Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
SENTENCIA INTERLOCUTORIA
EXPEDIENTE N° 14524.-
MOTIVO: CUMPLIMIENTO DE CONTRATO DE COMPRA VENTA (OPOSICIÓN
A PRUEBAS)
DEMANDANTE: EDURADO JOSÉ PERAZZO, venezolano, mayor de edad, titular de
la cédula de identidad Nº V-10.374.907
APODERADO JUDICIAL: BALMORE RODRÍGUEZ NOGUERA, Inpreabogado Nº
34.092
DEMANDADOS: CARMEN ELENA MENDOZA REYES, JESÚS ALFONSO
AVENDAÑO MENDOZA, CARMEN ELENA AVENDAÑO MENDOZA, AUDREY
MARIELA AVENDAÑO MENDOZA, RUBEN ALEJANDRO AVENDAÑO
MENDOZA Y CARLOS EDUARDO AVENDAÑO MENDOZA, todos venezolanos,
mayores de edad, titulares de las cédulas de identidad N° V-5.464.297, V-7.582.519, V-
7.909.249, V-10.858.599 y V-2.570.448, respectivamente.
APODERADO JUDICIAL: ENIO JESÚS ZERPA BOISSIERE, Inpreabogado Nº
49.979.
-I-
Siendo la oportunidad para la oposición a las pruebas compareció la parte demandada
en el presente juicio y realizó oposición a las pruebas presentadas por la parte actora,
por lo que, siendo la oportunidad para decidir conforme las previsiones de los artículos
397 y 398 del Código de Procedimiento Civil, este juzgador lo hace de la manera
siguiente:
PRIMERO: Disponen los artículos 397 y 398 del Código de Procedimiento Civil:
Artículo 397.- Dentro de los tres días siguientes al término de la promoción, cada parte
deberá expresar si conviene en alguno o algunos de los hechos que trata de probar la
contraparte, determinándolos con claridad, a fin de que el Juez pueda fijar con precisión
los hechos en que estén de acuerdo, los cuales no serán objeto de prueba. Si alguna de
las partes no llenare dicha formalidad en el término fijado, se considerarán contradichos
los hechos.
Pueden también las partes, dentro del lapso mencionado, oponerse a la admisión de las
pruebas de la contraparte que aparezcan manifiestamente ilegales o impertinentes.
Artículo 398.- Dentro de los tres días siguientes al vencimiento del término fijado en el
artículo anterior, el Juez providenciará los escritos de pruebas, admitiendo las que son
legales y procedentes y desechando las que aparezcan manifiestamente ilegales o
impertinentes. En el mismo auto, el Juez ordenará que se omita toda declaración o
prueba sobre aquellos hechos en que aparezcan claramente convenidas las partes.
SEGUNDO: La prueba es definida como aquella actividad que desarrollan las partes
conjuntamente con el tribunal para adquirir el convencimiento de la verdad o certeza de
un hecho o afirmación fáctica o para fijarlos como ciertos a los efectos de un proceso.
La prueba es el elemento procesal más relevante para determinar los hechos, a efectos
del proceso ya que para obtener un fallo al fondo se exige una reconstrucción de los
hechos.
El objeto de la prueba es demostrar la veracidad y certeza de ciertos hechos que al ser
alegados llevan consigo la necesidad de determinar su verosimilitud. La noción del
objeto probatorio es tan amplia como el concepto jurídico que se pueda tener de los
hechos.
En síntesis se puede afirmar que son objeto de la prueba: los hechos producidos del
quehacer humano; los productos de la naturaleza y en cuya formación no ha habido
presencia humana; el ser humano en su aspecto tanto físico como biológico; los hechos
psíquicos de la personalidad; los actos voluntarios o involuntarios del individuo que
denotan su conducta en relación con los otros seres; la costumbre; entre otros.
En este orden de ideas, es sabido que en el derecho común, son medios de prueba
admisibles en cualquier juicio aquel que determina el Código Civil (1982), el Código de
Procedimiento Civil (1987) y otras leyes especiales de la República.
No obstante, pueden también las partes valerse de cualquier otro medio no prohibido
expresamente por la ley, y que consideren conducente a la demostración de sus
pretensiones. Estos medios se promoverán y evacuarán aplicando por analogía las
disposiciones relativas a los medios de pruebas semejantes contemplados en el Código
Civil (1982), y en su defecto, en la forma que señale el Juez.
En este sentido, se entiende por prueba ilegal aquella cuya admisión está prohibida por
la Ley, en virtud de ser contraria al orden público y a las buenas costumbres. La
ilegalidad se patentiza cuando su inadmisibilidad es el producto de una prohibición de la
Ley, que de modo expreso ha manifestado su inaplicabilidad al caso concreto disentido
en el juicio.
En tanto que la prueba impertinente es la prueba ajena a los hechos controvertidos en la
causa. La pertinencia contempla la relación que el hecho por probar nada pueda tener
con el litigio, por lo tanto será prueba impertinente, aquella que se deduce con el fin de
llevar al Juez al convencimiento sobre hechos que por ningún respecto se relacionan con
el litigio y que por lo tanto no puedan influir en su decisión.
Así las cosas, de conformidad con lo pautado en el artículo 382 del Código de
Procedimiento Civil:
“Son medios de prueba admisibles en juicio aquellos que determina el Código Civil, el
presente Código y otras leyes de la República. Pueden también las partes valerse de
cualquier otro medio de prueba no prohibido expresamente por la ley, y que consideren
conducente a la demostración de sus pretensiones. Estos medios se promoverán y
evacuarán aplicando por analogía las disposiciones relativas a los medios de pruebas
semejantes contemplados en el Código Civil, y en su defecto, en la forma que señale el
Juez.”
Asimismo en sentencia de la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia, de fecha 20 de junio del año 2006, con ponencia del magistrado: LEVIS
IGNACIO ZERPA, Exp. N° 2003-0839, se dispuso lo siguiente:
Luego, parece evidente que la regla es la admisión y que la negativa sólo puede
acordarse en casos excepcionales y donde se evidencia claramente la ilegalidad e
impertinencia del medio probatorio promovido.
TERCERO: Ahora bien, en el plazo legal previsto para la oposición a las pruebas, la
parte demandada hizo uso de tal derecho de la siguiente manera:
La parte demandada se opone a la prueba promovida por el actor en el Capítulo I,
cursante a los folios 8 al 9 de la pieza Nº 2 del Expediente 14.524, relacionada con un
Compact Disk (disco compacto) o CD de una supuesta negada grabación de una
conversación de su representado JESUS ALFONSO AVENDAÑO MENDOZA, y su
negada transcripción de conversaciones, cursante a los folios 10 al 13 de la Pieza Nº 2,
del expediente 14.524, sustenta su pretensión, por ser la misma manifiestamente
Inconstitucional, impertinente e ilegal; alega que en un primer lugar son impertinentes
porque no es cierto que correspondan a una conversación de su representado JESÚS
ALFONSO AVENDAÑO MENDOZA, amén que solo un experto a través de una
prueba de experticia pudiera determinar que se trata de una conversación de su
representado JESÚS ALFONSO AVENDAÑO MENDOZA. Y siendo la prueba de
experticia la única prueba idónea para determinar ese hecho, al no ser promovida
conjuntamente por el ciudadano EDUARDO JOSÉ PERAZZO, se traduce en
impertinente.
