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Somos muchos profesores en este país preocupados por los

salarios, por la capacitación, por las condiciones de trabajo, Pedagogía de la autonomía


por la urea de enseñar. En la búsqueda permanente de
aprenctza1e, pocas veces encontramos textos apropiados como Paulo Freire
éste. En él Paulo Freire nos enseña a enseñar partiendo del ser
profesor. En un lenguaje accesible y didáctico reflexiona sobre
saberes necesarios para la práctica educativo-crítica con base en
una ética pedagógica y en una visión del mundo cimentadas
en el rigor, la investigación, la actitud crítica, el riesgo,
la hu mil dad, el buen juicio, la tolerancia, la alegría, la
curiosidad, la competencia, la generosidad, la disponibilidad ..
bañadas por la esperanza. Aquí las lectoras y los lectores
encomr:irán la necesaria Pedagogía de la autonomía. Autonomía
que forma parte de la propia naturaleza educativ,1. Sin ella no hay
enseñanza ni aprendizaje.

MOACIR GADOTTI

De Paulo Freire (1921-1997) Siglo X:Xl ha publicado también:


La educación como práctica de la liberlad ( 1969), Pedagogía del
oprimido (1970), iExlensión o comunicación? La concientización
en el medio rural (1973), Cartas a Guinea-Bissau, Apuntes de
-un.'I E-"<J>eriencia pedagógica en proceso (1977), la importancia
de leer y el proceso de liberación (1984), Pedagogía de ia
esperanza 0993), Cartas a quien pretende enseñar(l994),
Cartas a Cristina (1996) y Política y educación (1996}

968-23-2069-0

siglo
veintiuno
editores 9 lll!U jlH
traducci6n de
GUILLERMO PALACIOS
PEDAGOGÍA ,;

DE LAA UTO NOM IA


Saberes necesarios para la práctica
educativa

por
PAULO FREIR E

MEXICO
ESPANA
ÍNDICE
siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.
CERRO DEL AGUA 248. DELEGACIÓN COYOACÁN. 04310 MÉXICO. D.F

siglo veintiuno de españa editores, s.a.


CALLE PLAZA 5. 28043 MADRID, ESPAÑA

PREFACIO, por EDINA CASTRO DE OLIVE!RA 11


PRIMERAS PALABRAS 15

J. NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA 23

l. Enseñar exige rigC>r metódico, 27; 2. Enseñar exige in-


vestigación, 30; '3. Enseñar exige respeto a los saberes de
los educandos, 31; 4. Ensefiar exige crítica, 32; 5. Enseñar
exige estética y ética, 34; 6. Enseñar exige la corporifica-
ción de las palabras por el ejemplo, 35; 7. Enseñar exige
riesgo, asunción de lo nuevo y rechazo de cualquier forma
de discriminación, 37; 8. Enseñar exige reflexión crítica
sobre la práctica, 39; 9. Enseñar exige el reconocimiento y
la asunción de la identidad cultural, 42

2. ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO 47


1. Enseñar exige conciencia del inacabarniento, 49; 2. En-
portada de maría luisa martínez passarge señar exige el reconocimiento de ser condicionado, 52; 3.
Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando,
primera edición en español, 1997 58; 4. Enseñar exige buen juicio, 60; 5. Enseñar exige hu-
© siglo xxi editores, s.a. de c.v.
mildad, tolerancia y lucha en defensa de los derechos de los
primern edkión en portugués. 1996 educadores, 65; 6. Enseñar exige la aprehensión de la rea-
© editora paz e terra, sao paulo
lidad, 67; 7. Enseñar exige alegría y esperanza, 70; 8. En-
título original: pedagogia de /u auto,wmia. saberes necessários ll
señar exige la convicción de que el cambio es posible, 74;
¡irdrica educativa 9. Enseñar exige curiosidad, 82

isbn 968-23-2069-0
3. ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA 88
derechos reservados conforme a la ley
impreso y hecho en méxico / printed and made in mexico 1. Enseñar exige seguridad, competencia profesional y ge-
nerosidad. 88: 2. Enseñar exige compromiso, 92: 3. Ense-
8 INDICE

ñar exige comprender que la educación es una forma de in-


tervención en el mundo, 94: 4. Enseñar exige libertad y au-
toridad, 100; 5. Enseilar exige una toma consciente de de- A Ana Maria, mi mujer, con alegría y amor.
cisiones, 104; 6. Enseñar exige saber escuchar, 108; 7.
Enseñar exige reconocer que la educación es ideológica.
J20; 8. Enseñar exige disponibilidad para el diálogo, 129;
A Fernando Gasparian. a cuyo gusto por la rebel-
9. Enseñar exige querer bien a los educandos, 135 día y disponibilidad para la lucha por la libertad y
por la democracia tanto debemos.

A Joao Francisco de Souza, intelectual cuyo respe-


to al saber del sentido común nunca lo hizo un ba-
sista y cuyo acatamiento del rigor científico nunca
lo volvió un elitista y a lnes de Souza, su compa-
ñera y amiga, con admiración.

A Eliete Santiago, en cuya práctica docente ense-


ñar nunca fue transforent'ia de conocimiento de la
educadora a los alumnos. Al rnntrario, para ella,
enseñar es una aventura creadora.

A los educandos y educandas, a las educadoras y


edu_cadores del Proyecto Axé, de Salvador de la
Bahía, en la persona de su incansable animador
Cesare de La Roca, con mi profunda admiración.

A Ángela Antunes Ciseki, Moacir Gadotti, Paulo


Roberto Padilha y Sonia Couto, del Instituto Pau-
lo Freíre, con mis agradecimientos por el excelen-
te trabajo de organización de esta Pedagogía de la
autonomía .

...
PREFACIO

Acepté el desafío de escribir el prefacio de este libro del


profesor Paulo Freire movida en efecto por una de las
exigencias de la acción educativo-crítica defendida por
él: la de confirmar mi disponibilidad para la vida y sus
reclamos. Comencé a estudiar a Paulo Freire en Canadá,
con mi marido, Admardo, a quien este libro está en par-
te dedicado. No podría pronunciarme aquí sin referirme
a él, asumiéndolo con afecto como un compañero con
quien, en la trayectoria posible, aprendí a cultivar varios
de los saberes necesarios a la práctica educativa trans-
formadora. Y el pensamiento de Paulo Freire fue, sin du-
da, una de sus grandes inspiraciones.
Las ideas retomadas en esta obra rescatan de forma
actualizada, leve, creativa, provocativa, valerosa y espe-
ranzadora, cuestiones que continúan día a día instigando
el conflicto y el debate de educadores y educadoras. Lo
cotidiano del profesor en el salón de clases y fuera de él,
desde la educación elemental hasta el posgrado, es ex-
plorado como en una codificación, en cuanto espacio de
reafirmación, negación, creación, resolución de saberes
que constituyen los "contenidos obligatorios de la orga-
nización programátic a y el desarrollo de la formación
docente". Son contenidos que sobrepasan los ya cristali-
" zados por la práctica escolar y de los cuales el educador
progresista, principalme nte, no puede prescindir para el
ejercicio de la pedagogía de. la autonomía aquí propues-
ta. Una pedagogía fundada en la ética, en el respeto a la
dignidad y a la propia autonomía del educando.
12 PREFACIO PREFACIO 13

Como los demás saberes, éste demanda del educador do por la naturaleza política de su pensamiento, Freire
un ejercicio permanente. Es en la convivencia amorosa nos advierte sobre la necesidad de asumir una postura
con sus alumnos y en la postura curiosa y abierta como vigilante contra todas las prácticas de deshumanizac ión.
asume y como, al mismo tiempo, los desafía a que se asu- Para eso el saber-hacer de la autorreflexión crítica y el
man en cuanto sujetos sociohistórico s-culturales del ac- saber-ser de la sabiduría. ejercitados pennanenteme nte,
to de conocer, y donde él puede hablar del respeto a la pueden ayudarnos a hacer la necesaria lectura crítica de
dignidad y autonomía del educando. Eso presupone las verdaderas causas de la degradación humana y de la
romper con concepciones y prácticas que niegan la com- razón de ser del discurso fatalista de la globalización.
prensión de la educación como una situación gnoseoló- En ese contexto en el que el ideario neoliberal incor-
gica. La competencia técnico-científ ica y el rigor que el pora, entre otras, la categoría de la autonomía, es nece-
profesor no debe dejar de lado en el desempeño de su sario también prestar atención a la fuerza de su discurso
trabajo, no son incompatibles con la actitud amorosa ne- ideológico y a las volteretas que éste puede operar en el
cesaria en las relaciones educativas. Esa postura ayuda a pensamiento y en la práctica pedagógica al estimular el
construir el ambiente favorable para la producción del individualismo y la competitividad . Como contrapunto,
conocimiento donde el miedo al profesor y el mito que al denunciar el malestar que se está produciendo por la
se forma en torn() de su persona van siendo invalidados. ética del mercado, Freire anuncia la solidaridad en cuan-
Es preciso aprender a ser coherente. De nada sirve el to compromiso histórico de hombres y mujeres, como
discurso competente si la acción pedagógica es imper- una de las formas de lucha capaces de promover e ins-
meable al cambio. taurar la "ética universal del ser humano". Esa dimen-
En el ámbito de los saberes pedagógicos en crisis, al sión utópica tiene en la pedagogía de la autonomía una
reformular cuestiones tan relevantes ahora como lo fue- de sus posibilidades.
ron en la 'década de los sesenta, Freire, como hombre de Finalmente, resulta imposible no resaltar la belleza
su tiempo, traduce, de un modo lúcido y peculiar, todo producida y traducida en esta obra. La sensibilidad con
lo que los estudios de las ciencias de la educación han que Freire prohlematiza y conmueve al educador señala
venido apuntando en los últimos años: la ampliación y la dimensión estética de su práctica, que precisamente
la diversificación de las fuentes legítimas de saberes y la por eso puede ser movida por el deseo y vivida con ale-
necesaria coherencia entre el "saber-hacer y el saber-ser gría, sin dejar de lado el sueño, el rigor, la seriedad y la
pedagógicos". simplicidad inherentes al saber-de-la-co mpetencia.
En momentos de envilecimiento y desvalorizació n
del trabajo del profesor en todos los niveles, la pedago- EDINA CASTRO DE OLJVEfRA
gía de la autonomía nos ofrece elementos constitutivos Maestra en Educación por el PPCFIDEFS
de la comprensión de la práctica docente en cuanto di- Profesora del Departamento de Fundamentos de la
mensión social de la formación humana. Más allá de la Educación y Orientación Vocacional
reducción al aspecto estrictamente pedagógico y marca- Vitó ria. noviembre de / 996
PRIMERAS PALABRAS

