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exposición y está dedicado a las notas de los seminarios fue la noción de per-
definitorias de la persona humana, en sona humana que, como apunta Mel-
donde se integran la visión clasica y chiorre en la presentación del volumen,
moderna. Una vez esclarecida la noción a partir de los años treinta del presente
de persona se estudian las relaciones siglo ocupa un lugar de particular relieve
entre la técnica y la ecología, así como la en la reflexión filosófica contemporánea.
ciencia, los valores y la verdad. Especial
En la génesis de esta obra se encuen-
relieve tiene el capítulo seis, dedicado a
tra una compartida preocupación por la
la libertad como manifestación del obrar
fundamentación de la ética frente a la
personal. Completan esta segunda parte
crisis del pensamiento metafísico que ha
los capítulos dedicados a la felicidad, las
conducido al relativismo ético presente
relaciones interpersonales y la vida
en nuestros días. Se podría decir que en
social. La tercera parte del libro trata de
el seno de la filosofía actual se intenta
las situaciones, obras e instituciones en
llevar a cabo una rehabilitación de la
las que se articula la vida humana
razón práctica como garantía del recto
(sexualidad y familia, derecho, cultura,
obrar moral; pero los presupuestos
economía, la ciudad y la política). Para
sobre los que se intenta construir no
finalizar, en los tres últimos capítulos se
logran esclarecerse de manera evidente.
estudia el tiempo y la historia, el dolor y
el destino humano (muerte, religión y El punto de partida del presente tra-
trascendencia humana). bajo se encuentra en la constatación del
giro efectuado por la filosofía cartesiana
En definitiva, se trata de un libro
que a la postre, según algunos autores,
eminentemente didáctico que trata de
aboca a un subjetivismo. Pero no se
proporcionar una fundamentación ini-
trata de volver a una concepción pre-
cial sobre el hombre a quienes carecen
cartesiana de la filosofía, sino de reto-
de una previa formación filosófica.
mar lo positivo de dicha tradición que
Además, a pesar de tratarse de un libro
conduce a hacer de la persona humana
de síntesis antropológica no está exento
el centro de la reflexión.
de planteamientos antropológicos pro-
fundos y sugerentes, que sin duda des- La exposición se desarrolla en tres
pertarán el interés de los más versados. perspectivas: teológica, teórica e histó-
rica. En la perspectiva teológica se pre-
]. Á. García Cuadrado
senta la noción de persona en el con-
texto de la teología contemporánea y en
la Sagrada Escritura. Consta de tres tra-
Virgilio MELCHIORRE (ed.), L'idea di
bajos: A. Bertuletti (el concepto de per-
persona, Vita e Pensiero, Pubblicazioni
sona y el saber teológico), P. Beauchamp
del Centro di Ricerche di Metafisica,
(persona, elección y universalidad en la
Sezione di Metafisica e Storia della
Biblia) y G. Angelini (la figura de la per-
Metafisica, n. 16, Milano 1996, 536
sona en el marco de la Alianza).
pp., 16 x 22, ISBN 88-343-0386-5.
En la perspectiva teórica se analiza
En esta obra colectiva se recogen los la ambigüedad constitutiva de la per-
seminarios que a lo largo del año 1993 sona según la etimología clásica del tér-
tuvieron lugar en el Departamento de mino: la máscara. En efecto, la persona,
Filosofía de la Universidad Católica del como la máscara del teatro griego, es a
Sacro Cuore de Milano; el tema central un tiempo espacio de revelación y de
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han rebatido dicha fecha, entre los que Rudolf SCHNACKENBURG, La persona de
está el mismo Stanton. Sigue expo- Gesu Cristo nei quatro vangeli, Paideia
niendo las diversas variantes que se Editrice, Brescia 1995, 451 pp., 22,5 x
encuentran con frecuencia en los códi- 15,5, ISBN 88-394-0529-1.
ces, así como una referencia a la crítica de
las formas. Aborda la cuestión de la posi- Explica el a. cómo el método histó-
bilidad de la existencia de un evangelio rico-crítico ha llevado a resultados muy
perdido, así como las relaciones hipotéti- diferentes, no siempre positivos, en el
cas de los evangelios entre sí, sobre todo campo de la investigación sobre Jesús,
de los Sinópticos (cfr. pp. 69-100). en la que está empeñado desde el resur-
gir de la exégesis bíblica católica en el
Estudia algunos evangelios apócri-
año 1943, con la encíclica Divino
fos, como los de San Pedro y Santo
Afflante Spiritu. La situación actual, con
Tomás. También trata de los manuscri-
frecuencia desalentadora, le ha inducido
tos de Egerton y el llamado «Evangelio
a intentar una vez más un acercamiento
secreto de Marcos». Trata el tema de la
diverso a la persona de Jesús, que vino
armonización de los cuatro evangelios
históricamente y, al mismo tiempo, vive
(cfr. pp. 123-139), así como la arqueolo-
todavía junto a Dios y a la Iglesia. Ha
gía como testimonio de la figura de Jesús
dudado realizar esta tarea que, en defi-
(cfr. pp. 140-152). También se detiene
nitiva, quiere ayudar a un encuentro
en las tradiciones sobre Jesús que se dan
con Cristo vivo que nos repite hoy su
fuera de los evangelios, como son los
llamada (cfr. p. 10). Se dirige a la comu-
Anales de Tácito y las Guerras judaicas de
nidad de creyentes, por lo cual se coloca
Flavio Josefo (cfr. pp. 153-165).
entre fe e historia, teniendo en cuenta la
Los capítulos XI-XV desarrollan crítica histórica, pero sin entrar en cues-
diversas cuestiones en torno a Jesús, tiones discutibles. Recuerda que en oca-
como su condición de profeta (cfr. pp. siones los estudios crítico-históricos han
193-201), sus relaciones con el Bautista podido suscitar dudas, pero reconoce
(cfr. pp. 203-212), Y su condición de que a pesar de ello, los cristianos creyen-
Rey de los judíos (cfr. pp. 213-229). El tes conservan la fe en Jesucristo, porta-
último capítulo, titulado «Parole d'Evan- dor de la salvación y redentor del
gile, la verité apropos de Jésus», es un mundo (cfr. p. 10).
resumen en el que se destaca la veracidad
Trata de individuar la visión cristoló-
de los relatos evangélicos, aun cuando se
gica de cada evangelista (caps. 2-5), pre-
comporten según el modo de narrar de
sentando luego una visión unitaria y una
su tiempo y busquen, sobre todo, trans-
síntesis. Termina con una especie de epí-
mitir el mensaje salvífico del Evangelio.
logo que titula «Per guardare avanti»,
Presenta unas sugerencias bibliográ- frase sugerente y significativa en cuanto
ficas de cuestiones generales y de los que los evangelios, aunque sean una obra
temas particulares de cada capítulo. definitiva, no se pueden considerar
Termina con un índice de materias y como una obra estática. Al contrario, las
otro de las ilustraciones en blanco y palabras y los hechos de Jesucristo siguen
negro que contiene el libro, interesante resonando e interpelando, iluminando y
desde el punto de los testimonios histó- alentando a los hombres en su camino.
ricos relativos a Jesucristo.
