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Bye Bye Bird

José Manuel Hidalgo

Bye Bye Bird


de José Manuel Hidalgo

Las autorizaciones para el montaje de esta obra deben solicitarse al autor en la siguiente
dirección electrónica:

manuel_sinnombre@hotmail.com

Registro ante INDAUTOR: 03-2016-0720112380800-01


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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Prólogo1

La historia, con suerte, la recordarán pocos: José Manuel Hidalgo ganó el


Mancebo del Castillo en su edición 2016 con la obra que ocupa las siguientes
páginas. Luego, un día antes de la ceremonia oficial de premiación, se lo quitaron.
Hidalgo había faltado a una de las cláusulas de la convocatoria: no puedes participar
simultáneamente en dos concursos. José Manuel lo hizo y ganó los dos. Los jurados
lo pasaron por alto. Un grupo de estudiantes de la FFyL de la unam, junto con su
maestro de dramaturgia, juntaron firmas entre la comunidad teatral para que se
revisara el proceso de premiación de la obra de Hidalgo, y el premio terminó siendo
declarado desierto. El asunto terminó en una polémica de redes que perdió interés
cuando llegó el siguiente escándalo del teatro. De aquellos días grises, sin embargo,
algo bueno quedó; por lapso de dos o tres semanas todo mundo habló de José
Manuel y su obra Bye Bye Bird, aun cuando nadie la había leído.
Apenas poco más de treinta páginas fueron suficientes para que el jurado, por
unanimidad, la eligiera de entre más de ciento treinta obras. Treinta páginas de
humor ácido componen este relato escénico, ágil e impecablemente bien escrito,
que presenta una panorámica desesperanzadora de los barrios de interés social de
los más bajos fondos de la Ciudad de México. Emulando a ratos Odio a los putos
mexicanos de Legom y La región más transparente de Fuentes, sus más claros
referentes, Hidalgo encuentra su propia voz —a sus 21 años— y construye
personajes brutales que ejecutan y padecen la violencia, ignorantes de su propia
condición los que, a la distancia, resultan encantadores.
Sin temor a equivocarnos, esta obra marca el incio de una nueva generación de
dramaturgos que promete una buena época. Apenas poco más de treinta páginas
serán suficentes para que varios hablen de José Manuel Hidalgo por algo mucho
más que dos o tres semanas.
Alejandro Ricaño
Dramaturgo y director

1
Este prólogo aparece en una primera versión del texto publicado en la Revista PasoDeGato no.68
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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN

DOF: 03/03/2007

DECLARATORIA de apertura de inmueble para uso ciudadano bajo las siguientes


características:

• Concepto: Unidad Habitacional de Interés Social


• Nombre: Benito Juárez
• Delegación: Azcapotzalco
• Población: 9,500
• Total de viviendas: 1,700
• Número de conjuntos: 10
• Número de edificios: 97
• Jefe delegacional: PRISCILA PRIMAVERA PRITZKER.

El complejo habitacional estará a disposición de los habitantes de Azcapotzalco bajo la


jurisdicción del Gobierno de la Ciudad de México.

Debió comenzar con el UUUUuuuuAAAAAuuuuUUUaaaaa.


O quizá primero fue el ¡Shhhh!, no nos vayan a escu/ acción seguida balazo en la jeta.
El caso es que Sony “Boy” Williamson, alías Bye Bye Bird, apareció muerto el día de mi
cumpleaños de un balazo que le atravesó el tabique de la nariz y salió por en medio de los
ojos.
El viejo Bye Bye Bird era el tipo con más clase de la unidad, decía:

Hey boy! Fuck you.


Your mother is a bitch.
I sucked the pussy of your sister yesterday.
Little beaner, fuck this country.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Todavía recuerdo al viejo Bye Bye Bird con su whisky y su armónica sentado a la orilla
de la resbaladilla, que se caía de oxidada y cagadas de perro, silbando y queriendo
emborrachar a las hermanas de todos nosotros.
Mientras nosotros chupábamos.
Y chupábamos.

Gracias a él la mitad de la unidad se hizo bilingüe.


Más nos enseñaba inglés el viejo Bye Bye Bird que la maestra gorda de la escuela.

Fuck you teacher.


Your son is a faggot.
And your daughter is a bitch.
Suck my dick, dirty whore.

Sí, gracias a Bye Bye Bird yo y mis carnales internacionalizamos nuestros insultos a la
maestra.

¡Qué chille la puerca! / Nos gustaba verla llorar / Verla bajar la cabeza en el escritorio / ¡Que
grite la perra! / Que el profesor de educación física viniera a defenderla / ¡Qué chille la
puerca! / ¡Su hijo está igual de gordo! / ¡Que grite la puerca! / En el salón siempre se reían

Por eso dejé la escuela.


Bueno.
Por eso me corrieron de la escuela.
Nos citaron de la dirección y la pinche rajona nos dijo que no podíamos golpear a su hijo
en la salida.
Que no estaba “bien”.
Y es que el hijo de la gorda esa iba en nuestro mismo salón.
¡A la verga!
Lo volvimos a topar en la salida y le dimos una madriza.
Le reventamos un ojo y le chingamos el Sony Xperia.
Ese fue el primer celular que tuve.
Estaba chido.
Se podía voltear la pantalla.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Y tenía cámara.
Grababa cualquier pendejada.
Pensé en estudiar diseño.
Pero a la verga.
Con él fotografiaba al viejo Bye Bye Bird.

Those things are technologic shit.

