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RESEÑAS

∆αίµων. Revista Internacional de Filosofía, nº 49, 2010, 223-238


ISSN: 1130-0507

GALLI, Carlo: La humanidad multicultural, traducción de Juan Ramón Azaola, Buenos


Aires, Katz Editores, 2010, 78 pp.1

En los actuales tiempos donde los deba- embargo, desde nuestro punto de vista su
tes en torno a la multicularidad parece que investigación actual tiene un calado más
han discurrido no por la senda de la filosofía profundo que consistiría en la determinación
política, sino por la de las grandes cadenas de la posibilidad de considerar las categorías
de la imagen, de la moda, y en general del teórico-políticas propias de la Modernidad
entrenimiento, se hace necesario la cons- aplicables a la Postmodernidad, incluso en
trucción de un analísis teórico y político relación a la acción política más cotidiana
que ayude a entender lo que se ha definido (C. Galli, Perchè ancora Destra e Sinistra.
y venido llamando como «humanidad mul- Bolonia, Laterza, 2010). En este sentido, es
ticultural». Sobre todo, cuando parece que manifiesto que los procesos de globaliza-
sólo es Europa quien hable de «multicultura- ción, y la aceleración temporal que de ellos
lidad». En este marco se inscribe la reflexión se sigue han provocado una difuminación
filosófica que Carlo Galli lleva a cabo en su de todas aquellas categorías formales que
último libro traducido al español. El ensayo en su momento Koselleck había proclamado
es una amplia reelaboración de una confe- efectivas en la fabricación de narraciones y
rencia pronunciada en el Festival de Filoso- que determinaban la condición de la posibi-
fía de Módena de 2006, que vió la luz por lidad de la construcción de historias. Ahora,
primera vez en una versión editada por la en la era global, deberíamos preguntarnos si
Fondazione Collegio San Carlo de Módena la fuerza de estas determinaciones universa-
en 2007. El profesor de la Universidad de les: dentro-afuera, privado-público, amigo-
Bolonia ha centrado sus investigaciones fun- enemigo, etc... es tan marcada.
damentalmente en la Escuela de Frankfurt, La goblalización capitalista, para Galli,
en los pensadores contrarrevolucionarios en vigor desde principios del siglo XX, y que
y ha publicado numerosos trabajos sobre se manisfestó a un ritmo acerelarado con una
Weber, Strauss, Voegelin, Löwith y Sch- fuerza abrumadora, sobre todo, a partir del
mitt, sobre el que se puede decir con total final de la Guerra Fría ha producido un cam-
seguridad que ha escrito el libro definitivo, bio en los juegos de equilibrios tanto ideo-
nuevamente reeditado (C. Galli, Genealo- lógicos, como económicos y políticos. La
gia della politica. Carl Schmitt e la crisi globalización constituirá, para el italiano, el
del pensiero politico moderno. Bologna, Il hundimiento de los límites espaciales, políti-
Mulino, 2010). También ha trabajado sobre cos y económicos; o dicho de otro modo «el
algunos de los principales conceptos de recíproco confundirse, el entrelazarse y con-
la teoría política, tales como «autoridad», taminarse de las culturas tradicionales con
«representación», «técnica», «Estado», etc., los impulsos ultramodernos y posmodernos
y en la actualidad ha centrado sus análisis del Occidente en expansión» (p. 41). La era
en la relación entre guerra y política. Sin global sería pues la «movilización global»,

1 Este trabajo se inscribe en el marco del Programa FPU del Ministerio de Cultura [AP2007-02918].
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que provocaría que la Humanidad se hubiera soluciones multiculturales», que implicaría


fragmentado y diferenciado en su propio poner el énfasis positivo sobre las cultu-
interior «atravesada por muros que dividen, ras, y la asunción de que sea posible una
unida por vectores de poder que la arrastran coexistencia que no implique su plena neu-
y por desafíos planetarios que la amenazan; tralización. Se trataría en el fondo de reco-
una humanidad dividida que por su falta de nocer la «desarmonía» de la política, «por
homogeneidad e impureza no es “multitud”, tanto, pensarla como movimiento y como
sino mas bien “humanidad casual”» (p. 43). contradicción, y atribuirle la finalidad no
La globalización por lo tanto habría agu- de garantizar la estabilidad y la seguridad,
dizado el conflicto o las contraposiciones sino de abrirse a la contingencia, es decir
entre lo universal y lo particular, entre la realizar interacciones siempre mudables e
Humanidad y las culturas, que en cualquier in-estables entre sujetos cuya esencia no es
momento podrían asaltarla. Dice Galli: «las la de identificarse con instituciiones o en
culturas como inmediatez son el modo de las culturas sino vivir las propias diversi-
ser de la humanidad casual; no son eticidad dades como constitutivas de la humanidad
sino narración virtual; no producen forma concreta» (p. 73). En suma, se trataría de
política (el Estado) sino que acentúan su repensar una Humanidad desde la propia
pulverización» (p. 50). Ante esta situación, contigencia y el conflicto que haga posible
en la que los distintos Estado-nación han la elaboración de un «común» capaz de salir
sido sobrepasados por la cuestión del multi- de la lógica confinatoria del Estado. Con
culturalismo se han dado tres posibles solu- ello, el profesor Galli ha perseguido poner el
ciones de «freno»: a) la asimilación plena acento en una praxis social que persigue el
del extranjero, que lo obliga a abandonar su bien de los seres humanos mediante la ayuda
cultura y a que adquiera los valores ético- y la cooperación, desde el reconomiento del
políticos de la cultura de la que es huésped; disenso, más allá de las formas concretas de
b) la integración, mediante la cual se hace vida y de creencia, y que permita el dialogo
entrar a los extranjeros en un sistema de fundado en algo más que la tolerancia y la
derechos y deberes universamente válido buena voluntad.
para todos, prescindiendo de las culturas y,
c) lo que el autor ha llamado: «la familia de David Soto Carrasco

HEINE, Heinrich: La escuela romántica, edición de Juan Carlos Velasco, Madrid,


Alianza Editorial, 2010, 287 pp.