Es un don de agradecer la existencia
A. García-Moreno de los cuatro evangelios, pues cada uno
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ofrece una perspectiva distinta que eterna. Viene a ser lo mismo que afirma
enriquece el conjunto. Son como cua- Pablo cuando asegura que «el evangelio
tro columnas en las que se asienta el es la potencia de Dios que salva a todo
edificio de la Iglesia. Esta imagen, sin el que cree» (Rm 1, 16).
embargo, resulta inadecuada por lo que
Estamos ante una obra de sólida
. tiene de estática y no expresar el correr
doctrina y buen hacer exegético, fruto
vivo de la Tradición, ni permitirnos
de muchos años de docencia y de estu-
conocer cómo esos cuatro pilares sostie-
dios del hoy Profesor emérito Rudolf
nen a la Iglesia. Los cuatro evangelios,
Schnackenburg.
sigue diciendo Schnackenburg, no pue-
den ser simplemente sumados, sino que A. García-Moreno
es preciso confrontarlos y, cuando es
posible, coordinarlos. Recuerda que los
evangelios se han formado de manera Alexis RlAUD, La triple Mission du ~rbe
progresiva en un proceso continuo. El Incarnée, Paris 1995, 124 pp., 15 x 20.
evangelio más antiguo es el de Marcos,
base de los otros sinópticos y también En la presentación adelanta el a. su
de San Juan. Tradiciones sucesivas han tesis al decir que «en los primeros siglos
enriquecido el Urmarcus, se han unido de la iglesia, particularmente en
las tradiciones sobre los dichos de Jesús Oriente, las comunidades cristianas han
(Q), otras tradiciones judeocristianas y
vivido en la esperanza y la persuasión de
no pocas narraciones aisladas. La tradi-
que al fin de los tiempos, cuando el
ción completa de los evangelios, por
Señor llegue en su gloria restablecerá
tanto, forma un gran río que recoge todas las cosas, ángeles y hombres, a su
nuevos torrentes y enriquece la imagen
dignidad primera» (p. 11). Sigue expli-
de Jesús con la reflexión sobre su per-
cando que esa creencia se apoya en
sona. «La profundidad de la visión cris-
diversos textos del Nuevo Testamento
tológica -afirma- alcanza su punto
que anuncian la «restauración univer-
más alto en el evangelio de Juan» (p.
sal» (apokatdstasis), expresión usada por
450).
San Pedro en Hch 3, 21.
Con Taciano se hizo un solo evan-
De esta doctrina, sigue diciendo, se
gelio, el Diatessaron, con la intención
deriva que el infierno, aunque eterno si
de unificar los cuatro textos evangéli-
se le considera desde el lado de los con-
cos. Fue una idea que no progresó, per-
denados, no lo será efectivamente del
maneciendo cada evangelio con su pro-
hecho de la Omnipotencia y la Miseri-
pia perspectiva y enfoque. En efecto,
cordia que, al fin de los tiempos, en su
Ireneo habla claramente de los cuatro
Hijo Cristo Jesús, reconciliará todos los
evangelios e ignora el evangelio único
seres, tanto terrestres como celestes
de Taciano. Vuelve a la imagen de los
«pacificando por la sangre de su cruz
cuatro ríos, evocando el relato del
todas las cosas ... » (Col 1, 20).
Génesis y también el del Apocalipsis.
De esa manera el evangelio es un cau- En la Introducción afirma que hay
daloso río cuatripartito que riega la tie- que acoger la Palabra de Dios con pron-
rra seca y calma la sed de la humanidad titud y amor, acogerla tal cual es, sin
que languidece. Cita el pasaje de Jn 4, buscar acomodarla a nuestros gustos, a
14, donde el Señor promete el agua que nuestras opiniones o prejuicios y adhe-
saltará como una fuente hasta la vida rirnos a ella con todo nuestro espíritu y
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de Jesús con un icono ruso, en cuanto es lado estima que no se trata sólo de la no
preciso contemplarlo con una determi- violencia, sino de la fidelidad a los pIa-
nada actitud espiritual. También los nes de! Padre, una llamada a vivir a tra-
relatos de la Resurrección tienen su pro- vés de la muerte aceptada y confiando
pia perspectiva, en cuanto que insisten en e! poder de Dios.
en e! acceso de los discípulos a la fe pas-
A! hablar de! diálogo con Pilato en
cual y la toma de conciencia de la nueva
Jn 18, 36 apunta que e! vocablo griego
situación. Gracias a la donación del
basileia se refiere, más que a su Reino, a
Espíritu Santo, los discípulos son expre-
su reinado, ese que ejerce e! Hijo de
sión misma de Cristo, como lo había
Dios desde su venida al mundo (cfr. p.
anunciado e! Señor en los discursos de!
81). En J n 19, 13 expone la posibilidad
adiós. Leon-Dufour sostiene que Jn 21
de! doble sentido, transitivo o intransi-
es un capítulo insustituible en la obra
tivo, de! verbo ekathisen. Reconoce que
joánica, aunque admita la presencia de
e! sentido transitivo, Pilato sentó a Jesús
una mano diversa al autor de! resto de la
en tribunal, tiene un indudable valor
obra (cfr. pp. 11-12).
teológico en cuanto que apoya la con-
Como en los volúmenes anteriores, dición de Juez que ejerce Jesús. Sin
presenta primero e! texto a comentar y embargo, tras dar una serie de razones
luego lo divide en diversas perícopas de diverso tipo, sostiene que es Pilato e!
que va explicando. Termina con un que se sentó en e! tribunal (cfr. pp. 109
comentario a todo e! texto tratado que, s.). Señala que, en todo caso, e! proceso
con e! nombre de «ouverture», hace de Jesús desborda la Historia y e! sen-
unas aplicaciones de tipo pastoral o tido profundo va más allá de lo apa-
práctico. rente.
