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Breve ensayo sobre cuatro puntos del segundo capítulo del libro titulado "Pedagogía
de la autonomía, de Paulo Freire.[1]
"Saber que enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para
su propia producción o construcción", es la esencia del planteamiento de Paulo
Freire en este capítulo, en oposición a la memorización mecánica y a un papel
distante del profesor frente a sus alumnos.
Me gusta ser hombre, ser persona, porque sé que mi paso por el mundo no es algo
predeterminado, preestablecido. Que mi "destino" no es un dato sino algo que
necesita ser hecho y de cuya responsabilidad no puedo escapar.
Una vez satisfecha una curiosidad, la capacidad que tengo de inquietarme y buscar
continúa en pie. No habría existencia humana sin nuestra apertura de nuestro ser
al mundo, sin la transitividad de nuestra conciencia.
El autor finalmente enfatiza la importancia de la curiosidad al buscar que ésta sea
parte viva e inherente de nuestra cotidianeidad: "Uno de los saberes fundamentales
para mi práctica educativo-crítica es el que me advierte de la necesaria promoción
de la curiosidad espontánea a curiosidad epistemológica".
PRACTICA EDUCATIVA:
Frente a la realidad histórica actual, ¿Cómo educar sin tener una comprensión
critica de la propia búsqueda y sin respetar la búsqueda de los alumnos? Es el
proceso de …ver más…
Al servicio de la producción de saber. No hay saber que no esté asociado a ideales.
Al servicio de qué y de quienes producimos conjuntamente con los alumnos el saber
dentro del espacio y tiempo pedagógico de la escuela.
•Cambiar es difícil, pero es posible. Nadie puede dar clases sin tener la convicción de
lo que hace.
2. DENUNCIA ANUNCIA ( PAULO FREIRE)
De ahí el tratamiento con el que destacó los “inéditos viables”, posibilitando que
las “situaciones límite”, consideradas como determinantes frente a las cuales no
restaría nada más sino la resignación, fueran confrontadas con los anuncios de
“soluciones practicables, desperdiciadas” (FREIRE, P., 1987, p. 107).
Síntesis:
Bruner explica lo que él ha llamado “Psicología Cultural”, exponiendo los elementos
que, en su consideración, son fundamentales para generar un campo disciplinar
comprensivo e interpretativo, que no sólo se limite al procesamiento de información,
sino que le otorgue un nuevo espacio a la mente desde una perspectiva narrativa,
situada en contexto sociohistórico y cultural específico, que incluya el énfasis en la
acción, entendiendo el “hacer” como la praxis del relato.
Genera una reflexión acerca de cómo el problema de la naturaleza del conocimiento
ha ido mutando en las tradiciones disciplinares, desde una consideración de un
sujeto receptor de información, pasando a la noción de un sujeto que procesa la
información (donde quedó estancada la Revolución Cognitiva), hasta llegar a la
complejidad de la construcción de significado por parte del sujeto, entendiendo que
estos planteamientos no se han generado de manera lineal, sino que conviven hasta
hoy en la Psicología, cada uno en sus propias líneas de desarrollo.
Una de las problemáticas que detecta Bruner en la evolución de la Psicología es el
uso de metodologías de investigación que generan limitaciones en cuanto a la
definición de sus concepciones. Con el objetivo de mostrar que existen las
posibilidades y condiciones para generar un nuevo entendimiento acerca de la
complejidad de conceptos como el “Yo”, Bruner alude a un movimiento que surgió
en paralelo a la Revolución Cognitiva, cuyo interés también estaba puesto es el
rescate de la “mente” en las disciplinas del estudio humano: el contextualismo
transaccional. Esta perspectiva propone que la acción humana no puede ser
explicada sólo por los procesos intrapsíquicos, sino que necesariamente debe estar
situada en lo histórico-cultural y debe entenderse como distribuida, es decir,
localizada en la suma de las participaciones que los otros (sujetos, artefactos,
contextos, etc.) tienen en la vida del sujeto. Resulta importante comprender, por lo
tanto, la acción humana desde un ámbito interpretativo, constructivista y distributivo.