Como no le entendíamos al viejo Bye Bye Bird tuvimos que ver un tutorial en youtube.
No nos sirvió de mucho.
Pero aprendimos a jugar póker.
Entonces decidimos ir a Las Vegas algún día.
También aprendimos a desbloquear los Sony Xperia que chacaleabamos.
Y a picar sin matar.
Y las morras aprendieron a maquillarse.
¡Ja!
Pero tanto para ir a Las Vegas como para entender al viejo Bye Bye Bird teníamos que
saber inglés.
¡A la verga!
Con escuchar un poco al viejo Bye Bye Bird ya te sentías gringo.
Y no cualquier gringo.
Un gringo negro.
O sea, un gringo chingón.
Y un mexicano.
Y no cualquier mexicano.
Sino un mexicano chingón.

─ Fuck, shit, oh yeah!, technologic shit, fuck this country.


─ ¿Dónde aprendiste inglés tan bien, hijito?
─ Con el viejo Bye Bye Bird, jefa.
─ ¿Y no le querrá dar unas clases a tu hermana?

A la verga los cursitos piteros que te venden los vagoneros en el metro.


Con un Bye Bye Bird en cada edificio pronto todos los mexicanos hablaríamos inglés.

5
Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Nuestro edificio el E-5 era la envidia de todos los demás en esa unidad.
La banda del A-2 nos miraba con envidia, se hacían nuestros amigos,
nos prestaban balones, sus monedas, dejaban que nos aprovecháramos de ellos porque
sabían que Bye Bye Bird nos pertenecía.
Los del B-2 tenían unas gemelas cubanas.
Pero no se comparaban a Bye Bye Bird.
Esas eran unas pinches prietas, Bye Bye Bird era negro, un verdadero negro.

Bye Bye Bird decía que nos quería.


Le caíamos bien.
Odiaba a los blancos
Y desconfiaba de los negros.
Fuck it!
Y como nosotros somos mexicanos, es decir, ni blancos, ni negros, decía que nos
soportaba.

I don’t like this shit, but is what I have.

Nos daba un toque internacional.


El único negro en la unidad.
Nos hacía sentir seguros.
El único negro de toda la delegación.
Nos daba una identidad.
El único negro en todo México.
Bye Bye Bird,
Bye Bye Bird.
Bye Bye Bird llegó justo cuando los de la delegación vinieron a poner el cartel en la
entrada de cada uno de los edificios:

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

VECINOS DE LA UNIDAD HABITACIONAL DE INTERÉS SOCIAL


“BENITO JUAREZ”
DOF: 07/09/2010
El departamento de integración social de la delegación Azcapotzalco los invita a hacer de
esta, su unidad finalmente, una unidad más o menos soportable.
Procuren hacerla:
1. Digna.
2. Amigable, respetuosa y ordenada.
3. Con equidad de género.
4. Tolerante.
5. Sustentable.
6. Cultural.
7. Sana.
8. Deportiva
9. Organizada condominalmente.

Para lo que les sugerimos formar una “asociación de vecinos preocupados”, que hagan valer
estos principios y fomenten la integración entre vecinos. (Suerte con eso)

Por supuesto nosotros pensamos en Bye Bye Bird para que fuera el líder de la directiva,
pero él sólo respondió:

Fuck you little beaner!

Muy sabio siempre fue el viejo Bye Bye Bird.


El papá de Manolo, hijo de Don Manolo, hermano de Manolo, padre de Manolo y Manolito
y dueño de los abarrotes Manolo, que atendía desde la sala de su casa mientras veía el
partido del América-Chivas con una caguama Carta Blanca y fumaba sus cigarros
Delicados terminó por ser el representante vecinal.
Eso fue todo lo que pasó con respecto a los carteles que pegaron.

─ ¿Qué tu papá es el representante de vecinos?

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

─ Sí.
─ ¿Y qué hace o qué?
─ No sé.

Y ni él lo sabía.
Al menos hasta que el viejo Bye Bye Bird apareció muerto el día de mi cumpleaños,
entonces sí que supo qué hacer.

─ ¡Señor Manolo! Mataron al viejo Bye Bye Bird.


─ Mmm.
─ Está allá arriba, con un balazo en la jeta.
─ Mmm.
─ Lleva toda la mañana en la mitad de las escaleras y nos molesta para bajar
a pasear a nuestros pitbulls.
─ Mmm.
─ Los niños están picándolo con un palo.
─ Mmm.
─ Y ya huele feo.
─ Mmm.
─ Y lo cagó un perro.
─ Mmm.
─ Y está exactamente donde echamos la basura todos, si no lo movemos
tendremos que caminar hasta los contenedores que están en la entrada de la
unidad.
─ ¡No puede ser! ¡Hay que hacer algo!

A nadie le gustaba caminar hasta la entrada de la unidad para ir a tirar la basura.


Mejor la juntas en una bolsa y la lanzas desde la ventana.
Entonces cargaron el cadáver del viejo Bye Bye Bird y lo echaron adentro de su
departamento y nos dieron la llave.

“Se los encargo muchachos”, nos dijeron.


Fuck you beaner, le contestamos.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Cuando entramos a su departamento el Kevin se quiso entusar sus zapatos.


Le dimos un putazo.
Nadie podía tocar sus cosas.
Está bien si te chacaleas a alguien que pasa como pendejo sobre Aquiles Serdán.
En ese caso sí se vale que lo piques y te lleves su Iphone.
Pero de eso a chingarte las cosas de Bye Bye Bird o de cualquiera de nosotros es querer
pasarse de verga.

El viejo Bye Bye Bird vivía justo en frente del departamento de Don Manolo.
Bueno, uno de sus tantos departamentos.
Después de que sus hermanos desaparecieran “misteriosamente” Don Manolo había
comprado varios en toda la unidad.
Los adaptó como tiendas, internets, vulcanizadoras, papelerías y hasta baños públicos.
Sí.

