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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUMBES

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

“EL VALOR DE LA MUSICA EN NIÑOS DE 0 A 3 AÑOS”


Monografía
Trabajo Académico que presenta la Profesora:
DORA BERTHA FLORES GRANADOS

Tumbes – Perú

OCTUBRE – 2018
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCION .................................................................................................................. 5
CAPITULO I: EL BEBE Y LA MUSICA ............................................................................. 6
1. EL PRIMER LENGUAJE: .......................................................................................... 6
2. CARACTERISTICAS POR EDAD: ........................................................................... 7
2.1. 0 a 9 meses: ............................................................................................................. 7
2.2. 9 a 18 meses: ........................................................................................................ 8
2.3. 18 a 36 meses: ......................................................................................................... 8
3. APRENDIENDO POR MEDIO DE MELODÍAS Y MOVIMIENTOS .................... 8
3.1. 0 a 9 meses: ............................................................................................................. 9
3.2. 9 a 18 meses: ........................................................................................................... 9
3.3. 18 a 36 meses: ....................................................................................................... 10
4. IMPORTANCIA DE LA MUSICA: ......................................................................... 10
5. BENEFICIOS DE LA MÚSICA EN EDUCACIÓN INFANTIL............................. 12
CAPITULO II: LINEAMIENTOS EDUCATIVOS DE LA MUSICA ............................... 13
1. MUSICA Y CREATIVIDAD: .................................................................................. 13
2. MUSICA Y DESARROLLO COGNITIVO: ............................................................ 14
3. MÚSICA Y DESARROLLO DEL LENGUAJE: ..................................................... 16
4. MÚSICA Y DESARROLLO PSICOMOTOR: ........................................................ 17
5. MÚSICA Y DESARROLLO EMOCIONAL Y SOCIAL: ....................................... 18
6. INTERRELACION FAMILIA-ESCUELA: ............................................................. 19
6.1. El apoyo familiar ................................................................................................ 19
6.1. El aula de Infantil: ................................................................................................. 19
CAPITULO III: RECURSOS PEDAGOGICOS: ................................................................ 21
1. LOS AMBIENTES DE APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO: .................................. 21
2. MATERIALES PARA TRABAJAR: ....................................................................... 23
3. ACTUACIÓN DEL DOCENTE ............................................................................... 24
4. DESARROLLO MUSICAL Y ESTRATEGIAS EDUCATIVAS PARA SU
APRENDIZAJE: .............................................................................................................. 25
5. APORTES DE LA PRÁCTICA MUSICAL AL DESARROLLO INFANTIL: ....... 28
CONCLUSIONES ................................................................................................................ 31

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PRIMERA: ....................................................................................................................... 31
SEGUNDA: ...................................................................................................................... 31
TERCERA: ....................................................................................................................... 31
REFERENCIAS ................................................................................................................... 32

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RESUMEN:

Existen estudios que confirman que la música contribuye a brindar experiencias


sensoriales positivas y estas a su vez ayudan al desarrollo cognitivo, emocional, social,
siempre de manera lúdica y libre; esto nos sirve como justificación para apoyar nuestras
enseñanzas con recursos didácticos como la música

La música independientemente del tipo se caracteriza por tener un poder que va más allá
de las palabras. Como dijo Platón la música se introduce en el alma del niño y lo ayuda a
familiarizarse con la belleza y la virtud. El placer de compartir la música genera conexiones
entre padres e hijos a medida que los sonidos y los ritmos rodean al niño en un mundo de
sensaciones y sentimientos.

Palabras Clave: Música, Expresión Artística, Recurso Didáctico.

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INTRODUCCION
Existe música en cada parte del mundo y cada cosa que nos rodea, suele pasar
desapercibida a veces y es difícil darnos cuenta, pero siempre está presente en nuestro día a
dia, desde el canto de las aves, en un aplauso, en el viento moviendo las hojas de los arboles
etc.

El Ministerio de Salud del Perú manifiesta que el desarrollo integral del niño es
fundamental para el desarrollo humano y la construcción de capital social, elementos
considerados principales y necesarios para romper el ciclo de pobreza y reducir las brechas
de inequidad. (Abanto, 2017)

No se necesitan lecciones especiales ni equipos sofisticados para disfrutar de la música.


Toda está allí en usted y en el niño esperando ser compartida.

Es por ello que se debe procurar un ambiente estimulante en el que se cuente con
estrategias lúdicas orientadas a desarrollar el máximo de las potencialidades del niño. A
través de las investigaciones se ha comprobado que la música tiene la capacidad de influir en
el ser humano a todos los niveles: biológico, fisiológico, psicológico, intelectual, social y
espiritual contribuyendo al desarrollo integral del niño. (Abanto, 2017)

“La música es la actividad humana más global, más armoniosa, aquella en la que el ser
humano es, al mismo tiempo, material y espiritual, dinámico, sensorial, afectivo, mental e
idealista, aquella que está en armonía con las fuerzas vitales que animan los reinos de la
naturaleza, así como con las normas armónicas del cosmos”. (E. Willems).

Para obtener estos beneficios de la música es necesario que el estímulo sea constante,
libre y voluntario no se debe imponer de manera hostil u obligándolos a que tengan una
devoción y un gusto desde lo artístico, sino desde el juego mismo que brinda y promueve la
música, es parte de nuestra labor como educadoras poder contribuir e incentivar a nuestros
niños y niñas a través de la música y aprovechar los beneficios que esta arraiga.

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CAPITULO I: EL BEBE Y LA MUSICA
1. EL PRIMER LENGUAJE:
Los primeros tres años de la vida de un niño son un período muy especial durante el cual
los padres y los bebés pueden hacer una música hermosa juntos, y pueden usar esta música
para construir poderosas conexiones entre sí. El gozo mutuo experimentado por padres e
hijos mientras comparten momentos musicales fortalece sus vínculos. (MetLife, 2015)

Ese vínculo será el modelo para las relaciones cercanas del niño durante toda su vida.
Establecer esos lazos con su bebé de manera musical simplemente se da como algo natural.
En todo el mundo, cuando los padres les hablan a sus pequeños, ajustan sus voces para
hacerlas más líricas, más rítmicas... en resumen, más musicales. Cuando su bebé responde se
produce una especie de dúo, reforzando el amor y la confianza que ustedes comparten. La
música es también una manera única y poderosa para que los niños creen vínculos con sus
raíces. (MetLife, 2015)

El desarrollo de la audición comienza ya en el seno materno, donde el bebé puede percibir


y escuchar multitud de sonidos internos, propios de la madre (sonidos digestivos, la
respiración,); es ahí cuando empieza a desarrollar el ritmo, y sus primeros movimientos están
relacionados con esos sonidos o ritmos. El bebé reacciona a esos sonidos de manera corporal,
esto es, cambiando de posición y modificando la situación de reposo habitual; “más que una
apreciación musical, se trata de una reacción orgánica general, que se caracteriza por una
respuesta rítmica con efectos posturales y motrices” (Molina, 2014)

Cuando el bebé nace, su aparato auditivo es el que más desarrollado se encuentra, captando
todos los sonidos que se producen a su alrededor. El niño está especialmente atraído por
sonidos suaves, dulces, calmantes, prestando por tanto más atención al timbre, a esta cualidad
del sonido. (Molina, 2014)

Una canción espiritual Afro-Americana, una canción de cuna Yídish o Irlandesa, una
canción folklórica Mexicana, un vals Peruano, todas introducen a su bebé a la herencia
familiar en una manera que va más allá de las palabras o las fotografías. Y conectarse con
sus raíces es otra forma de lograr que un niño se sienta a salvo y más seguro. (MetLife, 2015)