La cuestión de la formación docente junto a la reflexión


sobre la práctica educativa progresista en favor de la au-
tonomía del ser de los educandos es la temática central
en torno a la cual gira este texto. Temática a la que se in-
corpora el análisis de los saberes fundamentales para di-
cha práctica y a los cuales espero que el lector crítico
añada algunos que se me hayan escapado o cuya impor-
tancia. no haya percibido.
Debo aclarar a los probables lectores y lectoras lo si-
guiente: en la misma medida en que ésta viene siendo
una temática siempre presente en mis preocupaciones de
educador, algunos de los aspectos aquí discutidos no han
estado ausentes de los análisis hechos en anteriores li-
bros míos. No creo, sin embargo, que el regreso a los
problemas entre un libro y otro, y en el cuerpo de un
mismo libro, enfade al lector. Sobre todo cuando ese re-
greso al tema no es pura repetición de lo que ya fue di-
cho. En mi caso personal retomar un asunto o tema tie-
ne que ver principalmente con la marca oral de mi
escritura. Pero tiene que ver también con la relevancia
que el tema de que hablo y al que vuelvo tiene en el con-
junto de objetos a los que dirijo mi curiosidad. Tiene que
ver también con la. relación que cierta materia tiene con
otras que vienen emergiendo en el desarrollo de mi re-
flexión. Es en este sentido, por ejemplo, como me apro-
ximo de nuevo a la cuestión de la inconclusión del ser
humano, de su inserción en un permanente movimiento
de búsqueda, como vuelvo a cuestionar la curiosidad in-
r1.<:1
PRIMERAS PALABRAS
16 PRIMERAS PALABRAS
17
gcnua y \a crítica, que se vuelve epistem ológica . Es en mismos, profeso res y profesoras, nuestra respons abili-
ese sentido como vuelvo a insistir en que formar es mu- dad ética en el ejercici o de nuestra tarea docente , subra-
cho más que simplem ente adiestra r al educ~ndo en el yar esta respons abilidad igualmente para aquello s y
desempeño de destrez as. Y por qué no men.c'.onar, tam-_ aquellas que se encuen tran en formaci ón para ejercerla.
bién \a casi obstina ción con que hablo de m1 mteres por Este pequeñ o libro se encuent ra atraves ado o permea do
todo \o que respect a a los hombre s y a las mujeres , .asun- en su totalida d por el sentido de la necesar ia eticidad que
to del que salgo y al que vuelvo co~ el g~srn de ~men se connota expresi vament e la naturaleza de la práctic a edu-
entrega a él por primera vez. De all1 la cnttc~ per manen- cativa, en cuanto práctica fonnado ra. Educad ores y edu-
te que siempre llevo en mí a la maldad neol1b~ral, al ci- candos no podemo s, en verdad, escapar a la riguros idad
nismo de su ideolog ía fatalista y a su rechazo mflexrb le ética. Pero, es preciso dejar claro que la ética de que ha-
al sueño y a la utopía. . blo no es la ética menor, restrictiva, del mercad o, que se
De allí el tono de rabia, legítima rabra, que envuelv e inclina obedien te a los intereses del lucro. En el nivel in-
mi discurso cuando me refiero a las injusticias a que son ternacional comien za a aparecer una tendenc ia a aceptar
sometidos los harapie ntos del mundo. De allí mi_ total los reflejos cruciale s del "nuevo orden mundia l" como
falta de interés en, no importa en que orden, asumir una naturales e inevitab les. En un encuent ro internac ional de
actitud de observa dor imparcial, objetivo, se.guro, de los ONG, uno de los exposit ores afirmó estar escuch ando
con
hechos y de los acontec imiento s. En otro t~~:11Pº pude cierta frecuen cia en países del Primer Mundo la idea de
haber sido un observa dor "accide ntalmen te 1m.pa:c1al, que criatura s del Tercer Mundo , acomet idas por enfer-
lo que, sin embarg o, nunca me apartó de una pos1c1on. ri- medades como diarrea aguda, no debería n ser asistidas,
gurosamente ética. Quien observa lo hace desde un cier- pues ese recurso sólo prolong aría una vida ya destina da
to punto de vista, lo que no sitúa al obs_ervador en a la miseria y al sufrimi ento. 1 No hablo, obviam ente, de
e:
error. El error en verdad no es tener un cierto punto de esta ética. Hablo, por el contrario, de la ética univers al
vista, sino hacerlo absolut o y desconocer que aun ?e~d.e del ser humano . De la ética que conden a el cinismo del
el acierto de su punto de vista es posible que la razon ell- discurso arriba citado, que conden a la explotar-ión de la
ca no esté siempre con él. _ fuerza de trabajo del ser humano , que conden a acusar
Mi punto de vista es el de los "conden ados de la Tie- por oír decir, afinnar que alguien dijo A sabiend o que di-
rra", el de los excluid os. No acepto, sin embarg o, en jo B, falsear la verdad, engaña r al incauto, golpear al dé-
nombre de nada, accione s terroristas, pues de ellas resul- bil y al indefen so, sepulta r el sueño y la utopía, prome-
tan la muerte de inocent es y la inseguridad de los seres ter sabiend o que no se cumpli rá la promes a, testimo niar
humanos. El terroris mo niega lo que vengo llamand o mentiro sament e, hablar mal de los otros por el gusto de
ética univers al del ser humano. Estoy con los árabes en hablar mal. La ética de que hablo es la que se sabe trai-
la lucha por sus derecho s pero no pude aceptar la ?e.rver-
sidad del acto terroris ta en las Olimpíadas de Murnch .
1 Regina L. García, Víct0r
Me gustaría, por otro lado, subrayar para nosotro s Valla, "El habla de los excluidos", en
Cadernos Cede, 38, 1996.
18 PRIMERAS PALABRAS PRIMERAS PALABRAS
19
cionada y negada en los comp ortam iento
s grose rame nte mental que perci ban el respeto y la lealta
inmorales corno en la perve rsión hipócrita d con que un
de la pureza profesor anali za y critic a las posturas de
en puritanismo. La ética de que habl_o ~s los otros .
la ~ue se sabe De vez en cuan do, a lo largo de este texto
afrontada en la mani festa ción discn rnrna , vuelv o al
tona de r~z~, terna. Es que estoy absol utam ente conv
género, clase. Es por esta ética i~separabl encid o de la na-
e de _la p~~ct1- turaleza ética de la práct ica educativa, en
ca educativa, no impo rta si trabaJamos cuan to prácti-
con mno~, Jove- ca esp~c fficam ente huma na. Es que, por
nes O adultos, por la que debe mos luchar. otro lado, nos
Y la meJ~r ma- hallamos de tal mane ra some tidos a la perve
nera de luchar por ella es vivirla en nuest rsida d de la
ra pract ica, ética del merc ado, en el nivel mundial y
testimoniarla, con energ ía, a los educandos no sólo en Bra-
en nuest ras sil, que me parec e ser poco todo lo que
relaciones con ellos . En la mane ra en que haga mos en la
lidiam os con defensa y en la práct ica de la ética unive
los contenidos que enseñ arnos , en el modo rsal del ser hu-
en que cita- mano. No pode mos asum irnos como sujet
mos autores con cuya obra disco rdam os os de la bús-
o con cuya obra queda, de la decis ión, de la ruptura, de
concordamos. No pode mos basar nuestra la opció n, como
crítica a un au- sujetos histó ricos , trans form adore s, a
tor en la lectu ra super ficial de una u otra no ser que nos
de sus obrns. asumamos como sujet os éticos. En este
Peor todavía, habie ndo leído tan sólo la senti do, la trans-
crítica de quien gresión de los princ ipios éticos es una
apenas leyó la solap a de uno de sus libros posib ilidad pero
.. no una virtud. No pode mos aceptarla.
Puedo no acept ar la conce pción pedagógica
de este o Al sujeto ético no le es posible vivir sin
de aquella autora y debo incluso exponer estar perm a-
a los alum nos nentemente. expu esto a la transgresión
las razones por las que me opon go a ella de la ética . Por
pero, lo que no eso mismo, una de nuestras peleas en
puedo, en mi crítica, es mentir. Decir ment la Histo ria es
iras acerc a de exactamente ésta: hace r todo lo que poda
ellos. La prepa ració n cient ífica del profe mos en favor
sor o de _la pro- de la eticidad, sin caer en el mora lismo
fesora debe coinc idir con su rectitud ética. hipóc rita, de sa-
Cualq uier des- bor recon ocida ment e farisaico. Pero, tamb
proporción entre aqué lla y ésta es una ién form a par-
lástima. Form a- te de esta lucha por la eticid ad rechazar,
ción científica, corre cción ética, respe con segur idad,
to a los ot~os, las críticas que ven en la defen sa de la ética
coherencia, capac idad de vivir y de apren preci same n-
der con lo dife- te la expresión de aque l mora lismo critic
rente, no permitir que nuestro malestar ado. Para mí, la
personal o nues- defensa de la ética jamá s signi ficó su disto
tra antipatía con relac ión al otro nos hagan rsión o nega-
acus~rlo de lo ción.
que no hizo, son oblig acion es a cuyo cump
lnme nto de- Sin emba rgo, cuan do hablo de la ética
bemos dedicarnos humi lde pero perseveran unive rsal del
temente. ser huma no estoy habla ndo de la ética
No es sólo inter esant e sino profu ndam ente en cuan to marc a
impo rtan- de la natur aleza huma na, en cuant o algo
te que los estud iante s perciban_ l~s difere absol utam ente
ncias de c~m- indispensable a la conv ivenc ia humana.
prensión de los hech os, las pos1c10nes a Al hacer lo estoy
veces antag oni- consciente de las postu ras críticas que, infiel
cas entre profe sores en la apreciación de es a mi pen-
los probl emas samiento, me señal arán como ingenuo
y en la form ulaci ón de las soluciones. e ideal ista. En
Pero es funda- verdad, hablo de la ética universal del ser
huma no de la
20 PRIMERAS PALABRAS PRIMERAS PALABRAS
21
misma manera en que hablo de su vocación ontológica determinismo, que el futuro, permítanme reiterar, es pro-
para serlo más, como hablo de su naturaleza que se blemático y no inexorable.
constituye social e históricamente, no como un a priori Debo enfatizar también que éste es un libro esperan-
de la Historia. La naturaleza por la que la ontología vela zado, un libro optimista, pero no construido ingenua-
se gesta socialmente en la Historia. Es una naturaleza en mente de optimismo falso y de esperanza vana. Sin em-
proceso de estar siendo con algunas connotaciones fun- bargo, las personas, incluso las de izquierda, para
damentales sin las cuales no habría sido posible recono- quienes el futuro perdió su problematicidad -el futuro es
cer la propia presencia humana en el mundo como algo un dato, dado- dirán que él es más un devaneo de soña-
original y singular. Es decir, más que un ser en el mun- dor inveterado.
do, el ser humano se tornó una Presencia en el mundo, No siento rabia por quien piensa así. Sólo lamento su
con el mundo y con los otros. Presencia que, reconocien- posición: la de quien perdió su dirección en la Historia.
do la otra presencia como un "no-yo" se reconoce como La ideología fatalista,. inmovilizadora, que anima el
"sí propia". Presencia que se piensa a sí misma, que se discurso liberal anda suelta en el mundo. Con aires de
sabe presencia, que interviene, que transforma, que ha- posmodernidad, insiste en convencernos de que nada
bla de lo que hace pero también de lo que sueña, que podemos hacer contra la realídad sociul que, de históri-
constata, compara, evalúa, valora, que decide, que rom- ca y cUl.tural, pasa a ser o a tornarse "casi natural". Fra-
pe. Es en el dominio de la decisión, de la evaluación, de ses corno "la realidad es justamente así, ¿qué podemos
la libertad, de la ruptura, de la opción, donde se instau- hacer?" o "el desempleo en el mundo es una fatalidad de
ra la necesidad de la ética y se impone la responsabili- fin de siglo" expresan bien el fatalismo de esta ideología
dad. La ética se toma inevitable y su transgresión posi- y su indiscutible voluntad inrnovilizadora. Desde el pun-
ble es un desvalor, jamás uria virtud. tó de vista de tal ideología, sólo hay una salida para
En verdad, sería incomprensible si la conciencia de la
práctica educativa: adaptar al educando a esta realidad
mi presencia en el mundo no significase ya la imposibi- que no puede ser alterada. Lo que se necesita, por eso
lidad de mi ausencia en la construcción de la propia pre- mismo, es el adiestramienio técnico indispensable para
sencia. Como presencia consciente en el mundo no pue-
la adaptación del educando, para su sobrevivencia. El li-
do escapar a la responsabilidad ética de mi moverme en bro con el que vuelvo a los lectores es un decisivo no a
el mundo. Si soy puro producto de la determinación ge-
esta ideología qu~ nos niega y humilla como gente.
nética o cultural o de clase, soy irresponsable de lo que
Cualquier texto necesita de una cosa: que el lector o
hago en el moverme en el mundo y si carezco de respon- la lectora se entregue a él de forma crítica, creciente-
sabilidad no puedo hablar de ética. Esto no significa ne-
mente curiosa. Esto es lo que este texto espera de ti, que
gar los condicionamientos genéticos, culturales, sociales acabaste de leer estas "Primeras palabras".
a que estamos sometidos. Significa reconocer que so-
mos seres condicionados pero no determinados. Reco- PAULO FREIRE

