuentran insertados a lo largo de este tramo
de la avenida, edificaciones contemporáneas que contrastan y, de forma particular
sobresalen o exaltan las otras edificaciones. Tales casos son la presencia del edificio
Gral. Masini y el edificio El Palomar.

150
A la altura de la calle 19, al borde de la parroquia El Sagrario, podemos
obtener diferentes visuales a favor de nuestro recorrido. En sentido contra la
pendiente, el ámbito es percibido en una atmósfera de desconcierto formal,
resaltando el collage arquitectónico presente en la avenida. Las esquinas son
dominadas en un primer plano por los volúmenes de las casas históricas de la Flia.
Parra y la Casa del Dr. Eloy Paredes, cuyas características formales y
arquitectónicas contrastan con el desarrollo espacial posterior del edificio Masini,
signado por la variedad de sus componentes, ajeno formalmente a sus contextos
inmediatos, acentuado aún más por su giro respecto a la trama urbana, imposibles
de relacionar entre sí.
Desde la esquina de la calle 20, el edificio de la sede de la Biblioteca
Bolivariana, aun cuando la aparición de éste, en un principio significó el claro
rompimiento del tejido urbano tradicional, por la no correspondencia tipológica de
la edificación; su escasez de similitud y la ausencia de referencias formales con
respecto al resto, proporciona visuales ricas en cohesión y homogeneidad y
devuelve valor a dos edificaciones coloniales presentes en la memoria del
merideño: la Casa Paredes y la Capilla El Carmen, construcciones consideradas
dentro del inventario del patrimonio arquitectónico de la ciudad; desde la plaza
cubierta de la biblioteca, se obtiene una imagen privilegiada destacando los techos
de teja criolla y el predominio de los volúmenes de dichas casas.
A un lado de la capilla, la Plaza Colón, lugar del único monumento
escultórico existente en el ámbito urbano de la ciudad, erigido hacia 1895 (después
del busto bolivariano de la Columna de 1842); coincide con el espacio de otras
edificaciones contemporáneas a la altura de la calle 21, como los edificios Valero y
Dorsay, Don Atilio, y frente a ellos, el Edificio de Telecomunicaciones, símbolo de
la inserción de las nuevas posibilidades tecnológicas para la comunicación de los
merideños.
Al seguir el recorrido, desde la intersección de la calle 22, enmarcado por la
Casa de la Flia. Picón de finales del siglo XIX (que a pesar de su deterioro

151
permanece en las imágenes y la memoria del observador) y el edificio sede del
Consejo Legislativo del Estado Mérida, que para el momento de su construcción en
1960 fue sede de uno de los Bancos más importantes de la época; bajamos hacia el
corazón de la ciudad, donde la presencia de la Catedral, el Palacio Arzobispal, la
misma Plaza Bolívar, la Gobernación y el Palacio de Justicia, más allá de su
condición arquitectónica, son contenedores de la vida y la historia de la ciudad.
En la esquina de la calle 24 está ubicado otro ejemplo de la tipología de
vivienda multifamiliar insertado en la ciudad dentro del damero durante la década
del 50’: el reconocido Edif. Monzón (declarado Patrimonio Histórico Cultural por
Gaceta Municipal en el año 2004) que rompió con la escala tradicional para el
momento de su construcción y su ejemplo fue seguido por otras formas edilicias
contemporáneas como los edificios Oficentro y Merenap. Ambas estructuras
destacan por su verticalidad con un cierto grado de similitud en sus elementos
arquitectónicos y materiales de construcción, produciendo una percepción de
simetría en un corto segmento de la avenida e insinuando cierta cohesión formal,
suficiente como para convertir a estas edificaciones contemporáneas segregadas,
elementos de referencia del paisaje urbano general de la ciudad.
Al llegar a la parroquia El Llano por esta avenida, pasando el Viaducto
Campo Elías, la esquina de la calle 27 es lugar de la residencia familiar Casa Nº 26 -
76, construida en 1951 con características propias de la Modernidad en Mérida, en
relación con otras edificaciones de la época, iconos en el desarrollo de la ciudad
como lo son la presencia del edificio sede del Liceo Libertador y el Hotel Chama .

Línea Avenida 5.

Si deseamos continuar el recorrido por la ciudad mediante el ascenso de la


Avenida 5 (Zerpa), encontraremos varias obras arquitectónicas diseminadas a lo
largo de su trayectoria que responden a imágenes y formas urbanas diferentes,
engrosando el collage de las avenidas contiguas ya recorridas. Si lo hacemos desde
la parroquia El Sagrario, a partir de la esquina de la calle 24, encontraremos que

152
esta línea representa la vía de acceso a formas
edificatorias que abarcan manzanas enteras,
sugiriendo la importancia del ente del que
fue o es sede, a diferencia del patrón
edificatorio comercial que protagonizan las
demás avenidas.
En la referida esquina de la calle 24, por Fig. 25. Antiguo Colegio San José. (2004).
(Fuente: Archivo Personal).
un lado se encuentra el Edif. Inca construido
en la década del 70’ cuya construcción se
enfrenta con el perfil del edificio del Antiguo Colegio San José, inaugurado en
1944, que abarca toda la manzana (Fig. 25). Sin embargo, desde el largo plano de la
fachada posterior (NO) del edificio Inca, hay un ángulo de visuales de mejores
perspectivas para los detalles arquitectónicos del edificio con declaratoria
patrimonial. Un volumen similar lo encontramos con la presencia del Colegio La
Inmaculada entre calles 20 y 21, marcado por una horizontalidad cuya escala fue
infringida por edificios contemporáneos como la Torre de Los Andes a la altura de
la calle 18 al inicio de la parroquia de Milla. La línea en su recorrido finaliza con la
presencia del Cuartel Rivas Dávila entre Calles 14 y 13, declarado Monumento
protegido por declaratoria nacional desde 1994, simbolo de nuestra arquitectura
militar, frente al Parque Cinco Repúblicas (Columna de Bolívar).
Esta colección de edificaciones, que se erigieron en momentos de la historia
de la ciudad diferente, pertenece a la cultura urbana local y al patrimonio de los
merideños y nos proporcionan una estampa de la CIUDAD COLLAGE en la que
habitamos.

Otras imágenes conseguidas a suerte de recorrido sobre MÉRIDA CIUDAD


COLLAGE las hallamos en las calles transversales o cruceros:

En la Parroquia Milla, Calle 18 entre Av. 2 y 5.


 C. C. La Pirámide.

153
 Lateral Iglesia de los Redentoristas.
 Plaza Miranda.
 Casa con valor histórico, Sede Procuraduría del Estado.
 Antigua Casa del Teatro Nº 17 – 79, Av. 4.
 Torre Los Andes.

Esta intersección (Fig. 26), presenta construcciones cuyos alineamientos


volumétricos y rasgos tipológicos se mantienen unos, con respecto a la escala
urbana tradicional y otros que la violan, conviviendo ambas en la ciudad del
contraste y la agresión. De esta manera, la falta de vínculo de los edificios
contemporáneos con los preexistentes, la irregularidad de sus alineamientos y
volúmenes, la complejidad de su composición, las escasas referencias tipológicas a
edificaciones previas de valor formal, entre otros aspectos, son la causa de una
percepción de COLLAGE evidente.

Fig. 26. Vista calle 18. (2004).


(Fuente: Archivo Personal).

En la Parroquia El Sagrario, Calle 21 entre Av. 2 y 8.


 Centro Cultural Tulio Febres Cordero.
 Casa Nº 21 – 20, Av. 3. Reconocida como Casa Contigua al antiguo
Convento de las Clarisas.
 Casa Nº 20 – 72, Av. 3. Reconocida como Casa Blanca.
 Edificio de Telecomunicaciones.
 Colegio La Inmaculada.
 Plaza El Soldado Desconocido (Obelisco El Espejo).
 Iglesia Nuestra Señora del Espejo.
 Cementerio Municipal El Espejo.

154
A lo largo de esta calle, observamos contrastes evidentes en un mismo
ámbito. Un punto especial es el volumen que representa y se distingue sobre el
resto de las edificaciones y del área en general el edificio del Centro Cultural Tulio
Febres Cordero (Fig. 27), donde la visual predominante para el observador es de
una gran masa de concreto ajena totalmente en cuanto a tipología, forma,
proporción y materiales con respecto a las construcciones vecinas, actuando
agresivamente a pesar de su aparente simplicidad formal (con mayor intensidad en
su recorrido por la calle 21 entre las Casas
patrimoniales del C. C. Galerías de Antaño y C.
C. Oxígeno); desde donde, contradictoriamente,
se puede contemplar por el este, la hermosa
Sierra Nevada y por el oeste, el río Albarregas
y el Barrio Pueblo Nuevo. Así mismo, la calle
nos lleva hasta el lugar designado como Calle
Fig. 27. Centro Cultural
de la Igualdad desde la colonia al Cementerio Tulio Febres Cordero. (2004).
(Fuente: Archivo Personal).
así como su Iglesia en el sector de El Espejo,
lugares de interés patrimonial de la ciudad.

En la Parroquia El Sagrario, Calle 23 entre Av. 2 y 6.

 Antiguo Hotel La Sierra.


 Edif. Cañizales.
 Teatro Cesar Rengifo.
 Casa Dávila.
 Palacio de Gobierno del Estado Mérida.
 Edif. Hermes (Palacio de Justicia).
 Edif. Roma.
 Comedor Popular Félix Román Duque.

De la calle 23, una experiencia visual contrastante la ofrece de forma


particular su recorrido en el sentido Av. 2 hacia Av. 3, donde el Edif. Cañizales en
la única edificación retraída de la cuadra, además de resaltar sus características
formales propias de la arquitectura contemporánea, a diferencia de las

155
construcciones de valor arquitectónico y patrimonial que le acompañan como la
Casa Dávila de la esquina, el Teatro Cesar Rengifo, el antiguo Hotel La Sierra, y la
vista frontal del Monumento a Bolívar y Humboldt sobre la Av. 2.

En la Parroquia El Sagrario, Calle 24 entre Av. 2 y 8.


 Facultad de Odontología (Rectorado).
 Edif. Centro Profesional Ruiz.
 Edif. Monzón.
 Antiguo Colegio San José.
 Escuela de Enfermería.
 Plaza Las Heroínas.
 Teleférico de Mérida.
 Seminario Arquidiocesano de Mérida.

En el recorrido por esta calle podemos encontrar un conjunto importante de


monumentos y edificios de especial valor dentro de ese tejido urbano en el que se
conjugan valores históricos, arquitectónicos, de paisaje urbano, de memoria social,
en el que la Universidad tiene un papel protagónico con la presencia de la sede de
la Facultad de Odontología y la Escuela de Enfermería construidas durante la
década del 50’, a diferencia de las intervenciones más contemporáneas que
responden al boom comercial de los años 70’ como es el caso del Edif. Centro
Profesional Ruiz. Sin lugar a dudas, el espacio de mayor vitalidad para la ciudad
corresponde al lugar de la Plaza Las Heroínas y el Teleférico de Mérida, íconos de
la hospitalidad y la oferta turística que avalan todos los merideños.

156
3.2 EXHIBICIÓN DIDÁCTICA DE LA CIUDAD. FINALIDAD PATRIMONIAL Y DE
CONSERVACIÓN.

MÉRIDA CIUDAD MUSEO, como ya lo hemos señalado, es un instrumento


didáctico para la conservación, análisis e investigación de los testimonios naturales
y culturales originales de la ciudad. Sin embargo, a diferencia de las instituciones
museísticas tradicionales, manifiesta una sensibilidad nueva al proponerse como
un instrumento privilegiado de educación entendido como adquisición del saber,
al mismo tiempo que un instrumento de carácter antropológico, como un centro
cultural accesible y abierto a todo público, para nuevas necesidades de tomas de
conciencia en la ciudad y el devenir social.
La función educativa es algo que ha existido siempre, y como elemento
esencial de toda sociedad, seguirá existiendo, cumpliéndose por múltiples y
heterogéneos canales. Aunado a la escuela, la cual a pesar de su indiscutible
relevancia, constituye solo un sector del universo educativo como lo señala Jaime
Trilla (1998, p. 11), se encuentran por una parte, el inmenso conjunto de efectos
educativos que se adquieren en el curso ordinario de la vida cotidiana - incluyendo la
ciudad como soporte físico -, llamada educación espontánea, y, por otra parte, lo que se
ha llamado educación no formal. Según el autor, esta última se refiere a todas
aquellas instituciones, actividades, medios, ámbitos de educación que no siendo
escolares, han sido creados expresamente para satisfacer determinados objetivos
educativos. Bajo esta categoría, clasificaría MÉRIDA CIUDAD MUSEO, como un
medio de educación intencional, metódica, con objetivos definidos, dirigidos a la
exposición didáctica de la ciudad en función de su conservación patrimonial.
Ciertamente, Jaime Trilla (pp. 120 – 121) considera al museo como un área de
actuación de educación no formal. La institución museística es en sí misma un medio
educativo, en la medida que cumpla con sus funciones más tradicionales y elementales
(conservar y mostrar obras de gran valor artístico, histórico, científico, cultural, etc.); en
concreto, educación de la que hemos llamado informal. Por tanto, MÉRIDA CIUDAD

157
MUSEO, pone en contacto al usuario con objetos que reflejan su historia, con
producciones arquitectónicas, con elementos del medio urbano que forman parte
de su cotidianidad y que a pesar de su alcance inmediato, desconocen su valor.
MÉRIDA CIUDAD MUSEO, independientemente de la obra o espacio seleccionado,
incide en la formación de los ciudadanos creando actitudes de respecto y
valoración.
Así mismo, la ciudad en sí, se convierte también en un medio de educación.
Toda ciudad, en cuanto tal, es siempre ciudad educadora, afirma Carmen Aranguren
(2001, pp. 127 - 128). La urbe constantemente está creando imaginarios y
legitimando comportamientos sociales para que sus habitantes la recreen; esto
lleva a aceptar la existencia urbana como entidad política-cultural, como una escuela
de vida difícil que amerita asumir la complejidad, la diversidad y la inevitable conflictividad
de la ciudad contemporánea. Una pedagogía de ciudad - podríamos añadir -
mostrada en MÉRIDA CIUDAD MUSEO y legitimada didácticamente en su condición
de conocimiento, enseñado y aprendido en y desde el contexto histórico – social de
la ciudad de Mérida.
En cuanto a ese conjunto de medios de aprendizaje formal e informal, que
enunciábamos anteriormente, la ciudad es un agente educador que lo representa
como contexto, como territorio urbano que influye sobre el pensamiento, la
conciencia, los valores y los sentimientos de sus pobladores. Este concepto de
ciudad educativa fue tema de debate en noviembre de 1990 cuando se realizó en
Barcelona (España) el Primer Congreso de Ciudades Educadoras, produciéndose el
documento titulado “Carta de las Ciudades Educadoras”, declaración a la que hace
referencia Luis Jugo (2004, p. 251) que tiene entre otros, los siguientes postulados:
 La ciudad será educadora cuando reconozca, ejercite y desarrolle, además
de sus funciones tradicionales (económica, social, política, y de prestación de
servicios) una función educadora: cuando asuma la intencionalidad y
responsabilidad cuyo objetivo sea la formación, promoción y desarrollo de todos
sus ciudadanos; justificando su nueva función con motivaciones de orden
social, económico y político… y sobre todo, con motivaciones de orden cultural
y formativo, es el gran reto del año 2000.
 Las ciudades educadoras colaborarán, bilateral y multilateralmente para
hacer realidad el intercambio de experiencias.

158
 Las municipalidades deberán plantear una política educativa amplia y de
alcance global con el fin de incluir en ella todas las modalidades de educación
formal y no formal y las diversas manifestaciones culturales, fuentes de
información y vías de descubrimiento de la realidad que se produzcan en la
ciudad.

La ciudad entendida así es, por tanto, como lo señala Maritza Rangel Mora
(2002, p. 33), soporte de la producción cultural… entendiendo cultura como el grado de
formación del individuo, en cuanto al saber, a sus facultades sobre los modos de vida que le
permiten generar identidad y proyecto de vida. El espacio urbano es por excelencia, a
criterio de la autora, el asiento de una dinámica social que existe donde haya sensación de
territorialidad, de hábitat de una comunidad, donde se comparte, se crea, se genera
competencia, dinamismo, discusión, donde tienen lugar los éxitos y fracasos. En el caso de
MÉRIDA CIUDAD MUSEO, responde a la exigencia actual de renovar los hábitos y
costumbres de los merideños en su recorrido habitual por la ciudad, cumple con
su misión como ciudad educativa, a través de su exposición didáctica donde se
develan niveles de relaciones entre ellos (morador y ciudad) que reproducen, a
escala más estrecha, experiencias socio-culturales complejas.
A través de la exposición MÉRIDA CIUDAD COLLAGE, estudiamos la
arquitectura de la ciudad como fenómeno urbano, descubriendo las características
de la ciudad actual que, como producto de las relaciones sociales, contiene
abundantes enseñanzas sobre el pasado y el presente de Mérida. De esta manera
MÉRIDA CIUDAD MUSEO aborda el estudio de la ciudad en cuanto a su aspecto
formal de ciudad, su plano, su morfología; con ello, el merideño entra en contacto
directo y global con lo que constituye la forma material – física – de la ciudad,
fomentando y agudizando su percepción. Es, como lo sugiere Carles Carreras i
Verdaguer (1983, p. 79), enseñar al ciudadano a ver la ciudad, a volver a ver su ciudad,
su escenario cotidiano, desarrollando con ello también el sentido de orientación, ya
que se obliga a fijar unas referencias espaciales y a relacionarlas entre sí.
Carles Carreras i Verdaguer insiste en que, la enseñanza del fenómeno urbano
se basa en el análisis de una realidad presente, dinámica y cambiante, de rasgos a

159
menudo contradictorios, acerca de lo que constituye hoy el marco de la vida
cotidiana de la mayoría de la población:
Se trata, pues, de saber analizar el entorno cultural del hombre actual, saber
leer sus significados y aprender de sus enseñanzas, de aprender una lección que
no es erudición, sino que está plena de consecuencias sobre la vida práctica del
estudiante y de su entorno social, con todas las dificultades de todo tipo que ello
pueda conllevar, para el fortalecimiento de la identidad cultural a través del
patrimonio arquitectónico y urbano… Carles Carreras i Verdaguer (p. 13).

Esta tarea ineludible del ciudadano común lo encamina hacia una toma de
conciencia de la problemática local, a partir de la cual podrá formularse un
adecuado proyecto cultural. De allí que la participación protagónica de la
comunidad en su conjunto en los más diversos aspectos de la ciudad es esencial
para lograr a cabalidad el objetivo propuesto por MÉRIDA CIUDAD MUSEO que a su
vez, apenas representa una opción, una vía, un proyecto que alienta determinadas
actitudes y estimula el reconocimiento y la conservación del patrimonio construido
y cultural.
La aplicación de proyectos como MÉRIDA CIUDAD MUSEO, el decreto de
ordenanzas adecuadas, unidas a políticas de construcción de la ciudad desde el
Municipio permitirán una preservación y refuncionalización del conjunto urbano;
sin embargo, al pensar en nuestra ciudad de Mérida como ciudad educativa,
consideremos las palabras de Federico Mayor director de la UNESCO en 1993,
citado también por Luis Jugo (p. 250):

… cuando se piensa en el sistema educativo, se piensa siempre en el Estado.


Ahora bien, la responsabilidad de la educación no incumbe solo al Estado;
recae en el conjunto de la sociedad civil, a todos los niveles, en todas sus
estructuras. Sólo haciendo responsable a la sociedad de la solución del
problema educativo se logrará dar base sólida a la formación de ciudadanos a
carta cabal.

160
GUION MUSEOLÓGICO
TEMA CONTENIDO TEMÁTICO MATERIAL EXPOSITIVO APOYOS

MÉRIDA, CIUDAD Los recorridos del merideño común - Parroquias El Sagrario, El


en el interior del casco central de la
COLLAGE Llano, Belén, y Milla,
ciudad, y la cohesión o autonomía
formal de la imagen urbana de
Mérida como parte de nuestro
patrimonio cultural y urbano.

- Iglesia San Juan Bautista de Placa descriptiva por cada


Un lugar de tradición e historia Milla.
implantada en la colonia, inicia el una de las obras
recorrido por esta línea de arquitectónicas o espacios
exhibición de la ciudad… - Plaza Sucre. urbanos.

Entre las calles 20 y 21, aparece un Señalización


ejemplo de las obras del Arq.
Mujica Millán, declarada
- Edificio de Apartamentos y
Planos.
Edificación de Interés Patrimonial del Dr. Pedro Guerra Fonseca
según Gaceta Municipal (julio (Nº 20 - 50 y 20 - 52).
2004)…

Esta intersección en su recorrido


presenta cosntrucciones cuyos - C.C. La Pirámide.
alineaminetos, volúmenes y rasgos - Iglesia de los Redentoristas.
tipológicos contrastan entre la - Plaza Miranda.
escala tradicional y la - Sede Procuraduría del Estado.
contemporánea, muestras de una - Antigua Casa del Teatro.
percepción de collage evidente… - Torre Los Andes.

Tabla 1. Ejemplo de Guión Museológico para la exposición MÉRIDA: CIUDAD COLLAGE.

161
GUION MUSEOGRÁFICO
CONTENIDO MATERIAL DE MATERIAL DE APOYO OTROS MONTAJE DESCRIPCIÓN
DE ESPACIOS
EXHIBICIÓN MUSEOGRÁFICO
TEMA CONTENIDO OBJETOS DOCUMENTOS TEXTOS GRAFICOS
TEMATICO
Los recorridos Línea Av. 2
Mérida, del merideño
común en el
Colección Línea Av. 3
Ciudad seleccionada Paneles Transporte Paneles
interior del Línea Av. 4
Collage. de los Placa informativos seleccionado modula-
casco central de Línea Av. 5
la ciudad, y la Edificios y Descriptiva señalización (bus, res para
cohesión o espacios textos
autonomía
por cada una y carro) Recorrido
públicos de las obras planos. siguiendo la
formal de la
imagen urbana más arquitectónicas dirección de la
de Mérida importantes o espacios pendiente por
como parte de del casco urbanos. las Avenidas
nuestro central de principales
patrimonio la ciudad del casco
cultural y
de Mérida. central de la
urbano.
ciudad y
algunas de sus
calles
transversales
(ver los planos
de la
exposición).

Tabla 2. Ejemplo de Guión Museográfico para la exposición MÉRIDA: CIUDAD COLLAGE.

162
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ÍNDICE DE ILUSTRACIONES Y TABLAS

ILUSTRACIONES

Fig. 1. Çatal Höyük. (FUENTE: ROAF, Michael. (s.f.). Mesopotamia y el antiguo Oriente
Medio; p. 42)…………………………………………………………...……………….. p. 25

Fig. 2. Puerta de Istar, Museo Staatliche de Berlín (Alemania). (FUENTE: Enciclopedia


Microsoft® Encarta® 99. ©)….………………………………………………………...….... 29

Fig. 3. Plano de Nippur dibujado sobre una tablilla de arcilla. (FUENTE: MINISTERIO
DE RELACIONES EXTERIORES DE IRAK. (1977). Mesopotamia de Ayer, Irak de hoy, pp. 20 -
21). ….……………………………………………………………………...…………….... 31

Fig. 4. Plano de la ciudad de Cnosos antes de su destrucción. (FUENTE: HATJE, Ursula.


(1971). Historia de los Estilos Artísticos. I. p. 24). ……………………………...……………....... 35

Fig. 5. Partenón en la Acrópolis, vista desde el oeste. (FUENTE: Enciclopedia Microsoft®


Encarta® 99. ©). ……………………………...……………...……………........................... 38

Fig. 6. Desarrollo de la ciudad, 400 - 1200. (FUENTE: RISEBERO, Bill. (1991). Historia
Dibujada de la Arquitectura. p. 33). ……………………………...……………...…………...... 45

Fig. 7. Londres antes del incendio con sus calles medievales y el Plan de Wren de
1666. (FUENTE: RISEBERO, Bill. (1991). Historia Dibujada de la Arquitectura. p. 140). …….......... 47

Fig. 8. Plan de Haussmann para París. (FUENTE: RISEBERO, Bill. (1991). Historia Dibujada
de la Arquitectura. p. 188). ……………………………...……………...…………………...... 50

Fig. 9. Dibujo de Le Corbusier: La Ville Radieuse, el terreno de la ciudad es un gran


parque, donde los edificios emergen entre los árboles. (FUENTE: BENÉVOLO,
Leonardo. (1992). Introducción a la Arquitectura. p. 257). ...……………...…………………...... 52

Fig. 10. Vista panorámica del damero de la ciudad de Mérida. (FUENTE: GASPARINI,
Graciano. (1991).Formación Urbana de Venezuela S. XVI, p. 239). ...……………...……………... 66

Fig. 11. Plano de la ciudad hacia 1859. (Fuente: FEBRES CORDERO, Beatriz. (1991). Imagen
de la Av. 3 de Mérida, p.63). ..……………..............................................…………………...... 73

175
Fig. 12. Vista Av. 3, Mérida 1920. (FUENTE: PILONIETA, Gabriel. (1997): Revelaciones de la Luz
Andina sobre Papel. Revista Bigott, 42, p. 36). ..……………........................ ………………...... 87
Fig. 13. Antiguo Hospital Los Andes, Av. 3 entre calles 32 y 33, Mérida. (2004).
(FUENTE: ARCHIVO PERSONAL). ..……………........................ …………………...………...... 88

Fig. 14. Proyecto del edificio del Rectorado de Mujica Millán 1955 - 1956. (FUENTE:
RONDÓN NUCETE, Jesús. (1977). Acontecer de Mérida, p. 120)................... …………….…...... 92

Fig. 15. Catedral de Mérida en construcción. (FUENTE: MUÑOZ, Meridalba. (2000).


Manuel Mujica Millán. Aproximación a su idea de Ciudad; p. 59)…...................…………….…...... 93

Fig. 16. Urb. Humboldt, Av. Las Américas. (2004). (FUENTE: Archivo Personal). .…...... 95

Fig. 17. Vista del Casco Histórico de la Ciudad hacia la Plaza Bolívar. (FUENTE:
GAZPARINI, Graciano. (1991). Formación Urbana de Venezuela S. XVI, p. 238. ). ………….…...... 98

Fig. 18. Patrimonio arquitectónico de la ciudad de Mérida. Monumentos


protegidos con Declaratoria Nacional (IPC, Venezuela 1994): arriba, Palacio de
Gobierno; al centro, Casa Gral. Paredes; abajo, Iglesia San Juan Bautista de Milla.
(FUENTE: Archivo Personal, 2004). …………………………………………………………. 103

Fig. 19. El Ecomuseo de Niamey en Nigeria, según Giraudy y Bouilhet, 1977.


(FUENTE: HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Francisca. (1988). Manual de Museología, p. 75).…….... 107

Fig. 20. Tradición y contemporaneidad. (FUENTE: LUENGO FEDERICO, Gerardo. (1995).