Su hijo, El Manolo, administraba nuestros cigarros y caguamas.


Nunca nos faltó nada.
Hasta le perdonábamos el hecho de que hubiera terminado la primaria.
“No te sientas mucho por saber multiplicar”, le decíamos.
Y es que sí sabía hacer cuentas mentales el cabrón.

El caso es que el viejo Bye Bye Bird vivía frente a uno de esos departamentos de Don
Manolo.
Eso nunca le gustó.
Y es que siempre se escuchaban lloriqueos que salían de los cuartos.
No dejaban dormir al viejo Bye Bye Bird.

Shut up! For Jesus Christ!

Entonces agarraba su armónica y se ponía a tocar con todas las fuerzas que le quedaban
de sus viejos pulmones.
Eso hacía encabronar a Don Manolo, que comenzaba a arrojarle dedos a su ventana.
¡Tocaba tan chingón el viejo Bye Bye Bird!
¡Tocaba tan chingón el viejo Bye Bye Bird!

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Todos los del edificio asomábamos la cabeza por la ventana y escuchábamos el


concierto.
Gritos, lloriqueos y la armónica del viejo Bye Bye Bird.
A veces duraba toda la noche.
Arrullaba a los bebés.
Olvidabas el sonido del pesero atropellando a alguna ñorita.
Las doñas incluso dejaban de ver la telenovela para escuchar.
Eso era hermoso.
Todos dormíamos tan tranquilos.

No a todos les caía bien el viejo Bye Bye Bird.


Al papá de Johnny, por ejemplo.
Je Je Je
Pero él era a toda madre.
Como son los negros.
Nos ayudaba a continuar con nuestra montaña de basura en la escalera.
Bolsas negras, gatos muertos.
Cartones de leche, cartones de huevo.
Botellas, llantas, ojos y dedos.
Los árboles de navidad de hace tres años.
Cáscaras de plátano, de huevo.
Y las hormigas y ratas escalando y peleándose.
Una belleza.
Así en cada edificio.
Así cada edificio.
Eso enorgullecía al viejo Bye Bye Bird.

Eran rumores, pero siempre supimos que la hermana del Johnny ─así nos enseñó el
viejo Bye Bye Bird a decirlo─ se quería coger al viejo Bye Bye Bird.
Y es que todos sabemos que la hermana del Johnny es bien puta.
Fue la primera chica de la unidad a la que le llegó la regla y fue la primera en perderla.
Yo perdí mi virginidad con ella.
Ella no.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

“¡Más fuerte Kevin, más fuerte!”, me decía la noche en que mataron al viejo Bye Bye
Bird.
“¿Eh?”
“¡Más fuerte pinche Bryan!”, volvió a decir.
“No mames.”
“¡Así Brandon, así!”, me dijo dándome una cachetada.
Yo ya no dije nada.
De cualquier forma, todos nos parecemos un poco.
Antes de que me confundiera hasta con su papá el balazo en la jeta al viejo Bye Bye Bird
nos interrumpió.

Palabras aparte yo no sabía que las mujeres se podían embarazar después de tener tres
hijos.

─ No mames.
─ Yo pensé que cuando las morras tenían un hijo ya no podían embarazarse
y como ella ya tenía tres pues…
─ ¡Cómo eres pendejo!, se dejan de embarazar a partir de los seis.
─ ¿Neta?
─ Sí, culero, es bien sabido. ¿Verdad tú?
─ A huevo.
─ Ahora voy a tener un hijo.
─ No te preocupes, ahora seremos compadres, como mi papá y el señor
Alberto. Está chingón.
─ Al menos ya tenemos una razón para emborracharnos juntos.
─ A huevo.

Y es que todos sabemos que la hermana del Johnny era bien buen pedo.
No se cotizaba.
Entendía que si se daba con uno de nosotros tenía que darse con todos.
“Es por educación”, le decíamos.
Por eso nos caía tan bien.
Muy bien.
Demasiado bien.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Bien, bien, bien.


Una llamada y venía con nosotros.

─ Estoy aburrido, ¿qué hacemos?


─ ¿Nos metemos a clases de inglés?
─ ¿Le ayudamos a mi papá con su chamba?
─ ¿Vamos a cobrarle a Doña Lupe el dinero que le debe del perfume a mi jefa?
─ ¿Vemos el partido de México?
─ ¿Manejamos un taxi?
─ ¿Estudiamos para el examen del CENEVAL?
─ ¡No!
─ ¡No!
─ ¡Vamos a marcarle a la hermana del Johnny!

Bien buen pedo que era.


Sí.
Sí.
Sí.

El viejo Bye Bye Bird siempre usaba traje, negro,


como él,
una corbata, negra,
como él,
unos zapatos, negros,
como él,
un cinturón, negro,
como él,
y su camisa blanca,
esa no era como él,
pero era la camisa blanca más negra que podía haber.

Oh yeah! Come on baby! Oh Yeah!

Cuando el viejo Bye Bye Bird nos tomó confianza comenzó a ir con nosotros:

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

AL PATIO
Siempre había algo que hacer en:
EL PATIO
Echar la reta, chupar, fumar, ir a fajarse a la hermana del Johnny en:
EL PATIO
El centro de conbebencia era:
EL PATIO
Unos juegos infantiles oxidados, una cancha de fútbol sin porterías.
Un pasto crecido con alacranes, un vago dormido, vidrios rotos, troncos.
Ladrillos, cagadas de perro, cagadas de humano, una cagada era:
EL PATIO
Pero el viejo Bye Bye Bird nos enseñó a apreciarlo.
Decía que era lo más parecido al lugar de donde venía.

Oh yeah! I can smell the breath of the Mississippi.

