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1.- Historia
Bibliografía
1.- HISTORIA
Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el
capitalismo como sistema económico no apareció hasta el siglo XIII en Europa
sustituyendo al feudalismo. El impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue
acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el
siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI
reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del
Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos
provenientes de aquellas tierras.
Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras
más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo
que asume riesgos económicos. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una
actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto
la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos
resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener
pérdidas.
El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del
renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad,
facilitando la aparición de los modernos Estados Nacionales que proporcionaron las
condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo. Este crecimiento
fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario
privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento.
Desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, cuando aparecieron los modernos Estados
nacionales, el capitalismo no sólo tenía una faceta comercial, sino que también dio lugar a
una nueva forma de comerciar, denominada mercantilismo. Esta línea de pensamiento
económico, este nuevo capitalismo, alcanzó su máximo desarrollo en Inglaterra y Francia.
El sistema mercantilista se basaba en la propiedad privada y en la utilización de los
mercados como forma de organizar la actividad económica. A diferencia del capitalismo de
Adam Smith, el objetivo fundamental del mercantilismo consistía en maximizar el interés
del Estado soberano, y no el de los propietarios de los recursos económicos fortaleciendo
así la estructura del naciente Estado Nacional. Con este fin, el gobierno ejercía un control
de la producción, del comercio y del consumo. La principal característica del mercantilismo
era la preocupación por acumular riqueza nacional, materializándose ésta en las reservas de
oro y plata que tuviera un Estado. Dado que los países no tenían grandes reservas naturales
de estos metales preciosos, la única forma de acumularlos era a través del comercio. Esto
suponía favorecer una balanza comercial positiva o, lo que es lo mismo, que las
exportaciones superaran en volumen y valor a las importaciones, ya que los pagos
internacionales se realizaban con oro y plata. Más tarde, algunos teóricos de la economía
como David Hume comprendieron que la riqueza de una nación no se asentaba en la
cantidad de metales preciosos que tuviese almacenada, sino en su capacidad productiva. Se
dieron cuenta que la entrada de oro y plata elevaría el nivel de actividad económica, lo que
permitiría a los Estados aumentar su recaudación impositiva, pero también supondría un
aumento del dinero en circulación, y por tanto mayor inflación, lo que reduciría su
capacidad exportadora y haría más baratas las importaciones por lo que, al final del
proceso, saldrían metales preciosos del país.
El capitalismo moderno inicia con dos acontecimientos que propiciaron la aparición del
capitalismo moderno; los dos se produjeron durante la segunda mitad del siglo XVIII. El
primero fue la aparición en Francia de los fisiócratas desde mediados de este siglo; el
segundo fue la publicación de las ideas de Adam Smith sobre la teoría y práctica del
mercantilismo.
Así pues, tanto los fisiócratas como Smith ayudaron a extender las ideas de que los poderes
económicos de los Estados debían ser reducidos y de que existía un orden natural aplicable
a la economía. Sin embargo fue Smith más que los fisiócratas, quien abrió el camino de la
industrialización y de la aparición del capitalismo moderno en el siglo XIX.
La característica fundamental del proceso de industrialización fue la introducción de la
mecánica y de las máquinas de vapor para reemplazar la tracción animal y humana en la
producción de bienes y servicios; la aplicación de máquinas de vapor al proceso productivo
provocó un espectacular aumento de la producción con menos costes. El desarrollo del
capitalismo industrial tuvo importantes costes sociales. Al principio, la industrialización se
caracterizó por las inhumanas condiciones de trabajo de la clase trabajadora. La explotación
infantil, las jornadas laborales de 16 y 18 horas, y la insalubridad y peligrosidad de las
fábricas eran circunstancias comunes. Estas condiciones llevaron a que surgieran
numerosos críticos del sistema que defendían distintos sistemas de propiedad comunitaria o
socializada; son los llamados socialistas utópicos.
Sin embargo, el primero en desarrollar una teoría coherente fue Karl Marx, que pasó la
mayor parte de su vida en Inglaterra, país precursor del proceso de industrialización, y autor
de Das Kapital (El capital, 3 volúmenes, 1867-1894). La obra de Marx, base intelectual de
los sistemas comunistas que predominaron en la antigua Unión Soviética, atacaba el
principio fundamental del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción.
Marx pensaba que la tierra y el capital debían pertenecer a la comunidad y que los
productos del sistema debían distribuirse en función de las distintas necesidades.