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2. CARACTERISTICAS POR EDAD:
2.1. 0 a 9 meses:
 Muy pronto después del nacimiento, un bebé puede identificar la voz de su mamá
entre otras voces y luego, muy poco tiempo después, la de su papá. La expectativa
por oír las voces de sus padres es una señal de la conexión con los padres y de su
confianza en ellos. (MetLife, 2015)
 Los bebés buscan activamente el sonido de voces humanas, especialmente cuando
son más silenciosas, de tonos elevados, y rítmicas.
 Los bebés atraen la atención de sus padres imitando sus sonidos.
 Los bebés responden a la música de muchas maneras, tales como a través del
establecimiento de contacto visual cuando usted le canta, moviendo sus brazos y
piernas, o volteando su cabeza hacia otro lado cuando necesitan un descanso.
(MetLife, 2015)
 Ante todo, ¡cántele y tararéele a su bebé! Los estudios demuestran que los bebés
prefieren las voces de sus madres y padres por encima de cualquier otra voz. No
importa cómo crea usted que suena, su bebé será su público más expectante y
adorable. (MetLife, 2015)
 A los bebés les gusta ver a la gente moviéndose al ritmo de la música. Actúe las
canciones que usted le canta con sus manos y con movimientos corporales. Por
ejemplo, cuando le cante "Tortitas de manteca", use sus manos para mostrarle cómo
hacer las tortitas. A medida que su bebé va creciendo, ensaye con otras canciones
tales como "Pimpón". (MetLife, 2015)
 Cántele una canción de cuna especial a su bebé antes de que se duerma, quizás alguna
que usted recuerde de su infancia. El bebé aprenderá a relacionar esta canción de cuna
con la hora de dormir. Esta es también una forma de compartir las historias, ritmos y
melodías de generación en generación. (MetLife, 2015)
 Baile con su hijo.Toque algunos objetos musicales —hasta un sonajero— y baile
llevando el ritmo.
 Si su hijo ve videos musicales, mírelos con él y únase a la actividad -cantando y
bailando. Usted también puede usar los videos para ayudarle a hacer transiciones. Por

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ejemplo, dígale que usted se irá a trabajar tan pronto se acabe la canción del trencito.
(MetLife, 2015)

2.2. 9 a 18 meses:

 A los niños les encanta compartir la música con otros. Ellos usan los sonidos,
movimientos y expresiones faciales para interactuar. (MetLife, 2015)
 Una canción conocida le ayudará al bebé a sentirse a salvo y seguro en un ambiente
que desconoce. En cierto sentido, las canciones se vuelven tan importantes y
poderosas como el osito de peluche o la frazada que adoran. (MetLife, 2015)
 La música juega un papel muy importante en el establecimiento de rutinas. Cantarle
la misma canción todas las noches a la hora de irse a dormir se convierte en parte de
la transición entre estar despierto y dormir. (MetLife, 2015)

2.3. 18 a 36 meses:

 A los niños de esta edad les encanta inventar canciones por sí solos y junto con otros.
 Los niños a menudo se cantan a sí mismos para reconfortarse. Usted puede oírlos
cantando una canción de cuna, por ejemplo, después de que usted les ha dado el besito
de las buenas noches. Esa es su manera de mantenerlos a ustedes a su lado. (MetLife,
2015)
 Los niños de esta edad les pedirán que les canten sus canciones favoritas una y otra
vez, de la misma forma en que quieren que les lean sus libros favoritos muchas veces.
(MetLife, 2015)

3. APRENDIENDO POR MEDIO DE MELODÍAS Y MOVIMIENTOS

La música puede ser la chispa que enciende todas las áreas del desarrollo -intelectual,
social y emocional, motoras, de lenguaje y de capacidad integral de lectura y escritura. De
hecho, la música es una gran organizadora que ayuda a que el cuerpo y la mente trabajen
juntos. Los niños sienten atracción hacia los patrones y estructuras musicales. Lo demuestran

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de muchas maneras, como aplaudiendo al finalizar una canción o haciendo movimientos con
las manos durante partes especiales, como por ejemplo cuando el pollito pía en “Los
Pollitos”. (MetLife, 2015)

Igualmente, la música introduce a los niños a los sonidos y significados de las palabras y
ayuda a fortalecer sus habilidades de la memoria. Las canciones de las vocales o de los
números tales como “La marcha de las letras” ayudan a los niños a recordar las secuencias
de letras y de números. Canciones tales como “San Seremín” ayudan a los niños a entender
cómo funcionan las cosas. (MetLife, 2015)

La música brinda una oportunidad para que su hijo interactúe con otros niños y con
personas queridas de manera alegre. Debido a que la música es una experiencia de
aprendizaje tan completa, mientras más involucre a sus hijos con ella, más aprenderán.
(MetLife, 2015)

3.1. 0 a 9 meses:
 Los bebés son capaces de reconocer melodías conocidas mucho antes de poder
entender los significados de las palabras.
 En una especie de “conversación” musical, los bebés imitan los sonidos de sus padres
por medio de sus propios balbuceos y vocalizaciones. Ellos esperan su turno y
responden durante las pausas en el “diálogo”. (MetLife, 2015)
 Los bebés a menudo responden cuando les cantan y les hablan moviendo sus brazos,
pataleando con sus pies, y sonriendo. Estas son las primeras y muy significativas
comunicaciones de los bebés acerca de sus pensamientos (“Papito, esto me encanta.
No te detengas”) y sentimientos (“Mamita, estoy tan feliz. Adoro estar contigo”).
(MetLife, 2015)
 Los bebés aprenden rápidamente, identificando los patrones de movimiento que
acompañan a las canciones y bailes. (MetLife, 2015)

3.2. 9 a 18 meses:
 Tan pronto como pueden hacerlo, los niños empiezan a moverse siguiendo el ritmo.
 Hacer música juntos — cantar a dúo con ellos, por ejemplo — es una manera divertida
para que los niños de esta edad se conecten entre sí, y para aprender acerca de los
patrones y secuencias de la música y del lenguaje en general. (MetLife, 2015)
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 A los niños de esta edad les encanta llenar los vacíos de las canciones
conocidas:“¡Arroz con!”
 Los niños de esta edad adoran explorar todas las formas en que pueden hacer sonidos
con sus propias voces y con objetos. Esta es una gran manera para que ellos puedan
sentirse confiados al ver que pueden hacer que sucedan cosas. (MetLife, 2015)

3.3. 18 a 36 meses:
 La música desarrolla habilidades de memoria, como cuando un niño aprende a repetir
las palabras de una canción. (MetLife, 2015)
 A los niños de esta edad les encanta bailar con otros niños, lo que refuerza tanto el
movimiento como la socialización.
 Los niños de esta edad también bailan con muñecos y animales de peluche, imitando
el tipo de interacción que tienen con quienes los están criando.
 Los niños a menudo inventan canciones para acompañar sus actividades.
 Los niños de esta edad asocian rápidamente canciones específicas con actividades e
imágenes específicas. (¿Por ejemplo, cantando “Buenos Días, cómo estás?” cuando
levanta a su niño en la mañana para prepararlo y llevarlo a su niñera). (MetLife, 2015)

Esta habilidad para asociar canciones con actividades significa que los niños están dando
un gran salto en su aprendizaje. Ahora entienden mejor cómo se conectan las cosas y pueden
usar la música ellos mismos como una manera de lidiar con las transiciones. (MetLife, 2015)

4. IMPORTANCIA DE LA MUSICA:

Muchas son las corrientes y estudios que afirman la importancia de la música en los
primeros años de vida. Ya en el s. XIX y principios del XX, la Escuela Nueva considera que
la música debe abarcar al hombre en su totalidad. Asimismo, pedagogos de Educación
Infantil como Montessori, Decroly, las hermanas Agazzi, etc. también inciden en la
importancia de la música en esta etapa. (Molina, 2014)

En el seno materno el bebé reacciona ante determinados sonidos, modificando su posición


y generando una respuesta cuando lo oye. De esta forma, se ha demostrado que los sonidos
graves tienen un efecto más relajante que aquellos que son agudos, y que hay sonidos que