Esta relativización de las concepciones fundamentales de la Psicología resulta útil
para reconsiderar al “Yo” más allá de los planteamientos que lo proponían como el
“agente calculador gobernado por reglas lógicas”. Es decir, el “Yo”, además de su
dimensión de agente autónomo –cuyas capacidades son la reflexividad (alterar el
pasado en función del presente, o viceversa) e imaginar alternativas (idear otras
formas de ser y hacer)-, contiene en sí mismo otro ámbito: la función de “barómetro”
del clima cultural local, vale decir, la capacidad de evaluar, reformular y resignificar
lo que la cultura le ofrece como repertorio de posibilidades de acción.
Estas concepciones llevaron a planteamientos tales como el “Yo” narrador. En esta
lógica, ya no tienen importancia los hechos “verdaderos”, sino cómo el sujeto
reconstruye y resignifica su experiencia, dando paso libre al énfasis en la verdad
narrativa. Además, se genera el interés sobre otro elemento fundamental: la forma
de la narración, entendida como el modo en que el sujeto relata su experiencia de
vida y cómo pone en funcionamiento los significados que le otorga a su hacer.
Ambas dimensiones de la significación de la acción humana generan una
convergencia en la que es posible entender, entonces, el campo de estudio de la
psicología cultural. En esta lógica, la consideración de los contextos donde se sitúa
la acción y de las transacciones que genera el sujeto con los otros (y, desde aquí,
la distribución interpersonal del significado), es fundamental para generar la
interpretación. Por lo mismo, se debe encontrar el camino adecuado para desarrollar
las metodologías pertinentes que permitan realizar dichas interpretaciones. Para
ello, Bruner expone la técnica de la autobiografía, como un método de investigación
retrospectiva, que pone en funcionamiento tanto el contenido de la narración misma
como la forma en que el sujeto practica el relato.
En síntesis, para poder reconsiderar el campo disciplinar de la Psicología en el
marco de la propuesta de Bruner, es fundamental entender que los procesos de
construcción de significado tienen como resultado conceptualizaciones complejas
que deben ser entendidas integralmente (como el “Yo”, la “Personalidad”, el
“Aprendizaje”, etc.). Por lo mismo, no deben comprenderse de un modo
desarticulado y escindido, sino de manera situada, en el contexto histórico-cultural
en el que se producen.
Breve comentario:
Es interesante considerar que los planteamientos de Bruner hacen alusión a una
nueva forma de entender la Psicología como disciplina, en tanto forma de entender
la acción humana. Es fundamental comprender que el contexto cultural local, las
interacciones sociales y los significados que se le otorgan a éstos, influyen en el
modo en que los sujetos se desenvuelven en sus medios. Por lo tanto, más allá de
la teoría formal y legalista, es importante comenzar a reconsiderar la acción
humana, el sentido que se le otorga a dicha acción y la forma en que se genera, de
modo que podamos proyectar y reconfigurar los medios más adecuados de
intervenir en todo ámbito del quehacer de los sujetos.
Citas:
“Una psicología cultural impone dos requerimientos estrechamente relacionados
entre sí (…). Uno de ellos es que estos estudios deben centrarse sobre
los significados en función de los cuales se define el Yo tanto por parte del
individuo como por parte de la cultura en que este participa (…). El segundo
requerimiento es (…) prestar atención a las prácticas en que ‘el significado del Yo’
se alcanza y pone en funcionamiento. Estas nos proporcionan, de hecho, una visión
más ‘distribuida’ del Yo” (p. 115).
“El programa de una psicología cultural no es negar la biología o la economía, sino
mostrar cómo las metes y las vidas humanas son reflejo de la cultura y la historia
tanto como de la biología y los recursos físicos. Necesariamente, utiliza las
herramientas de interpretación de las que siempre se ha servido el investigador de
la cultura y la historia” (p. 133).
“(…) ni siquiera las explicaciones causales más poderosas de la condición humana
pueden tener sentido y plausibilidad sin ser interpretadas a la luz del mundo
simbólico que constituye la cultura humana” (p. 133).
