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Juzgado Tercero de Distrito en el Estado

Juicio de amparo 479/2018-IV

AUDIENCIA CONSTITUCIONAL. León, Guanajuato, siendo las diez


horas con cincuenta minutos del veinticinco de septiembre de dos mil

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dieciocho día y hora señalados para la celebración de la audiencia
constitucional en el juicio de amparo número 479/2018-IV, promovido por
****** ****** ********* se procede a celebrarla ante la presencia judicial
de la licenciada Gabriela Elizeth Almazán Hernández, Juez Tercero de

Distrito en el Estado de Guanajuato, con residencia en esta


ciudad, quien actúa asistida de la licenciada Ingrid Rodríguez
Mainou, Secretaria que autoriza y da fe. La Juez declara abierta
la audiencia de conformidad con lo dispuesto por el artículo 124
de la Ley de Amparo sin comparecencia de las partes. A
continuación la Secretaria da lectura a todas las constancias que
integran el juicio de amparo en que se actúa, entre las que
destacan por su importancia los informes justificados rendidos
por las autoridades responsables los cuales obran agregados de
fojas 37 a 39 y 51 a 54 de autos, asimismo, se da cuenta con la
omisión por parte de la Dirección General de Tránsito del
Municipio de León, en rendir su informe justificado, no obstante
de estar debidamente notificada, como se desprende del acuse de
recibo del oficio 2836/2018 que obra a foja 36 de autos. A lo que
la Juez acuerda: téngase por hecha la anterior relación de
constancias para los efectos legales a que haya lugar; asimismo,
con apoyo en el numeral 117 de la Ley de Amparo, téngase por
omisa en rendir su informe justificado a la Dirección General de
Tránsito del Municipio de León. Enseguida la Juez declara
abierto el periodo probatorio, en el que tiene por ofrecidas,
admitidas y desahogadas dada su especial naturaleza la
documental que obra de fojas 40 a 43 de autos, que adjuntó como
apoyo a su informe con justificación la autoridad responsable
Secretaría de Seguridad Pública del Municipio de León, asimismo
las agregadas de fojas 64 a 86 y 92 a 97, de igual manera las
allegadas por la parte quejosa que adjuntó a su escrito de
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demanda, mismas que obran agregadas a fojas 5 y 22 a 25 de


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autos, y al no existir más pruebas con que dar cuenta, se


procede a cerrar dicha etapa y se abre el periodo de alegatos,
en el que se tiene por perdido el derecho de las partes a
formularlos en virtud de que no lo hicieron y al no haber más
argumentos que tener por reproducidos, se cierra dicha fase y se

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pasa al dictado de la resolución correspondiente.
León, Guanajuato, veinticinco de septiembre de dos mil dieciocho.

V I S T O S para dictar sentencia en el juicio de amparo


479/2018-IV, promovido por ****** ****** ********, contra
actos del Ayuntamiento de León, Guanajuato y otras
autoridades, los cuales consideraron violatorios de los derechos
fundamentales reconocidos en los artículos 4º, 8, 17 y 21 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y,

R E S U L T A N D O:

ÚNICO. Admisión, trámite e integración. Por escrito


recibido el seis de junio de dos mil dieciocho, en la Oficina de
Correspondencia Común a los Juzgados de Distrito en esta
ciudad, y en este Juzgado de Distrito por razón de turno, ******
****** ******** solicitó amparo y protección de la Justicia
Federal, contra los actos y autoridades que más adelante se
mencionarán. Previa prevención, por auto de veintisiete de junio
del mismo año, se admitió a trámite la demanda, registrándose
con el número de expediente 479/2018-IV; asimismo, se solicitó a
las autoridades responsables su informe con justificación; se dio
la intervención que corresponde al Agente del Ministerio Público
de la Federación adscrito a este juzgado federal; por último, se fijó
fecha para que tuviera verificativo la audiencia constitucional, la
que se celebró al tenor del acta que antecede; y,

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Competencia. Este Juzgado Tercero de Distrito


en el Estado de Guanajuato, es legalmente competente para
conocer y resolver el presente juicio de amparo, de acuerdo con lo
establecido en los artículos 107, fracción VII, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos en vigor; 37 y 107,
fracción II, de la Ley de Amparo; 48 y 52, fracción IV, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
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Lo anterior, en virtud de que se trata de un acto omisivo y la


demanda de amparo se presentó en la Oficina de
Correspondencia Común a los Juzgados de Distrito de esta

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ciudad.

SEGUNDO. Precisión de los actos reclamados. En


términos del artículo 74, fracción I de la Ley de Amparo en vigor,
se procede a fijar de manera clara y precisa los actos reclamados,
para lo cual se examina la demanda de amparo, los conceptos de
violación y demás constancias de autos, a fin de resolver la
cuestión efectivamente planteada, de lo que se deduce que la
parte quejosa reclama:

Del Ayuntamiento del Municipio de León, Guanajuato,


Secretaria de Seguridad Pública Municipal y Director General
de Tránsito Municipal, todos con residencia en esta ciudad:

 La omisión y/o negativa de cumplimiento de las


funciones inherentes a los cargos que desempeñan, al no
desplegar actos eficientes a efecto de brindar una seguridad
pública adecuada y atinente a los habitantes de la ******* ******
*** ****** de esta ciudad, de conformidad con el contenido de
las normas que regulan su estructura, funcionamiento,
competencia, obligaciones, atribuciones y facultades.

TERCERO. Certeza del acto reclamado. Deben estimarse


ciertos los actos reclamados al Ayuntamiento del Municipio de
León, Guanajuato y Secretaria de Seguridad Pública, ambos
con residencia en esta ciudad, aun cuando en su informe
justificado negaron su existencia (fojas 51 y 37); debido a que se
les atribuye un acto omisivo, de modo que es necesario analizar
las constancias remitidas como apoyo a su informe para verificar
si cumplieron las obligaciones que la ley les impone en materia de
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seguridad pública, lo que trastoca aspectos relacionados con el


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fondo del amparo, de ahí que deba tenerse por cierto el acto.
Por otro lado, la diversa autoridad Dirección General de
Tránsito Municipal fue omisa en rendir su informe justificado,
pese a haber sido legalmente requerida por ello, como se aprecia

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del acuse de recibo del oficio por el cual se le solicitó dicho
informe que obra agregado a foja 36 del sumario; en tal sentido,
con fundamento en el artículo 117, párrafo cuarto, de la Ley de
Amparo, se presume la existencia de los actos de omisión que le
fueron atribuidos.

En efecto, para que se actualice la omisión en que incurre


una autoridad debe existir previamente la obligación correlativa,
conforme lo dispongan las normas legales.
En el caso particular, de acuerdo a lo señalado en los
numerales 3º y 7º de la Ley del Sistema de Seguridad Pública del
Estado de Guanajuato, la seguridad pública es una función a
cargo del Estado y los municipios orientada a salvaguardar los
derechos humanos y sus garantías, así como a la preservación
del orden y la paz pública; actividad que se encuentra atribuida al
Ayuntamiento, el Presidente Municipal, Director de Seguridad
Pública o su equivalente, Director de Tránsito Municipal y el oficial
calificador.
En consecuencia, es evidente que las autoridades
señaladas como responsables tienen el deber legal de procurar
seguridad pública a los habitantes del municipio de León,
Guanajuato, de ahí que los actos omisivos en dicha materia que
se les atribuyen deban tenerse por ciertos.
Es puntualmente aplicable, la tesis aislada 1a. XXIV/98,
sostenida por la Primera Sala del Alto Tribunal, visible en la
página 53, Tomo VII, Junio de 1998, Novena Época, registro
196080, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de
contenido siguiente:

“ACTOS DE NATURALEZA OMISIVA. PARA ESTAR EN


APTITUD DE PRECISAR SU CERTEZA O FALSEDAD, DEBE
ACUDIRSE EN PRINCIPIO A LAS NORMAS LEGALES QUE
PREVÉN LA COMPETENCIA DE LA AUTORIDAD PARA
DETERMINAR SI EXISTE O NO LA OBLIGACIÓN DE ACTUAR
EN EL SENTIDO QUE INDICA EL QUEJOSO. Para que se
actualice la omisión en que incurre una autoridad debe existir
previamente la obligación correlativa, conforme lo dispongan las
normas legales; por tanto, un acto omisivo atribuido a la autoridad,
como puede ser que el presidente de la República, no haya
sancionado un acuerdo expedido por un secretario de Estado,
independientemente de las afirmaciones de la quejosa y las
manifestaciones de la responsable, será cierto o inexistente, en
función de las obligaciones y facultades constitucionales que
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ineludiblemente está constreñida a realizar, sea en vía de


consecuencia de un acto jurídico previo que lo origine, o bien, en
forma aislada y espontánea sin que tenga como presupuesto una

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condición; y no simplemente por el solo hecho de incurrir en la
omisión por sí misma con criterios subjetivos. En estas
circunstancias, para estar en aptitud de precisar la certeza o
falsedad de un acto de naturaleza omisiva cuando se le imputa a
determinada autoridad, debe acudirse en principio a las normas
legales que prevén su competencia para verificar si en realidad
está obligada a realizar esa conducta, es decir, antes de
pronunciarse sobre una posible omisión es necesario identificar si
existe obligación jurídica de actuar en la forma que la quejosa
indica, porque de no ser así se llegaría a la conclusión errónea de
que cualquier omisión reclamada fuera cierta soslayando la
exigencia objetiva de que se debe obrar en determinado sentido,
que después de todo puede servir como referencia para iniciar el
análisis de certeza de actos.”

CUARTO. Se desestiman las causales de improcedencia


invocadas por la autoridad responsable. En el informe que
obra agregado a foja 37 del sumario la Secretaría de Seguridad
Pública Municipal de León, por conducto del Director General de
Asuntos Jurídicos y Control de Legalidad adujo que no reúne las
características para ser considerada como autoridad responsable
en el presente juicio.

Ahora bien, la Ley de Amparo dispone:

"Artículo 1. El juicio de amparo tiene por objeto resolver


toda controversia que se suscite:

I. Por normas generales, actos u omisiones de autoridad


que violen los derechos humanos reconocidos y las garantías
otorgadas para su protección por la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, así como por los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte;

II. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad


federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados o la
esfera de competencias del Distrito Federal, siempre y cuando se
violen los derechos humanos reconocidos y las garantías
otorgadas para su protección por la Constitución Política de los
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Estados Unidos Mexicanos; y




III. Por normas generales, actos u omisiones de las


autoridades de los Estados o del Distrito Federal, que invadan la
esfera de competencia de la autoridad federal, siempre y cuando
se violen los derechos humanos reconocidos y las garantías
otorgadas por la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

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El amparo protege a las personas frente a normas
generales, actos u omisiones por parte de los poderes públicos o
de particulares en los casos señalados en la presente Ley”.

"Artículo 5. Son partes en el juicio de amparo:

(…)

II. La autoridad responsable, teniendo tal carácter, con


independencia de su naturaleza formal, la que dicta, ordena,
ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue
situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el
acto que de realizarse crearía, modificaría o extinguiría dichas
situaciones jurídicas.

Para los efectos de esta Ley, los particulares tendrán la


calidad de autoridad responsable cuando realicen actos
equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos en los
términos de esta fracción, y cuyas funciones estén determinadas
por una norma general”.

Los preceptos legales transcritos permiten inferir que el


juicio de amparo es improcedente cuando el acto reclamado no
provenga de una autoridad, entendiéndose como tal, la que dicta,
ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o
extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u
omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o extinguiría
dichas situaciones jurídicas.

De igual manera, para los efectos de dicho ordenamiento,


los particulares tendrán la calidad de autoridad responsable
cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, que
afecten derechos en los términos de esta fracción, y cuyas
funciones estén determinadas por una norma general.

Ahora, la concepción del acto reclamado para la


procedencia del juicio constitucional, constituye un requisito
indispensable para ello, tal como lo disponen los artículos 103 de
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la Carta Magna y 1° de la ley de la materia, preceptos que


establecen la procedencia del amparo; en primer lugar, contra

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normas generales o actos de autoridad, extendiéndose en
algunos casos este concepto de autoridad a algunos supuestos
donde particulares realicen actos equivalentes a los de las
autoridades estatales, pero esta extensión es excepcional.

Así, conforme a la doctrina, el acto reclamado consiste en


un hecho voluntario e intencional, positivo o negativo que implica
una afectación de situaciones jurídicas abstractas o que
constituye un acto concreto de efectos particulares, imputable a
un órgano del Estado e impuesto al gobernado de manera
imperativa, unilateral y coercitiva.

Lo anterior, tiene como consecuencia que no todos los


hechos que el particular estime contrarios a su interés, son
susceptibles de impugnarse en el juicio de amparo, sino
únicamente los actos de autoridad y como se anticipó, de los
particulares que tendrán la calidad de autoridad responsable
cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad; por tanto,
no todos aquellos que algún órgano del Estado o paraestatal
realicen, tendrán esa naturaleza, puesto que dicho calificativo
ineludiblemente involucra la actuación o abstención de un órgano
estatal frente al gobernado, en sus relaciones de supra a
subordinación, cuyas características son la unilateralidad,
imperatividad y coercitividad.

Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis aislada I.13o.A.29 K,


sustentada por el Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito, visible en la página mil
seiscientos veinte, Tomo XXI, febrero de 2005, materia Común,
Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, que a la letra dice:
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“ACTO DE AUTORIDAD. ES REQUISITO




INDISPENSABLE PARA LA PROCEDENCIA DEL JUICIO DE


AMPARO ESTABLECER SI LA ACCIÓN U OMISIÓN DEL
ÓRGANO DEL ESTADO REVISTE ESA NATURALEZA. La
concepción del acto reclamado es un tema medular dentro del
análisis relativo a la procedencia del juicio de amparo, pues
constituye un requisito indispensable para ello, tal como lo

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disponen los artículos 103 de la Carta Magna y 1o. de la Ley de
Amparo, preceptos que consagran la procedencia del amparo, en
primer lugar, contra leyes o actos de autoridad; así, conforme a la
doctrina, el acto reclamado consiste en un hecho voluntario e
intencional, positivo (decisión, ejecución o ambas) o negativo
(abstención u omisión) que implica una afectación de situaciones
jurídicas abstractas (ley) o que constituye un acto concreto de
efectos particulares (acto stricto sensu), imputable a un órgano del
Estado e impuesto al gobernado de manera imperativa, unilateral
y coercitiva. En este aspecto, no todos los hechos que el
particular estime contrarios a su interés son susceptibles de
impugnarse en el juicio de garantías, sino únicamente los actos de
autoridad; y no todos aquellos que el órgano del Estado realice
tendrán esa naturaleza, puesto que dicho calificativo
ineludiblemente involucra la actuación o abstención de un órgano
estatal frente al gobernado, en sus relaciones de supra a
subordinación, cuyas características son la unilateralidad,
imperatividad y coercitividad. Consecuentemente, el juzgador, a
fin de establecer si el acto reclamado tiene la naturaleza de acto
de autoridad, debe ante todo constatar si éste afectó de manera
unilateral la esfera jurídica de la parte quejosa y si se impuso
contra y sobre la voluntad de ésta; adicionalmente, de acuerdo
con su naturaleza, debe considerar si puede exigirse su
cumplimiento, pues de no concurrir estas condiciones, el juicio de
amparo resulta improcedente en contra de actos que no son de
autoridad”.

En ese contexto, es posible establecer que el contenido de


los preceptos de la Ley de Amparo transcritos en párrafos
precedentes, dan pauta legal para sostener que el juicio
constitucional tiene por objeto resolver las controversias que se
susciten por actos de autoridad o de particulares cuando
realicen actos equivalentes a los de autoridad, en los términos
enunciados y que vulneren los derechos fundamentales del
gobernado, por lo que sólo serán autoridades para los efectos
del juicio constitucional aquellas que con fundamento en una
norma legal pueden emitir actos unilaterales a través de los
cuales crean, modifican o extinguen por sí o ante sí,
situaciones jurídicas que afecten en perjuicio del gobernado
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los derechos humanos reconocidos por el orden


constitucional mexicano.

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Bajo el citado contexto, se colige con toda precisión que el
ente de quien se reclamen actos presumiblemente violatorios de
derechos fundamentales, no debe tratarse de un particular, sino
de un órgano del Estado que unilateralmente impone su voluntad
en relaciones de supra a subordinación, regidas por el derecho
público, y que afecten el ámbito jurídico del gobernado.
Circunstancia que, en el caso, sí acontece.

En efecto, las relaciones de supra a subordinación son las


que se entablan entre gobernantes y gobernados, por actuar los
primeros en un plano superior a los segundos en beneficio del
orden público y del interés social; se regulan por el derecho
público que también establece los procedimientos para ventilar los
conflictos que se susciten por la actuación de los órganos del
Estado. Entre ellos destaca el procedimiento contencioso
administrativo y el juicio de amparo.

Este tipo de relaciones se caracterizan por la imperatividad,


la coercitividad y la unilateralidad, lo cual supone la posibilidad
legal de que la propia autoridad, u otras facultadas para ello,
venzan cualquier tipo de resistencia que pudiera presentar el
cumplimiento voluntario de los actos de autoridad
correspondientes.

Asimismo, las relaciones de supraordinación son las que


se establecen entre los órganos del propio Estado, en las que
éstos actúan en un plano de igualdad superior, por encima de los
particulares; regulándose, también, por el derecho público que
establece mecanismos de solución política y jurisdiccional. Dentro
de los cuales pueden mencionarse las controversias
constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad que señala
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el artículo 105, fracciones I y II, de la Constitución General de la


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República.
En cambio, las relaciones de coordinación son las
entabladas entre sujetos que actúan en un plano de igualdad y
bilateralidad, por lo que para dirimir sus diferencias e impedir que

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se hagan justicia por ellos mismos, se han instituido
procedimientos jurisdiccionales a esos efectos.

La nota distintiva de las relaciones de coordinación consiste


en que las partes involucradas deben acudir a los tribunales
ordinarios para que, en caso de ser necesario, se impongan
coactivamente las reparaciones que genere el incumplimiento de
alguna de las partes.

Precisado lo anterior debe decirse que la seguridad es un


servicio público a cargo de los gobiernos de los Estados y de los
ayuntamientos municipales, por disposición expresa de la
Constitución Federal, y tiene como finalidad garantizar la paz
social y la integridad de los habitantes de cada ciudad, por tanto
existe un marco normativo que regula dicha actuación estatal y
que impone frente a los gobernados en un plano de supra
subordinación de manera imperativa, unilateral y coercitiva; en
ese sentido, la omisión en el desempeño adecuado de dicha
función, repercute en la esfera de derechos de los habitantes, ya
que se altera la paz social y se menoscaba el ejercicio pleno de
los derechos y libertades de los ciudadanos; por tanto, los titulares
de las dependencias municipales señaladas en este juicio como
responsables de los actos omisivos reclamados, sí tienen la
calidad de autoridades responsables, para los efectos del
presente juicio constitucional.

Por otro lado, la misma autoridad sostuvo en su informe


justificado que no existe un acto que menoscabe la esfera jurídica
de la impetrante, y que por esa razón es improcedente el presente
juicio constitucional (fracción XII del artículo 61 de la Ley de
Amparo).

Dicho motivo de improcedencia se relaciona con el interés


jurídico, por ser el que exige un agravio personal y directo a quien
es titular de un derecho subjetivo -a que hace alusión la autoridad
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responsable-; sin embargo, en el caso particular, la solicitante del


amparo acudió en reclamo de la protección de la justicia federal

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ostentando un interés legítimo, derivado de su especial posición
frente al acto reclamado, con relación al cual se puede resentir
una afectación de tipo indirecta.

En ese sentido, es inconcuso que si la autoridad


responsable partió de una base errónea para sustentar el motivo
de inejercitabilidad de la acción constitucional, es inconcuso que
este tribunal no pueda analizar dicho motivo, pues implicaría suplir
a la responsable en sus argumentaciones, encauzándolas a una
hipótesis diversa a la invocada, lo que no es jurídico ni posible.

En consecuencia, se desestima tal motivo de


improcedencia, aunado a que éste tribunal de oficio, no advierte
que la impetrante carezca de interés legítimo para solicitar el
amparo en los términos planteados en su libelo.