La Ciudad Posible. De Arquitectura, 3, (3) p. 41). ………………………………………….…. 148

Fig. 21. Ejemplo de panel informativo para la exposición MÉRIDA: CIUDAD


COLLAGE. ……………………………………………………...…………………….…. 158

Fig. 22. Línea Av. 2. Plano de recorrido………………………………………….…. 159

Fig. 23. Plaza Bolívar de Mérida. (2004). (Fuente: Archivo Personal). ……………….…161

Fig. 24. Línea Av. 4. Plano de recorrido………………………………………….….. 163

Fig. 25. Antiguo Colegio San José. (2004). (Fuente: Archivo Personal)………….…..….166

Fig. 26. Vista Calle 18. (2004). (Fuente: Archivo Personal)………………………..…..….167

Fig. 27. Centro Cultural Tulio Febres Cordero. (2004). (Fuente: Archivo Personal)…..168

176
Fig. 28. Juego de Dactilia, la belleza divina que ilumina el museo virtual. (FUENTE:
http://www.byd.com.ar/mv99sep.htm). …………………………………………....…..….167

TABLAS

Tabla 1. Ejemplo de Guión museológico para la exposición MÉRIDA: CIUDAD


COLLAGE…………………………………………………………………………….….. 156

Tabla 2. Ejemplo de Guión museográfico para la exposición MÉRIDA: CIUDAD


COLLAGE…………………………………………………………………………….….. 157

177
A P É N D I C E S

APÉNDICE I. MÉRIDA: CIUDAD MUSEO, CIUDAD COLLAGE (CD-ROM).

El presente Trabajo de Grado titulado MÉRIDA: CIUDAD MUSEO, CIUDAD


COLLAGE, fue elaborado para cumplir con los recaudos del Postgrado y presentarlo

como credencial de mérito para optar al título de Magister Scientiae en Historia,


Teoría y Crítica de Arquitectura.
Sin embargo, creímos necesario llevar la teoría a la práctica. Hacer de la
CIUDAD MUSEO hasta aquí brevemente descrita, un modelo para la exploración
didáctica de la ciudad en la contemporaneidad, en la ciudad que nos rodea: Mérida;
haciendo museable su naturaleza de CIUDAD COLLAGE, ilustrado gráficamente en el
software interactivo anexo MÉRIDA: CIUDAD MUSEO, CIUDAD COLLAGE.
La Maestría en Historia, Teoría y Crítica de Arquitectura, como casa de
estudios superiores, como centro de producción de conocimientos e interpretación,
representado en cada uno de los trabajos que allí se presentan, tiene en común con
los llamados paramuseos a los que hacíamos referencia en el Capítulo II, la
fundamentación científica en la que prima el discurso en sus producciones. Por tal
efecto, fue factible transformar el proyecto MÉRIDA: CIUDAD MUSEO, CIUDAD
COLLAGE en un banco de datos, y luego, en un centro de tratamiento informático en
forma de CD-ROM.

Hoy por hoy las nuevas tecnologías digitales de reproducción en masa y de


altísima calidad han permitido a grandes museos reproducir en formato digital la
totalidad de sus colecciones, e incluso las hacen accesibles por Internet,
constituyéndose en museos virtuales herederos del Museo Imaginario de André
Malraux cuya imprenta digital, se desarrolla en la computadora con sus periféricos
y redes de comunicaciones.

178
Juan Carlos Rico (2001, p. 102), por su parte afirma como actualmente se están
gestando nuevas posibilidades técnicas mediante la informática y los medios
visuales que transforman radicalmente el trabajo expositivo, donde las aplicaciones
informáticas y la imagen virtual tienen la capacidad de crear vistas y movimiento en un
espacio no ejecutado o en una obra estática y presentar los diversos proyectos expositivos,
de forma ficticia, sin depender de su construcción real. En este sentido por tanto, aun
cuando se llegase a constituir e institucionalizar MÉRIDA CIUDAD MUSEO bajo la
figura jurídica de Fundación con una colección tangible que debe ser atendida en físico,
como lo hemos propuesto, hacemos museable la actual ciudad de Mérida,
proyectándola como una exposición virtual donde su naturaleza de CIUDAD
COLLAGE vista a través de la heterogeneidad de sus obras arquitectónicas y
espacios urbanos, se reafirma, y donde el transeúnte es invitado a participar en la
dialéctica establecida con su patrimonio cultural cada vez que realice un nuevo
recorrido por la ciudad y llegando a ese público a través de la comercialización de
dicho mensaje (CD-ROM).
A partir de las pautas del proceso museográfico propuesto por la Normativa
Técnica de la Dirección General Sectorial de Museos de Venezuela, organizamos y
diseñamos la exposición virtual MÉRIDA CIUDAD COLLAGE en el CD-ROM anexo,
diseñado exclusivamente para MÉRIDA CIUDAD MUSEO, con el objetivo de ofrecer
a través de los recursos informáticos y multimedia válidos en nuestro tiempo, una
visita diferente a Mérida, una exposición didáctica de la ciudad, en cuyo recorrido,
puede llegar a reforzar su concepción sobre la vida en ciudad, sobre nuestro
patrimonio cultural y urbano.
Antonio Battro, en su interés por el Museo imaginario de André Malraux -
citado en el segundo capítulo - , considera también la importancia del valor
educativo que los museos virtuales contienen al concentrar infinidad de obras según
nuestro interés, en el cual, de la misma manera que un visitante del Museo Imaginario
puede reconstruir la obra a partir de la reproducción sin contemplar el original, actuando
incluso como Museos Portátiles en el que se pueden apreciar los estilos de un gran

179
conjunto de obras originales, habitualmente dispersas o inaccesibles. Otros museos
virtuales son aquellos que en el mundo digital se les denomina web only museums,
museos que no tiene una contraparte real y tienen la peculiaridad de invitar al
visitante a un lugar que existe sólo en la red. En estos museos solo virtuales, el
visitante ingresa al lugar simulado, ve las carteleras, decide a qué exhibición concurrir,
sube escaleras y contempla las obras colgadas en las paredes virtuales.
Así como André Malraux no pensó jamás en su Museo Imaginario como un
sustituto del real, sino como una expansión particular de este último, con funciones
específicas para la apreciación artística y la investigación histórica, los Museos
virtuales han abierto una nueva puerta, que no existía antes, para entrar al museo
real pero en una visita diferente, virtual. Esta dimensión propiamente virtual es
absolutamente novedosa. Según Antonio Battro, André Malraux la profetizó con una
visión increíble, propia del genio: Como la lectura de una obra dramática al margen de
su representación, como la audición de un disco al margen del concierto, al margen del
museo se ofrece el más vasto dominio de conocimientos artísticos que el hombre haya
conocido (p. 44).
Podemos afirmar que los museos, así como la ciudad del futuro, serán como
hoy los concibamos. No debemos olvidar, por tanto, que el museo ha de estar en
función del público, para educar y comunicar, sin relegar la misión de conservar
los testimonios culturales que ha de transmitir a las generaciones futuras. De aquí
las posibilidades educativas que se hallarían en MÉRIDA: CIUDAD MUSEO, CIUDAD
COLLAGE (CD-ROM), para la construcción de una visión sobre la ciudad mediante
una visita por el museo virtual. En la pantalla del monitor de la computadora se
puede avanzar por un mirador de Mérida como CIUDAD MUSEO, donde se
despliegan las obras expuestas y, como en la visita virtual descrita por Antonio
Battro, acercarnos a una en particular, ampliar un detalle, y si fuera preciso guardar esa
imagen y hacer una copia para nuestro uso personal, además de obtener información sobre
la obra y el autor.

180
Como ya lo hemos afirmado, es indiscutible la significación cultural
arquitectónica del centro de la ciudad de Mérida que trasciende por su interés al
ámbito regional, nacional e internacional. Así mismo, varias de las obras que
fueron protagonistas urbanas en un momento dado en la historia de la ciudad, ya
no existen o han sido remodeladas o sencillamente en la cotidianeidad del
transeúnte, son ignoradas. Al proyectar la CIUDAD MUSEO que proponemos, el
museo virtual nos ofrece las ventajas descritas por Antonio Battro sobre la
reproducción digital cuando el original es inaccesible al público, mediante el cual ayuda
al visitante como simples usuarios del museo o como moradores de la ciudad, a
apropiarse de la historia de la ciudad, que en sí misma es historia y desde esta
historia proyectarse al futuro.
Los museos, reales, imaginarios y virtuales, nos ayudan a establecer una
nueva relación con el pasado. En cumplimiento de esa función, una CIUDAD
MUSEO es un campo para reflexionar sobre la conservación de un patrimonio
vuelto a ser vivo y no enfermo en mausoleos inaccesibles para la mayoría, es una
ciudad llamada a ser centro de la vida cultural del mañana. En palabras de André
Malraux (p. 44), este dominio, que se intelectualiza mientras progresa el inventario y su
difusión, mientras los procedimientos de reproducción se aproximan a la fidelidad, es, por
primera vez, la herencia de toda la historia.

Fig. 27. La mitología llamó Museo al hogar sagrado de las musas de las artes y de las ciencias, de Erato, Euterpe, Calíope,
Clío, Talía, Melpómene, Terpsícore, Polimnia y Urania, hijas de Zeus y de Mnemosina. El Museo virtual tiene también su
propia musa. La recién nacida se llama Dactilia, es una "musa digital", tiene infinitos dedos... Los mortales no podemos
contar sus dígitos y las artes de todas las épocas la celebran incesantemente en cuadros, esculturas, joyas e iconos. Todos esos
dedos, oran, acarician, abrazan y juegan un juego sin fin. Es el juego de Dactilia, la belleza divina que ilumina el Museo
virtual. (FUENTE: http://www.byd.com.ar/mv99sep.htm)

181
VER MULTIMEDIA

182
APÉNDICE II. CATÁLOGO DE OBRAS

EDIFICACIONES E INSTITUCIONES ASISTENCIALES …………………………………... 215


HOSPICIO SAN JUAN DE DIOS (1925 *)……………………………………….………….. 215
ANTIGUO HOSPITAL LOS ANDES (1935*)………………………………………….…… 215
COMEDOR POPULAR FÉLIX ROMÁN DUQUE (1950*)………………………………….…216

EDIFICACIONES E INSTITUCIONES GUBERNAMENTALES…………………………...... 217


CASA DEL GRAL. PAREDES (S. XVIII*), SEDE DEL MUSEO DE ARTE COLONIAL
(1963**).………………………………………………………………………...……...... 217
ANTIGUA CASA DE LOS GOBERNADORES DE LA PROVINCIA DE MÉRIDA (1873*).…...... 217
EDIFICIO SEDE COMANDO DE POLICÍA DE MÉRIDA (1930*).………………………........ 219
CASA DÁVILA (1930*). ………………………………………………………………...... 219
ALCALDÍA MUNICIPIO LIBERTADOR Y HACIENDA MUNICIPAL (1950*).………..…...... 221
CASA VALECILLOS (1951*),SEDE DEL ARCHIVO GENERAL DEL EDO. MÉRIDA (1995**). 221
PALACIO DE GOBIERNO DEL ESTADO MÉRIDA (1958*). ………………………………... 223
CONTRALORÍA DEL ESTADO (1959*).………………………………………………….... 224
EDIFICIO SEDE DE LA CONSEJO LEGISLATIVO DEL ESTADO MÉRIDA (ANTIGUO BANCO
MARACAIBO, 1960**).…………………………………………………............................ 224
PALACIO DE JUSTICIA (1962*).…………………………………………………............... 225
MUSEO DE ARTE MODERNO “JUAN ASTORGA ANTA” (1969**).…………..................... 226
EDIF. EL FORTÍN (1992*), SEDE DE LA BIBLIOTECA FEBRES CORDERO (1977**)............... 227
BIBLIOTECA BOLIVARIANA (1983*).…………………………………………………...... 229
CASA DE LA CULTURA JUAN FÉLIX SÁNCHEZ (1986**).……………………………....... 229
CENTRO CULTURAL TULIO FEBRES CORDERO (1995*).…………………………..…...... 230
CUARTEL RIVAS DÁVILA. ……………………………………………………………...... 231

EDIFICACIONES E INSTITUCIONES ECLESIÁSTICAS………………………………….…231


CEMENTERIO MUNICIPAL EL ESPEJO (SIGLO XVIII**). …………………………..…...... 231
IGLESIA NUESTRA SEÑORA DEL ESPEJO (1803**). ………………………………..…...... 232
IGLESIA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN. (1872*).………………..……………..…...... 233
ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE MÉRIDA (1905**).………….…………………..…...... 234
IGLESIA SAN JUAN BAUTISTA DE MILLA (1906*).………………………….……..…...... 235
MUSEO ARQUIDIOCESANO DE MÉRIDA “MONS. ANTONIO RAMÓN SILVA GARCÍA”
(1911**). …………………………………………………………………………..…...... 236
IGLESIA DEL PERPETUO SOCORRO (LA TERCERA). (1926*). ……………………..…...... 237
IGLESIA CORAZÓN DE JESÚS (1933 *).……………………………………….……..…...... 238

*
Fecha aproximada de construcción del edificio sede.
** Fecha de creación.
*
Fecha aproximada de construcción del edificio sede.

183
IGLESIA SAN MIGUEL DEL LLANO (1933*). ………………………………..……..…...... 239
PALACIO ARZOBISPAL DE MÉRIDA (1951*). ………………….…………………..…...... 240
CATEDRAL DE MÉRIDA (1958*). ………………………………………...………..…...... 240

RED VIAL ………………………………………………………………...……..…......... 242


PROYECCIÓN AV. 3 INDEPENDENCIA. …………………………………………....…...... 242
AV. URDANETA (1946**).……………………………………………………………...... 243
AEROPUERTO “ALBERTO CARNEVALI” (1946**).………………………………...…...... 243
AV. UNIVERSIDAD (1950**).…………………………………..…………………..…...... 244
AV. DON TULIO FEBRES CORDERO (1954**)…………………………………..…........... 244
VIADUCTO CAMPO ELÍAS (1969**).…………………………..……………………….... 245

EDIFICACIONES CIVILES, COMERCIALES Y DE SERVICIOS…………...…………......... 245


CASA FLIA. FEBRES CORDERO (1880*).…………………………….……………..…...... 245
CASA FLIA PICÓN (DE LA ESQUINA DE LA TORRE). (1898*).………………………......... 246
CASONA “EL ENCUENTRO”, FLIA. PARRA PÉREZ (1917*).…………..…………..…...... 246
CASA Nº 20 – 72, AV. 3. ENTRE AV. 20 Y 21 (C. C. OXÍGENO). (1945*).……………...... 247
CASA Nº 21 – 20, AV. 3. ENTRE CALLES 21 Y 22. (C. C. GALERÍAS DE ANTAÑO)
(1950*)…………………………..…...... …………………………………………………248
EDIFICIO ABR Y ELO. (1950*).……………………………………………………..…...... 248
EDIF. MONZÓN (1950*).…………………………………………………………..…...... 249
CASA Nº 26 – 76, AV. 4 (BOLÍVAR) CON CALLE 27 (CARABOBO). (1951*).….…..…....... 249
CASA DEL DR. FERNANDO GABALDÓN, Nº 18 – 49. (1952*).………………………....... 250
EDIFICIO DE TELECOMUNICACIONES. (1954*).…………………….……………..…....... 250
HOTEL PRADO RÍO. (1956*).…………………………………………..…………..…...... 251
EDIFICIO DE APARTAMENTOS DEL DR. PEDRO GUERRA FONSECA. Nº 20 – 50 Y 20 - 52, AV.
2. (1957*).……………………………………………………………………..…...... 252
EDIF. SAN JOSÉ (1958*).…………………………..…....................................................... 253
HOTEL CHAMA (EDIFICIO SAN FRANCISCO). (1959*).…………………………...…...... 253
CENTROS COMERCIALES (1960 - 1980*).…………………………..…............................. 254
EDIF. VALERO (1970*).……………………………………...……………………..…...... 255
EDIF. CAÑIZALES (1971*). ……………………………...……………………………...... 255
EDIF. C. C. EL GRAN MUNDO (1972*).……………………………...………………...... 256
EDIF. GRAL. MASINI (1973*).……………………………...……………………..…....... 256
TORRE LOS ANDES (1973*).………………………………...……………………..…...... 257
EDIF. CENTRO PROFESIONAL RUIZ (1973*).……………………………..………..…...... 257
EDIF. GENERAL DÁVILA (1974*).………………………...……………………..…......... 258
EDIF. DON ATILIO (1976*).……………………………...……………….………..…...... 258
EDIF. EL PALOMAR (1977*).…………………………...…...……………………..…...... 258
EDIF. INCA (1977*).……………………………….………...……………………..…...... 259

** Fecha de creación.

184
EDIF. OFICENTRO (1980 *).……………………….………...…………………………......
259
EDIF. MERENAP (1980*).……………………….………...………………………..…...... 260
MERCADO PRINCIPAL. (1987*).……………………….………...…………………......... 260
EDIF. DORSAY (1991*).……………………….………...……………………..………..... 261

EDIFICACIONES EDUCATIVAS…………….………...…………………………..…........ 261


EDUCACIÓN BÁSICA……………………….………...……….…………………..…...... 261
GRUPO ESCOLAR VICENTE DÁVILA (1950*).……………………….………...…..…...... 261
GRUPO ESCOLAR RAFAEL GODOY (1956*).……………………….………...………...... 262

EDUCACIÓN DIVERSIFICADA………………….………...……………………..…......... 263


LICEO TULIO FEBRES CORDERO (1941*).…….………...………………………..…......... 263
LICEO LIBERTADOR (1951*).…….………...……………………..………………............ 264

INSTALACIONES UNIVERSITARIAS…….………...……………………..….................... 265


AUDITORIO CÉSAR RENGIFO (1896**).…….……...……………………..….................... 265
DECANATO DE ODONTOLOGÍA (ANTIGUO HOTEL LA SIERRA, 1929*)...…..................... 266
FACULTAD DE INGENIERÍA (1954*).…….……...………………………..….................... 267
FACULTAD DE MEDICINA (1954*).…….……...………..………………..….................... 267
EDIFICIO SEDE DEL RECTORADO DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES (1956*). .............. 268
COMPLEJO UNIVERSITARIO LA HECHICERA (1960*).…..……...………..….................... 270
COMPLEJO UNIVERSITARIO LOS CHORROS (1966*).…..………………..…..................... 271
MUSEO ARQUEOLÓGICO “GONZALO RINCÓN GUTIÉRREZ” (1972**).…..…………….. 271
COMPLEJO UNIVERSITARIO LA LIRIA (1980*)...………………….……..…..................... 272
ARCHIVO HISTÓRICO DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES (1999**)...……………….... 272

PARQUES..………………………………………………...……………..…..................... 273
PARQUE CINCO REPÚBLICAS (COLUMNA DE BOLÍVAR) (1842**).……..…..................... 273
PARQUE GLORIAS PATRIAS (1890**).…………………………………...…..................... 274
TELEFÉRICO DE MÉRIDA (1950**).……..…....................................................................... 274
PARQUE ZOOLÓGICO LOS CHORROS DE MILLA (1953**)................................................. 275
PARQUE EL MIRADOR DE LAS ÁGUILAS (1972**). ………............................................... 275
PARQUE ALBARREGAS (1982**).………............................................................................ 276
PARQUE BEETHOVEN………............................................................................................. 276
PARQUE LA ISLA. ……….................................................................................................. 277
PARQUE HUMBERTO RUIZ FONSECA. ………................................................................... 277
PARQUE DE LA GUARDIA NACIONAL. ……….................................................................. 277
PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA. ………................................................................. 278
PARQUE NACIONAL SIERRA DE LA CULATA. ………....................................................... 278

*
Fecha aproximada de construcción del edificio sede.
** Fecha de creación.

185
PLAZAS Y MONUMENTOS. ………................................................................................... 278
PLAZA RANGEL (DEL LLANO). (1888**)............................................................................ 278
PLAZA BOLÍVAR (1895* *)................................................................................................... 279
PLAZA ANTONIO JOSÉ DE SUCRE (MILLA). (1895**)........................................................ 280
PLAZOLETA COLÓN. (1895**)............................................................................................ 281
PLAZOLETA FRANCISCO DE MIRANDA (1896**)............................................................... 282
MONUMENTO “BOLÍVAR Y HUMBOLDT” (1930**)........................................................... 282
PLAZA EL SOLDADO DESCONOCIDO (OBELISCO EL ESPEJO). (1930**)............................ 282
PLAZA JOSÉ FÉLIX RIVAS (BELÉN). ................................................................................... 283
PLAZA DE LAS HEROÍNAS. ............................................................................................... 283

*
Fecha aproximada de construcción del edificio sede.
** Fecha de creación.

186
EDIFICACIONES E INSTITUCIONES ASISTENCIALES.

HOSPICIO SAN JUAN DE DIOS.

Data de los tiempos de la colonia, hacia 1630 cuya ubicación, cuatro cuadras más
arriba de la Plaza, dio nombre a la calle. (Luis Jugo, 1993, p. 4). De su presencia dan
testimonio numerosas descripciones sobre la ciudad hechas durante los siglos
XVIII y XIX, entre las que podemos reseñar el corto relato dejado por Francisco
Depons, autor de Viaje a la Parte Oriental de la Tierra Firme en la América Meridional
(1960, pp. 302 - 303) quien visitó la ciudad entre los años 1801 y 1804. Durante la
guerra de la Independencia, señala don Tulio Febres Cordero (1960, p. 53), sirvió de
Hospital Militar. A lo largo de su existencia ha sufrido varias remodelaciones, siendo de
significativo valor la de 1925. De este diseño hoy sólo se conserva la portada, acota
Chistian Páez, (1993, p. 106); y de ésta sólo el primer registro.
Fue declarado Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5).
Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio,
2004.
_______________________
FUENTES:
DEPONS, Francisco. (1960). Viaje a la Parte Oriental de la Tierra Firme en la América Continental.
Caracas: Banco Central de Venezuela.
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
JUGO, Luis. (1993). Inicios y Evolución de Mérida como Ciudad. Trabajo de ascenso no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
Actual, 27, pp. 95 - 118.

ANTIGUO HOSPITAL LOS ANDES.

Obra sanitaria construida y ejecutada entre 1930 y 1935 (Luis Jugo, 1993, pp. 43, 53).
Fue diseñado por el Ing. Luis Bosetti en un estilo neoclásico (Beatriz Febres Cordero,
2003, p. 89), junto a la intervención Marcos León Mariño (Christian Páez, 1993, p.
111); propio del ambiente arquitectónico de la época. Ocupa toda la manzana
comprendida entre las avenidas 2 (Obispo Lora) y 3 (Independencia), entre calles
32 y 33.
Fue declarado Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5).
Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio,
2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2003). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Estudios de Postgrado.

187
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda; p.53.
JUGO, Luis. (1993). Inicios y Evolución de Mérida como Ciudad. Trabajo de ascenso no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
Actual, 27, pp. 95 - 118.

COMEDOR POPULAR FÉLIX ROMÁN DUQUE.

Ubicado en la Calle 23 (Vargas) con Avenida 6 (Rodríguez Suárez), fue ejecutado


entre 1948 y 1950 bajo la autoría del Arquitecto Manuel Mujica Millán (Meridalba
Muñoz, 2000, p. 36); obedeciendo a la dotación de servicios sociales por parte del
Estado para la época. Beatriz Febres - Cordero (2001, p. 182), sobre esta edificación
hace la siguiente descripción:
En un estilo neocolonial muy simple, contrastando con una mayor complejidad
volumétrica, el edificio se desarrolla en dos plantas distribuidos en tres cuerpos con techos
a dos aguas que se distinguen de un cuarto cuerpo de techo plano junto con una pequeña
torre de base reducida, que muestra una adecuación funcional extrema por la continuidad
del plano urbano siendo el cuerpo paralelo al eje de la calle el que se corresponde al
comedor. La escala del edificio está aumentada para permitir suficiente ventilación, sin
embargo, se adecua a la del contexto…
En su fachada principal hacia la Calle 23 (Vargas), la composición sobre las superficies
evidencia una relación de mayor solidez sobre los vacíos o vanos; el énfasis es horizontal,
sobresaliendo la torre como un elemento formal invariante del proyectista. Se accede al
edificio por un par de escalinatas; además, sobresale la disposición de los techos a dos
aguas.
En la fachada lateral hacia la Avenida 6 (Rodríguez Suárez), el edificio presenta mayor
solidez elevándose aún más por las pendientes. Esta superficie está trabajada con
acabados combinados de enlucido y piedra, lo cual es también característico del nombrado
arquitecto...
Fue declarado Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5).
Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio,
2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
MUÑOZ, Meridalba. (2000). Manuel Mujica Millán. Aproximación a su idea de Ciudad. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones.

188
EDIFICACIONES E INSTITUCIONES GUBERNAMENTALES.

CASA DEL GRAL. PAREDES (SEDE DEL MUSEO DE ARTE COLONIAL).

Se ubica en el casco central de la ciudad en la esquina formada por la Av. 4


(Bolívar) y la calle 20 (Federación) con cerca de 300 años de vida.
Varios son los datos aportados por FUNDACOLONIAL sobre la casa y la
institución que funciona en sus instalaciones:
Fue habitada por ilustres personajes de la historia, iglesia y la cultura merideña.
Construida por el Dr. Ignacio Paredes, entre 1680 y 1710. Luego pasa a su hijo José
Antonio Paredes, padre del Gral. Juan Antonio Paredes, héroe de la independencia. La
casa perteneció de generación en generación de la familia Paredes hasta que en 1846 fue
adquirida en por el Dr. Pbro. Juan Hidalgo Boset pasando la edificación a los bienes del
Palacio Episcopal. Se remata en 1874 y la compra el Gral. Pedro Trejo y en 1878 pasa a
su hermano el Pbro. Juan de Dios Trejo…
En su fachada destaca la portada de piedra labrada con dos pilares adosados de orden
toscazo, que sostiene un dintel de piedra en cuyo centro se inscribe una cruz de bajo
relieve. El portal está rematado, en la parte superior, por un frontón curvo y continuo. En
la esquina de la calle 20 (Federación) hay un escudo labrado en piedra que representa la
insignia de la Orden de Calatrava, lo que ennoblece la casa del prócer…
En su interior, la estructura gira alrededor de un patio central, de amplio corredores cuya
techumbre descansa en arcos escarzanos y columnas de capiteles poligonales. …
Hacia 1990, se reconstruye con los métodos tradicionales con el fin de convertirla en
Museo de Arte Colonial. En 1995, a los 32 años de su fundación, el Museo de Arte
Colonial de Mérida y todo su patrimonio (conformado por obras de arte iberoamericanas
de los siglos XVI y XIX originarias de Perú, Bolivia, Ecuador, Portugal y Venezuela)
toman como sede definitiva la Casa del Gral. Paredes…
Declarada edificación de valor arquitectónico y urbanístico (Resolución 1º) por
Gaceta Municipal del Consejo Municipal del Distrito Libertador, Nº 5, Junio, 1980.
Declarada por el IPC como Monumento protegido con declaración nacional en
1994. Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del
Estado Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del
Distrito Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:
FUNDACOLONIAL. (s.f.). Museo de Arte Colonial de la Ciudad de Mérida. [Catálogo]. Mérida,
Venezuela. s.p.

ANTIGUA CASA DE LOS GOBERNADORES DE LA PROVINCIA DE MÉRIDA.

