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LOS LADRILLOS

A. Definición
Los ladrillos son pequeñas piezas cerámicas en forma de paralelepípedo,
formadas por tierras arcillosas, moldeadas, comprimidas y sometidas a una
cocción. Pueden utilizarse en toda clase de construcciones por ser su forma
regular y fácil su manejo (Moreno,1981).
Gallegos (2005); Hendry, Sinha y Davies (1997) definen al ladrillo como el
componente básico para la construcción de la albañilería y la construcción.
Schneider y Dickey (1980), Marotta (2005) y Somayaji (2001) lo definen como
una pequeña unidad de arcilla quemada para albañilería, de forma rectangular.
La Norma Técnica Peruana 331.017 (2003) denomina al ladrillo como la unidad
de albañilería fabricada con arcilla, esquisto arcilloso, o sustancias terrosas
similares de ocurrencia natural, conformada mediante moldeo, prensado o
extrusión y sometida a un tratamiento con calor a temperaturas elevadas
(quema).
El presente trabajo se refiere a las unidades prismáticas fabricadas con arcilla
y sometida a cocción con aplicaciones específicas en muros de albañilería.
B. Características de los ladrillos
El ladrillo está destinado principalmente a la construcción de muros, tabiques,
suelos, etc., por lo que debe ser invulnerable a los efectos de la intemperie, y
poseer suficiente resistencia a la compresión.
Del Río (1975), Moreno (1981), Somayaji (2001) y Gallegos (2005), coinciden
en que un ladrillo considerado como bueno, para muros de albañilería, debe
poseer las características generales siguientes: estar bien moldeado, lo que da
lugar a caras planas, ados paralelos y los bordes y ángulos agudos. Ser poroso,
sin exceso, para poder tomar bien el mortero, no contener sales solubles para
no propiciar la eflorescencia, poseer un sonido metálico al ser golpeado con un
martillo u otro objeto similar, puesto que cuando se da este sonido es una
muestra que el ladrillo está bien cocido y no tiene defectos como fisuras.
Así mismo debe contar con una geometría homogénea, compacta, luciente y
exenta de caliches, no debe estar demasiado cocido ya que produciría una
unidad de color violáceo o negruzco, con una estructura vitrificada y brillosa,
con deformaciones y grietas. Un ladrillo demasiado cocido es muy duro pero la
resistencia queda anulada por las fisuras. Tampoco debe estar poco cocido o
blando, pues podría desmoronarse fácilmente y daría un sonido sordo. En
resumen, las características físicas del ladrillo son que debe tener una buena
cocción, un color uniforme, un sonido claro y seco al ser golpeado.
El Reglamento Nacional de Edificaciones (Norma E.070 Albañilería) manifiesta
que el ladrillo no tendrá materias extrañas en sus superficies o en su interior,
tales como guijarros, conchuelas o nódulos de naturaleza calcárea. Además el
ladrillo estará bien cocido, tendrá un color uniforme y no presentará
vitrificaciones. No tendrá resquebrajaduras, fracturas, hendiduras o grietas u
otros defectos similares que degraden su durabilidad y/o resistencia. No tendrá
manchas o vetas blanquecinas de origen salitroso o de otro tipo.
Según la NTP 331.017, los ladrillos estarán libres de defectos, deficiencias y
tratamientos superficiales, incluyendo recubrimientos, que pudieran interferir
con la adecuada colación del ladrillo o perjudicar significativamente la
resistencia o el desempeño de la construcción.
C. Propiedades de los ladrillos
Las propiedades principales de las unidades de albañilería deben entenderse
en su relación con el producto terminado, que es la albañilería.
Se pueden dividir en dos categorías mayores:
 Propiedades físicas relacionadas a la estética del material:

 Color: Depende de su composición química de la materia prima y de la


intensidad del quemado. De todos los óxidos comúnmente encontrados
en las arcillas, el hierro tiene el mayor efecto sobre el color.
 Textura: Es el efecto en la superficie o la apariencia que presenta la
unidad como resultado de la forma de elaboración (Somayaji, 2001).
Algunas propiedades físicas y mecánicas de los ladrillos de arcillas son las
siguientes
 Relacionadas con la resistencia estructural:
 Resistencia a la compresión: Propiedad mecánica que le permite al ladrillo
soportar a compresión.
 Variabilidad dimensional con relación a la unidad nominal, o mejor con
relación a la unidad promedio y, principalmente, la variabilidad de la altura
de la unidad.
 Alabeos, medidos como concavidades o convexidades en las superficies
de asiento.
 Succión o velocidad inicial de absorción en la cara de asiento.

