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1. Transferencia de Información
Concepto y Definición
Sintomatología General
Síntomas en niños y adolescentes
Síntomas en Adultos
Cuándo consultar a un médico
Cuándo pedir ayuda con urgencia
Etiología
Factores de Riesgo
Complicaciones
Prevención
2. Descarga Emocional:
Impacto del trastorno en la familia y Pareja
¿Cómo entender el problema?
Eliminar Enfados
Alentar y premiar hasta las más pequeñas mejorías
Retirar la Atención
Proponer Actividades
Concepto y definición:
La depresión es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante
y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. También denominada
«trastorno depresivo mayor» o «depresión clínica», afecta los sentimientos, los
pensamientos y el comportamiento de una persona, y puede causar una variedad de
problemas físicos y emocionales. Es posible que tengas dificultades para realizar las
actividades cotidianas y que, a veces, sientas que no vale la pena vivir.
Más que solo una tristeza pasajera, la depresión no es una debilidad y uno no puede
recuperarse de la noche a la mañana de manera sencilla. La depresión puede requerir
tratamiento a largo plazo. Pero no te desanimes. La mayoría de las personas con
depresión se sienten mejor con medicamentos, con psicoterapia o con ambos.
Sintomatología General:
Si bien la depresión puede producirse solamente una vez en la vida; por lo general, las
personas tienen varios episodios de depresión. Durante estos episodios, los síntomas se
producen durante gran parte del día, casi todos los días y pueden consistir en:
Sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza
Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de poca
importancia
Pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales o todas,
como las relaciones sexuales, los pasatiempos o los deportes
Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir demasiado
Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas pequeñas requieren un
esfuerzo mayor
Falta de apetito y adelgazamiento, o más antojos de comida y aumento de peso
Ansiedad, agitación o inquietud
Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales
Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o
autorreproches
Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas
Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte, pensamientos suicidas,
intentos suicidas o suicidio
Problemas físicos inexplicables, como dolor de espalda o de cabeza
Para muchas personas con depresión, los síntomas suelen ser lo suficientemente
graves para causar problemas evidentes en las actividades cotidianas, como el
trabajo, la escuela, las actividades sociales o las relaciones con otras personas.
Algunas personas pueden sentirse infelices o tristes en general sin saber
realmente porqué.
Síntomas de depresión en niños y adolescentes
Los signos y síntomas frecuentes de depresión en los niños y adolescentes son similares
a aquellos en los adultos, pero puede haber algunas diferencias.
En los niños más pequeños, los síntomas de depresión pueden consistir en tristeza,
irritabilidad, apego, preocupación, dolores, negarse a ir a la escuela o bajo peso.
En los adolescentes, los síntomas pueden comprender tristeza, irritabilidad, sentirse
negativo e inútil, ira, bajo rendimiento o poca asistencia a la escuela, sentirse
incomprendido y extremadamente sensible, consumir drogas de uso recreativo o alcohol,
comer o dormir demasiado, autolesionarse, perder el interés por las actividades
habituales y evitar la interacción social.
Etiología (Causas)
Se desconoce la causa exacta de la depresión. Al igual que sucede con muchos
trastornos mentales, puede comprender diversos factores, como:
Diferencias biológicas. Las personas con depresión tienen cambios físicos en el
cerebro. La importancia de estos cambios aún es incierta, pero con el tiempo pueden
ayudar a identificar las causas.
Química del cerebro. Los neurotransmisores son sustancias químicas que se
encuentran naturalmente en el cerebro y que probablemente desempeñan un rol en la
depresión. Las investigaciones recientes indican que los cambios en la función y el efecto
de estos neurotransmisores, y cómo interactúan con los neurocircuitos involucrados en
mantener la estabilidad del estado de ánimo pueden tener un rol importante en la
depresión y su tratamiento.
Hormonas. Es posible que los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo tengan un
rol al causar o desencadenar la depresión. Los cambios hormonales pueden presentarse
en el embarazo y durante las semanas o meses después del parto (posparto), y por
problemas de tiroides, menopausia u otros trastornos.