nocer que la Historia es tiempo de posibilidad y no de Siio Paulo,


septiembre de 1996
1. NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA *

Debo dejar claro que, aunque mi interés central en este


texto sea el de considerar saberes que me parecen indis-
pensables a la práctica docente de educadoras o educa-
dores críticos, progresistas, algunos de ellos son igual-
mente necesarios para los educadores conservadores.
Son saberes demandados por la práctica educativa en sí
misma, cualquiera que sea la opción política del educa-
dor o educadora.
En la secuencia de la lectura va quedando en manos
del lector o lectora el ejercicio de percibir si este o aquel
saber referido corresponde a la naturaleza de la práctica
progresista o conservadora o si, por lo contrario, es exi-
gencia de la propia práctica educativa independiente-
mente de su matiz político o ideológico. Por otro lado,
debo subrayar que, de forma no-sistemática, me he refe-
rido a algunos de esos saberes en trabajos anteriores. Sin
embargo, estoy convencidq -es legítimo agregar- de la
importancia de una reflexión como ésta cuando pienso
en la formación docente y la práctica educativo-crítica.
El acto de cocinar, por ejemplo, supone algunos sa-
beres concernientes al uso de la estufa, cómo encender-
la, cómo graduar para más o para menos la flama, cómo
lidiar con ciertos riesgos aun remotos de incendio, cómo
armonizar los diferentes condimentos en una síntesis sa-
brosa y atractiva. La práctica de. cocinar va preparando
*El término díscencia como otros en Freire es un neologismo. Se
puede entender como el conjunto de las funciones y actividades de los
discentes, esto es, los educandos. [T.]
24 NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA
NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA 25
al novato, ratificando algunos de aquellos saberes, recti-
la posibilidad, mañana, de tornarme el falso sujeto de la
ficando otros, y posibilitando que se convier~a en coCJ-
"fom1ación" del futuro objeto de mi acto formador. Es
nero. La práctica de navegar implica la necesidad de sa-
preciso, por el contrario, que desde los comienzos del
beres fundamentales como el del dominio del barco, de
proceso vaya quedando cada vez más claro que, aunque
las partes que lo componen y de la función de cada una
diferentes entre sí, quien forma se fom1a y re-forma al
de ellas, como el conocimiento de los vientos, de s_u
fom1ar y quien es formado se forma y forma al ser for-
fuerza, de su dirección, los vientos y las velas, l_a p~~l-
mado. Es en este sentido como enseñar no es transferir
ción de las velas, el papel del motor y de la combmac1on
conocimientos, contenidos, ni formar es la acción por la
entre motor y velas. En la práctica de navegar se confir-
. cual un sujeto creador da fama, estilo o alma a un cuer-
man, se modifican O se amplían esos saberes.
po indeciso y adaptado. No hay docencia sin discencia,
La reflexión crítica sobre la práctica se toma una ex~-
las dos se explican y sus sujetos, a pesar de las diferen-
2encia de la relación Teoría/Práctica sin la cual la teona
cias que los connotan, no se reducen a la condición de
I?
;uede convertirse en palabrería y prác_tica en activ1s1~0:
objeto, uno del otro. Quien enseña aprende al enseñar y
Lo que me interesa ahora, repito, es enumerar y d. s
quien aprende enseña al aprender. Quien enseña enseña
cutir algunos saberes fundamentales para la_ práctica
alguna cosa a ,1lguien. Por eso es que, desde el punto de
educativo-crítica o progresista y que, por es~ m1s1;10, de-
vista gramatical, el verbo enseñar es un verbo transitivo-
ben ser contenidos obligatorios de la orgamzac1_on pro-
relativo. Verbo que pide un objeto directo -alguna co-
gramática docente. Contenidos cuya comprensión, tan
sa- y un objeto indirecto -a alguien. Desde el punto de
clara y tan lúcida como sea posible, debe ser elaborad~
vista democrático en el que me ubico, pero también des-
en la práctica formadora. Es preciso, sobre todo, y aqm
de el punto de vista del radicalismo metafísico en que
va ya uno de esos saberes indispensables, que quie~ se
me sitúo y del cual deriva mi comprensión del hombre y
está fomrnndo, desde el principio mismo de su expenen-
de la mujer como seres históricos e inacabados y sobre
cia formadora, al asumirse también como sujeto de la
el cual se funda mi entendimiento del proceso de cono-
roducción del saber, se convenza definitivamente de
cer, enseñar es algo más que un verbo transitivo-rela ti-
~ue enseñar no es transferir conocimiento, sino cr~ar las
vo. Enseñar no existe sin aprender y viceversa y fue
posibilidades de su producció? o des~ construcc1on.
aprendiendo socialmente como, históricamente, mujeres
Si en la experiencia de mi formación, que debe ser
Y hombres descubrieron que era posible enseñar. Fue
permanente, comienzo por aceptar que ~lforma'.lor es el
así, aprendiendo socialmente, como en el transcurso de
sujeto en relación con el cual me co~sidero ob;eto, q~e
los tiempos mujeres y hombres percibieron que era po-
él es el sujeto que mefornu:i y yo el ob;eto formado por el,
sible -después, preciso- trabajar maneras, caminos, mé-
me considero como un paciente que recibe los conoc1-
todos de enseñar. Aprender precedió a enseñar o, en
rnienlos-contenidos-acumulados por el sujeto que sabe y
otras palabras, enseñar se diluía en la experiencia real-
que me son transferidos. En esta forma de cmnprende'.
mente fundadora de aprender. No temo decir que carece
y de vivir el proceso formador, yo, ahora obJeto, tendre
de validez la enseñanza que no resulta en un aprendiza-'
26 NO HAY DOCENCIA SIN DJSCENCIA
NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCJA
27
. o se volvió capaz de recrear o de
je en que el apre_nd1z n ue lo enseñado que no fue ñanza "bancaria", que deforma la creatividad necesaria
rehacer lo ensenado, en q dido por el
apre hen d.1do no pudo ser realmente apren del educando y del educador, el educando sujeto a ella
puede, no por causa del contenido cuyo "conocimiento"
aprendiz. . .d d exigida por la prácti-
. .a le fue transferido, sino por causa del propio proceso de
Cuando vivimos la autentrc1 a
. . mos de una expenenc1 aprender, hacer, como se dice en lenguaje popular, de
ca de enseñar-apre~der ~art1~¿~ca noseológica, peda- tripas corazón y superar el autoritarismo y el error epis-
gógica estética y ética, en a cua
'1!
total, directiva, polit'.ca, ide~ g 1 belleza debe estar
. d d
temológico del "bancarismo".
, 1 decencia y con la sene a . Lo necesario es que, aun subordinado a !a práctica
de acuerdo n mis
.
con a s1lenc10s .
en
los que aparentemente
· . "bancaria", el educando mantenga vivo el gusto por la
,
A veces, e . i flotando, pienso en la impor- rebeldía que, agudizando su curiosidad y estimulando su
me pierdo, desligado, c;s . do para mujeres y hom- capacidad de arriesgarse, de aventurarse, de cierta forma
tancia singular que est temen lo afinna Fran',Ois lo "inmuniza" contra el poder aletargante del "bancaris-
bres el ser o habernos vuelto, como der" 1 Es
d pero para apren · mo". En este caso, es la fuerza creadora del aprender, de
Jacob, "seres programa ~s, n el que históricamente la que forman parte la comparación, la repetición, la
que el proceso de aprenb~:· e:señar como tarea no só- comprobación, la duda rebelde, la curiosidad no fácil-
descubrimos que era pos~ r sino erfilada en sf, con re- mente satisfecha, lo que supera los efectos negativos del
lo incrustada en el apren e , pue puede encender en falso enseñar. Ésta es una de las ventajas significativas
!ación a aprender, ~s un procesoe~te que puede tornarlo de los seres humanos -la de haberse tornado capaces de
el aprendiz una cunos1dad cre~1 o decir es lo siguiente: ir más allá de sus condicionantes. Esto no significa, sin
más y más creador. Lo que quier .d d de apren- embargo, que seamos indiferentes a ser un educador
cuanto más críticamente se ejrz~:~:p1:c~u: vengo lla- "bancario" o un educador "problematizador".
der tanto·más se conS ti:11Ye Y 1;s. a" 2 sin la cual no al-
mando "curiosidad ep1stemo g1c , .
. · nto cabal del obJeto.
canzamos el conoc1m1e n lado a la crítica y al l. Enseñar exige rigor metódico
1 os lleva por u ,
Eso es o que n_ za "bancaria".3 por el otro, a com-
rechazo de la ensena~ lla el educando que está sorne- El educador democrático no puede negarse el deber de
prender que, a pesar e e. 'd a perecer·• pese a la ense- reforzar, en su práctica docente, la capacidad crítica del
tido a ella no está predestma o
educando, su curiosidad, su insumisión. Una de sus ta-
l Fran,ois Jacob, "Nous sommes programmés ' mais pour appren-
reas primordiales es tnibajar con los educandos el rigor
metódico con que deben "aproximarse" a los objetos
dre" Le Courríer, UNESCO, febrero de 1991. eira Sao Paulo, Olho
Í Paulo Freire, A sombra desta mangu • cognoscibles. Y este rigor metódico no tiene nada que
d'água, 1995. , . "do México, Siglo XXI, 1994,
ver con el discurso "bancario" meramente transferidor
, Paulo Freire, Pedagogw de 1 opmm · del perfil del objeto o del contenido. Es exactamente en
45a. ed.
este sentido como enseñar no se agota en el "tratamien-
28 NO HAY DOCENCIA SIN
DJSCENCIA NO HAY DOCENCIA SIN
DISCENCIA
to" del objeto o del conten 29
ido, hecho superficialm.ent canicistamente. Piensa de
sino que se extiende a la e, manera equivocada. Es com
producción de las cond1c si todos los libros a cuya o
en que es posible apr end 10n~s lectura dedica tanto tiem
er críticamente, Y esas con tuvieran nada que ver con po no
ciones implican o exi gen di- la realidad de su mundo
la presencia_ de edu cad ore realidad con la que tienen . La
de educandos cre ado res , s Y que ver es la rea lida d ide
instigadores, mqmetos, rigu zada de una esc uel a que ali-
samente curiosos, hum ilde ro- se vuelve cad a vez más
