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LEY DEL ARREPENTIDO-COLABORADOR Nº 27304 Y

SU CORRELATO EN EL NUEVO CÓDIGO PROCESAL


PENAL FEDERAL ARGENTINO.

AUTORES. HUGO DANIEL GURRUCHAGA Y BÁRBARA INÉS GURRUCHAGA.

Análisis del nuevo instituto, antecedentes nacionales e internacionales,


fundamentos y legitimidad constitucionales, naturaleza jurídica,
requisitos y criterios de aplicación, formalidades del acuerdo,
homologación, ponderación en la sentencia, medidas de confirmación, el
nuevo tipo penal del Art 276 bis del C. P., exclusiones, medidas de
protección, etc.
Correlato normativo en el nuevo Código Procesal Penal Federal, según el
texto ordenado por el decreto 118/19 del PEN.

La ley 27304 ha establecido y sistematizado un instituto que prevé


la posibilidad de disminución de pena para los partícipes o autores de
delitos contemplados en la referida norma que permitan coadyuvar en el
desarrollo y avance de la investigación en las causas penales
contempladas en dicha ley. Ello así, a través de la modificación del Art. 41
ter del Código Penal. Se lo conoce, desde la perspectiva local, como
regulación especial para el imputado arrepentido o colaborador con la
pesquisa.
En el ámbito doctrinario global, se identifica a este instituto como
derecho penal "premial", con fundamento en que se determina una
normativa específica en el marco del derecho de fondo, por la que se
otorga un beneficio de rebaja de pena al imputado que colabora con la
investigación.
Dos suelen ser los modelos básicos que regulan esa normativa
especial.
En el primero, el arrepentido-colaborador interviene como testigo
en el juicio oral y por ello se le concede una inmunidad que le permite
dejar de ser imputado (grant of immunity). Es más propio de los países
anglosajones, aunque también aparece en Polonia.
En el segundo, el imputado interviene en la etapa de instrucción,
colaborando con el aporte de información y con el descubrimiento de los
culpables. El beneficio puede ser la exención o la rebaja de pena.
La ley argentina en estudio ha optado por el segundo sistema y ha
previsto únicamente la disminución de la sanción, mas no su remisión
total.
Sobre el término "arrepentido", cabe hacer una acotación.
Arrepentirse significa, para la Real Academia Española, lamentar haber
hecho o dejado de hacer algo. Es cierto que, al algunas ocasiones, quien
confiesa un hecho o aporta datos de interés procesal sobre él, lo hace más
por una conveniencia procesal que por la razón señalada. Pero también es
verdad que el Art. 5 inc. e in fine de la ley se refiere a quien se arrepintiere
en primer término y que la jurisprudencia argentina, ha considerado a la
confesión como indicio de arrepentimiento.
De modo que mantendremos la denominación del encabezamiento
sin innovar al respecto. Máxime cuando nos referimos conjuntamente al
arrepentido-colaborador.

La disposición legal sustituida.


La norma derogada contenía ya previsiones análogas en punto a la
posibilidad de disminución de pena conforme a los parámetros
contemplados para la tentativa, esto es reducción de un tercio del máximo
de la escala a la mitad del mínimo para los delitos previstos en los
artículos 142 bis, 145 bis, 145 ter y 170 del Código Penal respecto de los
partícipes o encubridores que, durante la sustanciación del proceso o
antes de su iniciación, proporcionen información que permita conocer el
lugar donde la víctima se encuentra privada de su libertad, o la identidad
de otros partícipes o encubridores del hecho, o cualquier otro dato que
posibilite su esclarecimiento. Lo que terminaba fijando la escala entre dos
tercios del máximo y la mitad del mínimo, según los lineamientos que se
han marcado a partir del plenario Villarino del 21-4-94 de la CNPC, -en
consonancia con lo que ya había dispuesto respecto del conato, el
plenario Luna del 19-2-93 de la C.C.C. dentro de la jurisdicción local-.

La nueva normativa de la ley 27304.


Las disposiciones legales impuestas en la ley de referencia
establecen que las escalas penales podrán reducirse a las de la tentativa
respecto de los partícipes o autores por algún delito de los detallados a
continuación, cuando durante la sustanciación del proceso del que sean
parte, brinden información o datos precisos, comprobables y verosímiles.

El proceso sobre el cual se aporten datos o información deberá


estar vinculado con alguno de los hechos ilícitos que se consignan
seguidamente:
a) Delitos de producción, tráfico, transporte, siembra, almacenamiento y
comercialización de estupefacientes, precursores químicos o cualquier
otra materia prima para su producción o fabricación previstos en la ley
23.737 o la que en el futuro la reemplace, y la organización y financiación
de dichos delitos;

b) Delitos previstos en la sección XII, título I del Código Aduanero;

c) Todos los casos en los que sea aplicable el artículo 41 quinquies del
Código Penal;

d) Delitos previstos en los artículos 125, 125 bis, 126, 127 y 128 del Código
Penal;

e) Delitos previstos en los artículos 142 bis, 142 ter y 170 del Código Penal;

f) Delitos previstos en los artículos 145 bis y 145 ter del Código Penal;

g) Delitos cometidos en los términos de los artículos 210 y 210 bis del
Código Penal;

h) Delitos previstos en los capítulos VI, VII, VIII, IX, IX bis y X del título XI y
en el inciso 5 del artículo 174, del Código Penal;
i) Delitos previstos en el título XIII, del libro segundo, del Código Penal.
Esto es: Art. 5° de la Ley 23.737; Contrabando; Terrorismo; Corrupción de
Menores; Prostitución de Personas y su explotación económica;
producción, financiación, ofrecimiento, comercio, publicación, facilitación,
divulgación o distribución, por cualquier medio, de toda representación de
un menor de dieciocho (18) años dedicado a actividades sexuales
explícitas o toda representación de sus partes genitales con fines
predominantemente sexuales, al igual que el que organizare espectáculos
en vivo de representaciones sexuales explícitas en que participaren dichos
menores, el que a sabiendas tuviere en su poder representaciones de las
descriptas en el párrafo anterior, ya sea con o sin fines de distribución o
comercialización; Privación ilegal de la libertad coactiva; Desaparición
forzada de personas; Secuestro Extorsivo; Trata de personas; Fraude en
perjuicio de alguna administración pública; Cohecho y tráfico de
influencias, Malversación de caudales públicos, Negociaciones
incompatibles con el ejercicio de funciones públicas, Exacciones ilegales,
Enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados , Prevaricato;
Asociación Ilícita y Delitos contra el Orden Económico y Financiero.

Correlato normativo con el nuevo Código Procesal Penal Federal, según


el texto ordenado del decreto 118/19 del PEN.