4. Paulo Freire
Siglo XXI Editores, México, 2016
La presente obra póstuma del educador Paulo Freire nos brinda sus meditaciones
más personales en torno de las estrategias para el mejoramiento de la educación y,
por ende, de la sociedad.
Pedagogía de los sueños posibles ofrece una forma de percibir los imposibles
sociales como posibles y, de esta forma, cambiar el rumbo de la comunidad: ver a
la historia y al contexto inmediato como apertura de posibilidad.
El texto es el primer volumen de la traducción del original Pedagogia dos sonhos
possíves y comprende tres secciones: testimonios y ensayos, entrevistas, y cartas.
A lo largo del texto se van desenvolviendo los conceptos fundamentales de la
educación que han de encauzar a la comunidad.
La educación liberadora es utópica. Se desarrolla dialécticamente entre la denuncia
de una sociedad injusta y el anuncio del sueño posible. En este sentido, el sueño
posible no es ilusión ingenua, sino que nace del análisis del contexto inmediato y se
presenta como posibilidad de cambio.
Pero, ¿cómo transformar lo imposible en posible? La respuesta a esta cuestión la
halla Paulo Freire en la construcción de inéditos-viables que, a grandes rasgos, son
posibilidades ocultas que se pueden develar a partir de ciertas técnicas
pedagógicas, como lo sería la generación de un pensamiento plural entre los
alumnos y los docentes donde se haga libre discusión sobre los temas.
Estos inéditos-viables son los que configuran la historia como posibilidad. Nacen del
enfrentamiento de la conciencia con situaciones críticas. Aquí es donde la
educación cobra su máxima importancia, pues de ella dependerá que los obstáculos
se perciban como fatales e infranqueables, o como situaciones inevitables que es
preciso superar para mejorar.
Pero el cambio no puede darse soñando individualmente, sino que los sueños
posibles deben generarse de manera colectiva, pues la posibilidad o la imposibilidad
de cambio son criterios histórico-sociales. En palabras de Ana Lucía Souza de
Freitas (autora del prefacio de la obra), “el acto de soñar colectivamente, en la
dialecticidad de la denuncia y el anuncio y en la asunción del compromiso con la
construcción de esa superación, conlleva un importante potencial (trans)formador
que produce y es producido por lo inédito-viable, puesto que lo imposible se vuelve
transitorio en la medida en que asumimos colectivamente la autoría de los sueños
posibles.
La pedagogía de los sueños posibles es una pedagogía de concientización que va
en contra del discurso fatalista. Separa la actualidad del sueño, de manera que la
colectividad se vea facultada para construir un puente que conecte esos extremos.
El soñar deviene condición necesaria para el mejoramiento de la sociedad.
Se presentan una recopilación de las 50, dejando atrás muchas, de tres de las
obras más importantes citas de Paulo Freire : Pedagogía del Oprimido, La
educación como práctica de la libertad y Pedagogía de la indignación.
Si aún no conoces a Paulo Freire, (1921-1927) fue un destacado pedagogo del siglo
XX, y a mi parecer uno de los más importante. Nacido en Brasil, fue profesor de
escuela y empleó desde sus orígenes una metodología no ortodoxa de
alfabetización considerada una variación de la teología de la liberación.
3. “Si los hombres son los productores de esta realidad y si esta, en la “inversión de
la praxis”, se vuelve sobre ellos y los condiciona, transformar la realidad opresora
es tarea histórica, es la tarea de los hombres” (pág. 39)
5. “Quien instaura el odio no son los odiados, sino los que odian primero” (pág. 44)
6. “Para los opresores, el ser humano son sólo ellos. Los otros son “objetos, cosas”.