Sustenta lo anterior, la jurisprudencia 137/2006, emitida por


la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
derivada de la contradicción de tesis 142/2006, consultable en la
página 365, tomo XXIV, Octubre de 2006, Novena Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, con número de
registro 174086, que dice:
“IMPROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO. CUANDO
SE INVOCA COMO CAUSAL ALGUNA DE LAS FRACCIONES
DEL ARTÍCULO 73 DE LA LEY DE LA MATERIA, SIN
EXPRESAR LAS RAZONES QUE JUSTIFIQUEN SU
ACTUALIZACIÓN, EL JUZGADOR DEBERÁ ANALIZARLA
SÓLO CUANDO SEA DE OBVIA Y OBJETIVA
CONSTATACIÓN. Por regla general no basta la sola invocación
de alguna de las fracciones del artículo 73 de la Ley de Amparo
para que el juzgador estudie la improcedencia del juicio de
garantías que plantee la autoridad responsable o el tercero
perjudicado, sin embargo, cuando aquélla sea de obvia y objetiva
constatación; es decir, que para su análisis sólo se requiera la
simple verificación de que el caso se ajusta a la prescripción
contenida en la norma, deberá analizarse aun sin el razonamiento
que suele exigirse para justificar la petición, toda vez que en este
supuesto bastará con que el órgano jurisdiccional revise si se trata
de alguno de los actos contra los cuales no proceda la acción de
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amparo, o bien si se está en los supuestos en los que conforme a


ese precepto ésta es improcedente, debido a la inexistencia de
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una pluralidad de significados jurídicos de la norma que pudiera


dar lugar a diversas alternativas de interpretación. Por el contrario,
si las partes hacen valer una causal de improcedencia del juicio
citando sólo la disposición que estiman aplicable, sin aducir
argumento alguno en justificación de su aserto, no obstante que
para su ponderación se requiera del desarrollo de mayores
razonamientos, el juzgador deberá explicarlo así en la sentencia

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correspondiente de manera que motive las circunstancias que le
impiden analizar dicha causal, ante la variedad de posibles
interpretaciones de la disposición legal invocada a la que se apeló
para fundar la declaración de improcedencia del juicio.”;
No advirtiéndose de oficio ningún otro motivo que haga
inejercitable la acción constitucional, se procede al análisis de
fondo del acto reclamado.

QUINTO. Consideraciones previas al fondo del asunto.


Partiendo de la base de que la parte quejosa reclama la omisión
de las responsables de cumplir con su obligación de proporcionar
seguridad pública adecuada y eficiente para los fines perseguidos,
se trae a colación el marco normativo que rige la materia de
seguridad pública municipal.

I. Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos:

“Artículo 21. (…)


La seguridad pública es una función a cargo de la
Federación, las entidades federativas y los Municipios, que
comprende la prevención de los delitos; la investigación y
persecución para hacerla efectiva, así como la sanción de las
infracciones administrativas, en los términos de la ley, en las
respectivas competencias que esta Constitución señala. La
actuación de las instituciones de seguridad pública se regirá por
los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo,
honradez y respeto a los derechos humanos reconocidos en esta
Constitución.
Las instituciones de seguridad pública serán de carácter
civil, disciplinado y profesional. El Ministerio Público y las
instituciones policiales de los tres órdenes de gobierno deberán
coordinarse entre sí para cumplir los objetivos de la seguridad
pública y conformarán el Sistema Nacional de Seguridad Pública,
que estará sujeto a las siguientes bases mínimas:
a) La regulación de la selección, ingreso, formación,
permanencia, evaluación, reconocimiento y certificación de los
integrantes de las instituciones de seguridad pública. La operación
y desarrollo de estas acciones será competencia de la
Federación, las entidades federativas y los Municipios en el
ámbito de sus respectivas atribuciones.
b) El establecimiento de las bases de datos criminalísticos y
de personal para las instituciones de seguridad pública. Ninguna
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persona podrá ingresar a las instituciones de seguridad pública si


no ha sido debidamente certificado y registrado en el sistema.
c) La formulación de políticas públicas tendientes a prevenir

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la comisión de delitos.
d) Se determinará la participación de la comunidad que
coadyuvará, entre otros, en los procesos de evaluación de las
políticas de prevención del delito así como de las instituciones de
seguridad pública.
e) Los fondos de ayuda federal para la seguridad pública, a
nivel nacional serán aportados a las entidades federativas y
municipios para ser destinados exclusivamente a estos fines.”

II. Constitución Política del Estado de Guanajuato:

“Artículo 11. (…)


La seguridad pública es una función a cargo del Estado y los
municipios, que comprende la prevención de los delitos, la
investigación y persecución para hacerla efectiva, así como la
sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la
Ley, en las respectivas competencias que esta Constitución
señala. La actuación de las instituciones de seguridad pública se
regirá por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia,
profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos
reconocidos en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, los Tratados Internacionales ratificados por los
Estados Unidos Mexicanos y esta Constitución. Las instituciones
de seguridad pública serán de carácter civil, disciplinado y
profesional. El Ministerio Público y las instituciones policiales del
Estado y de los municipios deberán coordinarse entre sí y con las
instituciones policiales federales para cumplir los objetivos de la
seguridad pública y conformarán el Sistema Estatal de Seguridad
Pública, que estará sujeto a las bases mínimas establecidas en el
artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.”

III. Ley del Sistema Estatal de Seguridad Pública del


Estado de Guanajuato:

“Artículo 2. La seguridad pública es una función a cargo del


Estado y sus municipios que tiene como fines salvaguardar la
vida, la integridad y los derechos de las personas, así como
preservar las libertades, el orden y la paz públicos; y comprende
la prevención especial y general de los delitos, la investigación
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para hacerla efectiva, la sanción de las infracciones


administrativas, así como la investigación y la persecución de los
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delitos y la reinserción social del individuo, en términos de ley, en


las respectivas competencias establecidas en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la particular del
Estado. El Estado y los municipios desarrollarán políticas en
materia de prevención social del delito con carácter integral, sobre
las causas que generan la comisión de delitos y conductas
antisociales, así como programas y acciones para fomentar en la

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sociedad valores culturales y cívicos, que induzcan el respeto a la
legalidad y a la protección de las víctimas.”
“Artículo 3. La función de seguridad pública se realizará en
los diversos ámbitos de competencia por conducto de las
Instituciones Policiales, del Ministerio Público, de las instancias
encargadas de aplicar las sanciones por la comisión de las
infracciones administrativas, de los responsables de la prisión
preventiva y ejecución de penas, de las autoridades competentes
en materia de justicia para adolescentes, así como por las demás
autoridades que en razón de sus atribuciones deban contribuir
directa o indirectamente al objeto de esta ley.
La seguridad pública se sujetará a los derechos humanos y
al principio de inocencia, consagrados en la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos.”
“Artículo 5. Corresponde al Estado y a los municipios, en el
ámbito de sus respectivas competencias: I. Garantizar el
cumplimiento de la presente ley y demás disposiciones que
deriven de ésta; II. Contribuir, a la efectiva coordinación de los
Sistemas Nacional y Estatal de Seguridad Pública; III. Aplicar y
supervisar los procedimientos relativos a la carrera policial,
profesionalización y régimen disciplinario; IV. Constituir, en su
caso, y operar las Academias y comisiones a que se refiere esta
ley; V. Asegurar su integración a las bases de datos
criminalísticos y de personal de seguridad pública; VI. Designar a
un responsable del control, suministro y adecuado manejo de la
información a que se refiere esta ley; VII. Integrar y consultar en
las bases de datos de personal de seguridad pública, los
expedientes de los aspirantes a ingresar en las Instituciones
Policiales; VIII. Abstenerse de contratar y emplear en las
Instituciones Policiales a personas que no cuentan con el registro
y certificado emitido por el Centro de Evaluación y Control de
Confianza del Estado; IX. Integrar y dar el oportuno
funcionamiento del desarrollo policial; X. Garantizar la
observancia permanente de la normatividad aplicable conforme a
los lineamientos, procedimientos, protocolos y perfiles
determinados por el Centro Nacional de Certificación y
Acreditación, en materia de evaluación y control de confianza; XI.
Integrar y consultar la información relativa a la operación y
desarrollo policial para el registro y seguimiento, en las bases de
datos criminalísticos y de personal de seguridad pública; XII.
Destinar los fondos de ayuda federal para la seguridad pública
exclusivamente a estos fines y nombrar a un responsable de su
control y administración; XIII. Participar en la ejecución de las
acciones para el resguardo de las instalaciones estratégicas del
país; XIV. Determinar la participación de la comunidad y de
instituciones académicas para coadyuvar en los procesos de
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
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evaluación de las políticas de prevención del delito, así como de


las Instituciones de Seguridad Pública, a través de mecanismos
eficaces; XV. Fortalecer los sistemas de seguridad social de los

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servidores públicos, sus familias y dependientes, e instrumentar
los complementarios de aquellos; y XVI. Las demás atribuciones
específicas que se establezcan en esta ley.”
“Artículo 14. Son atribuciones del Ayuntamiento, las
siguientes: I. Garantizar la seguridad en el territorio municipal, de
las personas, sus bienes, sus derechos, así como preservar la
tranquilidad y guardar el orden público, expidiendo para ese
efecto los bandos de policía y gobierno, reglamentos, y demás
disposiciones administrativas de observancia general en materia
de seguridad pública municipal; II. Aprobar los programas de
seguridad pública y de prevención del delito de su competencia, y
coadyuvar en la elaboración de los programas estatales de
seguridad pública y de prevención del delito; III. Acordar la
celebración de convenios o acuerdos en el ejercicio de sus
atribuciones, con el Ejecutivo del Estado, la Federación y otros
municipios, relativos a la función de seguridad pública; IV.
Promover la participación de los distintos sectores de la población
para la búsqueda de soluciones a la problemática de seguridad
pública municipal, mediante la integración del consejo consultivo;
V. Impulsar la profesionalización de los integrantes de las
instituciones policiales municipales; VI. Manifestar, en su caso, su
conformidad al Ejecutivo del Estado para la prestación de los
servicios de seguridad privada, así como supervisar y vigilar el
buen funcionamiento de éstos; y VII. Las demás que le confiera
esta ley y los ordenamientos jurídicos aplicables.”

“Artículo 21. El Consejo Estatal será la instancia superior en


el Estado encargada de la coordinación, planeación y definición
de políticas públicas en seguridad pública. Asimismo, será el
responsable de dar seguimiento y cumplimiento a los acuerdos,
lineamientos y políticas emitidos por el Consejo Nacional de
Seguridad Pública y las Conferencias Nacionales del Sistema
Nacional de Seguridad Pública, en su ámbito de competencia.
Integración del Consejo Estatal.”
“Artículo 22. El Consejo Estatal estará integrado por: I. El
Gobernador del Estado, quien lo presidirá; II. El Secretario de
Gobierno; III. El Secretario de Seguridad Pública; IV. El
Procurador General de Justicia; V. El Comandante de la XVI Zona
Militar; VI. El Delegado de la Procuraduría General de la
República; VII. El Delegado de la Policía Federal; VIII. Dos
presidentes municipales designados por acuerdo del propio
Consejo; y IX. El Secretario Ejecutivo del Sistema, quien fungirá


como secretario técnico.”



“Artículo 25. El Ejecutivo de Estado emitirá, de conformidad
con las disposiciones de la Ley de Planeación del Estado, el
Programa Estatal de Seguridad Pública, el cual deberá vincularse
con el Programa Nacional de Seguridad Pública y contener las
medidas, objetivos y metas para el mantenimiento del orden

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público, la paz social y en general, la salvaguarda de la integridad
física y de los bienes y derechos de las personas en el Estado y el
auxilio a la población en caso de siniestro y desastre en
coordinación con las autoridades de protección civil. 13 Contenido
de los programas Estatal y municipales.”

“Artículo 54. Las Instituciones Policiales en el Estado, para


el mejor cumplimiento de sus objetivos, desarrollarán, cuando
menos, las siguientes funciones: I. Investigación, a través de
sistemas homologados de recolección, clasificación, registro,
análisis, evaluación y explotación de información; II. Prevención,
para prevenir la comisión de delitos e infracciones administrativas,
realizar las acciones de inspección, vigilancia y vialidad en su
circunscripción; y III. Reacción, a fin de garantizar, mantener y
restablecer el orden y la paz públicos.”

IV. Reglamento de Policía para el Municipio de León,


Guanajuato:

“Artículo 4.- Compete a la Secretaría de Seguridad Pública


Municipal, la vigilancia del cumplimiento de este Reglamento, a
través de la Dirección General de Policía, Dirección de Oficiales
Calificadores y Dirección de Prevención y Estadística, en el
ámbito de sus respectivas competencias y conforme a las
funciones que en él expresamente se indiquen considerándose
como autoridades auxiliares las Direcciones de Protección Civil y
de Fiscalización y Control, así como a las Direcciones Generales
de Tránsito y Transporte.”
“Artículo 13.- Son faltas o infracciones contra el bienestar
colectivo: I.- Consumir o incitar al consumo de estupefacientes,
psicotrópicos, enervantes, solventes o sustancias químicas en
lugares públicos, sin perjuicio a las sanciones previstas en las
Leyes Penales; II.- Ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos
no autorizados para ello, así como fumar en lugares públicos en
donde esté expresamente prohibido por razones de seguridad y
salud pública; III.- Ocasionar molestias al vecindario con ruidos o
sonidos de duración constante o permanente y escandalosa, con
aparatos musicales o de otro tipo utilizados con alta o desusual
intensidad sonora o con aparatos de potente luminosidad, sin
autorización de la autoridad competente; IV.- Alterar el orden,
provocar riñas o escándalos o participar en ellos; V.- Provocar por
falsas alarmas, la movilización de los diversos cuerpos de
seguridad Federales, Estatales o Municipales o de los grupos de
socorro y asistencia, mediante llamadas telefónicas, sistemas de
alarma o por cualquier otro medio; VI.- Impedir o estorbar el uso
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de la vía pública; VII.- Ofrecer o propiciar la venta de boletos de


espectáculos públicos fuera de los lugares autorizados para ello y
la reventa de los mismos; VIII.- Cualquier otra acción u omisión

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que afecte el bienestar colectivo; IX.- Vender o propiciar la venta
de bebidas alcohólicas en lugares de uso común sin contar con el
permiso de la autoridad competente; y en general, en la vía
pública; y, X.- Proferir amenazas o injurias, utilizar la violencia,
perturbar el orden público o realizar cualquier otro acto que afecte
a las personas y sus derechos, en cualquier acto público, o en
lugares de uso común.”
“Artículo 14.- Son faltas o infracciones contra la seguridad
general: I.- Arrojar en la vía pública cualquier objeto o líquido que
pueda ocasionar molestias o daños; II.- Causar falsas alarmas o
asumir actitudes que tengan por objeto infundir pánico en lugares
públicos o de uso común; III.- Encender fuegos, artificios o
juguetería pirotécnica, detonar cohetes o usar explosivos en la vía
pública sin la autorización de la autoridad competente; IV.- La
venta de los productos mencionados en la fracción anterior, sin
contar con el permiso de la autoridad correspondiente; V.- Hacer
fogatas, incinerar sustancias, basura o desperdicios cuyo humo
cause molestias o trastorno al ambiente, en lugares públicos y sin
la autorización de la autoridad correspondiente; VI.- Disparar
armas de fuego fuera de los lugares permitidos, sin menoscabo
de la reglamentación federal que para tal efecto tenga vigencia;
VII.- Penetrar o invadir sin autorización zonas o lugares de acceso
prohibido o restringido; VIII.- Organizar o tomar parte en juegos de
cualquier índole en lugar público, que pongan en peligro a las
personas que en él estén, participen o transiten, o que causen
molestias a las personas que habiten en él o en las inmediaciones
del lugar en que se desarrolle, o que impidan la circulación libre
de vehículos y/o personas en las zonas dispuestas para tal efecto;
IX.- Oponer resistencia o impedir, directa o indirectamente, la
acción de los Cuerpos de Seguridad Pública Municipal en el
cumplimiento de su deber; X.- Hacer uso de la fuerza o violencia
en contra de la autoridad; XI.- Insultar a la autoridad; XII.- Circular
en vehículos de motor, con sirenas, torretas y luces
estroboscópicas, hecha excepción de los vehículos destinados a
la seguridad pública y a los cuerpos de socorro y/o auxilio a la
población; y, XIII.- Cualquier otra acción u omisión que afecte a la
seguridad en general.
“Artículo 15.- Son faltas o infracciones que atentan contra
la integridad moral del individuo o de la familia: I.- Expresarse
con palabras soeces o hacer señas, o gestos obscenos,
insultantes o indecorosos en lugares públicos; II.- Incitar o
efectuar en lugar público el comercio carnal; así como exhibir las
partes genitales en lugar público o en espectáculos que no tengan


permiso expreso de las autoridades correspondientes; III.- Faltar


en lugar público el respeto a cualquier persona; IV.- Corregir con


escándalo o V.- Permitir la entrada a menores de edad en


cantinas, bares, espectáculos para adultos, centros nocturnos,
casas de juego, establecimientos con exhibición, venta, renta de
revistas, gráficos, videos, artículos o material con contenido
pornográfico o violento y otros que marque la Ley; VI.- Vender
bebidas alcohólicas, tabaco, inhalantes, así como cualquier tóxico,
psicotrópico o enervante a menores de edad sin perjuicio de lo

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dispuesto en las Leyes Penales vigentes; VII.- Vender o rentar
películas o revistas pornográficas o de contenido violento a
menores de edad, sin perjuicio de lo dispuesto en las Leyes
Penales Vigentes; VIII.- Realizar en estado de ebriedad o bajo
influjo de enervantes, estupefacientes, psicotrópicos o inhalantes,
cualquier actividad que requiera trato directo con el público; IX.-
Faltar al respeto al público asistente a eventos o espectáculos,
con agresiones físicas o verbales, por parte del propietario del
establecimiento, de los organizadores, de sus trabajadores, de los
artistas o deportistas; X.- Obligar o regentear a menores de edad
o personas adultas para que practiquen la mendicidad o la
prostitución; XI.- Exhibir o difundir en lugares de uso común
revistas, póster, artículos o material con contenido pornográfico o
violento; y, XII.- Cualquier otra acción u omisión que afecte la
integridad moral del individuo o de la familia.”
“Artículo 16.- Son faltas o infracciones contra la propiedad
en general: I.- Dañar el césped, las flores, árboles, arbustos o
cualquier otro objeto de ornamento, excepto en los casos de
utilidad pública; II.- Realizar pintas, manchas o leyendas, o
cualquier otra acción que dañe los monumentos, plazas, parques,
puentes, fachadas o muros de casas, de edificaciones
comerciales o industriales, o cualquier otro inmueble público o
privado, salvo que se cuente con los permisos correspondientes.
De igual manera, hacer uso de los citados bienes sin
consentimiento o autorización expresa de quien legítimamente
pueda otorgarlo; III.- Dañar, cubrir, borrar, pintar, destruir o
remover señales de tránsito, de nomenclatura, o cualquier otro
señalamiento oficial; IV.- Maltratar o hacer uso diferente para los
cuales fueron hechas las casetas telefónicas, buzones, cajeros
automáticos, autobuses y paraderos destinados al transporte
público y otros bienes de uso común; V.- Dañar o destruir
lámparas, focos del alumbrado público, hidrantes o semáforos;
VI.- Dañar los vehículos o cualquier otra propiedad pública o
privada; y, VII.- Cualquier otra acción u omisión que cause daño o
deterioro a la propiedad pública o privada. Tratándose de daños a
inmuebles, la policía municipal comunicará por escrito al poseedor
o propietario la infracción cometida y los datos del infractor, para
que haga valer las acciones legales que a su derecho convenga.
“Artículo 17.- Son faltas o infracciones que atentan contra
la salud pública: I.- Arrojar en lugares públicos o lotes baldíos, no
autorizados, animales muertos, escombros, basura, substancias
fétidas, tóxicas, corrosivas, contaminantes o peligrosas para la
salud; II.- Orinar o defecar en lugares públicos; III.- Contaminar el
agua de tanques de almacenaje, fuentes públicas, acueductos o
tuberías públicas; IV.- Ejercer el comercio carnal en lugares
públicos sin cumplir con las medidas de regulación sanitaria en
materia de enfermedades infecto contagiosas y transmisibles
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sexualmente que para tal efecto expida la autoridad competente,


conforme a los instrumentos jurídicos que para tal efecto celebre
el Municipio con las autoridades competentes; y, V.- Cualquier

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otra acción u omsión que afecte la salud pública.”
“Artículo 18.- Son faltas contra la salud y tranquilidad de
las personas: I.- Provocar intencionalmente o por falta de
precaución, el ataque de un animal; II.- Impedir por cualquier
medio el legítimo uso o disfrute de un bien; III.- Arrojar contra una
persona objetos, líquidos o cualquier sustancia, que le mojen,
ensucien o dañen en lo físico o en su honor; IV.- Molestar a una
persona con palabras soeces, insinuaciones, proposiciones
indecorosas, o mediante contacto físico; V.- Asediar a una
persona o impedirle su libertad de acción en cualquier forma; VI.-
Portar cualquier objeto que por su naturaleza, denote peligrosidad
y atente contra la seguridad pública, sin perjuicio de las Leyes
Penales vigentes; VII.- Incitar a la violencia, en contra de alguna
persona o grupo, o de algún bien mueble o inmueble particular o
público; y, VIII.- Cualquier otra acción u omisión que afecte la
seguridad y tranquilidad de las personas.”
“Artículo 19.- La Policía Municipal se considera como un
cuerpo preventivo, persuasivo antes que represivo, cuya misión
central será la de salvaguardar el orden y la convivencia armónica
de la sociedad leonesa, garantizando las condiciones necesarias
para el desarrollo de la persona y las familias salvaguardando su
dignidad, por lo que se abstendrá de detener a persona alguna
por las infracciones señaladas en este Reglamento, salvo que se
trate de una falta o infracción flagrante, o sea, que se sorprenda al
infractor en el momento de estarla cometiendo.”