Esta casona está ubicada en la esquina NO de la Av. 3 (Independencia) con calle 20


(Federación). Varios son los datos aportados por el Instituto Merideño de Cultura
(IMC) sobre la historia de la casa:

189
Aunque no hay coincidencia entre los historiadores, una tradición de fuentes orales
señala que en tal lugar estuvo alguna vez la Casa de los Gobernadores de la Provincia de
Mérida. Y ello en base a que nuestra ciudad fue cabecera de Gobernación desde el año
1625 hasta el año 1682. Antes, en 1607, luego de haber sido fundada en 1558, Mérida fue
sede de un corregimiento y pasó a ser sede de la Gobernación en 1625 autonomía que
conservó hasta 1682, cuando, por Real Orden, la sede de los gobernadores fue pasada a
Maracaibo.
Se estima que muchas edificaciones fueron levantadas en ese solar. Pero cobra vigencia la
tesis de que alguna vez allí hubo una casona por donde pasaron los Gobernadores de la
Provincia de Mérida.
La edificación actualmente restaurada, data del año 1873. La misma fue construida por
Lisímaco Gabaldón Uzcátegui en un área solariega heredada de su padre, don Mariano
Gabaldón Llavaneras. El betijoqueño Gabaldón Llavaneras compró los solares contiguos a
la casona, que pertenecían, por el fondo, a don Caracciolo Parra y Olmedo y por el costado
de arriba, a don Juan Antonio Rodríguez. Tales solares conforman actualmente la
superficie total de la casa. La historia de esta casona reseña entre sus dueños la sucesión
Gabaldón Paredes (1873 – 1813), y luego, Paoli Valeri (1913 – 1990). En octubre de
1990 la casona fue adquirida por el Gobierno de Mérida para su remodelación con fines
históricos y culturales. El proyecto de restauración fue confiado a un grupo de profesores
de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Los Andes, que aceptó la solicitud
hecha por el Gobierno de Mérida. Este financió en su totalidad los trabajos.
Construida a finales del siglo XIX, como una muestra de la arquitectura de la
época, a consideración de Christian Páez (1993, p. 108), inserta en su superficie
elementos arquitectónicos y decorativos propios del estilo neoclásico: ventanas
balcones en su planta alta y una contenida y elegante decoración en su acceso
principal, organizan rítmicamente la superficie de la casa. Patios con columnas,
paredes de tapia y techos de teja. Inmensos portales y ventanales, que aún
permiten el encuentro fresco y cotidiano, quedaron intactos en nombre de una
historia que se mantiene viva.
Convertida, en la actualidad, en un excelente espacio arquitectónico, la Casa de los
Gobernadores de la Provincia de Mérida se muestra al visitante como una
alternativa cultural y turística donde el pasado y el presente se conjugan para
ofrecer: Patios de conciertos, Salas de exposiciones, Zaguanes, Balcones y Museo.
Es ahora, también, asiento del Patronato Cultural y de la Academia de Mérida.
Declarada edificación de valor arquitectónico y urbanístico (Resolución 1º).Gaceta
Municipal del Consejo Municipal del Distrito Libertador, Nº 5, Junio, 1980.

_______________________
FUENTES:
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
Actual, 27, pp. 95 - 118.
INSTITUTO MERIDEÑO DE CULTURA. (s.f.). Casa de los Gobernadores de la Provincia de
Mérida. [Catálogo]. Mérida, Venezuela; s. p.

190
EDIFICIO SEDE COMANDO DE POLICÍA DE MÉRIDA.

En origen estaba destinado a la sede del Reformatorio para Varones del que Tulio
Febres Cordero da noticias (1960, pp. 56, 58). Este edificio fue proyectado en la
ciudad por el arquitecto Luigi Bosetti Bosetti luego de su llegada a Mérida en 1930.
Según la apreciación de Beatriz Febres Cordero (2001, p. 92), es una edificación de
alusiones identificables con el Art Deco, por su aspecto sencillo, de volúmenes depurados de
toda decoración, propio de la expresión arquitectónica de la época.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5). Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.

CASA DÁVILA.

La antigua casa de los Dávila, o también conocida como Casa Rosada, actual sede
de la Fundación Casa de la Cultura “Juan Félix Sánchez”, ha formado parte
importante de la historia urbana del último siglo, pasando por diferentes
funciones, desde residencia particular y comercio, hasta su actual uso como
espacio para la cultura. Varios son los datos aportados por la Fundación Juan Félix
Sánchez auspiciada por el Congreso del República de Venezuela y otras instituciones
del Estado, acerca de la historia de la casa:
En su origen fue una casona de aleros de una planta, de construcción sencilla y de
organización espacial similar a la actual, residencia del Canónigo Uzcátegui, quien
convirtió la casa en una fabrica de cañones, ollas, y otros utensilios para abastecer al
ejército del Libertador. Esta residencia le fue expropiada y el canónigo fue enviado al
exilio por los republicanos.
Posteriormente la casa y estos terrenos pasan a formar parte de las propiedades de los
señores Nicomedes Dávila y Dolores Uzcátegui de Dávila, quienes en 1914 hicieron la
repartición en vida de su herencia. Correspondiéndole la tercera parte de la casa a cada
uno de los hermanos José, Luis Enrique y Cesar Armando Dávila Uzcátegui.
En Marzo de 1923, Cesar Armando vende su parte a los otros dos hermanos, culminando
así la primera etapa de esta repartición y se asegura que la antigua casa fue demolida y en
su lugar fue levantada una nueva construcción de uso comercial en planta baja y uso
habitacional en planta alta para dos viviendas perfectamente simétricas destinadas a los
dos hermanos y la planta baja se mantiene de uso comercial, permaneciendo en
comunidad hasta 1950.
Según Chistian Páez (1993, pp. 110 - 111), bajo un lenguaje tardo neoclasicista, esta
casa fue reedificada entre los años veinte y treinta.

191
Sobre la construcción de la Casa, la Fundación a través de sus investigaciones, ha
aportado varios datos:
De planta rectangular de unos 700 m2 con dos patios interiores, consta de dos niveles y es
fundamentalmente una estructura de muros de tapia, de aproximadamente 65 cm. de
espesor, como elementos de soporte vertical, incluyendo algunas columnas de
mampostería y otras de madera. Estos muros están revestidos, en su mayoría, con frisos
de mortero de arena - cemento. El entrepiso esta conformado por un entablado apoyado
sobre viguetas de madera de dimensiones 15x15 cm., las cuales penetran el los muros.
Muchos de los materiales utilizados en su construcción, además de sus ornamentos,
fueron traídos de Europa por el Puerto de La Ceiba (este es el caso de los elementos que
decoran algunos salones y los dos comedores). Un interesante ingreso flanqueado por
pares de columnas corintias da acceso a un patio central ubicado en el piso superior, con
ventanas balcones en sus fachadas. La fachada, equilibrada con tendencia a las líneas
horizontales es simétrica, armónica y de gran claridad finamente ornamentada con efectos
salientes adosados al muro. El portal resalta como el elemento más importante desde el
punto de vista arquitectónico. Las cuatro columnas de fustes acanalados y capiteles de
orden corintio soportan el entablamento que sirve de piso a los balcones centrales de la
parte superior. Sus puertas mucho más pequeñas que las del resto de la fachada están
enmarcadas por cuatro columnas de mampostería de orden jónico coronadas con dos arcos
de medio punto adosadas al friso. El resto de las puertas de la parte superior están
enmarcadas dentro de arcos de medio punto y medios rosetones macizos con un
ornamento vegetal que dan directo a los balcones. Las puertas de la parte inferior están
enmarcadas en arcos de forma de asas de cestos y elementos decorativos en madera. La
otra fachada visible es la lateral izquierda, en ella se destaca el acceso a lo que fue la
cochera, enmarcada en dos columnas de sección cuadrada acanalada, rematando en una
cima que sirve de apoyo al arco también en forma de asa de cesto decorada con círculos
entrelazados en relieve. La cornisa principal de la fachada termina en una balaustrada y
algunos elementos decorativos en forma de jarrones que se destacan en la parte superior.
En 1956 pasa a ser propiedad exclusiva de Luis Enrique Dávila. Posteriormente en
el año 1962 la adquiere la Compañía DAFONS, propiedad de la familia Dávila
Fonseca.
Declarada edificación de valor arquitectónico y urbanístico (Resolución 1º) por
Gaceta Municipal del Consejo Municipal del Distrito Libertador, Nº 5, Junio, 1980.
En 1989 se vende el inmueble a la Entidad Federal del Estado Mérida y a partir de
ese momento es dada en contrato de comodato por veinte años a la Fundación
Casa de la Cultura Juan Félix Sánchez de Mérida.
Sin embargo, actualmente la techumbre ha sido removida en su totalidad, no se
tiene información de la fecha exacta en que fueron reconstruidos. Se observa en el
ala norte un techo de factura moderna en riple y madera rolliza de construcción
tradicional, parcialmente en buen estado. En el ala sur, en cambio, existe un techo
de zinc y listones de madera sin orden estructural ni estético en muy mal estado.
Se conserva el cielorraso de la época en los salones principales, mostrando signos
de oxidación en algunas áreas. El resto del cielorraso es de factura moderna sin
ningún valor arquitectónico.
_______________________
FUENTES:

192
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
ACTUAL, 27, PP. 95 - 118.
FUNDACIÓN JUAN FÉLIX SÁNCHEZ y CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA.
(s.f.). Fundación Casa de la Cultura Juan Félix Sánchez de Mérida. [Catálogo]. Mérida, Venezuela;
s.p.

ALCALDÍA MUNICIPIO LIBERTADOR Y HACIENDA MUNICIPAL.

Actualmente funciona en parte de las instalaciones del Reformatorio Infantil como


lo fue la Antigua Casa Cuna de Mérida, ubicada en la Av. Urdaneta de nuestra
ciudad.
Tal edificación, fue un prototipo de la política de dotación de infraestructura del
Estado entre 1930 y 1950, señala Carlos Amaya (1989, p. 23), haciendo historia en la
arquitectura moderna de la ciudad de Mérida, al contribuir en modificar la fisonomía
de la ciudad, incluso antes de la construcción de la avenida de circulación rápida… obra
con requerimientos espaciales difíciles de lograr dentro del casco central…
Fue declarada Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5). Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
AMAYA, Carlos. (1989). Geografía Urbana de una Ciudad: El caso de Mérida. Mérida, Venezuela:
Consejo de Publicaciones, Universidad de Los Andes.

ARCHIVO GENERAL DEL EDO. MÉRIDA (CASA VALECILLOS).

Ubicado actualmente en la Av. 3 (Independencia) con Calle 34 (Flores), el Archivo


General del Estado Mérida (AGEM) custodia buena parte del patrimonio
documental de Mérida y la región andina.
Según el trabajo realizado por los jefes de áreas, Robert Castillo, Zoraima Guédez,
María Villafañe y Frank Atuve (2003, pp. 29 - 35), el Archivo General
Creado por la Ley de Archivos del Estado en 1995, fusiona el Archivo Histórico que venía
funcionando desde 1987 y el Archivo del Estado creado por decreto desde 1935. Está
constituido por la documentación del Ejecutivo merideño como fondo matriz y la
documentación colonial (Fondo Escribanías) entregada en guarda y custodia por el
Registro Principal en 1989, además de documentación de otras instituciones que por una
u otra causa son custodiados en el archivo. Es un organismo cultural que se encarga de
rescatar, organizar, describir, conservar y difundir los fondos documentales de la entidad
federal, fundamentalmente de la gobernación. Ofrece información valiosa los
investigadores, estudiantes y a la comunidad en general. Su objetivo se centra en la
organización, conservación y salvaguarda del patrimonio documental archivístico del
estado, parte integrante del patrimonio cultural de la nación. (pp.29 - 30).
El AGEM está dividido, según la Ley de Archivos del Estado Mérida en una Sección
Histórica encargada de custodiar y conservar los documentos públicos declarados con

193
valor histórico y una Sección Intermedia que funciona como archivo central de la
administración pública del Estado Mérida.(p.30)
La Sección Histórica está compuesta por el Área de Descripción y Trascripción
Paleográfica, conformada por el Fondo Escribanías con la documentación más antigua
que custodia el AGEM, la misma que se originó durante la administración del
Ayuntamiento de Mérida siglos XVI – XIX; el Fondo Colonial, que abarca en su mayoría
el registro de los contratos realizados entre los vecinos, compra – venta, testamentos,
poderes, fianzas y carta de libertad de esclavos; (pp. 30 - 31).
El Fondo Registro Subalterno Tovar, con documentos de información diversa con data
entre 1779 y 1900; y el Fondo Fotográfico, testimonios gráficos de las obras y actos del
Ejecutivo, Asamblea Legislativa y Consejo Municipal, con un aproximado de 4.000
imágenes en su mayoría de la década del 50’. (p. 32)
El Área de Clasificación y Descripción Documental se encarga de los procesos
archivísticos para la documentación producida y recibida por los diferentes organismos
públicos que hicieron vida en Mérida entre 1830 y 1950: Gobernación, Asamblea
Legislativa, Consejo Municipal, (pp. 32 - 33)
Jefaturas Políticas, Consejo de Administración, Publicaciones Periódicas, Revistas y
Boletines, Gacetas y Material Bibliohemerográfico sobre Mérida; todos ellos organizados
en Fondos y Colecciones respectivamente. (pp. 34 - 35).
Actualmente el AGEM funciona como arrendatario de la Casa de la sucesión
Valecillos, la Qta. Elvira identificada con el Nº 33 – 61, construida en 1951 en base
al prototipo de vivienda unifamiliar de la época, colindando con otras del mismo
tono arquitectónico como la casa de Luisa Gabaldón de Guerra donde, según la
apreciación de Beatriz Febres Cordero (2003, p. 123,) se combinan las diversas
variaciones del neohispano y lo característico del funcionalismo, causando una ruptura en
la silueta urbana en cuanto a la continuidad del plano al proyectarse con introducción de
retiro en todas las direcciones con respecto a la vivienda aislada.
Concebida para uso residencial, según los datos aportados por la descripción física
elaborada por Rosalía Volcanes de Salvatierra (1999, s.p.), fue construida mediante la
técnica moderna de concreto armado, vigas y columnas, revistiendo sus paredes de
bloque de arcilla con mortero de cemento y cal tanto en su interior como exterior.
Alrededor de sus fachadas, un medio muro de piedra en obra limpia, le concede
una ilación armónica a la vista de la casa que se acentúa por el balcón voladizo de
la planta alta. El ingreso está precedido por un hall de entrada que lleva al visitante
a dos salones principales de recepción, el área de habitación (ocho habitaciones)
cercado por corredores y al fondo, la cocina, el área de servicio y el patio interno.
Una escalera revestida en mármol conduce al piso superior donde se encuentran
otras habitaciones y salones, todos actualmente destinados como depósitos del
AGEM.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.

_______________________
FUENTES:

194
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2003). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Estudios de Postgrado.
VOLCANES DE SALVATIERRA, Rosalía. (1999). Casa Valecillos (Archivo General del Estado
Mérida). [Avalúo de Bien Inmueble]. Mérida, Venezuela.
CASTILLO, Robert, GUÉDEZ, Zoraima, VILLAFAÑE, María y ALTUVE, Frank. (2003). El Archivo
General del Estado Mérida. Memoria Arbitrada del Primer Simposio “Los Archivos y la
Investigación Histórica”. Mérida, Venezuela.

PALACIO DE GOBIERNO DEL ESTADO MÉRIDA.

Ubicado frente a la Plaza Bolívar entre Avenidas 3 (Independencia) y 4 (Bolívar),


en la calle 23 (Vargas), la actual Gobernación es el proyecto y la edificación
ejecutada bajo la tutela del Arquitecto Manuel Mujica Millán entre 1954 y 1958.
El primer edificio levantado por la Municipalidad data en 1883, en el mismo sitio
que ocupó el antiguo Ayuntamiento Colonial. Este edificio sufrió ampliaciones en
1902 y reedificado entre 1933 y 1934, según Tulio Febres Cordero (1960, p. 52).
En la década del 50’ es reemplazado por el proyecto de Manuel Mujica Millán el
cual introduce una unidad espacial en el lugar de la Plaza Bolívar por medio del
aumento de su escala y la acentuada horizontalidad, lo que le otorga una
monumentalidad significativa, además del alto nivel de textura y la calidad de los
materiales utilizados. Al respecto, Beatriz Febres Cordero (2001, p. 180) reseña:
El edificio de la Gobernación fue concebido como la sede de los tres Poderes Públicos y
planificado tanto funcional como espacialmente con el fin de lograr una mayor comodidad
en los diferentes espacios y en los recorridos entre las diferentes dependencias. Se
evidencia una estrecha comunicación visual y espacial con el lugar del entorno, lo cual
proporciona suficiente iluminación en el interior de la edificación
Manuel Mujica Millán reinterpretó la temática colonial en dicho edificio transformando
las respectivas referencias —según su criterio— en un barroco moderno que le concede
una extraordinaria elegancia sin menoscabo de a sencillez. En el proyecto de renovación,
se mantienen algunos elementos del edificio anterior, como el balcón y la arcada del
cuerpo central, mientras que hacia las esquinas los cuerpos tipo torre son realzados
mediante los balcones donde parece haber una transición entre el espacio público y el
privado. Los vanos de ventanas y demás accesos producen visualmente una riqueza en el
plano de las fachadas, induciendo a una adecuada textura y ritmo que indican a su vez
una diferenciación funcional hacia el exterior y su relación con la organización espacial
interior cuyo recorrido implica un trayecto con diferentes envolventes.
En su interior varios murales ilustran episodios históricos de Mérida, destacándose
la pintura de Marcos León Mariño de 1936 titulada “La Junta Patriótica de Mérida”
ubicada en la sala de sesiones y el escudo en bronce que le corona es obra del
maestro armero y metalúrgico del valenciano Ramón Chullía. (Roldán Esteva-
Grillet, 1995, pp. 16 - 17).
Esta edificación fue proclamada Monumento protegido con declaración Nacional
en 1994 y Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5). Gaceta
Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:

195
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
ESTEVA-GRILLET, Roldán. (1995). Antecedentes de la Modernidad Plástica en Mérida. De
Arquitectura, 3 (3), pp. 13 – 20.

CONTRALORÍA DEL ESTADO.

Actualmente su sede está ubicada en la Calle 42 con prolongación de la Avenida 2


(Lora), Urbanización El Encanto, Casa 2-10, construida entre 1957 y 1959 como
residencia familiar cuando aparecen las primeras urbanizaciones a lo largo del eje
de la Avenida Urdaneta y el Parque Tibisay en la década del 50’.
Beatriz Febres Cordero (2001, p. 205) con respecto a las características arquitectónicas
de esta casa señala:
La masa urbana esta compuesta por adición de diferentes volúmenes que producen un
dinamismo enfatizado por un elemento semicircular que sobresale en su desarrollo.
Presenta una interesante combinación de superficies, elementos y volúmenes, que aluden
a un neoplasticismo; igualmente, el juego de vanos sobre las superficies de fachadas es de
gran interés. Hacia la Avenida 2 (Lora), la superficie de fachada esta escalonada
sutilmente rematando en una especie de cornisa baranda de sección esbelta con
proyección de su perfil en ángulo. En dirección de la Calle 44 se presentan tres
superficies: el volumen que albergaba el garaje originalmente, la caja de escalera que
remata con un techo en ángulo pronunciado (elemento que se repite sobre la Avenida 2) y
el cuerpo semicircular que alberga el salón y una terraza abierta, resaltando las columnas
que rematan en la pérgola de la terraza solarium.
Hacia el parque, la casa presenta a la vez un escalonamiento de superficies hasta llegar al
núcleo de acceso con un pequeño porche, el cual se eleva sobre el nivel de la calle y del
parque, sobre un basamento en piedra. Este cuerpo de acceso muestra una columna que
continua hacia el piso superior en una pequeña terraza. Presenta también una
combinación de techos planos y elementos fuertemente en pendiente.
La casa ha sufrido varias remodelaciones y cambios de uso en el transcurso del tiempo.
_______________________
FUENTE:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIFICIO SEDE DE LA CONSEJO LEGISLATIVO DEL ESTADO MÉRIDA (ANTIGUO BANCO


MARACAIBO).

Ocupa la esquina SE – SO de la plaza Bolívar, en la intersección de la calle 22 con la


Av. 4. Según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador,
fue construido en la década de los 60’. Esta edificación se percibe como un
volumen de cuerpo único contenedor de tres niveles, representa una intervención

196
volumétrica en su ámbito y, según la apreciación de Juan de Dios Salas (1996, p. 76),
significó en su momento, un logrado esfuerzo por hacer compatible la escala de una
edificación contemporánea, con la de las edificaciones existentes en las adyacencias (casa de
la esquina de la Torre y Catedral de Mérida).
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

PALACIO DE JUSTICIA.

La actual sede del Palacio de Justicia la constituye el Edificio Hermes ubicado en la


Calle 23 (Vargas) con Avenida 4 (Bolívar). Según su ficha catastral registrada en la
Alcaldía del Municipio Libertador, fue construido entre 1960 y 1962.
El Edificio Hermes, como una muestra más de los innovadores proyectos en la
tipología residencial que se estaban fabricando en Mérida para la época, representó
un símbolo de modernidad que rompió la tradicional faceta del casco central de la
ciudad, con respecto a la lectura del entorno más cercano, también innovador, de
los proyectos de Millán.
Según los datos aportados por Carolina Padrón (1994, s.p.),
Este edificio fue erigido en un área de 1.486 m2 tras la compra del terreno por Rubén
Avendaño Monzón y otros a nombre de la compañía anónima “Inversiones Inmobiliaria
(INMOBILCA C.A.)” a sus primeros dueños, los esposos Olivia y César Salas Ruiz de
Caracas. Fabricado por la misma compañía, el Edificio Hermes constaba de cinco pisos
más planta baja donde funcionaban los locales comerciales, sótano y terraza, cuya
fachada, ciertamente, distaba en forma y estilo de los demás edificios circundantes. En
octubre de 1976, Pedro José Avendaño Balza como administrador y representante legal de
Inversiones Inmobiliaria C.A., vende al Estado el edificio por una cuantiosa suma de
bolívares para establecer en él la sede del Palacio de Justicia; desde entonces, el Gobierno
rige la vida del edificio.
En 1992, se inició un programa de remodelación de las fachadas interiores y exteriores del
Edificio Hermes a cargo de la empresa constructora “Mucucharastí” en manos de los
Arquitectos Flor de Castro, Fernando Chuecos y otros y la Gobernación del Estado, que
contempló un tratamiento al estilo utilizado en los Edificios Públicos y Religiosos que
forman el entorno de la Plaza Bolívar, creándose la imagen de sobriedad y modernidad
que debe tener un edificio de esta envergadura.
De esta manera, por tanto, se enmascara el edificio moderno con una portada
millanizada de tal forma, que dentro del referido casco histórico, el edificio no
causara un contraste visual y mantuviera a distancia, un estilo arquitectónico
armónico con el resto del entorno.
En su exterior da cuenta de una planta baja transformada en arcada cubierta en
madera y teja criolla, elemento que según Juan de Dios Salas (1996, p. 58), es el

197
elemento formal de mayor retención en la imagen del observador, además del balcón
angular con barandas y pilares de madera que reclaman el acento de la imagen de la
edificación. Toda la masa de la torre de este edificio es dominante sobre el resto de las
edificaciones del ámbito y atrae al observador de la ciudad.
_______________________
FUENTES:
PADRÓN, Carolina. (1994): Memoria del Edificio Hermes. [Expediente]. Mérida: Archivo de la
Alcaldía del Municipio Libertador.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

MUSEO DE ARTE MODERNO “JUAN ASTORGA ANTA”.

Cómo la primera institución de su tipo creada en una ciudad del interior de


Venezuela y tras una serie de trámites por parte de un muy selecto grupo de
personalidades de la actividad cultural regional quienes veían con preocupación la
ausencia de una institución museística que para entonces, proyectara las
principales corrientes del acontecer plástico nacional, el Museo de Arte Moderno
de Mérida fue inaugurado el 1ro de octubre de 1969. Sobre los inicios del museo,
Juan Calzadilla (1995, p. 18) reseña:
Con la labor inicial del Dr. Juan Astorga Anta, profesor de la Universidad de Los Andes
y fundador del Departamento de Arte de la Facultad de Humanidades y la colaboración
del pintor Oswaldo Vigas quien dirigía en ese momento la Dirección de Cultura de la
Universidad de Los Andes, así como también del Dr. Jesús Rondón Nucete, Diputado de
la Asamblea legislativa, el Dr. Simón Alberto Consalvi, Director del INCIBA (hoy
CONAC), y el Dr. Germán Briceño Ferrigni, Gobernador del Estado para entonces, se
consolida el proyecto para Mérida.
La Colección del Museo se inició con una obra donada por el artista Jesús Soto y 17 obras
más procedentes del INCIBA que contemplaba piezas de maestros venezolanos
pertenecientes al Circulo de Bellas Artes y de la Escuela de Caracas así como un conjunto
múltiple de obras cinéticas de Soto, constituyeron parte esencial de lo que representó el
patrimonio inicial del Museo que, para el catálogo inaugural, figuraban
aproximadamente 90 obras.
Hoy día, según el Instituto Merideño de Cultura, la colección del Museo cuenta con
más de 340 obras divididas en 10 modalidades artísticas para su registro y estudio:
Pintura, Dibujo, Escultura, Gráfica, Fotografía, Óptico, Cinético, Constructivismo,
Ensamblaje y Arte no Convencional. Las más recientes adquisiciones son las obras
premiadas en la I, II, III y IV Bienal de Artes Plásticas realizadas en Mérida entre
1990 y 1997, ampliando, incluso la proyección de la colección hacia el Arte
internacional, específicamente latinoamericano.
Veinticinco años después de su apertura en la casa acondicionada para este fin, en
la Urbanización Santa María y su importante crecimiento patrimonial y expositiva,
el Museo de Arte Moderno Juan Astorga Anta (título dado en 1990 por Resolución

198
emanada del Gobierno Regional) se instala en su nueva planta física ubicada en el
centro Cultural Tulio Febres Cordero en 1994.
Los objetivos del Museo de Arte Moderno Juan Astorga Anta como una
Fundación adscrita al Instituto Merideño de Cultura, pueden resumirse en:
Promover y difundir el arte venezolano moderno y contemporáneo en todas sus
manifestaciones; constituir y preservar adecuadamente la colección de obras de arte que
conforman el patrimonio del Museo; promover y desarrollar programas de corte didáctico y
educativo dirigido a niños, jóvenes, especialistas y público en general; organizar
exposiciones temporales o permanentes, temáticas o monográficas, a partir del estudio de la
colección o la renovación con nuevas adquisiciones, aplicando criterios de excelencia y
calidad; e interpretar mediante investigaciones y estudios sistemáticos y metódico la
Colección que se encuentra bajo su cuidado.
Mediante los servicios de atención al publico en sus cinco salas expositivas:
“Oswaldo Vigas”, “Elbano Méndez Osuna”, “César Rengifo”, “Manuel de la
Fuente” y “José Nucete Sardi”, la organización de visitas guiadas, la cimentación
de una Biblioteca y Hemeroteca especializada en Arte, la organización de eventos
vinculados al quehacer artístico nacional, el auspicio institucional para la
realización de trabajos de investigación y pasantías por estudiantes y artistas en
general, el Museo de Arte Moderno Juan Astorga Anta se consolida como una de
las instituciones museísticas más importantes de la región y del país.
_______________________
FUENTES:
CALZADILLA, Juan. (1995). La Colección del Museo de Arte Moderno de Mérida Juan Astorga
Anta. [Catálogo]. Mérida, Venezuela.
INSTITUTO MERIDEÑO DE LA CULTURA. (s.f.). Museo de Arte Moderno de Mérida Juan Astorga
Anta. [Catálogo]. Mérida, Venezuela.

BIBLIOTECA FEBRES CORDERO (EDIF. FORTÍN).