A! explicar la Pasión destaca la sobe- En Jn 19, 25-27 se muestra un
ranía de Jesús en diversos momentos. tanto reticente a admitir en este texto la
Así cuando habla de J n 18, 4 en que la maternidad espiritual de María, aunque
caída de los que vienen a prenderlo en afirma que la acepta. Se sitúa más bien
Getsemaní evoca e! poder de! Señor en la linea bultmaniana que ve en
que, según e! Antiguo Testamento, con María y en Juan dos personajes que
sólo su palabra derrota a sus enemigos. simbolizan la antigua y la nueva econo-
También recuerda que Jesús se presenta mía, así como e! paso de la primera a la
como e! buen pastor que no deja que segunda (cfr. pp. 148 Y 190). En Jn 20,
ninguno de los suyos se pierda, sino que 23 explica las diversas controversias
da la vida por e!los (cfr. pp. 35-37). habidas en torno a este texto. Estima
que Jesús da unos poderes en orden al
A! hablar de J n 18, 11-25 observa la
perdón de los pecados, también de los
centralidad de! relato de! proceso ante
cometidos después de! Bautismo, aun-
Anás, encuadrado entre las negaciones
que no se den más datos acerca de la
de Pedro, para destacar así la actitud
forma de administrar dichos poderes.
soberana ante Anás, en contraste con la
Lo que sí está claro es que e! perdón
cobardía de Pedro frente a la portera y
dentro de la comunidad era ya una rea-
los criados. En la «ouverture» corres-
lidad en Qumrán y que la Iglesia lo
pondiente a este pasaje recuerda que «a
vivió desde e! principio.
la violencia de los hombres él responde
con la afirmación serena de un mensaje Termina con un índice temático
de amor sin fallos» (p. 61). Por otro que abarca los cuatro volúmenes publi-
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cados. De ese modo se facilita e! uso de dio derásico como científico, pero me
esta obra que, aunque discutible a parece que tal estudio es una aportación
veces, es tan interesante en su conjunto. importante» (p. 9). Creo que se ha que-
dado corto, ya que e! estudio derásico
A. GarcÍa-Moreno
es ciertamente científico y muy conve-
niente, en ocasiones imprescindible,
para e! conocimiento de! texto sagrado.
Lorenzo CAMERERO MARíA, Revelacio- Pensamos que lo que ha querido decir
nes solemnes de Jesús. Derás cristo lógico en es que se puede hacer un estudio cientí-
Jn 7-8 (Fiesta de las Tiendas), «Mono- fico sin recurrir necesariamente al
grafías» 4, Publicaciones claretianas, derás. De hecho hay muchos estudios,
Madrid 1997,482 pp., 23 x 16. sobre todo en e! campo anglosajón, que
prescinden de ordinario de los estudios
Este trabajo corresponde a la tesis derásicos y suelen desconocer cuanto en
doctoral presentada por e! a. en la ese campo, que es bastante, se está
Facultad de Teología de la Universidad publicando en España.
de Comillas, a fines de! año 1993. Fue
En la bibliografía echamos de
dirigida por e! Prof. Domingo Muñoz
León. Los dos primeros capítulos los menos la obra de J. Bonsirven, Textes
dedica a recordar la noción de! derás y rabbiniques des deux premiers siecles chré-
su uso por e! cuarto evangelista. Sigue
tiens pour servir a la intelligence du
con e! estudio de la Fiesta de las tiendas
Noveau Testament, Roma 1955. Tam-
bién nos ha resultado llamativo que cite
(cap. IlI). Trata luego de la visión de
dos trabajos nuestros (cfr. p. 411) y no
conjunto y estructura de Jn 7-8 (cap.
cite e! publicado en «S cripta Theolo-
IV). A continuación analiza diversos
gica», 25 (1993) 33-48, sobre e! derás
pasajes: Jn 7, 28-29 donde habla de
en e! IV Evange!io, reproducido en e!
Jesús como enviado de! Padre (cap. V);
libro Introducción al Misterio. Evangelio
Jn 7, 37-39 en que trata de la fuente de
de San Juan, Pamplona 1997, pp. 98-
agua viva (cap. VI); Jn 8, 12 Y 9, 5
110. Por otro lado, en e! índice ono-
sobre Jesús luz de! mundo (cap. VII); Jn
mástico no incluye los autores citados
8, 24.28 donde destaca la frase «Yo soy»
en e! apéndice sobre bibliografía.
(cap. VIII); en Jn 8, 31-36.37-47 des-
taca la condición de libertador que Al estudiar Jn 8, 32 sigue la traduc-
Cristo tiene (cap. IX); en Jn 8, 48-59 ción «la verdad os hará libres». Es la más
habla de la preexistencia de Jesús (cap. corriente y ' quizá más clara. Sin
X). Por último ofrece una visión sinté- embargo nos parece que no es la mejor.
tica de la aportación de Jn 7-8 a la cris- En primer lugar porque la verdad no
tología (cap. XI). Al final de los cap. hace libre al hombre ya que éste lo es
VII y VIII presenta dos excursos, e! pri- por naturaleza, aunque esté en e! error.
mero sobre e! Lógos sapiencial y e! Por otra parte e! verbo griego ~leutheró
Memrá tergúmico, y e! segundo sobre sei es e! mismo en e! v. 36, donde no se
e! patriarca Abrahám y la pretensión de suele traducir de la misma forma por
ser de su linaje. aquellas versiones que optan por «hacer
libres».
Nos parece oportuna la observación
que hace respecto al uso de! Derás en Al hablar de! derás de cumpli-
los estudios exegéticos. «No pretendo miento, añade e! derás confirmativo
-dice- entrar en la defensa de! estu- (cfr. p. 387). Quizá habría que añadir
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entre humildad y fama que los santos dor moderno son difíciles de aceptar
han de resolver es e! tema de este breve como tales. La hagiografía es un género
estudio. El interés de Kleinberg está en difícil para cualquier estudioso. ¿Qué
«la imagen pública» de! santo y cómo se puede hacer un lector postmoderno con
va construyendo entre las obras de! la repulsión que causan algunos relatos
santo y los testigos. Mucho más que grotescos? Sin duda, lo que hoy nos
para nosotros, en la Edad Media, los parece cómico, para muchos cristianos
santos eran la luz de! mundo, un regalo medievales debió ser suculenta edifica-
de Dios para la Iglesia, y una luz que no ción espiritual. Kleinberg no se encuen-
puede esconderse. Para la mente medie- tra a gusto en ninguna de las alternativas
val, se podría decir, no reconocer la san- de interpretación que se han dado
tidad es un pecado. (negar milagros sin más, como David
Hume; o decir que no son hechos reales
En este «negociar la santidad», hoy
sino percepción de la realidad). Su
sabemos que los Papas no imponían
intento de «salvar los textos» es enco-
sobre e! pueblo cristiano una visión par-
miable, y como todo historiador res-
ticular de la santidad según su gusto
ponsable, sabe que no es posible recupe-
personal. Hasta e! siglo XII fue e! culto
rar «los hechos tal como pasaron». Pide
espontáneo de! pueblo en una comuni-
a otros historiadores que sean claros
dad particular e! que juzgaba de la san-
expresando sus métodos y prejuicios en
tidad de alguien. Inocencio III (1198-
la interpretación de las fuentes.