Heinrich Heine (Düsseldorf 1793- condujeron a la publicación de La escuela


París 1856) es un romántico detractor de romántica (1833-1835), Heine, radicado
La escuela romántica. Hacia 1813, a los en París tras las reaccionarias consecuen-
veinte años, todavía vibraba con el tierno e cias de la Revolución de Julio en Alemania
imaginativo romanticismo de la poesía de (1830), no siente sino amargura y enojo
Ludwig Uhland, el maestro de los cantares por su patria y por los intelectuales que
sencillos y de un romanticismo «caballe- apoyaron esos procesos. París no es sólo
resco y católico», pero en 1833, año del su refugio político, es lo que Heine quiere
inicio de los informes periodísticos que y necesita: ¡tribuna!; es «el hogar» donde

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«la sociedad europea» está en casa, tiene su la apreciación de que el romanticismo «es
Salón y su capital (191). bueno para la poesía y malo para la polí-
La escuela romántica es una batería con- tica», el libro de Heine lo deja a uno con la
tra varios blancos. Es un ajuste de cuen- impresión de que el romanticismo es tam-
tas con los intelectuales de la escuela, cuya bién nefasto para la poesía. Esta agresividad
cabeza principal es Friedrich Schlegel, pero estimula tanto más el disfrute provechoso de
también apunta contra su hermano, August su lectura, y hace de La escuela romántica
W. Schlegel, importante gestor en la divul- un documento de obligatoria lectura, la som-
gación europea de las ideas del romanti- bra que el romanticismo no puede disimular,
cismo alemán y, sobre todo, de la imagen el trago amargo que cualquier incondicional
de pesantez de los alemanes que estaba en actual del romanticismo también tiene que
curso entre los franceses: un país de «poetas beber.
y pensadores», de teóricos sin praxis. Como Friedrich Schlegel es el intelectual que
preceptor de los hijos de Madame de Staël define para la época lo romántico, quien
y «caballero de compañía» de sus viajes, reconoce la inspiración cristiana de su con-
August Schlegel influyó mucho en el céle- cepción del mundo y quien ubica en la
bre libro de esta autora, De l’Allemagne, que Europa medieval el imaginario caballeresco
presentaba una Alemania que, como ella, que lo caracteriza. En su estela descuellan
era un bastión antinapoleónico. Para Heine poetas como Shakespeare y Cervantes,
esto era una herida abierta que había que quienes para Schlegel eran los románti-
curar; había que mostrarle a los franceses, cos auténticos y genuinos. Si los europeos
a los alemanes y a los europeos, que Ale- tuvieran que confrontarse con los griegos y
mania también era patria de la Ilustración distinguirse de la herencia grecolatina, y si
y del espíritu cosmopolita, que también era tuvieran que hacer un balance y compendiar
moderna y no medieval, y que La escuela en qué son originales, sería en lo romántico,
romántica era «caso resuelto», un pasado en esa manera de novelar el mundo que ya
lamentable, subsanado ahora por una nueva no es la épica antigua sino una novelesca,
generación en la que él mismo se contaba, perceptible todavía como un faro de salva-
la «Joven Alemania», de pensamiento repu- ción cristiano-europea, ante la arremetida
blicano y revolucionario, sin más fe que la del racionalismo moderno, su crítica a la
del progreso económico y social para este religión y su programa de desacralización
mundo de nuestra vida cotidiana (197s.). del mundo. Hacia 1800 dominaban en la
Estas motivaciones básicas de Heine son literatura alemana el neoclasicismo de Wie-
las que le dan a La escuela romántica el tono land, el pathos moral de Schiller, el Sturm
tan apasionado que la atraviesa de principio und Drang de Goethe, el teatro burgués de
a fin, pero también una abrumadora parcia- entretenimiento de Iffland y Kotzebue. Con-
lidad. El título del libro evoca el tratamiento tra esta literatura y gracias a su concepto
de una cuestión histórico-académica, pero de lo romántico, los Schlegel –cuyos méri-
en realidad se trata de una perla periodística tos Heine reconoce– lograron imponer una
de la crítica literaria, practicada desde la nueva poética para la crítica literaria de las
lectura política de la literatura y una con- obras del pasado y un programa alemán para
cepción contestataria del intelectual. Si uno la literatura próxima (72s).
comparte con Rüdiger Safranski (Roman- Pero si este es el principio meritorio de
ticismo, Barcelona, Tusquets, 2009, p. 15) la escuela romántica, los hechos políticos

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acarreados por las campañas napoleónicas La óptima edición de La escuela román-


para Alemania, primero por la ocupación tica está a cargo de Juan Carlos Velasco.
humillante (1804-1813) y luego por el triun- Su estudio preliminar, «Heine y el final del
falismo delirante tras la victoria de 1814, período artístico» (7-35), compendia bien la
involucran la escuela en el nacionalismo contribución intelectual de Heine: si Goethe
estrecho de patria y credo, en el cual se representa la independencia de espíritu que
embarca Prusia, amparada por el Congreso se pone por encima de las circunstancias, la
de Viena de 1815. Esta política dominó hasta atemporalidad olímpica del arte, La escuela
finales de los años veinte, y es el período en romántica es el arte que pretende conducir
el cual la escuela se convierte en la cultura la historia, pero que se coloca en el lado
alemana del Establecimiento. Para Heine, equivocado. El romanticismo significa para
en cambio, estos años son la época de la la conciencia artística, y Heine se considera
pesadilla alemana, y su rechazo a la escuela uno de sus lugartenientes, la pérdida de la
de los Schlegel obedece al hecho de que inocencia sobre la función histórica del arte.
sólo les importó florecer y sobresalir. Como Resulta ya imposible el arte por el arte, la
intelectuales, no se pusieron de parte de las literatura por la literatura. Velasco compara
fuerzas sociales que luchaban por la renova- de un modo acertado la labor de Heine en la
ción y la modernización de Alemania, sino literatura con la de Hegel en la filosofía: para
que apoyaron las políticas de hostilidad del ambos, literatura y filosofía debían ser, res-
gobierno a todo lo que trasluciera espíritu pectivamente, la aprehensión de la época en
francés, patrocinando la glorificación oficial el pensamiento y en las demandas de la liber-
de lo alemán y su viejo cristianismo. Como tad. Este cometido fue el que, según Heine,
lo resume Heine en su crítica: «La escuela malogró la escuela romántica, pues en vez de
nadaba a favor de la corriente, de aquella darle a su época lo que necesitaba, le dio lo
curiosa corriente que fluía hacia la fuente que aplaudía. Además, el estudio preliminar
en vez de hacia la desembocadura. Cuando no es sólo útil para entender mejor La escuela
por último triunfaron plenamente el patrio- romántica, sino la confrontación de Heine
tismo alemán y la nacionalidad alemana, con los debates de la época, pues como bien
triunfó también definitivamente la escuela lo señala, La escuela romántica es insepara-
nacional-germánico-cristiano-romántica, ble del otro ensayo que Heine publicó en la
el «arte-neo-alemán-religioso-patriótico»» misma época, Sobre la historia de la religión
(82). El elogio inicial de la escuela y su y la filosofía en Alemania, obra editada tam-
descalificación final no deben hacer creer bién por Velasco (Madrid, Alianza Editorial,
que ahí se queda el juicio de Heine. En 2008). La presente edición queda enrique-
realidad, La escuela romántica es un reco- cida con seis Anexos, que complementan la
rrido erudito y apasionado, no sólo por la definición del romanticismo y el horizonte
literatura y los autores de este período, sino en el cual Heine pretendió intervenir como
por la atmósfera intelectual de la Alemania intelectual. El aparato crítico y estos selectos
de la Restauración. Es un zarpazo contra anexos hacen de esta edición la versión más
las posiciones absolutistas y reaccionarias completa hasta hoy de La escuela romántica
a cuyo servicio se pusieron intelectuales, en lengua española.
filósofos y eclesiásticos notables, pero es
también el reconocimiento de Heine a los Javier Domínguez Hernández
grandes momentos de este período. Universidad de Antioquia, Medellín

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JIMÉNEZ PERONA, Ángeles (ed.): Contrastando a Popper, Madrid, Biblioteca Nueva,


2009, 297 pp.

