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Impulsividad en la clínica
5.1 Impulsividad y psiquiatría
5.1.1 Los trastornos puros
A. Rodríguez Martínez y S. Ros Montalbán
79
CAPÍTULO 5.1.3
ser un factor de vulnerabilidad para las conduc- ductual inducida por el castigo, y también ate-
tas adictivas. Por último, se analizará la preva- núan la supresión conductual inducida por lo
lencia de conductas adictivas en muestras clí- novedoso. Con estas bases, Soubrié concluyó
119
120 5. Impulsividad en la clínica
que las neuronas serotoninérgicas entraban en investigadores unen ambas tareas y piden al su-
juego cuando se requería la inhibición conduc- jeto que elija entre cantidad de sustancia con
tual o cuando aparecía un conflicto entre ha- una cierta inmediatez y una recompensa econó-
cer o no hacer determinada tarea (2). mica con determinada demora. En estas prue-
Según este autor, los niveles bajos de ácido bas se evalúa el valor subjetivo (económico) que
5-hidroxiindolacético (5-HIAA) en el líquido ce- puede tener el incentivo y la demora (6).
falorraquídeo (LCR) se asocian a conductas
agresivoimpulsivas, violencia, trastorno obsesi-
vo-compulsivo y alcoholismo. Linnoila y cols. (3) TIEMPO DE REACCIÓN
encontraron que el 5-HIAA se hallaba disminui-
do en el LCR de sujetos con agresividad impulsi- En diferentes pruebas de laboratorio, la im-
va, pero no en sujetos que planificaban la agre- pulsividad va relacionada con una respuesta
sividad. Además, la disminución en 5-HIAA se más temprana, es decir con un menor tiempo
asociaba a un trastorno del control de los impul- de reacción. Esto ha llevado a considerar que
sos, mientras que los niveles altos de testoste- los impulsivos tenían un problema en la dis-
rona libre lo estaban con la agresividad. criminación temporal. Para algunos autores,
Se cree que por lo menos el receptor 5-HT1B los animales impulsivos pierden la capacidad
está específicamente asociado a la impulsivi- de regular su propia conducta en el tiempo,
dad, ya que en los ratones donde falta dicho re- aunque no les imposibilita para hacer una dis-
ceptor aparece impulsividad motriz (4). criminación temporal precisa. Para otros auto-
res, la disminución de la transmisión serotoni-
nérgica incrementa la posibilidad de cambio
LEY DEL EMPAREJAMIENTO entre dos respuestas alternativas (7). Es decir,
Y LA DEMORA DEL REFUERZO que en la respuesta a las tareas podrían existir
por lo menos dos procesos: el tiempo de reac-
En muchos paradigmas, la impulsividad se ción (timing) y la capacidad de cambio rápido a
ha considerado como lo opuesto al autocontrol, otra tarea (switching).
de forma que se ha convertido en una función de
la demora del refuerzo. De tal manera que, cuan-
to más capaz fuese de soportar la demora, me- IMPULSIVIDAD COMO FENÓMENO
nos impulsividad había. Este planteamiento ha MULTIFACTORIAL
resultado útil porque pueden efectuarse medi-
ciones en el laberinto, pero, por otra parte, ha Evenden (8) ha llevado a cabo una serie de
llevado a la simplificación y a considerar la im- ensayos en los que ha puesto de relieve la in-
pulsividad como algo unitario (5). Una versión tervención de varios procesos en la impulsivi-
de la demora del refuerzo es la denominada de- dad. En sus experimentos, cuanto más se de-
lay discounting (pérdida del valor subjetivo de la moraba la respuesta, con mayor frecuencia los
recompensa por la demora). En este tipo de es- animales elegían reforzadores inmediatos y pe-
tudios, los sujetos son expuestos a dos condi- queños, frente a otros más intensos pero tam-
ciones experimentales diferentes. Por un lado, bién más tardíos. Por lo tanto, la sensibilización
realizan la tarea de elegir entre refuerzos inme- a la demora del refuerzo podía demostrarse
diatos pero de escaso valor económico frente a simplemente programando grandes o peque-
otros donde la demora es mayor, aunque el va- ñas demoras y grabando los cambios en las
lor del incentivo económico es mucho más alto. preferencias. Los autores han analizado los si-
Las puntuaciones en esa tarea se comparan con guientes aspectos de la impulsividad:
las obtenidas en otro experimento donde el su-
jeto ha de elegir entre recibir la droga de la que 1. La preparación para la respuesta, puesta
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mo de drogas pone en marcha una serie de me- puede estar involucrada la impulsividad. En el
canismos conductuales asociados a la sensibi- primero, la adicción puede caracterizarse por un
lización, donde el valor de la droga de abuso aumento en la fuerza del impulso que lleva hacia
122 5. Impulsividad en la clínica
el consumo de la sustancia (por incrementar las trés provocan liberación de dopamina en el nú-
propiedades incentivas de la droga y/o por au- cleo accumbens. En los seres humanos se ha vis-
mentar las cualidades reforzantes de la sustan- to que los estímulos asociados a la droga son
cia). En el segundo, puede estar caracterizado capaces de promover el consumo. Se especu-
por una disminución en la capacidad de inhibir la, por lo tanto, que las neuronas del mesen-
cognitivamente dicho impulso. céfalo ventral que se proyectan hacia el núcleo
accumbens son potentemente activadas por los
Refuerzo e impulsividad: estímulos asociados con el refuerzo positivo.