Rasgos hereditarios. La depresión es más frecuente en las personas cuyos parientes
consanguíneos también tienen este trastorno. Los investigadores están buscando genes
que puedan intervenir en el origen de la depresión.
Factores de riesgo
Por lo general, la depresión comienza en la adolescencia o entre los veinte o treinta y
tantos años, pero puede aparecer en cualquier momento de la vida. Esta enfermedad se
les diagnostica más a las mujeres que a los hombres, pero puede ser, en parte, porque
es más probable que las primeras busquen recibir tratamiento.
Algunos de los factores que parecen aumentar el riesgo de que se manifieste o se
desencadene la depresión son:
Ciertos rasgos de la personalidad, como tener la autoestima baja y ser demasiado
dependiente, muy autocrítico o pesimista
Situaciones traumáticas o estresantes, como maltrato físico o abuso sexual, la
muerte o la pérdida de un ser querido, una relación difícil o problemas económicos
Familiares consanguíneos que tienen antecedentes de depresión, trastorno
bipolar, alcoholismo o suicidio
Ser lesbiana, gay, bisexual, transgénero o presentar variaciones en el desarrollo
de los órganos genitales que no son claramente ni masculinos ni femeninos
(intersexualidad) en un entorno que no brinda apoyo
Antecedentes de otros trastornos de salud mental, como un trastorno de ansiedad,
de la alimentación o de estrés postraumático
Abuso de alcohol o de drogas recreativas
Una enfermedad grave o crónica, como cáncer, un accidente cerebrovascular,
dolor crónico o una enfermedad cardíaca
Ciertos medicamentos, como los que se indican para la presión arterial alta o las
pastillas para dormir (habla con el médico antes de suspender la toma de cualquier
medicamento)
Complicaciones
La depresión es un trastorno grave que puede causar efectos devastadores tanto en ti
como en tus familiares. La depresión suele empeorar si no se trata y puede derivar en
problemas emocionales, de conducta y de salud que pueden afectar todos los aspectos
de tu vida.
Los ejemplos de las complicaciones relacionadas con la depresión comprenden:
Sobrepeso u obesidad, que pueden derivar en enfermedades cardíacas o diabetes
Dolor o enfermedad física
Consumo inapropiado de alcohol o de drogas
Ansiedad, trastorno de pánico y fobias sociales
Conflictos familiares, dificultades en tus relaciones y problemas en la escuela o el
trabajo
Aislamiento social
Sentimientos suicidas, intentos de suicidio o suicidio
Automutilación, como por ejemplo cortes
Muerte prematura a raíz de enfermedades
Prevención
No existe una manera segura para evitar la depresión. Sin embargo, las siguientes
estrategias pueden ser útiles.
Toma medidas para controlar el estrés, mejorar tu resiliencia y levantar tu
autoestima.
Acércate a la familia y a los amigos, especialmente en momentos de crisis, para
que te ayuden a superar los malos tiempos.
Consigue tratamiento ante el primer signo de un problema para que te ayude a
impedir que la depresión empeore.
Considera tener tratamiento de apoyo de larga duración para que te ayude a
prevenir la reaparición de los síntomas.
2. Descarga Emocional
Eliminar Enfado
Cuanto más conozcas qué es lo que sucede y porqué, más fácilmente controlarás tus
enfados.
A continuación encontrarás algunos de los pensamientos que más frecuentemente te
asaltarán, y al lado, una forma alternativa, racional y productiva de enjuiciar la misma
situación que los produjo.
Retirar La Atención
En contraposición, buena idea no prestar excesiva atención a los comportamientos
depresivos. Cada vez que llore o que haga una queja en voz alta, procura no darle
importancia, no preguntar “¿qué te pasa?”, o intentar convencerle de que cambie su
actitud. Simplemente mantente en silencio de forma neutra, sin miradas de reproche o
acusativas. Cuando deje de llorar o acabe de quejarse, recuerda el apartado anterior, sé
enormemente afectivo, y dile cuán contento estás que haya controlado. No sigáis
hablando de lo que le ha ocurrido, desviad la conversación hacia un tema neutro o,
idealmente, agradable.
