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Hahnemann justifica en el Par. 81, que el hecho que la Psora sea tan
antigua, y que se haya transmitido de generación en generación (hereditaria),
aumentando su virulencia, explica como puede manifestarse en tan variadas
formas morbosas en la humanidad
1
Hahnemann en los Par. 207 y 208, llama la atención de la necesidad de
averiguar los tratamientos alopáticos anteriores, baños minerales, que pueden
haber modificado la enfermedad original, así como también conocer los hábitos del
enfermo, sus relaciones sociales, su carácter o forma de pensar, como posibles
obstáculos de cura y si requieren ser dirigidos Psíquicamente, estimulados o
modificados
2
expectoración. Corazón, palpitaciones fuertes, sensación de banda alrededor del
precordio, opresión y ansiedad en la mañana. Trastornos cardíacos después de
comer o beber. Palpitaciones al comer, de noche, mejora eructando
3
Catarro nasal en niños, con olor a pescado rancio, secreciones amarillo-verdosas
escasa, o acuosa y abundante. Obstrucción nasal
4
comprende ni recuerda lo que lee. Lentitud mental. Impulso a lavarse
constantemente las manos. Alcoholismo y tendencia a las adicciones
5
durante las cefaleas. Cabello seco o grasosos húmedos pegoteados por
erupciones supurativas, amarillentas, de mal olor, con costras de pus secas y
gruesas. Secreciones retroauriculares, con fisuras. Eczema alrededor del cabello
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Síntomas locales del Tuberculinismo: Tendencia a las parasitosis
intestinales, esp. en niños. Debilidad y ansiedad después de orinar. Orina de olor
fuerte, pútrido. Enuresis nocturna, nefritis. Debilidad por la eyaculación.
Menstruaciones abundantes, prolongadas, de color rojo brillantes, con debilidad,
desmayos, peor al levantarse. Metrorragias, con cefaleas, neuralgias y trastornos
gástricos. Leucorrea blanca o purulenta, con olor a moho. Retroversión o
retroflexión uterina, con dolores menstruales. Partos difíciles