papel del sistema dopaminérgico Los estudios en los que se han utilizado re-
forzadores de segundo orden, es decir estímu-
El sistema dopaminérgico se ha implicado los condicionados a las drogas (no la propia
en la conducta de búsqueda de droga. El in- sustancia), han demostrado que son capaces
cremento de la disponibilidad de dopamina en de estimular el consumo, y que en dicho proce-
el núcleo accumbens parece mediar los efectos so también intervienen el sistema dopaminér-
reforzantes de las drogas. También se ha seña- gico mesolímbico y, en particular, el núcleo ac-
lado que debido al «proceso oponente», la dis- cumbens (13).
minución de dopamina que se produce des- El sistema dopaminérgico mesolímbico no
pués del consumo incitaría a volver a buscar la sólo ha sido implicado en los procesos de re-
droga. No obstante, hay evidencias que van compensa, sino también en el de sensibiliza-
más allá del proceso oponente para explicar ción, aunque la relación entre ambos ha recibido
los sucesivos consumos. Así, se ha evidenciado escasa atención. Se ha comprobado que la pre-
que la presencia de estímulos con propiedades exposición a cocaína, morfina u otras drogas in-
aversivas (choques eléctricos) incrementan la crementaba el valor de refuerzo de las drogas. La
liberación de dopamina en el núcleo accumbens sensibilización locomotriz también puede refle-
(11). Además, se ha demostrado que tanto el jar un proceso motivacional aumentado, de for-
refuerzo como el castigo condicionados son ma que los estímulos ambientales adquieren una
potenciados por la administración de anfeta- serie de características motivacionales que di-
mina a nivel sistémico o en el interior del nú- rigen la conducta (14). Teniendo en cuenta que
cleo accumbens (12). De ahí que se haya postula- el sistema mesolímbico dopaminérgico influye
do que la dopamina en el núcleo accumbens no directamente tanto en las propiedades reforzan-
está exclusivamente relacionada con la mera tes como en la sensibilización, puede plantearse
distinción entre refuerzo o anhedonía, sino que la hipótesis de que este sistema desempeña un
el sistema es crítico para las conductas de sa- papel esencial en las adicciones, al intervenir en
lida (gating behavior) en los casos de variaciones la asociación estímulo-recompensa. Existen im-
de valencias y demandas conductuales. Así, el portantes evidencias de que los efectos motiva-
aumento de dopamina en el núcleo accumbens cionales incentivos de las drogas estimulantes
puede afectar la capacidad del estímulo con pueden ser sensibilizados o aumentados tras la
cualidades motivacionales de incentivo para exposición repetida a estimulantes.
modificar la respuesta conductual, indepen- La exposición crónica a las drogas puede te-
dientemente de que el estímulo esté asociado ner un potente efecto sobre la respuesta a es-
con acontecimientos apetitivos o aversivos. tímulos condicionados y por las alteraciones in-
Es decir, que dicho fenómeno puede ser re- ducidas por las drogas en la respuesta. Además,
levante para explicar el consumo de drogas, las se ha comprobado que la administración de una
causas de la recaída y la respuesta a reforzado- droga (opiáceos) puede incrementar la respues-
res condicionados. Los efectos reforzantes o ta condicionada a otra droga distinta. Estos
aversivos pueden ejercer un efecto de induc- fenómenos son claramente relevantes para el
ción o de reinstauración del consumo de dro- abuso de sustancias, porque sugieren que las
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gas, una vez que éstas hayan sido abandona- repetidas exposiciones consiguen incrementar
das. Esto puede ocurrir como consecuencia de el valor incentivo de la droga y el de los estímu-
que el reforzador primario (la droga) o el es- los condicionados a las mismas (15-17).
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 123
Por lo tanto, el sistema dopaminérgico ex- tar la conducta de paralización, pero suprimen
puesto a las sustancias de abuso posibilita el la conducta operante condicionada. En diver-
aumento del valor incentivo de dicha sustan- sos estudios se ha demostrado que las lesio-
cia, por lo que se incrementa la conducta de nes basolaterales de la amígdala bloquean el
búsqueda de dicha droga. Trasladando estos condicionamiento de los reforzadores de se-
conceptos a los paradigmas relacionados con gundo orden y deterioran la devaluación del re-
la impulsividad, puede establecerse la hipóte- forzador (19, 20). Estos datos parecen indicar
sis de que este incremento del valor incentivo que los núcleos basolaterales de la amígdala
haría que se prefiriese una pequeña cantidad están involucrados en crear lazos de asocia-
de droga de forma inmediata en vez de demo- ciones estímulo-respuesta que parecen contri-
rar dicho consumo durante cierto tiempo para buir a la búsqueda de droga y a la recaída, y
obtener una «mayor recompensa» (los benefi- también parecen ser críticos para la represen-
cios de la abstinencia, la evitación de compli- tación y transferencia de información sobre el
caciones derivadas del uso, etc.). Además, el valor motivacional de los estímulos condicio-
mayor valor incentivo asociado a una droga nados hacia el aprendizaje motor.
puede hacer que los procesos atencionales se Grant y cols. (21) y Childress y cols. (22) han
orienten a la consecución de la sustancia, lo demostrado que los estímulos condicionados
que podría explicar cadenas conductuales sub- a las drogas (jeringas, papelina) pueden produ-
yacentes en las recaídas, como las «decisiones cir un incremento de la actividad metabólica
aparentemente irrelevantes». dentro de la amígdala, así como en regiones de
la corteza frontal.
