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CAPÍTULO 5

Impulsividad en la clínica
5.1 Impulsividad y psiquiatría
5.1.1 Los trastornos puros
A. Rodríguez Martínez y S. Ros Montalbán

5.1.2 Impulsividad y trastornos de la personalidad


N. Szerman Bolotner

5.1.3 Impulsividad y abuso de sustancias


G. Rubio Valladolid, R. Rodríguez González,
G. Ponce Alfaro, M. A. Jiménez-Arriero,
L. San Molina y T. Palomo Álvarez

5.1.4 Impulsividad en la infancia y adolescencia


M. D. Moreno Pardillo, M. Parellada Redondo,
C. Naene Hernani y C. Arango López

5.1.5 Impulsividad en otras patologías psiquiátricas


I. López Gómez

5.2 Impulsividad y medicina


J. R. Domènech Bisén, M. J. García Lacort y P. Hernández Vidal
© Psiquiatría Editores, S.L.

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CAPÍTULO 5.1.3

Impulsividad y abuso de sustancias


G. Rubio Valladolid, R. Rodríguez González, G. Ponce Alfaro,
M. A. Jiménez-Arriero, L. San Molina y T. Palomo Álvarez

 Introducción nicas de pacientes diagnosticados de trastornos


del control de los impulsos. Este tipo de traba-
jos señalan una relación mucho más estrecha
Se han propuesto diferentes definiciones y
entre ambos trastornos, de forma que las con-
conceptos de impulsividad, y no parece existir
ductas adictivas se contemplan como un cuadro
una visión unitaria de la misma. Se entiende
clínico más dentro de los denominados trastor-
que abarcan conductas pobremente planifica-
nos del control de los impulsos.
das, prematuramente realizadas, que represen-
tan cierto riesgo o son inapropiadas para la si-
tuación y a menudo conllevan consecuencias
indeseadas (1).  Aproximación conductual
Respecto a la relación de la impulsividad
con el abuso de sustancias, desde nuestra ópti-
a la impulsividad
ca, existen tres tipos de estudios que la han es-
tablecido. En primer lugar, se analizarán traba- En investigación en animales y en seres hu-
jos experimentales donde se intenta establecer manos se han considerado diferentes para-
que la impulsividad surge como consecuencia digmas para evaluar la impulsividad. A conti-
del uso de la sustancia (fenómeno inducido). nuación se resumirán aquellos que más se han
En segundo lugar, se expondrán los resultados utilizado en los estudios de abuso de sustancias.
de estudios clínicos realizados en sujetos de-
pendientes de sustancias, donde se constata la
elevada prevalencia de conductas impulsivas, INHIBICIÓN CONDUCTUAL
determinadas por autoinformes o mediante
pruebas conductuales. En estos trabajos, se ex- Las sustancias que disminuyen la transmi-
pone la hipótesis de que la impulsividad puede sión serotoninérgica atenúan la supresión con-
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ser un factor de vulnerabilidad para las conduc- ductual inducida por el castigo, y también ate-
tas adictivas. Por último, se analizará la preva- núan la supresión conductual inducida por lo
lencia de conductas adictivas en muestras clí- novedoso. Con estas bases, Soubrié concluyó
119
120 5. Impulsividad en la clínica

que las neuronas serotoninérgicas entraban en investigadores unen ambas tareas y piden al su-
juego cuando se requería la inhibición conduc- jeto que elija entre cantidad de sustancia con
tual o cuando aparecía un conflicto entre ha- una cierta inmediatez y una recompensa econó-
cer o no hacer determinada tarea (2). mica con determinada demora. En estas prue-
Según este autor, los niveles bajos de ácido bas se evalúa el valor subjetivo (económico) que
5-hidroxiindolacético (5-HIAA) en el líquido ce- puede tener el incentivo y la demora (6).
falorraquídeo (LCR) se asocian a conductas
agresivoimpulsivas, violencia, trastorno obsesi-
vo-compulsivo y alcoholismo. Linnoila y cols. (3) TIEMPO DE REACCIÓN
encontraron que el 5-HIAA se hallaba disminui-
do en el LCR de sujetos con agresividad impulsi- En diferentes pruebas de laboratorio, la im-
va, pero no en sujetos que planificaban la agre- pulsividad va relacionada con una respuesta
sividad. Además, la disminución en 5-HIAA se más temprana, es decir con un menor tiempo
asociaba a un trastorno del control de los impul- de reacción. Esto ha llevado a considerar que
sos, mientras que los niveles altos de testoste- los impulsivos tenían un problema en la dis-
rona libre lo estaban con la agresividad. criminación temporal. Para algunos autores,
Se cree que por lo menos el receptor 5-HT1B los animales impulsivos pierden la capacidad
está específicamente asociado a la impulsivi- de regular su propia conducta en el tiempo,
dad, ya que en los ratones donde falta dicho re- aunque no les imposibilita para hacer una dis-
ceptor aparece impulsividad motriz (4). criminación temporal precisa. Para otros auto-
res, la disminución de la transmisión serotoni-
nérgica incrementa la posibilidad de cambio
LEY DEL EMPAREJAMIENTO entre dos respuestas alternativas (7). Es decir,
Y LA DEMORA DEL REFUERZO que en la respuesta a las tareas podrían existir
por lo menos dos procesos: el tiempo de reac-
En muchos paradigmas, la impulsividad se ción (timing) y la capacidad de cambio rápido a
ha considerado como lo opuesto al autocontrol, otra tarea (switching).
de forma que se ha convertido en una función de
la demora del refuerzo. De tal manera que, cuan-
to más capaz fuese de soportar la demora, me- IMPULSIVIDAD COMO FENÓMENO
nos impulsividad había. Este planteamiento ha MULTIFACTORIAL
resultado útil porque pueden efectuarse medi-
ciones en el laberinto, pero, por otra parte, ha Evenden (8) ha llevado a cabo una serie de
llevado a la simplificación y a considerar la im- ensayos en los que ha puesto de relieve la in-
pulsividad como algo unitario (5). Una versión tervención de varios procesos en la impulsivi-
de la demora del refuerzo es la denominada de- dad. En sus experimentos, cuanto más se de-
lay discounting (pérdida del valor subjetivo de la moraba la respuesta, con mayor frecuencia los
recompensa por la demora). En este tipo de es- animales elegían reforzadores inmediatos y pe-
tudios, los sujetos son expuestos a dos condi- queños, frente a otros más intensos pero tam-
ciones experimentales diferentes. Por un lado, bién más tardíos. Por lo tanto, la sensibilización
realizan la tarea de elegir entre refuerzos inme- a la demora del refuerzo podía demostrarse
diatos pero de escaso valor económico frente a simplemente programando grandes o peque-
otros donde la demora es mayor, aunque el va- ñas demoras y grabando los cambios en las
lor del incentivo económico es mucho más alto. preferencias. Los autores han analizado los si-
Las puntuaciones en esa tarea se comparan con guientes aspectos de la impulsividad:
las obtenidas en otro experimento donde el su-
jeto ha de elegir entre recibir la droga de la que 1. La preparación para la respuesta, puesta
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se depende de forma inmediata, aunque en pe- de manifiesto por la distribución en el tiem-


queña cantidad, frente a demorar la consecu- po de respuesta y la exactitud en la discri-
ción, pero obteniendo mayor cantidad. Algunos minación visual.
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 121

