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La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria (TAC) que supone una pérdida de

peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición. Se caracteriza por el temor a
aumentar de peso, y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el
enfermo se vea gordo aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una
disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos.

Cambio hormonal y fisiológico derivado en aumento de peso

Obesidad propia o de un familiar

Problemas familiares

Falta de afecto

Depresión y falta de aceptación personal

Shoc por una situación adversa puntual

Presión por modas y tendencias culturales

El desencadenante, suele ser psicológico, pero no se puede descartar una mayor propensión
fisiológica de algunos individuos, propensos a desórdenes alimentarios.

En muchas ocasiones, suelen coincidir diferentes situaciones psicológicas, fisiológicas y sociales


que empujan al afectado a desarrollar esta enfermedad.

El tratamiento para la anorexia suele llevarse a cabo mediante un abordaje en equipo, que incluye
médicos, profesionales de salud mental y dietistas, todos con experiencia en trastornos de la
alimentación. La terapia permanente y la educación sobre nutrición son muy importantes para la
recuperación continua.

Aquí se muestra lo que suele comprender el tratamiento para las personas con anorexia

Hospitalización y otros programas

Si tu vida corre peligro inminente, tal vez necesites tratamiento en la sala de emergencias de un
hospital en caso de que tengas alteraciones del ritmo cardíaco, deshidratación, desequilibrios de
electrólitos o una emergencia psiquiátrica. Puede que deban hospitalizarte en el caso de
complicaciones médicas, problemas psiquiátricos o desnutrición grave, o si el rechazo a comer es
continúo.

Algunas clínicas se especializan en el tratamiento de personas con trastornos de la alimentación.


Pueden ofrecer programas residenciales o diurnos en lugar de la hospitalización completa. Los
programas especializados contra los trastornos de la alimentación tal vez ofrezcan tratamientos más
intensivos que duren más tiempo.

Atención médica

Debido a la gran cantidad de complicaciones que causa la anorexia, tal vez necesites controlar con
frecuencia los signos vitales, el nivel de hidratación y electrolitos, además de otras afecciones físicas
relacionadas. En los casos graves, es posible que las personas con anorexia primero necesiten
recibir alimentación a través de un tubo que se coloca en la nariz y va hasta el estómago (sonda
nasogástrica).

Por lo general, un médico de atención primaria o un profesional de la salud mental coordinan la


atención médica junto con otros profesionales.

Cómo volver a un peso saludable

El primer objetivo del tratamiento es que vuelvas a tener un peso saludable. No puedes recuperarte
de la anorexia sin volver a un peso saludable y aprender a alimentarte correctamente. Los
profesionales involucrados en este proceso pueden incluir lo siguiente:

 El médico de atención primaria, que puede brindar atención médica y supervisar tus
necesidades de calorías y aumento de peso

 Un psicólogo u otro profesional de salud mental, que puede trabajar contigo para desarrollar
estrategias de comportamiento que te ayuden a volver a un peso saludable

 Un dietista, que puede guiarte para volver a los hábitos regulares de alimentación, lo que
incluye planes de comidas específicos y aportes calóricos que te ayuden a alcanzar tus
objetivos de peso

 Tu familia, que probablemente también participe para ayudarte a mantener hábitos alimentarios
normales
Psicoterapia

Las terapias que mencionamos a continuación pueden ser útiles para tratar la anorexia:
 Terapia familiar. Este es el único tratamiento basado en evidencias para los adolescentes con
anorexia. Dado que el adolescente con anorexia no puede hacer buenas elecciones sobre
alimentación y salud mientras padece esta afección grave, esta terapia moviliza a los padres
para que ayuden al niño con la recuperación de la alimentación y el peso hasta que el niño
pueda tomar buenas decisiones sobre su salud.

 Terapia individual. Para los adultos, la terapia cognitivo-conductual (específicamente la terapia


cognitivo-conductual mejorada) ha demostrado buenos resultados. El objetivo principal es
normalizar los hábitos y las conductas de alimentación para apoyar el aumento de peso. El
segundo objetivo es cambiar las creencias y los pensamientos distorsionados que mantienen la
alimentación restrictiva.
Medicamentos

No hay medicamentos aprobados para tratar la anorexia porque ninguno ha demostrado funcionar
bien. Sin embargo, los antidepresivos u otros medicamentos psiquiátricos pueden ayudar a tratar
otros trastornos de salud mental que también puedas padecer, como depresión o ansiedad.

Durante los últimos 20 años, en México, los trastornos alimenticios aumentaron 300 por ciento y un
90 por ciento son las mujeres quienes más sufren por trastornos como la anorexia y la bulimia.

El Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG) de la


Cámara de Diputados explicó que las adolescentes entre 14 y 19 años presentan una mayor
prevalencia de todos los trastornos del comportamiento alimentario (TCA).

Cada año se registran 20 mil de estos casos entre adolescentes. Las conductas alimentarias de
riesgo en esta población son: preocupación por engordar, comer demasiado y perder el control sobre
lo que se ingiere. En la población universitaria, entre el 19 y 30% de las mujeres presentan algún tipo
de TCA, por su obsesión sobre su imagen corporal, sin presentar la totalidad de síntomas.

Además, el 62% de deportistas como gimnastas olímpicas, bailarinas de ballet o patinaje a nivel
profesional padecen un desorden alimenticio.

El 25% de mujeres encuestadas entre 15 y 18 años han dejado de comer por 12 horas por miedo a
engordar, mientras que uno de cada 10 alumnos varones de bachillerato recurre al ayuno como
método contra la obesidad o sobrepeso.
 Enseñar a los niños desde pequeños, tanto en casa como en la escuela, la
importancia de unos correctos hábitos alimenticios.

 Comer en familia siempre que sea posible, convirtiendo el momento de la comida


en una reunión agradable en la que se intercambian las vivencias del día.

 Los menús deben ser variados e incluir todos los tipos de alimentos necesarios
para una correcta nutrición.

 Salvo que existan razones de salud, no se deben excluir alimentos de la dieta del
niño, pues todos son necesarios en su justa medida, aunque sí se debe limitar el
consumo de dulces y postres industriales, sustituyéndolos, en la medida de lo
posible, por otros hechos en casa.

 Probar con distintas verduras y frutas hasta encontrar las que más le agraden.
Aunque no le guste la coliflor, puede que le encanten las espinacas.

 Los familiares deben evitar hacer comentarios despectivos sobre el aspecto físico
de otras personas. Se puede criticar una mala acción o el mal carácter de alguien,
pero no burlarse de su fealdad o gordura.

 En esta misma línea, se debe enseñar al adolescente a valorar las virtudes de los
otros en vez de juzgarlos por su aspecto físico.

 Favorecer la integración y convivencia entre personas procedentes de distintos


ámbitos sociales y culturales, ayuda al adolescente a comprender que ser diferente
no significa ser peor ni mejor.

 Potenciar su autoestima para que valore sus cualidades y capacidades y no se


avergüence de sus limitaciones.

 Un ambiente familiar positivo, sin caer en la sobreprotección, proporcionará al


adolescente la seguridad y el apoyo necesarios para superar sus problemas

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