Otros circuitos implicados Otros estudios han indagado sobre el papel
en el aprendizaje de los estímulos de las catecolaminas dentro de la amígdala en
condicionados el aprendizaje del estímulo condicionado. El
aumento de la función dopaminérgica en la
La amígdala ha sido directamente implica- amígdala basolateral, debido a la administra-
da en el control de la conducta debido al empa- ción intracerebral de anfetamina, puede incre-
rejamiento de los estímulos relacionados con la mentar la tasa de adquisición del estímulo
recompensa. De hecho, existen varios estudios condicionado (23). La cocaína y la anfetamina
en los que se ha puesto de relieve su papel me- también han demostrado que facilitan la con-
diador en el aprendizaje de los procesos rela- solidación de la memoria en una prueba de in-
cionados con el incentivo (la droga) y con los hibición de la evitación (24), y los efectos de la
estímulos condicionados al incentivo (18). cocaína en estas tareas de evitación pueden
En los estudios de adicción a drogas reali- ser bloqueados lesionando la amígdala (25).
zados con animales de experimentación se han Así, durante estas situaciones en las que se li-
involucrado por lo menos dos áreas amigdala- beran monoaminas en la amígdala, las asocia-
res: el núcleo central de la amígdala y el com- ciones entre los estímulos esteroceptivos y la
plejo lateral-basal de dicha estructura. El nú- recompensa pueden verse incrementadas o ad-
cleo central está ampliamente conectado con quirir mayor eficacia. Esto es extremadamente
el hipotálamo y el tronco cerebral, mediando relevante en el contexto de los estímulos con
las respuestas consumatorias y autonómicas valor incentivo, de modo que los psicoestimu-
del estímulo con el incentivo. Holland y Ga- lantes y el estrés pueden producir un aumento
llagher (18) han argumentado que estos efec- de la liberación de dopamina en la amígdala,
tos pueden representar una contribución de núcleo accumbens y corteza prefrontal. Jentsch y
dicho núcleo al proceso atencional de los es- Taylor (14) establecen la hipótesis de que du-
tímulos condicionados. El complejo lateral-ba- rante la autoadministración de drogas se pro-
sal de la amígdala está conectado a núcleos duce un incremento de dopamina en la amíg-
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implicados en el aprendizaje motor, así como dala y en otras regiones cerebrales, de forma
con el núcleo accumbens. De tal manera, que las que las asociaciones entre las cualidades refor-
lesiones del complejo no son capaces de afec- zantes de la sustancia y los estímulos estero-
124 5. Impulsividad en la clínica
ceptivos son fuertemente aprendidos, expli- pueden estar relacionados con el deseo de bús-
cando así, en parte, el potente control de es- queda de comida, bebida, relaciones sexuales,
tos estímulos sobre la conducta. con la búsqueda de otros reforzadores prima-
En recientes trabajos también se ha de- rios, así como de las drogas de abuso. Sin em-
mostrado que la exposición a estímulos repeti- bargo, parece existir un mecanismo activo de
dos con anfetamina pueden producir sensibili- control inhibitorio que modula este tipo de res-
zación dopaminérgica dentro de la amígdala y puesta. Este mecanismo puede ser el sustrato
puede facilitar el aprendizaje apetitivo incluso a través del cual se suprimen las respuestas y
cuando la droga ha sido eliminada (26). Estos los reflejos que son rápidamente desencadena-
cambios en el aprendizaje incentivado también dos por determinados estímulos, de forma que
pueden estar mediados por otros cambios en mecanismos cognitivos más lentos puedan lle-
los mecanismos de señales de transducción var a cabo una conducta más apropiada. Esta
de la amígdala. Se ha demostrado que la ex- forma de inhibición de los impulsos parece ser
posición crónica a la cocaína o a la anfetamina la principal función del sistema frontoestriado;
puede aumentar el aprendizaje de la asocia- además, la disfunción de dicho sistema provoca
ción estímulo-recompensa, en parte por la al- diferentes estados patológicos relacionados
teración de las enzimas implicadas en la vía con la impulsividad (27, 28). La corteza frontal
de la adenilciclasa (14). En definitiva, se propo- es responsable de una serie de funciones que
nen dos mecanismos por los que se incremen- pueden verse afectadas por la exposición a dro-
ta la impulsividad para la conducta de búsque- gas. La lesión ocasionada en las regiones corti-
da de droga, ocasionada por el consumo de cales que son activadas por las señales elicita-
sustancias. El primero se debe a un incremen- doras de ansia de consumo (craving) pueden
to de la dopamina en el núcleo accumbens, como llevar a marcados déficit cognitivos, como el
consecuencia de que el repetido consumo pue- deterioro del control inhibitorio y déficit en la
de provocar un incremento en la respuesta a memoria de trabajo (27-29). La desinhibición
los estímulos condicionados. El segundo me- secundaria a la lesión frontal tiene como conse-
canismo propone que la adquisición de las cuencia que la conducta del sujeto pueda estar
asociaciones estímulo-respuesta que contribu- guiada por respuestas previamente condicio-
yen al refuerzo condicionado puede verse au- nadas o por otras más poderosas aunque sean
mentado por las neuroadaptaciones inducidas inapropiadas a la situación actual (27). La le-
por las drogas dentro de la amígdala. Estos sión ocasionada en la corteza orbitofrontal o
mecanismos subcorticales pueden revelar un límbica también lleva a los individuos a respon-
aumento de la potencia del impulso hacia la der preferencialmente a recompensas pequeñas
búsqueda de drogas. Esta perspectiva relacio- pero inmediatas, antes que a recompensas más
nada con la potencia del estímulo es coinci- potentes pero demoradas (28). Así, cuando la
dente con la del valor del incentivo, y podría corteza prefrontal está lesionada, la conducta
solaparse con los paradigmas de la impulsivi- del individuo comienza a estar dominada por
dad circunscritos a la demora en el refuerzo y a tendencias más primitivas, que resultan de es-
la disminución de los tiempos de reacción. tados instintivos, de asociaciones condiciona-
das o de respuestas reflejas inconscientes.