2. La ejecución de la conducta, evidenciada (del incentivo) propicia que el sujeto priorice


por la cadena de intentos que el animal de- su consecución, bien actuando más rápida-
bía finalizar hasta conseguir el refuerzo. mente para obtenerla o prefiriéndola frente a
3. La evaluación del resultado, puesta de ma- otros incentivos más potentes pero también
nifiesto por la preferencia de pequeños re- más demorados. Posteriormente, se considera-
fuerzos, frente a los grandes, en series de rán las alteraciones que ocasionan las drogas
demora. de abuso en los circuitos frontales, lo cual con-
4. La respuesta prematura, caracterizada por lleva disfunciones en el control inhibitorio que
responder antes de obtener la información realizan esas estructuras.
necesaria para dar una adecuada respuesta.
La anfetamina, por ejemplo, incrementa la
respuesta prematura, pero no el tiempo de CONSUMO DE DROGAS
reacción, de forma que la capacidad de la in- Y SENSIBILIZACIÓN DEL INCENTIVO
formación para conducir una respuesta ade- COMO MECANISMO EXPLICATIVO
cuada podría contrarrestar los efectos psi- DE LA POTENCIA DEL IMPULSO
comotores de estas sustancias. Según los
autores, la respuesta prematura parece estar Se considera que las drogas de abuso in-
más relacionada con la ejecución que con la teraccionan con el circuito dopaminérgico me-
preparación. De alguna manera, la falta de solímbico, de forma que es en dicho circuito
respuesta o la negación a responder, no es donde quedan reforzadas sus propiedades. La
sino la puesta en marcha de una serie de ca- exposición repetida a las drogas de abuso pue-
denas de conducta que tienen como finali- de producir una sensibilización conductual y
dad «no responder». La respuesta prematu- neuroquímica, de forma que subsiguientes ex-
ra parece ser sensible a las manipulaciones posiciones a drogas producen un incremento de
de los receptores 5-HT2. Se ve disminuida la respuesta conductual de búsqueda de drogas
por los antagonistas 5-HT2 e incrementa- (9, 10). El fenómeno de la sensibilización pue-
da por los agonistas 5-HT2. Este factor podría de ser relevante para entender la adicción a dro-
ser un buen paradigma del trastorno por dé- gas, porque implica un incremento del valor in-
ficit de atención con hiperactividad (TDAH). centivo de la sustancia y porque puede llevar al
5. La persistencia es otra dimensión que pue- consumo compulsivo de la misma.
de definirse como la tendencia a mantener Aunque el circuito de recompensa más estu-
una conducta dirigida a una meta, durante diado viene representado por el núcleo accum-
un tiempo, en circunstancias desfavorables. bens y el área tegmental ventral, no obstante, re-
presenta un pequeño fragmento de los circuitos
neuronales que median los efectos de las drogas
sobre la conducta. Se sabe que las eferencias de
 Impulsividad como factor áreas corticales y límbicas hacia el estriado son
inducido por el consumo capaces de modular a dicha estructura así como
las de los circuitos motores. Los efectos de las
de sustancias drogas sobre las regiones corticales pueden ex-
plicar algunas de las alteraciones en procesos
En este apartado se resumirán los circuitos como el aprendizaje, memoria e inhibición con-
neuronales implicados en el abuso de sustan- ductual, de forma que los estímulos asociados al
cias y se expondrán los trabajos experimenta- consumo de drogas adquieren una mayor capa-
les en los que se ha intentado equiparar la im- cidad de regular la conducta del sujeto. De he-
pulsividad con un fenómeno inducido por el cho, la conducta de búsqueda de droga puede
abuso de drogas. Desde esta óptica, el consu- derivar de dos distintos procesos, en los que
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mo de drogas pone en marcha una serie de me- puede estar involucrada la impulsividad. En el
canismos conductuales asociados a la sensibi- primero, la adicción puede caracterizarse por un
lización, donde el valor de la droga de abuso aumento en la fuerza del impulso que lleva hacia
122 5. Impulsividad en la clínica

el consumo de la sustancia (por incrementar las trés provocan liberación de dopamina en el nú-
propiedades incentivas de la droga y/o por au- cleo accumbens. En los seres humanos se ha vis-
mentar las cualidades reforzantes de la sustan- to que los estímulos asociados a la droga son
cia). En el segundo, puede estar caracterizado capaces de promover el consumo. Se especu-
por una disminución en la capacidad de inhibir la, por lo tanto, que las neuronas del mesen-
cognitivamente dicho impulso. céfalo ventral que se proyectan hacia el núcleo
accumbens son potentemente activadas por los
Refuerzo e impulsividad: estímulos asociados con el refuerzo positivo.
papel del sistema dopaminérgico Los estudios en los que se han utilizado re-
forzadores de segundo orden, es decir estímu-
El sistema dopaminérgico se ha implicado los condicionados a las drogas (no la propia
en la conducta de búsqueda de droga. El in- sustancia), han demostrado que son capaces
cremento de la disponibilidad de dopamina en de estimular el consumo, y que en dicho proce-
el núcleo accumbens parece mediar los efectos so también intervienen el sistema dopaminér-
reforzantes de las drogas. También se ha seña- gico mesolímbico y, en particular, el núcleo ac-
lado que debido al «proceso oponente», la dis- cumbens (13).
minución de dopamina que se produce des- El sistema dopaminérgico mesolímbico no
pués del consumo incitaría a volver a buscar la sólo ha sido implicado en los procesos de re-
droga. No obstante, hay evidencias que van compensa, sino también en el de sensibiliza-
más allá del proceso oponente para explicar ción, aunque la relación entre ambos ha recibido
los sucesivos consumos. Así, se ha evidenciado escasa atención. Se ha comprobado que la pre-
que la presencia de estímulos con propiedades exposición a cocaína, morfina u otras drogas in-
aversivas (choques eléctricos) incrementan la crementaba el valor de refuerzo de las drogas. La
liberación de dopamina en el núcleo accumbens sensibilización locomotriz también puede refle-
(11). Además, se ha demostrado que tanto el jar un proceso motivacional aumentado, de for-
refuerzo como el castigo condicionados son ma que los estímulos ambientales adquieren una
potenciados por la administración de anfeta- serie de características motivacionales que di-
mina a nivel sistémico o en el interior del nú- rigen la conducta (14). Teniendo en cuenta que
cleo accumbens (12). De ahí que se haya postula- el sistema mesolímbico dopaminérgico influye
do que la dopamina en el núcleo accumbens no directamente tanto en las propiedades reforzan-
está exclusivamente relacionada con la mera tes como en la sensibilización, puede plantearse
distinción entre refuerzo o anhedonía, sino que la hipótesis de que este sistema desempeña un
el sistema es crítico para las conductas de sa- papel esencial en las adicciones, al intervenir en
lida (gating behavior) en los casos de variaciones la asociación estímulo-recompensa. Existen im-
de valencias y demandas conductuales. Así, el portantes evidencias de que los efectos motiva-
aumento de dopamina en el núcleo accumbens cionales incentivos de las drogas estimulantes
puede afectar la capacidad del estímulo con pueden ser sensibilizados o aumentados tras la
cualidades motivacionales de incentivo para exposición repetida a estimulantes.
modificar la respuesta conductual, indepen- La exposición crónica a las drogas puede te-
dientemente de que el estímulo esté asociado ner un potente efecto sobre la respuesta a es-
con acontecimientos apetitivos o aversivos. tímulos condicionados y por las alteraciones in-
Es decir, que dicho fenómeno puede ser re- ducidas por las drogas en la respuesta. Además,
levante para explicar el consumo de drogas, las se ha comprobado que la administración de una
causas de la recaída y la respuesta a reforzado- droga (opiáceos) puede incrementar la respues-
res condicionados. Los efectos reforzantes o ta condicionada a otra droga distinta. Estos
aversivos pueden ejercer un efecto de induc- fenómenos son claramente relevantes para el
ción o de reinstauración del consumo de dro- abuso de sustancias, porque sugieren que las
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gas, una vez que éstas hayan sido abandona- repetidas exposiciones consiguen incrementar
das. Esto puede ocurrir como consecuencia de el valor incentivo de la droga y el de los estímu-
que el reforzador primario (la droga) o el es- los condicionados a las mismas (15-17).
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 123