1216) empezó a regular lo que pronto
sería todo un proceso formal de canoni- Habiendo criticado algunos defec-
zación exigiendo testimonios de piedad tos de! estudio estadístico de santidad
y milagros. Entre 1198 y 1434, sólo en la edad media, Kleinberg dedica la
treinta y cinco personas fueron canoni- segunda mitad de! libro al estudio de
zadas de entre unos setenta procesos. La casos particulares de los que se pueden
autoridad eclesiástica asumió una fun- deducir generalizaciones. Los ejemplos
ción negativa por una parte, y preven- son: Christina de Stomme!n (c. 1242-
tiva por otra, ante e! temor, por así 1312), Lukardis de Oberweimar
decirlo, de una «inflación» de santidad. (1257-1309), Douce!ine de Digne
(1214-1274), y, e! más conocido de
Los autores medievales de vidas de
todos, Francisco de Asís (1181-1226).
santos deseaban demostrar que alguien
había vivido como otros santos ya vene- Á. de Silva
rados. Estas famosas, y a menudo fabu~
losas, Vidas de Santos, vienen a decir
que para ser santo no sólo hace falta Erika RUMMEL (ed.), Erasmus on
madera de santo sino también pape! de Wómen, University of Toronto Press,
santo. El santo pronto es consciente de Toronto 1996, 251 pp., 15 x 23, ISBN
que se espera de él una conducta deter- 0-8020-7808-7.
minada. En cuanto una persona es repu-
tada santa, cualquiera de sus acciones Este libro recoge textos de Erasmo
explota en posibilidades de interpreta- de Rotterdam (1466?-1536) sobre la
ción. Los santos producen una sobre- mujer y está basado en la edición
abundancia de sentido. Pero también inglesa de sus obras completas que
produjeron, según esos documentos de! publica la Universidad de Toronto.
medioevo, relatos que para e! historia- Han sido ordenados bajo tres epígrafes:
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novias, esposas, y viudas, señalando así viajes a Londres, le abriera los ojos para
las limitaciones y convenciones sobre la comprobar que los santos se encuentran
mujer en las primeras décadas del siglo también en el hogar y en el mundo.
XVI. Como casi todo lo que escribió el
Estas selecciones de textos son un
«príncipe de los humanistas», la lectura
lugar excelente de lectura entretenida e
de estas páginas resulta siempre entrete-
informativa para quienes están interesa-
nida pues hay en ellas una mezcla de la
dos en el papel de la mujer en aquella
tradición arrastrada y del celo reforma-
época de transición del mundo medie-
dor de su autor. La advertencia de la
val al mundo moderno que llamamos
Prof. Rummel en su Introducción es
renacimiento cristiano.
muy oportuna: no es fácil distinguir las
opiniones personales de Erasmo de la A. de Silva
opinión cultural de su época. Su escep-
ticismo sobre asuntos humanos no hace
más que dificultar la tarea. Donde el Anne WINSTON-ALLEN, Stories 01 the
pensamiento de Erasmo sobre la mujer Rose: The Making 01 the Rosary in the
se sale de lo tradicional y es progresista, Middle Ages, The Pennsylvania State
se debe sobre todo a la influencia de su University Press, University Park,
amigo Tomás Moro. Pennsylvania 1997,210 pp., 34 ilustra-
ciones en bln, 16 x 23.
Con su Elogio del matrimonio de
1518, Erasmo causó tal furor que tuvo
No ha habido devoción católica
que excusarse en otra obra diciendo que
más popular y asequible que el rosario,
no eran ésas sus opiniones, y después
y este libro sobre sus orígenes en la
alegando que su idea del matrimonio
Edad Media ofrece una historia fasci-
era algo parecido a la virginidad. Hoy
nante pues en las cuentas del rosario
sería bien entendido, y su manual sobre
confluyen áreas que hacen las delicias
el matrimonio podría ser lectura edifi-
del investigador medieval: piedad, espi-
cante para el católico más conservador.
ritualidad, teología, psicología popular
Frente al monasticismo de la época y su
y sociología, arte y teoría estética, lin-
monopolio de santidad, Erasmo pre-
güística. Quién podría imaginar hoy
senta una imagen del matrimonio cris-
que la misma palabra «rosario» fue
tiano en el que brilla la santidad y la
durante algún tiempo sospechosa y que
mutualidad de los cónyuges, en una
hubo una campaña para cambiarla por
unión en la que Cristo está presente de
«salterio», pues la corona de rosas era
manera ordinaria y natural. Su propia
algo de uso profano y frívolo, y además
experiencia no fue el mejor testigo en
en un contexto de amor erótico.
este aspecto, pues era hijo de un clérigo,
y había sido forzado por sus guardianes En 1897, Thomas Esser, un padre
a entrar en un convento de agustinos bolandista, estableció que la tradición
siendo demasiado joven y en contra de que ponía a Santo Domingo como
sus inclinaciones. El mismo atestigua inventor del rosario era un caso de
que fueron las hijas de Moro quienes le identidad equivocada. Según su estu-
hicieron cambiar de opinión en lo que dio, fue un cartujo, Dominic de Prusia
se refiere a la educación liberal de la (1384-1460), el inventor de la práctica.
mujer, y es muy posible que el Moro Pero hace veinte años, Andreas Heinz
joven, escritor humanista, esposo y descubrió un manuscrito con un rosa-
padre, el que Erasmo conoció en sus rio vita Christi fechado área 1300, que
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Una vez más el P. Bandera interpela ras: Sabiduría, p. ej., afirma que cuando
la conciencia teológica sobre temas bien muere el justo, su alma desciende al
actuales, con el empeño que le es carac- Hades y espera allí hasta el día en que
terístico. Dos sugerencias: sería intere- Dios le libere y le coloque junto a sí
sante un tratamiento específico del (como alma); no hay propiamente espe-
sacerdocio común en la mujer; y tam- ranza de recuperar el cuerpo. En cam-
bién una explicación de por qué se dice bio, 2 Corintios afirma que cuando
en el Vaticano 11 que el diaconado está fallece el individuo, su alma va a unirse
destinado «no al sacerdocio sino al con Cristo, y que esa unión propor-
ministerio» (LG 29, cfr. CD 15). ciona lo que podría llamarse un
«cuerpo» de naturaleza «celestial».
R. Pellitero
Según el autor, probablemente fue
esta última vía la que Cristo adoptó, y la
Marie-Emile BOISMARD, Faut-il encore que en consecuencia hay que exponer.
parler de «résurrection>J?, Ed. du Cerf, El alma del difunto es glorificada por el
Paris 1995, 178 pp., 14,5 x 23,5, ISBN Espíritu del Señor, y se reviste de una
2-204-05204-3. especie de «cuerpo celestial», que sería
como la impronta en el alma del cuerpo
Marie-Emile Boismard, dominico, utilizado en la vida terrenal y finalmente
que fue profesor de S. Escritura en la abandonado a las puertas de la muerte.