Diferentes trabajos señalan que las lesiones
CONSUMO DE DROGAS Y LESIONES en el circuito prefrontal dorsolateral podrían
EN CIRCUITOS FRONTALES COMO estar relacionadas con las tareas en las que se
MECANISMO EXPLICATIVO DE LA FALTA ha de discriminar entre seguir o no seguir con
DE INHIBICIÓN CONDUCTUAL la acción, y en este caso concreto, entre conti-
nuar o volver atrás (go/no-go discrimination task)
Los animales y las personas disponen de (30). Cuando un animal de experimentación ha
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mecanismos conductuales de control de los es- aprendido una tarea y se le enseña a que mo-
tados motivacionales (impulsos) que pueden difique su conducta «para volver atrás» (para
ser innatos o condicionados. Dichos estados dejar de hacerla por otra), el animal que parti-
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 125
lesiones de la corteza frontolateral ocasionaban fenómenos, por lo que no queda claro cuándo
déficit en la dimensión que abarca la capaci- la «impulsividad funcional» (rápido aprendiza-
dad de cambiar de conducta, mientras que las je) pasa a ser disfuncional o patológica, ni qué
126 5. Impulsividad en la clínica
fenómenos pueden subyacer para que unos su- por lesiones en los núcleos basolaterales de la
jetos puedan ser capaces de «usar» las drogas amígdala (bloquean el condicionamiento de los
sin que se produzca adicción, mientras que en estímulos de segundo orden). Algunos autores
otros ésta se establece con pequeños con- postulan que la dopamina cortical liberada tó-
sumos. nicamente inhibe los sistemas dopaminérgicos
subcorticales, y que una pérdida relativa de la
función dopaminérgica (inducida por el consu-
mo continuado de drogas) puede desembocar
Mecanismos moleculares en una vulnerabilidad para la autoadministra-
que relacionan impulsividad ción de drogas estimulantes o para el desarro-
llo de sensibilización locomotriz tras repetición
y adicción de la exposición a drogas. Se sabe que todas las
drogas evaluadas hasta ahora en los seres hu-
DOPAMINA manos, incrementan la presencia de dopamina
en la corteza prefrontal.
Parece estar demostrado que los reforza- Es conocido que la función cognitiva corti-
dores primarios y los condicionados pueden cal, y en particular el control inhibitorio, se ve
producir incrementos fásicos en la transmisión afectada por la exposición crónica a las drogas
dopaminérgica del prosencéfalo, y es posible de abuso. Tras la administración crónica de an-
que esta liberación de dopamina sea una se- fetaminas se ha visto un deterioro en la función
ñal para la plasticidad y para el aprendizaje cognitiva cortical, déficit de atención y de me-
(33). Así, la liberación de dopamina en la corte- moria verbal, y demora en la recuperación de
za prefrontal puede suprimir temporalmente recuerdos (35). La exposición crónica también
la influencia del control inhibitorio de la cor- puede influir en la desinhibición conductual
teza prefrontal, permitiendo un rápido aprendi- por otras vías neuroquímicas. Así, el aumento
zaje o la respuesta a un estímulo deseable par- en el aprendizaje de estímulo-respuesta y el
ticular (34). Adicionalmente, debería tenerse deterioro en el control inhibitorio por el consu-
en cuenta que la respuesta fásica dopaminérgi- mo crónico de anfetaminas puede servir para
ca de la corteza prefrontal producida después ocasionar un tipo de conducta caracterizado
de la exposición crónica a las drogas puede por una tendencia a la búsqueda de sustancia y
verse relacionada con la reducción en la fun- la recompensa, así como por la respuesta a los
ción tónica dopaminérgica en esa región cere- estímulos relacionados.
