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Desarrollo II de la facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la
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ARTÍCULO 32:

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Artículo 22 de la Decisión 351 de la Comisión del Acuerdo Cartagena.

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b) Reproducir por medio reprográficos para la enseñanza o para la

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por el fin que se persiga, artículos lícitamente publicados en periódicos o
colecciones periódicas, o breves extractos de obras lícitamente publicadas, a
condición que tal utilización se haga conforme a los usos honrados y que la
misma no sea objeto de venta o transacción a título oneroso, ni tenga directa
o indirectamente fines de lucro;...”.
.•.,,·
·,·

2. LA ADOLESCENCIA: FENÓMENO DE MULT!DETERMINACIÓN

-PARTE U-

PUNTO DE VISTA PSICOSOCIAL: EL ADOUoSCENTE, LA FAMILIA Y EL GRUPO

;;:r

Introducción

-En este capítulo de~arrollaremos el punto de vista psicosocial. Para ello nos det~n- ·
dremos en algu.nos de los procesos vinculares, ir:i.te~personales, que más frecuentemente
aparecen durante la adolescencia. Abordaremos los temas referidos al adolescente y
la fati.üliá y el adolescente y los grupos. Dentro de los segundos incluiremos los pÍ·oce-
sos intrapsíquicos de lá formación de grupos y los distintos tipos de grupos que enco~~
tramos en la adolescencia.

Una visión general de lo psicosocial

EnE! maleswr en la cuhum, Freud (l9JOa, pág.lOO) dice:

(... ) "Amor" designa eft-'Ínculo entre varón y muje1; q~e fundaron una familia
~f,lfe);:¡JJJ)_SJ;J.{~~~!Sflec¿_<;~Lcfp~fe_~IIC:.lJEfllg,; pero ta,mbién se da ese nombre a los
sentimientvspositivosentre padres e hijos, entre loshenn;mosdenavde la familia,
nunque por nu~stm parte debemos describir wles víncui<;s como nmorde meta
. inhibida, como tenlllJ<J. f.s que ef§ij)'Ji2üie:aiciJiíiiLL1l!Jlfue en SU cirigen Ull ;¡mor
plena;neúte sensual, ·y lo sigue siendo en el inconciente de los seres humanos.
Ambos, el amor plenamente semu;d y el d~ meta inhibida, dc5bordan /;1 fJmilia y
eswblccennucw1s ligazones con pemm R.~ hasta entonces extwilas. El amor gcni-

