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ESCUELA DE PSICOLOGÍA
Módulo�: II
1
CICLO
8726
AUTORA:
LOJA - ECUADOR
DESARROLLO DEL PENSAMIENTO
Guía Didáctica
Verónica Benavides Ormaza
ISBN-978-9942-00-012-5
Primera edición
Reservados todos los derechos conforme a la ley. No está permitida la reproducción total o parcial de esta guía, ni
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Mayo, 2007
Índice
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1. PRESENTACIÓN ........................................................................................... 5
2. OBJETIVOS ..................................................................................................... 7
3. ORIENTACIONES PARA EL ESTUDIO ................................................. 8
4. CONTENIDOS ................................................................................................ 10
5. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................. 11
6. DESARROLLO DE CONTENIDOS ........................................................ 13
UNIDAD 1 ................................................................................................. 13
EVALUACIÓN DE LA INTELIGENCIA
UNIDAD 2 ................................................................................................. 17
GENÉTICA DEL COMPORTAMIENTO
UNIDAD 3 ................................................................................................. 21
TEORÍAS DEL DESARROLLO INTELECTUAL
UNIDAD 4 ................................................................................................. 27
DESARROLLO ACELERADO Y RETARDADO
7. ANEXOS ..................................................................................................... 31
Desarrollo del Pensamiento
Presentación
El concepto de inteligencia se ha definido desde dos enfoques, uno
eminentemente cuantitativo o psicométrico, trabajado por Binet y
Simon (1905/1980) y, otro teórico o cualitativo que corresponde al
desarrollo cognitivo propuesto por Piaget (1970). Para algunos autores
estos dos enfoques son mutuamente excluyentes, mientras que para otros
son complementarios, sin embargo la integración de los dos enfoques
permite conocer la dimensionalidad del concepto inteligencia.
Objetivos
1. �����������
GENERALES
2. ESPECÍFICOS
Orientaciones de Estudio
• Lea la guía las veces que sean necesarias para que pueda
contextualizar el módulo, y tenga claras las actividades que debe
realizar.
Contenidos
UNIDAD���
1: Evaluación de la Inteligencia en el Desarrollo
Bibliografía
1. BÁSICA
2. COMPLEMENTARIA
3. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
UNIDAD 1
EVALUACIÓN DE LA INTELIGENCIA
EN EL DESARROLLO
Desarrollo del Pensamiento
Alfred Binet expuso por primera vez una prueba mental individual del
funcionamiento intelectual, para buscar diferencias entre niños que
requerían educación especial. Estas pruebas eran tareas apropiadas para
edades desde un año hasta la edad adulta.
1.3 Ejercicios
1.4 Autoevaluación
2.2 Ejercicios
2.3 Autoevaluación
3.3 Ejercicios
3.4 Autoevaluación
DESARROLLO ACELERADO
Y RETARDADO
Desarrollo del Pensamiento
Las habilidades savants utilizan los mismos procesos usados por personas
normalmente inteligentes y en extremo hábiles, lo que no permite
explicar estas habilidades en términos de algún mecanismo único y
rígido, basado en la memoria. En las primeras etapas del establecimiento
de la habilidad tienen que existir ensayos elaborados, lo que indica que
debe haber presencia de memoria efectiva de largo plazo, aunque no
suficiente para el desarrollo de la inteligencia. De igual manera algunas
habilidades cognitivas complejas relacionadas con actividades tales como
las matemáticas, el multilinguismo, el arte y la música desarrolladas en
grados incluso prodigiosos, tienen que ser independientes de g y no
suficientes para el desarrollo de la inteligencia.
Los estudiosos del tema han definido dos tipos de debilidad mental, la
llamada de jardín o familiar que no tiene origen orgánico y aparentan
normalidad pero su CI es bajo, corresponde los denominados levemente
débiles y que pertenecen generalmente a grupos de personas pobres,
hijos de padres con bajo CI y pertenecientes a grupos minoritarios.
4.3 Ejercicios
4.3.4 Explique las razones por las que un savant puede presentar un
desempeño alto en una prueba específica y bajo en las pruebas de
inteligencia general.
4.4 Autoevaluación
4.4.5 Señale las conclusiones del estudio sobre debilidad mental que
tienen relación directa con el estudio de la inteligencia.
L.S. VYGOTSKI
OBRAS ESCOGIDAS
III
aprendizaje
VISOR
CAPÍTULO II
Podemos decir sin ambages que todo lo que sabemos sobre el niño
contradice tal idea. Todo cuanto sabemos sobre el niño demuestra que
el niño de edad temprana y el preescolar perciben los objetos como
un retazo de la realidad en su muy compleja concreta coherencia. La
percepción inicial de objetos aislados que atribuimos al niño por el
experimento con el dibujo corresponde, en realidad, a una etapa más
tardía del desarrollo del niño; todo lo que sabemos sobre el desarrollo
del pensamiento en el niño de temprana edad es una demostración de
que si se continúa con ese tipo de experimento llegaríamos, como por
arte de magia, a conclusiones falsas, es decir, a un proceso inverso del
desarrollo del pensamiento en el niño.