 Relacionadas con la durabilidad:

 Absorción: Propiedad física que hace referencia a la capacidad de retener


una sustancia (agua) en estado líquido.
 Resistencia a la congelación: Capacidad de los ladrillos de soportar bajas
temperaturas sin perder sus propiedades ni sufrir fracturas.
 Resistencia al fuego: Propiedad física de los ladrillos que consiste en
soportar altas temperaturas sin sufrir daños.
 Aislamiento térmico: Propiedad física que no permite la transferencia de
calor, ya que tiene una baja conductividad térmica.
D. Clasificación de los ladrillos
De acuerdo a sus propiedades, el Reglamento Nacional de Edificaciones,
clasifica al ladrillo en cinco tipos:
 Tipo I: Resistencia y durabilidad muy bajas. Apto para construcciones de
albañilería en condiciones de servicio con exigencias mínimas.
 Tipo II: Resistencia y durabilidad bajas. Apto para construcciones de
albañilería en condiciones de servicios moderadas.
 Tipo III: Resistencia y durabilidad media. Apto para construcciones de
albañilería de uso general.
 Tipo IV: Resistencia y durabilidad altas. Apto para construcciones de
albañilería en condiciones de servicio rigurosas.
 Tipo V: Resistencia y durabilidad muy altas. Apto para construcciones de
albañilería en condiciones de servicio particularmente rigurosas.
La Norma Técnica Peruana 331.017 (2003), clasifica a los ladrillos de arcilla, en
cuatro tipos, tal como sigue:
 Tipo 21: Para uso donde se requiera alta resistencia a la compresión y
resistencia a la penetración de la humedad y a la acción severa del frío.
 Tipo 17: Para uso general donde se requiere moderada resistencia a la
compresión y resistencia a la acción del frío y a la penetración de la
humedad.
 Tipo 14: Para uso general donde se requiere moderada resistencia a la
compresión.
 Tipo 10: Para uso general donde se requiere moderada resistencia a la
compresión.

E. Tipos de proceso de fabricación


La producción de ladrillos puede llevarse a cabo de tres formas, de acuerdo a la
Norma
 Técnica Peruana:
 Artesanal: Ladrillo fabricado con procedimientos predominantemente
manuales. El amasado o moldeado es hecho a mano. El ladrillo producido
artesanalmente se caracteriza por variaciones de unidad a unidad.
 Semi-Industrial: Es el ladrillo fabricado con procedimientos manuales,
donde el proceso de moldeado se realiza con maquinaria elemental que
en ciertos casos extruye, a baja presión, la pasta de arcilla. El ladrillo semi-
industrial se caracteriza por presentar una superficie lisa.
 Industrial: Es el ladrillo fabricado con maquinaria que amasa, moldea y
prensa o extruye la pasta de arcilla. El ladrillo producido industrialmente
se caracteriza por su uniformidad.
Las formas de producción artesanal y semi-industrial, tienen los mismos pasos
o secuencias, únicamente variando en los instrumentos, métodos y
herramientas utilizadas para la producción. La principal variación se da en el
proceso de moldeado, como ya se explicó en la definición, para el ladrillo semi-
industrial se utiliza maquinaria que extruye la pasta de arcilla, por lo que se
obtienen unidades de superficie lisa.
El proceso industrial se diferencia de los dos primeros procesos de fabricación
no solo en la utilización de maquinaria para el proceso de moldeado sino en el
empleo de hornos más sofisticados para la fase de cocción. En estos hornos se
lleva un control de temperatura, logrando una mayor eficiencia en la producción
de unidades de arcilla con una mejor calidad final.
F. Fabricación
Los pasos básicos para la producción de ladrillos son:
 Selección y preparación de la mezcla
Etapa muy importante de la fabricación. De la fineza de la pasta depende en
gran parte que el producto sea bien logrado (aspecto, resistencia, etc.).
Los depósitos de arcilla se encuentran al pie de colinas o en tierras agrícolas
cercanas a ríos. Los criterios para seleccionar una localización adecuada son
la calidad de la arcilla, disponibilidad a nivel superficial y la cercanía de una vía
transitable.
La excavación manual en plantas de pequeña y mediana escala generalmente
se realiza a una profundidad menor de dos metros. Para plantas de fabricación
de ladrillos a gran escala se necesitan medios mecánicos como dragaminas y
excavadoras de cucharas de diferentes tipos. Estos métodos requieren
proporcionalmente menos área de excavación, pero hacen cortes profundos
en el paisaje.
La arcilla debe someterse a ciertos tratamientos de trituración,
homogenización y reposo en acopio, para obtener una adecuada consistencia
y uniformidad de las características mecánicas y químicas. La exposición a la
acción atmosférica (aire, lluvia, sol, etc.) favorece además a la descomposición
de la materia orgánica que puede estar presente y permite la purificación
química del material.
La principal dificultad inherente a la fabricación consiste en la elección de una
mezcla de diferentes arcillas. Así por ejemplo con aquellas que son muy grasas
se les mezclará con materiales desgrasantes como la arena (Robusté, 1969).
El porcentaje de agua utilizada para la mezcla es aproximadamente del 25%
del total.
 Moldeado
En esta etapa, se le da a la arcilla la forma que las unidades de albañilería
deberán tener después de la cocción. El proceso de moldeado se puede
realizar a mano o empleando máquinas.
El proceso de moldeado en la producción de ladrillo artesanal únicamente
consiste en llenar las gaveras o moldes vaciando la mezcla dentro de ellas,
compactándola con las manos y después alisándola con un rasero, que es un
palo cilíndrico que se usa para quitar la parte que excede de una medida
determinada (Rhodes, 1990).
La fabricación mecánica puede ser mediante una máquina que se conoce
como galletera de hélice o mediante una prensa de vacío (Moreno, 1981).
La galletera de hélice consiste en un cilindro horizontal, dentro del cual gira un
eje guarnecido con una hélice que impulsa la pasta y la obliga a salir por una
boquilla (ver Figura 1)