s y persistentes. For ma ~:'1 to allí, desconectado de lo un da-
de las condiciones en que 'te concreto.
es posible aprender cnt tca Leer crít ica me nte no se
mentc la presuposición, - hace como si se com pra
por parte de los educandos mercancía al mayoreo. Lee ra
que el educador ya tuvo '. de r veinte libros, treinta libr
o continúa temendo e~p ene La verdadera lec tur a me os.
cia en la producción de n- compromete de inm edi ato
ciertos saberes y que est el texto que se me ent reg con
pueden ser sim ple me nte os no
transferidos ~ _ellos, a los ya comprensión fundament
a y al que me ent reg o y
de cu-
candos. Por el con trar io, edu- al también me vuelvo suj
en las cond1c1ones del ver Al leer no estoy en el pur eto.
dero aprendizaje los edu da- o seguimiento de la intelige
candos se van transfom1 cia del texto com o si ella n-
en sujetos reales de la con ando fuera solamente producció
strucción y de la recon~truc su autor o de su autora. Por n de
ción del saber ens eña do, - eso mismo, est a forma vic
al lado del educador, igu da de leer no tiene nada ia-
mente sujeto del proceso. al- que ver con el pen sar ace
Sólo así podemos habl~r mente y con el ens eña r ace rtada-
mente de saber ens eña do, rea~-. rtadamente.
en que el obJeto ens ena do En verdad, sól o quien pie
aprehendido en su razón es nsa acertadamente puede
de ser y, por lo tanto, apr enseñar a pen sar acertad
endi- amente aun cuando, a vec
do por los edu can dos . es,
Se percibe, así, \a importa . piense de ma ner a errada.
ncia del papel del educa- Y una de las con dic ion es
dor, el mérito de la paz ra pensar acertadamente pa-
con que viva la certeza de es que no estemos demasi
parte de su tarea doc ent e qu_e seguros de nuestras certez ado
es no sólo enseñar los con as. Es por eso por lo que
dos, sino también ens eña tem : sar acertadamente, siemp pen-
r a pensar correctamente. re al lado de la pur eza y
allí \a imposibilidad de que ?.e sariamente distante del pur nece-
un profesor se vuelva ~n itanismo, rigurosamente
co si -m ecá nic am ent e me ll· y generador de belleza, ético
mo riza dor - es mucho ma me parece inconciliable
s un desvergüenza de la arrogan con la
repetidor cadencioso de fras cia de quien está lleno o
es e ideas inertes que un na de soberbia. lle-
safiador. El intelectual me de-
morizador, que lee h~ras El profesor que piensa
parar, que se dom est ica srn acertadamente dej a vislum
ante el tex~o, con ~1e do brar a los edu can dos que -
arriesgarse, habla de sus de una de las bellezas de nue
lecturas casi _como s1 las manera de est ar en el mu stra
viera recitando de me mo estu- ndo y con el mundo, cor
ria -no percibe nmguna res históricos, es la cap no se-
ción, cuando rea lme nte exi rela- acidad de, al inte rve nir
ste, entre lo que l_eyó Y l~ mundo, conocer el mundo en el
ocurre en su país, en su que . Pero, histórico com o nos
ciudad, en su barno. Re pite tros, nuestro con oci mie nto o-
leído con precisión pero lo del mundo tiene historicid
raramente intenta algo per Al ser producido, el nue ad.
nal. Habla con elegancia so- vo conocimiento supera
de la dialéctica pero p1ens.i que fue nuevo antes y env a otro
me- ejeció y se "dispone" a ser
so-
30 NO HAY DOCENCIA SIN
D!SCENC!A NO HAY D'oCENCIA SIN
DISCENC!A
bre asado ma ñan a po r 31
otro.4 De allí que sea tan v·an planteando a la cur
p impor- iosidad que, al volverse
tan te conoce. r el conocimiento existente cuanto más metódicamente rig cad a vez
ue estamos abiertos y · saber urosa, transita de la ing
aptos para la producc1· 6 d ¡ hacia lo que ven go lla enuidad
~ocimiento aún no exi n .e co· mando "curiosidad epi
stente. Enseñar, aprend ca". La curiosidad ing stemológi-
ti ar lidian con eso s dos er e mv~~- enua, de la que result
momento~ del blemente un cierto sab a indiscuti-
g el ue se ensena y ciclo gnoseo . mente no riguroso, es
er, no importa qu e sea
metódica-
g1co: aquel en se aprend
conocimiento ya exi.steq uel en el que se trabajea el común. El saber hec ho
.la que caracteriza al
sentido
nte y aq , la de pura expériencia. Pe
roducción del conocimi .
ento aun no ex1ste~te. L "do- tadamente, des de el pun nsa r acer-
~iscencia" -do cen cia -di .~ . - to de vista del profesor,
sce nci a- y la mvest1gac tanto el res pet o al sentid implica
,
divisibles, son as1 pra , . 1on , m o común en el pro ces o
cticas requ eridas por estos mo- cesaria superación com
o el respeto y el est ím
de su ne-
mentes del ciclo gnoseo pacidad cre ado ra del edu ulo a la ca-
lógico. cando. Implica el com
de la educadora con la promiso
conciencia crítica del
cuya "pr om oci ón " des educando
2 _ Enseñar exige inv est iga ció de la ingenuidad no se
n máticamente. hace auto-
No hay enseñanza sin
investigación ni invest
- igación sin
ensenanz as.
Es os quehaceres se enc
uentran cad a uno en 3. Enseñar exige respet
el cuerpo del otro. Mi · , buscando o a los saberes de los edu
entras enseño contm candos
indagando. En señ o por ~o , ,
que m
. dago y me indago.
que busco, porque ind
ague,
Investtgo para com pro
p::; Por eso mi sm o pen sar
o, en términos más am
acertadamente im po ne
al profesor
comprobando interveng . . . do educo y me, plios, a la escuela, el deb
o, mtervm 1en petar no sólo los sabere er de res-
educo. Investigo para 1 s con que llegan los edu
conocer o que aún no con ozc o Y sobre todo los de las candos,
comunicar o anu nci ar clases populares -sa be
la novedad. mente construidos en la res social-
Pensar acertadamente, . práctica com un ita ria -,
en términos críticos,_ bién, como lo vengo sino tam-
ex1gencia que los mo me e~ una sugiriendo hace más
nto s del ciclo gnoseolog años, discutir con los alu de treinta
1co le mnos la razón de ser de
beres en relación con esos sa-
4
la enseñanza de los con
A ese respec to Véas e Álvaro Vieira Pinto, Ciencia ¿Por qué no aprovech tenidos.
e Exis1encia, ar la experiencia qu e
Río de Janeiro, Paz e Ter 1969
ra, alumnos de vivir en áre tienen los
\ Hoy se hab la con insi · · sti ador En mi as de la ciudad descui
stencia, del profesor mve el poder público para dadas por
opinión Jo que hay ·de . g, ·1·d do discutir, por ejemplo,
inv esu gad or en e 1proe fesor no es una ca I a nación de los arroyos la contami-
d d
actuar que se agregu a la de enseñar.
La inda- y de los riachos y los
una forma e ser o bajos nive-
e . . -·6 form les de 'bienestar de la pob
gación, la búsqueda, la mve an parte
. st1gac1 n.,t s que el de la naturaleza de lación, los basureros abi
ertos y
la prácttca doce
nte. o
L que se necest ae
profesor en su for- los riesg.os que ofrecen
a la salud de la gente?
mación permanente, se 'b se asuma, por ser pro • no hay basureros abiert ¿P or qué
perct a y fesor, como
investigador. os en el corazón de los
cos o incluso simpleme barrios ri-
nte clasemedieros de los
centros
32 NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA NO HAY DOCENCIA SIN D!SCENC!A
33
urbanos? Esta pregunta es considerada demagógica en sí connota sus hallazgos de mayor exactitud.
misma y reveladora de la mala voluntad de quien la ha- En verdad, la curiosidad ingenua que, "desannada",
ce. Es pregunta de subversivo, dicen ciertos defensores está asociada al saber del sentido común, es la misma cu-
de la democracia. riosidad que, al hacerse crítica, al aproximarse de fonna
¿Por qué no discutir con los alumnos la realidad con- c~da vez más metódicament e rigurosa al objeto cognos-
creta a la que hay que asociar la materia cuyo contenido c1ble, se vuelve curiosidad epistemológica . Cambia de
se enseña, la realidad agresiva en que la violencia es la c_ualidad pero no de esencia. La curiosidad de los campe-
constante y la convivencia de las personas es mucho ma- srnos c~~ los que he dialogado a lo largo de mi experien-
yor con la muerte que con la vida? ¿Por qué no estable- cia pol1t1co-pedagógica, fatalistas o ya rebeldes ante la
cer una "intimidad" necesaria entre los saberes curricu- violencia de las injusticias, es la misma curiosidad, en
lares fundamentales para los alumnos y la experiencia cuanto apertura más o menos asombrada ante los "no-
social que ellos tienen como individuos? ¿Por qué no yoes," con la que los científicos o filósofos académicos
discutir las implicaciones políticas e ideológicas de tal "adm!ran" el mundo. Los científicos y los filósofos supe-
falta de atención de los dominantes por las áreas pobres ran, sm embargo, la ingenuidad de la curiosidad del cam-
de la ciudad? ¿La ética de clase incrustada en esa desa- pesino y se vuelven epistemológica mente curiosos.
tención? Porque, dirá un educador reaccionariam ente La curiosidad como inquietud indagadora, como in-
pragmático, la escuela no tiene nada que ver con eso. La cli~ación al desvelamiento de algo, como pregunta ver-
escuela no es partido. Ella tiene que enseñar los conte- balizada o no, como búsqueda de esclarecimient o, como
nidos, transferirlos a los alumnos. Una vez aprendidos, señal de atención que sugiere estar alerta, forma parte
éstos operan por sí mismos. mtegrante del fenómeno vital. No habría creatividad sin
la curiosidad que nos mueve y que nos pone paciente-
mente impacientes ante el mundo que no hicimos, al que
4. Enseñar exige crítica acrecentamos con algo que hacemos.
Como manifestación presente a: la experiencia vital
En la diferencia y en la "distancia" entre la ingenuidad la curiosidad humana viene siendo histórica y social~
y la crítica, entre el saber hecho de pura experiencia y mente construida y reconstruida. Precisamente porque la
el que resulta de los procedimiento s metódicament e ri- promoción de la ingenuidad a la crítica no se da de ma-
gurosos, no hay para mí una ruptura, sino una supera- nera automática, una de las tareas principales de la prác-