De la impertinencia de la prueba
En este sentido, observa quien juzga, que la defensa técnica de la parte demandada
confunde la impertinencia, que implicaría tal como se ilustró ut supra, que la prueba no
guarde relación con los hechos controvertidos y objeto de prueba, con un
desconocimiento que hace de la autoría de la conversación, es decir, el demandado en
nombre de su poderdante, ha negado que la conversación que promueve el actor, en una
grabación y transcripción, se haya realizado con el mismo. Siendo que este ataque no se
compadece con un argumento relacionado con la impertinencia de la prueba, sino con la
veracidad o autenticidad de la misma, por lo que la prueba promovida no resulta
impertinente. Y así se declara.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José) Costa Rica,
del 7 al 22 de noviembre 1969, dispone:
Artículo 1.- La presente Ley tiene por objeto proteger la privacidad, confidencialidad,
inviolabilidad y secreto de las comunicaciones que se produzcan entre dos o más
personas.
Artículo 2.- El que arbitraria, clandestina o fraudulentamente grabe o se imponga de una
comunicación entre otras personas, la interrumpa o impida, será castigado con prisión
de tres (3) a cinco (5) años.
En la misma pena incurrirá, salvo que el hecho constituye delito más grave, quien
revele, en todo o en parte, mediante cualquier medio de información, el contenido de las
comunicaciones indicadas en la primera parte de este artículo.-
Artículo 3.- El que, sin estar autorizado, conforme a la presente Ley, instale aparatos o
instrumentos con el fin de gravar (sic) o impedir las comunicaciones entre otras
personas será castigado por prisión de tres (3) a cinco (5) años.-
Artículo 4.- El que, con el fin de obtener alguna utilidad para sí o para otro, o de
ocasionar un daño, forje o altere el contenido de una comunicación, será castigado,
siempre que haga uso de dicho contenido o deje que otros lo usen, con prisión de tres
(3) a cinco (5) años.-
Con la misma pena será castigado quien haya hecho uso o se haya aprovechado del
contenido de la comunicación forjada o alterada, aunque no haya tomado parte en la
falsificación o la haya recibido de fuente anónima.
Artículo 5.- el que perturbe la tranquilidad de otra persona mediante el uso de
información obtenida por procedimientos condenados por esta Ley y creare estados de
angustia, incertidumbre, temor o terror, será castigado con prisión de seis (6) a treinta
(30) meses.
Artículo 6.- Las autoridades de policía, como auxiliares de la administración de justicia,
podrán impedir, interrumpir, interceptar o gravar (sic) comunicaciones, únicamente a los
fines de la investigación de los hechos punibles:
a) Delitos contra la seguridad o independencia del estado;
b) Delitos previstos en la Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio Público;
c) delitos contemplados en la Ley Orgánica sobre Sustancia estupefacientes y
Psicotrópicas y
d) delitos de secuestro extorsión.
Articulo 7.- En los casos señalados en el artículo anterior, las autoridades de policía,
como auxiliares de la administración de Justicia, solicitaran razonadamente al Juez de
Primera Instancia en lo penal, que tenga competencia territorial en lugar donde se
realizará la intervención, la correspondiente autorización, con expreso señalamiento del
tiempo de duración, que no excederá de sesenta (60) días, pudiendo acordarse prórrogas
sucesivas mediante el mismo procedimiento y por lapsos iguales de tiempo, lugares,
medios y demás extremos pertinentes. El juez notificará, de inmediato, de este
procedimiento al Fiscal del Ministerio Público.
Excepcionalmente, en casos de extrema necesidad y urgencia, los órganos de policía
podrán actuar sin autorización judicial previa, notificando de inmediato al Juez de
Primera Instancia en lo Penal, sobre esta actuación, en esta motivada que se acompañará
a las notificaciones y a los efectos de la autorización que corresponda, en un lapso no
mayor de ocho (8) horas.
En caso de inobservancia del procedimiento aquí previsto, la intervención, grabación
interceptación será ilícita y no surtirá efecto probatorio alguno y los responsables serán
castigados con prisión de tres (3) a cinco (5) años.
Derecho Comparado
En el derecho comparado encontramos que:
La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Estrasburgo, del 12 de
Diciembre de 2007. Publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea: Diario Oficial
Nº. C. 303, de 14/12/2007. Entrada en vigor: 1 de diciembre de 2009, establece:
Artículo 7.- Respeto de la vida privada y familiar. Toda persona tiene derecho al respeto
de su vida privada y familiar, de su domicilio y de sus comunicaciones.
La Constitución Política del Perú reconoce que toda persona tiene derecho al secreto y a
la inviolabilidad de sus comunicaciones privadas. Al respecto, señala que las
telecomunicaciones solo puede ser intervenidas mediante un mandato motivado del juez
y de acuerdo con las garantías previstas en la ley. El Código Civil señala en su artículo
16 que las comunicaciones de cualquier género o las grabaciones de la voz, cuando
tengan carácter confidencial o se refieran a la intimidad de la vida personal o familiar,
no pueden ser interceptados o divulgadas sin el asentimiento del autor y destinatario. En
correspondencia, el artículo 162 del Código Penal tipifica el delito de interferencia
telefónica y condena a todo aquel que interfiera o escuche indebidamente una
conversación telefónica o similar a una pena no menor de uno ni mayor de tres años de
pena privativa de la libertad
Antecedentes
En relación a los antecedentes tenemos que:
En España: Una de las ordenanzas del entonces Rey Don Carlos IV, preveía que el
Superintendente General de Correos de España, podría ordenar la apertura de cartas en
los casos que hubiere alguna sospecha fundada.
En México: El proyecto de reforma de 30 de junio de 1840, contiene en la fracción XIII,
del artículo 9, el derecho del mexicano de no ser cateado en su casa ni sus papeles, sino
en los casos y con los requisitos prevenidos literalmente en las leyes. Si se atiende a la
fecha del proyecto, resulta fácil concluir que la comunicación por excelencia de la
época, era el correo y utilizando una interpretación extensiva, que en el caso de
derechos es permisible, considero que tal proyecto y disposición en especial, brindaba
protección a las comunicaciones privadas.
En Estados Unidos: El Código Postal de los Estados Unidos Mexicanos vigente desde el
1° de Enero de 1884, en su capítulo VI, denominado "Inviolabilidad de la
correspondencia", recogía la garantía del secreto de la correspondencia y el artículo 248
del citado Código, nos da muestra de ello al disponer: "El respeto a la inviolabilidad de
la correspondencia, es el primero y más sagrado de los deberes de todo empleado de
correos en el desempeño de su cargo". Se penaba la acción del empleado postal que
abriera una comunicación, así como la del encargado de la administración que omitiera
tomar las precauciones necesarias para hacer efectiva la garantía de la inviolabilidad de
la correspondencia.
Doctrina
El autor Rafael Ortiz Ortiz, en su obra La Privacidad de las comunicaciones y su
protección legal, Revista de la facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Nº 87,
Universidad Central de Venezuela Caracas, 1993, señala que:
Es importante tener presente, que la mayoría de las legislaciones refieren la protección
de las comunicaciones como un aspecto de la vida privada; en Venezuela, se tutela, no
sólo la voz-en cuanto a la prolongación de la personalidad-sino también la privacidad
sobre las informaciones obtenidas mediante la grabación de la misma.
En la Ley Orgánica 1/82 de Protección Civil al Honor, a la Intimidad Personal y familiar
se desarrolla la protección al honor y a la intimidad, y dentro de la noción de vida
privada, se incluye:
“El conocimiento mediante la utilización de aparatos de escucha, dispositivos ópticos, o
en cualquier otra parte, de hechos de la vida íntima de las personas o de manifestaciones
o cartas privadas…”
El artículo 56 de la Constitución de la República de la extinta Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas establecía:
“Le ley amparara la intimidad de los ciudadanos, el secreto de la correspondencia, de las
conversaciones telefónicas y de las comunicaciones telegráficas”.
El artículo 12 de la legislación civil de Checoslovaquia señalaba que:
“Los papeles de naturaleza personal, retratos, fotos y grabaciones sonoras concernientes
a un individuo o sus expresiones de naturaleza personal pueden ser usadas con su
consentimiento”.
