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Capítulo II
La evolución de los archivos y la práctica archivística
\l¡lrttctttlo l,¡ \',t r l;¡str;t rlivision ¡rrrr¡rut'sl;t ¡ror l{olrt'rl Il. It;lr¡licr, lil llistori¡r
rll lo'.,rrt lrtvos sr'¡rrrctlr'\nrl('lt/,u ('n r u,rlrrr ¡lt,rDrlrs ¡rt'riotfor:
rlilrrt i.tl t i()(l 30 Los archivos, entre la memoria histórica... O Etiitorial UOC
3l Capítulo II. La evolucjírn de los..
| ) l,a época de los archivos de los palacios, es decir, la Antigüedad. parte de sus antiguos documentos.
El incendio del capitolio en er
.).) l,a época de los cartularios correspondiente a la Edad Media (siglos xrr-xv). yó los archivos dipromáticos, y año 70 destru_
er emperador vespasiano mandó
I ) l.a época de los archivos como arsensles de la autoridaQ que abarca desde el reconstruir más
de tres mil tablillas de bronce.
rll() xvr hasta principios del siglo xrx. José Ramón cruz Mundet enumera sintéticamente
las principales caracterís-
.l ) La época de los archivos como laboratorios de la historia, que se extiende des- ticas de los archivos de las civilizaciones
griega y romana:
' ¡rrincipios del siglo xx hasta mediados del siglo xx.
/ l)ttrante la Antigüetlad Clásicg ' surgen como institución con entidad
propia; er Arkheiongriego y el Tabura_
aparecieron los primeros depósitos de archi- riutn romano.
r¡s. lrn Egipto, en Nínive, en el palacio de Asurbanipal había órdenes guberna- . Tienen responsables específicos para
rcnlales, sentencias judiciales y contratos en numerosas tablillas de arcilla con o son, esencialmente, instrumentos su custodia y uso.
rst ri¡rciones cuneiformes que se pueden datar en
iurídico-administrativos que establecen er
torno al siglo vtt a.C. A su vez, valor probatorio del documento
escrito.
rr ( irccia, los templos fueron los primeros en reunir los archivos; así, en Atenas . Conseryan documentos considerados
,rrlit rrragistrado velaba por sus archivos, que estaban instalados en el Archeion, . Adquieren un carácter eminentementeauténticos y de valor legal.
público.
s rlt'cir, [a sede de la magistratura. Hacia el siglorv a.C. se instituyó en el templo
' La gestión der poder y la gestión de ros documentos van
estrechamente rela_
lt' ( lylrele, en el Metroon, un auténtico depósito de archivos centrales donde se cionadas.
lis¡rr>nían ordenadamente los textos de las leyes, los procesos del consejo o de
,r ;rs¡rmblea de los ciudadanos, las actas fudiciales y las cuentas públicas, a las cua- ' Durante la Alta Eclad Mectia se produce
una decadencia inexorable del docu_
,'( t,,.lo ciudadano tenía derecho de acceso y de conseguir una copia. Así pues, rnento escrito y, con la caída del Imperio
Romano, er derecho germánico, basado
n rtquel momento ya se evidenciaba el cárácter de utilidad pública de los archi- en el procedimiento oral y la prueba
testimonial, sustituye el derecho roma_
'()r,i, que no volvió a emerger hasta la Edad Moderna. fro¡ que centraba su varor probatorio
en ros documentos escrrtos. Este
l.«rs archivos de la Roma republicana se conservaban, iunto con el tesoto, en ble descenso de la actividad escrita remarca_
tuvo unas contundentes consecuencias
rrr sí¡tano del templo de Saturno, pero también en el templo deJúpiter, donde r.'ndo de los archivos, de manera que quedan en el
pocos archivos de este periodo y,
t'cttidaba de las tablillas de bronce referidas a los actos diplomáticos. Paralela- ittlcmás' en mal estado de conservación.