ción. La superación y no la ruptura se da en la medida tica educativo-pro gresista es exactamente el desarr-ollo
en que la curiosidad ingenua, sin dejar de ser curiosi- de la curiosidad_crítica, insatisfecha, indócil. Curiosidad
dad, al contrario, al continuar siendo curiosidad, se ha- con la que podemos defendernos de "irracionalism os"
ce crítica. Al hacerse crítica, al volverse entonces, me resultantes de, o producidos por, cierto exceso de "racio-
pennito repetir, curiosidad epistemológica , "rigorizán- nalidad" de nuestro tiempo altamente tecnificado. y no
dose" metódicament e en su aproximaci6n al objeto, hay en esta consideración ningún arrebato falsamente
34 NO HAY DOCENCIA SIN DJSCENCIA
NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA
35
humanista de negación de la tecnol~gía y de la ~iencia.
Al contrario es consideración de quien, por un lado, no es, sustantivamente, forrnar. 6 Divinizar o satanizar la
diviniza la t~cnología, pero, por el otro, ta~poco la sa- tecnología o la ciencia es una fonna altamente negati-
. .
tamza. De quien la ve o incluso la escudnna de forma va y peligrosa de pensar errado. De manifestar a los
críticamente curiosa. alumnos, a veces con aires de quien es dueño de la ver-
dad, un rotundo desacierto. Pensar acertadamente, por
el contrario, demanda profundidad y no superficialidad
S. Enseñar exige estética y ética en la comprensión y en la interpretación de los hechos.
Supone disponibilidad para la revisión de los hallaz-
La necesaria promoción de la ingenuidad a la cr~tica no gos, reconoce no sólo la posibilidad de cambiar de op-
uede o no debe ser hecha a distancia de ,u.na rigurosa ción, de apreciación, sino el derecho de hacerlo. Pero
pf .ó ética siempre al lado de la estetica. Decen- como no existe el pensar acertadamente al margen de
ormac1 n d 's con
. . belleza de acuerdo. Yo estoy ca a _vez ma . - principios éticos. si cambiar es una posibilidad y un
c1a Y_do de que alerta ante la posibilidad de extraviar- derecho, cabe a quien cambia -exige el pensar acerta-
venc1 el des~arnino del puritanismo, la práctica do- asumir el cambio operado, Desde el punto de vis-
se por · · · so de
educativa tiene que ser, en sí, un test1mon10 nguro d ta del pensar acertado no es posible cambiar y hacer de
decencia y de pureza. Una crítica permanen_te ~ los es~ cuenta que nada cambió. Es que todo el pensar acerta-
víos fáciles que nos tientan, a veces o casi siempre, do es radicalmente coherente.
de·ar las dificultades que los caminos verdade:os pue-
d/n presentarnos. Mujeres y hombres, seres h1stónco-
sociales nos volvemos capaces de comparar, de valo- 6. Enseñar exige la corporificación de las palabras en
el ejemplo
rar de i~tervenir, de escoger, de decidir, de romper, por
todo eso, nos hicimos seres éticos. Sólo somos porque
estamos sien . do . Estar siendo es ' entre nosotros, la con- El profesor que realmente enseña, es decir, que trabaja
dición para ser. No es posible pensar a los seres huma- los contenidos en el marco del rigor del pensar acertado,
nos lejos, siquiera, de la ética, mucho menos fuern de niega, por falsa, la fó1mula farisaica del "haga lo que
ella Entre nosotros, hombres y mujeres, estar leJos, o mando y no Jo que hago". Quien piensa acertadamente
eo~, fuera de la ética, es una transgresión. Es por eso está cansado de saber que las palabras a las que les falta
~or Jo que transformar la experienci~ educativa en pr la corporeidad del ejemplo poco o casi nada valen. Pen-
I·o ad1·estramiento técnico es depreciar lo que hay e sar acert¡¡damente es hacer acertadamente.
fundamentalmente humano en el eJerc1c10 · · · e d u cat1vo·. ¿Qué pueden pensar alumnos serios ele un profesor
su carácter formador. Si se respeta la naturaleza:c~ser que, hace dos semestres hablaba casi con ardor sobre la
humano la enseñanza de los contenidos no pue e ar-
6
se alejada de la formación moral del educando. Educar Sobre esto véase Neil Postman, Technopoly. The surrender of
culture to technology, Nueva York, Alfred A. Knopf, 1992.
36 NO HAY DOCENCIA SIN DISCEN CIA NO HA Y DOCENCIA SIN DISCENCIA
37
necesidad de la lucha por la autonomía de las clases 7, Enseñ ar exige riesgo, asunción de lo nuevo
y rechazo
po-
pulares y hoy, dicien do que no cambió, hace un
discur-
de cualq uterfo rma de discriminación
so pragm ático contra los sueños y practica la transfe
ren-
cia de saber del profes or hacia el alumn o? ¿Qué decir Es propio del pensa r acerta do la dispon ibilida d al
de riesgo
la profesora que, ayer de izquierda, defend ía la
fonna-- 1~ asu~ción de lo nuevo que no puede ser negad o
O reci~
c1ón de la clase trabaj adora y, hoy, pragm ática, se b1do solo porqu e es nuevo, así como el criteri o derech
satis- a-
face, inclina da ante el fatalismo neoliberal, con el zo a lo viejo n~ es solam ente cronol ógico, Lo viejo
sim- que
ple adiest ramien to del obrero, insistiendo, sin embar preserva su valide z o que encarna una tradic ión o
go, marca
en que es progre sista? una presen cia en el tiempo contin úa nuevo ,
No existe el pensa r acerta do fuera de una prácti ca _ T~m?ién el rechaz o definitivo a cualqu ier forma
tes- de
timonial que lo redice en lugar de desdec irlo. Al d1scnm mació n forma parte del pensar acerta damen
profe- te.
sor no le es posibl e pensar que piensa acerta damen La práctic a prejui ciosa de raza, clase, género , ofende
te la
cuando al mismo tiempo le pregunta al alumn o si sustan tividad del ser human o y niega radica lment
"sabe e la de-
con quién está hablan do". mocracia. Cuán lejos estamo s de ella cuand o vivimo
s en
El clima de quien piensa acerta damen te es el la impun idad de los que matan niños en las calles
de de los
quien busca seriam ente la seguridad en la argum que asesin an campe sinos que luchan por sus de~ech
enta- os,
ción, es d de quien, al discordar con su opone nte, de los que discrim inan a los negros, de los que subest
no tie- i-
ne por qué alimen tar contra él o contra ella una man a las mujere s, Cuán ausentes de la democ racia
rabia es-
desmedida, a veces mayor que la propia razón de tán los que quema n iglesias de negros porqu e,
la dis- en ver-
cordancia. Una de esas personas desme didam ente dad, los negros no tienen alma. Los negros no
rabio- rezan,
sas prohib ió cierta vez a un estudiante que trabaja Con su negrit ud, los negros ensuci an la blanqu
ba en itud de
una tesis sobre alfabe tizació n y ciudad anía que me las oraciones,., A mí me da pena y no rabia, cuand
leye- o veo
ra. "Es obsole to", dijo con aires de quien trata con la arroga ncia con que la blanquimd de las socied
rigor ades
y neutralidad el objeto , que era yo. "Cual quier donde se hace eso, donde se queman iglesia s de
lectura negros,
que hagas de ese señor puede perjudicarte." No se p~esenta ante el mundo corno pedag oga de la
es así demo-
como se piensa acerta damen te ni es así como se crnc1a. Pensa r y hacer de maner a errada, por lo visto,
enseña no
acerta damen te. 7 Forma parte del pensar acerta do tienen en efecto nada que ver con la humil dad
el gus- que el
to por la genero sidad que, sin negar a quien tiene pensar acerta damen te exige, No tienen nada que
el de- ver con
r~cho a la rabia, la disting ue de la rabia irrefre nable. el _sentido común q~e regula nuestras exage racion
es y
evita que nos encam memo s hacia el ridícu lo y la
insen-
satez,
A veces temo que algún lector o lectora , inclus o
no
'Véase Paulo Freire, Cwws a Cris1i1w, México, totalmente conve rtido al "pragm atismo " neolib eral
Siglo XXI. 1996, pero
Decimo sexta .:arta. pp 185-191 ya tocado por él, diga que, soñador, contin úo hablan
do
38 NO HAY DOCENCIA SIN DJSCENCIA
NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA 39
de una educación de ángeles y no de mujeres y hombres.
otro. Todo entendimiento, si no está "trabajad o" meca-
s· mbargo lo que he dicho hasta ahora se refiere rad1- nicistamente, si no está siendo sometido a los "cuida-
c~~;ente a 1~ naturalez a de mujeres y hombres. _Natura-
dos" enajenan tes de un tipo de mente especial y cada
leza entendida como constituyéndos~ soc_1a~ e histórica-
vez más amenazadoramente común que vengo llamando
mente y no corno un a priori de la Htstona.
"burocratizada", implica, necesariamente, comunicabili-
El problema que se me presenta es que, compre~-
dad. No hay entendimiento -a no ser cuando el propio
diendo como compren do la naturaleza humana, sena
proceso de entender se desvirtúa - que no sea también
una contradicción grosera no defender lo q~e vengo d~-
c9municación de lo entendido. La gran tarea del sujeto
f diendo. Pensar como vengo pensando mientras escn-
en este texto forma parte de la exigencia . a
· que me hago que piensa acertadamente no. es transferir, depositar,
bo
acertadam ente. Pensar, por eJem- ofrecer, dar al otro, tomado como paciente de su pensar,
, ismo de pensar
el entendimiento de las cosas, de los hechos, de los con-
:i~.~ue el pensar acertado que debe ser enseñado con-
ceptos. La tarea coherente del educador que piensa acer-
comitantemente con la enseñanza de los contenidos no
es un pensar fomialme nte anterior ~I y desgarrad~ del . tadamente es, mientras ejerce como ser humano la prác-
tica Í!Tecusable de entender, desafiar al educando con
actuar acertadamente. Es en este senlldo como ensenar a
quien se comunic a y a quien comunica, a producir su
Pen sar acertadamente no es una experiencia en que eso
, · de comprensión de lo que viene siendo comunic ado. No
-el pensar acertada mente- se to1:1e por s1 mismo y, .
hay entendim iento que no sea comunica ción e interco-
eso se hable o una práctica que s1mpleme~te se descn-
municación y que no se funda en la capacida d de diálo-
ba sino algo que se hace y que se vJVe mientras se ha-
go, Por eso el pensar acertadamente es dialógico y no
bl~ de ella con la fuerza del testimonio. Pensar acertada- polémico.