Según el catálogo editado por la Biblioteca Nacional con motivo de la inauguración


de la Biblioteca Febres Cordero (1995), en el año 1977 Tulio y José Rafael Febres
Cordero realizaron la donación a la Biblioteca Nacional en Caracas de la más
amplia colección de publicaciones periódicas de la Venezuela del siglo XIX que
existe en el país después de la que reposa en la Hemeroteca Nacional. Estaba
constituida por libros, folletos, manuscritos y fotografías coleccionadas
inicialmente por Don Tulio Febres Cordero, el Cronista por excelencia de la
Ciudad de Mérida. Con la intención de que tal legado quedase en territorio
merideño, se constituyó un convenio con CORPOANDES para conseguir en
comodato la Casona Colonial del Parque La Isla y proporcionarle un espacio para
el resguardo de la colección Febres Cordero. Sin embargo, la misma, por las
características físicas del lugar, no resultó la más ideal para tal función, lo que
obligó a gestionar ante las autoridades de la Alcaldía del Municipio Libertador del
período 1990 – 1992, un nuevo local.

199
La segunda planta del edificio “El Fortín”, construido en 1992 según lo indica su
ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador, es la sede
actualmente de la Biblioteca Febres Cordero, el cual se encuentra ubicado en la
Avenida 3 (Independencia) entre calles 22 (Canónigo Uzcátegui) y 23 (Vargas), con
900 m2 a su disposición.
Según el estudio realizado por Juan de Dios Salas (1996, p. 143),
Es una edificación construida en una parcela intermedia que posee dos frentes urbanos:
uno sobre la cara SE de la Av. 3, y el otro, sobre la cara NO de la Av. 2. Se trata de un
volumen de dos niveles que se desarrollan en aprox. 30 m. de frente. La planta baja
presenta un plano de fachada retraído con una galería con solución de continuidad. Su
diseño se compone mediante una gran variedad de elementos formales: intercolumnios de
diferente luz, diferentes tipos de arcos, un prisma de base triangular que interrumpe el
pórtico principal.
La sala fue abierta en enero de 1995 con una colección fortalecida por donaciones
de otras instituciones además de la colección Febres Cordero: impresos,
monografías, manuscritos y fotografías de venezolanos y venezolanistas que datan
entre el siglo XIX hasta 1930; Biblioteca de Escritores Merideños; Retratos del
pintor Iván Belski; Documentos manuscritos impresos entre los siglos XVI, XVII y
XVIII; y la Colección Sucesión Salvador de la Plaza, que suman en total el
patrimonio documental organizado en los siguiente fondos:
 Libros y Folletos; actividad intelectual de la Venezuela del S. XIX y XX, con aprox.
1.000 títulos;
 Sección Hemerográfica con aprox. 3.292 títulos nacionales y 94.759 números;
 Sección de Manuscritos, constituido por 1.563 documentos originales o copias de
manuscritos de la época de la Colonia hasta el siglo XX (la mayoría originaria de la
Colección Febres Cordero), documentos sobre la dinámica merideña de las
instituciones públicas y privadas entre 1930 y 1960 (aprox. 445 ejemplares),
correspondencias de contenidos oficiales, de negocios y familiares;
 Sección Publicaciones Oficiales: gacetas, diarios de debates y boletines producidas
entre 1860 hasta el siglo XX, así como monográfica sobre ordenanzas, discursos,
leyes, decretos, memorias, estadísticas y otros;
 Sección Hojas Sueltas, expresión de la publicidad e información volante producida
entre 1848 y 1967 con aprox. 7.000 ejemplares.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela.
BIBLIOTECA NACIONAL. (1995). Biblioteca Febres Cordero [Catálogo]. Caracas.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

200
BIBLIOTECA BOLIVARIANA.

Edificación ubicada en la Av. 4 (Bolívar) entre calles 19 y 20 (Federación),


construida a partir de 1982 según lo indica su ficha catastral registrada en la
Alcaldía del Municipio Libertador, e inaugurada el 14 de julio de 1983 en base al
proyecto del Arquitecto Corredor Müller, en el mismo lugar que ocupaba la
antigua “Escuela Picón”.
Según los datos aportados por un catálogo elaborado por la Fundación Biblioteca
Bolivariana de Mérida y auspiciada por la Alcaldía del Municipio Libertador, la
Biblioteca Bolivariana fue creada con el fin de albergar un conjunto de obras de
arte y colecciones de libros, revistas y periódicos de gran calidad y valor histórico,
principalmente sobre el Libertador Simón Bolívar, el proceso de emancipación
americana y sobre los próceres de la Independencia.
Se accede mediante una escalinata que bordea una plaza abierta nombrada “Plaza
Venezuela” contenedora de una escultura de Manuel de la Fuente titulada “Ansias
de Libertad”; uno de los cañones utilizados en la Batalla de Carabobo; piedras de
sillería de la casa del Coronel Vicente de Campo Elías; y varios fustes que sirven de
apoyo para las banderas de los países bolivarianos; a su alrededor jardineras con
árboles nacionales de las mismas naciones.
La puerta principal es una réplica del portón del Palacio de la Inquisición de
Cartagena, ciudad por la cual Bolívar entró en la historia en 1813. En su interior, se
encuentran distribuidos los salones y corredores que le conforman en las tres
plantas de su alzado: el Salón Colombia, en planta baja; el Pasillo Perú, el Salón
Ecuador, la Galería Haití y el Salón Panamá, en el primer piso; y en el ultima nivel,
se encuentran el Pasillo de Caracas, el Salón Bolivia y el área del Fondo
Bibliográfico de la Biblioteca. Además se encuentran la sala de lectura con
capacidad para 100 lectores, cubículos para investigadores, sala de procesos
técnicos y área de almacenajes para 15.000 volúmenes.
_______________________
FUENTES:
FUNDACIÓN BIBLIOTECA BOLIVARIANA DE MÉRIDA y ALCALDÍA DEL MUNICIPIO
LIBERTADOR. (s.f.). Fundación Biblioteca Bolivariana de Mérida [Catálogo]. Mérida, Venezuela;
s.p.

CASA DE LA CULTURA JUAN FÉLIX SÁNCHEZ.

Según un catálogo de su propia autoría, la Fundación Casa de la Cultura “Juan


Félix Sánchez “de Mérida, es una institución cultural creada por Ley de la
Asamblea Legislativa del Estado Mérida cuya personalidad jurídica está registrada
desde el 26 de febrero de 1986 en la Oficina Subalterna de Registro del Distrito
Libertador del Estado Mérida, bajo el No. 27, Tomo 14, Primer Trimestre de 1986.
Tiene como propósito ubicar el hecho cultural merideño en su especificidad dentro
de la identidad nacional e hispanoamericana, promover intercambios culturales

201
con otras regiones del país, con Latinoamérica y Europa, asumiendo la integración
como un valor de primer orden. Publica la Revista LEGADOS como órgano oficial
de la Fundación y con los testimonios de esa cultura viva que se quieren preservar
y promover, junto con las diversas publicaciones, catálogos, afiches, trípticos y
folletos sobre las actividades de la casa. Tiene a disposición de la comunidad en
general, los servicios de la biblioteca del Centro de Arte y Documentación Don José
Agustín Catála.
La Casa de la Cultura es un espacio y un conducto para la puesta en escena de la
cultura del pasado, del presente, del futuro y de siempre. Ha sido organizadora y
sede de festivales de violín de Los Andes, el encuentro entre la música clásica y la
popular que reúne en Tovar Estado Mérida a lo más representativo de la música
popular venezolana, así como también ha formado más de 5000 jóvenes y niños en
los talleres de Apreciación Musical (Guitarra y Cuatro, popular y clásico), Arte
Culinario y Repostería, fabricación de Instrumentos Musicales en los talleres
permanentes y Literatura infantil, Música Coral, Cerámica, Pintura. Sus salas de
exposiciones son sede de un promedio de 35 exposiciones por año y escenario para
innumerables charlas, conferencias, reuniones y conversatorios. Alberga las
colecciones de arte popular: “Tiempo de Héroes” y “Vía Crucis” del maestro José
Antonio Bonilla, “Botella al Mar” del artista popular Domingo Antonio Gutiérrez y
“Arte Popular Merideño” de los creadores populares que han expuesto sus obras
en la institución.
Los espacios de la Casa Dávila son compartidos además por el funcionamiento de
las Comisiones de Ambiente de los organismos colegiados del Municipio y el
Estado, de la Comisión del Proyecto Cultural Mérida que reúne a las instituciones
culturales de la entidad, la Fundación para la Organización de Eventos Juveniles
(FUNDAEVENTOS) y la Fundación Musical CUATROPUNTUS.
_______________________
FUENTE:
FUNDACIÓN JUAN FÉLIX SÁNCHEZ y CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA.
(s.f.). Fundación Casa de la Cultura Juan Félix Sánchez de Mérida. [Catálogo]. Mérida, Venezuela.

CENTRO CULTURAL TULIO FEBRES CORDERO.

Ubicado en la Av. 2 (Obispo Lora), entre calles 21 y 22, en los terrenos donde, en la
época de la Colonia, estuvo el Convento de las Hermanas Clarisas y
posteriormente sirvió de sede al Mercado Principal.
Según los datos ofrecidos por un catálogo auspiciado por el Instituto Merideño de
Cultura, el Centro Cultural Tulio Febres Cordero es basado en el proyecto del Arq.
Iván Castellanos, en un área de construcción de 16.000 m2, la etapa norte se
inauguró el 21 de octubre de 1994 y la etapa sur, el 25 de noviembre de 1995. Posee
una altura de 27 m. sobre el nivel del suelo y su espacio interior está distribuido en
diferentes ambientes: Teatro “Gonzalo Picón Febres”, el mas grande del occidente
del país con capacidad para 1218 personas; Auditorio “Antonio Spinetti Dini, con

202
capacidad para 410 personas; las salas de conferencias “Adolfo Briceño Picón” y
“Germán Briceño Ferrigni” para 100 y 50 personas; las Galerías “Juan Bizcarte” y
“Jesús de Berecibar”; Plaza Techada Pedro Rincón Gutiérrez; oficinas, terrazas y
zona rental.
Además de estos espacios, el Centro Cultural ofrece un excelente servicio de
Protocolo a través de su cuerpo de Guías en cada uno de los eventos del que es
sitial. Así mismo contribuye a la formación de niños y jóvenes propiciando la
realización de talleres de formación cultural (danza, teatro, ballet, dibujo y
pintura).
El Centro Cultural, que lleva el nombre del insigne merideño, Don Tulio Febres
Cordero (1860 - 1938) reconocido hombre de letras y nombrado Rector Honorario
de la Universidad, es sede y un ente adscrito al Instituto Merideño de la Cultura
(IMC), que es el organismo rector en materia cultural de la ciudad. Así mismo,
desde 1994 comparte sus espacios con el Museo de Arte Moderno Juan Astorga
Anta.
_______________________
FUENTES:
INSTITUTO MERIDEÑO DE LA CULTURA. (s.f.). Centro Cultural Tulio Febres Cordero. Reseña
Histórica. [Catálogo]. Mérida, Venezuela; s.p...

CUARTEL RIVAS DÁVILA.

Sede del Batallón Justo Briceño, ubicado en la calle 13 entre avenidas 4 y 5, fue
declarado edificación de valor arquitectónico y urbanístico (Resolución 1º). Gaceta
Municipal del Consejo Municipal del Distrito Libertador, Nº 5, Junio, 1980.

EDIFICACIONES E INSTITUCIONES ECLESIÁSTICAS.

CEMENTERIO MUNICIPAL EL ESPEJO.

Se encuentra ubicado en el sector El Espejo de la Parroquia El Sagrario, colindando


con la Avenida 8.
Según Tulio Febres Cordero (1960, p. 74), durante la época colonial, las iglesias y
monasterios eran a su vez, cementerios, hasta que la Corona restringió ese uso en 1794. A
partir de esta prohibición, los cementerios privados se levantaron al lado de los
templos, tal como es el caso de la Capilla de Nuestra Señora del Espejo en cuyos
terrenos aledaños se utilizaron como camposantos, ubicado a cinco cuadras de la
Plaza Mayor. Aun cuando las diferenciaciones sociales existiesen, la calle que
conducía al cementerio se llamó La Igualdad, por cuanto tanto ricos como pobres
paraban por allí camino a su última morada (Luis Jugo, 1993, p. 6).

203
Fue declarada Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5).
Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio,
2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
JUGO, Luis. (1993). Inicios y Evolución de Mérida como Ciudad. Trabajo de ascenso no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

IGLESIA NUESTRA SEÑORA DEL ESPEJO.

Tulio Febres Cordero (1960, p. 60), Christian Páez (1992, p. 125) y Merysol León Barrios
(2000, p. 21), coinciden en que el origen de la iglesia data al año de 1803 con la
fundación de una capellanía por disposición testamentaria de los esposos Juan
Antonio Ovalles y María Ignacia Lobo. En principio, se constituyó como un
pequeño templo el cual, según la tradición, fue dedicada a Nuestra Señora del
Espejo tras hallar en una huerta de los predios un cristal que contenía la imagen de una
virgen que representaba a la Inmaculada Concepción.
Asimismo, apuntan como fecha de una primera ampliación y reconstrucción el año
de 1814, luego de verse afectado por el terremoto de 1812; trabajos de
reconstrucción que ampliarían sus dimensiones espaciales y que se extendieron
hasta 1841.
Según Merysol León Barrios (p. 21 - 22), en 1919 por iniciativa del prebístero F. Edmundo
Vivas, se amplió con la construcción de dos naves menores e igual números de altares. Así
mismo, señala la autora, el aspecto neogótico de su fachada le fue atribuida en el
año 1923, bajo la dirección del arquitecto Rafael Puente, cuando estaba en boga las
reminiscencias de los estilos históricos. En cuanto a sus características
arquitectónicas refiere:
Su fachada está conformada por tres vanos de ingreso enmarcados por arcos ojivales, un
rosetón al centro y medallones hacia los laterales, estando a su vez flanqueados por
medias pilastras adosadas. La torre del campanario se eleva hacia el centro del templo con
cuatro vanos de luz: dos centrales con arcos lobulados y relieves a manera de tracerías y
dos laterales que dejan al descubierto las campanas. Su interior lo conforma una planta
basilical, longitudinalmente no muy profunda, con una techumbre de bóvedas de medio
cañón que descansan sobre arcos y pilares de capitel moldurado. El altar mayor está
cubierto por bóvedas de arista que amplían el espacio. La iluminación provienes de las
amplias vidrieras colocadas a lo largo de las naves laterales.
No sufre remodelación alguna hasta 1993 cuando es repuesto el techo y se realizan
otras mejoras en su infraestructura.
Fue declarada Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5). Gaceta
Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio, 2004.

204
_______________________
FUENTES:
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
LEÓN BARRIOS, Merysol. (Comp.). (2000). Iglesias del casco Central de Mérida. Mérida,
Venezuela: Departamento de Publicaciones, Facultad de Humanidades y Educación, Universidad
de Los Andes.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un Tema Urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.

IGLESIA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN.

Ubicada en la avenida 4 Bolívar entre calles 20 Federación y 21 laso. Constituye la


obra de arquitectura religiosa más antigua de la ciudad.
Tulio Febres Cordero (1960, p. 60), Christian Páez (1992, p. 127) y Merysol León Barrios
(2000, p. 17), coinciden en varias fechas que determinaron la historia de la
edificación: el origen de la iglesia data al año 1629 cuando funcionaba allí el
convento, el templo y el colegio de los Jesuitas; en 1779 pasó a manos de la orden
de los Dominicos. Con el terremoto de 1812 y la destrucción de la Iglesia de San
Francisco, para ocupar la Catedral de Mérida su iglesia hasta 1866. La Iglesia fue
cedida y reconstruida por la sociedad del Carmen en 1872, según Merysol León
Barrios, con la obra arquitectónica de Juan Bautista Torres.
Luego del terremoto de 1894 la iglesia sufre considerables daños sufriendo una
primera reedificación del prebístero, paredes y techo. Hacia 1935, las Hermanas de
la Congregación de las Siervas del Santísimo fomentan una nueva reconstrucción
con el objeto de reforzar los muros y reemplazar los techos de madera, caña y teja
por concreto armado. En esta oportunidad, apunta Merysol León Barrios, fue el Arq.
Luis Bosetti quien reedifica el prebisterio para luego ser decorado por hermosos murales
elaborados por el artista colombiano Marcos León Mariño.
Otros datos aportados por Merysol León Barrios, son las fechas de las posteriores
refracciones de la iglesia. En 1966 se realizan nuevos trabajos de restauración por
la constructora de los hermanos Grespan, interviniendo el prebisterio y la cúpula.
En 1991, el Gobierno regional respalda otra restauración en donde se coloca de
nuevo el techo de madera siguiendo el modelo colonial, siendo consagrada
finalmente la iglesia el 17 de diciembre de 1994.
Aunque la iglesia conserva el espíritu colonial y las características del templo
primitivo, la edificación que permanece para nosotros es una obra producto de las
intervenciones realizadas durante los siglos XIX y XX.
Sobre sus características arquitectónicas, Merysol León Barrios (p. 20) señala:
La portada de corte neoclásico, propio de la época de finales del siglo XIX, se encuentra
precedida por una pequeña plazoleta. Saltan a la vista sus elementos clásicos como las
columnas del dórico romano que flanquean el vano principal y el friso de triglifos y

205
metopas, además de ser custodiados por un par de ángeles; a nivel del vano coral, en sus
extremos, se hallan las esculturas de santo Domingo y San Agustín, obras del artista
merideño Rafael Pino, y en la parte superior a ellos, el frontón es interrumpido por una
cornisa saliente que da paso a la espaldaña rematada por una imagen de la Virgen del
Carmen. Al interior, su única nave conduce la mirada hacia el arco toral y la pequeña
cúpula del prebisterio el cual, en las enjutas del arco y el tambor de la bóveda así como los
muros laterales, se encuentran las pinturas de Mariño ilustrando con temas del Antiguo
y Nuevo Testamento, en cálidas tonalidades de azul, iluminando el altar. Sus muros
apenas son interrumpidos por nichos y ventanas vidriadas con colores que tamizan la
poca luz natural.
Es precisamente su gran sencillez lo que hace de este recinto sagrado, un
lugar de afinidad para todos, el cual fue declarado Patrimonio Histórico
Cultural del Municipio Libertador del Estado Mérida (Decreto 5S5).
Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110,
Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
LEÓN BARRIOS, Merysol. (Comp.). (2000). Iglesias del casco Central de Mérida. Mérida,
Venezuela: Departamento de Publicaciones, Facultad de Humanidades y Educación, Universidad
de Los Andes.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un Tema Urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.

ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE MÉRIDA.

La sede del AAM está ubicada en el ala izquierda del Palacio Arzobispal frente a la
plaza Bolívar de Mérida.
Sobre su perfil institucional así como de sus instalaciones, el catálogo elaborado
por Elizabeth Avendaño y Ana Hilda Duque (2002) nos refiere:
El Archivo Arquidiocesano de Mérida -AAM-, es un servicio Arquidiocesano del
Arzobispado de Mérida -Venezuela creado por Decreto del Obispo Antonio Ramón Silva
García el 11 de junio de 1905. Se nutre constantemente, según las disposiciones
eclesiásticas respectivas de las diferentes dependencias de la Arquidiócesis de Mérida y de
donaciones. Está adscrito a la Pontifica Comisión de Bienes Culturales de la Iglesia, al
Departamento de Bienes Culturales de la Conferencia Episcopal Venezolana y pertenece a
la Asociación Venezolana de Archiveros Eclesiásticos (ASOVAE). (p. 3).
Ocupa aproximadamente 381,78 mts. de su espacio dentro del cual funcionan: la
recepción, la dirección, dos salas para usuarios (una para investigadores proveída con
equipos de computación y otra en el pasillo compartida para labores de organización
documental y usuarios de la biblioteca), un salón de documentos, una sala de informática
y administración, la biblioteca anexa más las áreas de servicio y depósito; la
Fotocopiadora “El Archivo” y una sala de aproximadamente 65 mts. compartida con el
Museo Arquidiocesano; con capacidad para 60 personas para actividades académicas y de
extensión. (p. 10).

206
El Archivo Histórico está organizado en secciones y series, el documento más antiguo
hasta ahora localizado data de 1611. El fondo tiene aproximadamente 264 mts lineales de
documentación. Es eminentemente eclesiástico. (p. 22).
Las Secciones del Archivo Arquidiocesano de Mérida son: Episcopales, Parroquias,
Catedral, Conventos y Seminario. Las Series están constituidas por: Actas Capitulares,
Administración, Asuntos de indios, Asuntos Matrimoniales, Bienes Raíces, Bula de
Cruzada, Cabildo Catedral, Capellanías, Cartas Ilmo. Silva, Cartas Ilmo. Silva
(D’Empaire — Maracaibo), Cartas Ilmo. Silva (Gobierno Nacional), Cartas Ilmo. Silva
(Particulares), Cartas Ilmo. Silva (Representaciones), Catedral, Catequesis, Cementerios,
Confirmaciones, Copias de Libros Parroquiales, Correspondencia Secretarial, Curatos,
Diezmos, Dispensas e Impedimentos Matrimoniales, Dispensas Matrimoniales,
Fotografías, Afiches y Diplomas, Gobierno Civil, Gobierno Eclesiástico Capítulo
Episcopal y Santa Sede, Gobierno Eclesiástico Cartas, Gobierno Eclesiástico
Certificaciones, Gobierno Eclesiástico Nunciaturas, Gobierno Eclesiástico Pastorales y
Circulares, Gobierno Eclesiástico relativo a estatutos, diócesis y otros; Hospitales,
Impresos, Informes Biográficos, Informes Históricos, Inventarios, Judiciales,
Legitimaciones, Libertad y Soltería, Libros Parroquiales, Libros Varios, Licencias de
Hábitos Eclesiásticos y Órdenes, Licencias Ministeriales, Museo, Música, Opción a
Cargo Eclesiásticos, Planos y Mapas, Reclamos a Eclesiásticos, Religiosos, Seminario,
Sínodos, Sociedades y Obras Pías, Templos y Capillas, Testamento, Traslado de Restos,
Visitas Pastorales y Varios.(pp. 23 - 26).
_______________________
FUENTE:
AVENDAÑO, Elizabeth y DUQUE, Ana Hilda. (2002). El Archivo Arquidiocesano de Mérida - AAM
[Catálogo]. Mérida: Arquidiócesis de Mérida.

IGLESIA SAN JUAN BAUTISTA DE MILLA.

Ubicado en la Avenida 2 (Obispo Lora) con calle 13.


Es el templo de un antiguo barrio colonial constituido desde el siglo XVII (Luis
Jugo, 1993, p. 31), el cual constituyó el límite urbano de la ciudad por muchos años.
Según la tradición, señala Christian Páez (1993, p. 109), debe su nombre a Juan de
Milla, primer constructor del cual se tenga noticias en Mérida.
Tulio Febres Cordero (1960, p. 61), indica como fecha de elevación a parroquia en
1805, momento en el cual adquiere la advocación de San Juan Bautista.
La actual edificación fue construida en 1906, como lo indica en su portada, luego
de los daños importantes que sufriera la iglesia en el terremoto de 1894.
En 1970, según Merysol León Barrios (2000, p. 9), la iglesia fue restaurada por los
arquitectos Alfonso Vanegas Rizo y Paolo D’ Onghia Colaprica, reparando la
techumbre, los muros y las columnas de su interior, respetando la fachada
levantada después del terremoto.
En la opinión de Christian Páez (p. 110), su fachada es otro ejemplo del lenguaje
neoclasicista y neobarroco de la arquitectura religiosa elaborada para ese momento.
Conserva las características del templo colonial: tres vanos de acceso que conducen

207
a las tres naves, cubiertas por el techo de pares, nudillos y tirantes y soporte de
pilares cruciformes en madera.
La iglesia fue declarada Monumento protegido con declaración nacional en 1994.
_______________________
FUENTES:
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
JUGO, Luis. (1993). Inicios y Evolución de Mérida como Ciudad. Trabajo de ascenso no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.
LEÓN BARRIOS, Merysol. (Comp.). (2000). Iglesias del casco Central de Mérida. Mérida,
Venezuela: Departamento de Publicaciones, Facultad de Humanidades y Educación, Universidad
de Los Andes.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
ACTUAL, 27, PP. 95 - 118.

MUSEO ARQUIDIOCESANO DE MÉRIDA “MONS. ANTONIO RAMÓN SILVA GARCÍA”.

Desde 1995 el Museo Arquidiocesano ocupa los espacios de la Antigua Capilla El


Sagrario, en el Palacio Arzobispal de Mérida frente a la Plaza Bolívar, Av. 4
(Bolívar).
Sobre su perfil institucional así como de sus instalaciones, el catálogo elaborado
por Ana Hilda Duque (2002) y el auspicio de la Arquidiócesis de Mérida, nos refiere:
En 1910, el Obispo Ilmo. Dr. Antonio Ramón Silva, en una Pastoral al muy Venerable
Cabildo, demás clero y fieles de la Diócesis de Mérida, anunció como parte de la
celebración del Centenario de la Independencia, la creación de un Museo Diocesano en un
departamento de la Curia Eclesiástica. Este museo constaría de una Primera Parte con
productos y especimenes botánicos, animales y minerales; secciones de historia
eclesiástica, civil y profana, que se dividirían en Precolombina, Colonial y Republicana, y
una sección de industria. La Segunda Parte comprendería objetos y productos
extranjeros, naturales, artificiales e históricos. El 5 de Julio de 1911, un año después del
anuncio del Obispo Silva, fue inaugurado el Museo Diocesano por el Sr. Provisor y
Vicario General de la grey.
Actualmente el Museo Arquidiocesano de Mérida es una institución cultural sin fines de
lucro dependiente de la Arquidiócesis de Mérida y adscrita al Departamento de Bienes
Culturales de la Conferencia Episcopal Venezolana. En su colección tiene aprox. 1.500
objetos y piezas referentes al culto religioso católico, mobiliario, ornamentos y objetos
sacros, dentro de los que se destacan especialmente por su antigüedad las campanas “Ave
María” y “San Pedro” que datan a los años 909 y 912 respectivamente, consideradas la
segunda y tercera más antiguas que se conservan en el mundo.
Por el interés antropológico y estético de las piezas resaltan aquellas relacionadas con
nuestro pasado prehispánico, íntimamente asociadas con los cultos indígenas. Entre ellas
cabe mencionar los trípodes, incensarios y figuras de cerámica. A esta colección pertenece
la momia de un hombre indígena de unos 19 o 24 años de edad, encontrada en un abrigo
rocoso cercano a la aldea “La Ovejera”, situada a escasos kilómetros de Pueblo Nuevo del
Sur.
Por su valor artístico, destacan además las pinturas que conforman una interesante
pinacoteca colonial. Obras como “La visión del Beato Alonso Rodríguez”, pintura
anónima del siglo XVII relacionada con el taller bogotano de Gaspar de Figueroa; o la

208
“Virgen del Carmen”, atribuida al pintor neogranadino Gregorio Vázquez de Arce y
Ceballos, también del siglo XVII, dan testimonio de la importancia artística e
historiográfica de la colección. En la última década del siglo XX, se incorporó a la
colección una variada muestra de Arte Popular procedente de la zona andina del país.
_______________________
FUENTE:
DUQUE, Ana Hilda. (2002). Museo Arquidiocesano de Mérida “Mons. Antonio Ramón Silva
García”. [Catálogo]. Mérida, Venezuela: Arquidiócesis de Mérida; s. p.

IGLESIA DEL PERPETUO SOCORRO (LA TERCERA).