Otro de los aspectos que vas a intentar evitar son los sermones, intentonas de hacerle
“razonar” y de que cambie su actitud. Esto no funciona: no se producirá una iluminación
en la mente de tu familiar deprimido, ni mejorará por mucho que le digamos que su actitud
no es constructiva. Más bien, todo lo contrario: aparte de implicar una excesiva atención
por sus comportamientos depresivos (lo que como, se ha dicho, puede ser
contraproducente) con un alto nivel de probabilidad, provocará que se sienta culpable por
estar deprimido, lo que empeorará el nivel de depresión.
Proponer Actividades
Este es un punto complicado. En general la norma sería: cuantas más actividades
agradables vaya realizando la persona deprimida, más mejorará su estado de ánimo. Sin
embargo, si el ritmo es demasiado rápido o forzado, o si se proponen actividades
demasiado complejas para las cuales todavía no se está preparado, existe el peligro de
provocar frustración, impotencia, más sensación de ineficacia personal, y como resultado,
mayor depresión. El psicólogo verá el nivel de actividades adecuado en el que habrá de
moverse la persona deprimida en cada momento del curso terapéutico. A continuación
sugeriremos algunas pautas generales acerca de cómo enfocar tú comportamiento.
Si el nivel de depresión es medio o bajo, sugerirle que haga actividades agradables puede
ser una buena estrategia. Asegúrate de que la actividad elegida, en el pasado le hacia
disfrutar considerablemente, y que al mismo tiempo, no sea muy difícil de llevar a cabo.
El momento también es importante: no sería adecuado que le propusieras hacer una
determinada actividad cuando ya está haciendo otra que podemos considerar
antidepresiva (leer, escuchar música, hablar por teléfono, etc.), puesto que esto
significaría privarle de algo positivo aunque le diésemos otro positivo a cambio.
Quizás un buen momento para proponerle la actividad sería el punto que tú detectes que
empieza una bajada del estado de ánimo., antes de que el nivel de desesperanza sea
muy alto. La actividad tendría la misión de cortar la secuencia que, habitualmente, le
suele llevar a la desesperación y al dolor extremo.
Cuando se lo propongas, hazlo de manera empática, relajada y, sobre todo, no lo trates
como a un enfermo o a un loco. Si esa actividad ya la hacíais juntos en el pasado,
propónselo de idéntica manera a como lo solías hacer. Si te dice que no, insiste, a ser
posible bromeando, un par de veces, pero no le fuerces más allá de ese punto.
Durante el desarrollo de la actividad, trata de comportarte con naturalidad y de disfrutar
de lo que estás haciendo. No estés muy pendiente de él/ella, ni le agobies con preguntas
acerca de cómo lo está pasando. Cuanto más relajado y más natural te vea, más fácil
será disfrutar.
Si la depresión de tu familiar es severa, no debes llevar la iniciativa a la hora de proponerle
actividades. Parte importante de la terapia implicará decidir con el psicólogo qué
actividades va a intentar hacer. Tu ayuda debería limitarse a facilitar la realización de
esas actividades: recordándole amablemente que las tiene que hacer (en caso de
aparente olvido), animándole durante la realización y, sobre todo, premiándole
afectivamente por haberlo conseguido, o incluso, por haberlo intentado.
Docente:
Lic. Gustavo Estrada
Curso:
Psicoeducación para los Trastornos Mentales
Carrera:
Psicología Clínica
Trabajo:
Plan Psicoeducacional
“Trastornos de Depresión Mayor”
Estudiante:
Ingrid Rosalinda Beletzuy Chun
No. Carné:
3005-10-12306
Semestre:
9°