mente implica la existencia de sujet~s ~ue piensan
mediados por el objeto u objetos en que incide el prop10
pensar de los sujetos. Pensar acertadamente no es el _que-
8. Enseñar exige reflexión crítica sobre la práctica
hacer de quien se aísla, de quien se "cobija" a sí m~smo
en la soledad, sino un acto comunicante. Por es~ ~1smo
El pensar acertadam ente sabe, por ejemplo, que no es a
no hay que pensar sin entendimiento y el entend1m1ento,
partir de él, como un dato dado, como se confomrn la
desde el punto de vista del pensar ace:tadamente,_ no es
práctica docente crítica, sino que sabe también que sin él
algo transferido sino coparticipado. S1 desde el angulo
ésta no se funda. La práctica docente crítica, implícita en
de la gramática el verbo entender es transitivo, en lo que
el pensar acertadamente, encierra el movimie nto diná-
respecta a la "sintaxis " del pensar acertadament~ se tra-
mico, dialéctico, entre el hacer y el pensar sobre el ha-
ta de un verbo cuyo sujeto es siempre copart1c1pe de
cer. El saber que indiscutiblemente produce la práctica
docente espontán ea o casi espontánea, "desanna da", es
8 Paulo Frcire, Pedagogía de la esperanza, México, siglo XXI,
un saber ingenuo, un saber hecho de experiencia, al que
1993.
le falta el rigor metódico que caracteriza a la curiosidad
40 NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA
NO HAY 6bCENCIA SIN DISCENCIA
41
epistemológica del sujeto. Éste no es el saber que busca
en este caso, del estado de curiosidad ingenua al de cu-
el rigor del pensar acertadamente. Por eso es fundamen-
riosidad epistemológica. La asunción que el sujeto hace
tal que, en la práctica de la fom1ación docente, el apren-
de sí en una cierta forma de estar siendo es imposible sin
diz de educador asuma que el indispensable pensar acer-
la disponibilidad para el cambi0;-para cambiar, y de cu-
tadamente no es una dádiva de los dioses ni s.e encuentra
yo proceso también se hace necesariamente sujeto.
en los manuales de profesores que intelectuales ilumina-
Sería sin embargo un exceso idealista afinnar que la
dos escriben desde el centro del poder, sino que, por lo
asunción, por ejemplo, de que fumar amenaza mi vida,
contrario, el pensar acertadamente que supera al inge-
ya significa dejar de fumar. Pero dejar de fumar pasa, en
nuo tiene que ser producido por el mismo aprendiz en
algún sentido, por la asunción del riesgo que corro al fu-
comunión con el profesor formador. Por otro lado, es
mar. Por otro lado, la asunción se va haciendo cada vez
preciso insistir otra vez en que tanto la matriz del pensar
°:ás asunción en la medida en que engendra nuevas op-
ingenuo como la del crítico es la propia curiosidad, ca-
ciones, provoca ruptura, decisión y nuevos compromi-
racterística del fenómeno vital. En este sentido, no hay
sos. Cuando asumo el mal o los males que el cigarro me
duda de que el profesor tildado de lego en Pernambuco
puede causar, me muevo en el sentido de evitar los ma-
es tan curioso como el profesor de filosofía de la educa-
les. Decido, rompo, opto. Pero, es en la práctica de no
ción de la Universidad A o B. Lo que hay que hacer es
fumar en la que se concreta materialmente la asunción
posibilitar que, al volverse sobre sí misma, a través de la
del riesgo que corro al fumar.
reflexión sobre la práctica, la curiosidad ingenua, al per-
cihirse como tal, se vaya volviendo crítica. Me paf.ece que hay otro elemento aún en la asunción
de que hablo: el emocional. Además del conocimiento
Es por eso por lo que el momento fundamental en la
que tengo del mal que me hace el tabaco, ahora, al asu-
formación permanente de los profesores es el de la refle-
mirlo, siento legítima rabia hacia el tabaco. Y también
xión crítica sobre la práctica. Es pensando críticamente
tengo la alegría de haber sentido la rabia que, en el fon-
la práctica de hoy o la de ayer como se puede mejorar la
do, me ayudó a continuar en el mundo por más tiempo.
próxima. El propio discurso teórico, necesario a la refle-
La educación que no reconoce un papel altamente for-
xión crítica, tiene que ser de tal manera concreto que ca-
mador en la rabia justa, 9 en la rabia que protesta contra
si se confunda con la práctica. Su distanciamiento epis-
las injusticias, contra la deslealtad, contra el desamor,
temológico de la práctica en cuanto objeto de su análisis
contra la explotación y la violencia, está equivocada. Lo
debe "aproximarlo" a ella al máximo. Cuanto mejor rea-
que la rabia no puede es, perdiendo los límites que la
lice esta operación mayor entendimiento gana de la
práctica en análisis y mayor comunicabilidad ejerce en 9
La de Cristo contra los fariseos del Templo. La de los progresis-
torno de la superación de la ingenuidad por el rigor. Por tas contra los enemigos de la reforma agrariá, Ja de los ofendidos con-
otro lado, cuanto más me asumo como estoy siendo y tra la violencia de cualquier discriminación, de clase, de raza, de
percibo la o las razones de ser del porqué estoy siendo género. La de los que sufren de inj'usticias contra la impunidad. La de
así, más capaz me vuelvo de cambiar, de promoverme, quien tie?e ham~re contra la manera libertina en que algunos, más que
comer, dilapidan Y. transforman la vida en un regodeo.
42 NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA 43
confirman, perderse en un rabiar que corre siempre el asunción de nosotros por nosotros mismos. Esto es lo
riesgo de resultar en odio. que el puro adiestramiento del profesor no hace, pues se
pierde y lo pierde en la estrecha y pragmática visión del
proceso.
9. Enseñar exige el reconocimiento y la asunción de la La experiencia histórica, política, cultural y social de
identidad cultural los hombres y de las mujeres nunca puede darse "vir-
gen" del conflicto entre las fuerzas que obstaculizan la
Es interesante extender un poco más la reflexión sobre búsqueda de la asunción de sí por parte de los indivi-
la asunción. El verbo asumir es un verbo transitivo y duos y de los grupos y fuerzas que trabajan en favor de
puede tener como objeto el propio sujeto que así se asu- aquella asunción. La formación docente que se juzgue
me. Yo asumo tanto el riesgo que corro al fumar como superior a esas "intrigas" no hace más que trabajar en fa-
me asumo en cuanto sujeto de la propia asunción. Acla- vor de los obstáculos. La solidaridad social y política
remos que, cuando digo que la asunción de que fumar que necesitamos para construir una sociedad menos fea
amenaza mi vida es fundamental para dejar de fumar, y menos agresiva, en la cual podamos ser más nosotros
con asunción quiero referirme sobre todo al conocimien- mismos, tiene una práctica de real importancia en la for-
to cabal que obtuve del fumar y de sus consecuencias. mación democrática. El aprendizaje de la asunción del
Asunción o asumir tienen otro sentido más radical cuan- sujeto es incompatibl e con el adiestramie nto pragmáti-
do digo: una de las tareas más importantes de la prácti- co o con el elitismo autoritario de los que se creen due-
ca educativo-crítica es propiciar las condiciones para ños de la verdad y del saber articulado.
que los educandos en sus relaciones entre sí y de todos A veces ni se imagina lo que puede llegar a represen-
con el profesor o profesora puedan ensayar la experien- tar en la vida de un alumno un simple gesto del profesor.
cia profunda de asumirse. Asumirse como ser social e Lo que puede valer un gesto aparentemente insignifican-
histórico, corno ser pensante, comunicante, transforma- te como fuerza fonnadora o corno contribución a la for-
dor, creador, realizador de sueños, capaz de sentir rabia mación del educando por sí mismo. En la ya larga histo-
porque es capaz de amar. Asumirse como sujeto porque ria de mi memoria nunca me olvido de uno de esos
es capaz de reconocerse como objeto. La asunción de gestos de profesor que tuve en mi adolescenci a remota.
nosotros mismos no significa la exclusión de los otros. Un gesto cuya significación tal vez le haya pasado inad-
Es la "otredad" del "no yo" o del tú, la que me hace asu- vertida a él, el profesor, y que tuvo importante influen-
mir el radicalismo de mi yo. cia en mí. Yo era entonces un adolescente inseguro, con
La cuestión de la identidad cultural, de la cual forman un cuerpo anguloso y feo, me percibía menos capaz que
parte la dimensión individual y de clase de los educan- los otros, fuertemente inseguro de mis posibilidades.
dos cuyo respeto es absolutamente fundamental en la Estaba mucho más malhumorado que sosegado con la
práctica educativa progresista, es un problema que no vida. Me irritaba fácilmente. Cualquier consideración de
puede ser desdeñado. Tiene que ver directamente con la un compañero rico de la clase me parecía de inmediato
44 NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA
NO HAY DOCENCIA S!N DISCENCJA
45
. . debilidades, de mi inseguridad.
un señalamiento d~ m1~do de su casa nuestros trabaJos importancia de las experiencias infonnales en las calles,
El profesor habia tr · los devolvía en las plazas, en el trabajo, en los salones de clase de las
á d s de uno en un 0 ' llama y, vien-
escolares y, 11am n on? momento me escuelas, en los patios de los recreos, 10 donde diferentes
con su evaluación. En c~erto ·n decir palabra, balan- gestos de alumnos, del personal administrativo, del per-
do y volviendo a ver:_ m1;ex:; ¡:to y consideración. El sonal docente, se cruzan llenos de significación. Hay
cea la cabeza en sen~~ ;ás ~e la propia nota de diez una naturaleza testimonial en los espacios tan lamenta-
gesto del prof~sor val .ó El ~esto del profesor me da- blemente relegados de las escuelas: En la educación en
que le dio a m1 reda~c1 ~- ·amente desconfiada de que la ciudad llamé la atención acerca de esta importancia
11