La práctica de la transcripción
nt'nte, los pontífices conservaban los archivos legislativos de naturaleza iuridica ('r¡mentos originares más ¿e los do-
rerevantes por razones de seguridad
' rt'ligiosa. Con todo, los emperadores, con el deseo de tener a mano y baio su ,rigi nri ra creación de los cart,larios o de sustitución
por acumulación secuenciar. Estas
otttrol directo los documentos necesarios para el gobierno, crearon dentro dei t ir¡.cs ha. permitido conocer
compila_
una parte der contenido de aquellos
r¡l;rt'i«r imperial losScrinia, hecho que comportó el desmembramiento de los an- It¡tlr.rsc pcrdido los originales. a¡chivos al
sólo las instituciones religiosas,
i¡qtros clcltósitos orgánicos. r lt' l;r ,ccesicracr
más conscientes
de conservar sus títulos y por efecto
'l;tl r'ot.r.t«r señala el archivero francés.fean Favier, existían los Sc-rinio sttttario, r rr.,r ;¡rrr.ilristrativa romana,
de Ia pervivencia de ra tradi_
consiguen hacer perdurar buena parte
s rlt'r'it', alcltiv<¡s fiios, fruto tlt' las tr¿ursl't'rt'nci¿rs tlc Ia administración y cr¡yo uso de sus docu_
rrrcnlr ¡r y art.ltivos.
t;t cvt'ntrr;tl, y los ,\trittitt t'ittlt¡titt, r'r»lct r'irirr stlt't lit,a tlt'rl«lt't¡l¡te ntos rle trtilidad Asirrrisl,«r, ¡r.r infruencia de las
órdenes religiosas
orl it'ttlr' «¡ttt' t'l cttt¡rt'r;rtlr )r (¡¡('r r,r l('n('r ( ('r( ¡r o lricn r¡trt' r'l nrisnto ll¡rlrí¡r ltt,t lto rr" t''rr. r¿rs fút'.icas bibrit¡tccarias y Ias archivÍsticas,tiene lugar cierta confu_
('\tt l)lo¡ri,t ttt,ttto. Noltn,tlttrtnlr', r",lr,', rl,rr uf nt'nlur vi,tj,tlrltil rott lo\ ('lnlx'Iil- hasta er punto que se
'ttl,¡rl'¡ t'l lrrrtll¡l(o tlt'l tritf itt'r'.,lno sistcma dt rtcopilación
r¡tt's, rlt' nt,tlt('t,t (lu('('r,r lltr ultrll rlllr' ',r' lr',rltlr,ul r) ('\lt()l)(',tl,ilt. I I r,t¡¡tr lr,t ( lllll('lll,s
ordenada cie los do-
P,l t'vitlt'lllt's rltz,tt.s rl. ti¡r, rrtilitltrisl¡t y (1)¡s(,rv¿r(-i«,risÍ¿r.
llttlr,tllll tlr' los,ttt lttt o\, ,t'.t ( ¡ntrr l¡r'¡ ln\,t\totrr", \' l,rr llll('il,t\, rlrlzln,tron lit,nt l,rrl,r, r,l lrt.t lto rlt,t¡rrr,l,ls r,llt,r rlt,l,¡,,\lt,¡
l)r¡r.tr<l
l:rl;rtl lvtlrli,l lto lrlvir,,,r.lr
rrr¡ «,rnPllrz¡r_
O Edltorial UOC (lapÍtulo II. La evolución de los
1Z Los archivos, entre la memoria histórica
,tlt,r i:rl []O(l
tenido, era necesario contar con el acuerdo de diferentes personas al mismo tiem- Otros elementos destacables son el inicio de Ia concentración de los depósi-
lx), cada una de las cuales tenía una de las llaves necesarias para su apertura. En tos documentales, la sedentarizaci1n de los órganos de poder y de sus servicios
la Corona de Aragón, el cargo de archivero quedó tipificado y consolidado cuan- y, sobre todo, la aparición del expediente como resultado secuencial y acumu-
tlo el rey Pedro el Ceremonioso nombró, el 6 de julio de 1346, a Pedro Passeya lativo de un trámite administrativo, en contraposición con el documento suelto
l)ara que ejerciera de archivero real o "teniente de las llaves de nuestro archivo". de la época medieval, que sólo evidenciaba la resolución de un asunto. Esta ex-
Así pues, el rey ordenó a Passeya permanecer en Barcelona, eximiéndole de traordinaria transformación de la Administración prefigura una etapa de acción
ir tras las Cortes como escribano en sus desplazamientos, asistir diariamente al gubernativa estable y continua, que se manifestó en la cohesión y la diversifica-
¿rrchivo y velar por su correcta preservación. El cargo se situó directamente baio ción tipológica de los documentos.
ltr dependencia del vicecanciller para dotarlo de más autoridad, con el fin de po- Este periodo también señala dos cambios que vale la pena mencionar: en pri-
tlt'r exigir el cumplimiento de las transferencias de documentos al Archivo Real. mer lugar, el inicio de la función histórico-cultural de los archivos, al principio
l,¿rs consultas por parte del soberano¡ los infantes y los altos oficiales eran fre- débilmente. En segundo lugar, el desarrollo de la teoría archivística con la edición
( u(,ntes, y usualmente comportaban una perEtisitio, que requería una intensa de los primeros textos con unas preocupaciones marcadamente paleográficas y
lrrisr¡ueda sobre los fondos documentales en plazos muy breves. Cuando las diplomatistas.
