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Y DE
OTRAS CIENCIAS Y DISCIPLINAS
PROLOGO
Amar los problemas como se aman los desafíos y los retos, los
obstáculos, los enigmas y los arcanos. Definir su vida en torno a
problemas: he ahí un rasgo típicamente trágico. Y mejor/pero aún:
resolver los problemas, y comprender que lo maravilloso de ello es,
entonces, que nacen o brotan muchos otros problemas a su vez.
Esto es una vida que se define en torno a información,
conocimiento, ciencia, investigación, reflexión y crítica. Pues bien,
según parece, entramos en los albores de una nueva época, etapa o
sociedad –todo ello dicho de manera genérica aquí–, que pivota
cada vez más en torno a información y conocimiento. Una época de
luz, de mucha luz, sin dudas. Una luz –en realidad, distintos tipos de
ésta–, ante la cual nuestras miradas aún no terminan de
acostumbrarse. Una verdadera metamorfosis de las ciencias; una
metamorfosis de la vida misma.
Y sin embargo, existen dos asunciones implícitas aquí que hay que
evidenciar, inmediatamente. De una parte, del lado de las ciencias
humanas, se trata de la asunción –explícita o tácita– de que estas
ciencias tienen algo específico que decir, a saber: tratan de los
seres humanos en cuanto tales, al margen de cualquier otra
dimensión, marco o referente. Por su parte, de otro lado, las
ciencias sociales tienen acaso una amplitud de margen mayor en
cuanto que asumen –directa o implícitamente– que aquello de los
seres humanos puede –¿y debe?– ser visto en el horizonte de
(otros) sistemas sociales. Sin embargo, en honor a la verdad, en el
estado normal (actual) de las ciencias sociales, ello es pedir
demasiado. Como tales, las ciencias sociales quieren significar algo
como que la especificidad de lo humano no puede ser comprendida
al margen de las relaciones, contextos y niveles de lo humano social
mismo. Así, en síntesis, las ciencias humanas adoptarían acaso una
perspectiva más ontogenética en tanto que las ciencias sociales
adoptarían una perspectiva más flogénetica. Con todo y los
diálogos y complementariedades entre ambas.
Ahora bien, si queremos, adicionalmente, saber de dónde venimos,
cuál es o puede ser el destino del mundo y de la naturaleza, cuál es
el lugar de la existencia y de la vida en la economía del universo,
qué es real y qué no lo es, o también, qué puede serlo y cómo; si
deseamos saber, además, en qué consiste la cadena de la vida, o
cómo podrían ser otros mundos posibles, entonces las ciencias
sociales y humanas deben abrirse a otros grupos de ciencias:
notablemente, las ciencias físicas o naturales; esto es, la física, la
química, las matemáticas, la biología. Y no en última instancia, las
ciencias de la computación.
Las ciencias sociales y humanas nos enseñan cómo vivir; esto es,
tanto cómo hemos vivido, cómo vivimos, y cómo podríamos vivir.
La complejidad estriba en el hecho de que nos hemos olvidado de
cómo vivir. Todo parece indicar que ya no sabemos cómo hacerlo.
Las crisis alrededor del mundo –sistémicas y sistemáticas–, así
parecen evidenciarlo.
La idea según la cual hemos olvidado cómo vivir hace referencia, en
unos casos, a las nostalgias de Occidente con respecto a la Grecia
antigua (Nietzsche), o a algún paraíso perdido. Se escuchan dejos
de nostalgia o también el llamado a volver a una edad arcaica
(Delumeau, 2005). Pero, igualmente, se trata del trabajo de
recuperación de formas de vida que existieron en algún momento
en el pasado y que pueden o podrían ser posibles incluso en el
contexto de nuestro mundo. El mejor ejemplo, acaso, es el llamado
al buen vivir y al saber vivir –y que encuentra en el suma qamaña y
en el sumak kawsay, motivos culturales y políticos frente a los
cuales, de manera creciente, numerosas disciplinas y ciencias
sociales y humanas llaman la atención alrededor del mundo, y no
solamente en sus cunas culturales: Ecuador, Bolivia, Perú, el norte
de Argentina, el sur de Colombia. Con una advertencia de entrada:
hay que evitar las manipulaciones y los intentos por convertir al
sumak kawsay y al suma qamaña en estrategias políticas o
económicas. Nada más alejado de lo que ambas formas de vida
comportan.