Como se habrá notado, la mayoría de las disposiciones constitucionales y legislativas,
tienden a proteger la privacidad de las comunicaciones, aunque, por supuesto, dentro de
la esfera señalada de la vida privada, se incluye la voz como bien jurídico a proteger.
El mismo autor trae a colación los siguientes antecedentes legislativos.
En el año de 1960, el Ministro de Justicia, presenta a la consideración de las Cámaras
Legislativas el Proyecto de ley sobre el Nombre y la Protección de la Personalidad
como una manera de desarrollar esos derechos, que sólo un año más tarde, alcanzaron el
rango constitucional (a pesar que su origen más remoto lo encontramos en la
Constitución de 1858).
En el mencionado proyecto de la Ley se establecía en el Titulo III el “Derecho sobre
Escritos Confidenciales y la Palabra Hablada”. Allí se protegía la palabra hablada y se
prohibían las grabaciones de las mismas, en público o en privado, siendo el campo de
protección, no sólo en lo que concernía a la grabación sino también, su divulgación.
La voz como bien jurídico protegido. Novoa Monreal ha establecido que existe una
diferencia con respecto a la imagen y la voz, y es que la voz humana esta dirigida
normalmente a uno o a pocos interlocutores, razón por la cual se podría reclamar
derecho sobre ella aún cuando se exteriorice en lugares públicos.
Sin embargo, es menester diferenciar, las situaciones en que el bien jurídico protegido
es la voz, y por otro lado, cuando el derecho que se tutela es la privacidad de las
comunicaciones.
Ferreira Rubio (El derecho a la intimidad, 115) indica que habrá ocasiones en que la voz
merezca protección por sí, aunque nada tenga que ver con la vida privada. Así dice la
autora in comento:
“Veamos un ejemplo: una persona graba la voz de un famoso tenor mientras éste ensaya
o cuando canta un grupo reducido, en un acto de una asociación o de una escuela; el que
ha registrado una grabación la reproduce: ¿tendría el tenor, alguna acción? ¿Defenderá
su derecho a la propia voz o su derecho a la intimidad?; obviamente tutelará su derecho
a la propia voz, y podrá solicitar la reparación de los daños morales y patrimoniales
pertinentes.
Si la grabación corresponde a conversaciones privadas mantenidas por dos personas, los
sujetos intervinientes tendrán derecho a reclamar la protección del ordenamiento
jurídico en virtud del derecho a la voz? No: lo harán como una aplicación de la tutela
reservada a la intimidad”.
En efecto, la voz constituye –como la imagen- una prolongación de la personalidad del
individuo, o si se quiere, uno de sus más apreciados ingredientes, así lo ha reconocido la
jurisprudencia venezolana, en sentencia del 23 de noviembre de 1989, en juicio seguido
por Victor Cámara con Sono International Artists (Véase la obra: La doctrina judicial
sobre la vida privada, el honor y la reputación).
Para el doctor Jesús Cabrera, las conversaciones telefónicas son formas de
correspondencia, mientras que para un grueso sector de la doctrina, el tema de la voz ha
sido incluido como uno de los aspectos de la vida privada.
Creemos que si consideramos la voz –por si, o en si misma considerada-constituiría, sin
lugar a dudas, uno de los tantos aspectos de la vida privada; pero que podría asimilarse a
la correspondencia, en cuanto al carácter de la inviolabilidad del derecho protegido
(Vid. La Obra: La vida privada, el honor y la reputación. Criterio jurídicos para su
definición y alcance, p. 135). Podemos a través de esta vía, llegar a la conclusión, de
que la voz –en cuanto-palabra hablada (dirigida o comunicada) a otras personas,
constituye una forma de correspondencia, pero la similitud es válida –repetimos- en
cuanto al carácter de inviolabilidad.
Cabrera reitera su criterio de que las conversaciones telefónicas es una forma de
correspondencia (como lo señalan los arts. 18 de la Ley Aprobatoria del Convenio
Internacional de Telecomunicaciones y el 108 del Reglamento de
Radiocomunicaciones), y desde ese punto de vista, la grabación y la publicación en
juicio, practicada por cualquier persona sin autorización de los interlocutores sería una
infracción al art. 63 C.N. (Se refiere a la Constitución Nacional de 1961, hoy artículos
48 y 60 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela)
En diciembre de 1991, entró en vigencia la Ley sobre Protección a la Privacidad de las
Comunicaciones, que a pesar de ser especifica y retroceder en algunos aspecto que
habían sido previstos en los Proyectos de Ley que comentamos supra, sin embargo
constituye un avance importante en el desarrollo y la protección de los derechos de la
personalidad, específicamente, el derecho al secreto y la privacidad tanto de las
comunicaciones como de los contenidos.
El problema de la privacidad de las comunicaciones había sido motivo de preocupación
no sólo por personas con cierta notoriedad pública, sino también por todas aquellas
personas que de una u otra manera, se veían afectados por la intromisión o injerencia de
sus actividades personales.
Las grabaciones en el Código de Procedimiento Civil.
Las grabaciones –per se- están permitidas en el ordenamiento jurídico venezolano; así,
el Código de Procedimiento Civil prevé la posibilidad de que se graben ciertos actos del
proceso para mayor fidelidad en la transcripción de los mismos.
Así ocurre específicamente en el artículo 189 del Código de Procedimiento Civil que
dispone:
“Artículo 189. El acta deberá contener la indicación de las personas que han intervenido
y de las circunstancias de lugar y de tiempo en que se han cumplido las diligencias de
que hace fe; debe además contener la descripción de las actividades cumplidas y de los
reconocimientos efectuados. El acto deberá ser suscrita por el Juez y por el Secretario.
Si han intervenido otras personas, el Secretario, después de dar lectura al acta, les
exigirá que firmen. Si alguna de ellas no pudiere o no quisiere firmar, se pondrá
constancia de ese hecho.
Las declaraciones de las partes, las posiciones juradas, las declaraciones de testigos y
cualesquiera otras diligencias del Tribunal que deban hacerse constar en acta, podrán ser
tomadas mediante el uso de algún medio técnico de reproducción o grabación del acto,
por disposición del Tribunal o por solicitud de alguna de las partes. En estos casos, la
grabación se mantendrá bajo la custodia del Juez, el cual ordenará realizar la versión
escrita de su contenido por el Secretario o algún amanuense bajo la dirección de aquél, o
por alguna otra persona natural o jurídica, bajo juramento de cumplir fielmente su
cometido. En todo casa el Secretario, dentro de un plazo de cinco días agregará al
expediente la versión escrita del contenido de la grabación, firmada por el Juez y por el
Secretario. Si ninguna de las partes hiciere objeción al acta, señalando expresamente
alguna inexactitud, la misma se considerará admitida,, pasados que sean cuatro días de
su consignación en los autos. En caso de objeciones, el Juez fijará día y hora para la
revisión del acta con los interesados, oyendo nuevamente la grabación. De lo resuelto
por el Juez en ese acto, no habrá recurso alguno.
El costo de la grabación estará a cargo del solicitante, y en caso de disponerla de oficio
el Tribunal, será de cargo de ambas partes.”
Por otra parte, las grabaciones, en sentido general, y según lo explica el profesor Jesús
Eduardo Cabrera en su libro “Contradicción y control de la prueba legal y libre” Tomo
I, p.419:
“Las grabaciones son pruebas legales desde el momento que ellas como medios (como
entes abstractos capaces de trasladar hechos a la causa), esté, contempladas en el ordinal
9° del artículo 132 LOSSEP y el art. 98 LOSPP, y además de los procesos penales que
las aceptan en principio, ellas pueden ser promovidas en los juicios civiles en vistas que
el artículo 395 CPC señala como medios de prueba posible producción en el proceso
civil, los contemplados en las leyes de la República (estando la grabación prevista en
dos de esas leyes, en la LOSSEP y la LOSPP)”.
