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EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO, UNA

PROMESA DE DIOS
De Marco P. Castaneda, el Miércoles, 15 de diciembre de 2010 a las 9:06
Introducción: Todo Creyente necesita del Espíritu Santo. La necesidad de la
presencia del Espíritu Santo en la vida del creyente, y la promesa de que sería
derramado sobre los hombres, la encontramos a lo largo de las escrituras.

I.) La Promesa del Padre


Desde la antigüedad, encontramos en el Antiguo Testamento la promesa del
Padre:
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne” Joel 2:28
“Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos”
Ezequiel 36:27

II.) Jesucristo Ratifica La Promesa Del Padre


La promesa del Padre se cumplió primeramente en Jesucristo. “El Espíritu del
Señor está sobre mi, por cuanto me ha ungido para...” Lucas 4:18. Una ves
cumplida en su vida, Jesucristo ratifica la promesa, para que se cumpla en sus
discípulos:
“Y os dará otro consolador, para que esté con vosotros para siempre” Juan
14:16
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, el os guiará...” Juan 16:13
“Y recibirás poder cuando descendido sobre vosotros el Espíritu Santo y me
seréis testigos” Hechos 1; 8

III.) En que consiste la promesa?


1.) Cuando Jesús estuvo con sus discípulos, les enseñó y los animó. Les dijo que
después de su muerte Él enviaría en su lugar un Ayudador que los guiara y los
confortara. “Os conviene que yo me vaya”, dijo Jesús, “porque si yo no me
fuera, el Ayudador no vendría a vosotros. Pero al irme, yo os lo enviaré cuando
venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad Él me glorificará,
porque tomará de lo mío, y os lo comunicará” (Juan 16:7-14).

2.) En Hechos 1:5, el Jesús resucitado explicaba a los discípulos que “Juan, a la
verdad, bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo
después de no muchos días”.

3.) Este acontecimiento tiene relación con Hechos 1:8: “Recibiréis poder cuando
venga sobre vosotros el Espíritu Santo”. Estos dos versículos anticipan el mismo
acontecimiento y muestran que, bíblicamente hablando, “recibir el Espíritu
Santo” y ser “bautizados con el Espíritu Santo” se refieren a la misma bendición
de Dios.

4.) La palabra bautismo proviene del griego “pneuma” que significa “sumergir”.
Por ejemplo, cuando teñían una tela con un color diferente, los griegos
“bautizaban” la tela con el tinte.
Esta llegada del Espíritu Santo y su morada en el creyente fue el cumplimiento
de una promesa.

IV.) Somos Herederos de la Promesa


Esta “promesa” fue mencionada muchos años atrás por los profetas Joel,
Ezequiel e Isaías, pero no sólo para aquellos que vivieran en el tiempo de su
iniciación, en los primeros años de la iglesia cristiana, sino para los hombres de
todos los siglos por venir, tal como lo dijo el apóstol Pedro:

“Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que
están lejos, para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”. Hechos 2:39

Al igual que el profeta Elíseo, el anhelo de todo creyente debe ser: “Te ruego
que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí”. 2 reyes 2:1-9. Y éste debe
ser un anhelo ferviente y continuo, por cuanto la palabra de Dios nos exhorta:
“Antes bien sed llenos del Espíritu Santo” Efesios 5:18b.

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