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t<,(¿)ies de l,i t,,enJ I l- L) .

de soledad, de desasimiento. En esa convicción, que es del de-


seo, está la razón por la que los analistas deben analizarse, para
(-1qq:,)
.•. :,:...;.
tener una convicción acerca de la existencia del inconsciente. Si ..:::/ t ._:i:!i_)i__
-··=\:i_ (:__·.
por e! contrario, la convicción es seguridad, certeza del saber sa- ·-··-::\t -:::: ::
bido del Otro, estamos en el ·plano del delirio y de la interpreta- ALGUNAS CONSIDEffl\CIONES SOBRE
ción delirante (existen sobrados ejemplos de paranoias analíticas LA ''VERWEÍUlJNG"
y post-analíticas). Si en cambio la convicción es sobre un saber
del que nada se sabe, estamos en la dimensión del sujeto del ac-
to y la autorización, en el momento de un "olvido del Otro". Si
DavJ~!t:kit.l~es
: tt:li
1

el neurótico "olvida" para conservar, para retener, fijando gozo- º\!!!!;:// =\llJ¡¡¡¡}v
samente pc?ra no perder, el fin de análisis, con la misma política
a
de no fija'i, no retener, apuntará un olvido sin conservación y
sin retorno, ya no habrá otro de quien esperar la respuesta. Hay
una relación entre este "olvido del Otro" y la separación del
Otro. Es cierto que los pacientes admiran con satisfacción "¡có- "Si elijo la Verwe,fung para hacerme comprender, es el
mo se acuerda el analista!, también sucede que la demanda to- fruto de una maduración, mi trabajo me condujo a ello.
ma otras veces la forma temerosa de la prueba de amor, "¿se Reciban, al menos por un tiempo, mi miel tal como se las
ofrezco, e intenten bacer algo con ella ".
acuerda de lo que le conté ...?"; así como sobreviene la necesaria
decepción, rica en consecuencias, mientras no llegue al extremo Jacques Lacan
de lo imperdonable que provoque una ruptura prematura del la-
zo ante la vacilación del analista "¿Cómo no se acuerda?" será
entonces la desconcertada pregunta ofendida . El diálogo termina Es conocida la afirmación que le atribuye a Lacan el haber
cuando el paciente sin saber, y no pudiendo ya volver atrás, delimitado con precisión una teoría y una clínica de las estructu-
avanza en una decisión dejando de esperar del otro la última ras subjetivas. Esta conceptualización de Lacan habría surgido de
palabra. Deja inesperadamente de hablar para el Otro yéndose la lectura atenta de los textos freudianos y del encuentro en
con su palabra y con sus actos a otra parte. ellos de tres estructuras abarcativas de la clínica freudiana: neu-
Desde la firme conv~cción alcanzada, en la evacuación del rosis, psicosis y perversión.
saber y el resto, pueda quizás el devenido analista saber sin sa- . Lacan le habría dado de .esta manera nueva ·consistencia a
ber, hacer semblante de nada porque ya nada retiene, como ya una clínica devastada por las teorizaciones de los posfreudianos
nada espera, pueda ahora esperar, y porque ya no cree en la quienes, al no disponer de las coordenadas simbólicas indispen-
Omnipotencia del Otro, esté en condiciones de sostenerle la sables que les hubieran permitido reconocer dichas estructuras,
creencia a aquel que, de hecho mortificándose, persiste en que navegaron y navegan en un continuum clínico a partir del cual
hay verdades veladas desde siempre ya sabidas. se escribió sobre la cura de la psicosis, la psicotización de pa-
cientes obsesivos, la esquizofrenización de la histeria, etc. La
teoría lacaniana, entonces, habría puesto las cosas en su lugar:

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..·- -···- - - -~~~)j~


"-'j"111ii/illil(IIÍI. .........,---:::===-
. ..
no hay pasaje de estructuras, esto es, un psicótico será siempre turas, desconociéndose la imposibilidad de constituir un univer- -
un psicótico, un neurótico será siempre un neurótico. so de discurso luego de la delimitación del objeto (a) en la teo-
1Jegad,:1.~ h.~ cosa1:- a ,:-:;i.,:- 1-"·" 'i.O m.> f:'Yi_,,,"~.,:, •..p.11;: se aíirrn,11;1 rfa an.::¡Jític..-. . Sf: e-';c:rihi6 entonces :-;ohrc:-: alucln:1<'io,1e-.._ ~n ti hi~ir--
que el psicoanálisis produjo la culmtnactón de la psiquiatría clá- ria, fenómenos de despersonalización en la neurosis, efecto psi-
sica. Por un lado, en el sentido de la liquidáción del movimiento cosomático en cualquiera de las estructuras, actings y pasajes al
psiquiátrico que tuvo como principal exponente a Kraepelin, pe- acto histéricos u obsesivos, etc. Estructura y síntoma empezaron
ro además, en el sentido de que el psicoanálisis habría realizado a ser concebidos en disyunción, convirtiéndose la primera en
el ideal psiquiátrico. de cuadros perfectamente establecidos so- uha suerte de esencia por detrás del segundo. Cualquier síntoma
bre bases científicas! como así también la implementación · de o fenómeno que se situase en tal o cual estructura quedaba de-
una técnica terapéutica de la que carecía la psiquiatría. terminado por la misma, recibiendo su nombre.
El acuerdo implícito o explícito con esta tesis produjo una Maleval ha sido hace unos años un exponente de este afán
nueva psjGuiatrización del psicoanálisis, esta vez bajo el amparo clasificatorio estructuralista. Su libro sobre las locuras histéricas
de los significantes lacanianos. Si bien Lacan hizo mucho por ali- abunda en respuestas a una sola pregunta que ordena toda la
vianar la sustancia subjetiva vaciándola de toda consistencia, se lógica de su exposición: ¿se trata de histeria o de esquizofrenia?
leyó al "sujeto determinado por la estructura" con la vara de un En oposición a la marea bleuleriana que todo lo arrastraba a la
continuum temporal. Una vez definido el sujeto mediante un costa de la esquizofrenia, Maleval intentó, sostenido de su pre-
atributo (neurótico, psicótico, o perverso), ese atributo terminó gunta, producir una contramarea que quiso llevar el bote psico-
poseyendo la máxima cualidad yoica: la permanencia. En esta patológico al litoral de la histeria. No sólo intentó demostrar que
operación de yoización del sujeto, el atributo que lo acompaña- su paciente modelo María era una histérica, sino que hasta llegó
ba se convirtió en una cualidad del ser. Neurótico dejó de ser a afirmar la esencia histérica del delirio que Tausk describiera en
entonces el nombre del sujeto supuesto a 1~ estructura de un su artículo sobre "El aparato de influencia".
síntoma 2. La temporalidad del instante del sujeto, cruce de anti- Enrarezcamos }a pregunta de Maleval. ¿Es forzoso gue usemos
cipación y retroacción, de tyche y au.tomatnn, fue ree.mrlazada el atributo "histéricas" · ara calificar las locuras no psicóti §L.¿~
por el ideal psiquiátrico de la permanencia. bemos, siguiendo la corriente psíquianalítica, ca ificar de locura
Así, el amarre que la noción de estructuras subjetivas había ~bsesiva el breve aefirio paranoico áeT Hombre de los Lobos? ¿No
producido, trajo aparejado -a partir de esta modalidad de lectu- habrá otra opc16n pará fá confusión alucinatoria Camencia de Mey-
ra- un agregado al peso de la consistencia subjetiva. Cualquier _!!ert) que hacerla entrar al cerco de la psicosis o de la neuro~
fenómeno clínico debía ser encuadrado en alguna de las estruc- ~ -
La.... discusión
-- - --sobre
~ - la promoción
... - ., ....
'"'
que.,..._..,__.----...
mino alemán Verwe1jung a partir de haberlo situad o en lao5fa
Lacan ha hecho del tér-