El autor patrio Ortiz Ortiz, tambien hace alusión a las grabaciones en la LOSSEP. En
efecto, el artículo 132 de la Ley Orgánica sobre Sustancias Estupefacientes y
Psicotrópicas que señala:
“La comisión del delito y la culpabilidad del sujeto quedaran establecidas o
comprobadas mediante las pruebas siguientes:
Ordinal 9° Mediante pruebas del laboratorio, o sección de técnica policial, huellas
dactilares, fotografías, películas o filmaciones, planos, grabaciones de la voz y cualquier
otro recurso que aporte la ciencia y la tecnología”.
Añade Ortiz Ortiz que: Pensamos que al dictarse la Ley de Protección sobre la
Privacidad de las Comunicaciones, este artículo debe revisarse, y concatenarse con el
artículo 6° y 7° de la mencionada Ley que permite, por vía de excepción, grabar,
impedir, interceptar comunicaciones en los casos previstos en la LOSSEP, siempre y
cuando siga el procedimiento pautado en la Ley de Comunicaciones para estos casos
específicos.
De tal suerte que si –en materia de drogas- los órganos de policía presentaren
grabaciones, sin haber cumplido con las formalidades que establece la Ley especial, las
mismas quedarán sin efecto probatorio y las responsables serán sancionados con prisión
de tres (3) a cinco (5) años, tal como lo señala el 3° párrafo del artículo 7° de la Ley
sobre Protección a la Privacidad de las Comunicaciones.
Analiza igualmente Ortiz Ortiz el caso de las grabaciones en la LOSPP. Advierte que, el
artículo 98 de la antigua Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio Público
establece:
“El mismo día en que sean contestados los cargos o queden contestadas las excepciones
dilatorias o de inadmisibilidad opuestas, se entenderá abierto; sin necesidad de decreto
previo ni de modificación alguna, un lapso de treinta audiencias para promover y
evacuar las pruebas que el Ministerio Público, el encausado o el Juez consideren
convenientes: experticias e inspecciones oculares, documentos o públicos o privados,
declaraciones de testigos, facultativos y peritos y demás medios de prueba previstos en
las leyes vigentes, así como también fotografías y grabaciones, a juicios del juez”.
El artículo 49 de la misma Ley señala:
“Los funcionarios o empleados públicos y los particulares están obligados a rendir
declaración de los hechos que conozcan y a presentar a la Contraloría General de la
República o a sus delegados, al Ministerio Público y al órgano jurisdiccional
competente, según el caso, libros, comprobantes y documentos relaciones con el hecho
que averigua, sin observar lo pautado en los artículos 54 y 60 de la Ley Orgánica de la
Administración Central.
Cuando se tratare de inspección de cartas, telegramas, papeles privados y cualquier otro
medio de correspondencia o comunicación, se procederá de conformidad con el artículo
63 de la Constitución (Se refiere a la Constitución Nacional de 1961, hoy artículos 48 y
60 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela).
Si aceptamos, que las comunicaciones telefónicas es una forma de correspondencia,
según lo hemos expuesto, entonces encuentra su protección en el artículo 63 de la CN.
(Se refiere a la Constitución Nacional de 1961, hoy artículos 48 y 60 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela), pero, independientemente de la
consideración que podamos darle, lo cierto es, que según la Ley especial, deben
cumplirse las formalidades establecidas en la misma, so pena de incurrir en delito.
Afirma Ortiz que, de acuerdo con nuestro criterio-repetimos- y a la luz de las nuevas
disposiciones de la Ley sobre Protección a la Privacidad de las comunicaciones, estas
pruebas-específicamente las grabaciones- no podrán ser producidas en juicio salvo que
se hubiesen obtenido siguiendo el procedimiento pautado en el artículo 7 de la LSPPC
según el artículo 6° ejusdem.
Continua asentando Ortiz que: “…a nuestro entender tal criterio debe revisarse a la luz
de la Ley sobre Privacidad de las Comunicaciones, pues la misma señala expresamente,
que carecen de valor probatorio las grabaciones realizadas en contravención a las
disposiciones que está expresa en su articulado.”
Aspectos probatorios
Reseña Ortiz Ortiz en la obra citada, que antes de la entrada en vigencia de la Ley Sobre
Protección a la Privacidad de Comunicaciones, y en ausencia de prohibiciones expresas,
podía aceptarse, por el principio de la libertad de pruebas previstas en el artículo 395 del
Código de Procedimiento Civil.
La jurisprudencia venía aceptando el carácter probatorio de las grabaciones, siempre y
cuando, se realizara una experticia sobre la misma, con el objeto de investigar si la voz
grabada correspondía exactamente al sujeto imputado, y además para verificar la
veracidad del hilo de la conversación.
En efecto, en sentencia de la Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Penal, del
20 de julio de 1979, determinó:
“El Fiscal General acompañó a su solicitud los siguientes recaudos: E) Cinta
magnetofónica (Cassette), remitida por Oficio (…) que contiene declaraciones
atribuidas al doctor (…) Juez Primero de Primera Instancia en lo Penal (…).
Finalmente, en lo atinente a la cinta magnetofónica a que se hace referencia en la letra
E), se anota que ella no tiene validez alguna por cuanto no fue objeto de una experticia
para determinar si la voz que allí se produce es la misma del doctor (…), amén de que
éste no ha reconocido dicha cinta”.
Como se observa, la Sala para atribuirle validez a las mencionadas grabaciones
requiere:
1. Una experticia para determinar si la voz corresponde a la persona señalada, y
2. El reconocimiento-por parte del imputado-del contenido, como si se tratara de un
documento privado.
En relación a los aspectos probatorios, mucho antes de que entrara en vigencia la
LSPPC, el doctor Jesús Eduardo Cabrera en su libro “Contradicción y control de la
prueba legal y libre”, Tomo II, p. 420, señala con su acostumbrado acierto:
“Una de estas causas generales de inadmisibilidad, ante el silencio de la ley rechazando
expresamente la grabación telefónica, es que la proposición de la prueba infrinja
derechos individuales o garantías constitucionales de las personas (las cuales en nuestro
criterio, son infracciones que por ser violatorias de dichas garantías, hacen la prueba
inadmisible), y esto nos lleva a indagar sobre la naturaleza de la conversación
telefónica, ya que en principio, la grabación en si es un medio legal”
Aun sin las disposiciones en contrario de la nueva Ley, la situación planteada por
Cabrera es sumamente compleja, porque si bien es cierto que la Constitución tutela
varios derechos individuales que podrían verse afectados por las grabaciones, sin
embargo, este solo hecho no es suficientemente para invalidar la prueba.
Pensemos por un momento, en aquellos procesos, en los cuales se requiere probar
determinados hechos que, ineludiblemente, afectan vgr. la vida privada, el honor y la
reputación de las personas; entre esos procesos, se encuentran las demandas de divorcio
fundamentados en la causal de adulterio (art. 185, numeral 1°); las demandas de
inquisición de la paternidad, las demandas por pensiones alimentarias [obligación de
manutención], de acuerdo con la Ley Tutelar del Menor [LOPNNA], etc.
“En estos últimos casos nos encontramos frente a situaciones en las que, cualquier
prueba que se produzca, podría afectar el honor, reputación y vida privada de las
personas. Sin embargo, no podemos pensar por ellos, que la prueba deba considerase
ilegal o inadmisible.
Tal criterio deriva de la consideración de que los derechos individuales consagrados en
el texto de la constitución, no revisten carácter de absoluto, antes bien, los derechos
encuentran su limitación en el derecho de los demás; es a lo que se refería el doctor
Novoa Monreal, cuando señalaba que el bien general priva sobre los intereses
particulares, especialmente en el campo de los derechos individuales.