He aquí una observación simplísima que una vez explicada nos ayudará
a encontrar el camino de una interpretación nueva.
Sabemos que el niño dice al principio palabras sueltas, luego frases, y más
tarde junta un grupo de palabras sueltas y fenómenos. Un niño de cinco
años establece la relación entre las palabras en los límites de una frase;
el de ocho años ya forma oraciones complejas, subordinadas. Podemos
hacer la siguiente suposición teórica: ¿la descripción del dibujo que
hace el niño puede representar el desarrollo del pensamiento infantil?
¿Puede considerarse que el niño piensa tal como habla, de ese modo tan
ingenuo? ¿No será que desde el ángulo genético la realidad sea distinta?
¿Que el dibujo demuestre únicamente que el niño construye frases a
base de palabras sueltas, que después va enlazando cada vez más en los
límites de una oración, pasando al final a un relato coherente? ¿Puede
ser que el niño no percibe al principio el mundo en forma de objetos
aislados, después en acciones y luego en indicios y relaciones? ¿puede ser
que el niño hable primero con palabras sueltas, luego con proposiciones
más elementales que acaba por relacionar entre sí?
ante él que eran de dos colores: rojo fuerte y azul. El niño toma las hojas
las mira, les da la vuelta. Debajo de una de ellas (la azul) hay un cigarrillo
pegado. El niño se da cuenta de ello e intenta despegarlo. ¿Cuál será su
comportamiento posterior? Si el niño está en la etapa correspondiente
al relato del dibujo, cabe esperar que siga manejando las hojas, en el
mejor de los casos, utilice el montón de hojas sin establecer ninguna
relación ni conexión entre ellas. La experiencia, sin embargo, demuestra
lo contrario. A partir del año y medio a dos y por regla general hasta
los 3, el niño ya establece una relación habitual entre la hoja de papel
azul y el descubrimiento del cigarrillo. Cuando los papeles yacen en
desorden, el niño le da la vuelta tan sólo a las azules, dejando de lado
las hojas rojas. Si después de la primera vez modificamos el color de las
hojas y en lugar de las azules y rojas ponemos otras de color marrón
y naranja, el niño hará lo mismo. Vuelve la naranja, luego la marrón,
descubre el cigarrillo y establece de nuevo la relación entre el color y la
presencia del cigarrillo. Es muy interesante el hecho de que establece esa
relación mucho mejor que el escolar de más edad, para quien la prueba
y la situación global está mucho más fraccionada en objetos aislados
que nada tienen de común entre sí. El adulto establece tal relación aún
peor que el escolar de mayor edad. Por todo ello, Eliasberg considera
increíble que un niño que con tanta facilidad relaciona entre sí diversos
objetos en un experimento elemental, perciba el mundo en forma de
objetos aislados y no pudiera formar una conexión -el hombre de pie
junto a la ventana—, y viera solamente a un hombre y una ventana.
señala que si la tarea mental resulta difícil para el niño, éste desciende
a un escalón inferior. Si el dibujo representado es complicado, el niño
de 12 años lo describirá como lo haría uno de 7, y el de 7, como el de
3. Para demostrarlo, Stern pidió a un niño que escribiese lo que veía en
el dibujo presentado. Todos los niños obligados a utilizar el lenguaje
escrito para el relato descendían un escalón más.
En el análisis del test del dibujo hemos demostrado que nuestra actitud
ante él no es suficientemente crítica pudiendo inducirnos a error, es decir,
pudiendo falsamente indicarnos una vía de desarrollo en la percepción
infantil del mundo y del pensamiento infantil sobre el mundo. Al mismo
tiempo, la comprobación experimental de la percepción del niño de
temprana edad, con exclusión de su lenguaje, ha demostrado que el
como herramientas, sino que para acercar otro objeto hacia si el mismo
crea el nexo entre los objetos y sus complejas relaciones. El niño trata
de utilizar un objeto como herramienta para alcanzar otro y lo hace con
mucha mayor frecuencia de lo que permite la situación objetiva. Un
bebé intenta mover una bola con otra no sólo cuando la tiene al alcance
de su mano y puede asirla, sino también cuando se halla a varios metros
de distancia y cuando entre el objeto y la herramienta que utiliza no
existe ningún contacto. Los alemanes llaman a esto «Werkzeugdenken»;
quieren decir con ello que el pensamiento se manifiesta en el proceso
de utilización de las herramientas más simples. El pensamiento de un
niño de 12 meses es mucho más completo y antecede a la formación
del lenguaje. Se trata, por consiguiente, de las raíces pre-lingüísticas del
intelecto infantil en el propio sentido de la palabra.