Ubicada en la esquina de la calle 18 (Fernández Peña) con Av. 3 (Independencia),


frente a la Plaza Miranda.
Originalmente, durante la Colonia el Convento de San Juan Bautista de la Orden
de los Agustinos, se fundó en Mérida durante el siglo XVI, siendo en 1595, según
Christian Páez (1992, p. 136), cuando se inicia la construcción de la primera iglesia
en la que participó el maestro Juan de Milla.
Según Merysol León Barrios (2000, p. 13), este templo sobrevivió el terremoto de
1812, sirviendo de sede parroquial mientras se reconstruían las otras iglesias.
Estuvo secularizado varios años y en 1856, estuvo a cargo de la tercera orden de San
Francisco (de allí que aún se reconozca como “la iglesia La Tercera”).
En 1926 fue entregada a la congregación del Santísimo Redentor, quienes según
Tulio Febres Cordero (1960, p. 61), inician una primera reconstrucción de la
edificación de la iglesia. Sobre ésta y otras remodelaciones, Merysol León Barrios
apunta:
Levantándose la torre central y modificando su portada en un estilo que recuerda el
neorrománico: rígido, hierático, con ventanas de arcos de medio punto. En 1958 los
hermanos Grespan reconstruyeron la nave, conservando la pared exterior, se agregó un
nuevo cuerpo a la torre y el repertorio de formas para su portada trae para ese momento la
colocación de arcos parabólicos en ventanas, puertas y demás elementos de soporte y
decorativos. Las tres puertas dan paso a una sola nave de ocho tramos la cual es
iluminada por la luz natural tamizada por los vitrales que le rodean.
Fue declarado Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5).
Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio,
2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
LEÓN BARRIOS, Merysol. (Comp.). (2000). Iglesias del casco Central de Mérida. Mérida,
Venezuela: Departamento de Publicaciones, Facultad de Humanidades y Educación, Universidad
de Los Andes.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un Tema Urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.

209
IGLESIA CORAZÓN DE JESÚS.

Ubicada en la esquina de la calle 18 (Fernández Peña) con la Av. 4 (Bolívar) en la


Parroquia El Sagrario.
Originalmente, durante la época colonial, se constituyó como la capilla del
Hospital de la Caridad bajo la advocación de San Juan de Dios. De su presencia
dan testimonio numerosas descripciones sobre la ciudad hechas durante los siglos
XVIII y XIX, entre las que podemos reseñar el corto relato dejado por Francisco
Depons, autor de Viaje a la Parte Oriental de la Tierra Firme en la América Meridional
(1960, pp. 302 - 303) quien visitó la ciudad entre los años 1801 y 1804.
Según Merysol León Barrios (2000, p. 15), en 1892 la congregación de las Hermanas
de Santa Ana pasó a regentar el Hospital y la Capilla. El terremoto de 1894 afectó la
estructura lo que provocó el desplome del techo colocado en 1926.
Al año siguiente se inicia su restauración la cual fue concluida en 1933 bajo la
dirección del conocido arquitecto, pintor y escultor Marcos León Mariño quien,
según Christian Páez (1993, p. 106) bajo el diseño de un claro estilo neoclásico,
Conserva de la reconstrucción anterior, el primer cuerpo de la fachada y dos columnas
panzudas que descargan el arco toral de la nave; de resto, todo es realizado por Mariño:
las esculturas del exterior, la escalera de caracol en madera que conduce al coro, la puerta
de celosía que separa la capilla privada, la pintura del interior y parte del mosaico del
pavimento.
En su portada actual se puede aún apreciar sus diseños: un entablamento
rigurosamente estructurado, un friso con triglifos y metopas, ornamentaciones
florales antecediendo la gran cornisa así como las pilastras achaflanadas que
bordean las esquinas del edificio. La cúpula de media naranja, en su momento, se
constituyó como la primera de su tipo en la ciudad. La escultura del Sagrado
Corazón de Jesús remata el cupulino, acompañado por guardianes alados
colocados sobre los vértices del tambor de la cúpula.
Posteriormente, apunta Merysol León Barrios, en el año 1981, a punto de derrumbarse
tras un deterioro paulatino de la capilla, se clausura el recinto. La Universidad de Los
Andes y el Ministerio de Desarrollo urbano asumen el proyecto de su restauración cuyos
trabajos son culminados en 1995.
La iglesia fue declarada Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto
5S5). Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110,
Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
DEPONS, Francisco. (1960). Viaje a la Parte Oriental de la Tierra Firme en la América Continental.
Caracas: Banco Central de Venezuela.
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.

210
LEÓN BARRIOS, Merysol. (Comp.). (2000). Iglesias del casco Central de Mérida. Mérida,
Venezuela: Departamento de Publicaciones, Facultad de Humanidades y Educación, Universidad
de Los Andes.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
Actual, 27, pp. 95 - 118.

IGLESIA SAN MIGUEL DEL LLANO:

La parroquia El Llano bajo la advocación de Santa Cruz ocupa la parte oeste de la


ciudad de Mérida y la actual iglesia está ubicada en la Av. 3 (Independencia) con
calle 29.
Según Tulio Febres Cordero (1960, p. 61), en el sitio existió con anterioridad una
primitiva capilla para defender de la intemperie a la primera cruz enarbolada en la ciudad,
hasta que el templo adquirió el rango de parroquia en el año de 1805.
El primer templo edificado estaba situado, señala Christian Páez (1992, p. 130), en el
lugar donde es hoy la calle Independencia, interrumpiendo la calle. Después del
terremoto de 1812 quedó totalmente destruido, haciendo necesario la construcción
de un nuevo templo. Para el año de 1823, pasada la guerra de Independencia, se
empezó a construir un nuevo edificio que por la disposición del ayuntamiento se
reedificó, dejando libre la calle de la Independencia.
Sobre este primer templo, Merysol León Barrios (2000, p. 23), señala que era de
proporciones modestas, de una sola nave sin crucero, con techo de teja a dos aguas y muros
de bahareque blanqueados, ajustándose a la tipología de las iglesias coloniales. Asimismo
apunta varias fechas claves en las posteriores modificaciones de la iglesia: con el
terremoto de 1894, la iglesia queda totalmente arruinada y por tanto, a partir de
1900 se reedifica el templo bajo un nuevo plan en forma de cruz; para el año de
1906 estaba ya por terminarse la nueva torre con su aguja en estilo neogótico; y en
septiembre de 1909, están terminados los cuatro arcos del prebisterio y una capilla
lateral. Para 1914 van muy adelantados los trabajos pero no es sino hasta 1933 cuando, la
iglesia de Santa Cruz de El Llano a cargo del Pbro. Antonio J. Camargo, es concluida bajo
el plan en cruz latina y sus fachadas ricamente ornamentadas en estilo neogótico: vanos de
ingreso en forma de arco ojival con gabletes, las tracerías simuladas, los rosetones; la
misma decoración que hoy se conserva y admiramos.
Fue declarada Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5) por
Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio,
2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
LEÓN BARRIOS, Merysol. (Comp.). (2000). Iglesias del casco Central de Mérida. Mérida,
Venezuela: Departamento de Publicaciones, Facultad de Humanidades y Educación, Universidad
de Los Andes.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un Tema Urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.

211
PALACIO ARZOBISPAL DE MÉRIDA.

Ubicado en la Av. 4 (Bolívar) en la esquina de la calle 23 (Vargas) en pleno centro


histórico de la ciudad.
Primeramente, en dicho sitio, según Tulio Febres Cordero (1960, p. 54), existía la casa
parroquial de El Sagrario, edificada a mitad del siglo XIX, y que desde 1895 servía
de residencia Episcopal. En 1932 dicha cubierta sucumbió, lo que obligó al
Arzobispado a pensar en construir un nuevo Palacio.
Según Beatriz Febres Cordero (2003, p. 89), la fábrica de la nueva (y actual) sede
arzobispal se inició en 1933 durante la gestión del Arzobispo Chacón Guerra bajo
la dirección del Arq. Luis Bosetti e inaugurado en 1951. Asimismo,
Este edificio representó una obra de gran significación arquitectónica e incluso
económica, sobre todo para la clase obrera quienes consiguieron trabajo así como
conocimiento en las modernas formas de construir un edificio, siendo la segunda obra de
hierro y cemento que se emprendió en Mérida. Bosetti imprimió un enriquecido carácter
arquitectónico renacentista en base a su gusto ecléctico de gran factura. Con una escala
apropiada, una riqueza de texturas en la fachada principal, servirán de referencia para la
proyección del resto de edificaciones que le rodean.
Fue proclamado Monumento protegido con declaración Nacional en 1994 y
Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5). Gaceta Municipal
Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2003). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Estudios de Postgrado.
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.

CATEDRAL DE MÉRIDA.
La actual edificación corresponde al proyecto ejecutado por el Arquitecto Manuel
Mujica Millán entre 1946 y 1958, está ubicada en la esquina de la Calle 22
(Canónigo Uzcátegui) con Avenida 4 (Bolívar), en el mismo lugar definido al
momento de la fundación de la ciudad.
Delimitada el área de la Plaza Mayor se destinó a su alrededor la ubicación de los
edificios civiles y religiosos más importantes, entre éstos últimos, afirma Christian
Páez (1992, p. 50), la Iglesia Mayor levantada en la manzana este de la plaza desde
1583, fecha en que se inicia su construcción para ser culminada en 1603. Este primer
templo se erigió sobre muros de tapias, techumbre de madera y distribuido en tres naves.
No fue sino hasta el siglo XVIII que con la llegada del primer obispo Fray Juan
Ramos de Lora, señala Merysol León Barrios (2000, p. 19), fue elevada a Iglesia
Catedral y dedicada a la Inmaculada Concepción iniciando el plan de la
construcción de un vasto edificio, que le sirviera, a su vez, de palacio episcopal y
de colegio seminario.

212
Ricardo La Bastida (1983, pp. 14 - 15), reseñó que en 1805 por mandato del obispo
Santiago Hernández se pretendió construir una edificación según los planos de la
Catedral de Toledo, pero el proyecto quedó frustrado con el terremoto de 1812.
Se decide entonces erigir un templo de dimensiones más modesta y no es sino
hasta 1842, según Tulio Febres Cordero (1960, p.60), cuando se empieza su
construcción, estando al frente del obispado Juan Hilario Bosset.
Intervenida en forma paulatina, la iglesia eleva la torre sur en 1904 (Merysol León
Barrios) y sobrevive bajo este diseño hasta la llegada de Manuel Mujica Millán
llamado por el Monseñor Acacio Chacón Guerra para reformar el edificio de la
Catedral de Mérida.
En 1945 se inician los trabajos de remodelación en base al proyecto de Mujica
Millán, con la demolición parcial del viejo edificio e inaugurado el edificio
remodelado de la Catedral en 1958. Varias son las características de su modelación
arquitectónica:
Sobre una planta basilical de cinco naves cuyo recorrido interior gravita en torno a la
cúpula, ubicada en la intersección del crucero y la nave central, y que se repite como
pequeñas cúpulas que abovedan los espacios laterales. En su portada, las dilatantes
convexidades que se proyectan a sus lados contrastan con la concavidad del cuerpo
central de la fachada, producto de la interpretación del lenguaje arquitectónico neobarroco
que hace el arquitecto catalán para nuestra catedral, que discurre también en su interior
con la abundante decoración entre columnas adosadas, molduras, nichos, vanos de luz,
balcones y otros elementos que envuelven el recinto. (Merysol León Barrios, p. 20).
Asimismo, comenta al respecto Beatriz Febres Cordero (2001, pp. 176 - 177):
La volumetría, de indiscutible complejidad, evidencia la destreza del autor en el manejo
de volúmenes y masas con la intención de lograr una forma escultórica en función de la
composición arquitectónica, implicando además un claro y profundo conocimiento de las
potencialidades urbanas.
Las referencias barrocas se constatan en la sinuosidad y el movimiento de los elementos
del entablamento y la cornisa; proporcionándole una mayor verticalidad al frontis en
contraste con el frontis más plano de la edificación anterior. No obstante, la cornisa de la
actual fachada conserva el movimiento ondulante del frontón anterior. La hornacina sirve
de resguardo para una imagen de la Virgen de la Concepción y, por otro lado, en el
rosetón destaca una moldura zigzagueante. Las torres de ambos lados acentúan el
equilibrio formal y sirven como receptáculos de las campanas; en sus remates, ostentan
columnas con fustes dóricos y una cornisa volada que evidencian igualmente la presencia
de referencias clásicas. La superficie de la fachada principal está compuesta por una
sucesión de planos que se retraen progresivamente, y los paramentos laterales del pórtico
tienen cavidades con las esculturas de San Pedro y San Pablo. En la fachada de la Calle
22 (Canónigo Uzcátegui) se puede apreciar un proceso de transición rítmica entre las
formas convexas y cóncavas de las capillas y el portal externo del actual despacho
parroquial —conservado tal como fue concebido en la edificación anterior—, lo cual
resulta ser una indicación de la actitud de respeto del citado autor con relación a las
referencias locales.
La Catedral es un templo de planta basilical que está compuesta por tres naves cuyos
accesos con tres vanos con las respectivas puertas de madera, recubiertas en latón, hierro
y bronce. En el crucero, el espacio central está cubierto por una cúpula de planta
octogonal de 10 metros de radio y a una altura de 17 metros, prolongándose dicho espacio

213
en dos brazos laterales cubiertos por bóvedas de medio cañón para formar así una cruz
latina. Un arco toral sobre pilares y con una inscripción preside al presbiterio, en donde
se localiza el altar mayor que está por encima del nivel de la planta del edificio.
La singularidad del Templo está implícita no solamente en su magnificencia sino en su
escala y proporción, resaltando el logro de una apariencia sólida mediante la combinación
adecuada de elementos y texturas. Además, los acabados de calidad fueron el resultado del
trabajo en equipo de maestros de obra especializados en distintas ramas de la
construcción, artesanos y artistas quienes trabajaron bajo la coordinación y supervisión
del reputado arquitecto.
El edificio de la Catedral fue declarado Monumento protegido con declaración
nacional en 1994 y edificación de Interés Patrimonial por Gaceta Municipal en el
año 2003 (Decreto Nº DE – 285).
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
LA BASTIDA, Ricardo. (1983). Biografías de Los Obispos de Mérida. Mérida, Venezuela: Consejo
Municipal del Libertador.
LEÓN BARRIOS, Merysol. (Comp.). (2000). Iglesias del casco Central de Mérida. Mérida,
Venezuela: Departamento de Publicaciones, Facultad de Humanidades y Educación, Universidad
de Los Andes.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un Tema Urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.

RED VIAL.

PROYECCIÓN AV. 3 INDEPENDENCIA.

Como uno de los ejes longitudinales más importantes dentro de la trama urbana,
su crecimiento difiere de las del resto de la ciudad.
Según el estudio realizado por Christian Páez (1992, p. 58) y con el que coincide Luis
Jugo (1993, p. 5 - 6), hacia 1856, en el plano de la ciudad elaborado por orden de la
diputación Provincial, se observa una notoria irregularidad a la altura de la iglesia
del Llano. En su sentido rectilíneo (por lo menos desde su fundación hasta 1812), la
vía se cerraba escenográficamente frente al templo construido sobre el eje de la
calle, ofreciendo su fachada hacia el Nor-Este de la ciudad, cerrando de esta
manera el crecimiento de la ciudad en ese punto. Después del terremoto de 1812 el
templo de Santa Cruz del Llano, quedó totalmente destruido, y la nueva fábrica
iniciada en 1823 se realizó dentro de la manzana y no sobre la calle, pero
permanecieron sus restos hasta finales del siglo XIX. En aquel momento la
municipalidad de la ciudad de Mérida empezó a alinear, enderezar y empedrar las
vías, dentro de un programa de modernización.

214
_______________________
FUENTES:
JUGO, Luis. (1993). Inicios y Evolución de Mérida como Ciudad. Trabajo de ascenso no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un Tema Urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.

AV. URDANETA.

Junto a otras avenidas como la Gonzalo Picón Febres y la Miranda, coinciden


Carlos Amaya (1989, p. 22), Luis Jugo (1993, p. 47) y Meridalba Muñoz (2000, p. 57), la
avenida Urdaneta formó parte del plan de desarrollo vial iniciado en la década del
40’ para la expansión de la ciudad hacia el sector Pie del Llano. Esta avenida fue
inaugurada en 1946 como extensión de la Av. 3 (Independencia), concebida con un
criterio paisajista de primera calidad y como acceso al aeropuerto, en su lado norte,
estableciendo una imagen moderna de calle – parque.
Las avenidas Urdaneta y Gonzalo Picón entre Glorias Patrias y Pie del Llano
fueron declaradas Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del
Estado Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del
Distrito Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
AMAYA, Carlos. (1989). Geografía Urbana de una Ciudad: El caso de Mérida. Mérida, Venezuela:
Consejo de Publicaciones, Universidad de Los Andes.
JUGO, Luis. (1993). Inicios y Evolución de Mérida como Ciudad. Trabajo de ascenso no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.
MUÑOZ, Meridalba. (2000). Manuel Mujica Millán. Aproximación a su idea de Ciudad. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones.

AEROPUERTO “ALBERTO CARNEVALI”.

En 1943, coinciden Carlos Amaya (1989, p. 22), Beatriz Hidalgo (1977, p. 59) y
Meridalba Muñoz (2000, p. 56), se decreta por iniciativa del Poder Ejecutivo
Nacional la construcción del Aeropuerto de Mérida en terrenos próximos a la plaza
Glorias Patrias, acelerando el crecimiento sur de la ciudad. Beatriz Febres Cordero
(2003, p. 95) señala: inauguradas sus instalaciones en 1946, introduciendo una nueva
tipología edificatoria representativa de los planes de desarrollo del gobierno central (en
cuyos proyectos participaron destacados arquitectos como Luis Malausena) como la
inserción de un moderno medio de transporte que fue prontamente irradiado por todo el
país.
Además de poner en contacto con mayor rapidez a Mérida con el resto del
territorio nacional, se constituyó como el aeropuerto más cercano a ciudad alguna
en Venezuela (1 Km.) para la época. Hoy día está en la ciudad misma ya que
pronto se vio rodeado por nuevas urbanizaciones de diferentes rangos sociales.

215
_______________________
FUENTES:
AMAYA, Carlos. (1989). Geografía Urbana de una Ciudad: El caso de Mérida. Mérida, Venezuela:
Consejo de Publicaciones, Universidad de Los Andes.
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2003). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Estudios de Postgrado.
JUGO, Luis. (1993). Inicios y Evolución de Mérida como Ciudad. Trabajo de ascenso no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.
HIDALGO, Beatriz. (1977). Mérida: Desarrollo de sus Relaciones Espaciales. Trabajo de ascenso no
publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

AV. UNIVERSIDAD.

Inaugurada en 1961 (Mercedes Monsalve, 1983, p. 105), como prolongación de la


ciudad hacia la Vuelta de Lola, extendiendo las avenidas 1 (Rodríguez P.) y 2
(Obispo Lora), en terrenos donados por la Universidad (ULA - PLANDES, 1986, p.
18). Se constituyó, según Carlos Amaya (1989, pp. 31 - 32), como la principal vía de
acceso hacia las nuevas instalaciones de la Universidad en cuanto a lo residencial y
educativo por la inserción de las Facultades de Humanidades y Economía así como
también las Residencias Cacique y Santa María.
_______________________
FUENTES:
AMAYA, Carlos. (1989). Geografía Urbana de una Ciudad: El caso de Mérida. Mérida, Venezuela:
Consejo de Publicaciones, Universidad de Los Andes.
MONSALVE, Mercedes. (1983). Impacto de la ULA en el Proceso de Desarrollo de la Ciudad de Mérida.
Trabajo de grado de postgrado no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Ciencias Económicas
y Sociales, Universidad de Los Andes
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO (PLANDES). (1986). Plan
Integral de Desarrollo Físico de la ULA 1986 - 1995. Mérida.

AV. DON TULIO FEBRES CORDERO.

Inaugurada en 1954 (Mercedes Monsalve, 1983, p. 105), tras la donación de los


terrenos por parte de la Universidad a la Municipalidad (ULA - PLANDES, 1986, p.
18). Se constituyó como prolongación de la Av. 5 (Zerpa), la cual se convierte en un
eje donde están concentradas diversas actividades de carácter educativo, cultural,
comercial y residencial. Paralelo al plano de la ciudad antigua… - relata Christian Páez
(1995, p. 53) - se construyó una vía moderna que corre a la par de la cuadrícula colonial sin
modificar su estructura ni intervenir en sus funciones básicas; esta avenida moderna dio
espacio adecuado a las más novedosas edificaciones educativas de la ciudad…
_______________________
FUENTES:

216
MONSALVE, Mercedes. (1983). Impacto de la ULA en el Proceso de Desarrollo de la Ciudad de Mérida.
Trabajo de grado de postgrado no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Ciencias Económicas
y Sociales, Universidad de Los Andes
PÁEZ, Christian. (1995). Centro histórico y Periferia Moderna. De Arquitectura, 3 (3), pp. 49 - 54.
Fotos de Anzil-Mettler.
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO (PLANDES). (1986). Plan
Integral de Desarrollo Físico de la ULA 1986 - 1995. Mérida.

VIADUCTO CAMPO ELÍAS.

Inaugurado a finales de la década del 60’ constituye el primer viaducto construido


sobre el río Albarregas el cual, según la apreciación de Beatriz Hidalgo (1977, p. 65) y
Luis Lugo (1993, p. 49) simboliza un nuevo ideal en cuanto a vialidad y ciudad,
cuya proyección permitió la unión de dos márgenes de la gran mesa de Mérida -
hacia la Otra Banda - que había permanecido separado y distante desde siempre.
_______________________
FUENTES:
HIDALGO, Beatriz. (1977). Mérida: Desarrollo de sus Relaciones Espaciales. Trabajo de ascenso no
publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.
JUGO, Luis. (1993). Inicios y Evolución de Mérida como Ciudad. Trabajo de ascenso no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

EDIFICACIONES CIVILES, COMERCIALES Y DE SERVICIOS.

CASA FLIA. FEBRES CORDERO.

Ubicada en la Av. 4 (Bolívar) entre calles 19 (Cerrada) y 20 (Federación) e


identificada con el Nº 19 – 41, pertenece a la familia Febres Cordero desde 1880,
cuna de ilustres personajes de la historia y la cultura de la ciudad de Mérida.
Según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador, Tulio
Febres Cordero la adquiere y reconstruye en 1880. Entre 1910 y 1928 pasa a manos
de los esposos Amador y María Luisa de Uzcátegui. Ese mismo año toma posesión
José Rafael Febres Cordero, manteniéndose la casa en la familia hasta la presente
fecha.
El acceso a la casa está delimitado por un espacio de transición que comunicaba a
los corredores que rodeaban el patio principal conectando a su vez, las áreas
íntimas de la casa, el área de servicios y otros corredores. En 1964 sufre una
importante refracción y actualmente fue remodelada en su fachada delantera para
usos comerciales.
Declarada edificación de valor arquitectónico y urbanístico (Resolución 1º) por
Gaceta Municipal del Consejo Municipal del Distrito Libertador, Nº 5, Junio, 1980 y

217
Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Edo. Mérida (Decreto
5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Municipio Libertador, Nº
110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela.

CASA FLIA. PICÓN (DE LA ESQUINA DE LA TORRE).

Ubicada en la esquina de la Calle 22 (Lazo) con Avenida 4 (Bolívar), diagonal a la


Plaza Bolívar, constituye un bello ejemplo de la arquitectura tradicional en Mérida
heredada de finales de siglo XIX.
Construida en 1898 (Christian Páez, 1993, p. 107), sobre un lote rectangular, su
entrada principal está constituida por una portada clásica enmarcada por pilastras
de línea recta y frontón triangular. Se accede al interior de la casa por un zaguán
que lleva al visitante al patio central alrededor del cual se organizan las dos plantas
que le conforman, arribando al segundo piso mediante una escalera de dos tramos.
El techo es de teja criolla y madera estructurado en pares y nudillos. Inserta en su
superficie elementos arquitectónicos y decorativos propios del estilo neoclásico de
la época: pilastras adosadas a las paredes, frontones sobre los dinteles de las
puertas y ventanas, que organizan rítmicamente la superficie de la casa. Las
ventanas aún conservan el enrejado de hierro forjado, las dos hojas de madera y
techo a cuatro aguas.
Declarada edificación de valor arquitectónico y urbanístico (Resolución 1º) por
Gaceta Municipal del Consejo Municipal del Distrito Libertador, Nº 5, Junio, 1980 y
Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Edo. Mérida (Decreto
5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Municipio Libertador, Nº
110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
Actual, 27, pp. 95 - 118.

CASONA “EL ENCUENTRO”, FLIA. PARRA PÉREZ.

Ubicada en la esquina de la calle 19 con Avenida 4 identificada con el Nº 18 – 73,


corresponde a la tipología de la edificación civil de principios del siglo XX cuando
la ciudad emprende una transformación vertiginosa, no solo en su morfología
urbana sino en cuanto a la tipología de sus construcciones.
Según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador, la
edificación data de 1917 y su propietario era Don Antonio Parra Pérez, luego un
año después pasa a manos de su hermano Gabriel Parra Pérez. Entre 1930 y 1932 la

218
casa queda al cuidado de Caracciolo Parra y Hugo Parra Pérez hasta que en 1960 la
asume Alfonso Dávila. (ULA, 1972).
En 1970 pasa a ser parte de la Compañía Inmobiliaria Parra la cual cede sus
espacios a la Universidad de Los Andes para el funcionamiento de la Escuela de
Bellas Artes Plásticas y Artes Aplicadas, Escuela de Ballet y Arte dramático del
departamento de Extensión Cultural de la institución.
En su fachada se encuentra una placa de bronce colocada en recordatorio del
ilustre Cáp. Hernando Cerrada, batallador de la Campaña Admirable en la ciudad
de Mérida.
A nivel espacial, las plantas de la casa están distribuidas alrededor de un patio
central por el que se circula a través de un corredor periférico. Su valor artístico
destaca, a pesar de su deterioro, los elementos coloniales de la arquitectura
tradicional como las estelas barrocas en sus fachadas, pórticos en la puerta del
zaguán y en dinteles. Así mismo ha sufrido intervenciones que le han equipado
con cielos rasos, tabiquerías y la inserción de una pila de agua. Actualmente es
objeto de otra remodelación.
Declarada edificación de valor arquitectónico y urbanístico (Resolución 1º) por
Gaceta Municipal del Consejo Municipal del Distrito Libertador, Nº 5, Junio, 1980 y
Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Edo. Mérida (Decreto
5S5). Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Municipio Libertador, Nº 110,
Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s.p...
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES. (1972). Memoria y Cuenta. Mérida; s.p...

CASA Nº 20 – 72, AV. 3. ENTRE AV. 20 Y 21 (C. C. OXÍGENO).

Reconocida como Casa Blanca, fue construida en 1945 Según su ficha catastral
registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador, en un área de 1.022,78 m2
perteneciente a la familia de Arturo Murzi D’ Alta, reconocido comerciante de la
ciudad, desde 1971. En 1992, con la colaboración de la Municipalidad y la sucesión
Hermanos Murzi Quintero, sufrió una importante remodelación para preservar los
rasgos interiores y exteriores tradicionales.
Según la apreciación de Juan de Dios Salas (1996, pp. 98 - 99), esta casona mantiene
su imagen de cuerpo único conservando la escala urbana preexistente, rematando en una
cornisa. Se alinea al límite de propiedad original, presentando zócalos de altura.
Esta casa fue declarada edificación de valor arquitectónico y urbanístico
(Resolución 1º) por Gaceta Municipal del Consejo Municipal del Distrito
Libertador, Nº 5, Junio, 1980 y Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad
(Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.

219
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

CASA Nº 21 – 20, AV. 3. ENTRE CALLES 21 Y 22. (C. C. GALERÍAS DE ANTAÑO).