31

SusANA E.•iTEI.t\ QuutCX1A
mi /le: va ¡J/a [urmncic5n de nue\'115./iuni/ius,· el df: mera inhibida a"fintemidades"
que n/c¡¡nzm1 impommcin cu/wml porque escnp¡¡n nmuchas de /;¡s limimciones
dd <lmorgeniml, fliX ejemplo, asu cadcwr exclusivo. E.ll!!' ~n :Le:!!!~~/el'.!!:~~!~~: ~
llo, :J!~e·'!~!}!Fl HJIIC.).gtllJll C.YlL!Jf<}JJillf!:l~stt!Jll{l'cJ¡;jsl¡lc_/. P!lJ:!IJJJ.lJlllrtg, el a¡_nor
~~C(}IH'til[Xllle ¡¡los intt·~~e..'i d~ li! culwm, ¡x>r }¡¡ orm, la cu/tum nmenaza al umor ¡(
. ~.~~-- ..·~~-~-· ......... ,,,,. ----.. • -~ ····--·~ ·- ---- - -- -
con sensi/!les limitaciones(... ).
""'o_--,o=:--=~~=~--~-=•--o.±~--"'=~-=-
Preud plm)tca que la relación de la familia con la cultma es contlictiva. La
fmnilin tiende n no dcsprendcrtie de sus hijos, y cuanro may~1r haya sido la unil'in
desdt• la infancia, mñs difícil serñ ingresc1r en la cultura. Desasirse de la autoridad de
los padres es una turca ardua pam el joven y, por tal nm'in, la sociedad sude dar cuenta
de c:sre paso;¡je, cmno vimos en el capíwlo anterior, a través de ritos de iniciaci(m que
constituyen r~mmls de pasaje de la niñez a la adultez.
La ~~t_1_c:_i\S!UU!lt~;1a, que ha sidu de pmg~_<;Jl1!'t\'~~~Q_Q1~Ilfiúo durante la infan-
\ cia, elche dar pnso a la Qll.lfJ.0,~~!].3~tl~~ El padre deberá ofrecer a su
hijo In aptmura al orden cultural, la posibilidad de una insercil'in participativa en
contextos cada vez mtís amplios.
La cultt.ml limitn la vida sexual entre los miembros de la familia. Desde el
tor¡;mismo, ilnponc ht pmhibici6n del incesto eqtre sus miembt'os pot' medio de los
tab(tcs, las leyes y hts C\lstuml,res. De ahf que el vfnculofamilia-cultura presente una
paradltja difícil de rcsoh;cr: el hijo ha exp~rimentaclo el placer de recibir sin dar
dcmasiaclo y ha aprc:nHido 11 anwr sobre In base del vínculo sensual y de ternura con
In madre, pero luego In ct,tltum le impone desprenderse de.elh. f!s por eso que el
rnínsit:o de la familia n.la cull'ura csrú lleno de ambivalencias mutuas, que dehen1n ser
elabormlns a partir de una serie de tmnsncciones intrapsíquicas e interpersonales.
r:n t:Ste St:JHotd,l, analizaremos la adolescencia en el seno di! dos llt'g:lnizaciones
grupales primarias: /a fiuui/ia como agente socializndor del individuo,\' el grupo, que
conduce al pasaje hacia lus primems contactos exog<11l1icos, tales como las b::~rras o
los grupos de organizncilSn fop~u1l.
Esws dos gnt¡ms presenc,mc~raccerfscicas clif~ren\=iables, en función de la orga-
ni~nci(ln preconsciente prcduminaqte. Esm organización preconscience es impuesta
pm los Jesenlaccs en 1<1~ diferenrcs instanCias psíq~icas. La ap;1rición de estos fenl'ime-
nos en el pnsnje dcl'nclolesccnre a la culrura se puede ph;ntear al menos desde tres
perspectivas: el mlolescente y la familia, el nclolescenre y el grupo, y los distintos tipos
de grupos. · desenvolvienún en un presente actuul. El entrecruzamiento de la conflictiva aciüle~­
32
.>
'\J.:
ALYJI.ESCENUA: nm. r:cx.:r. OllGÁNICO AL IIALIAZGO IX: OUJIITO
El adolescente y la familia
Un tema bastante conflictivo es el de la irrupcilSn del fen<Smeno adolescente en
.¡ \, la fnmilin. Padre;; e hijos entran en colisil~t' por varias razones. Entre ellas, la principal
es rr;conocer que ]qs hijos son seres individuales, cuya vida les pertenece .
.- j
Parn la constitución del apara ro psíquico, es esencial la experiencia fundan te de
unn funci6n materna que se escenifica a través de una ffiJJ!l~icJ.n_l(ÍllCJ!btdnterrdilcion<Jl.
En elln la madre debe nctunr como soporte afectivo y continente: es el rcquisiw t
previo para el nii'ío, pllnt que él realice la investidura narcisista del propio Yo, a 1
través de un "acto psíquico" pm el cual tiene lugar el efecto de ligad um, que permite 1
la idenrificaci~~n primaria con el otm¡ un otro que se constituye parn el Yo como un
1 lugar psíquico: el de modelo (1 ideal.
A partir de esta experiencia vincular afectiva fundante con la madre, se van
constituyendo.diferentes lugú¡·es psíquicos, en relación con el Otro. En Psicolog(¡¡ de
/as mnsas, Freud dice que un semejante ocupa para el sujeto el lugar de mmlclo, de
ayudante, de rival y de oh jeto. Primero, la familia, y m<1s tarde, los entramados de
relaciones interindividu<1les producen, por un proceso de desplazamiento, formacio-
nes sustitutivas de las figuras primarias, que constituyen distintos tipos de represenra-
cil'in-grupo y distintos tipos de ICder con difert!ntes vínculos entre ellos. Son vario~ los
autores qLte hat1 aporrado tenrfas acerca de hts nmmus y las leyes que se crean entre los
miembros de un grupo. En el caso del grupo familiar, la teoría psicoannlftica, canto la
estructural como la que se basa en la derosimch5n de roles y funciones de cada uno de
los miembros en los otros, ha realizado aporres para comprender el prL)hlema vincular
(nmmal, de crisis nparol(Jgico) entre el adolescente y sus padres. El enfoque sistémico,
surgido de la temía de la comunicncil,n, también resulta 1'1til para este fin.
Lo ci~rt~ es que n~~to el "'i~lescente. cm~~o·el
-=--~~ -- niflo ·~
st~n~~ - ~-·m'tn en crecimiento
- ~""'
y~nc~~~~~· t'c~p_ecto ~~lB.~.fl¡~urns pmentales, en una situuci6n de dependencia __
~~· Por esta rnztSn, los conflictos de los padres inciden en forma significativa
sobre los procesos ele desarrollo del adolescente. Cunndo la patología pnrental es de
ripo QgJ;f.isist11, se estructura en los hijos una posicitSn tlli!.S~CJBEiS.,l!).del Yo, que tiende a
la aurodestrucci6n.
Estos procesos enfennantes se úesarrollun dramáticamente en el "aqur y ahora",
ya que no constituyen aún repeticiones de un pasadb, sino procesos qL1e se est;in
c_ente con la de la edad media de la vida de los padres enfrenta a los hijos con la
necesidad de In construcci6n de un fut·uro exng<ímico e incierto, y del duelo por la
33
 SUSANA Esm.A QUIRcx:;A_
' dependencia y protección parental a la que cuesta renunciar. Los padres también
enfrentan un duelo de difícil elaboración, por varias causas: la renuncia de las
propias ilusiones, el inevitable pasaje del tiempo, la angustia por lo vivido, lo no
vivido e imposible de realizar, lo muerto, y lo imposible de recuperar.
Este encuentro-desencuentro entre padres <e hi1os adolescentes se.procesará según
las posibilidades psíquicas de salud-enfermedad y de.elaboración de duelos y cambios
que esas familias hayan construido en el pasado GGJmún. El impulso hacia la progresión
de los adolescentes buscar<í, como recurso inevitable, el "no" como rebelión ante sus
progenitores. No hay posibilidad de duelo y separación, si ese movimiento de rebelión
no se realiza. Este "no" dependerá del decurso de las diversas tramitaciones ps(quicas
que k~s padres hagan, a pa~tir de este desprendimiento. El tipo de elaboración que los
padres realicen de este momento vital dará paso, en el adolescente, a una mejor o
peor configuración psíquica definitiva de ese futuro adulto. . .· . ,
. Una base para la evaluación de la capacidad familiar para soportar este proceso
de separaciÓn se observa en la combinación y el predominio del u~o de ciertas defen-
sas en el ámbito familiar, 'é:omo una forma de sostener los vínculos de afecto entre sus
miembros. Nos referit~os al uso de la ~¡¡s;:.i9~ secl!?da!i~~omo forma de cons-
titución del Yo y el Superyó, de la represión coni.Q forma de expresión de la neurosis,
la desmentida como propia de los éuadro~_Ei~!cisjs.tas y la d~estima de las_pj_if_Qsis.
La rigidez o flexibilidad en el !JSO de las defensas que cada familia o cada
miembro de la pareja ha tenido en ~1 pasado, p¡;eanuncia, en cierta forma, la resolu-
ciÓn ele este pasaje de la endogamia a ~ia. ~a mayor !ig.Ldez_¡¿a¡:e.Lltal precipi-
tará al adolescente hacia desenlaces cada vez más patológicos. Las rupturas abruptas
y tempranas de este alejamiento, a la manera de pseudo-crecimientos, las adolescencias