Las pruebas con los llamados eidéticos nos han brindado la posibilidad de
hacer experimentos con las representaciones. La representación eidética
es un grado en el desarrollo de la memoria que desde el punto de vista
genético ocupa un lugar intermedio entre la percepción, por una parte,
y la represen¬tación en el propio sentido de la palabra, por otra. Como
por una parte, las representaciones son la memoria en el sentido de que
el hombre ve la imagen del objeto cuando éste no se halla presente ante
él, por lo tanto, las representaciones, son el material del pensamiento.
Por otra parte como el hombre localiza las imágenes que ve antes en
la pantalla y esas imágenes se supeditan a las leyes principales de la
percepción, podemos hacer experimentos con tales imágenes igual que
con la percepción: podemos aproximar o alejar la pantalla, iluminarla
acción más o menos compleja: alcanzar, por ejemplo, una bola colocada
en lo alto de un armario, con la particularidad de que la bola estaba en
el borde del mueble y su posición era muy inestable y se necesitaba una
herramienta para alcanzarlo. Lipmann, decía al sujeto la primera vez:
«Alcance, por favor, la bola que está sobre el armario». Y observaba cómo
ejecutaba la tarea. A la vez siguiente, volvía a repetir su ruego, pero tan
pronto como el sujeto empezaba a cumplirlo, le interrumpía: «¡Alto!» y
le decía: «Explíqueme primero de palabra cdmo piensa hacerlo.» Volvía
a observar cómo realizaba el sujeto la tarea y comparaba cómo la hacía
con la explicación verbal previa y sin ella. Resultaba evidente que la
solución era completamente distinta: resolvemos de distinto modo la
misma tarea si lo hacemos visualmente o si la resolvemos con ayuda de
la palabra. En el primer caso, la reacción procede de la acción, cuando
intento medir con las manos la distancia que me separa del objeto que
tengo ante mí; en el segundo caso resuelvo la tarea verbalmente, analizo
de palabra toda la situación. Se comprende fácilmente que con ayuda
de las palabras pueden hacerse toda clase de combinaciones, imposibles
de hacer con las manos. Verbalmente puede transmitirse cualquier
imagen que corresponda a la magnitud de la bola, a su color, se le
pueden atribuir propiedades accesorias, incluso algunas que no hacen
falta cuando se cumple la tarea asignada por primera vez.
no reproduce toda la situación visual, sino tan sólo aquella que había
resuelto verbalmente.
Al observar las dos formas del pensamiento del niño —con ayuda de la
situación visual y con ayuda de las palabras— nos percatamos de que
se produce la misma modificación de los momentos que ya habíamos
observado antes en el desarrollo del lenguaje. El niño, al principio y por
regla general, actúa, luego habla y sus palabras vienen a ser el resultado
de la solución práctica del problema; en esa etapa, el niño no puede
diferenciar verbalmente lo que hubo antes y después. Cuando debe
elegir durante el experimento uno u otro objeto, primero lo elige y ya
después explica por qué lo ha elegido. En el experimento de las tazas,
cuando el niño elige aquella en la que está la nuez, de hecho, al hacerlo,
no sabe lo que contiene, aunque en palabras dice que la ha escogido por
tener dentro la nuez. Dicho de otro modo, las palabras vienen a ser sólo
la parte final de la situación práctica.
Hasta los 9 meses el niño humano está plenamente supeditado a esa regla;
por la estructura de sus órganos pueden determinarse sus posibilidades.
Pero a los 9 meses se produce un viraje y a partir de entonces el niño
humano sale del esquema de Jennings. Tan pronto como el niño tira
por primera vez del cordón atado al sonajero o utiliza un juguete para
acercar otro, la organología pierde su anterior fuerza y el niño empieza a
diferenciarse del animal por sus posibilidades; el carácter de adaptación
del niño al mundo circundante cambia decisivamente. Algo semejante
sucede también en la esfera del pensamiento cuando el niño empieza a
utilizar el lenguaje. Gracias a ello, el pensamiento se estabiliza y se hace
más o menos constante.
Se hace del todo evidente hasta qué punto un niño con retraso mental
es un esclavo de la situación concreta, hasta qué punto está reducida su
capacidad de adaptación. Carece del mecanismo preciso para elaborar
el concepto general y por ello sabe adaptarse sólo a los límites de una
situación restringida. Vemos lo difícil que le resulta resolver un problema
que el niño normal, una vez asimilada la operación de que 10 — 6 = 4,
puede resolver siempre con independencia de la situación concreta.
VBO/mj-19-04-07-60