Factor de Concentracion de Esfuerzos para Fatiga

Mecánica aplicada al diseño de los elementos de máquinas
introducción de un elemento que incremente los esfuerzos no puede hacer más daño
adicional, como se indica con el factor teórico. También, las imperfecciones debidas al
proceso de manufactura y del uso pueden considerarse como pequeñas muescas.
Shigley (1965) agrega que la fundición de hierro no es homogénea y que, a
menudo, tiene inclusiones de escoria, porosidades y grafito; además, el moldeo en arena
genera superficies rugosas. Por ello, las fundiciones poseen, de modo inherente, gran
cantidad de discontinuidades. Si a éstas se le añaden más en forma de ranura o agujero,
realmente no habrá diferencia. La resistencia de la pieza de fundición ya quedó
determinada por sus propias discontinuidades intrínsecas.
Por lo expuesto, surge que no siempre es necesario utilizar el valor total del factor
teórico Kt, pues veremos que una discontinuidad particular produce aumentos de tensión
diferentes y menores para distintos materiales.
En general, los factores que tienen en cuenta los efectos de la concentración de
tensiones en cuerpos cargados estáticamente y en forma alternada son distintos. En el
primer caso, es función solamente de las proporciones geométricas de la pieza, mientras
que en el caso de fatiga, si bien también depende de las proporciones geométricas,
resulta además afectado por el material41, el tratamiento térmico (y su influencia sobre
el tamaño de grano) y las dimensiones del cuerpo.
Los ensayos a fatiga en probetas con discontinuidades geométricas han
demostrado que su resistencia disminuye.
Del Atlas of Fatigue de la American Society for Metals (1997) extraemos dos
gráficos σ-N que ponen en evidencia este efecto (Figura IV-23 y IV-24).
Chavetero de Patín Chavetero de Perfíl
Figura IV-23.
Dos tipos constructivos de ranuras para alojar chavetas.
Su incidencia en la vida a fatiga del componente mecánico se muestra en el gráfico
de la Figura IV-24. Extraída del Atlas of Fatigue de la American Society for Metals
(1997), pág. 77
Copyright © 2011. Editorial Nobuko. All rights reserved.
41
La influencia del material está dada por la relación existente entre la tensión de rotura y la tensión de
fluencia.
- 122 - Ricardo Mario Amé

Amé, Ricardo Mario. Mecánica aplicada al diseño de los elementos de máquinas temas básicos de resistencia de materiales aplicables al diseño de árboles y ejes, Editorial
Nobuko, 2011. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/utssp/detail.action?docID=3201086.
Created from utssp on 2019-03-19 10:37:06.
Fig. IV-24.
Incidencia del tipo de ranura para alojar la chaveta y del material en la resistencia a la
fatiga de un cuerpo.
Figura extraída y adaptada del Atlas of Fatigue de la American Society for Metals
(1997), pág. 77.
De la Figura IV-24 se deduce que:
Límite a fatiga sin chavetero

Kf =
Límite a fatiga con chavetero
Ricardo Mario Amé - 123 -

O más genéricamente:
Límite a fatiga sin concentrador

Kf =
Límite a fatiga con concentrador
Donde Kf es el “Factor de concentración de tensiones en fatiga” o “Factor de

concentración efectivo de tensiones”.
Como quedó expresado anteriormente, la particular relación entre las
características físicas y químicas del material, su tratamiento térmico y su tamaño
relativo hace que algunos casos son más “sensibles” a las discontinuidades que otros.
Debido a que se requiere hacer gran cantidad de ensayos destructivos para obtener
el valor de Kf, es deseable relacionar de algún modo su magnitud con el de Kt para
diferentes materiales y discontinuidades geométricas (el estudiante debe volver a leer el
parágrafo III-2).
Fue Peterson quien, luego de experiencias, encontró que:
a) el factor Kf es ligeramente menor que Kt, aunque en algunos casos llegan a
coincidir,
b) el tamaño de la probeta influye en los resultados,
c) el tamaño de grano, dado por el tratamiento térmico, tiene influencia en el valor
de Kf .
Como corolario de sus ensayos, Peterson propuso la introducción de lo que llamó

“Índice de sensibilidad q”, conocido también como sensibilidad al entallado, al que
definió matemáticamente con la expresión:
K f 1
q
Kt 1
De la que se deduce:
K = 1+q. (K -1)
f t
Y también, recordando la existencia de Kts
K = 1+q (K -1)
fs ts
Es interesante la deducción conceptual que puede leerse en Seely-Smith (1977).