El viejo Bye Bye Bird sólo tomaba whisky, si le llevábamos cerveza o mezcal nos la
escupía en la cara.

─ ¿Qué te vas a sacar de la tienda de tu jefe hoy, Manolo?


─ Unas caguamas y unos cigarros.
─ ¡Sí!
─ Y unas papas y un mezcal.
─ ¡Sí!
─ Y por supuesto el whisky para el viejo Bye Bye Bird.
─ ¡Sí!
─ Y unos condones.
─ ¡No! Eso no le gustaría al viejo Bye Bye Bird.

The love is free beaners, yeah baby, fuck without condoms, feel the love.

Sí, el viejo Bye Bye Bird se encargaba de negrear nuestras costumbres.


Sí.
Sí.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Sí.
Yo no sé porque a México no lo conquistaron los negros.
Seríamos mamados.
Saldríamos en los videos de música.
Beberíamos whisky.
Tendríamos una voz grave.
Y tocaríamos la armónica de puta madre.
Atraeríamos a las hermanas de todos.
Y a sus madres.
Como el viejo Bye Bye Bird.
Como el viejo Bye Bye Bird.

El viejo Bye Bye Bird nos quitó preocupaciones.


¡Todo era tan claro!
Nadie quiere detenerse en ese momento.
Mejor lo sacas antes de venirte.
Ni que fuéramos pendejos.
“Sólo la puntita”
Je Je Je
Cuando la delegación vio que el número de embarazos aumentaba regresó a poner otros
carteles.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

VECINOS DE LA UNIDAD HABITACIONAL DE INTERÉS SOCIAL


“BENITO JUÁREZ”

DOF: 26/10/2013
El departamento de planificación familiar del Seguro Social, en trabajo con la delegación
Azcapotzalco, informa a los vecinos que a partir del próximo día viernes se harán jornadas de
información sobre sexualidad en el área de la unidad conocida como “el patio”.
Se les invita a llevar a sus hijos para que reciban información sobre:
• Embarazo.
• Métodos anticonceptivos.
• Enfermedades de transmisión sexual.

Se REGLARÁN CONDONES y se practicarán abortos de manera GRATUITA


POR FAVOR, POR LO QUE MÁS QUIERAN, VAYAN.

Nadie fue, ni si quiera Doña Lupe, que metía sus narices en todos lados.
Pero inflábamos los condones como globos.
Nos los poníamos en la cara, como una máscara.
Y asaltábamos a la gente.
Jejeje.
Bueno no.
Eso fue después.
Pero sí nos los poníamos en el pilín y orinábamos en ellos.
Y luego nos los aventábamos.
Como globos de agua.
Eso hacía sonreír al viejo Bye Bye Bird

Hahahahaha this beaners are very yatzy!

Doña Lupe fue la primera en desconfiar del viejo Bye Bye Bird.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Ella vivía en el quinto piso y se la pasaba asomada por la ventana.


Si querías saber si tu marido te engañaba, quién había matado a quién en la última fiesta
o si tu papá abusaba de tu hermana tenías que ir con ella.
La veías todo el día y toda la noche recargada en el marco de la ventana fumando sus
cigarros y escupiendo gargajos al andador.
Varias veces le rompimos el vidrio, pero ni así dejaba de estar de chismosa.
Entonces se la agarró contra nosotros.
Y nosotros contra ella.

¡Pinche vieja! / ¡No se meta en lo que no le importa! / ¡¿Qué se trae con el viejo Bye Bye
Bird?! / ¡Mejor páguele a mi jefa el dinero que le debe! / ¡Por eso su hijo está en la cárcel!
/ ¡Vaya hacerle de cenar a su marido! / ¡Deje de estar de huevona! / ¡Aviéntese de la azotea!
/ ¡Pinche vieja!

Cuando nos veía pasar nos gritaba y decía que en cuanto su hijo saliera de la cárcel
nos lo iba a echar encima.
Ella no entendía que lo que el viejo Bye Bye Bird hacía lo hacía para ayudarnos.
Nos unía más que cualquier cartelito.
Y nos gustaba.
Calmaba las ansias.
Calmaba los temblores.
Callaba las voces.
Era bueno para después de chacalear a alguien.

Come on beaners! Im gonna teach you a funny game that me and my


friends played down in Tennesse when a cracker cross the street.

El juego era este:


1. Empezaba poniéndonos en círculo.
En círculo.
2. Destapábamos una caguama.
En círculo.
3. Para el viejo Bye Bye Bird whisky, por supuesto.
Círculo.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

4. Un trago grande, que calara la garganta.


CÍRCULO.
5. La botella giraba, apuntaba a alguno de nosotros.
C Í R C U L O.
6. Pasábamos de uno en uno.
CIR-CU-LO.
7. Nadie se raja.
CU-LO.
8. Hasta que todos hubiéramos terminado.
CULO.
9. Te bajabas los pantalones.
Culo.
10. Y así otra vez.
Nos dábamos.
11. Hasta que termináramos las botellas.
Por el culo.
Era un gran juego para pasar el rato.
Al Kevin es al que más le gustaba,
Era divertido.
Eso hacía sonreír al viejo Bye Bye Bird.

Pero la chismosa de Doña Lupe comenzó a desconfiar del viejo Bye Bye Bird.
Hacía todo lo que estaba en sus artríticas manos para molestarnos.
Eso no era un problema.
Al menos no uno que ameritara un balazo en la jeta.
¿Han escuchado el dicho “de tal palo tal astilla”?
Y es que todos sabemos que el Johnny es bien pendejo.

─ Eres bien pendejo, Johnny.


─ Ya lo sé.
─ Y tu papá también es bien pendejo, Johnny.
─ Ya sé.
─ Y tu perro es el más pendejo de todos los de por aquí, Johnny.
─ Ya sé.

