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la música y el juego
autismodiario.org/2017/04/17/desarrollo-la-comunicacion-autismo-traves-la-musica-juego/
La música como funciona a un nivel de lenguaje no verbal, ayuda a abrir nuevos canales
de comunicación, especialmente en aquellos casos en que las funciones expresivas y de
lenguaje presentan dificultad, buscando de esta manera la expresión individual, la
integración social, desarrollo emocional, y movimiento estimulando la coordinación motriz,
entre otros aspectos.
Ballesteros M (2010), citando a Malagarriga y Vals (2003), plantea que: “El sonido rodea
al niño desde los primeros momentos de la vida, ya sea porque él mismo lo produce,
ya sea porque surge en su entorno y el interés que demuestra hacia el mundo
sonoro indica hasta qué punto los sonidos desarrollan una función básica en los
inicios de la comunicación humana”. Entonces aprovechemos ese sonido natural e
innato en el niño para trabajar y ayudar a los procesos sensoriales, motrices y
comunicativos.
La misma autora nos dice que toda enseñanza musical se basa en dos pilares
fundamentales: la percepción y la expresión. Los procesos perceptivos y sus elementos
son la base de la audición; pero tan importantes como éstos son los procesos expresivos.
Sabemos que, en el autismo, los estilos perceptivos funcionan de manera diferente, como
por ejemplo el mono-procesamiento, donde para evitar la sobrecarga sensorial, el
cerebro de manera consciente solo procesa una única modalidad, aunque de manera
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inconsciente entra gran información, por lo que el niño se centra en un sentido como por
ejemplo la vista, puede observar minuciosamente cada detalle y pierde la conciencia de
toda información que entra a través de otros sentidos.
1. Sonidos del entorno familiar: como voces familiares, el teléfono, el reloj, arrugar
papel y muchos más que tienes en la casa.
2. Sonidos de la naturaleza: canto de pájaros, lluvia viento, truenos, sonido de hojas
3. Sonidos producidos por el cuerpo: bostezo, risa, llanto, aplausos, chapoteo de
agua con los pies
4. Sonidos presentes en el aula
5. Grabaciones de canciones y obras musicales. Las canciones infantiles deben ser
cortas, repetitivas, que impliquen acciones para que podamos bailarlas y realizar
esas acciones con el niño
La noción de ritmo necesita a su vez el aprendizaje de las nociones lento y rápido, lo que
implica conocimientos en cuanto a la duración y la sucesión en el tiempo, implica adquirir
la conciencia de cuando empezar una actividad y el momento preciso para interrumpir o
terminarla de manera adecuada. Es una sincronización que tiene la atención como apoyo
y la intensidad efectiva que permite que el ritmo sea percibido como una estructura
repetitiva.
Desde este constructo sensorial las dificultades en el Proceso Auditivo Central (PAC) –
“Eficiencia y eficacia con que el sistema nervioso central utiliza la información
auditiva”[1] – trae como consecuencia que las habilidades como identificar, interpretar y
organizar la información auditiva sensorial recibida involucrando por lo tanto mecanismos
cognitivos y neuropsicológicos, se afecten lo que trae como consecuencia que hagan
ruidos, que se tapen los oídos, mono-procesamiento, entre otras, busquemos a través de
una estimulación musical lúdica, reconectar esos senderos neuronales para propiciar
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atención a los sonidos, discriminación de sonidos y sobre todo la aceptación e
interpretación de los sonidos para que el niño vaya integrando esas percepciones de
manera adecuada.
La vida está llena de ritmos binarios, terciarios, etc, por ejemplo, el agua tiene tres
estados: sólido, líquido y gaseoso, por lo tanto, ese elemento natural tiene un ritmo
terciario, nuestras emociones tienen un ritmo binario, estamos tristes o alegres, o tristes y
enojados, por ejemplo.