Por otro lado, el propio texto constitucional expresa en el articulo 43 [hoy artículo 20 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela] el derecho al libre
desenvolvimiento de la personalidad, pero limitado por el orden público y social, y el
derecho de los demás.
Situación semejante nos encontramos en el caso de las grabaciones telefónicas.
Ahora, la nueva Ley de Protección a la Privacidad de las Telecomunicaciones, nos deja
la duda, pues su artículo 7º parágrafo 3º, señala:
“En caso de inobservancia del procedimiento aquí previsto, la intervención, grabación o
intercepción será ilícita y no surtirá efecto probatorio alguno y los responsables serán
castigados con prisión de tres (03) a cinco años”.
Advierte Ortiz que, “…por interpretación, del mencionado artículo 7º de la Ley
especial, creemos que a partir de la fecha efectiva de vigencia de la misma, las
grabaciones telefónicas, constituyen un delito, salvo que se realice con formalidades que
la propia ley establece, independientemente que el contenido de las mencionadas
comunicaciones se refieran a la vida privada de las personas o sobre cualquier otro
aspecto, pues, lo que se tutela es la privacidad de las comunicaciones…”
“El enfoque que le ha dado la doctrina –al tema de las grabaciones- ha sido por el
ángulo de la vida privada (tales como Novoa Monreal y Ferreira Rubio), mientras que el
doctor Cabrera estimó que las conversaciones telefónicas, en cuanto su violación, son
formas de infringir también la correspondencia, derecho este previsto en nuestra Carta
Magna.
De esta manera, el mencionado autor señaló:
“las conversaciones telefónicas son formas de correspondencia, inviolables. Que a ellas
se aplican por analogía, cuando se las ha grabado, ya que en nada perjudican, las normas
sobre otro tipo de correspondencia, cuales son las disposiciones de las cartas misivas del
CC; y que cuando la ley lo establezca expresamente, la autoridad judicial podrá
intervenir o grabar tales conversaciones como forma legal de ocupación, pero mientras
no existan las formalidades legales que regulen esta especial ocupación, ella no podrá
tener lugar, porque sería contraria a la letra del art. 63 CN”
Aclara Ortiz, que es importante tener presente que las anteriores opiniones fueron
emitidas por su autor mucho antes que se sancionara la ley de Protección a la Privacidad
de las Telecomunicaciones.
Bajo esta óptica, resalta la importancia que merece la Ley sobre la Protección de las
Comunicaciones
Es así como el Congreso de la República en su sesión de 28 de Noviembre de 1992
sanciona dicha Ley que contiene solamente nueve (9) artículos, pero que constituye un
avance en lo que se refiere a la protección no solo de la privacidad de las
comunicaciones, sino también sobre los aspectos sobre los cuales hemos señalado que
tienen raigambre constitucional y los cuales forman parte de la vida privada de las
personas.
Sentencias Venezolanas
“…una vez analizada la presente denuncia, la Sala de Casación penal considera que la
defensa del imputado tiene razón al alegar que el acta de 03 de diciembre de 1999
(levantada por el representante del Ministerio Público y en la cual se dejó constancia de
que supuestas llamadas recibidas por el teléfono celular del ciudadano imputado se
referían al comercio ilícito de substancias Estupefacientes que el mantenía), tuvo un
origen inconstitucional, ya que en las actas del expediente no consta que el fiscal haya
solicitado y obtenido la autorización de un juez de control para poder inferir esas
llamadas, como así lo establecía el artículo 235 del Código Orgánico Procesal Penal
(hoy artículo 220)”.
Por su parte, en una sentencia dictada por el Juzgado Superior Cuarto tanto del Nuevo
Régimen como del Régimen Procesal Transitorio del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Estado Carabobo, Extensión Puerto Cabello, de fecha 05 de noviembre de
2007, con ponencia del Juez CESAR A. REYES SUCRE, se estableció lo siguiente:
“…presento, marcado como el anexo “A”: CD contentivo de dos archivos para ser
reproducidos en formato WINDOW PLAYER MEDIA, de dos días particulares: 28 de
octubre del 2005 y 2 de Noviembre del 2005. En el primero, el del 28 de octubre del año
2005, consta cómo la “abogado” Contógonas me negó el disfrute de mis vacaciones. En
el segundo, la grabación del 2 de noviembre del año 2005, corresponde a la forma como
se efectuó el acoso, el hostigamiento hacia mi persona, precisamente un día antes de que
me despidiera…” Segundo: De la revisión del CD, marca MEMOREX, se constató: 1º.
La existencia de dos archivos. 2º. En los que se oye una conversación, presuntamente
desarrollada en el área de trabajo del hoy demandante, en la que se aprecia una voz de
mujer que decía “… esto lo está grabando…”, (transcurrido el tiempo para que se
hiciera presente el funcionario de seguridad). La misma voz dice “…esto lo está
grabando tiene un grabador encendido.”. Se oye la voz de un hombre que saluda,
presumiendo quien analiza que se trata del funcionario de seguridad, a lo que la mujer
señala: “…tiene un grabador, debe tener un grabador grabando a todo el mundo…”, a lo
que el funcionario de seguridad le advierte “…eso es ilegal…”, “…usted sabe que eso
es ilegal…”. Por lo que este Tribunal conteste con los principios que rigen las Pruebas
en el Derecho venezolano, y de conformidad con lo establecido en el artículo 395 del
Código de Procedimiento Civil vigente, que preceptúa: “Son medios de pruebas
admisibles en juicio aquellos que determina el Código Civil, el presente Código y otras
Leyes de la República. Pueden también las partes valerse de cualquier otro medio de
prueba no prohibido expresamente por la Ley, y que consideren conducente a la
demostración de sus pretensiones…”, y en razón de lo anterior se entiende que la
legislación venezolana, acoge el Principio de la Libertad Probatoria, es decir, las partes
pueden valerse de CUALQUIER MEDIO DE PRUEBA, siempre y cuando éste no esté
prohibido, por lo que aplicado al caso que nos ocupa, se trata de un CD, contentivo de
dos archivos para ser reproducidos en formato WINDOWS PLAYER MEDIA de 2
grabaciones, correspondientes al 28 de Octubre de 2005 y 2 de Noviembre de 2005. La
primera de ellas del 28 de Octubre de 2005, consta según refiere su promovente de la
manera como la Abogado Contógonas le negó el disfrute de sus vacaciones. El Segundo
Archivo: contiene la grabación, en la que se efectuó según refiere un presunto acoso,
hostigamiento hacia su persona, un día antes de ser despido. A lo que esta Jueza
observa, de la manera cómo se obtuvo la prueba en el presente caso, se constata que la
misma fue lograda por medio de un PEN DRIVE, que el promovente poseía al momento
en que se sucedieron los hechos, y a lo que las personas en ella reflejadas hacían la
observación que se estaba grabando, por un lado; otro lado la persona que recoge la
grabación, asegura lo siguiente: “… yo no estoy grabando con ningún aparato en la
mano, esto es un PEN DRIVE… y esta apagado…”, basado en tales argumentos,
procedieron las personas a continuar con la conversación, esta circunstancia, se traduce,
en la obtención de una prueba de manera ilegal, ya que las personas allí involucradas no
prestaron su consentimiento para ser grabadas, razón por la que este Tribunal niega la
admisión de la presente grabación por considerar que la obtención de la misma, es
ilegal. No hay duda, en criterio de esta Alzada, que la Jueza A quo procedió a analizar
correctamente la prueba, y se pronunció sobre su admisibilidad, tal y como fue
ordenado por este mismo Juzgado actuando en sede Constitucional, en virtud de la
procedencia de la Acción de Amparo intentada por el accionante en contra de la omisión
de la señalada Juzgadora, sobre el escrito de promoción de prueba respectivo,
declarándola ilegal y por ende negando su admisión tal y como se desprende del auto
parcialmente trascrito, para lo cual se fundamentó además de las normas
constitucionales pertinentes y citadas igualmente por esta Superioridad, en una serie de
criterios doctrinales que dan sustento a su decisión. Y así se decide.”