bral (33). Es decir, el incremento de dopamina Se ha demostrado que las anfetaminas ad-
producido tras la administración de la droga, ministradas a dosis progresivas, pueden ser
provoca un mayor aprendizaje de las asociacio- neurotóxicas para las neuronas monoaminérgi-
nes (estímulo-respuesta) relacionadas con la cas, causando disminución de las concentra-
sustancia, mientras que la disfunción tónica ciones de dopamina, serotonina y noradrenali-
subsecuente estaría relacionada con una dis- na en la corteza prefrontal y estriado.
minución del control inhibitorio cortical, por lo Según Jentsch y Taylor (14), el consumo cró-
que las conductas «tienden a hacerse impulsi- nico de drogas produce una hipofunción corti-
vamente». cal dopaminérgica además de otros cambios
Varias líneas de investigación apoyan la no- en la neurobiología cortical que llevan a un de-
ción de que la corteza frontal puede contribuir terioro de la capacidad de controlar la conduc-
de forma crítica en el proceso adictivo. Se ha se- ta elicitada por los estímulos condicionados.
ñalado que la desinhibición conductual produ- Esta hipofunción dopaminérgica cortical pue-
cida por déficit en la función cortical frontal de ser consistente con una disminución del re-
puede aumentar el desarrollo de búsqueda de cambio dopaminérgico basal, acompañado por
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sustancias, así como alterar la respuesta a es- una mayor respuesta al estrés o a la exposición
tímulos asociados. Los efectos de las lesiones a drogas, como predice el modelo tonicofásico
en esta área son opuestos a los ocasionados de liberación de dopamina (33).
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 127
Corteza prefrontal
(Orbitofrontal cíngulo)
Zonas de control
Tálamo
Filtro sensorial
Hipocampo
Memoria de recompensa Núcleo accumbens
(entorno que acompaña Centro de recompensa
a la entrada sensorial)
Amígdala
Memoria emocional
FIGURA 5.1.3-1 Neurobiología de las conductas impulsivas. En esta figura se observan las relaciones entre di-
ferentes estructuras implicadas en el control de los impulsos. El núcleo accumbens constituye el lugar donde se
recompensan las conductas asociadas al uso de sustancias. También el hipocampo y la amígdala participan en el
valor motivacional de dichas conductas. La corteza prefrontal, a través de las proyecciones a las diferentes es-
tructuras, ejerce un control inhibitorio de las mismas. La acción de las drogas de abuso hace que disminuya el
control inhibitorio frontal, por lo que favorecería la presencia de conductas impulsivas tras el consumo.
En resumen, como puede verse en las figu- gia fundamental en el tratamiento de los tras-
ras 5.1.3-1 y 5.1.3-2, el consumo de drogas oca- tornos donde predomina la impulsividad.
siona en la corteza frontal una disfunción que Con respecto a su utilidad en el tratamiento
provocaría la incapacidad para modular las de las conductas adictivas, los resultados no
conductas relacionadas con la recompensa. son tan concluyentes. Los inhibidores selectivos
Esta disfunción se traduciría en una disminu- de la recaptación de serotonina no han demos-
ción dopaminérgica en dicha región y en una trado su eficacia a medio y largo plazo, aunque
pérdida del control inhibitorio. sean capaces de disminuir la ingesta de alcohol
Si a esto se le une que el consumo de dro- durante los primeros días de tratamiento (36).
gas provoca que los estímulos condicionados a Si bien desde una perspectiva terapéutica la
ellas adquieran un valor incentivo más prepon- relación de la serotonina con las adicciones no
derante, nos encontraremos con una conducta está fundamentada, por el contrario existe otro
dirigida hacia el consumo y con dificultades tipo de estudios que la sostiene, aunque de for-
para inhibirla. ma indirecta. Por un lado, existen evidencias de
la relación entre la función serotoninérgica y la
agresividad impulsiva (presente en muchos de-
SEROTONINA pendientes de drogas), así como de la relación
entre las funciones serotoninérgica y dopami-
Los datos que han relacionado la serotoni- nérgica en la corteza frontal. Una cepa de ra-
na con la impulsividad han sido abordados de tones que no disponen del receptor 5-HT1B
forma más extensa en otros apartados de este presenta un aumento notable de la actividad
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Corteza frontal
Impulsividad
Amígdala Núcleo accumbens Pálido-tálamo-cortical
Aprendizaje
C-R
S-R
ATV Conducta
DA GLU GABA
FIGURA 5.1.3-2 Según Jentsch y Taylor (14) el núcleo accumbens y sus eferencias GABAérgicas hacia el circuito
motor pálido-tálamo-cortical son moduladas por diferentes mecanismos corticales y subcorticales. Inicialmente,
las proyecciones dopaminérgicas procedentes del área tegmental ventral (ATV) inervan densamente el núcleo ac-
cumbens, la amígdala y la corteza frontal, desde donde se proyectan eferencias glutamatérgicas al núcleo
accumbens. Las diferentes convergencias de inervación hacen del núcleo accumbens el sustrato idóneo para las
interacciones entre las asociaciones entre estímulos condicionados con la recompensa, el control inhibitorio y el
aprendizaje instrumental. El consumo de sustancias a través de la hiperactividad dopaminérgica, el condiciona-
miento de estímulo-recompensa (C-R) y el aprendizaje de las asociaciones estímulo-recompensa (aprendizaje S-R),
lo que se traduce en un incremento del «impulso» por la búsqueda de la sustancia. La impulsividad inducida por
la droga y la búsqueda de la droga elicitada por reforzadores de segundo orden pueden incrementarse mutua-
mente en situaciones de consumo crónico, con lo que se favorece la impulsividad hacia la sustancia y la suscepti-
bilidad a las recaídas. Además, las funciones inhibitorias del sistema frontoestriado que modulan las conductas re-
lacionadas con el refuerzo pueden verse alteradas por el uso crónico de sustancias debido a la disfunción del
sistema dopaminérgico corticofrontal y a la disfunción del control inhibitorio de la corteza frontal sobre las es-
tructuras subcorticales. Hipotéticamente, la búsqueda compulsiva de la sustancia puede ser entendida como
fruto del sinergismo entre el aumento del valor incentivo de los estímulos condicionados a la recompensa y el
déficit de la capacidad inhibitoria cortical.