retrasadas que se manifiestan a través de la imposib(liclad de salir de la intimidad
familiar y la dependencia, o las salidas con actuaciones del tipo transgresor, deben ser
evaluadas con el fin de investigar si se trata de un síntoma estruendoso pero pasajero,
o de la configuración de una patología más definitoria.
La adolescencia de los hijos pone al descubierto las viejas fisuras del grupo
familiar y trae consecuencias pi versas, tales como la separación de la pareja, la apari-
ción de enfermedades físicas ~J psíquicas graves .de uno ele los miembros, y hasta la
muerte de alguno de los padres o de un hijo. lntent0s ele suicidio, suicidios encubier-
tos· como los accidentes o traumatofilia, el abuso de drogas, son formas fallidas ele
ma:1 ife~tar !a iml~ilill19.<0~9.~~el~l:¡Q¡;~t:,.~Lg~§Pl..t;I}Qim[~Jl~Q. Lo mismo puede decirse
de la integra~iÓn del adolescente a nuevos gru,pos·exogámic.os: El tipo ele ideales deJ
Yo y creencias a las que el adolescente se va adscribiendo en los grupos que seleccio-
na, nos orientan acerca de sus vínculos pr.~ V
34 res./-viifiG¡e. e\ 1M atríY~Ao;úo o-. ld
[Cl' VV<i~~o ..Jy.kJu o <..ovV>.v"'-;c;.fC<c(d~
. -~~·
ADOLE.'>CENCIA: DEL GOCE ORGÁNICO AL H~LAZOO DE OBJETO/'
Finalmen'te, el momento cultural que al adolescente le trica vivir y el lema
sustentado en diferentes épocas funcionan como un~ aunque a veces
se encuentre como un tel6n de fonclo.poco consciente. Es un proceso del cual el
adolescente no puede sustraerse y que será tramitado psíquicamente de acuerdo con
las otras variables, como las ideologías y las creencias de los subgrupos con los que
interactúa, o la distribución ele afecto e ideología de su g~upo familiar.'
Asimismo, a través de salidas reiteradas, los adolescentes comienzan a interactuar
con otros grupos y con otras familias, otras costumbres, otros ambientes
J.,
socioeconómicos. Estas interacciones le permiten hacercumparaciones y establecer
nuevos juicios ace:rca de Sli propia familia. Estos juicibs son siempre traumatizantes,
decepciona,ntes para el hijo, pero no sólo por la comparación real, sino también
porque hasta este momento de su desarrollo, sus padres habían sido idealizados, mo-
delos, garantes ele su ser. Al respecto, en La novela familiar del neurótico, Freud (pág.
217) dice: . . (¡11-~
c\e.sp¡{,l~dÁ\f/11 . :;., , ·.
(.. .)En el individuo que crece su~asimfento de la autoridadparentales una de
las operaciones .más necesarias, pero también más dolorosas del desarrollo. Es
almlutamente necesadoquese cumpla y es lícitosu¡xmerque trx!o hombre devenido
normal/o lia llevado a cabo en cierta n1edida. Más todavía: el progreso de la
sociedad descansa todo él en esa~11 entre ambas generaciones. Por otro
lado, existe una clase de neurúticus~ estado se discierne como ~ondicionant~
su fracaso en esta tarea (...).
Explic~Freud, entonces, que si esta tarea no se lleva a cabo, e~ ~ierta
medida
implicará un conflicto psíquico. ¿Por qué ocurre esto? Si bier{este tema será desarto-
.llado ampliamente en el capítulo sobre adolescenci~ temprana, diremos que ia entra-
da a la nueva fase psicosexual coincide con el acceso a Úna nueva forma de pensa-
miento, que inserta a los padres en el contexto laboral y sex¡mdo. El hijo juzga y se
desilusiona debido al conocilnientod'e contextos más ampÍios, y comienza una tarea
de separación del contexto familiar que le requerirá un trabajo psíquico intenso y
difícil, que durará toda la adolescencia. Esta es .otra forma de entender el proceso
adolescente, verlo atravesado po!:.!;!!U?!~'lCes9=SL~~i~PJ".!:P.2iilli~~Q¡__g!;!_~~.9~s~te _t;n_
?esinvestir progre~iv~men_~los_0Jj~.P.,rin!ar!l1~incestuQ§p§n~J1Y"'"§.tir.mms.nt!e.~
vos;·;~~g<í~·¡z~~-:-E';t~~proceso de diferenciación implica un duelo y éste se sucede al
~~~~¡;;¡;·¿~¡ cuerpo e introduce al púber en la problemática de la adolescencia
media.
.
Por otra parte, el hijo se transforma, desde su adolescencia, en un motor ele
'
,{. cambio para la estructura familiar, y ella deben1 ir accediendo a nuevas redes
psicosocial.es y abriéndose hacia la cultura.
35
 SUSANA llsrELA QUII\OOA
Esta no es tarea f<kil, ya que el fen6meno de la adl)Íescencia despierta en los
padres ciertas fantasras que hacen a los adolescentes depositarios de 'afectos negati-
vos, poco discriminados, conflictivos y segregativos. Esto constituida la contraparti-
da de los juicios y afectos experimentados por los hijos, acerca de la des idealización
de los padres de la infancia. E.J. Anthony, en su libm Pareritaliclad, expresa que las
fnntasras mé'ís frecuentes St>n:
1. El hijo peligmso o en peligro.
2. TI! hijo s~xuado.
3. El hijo erividiaclo, salvador o rival.
4. El hijtl que abandona.
Veamos algunas situaciones comunes en los núcleos familiares, a partir de ·estas
observaciones.
El hijo se tornapeligmso en la adolescencia, pues lentamente comienza a querer
Wmm· decisiones y a opinar acerca de los comportamientos y los valores ele los padres.
Como expresamos más arriba, este hecho dependerá de las defensas que esa familia
haya erigido frente a las frustraci'ones. Si la familia tiene caracterfsticas de rigidez, esta
situacitín es vivida como amenazante, por lo cual tratará de erigir defensas. Estas se
. instalan en dos polos oput!St\1s: trnt¡;r de expulsarlo o de doblegarlo. La expulsi6n
impide al adolescente el acto necesario de la confrontación. Esta rigidez se ve con-
densada en la frase ''si no esL'<ÍS de acuerdo, podés irte". La doblegación se manifestará
ct~mo tm discurso que siembra la desconfinnza y el excesivo temor hacia todo vínculo
exterior, yse manifiesta por ejemplo en "lo que puede P<lSHI'enla calle''. Este discurso
deriva de un deseo hostil parental por los deseos de iridependencia del hijo¡ en estos
caso~, la técnica es nsustado pnm retenerlo.
La irrupción sexual del mlolescente provoca en los pndres distintas reacciones,
según su configuración previa. En la adolescencia temprana, generalmente las pmtes-
tas se centran alrededor de' la sucíedad, la desprolijidacl, la desatencitSn o el encierro
del adolescente. En In adolescencia media, en la falta de cariño o de respeto a sus
pndres, en 'la medida en que el adolescente confronta opiniones. En la adolescencia
tarclfa, Gn el temor o en el deseo de la eterna dependencia.
Esta's cat1sas de queja, en realidad, son formas veladas de protesta ante la sexua-
lidnd del hijo y sus rechazos nnte la masturbación y, más tarde, ante el inicio de la
sexualidad con .el otro sexo. Variadas actitudes de los padres suelen delatar la des-
mentida que hacen de [a sexualidad del hijo; a través de acciones, opin"iones o
pmhibiciones que ocultan su necesidad de co'ntrolarlo. Por ejerriplo, en la adolescen-
36
cia temprana, no ·darse por cnrcr<tdos de la intilnidad que la sexualidad requiere y
espiar p~rvcrsamente esa intimidad, jt¡stificando s~1 actitliCl n través de rncionalizaciones
.como la "necesidad de comprobnr que csttlliinpio" u otras, y de esa manera observar
y tocar su cuerpo.
En la adolescencia media, "previniéndolo" de las enfermedades sexuales y pe-
dirle que ct¡entc lo que hace en sus encuentros co1i el lltro sexo, acosarlo
superyoicamentc con obligacion~s, como forma de que "no pierda el tiempo", cuan-
do el adulesce.nte q~Jierc salir, o viceversa, permitiendo, con la excusa de "ser libera-
les", la scxtwlidad en la propia casa, A su vez, !!l silencio del hijo es vivido por los
padres ctjmo un rechazo o una falta de cariño: La racionalización se da a través de la
insistencia sobre los métodos anticonceptivos, o a través de la amistad que el proge-
nitor del mismo sexo ofrece como una excl!sa para espiar la sexualidad de su hijo.
Una causa frecuente de trastornos en la familia es la competencia de los pmgenito-
res m¡rcisistas con el acl(?lescente del mismo sexo, La reacción envidiosa ante los cambios