Figura 1: Galletera de Hélice (Moreno, 1981)


La boquilla, cuya misión es darle forma al ladrillo, consiste en una pieza de
madera sujetada con tornillos a una gruesa placa rectangular de fundición
llamado portaboquillas (ver Figura 1.4). El portaboquillas es el que recoge la
arcilla y la hace compacta antes de llegar a la boquilla.
Actualmente se usan galleteras de vacío, también conocidas como Prensas de
Vacío, que tienen la ventaja de que al momento de realizar el moldeado
consiguen una homogenización de la arcilla y eliminación del aire, como la que
se muestra en la Figura (Moreno, 1981).

Figura 2: Prensa de Vacío (Moreno, 1981)


 Secado
El proceso de secado consiste en el desprendimiento del agua unida
físicamente a la pasta.
Dentro del proceso de secado hay un proceso conocido como pre-secado, el
cual consiste en dejar durante un tiempo el ladrillo recién moldeado en el
mismo lugar donde fue hecho para que pierda humedad y sea posible su
manipulación.
En el proceso de secado se involucran dos fenómenos físicos: Transferencia
de calor y Transferencia de masa. La transferencia de calor se da cuando el
ladrillo y el ambiente encuentran un equilibrio térmico, del cual dependerá en
parte la velocidad de difusión del agua presente en la arcilla. El fenómeno de
transferencia de masa se da siempre y cuando exista un gradiente de
humedad entre el ambiente y la arcilla, ya que se produce cuando el vapor de
agua se difunde a través de los poros de la matriz arcillosa. El tiempo de
secado dependerá de la velocidad de difusión, misma que está en función del
tamaño, longitud y forma del poro de la arcilla (Rhodes, 1990).
El secado puede ser natural o artificial. En el primer caso el secado está
condicionado a las características climáticas de la región y algunas veces el
lugar de secado es colocado sobre los hornos para que de esta manera se
pueda recuperar algo de la energía perdida a través de la bóveda del horno.
En el caso de secado artificial, este proceso es acelerado por
acondicionamiento del aire.
Existen muchos tipos de secadores artificiales pero los más conocidos son los
de cámara y los de túnel. Los productos a secar son llevados por medio de
pequeñas vagonetas en donde son sometidos a un proceso de secado
regulado al contenido de agua de los productos. El aire caliente utilizado para
el secado proviene de máquinas especiales que algunas veces aprovechan el
calor de los hornos cuando éstos están en proceso de enfriamiento.
El secado de los ladrillos es una de las partes más delicadas de la fabricación,
pues un secado muy rápido puede rajarlos y un secado incompleto puede
impedir el buen cocimiento (Robusté, 1969).

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