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Revista Ius et Praxis, Año 23, Nº 1, 2017, pp. 639 - 654
ISSN 0717 - 2877
Universidad de Talca - Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
La notificación legal de la demanda debe realizarse dentro del plazo de prescripción
de la acción respectiva para que pueda entenderse interrumpida civilmente la prescripción
Ruperto Pinochet Olave
∗
Profesor de Derecho civil y Director del Departamento de Derecho Privado y Ciencias del Derecho
de la Universidad de Talca. Doctor en Derecho civil por la Universidad de Barcelona. Socio en Pinochet
& Concha Abogados, www.bonafides.cl, Talca. Correo electrónico: rpinoche@utalca.cl.
a fojas 49, Nº 49, del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces
de San Fernando, con fecha 14 de julio de 2011.
b. Que la demanda, consistente en acción de dominio especial del artículo
26 del decreto ley Nº 2.695, fue interpuesta con fecha 6 de julio de 2012.
c. Que la referida demanda fue notificada al demandado con fecha 17 de
julio de 2012.
d. Que el demandado interpuso, a fojas 318, excepción de prescripción
extintiva por haber transcurrido un año desde la inscripción a su favor y la
notificación de la referida demanda.
Explica el considerando tercero, que no existe duda que transcurrió más de
un año entre la inscripción de la resolución que regularizó el inmueble a favor
del demandado –14 de julio de 2011– y la notificación de la demanda de acción
especial de dominio prevista en el artículo 26 del decreto ley Nº 2.695 –17
de julio de 2012–. También, que existe certeza que no había transcurrido ese
término entre la indicada inscripción –22 de julio de 2011– y la presentación
de la demanda –6 de julio de 2012–.
La sentencia recurrida entendió que había operado la interrupción civil de
la prescripción por la mera presentación de la demanda, sin que fuere necesa-
ria la notificación de la misma. Para alcanzar esta conclusión hace aplicable a
la acción deducida en autos las reglas de la prescripción de corto tiempo, en
particular lo previsto en el artículo 2523 del Código Civil, conforme al cual la
interrupción civil opera “desde que interviene requerimiento”, lo que asimila
a la presentación de la demanda.
En el considerando cuarto se realizan dos importantes aclaraciones, las que
compartimos. En primer lugar, se explica que el artículo 2523, si bien establece
que la interrupción opera por el mero requerimiento, lo que puede asimilarse a
la demanda judicial, no resulta aplicable en la especie, quedando limitado su
ámbito de aplicación a las acciones previstas en los ya reproducidos artículos
2521 y 2522 del mismo Código, acciones que prescriben en corto tiempo1,
como se sabe, entre las cuales no se encuentra incluida la acción de dominio
especial del artículo 26 del decreto ley Nº 2.695.
En segundo lugar, señala la Corte Suprema, existe una impropiedad mani-
fiesta en el debate planteado en estos autos al referirse a la prescripción de la
acción de dominio o aludir a la prescripción extintiva de la acción reivindica-
toria especial del artículo 26 del decreto ley Nº 2.695. Este precepto establece:
“Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 19 los terceros podrán, dentro
del plazo de un año, contado desde la fecha de la inscripción del inmueble
Las acciones de corto tiempo son únicamente aquellas que enumeran los artículos 2521 y 2522 del
1
Código Civil, y son excepcionales, por tanto, no puede llegarse a ellas por vía de analogía.
mora en el pago de las cuotas en que debía servirse la deuda2. Como ello acon-
teció el 4 de agosto de 2014, a la fecha del requerimiento de pago, es decir, al
14 de enero de 2016, ya había transcurrido en exceso el lapso previsto en el
artículo 98 de la ley Nº 18.092, debiendo entonces acogerse íntegramente la
excepción en referencia y no en forma parcial, como en definitiva aconteció,
decisión que fue adoptada quebrantando las normas que menciona el recurso.
La ejecución de la especie se fundó en la falta de pago de tres pagarés, dos
de los cuales eran pagaderos a la vista y a cuyo respecto fue acogida la excep-
ción de prescripción de la acción, decisión que no fue impugnada.