cleFreud,-ños~servirá para demostr~ no sóÍo qtÍeLacan estaOa


muy -lejos deu bic ar arpsicoañálisis éomo la cuiiñi.nación á e l a
l. La lectura practicada por Lacan de los desarrollos del mayor exponente de la
psiquiatría clásica, Emil Kraepelin, y del promotor del síndrome de automatismo
menLil, Gaetan De Clérambault, no fue entendida en el interior de la críticá a ~ iatría. sino también ~§!!120 Je~cs;.Lnfü;l~Q. d<;: _yerdad que
las posiciones jaspersianas y bleulerianas que habían hecho pie en el psicoaná- ortaban los desarrollos posfreudianos sobre el llamado "núcleo
lisis. Por el contrario, se creyó estar asistiendo a un "retorno ·a Kraepelin" o un
"retorno a De Clérambault". ~,..~._...__...- . . . .,. -. .J~--~ -··-.. -~--·-..-.. . ;, ~·3- ------,--~.
psicotico" o los casos " ·oraerline'1
- ~-~--
2. Jinkis Jorge, "Transferencia y alucinación", en Lo que el psicoanálisis nos
ense.i\a, Lugar editorial, Buenos Aires, 1983. 3. Ver a este respecto el interesante artículo de Haydée Heinrich, "Los borde<r>s

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- - - - - - - - -- -- - - - - -- - - - -·-•-···. l
Una clínica de la Verwerfung ¿Debemos suponer que la nueva traducción es simplemente
una mejora que tira por la borda a la vieja traducción~,o en cam-
El seminario sobre Las psicosis arr..,aaQ_c;_QD_una perla freu- bio, se tratará de una sustitución metafórica que se abre a un
dia na encontrada por':Iacan,-..a .la altura
. ,.. •· ' . ..
~
de- su. prirp,er
"' . . . .,,
.
s<:!minario,.
,, .. .•,\,
nuevo .efecto . de sentido? Los responsables de, la traducción al
la Verwerjung de la castración en el Hombre d~lns_I,.9bos, y_Q- castellano del.Séminario -fn.parecen no sólo haber optado por la
naliza con la propuesta de ciar c~e_!,lta .9!_la~_Í25ic_osis ~ eartir de primera opción, sino además acordado con la idea de' que el tér-
lo qu~ llamará l~ orclusion del ~nifiE!:~f!~-pad'!: mino forclusión forzosamente remitiría en Lacan a la psicosis. En
En lalecüira del eminario III se puede optar por mantener una nota al pie, aclaratoria respecto al significante forclustón
la tensión entre el punto de partida y el de llegada, o reducir a que Lacan acababa de proponer, el traductor transcribe no sólo
cero·dicha tensión haciendo de la largada una mera anticipación las dos acepciones que clásicamente aquél tiene en francés, si-
del final del recorrido. Llamaremos a esta segunda modalidad de no también una nueva y tercera encontrada en el Petit Robert
lectura la· versión moderna de la reminiscencia platónica, en la Cl 978): "Forclusion: Pstcoanáltsis: Mecanismo que está en el ori-
cual se trataría siempre de demostrar que todo estaba ya allí des- gen de los estados psicóticos". La ausencia de todo comentario
de el inicio. acerca de esta frase no dejó de incidir en la lectura que se hizo
Por el contrario, intentaremos d~ 1J.Jeg4L la~.ª-11~9JEt<;;!2n~ _pr~- del seminario, al producir una suerte de excluyente relación en-
ducidas a partir de la puesta en relación de dos pares 9e sig,,nifi- tre Verwerjungforclustón y la psicosis.
cantes: Verwer un - orclusión y castración-significante ser adre:' Ni los textos freudianos ni los lacanianos autorizan semejante
Forclust -n es un si ni icante que Lacan intro uce en la últi- coagulación. 1.L,Verwerjung_~!:1-<2!- fue _!:!_tilizada gor Freud para
m I Seminario III ara retra uc1r e ermmo freudiano definir el mecanismo proe io de la psicosis; Eºr otra 12arte, la
J;enlJ(!r{u11&. En su artículo "Respuesta a comentario de J. Hyp- e_romoción de la Verweifung en la obra de 'Laéai'.i se produce eñ
polite L..]" Lacan lo había traducic;io como retranchement, térmi- el contexto del esfuerzO por"ñ'aceriu¿pr a sus lres registrosy a
no que a su vez fue volcado al castellano como cercenamiento. la articulación ~~~ ..
No cabe duda que a esta altura el registro de lo simbólico
de la neurosis", en Cuadernos Si.g mund Freud N1' 15, Escuela Freudiana de con. servaba para Lacan un estatuto prevalente respecto a l.os \
Buenos Aires. La autora no se r~igna a erradicar lisa y llanamente la cuestión otros dos. l_,a Verwerjung vien<;_ a_2~r_21enta de una multipli<:,t
borderline amparindose en la cntica certera que en el campo del psicoanfüsis Ja- g_ad de fenómenos clínicos gue guardan entre sí profundas dife-
caniano se ha hecho de los impasses posfreudianos sobre el tema luego de la de- ~ cias per? ue soñ" puestos en serie' m""erced a la ideade' ~ ><
limitación estructural entre neurosis y psicosis introduáda por Lacan. Por lo de- en todos ellos al una articulación necesaria a estructura de · \
más, no concordamos con la· tesis sostenida en el artículo en el sentido de repar-
tir los fenómenos borderline "del lado de la neurosis" y "del lado de la psicosis";
lo simbólico como tal, o a la re d on entre tós treS registros no se I
nos parece mejor discutit acerca de la estructura de dichos fenómenos evitando b a f?radÜ;gdo o Qa quedado fffiié:nl!!!,a, ecltpsadq, La Verwer- :
que aparezcan en disyunción el fenómeno y la estructura. De tal manera diremos Jy,ng nombra entonces, una suerte aeciegradación de lo simbóli- '
que, por ejemplo, las alucinaciones de la confusión alucinatoria comportan la sus- co ue ara la psicosis se es ecificad como forclusion del sig- ·
pensión de la neurosis, no siendo en consecuenáa alucinaciones en la neurosis. nificante ~er-ea re, (luego significante del Nomore el Padre).
Considerar a estos fenómenos como borde(R)s de la neurosis es como homologar
el lugar estructural que en el sueño tiene su ombligo (hasta se podría decir que
Lacan maugura la serie en el primer año de su seminario con
ocupa el lugar de causa), con los impedimentos que hacen ineficaz. la producción la discusión de la célebre alucinación del dedo cortado del no
onírica como articuladora del deseo inconsciente. menos famoso paciente de Freud, el Hombre de los Lobos. Le