Las personas con autismo son arrítmicas por naturaleza, aunque no me refiero a ese
concepto de ritmo como una medida de música binaria, nos referimos a un ritmo
estructurado, generalizado, que puede ayudarlo a tomar conciencia de su propia realidad
con respecto al entorno. El aprendizaje del ritmo binario respiratorio, del ritmo ocular en el
parpadeo, del ritmo en la danza: baile agarrado y conducido por otra persona, del ritmo de
dos tiempos al caminar desplazando los pies, del ritmo coordinado binario al subir y bajar
alternativamente un brazo y otro brazo, una pierna y otra pierna, como por ejemplo subir y
bajar escaleras, brinda la posibilidad de un comportamiento somático equilibrado.
Nosotros podemos proporcionar al niño un ritmo binario incorporado a través de:
ISO Gestalt es la identidad sonora del propio individuo que está influenciada por el
periodo de gestación, nacimiento, nuestro desarrollo infantil hasta el presente
ISO Universal es el arquetipo sonoro que caracteriza a todos los seres humanos
como el latido del corazón, la respiración, el agua y el flujo sanguíneo
ISO Cultural: es la identidad sonora propia de una cultura o comunidad. Por
ejemplo, la música de tambores en África.
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El ISO Familiares la combinación y la dinámica del sonido, energías motrices y las
pausas que caracterizan a un grupo familiar concreto. Por ejemplo, yo crecí
escuchando salsa, boleros pero fui agregando a lo largo de mi vida otras
preferencias musicales
¿Por qué hablamos de esto? Porque creo que es importante conocer o conformar la
historia musical del niño para saber con qué instrumento o música trabajar, unido al hecho
que tú como padre o madre tienes tu propia preferencia musical. Veamos, intentaremos
hacer esa ficha
Momento actual
1. ¿qué instrumentos musicales le gustan?
2. ¿qué tipo de música prefiere?
3. ¿cómo reacciona ante esa música?
4. ¿qué sonidos no musicales le agradan o le disgustan?
5. ¿qué ambiente sonoro tiene en su casa? (ruidos, silencios, música, etc)
A partir de ahí podrás tú construir tus actividades utilizando la música que tu niño le
agrada. Es importante el trabajo con el objeto intermedio, el cual sirve para establecer la
comunicación, y es importante que este objeto intermedio, que puede ser un instrumento
musical, sea agradable al niño, no le cause miedo o malestar causado por el sonido que
emite
Ahora bien, dividiremos los juegos en sensoriales y motrices, aquellos que nos ayuden
a:
Adquirir intereses en relación al mundo que nos rodea, que es un mundo sonoro, a
través de observar, comprender e integrar el entorno
Desarrollar habilidades imaginativas, creativas
Aumentar atención
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Antes de empezar debes:
Otra variante del juego puede ser ¿qué elemento de la naturaleza (entorno) somos?
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(Adaptación a la propuesta de
Musicograma de Miriam Ballesteros de la
Universidad de Castilla)
Preparamos unas tarjetas donde se
asocien símbolos, partes del cuerpo
e instrumentos de percusión.
Primero ejecuta tú el ritmo que le
hayas propuesto y después que el
niño lo integre o te imite
Puedes darle una secuencia de ritmos y que el haga
Puedes crear tantos ritmos como quieras y usar tu creatividad para que el niño
juegue: recuerda empieza por ritmos binarios, después terciarios. Juega con
acciones y los símbolos por ejemplo pestañear, respirar, etc
Conclusión
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El juego es base indispensable para el desarrollo del niño, marca pautas sociales,
emocionales, motrices, sensoriales y cognitivas–comunicativas, nos enseña a solucionar
problemas y como enfrentar los retos del proceso de maduración y/o desarrollo.
No buscamos desde este enfoque desarrollar las habilidades musicales en el niño, sino
que la música sea un agente mediador para desarrollar o incrementar o incentivar
procesos socio-emocionales, comunicativos y sensoriales adecuados. Escuchar
atentamente es una preparación vital para desarrollar el lenguaje oral y éste influye en la
correcta adquisición de la lecto–escritura.
Bibliografía:
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