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agradan al bebé y le proporcionan relajación y tranquilidad. Todo ello es posible debido a
que “el oído es el primer órgano sensorial que se desarrolla dentro del útero; el feto oye,
reacciona al sonido y aprende de él”. (Molina, 2014)

El niño/a discrimina sonidos tanto provenientes de la madre (latido cardíaco, relajación)


como sonidos exteriores (ruidos, música). Desde las primeras etapas del desarrollo, los
niños/as emiten respuestas (motrices, sonoras, de atención) a estímulos musicales que son
reiterados durante un periodo de tiempo (Molina, 2014)

Algunas fuentes de estimulación temprana para el niño/a son las que proporciona el
adulto al bebé a través de la voz humana: empleando el “babytalk” y las “canciones de cuna”.
El “babytalk” es un término que “se refiere a la modificación adaptativa del habla que los
adultos próximos al niño (madre, padre, educadores…), utilizan para dirigirse al bebé”.
(Molina, 2014)

El niño/a responde y actúa en consonancia a la entonación, ritmo, intensidad, expresión,


de los sonidos. Produce en el niño/a una gran estimulación auditiva, la cual va a ser la base
para sus primeros intentos de vocalización. Las canciones de cuna, por su parte, proporcionan
al niño/a bienestar, relajación, estrechan el vínculo de la madre con el hijo/a, siendo una
actividad en la que los dos están conectados (voz-escucha). El bebé reacciona ante estos
sonidos, produciendo respuestas y cambios según los sonidos que se emitan. “Por medio de
la nana llegan al bebé elementos musicales tales como compás, ritmo, sonoridad, contornos
melódicos ascendentes o descendentes, etc., que pueden activar el estado general o
tranquilizarlo”. (Molina, 2014)

Características como el empleo de ritmos lentos, sin cambios bruscos, son rasgos
definitorios de las canciones de cuna, siendo muchas de ellas melodías sencillas en las que
no es necesario entonar con letra, sino solo con los sonidos, siendo capaz de combatir y
ayudar a prevenir y tratar los trastornos del sueño en los bebés. Es fundamental, por tanto, el
papel de los padres y/o adulto de referencia del bebé en los primeros años de vida de éste,
con objeto de acercar al niño/a a la música y desarrollar la capacidad auditiva.

Es por ello que cobra especial importancia en esta etapa la educación sensorial, ya que es
a través de los sentidos y las sensaciones como el niño/a comienza a interactuar y desarrollar

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su pensamiento, y a través de la música el niño/a comienza a descubrir y aprender todo ello.
Tal y como expone Webber (1969), la experiencia del niño/a con la música es dual: “la
percepción estimula la respuesta”. Esto es, el niño/a puede aprender diversos conceptos
acerca de los elementos de la música (melodía, ritmo, dinámica,), moviéndose, cantando,
escuchando, respondiendo de esta manera a esas situaciones y siendo la audición un requisito
fundamental para todas esas actividades. Asimismo, explica que es más probable que se
produzca una respuesta afectiva positiva si las experiencias surgen y parten de la vida
cotidiana del niño/a. (Molina, 2014)

5. BENEFICIOS DE LA MÚSICA EN EDUCACIÓN INFANTIL

La música provoca en los niños/as un aumento en la capacidad de memoria, atención y


concentración; es una manera de expresarse; estimula la imaginación infantil; al combinarse
con el baile, estimula los sentidos, el equilibrio y el desarrollo muscular; brinda la
oportunidad para que los éstos interactúen entre sí y con los adultos; etc. (Sarget, 2003).
Asimismo, cabe destacar que fomenta la creatividad, rasgo muy importante en esta etapa,
pues la improvisación, creación, que favorece la música, aporta al niño/a otra visión de la
realidad y le permite conocerla. Así pues son numerosos los aspectos positivos que provoca
la música en el desarrollo integral del niño/a, y es por ello que es importante integrarlas en
las aulas de educación infantil como medio de desarrollo de éste. (Molina, 2014)

La música a estas edades sirve como modo de aprendizaje, disfrute y expresión para los
pequeños. Con ella, los alumnos/as emplean el propio cuerpo como medio de representación
y comunicación musical, reconocen y recuerdan la letra de las canciones trabajadas; cantan
un repertorio de canciones apropiadas para Educación Infantil; se inicia al alumno/a en la
audición activa; asimilan los primeros elementos que conforman la música: el sonido y el
silencio; asimilan el concepto de intensidad del sonido; vivencian el contraste entre los
sonidos largos y cortos; coordinan los movimientos; se sensibiliza el cuerpo y localizan las
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partes de éste de acuerdo a la relación espacio-temporal; desarrollan la capacidad de
concentración y fomenta el trabajo en grupo; asimismo, la música ayuda al niño/a a
relacionarse con su entorno más próximo, le invita a explorar en él; es un medio a través del
cual los alumnos/as expresan sus sentimientos, emociones, estados de ánimo… recrean
escenas, historias, representan personajes. (Molina, 2014)

Para todo ello se utiliza el juego como base del desarrollo de las actividades, ya que el
tratamiento de la educación musical en esta etapa debe ser totalmente lúdico

CAPITULO II: LINEAMIENTOS EDUCATIVOS DE LA MUSICA


1. MUSICA Y CREATIVIDAD:
El intercambio musical entre los bebés y sus padres es un trampolín para la creatividad y
la imaginación. A los niños les encanta inventarse palabras sin sentido y nuevos sonidos para
ajustarlos a melodías conocidas, y a menudo se inventan canciones para acompañar
actividades. (MetLife, 2015)

Todo esto les ayuda a desarrollar sus jóvenes mentes y contribuye en gran medida a nutrir
un amor por el sonido musical y el lenguaje. Inventarse canciones nuevas con los bebés es
una manera perfecta para estimular la creatividad. Por ejemplo, las canciones que acompañan
las rutinas cotidianas — tales como “Cuando vayas al mercado” — usan la imaginación para
hacer más divertidas estas actividades. La música es también una gran manera de expresarse,
tanto para los niños como para los padres. (MetLife, 2015)

Los niños pueden desahogar la ira, explotar de alegría, y todos los estados de ánimo
intermedios. Y muchos padres descubren que cantar con sus hijos los ayuda a calmarse
también. La música también puede servir como una gran diversión, como cuando usted canta
una tonada sin sentido mientras acomoda a su reacio niño en su silla del carro. (MetLife,
2015)

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2. MUSICA Y DESARROLLO COGNITIVO:

La música juega un papel poderoso en las vidas de los niños pequeños y de sus padres. A
través de la música, los niños se conectan con sus sentimientos y llegan a entender y deleitarse
en el mundo que los rodea. Lo hacen desde sus primeras comunicaciones con sus padres,
hasta sus juegos musicales con amigos. El canto, y la música en general, es una manera para
que los amigos y familiares, independientemente de su edad, sean juguetones y divertidos,
gentiles y dulces, alegres y amorosos cuando están juntos. (MetLife, 2015)

El desarrollo cognitivo se centra en los procesos de pensamiento los cuales son dados por
ajustes y acomodaciones que ocurren cuando los niños aprenden habilidades particulares
como percibir, pensar, comprender y manejarse en la realidad. Campbell manifiesta que “las
conexiones neuronales que permiten la concentración, habilidades matemáticas y aprendizaje
de idiomas, son favorecidas por la audición o la práctica musical”. (Abanto, 2017)

Algunos estudios afirman clasificar sonidos y timbres, ordenar sonidos agudos y graves,
discriminar intensidades, enumerar canciones, contar instrumentos musicales, favorece a
explorar, escuchar, producir, comparar, formular hipótesis; es decir, permite la construcción
progresiva y significativa del pensamiento y sus diferentes tipos de conocimientos. (Abanto,
2017)