ba una confianz~ aun o dv1 . De que era posible con- al discutir el estado en que la administración de Luiza
.bl t ba•ar y pro ucir. .. ,
era pos1 ,e ra ~ ,
que sena tan eq
uivocado confiar. mas Erundina• encontró la red escolar de la ciudad de Sao
fiar en m1, pe~o ese momento equ1voca- Paulo en 1989. El descuido de las condiciones materia-
allá de los lítrntes com_o era enb de la importancia ·de les de las escuelas alcanzaba niveles impensables. En
L. meJor prue a
do no confiar. a lo mencion . o ahora como si lo hub1e- mis primeras visitas a la red casi devastada me pregun-
aquel gest? es que verdad hace mucho tiempo que taba horrorizado: ¿cómo exigir de los niños un mínimo
ra presenciado hoy. y en
de respeto a los pupitres, a las mesas, a las paredes si el
ocurrió... . tancia de esos gestos que se poder público demuestra absoluta des-:onsideraci6n a la
Este saber,_ el_ de la im:nº~as intrigas del espacio esco- cosa pública? Es increíble que no imaginemos la signi-
multiplican diariamente d , mos que reflexionar se- ficación de.! "discurso" formador que hace que una es-
lar, es algo sobre lo que ten 1~:rácter socializante de la cuela sea respetada en su espacio. La elocuencia del dis-
riamente. Es una pena _que e 1 en la experien cia que se curso "pronunciado" sobre y por la limpieza del suelo,
1 hay de mforrna .
escuela, o que 'ó de deformación, sea desa- sobre la belleza de los salones, sobre la higiene· de los
vive en ella, de form~c1 nlo . mente de la enseñanza.
. h bl casi exc us1va
tendido. Se a a _ lamentablemente casi IO Ésta es una preocupación fundamental del equipo
coordinado
·d ensenanza · del saber. Creo
de los conteni os, mo trans1ere ,,
ncia por el profesor Miguel Arroio y que viene proponiendo al país, en Belo
d'd
siempre enten i a co explican este descuido en Horizonte, una de las mejores re-invenciones de la escuela. Es una lás-
que una de las razones qule acio-tiem po de la escue- tima que no haya habido aún una emisora de rv que se dedicara a
1 e ocurre en e esp . d mostrar experiencias como la de Belo Horizonte, la de Uberaba, la de
. 'd d de la enseñan za, viene sien o
torno de o qu Porto Alegre, la de Recife y de tantas Olras diseminadas por Brasil.
la, que no sea .la acttv1 a de lo ue es educación y de lo Que se propusiera revelar prácticas creadoras de gente que se arriesga,
una comprensión estrec~a d n~s pasa inadvertido que vividas en las escuelas privadas o públicas. Un programa que podría
que es aprender. En _el on o, orno mujeres y hombres, llamarse cambiar es difícil pero es posible. En el fondo, uno de los
saberes fundamentales para la práctica educativa.
fue aprendiendo socialn_iente c es posible enseñar. Si 11
A educa¡:iio na cldade, Sao Paulo, Cortez Editora, 1991.
históricamente, descubrieron q~;endo como percibimos
• Alcaldesa de Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, por el Partido
tuviéramos claro que fueenten apre~ 'amos con facilidad la de los Trabajadores, entre 1989 y 1992; responsable del nombramien-
que es posible enseñar, en
to de P. Freire como secretario municipal de Educación. [T.)
46 NO HAY DOCENCIA SlN DlSCENClA