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agrega el acting out, el fenómeno del déja vu, y el olvido del ria y .en la neurosis obsesiva radica en que mientras que en estas.
significante Signorelli relatado por Freud en su Psicopatología d_?s últimas se producía _un divorcio entre la representació~ y el .
dr. la vi<l~ cofü!•~na. lrecrc, CO:'! desttno5 particulares para cada ur,o de ellos pc:ro ha-
Aún sin mencionar a la Verwerjung explícitamente, ésta no ciendo en ambos falso enlace, en la confusión alucinatoria se
deja de sobrevolar la emergencia de la transferencia4 , y de inti- trata del rechazo ( Verwe1fung) táíiü> de la representación7o~o
mar estructuralmente con la represión primaria5. También parece del afecto. El yo, escribe Fr~d, se comporta "como sila repre--
enmarcar la discusión del caso Dick de Melanie Klein. sentación nunca hubiera co~arecido"6, y por lo tanto, 11oltlt<m-
A lo largo de su enseñanza no dejó de estar presente tanto E.f[iml5osiblé el falso enlace o, en_t~rminos lac:inlanos, cu:ilqulc.:r
en los intentos de articular la problemática del duelo, la psicoso- articulación sigolfi&ente..,
mátka, la obscenidad del superyó, la despersonalización, el pa- Si bien Freud no especifica teóricamente qué Lipo de repre-
saje al aoto, la persistencia de la identificación al falo materno, sentaciones son las que desencadenan el rechazo, los tres ejem-
como en, la crítica de las intervenciones que en un análisis no se plos gue cit'!, nos permi~ n !f@._r!_r la Verwer/y,1!:8 a la..f!!!P.9stbt:
soportan del deseo del analista. No resulta exagerado entonces lidad del trabajo~ lo7 : la madre q ue enferm!.3 raíz de la
incluir en la práxis lacaniana lo que podemos nombrar como
una g;_ínica df!...la V~ry;!}!fung.
f pérdida de su rujo l mece un leño en sus brazos; la novia des ai:-
g_da que desde años espera ataviada a s~ rometidot o la joveñ -
g_ye esperando infructuosamente la Bes ada del amado, escucna
~.u voz en el jardín. - --
Freud y la Verwerfung del duelo Freud nos pone sobre la pista del .obieto perdjdo y de la im-

l
.E~~~idad ~ ~ . d i c h a pérdida. La ause11g a _R9..f~ 4

cnazo, de una representacis>E-,.CW..t _dé por e:rdido ;!l__gbj~~ -P~


{ duce un desasimiento parcial o total de lo que Freud llama la
-------~.·----~- . - - --..---~·s...,.,...,---..._~. -· ------ - - -
~I 6. Freud S., "Las neutopsicosis de defensa", en O. C. Tomo III, Amorrortu Edito-
res, Buenos Aires, 1979.
/7) A lo largo de su obra Freud no deja de m~pcionar, aún en contextos diversos,
\Y Ja confusión alucinatoria -· siem.12re
....~
ligada a una ~rdida
____..._.,,,_4, ~ rechazada... En el "Manus-
....-,-.,~-
4. En su primer seminario Lacan ubica la emergencia de la transferencia "en el crito H" ubica a la amencia alucinatoria aguaa cómo una de las "aberraciones pa-
momento en que el sujeto no encuentra ya salida", cuando se produce "un ad- tológicas de estados afectivos psíquicos normales", siendo en este caso del duelo.
venimiento inconcluso de la palabra", en un punto "de menor densidad de rela- En _"Los dos principios del suceder psíquico" (1911) tematiza "ciertos casos de psi-
ción de la palabra•. cosil¡ alucinatoria en los que debe ser desmentido el acontecimiento que provocó la
5. "(...) en el origen, pa.ra que la represión sea posible, es preciso que ~ista 1m más insanía". En el "Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños "(1917)
allá de la represión, algo 1í!Jimo, y:i constüuído primítiwmente, un prime,· nódukJ la amentia no es sino "la reacción frente a una pérdida que la realidad asevera pe-
de lo reprimido, que no sólo no se reconoce, sino que, por no formularse, literal- ro que debe ser desmentida (Ver/eugnung) por el yo como algo insoportable". En
mente es como si n.o existiese; sigo aquí a Freud. Sin embargo; en cierto sentido, "Duelo y melancolía" (1917) la llamada allí psicosis alucinatoria de deseo es conse-
se halla en alguna parte puesto que -Freud nos lo dice constantemente- es el cen~ cuencia de la renuencia extrema a la descatectización del objeto perdido. En ''Neu-
tro de atracción que atrae hacia sí todas las represiones ulteriores. Diré que es la . rosis y psicosis" (1924) escribe que la ruptura con el mundo e>..'terior propia de la
esencia misma del descubrimiento freudiano." (Lacan J., El Seminario, Los es- amentia de Meynert se debe a "una grave frustración (denegación) de un deseo
critos técnlcos de Freud, Cap. IV, Paidós -El subrayado es nuestro-). por parte de la realidad, una frustración que pareció insoportable".