La ley que estamos comentando contiene disposiciones de derecho


de fondo y de derecho procesal.
Las disposiciones de derecho material han modificado el Código
Penal.
La normativa procesal de la ley en análisis, ha sido esencialmente
incorporada al nuevo Código Procesal Penal Federal, -en adelante C.P.P.F-
con muy pequeñas modificaciones, para adaptar el texto al nuevo
procedimiento. Dicho código procesal va entrando progresivamente en
vigencia en distintas regiones del país, comenzando por Salta y Jujuy y
luego se irá extendiendo a otras regiones. En las zonas en que todavía no
está vigente el nuevo código de forma federal, rige entonces plenamente
la normativa de la ley 27304, incluso en las disposiciones rituales.
Ahora bien, el libro Cuarto del C.P.P.F. concierne a medios de
prueba. Así, el Título VII de dicho libro, se refiere a los Acuerdos de
Colaboración- Arts. 195 a 208-.
De modo que el Art. 195 del nuevo código de forma, replica en lo
esencial al Art. 1 de la ley 27304 respecto de los delitos en los que resulta
aplicable, esto es, con remisión a lo establecido en el Art. 41 ter del Código
Penal.
El Art. 197 del C.P.P.F. se vincula al Art. 3 de la ley 27304, aunque
aclara que el acuerdo debe celebrarse antes de la audiencia de control de
la acusación.
El Art. 198 del C.P.P.F. se relaciona con el 4 de la ley, pero utiliza la
terminología de cese de los medidas de coerción privativas de la libertad
que es más afín al nuevo código de forma.
El Art. 199 se vincula con el Art. 7 de la ley 27304. El 200 con el 8, el
201 con el 9, el 202 con el 10. El 203 con el 11, el 204 con el 12. El 205 se
relaciona con el 13 de la ley, aunque menciona que es el Ministerio
Público Fiscal el que deberá corroborar el cumplimiento de las
obligaciones asumidas por el imputado y la verosimilitud y utilidad total o
parcial, de la información que hubiera proporcionado, lo que resulta
compatible con el sistema acusatorio del nuevo código de rito.
El Art. 206 se vincula con el Art. 6 de la ley. El 207 con el 5, y el 208
con el 15 de la ley 27304.
Por otra parte, es conveniente realizar la siguiente aclaración. El
nuevo C.P.P.F. considera al acuerdo de colaboración, según su ubicación
sistemática, como un medio de prueba. Pero NO una técnica especial de
investigación de las que se consignan en el Título VI - Arts. 182 a 194-. Es
por ello que la enumeración de delitos que se realiza en el Art. 182 del
nuevo código de forma, no aplica al caso de los acuerdos de colaboración,
que tienen su previsión específica en el Art. 195. Esta aclaración resulta
importante porque si bien algunos delitos relativos a dichas técnicas
especiales, son coincidentes con los rigen para los acuerdos de
colaboración, otros no lo son.
De manera que el agente encubierto, el agente revelador, el
informante, la entrega vigilada, etc., que sí son procedimientos especiales
de investigación, se aplicarán exclusivamente para los delitos
contemplados en el Art. 182 del C.P.P.F.
En cambio, el acuerdo de colaboración procede en los casos
previstos en el Art. 195 del C.P.P.F. , esto es, en los supuestos
mencionados en el Art 41 ter del Código Penal, según lo establecido por el
Art. 1 de la ley 27304.

Antecedentes históricos nacionales.


En lo concerniente a legislación, además de los precedentes que
deroga la ley en análisis en su Art. 17, podemos citar como antecedente
normativo, el Art. 217 del Código Penal que establece que: quedará
eximido de pena el que revelare la conspiración a la autoridad, antes de
haberse comenzado el procedimiento. Ello en relación con la conspiración
para realizar traición a la patria. También cabe mencionar el instituto del
juicio abreviado contemplado en el Art 431 bis del C.P.P.N, que tiene
como expreso requisito la conformidad del inculpado, asistido por su
defensor, sobre la existencia del hecho y su participación en él, conforme
lo descripto en el requerimiento de elevación a juicio, con la finalidad de
acordar la pena con el fiscal.
La derogada ley 13985 sobre espionaje y sabotaje contra la nación,
también establecía en su Art. 14 una exención de responsabilidad penal
para quien denunciara los hechos antes de haberse consumado.
En el plano doctrinario, desde hace tiempo hemos sostenido que un
sistema penal que premiara o fuera más indulgente con quien mentía en
la indagatoria y más riguroso con quien confesaba diciendo la verdad, no
sólo era injusto con quien admitía su intervención en un hecho delictivo
en comparación con quien resultaba falaz. Sino que violaba un principio
ético esencial del sistema jurídico. En tanto fomentaba la mentira como
conveniencia procesal -al darle la oportunidad de evitar la condena
mediante su negativa falaz- y castigaba la confesión verdadera al colocar a
quien admitía su culpa, en una situación más desfavorable que quien
mentía. Obviamente, fuera de esa consideración quedaba el inocente que
decía la verdad.
Así lo expusimos en el año 1985en la publicación "La ética y la
confesión en el procedimiento penal" LA LEY, 1985 -D Sec. Doctrina p
1180/1182. Allí propusimos la disminución de la escala penal para casos
de confesión sincera. Dicho trabajo fue receptado favorablemente muchos
años después por la Comisión de Legislación Penal de la H. Cámara de
Diputados de la Nación, para legislar la instauración del juicio abreviado,
actualmente en vigencia.
Recientemente la CSJN, que tuvimos el honor de integrar en
subrogancia para ese caso, sostuvo que la Constitución Nacional está
inspirada esencialmente en una concepción ética(CSJN, 793/2012 48-B/
CS1, caso Boggiano A. contra Estado Nacional, resuelta el 16 de marzo de
2016, voto de la mayoría, considerando 7). Obviamente, agregamos ahora,
esa misma concepción ética se traslada entonces a la totalidad del
ordenamiento jurídico.
En ese marco, es legítimo que como beneficio de sustento ético y a
la vez de utilidad procesal, sea aplicable el principio de que quien confiesa
diciendo la verdad y realiza aportes trascendentes, pueda tener un
tratamiento procesal y respuesta punitiva, diferentes, en comparación con
el imputado que miente en la declaración o simplemente no colabora en
la investigación.