En el considerando cuarto se alude a la cláusula de aceleración sobre cuyo
alcance imperativo o facultativo es discutido por las partes, señala dicha cláusula
“En caso de mora o simple retardo en el pago de todo o parte de cualquiera
de las cuotas de este pagaré... el Banco queda facultado para exigir anticipa-
damente el pago del total de lo adeudado, el que se considerará vencido para
todos los efectos legales...”, concluyendo nuestro máximo tribunal “que tal
convención tiene un carácter facultativo y no imperativo para el ejecutante, por
cuanto, más allá de la potestad del acreedor para deducir la acción de cobro
lo que, en cualquier caso, sólo constituye el mero ejercicio de un derecho la
exigibilidad anticipada de la totalidad de la obligación ha sido entregada a su
arbitrio, autorizándolo para demandar el pago íntegro en el evento de la mora,
como es lo que ha sucedido en autos”.
En conclusión, el fallo determina acertadamente que la cláusula se encuentra
redactada en términos facultativos, por lo que era necesario que el demandante
evidenciara “su voluntad de ejercer la facultad de acelerar la exigibilidad del
crédito al momento de ingresar su demanda a distribución ante la Corte de
Apelaciones de la capital, hecho verificado el 26 de febrero de 2015, aunque
sólo notificó la acción a la deudora el 13 de enero de 2016, de modo que a
esta última fecha ya había transcurrido el lapso previsto en el artículo 98 de la
2
En los últimos años se ha distinguido entre cláusulas de aceleración que se encuentran redactadas
en forma imperativa o en forma facultativa. Si en su redacción se encuentra algo parecido a la siguiente
fórmula: “La falta de pago de las cuotas hará exigible el total de lo adeudado, como si fuese de plazo
vencido”, estamos frente a una cláusula imperativa que obliga al acreedor a hacerla efectiva. El día
del vencimiento es el día en que se dejó de pagar una cuota. En tal sentido, como el artículo 98 de
la ley Nº 18.092 indica que el plazo de prescripción se cuenta desde el “vencimiento del documen-
to”, la doctrina jurisprudencial más reciente y con mayor número de fallos sostiene que cuando hay
vencimientos sucesivos hay tantos vencimientos como cuotas, en dicha forma, por ejemplo, resolvió
la Corte Suprema, en causa rol Nº 16.093, de 19 de enero de 1991, “La redacción imperativa de una
cláusula de aceleración incluida en un pagaré, obliga al acreedor a hacer efectivo el documento tan
pronto se produzca el hecho del incumplimiento de una de sus cuotas y, por lo mismo, el día de su
vencimiento es aquel en que deja de pagarse la primera cuota, día desde el cual ha contarse el plazo
de prescripción del artículo 98 de la ley Nº 18.092”.
3
Domínguez (2009), p. 236.
4
Debemos advertir que no es la primera sentencia que sostiene esta tesis, dentro de una línea juris-
prudencial que, sin dudar, puede calificarse de minoritaria. Así se ha fallado “la interrupción civil se
cuenta desde la presentación de la demanda, y si bien es cierto que sin su notificación ella carece de
significado procesal, una vez efectuada la notificación se retrotraen sus efectos a la fecha de la pre-
sentación de aquélla. Esta es, por lo demás, la tesis que más se aviene con el espíritu de la institución,
ya que es la presentación de la demanda, o sea el acto de reclamar o perseguir su derecho en juicio
por parte del acreedor, el evento público y ostensible que pone de manifiesto el propósito del titular
del derecho de instar por su resguardo poniendo en conocimiento de la justicia su pretensión en tal
sentido. De otra parte, confirma esta interpretación la idea de que los efectos de la interrupción no
pueden quedar expuestos a las artes y maniobras del deudor, quien, una vez presentada la demanda
interruptoria, podría dilatar o dificultar la práctica de la notificación más allá del vencimiento de la
prescripción, impidiendo de esta manera que ella quedara interrumpida con el recurso judicial del
acreedor que tiende precisamente a impedir su curso”. C. Valparaíso, 29 de octubre de 1963, Rev. de
Der., t. 60, sec. 2ª, p. 130, entre muchas otras.
Toda referencia a artículos sin indicar el Código de que se trata debe entenderse hecha al Código
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Civil chileno.
6
Además de otros requisitos, se acostumbra a exigir que la demanda sea presentada en tribunal
competente y que la notificación sea válida y no nula, para poder entender que pueda hablarse de
“notificación legal de la demanda”.