consumo de drogas como el alcohol puede dar droxifenilglicol (MHPG) en el LCR y una historia
lugar a disfunciones serotoninérgicas (36). de agresión, pero estudios posteriores con mues-
tras más amplias no confirmaron estos resulta-
dos (39). También se ha descrito una significati-
NORADRENALINA va, aunque modesta, correlación inversa entre
MHPG libre en plasma e historia de agresión en
El papel de este neurotransmisor en la agre- sujetos con trastornos de la personalidad (38).
sividad impulsiva estuvo relacionado inicial- Estos datos apuntan a que una desregula-
mente con la idea de que la reducción de la acti- ción de la función noradrenérgica podría contri-
vidad noradrenérgica era la responsable de que buir a la agresividad-impulsividad de determina-
los pacientes deprimidos con bajos niveles de das personas. Esto explicaría que antagonistas
5-HIAA no dieran muestras de agresividad, al -adrenérgicos, como el propranolol y el pindo-
amortiguar el efecto producido por la ausencia lol, hayan dado resultados positivos en el trata-
de serotonina. También se ha comprobado que miento de la impulsividad agresiva en pacientes
la inyección intrahipotalámica de noradrenali- con lesiones orgánicas cerebrales (40).
na facilita la agresión afectiva en gatos, median- Algunos autores han propuesto un modelo
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↑ 5-HT
↑ Dopamina
↓ 5-HT ↑ Agresividad
↑ Noradrenalina
la disfunción serotoninérgica provocaría un dé- las pruebas conductuales que evalúan la de-
ficit en el control inhibitorio dopaminérgico y mora en el refuerzo.
noradrenérgico, lo que podría explicar parte
de los efectos antiimpulsivos que tienen fár-
macos como los inhibidores selectivos de la re- DETERMINACIONES EN DIFERENTES
captación de la serotonina, los antipsicóticos INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
y los bloqueantes . Y EN PRUEBAS CONDUCTUALES
que los controles. Por otro, son cada vez más y los jugadores patológicos puntuaban más
numerosos los estudios en los que se constata bajo que los controles en la escala de autocon-
que en esos pacientes existe una alteración en trol, que mide la habilidad para moderar los
130 5. Impulsividad en la clínica
Instrumentos
Referencia Muestra de evaluación Resultados
McCormick y cols. 70 ludópatas CPI Alcohólicos y ludópatas puntuaban bajo
1987 (41) 70 alcohólicos en autocontrol
70 controles
Allen y cols. 32 abuso de drogas EIVQ, II, Los sujetos con abuso de drogas elegían
1998 (44) 26 controles BIS-11, impulsivamente sus opciones. La pérdida del valor
DD subjetivo de la recompensa demorada era más
importante entre los que abusaban de drogas
Mitchell 1999 20 fumadores de larga BIS-11 Los fumadores con mayor evolución obtenían
(46) evolución EPQ puntuaciones más elevadas en impulsividad:
20 nuevos fumadores DD tendían a elegir una recompensa inmediata
aunque pequeña
Parrott y cols. 12 consumidores IVE Los consumidores de MDMA puntuaban más alto
2000 (49) de MDMA en impulsividad
22 controles
Reilly y cols. 34 abuso DD Los sujetos preferían el dinero antes que los vales
2000 (50) de sustancias BIS-11 del mismo valor económico
ASI
ASI: Addiction Severity Index; BIS-11: Barratt Impulsiveness Scale; CPI: California Personality Inventory; DD: Delay Discoun-
ting; EIVQ: Eysenck Impulsivity Questionnaire; EPQ: Eysenck Personality Questionnaire; II: Impulsiveness Inventary; IVE: Impulsi-
veness, Venturesomenes, Empathy.