Reconocida como Casona contigua al antiguo Convento de las Clarisas, según su


ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador, data al año 1925
perteneciente a la señora Isolina Dávila Paredes. En 1950 fue reconstruida en sus
1.240m2 y sufrió otra importante remodelación en 1975 cuando era propiedad del
señor Matute Delgado. En 1990, con la colaboración de la Municipalidad por el
interés de preservar los rasgos interiores y exteriores tradicionales, fue centro de
otra remodelación. Desde el año 2001, la casona pertenece a la señora Silvia
Farguies luego de que la Compañía Mercantil Colonial Mérida, dueños desde 1987,
se la cediera por medio de una venta.
Actualmente, según la apreciación de Juan de Dios Salas (1996, pp. 98 - 99), mantiene
su imagen de cuerpo único conservando la escala urbana preexistente, rematando en una
cubierta de madera y teja a dos aguas. Se alinea al límite de propiedad original, presentando
zócalos de altura.
Esta casa fue declarada edificación de valor arquitectónico y urbanístico
(Resolución 1º) por Gaceta Municipal del Consejo Municipal del Distrito
Libertador, Nº 5, Junio, 1980 y actualmente, como Edificación de Interés
Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria
Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIFICIO ABR Y ELO.

Ubicada en la Av. 3 entre calles 20 y 21. Según una placa que ostenta en su fachada,
fue el lugar donde existió la casa del Gral. León de Febres Cordero donde nació y
murió. Actualmente, es la Sede del Hotel Tinjacá inaugurado hacia 1950. Fue
declarado Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5) por Gaceta
Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio, 2004.

220
EDIF. MONZÓN.

Representa un ejemplo de la tipología de vivienda multifamiliar insertado en la


ciudad dentro del damero durante la década del 50’. Según la apreciación de
Beatriz Febres Cordero (2003, p. 182), representa una nueva forma de vida, un cambio de
escala en cuanto a la estructura morfológica de la ciudad tradicional y la introducción de
nuevas variables arquitectónicas.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Municipio
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2003). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Estudios de Postgrado.

CASA Nº 26 – 76, AV. 4 (BOLÍVAR) CON CALLE 27 (CARABOBO).

Residencia familiar construida en 1951 se presenta como una vivienda urbana con
características propias de la Modernidad en Mérida, diagonal al Liceo Libertador.
Con respecto a sus características arquitectónicas, Beatriz Febres Cordero (2001, pp.
198 - 199), refiere:
La edificación responde a la relación urbana con la esquina, presentando retiros
hacia los dos ejes que la delimitan más la presencia en planta baja de un elemento
semicircular característico de la arquitectura moderna bastante jerarquizado que
corresponde a la introducción de referencias funcionalistas, produciendo un
híbrido entre las referencias neocoloniales y funcionalistas.
El cuerpo semicircular en planta baja es un porche y determina el acceso a la
vivienda, junto a unas gradas semicirculares y unas columnillas que continúan
verticalmente a lo largo de todo este cuerpo. La planta superior es un balcón que
continua a todo lo largo del plano de fachada con la Avenida 4 (Bolívar). Esta
vivienda hoy en día es bifamiliar.
La casa en referencia es una masa o volumen que se desarrolla en dos
paralelepípedos: uno de mayor altura que representa el cuerpo principal de la
vivienda y otro de menor altura que son los estacionamientos. Ambos volúmenes
son de techo plano. Las superficies de fachadas son planas, encontrándose algunos
elementos característicos como las barandas tubulares que recorren todo el
desarrollo en esquina. Esta superficie a la vez remata en una cornisa con un plano
volado que la antecede.
La casa fue declarada Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del
Estado Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del
Municipio Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:

221
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

CASA DEL DR. FERNANDO GABALDÓN, Nº 18 – 49.

Casa de uso residencial construida en 1954, obra del Arquitecto Manuel Mujica
Millán (Meridalba Muños, 2000, p. 36), ubicada en la Avenida 3 (Independencia),
entre Calles 18 (Fernández Peña) y 19 (Cerrada). Con respecto a sus características
arquitectónicas, Beatriz Febres Cordero (2001, pp. 196 - 197), refiere:
La edificación levantada sobre un lote rectangular de frente estrecho y fondo muy
alargado, se muestra dentro de una actitud que se podría definir como neocolonial
construida a partir de los elementos invariantes característicos de las propuestas del
arquitecto: la conformación de dos volúmenes, uno de ellos tipo torre; un equilibrio sutil
entre lo horizontal y lo vertical pero con predominio de la horizontalidad; el tratamiento
del zaguán con la inclusión de la circulación vehicular y la peatonal; proyección del
interior hacia el exterior mediante el tratamiento de los vanos; tratamiento de acabados en
concreto martillado semejando piedra en la fachada; así mismo, destaca la moldura que
limita los pares del techo en una necesidad de determinar un borde o silueta del plano, lo
que determina la particularidad famosa de identificación de las obras del citado
arquitecto, además de determinar una riqueza de textura.
Al interior de la casa, se muestra con mayor complejidad en el desarrollo funcional y
espacial, partiendo de una reinterpretación del tema de la casa colonial, en donde el patio
es un elemento articulador. La vivienda se desarrolla en varios niveles, salvados por
escaleras que son elementos articuladores funcionales y espaciales. Se parte del nivel de
acceso, luego el nivel o planta social separada por el patio de la zona intima y después un
nivel de sótano en donde se ubican los espacios de servicios.
Esta casa fue declarada Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto
5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110,
Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
MUÑOZ, Meridalba. (2000). Manuel Mujica Millán. Aproximación a su idea de Ciudad. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones.

EDIFICIO DE TELECOMUNICACIONES.

Ubicado en un lote que ocupa toda la calle 21 (Lazo) entre Avenidas 4 (Bolívar) y 5
(Zerpa), fue construido entre 1952 y 1954, respondiendo a las nuevas posibilidades
tecnológicas de la comunicación en la ciudad, determinando así su tipología

222
arquitectónica. Con respecto a sus características arquitectónicas, Beatriz Febres
Cordero (2001, p. 181), refiere:
El edificio tiene una escala acorde con la morfología del centro histórico manteniendo la
continuidad del plano urbano, en el que destaca un pronunciado chaflán en su esquina.
Su volumen es de gran solidez y sencillez, con un ritmo de ventanas muy amplio,
predominando lo sólido o lleno sobre lo vacío, haciendo de los dos cuerpos herméticos que
le conforman, impenetrables a la vista humana, respondiendo así a las corrientes de aquel
entonces y al contexto en un estilo neocolonial clásico muy depurado.
Por su parte, Juan de Dios Salas (1996, p. 81), agrega:
El cuerpo inferior contiene, parcialmente, el semisótano de estacionamiento (perceptible
por la Av. 5) y la planta baja de atención comercial. El superior está conformado por dos
niveles de inusual altura. El volumen es tratado simétricamente en ambos frentes,
aumentando así su pasividad e impenetrabilidad.
La edificación ha sufrido varias modificaciones en el transcurso del tiempo, como
resultado de los cambios en las tecnologías.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

HOTEL PRADO RÍO.

Obra de los Arquitectos Tomás Eloy Sanabria y Julio Volante inaugurado en 1956,
la edificación del Hotel Prado Río responde a un programa de promoción y
desarrollo de la actividad turística en el país durante el Gobierno de Marcos Pérez
Jiménez. Al respecto, Beatriz Febres Cordero (2001, pp. 194 - 195), refiere:
El edificio se ubica en la periferia norte de la ciudad, en donde comienza la Avenida
Universidad, preexistiendo en el lote de la edificación una serie de cabañas residenciales.
En particular, Sanabria estaba identificado con las corrientes contemporáneas más
avanzadas de aquella época, manteniendo una relación directa con las ideas racionalistas
de Walter Gropius, que lo vinculaba con una expresión del llamado Estilo Internacional.
Sin embargo, en el proyecto del Hotel Prado Río, además de establecer relaciones con la
tipología hotelera de la época, se establecen referencias formales con la evolución del
llamado neocolonial o neohispano muy especialmente por la relación visual con ciertas
tipologías locales como la representada por la casa de hacienda del sector llamado La Isla.
Dicha casa de hacienda era un emblema de la época colonial y funcionalmente con una
vinculación entre la tipología hotelera y el club campestre.
Como el terreno tiene una ubicación privilegiada por las visuales y su cercanía al río
Milla, lo que además le atribuye unas características notables, el edificio del Hotel se
desarrolla tomando como referencias los elementos propios de la arquitectura andina en
donde los aleros, los grandes tejados, los balcones, la madera y la piedra se combinan para
conformar una arquitectura relacionada con la topografía irregular del lugar. Por medio
de una tipología híbrida se logra un proyecto cuya percepción tiene un doble carácter: el

223
del hotel y el de la casa de hacienda, que evidencian la actitud racionalista del proyectista.
A tal efecto, se combinan las referencias con los requerimientos de funcionalidad propios
del programa, creando un conjunto de núcleos funcionales diferenciados para las
actividades administrativas, servicios y alojamientos, en un todo fluido, dinámico y
abierto, que se articula mediante una circulación que sirve e integra en su recorrido a los
diferentes núcleos.
En el núcleo de acceso se concentran las actividades administrativas en la planta baja y
las habitaciones en la planta alta. Sin embargo, no se perciben los planos de fachadas
como tales porque se diluyen en la conjunción de los elementos estructurales que se
comportan como elementos esculturales en una acertada conjunción de texturas por la
combinación de diversos materiales: piedra, madera, vidrio y vegetación.
El conjunto enfatiza la horizontalidad, respetando las características del terreno, lo que le
confiere un carácter de dispersión e integración con el contexto natural. Resaltan las
grandes cubiertas a dos aguas, sujetas por pórticos estructurales en forma de A y
recubiertas de madera; así también, que enriquece a la totalidad de la edificación.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIFICIO DE APARTAMENTOS DEL DR. PEDRO GUERRA FONSECA.


Nº 20 – 50 Y 20 - 52, AV. 2.

Residencia multifamiliar construida en 1957, obra del Arquitecto Manuel Mujica


Millán ubicada en la Avenida 2 (Lora), entre Calles 20 (Federación) y 21 (Laso).
Con respecto a sus características arquitectónicas, Beatriz Febres Cordero (2001, pp.
198 - 199), refiere:
En base al lenguaje representativo de su autor, el edificio se presenta como un volumen
compacto y articulado de mayor altura que la encontrada en el eje, lo que introduce una
nueva escala, con elementos neobarrocos en cuanto al trabajo de textura (concreto
martillado), acabados (pináculos de forma esférica de remate) y la conformación de sus
cuerpos en el plano de fachada distribuidos en tres paños que evidencian una relación
entre el interior y el exterior.
Primeramente, la edificación establece una interesante relación urbana directa, haciendo
énfasis en el cuerpo de acceso el cual está adelantado con respecto a los otros cuerpos y
conduce al interior mediante un zaguán; en el segundo cuerpo se ubican los balcones que
sirven a los salones de cada uno de los apartamentos; y en el tercero, se ubican unos vanos
que corresponden a las habitaciones de las plantas.
Funcional y espacialmente, el edificio está distribuido en una planta baja de comercio y
oficina, más dos plantas de apartamentos tipo y una planta ático con estudio.
Declarada edificación de valor arquitectónico y urbanístico por Gaceta Municipal
en 1980. Fue declarado Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto
5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Municipio Libertador, Nº
110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:

224
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIF. SAN JOSÉ.

Ubicado en la Av. 3 (Independencia) entre calles 22 y 23, obra de la Modernidad


instaurada en Mérida en cuanto al concepto de vivienda multifamiliar por parte de
la obra arquitectónica de Manuel Mujica Millán.
A criterio de Beatriz Febres Cordero (2003, p. 128), representó la introducción de una
nueva morfología con respecto a las casas de finales de siglo que pervivían frente a
la Plaza Bolívar.
Construido en 1958, según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio
Libertador, perteneció a la sucesión de la Familia Pineda hasta en 1996 cuando fue
adquirido por venta por Manuel Rosendo Martínez, quien realizó hace poco una
restauración del diseño del edificio. Con 325 m2 de construcción, es contenedor en
sus tres niveles de 4 apartamentos de 80m2 cada uno más dos locales comerciales
donde funcionan una farmacia y una tienda de variedades respectivamente.
Fue declarado Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5) por
Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio,
2004.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s.p...
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2003). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Estudios de Postgrado.

HOTEL CHAMA (EDIFICIO SAN FRANCISCO).


Ubicado en esquina sobre la Avenida 4 (Bolívar) con calle 29 (Zea), fue construido
entre 1953 y 1959. Con respecto a sus características arquitectónicas, Beatriz Febres
Cordero (2001, pp. 192 - 193), refiere:
El edificio tiene franca relación con la tendencia de inserción de elementos modernos en la
trama preexistente y estableciendo un vínculo con los edificios cercanos como el Liceo
Libertador y algunas casas adyacentes, lo que implica la repetición de ciertas actitudes
correspondientes a la época de la edificación.
Con alto valor contextual y de referencia que evidencia —por la misma ubicación—
ciertos elementos de composición propios de los años cincuenta. Es decir, insertada dentro
del damero, edificación en altura que elevan su escala y, por lo tanto, evidencian una
cierta monumentalidad por las características de su masa urbana, resaltando además el
tratamiento semicircular de la esquina. El acabado de los planos de fachada en ladrillo
establece una relación con el Liceo Libertador.

225
En el volumen percibido de forma unitaria, se puede distinguir varios cuerpos: el cuerpo
central marcado por la esquina, un cuerpo retirado que conforma el plano urbano de la
planta baja donde destaca un paso cubierto a lo largo de todo el desarrollo del edificio, y
dos cuerpos laterales que abarcan las dos plantas de habitaciones con un tratamiento
diferente en forma de casetones con balcones que permiten zonas de sombra, y un remate
o cornisa sencilla que continua el tratamiento en ladrillo. La esquina está trabajada
mediante una combinación de materiales opacos y trasparentes, con un equilibrio muy
interesante desde el punto de vista de la composición, elevándose el cuerpo semicircular
que sirve para articular los diferentes cuerpos en toda la composición. A pesar de la
escala, el énfasis es la horizontalidad marcada por las franjas opacas en los cuerpos de
habitaciones. El edificio tiene un alto nivel de textura por la conformación de los vanos en
la superficie de los cuerpos de habitaciones y por la combinación de los acabados. De la
complejidad en el tratamiento formal de los planos de fachada se pasa a una mayor
sencillez en el tratamiento funcional del programa.
Desde un punto de vista funcional y espacial, las plantas se organizan a partir de un
espacio central de distribución que está determinado en planta baja por el acceso a un hall
de recepción limitado por la escalera; en las siguientes dos plantas, la escalera permite
distribuir las circulaciones que están separadas de los espacios. Las habitaciones se ubican
perimetralmente y existen unos núcleos centrales de habitaciones servidos por patios que
permiten la iluminación y ventilación. En la última planta, resaltan los vacíos de los
patios.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

CENTROS COMERCIALES:

Entre los años de 1960 y 1980 aparecen en la ciudad los primeros Centros
Comerciales (Beatriz Febres Cordero, 1993, pp. 88 - 94) como muestra de una
tendencia hacia el policentrismo en cuanto a concentración de actividades y
servicios: C. C. Alto Chama, C. C. Las Tapias, C. C., San Antonio, C. C. San
Cristóbal, C. C. Mayeya, C. C. Mamayeya, C. C. Glorias Patrias y C. C. Viaducto.
_______________________
FUENTE:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (1993). Imagen de la Avenida 3 de Mérida. Trabajo de grado de
maestría no publicado. Caracas: Universidad Central de Venezuela.

226
EDIF. VALERO.

Construido en 1970, según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio


Libertador, ocupa la parcela de la esquina de la Av. 4 con calle 21, propiedad desde
1968 del señor Luis Lares Prato. Con un área de construcción de 561,41 m2, está
constituido por 14 apartamentos de uso residencial más los 3 locales comerciales
de la planta baja. Desde 1977 es propiedad de Rafael Rojas Dávila e Hijos.
Algunas de sus características arquitectónicas, según la apreciación de Juan de Dios
Salas (1996, p. 67), tenemos que: presenta un volumen, de planta rectangular, que posee
dos cuerpos diferentes: planta baja y el superior que comprende cuatro niveles. Presenta
tres frentes sobre el espacio urbano; en adición a sus fachadas sobre la Av. 4 y la calle 21,
tiene una tercera, sobre la Plaza Colón.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIF. CAÑIZALES.

Situado sobre la calle 23, en el tramo construido entre las avenidas 2 y 3, fue
construido en el año 1971 según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del
Municipio Libertador. Ubicado en medio de edificios patrimoniales como el
Rectorado de la ULA y la antigua sede del Hotel La Sierra, produce efectos
visuales contrastantes en la imagen de este sector de la ciudad.
Según la apreciación de Juan de Dios Salas (1996, pp. 114 - 115),
Este edificio se presenta como un volumen continuo y esbelto, dividido, perceptualmente,
en dos cuerpos: uno inferior que comprende el semisótano, la planta de acceso y un primer
nivel, y otro superior, producido por un repetitivo esquema de cinco niveles tipo. Por su
retiro frontal y la permanencia del alineamiento original de las casas contiguas, el
Cañizales origina un recinto urbano que de forma contrastante, se integra funcional y
espacialmente, al bulevar peatonal de su frente, sorprendiendo al transeúnte.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

227
EDIF. C. C. EL GRAN MUNDO.

Está ubicado en una parcela intermedia en la Av. 3 entre calles 21 y 20. Según su
ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador, fue construido en
1972 con un área de 5.800m2, en la propiedad adquirida en 1965 por el reconocido
comerciante de la ciudad, señor Serafín Pérez Rodríguez. En 1994 este edificio fue
adquirido por la compañía mercantil Inversiones Pedregosa, y en el año 2000, por
los hermanos Juan José y Juan Javier Pérez.
Sobre sus características arquitectónicas, Juan de Dios Salas (1996, p. 99), reseña:
Diseñado para exponerse en un solo frente, aunque por su altura, masa y la circunstancia
de no haberse desarrollado el resto del área con los mismos parámetros, es percibido desde
muchos ángulos. Está estructurado volumétricamente en tres cuerpos edificatorios: el
primer cuerpo es una planta baja de doble altura con mezanine interior; el segundo, está
compuesto por tres niveles; y el tercer cuerpo constituye la torre propiamente,
contenedora de cuatro niveles adicionales de oficinas.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIF. GRAL. MASINI.

Según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador, fue


construido en 1973, sobre una parcela rectangular con dos frentes urbanos: uno,
situado en la cara SO de la Av. 4 y otro sobre la cara SE de la Av. 5, en un área total
de 1.565m2, propiedad de José A. Masini Díaz.
El edificio se eleva sobre una plataforma continua y sus dos torres de nueve niveles
cada una, unidas por el volumen de la circulación vertical del edificio. Lo más
distintivo de su presencia en el paisaje urbano del área central de la ciudad, según el
criterio de Juan de Dios Salas (1996, p. 120), es el giro de aprox. 45º de su masa
edificatoria, con respecto al entramado del resto de avenidas y calles. Efecto visualmente
pronunciado además, por el corte de las aristas por sobre los planos, la presentación de
paralelepípedos en sus planos de fachada también girados y el diseño de los parasoles.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

228
TORRE LOS ANDES.

Edificado según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador,


entre 1971 y 1973 por la constructora Grespan, está ubicado en la esquina NE – NO
de la Av. 5 con calle 18. Es una torre contenedora de trece niveles sobre una
plataforma de dos (planta baja y mezanine) para un total de 52 apartamentos y 6
locales comerciales.
Según la apreciación de Juan de Dios Salas (1996, pp. 138 - 139), esta plataforma es
percibida como un volumen irregular debido a la sustracción de su esquina urbana, con la
intención de producir sendos retiros frontales en sus dos frentes. Son estos retiros los que
originan un espacio urbano, de importantes dimensiones, en el tejido de este sector de la
ciudad (de hecho, el de mayor altura en el área central de la ciudad).
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIF. CENTRO PROFESIONAL RUIZ.

Situado en la calle 24 entre avenidas 3 y 4 cuya construcción data, según su ficha


catastral registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador, al año 1973. Se trata de un
volumen cuya planta toma forma de una “L”, con un retiro lateral de aprox. 6 m.,
compuesto además por 2 cuerpos. El inferior se conforma por el nivel del
semisótano y la planta baja. El superior comprende 6 niveles tipo.
Según la apreciación de Juan de Dios Salas (1996, pp. 112 - 113),
La composición de una serie de nichos, a manera de colmena, con elementos de
fibrocemento, organiza una trama plenamente identificable y recordable que destaca en
medio de las edificaciones circundantes a menor escala e incluso, con rasgos formales
tradicionales como la Casa Nº 23 – 80 de la esquina con Av.4 (Casa depósito del Almacén
Japonés). En contraste, hacia el fondo sobre la Av. 3, el predominio perceptual le
corresponde al edificio del Rectorado de la Universidad.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

229
EDIF. GENERAL DÁVILA.

Construido según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador,


en 1974. Conforma la esquina NO – SO de la Av. 3 con calle 22. Es un volumen de
planta rectangular cuya escala, según la apreciación de Juan de Dios Salas (1996, p.
144), es visualmente perceptible desde considerables distancias y diferentes
ángulos. Es un volumen cuya plataforma contiene la planta baja y la mezanine y
una torre de 6 niveles tipo.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s.p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIF. DON ATILIO.

Construido en 1976 según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio


Libertador, en un lote adquirido en 1957 por el señor Alfredo Dini Ruiz. Es una
edificación con una planta rectangular cuyo volumen se eleva en planta baja,
mezanine con 7 locales comerciales y 7 plantas superiores contenedores de 13
apartamentos para un área total de construcción de 592 m2.
Según la apreciación de Juan de Dios Salas (1996, p. 68), es el edificio de mayor tamaño
en el crucero de la calle 22 con Av. 4; su masividad es notoria, a pesar de que debido a las
reducidas dimensiones de las vías, no se logra percibir completamente sin realizar inusuales
movimientos de ojos y cabeza.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIF. EL PALOMAR.

Construido entre 1973 y 1977, según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del
Municipio Libertador, se implanta sobre una parcela estrecha y profunda, situada en
la cara SE de la Av. 4, propiedad de la señora Hilda Ruiz de Célis desde 1966.
Desde el año 2001 es propiedad del señor Carlos A. Porras.
Este edificio, se eleva sobre una planta de forma rectangular, en cuatro niveles, el
primero para estacionamiento de vehículos y el resto para uso residencial, dando
lugar a 9 apartamentos.

230
Aun cuando su frente urbano tiene una dimensión y un tratamiento formal que lo hace
imperceptible al observador habitual, según la apreciación de Juan de Dios Salas (1996,
p. 120); además, esta edificación discrepa de sus más cercanos vecinos que
constituyen parte de la memoria colonial arquitectónica de Mérida, como lo son la
Casa Flia. Parra y la Casa del Dr. Eloy Paredes.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIF. INCA.

Construido en 1977, según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio


Libertador, ubicado en la esquina NE – SE en la intersección de la calle 24 con Av. 5,
propiedad del señor Ángelo Imparato. Con respecto a su percepción espacial y
arquitectónica, Juan de Dios Salas (1996, p. 133) señala:
Su volumen es generado a partir de una planta de forma rectangular y es
observable por sus cuatro elevaciones, debido a la baja altura de sus edificios
contiguos. Presenta dos cuerpos: el semisótano (estacionamiento), la planta baja y
la mezanine de uso comercial, mientras que el superior posee cinco niveles con 16
apartamentos de uso residencial. Su marcado volumen y altura, lo hace visible
dentro de un espacio cuya construcción se enfrenta con el perfil del edificio del
Antiguo Colegio San José. Sin embargo, desde el largo plano de la fachada
posterior (NO) del edificio Inca, permite un ángulo de visuales de mejores
perspectivas para los detalles arquitectónicos del edificio - con declaratoria
patrimonial.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIF. OFICENTRO.

Ocupa una parcela intermedia ubicada en la cara SE de la Av. 4, entre las calles 24
y 25. Construido entre 1978 y 1980 según su ficha catastral registrada en la Alcaldía
del Municipio Libertador, bajo la dirección y el financiamiento de la Empresa TIMA
de Marcelo Bonetti. Desde 1984 es administrado por el señor Ramón German

231
Monzón. Con respecto a su percepción espacial y arquitectónica, Juan de Dios Salas
(1996, p. 87) señala
Es una edificación que supera notoriamente en tamaño a los edificios contiguos. Se
estructura en dos volúmenes unidos por un núcleo central. En el inferior contiene la
parte emergente del semisótano (estacionamiento) y la planta baja, mientras que el
superior comprende 7 niveles. Debido a su escasa perceptibilidad, los rasgos formales de
la facha del edificio son sólo apreciables por el observador, bajo un esfuerzo considerable
de movimiento de todo su cuerpo y visión.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIF. MERENAP.

Edificado entre 1976 y 1980 según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del
Municipio Libertador, desde el año 2000 es propiedad del Banco del Sur, antes
Mérida Entidad de Ahorro y Préstamo, se ubica en una parcela en forma de “L”
sobre el plano de la fachada NO de la Av. 4 y el SO de la calle 25, con un área total
de construcción de 2.919 m2.
Con respecto a sus percepciones espaciales y características arquitectónicas, Juan de
Dios Salas (1996, pp. 87 - 88) señala: Como el edificio Oficentro, su altura es
significativamente mayor que la de los edificios contiguos. Se estructura por un semisótano
de la planta de estacionamiento, la planta baja (situada a 1 m. por encima del nivel de la
acera); el nivel de mezanine y 7 niveles superiores. Contiene además 1 auditórium, 1 sala de
exposiciones más 30 oficinas distribuidas en sus diferentes plantas.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

MERCADO PRINCIPAL.

Actualmente, el Mercado Principal de Mérida se encuentra ubicado en la Av. Las


Américas hacia el sur-este de la ciudad cuya edificación fue inaugurada según una
placa que se exhibe en sus instalaciones, el 29 de agosto de 1987, en medio de
polémicos pronunciamientos gubernamentales y de la Municipalidad así como de

232
los distintos entes que hacen vida en la ciudad y la sorpresiva quema del viejo
mercado ubicado en el centro de la ciudad, una cuadra arriba de la Plaza Bolívar.
Sin embargo, 20’ años después de aquellos controversiales momentos, tras cierto
período de readaptación al sitial, una pujante economía y una gran campaña de
promoción para el turismo, el Mercado Principal ubicado en la periferia de la
ciudad, destaca como modelo en Venezuela, dada su eficiente organización y
limpieza, y sigue siendo un importante centro de interacción social, cultural y
económica de la cotidianidad emeritense.
Basado según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio Libertador, en
el proyecto de la Arq. Wanda M. de Contreras, consta de tres niveles, en los que se
puede disfrutar tanto de la variedad en materia comercial como de ventas de
hortalizas y verduras, artesanías, bisuterías y originalidades merideñas. En la
tercera planta, la comida es protagonista a través del restaurante típico con 6
cocinas. También podemos hallar la Galería de Artesanías y la Calle de Piedra, con
variedad de antigüedades.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela.
CORPORACIÓN DE TURISMO. (s.f.). Mérida Suya. [Catálogo]. Mérida, Venezuela.

EDIF. DORSAY.

Según Juan de Dios Salas (1996, pp. 67, 69), fue construido en 1991. Es un volumen
de tres cuerpos: planta baja, mezanine y primer piso, estableciéndose diferencias
entre ellos mediante sus tratamientos formales.
_______________________
FUENTES:
SALAS, Juan de Dios. (1996). Arquitectura Contemporánea y Ciudad. Área Central de Mérida.
Trabajo de Ascenso. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.