Por lo tanto, el sistema dopaminérgico ex- tar la conducta de paralización, pero suprimen
puesto a las sustancias de abuso posibilita el la conducta operante condicionada. En diver-
aumento del valor incentivo de dicha sustan- sos estudios se ha demostrado que las lesio-
cia, por lo que se incrementa la conducta de nes basolaterales de la amígdala bloquean el
búsqueda de dicha droga. Trasladando estos condicionamiento de los reforzadores de se-
conceptos a los paradigmas relacionados con gundo orden y deterioran la devaluación del re-
la impulsividad, puede establecerse la hipóte- forzador (19, 20). Estos datos parecen indicar
sis de que este incremento del valor incentivo que los núcleos basolaterales de la amígdala
haría que se prefiriese una pequeña cantidad están involucrados en crear lazos de asocia-
de droga de forma inmediata en vez de demo- ciones estímulo-respuesta que parecen contri-
rar dicho consumo durante cierto tiempo para buir a la búsqueda de droga y a la recaída, y
obtener una «mayor recompensa» (los benefi- también parecen ser críticos para la represen-
cios de la abstinencia, la evitación de compli- tación y transferencia de información sobre el
caciones derivadas del uso, etc.). Además, el valor motivacional de los estímulos condicio-
mayor valor incentivo asociado a una droga nados hacia el aprendizaje motor.
puede hacer que los procesos atencionales se Grant y cols. (21) y Childress y cols. (22) han
orienten a la consecución de la sustancia, lo demostrado que los estímulos condicionados
que podría explicar cadenas conductuales sub- a las drogas (jeringas, papelina) pueden produ-
yacentes en las recaídas, como las «decisiones cir un incremento de la actividad metabólica
aparentemente irrelevantes». dentro de la amígdala, así como en regiones de
la corteza frontal.
Otros circuitos implicados Otros estudios han indagado sobre el papel
en el aprendizaje de los estímulos de las catecolaminas dentro de la amígdala en
condicionados el aprendizaje del estímulo condicionado. El
aumento de la función dopaminérgica en la
La amígdala ha sido directamente implica- amígdala basolateral, debido a la administra-
da en el control de la conducta debido al empa- ción intracerebral de anfetamina, puede incre-
rejamiento de los estímulos relacionados con la mentar la tasa de adquisición del estímulo
recompensa. De hecho, existen varios estudios condicionado (23). La cocaína y la anfetamina
en los que se ha puesto de relieve su papel me- también han demostrado que facilitan la con-
diador en el aprendizaje de los procesos rela- solidación de la memoria en una prueba de in-
cionados con el incentivo (la droga) y con los hibición de la evitación (24), y los efectos de la
estímulos condicionados al incentivo (18). cocaína en estas tareas de evitación pueden
En los estudios de adicción a drogas reali- ser bloqueados lesionando la amígdala (25).
zados con animales de experimentación se han Así, durante estas situaciones en las que se li-
involucrado por lo menos dos áreas amigdala- beran monoaminas en la amígdala, las asocia-
res: el núcleo central de la amígdala y el com- ciones entre los estímulos esteroceptivos y la
plejo lateral-basal de dicha estructura. El nú- recompensa pueden verse incrementadas o ad-
cleo central está ampliamente conectado con quirir mayor eficacia. Esto es extremadamente
el hipotálamo y el tronco cerebral, mediando relevante en el contexto de los estímulos con
las respuestas consumatorias y autonómicas valor incentivo, de modo que los psicoestimu-
del estímulo con el incentivo. Holland y Ga- lantes y el estrés pueden producir un aumento
llagher (18) han argumentado que estos efec- de la liberación de dopamina en la amígdala,
tos pueden representar una contribución de núcleo accumbens y corteza prefrontal. Jentsch y
dicho núcleo al proceso atencional de los es- Taylor (14) establecen la hipótesis de que du-
tímulos condicionados. El complejo lateral-ba- rante la autoadministración de drogas se pro-
sal de la amígdala está conectado a núcleos duce un incremento de dopamina en la amíg-
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implicados en el aprendizaje motor, así como dala y en otras regiones cerebrales, de forma
con el núcleo accumbens. De tal manera, que las que las asociaciones entre las cualidades refor-
lesiones del complejo no son capaces de afec- zantes de la sustancia y los estímulos estero-
124 5. Impulsividad en la clínica

ceptivos son fuertemente aprendidos, expli- pueden estar relacionados con el deseo de bús-
cando así, en parte, el potente control de es- queda de comida, bebida, relaciones sexuales,
tos estímulos sobre la conducta. con la búsqueda de otros reforzadores prima-
En recientes trabajos también se ha de- rios, así como de las drogas de abuso. Sin em-
mostrado que la exposición a estímulos repeti- bargo, parece existir un mecanismo activo de
dos con anfetamina pueden producir sensibili- control inhibitorio que modula este tipo de res-
zación dopaminérgica dentro de la amígdala y puesta. Este mecanismo puede ser el sustrato
puede facilitar el aprendizaje apetitivo incluso a través del cual se suprimen las respuestas y
cuando la droga ha sido eliminada (26). Estos los reflejos que son rápidamente desencadena-
cambios en el aprendizaje incentivado también dos por determinados estímulos, de forma que
pueden estar mediados por otros cambios en mecanismos cognitivos más lentos puedan lle-
los mecanismos de señales de transducción var a cabo una conducta más apropiada. Esta
de la amígdala. Se ha demostrado que la ex- forma de inhibición de los impulsos parece ser
posición crónica a la cocaína o a la anfetamina la principal función del sistema frontoestriado;
puede aumentar el aprendizaje de la asocia- además, la disfunción de dicho sistema provoca
ción estímulo-recompensa, en parte por la al- diferentes estados patológicos relacionados
teración de las enzimas implicadas en la vía con la impulsividad (27, 28). La corteza frontal
de la adenilciclasa (14). En definitiva, se propo- es responsable de una serie de funciones que
nen dos mecanismos por los que se incremen- pueden verse afectadas por la exposición a dro-
ta la impulsividad para la conducta de búsque- gas. La lesión ocasionada en las regiones corti-
da de droga, ocasionada por el consumo de cales que son activadas por las señales elicita-
sustancias. El primero se debe a un incremen- doras de ansia de consumo (craving) pueden
to de la dopamina en el núcleo accumbens, como llevar a marcados déficit cognitivos, como el
consecuencia de que el repetido consumo pue- deterioro del control inhibitorio y déficit en la
de provocar un incremento en la respuesta a memoria de trabajo (27-29). La desinhibición
los estímulos condicionados. El segundo me- secundaria a la lesión frontal tiene como conse-
canismo propone que la adquisición de las cuencia que la conducta del sujeto pueda estar
asociaciones estímulo-respuesta que contribu- guiada por respuestas previamente condicio-
yen al refuerzo condicionado puede verse au- nadas o por otras más poderosas aunque sean
mentado por las neuroadaptaciones inducidas inapropiadas a la situación actual (27). La le-
por las drogas dentro de la amígdala. Estos sión ocasionada en la corteza orbitofrontal o
mecanismos subcorticales pueden revelar un límbica también lleva a los individuos a respon-
aumento de la potencia del impulso hacia la der preferencialmente a recompensas pequeñas
búsqueda de drogas. Esta perspectiva relacio- pero inmediatas, antes que a recompensas más
nada con la potencia del estímulo es coinci- potentes pero demoradas (28). Así, cuando la
dente con la del valor del incentivo, y podría corteza prefrontal está lesionada, la conducta
solaparse con los paradigmas de la impulsivi- del individuo comienza a estar dominada por
dad circunscritos a la demora en el refuerzo y a tendencias más primitivas, que resultan de es-
la disminución de los tiempos de reacción. tados instintivos, de asociaciones condiciona-
das o de respuestas reflejas inconscientes.
Diferentes trabajos señalan que las lesiones
CONSUMO DE DROGAS Y LESIONES en el circuito prefrontal dorsolateral podrían
EN CIRCUITOS FRONTALES COMO estar relacionadas con las tareas en las que se
MECANISMO EXPLICATIVO DE LA FALTA ha de discriminar entre seguir o no seguir con
DE INHIBICIÓN CONDUCTUAL la acción, y en este caso concreto, entre conti-
nuar o volver atrás (go/no-go discrimination task)
Los animales y las personas disponen de (30). Cuando un animal de experimentación ha
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mecanismos conductuales de control de los es- aprendido una tarea y se le enseña a que mo-
tados motivacionales (impulsos) que pueden difique su conducta «para volver atrás» (para
ser innatos o condicionados. Dichos estados dejar de hacerla por otra), el animal que parti-
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 125

cipa en la prueba debe suprimir la respuesta lesiones en la corteza frontoorbital causaban