SEXTO. Estudio de la litis constitucional. Son fundados


los motivos de disentimiento esgrimidos por la impetrante, por las
razones que enseguida se exponen.

La parte quejosa sostiene que la omisión de las


responsables de proporcionar seguridad pública adecuada y
eficiente, violenta su derecho a una vida digna.

El derecho humano a una vida digna se encuentra


reconocido en el artículo 4º de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, y en los artículos 11, numeral 1 y 12,
numeral 1, del Pacto Internacional de Derechos Económicos,


Sociales y Culturales; así como 10, numeral 1 y 12, numeral 1, del




Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos


Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales; y artículo 3º de la Declaración Universal de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas.

Conforme a esta normativa nacional e internacional, todo

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individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de
su persona.

El derecho a la vida no significa la mera facultad de existir,


sino transitar en la vida humana bajo condiciones de dignidad, es
decir, poder satisfacer determinadas necesidades que van desde
las más biológicas como alimentación, salud, vivienda, etcétera,
hasta las sociales y culturales.
El derecho a la vida digna tiene como objetivo final
garantizar a todos los seres humanos la posibilidad de desarrollar
libremente su personalidad, plantearse y poder llevar a cabo su
proyecto de realización personal.
Lo que implica el derecho correlativo de no ser objeto de
injerencias arbitrarias en su vida privada, familia, domicilio, ni
ataques a su honra o reputación. Ello tomando como punto de
partida de que el ser humano es un ser sociocultural y su relación
con las cosas está mediada por las conductas de otros seres
humanos, incluyendo la propia autoridad del Estado.
Resulta orientadora la tesis aislada 1a. CCLXI/2016 (10a.),
de la Primera Sala del Alto Tribunal, visible en la página 898, Libro
36, Noviembre de 2016, Tomo II, Décima Época, registro 2013140
de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación de rubro y
texto:
“DERECHO AL LIBRE DESARROLLO DE LA
PERSONALIDAD. SU DIMENSIÓN EXTERNA E INTERNA. La
libertad "indefinida" que es tutelada por el derecho al libre
desarrollo de la personalidad complementa las otras libertades
más específicas, como la libertad de conciencia o la libertad de
expresión, puesto que su función es salvaguardar la "esfera
personal" que no se encuentra protegida por las libertades más
tradicionales y concretas. En este sentido, este derecho es
especialmente importante frente a las nuevas amenazas a la
libertad individual que se presentan en la actualidad. Ahora bien,
la doctrina especializada señala que el libre desarrollo de la
personalidad tiene una dimensión externa y una interna. Desde el
punto de vista externo, el derecho da cobertura a una genérica
"libertad de acción" que permite realizar cualquier actividad que el
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individuo considere necesaria para el desarrollo de su


personalidad. En cambio, desde una perspectiva interna, el
derecho protege una "esfera de privacidad" del individuo en contra

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de las incursiones externas que limitan la capacidad para tomar
ciertas decisiones a través de las cuales se ejerce la autonomía
personal. Al respecto, si bien en un plano conceptual puede
trazarse esta distinción entre los aspectos externos e internos,
resulta complicado adscribir los casos de ejercicio de este
derecho a una sola de estas dimensiones. Ello es así, porque las
acciones que realizan los individuos en el ejercicio de su
autonomía personal suponen la decisión de llevar a cabo esa
acción, al tiempo que las decisiones sobre aspectos que en
principio sólo incumben al individuo normalmente requieren de
ciertas acciones para materializarlas. En todo caso, parece que se
trata de una cuestión de énfasis. Así, mientras que hay
situaciones en las que el aspecto más relevante de la autonomía
personal se aprecia en la acción realizada, existen otras
situaciones en las que el ejercicio de la autonomía se observa
más claramente a través de la decisión adoptada por la persona.”

Es por eso que la Organización Mundial de la Salud (1992)


ha especificado las exigencias para una calidad de vida digna:
a) Un entorno físico de calidad, que incluye calidad de
vivienda, disponibilidad de transporte y comunicaciones,
salubridad y seguridad pública, etcétera.
b) Un ecosistema ambiental que posibilite un desarrollo
sostenible a largo plazo.
c) Una comunidad sólida con interacciones sociales en
armonía y sentimiento de grupo.
d) Un alto grado de participación y control de las personas y
los grupos en las decisiones que afectan a su propia vida y
bienestar. Con otras palabras, una participación democrática a
todos los niveles.
e) Una satisfacción de las necesidades básicas como
alimentos, vivienda, trabajo, propiedades personales, seguridad,
etcétera.
f) Un acceso a experiencias y recursos del entorno físico y
sociocultural: educación, cultura, ocio, etcétera.


g) Una vinculación con el pasado cultural de la comunidad y




de otras sociedades.
h) Un nivel óptimo de salud pública, accesible para todos1.
De lo anterior se obtiene que la vida digna impacta en
diversos aspectos que se articulan en tres dimensiones, que son a

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saber: materiales (alimentación, vivienda, seguridad, salud),
psicológicos (satisfacción, bienestar, felicidad) y socioculturales
(participación democrática, educación, cultura).
Ahora bien, se puede hablar que existe vida digna cuando
existe un nivel óptimo de felicidad y tranquilidad en la psique del
individuo, porque todos los aspectos que integran el concepto de
vida digna se encuentran satisfechos, de manera que la persona
puede acceder a su plan de vida y desarrollo de su personalidad.
Entre esos factores, como quedó expuesto supralíneas se
halla el relacionado con la seguridad de la persona, tanto en su
dimensión material como jurídica.
El concepto de seguridad comprende que el sujeto es parte
de una comunidad, en la que no todos sus integrantes de
comportan de acuerdo a las normas legales y convencionalismos
sociales; es en éste supuesto en que interviene la actividad del
Estado como regulador de dichas conductas, para procurar que
se mantengan en armonía, evitar las injerencias arbitrarias en la
vida y patrimonio de los habitantes, y sancionar a quienes infrinjan
las normas.
Entonces, la obligación del Estado en materia de seguridad
se erige a modo preventivo, por un lado, y de tipo sancionador,
por el otro; de ahí que tenga que implementar planes y acciones
en materia de seguridad pública que permitan evitar conductas
antisociales en perjuicio de los habitantes de la comunidad,
mantener el orden y la paz públicas; y de esta forma garantizar a
cada uno de los miembros de la comunidad un nivel de vida
adecuado, a través del pleno ejercicio de sus derechos y
libertades personales.
Así las cosas, la seguridad pública es un derecho
fundamental que constituye el medio para el disfrute de los
diversos derechos humanos a la vida digna, libre desarrollo de la

1 https://eprints.ucm.es/8606/1/DERECHOS_HUMANOS_Y_CALIDAD_DE_VIDA.pdf
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personalidad e integridad personal y la salud; tan es así que el


artículo 2º de la Ley del Sistema Estatal de Seguridad Pública del

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Estado de Guanajuato pretranscrito, establece que el fin de la
seguridad pública es salvaguardar la vida, la integridad y los
derechos de las personas, así como preservar las libertades, el
orden y la paz públicos; y comprende la prevención especial y
general de los delitos, la investigación para hacerla efectiva, la
sanción de las infracciones administrativas, así como la
investigación y la persecución de los delitos y la reinserción social
del individuo.
Participando en dicha actividad de protección y salvaguarda,
las instituciones policiales de los diversos ámbitos de gobierno:
Federal, Estatal y Municipal.
Siendo en el caso que ocupa la atención la competencia de
las autoridades que conforman el sistema de seguridad pública
del Municipio de León, Guanajuato, toda vez que la parte quejosa
reside en la ******* ****** *** ****** de esta municipalidad,
siendo precisamente la omisión en el cumplimiento de la
obligación constitucional y convencional de proporcionar
seguridad pública adecuada la que constituye el acto reclamado
ante esta instancia.
Como quedó expuesto, el Ayuntamiento del Municipio de
León tiene como atribución garantizar la seguridad en el
territorio municipal, de las personas, sus bienes, sus
derechos, así como preservar la tranquilidad y guardar el
orden público, para efecto de lo cual expedirá los bandos de
policía y gobierno, reglamentos, y demás disposiciones
administrativas de observancia general en materia de seguridad
pública municipal; y vigilará la correcta implementación de los
planes de seguridad pública.
La aplicación y observancia de los planes y normativas en
materia de seguridad pública corresponde a la Secretaría de


Seguridad Pública Municipal y a la Dirección General de Tránsito




Municipal, en el ámbito de sus respectivas competencias.


En efecto, la Dirección General de Policía Municipal es un
cuerpo policíaco cuya función primordial es la de salvaguardar la
integridad física y patrimonial de las personas en el Municipio,
prevenir la comisión de delitos, así como preservar las libertades,
el orden y la paz públicos con estricto respeto a las garantías

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individuales y los Derechos Humanos consignados en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la
Constitución Particular del Estado y demás ordenamientos
legales.
En tanto que la Dirección General de Tránsito Municipal
tiene por objeto preservar la vida, la salud y el patrimonio de las
personas, a través de la aplicación de las normas que rigen el
tránsito de peatones y de vehículos en las vías públicas del
Municipio de León, Guanajuato.

Puntualizado lo anterior, se tiene que la quejosa ofreció


como pruebas de su intención:
1) Copia de su credencial para votar expedida por
Instituto Federal Electoral, en la que consta que ****** ******
******** tiene como domicilio registrado en el instituto el
ubicado en calle ****** ** *** ********* ****** ***** ** **
******* ****** *** ****** del Municipio de León, Guanajuato
(foja 23).
2) Recibo original expedido por la Comisión Federal de
Electricidad, a nombre de la quejosa por el cobro de suministro de
fluido eléctrico proporcionado en el domicilio ubicado en ****** **
*** ********* ****** ***** ** ** ******* ****** *** ****** del
Municipio de León, Guanajuato (foja 22).
3) Copia del oficio DGPM/DOP/5988/2017 de veintinueve
de septiembre de dos mil diecisiete, suscrito por el Director de
Operaciones Policiales de Policía Municipal de León, Guanajuato,
dirigido a ****** ****** ******** con domicilio ubicado en calle
****** ** *** ********* ****** ***** ** ** ******* ****** ***
****** del Municipio de León, Guanajuato, a través del cual -en
atención a su petición sobre incremento de vigilancia en las
inmediaciones de las calles ****** ** ********* ****** ** ***
**** * ****** ** *** ********** ***** ** ** ******* ****** ***
****** de esta ciudad, por los motivos de inseguridad que
expuso-, respondió en el sentido de que giró instrucciones a los
comandantes de turno y zonas para conocimiento, seguimiento y
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cumplimiento, llevando a cabo entrevista personalizada con


interesados, conociendo a fondo la problemática existente, dando

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continuidad a la vigilancia rotativa, a efecto de inhibir cualquier
falta o delito conforme al reglamento de policía en el ámbito de su
competencia (foja 24).
4) Original y copia del oficio DGTM/2405/2017 de cuatro
de octubre de dos mil diecisiete, suscrito por el Director Operativo
de Tránsito Municipal de León, Guanajuato, dirigido a ******
****** ******** con domicilio en calle ****** ** *** *********
****** ***** ** ** ******* ****** *** ****** del Municipio de
León, Guanajuato a través del cual, en atención a su petición,
respondió que se programarán rondines de vigilancia vial para
vigilar el respeto al reglamento de tránsito en las calles del
fraccionamiento, especialmente ciclistas y motociclistas, vehículos
con cristales polarizados o sin placas, y de esta manera
coadyuvar a mantener la seguridad de los transeúntes y colonos
(fojas 5 y 25).

Con relación a la primera de las documentales aportadas, si


bien es verdad que fue anexada en copia simple, no menos cierto
es que derivado de la comparecencia de la quejosa a este tribunal
a efecto de ratificar la firma estampada en el ocurso de aclaración
de demanda, acto en el cual fue exhibido el original de la aludida
credencial para votar, dejándose constancia de su cotejo en el
acta que al efecto se levantó de fecha veintiséis de junio actual,
entonces es inconcuso que al obrar constancia de su cotejo por
parte de este tribunal, deba considerarse como documento con
eficacia demostrativa plena, de conformidad con lo dispuesto en
los artículos 129, 197 y 202 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, por
disposición expresa de su numeral 2º, por tratarse en la especie


de documento público.

A la segunda de las documentales aportadas, se le
reconoce valor probatorio pleno, con apoyo en los mismos
preceptos legales citados en el párrafo que antecede.

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Adminiculadas tales documentales son suficientes e idóneas
para demostrar que la quejosa está domiciliada en la calle ******
** *** ********* ****** ***** ** ** ******* ****** *** ******
del Municipio de León, Guanajuato.

Por otro lado, los oficios anexados también gozan de pleno


valor probatorio, con fundamento en los numerales 129, 197 y 202
del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación
supletoria a la Ley de Amparo, debido a que son documentos
públicos expedidos por autoridades en el ejercicio de sus
facultades legales; los cuales son aptos y suficientes para
comprobar que la impetrante elevó petición ante la Dirección de
Tránsito Municipal y Seguridad Pública Municipal, para solicitar
incremento de vigilancia y acciones positivas para garantizar la
seguridad de los habitantes y transeúntes de la colonia ****** ***
****** de esta ciudad, específicamente de la vialidad en la que
está domiciliada la quejosa, lo anterior derivado del índice de
inseguridad que prevalece en dicha zona de la ciudad; y que las
autoridades responsables respondieron en el sentido de que
implementarían acciones para combatir dicha problemática de
inseguridad.

Existencia de los comunicados oficiales que fue admitida por


parte de las autoridades responsables en sus informes
justificados.

En otro tenor, debe decirse que, si bien es cierto que por


regla general la carga de la prueba de las violaciones que se
atribuyen a las responsables corresponde a la parte solicitante del
amparo, también es verdad que para ello, es condición de que se
atribuya un acto sustentado en una afirmación; entonces, para
determinar sobre quien recae la obligación de prueba, debe
atenderse a la naturaleza del acto que se combate; y, en la
especie, el acto reclamado es de naturaleza omisiva, debido a
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que se atribuye a la autoridad responsable la abstención de


proporcionar seguridad pública efectiva y adecuada.

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Caso en el cual, se revierte la carga de la prueba a las
responsables, en razón de que al manifestar en sus informes
justificados que no son ciertos los actos omisivos atribuidos, y
estar dentro de sus obligaciones legales garantizar la seguridad
pública en el municipio de León, Guanajuato, entonces, implica
necesariamente la afirmación del hecho de sí haber implementado
acciones positivas de seguridad pública general y vial en el
fraccionamiento en la que está domiciliada la quejosa.

Así las cosas, como la negación de los actos lleva implícita


la afirmación del hecho aludido, es inconcuso que las
responsables tiene la obligación de aportar las pruebas con las
que demuestre no haber incurrido en la omisión o negativa
imputada.

Resulta orientadora la tesis aislada sin número de la


Segunda Sala del Alto Tribunal, consultable en la página 13,
Volumen 5, Tercera Parte, del Semanario Judicial de la
Federación, Séptima Época, número de registro 818571, del tenor
siguiente:

“ACTO RECLAMADO. HECHOS NEGATIVOS O


ABSTENCIONES. CARGA DE LA PRUEBA QUE NO
CORRESPONDE AL QUEJOSO. Si bien es cierto que
normalmente la carga de la prueba de las violaciones que se
atribuyen a las responsables corresponde al quejoso, salvo
cuando el acto reclamado es violatorio de garantías en sí mismo,
también lo es que dicha regla admite una excepción: cuando la
violación se hace consistir en hechos de carácter negativo o
abstenciones por parte de las autoridades responsables, caso en
que la carga de la prueba de la legalidad de sus actos
corresponde a éstas y no al quejoso la de su ilegalidad, pues es
principio aceptado por nuestro derecho que los hechos negativos


o abstenciones no son materia de prueba y que el que niega no


está obligado a probar su negativa, salvo que la misma implique la


existencia una afirmación susceptible de probarse por cualquiera


de los medios que la ley establece.”
En esa línea de pensamiento, el Ayuntamiento del
Municipio de León a su informe justificado no aportó ninguna
prueba con la que demostrara que ha garantizado la seguridad

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pública integral en la colonia ****** *** ******, específicamente
en la calle ****** ** *** ********* , de esta ciudad; por su parte
la Dirección General de Tránsito Municipal como ya se dijo con
antelación fue omisa en rendir su informe de ley, y tampoco
ofreció en este juicio constitucional prueba alguna con la que
demostrara la legalidad de su actuación, en materia de seguridad
vial en la colonia y calle en la que está domiciliada la quejosa.

Por otro lado, la Secretaría de Seguridad Pública


Municipal al oficio presentado ante este juzgado el veintiuno de
agosto actual (visible a foja 62) anexó dos documentales
consistentes en informes, el primero suscrito por ******* *******
**********, segundo comandante número 437 de la Dirección
General de Tránsito Municipal en el que hace constar que se
encuentra asignado para cubrir las labores de vigilancia vehicular,
específicamente en los horarios conflictivos comprendidos entre
las 7:00 a 9:00 horas y 17:00 a 21:00 horas en la unión de los
Bulevares ******* ********* * ** *** (foja 64); y el segundo
informe signado por **** ********* ****** *******, comandante
de la Dirección General de Tránsito Municipal, quien remitió
constancia de infracciones de tránsito levantadas en la colonia
Brisas del Carmen de esta ciudad, en el periodo comprendido del
ocho de enero al quince de agosto del año que transcurre, la cual
se obtuvo de la base de datos interna llamada Systranin, la cual
se actualiza día con día por el personal operativo (foja 65).

Obra anexado a fojas 66 a 73 un listado de diversas


infracciones levantadas en el ******* ****** *** ******.

A los informes y listado de infracciones reseñados se les


concede pleno valor probatorio en sí mismos, por ser documentos
públicos conforme a lo estipulado en los numerales 129, 197 y
202 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación
supletoria a la Ley de Amparo.
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

Empero, pese a su valor tasado, lo cierto es que resultan


insuficientes para comprobar plenamente el cumplimiento de las

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obligaciones constitucionales y convencionales de la autoridad
municipal en materia de seguridad vial; ya que tales listados
únicamente arrojan las fechas en las que se levantaron las
infracciones, la hora, la vialidad, y la clase de documentos
(placas, licencia o tarjeta de circulación) que fueron recogidos a
los conductores infraccionados; pero en modo alguno, evidencia
en qué consisten las acciones de seguridad vial implementadas
con motivo de la respuesta que dieron a la petición que les elevó
la quejosa.

En efecto, en la demanda de amparo, con relación a la


seguridad vial de la colonia en la que está domiciliada, la
impetrante sostuvo que ha incrementado la ingesta de bebidas
alcohólicas y enervantes en la vía pública, tránsito de vehículos y
motocicletas a exceso de velocidad, circulación de vehículos con
vidrios polarizados o sin placas, sumamente sospechosos, todo
ello por la ausencia física de elementos de tránsito municipal, falta
de topes y señalamientos de tránsito (letreros) que indiquen
máximo de velocidad de circulación permitida en la zona, así
como restricciones a la circulación o aspectos de precaución.

Luego, el listado de infracciones aludido es únicamente útil


para acreditar que ha habido presencia de oficiales de tránsito en
determinado horario en el bulevar ****** *** ****** , y que con
motivo de infracciones viales impusieron sanciones
administrativas; pero no aportaron las responsables ninguna
prueba directa con la que comprobaran que sí existen instalados
señalamientos viales, topes y demás mecanismos para
salvaguardar la seguridad vial y regular el tránsito de vehículos, y
el lugar preciso en donde se encuentran tales señalamientos


viales, letreros, topes, cámaras de seguridad vial y/o semáforos.


Como tampoco allegaron información sobre el número de


elementos de tránsito municipal que se ubican diariamente en


dicho fraccionamiento, su localización precisa, y horario en el que
se apersonan, ni informaron las acciones que se implementan
para el control de circulación de vehículos con vidrios polarizados,

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sin placas o sospechosos (operativos, retenes etcétera).