Antecedentes extranjeros.
En el ámbito del derecho europeo continental, podemos mencionar
que el instituto aparece en el ordenamiento italiano en el ámbito de la ley
relativa al terrorismo -en el auge de las llamadas Brigadas Rojas-, en
relación con el tráfico de estupefacientes y la asociación ilícita vinculada a
dicho comercio, y en el marco de la ley relativa a las organizaciones de
tipo mafioso.
En el derecho alemán, se contempla para la pertenencia a una
asociación criminal, en la medida en que el autor revele voluntariamente
delitos cuya planificación conozca y todavía puedan ser evitados, o se
esfuerce en impedir la continuación de la asociación o la comisión de
alguno de los delitos que constituyen su objeto. En ese contexto, se
faculta al juez a reducir la sanción o incluso prescindir de ella.
En el francés, se contempla también para lo que se denomina
pertenencia a una asociación de malhechores y funciona como una excusa
absolutoria fundada en el arrepentimiento activo.
En el español, se prevé el instituto para supuestos de narcotráfico y
de terrorismo.
Ahora bien, en el derecho latinoamericano, la legislación brasileña
sancionada en el año 2013 -que luego comentaremos- ha tenido una
enorme trascendencia político-jurídico-institucional.
En ese marco, la policía federal brasileña inició hacia el año 2014
una investigación en una estación de servicio y lavado de autos -lava jato o
lavado jet de carros en portugués- que fue la punta del iceberg de una
pesquisa que puso al descubierto una enorme red de lavado de dinero que
luego vincularía a la empresa Petrobras y a la constructora Odebrecht con
funcionarios políticos de alto nivel. La red así descubierta, vinculó también
a muchos diputados y ex gobernadores de Brasil y a múltiples funcionarios
de otros países de América Latina. Los investigadores entendieron que
empresarios de la firma Petrobras, que había crecido mucho por los altos
precios internacionales del petróleo, y de otras sociedades comerciales,
habrían abonado en forma ilegal sumas de dinero a funcionarios públicos
para obtener contratos con el estado y otras formas de beneficio ilegal.
Los acuerdos realizados en el marco de la nueva ley brasileña, con
funcionarios de Odebrecht y de otras empresas, a la luz de la ley relativa a
organizaciones criminales y colaboración premiada, permitieron un gran
avance en las investigaciones.
A continuación, una breve síntesis de la normativa brasileña en esta
cuestión. La ley de ese país habilita al juez, a requerimiento de partes, a
conceder el perdón judicial, reducir en hasta dos tercios la pena privativa
de libertad o sustituirla por restricciones de derechos a aquél que presta
colaboración efectiva y voluntaria con la pesquisa en el proceso penal,
siempre que dicha colaboración permita los resultados que marca la ley.
Ellos son identificar a los demás coautores o partícipes de la organización
criminal, revelar la estructura jerárquica o la división de tareas, prevenir
delitos relacionados, recuperar total o parcialmente el producto o
provecho del delito, o localizar a la eventual víctima siempre que ella
tenga preservada su integridad física.
Si la colaboración fuera prestada con posterioridad a la sentencia, la
pena podrá ser reducida a la mitad.
El juez no participará en las negociaciones realizadas entre las
partes para formalizar el acuerdo de colaboración. El acuerdo se realizará
entre la policía o el representante del Ministerio Fiscal, por una parte, y el
investigado o su defensor, por la otra.