Conclusión
Este juzgador luego de la revisión exhaustiva del punto atinente a la ilegalidad e
inconstitucionalidad de la prueba de grabación registrada por el actor, y ofrecida por la
defensa en CD y transcripción, razona que efectivamente la grabación de la voz de una
persona sin su autorización expresa o tácita, pareciera subsumirse en lo previsto en el
artículo 48 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que dispone
"Se garantiza el secreto e inviolabilidad de las comunicaciones privadas en todas sus
formas…”, pues a diferencia del actor, el demandado no era consciente ni sabía (en caso
que fuere cierta), que su voz estaba siendo grabada, lo que según lo estudiado
precedentemente en la doctrina no viola el derecho a la voz, pero sí a la intimidad. Pues
no es lo mismo la palabra hablada que la escrita, pues la primera se presume que se la
lleva el viento, es decir, la persona no tiene el mismo cuidado en relación a lo que
expresa (o al menos no en un contexto común) como en lo que escribe con ánimo
contractual.
Por otro lado, cuando un interlocutor realiza una grabación, efectivamente el conoce y
se encuentra prevenido de que grabará la conversación, y en tal sentido orienta sus
preguntas, respuestas y sugerencias, entre tanto que el que no lo está, no posee el
cuidado y prevención que aquel, lo que ya de plano lo coloca en una situación de
desigualdad frente a la adquisición de la prueba, que pareciera subsumirse en una
indefensión similar a la que se genera cuando una prueba no es controlada.
Así las cosas, este juzgador tomando en cuenta el artículo 1 de la Ley sobre Protección a
la Privacidad de las Comunicaciones que dispone “La presente Ley tiene por objeto
proteger la privacidad, confidencialidad, inviolabilidad y secreto de las comunicaciones
que se produzcan entre dos o más personas.” Considera que en el caso bajo examen, la
presunta grabación de la conversación hecha por el actor, sin el consentimiento expreso
o tácito del codemandado, constituye una prueba ilegal e inconstitucional, que por ende
no puede ser admitida en juicio, pues según lo estudiado, sólo en casos que medie
consentimiento, o que así hubiere sido autorizado por un tribunal en el marco de una
investigación de carácter penal y con relación a las investigaciones de los delitos
permitidos en la Ley sobre Protección a la Privacidad de las Comunicaciones, darían
legalidad a tal probanza, esto teniendo conciencia que el presente caso se distingue de
los reseñados en la mencionada ley, pues quien efectuó la grabación fue uno de los
interlocutores que participa en la conversación, por lo que quizás la ilegalidad no emana
propiamente del hecho de grabarla (pues es evidente que no se trata de una intersección
de llamadas propias del espionaje o de un teléfono pinchado como comúnmente lo
llaman), sino del hecho de revelarla ante un escenario legal, en el que el expediente
resulta público y por ende puede ser revisado por cualquier persona.
Es así como la inconstitucionalidad, que este juzgador advierte resulta propiamente del
hecho de traer al proceso la grabación, al punto de hacerla pública ante terceras
personas, inclusive quien decide, pues el codemandado no aceptó ni expresa, ni
tácitamente ser grabado, distinto sería el caso de un mensaje hablado, grabado en un
buzón de voz, o de las notas de voz que permiten actualmente los teléfonos móviles,
pues en dichos casos, pareciera existir un consentimiento tácito a ser grabado, no
obstante continuaría en discusión lo atinente a la intimidad, pues igualmente el mensaje
tenía un único destinatario.
Por lo que, tomando en cuenta las razones expuestas este juzgador considera procedente
la oposición realizada por la parte demandada, al resultar manifiestamente ilegal la
prueba de grabación conforme lo establecido en el artículo 48 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con el artículo 1 de la Ley sobre
Protección a la Privacidad de las Comunicaciones. Y así se declara.
En relación a los mensajes de texto, reproducidos y promovidos con miras a respaldar,
que la conversación grabada fue requerida por el codemandado Jesús Avendaño
Mendoza, considera este juzgador que al haberse negado la admisión de la grabación, la
prueba contentiva de mensajes de textos, resulta impertinente, pues ella per se no guarda
relación con los hechos controvertidos y objeto de prueba. Y así se declara.
“Vista las doctrinas anteriormente expuestas esta Sala de Casación Civil considera, que
independientemente de cuál de ellas se asuma, siempre el valor del objeto del contrato
es susceptible de valoración económica, ya sea que se considere al objeto del contrato
una cosa, una prestación, una obligación o la operación jurídica considerada por los
contratantes.
Esta posición cobra todavía más fuerza cuando se trata de contratos reales cuya
prestación consista en dar, entregar o restituir una cosa, en cuyo caso la cosa no es sino
el bien sobre el cual debe recaer la transferencia de propiedad, uso o posesión, es decir,
el bien dado en comodato, mutuo, prenda o depósito. En este tipo de contratos es fácil
determinar el valor de su objeto en razón de los estrechos nexos que median entre las
prestaciones y la cosa. Ahora bien, aunque estos nexos no sean de identidad, entre ellos
existen vínculos indisolubles, que nos permiten fácilmente valorar económicamente el
objeto del contrato con referencia al valor de la cosa dada, entregada o restituida.
Adaptando las doctrinas precedentemente expuestas al caso bajo decisión considera esta
Sala que, siendo el comodato o préstamo de uso el contrato real por el cual una de las
partes entrega a la otra gratuitamente una cosa, para que ésta se sirva de ella, por tiempo
o para uso determinado, con cargo de restituirla (artículo 1.724 del Código Civil),
resulta fácil determinar el valor del objeto del contrato en razón, como previamente se
indicó, de los estrechos nexos que median entre la prestación del comodante de entregar
una cosa al comodatario, y la contraprestación de este último, de restituirla al primero
una vez vencido el término del contrato. Aquí las prestaciones están indisolublemente
vinculadas con la cosa y es ésta última la que determina el valor del objeto del contrato
y no el hecho de que el mismo sea gratuito, como lo afirmaron los formalizante.
Ahora bien, visto que de conformidad con lo establecido en el artículo 1.387 del Código
Civil, no es admisible la prueba de testigos para probar la existencia de una convención
celebrada con el fin de establecer una obligación o de extinguirla, cuando el valor del
objeto del contrato o convención exceda de dos mil bolívares, considera esta Sala que
en el caso bajo decisión no era admisible la prueba de testigos para probar, la existencia
del contrato de comodato, como lo pretendió la parte actora, en razón de que el bien
sobre el cual recae lo acordado por las partes al celebrar el contrato es un inmueble,
cuyo valor excede y sobrepasa los dos mil bolívares y, así se declara.”
“…Ahora bien, esta Sala constata de las actas que, el canon de arrendamiento del
presunto contrato verbal celebrado el 1° de diciembre de 2011, era por la cantidad de
dos mil bolívares (Bs. 2.000,00) mensuales, no existiendo además, ni cursando en autos
ningún principio de prueba por escrito, en consecuencia, es forzoso concluir para esta
Sala, que la prueba testimonial promovida y evacuada por la parte demandada, era
carente de todo valor probatorio, por cuanto de las deposiciones de los testigos referidos
es evidente, que las mismas son tendentes a demostrar la celebración de un nuevo
contrato verbal de arrendamiento alegado por el actor, así mismo, se evidencia que la
obligación excede del monto especificado en el contenido del artículo 1.387 del Código
Civil, por lo tanto la misma era carente de todo valor probatorio para la demostración de
los hechos controvertidos, en consecuencia, la misma no debió ser admitida, evacuada
ni valorada por la jueza del Juzgado Primero del Municipio Páez del Segundo Circuito
de la Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa, por expresa prohibición de la ley y
conforme a las reglas establecidas en el artículo 395 del Código de Procedimiento
Civil…”
“Artículo 403.- Quien sea parte en el juicio estará obligado a contestar bajo juramento
las posiciones que le haga la parte contraria sobre hechos pertinentes de que tenga
conocimiento personal”.