Para ellos, sólo existe un derecho, su derecho a vivir en paz, frente al derecho a
sobrevivir que tal vez ni siquiera reconocen, sino solamente admiten a los
oprimidos.” ( pág. 46)
10. “Cuanto más se les imponga pasividad, tanto más ingenuamente tenderán a
adaptarse al mundo en lugar de transformar.” (pág. 64)
11. “La educación, como práctica de la dominación que hemos venido criticando,
manteniendo la ingenuidad de los educandos lo que pretende, dentro de su marco
ideológico, es indoctrinarlos en el sentido de su acomodación al mundo de la
opresión” (pág. 70)
13. “El educador ya no es solo el que educa sino aquel que, en tanto que educa, es
educado a través del diálogo con el educando, quien, al ser educado, también
educa.” (pág. 72 )
17. “La educación se rehace constantemente en la praxis. Para ser, tiene que
estar siendo” ( pág. 76)
18. “Nadie puede ser auténticamente, prohibiendo que los otros sean.” (pág. 78)
19. “No hay diálogo si no hay un profundo amor al mundo y a los hombres.” ( pág.
85)
21. ”Un falso amor, una falsa humildad, una debilitada fe en los hombres no pueden
generar confianza.” ( pág. 87)
22. “Hablar de democracia y callar al pueblo es una farsa. Hablar del humanismo y
negar a los hombres es una mentira.” (pág. 88)
25. “El liderazgo debe confiar en las potencialidades de las masas, a quienes no
puede tratar como objetos de su acción.” ( pág. 172)
26.“No existe la vida sin la muerte, como no existe la muerte sin la vida. Pero existe
también una “muerte en vida”. Y las “muerte en vida es, exactamente, la vida a la
cual se le prohíbe ser.” ( pág. 174)
La educación como práctica de la libertad
27. “La educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el
mundo para transformarlo. ” ( pág. VII)
28. “No existe educación sin sociedad humana y no existe hombre fuera de ella.” (
pág. XXVII)
34. “Cuanto más crítico un grupo humano, tanto más democrático y permeable es.”
(pág. 66)
35. “La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor” (pág. 67)
38. “ La alfabetización no puede hacerse desde arriba hacia abajo, como una
donación o una imposición, sino desde adentro hacia fuera, por el propio analfabeto,
y con la simple colaboración del educador.” ( pág. 84)
Pedagogía de la indignación
39. “Nuestra presencia en el mundo, que implica elección y decisión, no es una
presencia neutra”. (pág. 39)
40. “La educación tiene sentido porque el mundo no es necesariamente esto o
aquello, porque los seres humanos somos proyectos y al mismo tiempo podemos
tener proyectos para el mundo. […] La educación tiene sentido porque, para ser, las
mujeres y los hombres necesitan estar siendo. Si las mujeres y los hombres
simplemente fueran, no habría por qué hablar de educación.” ( pág. 47)
41. “La conciencia del mundo, que hace posible la conciencia de mí, hace imposible
la inmutabilidad del mundo.” (pág. 47)
42. “La desproblematización del futuro, en una comprensión mecanicista de la
historia, de derecha o de izquierda, conduce necesariamente a la muerte o la
negación autoritaria del sueño, de la utopía, de la esperanza.” ( pág. 68)
43. “Los niños precisan tener asegurado el derecho de aprender a decidir, cosa que
sólo se hace decidiendo.” (Pedagogía de la indignación pág. 71)
44. “Es necesario que el niño aprenda que su autonomía sólo es genuina cuando
presta atención a la autonomía de los otros.” (pág. 72)
46. “No sólo soy objeto de la Historia, sino también su sujeto. En el mundo de
la Historia, de la cultura, de la política, no constato para adaptarme sino
para cambiar.” ( pág. 100)
47. “La alfabetización en una zona de miseria sólo cobra sentido en la dimensión
humana si con ella se realiza una especie de psicoanálisis histórico-político-social
cuyo resultado es la extroyección de la culpa indebida.” ( pág. 106)
48. “La educación siempre es una especie de teoría del conocimiento puesta en
práctica, es naturalmente política, tiene que ver con la pureza, nunca con el
puritanismo, y es, en sí, una experiencia de belleza. ” (pág. 113)
49. “La existencia es vida que se sabe tal, que se reconoce finita, inacabada; que
se mueve en el tiempo-espacio sometido a a la intervención de lo existente. (pág.
145)
Colombia quizá no sea el único país que tiene problemas con el sistema educativo,
y es que como decía Garzón, aquí no nos enseñan lo que necesitamos.