El capitalismo siguió creciendo y prosperando casi sin restricciones a lo largo del siglo
XIX. Logró hacerlo así porque demostró una enorme capacidad para crear riqueza y para
mejorar el nivel de vida de casi toda la población. A finales del siglo XIX, el capitalismo
era el principal sistema socioeconómico mundial.
Considerado el padre del libre mercado, definió las leyes de la oferta y la demanda. Smith
marca el comienzo de lo que se conoce con el periodo clásico del pensamiento económico,
que empieza en 1776, con la publicación de “La riqueza de las naciones”. Smith defendió el
libre comercio y los mercados competitivos. Fue el primero en afirmar que la búsqueda del
interés personal y el individualismo no son negativos para la sociedad. Por el contrario,
garantiza la prosperidad social. Porque el individuo, al perseguir su propio interés,
promueve el desarrollo de la sociedad. Pero, explicó, eso solo es factible cuando el mercado
es libre, abierto y competitivo.
Malthus entendía que los pobres se multiplicaban, presas del instinto de reproducción, aún
en condiciones de miseria, entre otras cosas por su irresponsabilidad, fomentada, entendía
Malthus, por las leyes de pobres inglesas que para Malthus suponían una liberación de la
restricción moral y finalmente una carga innecesaria para el Estado en forma de ayudas a
padres e hijos que suponían costes innecesarios.
Malthus estableció una relación importante entre población y riqueza (alimentos y otros
bienes necesarios para la vida), donde unos ricos privilegiados no necesitaban una
población excesiva si ésta podía ocasionarles gastos en forma de impuestos.
Smith expone su análisis sobre el origen de la prosperidad de países como Inglaterra o los
Países Bajos. Desarrolla teorías económicas sobre la división del trabajo, el mercado, la
moneda, la naturaleza de la riqueza, el precio de las mercancías en trabajo, los salarios, los
beneficios y la acumulación del capital.
Este sistema de libertad natural, como lo llama Smith, es el resultado del libre ejercicio del
interés individual que beneficia exitosamente sin proponérselo al bien común en la solución
de problemas y satisfacción de necesidades por medio de la libre empresa, de la libre
competencia y del libre comercio.
La riqueza de las naciones está compuesta por cinco libros, cuyos temas son:
Causas que han perfeccionado las facultades productivas del trabajo y del orden,
según las cuales los productos se distribuyen naturalmente entre las diferentes clases
sociales (sobre la naturaleza humana, el trabajo y la habilidad, la destreza y la
inteligencia que ha aportado).
De la naturaleza de los fondos o capitales, de su acumulación y su uso (descripción
de los negociantes y del capital).
De la diferente marcha y del progreso de la opulencia en diferentes naciones
(historia del desarrollo económico y política económica).
Sistemas de economía política (en particular, el sistema del comercio internacional).
De los ingresos del soberano o de la comunidad (ingresos, gastos y objetivos de
gobierno).
Sus bases son la libertad personal, la propiedad privada, la iniciativa individual, la empresa
privada y la interferencia mínima del gobierno. El término liberalismo se debe considerar
en su contexto histórico: las ideas clásicas eran liberales en contraste con las restricciones
feudales y mercantilistas sobre la elección de ocupaciones, las transferencias de tierras, el
comercio, etc.
Las principales características de este conjunto de pensamientos son:
Participación mínima del gobierno. Las fuerzas del mercado competitivo libre
guiarían la producción, el intercambio y la distribución. La economía se debía
autoajustar y debía tender a un empleo total, sin la intervención del gobierno. La
actividad del gobierno se debía limitar a imponer los derechos de propiedad,
encargarse de la defensa nacional y proporcionar educación pública.
Ventajas:
El capital privado puede generar mucha riqueza, algo difícil en otros sistemas.
Se tiene acceso a la propiedad privada.
Todos pueden ejercer tanto sus derechos individuales como los del sector al que
pertenecen.
Se promueve el emprendimiento.
Existe un movimiento económico constante, aunque sólo sea un porcentaje mínimo
de la riqueza del país.
Existe una toma de decisiones basada en la libertad de pensamiento de cada
persona.
Las fuerzas de trabajo se han modificado hasta alcanzar la figura del libre
asalariado.
