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porque carece de las emociones que ilu- un conocido- y toma pasos para ayudar
minan muchos de los elementos moral- a la persona que se encuentra en esa situa-
mente significativosdel mismo !l. ción, la carencia de «tono afectivo» es
Pero además nuestros propios compro- moralmente problemático y manifiesta una
misos afectivos particulares nos incentivan deficiencia perceptual importante.
a aprehender ciertas situaciones específi- Nussbaum y BIum reconocen la influen-
cas de una manera más rica y completa. cia de Murdoch en sus respectivas con-
El ejemplo más familiar lo constituye el cepciones. Sin embargo, existe una dife-
amor de los padres por el hijo, que los rencia importante entre sus posturas y la
lleva a percibir más plenamente necesida- de Murdoch. Esta última no adscribe a la
des del niño que otros son incapaces de noción de atención como fenómeno esen-
ver. Asimismo, el que nos importe la jus- cialmente emocional. De hecho, el pen-
ticia, por ejemplo, nos hace más percep- samiento de Murdoch muestra una tensión
tivos de instancias en las cuales se cometen respecto de este tema, tensión que en sus
injusticias, por pequeñas que éstas sean. escritos queda sin resolver.
Para los autores discutidos, no se trata de Por un lado, Murdoch se siente muy
que la mera posesión de cualquier emoción atraída por la idea de que el amor permite
nos haga de por sí más aptos para percibir develar la realidad moral, que éste nos inci-
el panorama moral, pero sin duda consi- ta a buscar el bien. Se apoya en esta noción
deran que dicha percepción será más refi- para criticar a la filosofía tradicional, afir-
nada cuando desarrollemos un compromi- mando que «necesitamos una filosofía
so emocional con lo moral. Es decir, en moral en la que el concepto de amor [...]
tanto tendemos a estar más alertas cuando pueda nuevamente tomar un papel cen-
algo nos importa y en tanto las emociones tral» 14, y define al fenómeno de la aten-
invariablemente nos llevan a atender aque- ción como la observación amorosa de la
llo que nos interesa, si queremos mejorar realidad. Murdoch muestra, además, una
nuestra percepción moral debemos culti- gran simpatía por la idea que la vida moral
var una preocupación activa por fines no se ve limitada a la actividad de la volun-
morales. Lo emocional, si es cultivado de tad y del intelecto.
la manera adecuada, ilumina al juicio Pero, por otro lado, también sostiene
moral y por ello afecta positivamente a la que «(la habilidad para percibir la reali-
conducta. Por ello, la percepción en tanto dad) requerida para el bien es un tipo de
fenómeno cognitivo-emocional puede actividad intelectual de percibir lo que es
necesitar articulación verbal y posterior verdad» (mi énfasis) 15. Para Murdoch, el
reflexión, pero fundamentalmente nos per- reconocimiento de la realidad está muy
mite estar alerta a aspectos que sin la pre- relacionado con la posibilidad de trascen-
sencia de lo emocional pasarían desaper- der nuestro auto-amor. Y para ella, tras-
cibidos.El desapego emocional no siempre cenderlo significa superar nuestros afectos
clarifica o revela la realidad 12. que tienden a ser fuertes y egoístas 16. De
Finalmente, las emociones son compo- ahí su énfasis en la importancia de la indio
nentes esenciales de una respuesta moral ferencia para lograr la percepción correcta.
plena. Nussbaum afirma que quien no res- Sin duda esto da un carácter enigmático
ponde afectivamente «no ve de manera a su pensamiento sobre el rol epistemo-
plena lo que ha sucedido, no lo reconoce lógico de las emociones. En suma, sus pala-
de manera completa» 13. Aun sí uno reco- bras sólo permiten afirmar con confianza
noce intelectualmente una determinada lo siguiente: Murdoch considera que lo que
situación -digamos, por ejemplo, la situa- fomenta la visión correcta de la realidad
ción desafortunada por la que está pasando moral es una actitud especial que está reía-
cionada con la paciencia y la generosidad lograr una solución» 21. Por otro lado Her-
hacia los demás. Pero la ética de la aten- man destaca que el agente kantiano debe
ción que desarrolla Murdoch no debe aso- hacer lo que pueda para desarrollar la
ciarse con los afectos en general 17. La habilidad de reconocer Jo que es moral-
autora no los considera parte importante mente saliente, y con ello da lugar para
del repertorio epistémico. que, si las emociones son importantes para
Al dar un lugar central a las emociones tal reconocimiento, se considere que el
en la atención, Nussbaum y Blum alteran agente debe desarrollarlas. La autora afir-
de manera significativa esta noción. La ma que en tal caso, «habremos encontrado
alteran porque inequívocamente defien- un argumento kantiano para valorar [a las
den la idea que la percepción adecuada emociones] -no por supuesto en sí mis-
requiere el ejercicio de capacidades emo- mas-, sino como un medio moralmente
cionales específicas y éstas no necesaria- necesario>, 22.
mente se ven «gobernadas» por lo inte- Nótese, sin embargo, que esta postura
lectual. Pero al mismo tiempo la hacen vul- de Herman es significativcmcntc diferente
nerable a objeciones serias que deben ser de la que expuse en la sección anterior.