En cuanto a la vertiente histórica de los archivos, hay que convenir que en
r r ¡lrsultas provenían de corporaciones locales o de individuos privados, el archi-
los siglos xvl-xvlll se desarrollan los estudios de erudición en paralelo a una va-
vt'r«r podía pedir la colaboración de los interesados e, incluso, recibir una grati-
loración de los documentos como auténticos y veraces, y a la adopción del mé-
lit irt'ión económica por su trabajo.
todo crítico por parte de los historiadores en el marco de la filosofía racionalista.
lrsta emergencia de la valoración positiva de la función archivística -hecho
Así, la historia crítica se impulsa por toda Europa a partir de la publicación en el
',¡rirr l¡astante excepcional en la Administración Civil, pero más usual dentro de
rrrio 1681 del De re diplomúicq de Mabillon.
l;rs rirdenes religiosas- quedó perfectdmente patente, casi cuatro cientos años
Muchos estudiosos trataron de aplicar Ia crítica a los documentos de archivo,
rrr;is tarde, cuando el benedictino F. Martín Sarmiento (7695-1772) expresó en
tlc modo que establecieron las bases para la formulación de la historia como
t¡n;r carta al general de la orden que "el archivo, en un convento, debe ser el
t icncia o, dicho de otro modo, del método científico de la historia. Esta utiliza-
¡rrirncr empleo de la casa [...]. Abad lo podía ser cualquiera, pero el archivero t i«in de los archivos con finalidades historiográficas potenció la búsqueda y la
¡ritlt' ¡rrcndas muy singulares". Hay que decir que muchos archiveros fueron
¡rrrblicación de las fuentes documentales. La Comisión de Archivos de 1750 de-
rlt's¡rrr(,s abates y abadesas, dado su profundo conocimiento de las rentas y los
viclre un caso emblemático. Bajo los auspicios del gobierno y encabezada por
¡rrivilt'gios de que gozaba la comunidad. Arl«lrós Marcos Burriel, visitó multitud de archivos españoles, generalmente pri-
l,ir ó¡roca que hemos citado antes de los qrchivos como arsenales de la autorida¿l t';ltlos, l)tlcsto que eran los más reticentes a abrir sus puertas a los estudiosos.
sc cur;rctcriza por Ia asunción desde el siglo xvl de la trilogía archivos del poder, I itrtlllién hay c¡ue destacar la paciente tarea de investigar y transcribir documen-
,nt lrivos dc la administración, archivos de la historia; es decir: de una única rea- lr rs rlr'¿rrclriv«r r¡uc llevír a cabo el religioso Enrique Flórez (7702-1773) y que cul-
lirllrrl ¡latcntc cn tres manifestaciones distintas, de acuerdo con la opinión del rrrinrl t orr l;r e rrcicl<lpótlicir Espotitt Sagratla.
¡rrr lrivt'ro losó Lrris llodríguez de Diego. La monarquía inst'rta cl archivo en el l'.1 gt;rrt t lttttl¡it¡ tlt'csl¿t evolr¡ciírn cle los archivos hacia usos culturales se pro-
r or;rzrlrr rlt, los ntt,«rrrrisrnos rlt'¡rrlrle r clc las rt¿tcicl'rtt's llton;t¡r¡uí;ts rtlrsolttl¿ls; l)rLlc- tlttio t'tt lit ¡rritttt'nt lltit;rrl «lt'l siglo rrr, r'rr;rnrl«r l¡l cclosi<in clcl r«tmanticismoy
lr,r tlr,t'llo cs cl llt;ri¡¡o tlt'l«rs cottt't'¡ltos tlr'¡r;tl¡ittton¡,tlitl,trl (r otlrirlcl;¡r'irjrt tlt'l t'l ¡t,tt ir¡tt;¡lis¡tto ¡rro¡rit io unit griut vit;¡litl;rrl t.rt lr¡s t,strrtlios llisl«lric«rs, cr) l-ttrcr-t¿r
,ttr lut',r ( onto ¡rtoJrit'rl,trl), \('( t('tist¡lr¡ (ttliu¡t,¡( tr)tt rlr' '.u r.rl,r l{'t trtrlrltrt'lt,tlllt') |,ttlt'tlt'tltt,ttlr¡r,tt'tts,tlz,tt t'l p,rr,ttlo lrrt'rlilr',rl \',t \(,tvir tlr,jrrstifitlrr'irlrr rlt,l.rs lllr-
r' ilr,r( ( r'.,tlrrltrl,r,l lr,rttlt()I tl(, stt ittlr)tlil,t( riln) ( t('nl('\ lrlt.lrllrl,rr1r.., tr.tr ton,rlr'.,
I rl iloLial U()(l Los archivos, entre Ia merfloria histórica.