Los autores expresan que en todas las discontinuidades geométricas de cuerpos
sometidos a tensiones, es posible suponer que se desarrollan tensiones teóricas máximas
σtmáx más elevadas que las tensiones nominales σ0, calculadas por las ecuaciones
tradicionales de la resistencia de los materiales. En tal caso, es posible escribir que la
diferencia entre dicha σtmáx y la σ0 se expresa de la siguiente manera:
V tmáx. V 0 Kt V 0 V 0 Kt 1
Por otra parte, se sabe que el coeficiente Kt es netamente teórico y no contempla

la serie de particularidades que hacen que no pueda ser aplicado directamente. Por tal

motivo, puede preverse que la tensión σe, que efectivamente se desarrollará en la pieza,
está dada por un valor que contempla la tensión nominal σ0 , más una proporción q del
valor de (σtmáx - σ0), que puede expresarse de la siguiente forma:
V e V 0 q V tmáx. V 0
Reemplazando lo del paréntesis por el resultado anterior, se tiene:
σe= σO + q · σO ·(Kt-1)
Por otra parte, se sabe que:

Ve
Kf
V0
De modo que reemplazando y operando, se obtiene:
V 0 qV 0 K t 1
Kf 1 q K t 1
V0
De donde surge la ecuación de q, planteada anteriormente.

Los valores del coeficiente Kf y, por ende, el de q, deben determinarse por
ensayos.
Obsérvese que Kf es función del factor geométrico y del índice de sensibilidad al
entallado. Para el cálculo de Kf es necesario determinar previamente Kt por medio de
los gráficos ya vistos. La literatura técnica no es tan completa como sería de desear
respecto de los valores de q, disponiéndose de algunos pocos gráficos o tablas. No
obstante, se sabe que q varía entre 0 (con lo que se obtiene Kf = 1, y significa que el
material no tiene sensibilidad a las ranuras o muescas) y q = 1 (Kf = Kt significa que el
material es completamente sensible; Shigley y Mitchell, 1983).
En el gráfico de la Figura IV-25, extraído de Juvinall (1993) y de Deutschman
(et.al., 1985), se presentan valores del coeficiente de sensibilidad al entallado q para
aceros en distintos grados de dureza, y para aluminio42.
42
En Norton, 1999, páginas 392 y 393 pueden verse este mismo gráfico y otros para aluminio

Estos valores se usan con cargas de flexión alterna y

axiales con inversión Para acero VR (Kg/mm²) y
Estos valores se usan para torsión con HBN como se indica
inversión
1,0
N)
00HB
140(4
0,9 BN)
N) 85(240H
B HBN)
0,8 (2 80H 56(160
100 N) HBN)
Sensibilidad a la entalla, q
20 0HB 40(120
0,7 70( N)
1 6 0HB N)
0,6 56( 20HB )
40(1 0HBN Aleaciones de aluminio (en base
10
0,5 35( a datos de 2024-T6)
0,4
0,3
0,2
0,1
0
0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 3,0 3,50 4,0
Radio de la muesca, r (mm)
Figura IV-25.
Valores de la sensibilidad al entallado q para aceros en distintos grados de dureza, y para
aleaciones de aluminio.
Figura extraída de Juvinall (1993), pág. 261 y de Deutschman (et.al., 1985) pág. 930.
El índice de sensibilidad al entallado depende de:

- Material.
- Tratamiento térmico, identificado con el tamaño de grano.
- Tamaño absoluto de la pieza. En probetas pequeñas la resistencia a la fatiga
tiende a coincidir con la nominal, o sea que Kf se aproxima al valor unitario;
en probetas grandes, por el contrario, las diferencias entre la resistencia a la
fatiga y la nominal son notables, tendiendo Kf al valor teórico Kt. Se ha
comprobado que si al aumentar las dimensiones del cuerpo se conserva la
semejanza geométrica de éstas, los valores de Kf aumentan, aproximándose
a los valores de Kt.
- Radio relativo de la muesca geométrica.