Fundamentos constitucionales.
En primer lugar debemos señalar que la Carta Magna en modo
alguno impide la confesión en un proceso penal. Lo que la C.N. veda
enfáticamente es la coerción o tortura o incluso engaño para obtener la
confesión. En efecto, establece el Art. 18 que nadie será “obligado” a
declarar contra sí mismo. A fin de aclarar puntualmente este aspecto, ha
sostenido reiteradamente la Cámara Federal de Apelaciones de San
Martín, Sala II, que lo prohibido por la Ley Fundamental es compeler física
o moralmente a una persona a confesar un delito con el fin de obtener
comunicaciones o expresiones verbales que deberían provenir de su libre
voluntad -causa 7231, Buldine, Mas y otros, de la Sec. Penal 4 resuelta el
23 de agosto de 2017, entre muchas otras-. Con muy buen criterio la CSJN
ha sostenido que tal cláusula constitucional importa también la exclusión
de la prueba obtenida bajo apremios o en forma ilegal, al igual que la veda
en el uso de los medios de juicio que deriven de esa prueba ilegítima. -
conf. C.S.J.N. en la muy citada jurisprudencia Charles Hermanos,
Montenegro, Rayford, Daray etc.-. Tal doctrina es conocida como el fruto
del árbol venenoso.
En esa misma línea ético-legal, ya la Asamblea del año 13 había
abolido toda forma de tortura y de tormento a los presos, que
obviamente, entre otras cosas, se aplicaban para obtener la confesión del
imputado.
Ahora bien, las previsiones, fundamentos y motivaciones que
llevaran a la sanción del instituto en análisis, incluyen también otros fines
procesales como el avance de la investigación, el descubrimiento y
detección de otros culpables, la ubicación de víctimas escondidas, la
posible incautación del producto del hecho, la cesación del delito ya
iniciado, etc.
En el contexto descripto, entendemos que, en el instituto bajo
análisis, la confesión que aporte elementos de juicio de interés para la
causa, en un acuerdo firmado por el imputado y con la asistencia del
defensor, que debe ser luego evaluado y homologado por el juez de la
causa, no contraría lo dispuesto por el Art. 18 de la Carta Magna, en la
medida en que haya mediado discernimiento, intención y libertad de
realizar el acto. En todo caso, el decisorio de homologación judicial debe
ponderar esos aspectos y considerar si hay objeciones de coerción. Más
allá de las otros tópicos que debe evaluar. Puesto que la homologación
constituye un acto jurisdiccional de control de legalidad constitucional e
infra constitucional. De forma tal que es requisito especial para la
convalidación, claro está, que el acto haya sido voluntario -Art. 10 de la
ley-
Las cuestiones relativas al mérito y conveniencia de la confesión, los
motivos personales y procesales para hacerla y aportar información y sus
consecuencias, quedan en realidad en la ponderación del imputado y del
defensor y son ajenas a las consideraciones judiciales para la
homologación y la valoración del acto. En ese marco de libertad de
elección del inculpado y su defensor, se encuentran también la evaluación
de la incidencia sobre la eventual pena y su forma de cumplimiento, la
posibilidad de obtener o no la libertad procesal, los riesgos que se corren
respecto de otros imputados que se inculpan, las consecuencias
procesales y penales de mentir en la indagatoria, etc.
En todo caso, debe consignarse que la C.N. garantiza que la
confesión debe ser libre, pero no apaña el derecho a mentir en la
declaración como una garantía procesal supra legal, ni mucho menos
asegura beneficios para quienes son falaces en ese acto o esconden
información trascendente para la investigación.
La búsqueda de la verdad es un principio básico relativo a los fines
del proceso (en esa línea, José I. Cafferata Nores, la excarcelación, T 1 pag.
24, 2 edición ed. Depalma) que va en consonancia con el principio ético
constitucional antes enunciado en el fallo citado de la C.S.J.N. En ese
marco, el derecho infra constitucional, está habilitado para otorgar
beneficios a un imputado colaborador, siempre que se pronuncie con la
verdad. Y también a prever una sanción adicional para quien pretende
acogerse al beneficio pero en realidad miente, con lo cual su conducta
genera un enorme daño procesal sobre la investigación y potencialmente
para otros inculpados. De modo que es legítimo que su accionar
mentiroso resulte típico de nuevo delito -cuando pudo haber elegido
callar sin sanción alguna-. Máxime cuando el imputado tomó junto a su
defensor la decisión de aportar información de interés, a sabiendas de las
consecuencias legales de beneficio o perjuicio, que ello podría acarrearle.
De manera que la previsión de pérdida de beneficio para el mentiroso que
pudo haber guardado silencio, y de tipificación de nuevo delito, consulta
también adecuadamente los principios constitucionales y éticos
enunciados.
Ahora bien, cabe abordar los posibles cuestionamientos prácticos
que podría merecer el instituto para aquellos casos en que la disminución
a la pena de la tentativa podría tener incidencia en la excarcelación o
exención de prisión. En especial, si se trata de un acto obrado libremente
aquél que se realiza para obtener un beneficio de libertad procesal, o de
sanción no efectiva al término del juicio. Al respecto, entendemos que si el
acto de acuerdo ha sido obrado, como corresponde, esto es libremente,
bajo asistencia de letrado de confianza, con pleno conocimiento de las
consecuencias procesales, y pasa luego el control legal de homologación
en la forma pertinente -que debe ponderar el cumplimiento del Art 18 de
la C.N., en particular si hubiera objeción del confesante o su letrado al
respecto-; en esas condiciones el acto queda legitimado desde la órbita
constitucional.
Distintos y de menor entidad, serían los cuestionamientos de esa
índole que podría merecer por parte de la defensa de otro hipotético
inculpado B, la confesión del imputado A que incrimina a su vez a B.
Porque no es el tercero imputado B el que debe garantizar la libertad de la
declaración de A, si no ha habido objeciones en ese sentido por parte a A y
su defensa. Pues no es la asistencia letrada de B la que debe custodiar los
derechos constitucionales de A. Máxime cuando resulta evidente que su
interés no radica en defender las garantías de un tercero, sino en
desmerecer, del modo que le resulte factible, el de su propio asistido. En
tal caso, tales eventuales observaciones deben ponderarse por la vía de la
acreditación o no de verdad. Lo cual remite exclusivamente a las
consideraciones generales de valoración de la prueba.
Pues no debe confundirse la inconveniencia que le genere a B las
imputaciones de A, con que se hayan vulnerado los derechos
constitucionales de A.
En suma, la tensión que se genera por un lado, entre el derecho a
conocer la verdad en el contexto de la cláusula operativa del preámbulo
de "afianzar la justicia", y por otro, las disposiciones del Art. 18 de la C.N. -
defensa en juicio y debido proceso-, se resuelve a nuestro juicio con
sustento fáctico en el acogimiento voluntario y libre a un régimen cuya
naturaleza y consecuencias se conoce, bajo el resguardo de asistencia de
la defensa.
En esta misma línea de convalidación de la constitucionalidad del
instituto en análisis, se ha pronunciado recientemente la Cámara Federal
de Apelaciones de Capital, al rechazar el planteo de inconstitucionalidad
deducido por la defensa, y sostener en el plano fáctico que el imputado
conocía las disposiciones legales y las consecuencias de sus
manifestaciones, cuando se le hicieron saber en presencia de su defensor.
De modo que en ese contexto, no hay coerción ni engaño porque las
reglas están claras desde un principio y quien se acoge al mecanismo que
prevé la ley las conoce cuando voluntariamente elige ese camino. De
forma tal que no resulta obligado ni normativamente ni físicamente a
transmitir información útil...es el imputado y su abogado quienes deberán
calcular cuáles son las consecuencias más ventajosas para sus intereses.
Por lo que la ley en cuestión no puede considerarse inconstitucional bajo
el argumento de que atente contra el derecho de defensa en juicio o
contra la prohibición de la autoincriminación forzada. -Cámara Nacional
en lo Criminal y Correccional Federal, Sala II, c. Valiente, Juan
CCC13669/2018/1/CA1, resuelta el 5 de octubre de 2018-.

Naturaleza jurídica.
En el marco de lo que en doctrina se conoce como derecho
"premial", se trata de un beneficio de reducción de pena, que tiene
naturaleza de derecho material, en tanto fija una escala penal distinta,
atenuada. A la par que obviamente, está contemplado en el código de
fondo. Ello, más allá de que especifica momentos y particularidades
procesales para su operatividad. Por lo demás, la referencia normativa
sobre que se trata de un beneficio, surge reiteradamente en los Arts. 1, 2,
5, 7 c, y 11 de la ley.
Ello significa que es necesario un aporte verídico y trascendente por
parte del colaborador, que se retribuye o premia con la disminución de
pena. De modo que se trata de una ganancia que se obtiene como
consecuencia de un acto libre y propio. Obsérvese que la ley no habilita la
exención de sanción, lo que por una parte sostiene claramente el principio
ético del instituto, y por otra indica que el sujeto no se trata de un mero
delator, sino de un arrepentido colaborador que mantiene su
responsabilidad penal.
En otro orden de cosas, la invitación a las provincias que se realiza
en el Art 18 de la ley, es al solo efecto de adoptar las normas procesales
concordantes, si fuere menester. Pero no quita plena operatividad a las
demás regulaciones de la ley, tales como requisitos, reducción de pena,
sanción en caso de desvío de la investigación. Incluso también es aplicable
en las distintas jurisdicciones territoriales, el momento procesal
contemplado en la ley, en caso de que resulte compatible.
Adviértase que no es el único instituto de derecho de fondo que
contiene menciones procesales. También por ej. la prescripción, la
suspensión del juicio a prueba etc.