Luego, constituye un hecho notorio, de acuerdo a las


publicaciones efectuadas por el INEGI y el Ayuntamiento de León,
a través de sus páginas oficiales, que la percepción de
inseguridad en León se mantiene por encima del promedio
nacional (75.9% de la población), según los resultados obtenidos
por la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre
Seguridad Pública (ENVIPE); además que el Estado de
Guanajuato es uno de los de mayor índice de cifra negra (delitos
cometidos que no fueron denunciados), encontrándose también
por encima de la media nacional.

También se observa en el semáforo delictivo2 del mes de


agosto de dos mil dieciocho, que el municipio de León,
Guanajuato presenta color rojo (es decir, cifras alarmantes) en
los delitos de homicidio, narcomenudeo, robo, lesiones,
violaciones, violencia familiar y feminicidio, los cuales se han
incrementado en demasía comparativamente con el mismo mes
del año anterior dos mil diecisiete.

Si bien es verdad que actualmente el Estado de Guanajuato


no cuenta con una Alerta de Género3; sin embargo, el Gobierno
del Estado de Guanajuato no desconoció que los asesinatos de
mujeres se han incrementado en los últimos años, por ello se
comprometió formalmente4 a implementar acciones políticas,
jurídicas y de seguridad pública para erradicar la violencia contra
las mujeres y garantizarles el acceso a una vida libre de violencia.

Siendo revelado que en incidencia delictiva por homicidio


doloso en contra de mujeres, Guanajuato en el presente año está

2 http://guanajuato.semaforo.com.mx/

3 El 30 de junio de 2015 se notificó la no procedencia de la AVGM. Consultable en:


https://www.gob.mx/conavim/documentos/solicitud-de-alerta-de-violencia-de-genero-contra-las-
mujeres-en-el-estado-de-guanajuato
4 https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/325052/ACEPTACI_N_DEL_INFORME.pdf
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Juicio de amparo 479/2018-IV

en el quinto lugar nacional, en tanto que en el rubro de lesiones


dolosas contra mujeres, aparece en tercer lugar nacional.

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Siendo igualmente elevado el índice de casos de abuso sexual o
acoso.

En respuesta a la situación generalizada y cotidiana de


violencia contra las mujeres, y ante las demandas de las
organizaciones civiles en protección de los derechos de las
mujeres, se han creado instrumentos legales de carácter mundial,
regional y nacional con el fin de que la sociedad y los Estados
asuman su deber ético-político-jurídico de prevenir y erradicar
cualquier forma de amenaza y afectación a los derechos humanos
de las mujeres; tales como el que aprobó en 1979 la Asamblea
General de las Naciones Unidas denominado “Convención sobre
la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la
Mujer” (CEDAW); y el que aprobó en 1994, la Asamblea General
de la Organización de los Estados Americanos llamada
“Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra las Mujeres” (Convención de Belém do Pará),
por citar solo unos ejemplos.

Destacándose que se ha considerado el feminicidio como un


problema social de alta gravedad.

De ahí que la Corte Interamericana de Derechos Humanos


ha condenado al Estado Mexicano a crear modelos de atención,
protocolos de investigación y persecución de delitos en agravio
tanto de mujeres como de niñas, niños y adolescentes.

Todo lo anterior pone de manifestó, que el tópico de


seguridad pública no puede analizarse únicamente desde la
óptica del bienestar de los ciudadanos de una comunidad
específica, sino que debe dimensionarse de acuerdo a la
problemática delicuencial que tiene el municipio de León, que en


la especie, incide en agravio de mujeres y menores de edad en




alto índice, y por delitos de alto impacto social; de modo que ello
obliga a las autoridades municipales a implementar acciones
realmente efectivas, eficaces e inmediatas para la prevención
de los delitos de alta incidencia y faltas administrativas, y sanción

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por los mismos eventos cometidos.

Este tribunal constitucional no puede permitir un “aparente”


o “mínimo” cumplimiento a dichas obligaciones constitucionales y
convencionales en materia de seguridad pública, debido a que los
bienes jurídicos tutelados que están en juego son de gran
envergadura, que impactan negativa y superlativamente en las
estructuras sociales de esta sociedad.

Por el contrario, es deber jurídico y moral de esta juzgadora


de amparo evidenciar las violaciones a los derechos
fundamentales de los habitantes de la colonia ****** *** ******
de esta municipalidad, entre los que se halla la aquí quejosa, ya
que con las omisiones en que incurrieron las autoridades
responsables de procurar la protección de la seguridad en la
integridad personal y patrimonial de la impetrante y de los
habitantes y transeúntes de dicho fraccionamiento, provoca que
se les impida el acceso a una vida digna en la forma ya explicada
supralíneas.

Cabe destacar que la omisión atribuida a las responsables


provocan la violación a los derechos fundamentales de la
impetrante, por el temor, angustia, desconfianza, vulnerabilidad
que genera percepción de inseguridad en la que se halla
cotidianamente, que le impide desarrollarse con normalidad en
sus actividades, e incluso acceder a un descanso; así como la
potencial lesión a su integridad física y patrimonial a la que se
encuentra expuesta día a día.

Estos factores conllevan afectaciones de índole psicológico


y emocional en los individuos, que repercuten necesariamente en
su salud.

De acuerdo a lo explicado por Germán Álvarez Díaz de


León, en su estudio titulado “Factores psicológicos de la
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

percepción de inseguridad”5 publicado en la Revista


Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo, la

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percepción de la inseguridad se compone de un factor objetivo y
un subjetivo.

El componente objetivo se puede definir como la


inseguridad real existente en la comunidad. Se le ha definido,
como un complejo entramado de actitudes que otorgan una idea
de la situación que guardan las posibilidades particulares de un
individuo de ser victimizado o el riesgo que corre al estar en
lugares y situaciones consideradas por él, como peligrosas y la
posición en la que se ubica el sujeto respecto a su entorno
independientemente de las condiciones delictivas reales.

Es decir, el centro del aspecto objetivo radica en su nivel de


probabilidad con respecto a la aparición del evento que genera la
inseguridad.

La dimensión subjetiva de la percepción de inseguridad, que


se comprende a partir de los sentimientos de vulnerabilidad de la
población de dar blancos de la delincuencia potenciales, y
también se evoca a características más abstractas, no medibles.
El componente subjetivo, es la sensación de inseguridad y es una
variable esencialmente psicológica por lo que es un punto muy
vulnerable y susceptible, es lo que genera la actitud favorable o
desfavorable de la persona ante determinados hechos.

Uno de los referentes oficiales para conocer acerca de la


percepción de la inseguridad es la Encuesta Nacional de
Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) a
cargo del INEGI, a la cual se hizo ya referencia párrafos atrás.

Añade dicho autor que los factores cognitivos y afectivos


vinculados a esta percepción afectan la salud física y psicológica


de la población.


5 http://ride.org.mx/1-11/index.php/RIDESECUNDARIO/article/viewFile/330/322
El mismo autor explica que el termino “seguridad” es
polisémico, su significado depende de las representaciones
sociales que de él poseen diversos grupos sociales. Para ello

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invoca al autor García Ramírez6 quien dijo que hay seguridad
cuando no existen amenazas que socaven, inhiban o supriman los
bienes y los derechos de cada uno, y se cuenta, por otra parte,
con razonables condiciones para el desarrollo de la propia
existencia.

En investigaciones se menciona que la seguridad ciudadana


está relacionada a las acciones de cuidado de la propiedad
privada y de la integridad personal.

Entonces, la seguridad ciudadana está vinculada al delito,


por lo que, la seguridad se logra a través de la vigilancia y el
resguardo para evitar los delitos que infrinjan la ley y dañe a las
personas.

La seguridad puede considerarse como el estado subjetivo,


hablando en el plano individual y colectivo, que nos permite
percibir con certeza manejarnos en un espacio exento de peligro o
amenazas, reales o potenciales; implicando la prevención y
determinación de causas que produzcan lo contrario: inseguridad

Sostiene también que la inseguridad puede ser reforzada


por la ineficiencia de las autoridades encargadas de frenar la
delincuencia, al sentirse la población desprotegida en su derecho
a vivir en una sociedad donde imperen el orden, la justicia y la paz
pública.

Siguiendo al autor Hale7, algunas de las principales


consecuencias del miedo al delito apuntadas por la investigación,
repercuten más allá del ámbito meramente personal del sujeto, y
se reflejan en: fractura del sentido de comunidad y de la
solidaridad; indiferencia al dolor ajeno y necesidades de la
comunidad; abandono de los espacios públicos; actitudes
6 García Ramírez S. (2010), En torno a la Seguridad Pública, desarrollo Penal y Evolución del Delito.
Consultable: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/1/419/10.pdf
7 Hale, C. (1995). Fear of crime: A review of the literature. International-Review-ofVictimology, 4, 79-

150.
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

favorables a políticas penales más punitivas; adopción de


medidas no legales para castigo a delincuentes (ley del talión),

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como son los muchos casos de linchamientos que se han
verificado en nuestro país; efectos psicológicos negativos a nivel
individual y cambio de hábitos (adoptar medidas de seguridad,
evitar transitar por ciertas zonas, etcétera).

En conclusión, el derecho a la seguridad es un derecho


fundamental que se encuentra íntimamente relacionado con el
ejercicio de otros derechos humanos, como son a la vida digna, a
la integridad personal, al libre desarrollo de la personalidad y a la
salud. El cual tiene un impacto tanto en ámbito individual del
sujeto quejoso, como social en su interrelación con el resto de la
comunidad.

En ese sentido, al comprobarse en este procedimiento que


las autoridades responsables incumplieron su obligación
constitucional y convencional de procurar seguridad pública eficaz
para garantizar los derechos y libertades de los habitantes de la
colonia ****** *** ****** y en especial de la quejosa domiciliada
en dicho fraccionamiento, pues no acreditaron haber tomado
acciones positivas reales e inmediatas a la problemática de
inseguridad denunciada y cuya intervención policial se solicitó a
través del ejercicio de derecho de petición por parte de la directa
quejosa; y pese a que las autoridades respondieron que
implementarían incremento de vigilancia, no acreditaron ante esta
instancia constitucional haberlo hecho; entonces, es evidente la
infracción a las normas constitucionales por parte de las
responsables, que las obligan a brindar protección a la población,
es decir, a respetar su derecho a la seguridad. Ya que de persistir
la conducta omisiva de la autoridad responsable implica que
permita o solape las acciones ilegales que despliegan los agentes


de delito.


Resulta orientadora, por las razones jurídicas que contiene,


la tesis aislada P. XLIX/2007 sostenida por el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página
21, Tomo XXVI, Diciembre de 2007, Novena Época, registro
170739, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta de

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rubro y texto:

“GARANTÍAS INDIVIDUALES. EL RETARDO, OMISIÓN O


INCUMPLIMIENTO DE LOS DEBERES DE LAS AUTORIDADES
PUEDE DAR LUGAR A LA VIOLACIÓN GRAVE DE
AQUÉLLAS. El ejercicio oportuno de las obligaciones de las
autoridades para mantener el orden público constituye una
garantía individual de los gobernados, por lo que la omisión de tal
ejercicio, en condiciones extremas, implica una violación grave de
garantías, al ser obligación de los órganos del Estado velar por la
seguridad pública y por la protección del orden público, los cuales
son fundamentales para la vigencia de las garantías individuales,
consagradas en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Lo anterior es así, ya que la pluralidad de intereses, la
diversidad de ideas y de necesidades de la población, generan
zonas de conflicto entre las personas y grupos cuando ejercen
sus derechos al amparo de dichas garantías pues, por un lado, se
encuentra la de la libre expresión de las ideas prevista en el
artículo 6o., aunado a las libertades ciudadanas de asociación y
reunión pacífica, contenidas en los artículos 8o. y 9o., limitadas
constitucionalmente por el respeto al derecho de los demás y al
orden público y el no ejercicio de la violencia y, por otro, el
derecho a ejercer libremente la profesión o industria que cada
quien determine, la libertad de trabajo, el derecho al respeto de la
propiedad y la integridad, y la inviolabilidad del domicilio, derechos
fundamentales que pueden verse afectados por el ejercicio de las
prerrogativas mencionadas anteriormente. Así, estos puntos de
contacto requieren de mecanismos de control por tratarse de
conflictos de garantías individuales y el orden público al que se
refiere la Constitución, toda vez que las garantías individuales
instituidas para las personas no pueden defenderse sino por
mandato constitucional, pues ninguna persona podrá hacerse
justicia por sí misma ni ejercer violencia para reclamar su
derecho, como lo señala el artículo 17 constitucional. Esto es,
nadie tiene legitimidad para usar su propia fuerza en contra de los
demás, de manera que el Estado es el único que puede utilizarla
cuando es necesario para mantener el orden y la paz pública y,
por ende, conservar las condiciones necesarias para la vigencia
de las garantías individuales que establece la Constitución, por lo
que la seguridad pública se encuentra a cargo de los tres órdenes
de gobierno en forma concurrente, cuyas policías deben actuar
conforme a los principios rectores, entre los que se incluye la
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

eficiencia. En ese orden de ideas, los derechos de protección son


derechos constitucionales encaminados a que el Estado organice
y maneje el orden público de una determinada manera por lo que

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respecta a la relación recíproca de sujetos jurídicos iguales; de
ahí que si el Estado no evita las intervenciones de particulares sin
sustento legal en bienes protegidos, entonces las permite. En
efecto, la seguridad pública y las garantías individuales no se
contraponen, se implican y se complementan, por lo que aquélla
debe salvaguardarse para garantizar los derechos fundamentales,
de manera que así como debe investigarse la responsabilidad por
el exceso de la fuerza, debe investigarse también el
incumplimiento de deberes constitucionales y de violación grave
de garantías individuales por efecto de ese tipo de omisiones.”(lo
destacado es de este juzgado)

En consecuencia, lo procedente es conceder el amparo y


protección de la justicia federal a la quejosa ****** ******
********* en contra de los actos reclamados al Director
General de Tránsito Municipal, Secretaría de Seguridad
Pública Municipal y Ayuntamiento del Municipio de León,
Guanajuato, todas con residencia en esta ciudad.

Sin que esta determinación vulnere el principio de relatividad


de la sentencia, ya que es evidente que ante el hecho de que la
quejosa ostentó un interés legítimo frente a la vulneración de
derechos fundamentales de tipo social, derivado de omisiones de
órganos del gobierno Municipal que impactan el rubro de servicios
públicos (seguridad) que afectan a una colectividad, además de la
quejosa; es inconcuso que los bienes jurídicos tutelados son
supraindividuales, y de esta manera son indivisibles, porque
pertenecen a dicha colectividad.

De ahí que la decisión aquí adoptada en cuanto a la


concesión de la protección de la justicia federal a la directa
quejosa ****** ****** ********, incida y repercuta también a
favor del grupo colectivo consistente en habitantes y transeúntes
de la colonia ****** *** ******, especialmente de la calle ******


** *** *********, del Municipio de León, Guanajuato.



Sobre el particular, se cita la obra publicada por el
magistrado federal Jean Claude Tron Petit, titulada: “¿Qué hay del
interés legítimo?”, publicada tanto en la revista del Instituto de la

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Judicatura Federal8, como en el Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la Universidad Autónoma de México9, de manera
textual:

“(…) Solo por citar como posibilidades de actualización de


intereses legítimos transgredidos y eventuales restituciones a
cargo de autoridades y particulares vinculados, pueden
considerarse los ejemplos siguientes: (…) Ineficiencias de
corporaciones policiacas o del ministerio público que generan
impunidad y trastocan la paz social y seguridad de personas. 
Usuarios de servicios públicos, afectados por mala gestión o
mantenimiento de redes que tiene a su cargo la Administración.
(…) Recogiendo estas ideas, mi punto de vista es que en los
casos donde se discuta la constitucionalidad de intereses
colectivos, el quejoso debe ser considerado, precisamente, como
un sujeto colectivo pero en razón de ser titular del bien u objeto
supraindividual e indivisible. La consecuencia será que el quejoso
resulta ser el ente a quien se imputa o atribuye el objeto y
cualquier decisión debe de incidir y repercutir en todos los
individuos que de manera determinada o indeterminada
conformen el grupo; por tanto, en ese sentido debe apreciarse y
matizarse el principio de relatividad, considerando siempre a partir
del objeto o bien, incluyendo por razones obvias y naturales, a la
totalidad de integrantes titulares como un quejoso sui generis de
naturaleza asociativa y plural. En correlación y de manera
paralela, se prevén los derechos o intereses individuales de
incidencia colectiva o derechos individuales homogéneos, que
tienen ya una naturaleza divisible. Esto es así ya que en un buen
número de ocasiones, a partir de violaciones a los intereses
colectivos, se lesiona también a determinados individuos del
grupo causándoles afectaciones concretas.
Conviene siempre distinguir estos aspectos ya que pueden
determinar la confluencia de acciones con pretensiones
diferenciadas aunque acumulables por derivar de una causa
común, usualmente de índole colectiva. Es así que algunos de los
integrantes del grupo pueden resentir daños individuales, las más
de las veces, homogéneos. La reparación de esas afectaciones
es distinta y bajo referentes diferentes a los pertinentes para los
derechos colectivos. En los casos de intereses colectivos, las
condenas son pertinentes, fundamentalmente, a restituir las cosas
o a reparar el daño causado a la colectividad, destacando las
medidas preventivas y precautorias para evitar que ocurran,
agraven o se consumen pérdidas, especialmente en temas
8

https://www.ijf.cjf.gob.mx/cursosesp/2014/diploarguIH/material1012/Qu%C3%A9%20hay%20del%20int
er%C3%A9s%20leg%C3%ADtimo%205.pdf
9 https://revistas-colaboracion.juridicas.unam.mx/index.php/judicatura/article/viewFile/31987/28978
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

ambientales, de publicidad engañosa y servicios públicos.


Respecto a los daños causados en forma individual a los
miembros del grupo, también deberán ser cubiertos, todo lo cual

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cobra relevancia en tratándose de derechos fundamentales dada
la obligación general de reparar que se estatuye en el artículo 1º
constitucional.”

SÉPTIMO. Precisión de los efectos para los que se


concede el amparo. El artículo 77, fracción I, de la Ley de
Amparo establece que cuando el acto reclamado es de carácter
negativo u omisivo, la sentencia amparadora tendrá por objeto
obligar a la autoridad responsable a respetar el derecho violado y
a cumplir lo que el mismo exija.

En este caso, el amparo y protección de los derechos


fundamentales, deberá restituir a la impetrante ****** ******
********* y al ente colectivo que representa habitantes de
la ******* ****** *** ******, en especial de la ***** ******
** *** ********* de este municipio en sus derechos
fundamentales, para lo cual, las autoridades Ayuntamiento del
Municipio de León, Director General de Tránsito Municipal y
Secretaría de Seguridad Pública Municipal todas con
residencia en esta ciudad, deberán, en el ámbito de sus
respectivas competencias:

1) Por lo que respecta a la seguridad vial, efectuar una


revisión de las vialidades que conforman la ******* ******
*** ******, en especial de la ***** ****** ** *** *********
de este municipio, a efecto de verificar si contiene los
señalamientos viales (letreros o avisos), semáforos en
operaciones, cámaras de seguridad y vigilancia, topes y/o
demás instrumentos que, de acuerdo al tipo de vialidad y fluido
vehicular y transeúnte, se requiere de acuerdo a la normativa o
reglamentación en materia de Tránsito, y en caso de que falte


alguno o algunos, implementarlos en el plazo no mayor a


quince días.

Para efecto de cumplimiento, las responsables deberán
emitir un documento, a modo de dictamen, que contenga el marco
normativo que indique las especificaciones que debe observarse

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en las vialidades de dicho fraccionamiento, así como las medidas
adoptadas o que deben adoptarse para que se cumpla con dicha
reglamentación; debiéndose acompañar las pruebas idóneas para
comprobar ante esta juzgadora que se instalaron los
señalamientos, semáforos, topes o cualquier instrumento de
auxilio al control vial que por las características de la vialidad se
requiera.

2) En lo tocante a la seguridad pública, las autoridades


responsables deberán acreditar en un plazo no mayor a quince
días, haber implementado medidas eficaces y permanentes
que garanticen la seguridad de los habitantes y transeúntes
de la colonia ****** *** ******, en especial de la ***** ******
** *** ********* de este municipio.
Pudiendo ser a guisa de ejemplo: cámaras de vigilancia
públicas en las intersecciones de mayor incidencia delictiva,
mayor iluminación en las calles, presencia de cuerpos policiacos
durante el día y la noche, rondines de patrullas, instalación de
casetas de vigilancia móviles, etcétera.