corporales de la adolescencia asume varias formas, ya sea por la superioridad muscu-
lar del hijo varón con respecto a su padre, o la belleza d~ la niña ante la madre. Esto
determinl:l que los adolescentes sean mirados por los de afuera co11 atención como
antes lo eran sus padres, lo cual provoca conflictos tanto fuera como dentro del grupo
(a mil inr. En muchos .casos, la hija coÍ1 nuevos ntributos sexuales puede despertar en el
padre deseos de salir con ella y provocar celos y en~iclia en la· madre.
La depresión que desenl;adena en algunos padres la incipiente adolescencia de
los hijos se debe a que, durante este período, hay un progresivo retiro de /a investidum
de los hijos de los objetos incestuosos. Este proceso provoca en los padres síntomas depre-
sivos que se manifiestan como patol6gicos, a través de enfennedndes psicosOináticas,
quiebms económicas, u otros sfnromas que retienen al hijo culposo. Otros padres
inician un proceso ele retenci6n cid hijo, n través de ll1 oferta seductora de toda clase
ele concesiones que impidan la salida (viajes, falta de límités, exceso de dinero,
libertades sexuales excesivas y promiscuas), lo cual am1la la rebelitSn necesaria del
hijo para el desprendimiento. La ambivalencia que encierra esta conducta de los
padres confunde al hijo, que inicia asr una adolescencia inadecuada, acentuando los
rasgos narcisistas que perpetúan fijaciont;s infantiles. Estos casos conforman un cua-
dro L)ue se denomina uadolesé.encia prolongada".
Una labor que realizan los padres en esta etapa, como forma transaccional frente
a h1 ambivalencia de "largar" o "retener" al hijo, es ofrecerle inici;1dores que, de
alguna rnai1era, son programados por ellos. Se manifiesta en decisiones como la elec-
ción de una escueln secundaria determinad~1, que tiene ut)a orientaci6n religiosa,
polftica, socioecon6mica afín ~on ellos, pero no con los hijos, y que suele determinar
37
 SusANA EsTELA QUII\CXJA
desajustes en el aprendizaje y/o en la conducta, motivo por el cual son traídos a
cons1..1lta psicológica. Se trata de iniciadores tales como grupos extraescolares depor-
tivos, religiosos, que poseen líderes que son ofrecidos indirectamente por los padres, .
como fuente de diálogo orientador acerca de los valores que son importantes para
ellos. En esta línea de soporte intrapsíquico para este pasaje, entra el ofrecimiento de
un terapeuta qwe contenga este momento y posibilite una elaboración adecuada
durante este período.
Las familias desintegradas, donde existen padres con características~; '
resultan inadecuadas y carecen de una oferta transaccional para sus hijos adolescen-
tes, ya que les resulta difícil entender "quién es el otro". Esta situación provoca
p_rocesos patológicos de salida exogámica, obturaciones prematuras de los
procesamientos psíquicos de elaboración·y,au!l1ento de actuaciones impulsivas y
pa~ajes al acto, como en el caso de las patologías de autodestrucción.:
El vagabundeo, la promiscuidad sexual con el inicio prematuro de las re lado-
nes sexuales, la búsqueda de un objeto para chupar, inhalar, comer (adicciones), las
conductas de violencia de heteroagresividad o ·autoagresividad, las actuaciones
delictivas, parn impedir que surja el sentimiento de vacío y soledad y borre la diferen-
. cia eritre el sujeto y el objeto, son algunas de las formas frustradas de salida de la
familia a la cultura, cuaüdo no hay continencia parental para ese proceso.
Este tipo de patologías aparece en esta etapa, y ti~nde a desaparecer o fijarse,
según la historia previa del adolescente y de esa familia.
El adolescente y el grupo
De las observaciones realizadas en guarderías, se ve que a la edad de 3 años,
aproximadamente, apan~cela necesidad de agruparse en forma espontánea. Surge
como uná curiosa deducción: la unión'C:'orí otros "después de todo"·resulta útil. Esto
significa la aceptación de que los demás tienen algo que uno no tiene.
Estos grupos, de duración fugaz, continúan durante toda la vida; en un princi-
pio, para satisfacer la necesidad de juego del infante y, más tarde, debido a la recrea-
ción social del adolescente; posteriormente, a la organización del trabajo.
Entre la multiplicidad ele grupos posibles, existe una formaci6n bastante univer-
sal qu'e aparece en la ~clolesc~ncia: la fonnación ele"/; barra'~ Es un grupo formado en
Uri !nomento crítico del desárrollo, con.el fin (generalmente inconsciente} de resol-
ver problemas comunes. Este grupo suele aislarse del resto, pues concentra su esfuerzo
38
ADOLESCENCIA: DEL GOCE ORGÁNICO AL HAtlAZ(',() DE OBJETO
lá en la tarea que los nuclea. Estos grupos tienen duración limitada, pues llevan como
destino diluirse, una vez logrado el fin perseguido. . .
La "barra"se conforma con el fin de crear un eslabón intermedio entre ~l mundo
familia¡; del que hay que desprenderse y el mundo adulto, del que aún no se puede
participar. Es bastante f~·ecuente que en el caso de los varones surja, en un prirr'ter
momento, a partir de los· equipos de fútbol que se constituyen durante la adolescen-
cia temprana: una forma· de el~1horar la rivalidad, los celos y la competencia fraterna,·
unido a una descarga pulsinnal por medio de la motricidad, que aün no,está prepara-
da. para la vida sexual.
Las reuniones de grupo para hablar sobre deportes suelen desplazar lentamente
este tema para derivarlo hacia otras problemáticas que están relacionadas con ciertos
"misterios". Al clima de 'misterio suele sumarse un espacio de misterio, un espacio y
un tiempo "tabú" conocido sólo por po~os: los elegidos. No es casualicladque los
adolescentes elijan la noche como su espacio preferido. Constituye un tiempo e~ el
cual se sienten dueños, en el que no son desplazados por el adulto. .
', _ En el cas~ de los adolescentes tempranos, el espacio tabú pronto se constituye
en la sede para hablar de lo supuestamente prohibido: la sexualidad. Pero puede
ocurrir que al promediar la adolescencia media, cuando el tema de la sexualidad no
es el único centro de interés, o en parte se halle en vías de satisfacción más directa con
el objeto, el encuentro fraterno se derive hacia temas refericl~s a la lucha gene-racional
(eljuicio acerca de los padres) y otros de meta inhibida: argumentaciones acerca de
valore~ e ideales del Yo, que pueden centrarse en los ideales de verdad, amor, justicia,
orden, dignidad, belleza, o aquellos' menos abstractos, como el ideal de ganancia.
Estos ideales del Yo, que pueden arrasar con cualquier tiempo de la realidad,
tienen su raíz en su incapacidad para actuar. Las dificultades para adapt-arse al mundo
adulto desembocan en el deseo de cambi~1r los padres, primero, y luego, e[ 1~undo,
cuestión que se desarrolla en largas discusiones entre sus pares, en las que ·nada se
salva de su crítica y ele Su af<ín de reestructu-ración.
. El re~e!:l..]~ familia que ella misma permite y la hiQertro(ia de la
.!.!:telectualización es ¡;-de(ep_§a con la cual el ad~lescente ;;¡~u !mQo~bllld;J­
para la ejecución. . ... ---
""'·~- Est~~- i~tennedia, transicional, que alberga un· precipitado de identidades
aún no diferenciadas irá cediendo el paso hacia ot~o tipo de grupo, en la adolescencia
tardía, más institucionalizado y burocratizado, en la medida en que "los misterios de
la vida" se1m progresivamente resueltos a través de experiencias en el contexto de
pertenencia.
39

Las ihstifuciones que albetgan adolescentes, colno ias educativas, deportivas,
nrtrsticas, etc., tienen conio fit'l ht contetici<Ín del adoie·scente, cOl1stitLiyéndose eti el
cuer¡.)()srJcia!, el csqueieto que sostiene c{dcsmrolln de Ía identidad dei adolescente
qUe <iúh hose ha termirü\Uo de conflinilar. La multipilcidad de "yoes" escindidos que
el ad'olescei1te de~t~liega en los distintos toles que ejc~dta, en los distintljs lugai"es en