Requisito subjetivo.
El beneficiario debe ser parte. Esto implica que sea o pueda ser
imputado en la causa. Tanto como autor, coautor, partícipe primario,
secundario, instigador o encubridor, puesto que la mención legal de
partícipe implica un término genérico y amplio, a la par que el encubridor
también es “parte” en el proceso en calidad de imputado. De modo que
no pueden ser beneficiarios los testigos, peritos, ni personas totalmente
ajenas al proceso. Pero no es preciso que el inculpado ya esté legitimado
pasivamente. Puede presentarse en forma espontánea -por ej. en los
términos del Art. 279 del C.P.P.N- y quedar como imputado a partir de su
declaración y aporte.
Requisitos objetivos.
Primero. Temporal. Durante la sustanciación del proceso. Esto es
desde la denuncia, iniciación de oficio, prevención, desprendimiento de
otra causa, etc. El límite temporal es el auto de elevación a juicio en el
actual procedimiento nacional, o cierre de la investigación preparatoria o
acto procesal equivalente en los procedimientos provinciales. En el actual
sistema de rito federal, los pasos procesales serían los siguientes: luego
del procesamiento firme, el juez, si estima que no hay medidas pendientes
de investigación, corre vista a la querella y al fiscal. Cumplido el
requerimiento de elevación se corre traslado a la defensa para que, si lo
estima pertinente, se oponga a la elevación a juicio. Si no contesta, o si se
opone sin fundamentos atendibles, el juez dicta el auto de elevación a
juicio. Y se termina allí la oportunidad de acogerse a los beneficios de la
ley. Cualquier confesión posterior o aporte de información también son
válidos. Pero debe ser atendida dentro de la escala penal original, sin la
disminución de la tentativa.
En cuanto a la normativa específica del nuevo C.P.P.F. sobre el límite
temporal, ya lo hemos referido anteriormente.
Ahora bien, el tiempo que establece la ley es razonable. En primer
lugar, porque es preciso realizar las medidas instructorias de verificación,
antes del cierre de la pesquisa. En segundo término, para evitar que se
utilice un supuesto aporte para dilatar el trámite de la causa.
Aunque debe también recordarse que para el otorgamiento del
beneficio, tendrá prioridad el arrepentimiento más temprano.-Art 5 inc e.
de la ley-.
Segundo. Contenido del aporte. El imputado arrepentido debe
brindar información o datos precisos, comprobables y verosímiles. Ello
excluye la información genérica, vaga, sin incorporar circunstancias de
modo, tiempo y lugar, y de personas, en tanto sea posible en el caso
concreto. Los datos deben ser creíbles y factibles conforme a la
experiencia y el orden habitual de las cosas; así sería desechable por
inverosímil por ejemplo, la alegación de que la droga la trajo o el
secuestro extorsivo lo realizó un marciano que venía en un plato volador.
En la misma línea, en efecto, es exigible que lo aportado sea comprobable.
Esto es que pueda ser demostrado también por otro medio, además de la
confesión. Así, cuanto más precisa y circunstanciada sea la información
incluso con aporte directo de prueba o del modo de conseguirla, mayores
serán las posibilidades de lograr la homologación y obtener finalmente el
beneficio de reducción de pena en la sentencia, amén de otros beneficios
procesales. La comprobación puede obtenerse por cualquier otro medio
legal, de cualquier índole, testimonial, pericial, documental, otra confesión
o manifestación de alguien que sea o no arrepentido, indiciaria, registro
domiciliario, secuestro de efectos, inspección ocular, escucha telefónica
dispuesta por autoridad competente, etc.
Este requisito se complementa con lo establecido en el Art. 15, en
tanto sostiene que la sentencia condenatoria no podrá fundarse
exclusivamente en la confesión del arrepentido. De modo que la
comprobación quedará sujeta a las reglas generales de ponderación
probatoria judicial.
Todo lo expuesto le otorga seriedad al instituto en análisis en pos de
evitar incriminaciones falsas y caprichosas a terceros para obtener propia
indulgencia. A lo que se suma lo dispuesto en el Art. 2, que incorpora
como nuevo delito Art 276 bis del C.P., conminado con pena de 4 a 10
años de prisión y con la pérdida del beneficio, a la declaración del
arrepentido que proporcionare maliciosamente información falsa o datos
inexactos.
Son también requisitos los siguientes:
La información aportada deberá referirse únicamente a los hechos
ilícitos en los que el arrepentido haya sido partícipe – esto es como autor,
cómplice, instigador o encubridor-. Los aportes respecto de otros hechos,
podrán tener incidencia en otros procesos, si se cumplieren allí los
requisitos necesarios, pero no habilita que se disparen los beneficios
previstos en la ley en análisis. Asimismo, es preciso que el aporte se
refiera a personas cuya responsabilidad penal sea igual o mayor a la del
imputado, ya sea porque el otro estaba en una escala jerárquica o
funcional análoga o superior, era un cómplice o tenía un mayor dominio
del hecho en términos de determinar su inicio, continuación, modo de
ejecución o cese, o de cualquier otro modo poseía una responsabilidad
penal igual o superior.
Procedencia.
La ley enumera diferentes requisitos para el otorgamiento del
beneficio. Lo que importa que alguno de ellos debe darse, si o si, para que
proceda el instituto. La enumeración que realiza el Art. 1 de la ley es
alternativa, no acumulativa en orden a requisitos de procedencia.
En efecto, para que este instituto resulte aplicable será preciso que
los datos o la información aportados contribuyan a evitar o impedir el
comienzo -ej. hechos que se están tramando pero que aún no se han
tenido inicio de ejecución- , la permanencia -v.g. delito cuya acción típica
perdura en el tiempo como la privación de libertad con fin coactivo- ,
consumación de un delito -tentativa ya iniciada- esclarecer el hecho que
se investiga -previsto en la norma- u otros conexos -vinculados o
relacionados con ellos en los que el autor haya sido partícipe-, revelar la
identidad -quién es- o el paradero -donde mora o se esconde- de autores,
coautores, instigadores o partícipes de los hechos u otros conexos, aportar
datos suficientes que permitan un significativo avance de la pesquisa-no
estarían incluidos aquellos intrascendentes o menores o de mero detalle o
que no habiliten un progreso importante de la investigación- o el
paradero de víctimas privadas de su libertad -que se mantienen ocultadas
con fines delictivos-, averiguar el destino de los instrumentos -por ej.
armas- bienes, efectos -vehículos usados-, productos o ganancias del
delito -cosas, propiedades u otros bienes como resultado directo o
indirecto como los adquiridos con lo mal habido- , o indicar las fuentes de
financiamiento de organizaciones criminales involucradas en la comisión
de los delitos previstos en la ley.
Aquí debe incluirse también el requisito que involucra a todos los
supuestos analizados, de que el aporte se refiera a sujetos cuya
responsabilidad penal sea igual o mayor a la del imputado colaborador–
Art. 3 de la ley-, tal como se consignó anteriormente.
Criterios para la aplicación del beneficio previsto en la ley.
La ley contiene pautas de apreciación judicial para el otorgamiento
del beneficio, que no es lo mismo que lo anterior. En efecto, esto importa
algo distinto a los requisitos para el otorgamiento. Significa que el
legislador aporta una guía de ponderación. El juez deberá considerar
entonces la intensidad, envergadura o trascendencia de las pautas que le
da el legislador a la hora de evaluar la homologación, o la disminución de
pena en la sentencia.
Así, los requisitos de procedencia son mucho más rígidos y alguno
de los supuestos enumerados como tales, debe cumplirse
inexorablemente. En cambio, los criterios contemplados en el Art. 5 de la
ley, son mucho más flexibles y habilitan una mayor discrecionalidad
judicial sobre la intensidad que presenta la pauta de apreciación en el caso
concreto.
En esa línea, como criterio de evaluación para el otorgamiento
deberá ponderarse:
El tipo de aporte que se realiza, la trascendencia de la información
para cumplir el fin primordial de la pesquisa que es averiguar la verdad, y
su mayor o menor utilidad a tal efecto.
La norma contiene dos criterios sobre la gravedad de delitos:
Uno, la de los hechos que se atribuyen al imputado y su
responsabilidad en ellos. Aquí, cabe detenerse en lo siguiente. Todos los
delitos contemplados en la ley son graves para la sociedad. Es justamente
por eso que el legislador ha echado mano a este instituto. Pero también es
verdad que no todos los ilícitos enunciados en la ley están conminados
con la misma escala penal. Por lo que la diferencia en la sanción prevista
puede ser un criterio a sostener. También la reiteración del delito, la
entidad del perjuicio causado y la mayor o menor responsabilidad del
colaborador en el suceso, la escala jerárquica que ha tenido el colaborador
en el hecho, etc.
El otro criterio de gravedad se relaciona con el delito que se
pretende esclarecer, que puede ser igual o distinto al imputado al
arrepentido en cuanto a encuadramiento típico. Se refiere al delito sobre
el cual se proporciona información. Rigen también las pautas citadas
anteriormente, aunque con la aclaración de que la ponderación es inversa
a lo anterior. Esto es, cuanto más grave el delito sobre el que se aporta
datos, más interés habrá para que la administración de justicia los conozca
y por tanto para acordar el beneficio legal.
Luego, también deberá evaluarse el momento procesal en que se
realiza el aporte. Cuanto antes se haga, más favorable será para el
arrepentido. Esto resulta razonable, pues es mayor el beneficio para la
pesquisa. Así es que la ley menciona la prioridad para quien lo hace en
primer término. Lo que no desecha el otorgamiento para quien lo haga
después si el aporte es realmente trascendente.