Colombia sigue siendo uno de los países donde nos educan para pertenecer a un
sistema económico donde, si lo pensamos detenidamente primero se paga, por
tener empleo. A qué me refiero con esto, sencillo, lo que quiero decir es que
invertimos cantidades exorbitantes en educación para al final darnos cuenta de que
hemos pagado millones que quizá recuperaremos muchos años después, cuando
posiblemente con suerte tendremos 40 años.
Nos educan para pertenecer al sistema, para creer en ciencias exactas que al final
terminan confundiendo nuestra propia identidad.
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Desde el inicio nos dicen que Dios es el creador de todo, y no es que lo dude porque,
aclaro, no soy atea. Sin embargo, es cierto y hasta cómico lo que Garzón
aseguraba: “Dios en su infinita grandeza y su inmensa soledad decidió crear el
mundo y ahí nació el ser humano”. Desde la perspectiva de él y dicho así, es
imposible entender cómo en medio de la contradicción nos intentan enseñar. Desde
que empezamos la educación básica, todo lo que aprendemos resulta confuso y
repetitivo.
Si Dios creó el mundo, ¿por qué más adelante nos dicen que somos producto de la
evolución? Entonces ¿al fin que? ¿somos energía?, ¿somos producto del Bing Bang
o nos creó Dios del polvo? La verdad es que en la educación básica nunca se ponen
de acuerdo.
Obviamente los más religiosos no aceptan la evolución y desde ahí se podría decir
que no tenemos identidad, no sabemos ni de dónde venimos ni para dónde vamos.
Según Jaime Garzón, en Colombia “los ricos se creen ingleses, la clase media se
cree gringa, los intelectuales se creen franceses y los pobres se creen mexicanos”.
Lo que resulta cierto, vivimos en un eterno sueño americano donde no conocemos
nuestra historia pero queremos ser lo que los medios nos venden. Siempre nos
creemos más que otro y por eso nos comemos el cuento de que si usamos Ray
Ban, Ferrari o Iphone ya no somos clase media y ni siquiera colombianos.
Nos comemos el cuento de que tener mil carros hace parte de nuestros activos,
cuando la realidad es que ni siquiera entendemos el sistema económico y que esos
mil carros representan deuda, pero bueno esto no trata de economía, o no es el
punto al que quiero llegar.
Por supuesto toda la culpa no puede ser de los medios, hay que atribuirle parte del
problema al sistema educativo. El colegio no nos enseña a discernir, ni a pensar
diferente. Al sistema solo le interesan las respuestas exactas que no se pueden
contradecir, como que dos más dos es igual a cuatro.
El problema de la educación actual es que está diseñada para las masas casi como
un producto que debe venderse, lo cual termina limitando las diversas capacidades
de los individuos.
Muchos de los espacios donde se puede pensar se ven limitados a la filosofía, las
ciencias políticas, la sociología u otras ciencias del pensamiento; sin embargo estas
se enfocan en enseñarnos lo que otros dijeron para que lo aprendamos de memoria
como si fuera un himno, excluyendo la posibilidad de desarrollar un pensamiento
autónomo, reflexivo y abierto que nos permita llegar a nuevas teorías y discusiones.
Finalmente lo que importa es que nos unamos al sistema de producción para que
colaboremos con el supuesto progreso de nuestra tierra, que cada vez se hunde en
una burbuja de metrópolis y máquinas.
Educación es lo que nos sobra, pero en Colombia no sabemos qué hacer con ella.
Los procesos educativos no han evolucionado en materia de métodos, lo que no
permite que percibamos el conocimiento como una forma de libertad.
Vivimos en una sociedad donde la lógica es, como decía Garzón: “Si el niño tiene
tres novias es el putas, pero si la niña tiene tres novios es una puta”. Estamos
armados de prejuicios con casi todo lo que nos rodea y lo más cercano a identidad
que tenemos es el último teléfono del mercado o la última moda viral de la red.