En el entendido de que las medidas de seguridad


preventivas que se adopten tienen que ser suficientes y eficaces
para garantizar la seguridad y tranquilidad de los habitantes de
dicho fraccionamiento, teniendo especial cuidado en protección de
las áreas en las que habitualmente asistan menores de edad.

El presente considerando no es limitativo, exhaustivo ni


taxativo de la concesión y ejecución de esta sentencia de amparo,
la cual deberá cumplimentarse hábilmente y en la forma restitutiva
más amplia posible para restablecer a la parte quejosa en sus
derechos fundamentales.

Por lo expuesto, fundado y con apoyo, además, en los


artículos 73, 74 y 75, de la Ley de Amparo, se resuelve:
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

ÚNICO. La Justicia de la Unión ampara y protege a ******


****** ********, contra el acto y autoridad precisados en el

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considerando segundo, por las razones asentadas en el
considerando sexto y para los efectos precisados en el último
punto considerativo del presente fallo

Notifíquese.

Así, definitivamente juzgando, lo resolvió y firma la


licenciada Gabriela Elizeth Almazán Hernández, Juez Tercero
de Distrito en el Estado de Guanajuato, ante la licenciada Ingrid
Rodríguez Mainou, secretaria judicial que autoriza y da fe.

*L´IRM

Razón.- Se hace constar que la presente foja corresponde a la última parte de la




sentencia dictada el veinticinco de septiembre de dos mil dieciocho en el juicio


de amparo 479/2018-IV.- Conste.

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Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

6188/2018. AYUNTAMIENTO DEL MUNICIPIO DE


LEÓN.

PJF - Versión Pública


6187/2018. DIRECTOR GENERAL DE TRÁNSITO
MUNICIPAL.

6186/2018. SECRETARÍA DE SEGURIDAD PÚBLICA


MUNICIPAL

CIUDAD.

Por vía de notificación, para su conocimiento y efectos


legales del caso, con el presente me permito remitir a usted, copia
autorizada de la sentencia pronunciada el día de hoy en el juicio
de amparo número 479/2017-IV, promovido por ****** ******
********, contra actos de usted.

León, Guanajuato, a 25 de septiembre de 2018.

ATENTAMENTE

LA SECRETARIA DEL JUZGADO TERCERO DE


DISTRITO EN EL ESTADO

LIC. INGRID RODRÍGUEZ MAINOU.

*L`IRM


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Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

“V I S T O S para dictar sentencia en el juicio de amparo 479/2018-IV, promovido


por ****** ****** ********, contra actos del Ayuntamiento de León, Guanajuato y
otras autoridades, los cuales consideraron violatorios de los derechos fundamentales
reconocidos en los artículos 4º, 8, 17 y 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos

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Mexicanos; y,
R E S U L T A N D O:
ÚNICO. Admisión, trámite e integración. Por escrito recibido el seis de junio de
dos mil dieciocho, en la Oficina de Correspondencia Común a los Juzgados de Distrito en
esta ciudad, y en este Juzgado de Distrito por razón de turno, ****** ****** ********
solicitó amparo y protección de la Justicia Federal, contra los actos y autoridades que más
adelante se mencionarán. Previa prevención, por auto de veintisiete de junio del mismo año,
se admitió a trámite la demanda, registrándose con el número de expediente 479/2018-IV;
asimismo, se solicitó a las autoridades responsables su informe con justificación; se dio la
intervención que corresponde al Agente del Ministerio Público de la Federación adscrito a
este juzgado federal; por último, se fijó fecha para que tuviera verificativo la audiencia
constitucional, la que se celebró al tenor del acta que antecede; y,
C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Competencia. Este Juzgado Tercero de Distrito en el Estado de


Guanajuato, es legalmente competente para conocer y resolver el presente juicio de amparo,
de acuerdo con lo establecido en los artículos 107, fracción VII, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos en vigor; 37 y 107, fracción II, de la Ley de Amparo; 48 y 52,
fracción IV, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

Lo anterior, en virtud de que se trata de un acto omisivo y la demanda de amparo se


presentó en la Oficina de Correspondencia Común a los Juzgados de Distrito de esta ciudad.

SEGUNDO. Precisión de los actos reclamados. En términos del artículo 74,


fracción I de la Ley de Amparo en vigor, se procede a fijar de manera clara y precisa los
actos reclamados, para lo cual se examina la demanda de amparo, los conceptos de
violación y demás constancias de autos, a fin de resolver la cuestión efectivamente
planteada, de lo que se deduce que la parte quejosa reclama:
Del Ayuntamiento del Municipio de León, Guanajuato, Secretaria de Seguridad
Pública Municipal y Director General de Tránsito Municipal, todos con residencia en esta
ciudad:
 La omisión y/o negativa de cumplimiento de las funciones inherentes a los
cargos que desempeñan, al no desplegar actos eficientes a efecto de brindar una seguridad
pública adecuada y atinente a los habitantes de la ******* ****** *** ****** de esta
ciudad, de conformidad con el contenido de las normas que regulan su estructura,
funcionamiento, competencia, obligaciones, atribuciones y facultades.
TERCERO. Certeza del acto reclamado. Deben estimarse ciertos los actos
reclamados al Ayuntamiento del Municipio de León, Guanajuato y Secretaria de
Seguridad Pública, ambos con residencia en esta ciudad, aun cuando en su informe
justificado negaron su existencia (fojas 51 y 37); debido a que se les atribuye un acto
omisivo, de modo que es necesario analizar las constancias remitidas como apoyo a su
informe para verificar si cumplieron las obligaciones que la ley les impone en materia de
seguridad pública, lo que trastoca aspectos relacionados con el fondo del amparo, de ahí
que deba tenerse por cierto el acto.
Por otro lado, la diversa autoridad Dirección General de Tránsito Municipal fue
omisa en rendir su informe justificado, pese a haber sido legalmente requerida por ello, como
se aprecia del acuse de recibo del oficio por el cual se le solicitó dicho informe que obra
agregado a foja 36 del sumario; en tal sentido, con fundamento en el artículo 117, párrafo
cuarto, de la Ley de Amparo, se presume la existencia de los actos de omisión que le fueron
atribuidos.
En efecto, para que se actualice la omisión en que incurre una autoridad debe existir
previamente la obligación correlativa, conforme lo dispongan las normas legales.
En el caso particular, de acuerdo a lo señalado en los numerales 3º y 7º de la Ley
del Sistema de Seguridad Pública del Estado de Guanajuato, la seguridad pública es una
función a cargo del Estado y los municipios orientada a salvaguardar los derechos humanos


y sus garantías, así como a la preservación del orden y la paz pública; actividad que se
encuentra atribuida al Ayuntamiento, el Presidente Municipal, Director de Seguridad Pública
o su equivalente, Director de Tránsito Municipal y el oficial calificador.


En consecuencia, es evidente que las autoridades señaladas como responsables


tienen el deber legal de procurar seguridad pública a los habitantes del municipio de León,
Guanajuato, de ahí que los actos omisivos en dicha materia que se les atribuyen deban
tenerse por ciertos.
Es puntualmente aplicable, la tesis aislada 1a. XXIV/98, sostenida por la Primera
Sala del Alto Tribunal, visible en la página 53, Tomo VII, Junio de 1998, Novena Época,
registro 196080, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de contenido
siguiente:

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“ACTOS DE NATURALEZA OMISIVA. PARA ESTAR EN APTITUD DE PRECISAR
SU CERTEZA O FALSEDAD, DEBE ACUDIRSE EN PRINCIPIO A LAS NORMAS
LEGALES QUE PREVÉN LA COMPETENCIA DE LA AUTORIDAD PARA DETERMINAR
SI EXISTE O NO LA OBLIGACIÓN DE ACTUAR EN EL SENTIDO QUE INDICA EL
QUEJOSO. Para que se actualice la omisión en que incurre una autoridad debe existir
previamente la obligación correlativa, conforme lo dispongan las normas legales; por tanto,
un acto omisivo atribuido a la autoridad, como puede ser que el presidente de la República,
no haya sancionado un acuerdo expedido por un secretario de Estado, independientemente
de las afirmaciones de la quejosa y las manifestaciones de la responsable, será cierto o
inexistente, en función de las obligaciones y facultades constitucionales que ineludiblemente
está constreñida a realizar, sea en vía de consecuencia de un acto jurídico previo que lo
origine, o bien, en forma aislada y espontánea sin que tenga como presupuesto una
condición; y no simplemente por el solo hecho de incurrir en la omisión por sí misma con
criterios subjetivos. En estas circunstancias, para estar en aptitud de precisar la certeza o
falsedad de un acto de naturaleza omisiva cuando se le imputa a determinada autoridad,
debe acudirse en principio a las normas legales que prevén su competencia para verificar si
en realidad está obligada a realizar esa conducta, es decir, antes de pronunciarse sobre una
posible omisión es necesario identificar si existe obligación jurídica de actuar en la forma que
la quejosa indica, porque de no ser así se llegaría a la conclusión errónea de que cualquier
omisión reclamada fuera cierta soslayando la exigencia objetiva de que se debe obrar en
determinado sentido, que después de todo puede servir como referencia para iniciar el
análisis de certeza de actos.”
CUARTO. Se desestiman las causales de improcedencia invocadas por la
autoridad responsable. En el informe que obra agregado a foja 37 del sumario la
Secretaría de Seguridad Pública Municipal de León, por conducto del Director General de
Asuntos Jurídicos y Control de Legalidad adujo que no reúne las características para ser
considerada como autoridad responsable en el presente juicio.
Ahora bien, la Ley de Amparo dispone:

"Artículo 1. El juicio de amparo tiene por objeto resolver toda controversia que se
suscite:

I. Por normas generales, actos u omisiones de autoridad que violen los derechos
humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por los tratados internacionales de los
que el Estado Mexicano sea parte;

II. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad federal que vulneren o
restrinjan la soberanía de los Estados o la esfera de competencias del Distrito Federal,
siempre y cuando se violen los derechos humanos reconocidos y las garantías otorgadas
para su protección por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y

III. Por normas generales, actos u omisiones de las autoridades de los Estados o del
Distrito Federal, que invadan la esfera de competencia de la autoridad federal, siempre y
cuando se violen los derechos humanos reconocidos y las garantías otorgadas por la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

El amparo protege a las personas frente a normas generales, actos u omisiones por
parte de los poderes públicos o de particulares en los casos señalados en la presente Ley”.

"Artículo 5. Son partes en el juicio de amparo:

(…)

II. La autoridad responsable, teniendo tal carácter, con independencia de su


naturaleza formal, la que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica
o extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de
realizarse crearía, modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas.

Para los efectos de esta Ley, los particulares tendrán la calidad de autoridad
responsable cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos en
los términos de esta fracción, y cuyas funciones estén determinadas por una norma general”.

Los preceptos legales transcritos permiten inferir que el juicio de amparo es


improcedente cuando el acto reclamado no provenga de una autoridad, entendiéndose como
tal, la que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue
situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de realizarse
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

crearía, modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas.

De igual manera, para los efectos de dicho ordenamiento, los particulares tendrán la
calidad de autoridad responsable cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, que

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afecten derechos en los términos de esta fracción, y cuyas funciones estén determinadas por
una norma general.

Ahora, la concepción del acto reclamado para la procedencia del juicio


constitucional, constituye un requisito indispensable para ello, tal como lo disponen los
artículos 103 de la Carta Magna y 1° de la ley de la materia, preceptos que establecen la
procedencia del amparo; en primer lugar, contra normas generales o actos de autoridad,
extendiéndose en algunos casos este concepto de autoridad a algunos supuestos donde
particulares realicen actos equivalentes a los de las autoridades estatales, pero esta
extensión es excepcional.

Así, conforme a la doctrina, el acto reclamado consiste en un hecho voluntario e


intencional, positivo o negativo que implica una afectación de situaciones jurídicas abstractas
o que constituye un acto concreto de efectos particulares, imputable a un órgano del Estado
e impuesto al gobernado de manera imperativa, unilateral y coercitiva.

Lo anterior, tiene como consecuencia que no todos los hechos que el particular
estime contrarios a su interés, son susceptibles de impugnarse en el juicio de amparo, sino
únicamente los actos de autoridad y como se anticipó, de los particulares que tendrán la
calidad de autoridad responsable cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad; por
tanto, no todos aquellos que algún órgano del Estado o paraestatal realicen, tendrán esa
naturaleza, puesto que dicho calificativo ineludiblemente involucra la actuación o abstención
de un órgano estatal frente al gobernado, en sus relaciones de supra a subordinación,
cuyas características son la unilateralidad, imperatividad y coercitividad.

Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis aislada I.13o.A.29 K, sustentada por el Décimo


Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, visible en la página
mil seiscientos veinte, Tomo XXI, febrero de 2005, materia Común, Novena Época, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que a la letra dice:

“ACTO DE AUTORIDAD. ES REQUISITO INDISPENSABLE PARA LA


PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO ESTABLECER SI LA ACCIÓN U OMISIÓN
DEL ÓRGANO DEL ESTADO REVISTE ESA NATURALEZA. La concepción del acto
reclamado es un tema medular dentro del análisis relativo a la procedencia del juicio de
amparo, pues constituye un requisito indispensable para ello, tal como lo disponen los
artículos 103 de la Carta Magna y 1o. de la Ley de Amparo, preceptos que consagran la
procedencia del amparo, en primer lugar, contra leyes o actos de autoridad; así, conforme a
la doctrina, el acto reclamado consiste en un hecho voluntario e intencional, positivo
(decisión, ejecución o ambas) o negativo (abstención u omisión) que implica una afectación
de situaciones jurídicas abstractas (ley) o que constituye un acto concreto de efectos
particulares (acto stricto sensu), imputable a un órgano del Estado e impuesto al gobernado
de manera imperativa, unilateral y coercitiva. En este aspecto, no todos los hechos que el
particular estime contrarios a su interés son susceptibles de impugnarse en el juicio de
garantías, sino únicamente los actos de autoridad; y no todos aquellos que el órgano del
Estado realice tendrán esa naturaleza, puesto que dicho calificativo ineludiblemente
involucra la actuación o abstención de un órgano estatal frente al gobernado, en sus
relaciones de supra a subordinación, cuyas características son la unilateralidad,
imperatividad y coercitividad. Consecuentemente, el juzgador, a fin de establecer si el acto
reclamado tiene la naturaleza de acto de autoridad, debe ante todo constatar si éste afectó
de manera unilateral la esfera jurídica de la parte quejosa y si se impuso contra y sobre la
voluntad de ésta; adicionalmente, de acuerdo con su naturaleza, debe considerar si puede
exigirse su cumplimiento, pues de no concurrir estas condiciones, el juicio de amparo resulta
improcedente en contra de actos que no son de autoridad”.

En ese contexto, es posible establecer que el contenido de los preceptos de la Ley


de Amparo transcritos en párrafos precedentes, dan pauta legal para sostener que el juicio
constitucional tiene por objeto resolver las controversias que se susciten por actos de
autoridad o de particulares cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, en los
términos enunciados y que vulneren los derechos fundamentales del gobernado, por lo que
sólo serán autoridades para los efectos del juicio constitucional aquellas que con
fundamento en una norma legal pueden emitir actos unilaterales a través de los cuales
crean, modifican o extinguen por sí o ante sí, situaciones jurídicas que afecten en


perjuicio del gobernado los derechos humanos reconocidos por el orden


constitucional mexicano.


Bajo el citado contexto, se colige con toda precisión que el ente de quien se
reclamen actos presumiblemente violatorios de derechos fundamentales, no debe tratarse de
un particular, sino de un órgano del Estado que unilateralmente impone su voluntad en
relaciones de supra a subordinación, regidas por el derecho público, y que afecten el ámbito
jurídico del gobernado. Circunstancia que, en el caso, sí acontece.

En efecto, las relaciones de supra a subordinación son las que se entablan entre
gobernantes y gobernados, por actuar los primeros en un plano superior a los segundos en
beneficio del orden público y del interés social; se regulan por el derecho público que

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también establece los procedimientos para ventilar los conflictos que se susciten por la
actuación de los órganos del Estado. Entre ellos destaca el procedimiento contencioso
administrativo y el juicio de amparo.
Este tipo de relaciones se caracterizan por la imperatividad, la coercitividad y la
unilateralidad, lo cual supone la posibilidad legal de que la propia autoridad, u otras
facultadas para ello, venzan cualquier tipo de resistencia que pudiera presentar el
cumplimiento voluntario de los actos de autoridad correspondientes.
Asimismo, las relaciones de supraordinación son las que se establecen entre los
órganos del propio Estado, en las que éstos actúan en un plano de igualdad superior, por
encima de los particulares; regulándose, también, por el derecho público que establece
mecanismos de solución política y jurisdiccional. Dentro de los cuales pueden mencionarse
las controversias constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad que señala el
artículo 105, fracciones I y II, de la Constitución General de la República.
En cambio, las relaciones de coordinación son las entabladas entre sujetos que
actúan en un plano de igualdad y bilateralidad, por lo que para dirimir sus diferencias e
impedir que se hagan justicia por ellos mismos, se han instituido procedimientos
jurisdiccionales a esos efectos.
La nota distintiva de las relaciones de coordinación consiste en que las partes
involucradas deben acudir a los tribunales ordinarios para que, en caso de ser necesario, se
impongan coactivamente las reparaciones que genere el incumplimiento de alguna de las
partes.
Precisado lo anterior debe decirse que la seguridad es un servicio público a cargo de
los gobiernos de los Estados y de los ayuntamientos municipales, por disposición expresa de
la Constitución Federal, y tiene como finalidad garantizar la paz social y la integridad de los
habitantes de cada ciudad, por tanto existe un marco normativo que regula dicha actuación
estatal y que impone frente a los gobernados en un plano de supra subordinación de manera
imperativa, unilateral y coercitiva; en ese sentido, la omisión en el desempeño adecuado de
dicha función, repercute en la esfera de derechos de los habitantes, ya que se altera la paz
social y se menoscaba el ejercicio pleno de los derechos y libertades de los ciudadanos; por
tanto, los titulares de las dependencias municipales señaladas en este juicio como
responsables de los actos omisivos reclamados, sí tienen la calidad de autoridades
responsables, para los efectos del presente juicio constitucional.
Por otro lado, la misma autoridad sostuvo en su informe justificado que no existe un
acto que menoscabe la esfera jurídica de la impetrante, y que por esa razón es
improcedente el presente juicio constitucional (fracción XII del artículo 61 de la Ley de
Amparo).
Dicho motivo de improcedencia se relaciona con el interés jurídico, por ser el que
exige un agravio personal y directo a quien es titular de un derecho subjetivo -a que hace
alusión la autoridad responsable-; sin embargo, en el caso particular, la solicitante del
amparo acudió en reclamo de la protección de la justicia federal ostentando un interés
legítimo, derivado de su especial posición frente al acto reclamado, con relación al cual se
puede resentir una afectación de tipo indirecta.
En ese sentido, es inconcuso que si la autoridad responsable partió de una base
errónea para sustentar el motivo de inejercitabilidad de la acción constitucional, es inconcuso
que este tribunal no pueda analizar dicho motivo, pues implicaría suplir a la responsable en
sus argumentaciones, encauzándolas a una hipótesis diversa a la invocada, lo que no es
jurídico ni posible.
En consecuencia, se desestima tal motivo de improcedencia, aunado a que éste
tribunal de oficio, no advierte que la impetrante carezca de interés legítimo para solicitar el
amparo en los términos planteados en su libelo.
Sustenta lo anterior, la jurisprudencia 137/2006, emitida por la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación derivada de la contradicción de tesis 142/2006,
consultable en la página 365, tomo XXIV, Octubre de 2006, Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, con número de registro 174086, que dice:
“IMPROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO. CUANDO SE INVOCA COMO
CAUSAL ALGUNA DE LAS FRACCIONES DEL ARTÍCULO 73 DE LA LEY DE LA
MATERIA, SIN EXPRESAR LAS RAZONES QUE JUSTIFIQUEN SU ACTUALIZACIÓN, EL
JUZGADOR DEBERÁ ANALIZARLA SÓLO CUANDO SEA DE OBVIA Y OBJETIVA
CONSTATACIÓN. Por regla general no basta la sola invocación de alguna de las fracciones
del artículo 73 de la Ley de Amparo para que el juzgador estudie la improcedencia del juicio
de garantías que plantee la autoridad responsable o el tercero perjudicado, sin embargo,
cuando aquélla sea de obvia y objetiva constatación; es decir, que para su análisis sólo se
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

requiera la simple verificación de que el caso se ajusta a la prescripción contenida en la


norma, deberá analizarse aun sin el razonamiento que suele exigirse para justificar la
petición, toda vez que en este supuesto bastará con que el órgano jurisdiccional revise si se
trata de alguno de los actos contra los cuales no proceda la acción de amparo, o bien si se

