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¿Cómo Argentina paso de ser una economía robusta a estar en crisis?

Alejandro García

Laura Contreras

Explicar cómo la crisis argentina se ha agudizado en los últimos años supone remontarnos

varias décadas atrás y examinar como las decisiones económicas que se tomaron a partir de los

distintos gobiernos después de la década de 1920 en ese país afectaron de manera progresiva la

solides económica que tenía la Argentina con respecto a los demás países de la región.

La situación económica en Argentina tiempo antes de la primera guerra mundial era muy

favorable, pues presentaba un crecimiento promedio en su PIB per cápita de un 2,5% anual, y ya

para 1913 acumulaba el 50% del PIB de América Latina, era incluso superior al de países

europeos como Francia y Alemania. El 7% de las exportaciones a nivel mundial provenían de

este país.

PIB PER CAPITA DE LOS PAISES MAS RICOS PARA 1913


Para la década de 1930, la región sufre una serie de golpes de estado que terminan por

implantar un sistema económico opuesto al libre comercio entre naciones, y tras la Gran

Depresión, que afecto la economía a nivel global, muchos países empezaron a adoptar el modelo

económico Keynesiano. De esta forma, se empiezan a implementar una serie de cambios

estructurales en el comercio exterior, la intervención del Estado para proteger la industria

nacional crece, y a raíz de esto surge la autarquía, que consiste en reemplazar los productos

importados por producción nacional.

Tras la llegada de Juan Domingo Perón al gobierno argentino en 1946, surge el peronismo

como ideología inspirada en el pensamiento fascista de Benito Mussolini. Perón sostenía que

había que hacer reformas económicas que fortalecieran la industria nacional y que esta fuera la

primera opción de los consumidores antes de acceder a productos importados. Para esto, durante

su gobierno elevó dramáticamente los aranceles a las importaciones. Además, incurrió en

expropiaciones y como resultado, muchas empresas privadas pasaron a manos del Estado, y con

él, el control de los sectores de la economía, desde la industria de las carnes y cereales, hasta la

explotación de hidrocarburos estuvo a cargo de solo unos grupos de interés político, provocando

un detrimento del libre mercado.

El peronismo fue también responsable de incurrir en prácticas como: subsidiar a grupos

sindicales y empresariales próximos al gobierno; subir los impuesto a las exportaciones, al sector

agrícola y al sector rural; elevar el gasto público, lo que generó déficit fiscal y por consiguiente

deuda pública; recurrir a la monetización masiva de deuda generada por el gasto público a través

del banco central, imprimiendo más dinero para poder cumplir con las obligaciones pendientes,

dinero que a su vez pasaba a circulación y por lo tanto generaba inflación; regular la producción y
la contratación de trabajadores y de servicios; introducir el Instituto Argentino para la Producción

y el Intercambio (IAPI), que eliminó las empresas exportadoras privadas y fijó los precios

internos de las cosechas por debajo de los precios internacionales. Posteriormente, esta entidad se

encargaba de vender esos productos en el exterior y retener la diferencia para inyectar más gasto

público.

A continuación, enseñamos una gráfica que presenta como la economía argentina empieza

a decrecer a partir de la década de 1910;

De un momento a otro Argentina pasó de tener un mercado abierto y con poca

intervención del Estado a ser una economía cerrada, proteccionista y con un alto nivel de gasto

público invertido en diversos sectores públicos y políticos, que genero siempre un malestar en

torno a lo que pasaba de puertas para adentro. Muchas empresas dejaron de ser competitivas al

pasar a manos del Estado y esto genero un declive de la economía argentina.


En 1983, cuando la democracia volvió a ese país de la mano del entonces presidente Raúl

Alfonsín, muchos esperaban con ansias reformas económicas que dieran paso a la globalización

en la Argentina de ese entonces. Los planes de Alfonsín tenían como principal objetivo

estabilizar la economía, para esto creó una nueva moneda denominada “austral” y recurrió a más

préstamos. Meses después la poca confianza en el austral se cayó por parte de los inversionistas

puesto que el Estado había sido incapaz de pagar los intereses de las deudas previamente

adquiridas. La inflación que en 1985 estaba en 16% paso al 200% en 1987, para 1989 la

hiperinflación ya superaba el 3000%. Cinco meses de terminar su periodo como gobernante,

Alfonsín decide renunciar, y sede el cargo al ya presidente electo Carlos Menem.