O Editorial UOC
[.a evolución t1r,]r¡s
I l.a sinergia que comportó la confluencia de tantos intereses en el mundo de ia archivística contemporánea y que implican un gran
salto cualitativo, ya crue
los archivos hizo surgir una gran preocupación por los documentos y los archi- permiten desembarazarse de la etiqueta de profesión
eminentemente practicis-
v():i (lesde la perspectiva de la paleografía y la diplomática. Este hecho derivó en tay alcanzar la consideración de disciplina o ciencia emergente.
l;r ir¡larición de una serie de tratados como los ya rrencionados de Mabillon y Pues bien, este cambio en el árnbito de la archivística
presenta las siguientes
lrlrirez, pero también los de Beringio, Mayans y Mondéjar. En el ámbito más estric- características:
liunente archivístico, resultaron fundamentales las reflexiones teóricas de J. von
l{rrrrrnrin¡;en (1571), N. Giussani (1684) y la secuencia setecentista de Le Moine, 1) La asunción del principio
cie que los a¡chivos son propieclacl de la nació,,
llrrttenay de Bonvouloir o Chevriéres. de manera que están ar servicio de ros ciudadanos, quienes,
l,as vías de influencia de los nuevos tratadistas en la archivística peninsular
como norma general,
pueden acceder a ellos libremente.
st' ¡rrreden ejemplificar con el caso del manual redactado por Oliver Legipont.
2)
La concentración en grandes depósitos cle los documentos
l'.n cl año 17 59, el lurista valenciano Joaquín Marín Mendoza (7725-1782) tra- de las institu-
ciones centrales del Estaclo, de los antiguos fondos históricos
tltrio y publicó al castellano varias obras del monje benedictino Oliver Legipont, ¿e las desamorti-
zaciones o del régimen señorial aboliclo. La creación
t'rttrt' las cuales encontramos Sobre el rnodo de poner en orden un archivo. Esta obra de los Archivos Nacionales
parisinos (1790) por parte cle los revolncionarios
st'tonvirtió en un referente en la organizaciótt de los archivos de muchas pa- franceses se tolna como ejem-
plo en otros países europeos: poronia (1g09), Noruega (1g77),
r ror¡tr ias y conventos valencianos.
Bélgica (1g:ls),
Reino unido (1838), Suiza (1848), España (1866),
Italia (1871) y canadá (1872),
entre otros.
"\rr ol)rA, refleio de toda una experiencia archivística de la Orclen desde la Edad Me-
tli;r, vicne a responder a las necesidades del momento. Conluga las opiniones de la 3)El desarrollo de la crítica histórica, el arraigo de las
ideas ilustradas y, sobre
n cst (rt'la francesa e italiana a la hora de establecer etapas en la historia de la Archivís- todo, la influencia del romanticismo y el nacionalismo
convierten los archivos
lit¡r. llatrÍa que tener ordenados los archivos: -por una parte, como'armas legales cn institutos de investigación y cultura. Sin abanclonar
¡r.rrr tlt'fcnder los clerechos, dominios y sus facultades', -por otra, para la confección totalmente .la vertiente
jurídico-administrativa, se impone una visión
rlt'Anirlcs y (lronicones clonde'se etrtretexe la historia de la Patria'." histórico-cultural de los archiv.s,
tlc manera que se produce una grave disociación
entre los denominaclos archivos
V. l'r ¡ns (1996a, pág. 382). 'itdministrativos y los archivos históricos, fractura que tarclará muchos años en
soldarse.