Artículo 407. Además de las partes, pueden ser que llamados a absolver posiciones en
juicio: el apoderado por los hechos realizados en nombre de su mandante, siempre que
subsista mandato en el momento de la promoción de las posiciones y los representantes
de los incapaces sobre los hechos en que hayan intervenido personalmente con ese
carácter”.
-II-
DISPOSITIVA
Por las razones de hecho y de derecho antes expuestas, este Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado
Yaracuy, en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley
declara: PRIMERO: CON LUGAR la oposición realizada por la parte demandada, a la
admisión de la prueba de grabación promovida por el actor y contenida en disco
compacto, al resultar manifiestamente ilegal la misma, conforme lo establecido en el
artículo 48 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en
concordancia con el artículo 1 de la Ley sobre Protección a la Privacidad de las
Comunicaciones, SEGUNDO: En relación a los mensajes de texto, reproducidos y
promovidos por el actor con miras a respaldar, que la conversación grabada fue
requerida por el codemandado Jesús Avendaño Mendoza, considera este juzgador que al
haberse negado la admisión de la grabación, la prueba contentiva de mensajes de textos,
resulta impertinente, pues ella per se no guarda relación con los hechos controvertidos y
objeto de prueba, TERCERO: SIN LUGAR la oposición realizada por la parte
demandada, a la admisión de la prueba testimonial promovida por el actor, conforme la
excepción contenida en el artículo 1392 del Código Civil, al existir en el expediente
principio de prueba por escrito, CUARTO: CON LUGAR la oposición realizada por la
parte demandada, contra la prueba promovida por el actor consistente en la absolución
de posiciones juradas por parte de la codemandada CARMEN ELENA MENDOZA
REYES, en representación del resto de los litisconsortes, al resultar manifiestamente
ilegal conforme lo dispuesto en los artículos 403 y 407 del Código de Procedimiento
Civil, por lo que dicha ciudadano únicamente será citada para absolver posiciones en
nombre propio y de su mandante CARLOS EDUARDO AVENDAÑO MENDOZA,
todo conforme lo dispuesto en los artículos 397 y 398 del Código de Procedimiento
Civil, QUINTO: Por cuanto hubo vencimientos recíprocos no se condena en costas a las
partes conforme lo dispuesto en el artículo 274 del Código de Procedimiento Civil.
Se deja constancia que la presente decisión se dictó dentro de lapso, por lo que a partir
del día de despacho siguiente al de hoy continúa la causa en el estado de evacuar
pruebas, las cuales serán admitidas en la misma fecha de hoy, por auto separado.
Dado. Firmado y Sellado en la Sala de Despacho del Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado
Yaracuy, a los catorce (14) días del mes de Marzo del año dos mil catorce (2014). Años
203° de la Independencia y 154° de la Federación. Regístrese, Publíquese.-
El Juez,
En esta misma fecha se publicó la anterior Sentencia, siendo las 1:20 p.m.
La Secretaria,
CCH
Exp. 14. 524.-
I N F O R M Á T I C A
J U R Í D I C A E N V E N E Z U E L A
M A R T E S 2 9 D E E N E R O D E
2 0 0 8
Como promover pruebas relacionadas con Teléfonos Celulares o Móviles
Legalidad de la evidencia en Celulares
Las transmisiones de voz de celulares son análogas a la
s t r a s m i s i o n e s telefónicas vía cable y sabemos que no pueden
grabarse y utilizarse comoprueba por ser ilícitas las grabaciones de
comunicaciones entre terceros (Leyde Protección a las Telecomunicaciones).
Pero no es ilícito que los suscriptoresde los celulares graben sus propias
conversaciones con terceras personas, por lo que las nuevas funciones de
grabación de voz de muchos celulares o los mensajes guardados en una
casilla de correo de voz podrían ser utilizadas en j u i c i o . C o n f o r m e a l a
t e c n o l o g í a a c t u a l t o d o e l s i s t e m a d e t e l e f o n í a c e l u l a r tiende a
ser digitalizados por los que es aplicable la validez de la
evidenciadigital que se encuentre en estos sistemas conforme a la Ley de
Mensajes deDatos y Firmas Electrónicas de Venezuela
(LMDFE)C o m o p r o m o v e r p r u e b a s r e l a c i o n a d a s c o n Te l é f o n o s C e
lulares o MóvilesE l t e l é f o n o m ó v i l s e h a c o n v e r t i d o e n
u n a p a r a t o t a n u s a d o c o m o l a s computadoras. Muchos
celulares ya tienen las funciones principales de un computador. Este
articulo fue escrito en una Palm Treo 650 con procesador depalabras del
Programa Documents to Go.Las funciones principales de un celular en la
actualidad son:
•
Transmisión de voz y recepción de voz a través de señal analógica
odigital.
•
Transmisión y recepción de mensajes de texto y/o correo electrónico.
•
Agenda Personal con nombres y números de teléfono.
Legalidad de la evidencia en Celulares
Las transmisiones de voz de celulares son análogas a la
s t r a s m i s i o n e s telefónicas vía cable y sabemos que no pueden
grabarse y utilizarse comoprueba por ser ilícitas las grabaciones de
comunicaciones entre terceros (Leyde Protección a las Telecomunicaciones).
Pero no es ilícito que los suscriptoresde los celulares graben sus propias
conversaciones con terceras personas, por lo que las nuevas funciones de
grabación de voz de muchos celulares o los mensajes guardados en una
casilla de correo de voz podrían ser utilizadas en j u i c i o . C o n f o r m e a l a
t e c n o l o g í a a c t u a l t o d o e l s i s t e m a d e t e l e f o n í a c e l u l a r tiende a
ser digitalizados por los que es aplicable la validez de la evidencia
07 Octubre 2008
Visto: 7137
inShare
Acústica Forense
21 Enero 2008
Visto: 15013
inShare
Fotografía Forense
24 Abril 2007
Visto: 16670
inShare
En la actualidad, se ha planteado una controversia a nivel Iberoamericano referente a la
validez o no de las imágenes digitales en diversos tipos de procesos judiciales. El
argumento en contra de la nueva tecnología de imágenes digitales, se fundamenta en la
supuesta facilidad con la que presuntamente se pueden alterar este tipo de imágenes.
La fotografía, bien sea analógica o digital puede ser promovida como una prueba
documental. El uso de tecnología digital igualmente se puede apoyar en el sistema de
prueba libre ampliamente difundido en los procesos civiles y penales iberoamericanos,
y es una excelente opción de procedencia y conducencia para la fotografía digital,
debiendo tenerse en cuenta por su puesto la pertinencia[8] de la misma.
Los casos de alteración o fotocomposición digital pueden ser alegados por lo que las
partes y los Jueces deberán dejar se controle la prueba en este sentido para el
ejercicio del derecho a la defensa. A través de la misma ciencia se pueden controlar
las pruebas tecnológicas y procedimientos científicos utilizados, por lo que la justicia
Iberoamericana no puede seguirse negando a aceptar la fotografía digital como un
medio de prueba valido.
VALIDEZ DE LAS FOTOGRAFIAS PRODUCIDAS EN JUICIO O EN
INVESTIGACIONES POLICIALES.
