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¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA HISTORIA PARA LA SOCIEDAD?

En cuanto a lo que toca, a la importancia de la historia en la sociedad, se presenta el

siguiente ensayo con el propósito de explicar diversos argumentos que sustenten dicha

importancia, así que, “la historia en sentido propio, se refiere a todo el pasado que, directa

o indirectamente, incide y afecta al hombre como sujeto agente o paciente; y el objeto y la

función del conocimiento de la historia es el hombre y las comunidades de ayer por él

formadas.”1A partir de esto, se puede decir que las relaciones, que se presentan en la

sociedad, donde el hombre es el ente central de estas relaciones, es el principio y el fin de

la historia como ciencia social.

Ahora bien, la Historia es una de las palabras de “intersección”, o en otras palabras, el

concepto cardinal alrededor del cual se ha cristalizado lo creíble, durante los dos últimos

siglos.2 El uso de la mayúscula bastaba ya como explicación, mientras que el de la

minúscula sugería otras explicaciones, tales como el establecimiento de leyes, la

localización de grandes movimientos de fondo, o el reconocimiento de la parte (más o

menos grande) de la contingencia en los asuntos humanos. 3

Algo que es inebitable es el desprendimiento de la historia que ya no tiene curso alguno: la

que promovió e impuso Europa y la cual se engalanaba con una H mayúscula; la que

pretendía ser el tren del mundo moderno y se consideraba como su tribunal máximo.

Entonces cabe preguntarse luego, si la muy antigua palabra historia (con toda su historia)

pudiese volver a ser de alguna utilidad para designar una manera nueva de art4icular esas

1
Prensa, S. I. (16 de Marzo de 2013). El Nuevo Diaro

2
François Hartog, Croire en l’histoire (París: Flammarion, 2013)

3
Hartog, F. (2014). El Hombre y los Conceptos de Historia. Historia Critica , 14

4
(Hartog, 2014)
tres categorías del pasado, presente y futuro, que los humanos siempre han requerido para

ordenar su vida en común. Pero sin que ninguna de ellas imponga su tiranía sobre las otras

dos, en un mundo que dista mucho de ser aquel que fue regulado, durante largo tiempo,

por el meridiano de Greenwich. De ahí que la tarea del historiador de hoy sea de un gran

grado. (Hartog, 2014)

Por otro lado, es un hecho que existe un debate en cuanto a la importancia de la historia en

la sociedad, así que se presenta la tendencia de identificar la legitimidad y utilidad del

discurso histórico. En las primeras páginas de la Guerra del Peloponeso, Tucidides escribe:

"aquellos que quisieren saber la verdad de las cosas pasadas y por ellas juzgar y saber

otras tales y semejantes que podrán suceder en adelante, hallarán útil y provechosa mi

historia; porque mi intención no es componer farsa o comedia que dé placer por un rato,

sino una historia provechosa que dure para siempre". Este pasaje muestra hasta qué grado

estaba convencido Tucidides de que su intención (elaborar una historia provechosa) se

realizaría en la medida en que la investigación permitiera "saber la verdad de las cosas

pasadas". En este caso verdad y utilidad son mutuamente correspondientes porque se parte

del supuesto de que el conocimiento de ciertos fenómenos constituye una guía para

comportarse cuando ocurran de nuevo cosas semejantes.5 Es un hecho que hay una

vinculación directa e inmediata entre conocimiento y acción, esto se apoya en la creencia

de que la comprensión del pasado da un pleno manejo de las situaciónes actuales: de ahí

el peculiar carácter pragmático de la indagación histórica tradicional. Ahora bien partir de

esta referencia se puede decir que la historia es el registro de los hechos del pasado, que

sirve como guia para evitar los errores de la historia y de esta forma mejorar el futuro. Sin

embargo solo se toma en cuenta a esta ciencia a partir de la primera concepcion de la

5
Carlos Preyra, L. V. (2005). Historia ¿Para qué? Siglo XXI.
historia (la de recolectar hechos y acontecimientos a traves del tiempo), por lo que faltaria

complementar con la otra cara de la moneda. En cuanto a un fenómeno histórico nunca se

explica plenamente fuera del estudio de su momento. Esto es cierto para todas las etapas

de la evolución. Para la que vivimos y para las otras. El proverbio árabe lo dijo antes que

nosotros: "Los hombres se parecen más a su tiempo que a sus padres". Por no haber

meditado sobre esta sabiduría oriental, el estudio del pasado a veces se ha desacreditado.6

A partir de lo anterior es importante retomar la siguiente referencia, donde el impacto de la

historia que se escribe en la historia que se hace, la apropiación de los procesos a traves

de los cuales se adquiere conocimiento del pasado es un objetivo válido por sí mismo, pero

mejor todavía, la utilización (siempre presente) ideológico-político del saber histórico no

anula la significación de éste ni le confiere su único sentido. La utilidad del discurso histórico

no desvirtúa su legitimidad, es cierto, pero ésta no se reduce a esta. (Carlos Preyra, 2005).