7
C. Suprema, 9 de abril de 2001, Rev. de Der., t. 98, sec. 1ª, pág. 71; 26 de noviembre de 1991,
Rev. de Der., t. 88, sec. 1ª, pág. 102. En idéntico sentido, C. Pedro Aguirre Cerda, 10 de marzo de
1997, Rev. de Der., t. 94, sec. 2ª, p. 28; C. Punta Arenas, 29 de agosto de 1991, Rev. de Der., t. 88,
sec. 2ª, p. 101; C. La Serena, 7 de octubre de 1910, Rev. de Der., t. 9, sec. 1ª, p. 516, jurisprudencia
citada por Domínguez, R., La prescripción…, cit. (n. 1), p. 260. Por su parte, Escalona cita las siguien-
tes sentencias: C.A. Concepción, 1 de abril de 1982, Rev. de Der. t. 31, sec. 2ª, p. 33; C.A. Santiago,
28 de diciembre de 1961, Rev. de Der. t. 58, sec. 4ª, p. 382; C. Suprema, 7 de noviembre de 1958,
Rev. de Der. t. 55, sec. 3ª, p. 17; C. Suprema, 30 de enero de 1985, Rev. de Der. t. 82, sec.1ª, p. 6; C.
Suprema, 26 de noviembre de 1991, Rev. de Der. t. 88, sec. 1ª, p. 102. Fallos del Mes, 7 de octubre
de 1977, Nº 227, p. 291, sent. 1; C. Suprema, 10 de abril de 1929, Rev. de Der. t. 27, sec. 1ª, p. 240;
C.A. Santiago, 15 de julio de 1937, Rev. de Der. t. 82, sec. 1ª, p. 179; C.A. Santiago, 20 de diciembre
de 1950, Rev. de Der. t. 48, sec. 2ª, p. 3; C. Suprema, 1 de septiembre de 1934, Rev. de Der. t. 32,
sec. 1ª, p. 6; C.A. Santiago, 3 de julio de 1942, Rev. de Der. t. 40, sec. 1ª, p. 41; C.A. Santiago, 14 de
enero de 1944, Rev. de Der., t. 44, sec. 1ª, p. 130; C. Suprema, 8 de agosto de 1931, Re. de Der. t. 30,
sec. 1ª ., p. 552; C. Suprema, 8 de junio de 1945, Rev. de Der. t. 55, sec. 3ª, p. 17; Rev. de Der. t. 43,
sec. 1ª, p. 18; Rev. de Der. t. 48, sec. 2ª, p. 12. Escalona (1997), p. 185.
8
Domínguez (2009), p. 263.
9
Alessandri et al. (2004), p. 33. Abeliuk (2008), p. 330 (este autor con reserva). Rodríguez (2008),
p. 302; Escalona (1997), p. 186, entre muchos otros.
10
Alessandri et al. (2004), p. 36.
11
Rodríguez (2008), p. 302.
12
Abeliuk (2008), p. 330; por su parte, Barcia señala: “Para que la demanda judicial produzca la inter-
rupción de la prescripción es necesario que ella sea notificada y que la notificación se haya efectuado
antes de expirar el plazo de prescripción”. Barcia (2010), p. 204.
Continúa señalando Abeliuk: “Es interesante esta posición, pues si bien se mira la ley ha exigido
13
únicamente demanda judicial, y ha declarado solamente que ella es inapta para la interrupción si no
ha sido notificada en forma legal”, Abeliuk (2008), p. 330.
14
“Aquí surge una discrepancia (común a ambas prescripciones) sobre la época en que debe
notificarse. Para que la interrupción produzca efectos es claro que la demanda debe ser notifica-
da; la duda es si para interrumpir basta presentar la demanda ante el tribunal dentro del plazo o,
además, es necesario notificarla dentro de él. La primera solución se funda en que las resoluciones
judiciales sólo producen efecto una vez notificadas; y, sobre todo, en que conforme al art. 2503
no hay interrupción si no hay notificación; puede añadirse también que lo que queda interrumpida
efectivamente es la posesión, la cual con la sola presentación de la demanda no es aún agredida. La
segunda se apoya en que la ley exige solamente “recurso judicial” (o “demanda judicial” si se trata
de la extintiva, según el art. 2518), idea reafirmada en el art. 2503, al que basta que se haya “inten-
tado” el recurso judicial. A esos argumentos puede agregarse otro de efecto práctico: si se exige que
también la notificación se practique dentro del plazo, en la realidad al que quiere interrumpir (dueño
o acreedor, según el caso) se le estaría restando plazo; más aún, a algunos se les estaría confiriendo
menos plazo que a otros; es así porque, como tiene que preocuparse de notificar, tendría que salir
de su inactividad un tiempo antes de vencerse el plazo, y si el demandado es de difícil ubicación, el
respectivo actor tendría menos plazo que otro cuyo demandado es de muy fácil notificación (a lo que
puede agregarse la posibilidad de que el demandado despliegue maniobras para evadir o postergar
la notificación); esa desigualdad no es aceptable y se evita con esta alternativa. Pero sobre estos
argumentos específicos, el conflicto puede dirimirse en base a unas apreciaciones institucionales.