Desventajas:
Los humanos son los únicos que se dan cuenta de que tienen todo por ganar participando
voluntariamente en un sistema económico donde cada uno trabaje para obtener los bienes
que satisfagan a todos, el interés personal no es su única motivación, ya que si así fuera,
toda negociación sería imposible. Queda claro, por tanto, que un hombre es también capaz
de comprender el interés personal de su compañero y de llegar a un intercambio
mutuamente beneficioso.
Una vez establecida la división, cada miembro de la sociedad debe poder recurrir al resto
para proveerse de aquello que necesite; es pues necesario tener un medio de cambio, la
moneda. La posibilidad de intercambiar bienes o pagar en moneda por ellos hace aparecer
la noción de valor. El valor tiene dos significados: el valor de uso, o utilidad el valor de
cambio. Para Smith la moneda no es el valor en sí, y la acumulación de moneda no tiene
interés económico para un país. La moneda sería más bien una forma de medida práctica
del valor de las transacciones y el medio de cambio de este valor.
Los salarios, el beneficio y la renta, constituyentes del precio, son igualmente los
constituyentes de los ingresos; se reencuentra esta identidad en la descomposición moderna
del producto interior bruto, donde la producción total es igual al ingreso total. Las tres
clases de la sociedad, cuyos ingresos comportan indirectamente los ingresos de toda la
población, son los propietarios, los agricultores y los capitalistas. El interés de estas clases
no coincide necesariamente con el interés común. Este es el caso de los propietarios y los
agricultores: lo que enriquece a la nación los enriquece de igual manera a ellos. Con
respecto a los capitalistas, si la expansión del mercado es provechosa tanto para ellos como
para el público, la restricción de la competencia es provechosa solamente para ellos. Smith
aboga por una mayor desconfianza de las propuestas de los capitalistas.
Capital Fijo y Capital Circulante. El fondo acumulado (el conjunto de las posesiones) de
una persona se divide en dos partes: una sirve para el consumo inmediato (víveres, vestidos,
muebles, etc.) y no contribuye al ingreso, la otra puede usarse de tal forma que procure un
ingreso a su propietario. Smith separa esta segunda parte, denominada capital, en dos
categorías. El capital fijo genera un beneficio sin cambiar de manos, como por ejemplo la
maquinaria. Las mercancías de un negociante, en general todos los bienes que son vendidos
a cambio de un beneficio y reemplazados por otros bienes, constituyen el capital circulante.
Ingreso Bruto, Ingreso Neto y el Papel de la Moneda. Smith hace una distinción entre
ingreso bruto e ingreso neto: el ingreso bruto es la suma de la producción de la tierra y del
trabajo de un país, mientras que el neto deduce los gastos de mantenimiento del capital fijo
y de la parte del capital circulante constituido en moneda. Se reencuentra esta distinción en
los agregados modernos: producto interior bruto y producto interior neto. El dinero por sí
mismo no contribuye a la renta nacional: «la gran rueda de la circulación es del todo
diferente de las mercancías que hace circular. La renta de la sociedad se compone
únicamente de estas mercancías, y nunca de la rueda que las pone en circulación». Esta
concepción es radicalmente diferente de la de los mercantilistas. El dinero es un medio de
almacenamiento del valor y no es útil al fin y al cabo, simplemente permite ser
intercambiado por bienes consumibles. Smith deduce la legitimidad de la moneda
fiduciaria, que cuesta infinitamente menos de fabricar que la moneda de plata o de oro.
Los usos del capital y el sistema económico de Smith. Distingue cuatro usos del capital:
suministrar directamente un producto en bruto, transformar un producto bruto en acabado,
transportar un producto en bruto o acabado allí donde sea demandado y dividir un producto
en pequeñas partes adaptadas a las necesidades diarias de los consumidores. El primer uso
corresponde al sector primario moderno, el segundo al sector secundario y los otros dos
pertenecen al sector terciario.
El sistema pre capitalista de producción era restrictivo. Su base histórica era la conquista
militar. Los reyes victoriosos habían dado el territorio a sus paladines. Estos aristócratas
eran señores en el sentido literal del término, ya que no dependían del apoyo de
consumidores comprando o absteniéndose de comprar en un mercado.