Ecole biblique de Jerusalén y en la Uni- Desde esta perspectiva, no hay que espe-
versidad de Friburgo (Suiza), ofrece este rar al último día para tal «glorificación».
estudio (o re-estudio) de datos bíblicos
en torno a la fe en la resurrección. El El término «resurrección» con-
autor, en su bosquejo de la Biblia, cuerda -concluye Boismard- sólo
detecta en dos corrientes escatológicas, con la primera corriente escatológica,
opuestas entre sí: de corte semítico, y no con la segunda,
perspectiva que fue la que adoptó
1) La primera, que se expresaba en Cristo al predicar. El autor recomienda
libros como Daniel, 2 Macabeos, y las dejar de usar la palabra «resurrección»,
primeras cartas de S. Pablo, estaba con- ya que puede prestarse a malentendi-
figurada por la mentalidad semítica, que dos, al sugerir una conexión con un
concebía fuertemente al hombre como cuerpo en el sepulcro que sería reasu-
unidad ontológica. Se resistía a hacer mido en el último día. Tal vez pueda
una distinción nítida entre alma y
seguir utilizándose, dice Boismard, si se
cuerpo, y consideraba que en la muerte entiende por «resurrección» sólo este
todo el hombre muere. Por consi- mensaje nuclear: que la muerte, gracias
guiente, cifraba su esperanza en térmi-
a la salvación, no tiene la última palabra
nos de «resurrección», la reconstitución
sobre nosotros.
de todo el hombre vivo en el último día.
A la obra de Boismard cabe hacer
2) La segunda corriente, influida
dos observaciones:
por la concepción platónica, pensaba
más bien en términos de un alma 1) Los pasajes escriturísticos que
inmortal, presente en el cuerpo pero elige y analiza son los lugares que han
distinta de éste. Tal concepción, prove- sido extensamente estudiados por exé-
niente del mundo helénico, es corre- getas; sobre esos lugares bíblicos ha
gida en los libros sagrados de dos mane- habido notables divergencias de inter-
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pretación (p. ej., entre la línea que Buber, algunos Santos Padres como San
arranca desde K. Barth -atempora- Ireneo, San Atanasio, San Gregorio de
lismo post mortem-- y la línea contra- Nisa o San Agustín, los autores más
ria). La interpretación que ofrece Bois- notables de! medioevo, San Buenaven-
mard no es la sostenida por la mayoría tura y Santo Tomás de Aquino entre
de los exégetas católicos. ellos, autores espirituales como San
Francisco de Asís, Santa Catalina, Béru-
2) La propuesta de Boismard no
lle, Edith Stein o Isabe! de la Trinidad,
parece tener muy en cuenta e! principio
y teólogos de nuestro siglo como K.
de analogía bíblica, según la cual los
Barth, K. Rahner, Th. Spidlik, von
libros sagrados, por tener a Dios como
Balthasar, Gustavo Gutiérrez, Marcello
inspirador, poseen una unidad que tras-
Bordoni o Bruno Forte, y orientales
ciende las diferencias de formulación
como S. Bulgakov y V. Lossky.
por parte de los autores humanos. Según
este principio, las diversas maneras de El primer capítulo -Del olvido al
exponer los misterios deben ser conside- descubrimiento del pensamiento trini-
radas más complementarias que exclu- tari(}--, destaca unos hechos sobre los
yentes. Nos parece que tal principio, que hay un acuerdo general entre los
aplicado convenientemente a los pasajes teólogos. En los últimos siglos se ha
vetero- y neo-testamentarios sobre la dado una especie de «afasia trinitaria»
resurrección, permite armonizar razona- en e! ámbito teológico y grandes ámbi-
blemente los pasajes que Boismard ve tos de la sociedad y de! pensar filosófico
como excluyentes. Se pueden salvar de expresan un menosprecio notable en
esta forma dos datos fundamentales de torno a la cuestión sobre Dios, hasta e!
la reve!ación sobre e! hombre: su unidad punto de que e! pensar sobre Dios se
ontológica, y la pervivencia post mortem estima como algo irrelevante.
de su núcleo espiritual personal.
Comparto con e! A. la convicción
J. Alviar de que e! redescubrimiento de la teolo-
gía trinitaria -lo que Bruno Forte lla-
maría la vuelta a la patria trinitaria-
Nicola CrOLA, Teologia trinitaria: storia, no sólo rejuvenece y centra e! quehacer
metodo, prospettive, Dehoniane, Bo- teológico, sino que es probablemente la
logna, 360 pp., 14 x 21,7, ISBN 88- forma más adecuada para salir al paso
010-40542-0. convincentemente de las agresiones que
plantea al cristianismo e! ateísmo con-
En este libro, interesante y utilí- temporáneo. Más allá de un teísmo filo-
simo, Ciola se propone dos objetivos sófico difícilmente creíble en la situa-
que mutuamente se complementan: ción actual, se encuentra la presenta-
introducir en e! conocimiento de la his- ción sincera y completa de la verdad
toria, de! método y de las características sobre e! Dios que se ha revelado en
epistemológicos de! tratado sobre la Cristo. Volver a utilizar e! lenguaje y los
Trinidad, y presentar una síntesis de las conceptos de la Escritura, sin miedo a
diversas perspectivas con que se aborda hablar de! misterio de trinitario, es e!
la teología trinitaria en e! pensamiento camino más seguro para responder a un
contemporáneo. El libro finaliza con ateísmo que, en tantos casos, es funda-
un apéndice de textos traducidos al ita- mentalmente cansancio y falta de inte-
liano de autores tan diversos como M. rés.
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Lo mismo cabe decir de las páginas cer, a primera vista, reductivo, por ser
dedicadas a la libertad en el Huma- sectorial. Sucede, sin embargo, que en
nismo renacentista y en la Reforma y cualquier construcción intelectual hay
que, de hecho, son un estudio pro- unos hilos que la atraviesan, y unen sus
fundo de la controversia entre Martín diversas partes. El libro de A. de Luis
Lutero y Erasmo de Rotterdam, cuyos Ferreras elige con acierto un tema en la
planteamientos, opciones y discursos teología de Karl Rahner que resulta ser
resultan paradigmáticos de las inquie- -según demuestra Ferreras- no sólo
tudes y angustias del Renacimiento. Se cuestión importante, sino también una
trata de unas posiciones divergentes que dimensión abarcante de la entera teolo-
llevan a unas consecuencias de extrema gía rahneriana. Como consecuencia, el
importancia en todos los ámbitos de la libro de Ferreras puede servir para los
convivencia y del pensar humanos. interesados como una especie de pór-
Joan B. L1inares ha sabido captar el per- tico al pensamiento rahneriano.