Por una parte, es útil tener presente una distinción entre los efectos substantivos y procesales de la
demanda…”. Peñailillo (2010), pp. 182-183.
15
Flume (1998), p. 103.
16
Es lo normal que la declaración de voluntad en un acto jurídico bilateral se realice frente a otro,
para eso se realiza, buscando la manifestación del otro con el propósito de lograr la formación del
consentimiento. La calidad de recepticia o no, únicamente se plantea en los actos jurídicos unilaterales,
en los que, en ocasiones, habrá de determinarse si la declaración de voluntad fue hecha frente a quien
se pretenden oponer los efectos del acto jurídico.
17
Citado por Flume (1998), p. 178.
18
Domínguez (2009), p. 236.
19
Rodríguez (2016), p. 33.
20
Rodríguez (2016), p. 34.
6. Conclusiones
En contra de lo sostenido por la sentencia de la Corte Suprema, de 31 de
mayo de 2016, rol Nº 6900-2015, en el sentido que basta la presentación de la
demanda para interrumpir civilmente la prescripción sin que sea necesaria la
notificación dentro del término interruptivo, siendo la notificación considerada
como un presupuesto procesal para “el ejercicio de la acción”, estimamos que
la notificación debe efectuarse y completarse dentro del plazo de prescripción
por las siguientes razones:
1. Razón de texto. De acuerdo a la remisión que hace el artículo 2518 al
2503 entendemos que la forma legal de hacer la notificación supone que se
haga dentro del plazo de la prescripción de la acción respectiva.
2. La presentación de la demanda es un hecho material y unilateral, mientras
no se notifique, no produce consecuencia jurídica alguna. Por lo mismo, puede
ser retirada cuando lo desee la parte que la ha presentado.
3. Porque, en general, en los estatutos jurídicos protectores –Derecho del
consumo y Derecho del trabajo– para proteger jurídicamente a la parte más
débil, en este caso consumidores y trabajadores, que serán los actores a los
que le interesa interrumpir la prescripción, ha predominado la tesis de que
basta la interposición de la demanda, tesis que en este caso se explica por el
carácter tutelar de ambas disciplinas, además de que, en el caso del Derecho
de consumo, es extremadamente breve del plazo para ejercitar la acción in-
fraccional –seis meses–.
4. Si la ley exime de la notificación dentro de plazo en forma expresa en
algunos casos, por ejemplo, en el artículo 54 inciso final de la Ley Nº 15.231,
sobre Organización y Atribuciones de los Juzgados de Policía Local, debe
entenderse ésta la excepción. La regla general, a la sazón, sería la contraria,
esto es, que la notificación deba hacerse dentro del plazo de prescripción de
la acción respectiva.
5. El “ámbito estricto del derecho procesal” en materia procesal civil pro-
duce consecuencias en Derecho sustantivo, constituyendo la notificación de
la demanda dentro de plazo un requisito indispensable para que se produzca
el emplazamiento, siendo éste, a su vez, condición esencial para que se origi-
nen todos y cada uno de los efectos previstos en la ley para los casos en que
se exige presentación de la demanda, requerimiento en el cual se subentiende
incorporado la notificación legal de la misma.
Bibliografía citada
Abeliuk Manasevich, René (2008): Las obligaciones, quinta edición actualizada
(Santiago, Editorial Jurídica de Chile).
Alessandri Rodríguez, Arturo; Somarriva Undurraga, Manuel; Vodanovic Haklicka,
Antonio (2004): Tratado de las obligaciones (Santiago, Editorial Jurídica de
Chile).
Barcia Lehmann, Rodrigo (2010): Lecciones de Derecho Civil chileno. De la
teoría de las obligaciones (Santiago, Editorial jurídica de Chile).
Domínguez Águila, Ramón (2009): La prescripción extintiva. Doctrina y juris-
prudencia (Santiago, Editorial Jurídica de Chile).
Escalona Riveros, Francisco (1997): La prescripción extintiva civil (Santiago,
Editorial Jurídica ConoSur).
Jurisprudencia citada
Vargas Cerpa, Luis Alberto y otros con Marmolejo Fuenzalida, Carlos, Corte
Suprema, rol Nº 6900-2015, de 31 de mayo de 2016.
Scotiabank Chile S.A. con Meisenbichler Ortega, Gladys Verónica, Corte
Suprema, rol Nº 55077-2016, de 9 noviembre de 2016.