Quizá seamos más contestatarios como decía Garzón, porque 17 años después
tenemos blogs, youtube, facebook, twitter y una cantidad de herramientas que
permiten a cualquiera expresarse de la forma que quiera. Aún así, esto para los
jóvenes no se ha convertido en un modo de participación ciudadana. No hemos
hilado que este país es donde vivimos, que es un país hermoso, un país rico pero
con problemas.
Aunque contestatarios en las redes, a la hora de elegir nos quedamos en casa
porque nos dio pereza, porque llovió o cualquier otra excusa. Lo que como
consecuencia resulta en gobernantes corruptos que solo nos dan pan y circo.
A veces pienso que es mejor que Garzón no esté vivo para presenciar lo que hemos
hecho con nuestro país, agradezco que no haya visto cómo elegimos e idolatramos
a Uribe, y que desde ahí el país está mucho peor.
Parece que su muerte no ha servido de nada, que a pesar de que cada 13 de agosto
lo recordamos con nostalgia, nosotros los jóvenes no hemos tomado las riendas de
nuestro país y que efectivamente nadie ha venido a salvarlo.
Menos mal no está vivo para ver que aún no hemos entendido el significado de
“nadie podrá llevar por encima de su corazón y hacerle mal a su persona aunque
piense y diga diferente”. No esta vivo para ver que lo que hace esta generación del
futuro ya no es discriminar, sino hacer matoneo, que en vez de avanzar con la era
de la información y la tecnología, ahora tenemos más herramientas para vulnerar el
pensamiento y la dignidad de otros.
Afortunadamente no está vivo para presenciar la llegada de los gringos al Tayrona
con sus móviles de alta gama para hacerse ‘selfies’ con los wayuu como si ellos
fueran la atracción principal de un parque de diversiones.
Ojalá algún día como homenaje a lo que él hizo, salgamos de esta falta de
pertenencia y nos demos cuenta de que el poder está en nosotros, que en nuestras
manos está el país que queremos, que en nuestras manos está la paz, pero que
necesitamos transformar el sistema desde la educación.
Lo más importante es que los colombianos tenemos que encontrar nuestra propia
identidad, esa que está oculta en nuestras selvas, en nuestros campesinos y
nuestros indígenas. Espero que algún día nos demos cuenta de que somos hijos de
una tierra fértil que aún no ha encontrado la libertad.
Esto nos quiere decir que el país ya no es de solo una raza y una sola lengua.
Además habla de lo que es ser un colombiano, de que desde siempre ha existido la
corrupción pero que este país es un país de modas ya que si algo ocurre en algún
país de Latinoamérica acá también tiende a pasar lo mismo. Como conclusión digo
que la constitución política de 1991 fue una oportunidad para que las cosas
hubieran funcionado de una manera mejor. pero gracias a lo que siempre ha
existido(corrupción) y que creo que jamás va a dejar de existir a menos que como
dicen en el siguiente programa, traigan 44 millones de extranjeros a poblar nuestra
amada patria para qué nosotros nos vallamos al mar y nos dejemos ahogar la
historia no va a cambiar
Muchos de nosotros hemos experimentado lo que comúnmente se conoce como un acto fallido.
Estos errores se cree que revelan pensamientos o sentimientos inconscientes. Por ejemplo:
Antonio acaba de comenzar una nueva relación con una mujer que conoció en el instituto.
Mientras hablaba con ella una tarde, accidentalmente la llama por el nombre de su ex-novia.
La visión psicoanalítica sostiene que hay fuerzas internas, inconscientes o fuera de nuestra
conciencia que dirigen de alguna forma nuestro comportamiento. Por ejemplo, un psicoanalista
podría decir que Antonio se expresó mal debido a los sentimientos no resueltos de su ex, o
quizás a causa de las dudas sobre su nueva relación.
Como todos sabemos, Sigmund Freud fue el fundador de la teoría psicoanalítica. Mientras que
sus ideas se consideraron algo impactantes en su tiempo, hoy en día continúan creando debate y
controversia, incluso ahora, su obra tuvo una profunda influencia en una serie de disciplinas,
incluyendo la psicología, la sociología, la antropología, la literatura y el arte.