fil de los dos personajes, e ir al fondo de
la cuestión discutida tan apasionada- El capítulo primero ofrece una
mente por uno y otro y, en definitiva, visión breve, pero no superficial, de la
por el Renacimiento. L1inares no sólo vida y metodología de Rahner. Particu-
ha tenido la sensibilidad necesaria para larmente interesante es la valoración
captar lo que acontece a Lutero -ate- que ofrece Ferreras de la contribución
rrorizado por sus obsesiones-, y a del autor alemán a la teología contem-
Erasmo -acérrimo defensor de la bon- poránea: hay conceptos rahnerianos que
dad de lo humano-, sino que, además, han sido utilizados por muchos en su
ha sabido ir al fondo de la cuestión elaboración teológica, aunque -para
planteada al abordarla en su dimensión mayor exactitud- habría que añadir
metafísica. que con frecuencia han sido asimilados
no sin importantes matizaciones, y en
Obviamente en una obra de esta ocasiones, correcciones serias.
naturaleza siempre se puede decir que
faltan personajes importantes, o que se Los siguientes largos capítulos (tres
debían haber abierto todavía más pers- en total) exponen sistemáticamente la
pectivas. En cualquier caso, es claro que cuestión de la incomprensibilidad de
aquí se han tratado asuntos importan- Dios en Rahner. De una materia rahne-
tes, con una considerable amplitud de riana de tan diversa índole y calidad,
horizontes y con el rigor exigible a unos Ferreras intenta -yen gran medida
universitarios. logra- ofrecer una visión más orgánica
de este pensamiento, salvando de esta
L. F. Mateo-Seco forma una de las dificultades en el estu-
dio de Rahner, confesada por él mismo:
un «estilo oscuro». En ocasiones el
Avelino DE LUIS FERRERAS, La cuestión autor, quizá llevado por el afán de
de la incomprensibilidad de Dios en Karl defender la coherencia del pensamiento
Rahner, Publicaciones U. P. de Sala- de Rahner, parece hilar cabos sueltos
manca, Salamanca 1995, 401 pp., 17 x más de lo que el mismo Rahner quiso o
23,5 cm. logró hacer: en cierto modo nos encon-
tramos con pequeñas contribuciones de
Estudiar un aspecto concreto del Ferreras, no exentas de interés (p. ej., en
pensamiento de un autor puede pare- la p. 391): «El misterio incomprensible
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como en el terreno propiamente teoló- Este libro está dividido en seis capí-
gico. El esfuerzo por utilizar un len- tulos. El primero intenta presentar la
guaje cercano a un amplio público lleva celebración del jubileo del año 2000 y
consigo el que, a veces, en un determi- la preparación previa de los tres años
nado párrafo, no se acabe de perfilar precedentes como un gran proceso de
una expresión que un poco más ade- reiniciación cristiana y en este contexto
lante encuentra una formulación más estudia la misión de María.
clara. Así sucede, p. e., cuando habla en
dos líneas de la experiencia mística de El segundo capítulo se centra en los
Jesús como fundamento de su visión datos históricos referentes a María de
del mundo (p. 31), tema que puede Nazaret. Es llamativo que García Pare-
resultar ininteligible a quien no des, al igual que lo hiciera en su tratado
conozca algo el actual modo teológico de Mariología, editado en la colección
de tratar la conciencia de Jesús. El Sapientia fidei de esta misma editorial,
esquema está muy bien elegido y ha esté tan aferrado a la teoría de la mar-
sido desarrollado con equilibrio, unien- ginalidad de Jesús -tesis tomada de
do armónicamente las páginas dedica- la obra de John P. Meier, Un judío mar-
das a la teología con las dedicadas a la ginal. Redefiniendo al Jesús histórico-.
invitación a la praxis. Resulta especial- Afirmación más que discutible, pues ya
mente oportuno el haber elegido el el Prof Pozo en su recensión a la
tema del Abbá como centro de la cris- Mariología de este A. sostenía que «es
tología de este pequeño libro. claro que el concepto de marginación
no coincide con el de pobreza. Por otra
Como de pasada, el A. dice cosas
parte, los mismos datos ofrecidos por el
importantes. La lógica brevedad del
A. permitirían escribir un capítulo en
libro no permitía más. Así sucede p. e.,
sentido contrario al que él plantea. ¿Se
en sus frases sobre del carácter biográ-
puede llamar «marginal» a un «rabino»
fico de los evangelios (pp. 20-25), o
sobre la intimidad del Abbá Y de la ora- sabio que consiguió numerosos segui-
ción de Jesús (pp. 76-81). dores los cuales no dejaron de quererlo
a pesar de su condenación a muerte de
L. F. Mateo-Seco cruz por Pilatos, como es el caso de
Jesús según el testimonio de Flavio
Josefo?» (ArchTeGr 58 [1995] 395).
José C. R GARcfA PAREDES, Santa María
del 2000, BAC, Madrid 1997, 123 pp., Por otra parte García Paredes pat~
13,5 x 20,5, ISBN 84-7914-280-4. corroborar la marginalidad de María
trae a colación la teoría del «enigmático
De forma resumida el A. indica la origen de Jesús». Es anacrónico que una
finalidad de' este breve libro: «Con las controversia suscitada en los ambientes
reflexiones de este libro quisiera contri- judíos a partir del siglo III -véase la
buir a la vivencia de estos años: Tal vez disputa entre Orígenes y Celso- se ret-
pueda ayudar a esperar el año 2000 con rotraiga al tiempo de María. Final-
los sentimientos del alma de María. Ella mente tampoco queda clara en este
recibió, la primera, la gran llamada a la capítulo, al igual que en su Mariología,
Alegría: Alégrate, agraciada. Un año la perpetua virginidad de María, pues
jubilar es una convocación a la Alegría trata de forma ambigua el tema de los
colectiva» (p. 11). «hermanos de Jesús» (cf. p. 42).
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nas que han sido meditadas larga- en su época. Sin embargo no hay que
mente. Se le pueden hacer muchas ala- sorprenderse. Los judíos enemigos de
banzas. Una de ellas -y no pequeña- Cristo de los que se trata constante-
es el acierto de los autores elegidos. mente en el evangelio de Juan, sin dejar
Ellos forman parte de los teólogos más de ser hombres de carne y hueso, son
importantes de la teología medieval, y ante todo símbolo de todos aquellos
deben ser escuchados, pues tienen que, en el pueblo de Israel y mucho más
mucho que decir a la teología contem- allá, han opuesto y oponen una resisten-
poránea. cia radical al mensaje de Jesús» (p. 13).
L. F. Mateo-Seco El prólogo de San Juan On 1, 1-18)
se estudia en la introducción del libro.
Siguen tres capítulos: 1. Temión cre-
Jean MoussÉ, jésus le Roi des Juift, Ed. ciente; 2. Luchas abiertas, 3. El desenlace.
du Cerf, Paris 1997, 191 pp., 13,5 x La Resurrección de Jesús se trata en el
19,5, ISBN 2-204-05612. epílogo.