El libro colectivo Contrastando a sociedad abierta, sino la propia aplicabili-


Popper, editado por Ángeles J. Perona, dad de su concepción de la praxis cientí-
parte de la inquietud por la actualidad del fica a las ciencias sociales y, sobre todo,
pensamiento de Karl Popper. Aunque cabría la universalidad del método crítico. A este
pensar que los debates en los que Popper respecto, existe para Popper una distinción
se involucró a lo largo de su producción entre leyes sociológicas y leyes norma-
filosófica han menguado o, sencillamente, tivas1, que procede para él del reconoci-
cambiado de escenario o interlocutores (la miento de que los hombres suelen actuar de
determinación de una epistemología falibi- forma más o menos racional (principio de
lista realmente aplicable a la praxis cientí- racionalidad) y de la importancia para las
fica, la defensa del monismo metodológico, ciencias sociales de explicar sus reaccio-
el problema de la demarcación, el rol del nes ante hechos sociales. En este sentido,
psicoanálisis en la ciencia contemporánea, Albert y Popper nos remiten a un problema
la crítica del holismo y el historicismo, la importante hoy: ¿podemos construir, tal y
disputa sobre el positivismo en la sociología como Popper creyó, modelos explicativos
alemana, la interlocución crítica y perma- relativamente simples de interacción social-
nente con el Círculo de Viena, la defensa racional? Esto es, el problema básico de la
de una sociedad abierta como trasunto, estructura de cualquier aproximación cien-
si acaso, de un modelo liberal con rostro tífica a la realidad social: ¿otorgamos plena
humano y participativo, etcétera) el caso es entidad a las construcciones sociales (hoy
más bien otro. Los diferentes ensayos que hablaríamos del orden social neoliberal, de
componen este libro plantean mayoritaria- instituciones de movimiento del capital, de
mente la pertinencia de la epistemología de capitalismo corporativo, del sistema de Wall
las ciencias sociales y de la teoría social Street, etcétera) o más bien nos ceñimos a
popperiana en general. Su lectura sugiere cierto individualismo metodológico de cuño
y ofrece argumentos para pensar que estas weberiano? Popper fue, en este sentido, un
cuestiones siguen siendo relevantes. O individualista peculiar. Lejos de tentacio-
mejor dicho, sugiere que nunca han dejado
de ser relevantes. Lo sorprendente, en este 1 A la manera de Platón, por ejemplo, que según
caso, sería que es a través de Popper como Popper habría sancionado el reposo como divino
y el cambio como vil: «[...] se hace comprensible
vuelven a ser legibles.
que la teoría de las Formas viniera a desempeñar
Hans Albert presenta en el primer capí- un papel tan importante en la filosofía de Platón,
tulo una valiosa lectura de la contribución cuando éste descubrió que podía explicar con ella
de Popper a la sociología desde sus posi- la tendencia hacia la degeneración. Es de suponer
que la debe haber abrazado como una solución casi
ciones epistemológicas, situándolo en cierto
milagrosa para el desconcertante enigma [...]. Sin
enfoque pragmático-institucional. Desde su embargo, la grandeza de Platón como sociólogo no
punto de vista, Popper habría construido reside en sus especulaciones generales y abstractas
una teoría ideal (ese historicismo holista acerca de la ley de la decadencia social, sino más
bien en la riqueza y detalle de sus observaciones
presente tendencialmente en Hegel y Marx,
y en la asombrosa agudeza de su intuición socio-
aunque nunca totalmente identificable con lógica», en K. Popper, La sociedad abierta y sus
sus escritos) de cara a pensar no sólo la enemigos, Barcelona, Paidós, 2006, p. 53.

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nes psicoanalíticas, para él es fundamental culturas diferentes y el rechazo subrepticio


distinguir entre la situación social objetiva, de la confrontación mediante la coartada
que el sociólogo reconstruiría para su expli- relativista representarían reacciones nece-
cación, y la percepción por parte de los sarias del conformismo, esto es, del estado
individuos de dicha situación social ante la mental más pusilánime ante la volatilidad
cual se sienten obligados, o no, a reaccionar. cultural y menos acorde con la condición
Estas condiciones de posibilidad de la reac- para Popper deseable de la cultura: la crisis
ción a estímulos sociales deberían ser, según permanente» (p. 195).
Popper, integradas en la propia situación Cabría pensar que es así, aunque la
social objetiva. Es interesante seguir esta duda sobre si la ciencia social de inspira-
problemática a lo largo de Contrastando a ción popperiana puede permitirse ser tan
Popper, dado que tiene hoy para muchos de extremadamente respetuosa con el orden
sus participantes legítimo carácter de dilema. social existente le quita el peso normativo
Albert se inclina por una enmienda parcial que su indudable peso empírico y práctico
a Popper desde la pertinencia de algunos reclama. Cuesta aceptar, sin un importante
métodos y hallazgos de la psicología cogni- grado de problematización, una epistemo-
tiva, así como desde las consecuencias que logía de las ciencias sociales como la de
la adopción del principio de racionalidad Popper que, en última instancia, remite a
tiene. Éste vendría a sustituir, en última ins- técnicas de reforma social tan conscientes
tancia, a las legaliformidades sociales. El de su incardinación necesaria en el orden
volumen Contrastando a Popper, en este actualmente existente que podrían pensarse
sentido, actualiza debates importantes y los fácilmente como cayendo en un profundo
fundamenta como estrictamente relevantes conformismo técnico-administrativo-insti-
en nuestros días. En un diagnóstico que no tucional. Los debates presentados aquí per-
haría en absoluto infeliz al propio Popper, sisten o renacen hoy en multitud de frentes
Julián Pacho, a propósito de la crítica al mito científicos concretos, desde la economía o
del marco común y en favor de la explora- la sociología hasta la psicología cognitiva.
ción conceptual sin restricciones preestable- No es el menor mérito del volumen editado
cidas, ha tratado de mostrar cómo detrás del por Ángeles J. Perona presentarlos junto
falsacionismo de Popper late precisamente con un Popper tan crítico como critica-
un impulso crítico anti-fundamentalista que ble, cuya ciencia permanece precisamente
no por problemático deja de ser valioso: jovial en tanto que permanece en crisis.
«Según esta opción, no sólo el lamento ante
las crisis de valores heredados, sino también Eduardo Maura Zorita
el recelo ante la confrontación con marcos o Universidad Complutense de Madrid

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MONTIEL LLORENTE, Luis, Daemoniaca: Curación mágica, posesión y profecía en el


marco del magnetismo animal romántico, Barcelona, MRA, 2006, 158 pp.

