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1 – HABLAR SOBRE EL TEMA DE IR A TERRENO.

En octubre de 1980 cuando conoce a Sven Hamrell y en donde descubre que este se interesa de sus
experiencias de terreno que había experimentado en América Latina. Que para su sorpresa este le
pregunta si le gustaría escribir un libro basado sobre esas experiencias y filosofías del desarrollo que
incluyera la perspectiva humana de las vivencias que tuvo en Brasil y en Ecuador. Y basado en todo
lo vivido en ese momento nace esto de la economía descalza.

2 – HABLAR DEL DIRECTOR DEL PROYECTO.


El papel que cumple el Director de Proyecto después que este organizado y en marcha, tiene la libertad
de acción y de criterio y está respaldado por el apoyo de la sede y sus decisiones son generalmente
aceptadas y respetadas. La autoridad que tiene el director del Proyecto en la selección de los expertos
que van a trabajar bajo su mando es muy restringida. En primer lugar, los representantes del gobierno
beneficiario tienen injerencia en la materia, lo que estimo absolutamente correcto. En segundo lugar,
consideraciones subjetivas, además de la calidad y el mérito, influyen en este proceso de selección.
Cualquiera que sea la situación, el director del Proyecto recibe la carga de un Plan de Operaciones
que puede ser una espada de doble filo y de un grupo de expertos cuya calidad conjunta depende, en
cierta medida, de la suerte.

3 – HABLAR SOBRE LOS EXPERTOS INTERNACIONALES.


En lo que se refiere a los expertos internacionales, he detectado tres tipos:
1- los que están sinceramente motivados, creen en lo que hacen y lo realizan con la
máxima dedicación.
2- vienen aquellos que se interesan primordialmente en sus propios privilegios e
inmunidades y tienden a adoptar una actitud de arrogancia y superioridad,
especialmente en su trato con los técnicos o contrapartes locales.
3- aparecen los cínicos que declaran abiertamente su falta de fe en el valor de lo que
están realizando, pero que lo hacen para mantener un buen empleo. Por este último
grupo tengo un cierto respeto, porque por lo menos son honestos y, si están bien
dirigidos, pueden llegar a realizar una buena tarea.
En total tenía que designar a nueve expertos fuera del director del proyecto y sus disciplinas
eran: desarrollo agrícola, desarrollo comunitario, comercialización, artesanías y pequeñas
industrias, cooperativas, comunicación, educación rural, salud pública y administración
pública.
4 – HABLAR SOBRE LA PARTICIPACION.
La participación se estaba convirtiendo poco a poco en un concepto importante dentro del
contexto de las discusiones sobre desarrollo, especialmente en relación con la pobreza rural.
En esa época eran escasos los estudios sistemáticos sobre la pobreza. Algunos estudios
aislados habían abordado el problema, como los de Oscar Lewis en México y Gunnar Myrdal
en Asia, entre otros. Los organismos internacionales concedieron prioridad a este tema a
partir de la década de los setenta. La OIT creó su Rama de Políticas de Empleo Rural en
1975, la que se ha dedicado desde entonces a lograr una mejor comprensión de estas materias.
El Banco Mundial y la CEPAL, también concentraron en ellas los esfuerzos de importantes
investigaciones. Sin embargo, a principios de 1971 no existía mucho material comparativo
para la organización metodológica del Proyecto. Teníamos que atenernos principalmente a
nuestras experiencias personales, a estudios históricos y antropológicos, generalmente muy
localizados, y a la intuición.

5 – HABLAR SOBRE COMUNICACIONES HORIZONTALES.


La comunicación horizontal era inexistente. Resultaba plausible, por lo tanto, que al
establecerse comunicaciones horizontales y al analizar, interpretar y comparar
recíprocamente los problemas, el «efecto alternador» se produjera sin riesgos de distorsión
en la percepción. En cada caso, el agente de alteración vendría de fuera, pero actuaría dentro
de un marco cultural común. No todos los expertos estuvieron de acuerdo con este enfoque.
Algunos insistieron en que era necesaria la concientización previa para llevar a cabo el
esquema, lo que significaba volver a plantearlo todo desde el principio. Hubo algunos que
estimaron que valía la pena ponerlo a prueba. Finalmente prevaleció esta última actitud y,
según se verá en los capítulos siguientes, la totalidad del proyecto y su metodología se
organizaron y realizaron de acuerdo a lo propuesto.

6 – HABLAR SOBRE LOS SECTORES INVISIBLES.


Los sectores «invisibles» para la Historia son prácticamente los mismos que resultan
«invisibles» para la Economía. Estos «invisibles» son de la mayor importancia y el hecho de
que hayan permanecido como tales por tanto tiempo no es casual. Las razones descansan en
nuestras tradiciones y evolución cultural, es decir, en la evolución de la rama cultural
Occidental, Judeo-Cristiana. Trataré de demostrar este criterio en las siguientes páginas. Sólo
quisiera agregar a estas alturas que estos sectores invisibles de la humanidad se han
convertido en el principal interés de mi quehacer, no sólo desde un punto de vista teórico,
sino también como una experiencia concreta de vida. Es por este motivo que, después de
haber trabajado cierto número de años como «economista puro», decidí transformarme en
«economista descalzo» y vivir y compartir la realidad invisible. Los próximos pasajes y el
capítulo siguiente están destinados a describir e interpretar el pensamiento de los sectores
«visibles» de la Historia y de la Economía, así como las aterradoras consecuencias que han
acarreado para la Humanidad en su conjunto y para los sectores «invisibles» en particular.

7 – HABLAR SOBRE EL MITO ORIGINAL.


Conforme a la Biblia el hombre y la mujer fueron creados al sexto día. El «mito original»
adquiere el rol de ente normativo y, por lo tanto generador de cultura, según el relato del
acontecimiento en el Libro del Génesis. Después de completar su tarea de ese día: «... Dios
los bendijo diciendo: Creced y multiplicao s, llenad la tierra y dominadla» 1 . Yo creo que
este mandato otorgó sanción divina, por lo menos dentro de la cultura Judeo-Cristiana-
Musulmana, a lo que habría de convertirse en aspiraciones ilimitadas de expansión y
conquista, que inevitablemente desembocaron en dominio, explotación y en el
establecimiento de jerarquías de clase**. El hecho indiscutible es que los seres humanos,
especialmente los hombres, como también lo indica el relato del Génesis, fueron puestos por
encima de la naturaleza que se extendía a su alrededor con el propósito exclusivo de servirlos.
El mandato no era de integrarse, lo que habría podido generar una cierta actitud de humildad;
el mandato era de someter a la naturaleza, y como tal sólo podía estimular acciones y
emociones de arrogancia y desdén para con el entorno, así como para aquellos seres humanos
más débiles o menos inclinados a involucrarse en juegos de poder y dominio.

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