condicionada previamente y aprender una nue- déficit en las tareas en las que el animal tenía
va respuesta. Si se provoca una lesión en el cir- que discriminar para retroceder en su conducta
cuito prefrontal dorsolateral, se dificulta la po- y buscar otra alternativa. Dias y cols. (30) han
sibilidad de un nuevo aprendizaje, de forma argumentado que estas disfunciones reflejan,
que surgen conductas más primitivas y/o más respectivamente, déficit en el control inhibito-
instintivas. rio a nivel de la atención selectiva y en el nivel
Las pruebas de laboratorio en las que el de las asociaciones estímulo-recompensa.
animal debe aprender a encontrar un objeto Basándose en estos datos, algunos investi-
que se encuentra detrás de una pantalla tras- gadores (30, 32) han especulado que la desin-
parente fueron desarrolladas originariamente hibición del sistema de los ganglios basales en
para explorar la evolución del control inhibito- pacientes que tienen lesiones en los lóbulos
rio de los niños. De alguna manera, se requie- frontales contribuye a la falta de control. Así, la
re de una estrategia cognitiva que inhiba la res- corteza frontal y la disfunción estriatal pueden
puesta de alcanzar el objeto de forma rápida ambas desempeñar un papel en la impulsivi-
(atravesando el espejo), y que dirija las accio- dad, resultante de un déficit en la respuesta de
nes necesarias para encontrarlo. Las deficien- inhibición. Por estas razones, la disfunción cog-
cias en este tipo de tareas pueden producirse nitiva frontocortical puede ser extremadamente
por lesión en las vías orbitofrontales, reflejan- relevante en el abuso de drogas.
do un incremento de los efectos apetitivos del Si el sujeto presenta alteraciones en la fun-
refuerzo sobre la conducta (30). ción de la corteza frontal o si la exposición a
El circuito fronto-ventromedial (o prelím- drogas se prolonga en el tiempo, pueden verse
bico), por su posición dentro del circuito límbi- afectadas las funciones de control inhibitorias
co, puede ser un elemento donde las drogas de que ejerce la corteza frontal, así como la ca-
abuso interaccionen de forma importante. Di- pacidad de modular las respuestas condicio-
cho circuito recibe importantísimas aferencias nadas o incondicionadas. Este deterioro del
del núcleo accumbens, a diferencia del estriado, control inhibitorio, unido a un incremento
que parece estar más interconectado con la progresivo de los efectos reforzantes condi-
amígdala. Las lesiones de este circuito provo- cionados del consumo de drogas, podrían re-
can una disfunción de los mecanismos de ex- presentar un estado en el que estos estímulos
tinción en monos (31). La lesión de este circui- relacionados con el refuerzo pueden, de forma
to les dificulta la posibilidad de modificar su virtual, dominar la respuesta. Así, la conducta
conducta, pese a los cambios en el refuerzo de de búsqueda de droga puede resultar de un
las contingencias. sinergismo entre dos fenómenos. El primero,
En conjunto, todos estos experimentos pa- relacionado con un incremento en la poten-
recen indicar que la respuesta inhibitoria cons- cia/fuerza del impulso, y el segundo por el he-
tituye un proceso activo de modulación de las cho de que pueda estar disminuida la capaci-
asociaciones estímulo-recompensa, permitien- dad de inhibir dicho impulso.
do a los animales de experimentación o a los Una de las críticas que pueden hacérsele a
individuos cambiar entre antiguas y nuevas este modelo es que equipara aprendizaje con
contingencias e inhibir las respuestas inapro- impulsividad. De alguna manera, el sujeto adic-
piadas a los estímulos condicionados. to aprende de forma «patológica» lo que ha re-
El tipo de control inhibitorio que se pierde lacionado con la adquisición de la sustancia,
como consecuencia de las lesiones de la corte- hasta el punto de preferirla, pese a las conse-
za frontal puede variar según las tareas y de- cuencias perjudiciales de su consumo. En este
pendiendo de la función cognitiva evaluada. Un proceso de aprendizaje, las drogas utilizan los
reciente estudio con monos demostró que las mismos sustratos neuroanatómicos que otros
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lesiones de la corteza frontolateral ocasionaban fenómenos, por lo que no queda claro cuándo
déficit en la dimensión que abarca la capaci- la «impulsividad funcional» (rápido aprendiza-
dad de cambiar de conducta, mientras que las je) pasa a ser disfuncional o patológica, ni qué
126 5. Impulsividad en la clínica

fenómenos pueden subyacer para que unos su- por lesiones en los núcleos basolaterales de la
jetos puedan ser capaces de «usar» las drogas amígdala (bloquean el condicionamiento de los
sin que se produzca adicción, mientras que en estímulos de segundo orden). Algunos autores
otros ésta se establece con pequeños con- postulan que la dopamina cortical liberada tó-
sumos. nicamente inhibe los sistemas dopaminérgicos
subcorticales, y que una pérdida relativa de la
función dopaminérgica (inducida por el consu-
mo continuado de drogas) puede desembocar
 Mecanismos moleculares en una vulnerabilidad para la autoadministra-
que relacionan impulsividad ción de drogas estimulantes o para el desarro-
llo de sensibilización locomotriz tras repetición
y adicción de la exposición a drogas. Se sabe que todas las
drogas evaluadas hasta ahora en los seres hu-
DOPAMINA manos, incrementan la presencia de dopamina
en la corteza prefrontal.
Parece estar demostrado que los reforza- Es conocido que la función cognitiva corti-
dores primarios y los condicionados pueden cal, y en particular el control inhibitorio, se ve
producir incrementos fásicos en la transmisión afectada por la exposición crónica a las drogas
dopaminérgica del prosencéfalo, y es posible de abuso. Tras la administración crónica de an-
que esta liberación de dopamina sea una se- fetaminas se ha visto un deterioro en la función
ñal para la plasticidad y para el aprendizaje cognitiva cortical, déficit de atención y de me-
(33). Así, la liberación de dopamina en la corte- moria verbal, y demora en la recuperación de
za prefrontal puede suprimir temporalmente recuerdos (35). La exposición crónica también
la influencia del control inhibitorio de la cor- puede influir en la desinhibición conductual
teza prefrontal, permitiendo un rápido aprendi- por otras vías neuroquímicas. Así, el aumento
zaje o la respuesta a un estímulo deseable par- en el aprendizaje de estímulo-respuesta y el
ticular (34). Adicionalmente, debería tenerse deterioro en el control inhibitorio por el consu-
en cuenta que la respuesta fásica dopaminérgi- mo crónico de anfetaminas puede servir para
ca de la corteza prefrontal producida después ocasionar un tipo de conducta caracterizado
de la exposición crónica a las drogas puede por una tendencia a la búsqueda de sustancia y
verse relacionada con la reducción en la fun- la recompensa, así como por la respuesta a los
ción tónica dopaminérgica en esa región cere- estímulos relacionados.
bral (33). Es decir, el incremento de dopamina Se ha demostrado que las anfetaminas ad-
producido tras la administración de la droga, ministradas a dosis progresivas, pueden ser
provoca un mayor aprendizaje de las asociacio- neurotóxicas para las neuronas monoaminérgi-
nes (estímulo-respuesta) relacionadas con la cas, causando disminución de las concentra-
sustancia, mientras que la disfunción tónica ciones de dopamina, serotonina y noradrenali-
subsecuente estaría relacionada con una dis- na en la corteza prefrontal y estriado.
minución del control inhibitorio cortical, por lo Según Jentsch y Taylor (14), el consumo cró-
que las conductas «tienden a hacerse impulsi- nico de drogas produce una hipofunción corti-
vamente». cal dopaminérgica además de otros cambios
Varias líneas de investigación apoyan la no- en la neurobiología cortical que llevan a un de-
ción de que la corteza frontal puede contribuir terioro de la capacidad de controlar la conduc-
de forma crítica en el proceso adictivo. Se ha se- ta elicitada por los estímulos condicionados.
ñalado que la desinhibición conductual produ- Esta hipofunción dopaminérgica cortical pue-
cida por déficit en la función cortical frontal de ser consistente con una disminución del re-
puede aumentar el desarrollo de búsqueda de cambio dopaminérgico basal, acompañado por
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sustancias, así como alterar la respuesta a es- una mayor respuesta al estrés o a la exposición
tímulos asociados. Los efectos de las lesiones a drogas, como predice el modelo tonicofásico
en esta área son opuestos a los ocasionados de liberación de dopamina (33).
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 127

Corteza prefrontal
(Orbitofrontal cíngulo)
Zonas de control

Tálamo
Filtro sensorial

Hipocampo
Memoria de recompensa Núcleo accumbens
(entorno que acompaña Centro de recompensa
a la entrada sensorial)

Amígdala
Memoria emocional

Respuesta Estímulo sensorial

FIGURA 5.1.3-1 Neurobiología de las conductas impulsivas. En esta figura se observan las relaciones entre di-
ferentes estructuras implicadas en el control de los impulsos. El núcleo accumbens constituye el lugar donde se
recompensan las conductas asociadas al uso de sustancias. También el hipocampo y la amígdala participan en el
valor motivacional de dichas conductas. La corteza prefrontal, a través de las proyecciones a las diferentes es-
tructuras, ejerce un control inhibitorio de las mismas. La acción de las drogas de abuso hace que disminuya el
control inhibitorio frontal, por lo que favorecería la presencia de conductas impulsivas tras el consumo.