17
Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

─ Y tú papá tiene una pistola que siempre está cargada, Johnny.


─ Ya lo sé.
─ Y las pistolas, a veces, sirven para matar gente, Johnny.
─ Ya sé.

Esa afirmación no tenía mucho sentido.


Porque después todos ya cargábamos pistola.
La familia del Johnny siempre tuvo muchas fuscas en su departamento.
La primera que tuvimos nos la dio la hermana del Johnny.
Un día llegó, y nos dijo: “me la regaló mi papá”

─ Me la regaló mi papá.

Entonces, para probarla, le disparó en el pie a su carnal.


El Johnny se quedó ahí tirado y, para vengarse, le fue a pedir a su papá una pistola.
Al día siguiente regresó con nosotros y le disparó al Bryan en el hombro.
Entonces el Bryan se enojó y le fue a pedir la suya al papá del Johnny y le voló un
dedo al Christian.
Y así hasta que todos tuvimos una pistola y quedamos cojitos.
A mí me tocó en la ingle.

A partir de ahí las cosas cambiaron.


Los vecinos siempre nos saludaban.
Nos regalaban cosas.
Cigarros, dinero, ropa, balas.
Hasta Doña Lupe le bajó a su cotorreo.
Caminábamos por la unidad y nos sentíamos como los policías de ahí.
Pero más divertido.
Sin nosotros la unidad no hubiera sido un lugar tan seguro.
Un lugar tan agradable para vivir.
Super tranquilo.
Nos íbamos EL PATIO y mientras el viejo Bye Bye Bird tocaba su armónica nosotros
amenazábamos al Johnny con dispararle.
“Así como tu hermana”, le decíamos.

18
Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Nos gustaba molestar al Johnny.


¡Je!
El Johnny.
Al viejo Bye Bye Bird siempre le dieron gracia nuestros nombres.
Supongo que lo hacían sentir en casa.
El Johnny.
El Christian.
El Kevin.
El Brandon.
El Bryan López Martínez con su compa el Alexander.
Con nuestras novias.
La Kimberley.
La Ashley.
La Jennifer Montserrat.
La Yuliana Elizabeth y su BFF La Fanny.
Con sus mamás cuidando de sus hijos los fines de semana.

Oh yeah baby!

Lo mejor fue cuando las niñas comenzaron a juntarse con Bye Bye Bird.
Tenía a todas las morras de la unidad sentadas a su lado.
Como esas imágenes de Jesús con los niños.
Así el viejo Bye Bye Bird con las niñas.
Y nosotros sus discípulos.
Era un pedo bíblico.

Don’t be shy girl, I’m gonna show you something.

Se iba detrás del árbol con ellas.


Una por una.
La hermana del Johnny hasta dos veces seguidas.
Primero con el viejo Bye Bye Bird, luego con nosotros.
Nosotros esperábamos.

19
Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Si nos desesperábamos jugábamos el juego que el viejo Bye Bye Bird nos había
enseñado.
Sí.
Sí.
Sí.
El viejo Bye Bye Bird nos había enseñado a ser pacientes.
Todo es cuestión de ritmo.
Como cuando movía sus dedos por la armónica.
Muy sabio siempre fue el viejo Bye Bye Bird.
Y religioso.
Siempre escuchábamos que gritaba detrás del árbol:

Oh Christ! I like your mouth girl Yes, yes! Oh, for Jesus fucking Christ!

Por entonces ya estábamos en agosto.


Y se acercaba mi cumpleaños.
Yo quería algo especial.
Un lugar más íntimo.
No atrás del pinche árbol.
Entonces me acerqué a la hermana del Johnny, sin que nadie más se diera cuenta, ya
de noche.

─ Oye.
─ ¿Qué?
─ Escuché que te vas a ir.
─ Ajá.
─ Y bueno… estaba pensando.
─ Me caga que siempre me tenga que estar mudando.
─ Pues, ya sabes, tú…
─ Cada que mi papá se roba algo grande tenemos que cambiarnos de casa.
─ …eres la hermana del Johnny…
─ Hijo de puta, ya habíamos durado aquí.
─ …y bueno, eres bien puta…
─ ¡Como lo odio! Pero lo amo, porque es mi papi.

20
Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

─ …o sea que eres bien buena onda…


─ Pero odio más a mi mamá.
─ …y yo me he portado bien este año…
─ Pinche vieja, nada más me quiere correr de la casa.
─ …ahora ya tengo un iPhone…
─ Me quiere alejar de mi papi, al que odio, pero también amo.
─ …y bueno, no sé si te habías fijado, pero…
─ Él roba porque me quiere.
─ …conmigo aún no te has acosado…
─ Pero como ahora mató a alguien pues con más razón nos tenemos que ir.
─ …y mañana es mi cumpleaños.
─ Amo a mi papi, él es mío, sólo mío.
─ Tengo alcohol.
─ ¿Eh?
─ Que tengo alcohol.
─ No digas más.

Y así fue como convencí a la hermana del Johnny para que me hiciera feliz esa noche
a mi solito.
Todo iba bien.
Más o menos bien.
Medianamente bien.
Casi bien porque yo… pues no me podía concentrar.
No sé por qué, les juro que nunca me había pasado.
Yo creo que estaba preocupado porque los demás no se enterarán de que ella estaba
a solas conmigo.
“¡Shh! No nos vayan a escuchar”, le decía.
O era el frío.
Sí, seguro fue eso.
Cuando ya me había confundido con todo el mundo, entonces…
Entonces fue el balazo en la jeta al viejo Bye Bye Bird.
El disparo sonó en toda la unidad distinto a los disparos que suenan todo el tiempo.
Lo malo fue que me entraron las prisas y pues acabé en chinga.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

─ ¿Ya?