Podríamos establecer una relación entre las características psicológicas del niño/a y su
evolución musical.Piaget (1896) menciona cuatro estadios del desarrollo intelectual por los
que pasan todos los niños/as (sensomotor, preoperacional, operaciones concretas y
operaciones formales), los cuales tienen una serie de características: estos mantienen un
orden secuencial constante, y todos los sujetos presentan esas fases en su desarrollo pero no
necesariamente en el mismo momento, al igual que ocurre con la evolución musical en la que
cada niño/a alcanza todas esas etapas pero no tiene por qué ser a la vez que otros alumnos/as,
ya que cada niño/a tiene un desarrollo distinto, el cual le permitirá ir adquiriendo
conocimientos y habilidades siguiendo su propio ritmo evolutivo que no tiene por qué
coincidir con el de otros niños/as. (Molina, 2014)

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Otra de las características, es que en cada estadio todas las actividades que se dan tienen
la misma complejidad y los estadios entre jerárquicamente inclusivos, es decir, cuando se
alcanza un estadio, las estructuras intelectuales propias de ese estadio no se pierden, sino que
se integran en el siguiente estadio; de igual manera, en la música como en otros aprendizajes,
el conocimiento nuevo se relaciona con lo anteriormente aprendido, nutriéndose de él. Y todo
ello sigue una transición gradual. (Molina, 2014)

Más detalladamente, en cuanto al primer Ciclo de Educación Infantil, el niño/a de 0 a 2


años se encuentra en el periodo sensomotor. En este estadio el niño/a está centrado en su
propio cuerpo, descubriendo y experimentando todo a través de él. Relacionando la teoría de
Piaget con la evolución musical, se puede destacar que el niño/a actúa ante diversas
situaciones de la misma manera; es decir, el niño/a actuará de una manera u otra dependiendo
de la música que se le presente o las situaciones que viva en relación a la música. (Molina,
2014)

De esta manera, si la madre, por ejemplo, canta a su hijo/a, éste va a reaccionar de diversas
formas dependiendo de la edad (ya sea moviendo los brazos, balanceándose,…), pero
siempre va a ver una respuesta ante esa acción. Asimismo, puede realizar esas acciones con
el objetivo de conseguir que la madre le cante o siga realizando este acto

Por otra parte, juega un papel fundamental lo lúdico en esta etapa, destacando el valor del
juego en el tratamiento de la música. Además, es en este periodo donde aparece el
pensamiento simbólico, el cual es empleado en la música. Asimismo, se debe destacar la
importancia de la manipulación para el niño/a en estas edades, aspecto muy presente en la
música, comprobando y experimentando su cuerpo como objeto sonoro así como los
elementos que le rodean. (Molina, 2014)

Es a través de esa experimentación como el niño/a se va acercando a la música. Como


expone Sarget (2003, p. 198) el bebé emplea sus “sentidos y habilidades motoras para
entender el mundo que los rodea. Comienzan adaptando sus reflejos, coordinando sus
acciones e interactuando con las personas y objetos de su entorno”.

Respecto al segundo ciclo de Educación Infantil, los alumnos/as se encuentran en el


periodo preoperacional (2-7 años), en el que el niño/a comienza a utilizar símbolos que sirven

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para representar la realidad (especialmente a través del lenguaje), y para representar los
objetos internamente. Relacionando la Teoría de Piaget con el desarrollo musical del niño/a,
es evidente la vinculación que existe entre el juego y la actividad musical, teniendo en cuenta
que la actividad del niño/a a estas edades se basa en el juego y la acción motriz. (Molina,
2014)

Es por ello que “la experiencia musical y su elaboración en forma de juego, es una
característica que no se debe perder de vista, y cualquier actividad del niño relacionada con
la música, deberá reunir las connotaciones propias del juego tales como espontaneidad,
proporcionar placer, tener un fin en sí mismo”. Asimismo, se sigue desarrollando la función
simbólica, característica también de esta etapa. (Molina, 2014)

Es así que las sesiones de estimulación con música deben ser estructuradas y guiadas a fin
de enriquecer la experiencia sensorial del niño con la gama de posibilidad de acercarse a la
música. En los últimos años diversos autores han venido discutiendo sobre la veracidad de
los beneficios de la música en la capacidad cognitiva de los niños; esto partió tras el llamado
efecto Mozart en el cual los investigadores afirman que su música contiene componentes
frecuenciales muy bajas, lo que hace que el cerebro se relaje mejorando su destreza
intelectual, se observó así mismo la activación de las áreas de coordinación motora fina, la
visión y otros procesos superiores de razonamiento espacial. (Abanto, 2017)

A pesar de estas conclusiones se realizaron otras investigaciones en las cuales se observó


que estos beneficios no eran duraderos. El punto de encuentro entre las investigaciones
parece ser que para obtener resultados favorables través de la música es necesario que el niño
tenga una educación musical a edades tempranas. (Abanto, 2017)

3. MÚSICA Y DESARROLLO DEL LENGUAJE:

La música como el lenguaje son rasgos humanos únicos que se basan en reglas y
representaciones memorizadas, tanto a nivel auditivo como visual, que se desarrollan
exponencialmente hasta formar estructuras de orden superior (frases y melodías) compuestos
por unidades básicas (letras/notas y palabras/frases musicales) organizadas a partir de reglas
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de configuración jerárquica. Por lo que se puede decir que tienen un origen común y
comparten mecanismos neurológicos por ello la música es la forma perfecta para estimular
el desarrollo del lenguaje; sobre todo através de las canciones, de las cuales los niños
aprenden vocabulario, “expresión, entonación, articulación y vocalización. (Abanto, 2017)

La compresión de las palabras en los niños se produce por la repetitividad de los sonidos
que escuchan y se basa en la frecuencia, es decir, en las características específicas y propias
de la música. Se recomienda que las canciones sean fáciles de entonar, ritmos que le sean
conocidos por su lenguaje y que la armonía sea poco compleja, de tal manera que no le
separen de la melodía. (Abanto, 2017)

Así también se pone que la enseñanza de éstas sea incluyendo gestos y movimientos,
puesto que “la mejor manera de enseñar una canción y que se realice de forma motivadora
es a través de actividades y juegos”.

Siendo necesario la interacción con los adultos y su entorno para enriquecer la experiencia y
reforzar las acciones positivas del niño.

4. MÚSICA Y DESARROLLO PSICOMOTOR:

El desarrollo psicomotor hace referencia al dominio consciente que adquiere el niño de las
habilidades motoras como el desplazamiento de su cuerpo, de la coordinación motriz, del
ajuste postural y del equilibrio. La expresión musical en los primeros años del desarrollo
humano se centra en los elementos del ritmo más que en los melódicos, lo anterior gracias a
que impulsos naturales tales como el moverse, manipular, tocar, observar, entre otros,
permite dar al niño repuestas frente a los sonidos que se van convirtiendo a su vez en su
medio de expresión, ya que el ritmo desarrolla el control motor elemental y la coordinación
sensomotora. (Abanto, 2017)

En tanto la forma más favorable de presentarles la música es a través de la danza, ésta


debe ser de acuerdo a la edad del niño, pueden realizarse algunos movimientos al entonar las
canciones o realizar coreografías en grupo. “El niño de dos años de edad prefiere el ritmo,

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pues su motricidad le ayuda a responder de diversas formas a los estímulos sonoros, hace
palmas, se balancea, mueve su cabeza, manipula elementos sonoros con gran interés y de
formas variadas. (Abanto, 2017)

Durante los tres y cuatro años, su control motriz de las extremidades inferiores, le
permiten correr, saltar, trotar, etc. llevándolo a ejecutar en conjunto ejercicios rítmicos por
medio de la imitación; alrededor de los cinco años, existe gran evolución en su desarrollo
musical dentro del control del ritmo corporal, manejo de repertorio; por último, a los seis
años, su capacidad para el manejo de su voz se ha ampliado y sincroniza su ritmo corporal
con lo que escucha”. (Abanto, 2017)