En resumen, como puede verse en las figu- gia fundamental en el tratamiento de los tras-
ras 5.1.3-1 y 5.1.3-2, el consumo de drogas oca- tornos donde predomina la impulsividad.
siona en la corteza frontal una disfunción que Con respecto a su utilidad en el tratamiento
provocaría la incapacidad para modular las de las conductas adictivas, los resultados no
conductas relacionadas con la recompensa. son tan concluyentes. Los inhibidores selectivos
Esta disfunción se traduciría en una disminu- de la recaptación de serotonina no han demos-
ción dopaminérgica en dicha región y en una trado su eficacia a medio y largo plazo, aunque
pérdida del control inhibitorio. sean capaces de disminuir la ingesta de alcohol
Si a esto se le une que el consumo de dro- durante los primeros días de tratamiento (36).
gas provoca que los estímulos condicionados a Si bien desde una perspectiva terapéutica la
ellas adquieran un valor incentivo más prepon- relación de la serotonina con las adicciones no
derante, nos encontraremos con una conducta está fundamentada, por el contrario existe otro
dirigida hacia el consumo y con dificultades tipo de estudios que la sostiene, aunque de for-
para inhibirla. ma indirecta. Por un lado, existen evidencias de
la relación entre la función serotoninérgica y la
agresividad impulsiva (presente en muchos de-
SEROTONINA pendientes de drogas), así como de la relación
entre las funciones serotoninérgica y dopami-
Los datos que han relacionado la serotoni- nérgica en la corteza frontal. Una cepa de ra-
na con la impulsividad han sido abordados de tones que no disponen del receptor 5-HT1B
forma más extensa en otros apartados de este presenta un aumento notable de la actividad
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libro. No obstante, resulta interesante señalar dopaminérgica en el sistema nervioso central


que, de forma empírica, los fármacos con acti- (SNC), y un aumento en su vulnerabilidad a las
vidad serotoninérgica constituyen una estrate- drogas de abuso (37).También se sabe que el
128 5. Impulsividad en la clínica

Corteza frontal

Impulsividad
Amígdala Núcleo accumbens Pálido-tálamo-cortical

Aprendizaje
C-R
S-R
ATV Conducta

DA GLU GABA

FIGURA 5.1.3-2 Según Jentsch y Taylor (14) el núcleo accumbens y sus eferencias GABAérgicas hacia el circuito
motor pálido-tálamo-cortical son moduladas por diferentes mecanismos corticales y subcorticales. Inicialmente,
las proyecciones dopaminérgicas procedentes del área tegmental ventral (ATV) inervan densamente el núcleo ac-
cumbens, la amígdala y la corteza frontal, desde donde se proyectan eferencias glutamatérgicas al núcleo
accumbens. Las diferentes convergencias de inervación hacen del núcleo accumbens el sustrato idóneo para las
interacciones entre las asociaciones entre estímulos condicionados con la recompensa, el control inhibitorio y el
aprendizaje instrumental. El consumo de sustancias a través de la hiperactividad dopaminérgica, el condiciona-
miento de estímulo-recompensa (C-R) y el aprendizaje de las asociaciones estímulo-recompensa (aprendizaje S-R),
lo que se traduce en un incremento del «impulso» por la búsqueda de la sustancia. La impulsividad inducida por
la droga y la búsqueda de la droga elicitada por reforzadores de segundo orden pueden incrementarse mutua-
mente en situaciones de consumo crónico, con lo que se favorece la impulsividad hacia la sustancia y la suscepti-
bilidad a las recaídas. Además, las funciones inhibitorias del sistema frontoestriado que modulan las conductas re-
lacionadas con el refuerzo pueden verse alteradas por el uso crónico de sustancias debido a la disfunción del
sistema dopaminérgico corticofrontal y a la disfunción del control inhibitorio de la corteza frontal sobre las es-
tructuras subcorticales. Hipotéticamente, la búsqueda compulsiva de la sustancia puede ser entendida como
fruto del sinergismo entre el aumento del valor incentivo de los estímulos condicionados a la recompensa y el
déficit de la capacidad inhibitoria cortical.

consumo de drogas como el alcohol puede dar droxifenilglicol (MHPG) en el LCR y una historia
lugar a disfunciones serotoninérgicas (36). de agresión, pero estudios posteriores con mues-
tras más amplias no confirmaron estos resulta-
dos (39). También se ha descrito una significati-
NORADRENALINA va, aunque modesta, correlación inversa entre
MHPG libre en plasma e historia de agresión en
El papel de este neurotransmisor en la agre- sujetos con trastornos de la personalidad (38).
sividad impulsiva estuvo relacionado inicial- Estos datos apuntan a que una desregula-
mente con la idea de que la reducción de la acti- ción de la función noradrenérgica podría contri-
vidad noradrenérgica era la responsable de que buir a la agresividad-impulsividad de determina-
los pacientes deprimidos con bajos niveles de das personas. Esto explicaría que antagonistas
5-HIAA no dieran muestras de agresividad, al -adrenérgicos, como el propranolol y el pindo-
amortiguar el efecto producido por la ausencia lol, hayan dado resultados positivos en el trata-
de serotonina. También se ha comprobado que miento de la impulsividad agresiva en pacientes
la inyección intrahipotalámica de noradrenali- con lesiones orgánicas cerebrales (40).
na facilita la agresión afectiva en gatos, median- Algunos autores han propuesto un modelo
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te su actuación sobre receptores del tipo 2 (38). de impulsividad basándose en la serotonina,


En algunos estudios se ha descrito una corre- en el que se establecen relaciones con los
lación positiva entre los niveles de 3-metoxi-4-hi- otros dos neurotransmisores (fig. 5.1.3-3). Así,
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 129

↓ Agresividad relacionada con


testosterona

↑ 5-HT

↓ Agresividad relacionada con la


arginina y vasopresina AV

↑ Dopamina

↓ 5-HT ↑ Agresividad

↑ Noradrenalina

FIGURA 5.1.3-3 Modelo serotoninérgico de la impulsividad basado en la respuesta a estrategias farmacológi-


cas serotoninérgicas. El incremento de la función serotoninérgica se asocia a una mejora en la impulsividad re-
lacionada con la testosterona y con la arginina-vasopresina. Por el contrario, una disfunción serotoninérgica
provocaría un déficit de sus funciones inhibitorias que se traducirían en una mayor actividad dopaminérgica y
noradrenérgica, con el consiguiente incremento de la impulsividad. De esta forma, puede entenderse que se ha-
yan utilizado estrategias serotoninérgicas (como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), blo-
queantes dopaminérgicos (antipsicóticos) y bloqueantes noradrenérgicos (bloqueantes ).

la disfunción serotoninérgica provocaría un dé- las pruebas conductuales que evalúan la de-
ficit en el control inhibitorio dopaminérgico y mora en el refuerzo.
noradrenérgico, lo que podría explicar parte
de los efectos antiimpulsivos que tienen fár-
macos como los inhibidores selectivos de la re- DETERMINACIONES EN DIFERENTES
captación de la serotonina, los antipsicóticos INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
y los bloqueantes . Y EN PRUEBAS CONDUCTUALES

La impulsividad ha sido relacionada en


múltiples estudios con los trastornos por uso
 La impulsividad como factor de sustancias. Así, de modo general, puede de-
de vulnerabilidad para el abuso cirse que se han encontrado elevadas puntua-
ciones de impulsividad en sujetos con trastor-
de drogas nos por uso de sustancias (tabla 5.1.3-1).
Utilizando el California Personality Inventory
Dos son los tipos de estudios que han (CPI), McCormick y cols. (41) estudiaron una
abordado el problema de la impulsividad como muestra de 70 sujetos diagnosticados de jue-
factor de vulnerabilidad para el abuso de sus- go patológico, 70 alcohólicos en tratamiento y
tancias. Por un lado, los trabajos en los que se 70 controles con patología medicoquirúrgica.
ha intentado poner de manifiesto que los indi- Los alcohólicos y los jugadores patológicos di-
viduos con abuso de sustancias puntúan en las ferían de los controles en medidas de socializa-
escalas de impulsividad de forma más elevada ción, autocontrol y flexibilidad. Los alcohólicos
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que los controles. Por otro, son cada vez más y los jugadores patológicos puntuaban más
numerosos los estudios en los que se constata bajo que los controles en la escala de autocon-
que en esos pacientes existe una alteración en trol, que mide la habilidad para moderar los
130 5. Impulsividad en la clínica

TABLA 5.1.3-1 Estudios sobre impulsividad en pacientes con abuso de sustancias

Instrumentos
Referencia Muestra de evaluación Resultados
McCormick y cols. 70 ludópatas CPI Alcohólicos y ludópatas puntuaban bajo
1987 (41) 70 alcohólicos en autocontrol
70 controles

Rosenthal y cols. 297 abuso EPQ Puntuaciones elevadas en psicoticismo, introversión


1990 (42) de sustancias y neuroticismo

Madden y cols. Dependientes DD Daban menos valor a las demoras recompensadas


1997 (43) de opiáceos económicamente que a la relacionada
con la droga de abuso

Allen y cols. 32 abuso de drogas EIVQ, II, Los sujetos con abuso de drogas elegían
1998 (44) 26 controles BIS-11, impulsivamente sus opciones. La pérdida del valor
DD subjetivo de la recompensa demorada era más
importante entre los que abusaban de drogas

Vuchinich y cols. Bebedores DD La pérdida del valor subjetivo de la recompensa


1998 (45) demorada era más importante entre
los bebedores

Mitchell 1999 20 fumadores de larga BIS-11 Los fumadores con mayor evolución obtenían
(46) evolución EPQ puntuaciones más elevadas en impulsividad:
20 nuevos fumadores DD tendían a elegir una recompensa inmediata
aunque pequeña