Quizá ahí comenzó todo.


Con el ¡Shh! No nos vayan a escu/ acción seguida balazo en la jeta.

El caso es que cuando encontraron el cadáver del viejo Bye Bye Bird, como tres días
después, coincidió con que todos descubrieron la banda de secuestradores que operaba
ahí en la unidad.
Respecto a eso no pasó nada.
Sólo era un dato curioso.
Una de esas casualidades de la vida.
La familia del Johnny siguió secuestrando.
Como todos lo sabíamos.
Sólo que ahora también lo sabían los de las otras colonias.
Y los departamentos de Don Manolo dejaron de tener las fachadas que tenía y ahora
todos sabían para qué los utilizaba.

A veces nos gustaba alimentar a los secuestrados.


Les acercaba el agua y el caldo que les preparaba la mujer de Don Manolo.
Sólo que no le atinaban.
Porque como estaban vendados pues no sabían por donde les llegaba la comida.
Era un desmadre alimentarlos.
Se la pasaban llorando y diciendo oraciones.
Bien mala onda luego ni querían comer.
A pesar de que la mujer de Don Manolo se esmeraba en prepararles su caldo.
Yo les decía:
“¡Coman hijos de su puta madre, no sean malagradecidos!”
Pero ni así comían.
Entonces jugábamos a lanzarles el caldo caliente a la cara.
Si les dábamos en los ojos Don Manolo nos regalaba unos cigarros.
Eso hacía reír al viejo Bye Bye Bird.

Por cierto, mi cumpleaños estuvo poca madre.


Hubo gelatinas.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Y música a todo volumen.


Y mis tíos se emborracharon.
Y mis papás se emborracharon.
Y mis hermanos se emborracharon.
Y los vecinos se emborracharon.
Y la hermana del Johnny puteó.
Como siempre sucedía en la unidad.
Como todos los viernes, fuera mi cumpleaños o no.
Ese día lo único distinto fue la gelatina.
Estaba rica.
Era de sobrecito.

Fue gracioso.

Después comenzaron otro tipo de gritos.


Que se conociera el negocio de la familia del Johnny y Don Manolo cambió un poco la
cosas.
No mucho.
Pero sí algo.
Se hablaba de política.
De “estar apadrinados”, decía Don Manolo.
Fue gracioso.
Entonces fueron las primeras veces que la Licenciada comenzó a frecuentar la unidad.
Alguna vez nos saludó.
Y a los niños les regalaba balones y juguetes que se rompían a los dos días.
Una camionetota Del Partido llegó.
Se bajaron unos hombres.
Usaban lentes obscuros y camisa blanca.
Pensamos que nos iban a torcer.
Pero nel.
Sólo eran unos gordos con pinta de mamados.
Se querían parecer al viejo Bye Bye Bird.
Pero nadie puede parecerse al viejo Bye Bye Bird.
No.

23
Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

No.
No.
Nadie.
Y entonces pegaron este cartel:

VECINOS DE LA UNIDAD HABITACIONAL DE INTERÉS SOCIAL


“BENITO JUÁREZ”
DOF: 07/02/2016

La Lic. PRISCILA PRIMAVERA PRITZKER, su representante delegacional, su amiga, su


compañera, su cuate, su valedora, su servidora que siempre está dispuesta a ayudarlos, los invita a
ustedes y sus familias a la kermés que se organizará en el área conocida como “el patio” a partir de las
10 am.

¡No falten! Habrá juegos y sorpresas. Recuerden que trabajamos por un Azcapotzalco más seguro.

Esa kermés reunió a todos los de la unidad.


Hubo juegos mecánicos.
Gorditas y Pambazos.
Se subió una banda de cumbias a tocar.
Luego la Licenciada habló por el megáfono.
Y comenzó a decir una serie de cosas que a ninguno de nosotros nos importó.
Sólo queríamos que se callara la boca para seguir la fiesta.
Extrañamos al viejo Bye Bye Bird en esos momentos para que hubiera gritado:

Fuck you politic beaner!

Ese día toda la unidad se llenó con propaganda Del Partido.


Nos regalaron unas playeras.
Eran bonitas.
Si se ensuciaban no había pedo.
“La Licenciada quiere que todos usen una de estas”, dijo Don Manolo.

24
Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Entonces hasta los secuestrados se tuvieron que poner las playeras.


Y también las gorras.
Estaban chidas.
A todo dar.

La kermés se extendió por una semana.


Todos nos juntamos.
Incluso la chismosa de Doña Lupe dejó su ventana para ir cantar sus penas.
Fue gracioso.
Hasta que el papá del Johnny se puso muy borracho.
Nunca se supo quién golpeó primero.
Ni si quiera Doña Lupe pudo decir con claridad cómo pasó.
Pero se armó la campal.
Fue gracioso.
La pelea se extendió por otras dos semanas.
O sea que se puso mejor la fiesta.
Venían de todas las colonias a madrearse a la unidad.
Hacíamos apuestas.
Tarifa de diez, mochada de tres.
Salía buen negocio.
Pudimos comprarnos todos los celulares que quisimos.
Fue ahí cuando se me acercó la hermana del Johnny y me dijo que la había embarazado.

─ ¿Te cae?
─ Sí, cortito pero efectivo, eh.
─ Chale.
─ Si el niño sale negro te aviso, pero estoy segura de que es tuyo.
─ ¿Y qué hacemos?
─ Nada. ¿Quieres bailar?