los t¡iJe interactúa, tiene coino Clmtinentc a aquellos "inicilKiores" tjlte el adolescente
huscn-como transnccilÍil etüre la familia y In sociedad adulta.
b'ós éri.lbqties sobre la c·oristlttidlón del grupo en ia. adolescenCia
Abtwdümos este punto desde d'lls aspectos: el estudio .del g_.\iiP.JLf._CJ.!!lJl.~~!.:D"~.':_l­
~~i~~-~-tEJ:iJ>J.~ivo, y el gr_~_rq_conjoJee_r,~s~!}~~!énJtú:r~p_sig~tic;.~~-~l ad_g_k!ig_Ilte:..
- El des~rendliniento progresivo del adolescente de slt familia se realiza mediante
l~i transicil'iha gwpos que colni¿llil)n tt teiier inayor envetgadura y otganlzacitSn esta-
ble u pnrtit de Í<t prcpubettad. A partir de este tnomento, eíicohtrátl'los que el adoles-
cente realiza ul1 ~1rogrcsivd pas~1je por organizaciones grupales formales o informales,
E!il flinciún de aspectos pl::icct1teros diversos: desde practicar deportes, desear apren-
der las cosas tmls diversas, concurrir a baile~, etc. La entrada en este primer período
ei1Clictttra a los niños latentes organizados en gru¡)os separados por la diferencia de
sexos.
Durante laprepubcrtnd, .la conclusi6n del desarrollo del sistema nervioso brinda
al niño un tüanejo diestro de su musculatura, que, Lmido al fuhcionmniento hormo-
rlal ya come11zndo, permite que se il1ctcmente el placer por el movimiento en grupos
organizados, a través de la pnkticn de deportes, campamentos, etc. Paralelamente,
esta organización gru¡)al, que ust:~ divicliJa por sexos, va proponiendo cncue11tros
esplmklicos y breves de cmnunicaci(m entre ambos, y surgeri asr los primeros bailes o
reuniones donde se realizan 'juegos reglados con caracrerfsticas ertSticas. Una forma
trm1sacciot1al de armonizar la estructura lateríte y su placet· por los juegos reglados con
la emergencia d'e la pulsil'in genital, que puja por buscar formas de salida precons~iente
para podet stltlsfacerse, son el juego de verdad o consecuencia, o el de !a botel/¡J, por
ejemplo. Pero el incremet'lto de la excitadót'l s~xual sil'! posibilidad de clescargá suele
aumentl1r la agresividad entre los grupos y-estos encuentros suelen terminar con des-
cargas impulsivas o nutoagresivns, rotura de vicll'ios o accidentes, como prueba de que
aún lo pulsional itTumpe_ en el Yo, sin tener suficientes controles preconsclentes.
Durante esta época comienzan a fui1cionar los grupos organizados formalmente.
40
AtX1LESCf:NCIA: DEL CQCf; 01\0J\.NlCO AL 1-IALI.AZGO ll!l Oll)ETO
La entrada en lapu/J.e(t<Jdy Jos cambios co¡-pm:ales primarios yse¡;:undar.ios lJUC se
producen en el.cuerpo asLtstnn al adolescente y recll_tyen a .algunos en la soledad y a
otros en grupQs de .pnres .del mismo sexo. -).as incursiOt\CS de .l,lno y otro s.cxo se 'r.ealizan
a trav.és de sus ,lrderes, muy ~)n¡bivaJenten¡entc :;~dm.iraJas p~r el resto, que c.onst.ituyen
las primeras ¡imejns heterosc¡clmlcs, y s.on.cle muy esJ,:nsn du.racil~n. .
Enlln t¡·ub~Jjo n¡Jterio,r (l98lb) cat~cgoricé Ju forma en que !os púberes cnten-
drnn el mito acerca ~le .la constitución d.cl grupo sduaclo. La idea era qu.e cad~1 grupo
est~l organizado pM su lrcJcr, ~1uc e~ algqicn de,l mismo sexo .y que a su vez responde a
l,ls 6.rdqnes o deseos ~le otro l(der ~le grupo, t<\mbiéndcl mismo sexo. Ambos grupos
La ilLtsión de la púber es lJL,Ie .desde el ~arón se rep.itan conductas similares a la
1
repite)1 ,los movimientos de su.l(cler y el vfnp~tlo con .él es de i~lct~t-~~S,ig~;,~-i~téric.2;
,,¡: manera ~le un sh:n.étrico inverso especular y se constituyan clos estructuras, ambas
1
r
"~
homos.ex~m.les con fideli<;l~u:j hacia sus p,ropios líderes. D.e hecho, esta ilt.lsión no se
1:
'( cumple y lo~ contactos e_ntre ambos .sexos, real.izados s6,lo por sus líder_cs, Sllelen ser
deselitructuran,tes para el gr~1po por .el d,e;bQr~le erótico y agresivo que impliC.an. Las
f¡¡nta$ías_acerca el~ estos con.tw;tos son de est<lrdroga~los, alcoholizados, es decir que se
haya perd_iclo el cot\trol tanto propio ,con~o ajeno. · ,
Aquellos lfcleres q~1e tcim_an contacto con,elotro sexo se prest¡¡á como modelo
para ambos grupos y gener;m clos representaciones mentales polarizadas, una idealiza-
da, el héroe y In heroína, salvadores del grupo y generadores de ilusiones, y otra
siniestra, la prostituta y d seductor, que temen o ~echazan.
Líl particit1aci6n en grupos el tirante esta fase se acompaña de cambios corpora-
les, situación: qLie cómporta al ap¡1rato psíquic;o Ll.n::t estruct~tra particl,llar, donde la
palabra no funciona para pensar, sino para re(llizar accio.nes, para comuhicar estados
afectivl)s, para ch,1r o recibir 6rdenes, o co.mo'intentq ~le ca~egorizar.los elementos de
la re~liclad, como dice Pinget, con la l6gica concr_eta. t!.,•w ,una tendencia al movi-...
m
mig_nt~l gestLlal o.clc desplazamient~l lllOtlll'. dC\ll\l.buh;r,es una f~1rma de descarga Y
ambos sexos se.unen para renliznr.desplnzamientos cspac\<lles ríttl1icos y placen.ter~
La razón d_e Ia.constitución del grqpo adolescente se debe a variaS.C\\US:Js, entre
ellas, a la necesid\1d de socializar la culpa frente ál Supery,ó, y co!Qcar e:l conflicto en
d exterior pnra 9ue clisminu'yl;J,esa culp¡¡. ·Por ,lo :tanto senecesit<l.n lí<;le_tes que r~gülen
y controlen las acciOLwsa_doles_cen~es y organic:;e,l1 el pensamier;t~o_grup:;il. Esto$ :líderes
son ideítles del Y-o grupa-les, que func\onaQ cotp.o inicjadore_s.
:i,
 o
SUSANA EsTELA QúiROGA
• < o ·,
Los iniciadores
Los iniciadores son estructuras intrapsíquicas que se constituyen en la adolescen-
cia, y forman parte de la fantasía de iniciación. Estas fórmaciones se encuentran tam- .
bién en el c¿ntexto social, tal como lo hemos descripto en el capítulo anterior, al
hablar del avunculado y, en este éapítulo, al tocar el tema de la formación de las barras. En
esta ocasitín profundizaremos, sobre todo, en el lugar psfquico que los iniciadores
ocupan en la mente del adolescente para resolver aquellos misterios que deseS~ ~~velar.
Los iniciadores tienen un lugar preponderante como precursores del enamora-
-
.miento, la sexualidad, el hallazgo de objeto, el lugar laboral, el diálogo com~o
acerca de los misterios de la vida. En esta etapa aparecen en la mente como seres con .
características idealizadas, constituyen héroes míticos, y se insertan como líderes,
id~ales del Yo que dirigen la acción del adolescente y lo colocan dentro ele un grupo
de pares ya iniciaclo.s, diferentes ele los no iniciados. El líder cleb~ poseer su mito, su
gesta heroica, que será contada o conocida por el grupo, y que actúa como garante
del ser del grupo y del iniciador-héroe. Esta gesta heroica debe ser conocida por sus
miembros y actúa para ellos como enlace afectivo·a través del mecanismo ele identi-
ficación.
Existen, como dijimos, distintos tipos ele iniciadores. El iniciadorlaboral, por ejem-
plo, puede ser un deportista, un músico, alguien que gana ·admiración, poder, presti-
gio y dinero por efecto ele la S!lerte, situación que se le atribuye a un exterior contin-
gente, por ejemplo: "tener estrella", "tener ángel", "el destino de Dios". L? que no es
concebible en la mente del adolescente temprano y medio es que todo aquello que se
ve con1o exitoso. es producto del esfuerzo personal, pues éste es un concepto que
solamente se entiende en la adolescencia tardía. El iniciador en la adólescencia
temprana e~ alguien que se concibe tal como se lo ve, en una escena de consagración.
El deportista es el que juega el día del partido, elconjunto musical es aquel que
toca en el escenario y obtiene triunfos por ese halo mágico, fascinante que captura a
los espectadores, de la misma forma que a ellos les ocurre: El esfuerzo, las p_ostergacio-
nes, las frustraciones. personales, todo aquello que pertenece al juicio de realidad, es
difícil de comprender en este tiempo lógico. Es común que los adolescentes deseen