La primera de ellas, es que la fotografía para que tenga pleno valor probatorio
deberá ser obtenida a través de una orden judicial, es decir, que para que la fotografía
tenga validez en juicio debe ser tomada por una orden judicial, lo cual en la practica se
hace a través de prácticos, peritos o expertos, por lo que esta fotografía desde el punto
de vista subjetivo, goza de una especie de principio de fe publica que se deriva de que
el medio probatorio es obtenido por un funcionario público.
En el supuesto de que las partes en un juicio penal o civil quieran impugnar una
imagen digital, pues tendrán las vías correspondientes, pudiéndola atacar por la
ilegalidad en la forma de su obtención, y en los casos donde se aleguen que fueron
alteradas asumen en materia civil la carga de probarlo, lo cual podrán hacer con la
solicitud de una experticia. En materia penal quienes se sientan afectados en sus
derechos por una fotografía digital podrán pedir experticias policiales a los
departamentos de fotografías o departamentos de informática forense o también de
grafo técnica para estos efectos.
Todo archivo digital tiene características únicas, es decir, puede ser individualizado o
diferenciado de cualquier otro. Uno de los procesos de individualización es el
algoritmo matemático llamado MD5, el cual es capaz de generar una vez aplicado a un
archivo digital de una imagen una especie de firma digital única. Recomendamos la
aplicación del proceso de identificación MD5 una vez obtenidas las imágenes
originales desde la cámara y grabar este resultado del proceso a las imágenes para la
constatación de integridad de las mismas debiéndose incluir estos datos en las actas
policiales, informes o dictámenes.
Otro aspecto fundamental a ser tomado en cuenta es que dentro de la Metadata que se
guarda en los archivos informáticos también es posible establecer si se hicieron
cambios o alteraciones a la misma y cuando fueron hechos por ultima vez cambios a la
misma, lo cual puede ser establecido con una experticia informática de los archivos de
imágenes en discusión.
Para evitar ataques e impugnación a las imágenes digitales policiales sugerimos a los
expertos no hacer cambios a las imágenes originales ni ajustes sino recomendamos el
hacerlo sobre duplicados digitales de las imágenes tomadas para preservar la imagen
original como una especie de negativo o de prueba de certeza de la fidelidad de la
imagen tomada en el sitio del suceso o lugar de los hechos.
Los dictámenes periciales que incluyan imágenes digitales deberán identificar la marca
y modelo de los equipos de imágenes utilizados como soporte a la fidelidad y el origen
o procedencia de las imágenes. Incluso sugerimos identificar el serial del o los
componentes de la cámara tales como: Cuerpo, lentes y los seriales de los medios de
almacenamiento utilizados si son reemplazables como memorias o tarjetas extraíbles.
Sugerimos el que también se identifiquen los programas de Software, de extracción de
imágenes como el Sistema Operativo, las aplicaciones de modificación o manejo de
imágenes señalando seriales y versiones utilizadas. Lo mas importante para el manejo
de la evidencia fotográfica es su preservación para lo cual los medios magneto-ópticos
como los CD o DVD son los mas adecuados por cuanto evitan la alteración accidental
o borrado, sugiriendo se acompañen los CD a la pericia y que en la pericia sea
detallado el numero serial del CD, ya que esto igualmente es de bajo costo y puede ser
asumido por las oficinas de investigación pública.
Conclusiones
Los procesos judiciales, los Abogados, Jueces y en fin la justicia debemos permitir que
la tecnología permee rápidamente para ayudar a acércanos a la verdad verdadera. El
cerrarnos a los avances tecnológicos es el permitir que el derecho vaya varios años
detrás de las ciencias.
[1] El primer paso es la exposición es llamado negativo que puede ser llamado asi
después del proceso de revelado.
[5] BLITZER, Herbert, JACOBIA, Jack, Forensics Digital Imaging and Photography,
Academic Press, Londres, 1992.
[8] Que la fotografía este relacionada con el tema probatorio que se esta discutiendo.
sciencedaily.com
CiberForenses investigan teléfonos móviles
1 de enero de 2009 - Ciberforenses investigadores diseñaron un dispositivo para extraer
la memoria de un teléfono móvil para pruebas de escenas del crimen. La tarjeta de
memoria del teléfono se coloca en el dispositivo en el que los programas informáticos y
decodifican la información - revelan el historial de llamadas, mensajes de texto, correos
electrónicos, imágenes, vídeo y el calendario. Esta información es luego utilizada por la
policía como prueba en los delitos.
Una huella dactilar en una escena del crimen no es siempre es un arma. Gracias a la
nueva tecnología, la solución de crimenes esta del lado de la tecnologìa digital.
Para ayudar a encontrar las pruebas y la captura digital, los investigadores forenses
cibernéticos utilizan un dispositivo llamado Caja Flasher.
¿QUÉ ES LA INFORMATICA FORENSE? Es una sub disciplina de las ciencias
forenses relacionada la interpretación de las pruebas contenidas en las computadoras y
medios de comunicación digitales . El campo tiene que ver con la recuperación de datos
perdidos, y revelar y descifrar los datos ocultos sobre la computadora o equipos de un
sospechoso.
Además de las computadoras, los especialistas forenses cibernéticos también puede
recuperar información de los teléfonos celulares, reproductores de mp3, CD, DVD y
mucho más. Aproximadamente el 80 al 90 por ciento de los casos legales de hoy
implican algún tipo de evidencia digital.
¿Qué es un FLASHER BOX? Es un dispositivo que transfiere datos entre un teléfono
celular a un ordenador, donde las personas no familiarizadas con el producto en cuestión
pueden examinar los archivos de pruebas. Con uno de estos dispositivos, los expertos no
son capaces de buscar pistas que puedan ayudar a resolver los casos, incluso si nunca
han visto antes un dispositivo similar.
Traduccion Libre: Raymond Orta
Fuente: http://www.sciencedaily.com/videos/2009/0104-digital_evidence.htm
Derecho Pericial
24 Enero 2012
Visto: 4573
RESOLUCIÓN
En ejercicio de las atribuciones conferidas por el Decreto Presidencial Nº
8.611 de fecha 22 de noviembre de 2011, publicado en la Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela Nº 6.058 Extraordinaria de
fecha 26 de noviembre de 2011; de conformidad con lo establecido en los
artículos 12 y 77, numerales 1, 2, 5, 12, 19 y 27 del Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley Orgánica de la Administración Pública, publicada en
la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 5.890
Extraordinario de fecha 31 de julio de 2008; y en los numerales 9, 13, 14 y
15 del artículo 5 del Decreto Presidencial Nº 8.609 de fecha 22 de
noviembre de 2011, publicado en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Nº 6.058 Extraordinario de fecha 26 de
noviembre de 2011; en concordancia con los artículos 4,10 y 18 de Ley
Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación, publicada en la Gaceta
Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 39.575 de fecha 16 de
diciembre de 2010; y en atención a los artículos 14 y 72 de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos, este Despacho,
CONSIDERANDO
RESOLUCIÓN
CONSIDERANDO
CONSIDERANDO
CONSIDERANDO
CONSIDERANDO
CONSIDERANDO
Artículo 1.- Crear el Centro Nacional de informática Forense (CENIF), el cual tendrá
por objeto la prestación de servicios de peritaje informático forense a evidencias
digitales, cuando así lo requieran los órganos y entes de investigación y de seguridad del
Estado; poniendo a disposición de éstos los recursos tecnológicos, normas y
procedimientos tendentes a garantizar la contabilidad, integridad, disponibilidad,
seguridad, legitimidad y estabilidad de los Datos Electrónicos en el proceso de cómputo
forense.
6. Prestar asesoría técnica en materia de Informática Forense a los órganos del sistema
de justicia y de apoyo a la investigación penal, en el marco del Principio de
Colaboración que rige a los órganos que integran las diferentes ramas del Poder Público,
de conformidad con lo establecido en el artículo 136 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
Comuníquese y Publíquese,