Con la llegada de Menem ese año, vinieron reformas que se creía impulsarían la economía

hacia el libre mercado y la competitividad de las empresas, algo que parecía contradecir el

pensamiento peronista. Menem adoptó medidas como la privatización de empresas estatales,

aunque fueron vendidas a personas allegadas al poder y, la apertura comercial única y

exclusivamente con América Latina, dedicándose a comerciar con países de la región y


dependiendo enormemente de Brasil como principal socio comercial. Además en 1990 decretó

la Ley de Convertibilidad del Austral, que restauró el peso como la moneda argentina con un

valor monetario fijado por la ley para el valor del dólar estadounidense y como resultado la

hiperinflación se redujo drásticamente.

Durante estos gobiernos siguió en aumento la deuda pública pasando del 34% en 1991 al

52% del PIB en 1999, igualmente el gasto público se incrementó a través de más subsidios y la

creación de diversos ministerios acrecentó el déficit fiscal y paso del 0,15% en 1994 al 2,4% en el

año 2000. Finalizando el gobierno de Menem el desempleo se acercaba al 14 por ciento, luego de

haber alcanzado la cifra récord de 18,6% algunos años antes, y la pobreza era del 30%. Es de

resaltar que en este periodo la caída del producto interno bruto llego hasta el 3,4% en 1999

respecto al año anterior.

Pese a los intentos de Menem por reactivar la economía, la popularidad que tenía fue

decreciendo hasta el punto de que, al presentarse para su tercer gobierno, no alcanzo con el

mínimo de escrutinios para pasar a la segunda vuelta electoral. Menem fue sucedido por

Fernando de la Rúa en el año 2001.

De la Rúa emprendió un esfuerzo por estabilizar la ya más que fracturada economía

argentina: redujo las tasas de interés del banco central, impuso una reforma para controlar el

gasto público y disminuyó de un 8% a un 20% los gastos a docentes, funcionarios, fuerzas de

seguridad y empleados judiciales, también despidió a cerca de 10.000 personas y recortó los

presupuestos destinados a la educación superior afectando a más de 140.000 personas. Aunque

hizo intentos por mejorar la grave crisis financiera que atravesaban, no consiguió, sino que las
empresas dejaran de producir. Estas medidas no dieron resultado y para el año 2000 la crisis

continuó, la economía se contrajo 0.5% del PBI y el desempleo llego al 14.7%. En 2001 y tras el

nombramiento de su nuevo ministro Ricardo López Murphy, los recortes al gasto publico

aumentaron, terminado ese año con los siguientes resultados: el desempleo alcanzó al 18,3%, la

deuda pública llegó a 132.000 millones de dólares, se registró una contracción mayor al 11% en

la actividad fabril y al 20% en construcción en términos anuales, el PBI per cápita bajó 10% y la

inversión un 30%. El déficit fiscal fue de 8.500 millones. Para fines de el mismo año la pobreza

llegó a ser del 54 % y el desempleo afectaba al 25 % de la población. El ministro de Economía

Domingo Cavallo, decretó un corralito financiero para salvar los bancos. El recorte del gasto

público se elevó y alcanzó los 6000 millones de dólares. Fue tan grave la situación que se hablaba

de una posible disolución nacional. Este periodo reconocido como Crisis de 2001, hizo que De la

Rúa presentara su renuncia.

Ya para el 2003 habían sucedido 5 personas a De la Rúa. Néstor Kirchner, previamente

gobernador de la provincia de Santa Cruz llegó a la casa rosada tras pasar a segunda vuelta,

puesto que días antes de las segundas elecciones, el otro candidato, el expresidente Menem

decide renunciar a la carrera política.

Como política económica Kirchner dio continuidad a la previamente presentada bajo la

presidencia de Duhalde, uno de los mandatarios que sucedieron el poder tras la renuncia de

Menem. Dicha política estaba enfocada a la recuperación del crecimiento económico y al

fortalecimiento de las relaciones comerciales de la Argentina con la región. De esta manera, el

banco central compró y retuvo divisas para frenar la devaluación del peso argentino, medida que

fue efectiva. Impulsó las exportaciones hacia la región y llevó a cabo una reforma agraria que le
dio al sector agrícola un importante papel en el mejoramiento de la economía. Igualmente,

durante su periodo la pobreza y de desempleo disminuyeron notablemente. El salario mínimo que

era en 2003 de $360 se elevó a $1.240 en el 2007. En el 2006 canceló la deuda que el país tenía

con el FMI por un monto de US $9.500 millones.