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¿ alidad objetiva: el !ido no por la fantasía sino orla la fantasía vela la disyunción estructural a lo simbólico entr.e el . , ,
/ '\ alucinación. enómeno alucinatorio consistirá en "rea zar (a) y su vestidura, el (-q>). El anoticiamiento por el sujeto de esta
a uella re resentación ue estuvo amenazada' or la ocasiOn a disyunción es llamada por Lacan castractón a lá altura del semi-
raíz de la cual so6revino la.enfermeda:d"B . Es este. rea zam1ento . . .,- - ,- .nado..:sobre El acto y, siendo la operación propia del flnal de
9e la representac1on an~11Ja_ ~_smfrontación con la falta de análisis, realiza el segundo tiempo lógico del duelo, el atravesa-
objeto lo que hace 9ue estas alucinacionesJ a diferencia del miento fantasmático. Este anoticiamiento ubica al deseo a secas
planteo freudiano ara la aranoia, seañ amistosas ara el o . ya no deseo de falo sino causado por un objeto radicalment~
Recordar el trabato que Freuéi ace en su artículo "La nega- perdido (y dado por perdido) en la estructura . El análisis, con
ción~ nos permitir,á avanzar en una distinción que se vuelve ne- su motor, el deseo. del analista, no es entonces sino un movi-
cesaria en la clínica. Sostenemos que la exclusiQn..12or g.arte de miento qu! opera_ t~~or~~ Ta."'::~tura ]Ciñtasrñáuéa de"G"
Lacan del contexto eñ el q11e.. Freyd intrgd~s;s la ~ /Jlllg~ - ~ riela abierta _Qor la AUS§tossung del objeto en una aavertida cí-
to es, la pa~ología del duelo.1 lo lle_ya a homoj,.Qga¿ !a•.Ve1w~[ung <¿_a t,yz Sel mencion~ a _undo ~ mpo l ógi<:Q_ oel. a uelo)_q~ _us:>-
a la Ausstossung, el rechazo a la expulsión. ~ otra gue el o..~~.rrue,2to_d!:!_ suteto del d..es~
Proponemos reserv~r la utilización de la Ausstossung sólo pa- Todo -el abanico de las faltas de objeto en lo simbólico, en lo
ra la falta inaugural del objeto. La expulsión del objeto no de- ~ inario y en lo real, remiten en la neurosis ' ltima.instan-
pende de otros avatares más que de la acción misma del signifi- cia a esa Bf!.J.E.!2Y:11g e a marca que nombra la Ausstossuy
cante. Es otra manera de plantear la mortificación de la cosa por <:bjeto~_?e produc~ y_es el"Jaso ¼ los...,b~12!.Qs _g_rad~
:.:s el significante. Aguí no ha};'. alternativa eosible¡ no e29ría ha~ . por Freud en _!U texto ~e!,24,_ u~ esarticulacíón -ausencia <k_ ~
.,;~~/ Be;ahu:ng d~l objeto, no hay manera de anular aguello gue es lectura- enlre esa marca y la_J!..érdida actual. Se puede nombrar \
, i nherente a la estructu.r~ misma de -lo simbólico. La afirmación esa desarticulación como una sus ensióñaetá¡unción cicatri-
(Bejahung)__ de lo si-mbóltco es correlativa tanto de 7.a consh'llíciorl_ zante de la ~iCi.Ror lp t~nso SJ¡,.QfO ucirá al mismo tiem:
a'é lo real ·cotrió'lugar por la expulsión del objeto~ como de la ins- eo· una suspensión de la neurosis como tal, suspensión que par,a-
crl~ de /gmáfcaqúe de[élla éiuseñcia ob/ etal. Pef:9-l~
tossung nada dice todavía de la 'emergencia del sujeto del in-
.A.W:~1 Qójicamente no es sin la neurosis. Es nuestra lectura de la si-'
guiente afirmación de Freu3 ar final de su exploración de fa
consciente. y QOr ~o~ gu_i$!nte, de su posición en relaci6n a la coñfusión- alucinatQria:_
1
huella de la pérdida originaria. Aquí s í se nos nresenta una alter: ~ iert~ que la CC;_nfUJjó~ ria nQ..S1!!!__le ser compati-
nativa: o hay Bejahuns. o,.hay Verwer(µ ng de la marc~ ~ ~- ble con la persistencia de la histeria, y por regla general ~ µo- V
2!"ª la exQiilsión del objeto en la estruct4ra 1_en~ ndiendo g_oJ
~ ~tfung de la ma.!$ª~.1:~º 012.eratividad como fiuelfi borr~
da, la ime9~8ilidad de 11acer ll!afil es,a mars::a como stx,1
I¿ lectura de la marca será condición del duelo por el objeto,
condiciqn, leída retroactivamente, de la constitución de la fanta-
co con la de las representaciones o bsesivas. En cambio, no es
raro ue una sicosis de defeñscrinterra1ñpá-e¡;lsóaicamente la
trayectoria de una neuros o miXta . 1
!_l planteo freudiano de una interru12ción_eRisódica de la neu- ---,
rosis a partir a e la puesta en juego de la Verwerjj mg - Tacua1
sía, la cual se constitufrá en el primer tiempo del duelo, el de paraac5jatíñente prooüce-un- fuera éie juego de aquello sobre lo
coordinación entre el objeto (a) y el (-q>); pero al mismo tiempo,
9. lbid. El subrayado es nuestro.
8. lbid nota (6).