EDIFICACIONES EDUCATIVAS.

EDUCACIÓN BÁSICA.

GRUPO ESCOLAR VICENTE DÁVILA.

Ubicado en la Plaza de Milla, Calle 13 (Colón), el Grupo Escolar “Vicente Dávila”


corresponde a los programas institucionales de dotación de edificaciones
educativas que fueron decretados oficialmente entre las décadas de los treinta y de

233
los cuarenta en el pasado siglo. (Luis Jugo, 1993, p. 44). En su trabajo, Beatriz Febres
Cordero (2001, p. 184), con respecto a esta institución, reseña:
Por su configuración en planta, resulta posible deducir que fue uno de los primeros
programas decretados, aunque haya sido posteriormente construido en Mérida e
inaugurado en 1950.
El Grupo está ubicado en el borde norte de la meseta de Mérida, desarrollándose sobre el
terreno para un mejor aprovechamiento del mismo y forzando el esquema tipológico en
planta para adecuarlo al espacio del particular lote. Desde el punto de vista urbano, al
edificio se le atribuyó el rol de masa urbana contenedora del espacio plaza y de borde en
cuanto a limite norte y final de la Avenida 3 (Independencia). En este sentido, la lectura
de la edificación es simple por la adecuada volumetría de prisma de escala muy similar a
la de la Iglesia cercana, con la cual guarda una relación pertinente. La edificación del
Grupo está compuesta por varios bloques, a saber: el principal para las actividades
administrativas, tres bloques con salones y un bloque del auditorio y el comedor, alejado
de los otros.
El acceso en el bloque principal está jerarquizado por un pórtico plano y simétrico; sin
embargo, esta jerarquía se rompe a la derecha por un puente- galería que conecta con un
volumen de aulas rematado en cuña.
La superficie de fachada es plana con una disposición regular de vanos en el módulo
vertical de tres ventanas, y franjas opacas más anchas que las de los módulos de tres
ventanas; ambas filas de ventanas están separadas por una moldura que se repite en el
remate de la misma superficie. En los extremos, el borde horizontal decrece levemente en
donde se disponen unos paños de celosías con una conformación simplificada. El edificio
es de gran sencillez. No existe una relación entre la planta y la sección, son singulares los
paños de celosías y tampoco existe una relación entre el exterior y el interior. Las
circulaciones están separadas y sirven a los espacios funcionales, permitiendo de esta
forma articular todos los volúmenes. Los acabados son de revoque blanco y todos iguales.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
JUGO, Luis. (1993). Inicios y Evolución de Mérida como Ciudad. Trabajo de ascenso no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

GRUPO ESCOLAR RAFAEL GODOY.

Ubicado en la prolongación de la Avenida 16 de Septiembre. Fue inaugurado en


1956, época en que la ubicación del edificio era periférica conectado con las
edificaciones universitarias de la Avenida Don Tulio Febres Cordero,
compartiendo incluso valores de escala y conformación. (Christian Páez, 1995, p.
53). A criterio de Beatriz Febres Cordero (2001, p. 185),

234
El edificio está integrado por varios bloques en donde destacan: el bloque principal o de
acceso, el bloque del auditorio y los tres bloques de aulas dispuestos paralelamente con
respecto al bloque de acceso; además, los mismos están articulados y unidos por la
disposición de las circulaciones que sirven a los espacios funcionales que sigue un
esquema en U.
El bloque principal, cuyo plano de fachada está organizado por bandas de ventanas y
bandas de enlucido, remata a la derecha con un paño de celosía o bloques de vidrio. Este
bloque permite mediante unos planos más bajos el acceso al interior del edifico; el acceso
izquierdo es bastante neutro, mientras que el derecho sigue una dirección curva como
indicación de que es a la vez el acceso del auditorio.
En lo entendido como el plano de fachada a la calle, la edificación muestra los tres cuerpos
diferenciados, esto es: el cuerpo de aulas, el cuerpo principal y el cuerpo del auditorio
(ligeramente más alto), con tratamientos diferenciados en las superficies de fachadas que
evidencian el racionalismo implícito en el desarrollo de la tipología.

Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
PÁEZ, Christian. (1995). Centro histórico y Periferia Moderna. De Arquitectura, 3 (3), pp. 49 - 54.
Fotos de Anzil-Mettler.

EDUCACIÓN DIVERSIFICADA

LICEO TULIO FEBRES CORDERO.

Ubicado en la Av. 7 con calle 16 en la Parroquia Belén, fue construido durante el


gobierno de Hugo Parra Pérez entre 1936 y 1941 constituyéndose en principio
como la Escuela Técnica Industrial (Luis Jugo, 1993, p. 44), prototipo de la política
de dotación de infraestructura del Estado y ejemplo de una nueva tipología
educativa haciendo historia en la arquitectura moderna de la ciudad de Mérida.
(Beatriz Febres Cordero, 2003, p. 92). Por tal razón, fue declarado Patrimonio
Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado Mérida (Decreto 5S5) por
Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio,
2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2003). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Estudios de Postgrado.
JUGO, Luis. (1993). Inicios y Evolución de Mérida como Ciudad. Trabajo de ascenso no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

235
LICEO LIBERTADOR.

Ubicado en la Avenida 3 (Independencia) con Calle 27 (Carabobo), la edificación


del Liceo Libertador corresponde al programa oficial de infraestructuras
educativas de mediados del pasado siglo. (Luis Jugo, 1993, p. 44). Según los datos
aportados por Beatriz Febres Cordero (2001, p. 186),
Fue decretada su construcción en la década de los años cuarenta y concluida en los años
cincuenta, representando una de las obras emblemáticas de la tipología educativa en la
ciudad de Mérida.
Inaugurado en 1951 fue obra del Arquitecto Cipriano Domínguez quien participó
igualmente en la proyección de algunas de las tipologías educativas más importantes del
país, que, como se sabe, resultó ser una de las vías expeditas para la difusión de los
criterios de la Primera Modernidad.
Aunque en el tema educativo prevalece el funcionalismo de referencia Lecorbusiana el
cual se toma como un modelo a seguir, sin embargo, en el edificio del Liceo Libertador se
puede observar una cierta ambivalencia por el contraste entre la simplicidad del programa
y la complejidad volumétrica y espacial del mismo.
La edificación está inserta en el damero y ocupa dos manzanas. En la primera manzana se
localiza el edificio para las actividades escolares, administrativas y servicios, mientras en
la edificación de la manzana contigua se realizan las actividades deportivas y culturales;
en este último espacio destaca el volumen del auditorio.
El primer edificio referido presenta una escala apropiada de acuerdo con el contexto de las
actividades y el punto de vista morfológico. Destacando por un lado los planos o fachadas
urbanas continuas y, por otro, la esquina-torre con un tratamiento en cierto modo
exagerado, la cual se convierte además en un elemento urbano singular y representativo
de la obra. En la fachada de la Avenida 4 (Bolívar), se observan tres cuerpos escalonados
en altura, esto es: el cuerpo alto o torre (en la esquina), el cuerpo medio (administrativo) y
el cuerpo bajo, evidenciando una asimetría. Cada cuerpo tiene una superficie diferente en
cuanto a la composición de llenos y vacíos, percibiéndose también distintos niveles de
textura en variados tratamientos y acabados de los materiales, lo cual está presente en los
diferentes planos de fachadas.
Espacialmente, el edificio del Liceo se percibe bien organizado en relación con el
programa. No obstante, induce una riqueza de percepciones por la disposición de las
galerías perimetrales y la presencia de ciertos elementos como la sinuosidad de la galería
en la planta baja, que llega hasta la calle, permitiendo una organización del espacio y la
centralización del mismo en ese punto con un evidente dinamismo.
La planta del edificio está desarrollada con una composición alrededor de dos patios: el
central limitado por galerías que recorren los diferentes cuerpos, y el patio lateral con
galerías sinuosas que descargan sobre la calle lateral y hacia la otra edificación de las
actividades deportivas y culturales, donde destaca el auditorio de volumetría limpia y
sencilla en conformidad con el programa funcional. En esta última edificación resalta el
acceso elevado del nivel de la calle mediante una escalinata que está cubierta por una
plancha horizontal que se proyecta, sostenida a la vez por pilares esbeltos; así mismo, se
observa el tratamiento labrado en cuadrícula de la superficie.
La lectura de la edificación es compleja porque resulta difícil observarla desde un solo
punto de vista. Destacan determinados elementos por su singularidad, como la altura de
la torre, el volumen del auditorio y el corredor ondulante. Las superficies de fachada son
repetidas, pero hay una jerarquía en los accesos mediante la elevación del nivel respectivo.

236
El edificio fue declarado Monumento protegido con declaración nacional en 1994.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
JUGO, Luis. (1993). Inicios y Evolución de Mérida como Ciudad. Trabajo de ascenso no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

INSTALACIONES UNIVERSITARIAS.

AUDITORIO CÉSAR RENGIFO.

Ubicado en la Sede del Rectorado de la Universidad de Los Andes, en la Calle 23


(Vargas) entre Avenidas 2 (Lora) y 3 (Independencia). La memoria histórica
elaborada por Oneiver Araque (2003, pp. 23 - 44) reseña:
En este lugar tuvo inicialmente su capilla el seminario San Buenaventura, institución
que dio origen a nuestra máxima casa de estudios.
En mayo de 1888, dado el deterioro del edificio de la Universidad, el Rector Caracciolo
Parra comenzó a gestionar ante el Gobierno nacional y la Legislatura del Edo. Mérida, los
recursos para su reconstrucción. En 1889 la situación empeoró con el terremoto y en
1890 la torre y la capilla se desmoronaron completamente.
En 1894 el deteriorado edificio comenzó a ser reparado y acondicionado, pues se requería
dar cabida al creciente número de estudiantes y contar con un espacio donde realizar los
actos académicos y públicos de la institución. Sin embargo, el terremoto de 1894 volvió a
causar daños a las aulas, la torre y la capilla.
El Rector Caracciolo Parra reinició en enero de 1896 los trabajos de reconstrucción tanto
del Salón de Actos Públicos en el antiguo local de la capilla con su torre, a la que dotaría
de un reloj; como del Observatorio Astronómico de la Universidad.
Estructuralmente, al salón se accede mediante un portón en madera al centro
acompañado de dos grandes ventanales con rejas de hierro forjado. La mirada se eleva en
dirección de la torre de cinco pisos: en el tercero está ubicado el reloj y en el último, al
descubierto, destinado a ser un pequeño observatorio desde donde se divisaba toda la
ciudad.
Estando en construcción en el Salón se realizaron diferentes actividades académicas y
culturales. En 1903 sirvió como salón de sesiones del Colegio de Abogados, después como
salón de exhibición de pinturas y como sala de cine y de presentaciones musicales y
teatrales. Entre 1909 y 1911 se ejecutaron en el salón de Actos Públicos los actos
solemnes de la Universidad (entrega de diplomas, reaperturas de cursos, nombramientos
de profesores y actos de grado). Tiempos en los que después de haber recorrido la plaza
Bolívar de Mérida, los universitarios se dirigían al salón a otorgar y recibir los
correspondientes títulos.
Debido a la gran cantidad de actividades culturales que allí se presentaban, el Salón de
Actos Públicos alternaba su nombre con el de Auditórium Universitario, y en 1952, el

237
Dr. Luis Spinetti Dini (Director de Cultura Universitaria) cambió esta denominación
por el de Teatro Universitario.
El 10 de Noviembre de 1981 toma el nombre de Auditórium César Rengifo como
homenaje de la Universidad de Los Andes al dramaturgo, poeta y pintor caraqueño
muerto en su ciudad natal un año antes.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:
ARAQUE, Oneiver. (2003). Auditorio César Rengifo: Una aproximación a su evolución histórica.
Boletín del Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes, V, (9), pp. 23 - 44.

DECANATO DE ODONTOLOGÍA (ANTIGUO HOTEL LA SIERRA).

Ubicada en la Calle 23 (Vargas) entre Avenidas 2 (Lora) y 3 (Independencia), ocupa


un cuarto del total de la cuadra.
Casona construida según su ficha catastral registrada en la Alcaldía del Municipio
Libertador, entre 1926 y 1929 por el maestro de obra Blas Loaisa y su ayudante
Arismendi Suescúm (Roldán Esteva - Grillet, 1995, p. 15), con un novedoso y no local
gusto ornamental, considerándose un ejemplo aislado en la ciudad. Esta casa
perteneciente, en principio, al Dr. Eusebio Bastida Galindo era lugar de hospedaje
para la comitiva oficial del Gral. Gómez desde 1912. (Christian Páez, 1993, p. 111).
En 1930 la casa es convertida en hotel, por lo que su distribución interna fue
transformada a dos niveles. Sin embargo conserva su espíritu colonial con sus dos
patios interiores, uno de servicio y otro principal para las actividades sociales,
brindando así una cálida iluminación para las dependencias de uso oficial que les
rodean. Los elementos que ornamentan su fachada le conceden originalidad,
aunado a la posición de esquina tratada con elementos verticales que se repiten
artística y proporcionalmente. La portada principal se diferencia por la jerarquía
dada por los motivos decorativos con que fue diseñado.
En 1991, la Universidad de Los Andes la compró, restauró y hoy día es sede del
Decanato de la Facultad de Odontología.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:
ARCHIVO DE LA ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR. (s.f.). Ficha Catastral. [Expediente].
Mérida, Venezuela; s. p.
ESTEVA-GRILLET, Roldán. (1995). Antecedentes de la Modernidad Plástica en Mérida. De
Arquitectura, 3 (3), pp. 13 – 20.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
Actual, 27, pp. 95 - 118.

238
FACULTAD DE INGENIERÍA.

La edificación de la Facultad de Ingeniería corresponde con la expansión moderna


de la Universidad de Los Andes y de la ciudad de Mérida, estando ubicada en una
Avenida emblemática del proceso de modernización (Christian Páez, 1995, p. 53).y
construida mediante aportes económicos del Estado, inaugurado en 1954.
A criterio de Beatriz Febres Cordero (2001, p. 188),
Este proyecto formó parte de un programa de edificaciones educativas que implican
tipologías arquitectónicas de la década de los cuarenta del pasado siglo en Venezuela, así
como tipologías de la corriente influenciada por Walter Gropius.
La conformación volumétrica es simple, aunque insinúa una sutil descomposición que se
articula mediante puentes o cambios de nivel. Sin embargo, no existen grandes contrastes
y el énfasis de la construcción está presente en la horizontalidad. El edificio requiere un
recorrido para poder tener una lectura de la estructura del mismo; más aún, no hay un
punto de vista sobresaliente sino varios y diversos puntos de apreciación porque las
superficies de fachadas son en verdad diversos planos que se caracterizan por la sencillez
en cuanto a su conformación funcional y espacial.
La edificación está integrada por tres núcleos: uno de planta en U y otros dos de planta
rectangular flanqueada por corredores que inducen circulaciones separadas alrededor de
los patios. La configuración de las diversas superficies de fachada es diversa y dinámica;
además, sobre una superficie labrada se superponen los diferentes elementos, tal como
puede observarse en la disposición de los vanos de ventanas y mediante la presencia de
paños de celosías que demarcan usos particulares. También hay elementos protectores de
la radiación solar.
El edificio tiene elementos singulares como los auditorios y los cuerpos que encierran la
circulación vertical. En el resto de los cuerpos se percibe una repetición en cuanto a las
superficies y la composición dispuesta con franjas horizontales y verticales que demarcan
los vanos de ventanas organizados rítmicamente. En suma, el edificio invita a un
recorrido por sus predios.
La Facultad de Ingeniería fue declarada Patrimonio Histórico Cultural del
Municipio Libertador del Estado Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal
Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio, 2004.

_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
PÁEZ, Christian. (1995). Centro histórico y Periferia Moderna. De Arquitectura, 3 (3), pp. 49 - 54.
Fotos de Anzil-Mettler.

FACULTAD DE MEDICINA.

Inaugurado en 1954 (Mercedes Monsalve, 1983, p. 105), el edificio de la Facultad de


Medicina está ubicado en la Avenida Don Tulio Febres Cordero, al lado de la

239
Facultad de Ingeniería. Algunas de las características arquitectónicas más
destacables, según Beatriz Febres Cordero (2001, p. 189), son:
Retirado de la Avenida, aunque en posición paralela, el edificio de Medicina destaca como un
prisma de reducidas dimensiones.
En la composición asimétrica del plano de fachada, sobresale el acceso mediante la demarcación y un
aumento del nivel de las escaleras. La superficie está compuesta por tres paños de celosías que se
encuentran demarcados tanto horizontal como verticalmente por unos elementos a manera de
pórticos; así mismo, en el resto de la superficie destacan bandas opacas y vanos de ventanas,
dispuestos en forma rítmica.
El edificio se percibe como un volumen unitario y muy simplificado. La planta tiene forma en U,
dispuesta lateralmente, con una base en posición perpendicular con respecto al eje de la Avenida
Don Tulio. En algunos cuerpos de la edificación, la disposición de los vanos en la superficie de
fachada es rítmica, con alternancia de grandes bandas opacas y unas bandas de ventanas de altura
reducida. Además, existe una relación simple entre la planta y la sección del edificio y se percibe un
énfasis en la horizontalidad.
La Facultad de Medicina fue declarada Patrimonio Histórico Cultural del
Municipio Libertador del Estado Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal
Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
MONSALVE, Mercedes. (1983). Impacto de la ULA en el Proceso de Desarrollo de la Ciudad de Mérida.
Trabajo de grado de postgrado no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Ciencias Económicas
y Sociales, Universidad de Los Andes

EDIFICIO SEDE DEL RECTORADO DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES.

Ocupando la manzana comprendida entre Avenida 3 (Independencia) y Avenida 2


(Obispo Lora), y entre calle 23 (Vargas) y calle 24 (Rangel), de once mil metros
cuadrados, el actual edificio del Rectorado es el proyecto y la edificación ejecutada
bajo la tutela de Manuel Mujica Millán entre 1955 y 1956.
En su origen, según Tulio Febres Cordero (1960, p. 52), el primer edificio de la
universidad se desarrolló en la manzana del antiguo Seminario de Buenaventura
construido por el Obispo Lora a fines del siglo XVIII el cual fue destruido por el terremoto
de 1812, siendo posteriormente reconstruido por el Obispo Lasso de la Vega. A partir de
1881 la Universidad fue creciendo y sus instalaciones ampliándose bajo el
financiamiento del Gobierno Nacional y la acción creadora de arquitectos como
Luis Chataing. (Jesús Rondón Nucete, 1977, p. 19).
Sobre el actual edificio del Rectorado, basado en el proyecto de Mujica Millán,
Beatriz Febres Cordero (2001, pp. 177 - 178) reseña:
La ampliación de las instalaciones universitarias planteado por Mujica Millán,
comprendía al edificio del Rectorado, donde funcionarían las oficinas del Rectorado,

240
Vicerrectorado Académico, Vicerrectorado Administrativo y Secretaría; así también, en el
mismo recinto, estaban proyectadas las edificaciones del Paraninfo, La Torre, la Facultad
de Derecho, la Facultad de Odontología y el Teatro Universitario, estableciendo
morfológicamente una relación significativa con los elementos presentes en la manzana
en cuanto a escala, textura y grano urbano y con la misma ciudad, percibiéndose todo el
conjunto de forma compacta en contraposición a la organización espacial que es de gran
riqueza y complejidad.
En conformidad con la actitud personal del autor a favor del estilo colonial clásico, el
edificio presenta una organización compleja en razón de cada uno de los cuerpos,
limitando por el norte con la Avenida 2 (Obispo Lora), por el sur con la Avenida 3
(Independencia), por el este con la calle 23 (Vargas) y por el oeste con la Calle 24
(Rangel).
En la Avenida 3, la superficie de la fachada es plana y está compuesta por tres cuerpos
trabajados con un criterio de unidad y diferenciación, destacando el cuerpo central por
una organización jerárquica con objeto de indicar el acceso principal a la edificación,
elevándose mediante una escalinata con un aumento de la escala: sin embargo, tal escala
está perfectamente adecuada con el espacio urbano de la calle adyacente. Los demás
accesos, el proyectado para la antigua Facultad de Derecho y el ingreso al cuerpo de la
Facultad de Odontología, están proyectados e integrados con el mismo ritmo y textura del
conjunto, sin ningún indicio sobre un posible cambio de uso.
Así mismo, en cada cuerpo se distingue un eje de simetría que organiza la composición
particular, estableciéndose una unidad por medio de los elementos decorativos de los
vanos de ventanas los cuales están trabajados con elementos de referencias renacentistas y
barrocas (frontis quebrados), sugiriendo de igual manera un ritmo constante; además, la
cornisa demarca la silueta y refiere los mencionados ejes de simetría de los cuerpos.
Al interior, la organización del edificio se desarrolla funcionalmente mediante una
sucesión de patios cubiertos y abiertos (el patio de la antigua Facultad de Derecho, el
patio principal y el patio de la Facultad de Odontología), creando dos ejes ortogonales de
diferentes configuraciones que se articulan para conformar un elemento repetitivo en todo
el proyecto. El eje principal, que parte del acceso, pasa por un vestíbulo-patio-galería
hasta el Paraninfo (ubicado en el centro de la composición) que está franqueado por
galerías, sugiriendo una personal interpretación del patio como elemento clave del
claustro y como referencia al antiguo seminario, además de la complejidad de las
interconexiones entre los diferentes cuerpos con relación a la insinuación de recorridos
vinculados a los programas funcionales.
El edificio del Rectorado corrobora la importancia del uso universitario de los
espacios urbanos en la historia arquitectónica de la ciudad. Por tal motivo, fue
declarado edificación de valor arquitectónico y urbanístico por Gaceta Municipal
en 1980; luego Monumento protegido con declaración nacional en 1994, y
Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal
Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2001). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Trabajo de
ascenso no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los
Andes.
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
RONDÓN NUCETE, Jesús. (1977). Acontecer de Mérida 1936 – 1958. Caracas: Arte.

241
COMPLEJO UNIVERSITARIO LA HECHICERA.

Su fábrica fue iniciada en la década del 60’, permitiendo paulatinamente la


instalación de las diversas facultades que allí funcionan: Facultad de Ciencias,
Ciclo Básico de Ingeniería, Facultad de Arquitectura y Arte.
Este núcleo está constituido según el Informe de Ejecución de obras (MINDUR),
por un área de terreno de 400.000 m2 y su construcción fue producto del
financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo y la gestión realizada por
la Rectoría del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez.
En 1963 el Dr. W. Machler por parte de la Dirección de Edificaciones de la ULA y el
Arq. Horacio Caminos en representación del MOP, acordaron realizar los trabajos
de planeamiento y desarrollo arquitectónico de la Universidad según la
distribución propuesta para la Ciudad Universitaria de Mérida por grupos: hacia
los terrenos de la Hacienda Santa Elena y Campo de Oro, el Grupo Médico
Biológico; hacia el norte en la hacienda Santa María, el Grupo Forestal; hacia la
propiedad de la Hacienda La Hechicera, el Grupo Técnico Humanístico; y la zona
Rental y Comercial en la Av. Tulio Febres Cordero.
De esta manera, en 1964 se realizó el estudio del suelo por parte de la Oficina de
Ingeniería Valle Rodas.
El Proyecto del Núcleo La Hechicera planteaba la construcción de cuatro edificios:
Edificio A para Ciencias y Tecnologías, distribuido según el proyecto inicial en 6
plantas contenedoras de 24 aulas, 88 laboratorios, 25 oficinas, el Departamento de
T.V., el Departamento de Libros, Depósito y Cuarto de Máquinas, anfiteatro,
talleres.
Edificio B para Ingeniería y Economía, distribuido según el proyecto inicial en 4
plantas contenedoras de 56 aulas, 11 oficinas, 39 depósitos, 105 cubículos, 8
talleres, 3 Laboratorios de Electricidad, 12 Laboratorios de Física, 8 Laboratorios de
Química, 20 Laboratorios de Biología, 20 salas de reuniones y 2 secretarías.
Edificio C como área cultural y administrativa, distribuido según el proyecto inicial en
3 plantas contenedoras de las salas de la Biblioteca, depósito, oficinas, sanitarios,
cafetín, central de subestación eléctrica, entre otros.
Y el Edificio D como área social y deportiva, distribuido según el proyecto inicial en 2
plantas contenedoras de salones de juegos múltiples (tenis, judo, lucha, pesas),
gimnasio, vestuarios, cocina, comedor, oficinas, canchas cubiertas para basketball,
con graderías para 900 espectadores.
La obra fue confiada a la labor de la constructora TRACTOVÍAS - DAVALCA C.A. y los
exteriores a la Compañía Goveca, la cual, la mayor parte de su desarrollo se realizó
durante la década del 70’ para culminarse en totalidad en 1981.
_______________________
FUENTE:
MINISTERIO DE DESARROLLO URBANO DE MÉRIDA (MINDUR). (s.f.). Informe de Ejecución de
Obras. Datos General. [Expediente - Carpeta Nº 339]. Mérida, Venezuela: Archivo Histórico de la
Universidad de Los Andes.

242
COMPLEJO UNIVERSITARIO LOS CHORROS.

Complejo formado por la actual Facultad de Ciencias Forestales en la cercanía de


los Chorros de Milla, fue construido entre 1963 y 1966 (Mercedes Monsalve, 1983, p.
105).
Recientemente se encontró, según una nota publicada en el Boletín del Archivo
Histórico de la Universidad de Los Andes (2003), la cápsula donde fue enterrado el
documento que registró el acto de colocación de la primera piedra para la
construcción del edificio del Instituto de Geografía y Conservación de los Recursos
Naturales en Mérida el 3 de agosto de 1963 siendo el Dr. Pedro Rincón Gutiérrez el
Rector de la Universidad de Los Andes.
En 1967 se iniciaron los trabajos para la construcción de la Escuela de Geografía a
través del aporte y el apoyo brindado por el MOP.
En 1972 con el consenso de la mayoría universitaria, se aprobó la implantación del
Ciclo Básico como parte del plan de reestructuración de la Universidad,
comenzándose la remodelación de la vieja Facultad de Ingeniería Forestal para las
instalaciones del nuevo Ciclo Básico.
_______________________
FUENTE:
Acto de colocación de la primera piedra, 3 de agosto de 1965. Boletín del Archivo Histórico de la
Universidad de Los Andes, V, (9).
MONSALVE, Mercedes. (1983). Impacto de la ULA en el Proceso de Desarrollo de la Ciudad de Mérida.
Trabajo de grado de postgrado no publicado. Mérida, Venezuela: Facultad de Ciencias Económicas
y Sociales, Universidad de Los Andes.
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES. Memoria y Cuenta. Años: 1967, 1972. Mérida.

MUSEO ARQUEOLÓGICO “GONZALO RINCÓN GUTIÉRREZ”.

Según los datos aportados por un catálogo elaborado por el Museo Arqueológico y
auspiciado por el Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes, esta
institución fue fundada en 1972 por el antropólogo Jorge Armand. Lleva el nombre
del Profesor Gonzalo Rincón Gutiérrez quien fundó en el año de 1962, la cátedra de
“Historia Precolombina” en la Facultad de Humanidades y Educación de la
Universidad de Los Andes. Nació como un museo adscrito al Departamento de
Antropología y Sociología de la Escuela de Historia de la Facultad de
Humanidades y Educación, con sede en el mismo departamento. En el año 1975,
debido a su crecimiento, se alquiló una casa para su sede en pleno centro de la
ciudad, dando lugar a dos áreas de investigación: Arqueología, coordinada por el
Prof. Armand y Etnología por la Prof. Jacqueline Clarac de Briceño. En 1985 se
logra la mudanza del museo al espacio dejado en el Edificio del Rectorado por la
Facultad de Derecho y el 9 de diciembre de 1986 emerge el Museo Arqueológico
“Gonzalo Rincón Gutiérrez” como una dependencia universitaria dedicada a la
investigación y extensión científica y cultural, adscrita al Rectorado y en 1987 al
Vicerrectorado Académico.