La mente consciente
Incluye todo aquello de lo que somos conscientes. Este es el aspecto de nuestro proceso mental
que nos permite pensar y hablar de forma racional. A parte de esto, incluye nuestra memoria,
que no siempre es parte de la conciencia, pero se puede recuperar fácilmente en cualquier
momento y se pone en nuestro conocimiento. Freud llamó a esto el preconsciente.
La mente preconsciente
La mente inconsciente
De este modo, Freud comparó estos tres niveles de la mente con un iceberg:
La punta del iceberg que se puede ver por encima del agua representa la mente
consciente.
La parte del iceberg que se sumerge debajo del agua, pero es aún visible es el
preconsciente.
El grueso del iceberg está oculto debajo de la línea de flotación y representa el
inconsciente.
Cada persona posee también una cierta cantidad de energía psicológica que forma las
tres estructuras básicas de la personalidad: el ello, el yo y el superyó. Estas tres estructuras
tienen funciones diferentes y actúan en distintos niveles de la mente.
Según Sigmund Freud, cada componente añade su propia contribución única a la personalidad
y los tres elementos trabajan juntos para formar comportamientos humanos complejos.
De acuerdo con esta la teoría, ciertos aspectos de nuestra personalidad son más primitivos y que
nos pueden presionar para actuar sobre nuestros impulsos más básicos. Otras partes de la
personalidad pueden lograr contrarrestar estos impulsos y se esfuerzan por hacer que se ajusten
a las exigencias de la realidad.
Vamos a ver cada una de estas partes clave de la personalidad, cómo funcionan de forma
individual y cómo interactúan.
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Inicio Artículos psicología Corrientes Psicológicas Teoría de la Personalidad de Freud: consciente, inconsciente, Yo,
Superyó y Ello
Artículos psicología
Corrientes Psicológicas
Teoría de la Personalidad de
Freud: consciente,
inconsciente, Yo, Superyó y
Ello
El Psicoanalista Sigmund Freud creía que el comportamiento y la personalidad derivan de la
interacción constante y única de fuerzas psicológicas conflictivas que operan en tres diferentes
niveles de conciencia: el preconsciente, el consciente y el inconsciente. La
teoría psicoanalíticade la mente consciente e inconsciente a menudo se explica utilizando
una metáfora del iceberg: El conocimiento consciente es la punta del iceberg, mientras que el
inconsciente está representado por el hielo oculto debajo de la superficie del agua.
¿Qué significan estas expresiones? ¿Qué ocurre exactamente en cada nivel de la conciencia?
Contenido [esconder]
1 La Mente según Freud
2 Los Tres niveles de la mente según Freud
3 La mente consciente
4 La mente preconsciente
5 La mente inconsciente
6 ¿En qué consisten el Ello, el Yo y el Superyó?
7 El Ello
8 El Yo
9 El Superyó
10 La interacción entre el Ello, el Yo y el Superyó
Muchos de nosotros hemos experimentado lo que comúnmente se conoce como un acto fallido.
Estos errores se cree que revelan pensamientos o sentimientos inconscientes. Por ejemplo:
Antonio acaba de comenzar una nueva relación con una mujer que conoció en el instituto.
Mientras hablaba con ella una tarde, accidentalmente la llama por el nombre de su ex-novia.
La visión psicoanalítica sostiene que hay fuerzas internas, inconscientes o fuera de nuestra
conciencia que dirigen de alguna forma nuestro comportamiento. Por ejemplo, un psicoanalista
podría decir que Antonio se expresó mal debido a los sentimientos no resueltos de su ex, o
quizás a causa de las dudas sobre su nueva relación.
La mente consciente
Incluye todo aquello de lo que somos conscientes. Este es el aspecto de nuestro proceso mental
que nos permite pensar y hablar de forma racional. A parte de esto, incluye nuestra memoria,
que no siempre es parte de la conciencia, pero se puede recuperar fácilmente en cualquier
momento y se pone en nuestro conocimiento. Freud llamó a esto el preconsciente.