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está en los supuestos en los que conforme a ese precepto ésta es improcedente, debido a la
inexistencia de una pluralidad de significados jurídicos de la norma que pudiera dar lugar a
diversas alternativas de interpretación. Por el contrario, si las partes hacen valer una causal
de improcedencia del juicio citando sólo la disposición que estiman aplicable, sin aducir
argumento alguno en justificación de su aserto, no obstante que para su ponderación se
requiera del desarrollo de mayores razonamientos, el juzgador deberá explicarlo así en la
sentencia correspondiente de manera que motive las circunstancias que le impiden analizar
dicha causal, ante la variedad de posibles interpretaciones de la disposición legal invocada a
la que se apeló para fundar la declaración de improcedencia del juicio.”;
No advirtiéndose de oficio ningún otro motivo que haga inejercitable la acción
constitucional, se procede al análisis de fondo del acto reclamado.
QUINTO. Consideraciones previas al fondo del asunto. Partiendo de la base de
que la parte quejosa reclama la omisión de las responsables de cumplir con su obligación de
proporcionar seguridad pública adecuada y eficiente para los fines perseguidos, se trae a
colación el marco normativo que rige la materia de seguridad pública municipal.
V. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
“Artículo 21. (…)
La seguridad pública es una función a cargo de la Federación, las entidades
federativas y los Municipios, que comprende la prevención de los delitos; la investigación y
persecución para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones administrativas,
en los términos de la ley, en las respectivas competencias que esta Constitución señala. La
actuación de las instituciones de seguridad pública se regirá por los principios de legalidad,
objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución.
Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil, disciplinado y
profesional. El Ministerio Público y las instituciones policiales de los tres órdenes de gobierno
deberán coordinarse entre sí para cumplir los objetivos de la seguridad pública y
conformarán el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que estará sujeto a las siguientes
bases mínimas:
a) La regulación de la selección, ingreso, formación, permanencia, evaluación,
reconocimiento y certificación de los integrantes de las instituciones de seguridad pública. La
operación y desarrollo de estas acciones será competencia de la Federación, las entidades
federativas y los Municipios en el ámbito de sus respectivas atribuciones.
b) El establecimiento de las bases de datos criminalísticos y de personal para las
instituciones de seguridad pública. Ninguna persona podrá ingresar a las instituciones de
seguridad pública si no ha sido debidamente certificado y registrado en el sistema.
c) La formulación de políticas públicas tendientes a prevenir la comisión de delitos.
d) Se determinará la participación de la comunidad que coadyuvará, entre otros, en
los procesos de evaluación de las políticas de prevención del delito así como de las
instituciones de seguridad pública.
e) Los fondos de ayuda federal para la seguridad pública, a nivel nacional serán
aportados a las entidades federativas y municipios para ser destinados exclusivamente a
estos fines.”
VI. Constitución Política del Estado de Guanajuato:
“Artículo 11. (…)
La seguridad pública es una función a cargo del Estado y los municipios, que
comprende la prevención de los delitos, la investigación y persecución para hacerla efectiva,
así como la sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la Ley, en las
respectivas competencias que esta Constitución señala. La actuación de las instituciones de
seguridad pública se regirá por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia,
profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos reconocidos en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, los Tratados Internacionales ratificados por los
Estados Unidos Mexicanos y esta Constitución. Las instituciones de seguridad pública serán
de carácter civil, disciplinado y profesional. El Ministerio Público y las instituciones policiales
del Estado y de los municipios deberán coordinarse entre sí y con las instituciones policiales
federales para cumplir los objetivos de la seguridad pública y conformarán el Sistema Estatal


de Seguridad Pública, que estará sujeto a las bases mínimas establecidas en el artículo 21
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.”


VII. Ley del Sistema Estatal de Seguridad Pública del Estado de


Guanajuato:
“Artículo 2. La seguridad pública es una función a cargo del Estado y sus
municipios que tiene como fines salvaguardar la vida, la integridad y los derechos de las
personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz públicos; y comprende la
prevención especial y general de los delitos, la investigación para hacerla efectiva, la sanción
de las infracciones administrativas, así como la investigación y la persecución de los delitos y
la reinserción social del individuo, en términos de ley, en las respectivas competencias

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establecidas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la particular
del Estado. El Estado y los municipios desarrollarán políticas en materia de prevención social
del delito con carácter integral, sobre las causas que generan la comisión de delitos y
conductas antisociales, así como programas y acciones para fomentar en la sociedad
valores culturales y cívicos, que induzcan el respeto a la legalidad y a la protección de las
víctimas.”
“Artículo 3. La función de seguridad pública se realizará en los diversos ámbitos de
competencia por conducto de las Instituciones Policiales, del Ministerio Público, de las
instancias encargadas de aplicar las sanciones por la comisión de las infracciones
administrativas, de los responsables de la prisión preventiva y ejecución de penas, de las
autoridades competentes en materia de justicia para adolescentes, así como por las demás
autoridades que en razón de sus atribuciones deban contribuir directa o indirectamente al
objeto de esta ley.
La seguridad pública se sujetará a los derechos humanos y al principio de inocencia,
consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.”
“Artículo 5. Corresponde al Estado y a los municipios, en el ámbito de sus
respectivas competencias: I. Garantizar el cumplimiento de la presente ley y demás
disposiciones que deriven de ésta; II. Contribuir, a la efectiva coordinación de los Sistemas
Nacional y Estatal de Seguridad Pública; III. Aplicar y supervisar los procedimientos relativos
a la carrera policial, profesionalización y régimen disciplinario; IV. Constituir, en su caso, y
operar las Academias y comisiones a que se refiere esta ley; V. Asegurar su integración a
las bases de datos criminalísticos y de personal de seguridad pública; VI. Designar a un
responsable del control, suministro y adecuado manejo de la información a que se refiere
esta ley; VII. Integrar y consultar en las bases de datos de personal de seguridad pública, los
expedientes de los aspirantes a ingresar en las Instituciones Policiales; VIII. Abstenerse de
contratar y emplear en las Instituciones Policiales a personas que no cuentan con el registro
y certificado emitido por el Centro de Evaluación y Control de Confianza del Estado; IX.
Integrar y dar el oportuno funcionamiento del desarrollo policial; X. Garantizar la observancia
permanente de la normatividad aplicable conforme a los lineamientos, procedimientos,
protocolos y perfiles determinados por el Centro Nacional de Certificación y Acreditación, en
materia de evaluación y control de confianza; XI. Integrar y consultar la información relativa a
la operación y desarrollo policial para el registro y seguimiento, en las bases de datos
criminalísticos y de personal de seguridad pública; XII. Destinar los fondos de ayuda federal
para la seguridad pública exclusivamente a estos fines y nombrar a un responsable de su
control y administración; XIII. Participar en la ejecución de las acciones para el resguardo de
las instalaciones estratégicas del país; XIV. Determinar la participación de la comunidad y de
instituciones académicas para coadyuvar en los procesos de evaluación de las políticas de
prevención del delito, así como de las Instituciones de Seguridad Pública, a través de
mecanismos eficaces; XV. Fortalecer los sistemas de seguridad social de los servidores
públicos, sus familias y dependientes, e instrumentar los complementarios de aquellos; y
XVI. Las demás atribuciones específicas que se establezcan en esta ley.”
“Artículo 14. Son atribuciones del Ayuntamiento, las siguientes: I. Garantizar la
seguridad en el territorio municipal, de las personas, sus bienes, sus derechos, así como
preservar la tranquilidad y guardar el orden público, expidiendo para ese efecto los bandos
de policía y gobierno, reglamentos, y demás disposiciones administrativas de observancia
general en materia de seguridad pública municipal; II. Aprobar los programas de seguridad
pública y de prevención del delito de su competencia, y coadyuvar en la elaboración de los
programas estatales de seguridad pública y de prevención del delito; III. Acordar la
celebración de convenios o acuerdos en el ejercicio de sus atribuciones, con el Ejecutivo del
Estado, la Federación y otros municipios, relativos a la función de seguridad pública; IV.
Promover la participación de los distintos sectores de la población para la búsqueda de
soluciones a la problemática de seguridad pública municipal, mediante la integración del
consejo consultivo; V. Impulsar la profesionalización de los integrantes de las instituciones
policiales municipales; VI. Manifestar, en su caso, su conformidad al Ejecutivo del Estado
para la prestación de los servicios de seguridad privada, así como supervisar y vigilar el
buen funcionamiento de éstos; y VII. Las demás que le confiera esta ley y los ordenamientos
jurídicos aplicables.”
“Artículo 21. El Consejo Estatal será la instancia superior en el Estado encargada
de la coordinación, planeación y definición de políticas públicas en seguridad pública.
Asimismo, será el responsable de dar seguimiento y cumplimiento a los acuerdos,
lineamientos y políticas emitidos por el Consejo Nacional de Seguridad Pública y las
Conferencias Nacionales del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en su ámbito de
competencia. Integración del Consejo Estatal.”
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

“Artículo 22. El Consejo Estatal estará integrado por: I. El Gobernador del Estado,
quien lo presidirá; II. El Secretario de Gobierno; III. El Secretario de Seguridad Pública; IV. El
Procurador General de Justicia; V. El Comandante de la XVI Zona Militar; VI. El Delegado de
la Procuraduría General de la República; VII. El Delegado de la Policía Federal; VIII. Dos

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presidentes municipales designados por acuerdo del propio Consejo; y IX. El Secretario
Ejecutivo del Sistema, quien fungirá como secretario técnico.”
“Artículo 25. El Ejecutivo de Estado emitirá, de conformidad con las disposiciones
de la Ley de Planeación del Estado, el Programa Estatal de Seguridad Pública, el cual
deberá vincularse con el Programa Nacional de Seguridad Pública y contener las medidas,
objetivos y metas para el mantenimiento del orden público, la paz social y en general, la
salvaguarda de la integridad física y de los bienes y derechos de las personas en el Estado y
el auxilio a la población en caso de siniestro y desastre en coordinación con las autoridades
de protección civil. 13 Contenido de los programas Estatal y municipales.”
“Artículo 54. Las Instituciones Policiales en el Estado, para el mejor cumplimiento de
sus objetivos, desarrollarán, cuando menos, las siguientes funciones: I. Investigación, a
través de sistemas homologados de recolección, clasificación, registro, análisis, evaluación y
explotación de información; II. Prevención, para prevenir la comisión de delitos e infracciones
administrativas, realizar las acciones de inspección, vigilancia y vialidad en su
circunscripción; y III. Reacción, a fin de garantizar, mantener y restablecer el orden y la paz
públicos.”
VIII. Reglamento de Policía para el Municipio de León, Guanajuato:
“Artículo 4.- Compete a la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, la vigilancia
del cumplimiento de este Reglamento, a través de la Dirección General de Policía, Dirección
de Oficiales Calificadores y Dirección de Prevención y Estadística, en el ámbito de sus
respectivas competencias y conforme a las funciones que en él expresamente se indiquen
considerándose como autoridades auxiliares las Direcciones de Protección Civil y de
Fiscalización y Control, así como a las Direcciones Generales de Tránsito y Transporte.”
“Artículo 13.- Son faltas o infracciones contra el bienestar colectivo: I.- Consumir
o incitar al consumo de estupefacientes, psicotrópicos, enervantes, solventes o sustancias
químicas en lugares públicos, sin perjuicio a las sanciones previstas en las Leyes Penales;
II.- Ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos no autorizados para ello, así como fumar
en lugares públicos en donde esté expresamente prohibido por razones de seguridad y salud
pública; III.- Ocasionar molestias al vecindario con ruidos o sonidos de duración constante o
permanente y escandalosa, con aparatos musicales o de otro tipo utilizados con alta o
desusual intensidad sonora o con aparatos de potente luminosidad, sin autorización de la
autoridad competente; IV.- Alterar el orden, provocar riñas o escándalos o participar en ellos;
V.- Provocar por falsas alarmas, la movilización de los diversos cuerpos de seguridad
Federales, Estatales o Municipales o de los grupos de socorro y asistencia, mediante
llamadas telefónicas, sistemas de alarma o por cualquier otro medio; VI.- Impedir o estorbar
el uso de la vía pública; VII.- Ofrecer o propiciar la venta de boletos de espectáculos públicos
fuera de los lugares autorizados para ello y la reventa de los mismos; VIII.- Cualquier otra
acción u omisión que afecte el bienestar colectivo; IX.- Vender o propiciar la venta de
bebidas alcohólicas en lugares de uso común sin contar con el permiso de la autoridad
competente; y en general, en la vía pública; y, X.- Proferir amenazas o injurias, utilizar la
violencia, perturbar el orden público o realizar cualquier otro acto que afecte a las personas y
sus derechos, en cualquier acto público, o en lugares de uso común.”
“Artículo 14.- Son faltas o infracciones contra la seguridad general: I.- Arrojar en la
vía pública cualquier objeto o líquido que pueda ocasionar molestias o daños; II.- Causar
falsas alarmas o asumir actitudes que tengan por objeto infundir pánico en lugares públicos o
de uso común; III.- Encender fuegos, artificios o juguetería pirotécnica, detonar cohetes o
usar explosivos en la vía pública sin la autorización de la autoridad competente; IV.- La venta
de los productos mencionados en la fracción anterior, sin contar con el permiso de la
autoridad correspondiente; V.- Hacer fogatas, incinerar sustancias, basura o desperdicios
cuyo humo cause molestias o trastorno al ambiente, en lugares públicos y sin la autorización
de la autoridad correspondiente; VI.- Disparar armas de fuego fuera de los lugares
permitidos, sin menoscabo de la reglamentación federal que para tal efecto tenga vigencia;
VII.- Penetrar o invadir sin autorización zonas o lugares de acceso prohibido o restringido;
VIII.- Organizar o tomar parte en juegos de cualquier índole en lugar público, que pongan en
peligro a las personas que en él estén, participen o transiten, o que causen molestias a las
personas que habiten en él o en las inmediaciones del lugar en que se desarrolle, o que
impidan la circulación libre de vehículos y/o personas en las zonas dispuestas para tal
efecto; IX.- Oponer resistencia o impedir, directa o indirectamente, la acción de los Cuerpos
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de Seguridad Pública Municipal en el cumplimiento de su deber; X.- Hacer uso de la fuerza o


violencia en contra de la autoridad; XI.- Insultar a la autoridad; XII.- Circular en vehículos de
motor, con sirenas, torretas y luces estroboscópicas, hecha excepción de los vehículos
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destinados a la seguridad pública y a los cuerpos de socorro y/o auxilio a la población; y,


XIII.- Cualquier otra acción u omisión que afecte a la seguridad en general.
“Artículo 15.- Son faltas o infracciones que atentan contra la integridad moral del
individuo o de la familia: I.- Expresarse con palabras soeces o hacer señas, o gestos
obscenos, insultantes o indecorosos en lugares públicos; II.- Incitar o efectuar en lugar
público el comercio carnal; así como exhibir las partes genitales en lugar público o en
espectáculos que no tengan permiso expreso de las autoridades correspondientes; III.-
Faltar en lugar público el respeto a cualquier persona; IV.- Corregir con escándalo o V.-

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Permitir la entrada a menores de edad en cantinas, bares, espectáculos para adultos,
centros nocturnos, casas de juego, establecimientos con exhibición, venta, renta de revistas,
gráficos, videos, artículos o material con contenido pornográfico o violento y otros que
marque la Ley; VI.- Vender bebidas alcohólicas, tabaco, inhalantes, así como cualquier
tóxico, psicotrópico o enervante a menores de edad sin perjuicio de lo dispuesto en las
Leyes Penales vigentes; VII.- Vender o rentar películas o revistas pornográficas o de
contenido violento a menores de edad, sin perjuicio de lo dispuesto en las Leyes Penales
Vigentes; VIII.- Realizar en estado de ebriedad o bajo influjo de enervantes, estupefacientes,
psicotrópicos o inhalantes, cualquier actividad que requiera trato directo con el público; IX.-
Faltar al respeto al público asistente a eventos o espectáculos, con agresiones físicas o
verbales, por parte del propietario del establecimiento, de los organizadores, de sus
trabajadores, de los artistas o deportistas; X.- Obligar o regentear a menores de edad o
personas adultas para que practiquen la mendicidad o la prostitución; XI.- Exhibir o difundir
en lugares de uso común revistas, póster, artículos o material con contenido pornográfico o
violento; y, XII.- Cualquier otra acción u omisión que afecte la integridad moral del individuo o
de la familia.”
“Artículo 16.- Son faltas o infracciones contra la propiedad en general: I.- Dañar el
césped, las flores, árboles, arbustos o cualquier otro objeto de ornamento, excepto en los
casos de utilidad pública; II.- Realizar pintas, manchas o leyendas, o cualquier otra acción
que dañe los monumentos, plazas, parques, puentes, fachadas o muros de casas, de
edificaciones comerciales o industriales, o cualquier otro inmueble público o privado, salvo
que se cuente con los permisos correspondientes. De igual manera, hacer uso de los citados
bienes sin consentimiento o autorización expresa de quien legítimamente pueda otorgarlo;
III.- Dañar, cubrir, borrar, pintar, destruir o remover señales de tránsito, de nomenclatura, o
cualquier otro señalamiento oficial; IV.- Maltratar o hacer uso diferente para los cuales fueron
hechas las casetas telefónicas, buzones, cajeros automáticos, autobuses y paraderos
destinados al transporte público y otros bienes de uso común; V.- Dañar o destruir lámparas,
focos del alumbrado público, hidrantes o semáforos; VI.- Dañar los vehículos o cualquier otra
propiedad pública o privada; y, VII.- Cualquier otra acción u omisión que cause daño o
deterioro a la propiedad pública o privada. Tratándose de daños a inmuebles, la policía
municipal comunicará por escrito al poseedor o propietario la infracción cometida y los datos
del infractor, para que haga valer las acciones legales que a su derecho convenga.
“Artículo 17.- Son faltas o infracciones que atentan contra la salud pública: I.-
Arrojar en lugares públicos o lotes baldíos, no autorizados, animales muertos, escombros,
basura, substancias fétidas, tóxicas, corrosivas, contaminantes o peligrosas para la salud; II.-
Orinar o defecar en lugares públicos; III.- Contaminar el agua de tanques de almacenaje,
fuentes públicas, acueductos o tuberías públicas; IV.- Ejercer el comercio carnal en lugares
públicos sin cumplir con las medidas de regulación sanitaria en materia de enfermedades
infecto contagiosas y transmisibles sexualmente que para tal efecto expida la autoridad
competente, conforme a los instrumentos jurídicos que para tal efecto celebre el Municipio
con las autoridades competentes; y, V.- Cualquier otra acción u omsión que afecte la salud
pública.”
“Artículo 18.- Son faltas contra la salud y tranquilidad de las personas: I.-
Provocar intencionalmente o por falta de precaución, el ataque de un animal; II.- Impedir por
cualquier medio el legítimo uso o disfrute de un bien; III.- Arrojar contra una persona objetos,
líquidos o cualquier sustancia, que le mojen, ensucien o dañen en lo físico o en su honor;
IV.- Molestar a una persona con palabras soeces, insinuaciones, proposiciones indecorosas,
o mediante contacto físico; V.- Asediar a una persona o impedirle su libertad de acción en
cualquier forma; VI.- Portar cualquier objeto que por su naturaleza, denote peligrosidad y
atente contra la seguridad pública, sin perjuicio de las Leyes Penales vigentes; VII.- Incitar a
la violencia, en contra de alguna persona o grupo, o de algún bien mueble o inmueble
particular o público; y, VIII.- Cualquier otra acción u omisión que afecte la seguridad y
tranquilidad de las personas.”
“Artículo 19.- La Policía Municipal se considera como un cuerpo preventivo,
persuasivo antes que represivo, cuya misión central será la de salvaguardar el orden y la
convivencia armónica de la sociedad leonesa, garantizando las condiciones necesarias para
el desarrollo de la persona y las familias salvaguardando su dignidad, por lo que se
abstendrá de detener a persona alguna por las infracciones señaladas en este Reglamento,
salvo que se trate de una falta o infracción flagrante, o sea, que se sorprenda al infractor en
el momento de estarla cometiendo.”
SEXTO. Estudio de la litis constitucional. Son fundados los motivos de
disentimiento esgrimidos por la impetrante, por las razones que enseguida se exponen.
La parte quejosa sostiene que la omisión de las responsables de proporcionar
seguridad pública adecuada y eficiente, violenta su derecho a una vida digna.
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

El derecho humano a una vida digna se encuentra reconocido en el artículo 4º de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y en los artículos 11, numeral 1 y 12,
numeral 1, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; así como
10, numeral 1 y 12, numeral 1, del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre

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Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; y artículo 3º
de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Conforme a esta normativa nacional e internacional, todo individuo tiene derecho a la
vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
El derecho a la vida no significa la mera facultad de existir, sino transitar en la vida
humana bajo condiciones de dignidad, es decir, poder satisfacer determinadas necesidades
que van desde las más biológicas como alimentación, salud, vivienda, etcétera, hasta las
sociales y culturales.
El derecho a la vida digna tiene como objetivo final garantizar a todos los seres
humanos la posibilidad de desarrollar libremente su personalidad, plantearse y poder llevar a
cabo su proyecto de realización personal.
Lo que implica el derecho correlativo de no ser objeto de injerencias arbitrarias en su
vida privada, familia, domicilio, ni ataques a su honra o reputación. Ello tomando como punto
de partida de que el ser humano es un ser sociocultural y su relación con las cosas está
mediada por las conductas de otros seres humanos, incluyendo la propia autoridad del
Estado.
Resulta orientadora la tesis aislada 1a. CCLXI/2016 (10a.), de la Primera Sala del
Alto Tribunal, visible en la página 898, Libro 36, Noviembre de 2016, Tomo II, Décima Época,
registro 2013140 de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación de rubro y texto:
“DERECHO AL LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD. SU DIMENSIÓN
EXTERNA E INTERNA. La libertad "indefinida" que es tutelada por el derecho al libre
desarrollo de la personalidad complementa las otras libertades más específicas, como la
libertad de conciencia o la libertad de expresión, puesto que su función es salvaguardar la
"esfera personal" que no se encuentra protegida por las libertades más tradicionales y
concretas. En este sentido, este derecho es especialmente importante frente a las nuevas
amenazas a la libertad individual que se presentan en la actualidad. Ahora bien, la doctrina
especializada señala que el libre desarrollo de la personalidad tiene una dimensión externa y
una interna. Desde el punto de vista externo, el derecho da cobertura a una genérica
"libertad de acción" que permite realizar cualquier actividad que el individuo considere
necesaria para el desarrollo de su personalidad. En cambio, desde una perspectiva interna,
el derecho protege una "esfera de privacidad" del individuo en contra de las incursiones
externas que limitan la capacidad para tomar ciertas decisiones a través de las cuales se
ejerce la autonomía personal. Al respecto, si bien en un plano conceptual puede trazarse
esta distinción entre los aspectos externos e internos, resulta complicado adscribir los casos
de ejercicio de este derecho a una sola de estas dimensiones. Ello es así, porque las
acciones que realizan los individuos en el ejercicio de su autonomía personal suponen la
decisión de llevar a cabo esa acción, al tiempo que las decisiones sobre aspectos que en
principio sólo incumben al individuo normalmente requieren de ciertas acciones para
materializarlas. En todo caso, parece que se trata de una cuestión de énfasis. Así, mientras
que hay situaciones en las que el aspecto más relevante de la autonomía personal se
aprecia en la acción realizada, existen otras situaciones en las que el ejercicio de la
autonomía se observa más claramente a través de la decisión adoptada por la persona.”