Cabe resaltar que el Kirchnerismo tenía una ideología cercana a Menem en materia social,

lo cual no impidió que este gobierno comprara empresas privadas para volverlas públicas e

interviniera en diversos factores del mercado. El gasto público de su gobierno se dirigió hacia el

mejoramiento del sistema educativo que durante el periodo de De la Rúa fue el sector con

mayores recortes de presupuesto.

A pesar de su pensamiento socialista, y a diferencia de demás líderes con ideología

similar, Kirchner fue un tipo que reposiciono a Argentina como una de las economías más fuertes

para ese entonces de América Latina, creciendo por encima del promedio de la región.

Crecimiento económico de Argentina durante el


gobierno de Néstor Kirchner
Tras el paso de Néstor Kirchner por la casa rosada, su esposa Cristina Fernández de Kirchner

decide lanzarse de la mano de su esposo a la carrera por la presidencia en 2007, en diciembre de

este mismo año sucede a su esposo. El periodo que ocupó, de 2007 a 2015, estuvo marcado por el

aumento de la industria, lo podemos ver comparando la importación de teléfonos móviles en

2008 que llegaba al 98% de los móviles vendidos en el país, frente a los que provenían de

empresas locales en 2012 que correspondía a un 99 % del mercado. El gasto público fue muy

importante para Fernández, aumentándolo de forma gradual cada año de gobierno y haciendo

énfasis en la cultura, la tecnología, la ciencia y la educación. Para la ONU, en el año 2015,

Argentina era la segunda nación de habla hispana con más alto índice de desarrollo humano . El

mismo año el Banco Mundial calificó por primera vez a la Argentina como una economía de alto

ingreso. En aquel entonces, el país tenía una renta per cápita de más de 16 000 dólares

estadounidenses en paridad de poder adquisitivo (PPA), la segunda más alta en América Latina

(tras Chile). Durante sus dos períodos el PBI creció de 329 000 millones a 548 000 millones de

dólares en 2014. El Banco Interamericano de Desarrollo, de acuerdo a los datos del Banco

Mundial, afirmó que a mediados del 2015 el índice de pobreza era de 10,8 % y de la indigencia

del 4,2 %, lo que solidificaba el legado de los Kirchner en materia económica y social.

El crecimiento económico a lo largo de este periodo presidencial estuvo marcado por subidas y

bajadas porcentuales, aunque en general siempre en crecimiento. Las políticas proteccionistas aún

se mantenían y las pocas relaciones comerciales seguían limitándose a Latinoamérica a través de

bloques como Mercosur y tratados de libre comercio pactados con Venezuela, más los previos

que existían con Chile y Brasil, este último su principal socio económico, esto generaba una

relación de dependencia de estas economías lo que a su vez hacía que cuando había bajones en el
crecimiento de dichos países también lo había en Argentina, esto se reflejaba cuando las

exportaciones disminuían en tiempos de crisis, generando un menor crecimiento.

Crecimiento económico de Argentina


¿durante el periodo presidencial de Cristina
Fernández de Kirchner

Tras el final de gobierno de los Kirchner el 9 de diciembre de 2015 y después de una

polémica sobre donde seria juramentado el nuevo presidente de los argentinos, el 10 de diciembre

del mismo año Mauricio Macri entra como nuevo soberano de la Nación, dentro de sus

principales objetivos la globalización completa de la República Argentina con el resto del mundo

y para esto debía eliminar las barreras arancelarias a los productos importados, así como eliminar

los altos impuestos que tenían las exportaciones en el mismo país para el sector agrícola y

minero.

La entrada de Macri a la casa rosada suponía un intento por reposicionar a Argentina

como la gran economía que algún día fue, en su campaña el discurso se centró en reabrir el

mercado argentino al mundo y dejar atrás el modelo proteccionista impuesto desde decenas de
gobiernos anteriores. Dentro de sus primeras medidas adoptadas encontramos la derogación de

los impuestos a exportaciones, cumpliendo así con uno de sus objetivos, derogación de los

impuestos para comprar dólares y enviar capitales al extranjero, esto genero al día siguiente una

devaluación del peso argentino del 42% que genero subida en los precios de los productos de la

canasta familiar y en los pocos productos importados. El gradualismo fue su bandera para tratar

de no impactar a la sociedad de manera grande (aunque termino haciéndolo, lo que se conoció

después como gradualismo acelerado) por lo que llego a acuerdos con la oposición y los actores

sociales. En 2016 el gabinete presidencial anunció el recorte en algunos subsidios destinados a la

población tales como transporte, gas y electricidad, agua potable, y al sector minero, el impacto

para la población fue grande, puesto que en algunos casos el aumento de las tarifas llego al 500%,

algo que generó indignación y posteriormente que la gente saliera a protestar por las medidas

drásticas.