5. MÚSICA Y DESARROLLO EMOCIONAL Y SOCIAL:

Las habilidades sociales son las capacidades, conductas, pensamientos y emociones que
conducen a la persona a actuar de forma exitosa en una interacción social. Las emociones y
la música comparten la misma región del cerebro: el córtex prefrontal, por lo que la música
es capaz de provocar todo tipo de sentimientos ha observado que al escuchar alguna música
agradable, se pueden activar sustancias químicas en el Sistema Nervioso Central,
estimulándose la producción de neurotransmisores como la dopamina, las endorfinas y la
oxitocina, experimentándose un estado que favorece la alegría y el optimismo. (Abanto,
2017)

Las personas al mover su cuerpo se dejan llevar por las ondas musicales, produciendo en
ellas una conexión entre su mundo interior y su entorno, permitiéndole al cuerpo y la mente
estar en constante interacción recíproca, logrando la liberación y descarga de sentimientos a
través del movimiento que finalmente permite experimentar un goce físico y emocional, al
escuchar música se activan las áreas del cerebro que se encargan de la imitación y de la
empatía. Son las zonas donde están las neuronas espejo que actúan reflejando las acciones e
intenciones de los otros como si fueran propias. (Abanto, 2017)

De esta forma se puede sentir el dolor de los otros, su alegría, su tristeza, quizás por esto
la música es capaz de alterar nuestras emociones y crear lazos sociales; porque nos permite

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compartir sentimientos. Al mismo tiempo los procesos musicales se basan en la relación del
niño con su grupo, donde el niño recibe la influencia de cada uno de sus compañeros, adquiere
responsabilidad y compromiso, rompe sus niveles de egocentrismo, y aprende a compartir la
acción musical y a competir en ideas y planteamientos creativos que son aceptados o
rechazados por sus compañeros, dentro de una normatividad y respeto de roles. (Abanto,
2017)

6. INTERRELACION FAMILIA-ESCUELA:
6.1.El apoyo familiar
Es fundamental que los padres ofrezcan desde el seno materno y en la niñez de sus
hijos/as continuas experiencias musicales, empleando diferentes géneros musicales, con el
fin de ampliar y mostrar al niño/a diversos estilos. El entorno sonoro en el cual se encuentre
el pequeño/a va a ser muy importante pues, dependiendo de éste, el niño/a va a imitar y
reproducir ciertas canciones y juegos musicales que escuche. Es crucial, además, que exista
una colaboración entre la familia y la escuela, ya que ésta puede ofrecer una continuidad de
los aprendizajes que se inicien en la escuela, así como colaborar en la ampliación y
profundización de muchos contenidos. (Molina, 2014)

Por ello, es necesaria una relación estrecha, donde las familias colaboren en las
actividades en el centro; más específicamente, en el ámbito de la música, es muy interesante
que los alumnos/as muestren y ejemplifiquen las actividades que realicen en clase, ya que
esto favorecerá la confianza en el niño/a, la expresión en otro tipo de situaciones, etc., o que
se realicen actividades conjuntas en clase con los alumnos/as (canciones, juegos, etc.).
(Molina, 2014)

Este tipo de actuaciones proporciona en el niño/a motivación, ya que ve como sus


familiares participan en la vida del aula, así como ellos mismos se muestran orgullosos de
mostrarles sus trabajos y aprendizajes adquiridos. Además, favorece al alumnado ya que
familiariza a los niños/as al contacto e interacción con otros adultos que no son los docentes
a los que conocen y están acostumbrados. (Molina, 2014)

6.1. El aula de Inicial:


La escuela debe ofrecer multitud de experiencias musicales y sonoras, ya que la
exposición del alumno/a a estas experiencias ayudará su desarrollo creativo, perceptivo,

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expresivo y comunicativo, contribuyendo, de esta manera, no solo a la inteligencia musical
sino a todas ellas, favoreciendo el desarrollo integral del niño/a (López de la Calle, 2009).
Para poder realizar propuestas de mejora es necesario atender a las características y desarrollo
de los alumnos/as (anteriormente mencionado), pero también a las características que deben
seguir las actividades musicales a estas edades. (Molina, 2014)

Las actividades musicales a estas edades deben ser activas e intuitivas, colectivas (aunque
también se pueden incluir individuales), globales (de tal manera que atiendan a todos los
aspectos del desarrollo infantil), presentarlas de forma llamativa, creativa y motivadoras,
siendo actividades con funcionalidad y significativas para los niños/as, y estando
contextualizadas en todo momento con lo que se esté trabajando. Estas actividades musicales
deben estar seleccionadas teniendo en cuenta las características y peculiaridades del grupo-
clase y que responda a sus intereses. (Molina, 2014)

Algunas actividades adecuadas para realizar en esta etapa, a rasgos generales, son:

 De 0 a 2 meses: emplear canciones de cuna, temas musicales de corta duración,


tiempos lentos, suaves, relajantes, de música instrumental.
 De 2 a 4 meses: el adulto sigue un ritmo con un instrumento a la vez que va sonando
la canción o, preferiblemente, va siendo cantada por el adulto, y el bebé mientras
puede seguir con la mirada el instrumento. Algunas de las canciones que se pueden
emplear son: “Cinco lobitos”, “debajo de un botón”.
 De 4 a 6 meses: son adecuadas para esta edad las canciones con gestos.
 De 6 meses a un año: juegos musicales con instrumentos de pequeña percusión,
juegos de movimientos en brazos del adulto o sentados, por ejemplo “aserrín aserrán”.
 De 1 a 2 años: utilización de juegos rítmicos que requieren un movimiento en el
espacio del niño/a son muy adecuados.
 De 2 a 3 años: reconocer diferentes ritmos percutidos con las manos o de música
grabada, aprender y memorizar pasos de danzas sencillas, distinguir cambios de
intensidad al tocar un instrumento o de la voz, distinguir algunos timbres,
 De 3 a 5 años: cantar algunas canciones, trabajar el salto, la carrera, el trote y caminar,
seguir el ritmo con un pandero, etc.

20
Asimismo, y tomando como referencia el Método Suzuki, en relación al aprendizaje de
la música, éste se rige por unas puntos fundamentales: el ser humano es producto del
ambiente que le rodea, cuanto antes, mejor, la repetición de la experiencia es la base del
aprendizaje y el profesor y los padres deben crear un ambiente propicio para el niño/a (Sarget,
2003).Esto pone en relieve y está en consonancia con algunas de las claves principales para
la enseñanza y aprendizaje de los alumnos/as: la experiencia es la base del conocimiento del
niño/a, jugando un papel crucial la familia y los profesores y teniendo siempre en cuenta su
entorno y vida cotidiana, partiendo de ella para ampliar sus conocimientos y creando un
ambiente que propicie este aprendizaje. (Molina, 2014)

CAPITULO III: RECURSOS PEDAGOGICOS:


1. LOS AMBIENTES DE APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO:
Esta perspectiva, se plantea la necesidad de generar nuevos ambientes de aprendizaje
para la formación actual de la integralidad de niños y niñas en edad preescolar, en donde se
permita una educación multidimensional, que enriquezca con diferentes recursos y variedad
de materiales las prácticas pedagógicas articuladas con las nuevas generaciones. Ambientes
de aprendizaje que son definidos por Loughlin y Suina (1997) como un escenario donde
coexisten condiciones que garantizan los procesos de aprendizaje, materiales, currículo,
relaciones interpersonales básicas, socialización de experiencias, infraestructura y
requerimientos generales para poner en marcha la propuesta educativa. (Diaz, 2014)

Para este propósito se deben tener tareas puntuales que permitan la consolidación de dichos
ambientes:

 Organización del espacio: contempla la planta física con colores neutros en las
paredes, así como un espacio para permitir diálogos y evitar conflictos derivados del
hacinamiento.
 Dotación y disposición de los materiales: consiste en seleccionar y reunir los
elementos o materiales que serán necesarios, organizarlos de forma llamativa que
además de permitir el fácil acceso y uso por parte de los niños, promuevan el interés
y estimulen hábitos de orden. (Diaz, 2014)

21
 Dinámica del ambiente de aprendizaje permitiendo formas de participación y
modalidades de interacción: denominado “artefactos culturales” (Cole, 1999),
refiriéndose al contexto, uso del lenguaje, los apoyos pedagógicos, materiales, tiempo
y lugar en el que se desenvuelven las actividades, que pueden ser variadas y
combinadas de múltiples formas para establecer el grado de participación dentro del
espacio educativo. (Diaz, 2014)

Se consideran que los ambientes de aprendizaje se pueden diseñar con el propósito de


contribuir significativamente en el desarrollo integral de los niños, denominándolos espacios
educativos significativos, que permiten de manera simultánea el aprendizaje y el desarrollo
humano, además de promover la actuación de los niños en el mundo y la autonomía en sus
procesos de aprendizaje, donde se resuelven problemas por sus propios medios, apoyados de
las personas que los rodean, tomando sus propias decisiones, formándose de los errores o
fracasos, para lograr soluciones en otros contextos o situaciones. (Diaz, 2014)

Dichos ambientes no deben tener esquemas en términos de edad, por el contrario deben
posibilitar el encuentro entre bebés, infantes, niños mayores y adultos, lo que desarrolla
nuevas competencias a través de procesos de reorganización y transformación permanente
(De Pablo y Trueba, 1999), por tanto, un espacio educativo se define “significativo” cuando
el ambiente de este genera retos para el aprendizaje, permitiendo múltiples experiencias para
los que concurren a él, facilitando la construcción de nuevas ideas e interacción con el
conocimiento, pues es el niño quien decide lo que quiere aprender y cuando hacerlo. (Diaz,
2014)

En este sentido dentro de un espacio significativo para el aprendizaje, el niño logra con
rapidez adaptarse al medio generando formas nuevas de interactuar con los adultos, al igual
que con sus pares y situaciones u objetos de su entorno; otra consideración es que la
experiencia del niño esta enriquecida por el grupo cultural al cual pertenece ya que al
interactuar con el otro, sea adulto, niño e incluso objetos del contexto, construye su identidad
y rasgos característicos de su personalidad, además de ser el lugar donde se tejen sus primeros
vínculos sociales y despliegan sus competencias. (Diaz, 2014)

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2. MATERIALES PARA TRABAJAR:
Otro aspecto fundamental a tener en cuenta son los materiales y recursos a emplear en
Educación Infantil. Éstos encauzarán en la mayoría de las ocasiones la actividad en el aula y
ofrecerán multitud de experiencias a los alumnos/as. De esta manera, podemos emplear en el
aula instrumentos musicales, títeres, nuevas tecnologías, así como crear con los alumnos/as
nuestros propios materiales y recursos. (Molina, 2014)

Resulta fundamental ofrecer vivencias y oportunidades de experimentación con


instrumentos musicales. Con el empleo de instrumentos de pequeña percusión (tales como
claves, cascabeles, sonajas, panderos,), se pueden realizar actividades de discriminación de
timbres, exploración y conocimiento de los diversos instrumentos (reconocer el material del
cual están hechos, comparar los instrumentos entre sí, distinguir sus características, sonidos
que emiten, modo de tocarlo,), acompañar cuentos, danzas, canciones, actividades de
movimiento, etc.; con la utilización de instrumentos de placas o láminas (como xilófonos,
metalófonos,), se pueden emplear en el aula para la realización de actividades de
discriminación de alturas e intensidades, acompañar de manera puntual algunas canciones,
etc. (Molina, 2014)

Asimismo, podemos utilizar con los niños/as baquetas, las cuales contribuyen a
desarrollar la coordinación viso-manual en los niños/as. Otro material muy interesante para
trabajar en las clases de música es el empleo de títeres. Éstos aportan diferentes posibilidades,
como por ejemplo servir de apoyo sobre la entrada de las voces en una canción, acompañar
la canción que se está trabajando con los títeres, de tal manera que la historia, además de ser
cantada, está siendo narrada con ayuda de los títeres, etc. (Malbrán, 2011).

Otro de los recursos con los que se puede contar en un aula de Educación Infantil para
trabajar la educación musical son las nuevas tecnologías. Se puede trabajar en el aula con
reproductor de CD, la televisión, el vídeo y el DVD, la discoteca, etc.Pascual (2011). Sin
embargo, en el aula, no tenemos por qué limitarnos a emplear solo instrumentos comprados,
sino que una alternativa y un gran recurso, teniendo en cuenta el tiempo en el cual nos
encontramos, es elaborar en la clase nuestros propios instrumentos. (Molina, 2014)

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A la hora de realizar los instrumentos con los niños/as, conseguimos, además, multitud de
objetivos: conocer a fondo el instrumento el cual queremos construir, profundizar en sus
características y peculiaridades (ya que es necesario saber cómo es el instrumento, de qué
material está hecho el original,), investigamos sobre posibles materiales para su construcción
(con la intención de reproducir el instrumento en cuestión e intentar hacerlo semejante dentro
de las posibilidades de los alumnos/as), fomentamos la manipulación y experimentación
(pues son los propios alumnos/as los que se encargan de elaborar los instrumentos), y,
finalmente, se desarrolla la creatividad e imaginación de los niños en todo momento (tanto
al crear el instrumento como en las fases de elaboración y decoración). (Molina, 2014)

3. ACTUACIÓN DEL DOCENTE

Es necesaria una formación previa por parte de los docentes en cuanto a cómo llevar la
música al aula: uso de instrumentos, canciones, danzas, bailes, actividades de discriminación
auditiva, etc. El docente, en primer lugar, según Malbrán (2011) debe tener un gran abanico
de recursos auditivos, vocales, instrumentales, destrezas lecto-escritoras para leer partituras.
Asimismo, recursos expresivos, creativos y corporales. Además, debe reunir una serie de
habilidades y condiciones: aptitudes (buena voz, timbre, afinación, sentido del ritmo, ser
creativo), actitud positiva, estar convencido de la importancia que tiene la música en la vida
del niño/a, con el objetivo de transmitir esta idea al niño/a, su gusto por la música y tratarla
de tal manera que los niños/as disfruten con ella. Asimismo, debe potenciar y desarrollar las
aptitudes y actitudes musicales de los niños/as y motivarles en todo el proceso de enseñanza
(Bernal, J. 2000). (Molina, 2014)

Algunos de los principios metodológicos de la Educación Musical en la etapa de infantil son


los siguientes:

 Emplear el juego como base del desarrollo de las actividades, prevaleciendo el sentido
lúdico y el disfrute de los niños/as ante la música.
 Utilizar el entorno sonoro del niño/a como fuente principal de información, partiendo
de las situaciones cercanas al alumno.