lograr el prestigio y el dinero; cumpliendo una fantasía diurna prove.ri.iel1te del Yo-
placer, de ser único y especial a través de la música o eldeporte. Es también una
primera forma de combinar Jo placentero .con el tiempo .y el espacio laboral del Yo de·
realidad. Disc-jockeys, bailarinas, músicos, deportistas, constituyen una primera for-
ma de transacción entre los deseos de exhibición, la seducción entre los sexos y los
42
AOOLESCENCIA: DEL CKX:E ORGÁNICO AL HALLAZGO DE OOJETO
deseos de triunfo social. Este último impone las limitaciones de la realidad que
exigen al aparato psíquico mayor esfuerzo de trabajo.
Los adolescentes suponen que el iniciador es un elegido por la suerte. La joven
fantasea con casarse con algcfien·poderoso que la elija por sus encantos. El joven
fantasea cqn ser descubierto por alguien poderoso que ha quedado fascinado por sus
dotes y·le otorga un lugar privilegiado en la escala laboral. Freud dice en El creador
literario y el fantnseo (págs. 130-·1), acerca de un joven pobre y huérfano, a quien le
han dado la dirección de un empleador que acaso lo contrate: ·
(... )Supongan el caso de unjo11en pobre.y huérfa~o a quien le han dado,la
dirección de un empleador qtie acaso lo contmte. Por el camino quizás se abando-
. ne un sueño diurno, nacido acorde con su situación. El contenido de es¡¡ fántasía
puede ser que allí es recibido, le cae en gmcia asu m1e~o jefe, se 11uel"e indispen-
. sable pam ef negocio, lo acepmn en/a fámilia del dueño, se casa con su.encanta-
dom hijiw y luego dirige el negocio, primero como copropietario y más mrdec;omo
heredero. Con ello, el soñante ha sustituido lo que poseía en/a dichosa niñez: la
casa protectora, los flmantes padres y los primeros objetos de inclinación
tiern¡¡ (.. .)
El varón, cuando los' encantos personales cobran importancia, sueña con ser
elegido por una muje¡.- que, por efecto del amor, lo eleve en la escala social. En
cuanto a la inserción enel ámbito laboral, existen diferencias entre la fantasía que se
genera en los varones y la que se genera en las mujeres. Mientras los primeros consti-
tuyen ideales heroicos, ambiciosos y egoístas, con los cuales identificarse dentro de
un contexto social, las segundas constituyen un ideal más "ligado al amor y a la
familia. Estas son fantasías que suelen tornarse preconscientes en la adolescencia
media Ysubsistir como patológicas en los casos de adolescencia prolong;da.
El iniciador en la sexualicfad es aquel que "está avivado", el que sabe acercad~ los
orígenes de la vida, la meéánica del coito, los misterios del hotel alojamiento yla
vida sexual ele los adultos. En la adolescenda temprana; e! lugar del saber lo tiene el
'que conoce sobre el cuerpo de la mujer, d que se acerca a ella sin inhibiciones y
·prueba los pdmeros contacttis corporales (beso, por ejemplo), el que marieja la jerga
de la masturbaci6n. Es aquel que conoce y muestra revistas o videos pÓrnográficos al
.grupo. En la adolescencia media, es aquel que conoce la mecá,nica del coito y los
lugares donde puede consumarse. También es aquel que tiene más ~ic'periencias acu-
. muladas; nó importa tarito la calidad, sino la cantidad de veces que tuvo relac-iones
sexuales. Su importancia reside en p~der contarlo a los pares.
43

SUSANA EsTELA QUII\OOA
El iniéiaclot en el dhílogo com¡ii'ensivo es oqliel que se coloco coJTío doble especular
del grupo, por un mecanismo de 11 iclentificaci6n einpática". El secreto es no intentm'
el (Ji¡)lngo reOe:dvo, ¡)u es este rcsultn traunmtizattte, ya que proviene desde el Yo ele
realidnd y atenta cotma la ilusión de coniplctud y omnipotencia del Yo placer.
Durmm In nclolcscencin, la I<Sgica 'de los ehsuei'ios diurnos está ligada aún a la
hegemonía de lo visible como real {y a su vez al pensamiento niágicu ~al. Yo de
placer). Est~) lleva u una inenor investidura ele los procesos de pens::uniento que
opemrl con abstracciones (ligados al Yo de realidnd definltívo). Por ello, los jóvenes
Invisten ideales cuyo triunfo estíl dado .por ltmlgenes culturales, por lo que se ·ve
(encantos, destreza, ere.), tmís que por su esencia.
Distintos tipos de grupos en la adolescencia
P.t)demos at1alizar los distintos tipos de grupo que se generan en la adolescencia
~lesd~ dos [Jét·spcctivas. Una de ellas se refiere a las toprcsent<léiones-grupo que se
tnscnbel\ en esta etapa ctl el aparato psfquico. La otra se halla ligada a la descripción
de gt'lll)OS objetivos y se refiere a las distintas subculturas adolescentes reunidas en
función de distintos crltct'ios.
a. Representación psfquica del grupo
Veamos ahora el primer tipo de grupo: h1 tCi)i'escntacitSn ¡)sítjuica del mismo. Su
constitución se halla ligada a los distintos tipos de prcconsciente y ele Superyó. La
tnayor complejidad del pctmllnicnto de la adolcstcl'\tia ct)n respecto a la latencia es
P<~t·alela n la ele las represetüaeiol1cs•grupo y, pot lo tanto, ambos clen1entós (pensa-
mtento Y t·epreseiltllcidtles-gntpo) liicluycn en este periodo categorías tmís abarcadoras
en la dnsificHd6n y sci'i<1citSn de ¡1et·son:1s y cosas. .,
Cotno dijltüos, !,e..JlulsltSn get1ital dest1rganiza al Yo, idt•iltificaclo durante. la
Jatcllcin, col1.cl ~u!Jei·y6, connlcto que debe resolverse en esta etapa. En un principio,
e~Yo ilo halla salida psfquica a este conflicto ehtre his dos instailcias y recurre a l.Jtiá
4
defeilsn pritnltlva, la (1l'oyecci6n, de triá:riera (iue el cünftictó se transforma en confl-ic-
to con el cot1texto. La escisiót1, la pwyeceióh 1 la destnehtida y ia oihhipotehtia, 501:;-
Jliec<llliSmos que dcfiet1den al sujeto de la angustia de casttación y de la ar\lquilación
de! scnrlmlel'ito de sí. Es por esta raztín que el grupo ei1la adolescencia temprarti! es la ·
agrupacltS!1 por excelencia;· yn tfue le pennite pl'oyectar en él partes esclt1didas y
44
AtiOLil.'iCENCtA: l.lEl. GOCE t?l\Ot\NtC:O AL HALLAZC'..O D!l OBJETO
rechazaclns de s( en los otros miembros y defenderse de su reintroyección, así como
identiflc¡¡rse con las aceptadas.
.,. Med!Mte la participacitln en el grupo, el adolescente se defiende de ansiedades
preeclfpiéús y edfpicas que \e generan el tener que aceptar diferencias (entre Yo y no-
Yo,· diferct\CÍ<\ de sexos, diferencia generacional, entre cuerpo infantil, cuerpo adul-
to), que no puei.lci1 ser verbaÚzadas aún por vfa del preconsciente verbal pam nom-
\. btm estos cot1fllctos. Prcdqmina u~n ctll\1lll1ÍC~1ci6n apoyada en un prcconsciente
J ~carncterfstico de los procesos inconscientes.
~ .t" . Estos procesos intrnpsfquicos de cscisi(m explic<Ui por qué la inclusión del ado-
''·,. \cscenrc en un gru[)O su¡x1nc la existencia en su mente del ot'ro iJ.'I'llpo. Ser miembro del
~ ·r
o.):' ' ' .
grupo leg<ll establecido, como la escuela, el religioso, cte., supone el deseo conscien-
~ ~ te 0 inconscieL1te ele participaren el grupo rebelde yviceversa. Constittiyen dos lugares
" · psícjuitos hetesarios, que dan cuenta; tantó de la ambivalencia no resuelta cuanto de la
;r ;ctsitSh del Yo. De hecho, los grupos "punk", "heavy", "new age", muestran sus leyen-
das sus vestimentas, con el objeto ele transt'nitir mensajes que deben ser recibidos por
0
~~~~ 1
LH salida exogámica del niño desde la familia hasta la cultura genera distintas
representaciones-grupo, en las cuales él se posiciotia con un vfnculo y .un lugar, que es
el de la masa frente allfcler. En esta representación-grupo, lo constituido como ideal
aparece como garantía ele su origen, su omnipotencia ysu destino consagratorio. Tres
tipos de gtupo son los que aparecen en esta etapa: ~rupo totémico, el mítico y· el.
~ Bllos se articulan entre sí, aunque el primero aparece constituido con ante-
riorich;d (Fteud, 1912-13¡ Ma\clavsky, y colab. 1980).
Estas tepr~sentüclot1es son primero it1tmpsf~Jicas y son las que les permitirán
1