El texto que nos ocupa narra una serie de El autor del libro nos presenta los casos
historias clínicas que hunden sus raíces en clínicos de dos médicos magnetizadores,
tiempos del Renacimiento, comparadas con Justinus Kerner y Dietrich Georg Kieser,
las historias del período romántico Alemán antagónicos en el modo de comprender el
conocemos cómo sus redactores, médicos proceso morboso y su desarrollo en cada
magnetizadores, abordan el fenómeno de la individuo. En el seno del magnetismo ani-
curación de ciertas enfermedades nervio- mal ambos poseen una respuesta diferente
sas por vía psíquica. Daemoniaca reescribe acerca del por qué de la enfermedad sobre
«dolorosas experiencias humanas narradas a aspectos como ¿de dónde viene el malvado
menudo por testigos presenciales, y en oca- enemigo?, ¿quién la ha traído?, ¿cuánto
siones de la manera más pormenorizada» (p. tiempo permanecerá? y ¿cuándo se mar-
10). Son testimonios sorprendentes, antolo- chará? Estos médicos fueron los testigos y
gías de vidas complicadas por el fenómeno redactores obligados de las emociones del
morboso que conduce al deterioro del cuerpo corazón de sus pacientes. Narraron la fe, el
y de la mente. Un compendio de historias de terror, la esperanza, el desaliento, la mal-
demonios en el que se pretende mostrar una dición, la desesperación y la humildad de
antropología integral, mucho más que medi- quienes sufrían.
cina, magnetismo animal, folclore y religión. La figura de Kerner se encuentra próxima
El estudio presenta cómo los médicos a lo que Alan Gauld ha llamado en su A His-
románticos alemanes pusieron en marcha tory of Hypnotism «magnetismo místico».
una medicina de la mente que implicaba Médico, entre otros, del poeta Friedrich Höl-
necesariamente al cuerpo, denominada Psy- derlin, Montiel lo enaltece no tanto por la
chiaterie, producto del esfuerzo de uno de calidad científica de su medicina, sino por la
estos médicos conversos románticos alema- práctica, siempre humana, con sus pacien-
nes, Johan Christian Reil (pp. 23-26). El tes. La lectora o lector interesados en estos
propósito de Montiel, junto al de los autores temas puede encontrar el punto álgido del
que analiza, es escudriñar cómo las antiguas misticismo kerneriano en su obra titulada
historias de posesos, de visiones de espíritus Kleksografías. Kieser, sin embargo, mucho
y fantasmas, de visiones a distancia, en el más crítico, siempre buscó explicaciones
tiempo y en el espacio, de dotes proféticas y racionales sobre los hechos portentosos de
de casos de «demonomanía» no son hechos sus pacientes: «si los fenómenos del magne-
que carezcan de una explicación racional, tismo animal pertenecieran al dominio de lo
ni respuestas mágicas, místicas o religiosas. sagrado no sería moral emplearlos de forma
La medicina magnética expuso sólidos argu- profana en la curación de las enfermedades,
mentos explicando estos hechos valiéndose ni científico hacerlo basándose sólo en la
de sus experiencias en el campo de la psique fe» (p. 96).
y sobre todo en el campo de lo que más Las historias reales de Daemoniaca,
tarde Freud llamó el inconsciente. Este fue recogidas con ingenio en un puñado de
el nuevo tiempo en el que se reconoció a las palabras, representan el punto álgido de
posesas de antaño como las sonámbulas del unas vidas anónimas que son ensalzadas
magnetismo animal (p. 38). al comienzo de la enfermedad, examina-

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das minuciosamente mientras dura el pro- con justicia que la historia popular de las
ceso morboso y, finalmente, seguidas hasta mentalidades ha llegado a la medicina con
que la vida de la persona enferma expira. este estudio.
Por suerte, estas vidas han sido rescatadas
del olvido del tiempo para ser mostradas José Miguel Hernández-Mansilla
a una audiencia en español. Puede decirse Universidad Complutense de Madrid

MURCIA, Inmaculada: La razón sumergida. El arte en el pensamiento de María Zam-


brano. Salamanca, Luso-Española de Ediciones, 2009, 375 pp.

En La razón sumergida. El arte en el lugar privilegiado y oportunidad única para


pensamiento de María Zambrano publica reflexionar; y de otro el pensamiento mismo
Inmaculada Murcia una investigación que de esta filósofa en cuanto experiencia radi-
fue primero tesis doctoral y que después cal situada en el puente entre lo sensible y lo
siguió desarrollando hasta dar lugar, como inteligible, eludiendo con éxito a cada paso
una parte, al libro que ahora reseñamos. Un el peligro de caer una filosofía estetizante al
texto que mereció en 2007 una mención gusto modernista, para elevarse a una ver-
especial del jurado en el premio Manuel dadera metafísica. Inmaculada Murcia nos
Alvar de Estudios Humanísticos de la Fun- presenta en su libro, pues, la dialéctica que
dación Lara y que no ha podido ver la luz se establece entre arte y pensamiento en una
hasta ahora dadas las dificultades editoriales filosofía aún no lo suficientemente valorada,
de estos tiempos de crisis. a pesar del interés que despierta, en la poten-
La autora se propone con su libro una cialidad positiva que presenta ante la crisis
doble finalidad: de un lado, exponer la Esté- de la modernidad.
tica de María Zambrano, tomando como base La obra se divide en siete capítulos,
el «estudio crítico y hermenéutico de los dedicados a analizar respectivamente el pro-
escritos que la filósofa dedicó explícitamente blema de los límites de la razón en el pensa-
a la reflexión artística» (19); de otro, llamar miento de la autora (Cap. I), la desvirtuación
la atención sobre el lugar esencial que dichos del mundo sensible –desubstanciación más
escritos tienen como fuente de comprensión bien– resultado de la hiperabstracción (Cap.
de los elementos nucleares del pensamiento II), la cuestión de la revitalización de la
de Zambrano, esto es, la relevancia que tiene experiencia mediante la sensualidad y el
el arte en su filosofía como expresión del eros místico (Cap. III), el sueño como ferti-
«sentir originario», del «fondo último del lización de la razón (Cap. IV), la intuición
humano vivir» (16). De tal forma que aca- de lo sagrado (Cap. V), el clasicismo y la
bará concluyendo que, dado que Zambrano piedad (Cap. VI) y la cuestión del alma y la
piensa siempre desde la sensibilidad estética razón (Cap. VII).
(17), en cuanto forma privilegiada de acceso En el Capítulo I, Las limitaciones de la
al lugar en el que radica lo importante en el razón y las razones de lo limitado, se expo-
hombre, «…podría decirse que toda su obra nen los presupuestos filosóficos del pensa-
constituye, en realidad, una estética» (19). miento de M. Zambrano, centrados en una
Así pues, de un lado el pensar de Zam- constante: la denuncia de la insuficiencia
brano sobre las artes, concebidas éstas como de la pura razón. Si bien partícipe del clima