Formalidades.
La declaración del arrepentido debe registrarse por cualquier medio
idóneo que permita su valoración posterior – art. 7-. Ya sea por escrito,
grabación, filmación, instrumento digital, etc. Esto se debe a que es
preciso garantizar el derecho de defensa en juicio y la bilateralización de la
información que impone la igualdad de armas en el juicio penal. En
particular, la defensa de quien resulte involucrado en la declaración, tiene
derecho a conocer y refutar su contenido en la etapa procesal pertinente.
Ahora bien, el acuerdo de colaboración debe hacerse por escrito
por mandato legal -Art.7-.
Asimismo, dicho acuerdo debe consignar con precisión: A) los
hechos reprochados al declarante arrepentido, su grado de participación y
las pruebas que obran en su contra. Esto es a fin de garantizar el derecho
de defensa en juicio del arrepentido. B) la información aportada por el
declarante con todos los datos relevantes para la pesquisa. C) el beneficio
que la fiscalía acuerda, por la colaboración. La medida de la disminución
de la escala, a la tentativa, está consignada por la ley, pero puede
especificarse, dentro de ese margen, el máximo de pena que la fiscalía se
compromete a requerir. También pueden especificarse las medidas de
protección que la fiscalía acuerda para el caso.
El referido acuerdo se realiza entre el fiscal y el colaborador, ante la
presencia del defensor. A diferencia de la ley brasileña, por la parte
acusadora sólo puede intervenir el Ministerio Público pero no la policía.
Ello resulta más acorde a nuestro sistema judicial. Usualmente se
instrumenta en actuaciones por separado que corren por cuerda del
expediente principal. Es de buena práctica hacerle saber al declarante las
disposiciones de la ley 27304, los beneficios que puede acarrearle y los
perjuicios en caso de que mienta o de que inculpe falsamente a otra
persona o proporcione información falaz. También es conveniente que el
imputado colaborador manifieste si solicita o está interesado en la
protección que le garantiza el Art. 14 de la ley.

Oportunidad de la evaluación de los dichos del arrepentimiento y su


colaboración.
Consideración provisoria:
Ya en el Congreso de Jueces federales y de Tribunales Orales
Federales que se realizó en la ciudad de Mendoza, sostuvimos la posición -
que se impuso luego como mayoritaria- de que los dichos de los
arrepentidos colaboradores en materia de estupefacientes, podían y
debían ser ponderados durante la etapa instructoria, respecto de la
posible incidencia que la eventual pena esperable, proyectaba sobre la
excarcelación. Las razones fueron que todas las evaluaciones de
excarcelaciones que se hacían en la instrucción se vinculan a calificaciones
legales que son provisorias, en tanto la definitiva sólo se fija en la
sentencia, y se relacionan con la expectativa real de pena, además de
otras variables. Máxime cuando no se justifica esperar en prisión
preventiva el dictado de una sentencia que por ejemplo, imponga pena en
suspenso.
Esa posición es ahora correctamente sostenida en la ley en análisis,
aunque con un alcance mayor, para muchos más delitos.
En efecto, establece el Art.4 de la ley: Cuando la reducción de la
escala penal prevista por el artículo 41 ter del Código Penal aparezca como
probable, podrá ser considerada a los fines de la excarcelación o de la
exención de prisión, de acuerdo a las normas procesales comunes. En el
nuevo C.P.P.F. la referencia se vincula con el cese de las medidas de
coerción privativas de libertad.
Así, para conceder o rechazar la exención de prisión o la
excarcelación, el juez valorará, si correspondiere, la posibilidad de
disminución de la escala penal, la incidencia que ello podría tener en una
eventual condena en suspenso, etc. También, la colaboración o aporte de
información, en principio veraces, podrían ser computados
favorablemente en el marco del Art. 319 del C.P.P.N, en el sentido de no
entorpecer la investigación e incluso de no eludir la acción de la justicia.
Por otra parte, el magistrado también puede valorar la información
aportada para ponderar provisionalmente prueba respecto de otros
imputados. Art. 12. Aunque la norma contiene el vocablo “deberá”, se
entiende que el juez solo debe valorarla prudencialmente, en
concordancia o disonancia con el resto del contexto probatorio. Lo que
equivale a decir que tiene la facultad de hacerlo.
De todos modos, debe recalcarse que para que los beneficios del
acuerdo se hagan efectivos durante la etapa de investigación, es preciso
que tenga lugar la homologación judicial. A ese acto procesal habremos de
referirnos más adelante.