Kirby y cols. 56 dependientes EIVQ El descuento en el valor subjetivo de la recompensa


1999 (47) de opiáceos BIS-10 era mayor en los dependientes y se correlacionaba
60 controles DD con las puntuaciones de los cuestionarios

Bickel y cols. 23 fumadores DD Los fumadores habituales descontaban más el valor


1999 (48) habituales de la demora en la recompensa.
23 fumadores No había diferencias entre los otros dos grupos
recientes
21 ex fumadores

Parrott y cols. 12 consumidores IVE Los consumidores de MDMA puntuaban más alto
2000 (49) de MDMA en impulsividad
22 controles

Reilly y cols. 34 abuso DD Los sujetos preferían el dinero antes que los vales
2000 (50) de sustancias BIS-11 del mismo valor económico
ASI

Ketzenberger y 54 alcohólicos BIS-11 Los alcohólicos puntuaban más alto en impulsividad


Forrest 2000 (51) 351 controles

Petry y cols. 19 bebedores DD El descuento en el valor de la demora era


2001 (52) habituales bebedores > ex alcohólicos > controles
12 alcohólicos
abstinentes
15 controles

Moeller y cols. 50 dependientes BIS-11 Correlación positiva entre dosis consumida


2001 (40) de cocaína e impulsividad
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ASI: Addiction Severity Index; BIS-11: Barratt Impulsiveness Scale; CPI: California Personality Inventory; DD: Delay Discoun-
ting; EIVQ: Eysenck Impulsivity Questionnaire; EPQ: Eysenck Personality Questionnaire; II: Impulsiveness Inventary; IVE: Impulsi-
veness, Venturesomenes, Empathy.
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 131

impulsos e inhibir una acción, cuando es adap- menor en el grupo tóxico-positivo, aunque no
tativo hacerlo. de forma significativa. Sin embargo, la demora
Rosenthal y cols. (42) utilizaron el Cuestio- media mantenida para el premio mayor fue sig-
nario de Personalidad de Eysenck (Eysenck Per- nificativamente más elevada en el grupo tóxico-
sonality Questionnaire, EPQ) en 297 pacientes in- negativo.
gresados por trastornos relacionados con el Siguiendo este paradigma conductual, otros
consumo de sustancias (202 varones y 95 mu- estudios han encontrado que los sujetos con
jeres). Como grupo, eran más impulsivos (alto trastornos por uso de sustancias restan valor
psicoticismo), más introvertidos (baja extrover- subjetivo a las recompensas demoradas con
sión) y más ansiosos (alto neuroticismo), que mayor rapidez que los no abusadores, tendien-
los datos normativos de la escala. do a elegir recompensas inmediatas aunque de
En sujetos que abusaban de éxtasis (MDMA), menor valor, frente a recompensas de mayor va-
Parrott y cols. (49) utilizando la escala Impulsive- lor aunque con más demora.
ness, Venturesomeness, and Empathy (IVE) encon- En una muestra de adictos a heroína com-
traban puntuaciones más altas en impulsividad parados con controles, Madden y cols. (43) en-
en 12 sujetos que referían consumos importan- contraron que los sujetos con dependencia
tes (30-1.000 ocasiones) en comparación con a opiáceos restaban valor subjetivo a las re-
un grupo control formado por 22 no consu- compensas económicas demoradas con mayor
midores. frecuencia que los controles. Además, los de-
Ketzenberger y Forrest (51) compararon las pendientes de opiáceos preferían pequeños
puntuaciones de impulsividad en 54 alcohóli- valores de heroína con escasa demora frente a
cos abstinentes y 351 controles de una muestra importantes, pero demoradas, recompensas
comunitaria. Los alcohólicos puntuaban en im- económicas.
pulsividad más alto que los controles. Similares resultados fueron hallados por el
Moeller y cols. (40) estudiaron en 50 depen- grupo de Kirby (47). Utilizando el mismo para-
dientes de cocaína la relación entre la impulsi- digma, compararon 56 adictos a heroína con
vidad medida por la Escala de Impulsividad de 60 controles. La tasa de descuento del valor
Barratt (Barratt Impulsiveness Scale, BIS-11) y la subjetivo a recompensa demorada de los adic-
gravedad del consumo de cocaína. Encontra- tos a heroína era el doble que la de los con-
ron una correlación positiva y significativa en- troles, de manera significativa. Esas tasas se
tre las puntuaciones totales del BIS-11 y el con- correlacionaron positivamente y de manera
sumo medio de cocaína referido, así como con significativa con las puntuaciones de impulsivi-
los síntomas de abstinencia. dad obtenidas en los cuestionarios I.5 de EPQ
Como se ha dicho anteriormente, además y BIS-10 de Barratt.
de las valoraciones obtenidas en cuestionarios, También se han realizado estudios de este
se han realizado estudios con medidas conduc- tipo en alcohólicos y en fumadores. Vuchinich
tuales de laboratorio. Allen y cols. (44) com- y Simpson (45) encontraron una mayor dis-
pararon las medidas de impulsividad de 32 su- minución de valor subjetivo a la recompensa
jetos con historia positiva de dependencia a demorada en un grupo de bebedores sociales
tóxicos (grupo tóxico-positivos) con 26 sujetos importantes y en un grupo de bebedores pro-
sin historia de uso de tóxicos (grupo tóxico-ne- blema, en comparación con bebedores modera-
gativos). Los sujetos tóxico-positivos obtuvie- dos. Petry (52) realizó un estudio en 19 alcohó-
ron puntuaciones más altas que los tóxico-ne- licos en activo, 12 alcohólicos abstinentes y
gativos en los cuestionarios de impulsividad. 15 controles. El mayor descuento subjetivo del
En la prueba conductual se utilizó el paradigma valor de la recompensa se producía en los al-
de la tolerancia a la demora (delay discounting). cohólicos activos, las puntuaciones interme-
Los sujetos tóxico-positivos elegían la opción dias las obtuvieron los abstinentes y las más
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impulsiva más frecuentemente, aunque la dife- bajas el grupo control. El alcohol perdía valor
rencia no fue significativa. Es decir, la demora subjetivo con la demora mucho más rápida-
más larga tolerada para el premio mayor era mente que el dinero.
132 5. Impulsividad en la clínica

Bickel y cols. (48) estudiaron con este para- qué punto la impulsividad previa al consumo
digma a un grupo de 23 fumadores de larga de sustancias está implicada en el riesgo para
evolución, 22 fumadores recientes y 21 ex fuma- la dependencia.
dores. Los fumadores del primer grupo descon-
taban el valor subjetivo de la recompensa mo-
netaria demorada más que los de otros grupos. COMORBILIDAD DE LOS TRASTORNOS
Los fumadores recientes y los ex fumadores no EN LOS QUE PREDOMINA
se diferenciaban entre sí. Para los fumadores de LA IMPULSIVIDAD EN SUJETOS
larga evolución, los cigarrillos demorados per- CON ABUSO DE DROGAS
dían valor subjetivo más rápidamente que el di-
nero demorado. Los autores concluyeron que Los trastornos psiquiátricos donde predo-
fumar tabaco, como otras formas de depen- minan las conductas impulsivas objeto de
dencia a tóxicos, se caracteriza por una rápida atención clínica en este capítulo son el tras-
pérdida de valor subjetivo de las recompensas torno antisocial de la personalidad, el trastor-
demoradas. no límite de la personalidad y el TDAH. La pre-
Mitchel (46) comparó la impulsividad entre sencia de una elevada comorbilidad de estos
un grupo de 20 fumadores habituales y otro trastornos con el abuso de sustancias orienta-
grupo de 20 nuevos fumadores. Utilizó dife- ría, como en el apartado anterior, a considerar
rentes cuestionarios y la tarea conductual del que la impulsividad presente en estos trastor-
descuento subjetivo de la demora. En los cues- nos podría ser un factor de vulnerabilidad para
tionarios de personalidad, los fumadores ha- el abuso de sustancias.
bituales presentaron estadísticamente mayor La relación entre los trastornos de la per-
impulsividad. En la tarea conductual, los fuma- sonalidad y el abuso de drogas ha sido esta-
dores habituales elegían, con mayor frecuen- blecida en diferentes trabajos. Verheul y cols.
cia, la recompensa monetaria pequeña e inme- (53, 54) revisaron 52 estudios realizados entre
diata, sobre la mayor pero con más demora. 1982-1994 donde se estimaba la prevalencia de
Las correlaciones entre cuestionarios y tarea trastornos de la personalidad, predominante-
conductual fueron pequeñas. mente el antisocial y el límite, en sujetos de-
Reilly y cols. (50) midieron la relación en- pendientes del alcohol y de otras sustancias.
tre la impulsividad y la preferencia por recom- En dependientes de cocaína, la prevalencia
pensas inmediatas (dinero) o demoradas (va- para el trastorno antisocial era del 18 %, y para
les para canjear) en un grupo de sujetos en el límite del 21 %; en dependientes de los opiá-
tratamiento por abuso de sustancias. Encon- ceos, el 24 % cumplía criterios del antisocial y
traron que, para idénticos valores, los suje- el 7 % los de trastorno límite; en dependientes
tos preferían el dinero antes que los vales, y del alcohol, los porcentajes eran del 18 y del
que había una correlación entre la preferencia 21 %, mientras que en los sujetos que abusa-
económica y las puntuaciones en impulsi- ban de varias sustancias las prevalencias eran
vidad. del 30 y del 22 %, respectivamente. Los estu-
Como se ha puesto de manifiesto en los es- dios revisados tenían un elevado porcentaje de
tudios señalados, la impulsividad medida por pacientes que se encontraban en régimen de
los cuestionarios y según el paradigma de la ingreso y en los que no fue especialmente fácil
disminución del valor subjetivo debido a la de- llegar al diagnóstico de trastorno de la perso-
mora son indicativas de que los dependientes nalidad, pero donde, indudablemente, había
de sustancias tienden a valorar su conducta una elevada prevalencia de conductas relacio-
como impulsiva y a preferir las recompensas nadas con la impulsividad, en su mayor parte
inmediatas frente a las demoradas. Ahora bien, asociadas a la agresividad.
estas medidas también parecen depender de En los sujetos con abuso de sustancias y
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los años de progresión de la dependencia y de con trastorno antisocial de la personalidad