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intelectual tanto europeo como español –con revelaciones de lo existencial. Para lo que
Ortega como maestro– de rechazo a una reivindicó la validez de formas de pensa-
razón abstracta alejada de la realidad radical miento y expresión alternativas a la lógica
del vivir, Murcia muestra a Zambrano rea- axiomático-deductiva, tales como relatos,
lizando una propuesta de mayor radicalidad confesiones, meditaciones, creaciones poéti-
que la de Ortega. Pues mientras que una cas y plásticas, etc.
parte de la filosofía, en la que se encuadraría Y puesto que ella misma utilizó una
aún éste, se habría centrado ante la crisis parte de ellas, su pensamiento resulta por
del pensamiento en un análisis del enten- ello complejo de exponer. Inmaculada Mur-
dimiento mismo y del pensar, Zambrano cia lo va a hacer en torno a este núcleo
propondría una nueva y compleja crítica de filosófico expuesto en el capítulo I, dotando
la especulación europea reclamando la pene- así de una sistematicidad interna cargada de
tración de la razón en las zonas insondables sentido sus reflexiones sobre el arte, sean
de lo irracional: «Es decir, la transforma- sobre el arte de vanguardia (Cap. II. Los
ción cognoscitiva que a Zambrano le parece sentidos, la materia, lo real y la carne),
perentorio acometer en 1937 no consiste en la pintura española (Cap. III. Sensualidad,
volver el intelecto sobre sí mismo, sino pre- sustancialidad, religiosidad), el surrealismo
cisamente en salir de él echando una ojeada (Cap. IV. Sombras y sueños), el genio y
a lo que la razón no abarca, para lo cual lo divino (Cap. V. Lo sagrado, lo origina-
habría de sumergirse más allá del ser (que es rio y lo dionisíaco), el Humanismo (Cap.
lo que la razón abarca) y rescatar todo lo que VI. Mediación artística, inspiración y con-
ha quedado enterrado bajo el calificativo fusión mística) o la música (Cap. VII. El
de no-ser.» (29). Zambrano se propondría, alma, los ínferos y el corazón). Poniendo
pues, recuperar el no-ser para la filosofía, de manifiesto las complejas formas que la
el envez del ser (y quizá el ser verdadero). autora tuvo de meditar sobre una cuestión
Ahora bien, Murcia llama la atención para ella esencial: el papel desempeñado por
sobre el hecho de que abordar filosófica- el arte en la tarea de «…alumbrar la realidad
mente el no-ser (o lo irracional), si bien en estado puro, bien sea remarcando sus
suponía reivindicar como cuestión central de caracteres propios, como su sensualidad, su
la filosofía la reestructuración e integración fisicidad o materialidad, bien sea destru-
del hombre y del mundo a partir de una yendo las «formas» impuestas por la mente
legitimación de lo instintivo, de lo pasional, que la delimitan y que impiden la partici-
de lo irracional, no por ello implicaba para la pación místico-estética con ella» (360). Un
filósofa orientarse hacia un a-racionalismo cometido de alcance plenamente filosófico,
que rechazase frontalmente toda racionali- pues para Zambrano «…lo real constituye
dad en cuanto instrumento de construcción lo primero, lo auténtico, lo primordial y, de
de discursos. Lo que Zambrano rechazaba cualquier forma, lo anterior e irreductible
exclusivamente era un modo concreto abs- al pensamiento» (361). De ahí el papel pro-
tracto, intelectualista y alejado de la vida pedéutico del arte para la superación de la
de entender la racionalidad, buscando en crisis del pensamiento.
cambio articular en un discurso compren- Y es éste precisamente el interés de la
sible el material de lo humano allí donde obra La razón sumergida: su doble propó-
se presentaba de un modo menos mediado, sito al comienzo señalado. De un lado, el
esto es, en los sentimientos, intuiciones y esfuerzo que lleva a cabo su autora en la no

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siempre fácil tarea de dotar de una lectura de acuerdo siempre con su hermenéutica en
sistemática –sin sacrificar su variabilidad, aspectos puntales, Murcia no pierde nunca
oportunidad y riqueza circunstanciales– los la alerta constante ni la tensión especula-
variados escritos de Zambrano sobre el arte; tiva en la tarea que se autoimpuso desde
de otro, el empeño constante por trascender el comienzo de la investigación: mostrar el
una mera mirada limitada a la Estética de la sentido de cada reflexión estética para el
filósofa –cuestionable por otra parte en lo cometido esencial de la filosofía de Zam-
que respecta a su criterio de valoración del brano. Un riesgo bien salvado, evidenciando
arte– buscando resignificar cada reflexión en la investigadora su propia y legítima voca-
tanto lugar de materialización de la metafí- ción filosófica más allá de la bien cumplida
sica de María Zambrano. Y es en esto último tarea de historiar la producción zambraniana.
donde más ha arriesgado la autora, pues con
independencia de que se pueda o no estar Cinta Canterla

ROLDÁN, Concha y MORO, Óscar (eds.), Aproximaciones a la contingencia. Historia


y actualidad de una idea, Madrid, Catarata, 2009, 220 pp.

La historia ha vuelto pero la historia está del CSIC, el cual dirige, Concha Roldán ha
(sigue) en crisis. En la actualidad, la histo- trabajado sobre la Ilustración, filosofía de
ria aparece como mecanismo articulador la historia y el género y ha publicado, entre
de prácticamente la totalidad de las teorías otras obras, Entre Casandra y Clío. Una
y métodos del conocimiento humano. Ya historia de la filosofía de la historia (2005).
sean investigaciones sobre física cuántica Por otro lado, Óscar Moro es historiador
o desarrollos teóricos de sociología, antro- y Assistant Professor en el departamento
pología, economía o filosofía, el estudio de arqueología de la Memorial University
de procesos contextualizados en el tiempo of Newfoundland; sus investigaciones han
y en el espacio se hace cada vez más evi- versado sobre el pensamiento francés y la
dente. En Aproximaciones a la contingen- historia de la ciencia, y entre sus publica-
cia la historia emerge como el catalizador ciones destaca La perspectiva genealógica
que otorga operatividad a un concepto que de la historia (2006).
ha sido relegado, hasta hace relativamente A pesar de que cada uno de los diez
poco, del espacio de la explicación en las capítulos del libro está realizados por un
ciencias humanas. Y, sin embargo, la dis- autor diferente, desde perspectivas metodo-
ciplina histórica es incapaz de superar sus lógicas y temáticas distintas, Aproximacio-
rémoras historicistas y totalizantes, here- nes a la contingencia consigue ofrecer un
dadas y fortalecidas durante los dos siglos texto que no pierde la coherencia interna
pasados. en ningún momento, aunque lo hetero-
Esta obra es el corolario de las jornadas géneo de las temáticas abordadas parece
Theoria Cum Praxi: Aproximaciones a la anunciar lo contrario. La contingencia se
contingencia, coordinadas por los editores introduce en las explicaciones de las cien-
del mismo libro, Concha Roldán y Óscar cias humanas pero también se retuerce
Moro. Filósofa de formación y profesora epistemológicamente, confrontándola con
de investigación en el Instituto de Filosofía su habitual, aunque no por ello, contraria,