Es por eso que la Organización Mundial de la Salud (1992) ha especificado las


exigencias para una calidad de vida digna:
a) Un entorno físico de calidad, que incluye calidad de vivienda, disponibilidad de
transporte y comunicaciones, salubridad y seguridad pública, etcétera.
b) Un ecosistema ambiental que posibilite un desarrollo sostenible a largo plazo.
c) Una comunidad sólida con interacciones sociales en armonía y sentimiento
de grupo.
d) Un alto grado de participación y control de las personas y los grupos en las
decisiones que afectan a su propia vida y bienestar. Con otras palabras, una participación
democrática a todos los niveles.
e) Una satisfacción de las necesidades básicas como alimentos, vivienda, trabajo,
propiedades personales, seguridad, etcétera.
f) Un acceso a experiencias y recursos del entorno físico y sociocultural: educación,
cultura, ocio, etcétera.
g) Una vinculación con el pasado cultural de la comunidad y de otras sociedades.
h) Un nivel óptimo de salud pública, accesible para todos10.
De lo anterior se obtiene que la vida digna impacta en diversos aspectos que se


articulan en tres dimensiones, que son a saber: materiales (alimentación, vivienda,


seguridad, salud), psicológicos (satisfacción, bienestar, felicidad) y socioculturales
(participación democrática, educación, cultura).


10 https://eprints.ucm.es/8606/1/DERECHOS_HUMANOS_Y_CALIDAD_DE_VIDA.pdf
Ahora bien, se puede hablar que existe vida digna cuando existe un nivel óptimo de
felicidad y tranquilidad en la psique del individuo, porque todos los aspectos que integran el
concepto de vida digna se encuentran satisfechos, de manera que la persona puede acceder
a su plan de vida y desarrollo de su personalidad.
Entre esos factores, como quedó expuesto supralíneas se halla el relacionado con la
seguridad de la persona, tanto en su dimensión material como jurídica.

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El concepto de seguridad comprende que el sujeto es parte de una comunidad, en la
que no todos sus integrantes de comportan de acuerdo a las normas legales y
convencionalismos sociales; es en éste supuesto en que interviene la actividad del Estado
como regulador de dichas conductas, para procurar que se mantengan en armonía, evitar las
injerencias arbitrarias en la vida y patrimonio de los habitantes, y sancionar a quienes
infrinjan las normas.
Entonces, la obligación del Estado en materia de seguridad se erige a modo
preventivo, por un lado, y de tipo sancionador, por el otro; de ahí que tenga que implementar
planes y acciones en materia de seguridad pública que permitan evitar conductas
antisociales en perjuicio de los habitantes de la comunidad, mantener el orden y la paz
públicas; y de esta forma garantizar a cada uno de los miembros de la comunidad un nivel
de vida adecuado, a través del pleno ejercicio de sus derechos y libertades personales.
Así las cosas, la seguridad pública es un derecho fundamental que constituye el
medio para el disfrute de los diversos derechos humanos a la vida digna, libre desarrollo de
la personalidad e integridad personal y la salud; tan es así que el artículo 2º de la Ley del
Sistema Estatal de Seguridad Pública del Estado de Guanajuato pretranscrito, establece que
el fin de la seguridad pública es salvaguardar la vida, la integridad y los derechos de las
personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz públicos; y comprende la
prevención especial y general de los delitos, la investigación para hacerla efectiva, la sanción
de las infracciones administrativas, así como la investigación y la persecución de los delitos y
la reinserción social del individuo.
Participando en dicha actividad de protección y salvaguarda, las instituciones
policiales de los diversos ámbitos de gobierno: Federal, Estatal y Municipal.
Siendo en el caso que ocupa la atención la competencia de las autoridades que
conforman el sistema de seguridad pública del Municipio de León, Guanajuato, toda vez que
la parte quejosa reside en la ******* ****** *** ****** de esta municipalidad, siendo
precisamente la omisión en el cumplimiento de la obligación constitucional y convencional de
proporcionar seguridad pública adecuada la que constituye el acto reclamado ante esta
instancia.
Como quedó expuesto, el Ayuntamiento del Municipio de León tiene como atribución
garantizar la seguridad en el territorio municipal, de las personas, sus bienes, sus
derechos, así como preservar la tranquilidad y guardar el orden público, para efecto de
lo cual expedirá los bandos de policía y gobierno, reglamentos, y demás disposiciones
administrativas de observancia general en materia de seguridad pública municipal; y vigilará
la correcta implementación de los planes de seguridad pública.
La aplicación y observancia de los planes y normativas en materia de seguridad
pública corresponde a la Secretaría de Seguridad Pública Municipal y a la Dirección General
de Tránsito Municipal, en el ámbito de sus respectivas competencias.
En efecto, la Dirección General de Policía Municipal es un cuerpo policíaco cuya
función primordial es la de salvaguardar la integridad física y patrimonial de las personas en
el Municipio, prevenir la comisión de delitos, así como preservar las libertades, el orden y la
paz públicos con estricto respeto a las garantías individuales y los Derechos Humanos
consignados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Constitución
Particular del Estado y demás ordenamientos legales.
En tanto que la Dirección General de Tránsito Municipal tiene por objeto preservar la
vida, la salud y el patrimonio de las personas, a través de la aplicación de las normas que
rigen el tránsito de peatones y de vehículos en las vías públicas del Municipio de León,
Guanajuato.
Puntualizado lo anterior, se tiene que la quejosa ofreció como pruebas de su
intención:
5) Copia de su credencial para votar expedida por Instituto Federal Electoral,
en la que consta que ****** ****** ******** tiene como domicilio registrado en el instituto
el ubicado en calle ****** ** *** ********* ****** ***** ** ** ******* ****** *** ******
del Municipio de León, Guanajuato (foja 23).
6) Recibo original expedido por la Comisión Federal de Electricidad, a nombre
de la quejosa por el cobro de suministro de fluido eléctrico proporcionado en el domicilio
ubicado en ****** ** *** ********* ****** ***** ** ** ******* ****** *** ****** del
Municipio de León, Guanajuato (foja 22).
7) Copia del oficio DGPM/DOP/5988/2017 de veintinueve de septiembre de dos
mil diecisiete, suscrito por el Director de Operaciones Policiales de Policía Municipal de
León, Guanajuato, dirigido a ****** ****** ******** con domicilio ubicado en calle ******
** *** ********* ****** ***** ** ** ******* ****** *** ****** del Municipio de León,
Guanajuato, a través del cual -en atención a su petición sobre incremento de vigilancia en
las inmediaciones de las calles ****** ** ********* ****** ** *** **** * ****** ** ***
********** ***** ** ** ******* ****** *** ****** de esta ciudad, por los motivos de
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Juicio de amparo 479/2018-IV

inseguridad que expuso-, respondió en el sentido de que giró instrucciones a los


comandantes de turno y zonas para conocimiento, seguimiento y cumplimiento, llevando a
cabo entrevista personalizada con interesados, conociendo a fondo la problemática
existente, dando continuidad a la vigilancia rotativa, a efecto de inhibir cualquier falta o delito

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conforme al reglamento de policía en el ámbito de su competencia (foja 24).
8) Original y copia del oficio DGTM/2405/2017 de cuatro de octubre de dos mil
diecisiete, suscrito por el Director Operativo de Tránsito Municipal de León, Guanajuato,
dirigido a ****** ****** ******** con domicilio en calle ****** ** *** ********* ******
***** ** ** ******* ****** *** ****** del Municipio de León, Guanajuato a través del cual,
en atención a su petición, respondió que se programarán rondines de vigilancia vial para
vigilar el respeto al reglamento de tránsito en las calles del fraccionamiento, especialmente
ciclistas y motociclistas, vehículos con cristales polarizados o sin placas, y de esta manera
coadyuvar a mantener la seguridad de los transeúntes y colonos (fojas 5 y 25).
Con relación a la primera de las documentales aportadas, si bien es verdad que fue
anexada en copia simple, no menos cierto es que derivado de la comparecencia de la
quejosa a este tribunal a efecto de ratificar la firma estampada en el ocurso de aclaración de
demanda, acto en el cual fue exhibido el original de la aludida credencial para votar,
dejándose constancia de su cotejo en el acta que al efecto se levantó de fecha veintiséis de
junio actual, entonces es inconcuso que al obrar constancia de su cotejo por parte de este
tribunal, deba considerarse como documento con eficacia demostrativa plena, de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 129, 197 y 202 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, por disposición expresa
de su numeral 2º, por tratarse en la especie de documento público.
A la segunda de las documentales aportadas, se le reconoce valor probatorio pleno,
con apoyo en los mismos preceptos legales citados en el párrafo que antecede.
Adminiculadas tales documentales son suficientes e idóneas para demostrar que la
quejosa está domiciliada en la calle ****** ** *** ********* ****** ***** ** ** *******
****** *** ****** del Municipio de León, Guanajuato.
Por otro lado, los oficios anexados también gozan de pleno valor probatorio, con
fundamento en los numerales 129, 197 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, debido a que son documentos públicos
expedidos por autoridades en el ejercicio de sus facultades legales; los cuales son aptos y
suficientes para comprobar que la impetrante elevó petición ante la Dirección de Tránsito
Municipal y Seguridad Pública Municipal, para solicitar incremento de vigilancia y acciones
positivas para garantizar la seguridad de los habitantes y transeúntes de la colonia ****** ***
****** de esta ciudad, específicamente de la vialidad en la que está domiciliada la quejosa,
lo anterior derivado del índice de inseguridad que prevalece en dicha zona de la ciudad; y
que las autoridades responsables respondieron en el sentido de que implementarían
acciones para combatir dicha problemática de inseguridad.
Existencia de los comunicados oficiales que fue admitida por parte de las
autoridades responsables en sus informes justificados.
En otro tenor, debe decirse que, si bien es cierto que por regla general la carga de la
prueba de las violaciones que se atribuyen a las responsables corresponde a la parte
solicitante del amparo, también es verdad que para ello, es condición de que se atribuya un
acto sustentado en una afirmación; entonces, para determinar sobre quien recae la
obligación de prueba, debe atenderse a la naturaleza del acto que se combate; y, en la
especie, el acto reclamado es de naturaleza omisiva, debido a que se atribuye a la autoridad
responsable la abstención de proporcionar seguridad pública efectiva y adecuada.

Caso en el cual, se revierte la carga de la prueba a las responsables, en razón de


que al manifestar en sus informes justificados que no son ciertos los actos omisivos
atribuidos, y estar dentro de sus obligaciones legales garantizar la seguridad pública en el
municipio de León, Guanajuato, entonces, implica necesariamente la afirmación del hecho
de sí haber implementado acciones positivas de seguridad pública general y vial en el
fraccionamiento en la que está domiciliada la quejosa.

Así las cosas, como la negación de los actos lleva implícita la afirmación del hecho
aludido, es inconcuso que las responsables tiene la obligación de aportar las pruebas con las
que demuestre no haber incurrido en la omisión o negativa imputada.

Resulta orientadora la tesis aislada sin número de la Segunda Sala del Alto Tribunal,
consultable en la página 13, Volumen 5, Tercera Parte, del Semanario Judicial de la
Federación, Séptima Época, número de registro 818571, del tenor siguiente:


“ACTO RECLAMADO. HECHOS NEGATIVOS O ABSTENCIONES. CARGA DE


LA PRUEBA QUE NO CORRESPONDE AL QUEJOSO. Si bien es cierto que normalmente


la carga de la prueba de las violaciones que se atribuyen a las responsables corresponde al


quejoso, salvo cuando el acto reclamado es violatorio de garantías en sí mismo, también lo
es que dicha regla admite una excepción: cuando la violación se hace consistir en hechos de
carácter negativo o abstenciones por parte de las autoridades responsables, caso en que la
carga de la prueba de la legalidad de sus actos corresponde a éstas y no al quejoso la de su
ilegalidad, pues es principio aceptado por nuestro derecho que los hechos negativos o
abstenciones no son materia de prueba y que el que niega no está obligado a probar su
negativa, salvo que la misma implique la existencia una afirmación susceptible de probarse
por cualquiera de los medios que la ley establece.”

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En esa línea de pensamiento, el Ayuntamiento del Municipio de León a su informe
justificado no aportó ninguna prueba con la que demostrara que ha garantizado la seguridad
pública integral en la colonia ****** *** ******, específicamente en la calle ****** ** ***
*********, de esta ciudad; por su parte la Dirección General de Tránsito Municipal como
ya se dijo con antelación fue omisa en rendir su informe de ley, y tampoco ofreció en este
juicio constitucional prueba alguna con la que demostrara la legalidad de su actuación, en
materia de seguridad vial en la colonia y calle en la que está domiciliada la quejosa.

Por otro lado, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal al oficio presentado


ante este juzgado el veintiuno de agosto actual (visible a foja 62) anexó dos documentales
consistentes en informes, el primero suscrito por ******* ******* **********, segundo
comandante número 437 de la Dirección General de Tránsito Municipal en el que hace
constar que se encuentra asignado para cubrir las labores de vigilancia vehicular,
específicamente en los horarios conflictivos comprendidos entre las 7:00 a 9:00 horas y
17:00 a 21:00 horas en la unión de los Bulevares ******* ********* * ** *** (foja 64); y el
segundo informe signado por **** ********* ****** *******, comandante de la Dirección
General de Tránsito Municipal, quien remitió constancia de infracciones de tránsito
levantadas en la colonia Brisas del Carmen de esta ciudad, en el periodo comprendido del
ocho de enero al quince de agosto del año que transcurre, la cual se obtuvo de la base de
datos interna llamada Systranin, la cual se actualiza día con día por el personal operativo
(foja 65).

Obra anexado a fojas 66 a 73 un listado de diversas infracciones levantadas en el


******* ****** *** ******.

A los informes y listado de infracciones reseñados se les concede pleno valor


probatorio en sí mismos, por ser documentos públicos conforme a lo estipulado en los
numerales 129, 197 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación
supletoria a la Ley de Amparo.

Empero, pese a su valor tasado, lo cierto es que resultan insuficientes para


comprobar plenamente el cumplimiento de las obligaciones constitucionales y
convencionales de la autoridad municipal en materia de seguridad vial; ya que tales listados
únicamente arrojan las fechas en las que se levantaron las infracciones, la hora, la vialidad, y
la clase de documentos (placas, licencia o tarjeta de circulación) que fueron recogidos a los
conductores infraccionados; pero en modo alguno, evidencia en qué consisten las acciones
de seguridad vial implementadas con motivo de la respuesta que dieron a la petición que les
elevó la quejosa.

En efecto, en la demanda de amparo, con relación a la seguridad vial de la colonia


en la que está domiciliada, la impetrante sostuvo que ha incrementado la ingesta de bebidas
alcohólicas y enervantes en la vía pública, tránsito de vehículos y motocicletas a exceso de
velocidad, circulación de vehículos con vidrios polarizados o sin placas, sumamente
sospechosos, todo ello por la ausencia física de elementos de tránsito municipal, falta de
topes y señalamientos de tránsito (letreros) que indiquen máximo de velocidad de circulación
permitida en la zona, así como restricciones a la circulación o aspectos de precaución.

Luego, el listado de infracciones aludido es únicamente útil para acreditar que ha


habido presencia de oficiales de tránsito en determinado horario en el bulevar ****** ***
******, y que con motivo de infracciones viales impusieron sanciones administrativas; pero
no aportaron las responsables ninguna prueba directa con la que comprobaran que sí
existen instalados señalamientos viales, topes y demás mecanismos para salvaguardar la
seguridad vial y regular el tránsito de vehículos, y el lugar preciso en donde se encuentran
tales señalamientos viales, letreros, topes, cámaras de seguridad vial y/o semáforos. Como
tampoco allegaron información sobre el número de elementos de tránsito municipal que se
ubican diariamente en dicho fraccionamiento, su localización precisa, y horario en el que se
apersonan, ni informaron las acciones que se implementan para el control de circulación de
vehículos con vidrios polarizados, sin placas o sospechosos (operativos, retenes etcétera).

Luego, constituye un hecho notorio, de acuerdo a las publicaciones efectuadas por


el INEGI y el Ayuntamiento de León, a través de sus páginas oficiales, que la percepción de
inseguridad en León se mantiene por encima del promedio nacional (75.9% de la
población), según los resultados obtenidos por la Encuesta Nacional de Victimización y
Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE); además que el Estado de Guanajuato es
uno de los de mayor índice de cifra negra (delitos cometidos que no fueron denunciados),
encontrándose también por encima de la media nacional.
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También se observa en el semáforo delictivo11 del mes de agosto de dos mil


dieciocho, que el municipio de León, Guanajuato presenta color rojo (es decir, cifras
alarmantes) en los delitos de homicidio, narcomenudeo, robo, lesiones, violaciones,
violencia familiar y feminicidio, los cuales se han incrementado en demasía

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comparativamente con el mismo mes del año anterior dos mil diecisiete.

Si bien es verdad que actualmente el Estado de Guanajuato no cuenta con una


Alerta de Género12; sin embargo, el Gobierno del Estado de Guanajuato no desconoció que
los asesinatos de mujeres se han incrementado en los últimos años, por ello se comprometió
formalmente13 a implementar acciones políticas, jurídicas y de seguridad pública para
erradicar la violencia contra las mujeres y garantizarles el acceso a una vida libre de
violencia.

Siendo revelado que en incidencia delictiva por homicidio doloso en contra de


mujeres, Guanajuato en el presente año está en el quinto lugar nacional, en tanto que en
el rubro de lesiones dolosas contra mujeres, aparece en tercer lugar nacional. Siendo
igualmente elevado el índice de casos de abuso sexual o acoso.

En respuesta a la situación generalizada y cotidiana de violencia contra las mujeres,


y ante las demandas de las organizaciones civiles en protección de los derechos de las
mujeres, se han creado instrumentos legales de carácter mundial, regional y nacional con el
fin de que la sociedad y los Estados asuman su deber ético-político-jurídico de prevenir y
erradicar cualquier forma de amenaza y afectación a los derechos humanos de las mujeres;
tales como el que aprobó en 1979 la Asamblea General de las Naciones Unidas denominado
“Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer”
(CEDAW); y el que aprobó en 1994, la Asamblea General de la Organización de los Estados
Americanos llamada “Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres” (Convención de Belém do Pará), por citar solo unos ejemplos.