- Dimensiones de las imperfecciones internas.
Volviendo al tema de la influencia del tamaño, en Forrest (1982) se indica que en

ensayos efectuados en probetas de acero “suave” (bajo carbono), una de ellas de forma
plana y la otra de sección cilíndrica con agujeros transversales, sometidas a tracción,
ellas mostraron diferentes comportamientos. Mientras en la cilíndrica el límite a fatiga
disminuye a medida que aumenta el tamaño, en la plana se mantiene constante.
Por todo lo expuesto, está claro que q no puede considerarse como una constante
del material. En Orlov (1974) se expresa que, en los materiales altamente plásticos, Kf

se aproxima a la unidad y, en los materiales elásticos, tiene un valor cercano al teórico

Kt.
En aceros de grano grueso (con tratamiento de recocido) los valores de q son
bajos; en aceros de grano fino (con tratamiento de templado y revenido) sus valores son
altos. Todo tratamiento térmico que produce un afinamiento del grano eleva el valor de
q.
No existe una línea divisoria entre grano grueso y grano fino, aunque, según
Faires (1977), puede usarse el valor de dureza 200HBN43 como índice de separación
(aunque la dureza no es un indicativo del tamaño de grano).
También, los datos indican la tendencia de los materiales más duros y resistentes a
ser más sensibles a las muescas (Juvinall, 1993 y Orlov, 1974).
De lo expuesto, se deduce que puede emplearse el valor teórico Kt cuando se
proyectan órganos de máquinas de gran tamaño y de aceros de grano fino.
En el caso de dimensiones pequeñas y materiales bastos se debe tratar de evaluar
q y emplear:
Kf =1 + q (Kt-1)
La sensibilidad al entallado no es muy significativa cuando el radio del acuerdo es

mayor a 1 mm, para aceros templados y revenidos. Tampoco para radios mayores de 4
mm, en aceros recocidos.
Faires (1977) expone una ecuación, desarrollada por Peterson, con la que puede
calcularse el valor de q:
1
q
a
1
r
Esta ecuación puede resultar útil ante la escasa disponibilidad de datos de la

sensibilidad. En ella, r corresponde al radio de curvatura de la discontinuidad (ya sea un
acuerdo, un agujero, una entalla u otra), y a es un valor que varía según la resistencia a
tracción del material.
De Norton (pág. 390, 1999) puede obtenerse los valores de a para los aceros. En
la Tabla T-IV.1 se presentan algunos de ellos, el resto, y para aluminio, puede
consultarse esa obra.
Tabla T-IV.1.
Valores de a para el cálculo del factor de sensibilidad de entalla q.
σR 345 414 552 690 827 965 1240 1517
(MPa)
a
0,0169 0,0116 0,0064 0,0038 0,0024 0,0015 0,00057 0,00017
(mm)
Tanto Faires como Norton complementan esta información con un gráfico desde
el cual puede determinarse el factor de sensibilidad de entalla q e indican que es
43
Hardness Brinell Normal, Dureza Brinell Normal.

particularmente aplicable a esfuerzos normales y de corte (ver Figura IV-26):
Radio de entalla r
(mm)
Coeficiente de sensibilidad de entalla, q
B

A

C

0 0,794 1,588 2,381 3,175 3,969 4,763 (mm)
Radio de entalla r
Figura IV-26.
Valores del coeficiente de sensibilidad al entallado.
Figura extraída y adaptada de Faires (1977), pág. 752.
La curva A corresponde a aceros recocidos o normalizados con dureza HBN menor o igual a 200 y
a = 0,01; la B corresponde a aceros templados y revenidos con valor de a = 0,0025 y la curva C a una
aleación de aluminio y a = 0,025.
Algunas referencias aconsejan no tomar en cuenta la influencia del concentrador