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Reseñas 233

necesidad (y la historia racional-causal). y que, quizás, hayan sido los mayores pro-
En este sentido, la amplitud de cuestiones blemas con los que las ciencias humanas
planteadas en el libro produce la sensación se han enfrentado a la hora de investigar
de oportunidad epistemológica y de opera- (con) la contingencia. Por un lado, la bús-
tividad para las ciencias humanas: Tomás queda de un lugar fronterizo que relacione
Gil apuesta por la convención como estra- necesidad y contingencia, con el objetivo
tegia de análisis ante una realidad social de acabar con la tradicional oposición entre
que funciona mediante las propias conven- ambos conceptos. Esto supone ampliar las
ciones; Lorenzo Peña trabaja la filosofía dimensiones significativas de contingen-
lógica introduciendo la narratividad para cia y necesidad, introduciendo relaciones
recuperar la contingencia en la normativi- epistemológicas entre ellas y cercenando
dad; José Luis Moreno Pestaña relaciona los límites dualistas en los que estaban
contingencia con contexto humano-social inscritos. Por otro lado, se apuesta por la
con el objetivo de no separar el relato del contingencia como idea que va más allá de
conjunto; Jaime de Salas, en su estudio de la casualidad y el azar: las interferencias e
la contingencia en Rorty, la hace necesaria intrafecciones entre acciones proporcionan
para cualquier argumentación sobre el ser vías ineludibles para la investigación que
humano; Griselda Gutiérrez Castañeda pos- nos conducen al horizonte de posibilidades,
tula el conflicto, contingente y no aleatorio, o lo que Rohbeck denomina «contingencia
como constitutivo de la agencialidad; Óscar estructurada».
Moro compara el retorno de la historia para La obra que editan Roldán y Moro se
la representación de lo social en los análisis introduce de lleno en las problemáticas pro-
de Foucault y Bourdieu; Mary Sol de Mora pias del pensamiento de principios del siglo
Charles recuerda al Leibniz que converge XXI. La historia, con su carácter contin-
hacia el infinito al buscar la verdad refe- gente, debe aparecer en el estudio de los
rente al tiempo; Piero Schiavo recupera a fenómenos para poder adquirir cierto carác-
La Mettrie y su hombre-máquina, consta- ter operativo: tal y como decía John Lewis
tando las limitaciones de tal concepción Gaddis, es imposible aislar las variables del
apriorística del ser humano, que pretendía tiempo y el espacio en el que se mueven
superar las tesis cartesianas; Stascha Rho- puesto que, a pesar de las diferencias temáti-
mer confronta el determinismo histórico cas, el principio de incertidumbre de Heisen-
de Hegel con la creación continuada de berg vuelve a ser válido para la comprensión
Whitehead; y Johanes Rohbeck muestra de la posición y papel en la interpretación de
su predisposición ante la contingencia que los fenómenos, tanto del observador como
ofrece oportunidad en el futuro, frente a la de los propios fenómenos. Sin embargo, la
heideggeriana que encerraba al ser humano disciplina histórica aún está lejos de seguir
en ella. ese camino.
En Aproximaciones a la contingencia
se perciben dos caminos explicativos rela- Pedro Ochoa Crespo
cionados con el concepto que guía el libro Universidad Complutense de Madrid

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234 Reseñas

SÁEZ RUEDA, Luis, Ser errático. Una ontología crítica de la sociedad, Madrid, Trotta,
2009, 333 pp.

El último libro de Luis Sáez, profesor humano, descrita por el autor como una
titular de Filosofía de la Universidad de relación de centricidad y excentricidad, de
Granada <http://www.ugr.es/~lsaez>, es radicación y errancia, de descubrimiento y
en cierto modo su primer libro, porque el creación, de comprensión y acción, de sen-
autor no se limita a exponer y discutir el tido y fuerza, de validez y facticidad; una
pensamiento de otros, como en sus obras relación en la que no es posible disociar lo
anteriores, sino que elabora metódicamente uno de lo otro, ni mediante una lógica dua-
su propio pensamiento, aunque lo haga en lista u oposicional (en la que se enfrenta-
diálogo con sus principales maestros y con rían dos principios independientes entre sí),
muchos de sus colegas hispanos. Este diá- ni mediante una lógica monista o identitaria
logo lo hace explícito en el propio texto (en la que sólo habría un principio auténtico
y en las abundantes notas que acompañan y el otro no sería más su efecto secundario
a cada capítulo. Su punto de partida es la o su desviación inauténtica). Entre el ser
filosofía de procedencia fenomenológica y enraizado y el ser errático hay una «unidad
hermenéutica, pero en ese tronco inicial va discorde», por lo que no podemos disociar
injertando diversos brotes, unos tomados ni confundir lo uno con lo otro, sino que
de la «teoría crítica», y otros de la «filoso- hemos de pensarlos conjuntamente en su
fía de la diferencia» francesa. Sin embargo, inseparable y dinámica diferencia.
el autor no se limita a amalgamar a unos Estamos, pues, ante un pensamiento que
filósofos con otros, sino que construye pretende rescatar la más profunda intuición
con notable coherencia su propio discurso de Heráclito: la necesidad de pensar unidos
filosófico, y en el discurrir del mismo va el arco y la lira, la fuerza y el sentido, la
indicando oportunamente tanto su deuda discordia y la concordia, el agua que abre
como su distancia crítica con respecto a el cauce y el cauce que conduce al agua.
los autores que le son más cercanos. Son Ésta es la idea guía del libro, y el autor la
especialmente notables sus discusiones con va desplegando con una notable coherencia
Heidegger (en el capítulo 4), con Nietzs- argumental. El rigor con que se atiene a su
che, Heidegger, Deleuze y Foucault (en argumento le lleva a cuestionar la primacía
el capítulo 6), con Derrida (en el capítulo del enraizamiento apropiador en el nazi Hei-
8), y con Kant, Apel y Habermas (en el degger e incluso en el rizomático Deleuze,
capítulo 9). pero también la locura de la errancia des-
El libro se divide en cuatro partes o apropiadora en el desconstructivo Derrida:
bloques temáticos: 1) Fenomenología de la no puede haber enraizamiento sin un cierto
vida cotidiana; 2) Ser errático, ser discorde; extrañamiento, pero tampoco puede haber
3) Dimensiones del acontecimiento; y 4) La extrañamiento sin un cierto enraizamiento.
vida del pensamiento. Pero lo más peculiar En cuanto a la relación entre fuerza y sen-
de su estructura argumental son los tres pla- tido, el autor cuestiona con mucha lucidez
nos discursivos que se van entrecruzando a otras dos reducciones inversas: la reduc-
lo largo de sus páginas. En un primer plano, ción de la fuerza al sentido (en Heidegger
Luis Sáez elabora una análisis fenomenoló- y en una gran parte de la fenomenología y
gico de la relación entre el mundo y el ser la hermenéutica actuales) y la reducción