Destacándose que se ha considerado el feminicidio como un problema social de alta


gravedad.

De ahí que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha condenado al Estado


Mexicano a crear modelos de atención, protocolos de investigación y persecución de delitos
en agravio tanto de mujeres como de niñas, niños y adolescentes.

Todo lo anterior pone de manifestó, que el tópico de seguridad pública no puede


analizarse únicamente desde la óptica del bienestar de los ciudadanos de una comunidad
específica, sino que debe dimensionarse de acuerdo a la problemática delicuencial que tiene
el municipio de León, que en la especie, incide en agravio de mujeres y menores de edad
en alto índice, y por delitos de alto impacto social; de modo que ello obliga a las
autoridades municipales a implementar acciones realmente efectivas, eficaces e
inmediatas para la prevención de los delitos de alta incidencia y faltas administrativas, y
sanción por los mismos eventos cometidos.

Este tribunal constitucional no puede permitir un “aparente” o “mínimo” cumplimiento


a dichas obligaciones constitucionales y convencionales en materia de seguridad pública,
debido a que los bienes jurídicos tutelados que están en juego son de gran envergadura, que
impactan negativa y superlativamente en las estructuras sociales de esta sociedad.

Por el contrario, es deber jurídico y moral de esta juzgadora de amparo evidenciar


las violaciones a los derechos fundamentales de los habitantes de la colonia ****** ***
****** de esta municipalidad, entre los que se halla la aquí quejosa, ya que con las
omisiones en que incurrieron las autoridades responsables de procurar la protección de la
seguridad en la integridad personal y patrimonial de la impetrante y de los habitantes y
transeúntes de dicho fraccionamiento, provoca que se les impida el acceso a una vida digna
en la forma ya explicada supralíneas.

Cabe destacar que la omisión atribuida a las responsables provocan la violación a


los derechos fundamentales de la impetrante, por el temor, angustia, desconfianza,
vulnerabilidad que genera percepción de inseguridad en la que se halla cotidianamente, que
le impide desarrollarse con normalidad en sus actividades, e incluso acceder a un descanso;
así como la potencial lesión a su integridad física y patrimonial a la que se encuentra
expuesta día a día.


11 http://guanajuato.semaforo.com.mx/


12 El 30 de junio de 2015 se notificó la no procedencia de la AVGM. Consultable en:


https://www.gob.mx/conavim/documentos/solicitud-de-alerta-de-violencia-de-genero-contra-las-
mujeres-en-el-estado-de-guanajuato
13 https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/325052/ACEPTACI_N_DEL_INFORME.pdf
Estos factores conllevan afectaciones de índole psicológico y emocional en los
individuos, que repercuten necesariamente en su salud.

De acuerdo a lo explicado por Germán Álvarez Díaz de León, en su estudio titulado


“Factores psicológicos de la percepción de inseguridad”14 publicado en la Revista
Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo, la percepción de la

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inseguridad se compone de un factor objetivo y un subjetivo.

El componente objetivo se puede definir como la inseguridad real existente en la


comunidad. Se le ha definido, como un complejo entramado de actitudes que otorgan una
idea de la situación que guardan las posibilidades particulares de un individuo de ser
victimizado o el riesgo que corre al estar en lugares y situaciones consideradas por él, como
peligrosas y la posición en la que se ubica el sujeto respecto a su entorno
independientemente de las condiciones delictivas reales.

Es decir, el centro del aspecto objetivo radica en su nivel de probabilidad con


respecto a la aparición del evento que genera la inseguridad.

La dimensión subjetiva de la percepción de inseguridad, que se comprende a partir


de los sentimientos de vulnerabilidad de la población de dar blancos de la delincuencia
potenciales, y también se evoca a características más abstractas, no medibles. El
componente subjetivo, es la sensación de inseguridad y es una variable esencialmente
psicológica por lo que es un punto muy vulnerable y susceptible, es lo que genera la actitud
favorable o desfavorable de la persona ante determinados hechos.

Uno de los referentes oficiales para conocer acerca de la percepción de la


inseguridad es la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública
(ENVIPE) a cargo del INEGI, a la cual se hizo ya referencia párrafos atrás.

Añade dicho autor que los factores cognitivos y afectivos vinculados a esta
percepción afectan la salud física y psicológica de la población.

El mismo autor explica que el termino “seguridad” es polisémico, su significado


depende de las representaciones sociales que de él poseen diversos grupos sociales. Para
ello invoca al autor García Ramírez15 quien dijo que hay seguridad cuando no existen
amenazas que socaven, inhiban o supriman los bienes y los derechos de cada uno, y se
cuenta, por otra parte, con razonables condiciones para el desarrollo de la propia existencia.

En investigaciones se menciona que la seguridad ciudadana está relacionada a las


acciones de cuidado de la propiedad privada y de la integridad personal.

Entonces, la seguridad ciudadana está vinculada al delito, por lo que, la seguridad se


logra a través de la vigilancia y el resguardo para evitar los delitos que infrinjan la ley y dañe
a las personas.

La seguridad puede considerarse como el estado subjetivo, hablando en el plano


individual y colectivo, que nos permite percibir con certeza manejarnos en un espacio exento
de peligro o amenazas, reales o potenciales; implicando la prevención y determinación de
causas que produzcan lo contrario: inseguridad

Sostiene también que la inseguridad puede ser reforzada por la ineficiencia de las
autoridades encargadas de frenar la delincuencia, al sentirse la población desprotegida en
su derecho a vivir en una sociedad donde imperen el orden, la justicia y la paz pública.

Siguiendo al autor Hale16, algunas de las principales consecuencias del miedo al


delito apuntadas por la investigación, repercuten más allá del ámbito meramente personal
del sujeto, y se reflejan en: fractura del sentido de comunidad y de la solidaridad; indiferencia
al dolor ajeno y necesidades de la comunidad; abandono de los espacios públicos; actitudes
favorables a políticas penales más punitivas; adopción de medidas no legales para castigo a
delincuentes (ley del talión), como son los muchos casos de linchamientos que se han
verificado en nuestro país; efectos psicológicos negativos a nivel individual y cambio de
hábitos (adoptar medidas de seguridad, evitar transitar por ciertas zonas, etcétera).

En conclusión, el derecho a la seguridad es un derecho fundamental que se


encuentra íntimamente relacionado con el ejercicio de otros derechos humanos, como son a
la vida digna, a la integridad personal, al libre desarrollo de la personalidad y a la salud. El
cual tiene un impacto tanto en ámbito individual del sujeto quejoso, como social en su
interrelación con el resto de la comunidad.

14 http://ride.org.mx/1-11/index.php/RIDESECUNDARIO/article/viewFile/330/322
15 García Ramírez S. (2010), En torno a la Seguridad Pública, desarrollo Penal y Evolución del Delito.
Consultable: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/1/419/10.pdf
16 Hale, C. (1995). Fear of crime: A review of the literature. International-Review-ofVictimology, 4, 79-

150.
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

En ese sentido, al comprobarse en este procedimiento que las autoridades


responsables incumplieron su obligación constitucional y convencional de procurar seguridad
pública eficaz para garantizar los derechos y libertades de los habitantes de la colonia ******
*** ****** y en especial de la quejosa domiciliada en dicho fraccionamiento, pues no

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acreditaron haber tomado acciones positivas reales e inmediatas a la problemática de
inseguridad denunciada y cuya intervención policial se solicitó a través del ejercicio de
derecho de petición por parte de la directa quejosa; y pese a que las autoridades
respondieron que implementarían incremento de vigilancia, no acreditaron ante esta
instancia constitucional haberlo hecho; entonces, es evidente la infracción a las normas
constitucionales por parte de las responsables, que las obligan a brindar protección a la
población, es decir, a respetar su derecho a la seguridad. Ya que de persistir la conducta
omisiva de la autoridad responsable implica que permita o solape las acciones ilegales que
despliegan los agentes de delito.

Resulta orientadora, por las razones jurídicas que contiene, la tesis aislada P.
XLIX/2007 sostenida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada
en la página 21, Tomo XXVI, Diciembre de 2007, Novena Época, registro 170739, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta de rubro y texto:

“GARANTÍAS INDIVIDUALES. EL RETARDO, OMISIÓN O INCUMPLIMIENTO DE


LOS DEBERES DE LAS AUTORIDADES PUEDE DAR LUGAR A LA VIOLACIÓN GRAVE
DE AQUÉLLAS. El ejercicio oportuno de las obligaciones de las autoridades para mantener
el orden público constituye una garantía individual de los gobernados, por lo que la omisión
de tal ejercicio, en condiciones extremas, implica una violación grave de garantías, al ser
obligación de los órganos del Estado velar por la seguridad pública y por la protección del
orden público, los cuales son fundamentales para la vigencia de las garantías individuales,
consagradas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Lo anterior es así,
ya que la pluralidad de intereses, la diversidad de ideas y de necesidades de la población,
generan zonas de conflicto entre las personas y grupos cuando ejercen sus derechos al
amparo de dichas garantías pues, por un lado, se encuentra la de la libre expresión de las
ideas prevista en el artículo 6o., aunado a las libertades ciudadanas de asociación y reunión
pacífica, contenidas en los artículos 8o. y 9o., limitadas constitucionalmente por el respeto al
derecho de los demás y al orden público y el no ejercicio de la violencia y, por otro, el
derecho a ejercer libremente la profesión o industria que cada quien determine, la libertad de
trabajo, el derecho al respeto de la propiedad y la integridad, y la inviolabilidad del domicilio,
derechos fundamentales que pueden verse afectados por el ejercicio de las prerrogativas
mencionadas anteriormente. Así, estos puntos de contacto requieren de mecanismos de
control por tratarse de conflictos de garantías individuales y el orden público al que se refiere
la Constitución, toda vez que las garantías individuales instituidas para las personas no
pueden defenderse sino por mandato constitucional, pues ninguna persona podrá hacerse
justicia por sí misma ni ejercer violencia para reclamar su derecho, como lo señala el artículo
17 constitucional. Esto es, nadie tiene legitimidad para usar su propia fuerza en contra de los
demás, de manera que el Estado es el único que puede utilizarla cuando es necesario para
mantener el orden y la paz pública y, por ende, conservar las condiciones necesarias para la
vigencia de las garantías individuales que establece la Constitución, por lo que la seguridad
pública se encuentra a cargo de los tres órdenes de gobierno en forma concurrente, cuyas
policías deben actuar conforme a los principios rectores, entre los que se incluye la
eficiencia. En ese orden de ideas, los derechos de protección son derechos constitucionales
encaminados a que el Estado organice y maneje el orden público de una determinada
manera por lo que respecta a la relación recíproca de sujetos jurídicos iguales; de ahí que si
el Estado no evita las intervenciones de particulares sin sustento legal en bienes protegidos,
entonces las permite. En efecto, la seguridad pública y las garantías individuales no se
contraponen, se implican y se complementan, por lo que aquélla debe salvaguardarse para
garantizar los derechos fundamentales, de manera que así como debe investigarse la
responsabilidad por el exceso de la fuerza, debe investigarse también el incumplimiento de
deberes constitucionales y de violación grave de garantías individuales por efecto de ese tipo
de omisiones.”(lo destacado es de este juzgado)

En consecuencia, lo procedente es conceder el amparo y protección de la justicia


federal a la quejosa ****** ****** ********* en contra de los actos reclamados al
Director General de Tránsito Municipal, Secretaría de Seguridad Pública Municipal y
Ayuntamiento del Municipio de León, Guanajuato, todas con residencia en esta ciudad.
Sin que esta determinación vulnere el principio de relatividad de la sentencia, ya que
es evidente que ante el hecho de que la quejosa ostentó un interés legítimo frente a la
vulneración de derechos fundamentales de tipo social, derivado de omisiones de órganos del


gobierno Municipal que impactan el rubro de servicios públicos (seguridad) que afectan a
una colectividad, además de la quejosa; es inconcuso que los bienes jurídicos tutelados son
supraindividuales, y de esta manera son indivisibles, porque pertenecen a dicha colectividad.


De ahí que la decisión aquí adoptada en cuanto a la concesión de la protección de la


justicia federal a la directa quejosa ****** ****** ********, incida y repercuta también a
favor del grupo colectivo consistente en habitantes y transeúntes de la colonia ****** ***
******, especialmente de la calle ****** ** *** ********* , del Municipio de León,
Guanajuato.
Sobre el particular, se cita la obra publicada por el magistrado federal Jean Claude
Tron Petit, titulada: “¿Qué hay del interés legítimo?”, publicada tanto en la revista del Instituto
de la Judicatura Federal17, como en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
Universidad Autónoma de México18, de manera textual:

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“(…) Solo por citar como posibilidades de actualización de intereses legítimos
transgredidos y eventuales restituciones a cargo de autoridades y particulares vinculados,
pueden considerarse los ejemplos siguientes: (…) Ineficiencias de corporaciones policiacas
o del ministerio público que generan impunidad y trastocan la paz social y seguridad de
personas.  Usuarios de servicios públicos, afectados por mala gestión o mantenimiento de
redes que tiene a su cargo la Administración.
(…) Recogiendo estas ideas, mi punto de vista es que en los casos donde se discuta
la constitucionalidad de intereses colectivos, el quejoso debe ser considerado, precisamente,
como un sujeto colectivo pero en razón de ser titular del bien u objeto supraindividual e
indivisible. La consecuencia será que el quejoso resulta ser el ente a quien se imputa o
atribuye el objeto y cualquier decisión debe de incidir y repercutir en todos los individuos que
de manera determinada o indeterminada conformen el grupo; por tanto, en ese sentido debe
apreciarse y matizarse el principio de relatividad, considerando siempre a partir del objeto o
bien, incluyendo por razones obvias y naturales, a la totalidad de integrantes titulares como
un quejoso sui generis de naturaleza asociativa y plural. En correlación y de manera
paralela, se prevén los derechos o intereses individuales de incidencia colectiva o derechos
individuales homogéneos, que tienen ya una naturaleza divisible. Esto es así ya que en un
buen número de ocasiones, a partir de violaciones a los intereses colectivos, se lesiona
también a determinados individuos del grupo causándoles afectaciones concretas.
Conviene siempre distinguir estos aspectos ya que pueden determinar la confluencia
de acciones con pretensiones diferenciadas aunque acumulables por derivar de una causa
común, usualmente de índole colectiva. Es así que algunos de los integrantes del grupo
pueden resentir daños individuales, las más de las veces, homogéneos. La reparación de
esas afectaciones es distinta y bajo referentes diferentes a los pertinentes para los derechos
colectivos. En los casos de intereses colectivos, las condenas son pertinentes,
fundamentalmente, a restituir las cosas o a reparar el daño causado a la colectividad,
destacando las medidas preventivas y precautorias para evitar que ocurran, agraven o se
consumen pérdidas, especialmente en temas ambientales, de publicidad engañosa y
servicios públicos. Respecto a los daños causados en forma individual a los miembros del
grupo, también deberán ser cubiertos, todo lo cual cobra relevancia en tratándose de
derechos fundamentales dada la obligación general de reparar que se estatuye en el artículo
1º constitucional.”
SÉPTIMO. Precisión de los efectos para los que se concede el amparo. El
artículo 77, fracción I, de la Ley de Amparo establece que cuando el acto reclamado es de
carácter negativo u omisivo, la sentencia amparadora tendrá por objeto obligar a la autoridad
responsable a respetar el derecho violado y a cumplir lo que el mismo exija.

En este caso, el amparo y protección de los derechos fundamentales, deberá


restituir a la impetrante ****** ****** ********* y al ente colectivo que representa
habitantes de la ******* ****** *** ******, en especial de la ***** ****** ** ***
********* de este municipio en sus derechos fundamentales, para lo cual, las autoridades
Ayuntamiento del Municipio de León, Director General de Tránsito Municipal y
Secretaría de Seguridad Pública Municipal todas con residencia en esta ciudad, deberán,
en el ámbito de sus respectivas competencias:

3) Por lo que respecta a la seguridad vial, efectuar una revisión de las


vialidades que conforman la ******* ****** *** ******, en especial de la ***** ******
** *** ********* de este municipio, a efecto de verificar si contiene los señalamientos
viales (letreros o avisos), semáforos en operaciones, cámaras de seguridad y
vigilancia, topes y/o demás instrumentos que, de acuerdo al tipo de vialidad y fluido
vehicular y transeúnte, se requiere de acuerdo a la normativa o reglamentación en
materia de Tránsito, y en caso de que falte alguno o algunos, implementarlos en el
plazo no mayor a quince días.
Para efecto de cumplimiento, las responsables deberán emitir un documento, a
modo de dictamen, que contenga el marco normativo que indique las especificaciones que
debe observarse en las vialidades de dicho fraccionamiento, así como las medidas
adoptadas o que deben adoptarse para que se cumpla con dicha reglamentación;
debiéndose acompañar las pruebas idóneas para comprobar ante esta juzgadora que se
instalaron los señalamientos, semáforos, topes o cualquier instrumento de auxilio al control
vial que por las características de la vialidad se requiera.

17

https://www.ijf.cjf.gob.mx/cursosesp/2014/diploarguIH/material1012/Qu%C3%A9%20hay%20del%20int
er%C3%A9s%20leg%C3%ADtimo%205.pdf
18 https://revistas-colaboracion.juridicas.unam.mx/index.php/judicatura/article/viewFile/31987/28978
Juzgado Tercero de Distrito en el Estado
Juicio de amparo 479/2018-IV

4) En lo tocante a la seguridad pública, las autoridades responsables


deberán acreditar en un plazo no mayor a quince días, haber implementado medidas
eficaces y permanentes que garanticen la seguridad de los habitantes y transeúntes
de la colonia ****** *** ******, en especial de la ***** ****** ** *** ********* de

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este municipio.
Pudiendo ser a guisa de ejemplo: cámaras de vigilancia públicas en las
intersecciones de mayor incidencia delictiva, mayor iluminación en las calles, presencia de
cuerpos policiacos durante el día y la noche, rondines de patrullas, instalación de casetas de
vigilancia móviles, etcétera.
En el entendido de que las medidas de seguridad preventivas que se adopten tienen
que ser suficientes y eficaces para garantizar la seguridad y tranquilidad de los habitantes de
dicho fraccionamiento, teniendo especial cuidado en protección de las áreas en las que
habitualmente asistan menores de edad.
El presente considerando no es limitativo, exhaustivo ni taxativo de la concesión y
ejecución de esta sentencia de amparo, la cual deberá cumplimentarse hábilmente y en la
forma restitutiva más amplia posible para restablecer a la parte quejosa en sus derechos
fundamentales.

Por lo expuesto, fundado y con apoyo, además, en los artículos 73, 74 y 75, de la
Ley de Amparo, se resuelve:

ÚNICO. La Justicia de la Unión ampara y protege a ****** ****** ********,


contra el acto y autoridad precisados en el considerando segundo, por las razones
asentadas en el considerando sexto y para los efectos precisados en el último punto
considerativo del presente fallo

Notifíquese.

Así, definitivamente juzgando, lo resolvió y firma la licenciada Gabriela Elizeth


Almazán Hernández, Juez Tercero de Distrito en el Estado de Guanajuato, ante la
licenciada Ingrid Rodríguez Mainou, secretaria judicial que autoriza y da fe.”

CERTIFICACIÓN.- LEÓN, GUANAJUATO, A VEINTICINCO DE


SEPTIEMBRE DE DOS MIL DIECIOCHO, LA LICENCIADA INGRID RODRÍGUEZ
MAINOU, SECRETARIA DEL JUZGADO TERCERO DE DISTRITO EN EL
ESTADO, CERTIFICA Y HACE CONSTAR: QUE LA PRESENTE DOCUMENTAL
CONCUERDA FIELMENTE CON LAS CONSTANCIAS QUE OBRAN EN EL JUICIO
DE AMPARO 479/2018-IV DEL ÍNDICE DE ESTE ÓRGANO JURISDICCIONAL,
LAS QUE SE CERTIFICAN PARA LOS EFECTOS LEGALES PROCEDENTES.
DOY FE.

LA SECRETARIA DEL JUZGADO TERCERO DE DISTRITO EN EL ESTADO.

LIC. INGRID RODRÍGUEZ MAINOU.




PJF - Versión Pública
PJF - Versión Pública
El licenciado(a) Ingrid RodrÃguez Mainou, hago constar y certifico que en
términos de lo previsto en los artículos 8, 13, 14, 18 y demás conducentes en
lo relativo de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información
considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en el
ordenamiento mencionado. Conste.

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