de tensiones Kf a 1000 ciclos, pero, si bien esta recomendación es apoyada por ciertos
ensayos, un estudio profundo indica que sólo es válido para materiales dúctiles. Para
otros materiales el efecto de la muesca a 1000 ciclos puede ser tan importante como a
6
10 ciclos (Juvinall, 1993).
Por otra parte, Orlov (1974) indica que el tipo de carga cíclica influye en la
magnitud del coeficiente Kf.. La Tabla T-IV-1 muestra estos datos:
Tabla T-IV.2.
Valores del coeficiente Kf en función del tipo de carga cíclica aplicada, según Orlov (1974).
Escotes y agujeros transversales Redondeos
Tracción-compresión. 1 1
Flexión 0,85 1,2
Torsión 0,65 0,8
En Dobrovolski (et. al., 1976) se hace referencia a investigaciones realizadas por

Oding, que dieron como resultado la introducción de un nuevo coeficiente de
sensibilidad al entallado para cargas cíclicas, que se conoce como “coeficiente cíclico
de sensibilidad del metal a la entalladura”.
Otros valores del coeficiente de sensibilidad al entallado se pueden encontrar en
Forrest (1982). La Tabla T-IV.3 es una transcripción adaptada de esa información.

Tabla T-IV.3.
Valores del coeficiente al entallado q para acero inoxidable.
Composición química: 20% Cr y 10% Ni, deformado en frío. Corresponde a ensayos de flexión
rotatoria a 10.600 ciclos/minuto, diámetro en la base de la entalla de 6,35 mm, profundidad de
entalla 0,635 mm, ángulo de la entalla 60° y radio en el fondo de la entalla 0,25 mm. Kt = 2,6.
σR σw [Kg/cm2]
Tratamiento Kf q
[Kg/cm2] Sin entalla Con entalla
Recocido 5700 2400 2900 0,8 0
Estirado en frío 9100 4800 3400 1,4 0,25
IV.1.E.1.- Diagrama para la relación Kt - Kf.

Lipson (et. al., 1950) indica que los aceros de grano grueso, como los recocidos o
normalizados, se caracterizan por su bajo valor de sensibilidad al entallado q. Por el
contrario, los aceros de grano fino, es decir, los tratados térmicamente, muestran altos
valores de q. A partir de ello, se puede hablar de dos grupos de aceros tratados, siendo
su línea divisoria la dureza de 200HBN. Para la mayoría de los concentradores por
entalla en aceros de baja dureza, el factor Kt es menor a 5 y, por ello el Kf no supera 2,4.
En cambio, para aceros endurecidos, Kf es como máximo 3. La Figura IV-27 indica lo
expuesto.
Shigley (1956) presenta este gráfico y hace referencia a la obra de Lipson, Noll y
Clok -ya indicada- que Cosme (1977) atribuye a Syrson.
Tómese la utilización de este gráfico sólo a los fines de una primera
aproximación, dado la antigüedad del mismo.
Figura IV-27.
Determinación primaria de Kf a partir del conocimiento de Kt y del tratamiento térmico.
Figura extraída y adaptada de Lipson, Noll y Clock, 1950, pág. 18.
IV.1.F.- Aplicación de la mecánica de la fractura al análisis del crecimiento de la

fisura por fatiga
Se ha visto (Capítulo III, parágrafo III.2) que cuando la discontinuidad geométrica

deja de ser macroscópica para transformarse en microscópica o, por lo menos, en una

fisura con vértices agudos, es necesario considerar los principios de cálculo indicados
por la teoría de la Mecánica de la Fractura (véase capítulo II, parágrafo II.2).
En el caso de tensiones variables, se halló que la velocidad de crecimiento de la
fisura es dependiente de la diferencia entre el máximo valor del factor de intensidad de
esfuerzo, Kmáx. , y el mínimo valor de este factor: Kmín.
'K K máx. K mín.
La velocidad de crecimiento de la fisura se expresa como la relación da/dN (es

decir, la velocidad de cambio del tamaño a de la fisura respecto a la cantidad de ciclos
N de aplicación de la carga).
Estos datos se llevan a un gráfico como el de la Figura IV-28:
Región 1 Región 2 Región 3
10 -2
da/dN, mm/ciclo
10 -4
10 -6
Log ( K)
Figura IV-28.
Velocidad de cambio de la dimensión a de la fisura con respecto a la cantidad N de
ciclos de aplicación de la carga.
Figura extraída y adaptada de Wessel, et. al., (s.f).
El gráfico de la Figura IV-28 tiene tres regiones netamente diferenciadas. La