70 71

- -- - -- - - -- -- ---- - - ·- -
r
Í( cual recae~ 12,ermite suponer la, posibilidad c{e.J:¡ue,,,esta exc{7J- c,uencias gue se desencadenan cuando el trabajo d,tl_duelo..,n.\:l ·
- _(¡I sión no sea de una vez ara siem re. Nos será útil aquí recor- puede llevarse a ca5o. Aún cuando el menor du 1 .12,one en .
.~ aar ..a !!lanera er1 que L~ca:1 se re,.ie:-e a! ~cting cut. e! que si e~~n_;;;
cuestlOn aGl~r~m,i- .,;ia_ni ica,.'!e t f.:l,ido a la iusufic:ienci:!
V, bien no es sino una de las modalidades del retorno en 1~ real de ral de sus elementos para hacer frente al aw ero creado s;n la
lo que fue rechazado en lo simbólico,·al mismo tiempo constitu- existencia, la gráctlca ritual -o sea el rito del ~ nificante- evita la,
\?
'
ye un llamado al Otro. El analista, en el lugar del Otro, tendrá la
posibilidad de intervenir de manera tal que tenga inscripción
significante aquello que no fue oído.
infinitización de la herida lnstnfando allrtin monumento-cicatriz
gue la cierra. L~ cviación de los ritu:tlcs fóncbres, a !9s_que.
se refiere Hamlet cuando se queja de quc las sobrns de comida
X
Hasta que Laca·n introduce su se undo significante ara nom- de los funerales han servido aún cal ientes paro los festt:jos de la
brar un f uera de lo simbólico, la \(etwef'. ung daba cuenta tanto boda de la madre con el tío, debe entenderse como In ~crnclón
ele lo ~ aparecía irremediablemente fuera (por ejemplo,' erpn- .9.ue le cierra el paso a la labor del duelo. f'erwe1:Jí,1,ng-dal thwLO 1
mer nód,t;lo de lo re rlmido que atraerá hacia sí todas las repre- entonces, güe- contlüce ar retorno en lor eal del ghost, del f~
s iones u teriores como de fenómenos como el acting out. Situa- tasma del padre. ,.
ciones de hecho y _de de;-e cho eran entonces ordenadas por é1 Una vez puestos a rodar ambos significantes en la obra de
~ffiismo SignifÍGaRte- /l
Lacan, sed pertinente pues dar cuenta de la lógica que subyacC:_
Luego de intt,:9_ducir la f9J:.f.lt{.Sion a partir de extraerla del de- cada vez a la utilización de uno u otro. Por nuestra parte nos
recho con su ace ción de "vencimiento de una facultad o dere- arece conveniente reservar la Verwetfülig ~reudiana para un !f...
cho no e·ercido en los lazos rescriptos" comenzó a tomar or- eriazo erorden"oé fo COYl¡!rlfiiral Csisenos permite este califica-
rna una divisoria de agua~ respecto a lo que nom ra amos co- tivo), es decir, mientras subsista al una osibilidad estructural
mo situaciones de hecho y de derecho. de inscripción o articu ación simbólica· uti izar a ore usi6n
En el se~ ario ,IV volverá.,,: l~. Verweifun~ 12,ara ubicar un~ ara nom rar un rechazo constituyente, sin posibilidad ala u~ -
suerte de no eféctivizació~ la castración en ,w.,ani!O 12or una de apelación. El campo e o ore us1vo a su vez e e dividirse
"carencia del lad6clelc:astraoor". El pesimismo de Lacan sobre e n dos series: una de ellas referida a la e.5tructura del Otro como
el futuro de jua~ ebe con~ ae untuarse con ·la no ut1hzat iún tal, por fuera de la posición subjetiva (incluímos en esta serie a
del término Jorclusión iñ troaucido un año antes.
- Es a la altura cfesu q'üiñtO seiiüñario que -Laéan formaliza en
·" ~o
1./7
la forclus~ujeto del campo del Orr_o, y de los significantes
dé La mujer d relación sexual); y la otra, añciada específi-
unescrito su éonceptualizació n de 1a psicÓs~ Aili no sólo merl- éamente en la posición del sujeto respecto al campo del Otro
a ona a 1-:tftffi:tusión del Nombre del Padre Como fundando una (forclusión del Nombre del Padre en la psicosis).
ti:
estructura subjetiva, · sino que además, cuando ubica los cuatro ~ :S i
términos del esquem~ Lambda, escribe que uno de esos ténninos,
el sujeto en su realidad, está Jorcluído (J01·close) en el sistema. La metáfora paterna no es la formalb:ación del Edipo
Pero en el seminario del año siguiente, el dedicado al deseo
y_ su interp,,a;:tarjQJJ..,1ª Verwer[unB,,vuelve a ª E!!.ecer, esta vez en La recurrencia de artículos en el campo lacaniano que intentan
relación a la patología del duelo. En sus clases sobre Han;il~, ~a- producir un diagnóstico diferencial respecto al estatuto de psicóti-
1 can opone en Ünarelacióñinversa al duelo y a la Verwer ung.
Ejemplifica con la tragedia el príncipe de Dinamarca las conse-
co o neurótico del Hombre de los Lobos da cuenta de ciertos pro-
blemas en cuanto a la distinción y articulación entre la metáfora

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paterna, el complejo de Edipo y el complejo de castración. davía no dice nada de los efj!ctivos avatares subjetivos de esta re~
Se puede leer entre los autores lacanianos que la metáfora pa- lación de no relad.ón. Lacan no deja de señalar que la identifica-·
terna no es sino la formalización lacaniana del Edipo freudiano. cióñclel sujeto al falo mater~ no -es automática. Es necesarioU!J · ~:
La reducción de la metáfora_paterva .a! f;dipQ formaHzª.do impide 1. t[empp de comP._rendefiO a garurdel_cu& p~rá o no producirs~ ~
el despliegue de una cantidad de funciones interiores al complejo la identificación fálica, identificación al deseo del Oti:o qu_e
que no se deducen de la fórmula tal cual Lacan la escribió, pero Freud, en Psicolog'ii de las masas y análisis del yo, llama
que tienen por condición necesaria la instalación de la metáfora. identificación del tercer tipo. En su texto "De una cuestión p~(lli:..
Si bien.se Qyede afirmar que no hay Edipo sin la instalación minar [. ..]" Lacan se pregunta en relación a su esquema I si no
dela ~ fora_paterna, también es cierto que ~ basta con lQ hay ot~a posibilidad de explicar la hiancia abierta en lo imagina-
r--,gue esta operación produce .eara que el complejo "de Edip~ ~ rio (<l> o) más que a partir del "llamado vano hecho en lo simbó-
nce su desarrollo y_geclináción. Afirmamo,,s entonces g ~ . lico a la metáfora paterna" (Po)ll _Parece indicar allí q~e podría_;
_ ilJ,O desborda los términos de.la_~táfora paterria. ; haber elisión del falo sin que esta Verwerfu'!!~ de~ dw a ',
-La sustituc.!9.!l en el _Qtro del significante de la Madr~ por ~ forclusión del Nomoread Paare e'ñ lo simbólico.._ . ·
significante del Nomb.i:e-del Padte abre la posibilidad (pero to- Tal vez el caso Dick.. de Melanie Klein deba investi arse en]
davía
-
sólo eso) de una relación -que se demostrará luego como
una relación de no relación- entre el Deseo de la Madre y el de-
s~o potencial del sujeto a advenir. De la qpe.mgón de~ if!!.OS
estalíne~ la de cierta_E:!;Jp;ns~(Verwerfun el ttempo d!J.
co1!Jl!render, q_ueJ!eva a la imposibilidad de concluir en la ideo;;_
tificación al falo matero~ i~ ~nción de M. Klein _earece h~-
aos consecuencias: ber permitido final~e_que "eLniño com~noiera", que s~
a) !:!:!_Y Padre para la Mad.r,e. El Nombre del Padre, en tanto lec- alojara en la "estación_materna"12, _en el deseo el Ott._o. Esta 11-
tor, hace entrar en "razones" al Otro maternal, racionaliza lo
que sólo desde la legalidad que se instaura puede ser llamado
retrospectivamente como capricho del Otro. La "domestica- 10. "Este significado de las idas y venidas de la madre, es el falo. El niño, con
ción" del deseo materno por el Nombre del Padreiñslali"""al fa- más o menos astucia, con más o menos suerte, puede llegar muy pronto a ha-
cerse falo, una vez que ba comprendido". (Lacan J., Seminario Las formacio-
lo como un palo de piedra en lasfauces del cocoorilo materno
nes del lnconciente, clase VII del 15/ 1/ 58, ínédito. -El subrayado es nuestro-)
-=iérminos que Lacan utiliza en su seminario a e El Reverso del 11. "Ese otro abismo, ¿se formó por el simple efecto en lo imagínario del llama-
psicoanálisis- evitando que devore al sujeto. El deseo del do vano hecho en lo simbólico a la metáfora paterna? ,o tendremos que conce-
Otro es puesto en forma bajo la ley fálica aún cuando no se birlo corno producido en un segundo grado por la elisión del falo,. que el sujeto
pueda afirmar que haya_todavía Un padre para el sujeto. remiúría para resolverla a la hiancia mortífera del estadio del espejo?" (Lacan J.,
"De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis", en Escrl-
_b) Hay un lugar para el adven~'!}iglto del SJ:fie.!2,_~ inconciente.
tos·z, pág. 256, Siglo XXI editores, Méjico, 1980 -el subrayado es nuestro-).
La legalización del aeseo del Otro ubic<1¡;- en el horizonte de 12. "Melanie Klein le devuelve lo siguiente: La estación es mamá, Dick entrar
ioda significación al falo, abriéndose un higar en eL ~l en mamá. A partir de ese momento todo se desencadena. Ella sólo hará este ti-
:§ieto se podrá alojar. Diremos más_correctamente_gue el ~- po de cosas, ninguna otra. Rápidamente el niño progresa. Es un hecho.