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 Trabajar de manera ligada a los contenidos que se estén trabajando y se hayan
trabajado, de tal manera que se parta de los conocimientos y experiencias vividas de
los alumnos.
 Trabajar y aprovechar la oferta musical de la sociedad y haciendo especial hincapié
en la del contexto del niño.
 “Desarrollo del “saber percibir” para “saber hacer” y “saber analizar”: este principio
es la base del tratamiento metodológico y de la realización de actividades musicales”

4. DESARROLLO MUSICAL Y ESTRATEGIAS EDUCATIVAS PARA


SU APRENDIZAJE:

En este sentido, la educación artística se podría proyectar como la generación de espacios


significativos de aprendizaje, pues mediante el sonido, el ritmo y la interpretación musical se
pueden mejorar los procesos de aprendizaje de los individuos (Campbell, 2001), además de
considerarse la música como un lenguaje que puede expresar sentimientos, estados de ánimo
y configurar atmósferas, se le puede atribuir cualidades diversas: bella, serena, excitante,
jocosa, tensa, satírica, inquisitiva, elegante, de mal gusto, sugestiva, sensual, misteriosa,
imponente, marcial; que al encuentro con la imaginación creadora de niños y niñas puede
llegar a proveerlos de recursos para iniciarse en la resolución de problemas y entretejer
relaciones con sigo mismo, el entorno y los demás. (Diaz, 2014)

Uno de los primeros en reflexionar y trabajar sobre dicha perspectiva fue Emile Jacques
Dalcroze (1865-1950), quien además de ser el padre de la rítmica, método que inició en el
Conservatorio de Ginebra, logró unificar la música con el estímulo sonoro, el cual a su vez
se relaciona con el movimiento del cuerpo, pues es el que representa la formas sonoras o
elementos del ritmo como melodía, armonía y dinámicas. Esto permite el favorecimiento del
desarrollo motriz y simultáneamente la atención, la inteligencia, la sensibilidad, al igual que
una memoria muscular que se gesta gracias a la experiencia del movimiento. Por otra parte,
el desarrollo del oído musical aporta a un sentido melódico, tonal y armónico que promueve
en los párvulos habilidades motrices básicas como lo son el gateo, la marcha, el

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deslizamiento, el correr, caminar, saltar, entre muchas; su método se entiende además como
desarrollo sensible y la expresión del alma. (Diaz, 2014)

Los materiales didácticos que usaba Dalcroze se centraban en el manejo de flauta dulce e
instrumentos de percusión como panderetas, xilófonos, triángulos, asimismo, empleó
colchonetas, aros, espejos, palos, pelotas, cintas, balones, entre otros (Van Der Spar, 1990).

Frente al impacto de la música, que su papel es muy importante dentro de la educación


general, ya que responde a diversos deseos del hombre; refiriéndose a sus beneficios a partir
del ritmo en campos propios de la música o el de la vida afectiva. Con respecto a la educación
musical en la primera infancia, plantea que esta al ocuparse en cierta parte de los ritmos del
ser humano, favorece y promueve la libertad en los movimientos musculares y nerviosos del
niño, contribuyendo a vencer bloqueos y armonizar funciones del cuerpo en conjunto con sus
pensamientos. La expresión musical en los primeros años del desarrollo humano se centra en
los elementos del ritmo más que en los melódicos (Hensy de Gainza, 1964), lo anterior
gracias a que impulsos naturales tales como el moverse, manipular, tocar, observar, entre
otros, permite dar al niño repuestas frente a los sonidos que se van convirtiendo a su vez en
su medio de expresión, ya que el ritmo desarrolla el control motor elemental y la coordinación
sensomotora. (Diaz, 2014)

Como lo plantea Lorete (1980), el niño de dos años edad prefiere el ritmo, pues su
motricidad le ayuda a responder de diversas formas a los estímulos sonoros, hace palmas,
golpea con los pies en el suelo, se balancea, mueve su cabeza, manipula elementos sonoros
con gran interés y de formas variadas, acompaña a su manera diferentes melodías o piezas
musicales en el ambiente, todo dentro de un conjunto de manifestaciones de bienestar.

Ya a la edad de tres años, muestra capacidad de diferenciar ruidos, sonidos y mencionar


la fuente que los provoca, la Imágenes de investigación canción le representa un medio para
la realización de juegos, interpreta canciones con frases completas que ha retenido y puede
evocar en cualquier momento; durante los tres y cuatro años, su control motriz de las
extremidades inferiores, le permiten correr, saltar, trotar, etcétera, llevándolo a ejecutar en
conjunto ejercicios rítmicos por medio de la imitación, teniendo mayor exaltación y
vinculación por las canciones con sonidos onomatopéyicos; a los cuatro años, sus canciones

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son interpretadas y acompañadas de movimientos más precisos incluyendo gestos y mimos,
inicia la canción dramatizada; alrededor de los cinco años, existe gran evolución en su
desarrollo musical dentro del control del ritmo corporal, manejo de repertorio; por último, a
los seis años, su capacidad para el manejo de su voz se ha ampliado y sincroniza su ritmo
corporal con lo que escucha. (Diaz, 2014)

Carl Orff (1895-1982), gran compositor alemán y director de orquesta del siglo XX, fue
otro de los autores que reflexionó sobre el papel de la música en el desarrollo de los niños,
su planteamiento educativo expresaba que el niño debe participar, interpretar y crear dentro
de su proceso de aprendizaje musical su método activo, el cual se basa en reconocer el cuerpo
como instrumento principal, dado que goza de múltiples posibilidades tímbricas; este autor
centra su interés en la búsqueda del contacto del niño con la música dentro de planos
totalmente naturales para ellos, utilizando peculios que logran dominar con facilidad para
que se apresten musicalmente, al punto de que uno de sus grandes aportes son instrumentos
especializados que pretenden extender la voz, el movimiento y la palabra del niño; sus
recursos didácticos fueron el trabajo conjunto de la palabra, ritmo, melodía, armonía, además
del manejo instrumental y el manejo de la voz, utilizando ostinatos rítmicos y melódicos para
sus procesos de ensamble y creaciones sonoras (Pascual, 2006). (Diaz, 2014)

Por su parte, Zoltan Kodaly (1882-1967) compositor húngaro, defendía la estimulación


sensorial en etapas tempranas, puesto que de ello dependía el desarrollo musical futuro, en
tal sentido la música como recurso debía estar fuertemente relacionada con la cultura en la
que estaba sumergido el niño, es decir, la música folclórica de su país. Este autor, resaltaba
la voz como primer instrumento, ya que “el cantar” es la base para la práctica musical,
recomendaba las canciones infantiles para los niveles iniciales con intervalos no muy
distantes; bajo este método era fundamental el uso de terceras menores descendentes y la
relación que se puede hacer entre ellos, sin pretender afinación precisa de los sonidos sino
llegando a estos de forma relativa; los juegos musicales debían brindar la posibilidad para
que los niños simultáneamente manejaran melodía, palabra y movimiento, con el propósito
de reconocer posteriormente elementos propios de la música por separado. (Diaz, 2014)

Edgar Willems (1890-1978), discípulo de Dalcroze, cuyo método educativo musical se


fundamenta a partir de la utilización de principios de la psicología y la canción como

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facilitador para el desarrollo auditivo, planteó la discriminación del sonido para llegar al
dominio musical, pues proponía que el timbre reconoce la naturaleza de los objetos, el
manejo de la duración e intensidad garantizan el control del ritmo y la altura lleva al dominio
de la melodía. Además, excluye de la labor del educador musical, elementos que son ajenos
según su postura, para la enseñanza musical, pues considera que se convierten en objeto de
distracción para los niños. (Diaz, 2014)

El oído musical es dentro de este método un elemento fundamental, no solo para el


aprendizaje musical sino para la formación del individuo, clasificando la audición en:
sensorial, afectiva y mental; por lo que sugiere que los procesos educativos deben ser
sensoriales ya que para la práctica musical es relevante el oído, el tacto y la vista; en cuanto
al recurso de la canción, es importante destacar el manejo de las diferentes alturas de la
melodía. (Diaz, 2014)

5. APORTES DE LA PRÁCTICA MUSICAL AL DESARROLLO


INFANTIL:

Zapata (2009) citando a Pestalozzi, establece que el objeto de enseñar va más allá de
pretender que el niño adquiera conocimientos y aptitudes, enseñar corresponde a preocuparse
por el desarrollo de la inteligencia teniendo en cuenta su evolución, haciéndolo de manera
gradual, comprendiendo la individualidad del niño, como una unidad de sentimiento,
inteligencia y moralidad. En este sentido, el término se entiende como “un proceso de
reconstrucción y reorganización permanente”, por consiguiente, la motricidad fina, la
coordinación visomotora, la concentración, la lateralidad y la relación espacial son
habilidades que pueden ser activadas y desarrolladas usando la música como medio
educativo. (Diaz, 2014)