Consideración definitiva.
Más allá del acto de homologación durante la instrucción que
dispara y habilita una serie de medidas y posibilidades - confirmación del
aporte, exención de prisión, excarcelación etc.--, lo cierto es que el
momento definitivo de ponderación sobre la veracidad de la confesión, y
del aporte de informaciones, finalmente, la sentencia. Es en ese estado
procesal, por ende, en el que se aceptará o no la reducción de pena y se
fijará, en su caso, la sanción y su forma de cumplimiento -Art. 11 de la ley-.
De modo que, aunque haya mediado homologación, excarcelación del
imputado conforme a la posible reducción de pena a la escala de
tentativa, etc.-, en el momento de la sentencia se reexaminará la cuestión
y se dispondrá lo que corresponda.

Homologación del acuerdo durante la etapa de instrucción.


Ahora bien, volvamos a la homologación. El acuerdo entre el fiscal,
el imputado y su defensor, no tendrá fuerza operativa hasta que medie
convalidación judicial-Art. 9-., pues debe ser presentado ante el
magistrado, quien tiene la facultad de convalidarlo o rechazarlo. A tal fin,
recibirá a las partes en audiencia y verificará el cumplimiento de las
normativas correspondientes.
Al primer efecto, cabe insistir, deberá ponderar si el acto se ha
realizado en forma voluntaria, esto es con discernimiento, intención y
plena libertad, y si se han cumplido las formalidades legales. En caso
positivo, agregará las actuaciones a la causa, aunque más allá de la
incorporación formal al proceso, podrá mantenerlas materialmente por
separado -por cuerda, en la jerga judicial, en alusión al hilo que lo
vinculaba al principal- a los fines prácticos.
La homologación es el acto procesal que le da operatividad al
instituto y dispara la ejecución de las consecuencias previstas en la ley
durante la etapa de instrucción.
Rechazo del acuerdo.
El juez que interviene en la causa puede rechazar el acuerdo si
entiende que el imputado no ha actuado en forma voluntaria, no ha
conocido los alcances del instituto, o no se dan los requisitos de
procedencia -Art. 1- o no se presentan en el caso los supuestos que
establecen los criterios de aplicación-Art. 5-. También puede hacerlo si
resultara extemporáneo -Art 3 de la ley-.
El rechazo judicial es apelable por ambas partes. Si la decisión que lo
desestima fuera confirmada las actuaciones incidentales quedarán
reservadas y no se computarán las manifestaciones vertidas, ni en
detrimento del inculpado ni de terceros.

Medidas de confirmación del aporte y suspensión de la prescripción de


la acción.
La ley establece en el Art. 13 que el juez o el fiscal deberán realizar
dentro del lapso de un año las medidas pertinentes para confirmar el
cumplimiento de las obligaciones asumidas por el imputado en el acto de
acuerdo. Por ej. el aporte de mayor información luego del cotejo de
documentación, pedido de informes, etc. Y también corroborar la
veracidad y utilidad, total o parcial, de la información que él aportara. Esto
último, mediante la realización de todas las medidas de prueba
pertinentes. Ya explicamos antes que en el nuevo C.P.P.F. las medidas de
corroboración corresponden al Ministerio Fiscal.
Durante ese año se suspenderá la prescripción de la acción penal.
De manera que se agrega una nueva causal de suspensión a las
disposiciones del Art. 67 del Código Penal. Transcurrido el año, se retoma
el cómputo del curso de la prescripción de la acción penal. Debe
entenderse que la suspensión rige durante un año, aunque las medidas de
confirmación hayan exigido un lapso de menor. El plazo de suspensión
empieza a correr a partir del acto de la homologación, según se desprende
del contexto de la ley y de la ubicación sistemática del Art.13, esto es
luego de la homologación. Pero si existieren nuevos imputados
colaboradores, se disparará un nuevo lapso de suspensión a partir del
nuevo aporte, porque ello exige renovadas medidas de confirmación.
Ahora bien, cabe preguntarse si se trata de un plazo perentorio u
ordenatorio.
Al respecto, entendemos que debe hacerse una diferenciación.
Respecto de las medidas de confirmación sostenemos que el plazo es
ordenatorio con fundamento en las dificultades prácticas que puede
presentar la investigación, particularmente compleja en los supuestos
previstos en la ley y en que el fin último del proceso es la averiguación de
la verdad, que no pueda quedar limitado por ese lapso. Obsérvese por
ejemplo que puede resultar necesario realizar innumerables medidas,
entre ellas, el libramiento de exhortos internacionales que exigen un
dilatado trámite, etc. De forma tal que las pruebas realizadas en
consecuencia serán válidas aunque se exceda el plazo de un año y siempre
que no se exceda una lapso razonable. A diferencia de ello, consideramos
que el plazo de suspensión de la prescripción es improrrogable, por
tratarse de una norma que garantiza los derechos del imputado a obtener
una sentencia en un lapso razonable y que por tanto debe interpretarse
en forma restrictiva, al igual que las demás causales contempladas en el
Art. 67 del C. P.
Entonces, si las medidas de corroboración exceden ese lapso,
tendrán validez en tanto razonablemente no haya sido posible realizarlas
en el lapso legal, pero de todos modos, al año se reiniciará el conteo de la
prescripción de la acción penal, si no hubiera otra causal de suspensión.
Medidas de protección.
Es evidente que el sistema creado por la ley en cuestión tiene
beneficios para el arrepentido, pero a su vez trae aparejado el riesgo de la
venganza de la persona a quién se involucra en el proceso. Es por ello que
se prevé especialmente un sistema de protección para los arrepentidos -
Art. 14- en consonancia con el deber del estado de garantizar la seguridad
de las personas y con el interés institucional de dilucidar delitos complejos
y de difícil investigación. La ley consigna expresamente que es de
aplicación a los imputados colaboradores, el sistema previsto por el
Programa Nacional de Protección de testigos e imputados, creado por la
ley 25.764.
La mencionada ley prevé un sistema especial de protección para los
imputados y testigos que hubiesen colaborado en la investigación de
delitos de competencia federal relativa a los delitos previstos en los Arts.
142 bis y 170 del Código Penal y los previstos en la ley de estupefacientes
y en supuestos de terrorismo.
La remisión que realiza la ley 27304 en estudio importa que el
sistema de protección se extiende a otros delitos -los mencionados en la
ley- , sean o no de competencia federal.
De modo que se garantiza ahora al imputado colaborador, distintas
medidas de protección tales como la custodia personal o domiciliaria, el
alojamiento temporario en lugares reservados, el cambio de domicilio, el
suministro de medios económicos para distintas necesidades, la asistencia
para la gestión de trámites y reinserción laboral y el suministro de
documentación que acredite identidad bajo nombre supuesto. Además de
contemplarse, en el supuesto de peligro en la demora, el ingreso
provisorio al programa referido hasta que se evalúe la situación del
colaborador.