La mente preconsciente
La mente inconsciente
Es donde guardamos nuestros sentimientos, pensamientos, impulsos y los recuerdos que se
encuentran fuera de nuestro conocimiento consciente. La mayor parte de los contenidos del
inconsciente, según Freud, son inaceptables o desagradables, como los sentimientos de dolor,
ansiedad o conflicto. Para él, el inconsciente puede influir en nuestra conducta y experiencia, a
pesar de que no somos conscientes de estas influencias subyacentes.
De este modo, Freud comparó estos tres niveles de la mente con un iceberg:
La punta del iceberg que se puede ver por encima del agua representa la mente
consciente.
La parte del iceberg que se sumerge debajo del agua, pero es aún visible es el
preconsciente.
El grueso del iceberg está oculto debajo de la línea de flotación y representa el
inconsciente.
Cada persona posee también una cierta cantidad de energía psicológica que forma las
tres estructuras básicas de la personalidad: el ello, el yo y el superyó. Estas tres estructuras
tienen funciones diferentes y actúan en distintos niveles de la mente.
Según Sigmund Freud, cada componente añade su propia contribución única a la personalidad
y los tres elementos trabajan juntos para formar comportamientos humanos complejos.
De acuerdo con esta la teoría, ciertos aspectos de nuestra personalidad son más primitivos y que
nos pueden presionar para actuar sobre nuestros impulsos más básicos. Otras partes de la
personalidad pueden lograr contrarrestar estos impulsos y se esfuerzan por hacer que se ajusten
a las exigencias de la realidad.
Vamos a ver cada una de estas partes clave de la personalidad, cómo funcionan de forma
individual y cómo interactúan.
El Ello
El ello es impulsado por el principio del placer, que se esfuerza por lograr la satisfacción
inmediata de todos los deseos, deseos y necesidades. Si estas necesidades no se satisfacen
inmediatamente, el resultado es un estado de ansiedad o tensión.
Por ejemplo, un aumento de la sed o el hambre debe producir un intento inmediato de comer o
beber.
El Ello es muy importante desde los momentos más tempranos de la vida, ya que asegura que
se satisfagan las necesidades de un bebé. Si el bebé tiene hambre o se siente incómodo, él o ella
van a llorar hasta que las demandas del Ello sean satisfechos.
Este tipo de comportamiento sería tanto perjudicial como socialmente inaceptable. Según
Freud, el Ello intenta resolver la tensión creada por el principio del placer a través del proceso
primario, que consiste en la formación de una imagen mental del objeto deseado como una
manera de satisfacer la necesidad.
El Yo
El Yo es el componente de la personalidad que se encarga de tratar con la realidad.
El Yo se desarrolla a partir del Ello y asegura que los impulsos del Ello puedan
expresarse de una manera aceptable en el mundo real.
Las funciones del Yo son utilizadas en el consciente, el preconsciente y el
inconsciente de la mente.
El Superyó
El ideal del Yo, que incluye las reglas y normas para el buen comportamiento.
Incluyen aquellos que son aprobados por las figuras de autoridad de los padres y
otros. Aquí se encontrarían los sentimientos de orgullo, valor y logro.
La conciencia, que incluye información acerca de las cosas que son consideradas
por los padres y la sociedad. Se trata de comportamientos que a menudo están
prohibidos y dan lugar a malas consecuencias, castigos o sentimientos de culpa y
remordimientos.
El Superyó actúa para perfeccionar y civilizar nuestro comportamiento. Trabaja para
suprimir todos los impulsos inaceptables del Ello y se esfuerza por hacer que los actos
de Yo se encuadren en las normas sociales, más que en principios realistas. El Superyó
está presente en el consciente, preconsciente e inconsciente.
Con tantas fuerzas en competencia, es fácil ver cómo podría surgir un conflicto entre el
Ello, el Yo y el Superyó. Freud utilizó el término fuerza del ego para referirse a la
capacidad del ego para funcionar a pesar de estas fuerzas en duelo. Una persona con
buena fuerza del Yo es capaz de gestionar eficazmente estas presiones, mientras que
aquellos con muy poca fuerza del Yo, pueden llegar a ser demasiado inflexibles
o antisociales.