J. Moussé presenta aquí una medi- J. Moussé dedica el libro a Etty
tación sobre el evangelio de San Juan Hillesum ya los millones de persegui-
realizada para hacerlo accesible al hom- dos que, con ella, siguieron los pasos
bre de hoy. Como escribe P. Gibert en del Crucificado. Quizás nada mejor
el prólogo, el lenguaje es simple, las para resumir el espíritu, las conviccio-
cuestiones son de actualidad. y las res- nes y la buena factura literaria del
puestas, frecuentemente provocativas, libro que este texto de ella que el A.
son de una gran pertinencia por su coloca como frontispicio: «Klaas, es la
enraizamiento en un texto de una anti- única solución, la única verdadera-
güedad de veinte siglos, pero que per- mente. Yo no veo otra salida: que cada
manece abierto (p. 9). uno de nosotros vuelva sobre sí
mismo y extirpe y aniquile en sí
El libro prescinde de las cuestiones
mismo todo lo que crea que debe ani-
históricas y exegéticas, para centrarse en
quilar en los demás. Y estemos fir-
la lectura del texto evangélico. Esto da
memente convencidos de que el
una indiscutible agilidad al libro; el lec-
menor átomo de odio que añadamos a
tor es llevado a enfrentarse con las pala-
este mundo nos lo convierte en más
bras joánicas con las menos mediacio-
inhóspito de lo que ya es. Y Klaas, el
nes posibles. En el trasfondo, se
viejo partisano, el veterano de la lucha
encuentra la exégesis de Raymond
de clases, dijo entre la extrañeza y la
Brown (p. 18).
consternación: ¡Pero esto sería una
El A. sigue linealmente el relato vuelta al cristianismo! Y yo, divertida
evangélico, ofreciendo una lectura por tanto azoramiento, contesté sin
actual, de forma que el lector se sienta inmutarme: Pues claro. El cristianismo,
envuelto en la cuestión de Jesús como ¿por qué no?» (p. 11).
los judíos de su época. «En una época de
confusión en la que subyacen el antise-
J. Moussé ha sabido presentar en
forma grata una lectura del evangelio de
mitismo y el racismo y se convierten
Juan en la que se hace esta misma pre-
tantas veces en amenazantes, puede
gunta: ¿por qué no?
parecer provocador el título de este
libro. También el cuarto evangelio lo fue L. F. Mateo-Seco
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Amedeo CENCINI, Por amor, con amor, se extiende el cuerpo de la obra, que
en el amor. Libertad y madurez afectiva consiste en una amplia consideración de
en el celibato consagrado, Atenas, orientación psicológica, aunque teológi-
Madrid 1996, 1150 pp., 13,5 x 22, camente inspirada, primero (pp. 525-
ISBN 84-7020-411 -4. 821), de las relaciones objetuales que
implica el celibato «por el Reino de los
Amedeo Cencini, sacerdote cano- cielos» -Dios amado a imagen del Hijo
siano, profesor en el Estudio teológico y bajo el signo del Espíritu-, y, después
San Zeno de Verona y colaborador de la (pp. 825-1099), de las fases evolutivas
Pontificia Universidad Salesiana, aspira -inicio, consolidación, madurez, per-
en esta obra -que recoge, ampliada, la severancia hasta el fin- por las que
disertación doctoral presentada en el atraviesa, de un modo u otro, todo pro-
Instituto de Psicología de la Universi- yecto o decisión de celibato.
dad Gregoriana y publicada posterior-
Se trata en su conjunto de una
mente en italiano- a abordar desde
obra, ciertamente prolija, que contiene
una perspectiva interdisciplinar la pro-
análisis valiosos y apreciaciones suge-
blemática que implica el celibato tal y
rentes, especialmente a nivel psicoló-
como lo afirma y lo vive la tradición
gico y, eventualmente, pastoral. Desde
cristiana. Su investigación se mueve en
una perspectiva teológica las páginas
una línea metodológica, teológica y psi-
más interesantes se encuentran en la
cológica a la vez, cercana a la esbozada,
primera parte (pp. 39-69) y en la
en obras anteriores y respecto a otros
segunda (pp. 225-300), en las que
temas, por el profesor de la Gregoriana,
ofrece una buena síntesis de los debates
Luigi M. Rulla, a quien Cencini reco-
teológicos y los estudios bíblicos sobre
noce como maestro en la declaración de
el celibato.
agradecimientos con la que presenta su
escrito. Cencini es consciente de que a lo
largo de la tradición cristiana la expe-
La obra comienza con lo que autor
riencia del celibato se sitúa en contextos
describe como «una estadística razonada
diferentes -respecto a algunos de los
de la situación», es decir, con una pre-
cuales, el propio de la vida consagrada y
sentación entre especulativa, psicológica
el sacerdotal, hay una amplia bibliogra-
y sociológica del modo cómo hoy el
fía-o Opta no obstante, desde el prin-
celibato es visto, valorado y -eventual-
cipio, por considerar conjuntamente
mente- puesto en crisis (pp. 39-196).
toda decisión celibataria cristiana, más
La segunda, también introductoria,
aún, por usar como sinónimos los tér-
pero ya de carácter analítico, es neta-
minos «celibato», «celibato por el Reino
mente interdisciplinar; consciente de
de los cielos», «celibato consagrado»,
que la temática sobre el celibato no
etc. justificando esa decisión en razón
puede ser afrontada sólo desde una pers-
de la óptica psicológica propia de su
pectiva psicológica, Cencini procede a
estudio. Una mayor consideración de
una exposición de los datos bíblicos y de
las diferencias -a las que por lo demás
la posterior reflexión teológica y filosó-
presta atención en diversos momen-
fica: sólo partiendo de ese fundamento
tos- hubiera sido de desear, ya que el
cabe, en efecto -afirma-, considerar
contexto teológico-existencial tiene
con rigor la «mediación intrapsíquica»
implicaciones profundas.
en la que su posterior reflexión aspira a
centrarse (pp. 197-519). A partir de ahí ]. L. Illanes
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jurídica de la vida prenatal (Bompiani), sobre Bioética, BAC, Madrid 1996, 822
la formación del médico (Leone), y la pp., 11 x 17,7, ISBN 84-7914-250-2.