“región 1” comprende la etapa de iniciación de la grieta; corresponde a valores muy

bajos de ΔK, donde las fisuras preexistentes no crecen en presencia de las tensiones
cíclicas. La “región 2” es la etapa de crecimiento de la fisura, y existe una relación
lineal entre las variables. Por último, en la “región 3” el nivel de ΔK es próximo al de la
resistencia del material al avance de la fisura ΔKc , y la fractura se torna inestable
(Norton, 1999). Véase parágrafo II.2.
La “región 2” del gráfico es la que se utiliza para predecir la vida útil de la pieza.
En el gráfico puede observarse que la curva, en la “región 1”, comienza a partir de
un valor mínimo de ΔK, por debajo del cual no existe posibilidad de crecimiento de
fisura (en el caso que ya la hubiera).
El modo de aplicación del método es simple. Se determina la ecuación más

apropiada para definir K, en función de la geometría de la fisura y del tipo de carga, y se

sustituye σ por Δσ de modo de obtener ΔK.
Por ejemplo, para el caso de la fisura según el dibujo de la Figura IV-29, la
expresión de K viene dada por:
'V
'V
Figura IV-29.
Ejemplo de la expresión matemática del factor K para una fisura
transversal en una chapa sometida a tracción.
KI V S a 1 / 2
Que para el caso de fatiga se convierte en:
'K I 'V S a
1/ 2
Cuando el valor de ΔK alcance el valor equivalente a la tenacidad de la fractura

correspondiente al material KIc, ocurrirá la fractura frágil.
IV.1.G.- Factores modificativos del límite de fatiga
No es esperable que la resistencia a la fatiga de un elemento de máquina o

estructura resulte igual a la de una probeta de ensayo, la cual fue manufacturada con
mayor cuidado y ensayada en ambiente de laboratorio muy controlado.

Siempre la mejor información se obtiene de los ensayos que se efectúen sobre
prototipos o modelos en condiciones reales de temperatura, cargas y condiciones
generales de uso. No obstante, estas pruebas están limitadas por su costo, y sólo se
realizan cuando la seguridad de las personas, o el valor económico de las fallas, lo
demanden.
La resistencia a la fatiga de un elemento de máquina puede ser alterada por
distintas causas cuyos efectos se consideran por medio de factores modificativos:
VW* = VW . Cc . Cf . Cm . CR . CT . CL . Cd


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Chavetero de Patín Chavetero de Perfíl

- 122 - Ricardo Mario Amé

De la Figura IV-24 se deduce que:

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Ricardo Mario Amé - 123 -

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Y también, recordando la existencia de Kts

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- 124 - Ricardo Mario Amé

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Por otra parte, se sabe que:

De modo que reemplazando y operando, se obtiene:

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Ricardo Mario Amé - 125 -

Estos valores se usan con cargas de flexión alterna y

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- 126 - Ricardo Mario Amé

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- 128 - Ricardo Mario Amé

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Se ha visto (Capítulo III, parágrafo III.2) que cuando la discontinuidad geométrica

Ricardo Mario Amé - 129 -

'K K máx.  K mín.

La velocidad de crecimiento de la fisura se expresa como la relación da/dN (es

Región 1 Región 2 Región 3

El gráfico de la Figura IV-28 tiene tres regiones netamente diferenciadas. La

“región 1” comprende la etapa de iniciación de la grieta; corresponde a valores muy

- 130 - Ricardo Mario Amé

apropiada para definir K, en función de la geometría de la fisura y del tipo de carga, y se

Que para el caso de fatiga se convierte en:

Cuando el valor de ΔK alcance el valor equivalente a la tenacidad de la fractura

IV.1.G.- Factores modificativos del límite de fatiga

No es esperable que la resistencia a la fatiga de un elemento de máquina o

mayor cuidado y ensayada en ambiente de laboratorio muy controlado.

Ricardo Mario Amé - 131 -

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