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Reseñas 235

del sentido a la fuerza (en Nietzsche y en Ahora bien, ¿cómo transita el autor de
sus herederos postestructuralistas, como un plano discursivo al otro? Creo que este
Foucault y Deleuze). Finalmente, Luis Sáez tránsito entre el análisis fenomenológico
cuestiona la dicotomía entre facticidad y y la crítica del presente es el aspecto más
validez (en Kant, en Apel y en Habermas), problemático del libro, sobre todo porque
para defender más bien lo que él llama la se trata de un «salto» muy arriesgado, en
«autoanticipación proteica del hombre», es el que no se explicitan las correspondientes
decir, la capacidad para darnos nuestros mediaciones histórico-políticas. Para avan-
propios criterios de acción, no como una zar en la dirección de una «ontología crítica
mera aplicación de leyes universales y a de la sociedad», creo que sería conveniente
priori, ni como una mera invención que extender el análisis fenomenológico a la
imponemos al mundo violentamente, sino dimensión histórica y política de la expe-
más bien como un modo dinámico de des- riencia humana (por ejemplo, a través de los
cubrir y de crear, de comprender y de obrar, trabajos de Elias, Koselleck, Blumenberg,
de dejarnos orientar y de dar orientación a Ricoeur, Arendt, etc.), porque este análisis
nuestra acción (que es a un tiempo un agere de los marcos histórico-políticos de la expe-
y un augere, un actuar y un acrecentar), en riencia permitiría comprender mucho mejor
su mismo transcurso errático y abierto. la novedad y la especificidad del Occidente
El segundo plano argumental, que se moderno. Luis Sáez se apoya en el diagnós-
entrecruza con el primero, es un cuestiona- tico histórico realizado por Weber, Heideg-
miento radical de la Modernidad occidental ger y los primeros teóricos de la Escuela de
(extendida hoy a todo el mundo). Aquí, se Frankfurt (con algunas referencias finales a
pasa del análisis fenomenológico, que en Boltanski, Chiapello y Negri, sobre el nuevo
principio tiene un alcance transhistórico, capitalismo en red): la sociedad moderna se
a la crítica histórico-política de nuestra caracterizaría por un creciente proceso de
propia época. A primera vista, la sociedad «racionalización», por el dominio «técnico»
contemporánea se caracteriza por una plu- del mundo y del propio ser humano, por el
ralidad y una movilidad ilimitadas, por lo triunfo de la «racionalidad instrumental» y
que en ella parece realizarse en grado sumo por la progresiva colonización del «mundo
la condición humana como condición a un de la vida». Sin embargo, los juicios del
tiempo céntrica y excéntrica, radicada y autor sobre la «sociedad estacionaria» no se
errática. Sin embargo, Luis Sáez deshace el basan en la investigación histórico-política
espejismo desde las primeras páginas de su de las ciencias sociales actuales (de las que
libro, mostrando que en realidad vivimos se mantiene a cierta distancia por su firme
en una «sociedad estacionaria», donde la enraizamiento en el enfoque fenomenológico,
colorida pluralidad se reduce al imperio de a pesar de reconocer la necesidad de una
lo mismo (la ordenación tecnocrática del cooperación interdisciplinar, como en el caso
mundo, llevada a sus últimas consecuen- de la psicopatología existencial), sino que
cias por el capitalismo globalizado), y la tienen más bien el carácter de una denuncia o
acelerada movilidad de personas, mensajes crítica moral. Yo lo inscribiría en la tradición
y mercancías se reduce a la monótona repe- de los moralistas europeos, desde Montaigne
tición de un presente sin salida (en el que y Pascal hasta Nietzsche y Unamuno. No es
no cabe ni la memoria de lo vivido, ni la casual que el autor se inspire en Don Quijote
expectación de lo venidero). para ilustrar el ethos del «ser errático» y para

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236 Reseñas

contraponer la noble figura del «caballero que el pensamiento filosófico debe defen-
andante» a la del exitoso y vacuo «cortesano». derse a sí mismo, a cada paso que da, en cada
Entre uno y otro plano, el ontológico trance de su arriesgado recorrido, para poder
y el crítico, Luis Sáez va intercalando un ser ejercitado públicamente con la máxima
tercer tipo de discurso, que adopta la forma libertad y con el máximo rigor posibles.
de breves diálogos entre el propio autor y Y eso es precisamente lo que nos ofrece
un anónimo e insidioso interlocutor que le Luis Sáez en este libro: un ejercicio público
va poniendo objeciones a cada paso. En este de pensamiento libre y riguroso. Se trata
tercer plano, el autor toma distancia con res- de una obra densa, exigente y original,
pecto a sí mismo y trata de adoptar una cierta escrita con paciencia y con pasión, a la
posición excéntrica, en parte para relativi- vez muy meditada y muy comprometida.
zar, aligerar e incluso ironizar sobre el tono Su lectura puede ayudarnos a comprender
especulativo de su otro discurso, pero en con mirada heraclitana el «ser errático» de
parte también para justificar la legitimidad la vida humana, y al mismo tiempo puede
y la necesidad del mismo, frente al domi- ayudarnos a resistir, como el buen «caba-
nio del cientificismo y frente a la imperante llero andante» Don Quijote de la Mancha,
«ficcionalización del mundo». Esto muestra el dominio aparentemente irresistible de la
la capacidad de descentramiento crítico del «sociedad estacionaria».
autor, pero también es síntoma de una situa-
ción, sobre todo en el ámbito hispano, en la Antonio Campillo

SARTRE, Jean-Paul: Mallarmé. La lucidez y su cara de sombra, traducción y prólogo


de J. M. Aragüés, Madrid, Arena Libros, 2008.

«Mágicos nenúfares cerrados… de analizar la obra del autor en relación con


envolviendo en el hueco de su su contexto, pero no derivándola del mismo
blancura una nada» de manera mecanicista. Como dice de nuevo
(Mallarmé, El nenúfar banco). Aragüés. «Frente a un marxismo que se ha
olvidado de la subjetividad y unos idea-
El presente libro recoge dos textos de lismos que han abolido el contexto social,
Sartre sobre Mallarmé escritos en los años el existencialismo sartriano pretende preci-
cincuenta. En esta época de transición el sar la relación entre ambos factores». Esta
autor estaba incubando el paso del existen- relación entre la subjetividad del autor y el
cialismo individualista de El Ser y la Nada contexto social permite entender al autor
al marxismo crítico de la Crítica de la razón como «el efecto singular de la colisión de la
dialéctica, como muy bien señala J. M. época y de los caracteres subjetivos que le
Aragüés, especialista precisamente en esos son propios».
años intermedios de Sartre. Estos textos son El contexto en el que surge la obra de
ejemplos de lo que podríamos denominar Mallarmé, y podríamos decir incluso la litera-
una ‘biografía existencial’, tipo específico tura moderna, es el de la revolución de 1848;
de escrito que nuestro autor dedicó a Baude- revolución que si bien en el aspecto político
laire (1947), Genet (1952) y Flaubert (1971- no triunfó del todo, sí produjo, en cambio, en
72). En estas biografías existenciales se trata el campo cultural e ideológico, un fenómeno