la gravedad de la misma; por lo tanto, no pue- el pronóstico de la dependencia era peor, en el
den extraerse conclusiones exactas de hasta sentido de un inicio más temprano, más com-
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 133

plicaciones y menor adherencia terapéutica. La nos por uso de alcohol y, aproximadamente el


impulsividad de estos pacientes suele eviden- 20 %, trastornos por uso de otras sustancias
ciarse en conductas agresivas hacia terceros. (59-61).
En los pacientes con trastorno límite de la per- En poblaciones de dependientes que acu-
sonalidad y abuso de drogas, también está en- den para tratamiento, la presencia de antece-
sombrecido el pronóstico, y la impulsividad dentes de TDAH también es alta, señalándose
suele ponerse de manifiesto mediante conduc- que oscilaban del 17 al 50 % entre alcohólicos,
tas auto y heteroagresivas. y del 17 al 45 % en dependientes de opiáceos o
El tipo de impulsividad que suele existir en de cocainómanos (60, 62-65).
individuos con TDAH varía considerablemente, Otros estudios no centrados en el TDAH
y es posible encontrar sujetos donde predomi- también han relacionado la impulsividad en la
na el factor cognitivo (falta de atención) y en infancia como factor de riesgo para el posterior
otros el conductual (hacer las cosas rápida- desarrollo de adicciones. En este sentido, cabe
mente). En la vida diaria, los niños que sufren señalar el estudio longitudinal de Dawes y cols.
este trastorno y tienen una elevada impulsivi- (66), en el que encontraron que los niños de
dad suelen ser incapaces de contener respues- 10-12 años con alto riesgo para abuso de sus-
tas inapropiadas, presentan dificultades para tancias (n = 180) (hijos de padres con abuso de
demorar la gratificación y no pueden desistir sustancias) tenían puntuaciones significativa-
de las conductas inapropiadas una vez que han mente mayores en el constructo autorregula-
sido aleccionados para hacerlo. ción conductual (behavioral self-regulation) que los
En diferentes estudios se ha intentado dis- chicos con bajo riesgo (n = 200). La autorregu-
tinguir la impulsividad de la inatención o de lación conductual se componía de 3 dimensio-
la hiperactividad mediante análisis factorial, nes: inatención, impulsividad/hiperactividad y
pero no siempre se ha conseguido (55). La im- agresividad, poniendo de manifiesto la rela-
pulsividad ha sido considerada históricamente ción entre las dimensiones de características
como un síntoma cardinal del TDAH, aunque del TDAH y el abuso de drogas.
algunos sugieren que la impulsividad no carac- El patrón de consumo en estos pacientes
teriza a todos los sujetos diagnosticados de suele ser el abuso de múltiples sustancias, aun-
TDAH; además, el curso de la impulsividad es que en algunas muestras de estudios ameri-
distinto del de la hiperactividad y de la inaten- canos se ha relacionado con el abuso de esti-
ción. La impulsividad de estos pacientes se ob- mulantes, lo que apoyaba la hipótesis de la
serva tempranamente en la niñez. Los niños automedicación (67). Estos pacientes también
con impulsividad, al igual que ocurre con el dé- presentan una elevada comorbilidad con el tras-
ficit de atención, tienen problemas en diferen- torno antisocial de la personalidad, los trastor-
tes áreas a lo largo de su desarrollo. De hecho, nos afectivos, de conducta y de ansiedad (68).
la impulsividad podría considerarse como un
rasgo de la personalidad. Es probable que los
pacientes en los que predomina la impulsivi-  Las adicciones como trastorno
dad a los tres años de edad, a los 21 años cum-
plan criterios de trastorno antisocial de la per-
del control de los impulsos
sonalidad y se hayan involucrado en conductas
ilegales (56). Como ya se ha señalado, algunos autores
Los estudios prospectivos de niños con consideran que los trastornos por consumo de
TDAH demuestran que el 20-40 % de ellos de- drogas pueden conceptualizarse como trastor-
sarrollan trastornos por abuso de drogas (57, 58). nos del control de los impulsos. De ser así, las
Los adultos con antecedentes de TDAH tie- características clínicas de dichos trastornos de-
nen prevalencias más elevadas de trastornos berían ser semejantes.
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por consumo de sustancias que la población Los trastornos por consumo de drogas in-
general. Se estima que el 33 % de los adultos cluyen los siguientes criterios, en los que la im-
con antecedentes de TDAH presentan trastor- pulsividad puede estar involucrada:
134 5. Impulsividad en la clínica

1. La sustancia es tomada en cantidades ma- valencia de abuso de drogas es del 20-100 %


yores y por más tiempo del que el paciente (71, 72, 74, 77, 84). En sujetos diagnosticados de
ha considerado. juego patológico, el 35-64 % presentaba trastor-
2. Existen persistentes deseos o infructuosos nos por abuso de sustancias (73, 81, 82, 85, 86),
esfuerzos por disminuir el consumo. y en individuos con problemas de compra com-
3. Se emplea mucho tiempo en actividades pulsiva, el 37 % ofrecía un diagnóstico adicional
necesarias para obtener la sustancia. de trastornos por consumo de drogas (78, 79).
4. La sustancias es consumida a pesar de las También en individuos con parafilias, el 50-60 %
consecuencias derivadas de su consumo. presentaba trastornos por consumo de sustan-
cias (76, 80, 83). Por último, en una muestra de
Como puede observarse, los criterios 1, 2 y 74 individuos diagnosticados de tricotiloma-
4 pueden reflejar cierto comportamiento im- nía, el 23 % presentaba además abuso de dro-
pulsivo, mientras que por el contrario, el crite- gas (75). Para algunos autores (87), la impul-
rio 3 implica planificación para obtener o guar- sividad está relacionada con el número de
dar la sustancia. diferentes tipos de conductas por déficit de con-
Las similitudes fenomenológicas entre trol de los impulsos exhibidas, como abuso de
esos trastornos y los incluidos en el epígrafe de sustancias, actividades delictivas, incendios y
trastornos del control de los impulsos también agresiones repetidas.
son importantes. En ambos hay una urgencia
por llevar a cabo la conducta, y cuando existe
una imposibilidad de poder realizarla se acom-
paña de tensión, disforia, estados emocionales
 Estrategias terapéuticas
negativos o incremento del estado de alerta para el consumo de drogas
(69, 70). En ambos trastornos, los estados
emocionales negativos suelen desaparecer
en pacientes impulsivos
cuando se lleva a cabo la conducta problema.
Se produce un estado de euforia inicial, al que Aunque el tratamiento de la impulsividad
le sigue de nuevo un estado de ánimo depresi- se trata en otro apartado de este libro, es ne-
vo, con sentimientos de culpa por haber toma- cesario señalar que existe una importante ca-
do droga o por haber llevado a cabo la conduc- rencia de estudios en los que se haya abordado
ta impulsiva (71). Ambos trastornos también la eficacia de los tratamientos para la impulsi-
comparten algunas características de los tras- vidad en poblaciones de drogodependientes,
tornos obsesivos, puesto que el impulso de lle- así como la eficacia de esos fármacos en la re-
var a cabo la conducta problema (impulsiva o ducción de las conductas adictivas. Se expon-
de consumo de droga) es vivenciado como in- drán de forma sucinta los resultados de algu-
trusivo, repetitivo, asociado a ansiedad y con nos estudios en los que se han tratado estas
cierta dificultad para resistirse a él. Los aspec- cuestiones.
tos compulsivos están determinados por el ali-
vio o reducción de la tensión o ansiedad (cra-
ving, en el caso del abuso de drogas) que se TRASTORNO POR DÉFICIT
produce al realizar la conducta. De hecho, de- DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD
terminados instrumentos utilizados en la eva- Y ABUSO DE DROGAS
luación de la dependencia alcohólica proce-
den de la Escala de Obsesiones Compulsiones No se ha llevado a cabo ningún estudio con-
de Yale Brown (Yale-Brown Obsessive-Compulsive trolado en el que se evalúe la eficacia de dife-
Scale, Y-BOCS). rentes estrategias farmacológicas en sujetos con
En la tabla 5.1.3-2 aparecen una serie de pu- TDAH y abuso de sustancias. En dos estudios
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blicaciones sobre el abuso de drogas en sujetos controlados con metilfenidato frente a placebo
con trastornos del control de los impulsos. En se incluyeron un pequeño número de pacientes
delincuentes con conductas impulsivas, la pre- (n = 8) con dichos diagnósticos. En ambos es-
5.1.3. Impulsividad y abuso de sustancias 135