inserción de la bioética dentro de un
ethos que contemple presupuestos La aparición en la última década de
antropológicos fundamentales, como el numerosos documentos del Magisterio
asombro y el respeto ante la persona relativos a cuestiones básicas en Bio-
(Gensabella). Finaliza la recopilación de ética ha dejado algo obsoletas algunas
escritos con cuatro estudios sobre el recopilaciones clásicas, obras de
capítulo de la encíclica que más llamó referencia obligada para la consulta. La
la atención por su novedad: la cultura presente recopilación de textos, que se
de la vida; se suceden un estudio muy inicia con Pío XII y llega hasta las ense-
completo e interesante sobre las aporta- ñanzas más recientes de Juan Pablo 11,
ciones de la encíclica a la espiritualidad intenta poner al día estas obras de con-
conyugal (Frattallone), la educación sulta clásicas. Para ello, tras una breve
para la cultura de la vida (Gatti), una introducción general, se recoge la reco-
reflexión antropológica que pone en pilación exhaustiva de documentos,
relación ideas clásicas sobre la nueva precedidos de unos párrafos, en algún
vida y su crecimiento propiamente caso de un par de páginas, en que se
humano con el texto de la encíclica anotan las novedades que dicho docu-
(Ricci), y una breve glosa que subraya la mento aportó en Bioética, y su localiza-
idea conclusiva de la encíclica: María, ción en el Acta Apostolicae Sedis. Quizá
madre de la vida (Amato). La obra se hubiera sido conveniente hacer constar
completa con un índice de citas bíblicas en algún punto la mención de respon-
y con un índice analítico muy extenso y sabilidad de la traducción castellana.
exhaustivo, que hace muy práctico su
Esta obra tiene además vocación de
manejo.
vademécum, y no sólo de libro de con-
La riqueza de contenido de la pro- sulta: por una parte, el formato es
pia Encíclica, que no se ciñe a unas pequeño, de modo que resulta muy
meras declaraciones doctrinales, es la cómodo y manejable, sin que haya
causa de la notable heterogeneidad de tenido que sacrificarse la legibilidad por
los ensayos que la comentan. Abarca emplear un tipo de letra pequeño. Y,
desde la fundamentación teológica, a la por otra, aparte del índice general, se
que no deberían ser ajenos los profeso- incluye un extenso y muy completo
res del área de Ciencias, hasta cuestio- índice analítico. Sorprende, sin em-
nes filosóficas y de espiritualidad. Esta bargo, un notable despiste editorial: el
colección de estudios, al aportar una índice analítico no remite a las páginas
atención pormenorizada al variado del libro, sino a las siglas correspon-
contenido de la encíclica, será ocasión dientes al documento en que se trata
para su relectura fructífera por parte de del asunto, y al apartado de dicho
quienes en su día la recibimos con documento; por tanto, después de con-
gozo. sultar el índice analítico, es necesario
acudir al índice de abreviaturas para
A. Pardo averiguar de qué documento se trata (la
abreviatura es, en muchos casos, muy
poco indicativa) y, a continuación, bus-
Augusto SARMIENTO (ed.), El don de la car dicho documento en el índice gene-
vida. Textos del Magisterio de la Iglesia ral para averiguar las páginas en las que
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se encuentra. Por esta causa, el índice una doctrina sobre Nuestro Señor. Para
analítico, que podría haber sido de ines- cada nombre el autor parte normal-
timable ayuda, queda prácticamente mente de un pasaje o texto de la Escri-
inutilizado por las numerosas operacio- tura -tanto del Antiguo como del
nes que resulta necesario realizar des- Nuevo Testamento- en el que aparece
pués de su consulta. Queda la obra, sin la palabra o el concepto que luego se
embargo, como una excelente recopila- desarrolla aplicado a Cristo, ya su luz, a
ción puesta al día de los textos de la los más variados temas de la fe cristiana
Iglesia que tocan temas de Bioética. y de la vida de los hombres. A lo largo
A. Pardo
del comentario -breve, de dos páginas
y en ocasiones sólo una- que se hace
aparecen otros textos de la Escritura,
PASTORAL Y CATEQUESIS citas de Padres de la Iglesia, de santos,
anécdotas actuales, etc. aplicadas al
José María CABODEVILLA, 365 nombres tema que desarrolla. Para situar al lector,
de Cristo, BAC, Madrid 1997,748 pp., citamos los diez primeros nombres: La
13 x 20, ISBN 84-7914-279-0. Puerta; El Cántico; La Semilla; El Velo;
El Cordero; La Estrella; La Mina; El
A primera vista parece un poco exa- Fuego; La Piedra; La Palabra.
gerado un libro donde se asignan y Es sin duda un libro original, que le
comentan, para cada día del año, un permite al autor hablar de Jesucristo, de
nombre a Cristo. Pero, como dice el su Persona, de su doctrina y, a su luz,
autor, «¿acaso hay alguna palabra que no hacer disquisiciones sobre múltiples
convenga a Cristo, que no pueda expre- cuestiones actuales. Podemos conside-
sar algo de su persona y de su obra?» (p. rarlo como unas páginas escritas para la
17). Desde este punto de vista, cierta- meditación y la lectura reposada, hecha
mente se pueden atribuir a Cristo éstos poco a poco.
y otros muchos más nombres.
J. Pujol
No incluye, entre tantos nombres,
el de Jesús, por considerar que no podía
entrar en una lista con los demás nom- Mons. José DELICADO BAEZA, Para un
bres; es el nombre que está por encima examen de conciencia en la Iglesia, BAC,
de todo nombre, como dice San Pablo Madrid 1996, 173 pp., 13,5 x 20,7,
en Filipenses 2, 9. Yes que, como dice ISBN 84-7914-281-2.
Cabodevilla, todos los nombres no
dejan de ser simples paráfrasis, deriva- Este libro forma parte de un con-
ciones o glosas al nombre de Jesús. El junto de obras que la Editorial BAC
mismo número de 365 nombres (366 ofrece para preparar el gran jubileo del
para incluir el posible bisiesto) no tie- año 2000. Parece evidente que la Iglesia
nen otro sentido que, al igual que la tie- no puede atravesar el umbral del nuevo
rra gira alrededor del sol, todos estos milenio sin animar a sus hijos a purifi-
nombres giran alrededor del único
carse, en el arrepentimiento, de sus erro-
nombre o del nombre inefable.
res, infidelidades, incoherencias y lenti-
La mayoría de los nombres son sim- tudes. Los cristianos hemos de sentir la
bólicos, pero son una excusa para desa- necesidad de expiar los pecados de los
rrollar un pasaje, un aspecto, un rasgo, hombres, empezando por los propios.
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pagmas en las cuales quiere mostrar libro: «ayudar al niño a que construya
cómo la relación a Dios ha sido des- una relación vital y dinámica al Dios de
cuidada en la reciente historia de la su confianza, a quien garantiza el sen-
pedagogía de la religión. De modo muy tido de su vida» (p. 141). Es decir, al
sucinto, pero claro, el autor hace una Dios vivo y verdadero.
fina crítica a las diferentes concepciones En resumen, es una obra sólida,
teóricas en torno a la enseñanza reli- para leer y estudiar despacio, que puede
giosa escolar a partir de 1960, con la dar luces y sugerencias para la educa-
crisis de la catequesis a través de los clá- ción en la fe a todos los educadores,
sicos catecismos. El autor hace ver que sean padres, profesores o catequistas.
en todas estas concepciones ha faltado
lo que él considera el objetivo de este J. Pujol
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