El nuevo tipo penal de aporte malicioso de información falsa.


El Art. 2 de la ley crea un nuevo tipo penal, en tanto establece:
Incorpórase como artículo 276 bis del Código Penal el siguiente:
Artículo 276 bis: Será reprimido con prisión de cuatro (4) a diez (10) años y
con la pérdida del beneficio concedido el que, acogiéndose al beneficio del
artículo 41 ter, proporcionare maliciosamente información falsa o datos
inexactos.
La previsión de esa conducta como delictiva es razonable. Porque
evita incriminaciones falsas y gratuitas entre coimputados, que podrían
fundarse en motivos muy distintos a una colaboración judicial. De todos
modos, debe aclararse que no se trata aquí de la simple mentira de negar
responsabilidad en un hecho, sino del aporte malintencionado de datos
falsos que comprometen injustamente a un tercero, y desvían la
investigación. De modo que se mantiene incólume el derecho de negarse
a declarar o incluso de no decir la verdad en la indagatoria.
En ese marco, entendemos que la mentira en la indagatoria sobre
hecho propio, no acarrea la comisión de delito. Para que el delito del
nuevo Art. 276 bis del C. P. se perfeccione es necesario que la información
falsa o los datos inexactos sean proporcionados maliciosamente respecto
de terceros. Porque el bien jurídico protegido es la administración pública
de justicia. -título 11 del C.P.-.
Ahora bien, aunque la redacción del artículo es algo confusa, en
tanto prevé la sanción penal y también la pérdida del beneficio concedido,
entendemos que no es posible aplicar también la pena contemplada en el
nuevo Art. 276 bis del Código Penal, al dictar la sentencia en el proceso
originario.
Porque ello importaría afectación al derecho de defensa en juicio y
a la garantía del debido proceso. Puesto que no es lo mismo defenderse
de una imputación de asociación ilícita, de tráfico de drogas o de
secuestro extorsivo, que defenderse de un malicioso aporte de datos
falsos respecto de terceros. El hecho es otro, y como tal debe iniciarse un
nuevo proceso al respecto. Lo conveniente, en esos casos, sería que en la
sentencia del expediente originario, se disponga la extracción de
testimonios a tal fin.
Sin perjuicio de ello, en la causa principal, el tribunal competente
deberá evaluar la pérdida del beneficio de la reducción de la escala penal
si, en principio, y a los fines de esa causa se verifica un aporte malicioso
de información falsa.
Por lo demás, varias pueden ser las razones por las que en la
sentencia se rechace el beneficio, distintas a un aporte malicioso de
información falsa. Por ejemplo, se evalúa en el fallo que lo aportado no
permitió un significativo avance en la investigación, o esclarecer el hecho
o no impidió consumar el delito, etc. De modo que el rechazo del
beneficio y la comisión del delito de aporte malicioso de información no
son conceptos análogos, tienen requisitos distintos y deben analizarse en
procesos separados.
De todo lo expuesto se desprende que la cuestión de la escala penal
se define en el expediente principal. Si el tribunal de juicio de la causa
dispone la extracción de testimonios para que se investigue la comisión
del delito previsto en el Art. 2 de la ley -nuevo 276 bis del C.P.- la cuestión
de la escala penal en la causa original queda cerrada y no resulta revisable
en función de la nueva causa surgida de los testimonios, que puede tener
diversos resultados según distintas circunstancias.

Exclusiones.
En primer lugar, dado que la ley en trato, contiene una enumeración
cerrada de los únicos delitos comprendidos, debe señalarse que están
excluidos los delitos no contemplados en el Art. 1.2
Desde otro ángulo, la ley tampoco es aplicable a los delitos de lesa
humanidad -Art. 3-, aunque se encuentren comprendidos en el Art. 1. Así,
por ejemplo, no procede en la privación de la libertad con fin coactivo del
Art. 142 bis, o la agravada del Art. 142 ter del C. P., si se vinculan a lesa
humanidad. La exclusión se justifica y es legítima, en la medida que el
legislador está facultado a elegir a cuáles delitos otorga el beneficio, y a
cuáles no.
Por otra parte, la reducción de pena no es aplicable para la
inhabilitación o la multa -Art 1 in fine-, pero sí procede en los que tienen
pena conjunta, únicamente en orden a la privativa de libertad. Obsérvese
que los delitos de pena conjunta no están expresamente excluidos, sino
que la ley sólo veda la reducción respecto de la multa o inhabilitación.
Para los supuestos de delitos que prevén prisión o reclusión
perpetua, la pena sólo podrá reducirse hasta los quince años de prisión -
Art. 1-. Pareciera entonces que la reclusión puede mutar a prisión, hasta
ese límite.
En el plano subjetivo, quedan excluidos los funcionarios que hayan
ejercido o estén ejerciendo cargos susceptibles de juicio político
establecido en la C.N.

Derogaciones expresas.
La ley, en su Art. 17, dispone la derogación del artículo 29 ter de la
ley 23737, la ley 25241 y el artículo 31 de la ley 25246.
El Art. 29 ter de la ley de estupefacientes contemplaba la posibilidad
de disminución de pena hasta la mitad del mínimo y del máximo o
eximición de pena para los imputados colaboradores respecto de la ley de
estupefacientes y Art. 866 del Código Aduanero. El sistema legal pasa
entonces a ser el previsto en la ley en estudio. Ahora bien, esto trae la
consecuencia de que ya no rige la posibilidad de exención de sanción que
contemplaba el Art. 29 ter. Pero de todos modos, prevalece el principio de
la ley penal más benigna para los hechos anteriores -Art. 2 del Código
Penal-
La ley derogada 25241 contemplaba la reducción de la escala penal
y el sistema de protección para imputados colaboradores con aporte de
información en casos de terrorismo.
Por su parte, la ley 25246 se refiere al encubrimiento y al lavado de
activos. Sólo resulta derogado el Art. 31. El resto mantiene su vigencia.

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