Es así que la música merece ocupar un lugar importante en los primeros años de educación
de los niños y las niñas, pues como se planteó, por medio del sonido, el ritmo y las virtudes
propias de la melodía y la armonía se favorece el impulso de la vida interior y se promueven
las más excelsas facultades humanas. Por tanto, es importante reconocer y estudiar todas las
bondades que proporciona la educación musical a partir de investigaciones como la realizada
en la universidad Münster en Alemania, en la que se estableció que el cerebro de los niños

28
adquiere mayor capacidad sináptica cuando reciben clases de música con regularidad, las
conexiones neuronales van aumentando a consecuencia de su constante entrenamiento dado
que deben procesar los sonidos, sincronizarse con la práctica de un instrumento;
concluyendo, que la zona del cerebro encargada de analizar las notas musicales tenga un 25%
de mayor actividad en los músicos que en personas ajenas a las prácticas musicales, esto no
afirma la existencia de una zona exclusiva encargada de procesos musicales, sino que la
práctica en relación con esta, fortalece el funcionamiento del cerebro en general (Soto, 2002).

(Diaz, 2014)

Por otra parte las conexiones neuronales que permiten la concentración, habilidades
matemáticas y aprendizaje de idiomas, son favorecidas por la audición o la práctica musical;
se ha evidenciado que los niños expuestos a ricos ambientes musicales durante los primeros
tres años de vida, tienen mayor oportunidad para un mejor aprendizaje en áreas como
matemáticas y ciencias en su edad escolar. Hay que destacar la naturalidad de los niños para
relacionarse con elementos propios de la música, ya que en muchos es innata, pues desde sus
primeros meses de vida un gran número de bebés muestran especial interés por una variedad
de sonidos, logrando discriminar por ejemplo, intensidad, timbre y altura; habilidades que
pueden ser desarrolladas a través de la educación musical o por el contrario, perderse
alrededor de los once años de edad, debido a que las actividades cerebrales pierden su talento
para hacer nuevas conexiones neuronales y en consecuencia, se minimizan las posibilidades
de evolucionar en aptitudes musicales, a menos que se valga de otras capacidades
intelectuales para remplazar aquellas que no fueron estimuladas adecuadamente en su
momento. (Diaz, 2014)

Asimismo, el estímulo que se genera a través de procesos musicales tiene implicaciones


en lo psicológico, ya que puede despertar gran variedad de emociones, sentimientos y
evocaciones, transformando el estado de ánimo de quien la escucha y la forma de percibir su
entorno; en lo intelectual, procesos tales como atención, creación e imaginación pueden ser
optimizados, fortaleciendo la concentración, memoria de corto y largo plazo, igualmente el
análisis, orden y aprendizaje. Dichos procesos musicales mantienen activas las neuronas del
cerebro, fortaleciendo la inteligencia debido a la simultaneidad del manejo de procesos
técnicos, lógicos y estéticos. (Diaz, 2014)

29
Según Hensy (1984), lo esencial en un recién nacido es que sus cuidadores reconozcan el
órgano auditivo como fuente rica y variada de sensaciones; generar desde entonces, un
ambiente rodeado de canciones, sonoridad, beneficia en múltiples campos al niño. Sostiene
que tales aportes para el desarrollo del niño y la niña tiene mucho que ver con la forma como
la madre se relaciona musicalmente con él, es decir, si le canta al tiempo que acompaña con
movimientos, si escuchan juntos melodías y si genera movimientos a su bebé en relación con
lo que escucha. Esta autora resalta que si en casa no hay ningún tipo de hábito sonoro más
que radio y televisión, es poco probable que el niño aprenda a cantar y con mayor dificultad
logrará afinar la canción infantil. (Diaz, 2014)

Es importante impregnar el oído virgen del niño con sonidos puros, agradables y variados,
a su vez proporcionar diferentes timbres a manera de onomatopeya y buscar cualquier
momento del día para interpretar canciones, esto le proporcionará la posibilidad de sentirse
complacido con sus propios logros sonoros. Posteriormente, ya en edad preescolar, es
importarte proporcionar al niño variedad de herramientas y recursos; diversidad de juegos
con palmas, rondas y canciones infantiles, discriminación y reconocimiento de sonidos,
emisión de sonidos con el cuerpo, audición o capacidades de escuchar, gestos y movimientos,
danza, manipulación y uso de elementos sonoros o instrumentos musicales (Martenot, 1993).

Bajo estos espacios y oportunidades de sensibilización, percepción y expresión musical


se podría establecer que los repertorios de aprendizaje que más están presentes dentro de
ejercicios y prácticas musicales y por lo tanto pueden ser desarrollados a través de estas, son:
(1) Psicomotricidad, (2) Atención, (3) Memoria, (4) Percepción, (5) Aptitud numérica, (6)
Razonamiento abstracto y (7) Aptitud Verbal.

Ante todo, es importante señalar que la sonoridad del mundo, su continuo desarrollo y la
existencia de variedad de música, también puede generar consecuencias nocivas que
comprometen de diferentes maneras nuestro sistema auditivo o sencillamente pueden generar
efectos contrarios a los que se presentaron anteriormente, pero si se hace un balance de lo
positivo y lo negativo pesa más lo primero que lo último. (Diaz, 2014)

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CONCLUSIONES

PRIMERA:
La experiencia sensorial que ofrece la música es vital para el desarrollo cognitivo, del
lenguaje, social y emocional del niño; pero para aprovechar las bondades de la música en
cualquiera de sus formar: cantar, tocar algún instrumento o simplemente escucharla, es
necesario la interacción del niño con el entorno ya sean los adultos, otros niños o la
naturaleza.

SEGUNDA:
Los padres son el primer modelo a seguir y tienen que trasmitirles a sus hijos el gusto por
cantar, siendo una importante fuente de imitación. El canto, como fusión de música y
lenguaje, es el vehículo ideal para desarrollar la expresión y la comunicación.

TERCERA:
La mejor forma de estimular a un niño es mediante el juego, por ello es importante que la
música sea brindada al niño de forma sistematizada, debe tratarse como un juego de sonidos
y expresiones corporales, a través de los movimientos, la sensibilización motriz, visual,
auditiva, y el contacto con las fuentes musicales

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REFERENCIAS
 Abanto, E. M. (2017). La musica y el desarrollo integral de los niños. Cajamarca:
Universidad Nacional de Cajamarca.

 Diaz, M. L. (2014). La Musica como recurso Pedagogico en edad preescolar.


dialnet, 102-108.

 Lorete, R. (1980). Expresión musical en preescolar y ciclo preparatorio. Madrid:


Narcea.
 Loughlin, E. y Suina H. (1997). El ambiente de aprendiza- je: diseño y
organización. Madrid: Morata.

 MetLife, F. (2015). La Podera Influencia de la Musica. Afinandose.

 Molina, T. G. (2014). Importancia de la educacion musical. Andalucia: Facultad de


educacion.

 Soto, G. (2002). Incidencia de la música en los procesos cerebrales. Instituto de


Investigación sobre la Evo- lución Humana. A.C.
 Steiner, R. (1991). La educación del niño desde el punto de vista de la antroposofía.
Madrid: Editorial Ru- dolf Steiner.
 Van Der Spar, E. (1990). Manual Jaques-Dalcroze: prin- cipios y recomendaciones
para la enseñanza de la música. Barcelona: Pilar Llongueres.
 Zorrillo, A. (2004). Juego música y aprendizaje. Bogotá: Cooperativa Editorial
Magisterio.

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