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FAMILIAS JURIDICAS
BOGOTÁ D.C.
Estudiante
Grupo 1 f
Primer semestre
Docente
FACULTAD DE DERECHO
FAMILIAS JURIDICAS 1F
BOGOTÁ D.C.
‘El concepto de derecho’, de H. L. A. Hart
Hart estudió lenguas clásicas, historia antigua y filosofía. Sin haber asistido a una
facultad de derecho, con solo la realización de un curso obligatorio, aprobó los
exámenes para ejercer la abogacía. Litigó ante los tribunales por casi una década.
Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó en la Inteligencia Militar (MI5),
responsable del espionaje en el país. Coincidiría en esa división con Gilbert Ryle,
que luego sería un reconocido miembro de la “filosofía del lenguaje ordinario”: rama
de la filosofía lingüística que ejercería influencia definitiva sobre la obra de Hart.
La filosofía del lenguaje ordinario sustenta que los problemas filosóficos consisten
fundamentalmente en problemas lingüísticos, por lo que el método apropiado para
realizar el trabajo filosófico, es el análisis del lenguaje. Por esta razón, el enfoque
sobre el lenguaje es fundamental para el contenido y el método de la filosofía en
general. Los problemas filosóficos están arraigados entonces en malentendidos que
los filósofos tienen por tergiversar u olvidar lo que significan las palabras en su uso
cotidiano. Este enfoque prioriza la atención sobre las particularidades del uso
cotidiano del lenguaje ordinario.
Analiza los conceptos “derecho” y “sistema jurídico”, discutiendo la forma cómo las
reglas de conducta humana son utilizadas como pautas sociales de
comportamiento. Se enfoca fundamentalmente en la relación entre el derecho, la
coerción y la moral. Además de sustentar, contra Dworkin, que no hay una relación
lógicamente necesaria entre el derecho y la moral –sino meras relaciones
contingentes–, contra J. Austin arguyó que tampoco hay una relación de este tipo
entre el derecho y la coerción. Para Austin, como para Bentham, todas las leyes son
órdenes que imponen deberes u obligaciones sobre las personas. Las normas
jurídicas son, entonces, órdenes respaldadas por amenazas. Hart se pregunta por
la diferencia entre la orden de, por ejemplo, un recaudador de impuestos, y la orden
de un asaltante en la calle.
Clasificar todas las leyes como órdenes coercitivas o como mandatos morales
implica simplificar demasiado la relación entre el derecho, la coerción y la moral, y
expone un aspecto engañoso de uniformidad sobre los distintos tipos de leyes que
existen, las diferentes funciones sociales que cumplen y su contenido, forma de
origen y rango de aplicación. Hart parte de lo que denomina, al inicio de El concepto
de derecho, “las perplejidades de la teoría jurídica” que son fundamentalmente tres:
la reducción de las normas jurídicas a órdenes respaldadas por amenazas, la
separación entre el derecho y la moral, y la consideración axiomática del derecho.
Para resolver la primera introduce la distinción entre reglas primarias y secundarias.
Hart conceptúa las normas a las que se refiere Austin como “reglas primarias de
obligación”. Para que un sistema funcione adecuadamente, deben existir, además,
“reglas secundarias”. Las reglas primarias imponen obligaciones (normas penales y
de responsabilidad civil) y exigen realizar o abstenerse de realizar determinadas
acciones. Las reglas secundarias confieren potestades (normas que facultan a los
jueces a dirimir controversias, al Congreso a promulgar leyes, o a crear, modificar o
eliminar reglas primarias). Lo que distingue a los sistemas jurídicos evolucionados
no es la sola existencia de reglas primarias, sino su articulación con las reglas
secundarias cuyo objeto son, precisamente, las reglas primarias.