243
El Museo Arqueológico tiene como objetivo la investigación, rescate, preservación,
conservación y restauración del Patrimonio arqueológico, histórico y etnológico
andino. Mediante sus exposiciones, conferencias, seminarios, talleres, mesas
redondas, proyecciones y publicaciones, colabora con la formación de la identidad
cultural del venezolano y merideño.
El museo cuenta con un laboratorio de restauración y conservación, una biblioteca,
un laboratorio arqueológico, además de los departamentos de registro e inventario
del patrimonio, museología y museografía y la administración.
_______________________
FUENTE:
VICERRECTORADO ACADÉMICO - UNIVERSIDAD DE LOS ANDES. (s.f.). Museo Arqueológico
Gonzalo Rincón Gutiérrez. [Catálogo]. Mérida, Venezuela; s. p.

COMPLEJO UNIVERSITARIO LA LIRIA.

Es inaugurado durante la década del 80’, permitiendo paulatinamente la


instalación de las diversas facultades que allí funcionan: Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas, Facultad de Humanidades y Educación y Facultas de Ciencias
Económicas.
En 1967 la ULA adquirió a plazos la Hacienda La Liria a la que se accedería
mediante el Viaducto Campo Elías, aportando cerca de 5 hectáreas destinadas al
desarrollo del complejo recreacional Albarregas.
En 1979 se aprobó el proyecto de la zonificación del Núcleo Social Humanístico en
La Liria, permitiendo a su vez el desarrollo de las obras de enlace de las Avenidas
Las Américas y Los Próceres con la vía de Los Chorros de Milla en beneficio de la
propia Universidad y de toda la comunidad emeritense.

_______________________
FUENTE:
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES. Memoria y Cuenta. Años: 1967, 1979, 1980. Mérida, Venezuela;
s.p...
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO (PLANDES). (1986). Plan
Integral de Desarrollo Físico de la ULA 1986 - 1995. Mérida, Venezuela.

ARCHIVO HISTÓRICO DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES.

Antes Archivo General de la Universidad de Los Andes, el Archivo Histórico de la


Universidad de Los Andes según el Decreto de Creación, publicado por el Boletín de
dicha institución, fue creado por resolución del Consejo Universitario el 24 de
febrero de 1999 como una dirección adscrita a la Secretaría de la Universidad.
Tiene como objetivo resguardar, conservar, organizar y poner a disposición, tanto
de la Universidad como de los ciudadanos en general, la documentación

244
producida y recibida por la Universidad de Los Andes en el transcurso de su vida
institucional, desde su fundación hasta la fecha límite establecida para el resguardo
de dichos documentos; es decir, aquellos cuya data sea de 40 años o más. Su
actividad está orientada además a las tareas de investigación documental y la
reconstrucción de la historia de la ULA.
Está constituido por los Fondos Documentales: Conventos y Órdenes Religiosas
(dominica, agustina, jesuita y franciscana) que hicieron vida en la ciudad entre los
siglos XVI, XVII y XVIII hasta 1810; Seminario san Buenaventura de Mérida, desde
el año de su fundación (1785) hasta mediados del siglo XIX; Fondo ULA, con toda
la documentación desde su creación como Real Universidad de San Buenaventura
de Mérida por decreto de la Junta Superior Gubernativo de la Provincia de Mérida
de fecha 21 de Septiembre de 1810, la redacción de sus estatutos en 1832 por el
Gobierno Nacional cuando asume su dirección y su nombramiento como
Universidad de Los Andes en 1883 por el Gral. Guzmán Blanco; y el Fondo de
Impresos, Colecciones de Prensa, Hojas Sueltas y otras publicaciones publicadas
entre los años 1850 y 1988.
Actualmente, el Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes funciona
dentro de las instalaciones del Edificio del Rectorado de la ilustre casa de estudios
de Mérida.
_______________________
FUENTES:
ARCHIVO HISTÓRICO DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES. (1999). Decreto de Creación del
Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes (AHULA). Boletín del Archivo Histórico de la
Universidad de Los Andes, I, (1), pp. 5 – 15.

PARQUES.

PARQUE CINCO REPÚBLICAS (COLUMNA DE BOLÍVAR).

Según los datos aportados por Tulio Febres Cordero (1960, p. 54) y Christian Páez
(1993, p. 104), el monumento de la Columna Bolívar, luego de su fabrica por el
maestro albañil Sr. Domingo Manrique, fue inaugurado en 1842, en la parroquia de
Milla hacia la entrada oriental de la ciudad, convirtiéndose en una importante
referencia espacial en la ciudad, a pesar de la sencillez de la obra por ser el único
monumento público durante buena parte del siglo XIX. En 1852 se realizó una
alameda tendiente a consolidar el lugar como punto de inicio de la Calle Bolívar y
en 1882 la columna fue coronada por un busto en arcilla, contribución del Consejo
Municipal y obra de los artistas merideños Gabriel Parra Picón, Vicente Rubio y
Juan de Dios Picón Grillet. La plaza fue restaurada y reinaugurada el 1 de enero de
1900 sustituyendo el antiguo busto por uno de bronce que perdura hasta nuestros

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días. Actualmente es conocido como el Parque Cinco Repúblicas, tras un homenaje
realizado en los años 80’.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
Actual, 27, pp. 95 - 118.

PARQUE GLORIAS PATRIAS

Ubicada dentro del casco urbano de Mérida, entre calles 38 y 39 y avenida 2 (Lora)
hasta el límite con las Residencias Militares, como un portal hacia la extensión de la
ciudad de desarrollo más reciente. Rodeada por un ambiente arquitectónico
heterogéneo, la plaza se encuentra dividida en dos fragmentos paralelos
separados por la vía de circulación intensa como lo es la Av. 3.
La plaza fue dedicada a Páez y Campo Elías. El decreto para la colocación del
busto en bronce de Páez según Tulio Febres Cordero (1960, p. 54), fue elaborado en
1890, el busto fue donado a la ciudad por el gobierno central, y destinado a ser
colocado sobre una columna al centro de la Plaza; sin embargo, por lo costoso de la
empresa de traerlo desde Maracaibo donde se encontraba, no fue transportado a
Mérida hasta 1911. El busto de Campo Elías de 1930, el diseño de los pedestales así
como los altos relieves de batalla, fueron elaborados por Marcos León Mariño,
siendo culminada la plaza en 1940. (Roldán Esteva - Grillet, 1995, p. 15).
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
ESTEVA-GRILLET, Roldán. (1995). Antecedentes de la Modernidad Plástica en Mérida. De
Arquitectura, 3 (3), pp. 13 – 20.
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.

TELEFÉRICO DE MÉRIDA.

Construido por el Gobierno Nacional durante la década del 50, a partir de la


iniciativa del llamado Grupo Andino Venezolano, representó una obra de gran
significación tecnológica, económica y turística y un punto de nueva actividad
urbanística al estar ubicado en un lugar periférico dentro del damero, cuya traza
colonial se hallaba debilitada. (Beatriz Febres Cordero, 2003, p. 122).

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El Teleférico de Mérida es un sistema de transporte de alta tecnología y bajo
impacto ambiental que incursiona en el Parque Nacional Sierra Nevada, facilitando
a sus usuarios el acceso a las montañas más altas de Venezuela.
Está constituido por cinco estaciones y cuatro tramos, comienza su trayectoria de
12,5 Km. en la ciudad de Mérida y asciende a 4.765 metros sobre el nivel del mar,
convirtiéndolo en el más alto y largo del mundo.
Fue declarado Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad (Decreto 5S5) por
Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio,
2004.
_______________________
FUENTES:
FEBRES - CORDERO, Beatriz. (2003). La Arquitectura Moderna en Mérida. 1950 - 1959. Mérida,
Venezuela: Universidad de Los Andes, Consejo de Estudios de Postgrado.
CORPORACIÓN DE TURISMO. (s.f.). Sistema Teleférico de Mérida. [Catálogo]. Mérida,
Venezuela.

PARQUE ZOOLÓGICO LOS CHORROS DE MILLA

Ubicado al norte de la ciudad, fue inaugurado el 27 de octubre de 1953., durante el


gobierno de Vicente Tálamo como una de las obras para el fomento del turismo
(Jesús Rondón Nucete, 1977, p. 118).
Presenta una interesante colección de ejemplares de fauna exótica en cautiverio y
autóctonos. Como complemento a la actividad de exhibición de animales, este
parque cuenta con senderos, quioscos, cafetín, espejos de agua, cascadas, asientos y
sanitarios. Se incluyó dentro de la poligonal del Parque Metropolitano Albarregas.
Su área de influencia comprende desde el nivel vecinal hasta el internacional, pues
es un punto de atracción turístico de la ciudad.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
RONDÓN NUCETE, Jesús. (1977). Acontecer de Mérida 1936 – 1958. Caracas: Arte.
CORPORACIÓN DE TURISMO. (s.f.). Mérida Suya. [Catálogo]. Mérida, Venezuela.

PARQUE EL MIRADOR DE LAS ÁGUILAS:

Conocido también como Paseo Domingo Peña, construido en 1972, es un mini


parque urbano creado, según la apreciación de Nicolás Yakimov (1985), como una
línea ondulante cubierta de césped que va descendiendo suavemente hacia la acera, se
encuentra ubicado en la franja curva y angosta a un lado del enlace de tránsito de la Av. 8
con Calle 30 y el barranco que bordea el río Chama. Ofrece una vista especial hacia las
montañas de la Sierra Nevada además del hito central del conjunto espacial: el

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monumento escultórico obra del escultor Gaetano Parise M. que rinde homenaje a
los hombres tenaces que han alcanzado la cumbre máxima de la Patria: Domingo Peña,
el guía de la Sierra Nevada y el profesor y andinista Enrique Bourgoin, como un
aporte visual positivo a la imagen global de la ciudad.
_______________________
FUENTES:
CORPORACIÓN DE TURISMO. (s.f.). Mérida Suya. [Catálogo]. Mérida, Venezuela.
YAKIMOV, Nicolás. (1985). Parques y Plazas de Mérida. Trabajo de Investigación no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

PARQUE ALBARREGAS.

La ciudad de Mérida cuenta con el Parque Metropolitano Albarregas. Recorre


longitudinalemte toda la ciudad. Su extensión es de 32 Km. de largo con anchos
que van desde 144 m. a 1.142 m., para un área de 612,38 hectáreas. Ocupa parte de
las parroquias Milla, Llano y La Punta del Municipio Libertador; y parte de la
Parroquia Montalbán del Municipio Campo Elías del estado Mérida. Ocupa el
Valle inferior del río Albarregas. Fue creado en marzo de 1982 por Decreto
Presidencial Nº 1.515, para el ornato, embellecimiento, el saneamiento ambiental, el
esparcimiento y bienestar de la población. Dentro del Parque Metropolitano
Albarregas se han desarrollado diversos sectores para el disfrute general. El Sector
Miranda, donde existe infraestructuras deportivas así como sanitarias, vestidores,
caminerías, asientos y áreas de estacionamiento. El Sector Pompeya – Cruz Verde,
que cuenta con el Museo al Aire Libre Mariano Picón Salas, caminerías y asientos.
Los Sectores Belensate y Fondur, con elementos recreativos, caminerías, asientos y
juegos infantiles.
_______________________
FUENTES:
JUGO, Luis. (2004). El Desarrollo Integral de las Comunidades Populares. Mérida, Venezuela:
Instituto Merideño de la Cultura.
YAKIMOV, Nicolás. (1985). Parques y Plazas de Mérida. Trabajo de Investigación no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

PARQUE BEETHOVEN.

Ubicado dentro de la urbanización Santa María, al norte de la ciudad, fue


declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:
CORPORACIÓN DE TURISMO. (s.f.). Mérida Suya. [Catálogo]. Mérida, Venezuela.

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PARQUE LA ISLA.

Parque urbano ubicado al norte de la ciudad declarado Sitio de Interés Cultural de


la Ciudad (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, julio, 2004. Tiene canchas de basketball, voleibol y tenis,
vestidores, cafetín, juegos infantiles, caminerías, bancos de descanso, espejos de
agua y un amplio estacionamiento. Así mismo, allí se encuentra la única Concha
Acústica y Anfiteatro de uso público de la ciudad y la Antigua Casona Colonial
declarada Edificación de Interés Patrimonial de la ciudad según el mismo decreto.
_______________________
FUENTES:
CORPORACIÓN DE TURISMO. (s.f.). Mérida Suya. [Catálogo]. Mérida, Venezuela.
YAKIMOV, Nicolás. (1985). Parques y Plazas de Mérida. Trabajo de Investigación no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

PARQUE HUMBERTO RUIZ FONSECA:

Tratado como una especie de bosque en un ambiente silvestre, es uno de los


parques más representativo de la serie secuencial creados al borde norte de la Av.
Urdaneta, por la originalidad en las formas y detalles de su equipamiento: bancos,
jardineras, puentes, postes de luz, un refugio, entre otros; todos construidos de
manera muy creativa, en piedra, brindándole al parque una identidad.
_______________________
FUENTE:
YAKIMOV, Nicolás. (1985). Parques y Plazas de Mérida. Trabajo de Investigación no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

PARQUE DE LA GUARDIA NACIONAL:

Con una clara organización espacial, el parque es contenedor de dos elementos


hitos: el monumento a la Guardia Nacional y la escultura Cinética, articulados
mediante canales que los conectan entre sí como con los espacios recintuales como
las plazoletas y los bancos de descansos.
_______________________
FUENTE:
YAKIMOV, Nicolás. (1985). Parques y Plazas de Mérida. Trabajo de Investigación no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

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PARQUE NACIONAL SIERRA NEVADA.

Abarca en su totalidad 276.446 hectáreas comprendidas entre los municipios


Aricagua, Campo Elías, Libertador, Santos Marquina, Rangel y cardenal Quintero
del Estado Mérida; y los municipios Pedraza y Antonio José de sucre del estado
Barinas. El Parque Nacional Sierra Nevada ofrece a la ciudad el encanto y la
belleza de la Sierra Nevada o Sierra sur con sus legendarios picos Bolívar, Toro,
León, Humboldt y Bonpland, que ofrecen al merideño y al turista un marco
paisajístico de gran belleza.
_______________________
FUENTES:
CORPORACIÓN DE TURISMO. (s.f.). Mérida Suya. [Catálogo]. Mérida, Venezuela.
JUGO, Luis. (2004). El Desarrollo Integral de las Comunidades Populares. Mérida, Venezuela:
Instituto Merideño de la Cultura.
YAKIMOV, Nicolás. (1985). Parques y Plazas de Mérida. Trabajo de Investigación no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

PARQUE NACIONAL SIERRA DE LA CULATA.

Abarca en su totalidad 200.400 hectáreas comprendidas entre los municipios Justo


Briceño, Miranda, Campo Elías, Libertador, Andrés Bello, Tulio Febres Cordero,
Caracciolo Parra, Cardenal Quintero y Rangel del estado Mérida; y Valera del
estado Trujillo. Conjuntamente con el Parque Sierra Nevada cobija a la ciudad
conformando parte de la imagen urbana con los recursos escénicos de los páramos
de los Leones, Cara del Indio, Los Conejos y Campanario.
_______________________
FUENTES:
CORPORACIÓN DE TURISMO. (s.f.). Mérida Suya. [Catálogo]. Mérida, Venezuela.
JUGO, Luis. (2004). El Desarrollo Integral de las Comunidades Populares. Mérida, Venezuela:
Instituto Merideño de la Cultura.
YAKIMOV, Nicolás. (1985). Parques y Plazas de Mérida. Trabajo de Investigación no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

PLAZAS Y MONUMENTOS.

PLAZA RANGEL (DEL LLANO).

Según los datos aportados por Christian Páez (1992, pp. 130 - 133), la plaza fue
creada luego de la parroquia en 1805 y se encontraba ubicada frente a la iglesia de
la Santa Cruz, sobre la calle independencia. En 1856 se encuentra ya en la posición
que ocupa actualmente. Desde 1888, la plaza fue dedicada a Rangel. En 1907 se
diseño el conocido esquema de plaza, ya elaborado en la plaza Bolívar, y que

250
permanecerá hasta nuestros días. En 1955 es reinaugurada tras la remodelación de
sus pavimentos, ahora en granito, un nuevo pedestal de mármol para el busto del
prócer Rangel e instalaciones eléctricas subterráneas. Hace pocos años sufrió
nuevos trabajos de embellecimiento, sin embargo no afectó significativamente su
semblanza, permaneciendo como un testimonio histórico de las reformas urbanas del ideal
de ciudad en Mérida.
Según la apreciación de Nicolás Yakimov (1985), es una plaza compacta, un lugar de
encuentro urbano interesante y lleno de vitalidad. Junto a la presencia de la Iglesia, la plaza
brinda identidad al lugar y ofrece a los transeúntes visuales interesantes hacia la montaña.
Es una amable plaza – jardín para ser vista y ocasionalmente cruzada peatonalmente o
como parada de descanso.
Fue declarada Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.

_______________________
FUENTE:
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un Tema Urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.
YAKIMOV, Nicolás. (1985). Parques y Plazas de Mérida. Trabajo de Investigación no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

PLAZA BOLÍVAR

La primera definición urbana de lo que habría de ser la ciudad de Mérida consistió


en la delimitación del espacio de su plaza mayor. Muy probablemente, el área de
esta plaza se corresponde con el área de las manzanas adyacentes y el lugar donde
se realizó el acto fundacional es el mismo que hoy se conoce con el nombre de
Plaza Bolívar.
Según los datos aportados por Christian Páez (1992, pp. 77 - 95) a lo largo de su
trabajo, la Plaza Mayor sirvió de lugar aparte de la fuente de agua pública, para el
mercado local que se realizaba semanalmente. Hacia 1874 con la expulsión de las
monjas Clarisas de su Mérida, su edificio fue ocupado por el mercado hasta la
demolición del templo y del convento y la construcción de la edificación para el
mercado entre 1876 – 1895; fecha en la cual el mercado abandonó definitivamente
la plaza y esta pudo ser reformada según los nuevos ideales de progreso y
embellecimiento.
La plaza, ya destinada a ser Plaza Bolívar, en 1895 bajo la dirección del Ing. Pedro
Dávalos y Listón, se procedió a su composición y embellecimiento bajo un diseño
circular alrededor de la fuente central, definiéndose avenidas internas que van de
una esquina a otra y de un costado a otro de la plaza, en correspondencia de los
ejes cardinales; el resto de las áreas se destinó a flores y árboles.

251
La inauguración de la plaza con la estatua ecuestre de bronce de Bolívar se realizó
el 17 de diciembre de 1930.
La Plaza Bolívar fue reconstruida durante el gobierno de Pérez Jiménez, en el año
1954, interviniendo los pavimentos, colocándose granito en las avenidas y en la
zona central de la plaza alrededor del pedestal.
Esta plaza permaneció sin cambios hasta 1981 cuando fue nuevamente modificada,
sustituyendo los pavimentos de granito por cemento martillado; además se crearon
calles peatonales y otras jardineras al frente de la Gobernación y por el costado
Oeste.
En cuanto a su inserción urbana, se mantiene todavía en el papel del corazón de la
ciudad, a pesar de la tendencia del crecimiento urbano. Como punto de vida cívica
con un considerable flujo peatonal, quedó reforzado por la creación de las calles
peatonales en sus bordes. Es un lugar de paseo, numerosas jardineras le rodean y
bancos en la parte interior de la plaza, sirven al merideño como lugar de
conversación y similares.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un Tema Urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.
_______________________ (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
Actual, 27, pp. 95 - 118.

PLAZA ANTONIO JOSÉ DE SUCRE (MILLA):

El origen de esta plaza está ligado a la construcción de la iglesia dedicada a San


Juan Bautista y la parroquia como tal, erigida en 1805, constituyéndose como su
centro desde entonces. Su nombre se origina de la personalidad de su constructor y
uno de los albañiles más activos en la ciudad de Mérida durante el siglo XVI como
lo fue Juan de Milla, al que se le relaciona con la edificación del Convento de San
Juan Bautista de la Orden de los agustinos hacia 1595.
Al inicio, como la mayoría de las plazas de la ciudad, señala Christian Páez (1992,
pp. 116 - 123), la plaza se encontraba libre, delimitada por los solares alrededor,
muchos de los cuales no edificados. Sus primeros cambios ocurren tardíamente
hacia la celebración de los centenarios de Páez (1890) y Sucre (1895).
Destinada al Gran Mariscal de Sucre, es inaugurada en su centenario según lo
reseña Tulio Febres Cordero (1960, p. 54), bajo el mismo diseño geométrico utilizado
para la Plaza Bolívar, con caminerías de ladrillo que conducían al centro de su
espacio donde se encontraba el pequeño busto erigido.

252
Tras pequeñas refracciones, no fue sino hasta el año 1925 cuando se plantan los
árboles para convertir la plaza en el espacio que hoy conocemos.
Es una plaza ubicada en la parte más alta de la zona central de la ciudad,
marcando el límite de la misma, siendo un punto de paso para el tránsito
automotor que fluye buscando la salida de la ciudad hacia la zona del páramo, vía
la redoma de la Vuelta de Lola. Es un hito en la imagen perceptual de Mérida para
quienes llegan o se van de la ciudad. Al fondo, la nota predominante la constituyen
las casas tradicionales de una planta de modelo colonial, con los techos de tejas, los
portones y las ventanas enrejadas, además la presencia de la iglesia frente a la
esquina superior de la plaza, le asigna en la actualidad un papel predominante en
la vida de la ciudad. La actual estatua del Mariscal Sucre es de 1949 y descansa
sobre un pedestal de granito negro de gran calidad.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un Tema Urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.

PLAZOLETA COLÓN.

Esta plaza está ubicada en el atrio de la Capilla del Carmen, al interior de una
manzana. Según Tulio Febres Cordero (1960, p. 54), en ocasión del Cuatricentario del
descubrimiento de América, la colonia italiana residente en la ciudad ofreció la
erección del busto de Cristóforo Colombo; sin embargo el mismo no se realizó
hasta 1895 dentro del espacio de la pequeña plaza. Está elaborado en un tamaño
proporcional de fino mármol en cuyo pedestal hay un bajorrelieve sobre el paraíso
tropical.
Según Christian Páez (1992, pp. 127 - 130), para entonces, se convirtió, después del
busto bolivariano de la Columna de 1842, en el único monumento escultórico
existente en el ámbito urbano. En el año 1924 fue reformada y probablemente fue
la ocasión cuando se le coloca las rejas de hierro para separar la plaza de la calle y
acera. En los años 80’ la Plaza Colón sufre otra obra de embellecimiento,
añadiéndole jardineras a su espacio interior y sustituyen el ladrillo de su
pavimento por cemento.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:

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FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un Tema Urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.
_______________________ (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
Actual, 27, pp. 95 - 118.

PLAZOLETA FRANCISCO DE MIRANDA.

Ubicada en la Av. 3 (Independencia) en la esquina de la calle 19. El busto - retrato


en honor a Francisco de Miranda fue decretado en 1896 y erigido en 1899 dentro de
la plazoleta (Tulio Febres Cordero, 1960, p. 54), frente a la Iglesia de San Francisco,
hoy de los Redentoristas (La Tercera). Este busto, según Christian Páez (1993, p. 105)
fue realizado en Siena por la casa Trapassi y Lorenzetti. Fue declarado Patrimonio
Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado Mérida (Decreto 5S5) por
Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito Libertador, Nº 110, Julio,
2004.
_______________________
FUENTE:
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
Actual, 27, pp. 95 - 118.

MONUMENTO “BOLÍVAR Y HUMBOLDT”.


Erigido en 1930 por la colonia alemana (Tulio Febres Cordero, 1960, p. 55). Está
constituido por dos medallones con los perfiles de Bolívar y Humboldt, cuyos
originales modelados por Marcos León Mariño, fueron arrancados en 1988 por los
traficantes de metal.
_______________________
FUENTE:
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian (1993). Arte y Arquitectura en Mérida entre los siglo XIX y XX.
Actual, 27, pp. 95 - 118.

PLAZA EL SOLDADO DESCONOCIDO (OBELISCO EL ESPEJO).

Se halla en el extremo Este de la ciudad y sirve de antesala al templo dedicado a la


Virgen del Espejo y a la capilla del Espejo.
La plazoleta se originó junto a la existencia de la Iglesia en 1803 y la progresiva
urbanización del área durante la primera mitad del siglo XIX. Para 1856 la plaza se
encontraba delimitada por una arboleda y, según la apreciación de Christian Páez

254
(1992, pp. 125 - 126), como espacio libre ofrecía un amplio respiro al ingreso del templo, la
capilla y el cementerio. Hoy día la plaza posee un diseño de caminerías y
equipamiento, como el resto de las plazas de la ciudad. En su centro posee un
obelisco como Monumento al Soldado Desconocido de la Independencia,
levantado en 1930 por obra de Marcos León Mariño (Roldán Esteva - Grillet, 1995, p.
15).
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:
ESTEVA-GRILLET, Roldán. (1995). Antecedentes de la modernidad plástica en Mérida. De
Arquitectura, 3 (3), pp. 13 – 20.
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un tema urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.

PLAZA JOSÉ FÉLIX RIVAS (BELÉN):

Aunque siempre se le consideró una plaza de segundo orden, este espacio


rectangular, fue el punto de llegada del camino que llevó a los merideños hacia el
páramo y el centro del país desde la colonia hasta la construcción de la Carretera
Trasandina en la década del 20’ del siglo XX. Ubicada entre Av. 7 (Maldonado) y 8
(Paredes) con calle 16, hoy está dedicada al héroe local, Rivas Dávila. Según
Christian Páez (1992, p. 125), su diseño varía notablemente del modelo de la Plaza
Bolívar y del resto de plazas ajardinadas de la ciudad.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTE:
FEBRES CORDERO, Tulio. (1960): Obras Completas. IV. Mérida, Venezuela: Antares Ltda.
PÁEZ RIVADENEIRA, Christian. (1992): La Plaza Mayor de Mérida. Historia de un Tema Urbano.
Caracas: Academia Nacional de la Historia.

PLAZA DE LAS HEROÍNAS:

Inserta al borde del área poblada del casco central, es una obra con calidad de
diseño en el uso de las diferentes formas geométricas en el pavimento, la forma de
combinar los materiales, colores y texturas, que da la bienvenida al turista visitante
de la ciudad, frente a la estación terminal del Teleférico. El grupo escultórico está
dedicado a las heroínas Anastasia, María Simona Corredor de Picón, Isabel Briceño
y María Uzcátegui; quienes apoyaron la causa independentista del Libertador; se

255
encuentra rodeado por jardineras y bancos para descansos, caminerías y puentes
que acompañan el recorrido hacia la fuente central y la cascada.
Fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador del Estado
Mérida (Decreto 5S5) por Gaceta Municipal Extraordinaria Alcaldía del Distrito
Libertador, Nº 110, Julio, 2004.
_______________________
FUENTES:
CORPORACIÓN DE TURISMO. (s.f.). Mérida Suya. [Catálogo]. Mérida, Venezuela.
YAKIMOV, Nicolás. (1985). Parques y Plazas de Mérida. Trabajo de Investigación no publicado.
Mérida, Venezuela: Facultad de Arquitectura y Arte, Universidad de Los Andes.

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