Por otro lado, ellos mismos eran los principales clientes de las industrias de procesado, que,
bajo el sistema de gremios, se organizaban bajo un esquema corporativo. Este esquema era
opuesto a la innovación. Prohibía desviarse de los métodos tradicionales de producción. El
número de personas para las que había trabajo incluso en la agricultura o en las artes y
artesanías estaba limitado. Bajo estas condiciones, muchos hombres, por usar las palabras
de Malthus, tenían que descubrir que “en la asombrosa fiesta de la naturaleza no había
plaza vacante para ellos” y que “ésta les decía que se fueran”. Pero algunos de estos
marginados se las arreglaban para sobrevivir, tener hijos y hacer que el número de
indigentes creciera sin esperanzas cada vez más.
Pero luego llegó el capitalismo. Es habitual ver las innovaciones radicales que trajo el
capitalismo en la sustitución de los métodos más primitivos y menos eficientes de las
tiendas artesanas por las fábricas mecánicas. Es una visión superficial. La característica
propia del capitalismo que le distingue de los métodos precapitalistas de producción fue su
nuevo principio de marketing.
Los propios empleados son los clientes que consumen la mayor parte de todos los bienes
producidos. Son consumidores soberanos que “tienen siempre la razón”. Su compra o
abstención de compra determina qué ha de producirse, en qué cantidad y de qué calidad. Al
comprar lo que les va mejor hacen que algunas empresas obtengan beneficios y se
expandan y otras pierdan dinero y se encojan. Por tanto están continuamente cambiando el
control de los factores de producción a las manos de aquellos hombres de negocio que
tengan más éxito en atender sus deseos.
Bajo el capitalismo, la propiedad privada de los factores de producción es una función
social. Empresarios, capitalistas y terratenientes son los mandatarios, por decirlo así, de los
consumidores y su mandato es revocable. Para ser rico, no basta haber ahorrado y
acumulado capital una vez. Es necesario invertirlo una y otra vez en aquellas líneas que
mejor atiendan los deseos de los consumidores. El proceso de mercado es un plebiscito
repetido diariamente y expulsa inevitable de las filas de la gente rentable a quienes no
empleen su propiedad de acuerdo con las órdenes dadas por el público. Pero las empresas,
objeto de odios fanáticos por parte de todos los gobiernos contemporáneos y los
autocalificados como intelectuales, adquieren y mantienen su grandeza solo porque trabajan
para las masas. Las fábricas que atienden a los lujos de unos pocos nunca alcanzan a tener
un gran tamaño.
El cambio radical se reflejó en el énfasis puesto en los mercados por parte de los negocios.
Lo que necesitan en primer lugar los negocios son mercados y más mercados. Era la
palabra clave de la empresa capitalista. Mercados, lo que significa clientes, compradores,
consumidores. Bajo el capitalismo hay una vía para la riqueza: servir a los consumidores
mejor y más barato que otra gente.
Fue esta gran transformación económica la que cambió la faz del mundo. Muy pronto
transfirió el poder político de las manos de una minoría privilegiada a la del pueblo. El voto
adulto se siguió al voto industrial. El hombre común, a quien el proceso de mercado había
dado el poder de elegir el empresario y los capitalistas, adquirió el poder análogo en el
campo del gobierno. Se convirtió en votante.
Hay una segunda diferencia importante. En la esfera política, no hay medio para que un
individuo o un pequeño grupo de individuos desobedezcan la voluntad de la mayoría. Pero
en el campo intelectual la propiedad privada hace posible la rebelión. El rebelde tiene que
pagar un precio por su independencia: no hay en este universo premios que puedan
obtenerse sin sacrificios. Pero si un hombre está dispuesto a pagar el precio, es libre de
desviarse de la ortodoxia o neo-ortodoxia gobernante.
Hay tres momentos decisivos en el curso de capitalismo. Uno de ellos, en el siglo XVII, en
cuando ocurren las transformaciones políticas y sociales de aquel período decisivo. El
segundo momento decisivo en el de la Revolución Industrial de finales del siglo XVIII y
primera mitad del siglo XIX que fue principalmente económica; este tuvo un efecto menos
dramático en la esfera política pero no por ello menos importante. La revolución industrial
fue tan decisiva para todo el futuro de la economía capitalista y representó una
transformación tan radical en la estructura y de la organización de la industria, que algunos
han considerado como los dolores de parto del capitalismo moderno, y por tanto como el
momento más decisivo en el desarrollo económico y social desde la Edad Media. El tercer
momento decisivo y más antiguo es el que marca la desintegración del Feudalismo.
En esta etapa el feudalismo llega a una etapa avanzada de su desintegración (siglo XIV)
pero esto no quiere decir que inmediatamente se va a implantar el modo de producción
capitalista, tuvieron que pasar muchos años casi dos siglos para que empezaran a verse los
avances del capitalismo como modo de producción.