:. . .- -.:----------
jeto se producirá en ese alojamiento ficcional.
...
¿Qué ha hecho Melanie Klein? Tan sólo aportar la verbaliz;.tción. Ha simboliza-
do una relación efectiva: la de tm ser, nombrado, con otro ser. Ha encbapado la
simbolización del mito edípico, para llamarlo por su nombre". (Lacan J., El Se-
Pero la producción. metáfoi:a. paterna mediante, de l_a p,.9sibj; minario, Los escritos técnicos de Freud, Cap. VII, "La tópica de lo imagína-
lidad de poner en relación los campos del Otro y _d el sujeto to- rio", Paidós, Barcelona, 1981 -el subrayado es nuestro-). ·
--....

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nea de trabajo evitaría que rápidamente se calificara de psicóti- ción del ideal paterno. Es en la privación que Lacan centrará to-
cos a estos niños poco comprensivos. da la clave del Edipo.
Tamnoco es automática
--:-:o:- ¡;.- -.,_,~ la-.......
- --·'!"'-.;.;.;_..,_...:~ utilización
.. _______ "'O!" ....
........¡; ~ ~
.........
arte del su¡·eto del
◄ ........ , _ §sta Ju1ictón re~padre -<;? _esl<;, ca~ ~ --ite in1aginaric,.i. .
si nificante del , ~ ombr~,~L~ !e aún cuando éste haya sicro- QYes ~~~!l tant~ omnipo'feñte ue ejerce esa función- como ri-
..afirma o en e Otro 13. .......__ ___ ~ -·- - - . ~ or de la madre,, si 61en se ero uce en e campo del Otro, .
~Esta óo"" automátic:idad evita aplastar · la metáfora paterna al ,S..QUQ1ueve indirectámente la identificación f*Hsa del niño, ¡::,ermi-
Edipo. Es en los seminarios IV y V que Lacan conceptualiza la tiendo que tome lugar otra o eración, esta vez de efectos i -
apropiación o el re_c hazo por el sujeto de todo lo que hace a la diatos en e cam o e su·eto a e tración. As, como la priva-
~dialéctica fálica mediante las operaciones que nombra' como pri- ción a ectárá la dialéctica del ser -el 'to be or not to be' el falo-
vación, frustración y castración. Se tratará del pasaje del hay_ Pa- la castración instalará la dialéctica del tener vía la negativización
dre {?ara. la Madre al ha_:t, Un {!_qdre priJE..ilsTJ,ielo, siendo ~aqa del falo. Es aquí donde la amenaza de castración freudiana to-
..lJ!.lª de estas operaciones una modalidad específica de articula- mará su lugar puesto que no es sino el padre como agente real
ción entr~ los tres registros. - el que aparece encausando dicha negativización.
Es en este sentido que debemos entender el planteo freudia-
no respecw a- la'verwerfung ele la castracion en el Hombre de
¿Hay Un Padre para el sujeto? los Lobos. El rehusamiento dela posición fío"'rnosexúal, et ;echa-
zo c1e ra- reatfcía'ct'gfnita[ió:es~~ª.s~~v'~ €gliñrga1CieJa.
· ación de la m ,s imboliza~iQU .•d.e l pepe e ~ .A.-J2Pr, eJ.R.a,il¡,e,,_,4'~ ¡,JJJJ.t¿,í,¡¡.g.-
ue posibilitará Un ción del alo15 rechazada en lo simbólico retornará en lo real co-
l!fl re 12,ara el S1;-líeyz. Del é de esta operad na mo la alucinacion erraúca de e o c~ 'l•'lo u;;"; :econoci d;
salida favorable del Edipo, en términos freudianos la constitu- hace irrup~ión en la corÍCieñcia bajo lalorma"'de lo visto"J6 .
'·~-~.. distinció_n S.!lli.~-1~~~ ... ~ rna_y ~\ cf)J:192- de &as:.
13. "No basta contar con ei Nombre del Padre, hay que servirse de él". (Lacan
~~S2.!,;,<;ebid~,_S~~~- Q~gtiyg~i62 P.~r_:
darle un lugarala afirmación de Lacan de que: "el sujeto rio es
,2" !1~<:!..~~~
J., Seminario Las formaciones del lnconciente, clase VI del 8/1/58, inédito.) ~6sO'futo' s icóTICo . s"ólo i : ~íon'.""t"."J En ese
~ En el seminario sobre Las relaciones de objeto y las estructuras freudia-
nas (clase del 15/5/57), Lacan parece hacer depender lógicamente a la privación
momento de u infancia na a ermite c asiticarlo o~ i'
de la madre por el padre de una. suerte de "privación fundamental" o "privación 9,uiz_ofrénic9 };:,,,.sin embJ!Bº • S!,.trata en e ecto de un fenómeno
suprema" que no es sino la .acción misma de lo imposible que marca el deseo de psicosis"I7. ·
materno. Será entonces en relación a este lugar de imposibilidad radical de col-
mar el deseo materno que el padre se constituirá en el agente del relanzamiento
de un nuevo engaño necesario: "Este nivel, es aquél del padre que priva a al- 15. "Esa falta, ese signo 'menos' por el que se halla marcada la función fálica en
guien de lo que al fin de cuentas no tiene, es decir lo priva de algo que no tiene el hombre, que hace que para él su ligazón con el objeto deba pasar por la ne-
existencia más que en tanto ustedes lo hacen surgir a la existencia en tanto que gativización del falo por medio del complejo de castración, esa necesidad que
símbolo" (Seminario Las formaciones del lnconciente, clase VIII del 22/1/58, es el estatuto del -t en el centro del deseo del hombre [. ..)". (Lacan J.. Semina-
inédito). La puesta en acto de la hiancia estructural al deseo materno servirá en- rio La angustia, clase del 20/ 3/63, inédito.)
tonces de gozne que posibilitará el pasaje del falo materno imaginario al falo sim- · 16. Lacan J.. El Seminario, Los escritos técnlcos de Freud, pág. 97, Paidós,
bólico, aquel que el padre introduce en lo real de la madre como torsión de la Barcelona, 1981.
primitiva simbolización de la ausencia del Otro maternal (fort - da). 17. !bid.