¡¡ sertarsc l~ ego et1 los grupos del nntndo cxtel'io<J-hl grupo totémico corresponde al
1
espacio de ln ~lazll, el barrio, e\ pueblo, el clan, y corrcs¡'\onde wmbién a In constitu-
cllín de espacios psíquicos: pot· un lado, el espacio de la cotidianeidad (del Yo real
dcfil\itivo) y.. por otro, el espacio de los ini~iadotes en \os misterios de la sexualidad Y
del origen\iEa organización mítica corresponde al espacio mental del tiempo, un
espacié.) y u11a historia clistlt1tos ele' los actuales, donde se narra acerca de sus orígenes.
Se los deí1omina "t 1•adlción", y fue gestada por héroes que identifican a todos los
mtetnbtos e! e ese grupo. Estos héroes sm'l recordados periódicamente y dan sentido al
tleü\po y ::il espacio acrual. Para el adokscci1teí esta gesta. correspo~de tanto a San
Mrtrtírt a Belgtnno, cotno a la gesta del nacimiento del rock nacional que, según se
0
ci.Jellt<1, nació en "La Cueva".
Y<t explieámos en el capítulo artterior cómo más adelante aparece una represen·
taclót'i-gl'llpO 1mls llbstracta que trasciet'!cle las barreras geogrMicas, un conjunto ele
. '
45
 . : ....•
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1-r . .~ :~~ ·¿ 'i .,
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SusANA Esrn.A QuiRCXJA
(\
países unidos por una manera de entender el mundo, con ciertos valores que lo
caracterizan, la civilización occidental, por ejemplo.
h. El grupo como subcultura
Veamos ahora algunos grup9s que constituyen subculturas dentro de la cultura,
reunidos según criterios objetivos. Estas subculturas significan una contracultura,
aquel lugar que tanto los adultos como los adolescentes (en tanto se sienten un grupo
marginado) supieron encontrar en el marco de-una cultura determinada. A este lugar
adscribimos tanto las subculturas de origen extranjero como aquellas determinadas
por causas económico-sociales. Todos ellos se generan en ese espacio y ese tiempo
constituido pot la salida hacia la exogamia, durante la adolescenCia.
La contracultura adolescente es aquella que tiene sus normas, sus propios diálo-
gos, sus criterios acerca de determinados temas, un lenguaje (jerga) propio y una
vestimenta (adornos, cabellos) que caracterizan a sus miembros.
Estos grupos buscan sus espacios, lugares donde se encuentran, puntos de re·
unión, que van desde la esqui~a del barrio, la plaza, el "pub", hasta la cancha de
fútbol. Otra forma de abrirse espacios que los ide~1tifiquen son l?s inscripciones que
realizan en las paredes de la ciudad, donde dejan mensajes de rebeldía, de terror, de
desesperanza, etc., firmados por un no~bre'que los signa con una pertenencia. Algu·
nas de estas leyendas hablan de un espacio siniestro generado por su mente, relaciona~
do con la sexualidad y la muerte.
·Lós e~pacios funcionan como mediadores, pues es allí donde el adolescente rea·
liza ~prendizajes. Los mediadores pueden ser juegosreglados, desde el fú~bol hasta las
cartas, desde las bibliotecas hasta los locales de videojuegos. Constituyen espacios
transicionales que necesitan un líder real que funciona como iniciador, donde los
adolescentes aprenden el contacto entre ellos y con el otro sexo, a través de un
control externo que los tranquiliza ante la posibilidad del desenfreno. También aquí
se encuentran los transgresores, que buscan romper con las reglas y lucrar con los
adolescentes, por ejemplo, los que venden droga.
El concepto de Winriic¿tt de "espacio transicíonal" resulta fructífero para
expli~ ese lugar donde el adolescente va templando sus pulsiones, a través de un Yo
confuso y visiblemente escindido y, como tal, empobrecido en cuanto a sus funciones.
Esto explica por qué el trabajo-fuego debe ser organizado desde fuera por un
líder, como aquel que presta un preconsciente más enriquecido y regido por el juicio
de realidad. Las fantasías que surgen en el grupo remiten a imagiJs aráicas, provenien·
46
.i.
AlXlLESCENCII\: l.JEL GOCE ORGÁNICO AL HALLAZGO DE OBJETO
tes de tres dominios: complejo mat;:rno, complejo paterno y fraterno.
Encontramos también ciertas diferencias en la forma en que cada chtse social
presta su "cultura" para dar lugar al adolescente. La expresi6n de la "no pe~tenencia"
también es una forma de pertenencia, y esta expresión grupal se da por igual en todas
las clases sociales.
Existen grupos que se reúnen para realizar acciones delictivas con fines
vindicatorios, para vengarse de alguna injusticia supuestamente por ellos recibida.
Este tipo de conducta se observa en menores pertenecientes a familias semi o total-
mente· desintegradas. El ataque es al orden establecido como representante paterno,
es un problema que no pertenece a una clase social e'n especial.
En una experiencia que constituye una investigación de campo realizada con
púbe~es pertenecientes a la clase popular y que se explica en un capítulo posterior, se
observó a un grupo de púberes, de entre 10 y 12 años, con desintegración familiar
que presentaba, como conducta propia de esta fase, un· incremento de la motricidad,
a través de la deambulación y el incremento del mecanismo de fuga. La angustia
ptJ!sional se expresaba alternando espacios adentro-afuera. En ellos existía una ~ar­
cada falta de función paterna, y una manera de concebir el futuro era ir en busca de
un lugar, de un espacio determinádo, lejos. Algo de esta problemática se expresa en la
canción de A. Ca lama ro, que constituye la banda de sonido del film Caballos salvajes.¡
"( ... )Estoy cansado de buscar, algún lugar encontraré( ... )".
En la clase media, el desamparo psíquico del púber encuentra mayor continen-
cia contextua! por parte de la familia y de las instituciones que los padres proveen a
los hijllS. La espacialización del conflicto puberal se da, por un ,lado, a través de
formas organizadas de desprendimiento familiar, los campamentos, los viajes de fin
de curso primario, los bailes, las salidas en "barra" y ta concurrencia a festiv~les de
rock y, por otro lado, a través del espacio mental mítico poblado ele héroes de aven-
turas, generados por la literatura, el cine o la televisión. Parece existir la posibilidad
de una mayor elaboraci6n psíquica por la vía de un preconsciente verbal y visual, y
ele una descarga cinética r~gulada por acciones socializadas.
La adolescencia pres~nia características distintivas, según la clase social·en la
que el joven esté inserto. Las urgencias económicas inducen al joven de clase baja y
r
media baja a buscar rápidamente el lugar laboral y, por tal motivo la elaboración de
1
este período queda obturada por un pasaje apresUrado a una pseudo-aclultez determi-
nada por l\1 necesidad. Este hecho coloca al adolescente dentro de una clase que lo
identifica y le da un marco de pertenencia "los que trabajan tempranamente". Pero
este proces(.J es diferente al del grupo anterior, donde su pertenencia al "lumpen" es
[__
47
 ..
•
una no pertenencia social. Las j6venes de clase baja sin inserción social, curen tes de
fnmilin, abnndonndas, suelen comenzar lns fugas durante esta fase, y es en este perío-
do, alrededor de los 13-1•1 aiios, en que son captadas pan1 ejercer la prostitución. Los 3. METAPSié:OLOGÍA PE LA AOOLESCENCIA.-
abmtos, los cmbamzus, son frecuentes a esa edad.
pARÁMETROS GiiNERALES
La imposibilidad de crear un "espacio tmnsicional" adecuado, que permita ir
categOI'iZ<lndo diferencias en términos de accioí1es y dh\logos socia.li~ados pautados, -PARTE!-
crea patologías grupa les. En ésrns se ve la en1ergencia de fijaciones pregenitales que
obturan proccsamicn tos psíquicos y dcconstituyen las pulsiones de autoconservaci(~n
y el narcisismo. Todas estas patologías se inician en la adolescencia temprana y luego PSICOLQOfA EVOJ.UTIVA PSJCOANAL(TJCA: PROIJLEivlAS TEÓRICOS,
continúan su desarrollo. Entre .ellas, se encuentra el c~nsumo y la adicción a la droga EP!STEMOLÓO!COS Y METODO!,ÓO!COS