Los países capitalistas son aquellos cuyo sistema de organización social y económica se
basa en la propiedad privada de los medios de producción.
Actualmente, el capitalismo es el orden económico más extendido de las civilizaciones
actuales. El capital es el factor central de todo este sistema y está constituido por
inmuebles, maquinarias, instalaciones, dinero, bienes y hasta las fuerzas de trabajo.
A diferencia de otras formas de organización, el rol del Estado es limitado, solo regula las
disposiciones legales para que las empresas tengan libertad de acción en el mercado. El
liberalismo económico de John Locke, Adam Smith o Benjamín Franklin, es la teoría que
dio origen al capitalismo.
Dentro de esta doctrina existen diferentes ramas, están quienes tienen posturas más
liberales y quienes buscan una combinación con otros modelos para darle mayor
preponderancia al papel del Estado.
ESTADOS UNIDOS
Estados Unidos podría ser considerado el modelo capitalista por excelencia. Es la principal
economía del mundo, en una lucha cerrada con China, y es la principal potencia de
occidente.
El proceso hacia el capitalismo en el país comenzó en la primera mitad del siglo XIX con el
Factory System, el sistema industrial que se expandió rápidamente por todo el territorio y
todos los sectores económicos.
Lentamente, Estados Unidos comenzó su expansión comercial, que tomó impulso con el
fordismo (el sistema de producción en serie). Tras la Segunda Guerra Mundial, se afianzó
como país capitalista, hasta llegar a ser la potencia actual.
FRANCIA
Con la revolución francesa a fines del siglo XVIII y la llegada de la burguesía al poder,
Francia comenzó su historia capitalista entre vaivenes políticos y económicos. Actualmente
se considera uno de los países más desarrollados del mundo por su calidad de vida. Es la
novena economía del mundo. Si bien cuenta con una amplia base de capital privado, la
intervención estatal es superior a la de otros países similares.
JAPÓN
Este país comienza su adaptación al capitalismo hacia finales del siglo XIX, con la
Restauración Meiji. Esta serie de hechos desencadenaron en la abolición del feudalismo y
en la adopción de algunas instituciones similares a las occidentales.
La expansión japonesa se vio afectada tras la Segunda Guerra Mundial, con la caída de dos
bombas atómicas. Sin embargo, a partir de éstas, la potencia oriental logró niveles de
crecimiento que lo llevan a ser la cuarta economía del mundo, detrás de Estados Unidos,
China e India.
ALEMANIA
Suele explicarse el caso de este país europeo como el “milagro alemán”. Fue la nación que
resultó derrotada en las dos Guerras Mundiales y desde 1948, con el país dividido, comenzó
su expansión capitalista.
ITALIA
Fue otra de las potencias mundiales que comenzó su transformación capitalista más sólida
después de la Segunda Guerra Mundial. Atravesó una dura crisis económica a principios
del siglo XXI.
SUECIA
Si bien este país nórdico cuenta con un fuerte estado de bienestar, ligado al socialismo, su
economía es capitalista. Además, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), es una de
las más avanzadas del mundo. A partir de 1990, Suecia comenzó su viraje a la economía de
mercado, impulsada por una crisis económica y por la necesidad de poder sacar frutos de su
producción maderera, energía hidráulica y hierro.
HOLANDA
A partir del siglo XVII, este país comenzó una transformación económica que se basó en la
apertura de sus legislaciones para aprovechar su posición estratégica.
Desde fines de los años 80, este proceso se profundizó con la reducción del rol del estado
en favor de la actividad industrial y química.
INGLATERRA
La cuna del capitalismo, tanto por su producción teórica como por su histórico liberalismo
económico y la revolución industrial del siglo XIX.
BÉLGICA
Es un caso similar al de Holanda, con quien conforma los Países Bajos. Densamente
poblado y en una zona de alta industrialización, Bélgica tiene una economía de mercado
capitalista.
Fue el primer país europeo en desarrollar la revolución industrial y cuenta con uno de los
ingresos per cápita más elevados del Viejo Continente.
SUIZA
Es un país con alta libertad económica, considerada como una de las naciones capitalistas
más avanzadas y estables del planeta. Así como, la segunda más competitiva.
Con un fuerte sector de servicios financieros y una industria altamente desarrollada, Suiza
presenta un mercado laboral flexible y con una baja tasa de desempleo.