Y bailamos.
Todo estaba poca madre.
Hasta que dañaron el alumbrado público.
El único pinche poste de luz que había en toda la unidad.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

De una pedrada.
Entonces sí llegó la policía y entambó a la mitad de la unidad.
Daños a la nación.
Eso fue malo.
Porque se acabó la fiesta y se llevaron a Don Manolo.
Cerró su tienda y sus negocios por un tiempo.
Eso quiso decir no más cigarros y caguamas gratis.
También se llevaron a la familia del Johnny.

─ ¿Ahora qué hacemos?


─ Pues pagar por lo que consumimos.
─ Ni madres, primero muerto.
─ ¿Qué haría el viejo Bye Bye Bird?
─ ¡El viejo Bye Bye Bird!

Entonces nos acordamos de que el cadáver del viejo Bye Bye Bird seguía en su
departamento.
En medio de la pachanga se nos olvidó.
Entramos.
Por fortuna seguía muerto.
Lo cubrimos con una de las mantas Del Partido.
Y lo bajamos.

─ ¿Qué llevan ahí chamacos?


─ Es el cadáver del viejo Bye Bye Bird.
─ ¿A dónde lo llevan?
─ Lo vamos a tirar a la basura.
─ Bueno, pero échenlo en la basura orgánica, la delegación acaba de poner
nuevos botes, es el color verde.
─ No nos diga qué hacer, Doña Lupe.

Echamos el cadáver del viejo Bye Bye Bird en el contenedor gris.


Nos sorprendió que hubiera otros tres cadáveres ahí mismo.
Eso fue triste.

26
Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Desde ese momento la unidad perdió algo de vida.


Y ya no estaba la hermana del Johnny para consolarnos.
Ni si quiera el juego que nos había enseñado el viejo Bye Bye Bird nos consolaba.
Pero teníamos su armónica.
La vendimos en cincuenta pesos afuera del metro.
Con eso compramos unas caguamas.
Sí.
Eso hubiera hecho el viejo Bye Bye Bird.

Cuando Don Manolo, y la mitad de la unidad, regresó, nos pareció algo bueno.

─ ¿Cómo le hizo para salir Don Manolo?


─ Digamos que la Licenciada se entiende con nosotros.
─ ¿La gorda esa?
─ Sí, ya llegamos a un entendidito.
─ ¿Cómo se entienden?
─ Cosas de adultos.
─ ¡Bah!
─ Algún día lo entenderán.
─ ¿Nos invita unos cigarros Don Manolo?
─ ¡Cómo unos cigarros! ¿Son maricones? Mejor chínguense este polvito.
─ ¡Gracias Don Manolo!
─ Si me ayudan yo los ayudo.
─ ¿Cómo lo ayudamos?
─ ¿Ven a esos chamaquitos de allá?
─ Ajá.
─ Invítenles un poco del polvito y luego me los mandan a la tienda.
─ Como usted diga.
─ ¡Ah! Y no olviden usar las playeras que les regaló la Licenciada.

El polvito resultó ser de lo mejor.


Nos daban ganas de chambear todo el día.
Sacábamos hasta quince celulares en una tarde.
Ese fue un buen periodo.

27
Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Los mejores años de mi vida.


“Todo tiempo pasado fue mejor”.
Si es que pasa el tiempo.
A veces me siento como en un pasado infinito.
Y yo en medio.
Sí.
En un pasado infinito.
Y yo.
En medio.
Solo.
Solo.
Yo.

El tiempo pasó.
Don Manolo no regresó solo a la unidad, regresó con un chingo de gente.
Metían hasta a quince personas en un departamento.
Todos vendados y con las manos en la espalda.
¡Vieran cuántos caldos tenía que preparar su mujer!
También llegaron muchos más perros, y los perros traían a sus respectivos vagos,
rateros, drogos y prostitutas.
Pero ningún Bye Bye Bird.
También la familia del Johnny regresó.
Más grande y con más pistolas.
Entonces conocí a mi hijo.
Le puse Dylan.
Dylan Hernández.
Como Bob Dylan.
No tengo puta idea de quién fuera ese tipo.
Pero el viejo Bye Bye Bird hablaba de él.
Porque decía que también tocaba la armónica.
Mucho tiempo después lo escuché con un bocinero del metro.
Tocaba de la verga.
Pero seguro que al viejo Bye Bye Bird le hubiera gustado.

28
Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Conocí a Dylan.
Y entonces por fin me pude dedicar a lo que me había preparado durante toda mi vida.
Robar para mantener a “mi familia”.
Entonces comprendí por qué se le llamaba Unidad a la unidad.
No es por presumir, pero lo hacía a todo dar.
A veces ni si quiera tenía que sacar pico.
Aplicaba lo que había aprendido del viejo Bye Bye Bird.
“Hey Boy! Fuck you! Dame tu celular. Suck my dick, dirty whore, technologic shit.
Rapidito o te trueno”, les decía.
Todos se me quedaban viendo con cara de admiración.
Hasta me daban sus celulares y sus carteras con gusto.
Yo creo que se sentían como en gabacho.
“¡Qué muchacho tan listo, tan preparado!”, me decían.
Y me guardaba el dinero en el pantalón y chan chan.
Muy sabio siempre fue el viejo Bye Bye Bird.

Cuando regresaba a la unidad de chambear notaba que las cosas cambiaban.


Ahora los nuevos chamacos hacían filas enormes afuera de la tienda de Don Manolo.
Se hacían llamar “Los Sayayines” y vendían el polvito de Don Manolo ya no sólo dentro
de la unidad, sino de Aquiles Serdán hasta Vallejo.
También con pistolas y bien locos.
Sólo pensaban en motos y el polvito.