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 131
impulsos e inhibir una acción, cuando es adap- menor en el grupo tóxico-positivo, aunque no
tativo hacerlo. de forma significativa. Sin embargo, la demora
Rosenthal y cols. (42) utilizaron el Cuestio- media mantenida para el premio mayor fue sig-
nario de Personalidad de Eysenck (Eysenck Per- nificativamente más elevada en el grupo tóxico-
sonality Questionnaire, EPQ) en 297 pacientes in- negativo.
gresados por trastornos relacionados con el Siguiendo este paradigma conductual, otros
consumo de sustancias (202 varones y 95 mu- estudios han encontrado que los sujetos con
jeres). Como grupo, eran más impulsivos (alto trastornos por uso de sustancias restan valor
psicoticismo), más introvertidos (baja extrover- subjetivo a las recompensas demoradas con
sión) y más ansiosos (alto neuroticismo), que mayor rapidez que los no abusadores, tendien-
los datos normativos de la escala. do a elegir recompensas inmediatas aunque de
En sujetos que abusaban de éxtasis (MDMA), menor valor, frente a recompensas de mayor va-
Parrott y cols. (49) utilizando la escala Impulsive- lor aunque con más demora.
ness, Venturesomeness, and Empathy (IVE) encon- En una muestra de adictos a heroína com-
traban puntuaciones más altas en impulsividad parados con controles, Madden y cols. (43) en-
en 12 sujetos que referían consumos importan- contraron que los sujetos con dependencia
tes (30-1.000 ocasiones) en comparación con a opiáceos restaban valor subjetivo a las re-
un grupo control formado por 22 no consu- compensas económicas demoradas con mayor
midores. frecuencia que los controles. Además, los de-
Ketzenberger y Forrest (51) compararon las pendientes de opiáceos preferían pequeños
puntuaciones de impulsividad en 54 alcohóli- valores de heroína con escasa demora frente a
cos abstinentes y 351 controles de una muestra importantes, pero demoradas, recompensas
comunitaria. Los alcohólicos puntuaban en im- económicas.
pulsividad más alto que los controles. Similares resultados fueron hallados por el
Moeller y cols. (40) estudiaron en 50 depen- grupo de Kirby (47). Utilizando el mismo para-
dientes de cocaína la relación entre la impulsi- digma, compararon 56 adictos a heroína con
vidad medida por la Escala de Impulsividad de 60 controles. La tasa de descuento del valor
Barratt (Barratt Impulsiveness Scale, BIS-11) y la subjetivo a recompensa demorada de los adic-
gravedad del consumo de cocaína. Encontra- tos a heroína era el doble que la de los con-
ron una correlación positiva y significativa en- troles, de manera significativa. Esas tasas se
tre las puntuaciones totales del BIS-11 y el con- correlacionaron positivamente y de manera
sumo medio de cocaína referido, así como con significativa con las puntuaciones de impulsivi-
los síntomas de abstinencia. dad obtenidas en los cuestionarios I.5 de EPQ
Como se ha dicho anteriormente, además y BIS-10 de Barratt.
de las valoraciones obtenidas en cuestionarios, También se han realizado estudios de este
se han realizado estudios con medidas conduc- tipo en alcohólicos y en fumadores. Vuchinich
tuales de laboratorio. Allen y cols. (44) com- y Simpson (45) encontraron una mayor dis-
pararon las medidas de impulsividad de 32 su- minución de valor subjetivo a la recompensa
jetos con historia positiva de dependencia a demorada en un grupo de bebedores sociales
tóxicos (grupo tóxico-positivos) con 26 sujetos importantes y en un grupo de bebedores pro-
sin historia de uso de tóxicos (grupo tóxico-ne- blema, en comparación con bebedores modera-
gativos). Los sujetos tóxico-positivos obtuvie- dos. Petry (52) realizó un estudio en 19 alcohó-
ron puntuaciones más altas que los tóxico-ne- licos en activo, 12 alcohólicos abstinentes y
gativos en los cuestionarios de impulsividad. 15 controles. El mayor descuento subjetivo del
En la prueba conductual se utilizó el paradigma valor de la recompensa se producía en los al-
de la tolerancia a la demora (delay discounting). cohólicos activos, las puntuaciones interme-
Los sujetos tóxico-positivos elegían la opción dias las obtuvieron los abstinentes y las más
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impulsiva más frecuentemente, aunque la dife- bajas el grupo control. El alcohol perdía valor
rencia no fue significativa. Es decir, la demora subjetivo con la demora mucho más rápida-
más larga tolerada para el premio mayor era mente que el dinero.
132 5. Impulsividad en la clínica
Bickel y cols. (48) estudiaron con este para- qué punto la impulsividad previa al consumo
digma a un grupo de 23 fumadores de larga de sustancias está implicada en el riesgo para
evolución, 22 fumadores recientes y 21 ex fuma- la dependencia.
dores. Los fumadores del primer grupo descon-
taban el valor subjetivo de la recompensa mo-
netaria demorada más que los de otros grupos. COMORBILIDAD DE LOS TRASTORNOS
Los fumadores recientes y los ex fumadores no EN LOS QUE PREDOMINA
se diferenciaban entre sí. Para los fumadores de LA IMPULSIVIDAD EN SUJETOS
larga evolución, los cigarrillos demorados per- CON ABUSO DE DROGAS
dían valor subjetivo más rápidamente que el di-
nero demorado. Los autores concluyeron que Los trastornos psiquiátricos donde predo-
fumar tabaco, como otras formas de depen- minan las conductas impulsivas objeto de
dencia a tóxicos, se caracteriza por una rápida atención clínica en este capítulo son el tras-
pérdida de valor subjetivo de las recompensas torno antisocial de la personalidad, el trastor-
demoradas. no límite de la personalidad y el TDAH. La pre-
Mitchel (46) comparó la impulsividad entre sencia de una elevada comorbilidad de estos
un grupo de 20 fumadores habituales y otro trastornos con el abuso de sustancias orienta-
grupo de 20 nuevos fumadores. Utilizó dife- ría, como en el apartado anterior, a considerar
rentes cuestionarios y la tarea conductual del que la impulsividad presente en estos trastor-
descuento subjetivo de la demora. En los cues- nos podría ser un factor de vulnerabilidad para
tionarios de personalidad, los fumadores ha- el abuso de sustancias.