SUDÁFRICA
Es parte de las BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), un grupo de naciones
emergentes. Su economía tuvo un gran desarrollo en las últimas décadas, a pesar de las
grandes crisis y problemas sanitarios a los que tuvo que hacer frente.
Es la principal economía de África gracias a sus recursos naturales, oro y platino, y una de
las 30 más importantes del mundo.
BRASIL
MÉXICO
Es uno de las principales economías del mundo, ocupa el décimo puesto en términos de
Producto Bruto Interno (PBI), pero tiene el índice de pobreza más alto de ese grupo, con un
42%.
COLOMBIA
LUXEMBURGO
Tiene el segundo PBI per cápita del mundo, detrás de Catar. Su desarrollada economía se
basa principalmente en los servicios financieros, gracias a que tiene los regímenes fiscales
más laxos de Europa.
Es una suma de diferentes emiratos que componen una de las economías más ricas del
mundo.
Con la inversión en el desarrollo petrolero a partir de la década del año 1970 y una
economía liberal, tiene un elevado ingreso per cápita y uno de los superávit comerciales
más altos del planeta.
SINGAPUR
Esta nación basa su sistema político en una especie de réplica del modelo inglés y su
economía no está ajena a esto. Con un sistema de libre mercado, al igual que los otros“
Tigres Asiáticos” (Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán), tiene uno de los PBI por persona
más altos del mundo.
ESPAÑA
España es uno de los ejemplos de que el capitalismo puede fallar, tras sucesivas crisis en las
últimas décadas el país alcanzó una estabilidad que la ubican como la décimo-
cuarta economía mundial.
GRECIA
Otra de las víctimas del capitalismo, después de que una fuerte crisis y recetas fallidas de
los organismos mundiales pusieran al país al borde de la quiebra en la primera década del
siglo XXI.
Con una economía basada en servicios se encuentra entre los 50 países más poderosos del
mundo y es el más desarrollado de la región balcánica.
INDIA
La adopción del capitalismo en India se dio a partir de la década de los 90, tras casi medio
siglo de un ensayo socialista que fracasó.
ARGENTINA
Argentina es, junto a Brasil, uno de los gigantes sudamericanos, por su extensión y
actividad económica. Sin embargo, su desarrollo nunca terminó de despegar y durante las
últimas dos décadas del siglo XX experimentó crisis feroces.
Es uno de los principales productores de soja y carne del mundo y forma parte del G20, que
integran las 20 potencias mundiales.
CHILE
Tras el ensayo socialista de Salvador Allende en 1970, Chile viró hacía el capitalismo hasta
convertirse en una de las economías más estables de la Tierra.
A pesar de un fuerte sector minero y una economía de libre mercado, tiene altos índices de
desigualdad.
RUSIA
Con el fin de la Guerra Fría y la caída de los modelos socialista y comunista, Rusia emergió
como una potencia capitalista gracias al incremento en los precios del petróleo.
CANADÁ
Es una de las economías más ricas del mundo, ocupa el puesto 13 según su PBI. Se
considera que su sistema de libre mercado es mejor que el de Estados Unidos y las
potencias europeas.
Con una industria desarrollada y un pujante sector energético, Canadá es uno de los
principales exportadores del planeta.
CHAD
Este país africano es uno de los errores del capitalismo. Según la ONU, es la quinta nación
más pobre del mundo con un 80% de la población bajo la línea de pobreza.
Su economía se basa, casi enteramente, en la agricultura y en la última década comenzó un
desarrollo del sector petrolero, pero las diferencias étnicas internas ponen en peligro
cualquier intento de crecimiento.
IRÁN
Irán es otro caso de los países cuya economía capitalista emergió gracias al petróleo. Fue en
el siglo XX que esta nación comenzó su crecimiento con la extracción, refinamiento y
elaboración de productos derivados del crudo.
MALASIA
Su modelo es similar al de los “Tigres Asiáticos”, pero con la diferencia de que carece de
una base sólida de mano de obra, lo que frenó su desarrollo. Su sistema económico está
basado en la minería, la agricultura y el sector terciario, los servicios.
PERÚ
El caso peruano es uno de los más emblemáticos de la actualidad, con el segundo índice de
inflación más bajo del mundo y un nivel de crecimiento sólo comparable con China.
Con una economía de libre mercado y un fuerte sector minero, es uno de los países más
sólidos del mundo y el sexto más importante de Latinoamérica.
