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Jorge Muñoz, el nuevo “monarca” de Lima

Ha empezado un nuevo año y, con ello, nuevas gestiones en


muchos Municipios y Gobiernos Regionales de todo el país. Aquí,
en la ciudad capital, la sorprendente elección de Jorge Muñoz
como alcalde de Lima el pasado octubre trajo consigo una serie
de análisis de diversos calibres. Para un sector de la población, la
elección del ya juramentado y flamante alcalde metropolitano
responde a una visión y nuevas exigencias que poseen los nuevos
limeños (sobre todo aquellos que viven en la mal llamada Lima
Moderna), ya que, según el análisis político-psicológico, ellos han
decidido conscientemente dar su voto para dar paso a la
modernidad tal como la que se ve en Miraflores o distritos
aledaños.
Cristina Quiñones menciona que un gran porcentaje del
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electorado limeño se informó e hizo un análisis previo antes de


emitir su voto y eligió al candidato de Acción Popular porque
esperan de él un verdadero cambio de la ciudad de la mano de
modernidad. Y no sólo eso, sino que, a su vez, eligieron a sus
candidatos distritales del mismo partido porque consideraban
que esos candidatos tenían una mirada similar de cambios
similares para sus respectivos distritos como si hubieran muchos
Jorge Muñoz.
No es intención de este artículo desmerecer o desprestigiar al
partido de la lampa, por el contrario, desde mi punto de vista la
victoria de Muñoz en los comicios de octubre último a través de
Acción Popular es muy ventajoso para el fortalecimiento de los
partidos políticos tradicionales, esos con bases distritales y
regionales en las cuales se dan elecciones internas para poder
elegir a sus candidatos que representen su partido; es decir, un
partido orgánico que trata de vincular la política con la sociedad,
no como las organizaciones criminales enquistadas en “partidos
políticos” que lo que quieren es ensuciar la política para que sea
tan rechazada por la sociedad, que ningún ciudadano quiera
participar y de esta manera solo estos criminales puedan jactarse
de llamarse “políticos”.
Lo notable que dejó las elecciones en Lima no fue el triunfo de
una persona en sí, sino el triunfo de un partido que tuvo la
oportunidad de resurgir en su última agonía. Hubo candidatos
con propuestas igual de interesantes para la ciudad, sin embargo,
no tenían un respaldo partidario como sí se puede obtener en un
partido tradicional como lo es Acción Popular.
Sin embargo, cuesta creer que el electorado limeño haya tenido
un periodo de “iluminación” en la cual se haya puesto a analizar
candidato por candidato, cuando hasta una semana antes de las
elecciones, dos de cada tres limeños no tenían definido su voto
generando de esta manera una mayor concentración de indecisos
. El elector limeño no es más que la máxima expresión de:
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primero, la indiferencia hacia la política generada por la


corrupción cada vez más notoria y descarada; y
segundo, importarle muy poco los temas de fondo y dedicarse
más a ver la forma o las maneras. Si bien dentro del marketing
político es importante la imagen que un candidato quiera
mostrar, esto no tiene porqué ser el centro de atención de los
electores sino las propuestas (estrategias para alcanzarlas),
trayectoria profesional y transparencia de un candidato.
El limeño promedio eligió a Jorge Muñoz como el menos dañino
para la ciudad a comparación de los otros candidatos más
voceados (ya que, como mencioné, de los otros buenos
candidatos nadie sabía de su existencia hasta los debates donde,
oh casualidad, también salió a la palestra Muñoz). Entonces,
Muñoz no es más que la suma de votos de ciudadanos
descontentos del proceso electoral que no quisieron ver la
continuidad de personajes nada honorables a cargo de la ciudad
en los siguientes cuatro años.
Y ya que entramos a lo que piensa el votante limeño, pues
considero que el habitante de esta ciudad padece lo que podemos
llamar “distorsión temporal” ya que muchos creen, aceptan y
defienden que la autoridad es una especie de “virrey” en la que
recae todo el poder y toda la responsabilidad, ¿no es acaso que
cuando sucede una desgracia siempre se le echa la culpa al
alcalde o presidente?, o en todo caso, ¿acaso no se le solicita
ayuda directamente del Presidente de la República como si fuese
un ser “todopoderoso” cuando se pide atención del Estado
habiendo autoridades como ministros o gobernadores regionales
que es de su competencia esa función?, ¿no es acaso que cuando
un niño nace es una fecha especial como Navidad o Año Nuevo
sale en la televisión la mamá pidiendo que su padrino sea el
Alcalde como si fuera un ser “divino” el cual se requiere su
bendición? El elector promedio ve en la autoridad al responsable
de todo problema, no discierne si es de su competencia o no,
simplemente le exige. Como diría Sebastián Salazar Bondy, existe
en el inconsciente del limeño una añoranza por el pasado
virreinal o, como él diría, de la “Arcadia Colonial”.
(3)