bituales presentaron estadísticamente mayor La relación entre los trastornos de la per-
impulsividad. En la tarea conductual, los fuma- sonalidad y el abuso de drogas ha sido esta-
dores habituales elegían, con mayor frecuen- blecida en diferentes trabajos. Verheul y cols.
cia, la recompensa monetaria pequeña e inme- (53, 54) revisaron 52 estudios realizados entre
diata, sobre la mayor pero con más demora. 1982-1994 donde se estimaba la prevalencia de
Las correlaciones entre cuestionarios y tarea trastornos de la personalidad, predominante-
conductual fueron pequeñas. mente el antisocial y el límite, en sujetos de-
Reilly y cols. (50) midieron la relación en- pendientes del alcohol y de otras sustancias.
tre la impulsividad y la preferencia por recom- En dependientes de cocaína, la prevalencia
pensas inmediatas (dinero) o demoradas (va- para el trastorno antisocial era del 18 %, y para
les para canjear) en un grupo de sujetos en el límite del 21 %; en dependientes de los opiá-
tratamiento por abuso de sustancias. Encon- ceos, el 24 % cumplía criterios del antisocial y
traron que, para idénticos valores, los suje- el 7 % los de trastorno límite; en dependientes
tos preferían el dinero antes que los vales, y del alcohol, los porcentajes eran del 18 y del
que había una correlación entre la preferencia 21 %, mientras que en los sujetos que abusa-
económica y las puntuaciones en impulsi- ban de varias sustancias las prevalencias eran
vidad. del 30 y del 22 %, respectivamente. Los estu-
Como se ha puesto de manifiesto en los es- dios revisados tenían un elevado porcentaje de
tudios señalados, la impulsividad medida por pacientes que se encontraban en régimen de
los cuestionarios y según el paradigma de la ingreso y en los que no fue especialmente fácil
disminución del valor subjetivo debido a la de- llegar al diagnóstico de trastorno de la perso-
mora son indicativas de que los dependientes nalidad, pero donde, indudablemente, había
de sustancias tienden a valorar su conducta una elevada prevalencia de conductas relacio-
como impulsiva y a preferir las recompensas nadas con la impulsividad, en su mayor parte
inmediatas frente a las demoradas. Ahora bien, asociadas a la agresividad.
estas medidas también parecen depender de En los sujetos con abuso de sustancias y
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por consumo de sustancias que la población Los trastornos por consumo de drogas in-
general. Se estima que el 33 % de los adultos cluyen los siguientes criterios, en los que la im-
con antecedentes de TDAH presentan trastor- pulsividad puede estar involucrada:
134 5. Impulsividad en la clínica
blicaciones sobre el abuso de drogas en sujetos controlados con metilfenidato frente a placebo
con trastornos del control de los impulsos. En se incluyeron un pequeño número de pacientes
delincuentes con conductas impulsivas, la pre- (n = 8) con dichos diagnósticos. En ambos es-
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 135
Prevalencia (%)
de trastornos por
Referencia Muestra consumo de sustancias
tudios, el metilfenidato fue superior al placebo tos con abuso de cocaína y TDAH (93). Se inclu-
en la reducción de los síntomas del TDAH, y en yeron 12 pacientes durante 12 semanas en un
ningún caso se señaló que el metilfenidato hu- estudio abierto en el que las dosis de metilfeni-
biera producido cambios en el patrón de abuso dato utilizadas eran de 40-80 mg/día. Los pa-
(88). Por el contrario, existen diferentes publi- cientes redujeron su consumo de cocaína (se-
caciones sobre la utilidad de fármacos como el gún determinaciones analíticas) y los síntomas
metilfenidato, la pemolina o la bromocriptina de impulsividad, hiperactividad y dificultades
en el tratamiento de pacientes con TDAH y abu- en la atención, medidas mediante el Targeted At-
so de cocaína, aunque una de las limitaciones tention Deficit Disorder Symptoms (TADDS).
es la falta de recogida rutinaria de muestras de Algunos autores, como Waid y cols. (68), no
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orina para confirmar los autoinformes (89-92). son partidarios de prescribir estimulantes
Recientemente, se ha publicado un estudio como el metilfenidato en estas poblaciones,
en el que se ha utilizado metilfenidato en suje- sino preferentemente antidepresivos.
136 5. Impulsividad en la clínica
beber (40). Las dosis utilizadas en el estudio 1. Moeller FG, Barratt ES, Dougherty DM, Schmitz
eran inferiores a 300 mg/día y el fármaco fue JM, Swann AC. Psychiatric Aspects of Impulsivity.
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