-fumada, inhalada o inyecmda en grupo-.como manera.cle demostrar la pertenencia,

de ;mulnr las cli(erencias '(sobre mdo sexuales).
El cigarrillo, el alcohol' y a veces la comida constituyen formas ele toxicidad a las
·que se recurre, frente al surgimiento de la angustia social y de los" temores tanto
heterosexuales como homosexuales. Funcionan como objetos reales, que -son ·lleva-
dos a la h()CU C()n10 forma de ,producJr uná fusión.con el objeto perdido y desmentir
Introduc.ci6n
así ·la ,pérdida y el :vacío que aquel ha dejado.

Punto de ·vista merapsicológico
M_$: vo ~ q v\e~~
D~pv é~ 1 ele o~ ~odt:>
Desde la perspectiva t)1empsicológica, intentamos construir una psicologfa evo-
lutiva.de.la ndt>lescencia no basada en una ncumulación de manifestaciones descrip-
·tivas de esta etapa del ciclo Vital, sino construir, desde las manifestaciones adolescen-
:tes, o'bservables, una teoría expÍicntiva sobre la adolescencia, 'basada en la :tcor.'fa
psiconnnlfticn, y· teniendo como fundarnento una lectura deta'llada.cle los textos de
Ereutl, partiend.o desde sus pt>stu'lados mctapsicológicos referidos a la evoluciót~ de
:las pu'lsiones y del Yo.
En esta ocasitSn, no nos detendrem()s en la exp'licaci6n de este punto, ya que el
mismo se hal!n desarrollado en 'lós'dos capftulos siguientes.
·_Este capftulo presenta ciertos parámetros generales que sirven ele base para cons-
. truir una metapsi.cologfa de la adolescencia. Estos parámetros surgen de algunos tex-
tos freudianos sobre metapsicologfa .general y más especf(icamente sobre la evolu-
ción de las pulsiones y .del Yo. Abordaremos algunas líne~1s de trabajo que fueron
sugeridas .P.~r Fre~,~.d .y que han sido llevadas adelante por autores posfreudianos.
.Definiremos también qué entendemos por evolución y qué.eotenclemos por norma-
lidad, en tanto no es tamo~ Libicados en el terreno de la psicopatologfa..
Acerca del concepto de ·normalidad
El análisis de los procesos ele transformaci6n del psiqüismo en la adolescencia
será abordado desde .el punto .de vista,de .la .normalidad.
El conc~pto .cl.e ·normalidad se halla ligado al.concepto de salud. Ambos impli-
can controversias, :pues su comprensión depende de los parc1metros que se adopten
• para definiilos. En.este sentido, la _noci6n de normalidad suele estar atravesada por
una serie de·prejuicios fundados, por ejemplo,.en la idea de que.ser no.rmales enc;;on-
brar :un 11lugar '.ideal" ,.(al c~t~l '~finalmente se art'iba"}, 'luego cle haber transitado un
.camino 'lineal, sin.desvJos.

lfS