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6 formas en que tu inconsciente te dice que vas por el camino adecuado 2
6 formas en que tu inconsciente te dice que vas por el
camino adecuado
Por: PijamaSurf - 06/20/2017
Conforme las experiencias nos provocan salir de nuestra zona de confort, desarrollamos
herramientas que facilitan el progreso hacia un mayor bienestar general
De acuerdo con la teoría del self de George H. Mead, un individuo es capaz de autopercibirse –
de tener una concepción de sí mismo y reflexionar sobre sí mismo– al estar inmerso en un
contexto cultural y social. Es decir, se crea una autoimagen –y un autoconcepto– a partir de la
comparación entre la identificación, la observación o interpretación de las acciones de los
demás y la evaluación de la situación personal en diferentes momentos de un acto. Por lo tanto,
esta mismidad –selfhood– permite la objetivización, la capacidad de verse a sí mismo desde los
diferentes puntos de vista de los miembros de un grupo al que se pertenece –como la familia,
amigos, trabajo, escuela, etc. Sin embargo, ¿qué pasa cuando el contexto social promueve
ideas falsas sobre lo que es el bienestar?
Afortunadamente el self, a diferencia del cuerpo físico, es cambiante desde la raíz, es decir,
nuestro autoconcepto puede restablecerse mediante los cambios, la evolución y la
trascendencia. Conforme las experiencias nos provocan salir de nuestra zona de confort,
desarrollamos herramientas que facilitan el progreso hacia un mayor bienestar general –
rechazando incluso premisas socialmente aceptadas. Los síntomas de fortalecimiento del self y
que indican que estamos en el camino correcto son los siguientes:
– Desear la soledad
Evitar el contacto social ayuda a recuperarse de las exigencias culturales que pueden estar
distorsionando al self, y permiten analizar sus veracidades frente a las necesidades propias.
Además, brinda una sensación de respiro para priorizar objetivos personales y desarrollar
planes para alcanzarlos.
Al cambiar en el consciente nuestras premisas y patrones, esto se extiende hacia el mundo del
inconsciente, y por lo tanto al de los sueños. La constancia de los sueños vívidos, buenos y
malos, es un reflejo del trabajo interno que está en proceso de evolución para un cambio
significativo.
Ante los cambios, las emociones negativas se vuelven cada vez más recurrentes y fuertes; sin
embargo, no es recomendable suprimirlas, evitarlas ni evadirlas, pues sólo aumentaría el
sufrimiento por rechazo al dolor. La mejor manera de superar las oleadas de labilidad emocional
es empezar a sentirlas realmente: sentir las emociones tanto negativas como positivas.
Hay ocasiones en que las cosas no salen como nos hubieran gustado, y si bien no somos
capaces de controlar los factores externos (como las críticas poco fundamentadas de otras
personas), podemos regular nuestras emociones, pensamientos y reacciones al respecto. Es
más fácil escuchar los instintos propios acerca de lo que es más saludable, sin tener miedo de
las opiniones de otras personas.
En muchas ocasiones, la sensación de estar perdido se debe a que el lugar por el que nos
movemos es desconocido, de modo que basta con generar nuevos patrones –más saludables–
para reducir los síntomas de ansiedad, depresión y angustia. La sensación es normal: confía en
que estás perdido en el camino correcto.
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El apego, al suponerse un vínculo íntimo con el deseo, resulta en frustración y dolor cuando no
se cumple lo esperado
En el libro Más allá del ego, los autores Maslow, Capra, Grof, Wilber, Dass, Tart, Goleman y
otros hablan sobre el interés de la psicología transpersonal de liberar al individuo de “esa tiranía
condicionada de la mente”. Para esta nueva corriente psicológica, una manera de deshacerse
de este condicionamiento es mediante la liberación del apego.
El apego, al suponerse un vínculo íntimo con el deseo, resulta en frustración y dolor cuando no
se cumple lo esperado. En otras palabras, “el apego desempeña un importante papel en la
causa del sufrimiento, y para la cesación de éste es fundamental la renuncia al apego”. Para los
especialistas en la salud, quienes se encuentran muy arraigados a las premisas orientales, el
apego:
no se limita a los objetos o personas externos; […] las formas más familiares de apego a
las posesiones materiales, a determinadas relaciones y al statu quo dominante, puede
haber apegos igualmente intensos a una determinada imagen de sí mismo, a un modelo
de comportamiento o a un proceso psicológico.
Sin embargo, si se renuncia al apego, ¿en quién nos convertiremos y qué cosa seríamos?
En su libro To Have or To be, Erich Fromm habla acerca de la dualidad entre amar para tener y
amar para ser. Él retoma dos textos: en uno de Tennyson se habla de cómo “se toma, con
raíces y todo, una flor” para comprender lo que es, mientras que en el haikú de Basho no se
desea arrancar ni tocar la flor, sino mirarla atentamente para admirarla en su viveza. Un ejemplo
gráfico de este ejercicio es el video de Dechen que compartimos en Pijama Surf.
En otras palabras, al poseer un objeto o a una persona se desmiembra su libertad y por tanto,
su esencia, mientras que al amarlo desde su libertad, traerá más belleza y bienestar; en
especial si se trata de uno mismo, si se deja fluir lo que uno realmente quiere y no lo que
debería ser según las creencias culturales.
Esto se puede lograr permitiéndonos sentir y vivir aun cuando nuestros ideales vayan más allá
de las normas. De ese modo, por ejemplo, en el caso de que sintamos tristeza seremos
capaces de cuidarnos sin miedo a aceptar nuestros verdaderos sentimientos, tratándonos con
amor mediante una taza de té en el sofá, un abrazo hacia uno mismo o alguna actividad que
nos haga sentir bienestar.
– Aceptar que nada es eterno y que las pérdidas forman parte de la vida
Los ciclos son períodos importantes en el statu quo, requieren de un inicio y de un final, por lo
que el cambio y el movimiento necesitan de una toma de conciencia sobre las enseñanzas, los
aprendizajes y las nuevas experiencias por venir. Desde terminar los estudios, la ruptura de una
relación de pareja o el distanciamiento de amistades hasta una mudanza de hogar, ciudad o
país; todos estos ciclos impactan en el cambio y por lo tanto, en la aceptación de Tánatos en
nuestra vida.
Si bien es verdad que existe dolor ante la pérdida de algo que se apreciaba significativamente,
hay que aceptar que lo que se vivió ya no forma parte de nuestro presente. En palabras del
escritor inglés Lewis Carroll: “No tiene sentido regresar al ayer, porque ayer era yo otra
persona”.
Vivir en el aquí y el ahora genera una inmediata conexión entre mente y cuerpo, lo cual, de
acuerdo con el UCLA Mindful Awareness Research Center, fortalece el sistema inmunológico,
reduce la presión arterial, incrementa la atención (entre otras habilidades cognitivas), disminuye
los síntomas de la ansiedad, depresión y bipolaridad, y fortalece la toma de decisiones, la
flexibilidad emocional y la empatía.
Para lograr vivir en el aquí y el ahora se necesita, primero que nada, eliminar todo prejuicio en
torno a las sensaciones corporales, tales como “¿es normal que sienta esto?”; después, activar
cada uno de los sentidos: tacto, vista, olfato, gusto, oído…; y finalmente, realizar alguna
actividad estando consciente de lo que se siente corporalmente. Basta con realizarlo unos 5
minutos al día.