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/ )-. .. ¿Es que entonces le su~onemos a la alucinación' del dedo. primitiva de pura amenaza de devoración total por la madre, no
cort"a-ª.o un sujeto neurótico?_I:5eñingu222 ,.Tanera, guesto que no evitará que "toda la situación sea resuelta por una identificación al
A- ~~ en tarl}o neurótico q'!;.e el f_!!jef2 q{!!_c!!!:E,. Así_c;:oll}~ groponía-~ deseo materno; él tendrá niños de sus sueños, de su espíritu,·C...J
., ¡· mosl siguiena o a Preua, que la confusión alucinatoria) m,plicaba estructurados al modp del Jalo materno, .del que finalmente va a
Ü"na suspensión de la neurosis, también diremos lo mismo res'- hacer el objeto de su ·propio deseo"t9. Luego de calificar a Juanito
ectQ al sujeto de la alucinación éielaedo corraaé5". - -. mismo de objeto fetiche, Lacan agrega: "nada en la observación
La neurosis supone para Freuci lá instaiació~.ls.Qmgkjo_g_e nos permite pensar en ningún momento que ella se resuelve de
castración, su a rritutacíón sintomática. La alucinación de los cin- otra manera que por esta dominación del falo materno, en tanto
co años da cuenta ·ustamente de la no producción de dicha arti- Juanito toma su lugar, se identifica, lo domina"20_
culación. Entonces, sólo e manera unprec1sa po namos llamar Podríamos entonces afirmar que a la Verwerfung de la jJ_riva-
!:!_euró tico al sujeto e~det'áesfñictllra'e- ra menc1onadaaIU- cióñeñel campo del o 'iroñurtéfho corresponde una Verwerfung,
cinaqón, Por otra parte, que eisuféi'oha y1rtbmaCl'o"p'lfsiCiori"en rje la castració~"j_': !l ca_mpo del s1:te~cf.~, La· s;ild; ~i Edi~ñ9
relación al deseo del Otro evita homologar la estructura de esta será la típica 'descrmta por Freud a partir de la constitución del
alucinación con la de una alucinación psicótica, dado que en es- ideal del yo eaterno, sino un atípico desenlace por identificación
ta última -a diferencia de la del dedo cortado- se trata del retor- al icleal materno~ Si bien JÜaÓito podrá conservar ciertos atribu-
no en lo real de lo que en lo simbólico no tuvo lugar: la fun- Tc:>s~oé la masculinidad; no podrá convertirse para La can más que
ctón nombre propto vebicultzada por el padre como padre del en un perfecto caballero.
nombre. Que Lacan .afirme que se trata en..~.L!!,.o mbr$!_deJQ!Ut9:.. En el Hombre de los Lobos, es la privación materna efectiva-
bos de un fenómeno psicótíéc>'su- o ne simplemente consider.ar mente producida la que lo deja, por identificación a la posición
dicha alucmac10 uno mas e los e ectos de cual uier de- de la madre en la escena primordial, en el momento crucial de
~ dacióñ"aelo síiñDoll~ ~es'e:füíél§ TajÜ · ' n .el~acting_q~I no poder "aceptar la realidad genital sin la amenaza, desde ese
paciente de Kriss sería -µn fenómeno psicótico. momento inevitable para él, de la castración"22. Que para Freud
X
- -"Res~~ ó.:a:Jl:rntza<i[ entre castraCi◊n privación, Lacan en-
cueñtra. en Juanito_ q.c~ió~ Ütil~ a\-ta.m,~n la., v~ :::si.
bien en el análisis del caso, Lacan acentúa todo lo que hace a la 19. Lacan J., Seminario Las relaciones de objeto y las estructu~ freudia-
""carencia del lado el c tr dor" ñ o ae·a de aavertir*la vincüla- .. nas, clase del 3n/ 57, inédito.
20. Ibid.
ción entre esta carencia la ausencia de rivación de la ma re e @ No nos parece exagerado afirmar que así como en el seminario sobre Las
JJuanito. La permanencif de la identificacion a l,_a g¡jarec~ C01_?!, psicosis Lacan ubica en e l fundamento la forclusión del significante ser-padre,
~ f!.l resultadp tkl.u:c;ba:w {YfJ]JJet:fu,1:1,g) de lq, Q,rtvación maternaia ei:i los dos seminarios siguientes es la perversión -Lacan consideraba allí como
La fobia, ubicada por Lacan en el lugar de suplencia de la función perversión sobre todo al fetichismo y al trasvestismo- la ubicada en relación a la
castración, aún cuando le permitirá a Juanito superar la situación Venlkrjung ... de la privación materna (cfr. nota (18)). La sentencia freudiana,l
que compara a neurosis y perversión -"la neurosis es el negativo de la perver-
sión"- recibe así otra luz: en la neurosis se tratará de la instalación de la negativi-
zación del,falo, tanto en el campo del Otro como en el del sujeto, mientras que
08:-i Aún cuando Lacan, al retomar la discusjón del caso Juanlto en el-seminario en la perversión la permanencia de la identificación fálica brindará las caracterís- __
1v;' no liga explícitamente la Verwerfung a la privación sino al Edipo, nos pare- .ticas de positividad que la metáfora fotográfica utilizada por Freud sugiere.
ce pertinente proponer .dicha ligazón conceptual en función de la lógica subya-
22. Lacan J., "Respuesta al comentario de Jean Hyppolite sobre la Verneinung
cente al comentario por parte de Lacan del historial freudiano. de Freud", en llscritos 2, pág. 147, Siglo XXI editores, Méjico, 1980.

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el eje de la situación sea el Edipo invertido, da cuenta de que ha (a). Si la metáfora paterna se escribe i!:.t , la metáfora del Padre
operado la privación, la que para Lacan produce el desplaza- se escribirá ;P · -
mient0 de l~ m~dre al padre: el padre se hace prefeíir a la r1id- El d<::Seo del ¡¡_naii~la se ~opcmará de esta barradura <lel Nom-
dre. Es en ese punto que el sujeto rechaza la castración, insta- bre del Padre, de su condición suplementaria. La consecuencia
lándose de esta manera en una "brava y buena pe·q ueña posi- sobre el Ideal no será su desaparición -lo cual acercaría el final
ción pasivizada en el plano inconciente" 23. La Vetwerfung emer- de análisis a la llamada caída de las ideologías- sino, como lo
ge desde el campo del sujeto. planteamos para el Nombre del Padre, el anoticiamiento del ob-
En cambio, en Juanito, la VetWerjung de la castración se pro- jeto (a) como su fundamento. Este anoticiamiento conmoverá la
ducé para Lacan tanto por la carencia del lado del castrador relación del sujeto al Ideal, lo relativizará. Por el contrario, la
("ese padre que se obstina en no querer castrarlo"24) como por Verwerjung de la articulación entre el objeto (a) y el Ideal del yo,
la no efectivización por el padre imaginario de la privación ma- producirá el retorno del (a) en lo Real como fundamentaltsmo
terna, lo, cual impide que el Edipo invertido entre a tallar. El del superyó 2s.
acento está puesto por Lacan aquí en un rechazo que proviene
del campo del Otro.
La Verwerfung del deseo del analista