Evidentemente la exigencia de nuestros derechos como


ciudadanos hacia la autoridad es totalmente válida, sin embargo,
se tiene que saber cuáles son las responsabilidades de los
funcionarios públicos para poder exigir lo que corresponde.
Dentro de ese contexto, lo que un elector busca en un candidato
es cuan capaz o cuan eficiente es al solucionar TODOS los
problemas que tiene. Pero cabe resaltar que el elector prioriza sus
problemas a resolver, es así que el limeño promedio buscaba al
candidato que mostraba la mayor capacidad de solucionar su
mayor problema: la inseguridad de las calles . Es por eso que por
(4)

un lapso de tiempo Daniel Urresti estaba arriba en las encuestas,


porque era el que mostraba más firmeza en la lucha contra la
delincuencia. Pero, ¿acaso no tenía denuncias penales en su
contra? Para el elector limeño no importaba aquello si es que él
ofrecía solucionar su problema de inseguridad, no le interesa si
es que el candidato es intolerante, corrupto, delincuente, etc., lo
que le interesa es que si puede solucionar su problema y punto.
¿Qué otra explicación puede tener que Luis Castañeda fue elegido
3 veces alcalde si posee varias denuncias?
No hablo de absolutamente todos los limeños, pero sí de un gran
porcentaje que poco le interesa el fondo, sino mucho más la
forma. La elección de Muñoz no es más que la respuesta
desesperada de la población para evitar ver a cualquier personaje
deshonroso dirigiendo su ciudad, eligiendo a una persona menos
nociva, con una imagen de transparencia y experiencia, y mucho
más “aceptable” para el cargo de alcalde y para llegar a ello hubo
mucha migración de votos de candidatos menores (esos con
buenas propuestas) y la determinación de ese porcentaje
indeciso. La victoria de Muñoz no es la respuesta al mindset de
modernidad del ciudadano limeño como menciona Quiñones,
sino es la mejor respuesta ante un panorama de alta
incertidumbre traducida en desesperación.
Según los datos de la Encuesta Nacional de Hogares, más de la
mitad de la población considera que la democracia sólo sirve para
elegir autoridades . Es decir, nos estamos acostumbrado a elegir
(5)

personas de cuando en cuando y luego, olvidarnos de que somos


parte de una colectividad y, por ende, de nuestro deber de una
constante participación.

La ciudad la hacemos todos, no dejemos todo en las manos de las


autoridades que poco se logra esperando. Las mejores de la
suertes al nuevo alcalde, pero con eso no basta, seamos partícipes
de una mejor ciudad, de una mejor sociedad.

FUENTES:
(1) “Hola Limaflores”: La psicología del elector limeño
y su preferencia por Jorge Muñoz a la alcaldía de
Lima. Cristina Quiñones. Diario Gestión, 10 de
Octubre del 2018.
(2) Encuesta El Comercio-Ipsos. Intención de voto – Elecciones
Municipales 2018. Ipsos. Diario El Comercio, 30 de Setiembre
del 2018.
(3) Lima La horrible. Sebastián Salazar Bondy. Lima, 1964.
(4) Encuesta Lima Cómo Vamos 2018. IX Informe de percepción
sobre calidad de vida en Lima y Callao. Observatorio Ciudadano
Lima Cómo Vamos. Lima, 2018.
(5) Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2017. Módulo de
Gobernabilidad, Democracia y Transparencia. Pregunta nº 5.
Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2017.

ANEXOS:
(2)

(4)
(5)

Jorge Muñoz, el nuevo


"monarca" de Lima

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