Es por esto que el “historiador” no solo da a conocer a través de narraciones el pasado, si

no que mediante las relaciones que representan los diferentes hechos históricos, trata de

explicar sus causas y en este sentido el por qué, de estos. Por esto y por más los

historiadores son un elemento importante para la sociedad, puesto que sin la existencia de

estos no habría en sentido estricto un registro explicativo de la historia del mundo a través

del tiempo. Pero en definitiva, "la función del historiador no es ni amar el pasado ni liberarse

de él, sino de dominarlo y comprenderlo como la clave para la comprensión del presente".7

Es importante mencionar que durante un largo período de tiempo la historia fue percibida

como si su unica tarea fuera mantener vivo el recuerdo de acontecimientos y hechos

memorables según los criterios en las distintas culturas. Por lo que se puede decir que la

6
Marc, B. (2001). Apología para La Historia o El Oficio del Historiados . México: Fondo de Cultura Económica.

7
E. H. Carr, ¿Que es la historia?, Barcelona, Seix Barral. 1969.
función de la ciencia se limitó meramente a conservar en la memoria social un conocimiento

perdurable de sucesos decisivos para la cohesión de la sociedad, la legitimación de sus

gobernantes, el funcionamiento de las instituciones políticas y eclesiásticas así como de los

valores y símbolos populares: el saber histórico giraba alrededor de ciertas imágenes con

capacidad de garantizar una (in) formación compartida.8 Por lo que desde un principio la

historia fue concebida como una colección de hechos y acontecimientos ejemplares y de

situaciones coyunturales y paradigmáticas cuya comprensión preparía a los individuos para

la vida en sociedad. De ahí la tendencia, a solicitar que la historia guíe nuestra acción. Pero

a finales del siglo pasado, ya aparecía como un espejismo pasado el creer que la historia

proporciona instrucciones prácticas para guiarse en la vida (hisroria magistra vitae),

disciplinas de provecho para individuos y sociedades.

Ahora bien, una definición de la historia es “La historia como actividad del espíritu consiste

en dar forma al pasado. Una forma espiritual para comprender el mundo dentro de ella,

como lo son también las filosofías, la literatura, el derecho, las ciencias naturales. La historia

se distingue de estas otras formas del espíritu en que se proyecta sobre el pasado y

solamente sobre el pasado. Pretende comprender el mundo en el pasado y a través de él.”

A partir de esta definición y de los argumentos presentados con anterioridad, se justifica el

interés general por conocer, el cual cumple una necesidad de la humanidad. Y esto es

porque la humanidad requiere del conocimiento para lograr aquello que no se obtiene a

través del instinto: una orientación permanente y segura de sus acciones en el mundo, pero

sobre todo el ser en este mundo. Cualquier persona veria la historia como se menciono

antes, pero en lo que respecta a un historiador de profesion seria el hecho de que esta

ciencia responde al interés en conocer nuestra situación presente. Porque, aunque no sea

8
Carlos Preyra, L. V. (2005). Historia ¿Para qué? Siglo XXI
un objetivo de la disciplina, la historia cumple con una función: la de comprender el presente.

Desde las épocas en que el hombre empezó a vivir en comunidad y a utilizar un lenguaje,

tuvo que crear interpretaciones conceptuales que pudieran explicarle su situación en el

mundo en un momento dado

Pero entonces, ¿Para que la historia?, la respuesta a esta pregunta es diversa según Hector

Aguilar Camín9, ya que puede ser para atender preguntas del presente, para consolidar o

inventar una identidad y reconquistar continuamente la certeza de un sentido colectivo o

personal; historia para dirimir las legitimidades del poder, para imponer o negar la versión

de los vencedores, para rescatar o rectificar la de los vencidos. O para el ejemplo de la vida,

para el repertorio infinito de la acción. Y al revés: historia para la contemplación paralítica y

demorada, para el goce y la imaginación, para la curiosidad que pregunta simplemente por

los trayectos de otros pueblos y otras civilizaciones. Por lo que en sentido estricto no exixte

una respuesta especifica a esta pregunta, por el hecho de que cada quien emplea la historia

a su conveniencia, pero lo que si es un hecho indiscutible que sea cual sea el uso de la

ciencia, sera conveniente en cualquier parte del mundo. Pero además de lo ya planteado,

del carácter de la historia como conocimiento de los hombres se desprende su posición

particular frente al problema de la ex-presión. ¿Es "ciencia" o "arte?, la respuesta a este

cuestionamientono es: ciencia. Perola respuesta correcta sería que es la ciencia de los

hombres a través del tiempo, donde el tiempo representa una unidad de medida, pero por

otro lado es el plasma donde se encuentran inmersos los hechos y acontecimientos y así

es como da lugar a su fácil percepción.

Es por esto que se dice que la importancia de la historia en la sociedad es imprescindible

para el estudio del pasado, puesto que sin ella la posibilidad de una biografía de la

9
Carlos Preyra, L. V. (2005). Historia ¿Para qué? Siglo XXI
humanidad sería prácticamente imposible, ahora bien, el debate que surge es porque todos

empleamos de forma diferente la información que podemos obtener de esta ciencia.

Sin embargo, la confianza en la ingenuidad de la lectura de los documentos y en el

ordenamiento sistematico de los datos es sólo una construcción pasajera en la formulación

de la ciencia histórica, puesto que, se vuelve cada vez más realista el hecho de desvincular

la historia en la que se participa y se toma posición de la historia que se investiga y se

escribe.

Bibliografía
Carlos Preyra, L. V. (2005). Historia ¿Para qué? Siglo XXI.

Hartog, F. (2014). El Hombre y los Conceptos de Historia. Historia Critica , 14.

Marc, B. (2001). Apología para La Historia o El Oficio del Historiados . México: Fondo de Cultura
Económica.

Prensa, S. I. (16 de Marzo de 2013). El Nuevo Diario. Obtenido de


https://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/280688-tiene-historia-funcion-
social/?fbclid=IwAR1HNLNcJnc0ipfZ6qs1RG9C00FwtM7JyZst1JmdukcJVvYckSzC7Oku8_A

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