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Definiciones y perspectivas
Para la Real Academia Española, la salud es el “estado en que el ser orgánico ejerce
normalmente todas sus funciones”. Si entendemos estas “funciones” como las
funciones vitales propuestas por la Biología, englobamos en ellas la nutrición, la
interacción con otras personas y seres vivos y la reproducción.
Otras definiciones más recientes destacan que la salud no sólo es un estado sino
también un recurso que nos ayuda a satisfacer nuestras necesidades y a
alcanzar nuestros objetivos, es decir, a conseguir el bienestar. Desde esta
perspectiva también se considera importante que la salud no se entienda como un
concepto aislado, sino que en gran medida depende de la interacción de las
personas o grupos con el entorno que los rodea.
Ambos modelos tienen sus puntos fuertes y débiles. En general puede decirse que
el modelo biopsicosocial es más amplio e inclusivo que el biomédico, tanto que su
definición de salud puede resultar excesivamente vaga y difícil de aplicar.
Esto implica que las personas con una enfermedad física crónica corren un
mayor riesgo de sufrir trastornos mentales; por ejemplo, es muy frecuente que
las personas con demencia se depriman. Por su parte, tener un trastorno
psicológico, sobre todo si es grave, también favorece la aparición de enfermedades
físicas.
1. Entorno físico
Las condiciones de vida son clave para nuestra salud. Por ejemplo, el enorme
incremento de la esperanza de vida que se ha dado en la mayor parte del mundo
en el último siglo se relaciona con las mejoras en higiene, nutrición y cuidados
médicos, entre otros. Todo ello depende en gran medida del entorno físico en el
que vivimos.
2. Genética
Los rasgos biológicos que heredamos de nuestros padres pueden incluir
la predisposición a sufrir trastornos físicos y mentales. Entre muchas otras
alteraciones, la diabetes, la enfermedad de Parkinson, la esquizofrenia o el trastorno
bipolar tienen un componente genético fundamental.
3. Nivel socioeconómico
Las desigualdades económicas y sociales tienen consecuencias importantísimas en
la salud. Además de que estas producen diferencias evidentes en el acceso a los
servicios de salud y en la calidad de estos, las personas con un nivel
socioeconómico elevado tienen una esperanza de vida más larga.
5. Servicios de salud
Este aspecto se relaciona con dos factores ya mencionados: el entorno físico y el
nivel socioeconómico. Cuanto más fácil nos resulte el acceso a los servicios de
salud y mejores sean estos, más probable será que podamos prevenir y curar
satisfactoriamente las enfermedades que nos afligen.
6. Nivel educativo
Tener un nivel educativo bajo parece estar relacionado con una mayor probabilidad
de tener un mal estado de salud. Además las personas con un nivel educativo
alto son menos vulnerables al estrés en su conjunto, si bien existen muchas
diferencias individuales, por supuesto.
7. Sexo y género
El sexo y el género afectan de modos variados a nuestra salud y influyen en
nuestra predisposición a sufrir unas u otras enfermedades. Por ejemplo, se
diagnostican más trastornos cardiovasculares en hombres y más casos de
osteoporosis o depresión en mujeres.