l.rt rÍrrtcsis, la aparición de una teoría archivística gracias a la difusión de estos
4) La creación de órganos especiarizados para la dirección de la política ar_
l('\l()s ¡rrc¡raró los archivos para el gran cambio que se operó conceptualmente en
tltivística, generalmente adscritos a ministerios de
l()nt() ir lrr sc¡¡unda mitad del sigloxrx con la formulación cle los principios cien- tipo educativo y cultural de
;tt't¡crtltl con la percepción de los grancles depósitos
lrlir os r¡ur, cle finen los ejes capitales de la archivística contemporánea. de archiv,s co,lo centros
rlt'irtvcstigacitill, así como la creación de escuelas especializadas
en la formación de
I.s;rr.hivcr,s. ll.trc estas escuelas hay que destacar la de
Nápoles (1u11), l,École
tlt's (,lrirrrcs t', r)arí (1sz'r), ra Bayerische Archivschule
en Munich (ig21), el
lrrsritrrt riir ()stt'rrciCrriscrrc (icschichtsforschung
2. l.¿¡s b¿rsestcírricas dc la archivística c«rnternpr»ránea en Viena (1g54), ra Escuela Di_
(siglos \t \-x \) ¡rlorrrliliclr r,ll lVl¿rtllltl (ltt.5(r) v lir St.rrr¡ltr Vlrticana cn Ilorna (lgU4).
\) l¡rrr¡rclllo tlt, lt¡ llrotlut.t iorr tlor.r¡ntt,nti¡l t, ll¡ r.rt,l¡t.irln
l,,l
tlc los ¡u.cllivos n¿¡_
r liltt,tlt'r olrlrli,r ,t ol¡i,trri.t.rr
¡1l.trttlt.s vol¡¡¡¡¡1.¡¡1., rlr, tl¡t tttttt,rtl,s, «.il.r.t,lsf;rttr.i:r
.\lcrrtr,u llt r'l rtlilo rlr,. t'l nrrrnrlo rlt'lo.,,rrr lrr,,,,'\lr unrr'nlo lilt,t sllit'tlt rllll'(,tlrllltlYt'ltlt ,tttl('il1¡t, tt,l, l),1,t l,l ,rrr lilr.rsllt,t. I n r.rlr.t,¡tlt.tl,,
(llt('t'tt r,l ,,.t lti
l¡,tlt',liltill.t( loltr", r.l lt¡lr¡trl t rrlt',lllr¡\r'rolr li¡'. tr lr lr ttlr", r¡ttr. r ilnlt]ilil,ln \r'rlrlt,lt((.\N,tl,¡llrrlr.\\',rllt t.nllt(t,t loir¡t¡.\,lt,t (oil\l.tlil\(,(.nlurt.¡t,rtlt, l,t
histórica O Editorial UOC Capítulo ll. La evolución de los
38 L()s archivos, entre la memoria '
I rltlrr¡iirl t)()(
y el respeto a la estruc- Según M. Paz Ma¡tín-Pozuelo, las obras E/ archivo cronológico-topogrtifico. Arte
utlvit itrchivística: el respeto al principio de procedencia
de archiveros (1828), de Froilán Troche y Zúfliga, y Disertación sobre arcltivo-s (1830),
Luir irttr:rlta de los fondos.
de Facundo Porras Huidobro, y las obras de Marcelo Martinez (1857), Timoteo
y contenidos en la Circular Domingo Palacio (1875), Miguel Velasco Santos (1875),José de Güemes (7876),
l,os ¡rrincipios enunciados por Natalis de Wally'
Luis Rodríguez Miguel (1877) yJosé Morón y Liminiana (1879) reúnen un con-
It, tl,l tlc abril de 1841 firmada por el ministro
Duchatel, son considerados el acta
junto de reflexiones que reflejan Ia voluntad de aplicar a los archivos españoles
de respeto o de procedencia'
It, rr;rt.irniento de la noción de fondo y del principio el principio de procedencia.