Las secundarias, a su vez, incluyen otras reglas. La más importante es la regla de
reconocimiento, que especifica las características que al identificarse en una regla
en particular, se considera una indicación afirmativa indiscutible de que se trata de
una regla del sistema, es decir, articula los criterios que debe cumplir una norma
para tener validez jurídica e incluye normas para crear, cambiar y adjudicar el
derecho. Hart acude a la idea de reconocimiento de las normas que pertenecen a
un determinado sistema jurídico, desde la tradición analítica a partir de donde
intenta definir la validez normativa acudiendo a las prácticas comunicativas. Los
operadores jurídicos del sistema son quienes, en sus prácticas y usos del lenguaje,
determinan cuáles son las normas válidas a partir de esa regla de reconocimiento
que se reconoce como criterio supremo del sistema (The Concept of Law, 2nd ed.,
1994, pp. 100 a 110).
Una de las principales contribuciones del derecho a la vida social es precisamente
la existencia de reglas que permiten a las personas estructurar sus relaciones
jurídicas dentro del esquema coercitivo del derecho. El derecho es, entonces, “la
unión de reglas primarias y secundarias” (p. 107).
¿Discrecionalidad judicial?
Toda vez que la naturaleza del derecho está determinada por el lenguaje, en la
práctica se presentarán necesariamente problemas de vaguedad e imprecisión
entre los actores jurídicos. De ahí proviene la idea de la “textura abierta del
derecho”, según la cual en todo sistema jurídico pueden existir casos en los que las
leyes existentes resulten vagas o indeterminadas. En estos, la discrecionalidad
judicial sería necesaria para esclarecer y especificar las leyes existentes. Al realizar
esta tarea, los jueces pueden de hecho crear nuevas leyes. Si el derecho se concibe
solo como un conjunto de reglas, ciertas situaciones como las que involucran casos
difíciles quedarán por fuera del sistema y justificarían la actuación discrecional por
parte del juez, desde el planteamiento de Hart. El derecho otorga discrecionalidad
a los jueces en los casos límite para decidir las cuestiones que el derecho no
determina (cap. VII.1). Los estándares del sistema dejan a elección del juez cómo
resolver la cuestión difícil.
Recepción en Colombia
Por finalidad después de ver los autores de estos escritos tomados de un gran grupo
de conocedores de muchos países y bastantes épocas, donde cada uno muestra y
realiza comparaciones con otros autores con similares características de
pensamiento, y en algunos casos continúan con las teorías o tomando parte de
ellas, pero cada uno propone diferentes maneras de ver estos conceptos, también
puedo apreciar sin temor a equivocarme que es necesario dejar a un lado el miedo
tal vez por no sentirnos cómodos o tal vez por la edad, o cualquier otra circunstancia
y tomar la decisión leer a cada uno de los autores presentados en clase, ya que no
debemos de dejar en el vilo nuestros estudios y se debe tratar de buscar el aumento
de nuestros conocimientos, para que en algún momento podamos tomar una
decisión con respecto a lo aprendido por todos estos autores para que en nuestro
ámbito profesional podamos llegar con argumentos establecidos durante nuestra
carrera y nuestra vida personal a dar nuestro punto de vista con una base de
argumentos o tal vez poder en algún momento poder entrar en un salón u otro lugar
donde podamos ser partícipes de nuevas ideas en búsqueda de unos nuevos
conocimientos. Agradezco por la oportunidad dada al Doctor JHONY FRANDERY
BELLMONT por darme la oportunidad de buscar más conocimientos, no en
búsqueda de una nota; además de sembrar semillas en futuros abogados
respetables de este país y por ser ese gran profesional al cual admirar, del cual
aprender, y de quien poder escuchar concejos reales para nuestras vidas.
4. Bibliografía
Herbert Lionel Adolphus HART, El concepto del derecho (The concept of law), Trad.
Genaro R. CARRIÓ, 2. ed., Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1977.
https://www.ambitojuridico.com/noticias/administrativo-y-contratacion/el-concepto-
de-derecho-de-h-l-hart
http://www.egov.ufsc.br/portal/conteudo/an%C3%A1lisis-de-las-principales-
proposiciones-de-herbert-lionel-adolphus-hart