Con una fuerza de trabajo altamente calificada y una industria pujante, Corea del Sur es una
de las economías más desarrolladas del mundo, gracias a su expansión a fines del siglo XX.
CONGO
Está considerado el país capitalista más pobre del mundo. A pesar de estar provisto de
grandes recursos naturales, en especial mineros, El Congo sufre conflictos internos que
minaron sus posibilidades de desarrollo.
CATAR
Es en la actualidad la economía más pujante del mundo. Hasta 1940, su economía se basaba
en la pesca y la recolección de perlas, pero el boom el petróleo y el gas le dieron un
impulso económico inusitado.
En las democracias industrializadas de Europa y Estados Unidos, la mayor prueba que tuvo
que superar el capitalismo se produjo a partir de la década de 1930. La Gran Depresión fue,
sin duda, la más dura crisis a la que se enfrentó el capitalismo desde sus inicios en el siglo
XVIII. Sin embargo, y a pesar de las predicciones de Marx, los países capitalistas no se
vieron envueltos en grandes revoluciones. Por el contrario, al superar el desafío que
representó esta crisis, el sistema capitalista mostró una enorme capacidad de adaptación y
de supervivencia. No obstante, a partir de ella, los gobiernos democráticos empezaron a
intervenir en sus economías para mitigar los inconvenientes y las injusticias que crea el
capitalismo.
Los rasgos característicos de la crisis general del capitalismo son: la división del mundo en
dos sistemas, el capitalista y el socialista, y la lucha entre ellos; la agudización de las
contradicciones entre la burguesía y el proletariado de los países capitalistas; la crisis del
sistema colonial del imperialismo; la agudización del problema de los mercados; la
aparición del estado crónico de no ocupación plena de las empresas y de la desocupación
crónica de masas
La crisis general del sistema capitalista mundial comenzó durante la primera guerra
mundial, a consecuencia, principalmente, de la salida de Rusia del sistema capitalista.
Como consecuencia de la división del mundo en dos sistemas, surgió una contradicción
completamente nueva: la contradicción entre el capitalismo agonizante y el socialismo en
crecimiento. Esta fue la primera etapa de la crisis general del capitalismo. Su segunda etapa
se desarrolló durante la segunda guerra mundial, particularmente después de la salida del
sistema capitalista de una serie de países de Europa y Asia, que tomaron el camino de la
construcción socialista
Muchas veces se ataca al capitalismo porque dicen que es una descarnada competencia,
nada más lejos de la realidad. El capitalismo es en realidad una competencia cooperativa es
decir cuanto más sirves a los demás, más triunfas en el capitalismo liberal. Es lo que
generalmente se ha denominado la soberanía del consumidor como característica
inequívoca del libre mercado. En última instancia, todos somos consumidores. El
socialismo sin embargo niega y prohíbe tal cooperación. Imponiendo desde arriba las
decisiones políticas de turno, no permite que los individuos lleguen libremente a acuerdos
voluntarios entre sí. Preferir la cooperación a la imposición es preferir el capitalismo.
Teóricos y políticos han puesto gran énfasis en la habilidad que tiene el capitalismo para
promover el crecimiento económico, tal como se mide por el Producto Interno Bruto (PIB),
así como de la calidad de vida. Este argumento fue medular, ante la propuesta de Adam
Smith de dejar que el libre mercado controle los niveles de producción y de precio, y
distribuya los recursos.
1. No hay que olvidar que una de las bases del respeto y el capitalismo es la propiedad
privada; la llamada tragedia de los comunes, donde todo es de todos, explica por qué la
propiedad común es ambientalmente mucho más desastrosa siempre que la privatización,
nadie tiene incentivos para cuidar algo que no es suyo, el capitalismo tiene mayor control
de la polución.
3. La actitud, voluntad, esfuerzo y trabajo constante son valores que nos llevan al
cumplimiento de nuestras metas y objetivos para vivir bien y gozar de una buena calidad de
vida.
4. Lo más positivo del sistema es la increíble capacidad que tiene el capital privado para
generar riqueza a través de la producción.
8. El capitalismo no es mediocre
10.
Bibliografía
https://www.lifeder.com/paises-capitalistas/
https://www.libremercado.com/2016-10-21/las-6-graficas-definitivas-para-defender-
el-capitalismo-frente-al-socialismo-1276584691/
http://www.eumed.net/libros-gratis.