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Reseñas 237

decisivo: la caída como tema de la poesía del La literatura, hija de la burguesía como
Hombre y Dios. La conciencia generalizada las ‘bellas letras’ lo fueron de la aristocracia,
de que Dios ha muerto abre la puerta a la quiere, sin embargo, mantener privilegios
idea de que, desaparecida la causa necesaria, aristocráticos en un mundo prosaico domi-
no quedan más que los efectos contingentes nado por el dinero y lo hace mediante el
y azarosos, incluido el hombre. El Universo elitismo que se concreta en el malditismo, el
se disloca y el hombre comienza a presentir decadentismo y la crítica del filisteísmo rei-
«su secreta mineralidad». El triunfo de la nante en su época. La literatura surge como
burguesía sobre la aristocracia la lleva a la un experimento cultural para unos pocos que
convicción, terrible, de que ella misma es no busca el éxito del público sino que más
transitoria, que es una «clase media tanto en bien lo desprecia. Estos poetas, según Sartre,
el tiempo como en el espacio». «adoptaron todas las categorías negativas
La poesía al perder sus temas clásicos del fracaso de la recriminación, prefiriendo
se encuentra ante el dilema de que ya que al Presente el Pasado, al Artificio la Natu-
se da cuenta que no es criatura no lo queda raleza, el Deseo a la saciedad, al Deseo la
más remedio que convertirse en creadora. indiferencia». Sienten su época como un
Y así surge, precisamente, esa utilización umbral, son conscientes de que un mundo
específica del lenguaje que denominamos acaba, pero, ante la duda, de lo que viene,
literatura, y que, como muy bien supo ver (quizás el socialismo) rechazan el Progreso,
Foucault, significa un uso autónomo del por burgués, y se refugian en el cultivo de
lenguaje que compensa más que confirma la Decadencia, que consideran signo de aris-
su uso significativo. Pensar la literatura tocracia y elitismo; sin darse cuenta de que
supone dejar de pensar el lenguaje como lo que llaman aristocracia del espíritu no
significativo y centrarse en el ser puro del es más que «la sublimación de las virtudes
lenguaje; resignarse a que no hay ya palabra burguesas».
primera, a que el lenguaje crece «sin punto En este contexto, Mallarmé pertenece
de partida, sin término y sin promesa». La a la clase de los funcionarios poetas, aqué-
literatura es un discurso que retiene el ser llos que pueden cultivar el nihilismo como
del lenguaje y lo libera para sí mismo. La poetas debido a su conformismo como fun-
literatura se da como el acto puro de escribir, cionarios. El aburrimiento, de clara estirpe
remitiendo el lenguaje que analiza a la gra- baudelaireana, la melancolía, el amor por lo
mática y que sirve como vehículo de signi- marchito, por lo antiguo, lo languidecer (el
ficación y comunicación al «poder desnudo otoño, el atardecer, las épocas decadentes
de hablar», un hablar en el que explota «el como el final de Roma), el rechazo de todo
ser salvaje e imperioso de las palabras». La lo que suene a naturaleza, incluido el sexo,
literatura se basa en la intransitividad radical la frialdad extrema del cerebro unido a la
del lenguaje, ya que su discurso tiene como exaltación retórica de la pasión, la sublima-
contenido fundamental «el decir su propia ción de la esposa en la hermana, el gusto por
forma». Mallarmé es, precisamente, uno de el fracaso y el nihilismo, son, según Sartre,
los primeros que descubre la palabra en su algunos de los elementos de la época que
poder, un poder, por otra parte, impotente1. resuena en todos los poetas y especialmente
en Mallarmé.
1 Cf. M. Foucault, Las palabras y las cosas, Siglo Desde su infancia de huérfano prematuro
XXI, México, 1971, pp. 51-52, 124, 293. Mallarmé ve su ser en el mundo como un

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exilio y su propia vida desde una «irreme- evocación de la ausencia, el ocultamiento


diable experiencia de fracaso». A partir de la de la propia ausencia. La fuerza del lenguaje
experiencia de la muerte de su madre, nues- radica en su no ser, como recuerda Blanchot
tro poeta «considera el desarrollo de su pro- citado por Sartre, en su capacidad de evocar
pia vida desde el punto de vista de su propia la ausencia de todo en su propia ausencia.
muerte». Establece una distancia protectora El poema es una nada, un hueco, excavado
respecto al mundo circundante, incluida su en el Ser, una ausencia capaz de revelar por
familia y su medio social. Más que hacer alusiones el ser del mundo. A pesar de que
saltar el mundo «lo pondrá entre paréntesis». Aragüés afirma que mientras que el Baude-
Será, precisamente, esa distancia respecto laire está más cerca de El Ser y la Nada, el
de las cosas, lo que pretende expresar en Mallarmé anuncia ya la Crítica de la razón
sus versos. Y aquí aparece el recurso al len- Dialéctica, es imposible no reconocer aquí
guaje como el medio que permite, por una la dialéctica entre Ser y la Nada, el poema
parte, destruir el mundo existente, y por otra, como ejemplo de nada, como hueco, como
recrearlo de nuevo. El poeta, como nuevo ausencia, que se excava en el ser un hueco
Adán, al nombrar las cosas las anonada, y que tiene además la capacidad de evocar
las destruye como existentes y a la vez, las al propio mundo a partir, precisamente, de
crea de nuevo a través de las palabras. La su inanidad. Sin embargo, Sartre concluye
poesía será un deber, un imperativo categó- recordándonos que la última palabra de la
rico, el «deber de recrearlo todo», de recrear poesía de Mallarmé es la Nada. El poema
todo con reminiscencias. Abandonando la es el suicidio del hombre y de la Poesía lo
Verdad a la ciencia, el poeta se refugia en que conlleva que el momento de la plenitud
la Belleza, una belleza que destaca de las poética coincida con el momento de la anu-
palabras su inutilidad. El poeta se refugia lación, de manera que, en último término,
en su Obra pero la propia obra se muestra al «la verdad alcanzada por estos poemas es
fin como una imposibilidad y en esa tesitura la Nada». La Obra concluye en Nada: la
«Mallarmé convirtió su fracaso personal en Poesía se destruye críticamente a sí misma.
imposibilidad de la Poesía; y luego, por El nihilismo abierto por la muerte de Dios
una nueva inversión, transforma el Fracaso no ha podido ser compensado por la Poesía
de la Poesía en Poesía del Fracaso». En y, sin embargo, quizás sea ese juego gratuito
Mallarmé, como en el resto de su genera- con el lenguaje que es la literatura uno de
ción, el fracaso personal se transforma en un los pocos medios para introducir un poco
fracaso histórico, incluso cósmico. La fuente de sentido en ese desierto en que se ha con-
del fracaso de Mallarmé era su obstinación vertido el mundo, una vez que el Dios lo
en que la poesía siguiera siendo trascendente abandonara.
cuando ya había desaparecido la fuente de
toda trascendencia: Dios. Sólo el lenguaje Francisco José Martínez
tiene la capacidad de intentar, gracias a la UNED (Madrid)

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