El Johnny se metió de lleno al negocio familiar, su papá se estaba muriendo, ya nomás


podía orinar en una bacinica que estaba al lado de su cama.
Luego los acompañábamos a lanzar los cadáveres a un tiradero que estaba atrás de la
Unidad.
Yo me tumbaba por las noches y ya no sonaba la armónica del viejo Bye Bye Bird.
Sólo de vez en cuando sonaba, cada vez menos, el rechinido del pesero arrollando a
alguna ñorita en la avenida.
El departamento del viejo Bye Bye Bird no volvió a habitarse y todas sus cosas
desaparecieron.
Nunca supimos quién se las llevó.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Pero le metimos una madriza al Kevin.


Por si acaso.
Doña Lupe se murió y su hijo nunca salió de la cárcel.
Lo malo de eso es que jamás le pagó el dinero que le debía a mi jefa.
Su ventana se cerró y ahora ya nadie sabía nada de nadie.

Dos cosas sucedieron después.


Dos cosas sucedieron después.
Nos enteramos de que al viejo Bye Bye Bird lo había matado el papá de Johnny.
Porque había cachado al viejo Bye Bye Bird con su mujer.
Eso nunca lo entendí bien.
¿Por qué le molestó que el viejo Bye Bye Bird estuviera con su mujer si todos habían
estado con su mujer?
Un verdadero misterio.
¿Alguien sabe qué carajos es VIH?

Lo segundo fue que “Los Sayayines” se torcieron a navajazos a Don Manolo afuera de
su tienda.
Se apañaron el negocio de la distribución y agregaron la de la prostitución de menores.
Niñas de diez u once años que vestían con falditas y las ponían afuera del metro.
Bien chistosas que se veían.
Ellos se quitaron las playeras Del Partido y comenzaron a negociar por otro lado.
Cuando la Licenciada regresó le orinaron la camioneta.
Se burlaban de ella.
El Johnny y su hermana estaban pensando en cómo chingarse a los Sayayines cuando
pusieron el último cartel en la unidad.

30
Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

VECINOS DE LA UNIDAD HABITACIONAL DE INTERÉS SOCIAL

“BENITO JUÁREZ”

DOF: 23/10/2018

La lic. PRISCILA PRIMAVERA PRITZKER. Les quiere informar por el presente

comunicado que ya se los cargó la verga por jugarle a los vergas.

Por su atención gracias.

Quizá ahí comenzó todo.


Con el UUUUuuuuAAAAAuuuuUUUaaaaa.
Fue de noche.
UUUUuuuuAAAAAuuuuUUUaaaaa.
Sonaban las sirenas: UUUUuuuuAAAAAuuuuUUUaaaaa.
Llegaron hasta en helicóptero.
Los policías se metieron a las casas y golpearon y arrestaron.
No distinguían a nadie, a todos nos partieron la madre.
Ni la hermana del Johnny, con todo y su putería, se salvó de recibir unos buenos
putazos.
A Los Sayayines los sacaron a la calle, los subieron a una perrera y se los llevaron.
A todos nos sacaron de la unidad.
Yo terminé en el Hospital “La raza”.
Tenía el ojo reventado.
Y los puercos me habían chacaleado mi celular.
Me acordé del hijo de la maestra gorda de inglés.
No sé por qué.
La enfermera me alcanzó un periódico.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

EL INFIERNO
─¡Nido de ratas!─

En operativo la policía detiene a banda de secuestradores y narcomenudistas en


Azcapotzalco. Toda la unidad estaba implicada.
miércoles 02 ene. 2019, p.10. La Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad
de México informó la detención de una banda de secuestradores y narcomenudistas. Los
secuestradores para asegurarse de que las víctimas no escaparan les colocaban unas
plantillas con clavos en los pies que les impedían si quiera incorporarse. La licenciada
Priscila Primavera Pritzker, en rueda de prensa, detalló que el operativo fue resultado de
años de investigación y de sus esfuerzos por generar una ciudad más segura que un…

Estoy seguro de que si el viejo Bye Bye Bird hubiera estado vivo nada de esto hubiera
pasado.
Salí después de tres meses.
Bien jodido y debiendo como cuarenta mil pesos.
¡Ja!
Ni pedo.
Mis padres encarcelados en Almoloya.
Ellos dicen muchas cosas para explicar lo que pasó.
La verdad es que no tiene importancia.
Pero dicen que se van a vengar de la Licenciada.
Que ella les prometió cosas.
Y que los engañó.
Mis padres nunca fueron muy inteligentes.
Siempre fueron muy aprovechados.
“Muerde la mano que te da de comer, no te dejes”, me dijo mi papá la última vez que lo
vi.
Como hace cinco meses.
Creo que me dijo mal el refrán.
En fin.
Ahora vivo con mi abuela.
Y con Dylan.
Acaba de cumplir 15.

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Bye Bye Bird
José Manuel Hidalgo

Le quiero conseguir una armónica.


Sí.
Sería gracioso.
Cuando salí del hospital no volví a ver a nadie de la unidad.
La hermana del Johnny se desapareció.
El Kevin.
El Bryan.
Nuestras ex novias.
Ya a nadie le dan risa nuestros nombres.
Desaparecieron.
Como el Johnny.
Como todos.
Todos.
Desaparecieron.
Derrumbaron la Unidad.
Ni mis cosas pude sacar.
No es que tuviera muchas.
Pero tenía algunas.
A la verga.
Ya no existe EL PATIO.
Ni el E-5
Ni el pasto crecido, ni la mierda, ni las hermanas.
Todo se destruyó.
En su lugar construyeron un WallMart.
Y aquí estoy.
Echando el cotorreo.
Je je je.
Supongo que esto haría sonreír al viejo Bye Bye Bird.
Sí.
Sí.
Sí.
En fin.
¿Quiere que le ponga doble bolsa para su leche?

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