De la metáfora paterna a la metaforización del Padre Es indudable la importancia de la consideración del tiempo ·
en -la constitución del sujeto. Unas líneas atrás recordábamos al
--------- -
El Nombre del Padre, en tanto lectoc,_deL deseo de..la...Madre,
se constituirá en una -.. -
especie de _arqµ ite_cto g ue tiende delante ----.:...
pacientito de M. Klein con motivo de una cierta suspensión del
tiempo de comprender en cuanto a su posición relativa al deseo]
del ·sujetó la carretera P:.iñci~~1::_e, 12~r~ e! L.ef._an de los.,prl!P<:;.- del Otro. Es Klein la que con su intervención, que de ninguna
.!QS semi!l_a~io~,. lo 2r~ ntará ~~¡>_~cto~,.al_q.<;se.9~..,_Q~l _Q tJ:Q. Esta manera puede llamarse interpretacjón, permite volver a poner Á.
orientación no es sino la neurosis misma, la instalaciónae- la en funcionamiento el tiempo <le comprender y por lo mismo ca-
creencia en la I2Qsibiiidad- de e ncontrar l a' significacióñ dél di- talizar el advenimiento del momento de concluir en la identifica-
.seo del Oti:,C?_X ~ 59nsecuencia qel S Ü~.!Q.,,,..~•..12~.rtir de la puesta ción al falo.
en forma del materna del objeto (a) en el seminario de La an- Del deseo del analista en el lugar del Otro depende la consi-
gustia, el Nombre d el ~Pad re será ·en'"'iá"leoria el ;-~;;;¡;ed e esta deración de los tiempos del sujeto o el rechazo objetivante de
s ree~ . t a plÜralizaci(m del Nombre del Padre pé rmitirá conce- dicha modulación temporal.
bir el análisis en un más allá del Padre, operación que no será
sino hacer del Padre ,su propia metáfora, producir su caída bajo
la égida de lo que siempre había sido su fundamento, el objeto \W~reemos que ésla es una lectura retroactiva posible de lo que Lacan ha
formulado respecto al superyó en su texto "Variantes de la cura tipo•: "[La
identificación narcisista) deja al sujeto en una beatitud sin medida, más ofreci-
do que nunca a esa figura obscena y feroz que el analista llama su Superyó, y
23. Lacan J., Seminario Las fonnaciones del lnconciente, Clase del 15/ 1/58, que hay que entender como el boquete abierto en lo imaginario por todo re-
inédito. .chazo (Verwerfung) de los mandamientos de la palabra". (p. 127). (El subra-
24. Lacan J., Serrúnario Las relaciones de objeto y las estructuras freudla- yado es nuestro).
nas, Clase del 5/6/ 57, inédito.

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Si bien Lacan no ha utilizado la Verwerjung para nombrar to- falta en lo imaginario (la visión de Freud operado en serie con
da suerte de degradación del deseo del analista, nos parece que la verruga en la cara de la madre) que lo arrojó al lugar de falta
cada vez que señala al analista como faltando a su lugar de falta, (S~) ) rechazada en lo simbólico por las intervenciones activas
la inclusión de la Verwer/ung se vuelve apropiada. de Freud, el retorno en lo real se hizo patente. Por el contrario,
El hislorial del Hombre de los Lobos no sólo ha sido ocasión la posición distinta de Ruth Me Brunswick permitió que la ver-
para el encuentro de Lacan con la Verwerfung freudiana; tam- dad pasara nuevamente al campo del sujeto coÓ la consiguiente
bién le ha permitido poner en cuestión el lugar del analista y las disolución del delirio del dermatólogo.
consecuencias para el sujeto de su defección. La Verwerjung del deseo del analista no sólo nombra una
Es con el Hombre de los Lobos que Freud inaugura lo que reunión de lo simbólico y lo real como en el caso comentado
Ferenczi llamará luego· técnica activa mediante la implementa- del Hombre de los Lobos. También la autentificación de lo ima-
ción de una fijación anticipada del final de análisis. Destinada a ginario por el analista, es decir, la confusión de los planos ima-
conmover la "dócil apatía" de su paciente y la infmitización del ginario y real, es tematizada por Lacan como haciendo del análi-
análisis, ·Freud recurre a una medida que se revelará paradojal- sis la antecámara de la locura. La aparición frecuente en los aná-
·mente contrapuesta con sus fines. Llamaremos Verwerjung de la lisis conducidos según la teoría de las relaciones de objeto, de

f singularidad del sujeto a los efectos de una técnica que no tome


en cuenta la imposibilidad de prever cuál será el tiempo para
comprender del sujeto. Tomarla en cuenta supone anticipar esta
duración pero sólo como indefinida. Rechazarla aspira al sujeto
al lugar de un objeto de goce que el Otro puede reintegrar; .la
acttngs perversos, es la consecuencia constatada por La~an de la
Verwerfung de las determinaciones simbólicas en las interven-
ciones del analista.
Dos modalidades entonces de la suspensión del deseo del
analista que producen dos modalidades de retomo en lo real: a
verdad subjetiva se desliza al campo del Otro enajenándose del la no articulación en el campo del Otro del sujeto supuesto al
sujeto. El Hombre de los Lobos pasa de esta manera a encarnar saber y el objeto (a) le corresponde lo que podemos llamar, pa-
el caso ejemplar y con ello el psicoanálisis mismo se vuelve psi- rafraseando a Lacan, reacción paranou;a paradoja/; y .a la eli-
quiatría. La inversión de la función del pago mediante las colec- sión de la relación del sujeto a su objeto en el fantasma, reac-
tas de los analistas completará el trayecto desubjetivante iniciado ción peroersa paradoja/. ·
por la comunicación anticipada de la finalización dél análisis. Mayo, 1993.
Lacan responsabilizará a esta verdadera suspensión del de-
seo del analista -en tanto hay rechazo de la articulación necesa-
ria entre el sujeto supuesto al saber y el objeto (a), rechazo de la
docta ignorancia- comó la desencadenadora de la "psicosis" del
Hombre de los Lob9s: "anula los tiempos para comprender en
provecho de los momentos de concluir que precipitan la medita-
ción del sujeto hacia el sentido que ha de decidirse del aconteci-
miento original"26 21. Cuando el sujeto se vió confrontado a una 27. Mientras que en el Seminario I Lacan ubica el forzamiento de Freud como
una maniobra que posibilitó la reconstrucción directa de la historia del sujeto,
ei¡to es, que hizo accesible para el sujeto lo que había sido verwo,fen,_en_§U es-
26. Lacan J., "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis", crito "Función y campo L..)" es este mismo forzamiento lo que apare~--~usan-
En Escritos 1, Siglo XXI editores, Méjico, 1980. do el episodio paranoico.

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