consideradas. En tal modelo, aun si fuera posible dis-
cernir sin la ayuda de las emociones, este
tipo de discernimiento sería imperfecto
Las emociones y la moralidad precisamente por la ausencia de lo emo-
cional. Las emociones tienen valor en sí
Al comienzo de este ensayo señalé que en independientemente de su utilidad. En
la literatura moral en general la percepción cambio, de la postura de Herman se des-
moral se ha dado por supuesta y por ende prende que las emociones de por sí no tie-
no ha recibido demasiada atención 18. Sin nen valor moral; sólo son recomendables
embargo, unos pocos autores que se ins- en tanto se muestre que aseguran la apre-
criben dentro de una postura neo-kantiana hensión de detalles moralmente impor-
han reconocido recientemente la necesi- tantes.
dad de tratar este tema. La perspectiva que Los argumentos que generalmente se
tengo en mente está ejemplificada por Bar- utilizan para negar el rol protagónico de
bara Herman 19 y Onora O'Neill 20. Her- las emociones en la moralidad son fami-
man sostiene que quienes destacan la liares. Dos de los argumentos centrales
importancia de la percepción están en lo son: 1) las emociones son parciales lo cual
correcto y que efectivamente para ser un las hace poco confiables desde el punto
agente moral uno debe estar entrenado de vista moral (llamaré a éste el argumento
para percibir situaciones en función de sus imparcialista), y 2) no las podemos con-
rasgos moralmente significativos. O'Neill trolar y por ende no somos responsables
afirma que la apreciación de situaciones por ellas, por lo cual su importancia moral
es uno de los elementos más significativos es muy cuestionable (llamo a éste el argu-
de la moralidad. mento sobre la pasividad emocional). A
Ambas autoras, sin embargo, sugieren continuación me concentro en estos temas.
que la percepción es un proceso funda-
mentalmente cognitivo. ü'Neill no se dedi-
ca a analizar si lo emocional contribuye El argumento imparcialista
positivamente al proceso perceptivo. Afir- contra las emociones
ma que «sólo cuando el proceso de
reflexión ha producido una evaluación de En sentido amplio, imparcialismo es la
un caso puede uno aplicar principios y tesis que sostiene que la moralidad requie-
re que consideremos que nuestros proyec- table 25. Si esto es cierto, el mero hecho
tos e intereses tienen el mismo peso que que las emociones son parciales deja de
los proyectos e intereses de los demás. La ser esencial en la determinación de su valor
moralidad exige la adopción de un punto moral. En cambio, lo que pasa a ser impor-
de vista neutral, tante es de velar el tipo de parcialidad que
Basado en esta idea, el argumento manifiestan y la tarea fundamental es la
imparcialista contra las emociones destaca eliminación gradual de aquellas parciali-
que aun si las emociones dan acceso a los dades que obstaculizan la actividad moral.
elementos moralmente salientes de una Por otro lado, no es necesario definir
situación, lo hacen de una manera muy al punto de vista imparcial como uno carac-
parcial y selectiva, e introducir el espectro terizado por una actitud de indiferencia,
de la parcialidad en la deliberación moral desinterés y desapego 26, Quien se ve movi-
es especialmente peligroso en un mundo do a proceder imparcialmente (sea ape-
en el cual de por sí las distorsiones y pre- lando a los derechos de otros o a consi-
juicios abundan y los seres humanos tien- deraciones sobre la justicia O simplemente
den naturalmente a favorecer a sus pro- siguiendo el imperativo categórico) no lo
yectos y a aquellas personas con las cuales hace debido a su actitud indiferente. Por
están relacionados. Por ello, en tanto par- el contrario, quien actúa de esa manera
ciales, las emociones son moralmente ine- lo hace porque le importan ya sea los dere-
ficaces y con frecuencia directamente chos de otros, la justicia o el ser moral 27.
dañinas. Supongamos, por ejemplo, una persona
Ahora bien, estoy de acuerdo en que que frente a un conflicto entre su auto-in-
las emociones son típicamente parciales. terés y el interés de otros hace gala de
Pero la tesis que la parcialidad es siempre una actitud imparcial, es decir, considera
moralmente problemática es más contro- justamente los intereses de todos los invo-
vertida 23. En verdad, es prácticamente lucrados. Su imparcialidad puede resultar
incuestionable que ciertas parcialidades en una acción que no sea en su interés.
son moralmente legítimas (por ejemplo, Pero esto no muestra que tal persona sea
hacia aquellos a los cuales nos une un vín- indiferente, sino que su interés por la jus-
culo especial). El debate actual está más ticia es mayor que su interés por bene-
bien vinculado con la justificación teórica ficiarse. Quiero sugerir (sin desarrollar)
de tales parcialidades. Los filósofos con- que aún si la moralidad requiere impar-
siderados «parcialistas» sostienen que la cialidad, no se desprende de esto que
parcialidad típica de nuestras relaciones requiera indiferencia sino más bien una
personales tiene valor intrínseco. Pero aún actitud de apego a aquellos fines que son
los filósofos «imparcialistas» tratan de moralmente deseables o, por lo menos,
mostrar que las teorías y los principios éti- moralmente aceptables. Si esto es así, lo
cos imparciales pueden acomodar a aque- emocional sigue cumplíendo un papel muy
llas parcialidades que consideramos moral- importante aun en moralidades supuesta-
mente legítimas 24. El consenso existente mente imparciales.
respecto de la importancia moral de algu-
nas parcialidades sin duda no muestra que
toda parcialidad es moralmente justificable El argumento sobre la pasividad emocional
-algunos casos evidentes de parcialidades
moralmente injustificables son, por ejem- Este.argumento destaca que las emociones
plo, el sexismo, el racismo, y el nepotis- surgen sin que la persona las pueda evitar.
mo-, pero sí que la parcialidad no nece- Son meras inclinaciones que producen una
sariamente es siempre moralmente inacep- pérdida de libertad y control y que, con-
NOTAS