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CONTEXTO HISTÓRICO

La Segunda Guerra Mundial y sus “bendiciones”

En la época de posguerra surgió en la mayoría de los países de Europa, así como en Norteamérica,
la política del Estado Benefactor que, mediante la instrumentación de subsidios alimenticios,
prestaciones familiares y servicios sociales según las necesidades, buscaban enfretnar los
trastornos de la inflación de nuevo orden económico de posguerra. La política del Estado Benefactor
dependió en su totalidad del incremento de los lazos comerciales entre los países de uno y otro lado
del mundo. Sin embargo fueron los Estados Unidos quienes se vieron fortalecidos al trasladárse la
esfera del poder del continente europeo al americano.

A pocos años de haber finalizado la guerra, la idea de un rápido crecimiento económico para crear
una sociedad más rica, empieza a manejarse entre los países desarrollados. Las naciones tendían
no sólo a la recuperación, sino a la optimización; sin embargo, la inflación seguía perjudicando a los
salarios. Para tratar de contrarestar sus efectos sociales, el Estado Benefactor ampliaba su radio de
influencia hacia los estados de economías menos desarrolladas en Asia, Africa, Medio Oriente y
América Latina.

En el campo de la ciencia, a partir de la segunda guerra mundial, el pensamiento filosófico se


desarrolló por lo menos en tres vertientes. Una de ellas, el neopositivisomo, representa una
prolongación original de la actitud positivista; la otra lleva por nombre el de la filosofía de la
existencia, que incluye algunas notas sobre la filosofía de la vida. Una corriente más reciente, ligada
muy de cerca a los problemas del capitalismo, lo constituye la práctica del marxismo como doctrina
filosófica y política entre países del tercer mundo.

México y las consecuencias de la guerra

Después de la guerra, la búsqueda de inversiones en el extranjero, de mano de obra más barata y


mercados, por parte de las empresas de los países capitalistas avanzados, constituyó un factor para
el desarrollo de las empresas multinacionales y de la expansión de las finanzas internacionales. Esta
búsqueda “benefició” a los países no desarrollados permitiéndoles ser partícipes de una evolución
en sus sistemas económicos. Pero al mismo tiempo, ello implicó la dependencia económica respecto
de los países desarrollados la cual debió a que, dentro de los países dependientes, los gobiernos y
los grupos de capital privado solicitaron capital y tecnología extranjera en forma de inversiones,
empréstitos de importación de maquinaria y tecnología, para acelerar el proceso de desarrollo o para
incrementar sus utilidades. La consecuencia de este tipo de desarrollo se tradujo en pérdida de
divisas, el pago de intereses sobre préstamos y la importación de maquinaria y tecnología. El costo
social adquierió la forma de desempleo alto, subempleo persistente, orientación productiva hacia la
grupos sociales de altos ingresos y hacia la exportación, y la no satisfacción de las necesidades de
las mayorías mexicanas.

En el caso de México, esta dependencia se vió en el desarrollo de una economía de énclave de


exportación durante la década de los cuarenta. Otra modalidad de esa dependenica se presentó
como un desarrollo capitalista dependiente, cual supone una etapa previa de movilización y de
iniciativa del Estado para promover el desarrollo capitalista, partiendo de la sustitución de
importaciones. Durante los años cincuenta, la economía parecía tener asegurado su crecimiento.
Todo se expandía, hasta los precios. Era sorprendente que México creceiera con inflación, pero el
costo social fue muy alto. Fue necesario entonces equilibrar el desarrollo. El gobierno se vio obligado
a devaluar la moneda (1954) y a poner en práctica una nueva estrategia de desarollo: el desarrollo
estabilizador. En este tipo de modelo, que termina en 1970, lo más importante fue una expansión
económica constante, tasas bajas de inflación y redistribución selectiva. Su meta era la
industrialización del país para lograr una tasa de crecimiento con estabilidad de precios y de cambio.
Esta política económica se debió fundamentalmente al crédito externo quien permitió al Estado no
caer en nuevas devaluaciones. Sus consecuencias derivaron en una exagerada dependencia del
endeudamiento exterior, se postergó el desarrollo agrícola y produjo una desigual distribución del
ingreso.

CORRIENTES PEDAGÓGICAS: LA
LEGITIMACIÓN FILOSÓFICA DEL RÉGIMEN
Desde los tiempo de Plutarco Elías Calles, la educación estuvo orientada a crear una nueva sociedad
mexicana identificada con las instituciones que emanaron de la Revolución de 1910, además de
hacer incapié en el amor a los ideales y principios revolucionarios. El objetivo que se perseguía con
esto era la cración de un México fuerte y unido. Por otro lado, y a pesar de los esfuerzos de José
Vasconcelos por una educación humanista e integral, la educación empezó a verse como un
instrumento por medio del cual se consolidara y legitimara el nuevo sistema político, y que además
fuera la base que sostuviera los programas económicos. Es a partir de Calles cuando educar para
producir se convierte en la bandera e himno de la educación pública en México. Por razones de
estabilidad política, esta pedagogía de la producción no se desarrolló plenamente sino hasta los
años cuarenta y cincuenta, después que la Segunda Guerra Mundial generó un nuevo orden político-
económico en el mundo entero. Manuel Ávila Camacho (1940-46), Miguel Alemán Valdés (1946-52),
fueron los presidentes mexicanos que impulsarían de lleno esta política educativa a través de
la Escuela de la Unidad Nacional, de la cual cimentaría la democracia e industrialización de México.

Esta política educativa tiene su justificación) filosófica. Durante los cuarenta y los cincuenta
mundialmenten se hablaba de cuatro distintos modelos de escuelas o de pedagogía, cada una de
las cuales perseguían un fin específico y respondían a una estructura económica y social
determinadas. Tales escuelas eran: la pragmatista, representada por John Dewey,
la reformadora apoyada por Alfred North Whitehead, la científica-realista de Edouard Claparede y
Jean Piaget, la reconstruccionistasocial de Carlos Marx, Vladimir Lenin, Makarenki, y desarrollada
por Paul Natorp y George Kerschensteiner. Lo que identifica a tal variedad pedagógica fue el
progresivo control del Estado. En México, la educación pública recibió los impactos de las teorías
pedagógicas norteamericanas y de las alemanas, especialmente las representadas por Dewey,
Natorp y Kerschensteiner.

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