,,|,,lrcslletoalprincipiodeprocedenciaforjadoasincrónicamenteporcadatradición Para concluir esta visión sintética de la evolución de los archivos en los si-
establece asimismo que los ar- glos xrx y xx, hay que remarcar también que la recogida por parte del Estado de
ril.r.lrivística y conocido con denominaciones rlistintas,
t lrivos de una misma procedencia no se deben
mezclar con los de otra procedencia' grandes volúmenes de documentos antiguos -que requerían una formación es-
srr :rtkrltcirin, introducida casi siempre en el ámbito normativo, y posterior aplicación
pecializada para organizarlos y hacerlos accesibles con garantías- favoreció, ya
odestrucciones, de archivos que la utilización de
slrvit.ron para paliar los errores y las desde los años treinta del siglo xrx, el encauzamiento de una serie de iniciativas,
segundo [el respeto a la estructura
inter-
st,rrtkrillctodc¡logías había provocado I...].El
c1e la profundización del primero' entre las cuales cabe destacar la propuesta hecha en el año 1852 por la Real Aca-
Ir,¡ «lt. los [«rnclos], elaboraclo como consecuencia
relacio-
¡rrr,st r.ilre
(lue un fondo de archivo clebe conservar o recibir una clasificación demia de la Historia -que tutelaba los fondos desamortizados en ausencia de un
que Io ha creado, y debe conservar la
rr,rtl,r t.0n las estructuras intelnas del organismo archivo nacional- de establecer una escuela parecida a la Aula Diplomática de
r l,rsilir'¿tci(rtt estableci<la por el organismo de origen"' Lisboa o a l'École des Chartes francesa. Esta iniciativa se materializó finalmen-
lrrc todo por la emergencia de los archivos de Ia Administración local. La puian- Capítulo IIt
/il (lel municipalismo, como evidencia la tesis de Julio Cerdá, se corresponde
( ()r) una creciente preocupación por los documentos y deriva en una revitaliza-
El marco legal
r irin del sector.
l:inalmente, la Guerra Civil provocó graves pérdidas en el patrimonio docu-
I¡cntal; con la llegada del franquismo se consolidó la sumisión de los archivos
;r [¡ voluntad de manipulación historiográfica emanada del poder político. La
(.()¡cepción de los archivos como Iegitimadores de la ideología imperante alcan-
zil su máxima expresión. En cuanto a la Guerra Civil, en el caso catalán es inte-
l't,s¡rnte remarcar la política de salvamento de archivos llevada a cabo por la
S¡r.ción de Archivos de la Generalitat de Catalunya, encabezada por el archivero Las leyes sobre los archivos y los documentos son mucho más que meras re-
| )r¡ran i Sanpere. gulaciones focalizadas a resolver los problemas derivados de la recogida, el trata-
l,ara salvar los archivos catalanes del peligro de bombardeo o destrucción en miento, la conservación y la difusión del patrimonio documental. La legislación
¡li¡los de grupos de incontrolados, se crearon varios refugios en todo el país, en- archivística debe tener presente que debe facilitar Ia conectividad con el aparato
trt, I<¡s cuales destacaba el de Poblet, en las comarcas occidentales, y el de Viladrau, administrativo de las instituciones y, sobre todo, debe sentar las bases para hacer
t'rr las orientales. El éxito alcanzado por estos archivos-refugio hizo que en el año efectivos los derechos fundamentales de los ciudadanos y del Estado. En reali-
l().t() tarnbién Se Cfearan en Lérida, Tortosa, Cervera, Manresa, ReuS, Tarragona, dad, cada ley debería refleiar la historia, la tradición iurídica y las peculiaridades
1l;rrt'clona, Vic, Girona y Ripoll. Aunque no se pudieron evitar algunas pérdidas,
¡rropias de las prácticas administrativas de un país y, fundamentalmente, deberia
t,l v«rlunten de documentación salvaguardada se cuantifica en quince mil metros rcgular aspectos vinculados con la organización del sistema archivístico, con las
lilrt'¿rlcs de documentos y ciento cincuenta mil pergaminos.
llroblemáticas específicas de la gestión de los documentos administrativos y con
últimos años, Ia expansión de la archivística por toda la Administra-
l,lrr los
el acceso de los ciudadanos a la información bajo la perspectiva de facilitar el
r i«irr, el incremento extraordinario de la literatura profesional, la utilización de
cumplimiento de los principios de transparencia administrativa y de participa-
lirs tccnologías de la información y la comunicación, el crecimiento del número
t'i«in ciudadana.
tlt, trsuarios, el desarrollo de las técnicas de tratamiento documental y la asun-
lrl Conseio Internacional de Archivos, mediante el Comité de Derecho Ar-
t lrin rle los principios democráticos de libre acceso, transparencia administrati-
t lrivístico, enuncia los principios directores esenciales que debería tener en
vir y l)itrticipación ciudadana han actuado como un catalizador que confiere a
( u('ltta una ley sobre los archivos históricos y los documentos administrativos.
krs lrclrivos y a la archivística un horizonte de posibilidades extraordinarias'
Sorr los siguientes: definición de los conceptos archivísticos fundamentales, al-
( ln('(, tle la lcy, inalienabilidad e imprescriptibilidad de los documentos guber-