TABLA 5.1.3-2 Trastornos por consumo de sustancias en individuos diagnosticados de trastornos


del control de los impulsos

Prevalencia (%)
de trastornos por
Referencia Muestra consumo de sustancias

Ramírez y cols. 1983 (73) 100 ludópatas 42

Virkunen y cols. 1989 (74) 22 pirómanos 20

Christenson y cols. 1991 (75) 74 sujetos con tricotilomanía 23

McElroy y cols. 1991 (71) 20 cleptómanos 50

Kruezi y cols. 1992 (76) 15 individuos con parafilias 53

Linnoila y cols. 1993 (3) 24 delincuentes con violencia impulsiva 100

Salomen y cols. 1994 (77) 14 con trastorno explosivo intermitente 57

McElroy y cols. 1994 (78) 90 compradores compulsivos 37

Schlosser y cols. 1994 (79) 46 compradores compulsivos 50

Black y cols. 1997 (80) 36 sujetos con parafilias 64

Black y Moyer, 1998 (81) 30 ludópatas 64

Cunningham-Williams y cols. Estudio epidemiológico en 3.004 adultos, 47


1998 (82) encontrando 9,2 % de ludopatías

Galli y cols. 1999 (83) 22 adolescentes diagnosticados de parafilias 55

McElroy y cols. 1999 (84) 36 sujetos convictos por delitos sexuales

Westphal y cols. 2000 (85) En una muestra de 12.066 estudiantes, el 15,9 % 59


tenían problemas de juego patológico

Petry 2001 (86) 60 ludópatas 35

Modificada de Brady y cols. 1998 (72).

tudios, el metilfenidato fue superior al placebo tos con abuso de cocaína y TDAH (93). Se inclu-
en la reducción de los síntomas del TDAH, y en yeron 12 pacientes durante 12 semanas en un
ningún caso se señaló que el metilfenidato hu- estudio abierto en el que las dosis de metilfeni-
biera producido cambios en el patrón de abuso dato utilizadas eran de 40-80 mg/día. Los pa-
(88). Por el contrario, existen diferentes publi- cientes redujeron su consumo de cocaína (se-
caciones sobre la utilidad de fármacos como el gún determinaciones analíticas) y los síntomas
metilfenidato, la pemolina o la bromocriptina de impulsividad, hiperactividad y dificultades
en el tratamiento de pacientes con TDAH y abu- en la atención, medidas mediante el Targeted At-
so de cocaína, aunque una de las limitaciones tention Deficit Disorder Symptoms (TADDS).
es la falta de recogida rutinaria de muestras de Algunos autores, como Waid y cols. (68), no
© Psiquiatría Editores, S.L.

orina para confirmar los autoinformes (89-92). son partidarios de prescribir estimulantes
Recientemente, se ha publicado un estudio como el metilfenidato en estas poblaciones,
en el que se ha utilizado metilfenidato en suje- sino preferentemente antidepresivos.
136 5. Impulsividad en la clínica

TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD la impulsividad, los resultados ponen de mani-


Y ABUSO DE DROGAS fiesto que, independientemente de que exista
un trastorno del control de los impulsos comór-
Nuestro grupo ha llevado a cabo varios es- bido, el topiramato es eficaz en la disminución
tudios para evaluar la tolerancia y seguridad de del deseo y en la prevención de recaídas.
los fármacos utilizados para la impulsividad
en poblaciones dependientes de drogas. En
una población de 182 dependientes de múl-  Conclusiones
tiples sustancias y trastornos de la persona-
lidad, atendidos en dispositivos de drogas, se
La revisión de los resultados expuestos en
utilizó risperidona a dosis 3 ± 1,6 mg/día du-
los apartados anteriores permiten entender las
rante 3 meses. Semanalmente, se realizaban
dificultades metodológicas existentes para rela-
determinaciones urinarias de drogas y se pa-
cionar la impulsividad con el abuso de drogas.
saba una escala de agresividad, otra de psico-
La impulsividad puede ser el elemento de en-
patología, la Escala Breve de Evaluación Psi-
lace entre el mundo de las adicciones y el de la
quiátrica (Brief Psychiatric Rating Scale, BPRS) y
psiquiatría, ya que en cualquiera de los mode-
una escala analogicovisual del deseo de dro-
los de asociación señalados en este capítulo,
ga. Los resultados indicaron que el fármaco era
bien a través de la personalidad, de los trastor-
bien tolerado, sin efectos secundarios impor-
nos inducidos o de la asimilación a trastornos
tantes, y se reducía la agresividad, el deseo de
del control de los impulsos, la impulsividad
consumo y el porcentaje de determinaciones
permite «repsiquiatrizar» las conductas adicti-
de drogas de abuso en la orina (94). En otro es-
vas que, en otras épocas, estuvieron alejadas de
tudio con 24 sujetos dependientes del alcohol
esta área del conocimiento. En la práctica clí-
y con diferentes patologías donde predomina-
nica, se observan los diferentes patrones de
ban las conductas impulsivas (trastorno límite
asociación anteriormente considerados. Hay
de la personalidad y trastorno del control de
pacientes en los que no es difícil suponer que
los impulsos), se utilizó topiramato durante
su impulsividad está en la base de su conducta
12 semanas a dosis de 200-400 mg/día. Duran-
adictiva; en otros, se ha ido comprobando el in-
te el seguimiento, se produjo una disminución
cremento de la impulsividad conforme evolu-
del consumo, del deseo de consumir alcohol y
cionaba la dependencia, como es el caso de al-
de los valores de transferrina deficiente en hi-
gunos dependientes de la cocaína o del
dratos de carbono (CDT) (95).
alcohol; y finalmente, también hay pacientes
Aunque ambos estudios no estaban diseña-
cuya conducta adictiva tiene las mismas carac-
dos para valorar eficacia, no obstante permiten
terísticas que otras conductas incluidas en el
avanzar la hipótesis de que estos fármacos,
apartado de descontrol de los impulsos. Las
cuando son capaces de mejorar la psicopato-
cuestiones que, desde nuestro punto de vista,
logía de base, también pueden mejorar las con-
necesitan una mayor profundización se refieren
ductas adictivas acompañantes. Recientemen-
a si la impulsividad observada en los tres tipos
te se ha publicado un estudio doble ciego de
de pacientes tiene la misma base neurobioló-
topiramato frente a placebo de 12 semanas de
gica (parece ser que no), y qué abordaje farma-
duración que evidenciaba que el topiramato
cológico y psicológico sería el más adecuado.
era significativamente superior al placebo en
Teniendo en cuenta el auge de los estudios so-
reducir el numero de días de consumo de be-
bre impulsividad, es probable que en breve dis-
bida, el número de copas por día y los días de
pongamos de respuestas a dichas cuestiones.
consumo de riesgo. Además, el número de días
de abstinencia era superior en el grupo de topi-
ramato, al igual que la reducción del deseo de BIBLIOGRAFÍA
© Psiquiatría Editores, S.L.

beber (40). Las dosis utilizadas en el estudio 1. Moeller FG, Barratt ES, Dougherty DM, Schmitz
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