En 2017 Macri logró llegar a un consenso fiscal con los gobernadores de 22 de las 23

provincias argentinas para reducir el gasto público, dentro de este consenso se incluyeron: pasar

el 20% del recaudo de impuestos a la ganancia a fondos para las provincias; estas provincias

acordaron eliminar impuestos a los ingresos brutos en un plazo de cinco años; adherir la ley de

responsabilidad fiscal para prohibir el incremento de gasto público en dichas provincias; las

provincias acordaron desistir de las demandas impuestas al Estado por deudas acumuladas. Tras

llegar a este consenso con la mayoría de provincias, el crecimiento del PIB generado por

Argentina en 2017 fue de 2,9% comparado con el -2,3% que había registrado en el 2016, según

cifras del Banco Mundial.


Para el mes de agosto de este año, la inflación llego al 24,3% debido a diversos factores,

dentro de ellos: la masiva impresión de billetes para cumplir con los pagos de la nación, la

devaluación de la moneda, lo que hizo que importar fuera más caro y la subida de precios en las

tarifas de servicios públicos. El gobierno busca reducir este digito a través de la supresión de la

emisión de billetes por parte del Banco Central, algo que parece no ser suficiente. La decisión de

permitir la compra y venta de divisas fue algo positivo para las personas y las empresas, aunque

no lo fue para la economía del país, puesto que mucha gente empezó a utilizar dólares para todo,

aumentando su demanda y por lo tanto la subida en los precios del mismo, devaluando de esta

manera la moneda nacional hasta un histórico del 50%. Además, la industria del país ha

decrecido un 5,7% debido a los altos costos de producción causados por la inflación. La

perspectiva de crecimiento para el gobierno paso de un aumento en el 3,5% a una reducción del

0,5% en el PIB respecto al año pasado. Los índices de desempleo para junio de este año

registraron un aumento del 0,9%, respecto al tomado el mismo periodo de tiempo del año pasado

llegando al 9,6%.

En resumen, aunque Macri ha tratado de impulsar reformas en pro del libre mercado, estas

no han sido suficientes para recuperar la inversión y la credibilidad en el país por lo que la

confianza en la moneda nacional se debilita y genera la devaluación del peso argentino.

Personalmente, creemos que hacen falta más medidas que impulsen la inversión el país como

reducir los aranceles y la tributación a las empresas que llegan para hacer que se queden. Fue

errónea la decisión de permitir compra y venta de divisas sin ningún tipo de restricción pues ha

generado problemáticas económicas que afectan de manera directa a todo el país. Estamos de

acuerdo con los cambios graduales en el gasto público, aunque no de manera tan acelerada, pues

esto de una u otra manera si afecta a la población. Esperamos que el gabinete y el ejecutivo
presidencial logren considerar estrategias para combatir los altos índices de inflación y las

barreras al libre mercado que anteriores gobiernos impusieron, solo de esta manera, la tercera

economía de Latinoamérica podrá salir de crisis y desacelerar la devaluación de su moneda.

Bibliografía:

o https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Menem

o https://www.libremercado.com/2012-04-22/argentina-de-pais-rico-a-pais-pobre-

1276456223/

o https://www.larepublica.co/globoeconomia/presidente-macri-dice-que-economia-

argentina-retomara-el-crecimiento-el-ano-proximo-2751153

o https://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_de_la_Rúa

o https://es.wikipedia.org/wiki/Corralito

o https://www.elespanol.com/enfoques/20151120/80741982_0.html

o http://www.bcra.gov.ar/

o http://www.bcra.gov.ar/PublicacionesEstadisticas/IEF_0118.asp

o https://es.wikipedia.org/wiki/Néstor_Kirchner

o https://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_de_diciembre_de_2001_en_Argentina

o https://es.wikipedia.org/wiki/Cristina_Fernández_de_Kirchner

o https://es.m.wikipedia.org/wiki/Mauricio_Macri

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