. . 1 flores que adornan. Hay una peda-


as en Ia maten·a11·dad del espacio. 2. ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO
samtanos,
. . ·sobre
d' t'ble
gog1c1dad m iscu J • 1 cotidianidad del profe-
Ponnenores por el estilo de a . .
b. én del alumno, a los que casi s1em-
sor, por lo tanto tam 1. atención, tienen en verdad

un peso signific~tJvo en ¡::;:


pre se les da poca_ o ninguna 1 'ón de la experiencia
f~:ación docente, no es
docente. Lo que t~p_ona, 1 esto este o aquel, sino la Las consideraciones o reflexiones hechas hasta ahora
la repetición mecanica de g '. · ntos de las emo- son desdoblamientos de un primer saber señalado ini-
. d I lor de los sent1m1e '
comprensión e va . 'dad que debe ser supera- cialmente como necesario para la formación docente,
ciones, del deseo, de la ms_egun 1 ser "educado", va desde una perspectiva progresista. Saber que enseñar no
da por la seguridad, del miedo que, a es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades
generando valor. e '6 docente puede hacer- para su propia producción o construcción. Cuando en-
Ninguna verdadera ionnac1 n . . , ., tro en un salón de clases debo actuar como un ser abier-
.
un lado d1stanc1a . da del eJ·erc1c10 de la cnt1ca. que
· to a indagaciones, a la curiosidad y a las preguntas de los
se, por ' . ,·, de la curiosidad ingenua a cunos1-
1mplica la promoc1on por e I o tro, s·in el rcconocim1ento alumnos, a sus inhibiciones; un ser crítico e indagador,
. ológ1c·1 y
dad ep1stem '' 'bTd d de la afee- inquieto ante la tarea que tengo -la de enseñar y no la
del valor de las emociones, de la s~ns1 J t a ' s de de transferir conocimientos.
. 'd d de la intuición o adivinación. Conocer?º e ,
Es preciso insistir: este saber necesario al profesor
~v1 ha 'adivinar sino, de vez en cuando, algo tiene que
-que enseñar no es transferir conocimiento- no sólo re-
ec o, . . ' n intuir. Lo importante, no cabe du-
ver con ad1vmar, co · 1 de las intm- quiere ser aprehendido por él y por los educandos en sus
d ernos satisfechos en e1 mve
da, es no_ oetesonmeterlas al análisis metódicamente rigu- razones de ser -ontológica, política, ética, epistemológi-
c1ones, srn . , . 12 ca, pedagógica, sino que también requiere ser constante-
roso de nuestra curiosidad esp1stemolog1ca. mente testimoniado, vivido.
Como profesor en un curso de fom1ación docente no
puedo agotar mi práctica discutiendo sobre la Teoría de
la no extensión del conocimiento. No puedo sólo pro-
nunciar bellas frases sobre las razones ontológicas, epis-
temológicas y políticas de la Teoría. Mi discurso sobre
la Teoría debe ser el ejemplo concreto, práctico, de la
. f rmación docente que sea indiferente teoría. Su encarnación. Al hablar de construcción delco-
12 Tampoco es posible una o . (de nosotros) el estar sus- nocimiento, criticando su extensión, ya debo estar en-
a la belleza y a la decencia quelnos edx1gye con los otros. No hay prác-
t ndo con e mun o . vuelto por ella, y en ella la construcción debe estar en-
ranrivamente en e mu que . ella misma un ensayo estétLco y volviendo a los alumnos.
tica docente verdadera no sea
ético, valga la repetición.
Fuera de eso, me enredo en la trama de contradiccio-
r ,1-r1
48 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR
CONOCIMIENTO ENSEÑAR.NO ES TRANSFERIR
CONOCt.MIENTO
49
nes en la cual mi testi mon io,
inau tént ico, pier de efica- una form a prop ia de pen sar de
cia. Me vue lvo tan falso com los sant os y de los ánge-
o quien pret end e esti mul ar les a la cual noso tros aspi ráse
el dim a dem ocrá tico en la escu mos de man era arrogante.
ela por med ios Y cami- Es difíc il, entr e otra s cosa s,
nos auto ritar ios. Tan fing ido por la vigi lanc ia con stan te
com o quie n dice com batt r qu~ tene m~s q~e ejer cer sobr
el raci smo pero , al preg u~tá rsel e nos otro s mis mos para
e si con oce a Mad alen a, evitar los sim plis mos , las faci
dice: "La con ozc o. Es neg ra lida des, las inco here ncia s
pero es com pete nte Y de- burdas. Es difí cil porq ue no
cente," Nun ca oí a nad ie deci siem pre tene rnos el valo r
r que con oce a Celi a, que indi ~pe nsab le ~ara no perm itir
es rubia, de ojos azul es, pero que la rabi a que pod emo s
es com pete nte Y decente. sentir por algm en se con vier
En el disc urso que desc ribe a ta en una rabi a que gen ere
Mad alen a, neg ra, cab e la un pen sar equ ivoc ado y falso
con junc ión adv ersa tiva pero; . Por más que una pers ona
en el que hac e el ped tl de me desa grad e yo no pue do men
Celia, rubi a de ojos azul es, la ospr ecia rla con un dis-
con junc ión adv ersa uva es curs o en el cual , creí do de mí
un con tras enti do. La com pren mism o, dec reto su inco m-
sión del pap el de las con- pete ncia abso luta . Disc urso
junciones que , unie ndo enun en que , eng reíd ame nte, la
ciad os entr e sí, imp regn an trato con desd én, desd e lo alto
·la relación que esta blec en de de mi fals a supe rior idad .
cierto sent ido, o de c~usa- A mí no me da rabi a sino pen
tidad, hab lo porque rech azo el silen a cua ndo pers ona s así ra-
cio, o de adversidad, biosas, erig idas en acti tud de
trataron de dom inar lo pero no genio, me min imiz an y
lo con sigu iero n, o de fi- men osca ban .
nalidad Ped ro luch ó para que
que dase clar a su posi - Es fatig oso, por ejem plo, vivi
ción, 0 de inregración, Ped ro r la hum ilda d, con di-
sabí a que ella volv ería , no ción sine q~a non del pen sar
es sufi cien te para exp lica r el acer tada men te, que nos ha-
uso de la adv ersa tiva pero ce proc lam ar nue stro prop io
en la rela ción entr e la oración equ ívoc o, que nos hace re-
Mad alen a es neg ra Y Ma- con ocer y anu ncia r la supe raci
dalena es com pete nte y decente. ón que sufr imo s.
Allí la con junc ión pero El clim a del pen sar acer tado
implica un juic io falso, ideológi no tien e nad a que ver
co: por se~ negr a, se es- con el de las fórm ulas pres tabl
pera que Mad alen a no sea com ecid as, pero serí a la nega -
embargo, al reco noc erse su dece
pete nte m dece nte. Sm
ncia y su com pete ncia
ción de ese pen sar si pret end
mós fera del libe rtin aje o del
iéra mos forj arlo en la at··
\a con junc ión pero se volvió espo ntan eísm o. Sin rigo r
indi spen sabl e. En. el caso met ódic o no exis te el pen sar
de Celia, es un disp arat e que, acertado.
sien do rubi a de OJOS azu-
les, no sea com pete nte y decente.
De allí el sins entí do de
la adve rsat iva. La razó n es ideo 1. Enseñar exige conciencia del
lógi ca y no gram atic al. inacabamiento
Pen sar acer tada men te -y sabe
r que ense ñar no es
transferir con ocim ient o es en Com o prof esor críti co, yo soy
esen cia pen sar acer tada - un "ave ntur ero" resp on-
men te- es una pos tura exigente sable, pred ispu esto al cam bio,
, difícil, a vece s peno sa. a la acep taci ón de lo dife-
que tene mos que asum ir fren rente. Nad a de lo que exp erim
te a los otro s y con los enté en mi vive ncia do-
otros, de cara al mun do y a cent e deb e nec esar iam ente
los hech os, ante noso tros repe tirse . Rep ito, sin
mismos. Es difí cil, no porq ue embargo, com o inev itab le, la
pensar acer tada men te sea inmunidad de mí mis mo,
)U ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO
ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO
51
radical, delante de los otros y del mundo. Mi inmunida.d
ante los otros y ante el mundo mismo es la manera,rad1- tura erecta que permitió la liberación de las manos. 1 Ma-
cal en que me experimento como ser cultural, h1stonco. nos que, en gran medida, nos hicieron. Cuanto mayor se
inacabado v consciente del inacabamiento. fue volviendo la solidaridad entre manos y mente tanto
Así lleg~rnos al punto del que quizá deberíamos ha- más el soporte se fue convirtiendo en mundo y la vida
ber partido. El del inacabamiento del ~er huma~~· En en existencia, El soporte se fue haciendo mundo y la vi-
el inacabamiento del ser o su mconclus1on es da, existencia, al paso en que el cuerpo humano se hizo
ver dad . · h ·
propio de la experiencia vital. Donde hay vida, ª.Y l~~- cuerpo consciente, captador, aprendedor, transformador,
cabamiento. Pero sólo entre hombres y muJeres el maca- creador de belleza y no "espacio" vacío para ser llenado
con contenidos.
bamiento se tornó consciente. La invendón de ~a ex1~-
tencia a partir de los materiales que la vida ofrecia lle\ ó La invención de la existencia implica, hay que repe-
a hombres y mujeres a promover el soporte en que los tirlo, necesariamente el lenguaje, la cultura, la comuni-
otros animales continúan, en mundo. Su mundo, mundo cación en niveles más profundos y complejos que lo que
de hombres y mujeres. La experiencia humana en el ocurría y ocurre en el dominio de la vida, la "espiritua-
1) Varl,,1' de calidad con relación a la .
nl/111{( vida
. animal en
lización" del mundo, la posibilidad de embellecer o de
el soporte. El soporte es el espaci~, restringid~' o exte.~- afear el mundo y todo eso definiría a mujeres y hombres
. l al que el animal se prende "afect1 vamente para I e- como seres éticos. Capaces de intervenir en el mundo,
s(• . • •· · el de comparar, de juzgar, de decidir, de romper, de esco-
sistir; es el espacio necesario para su crec1m1ento y
que delimita su territorio. Es el espac10.en el que, entre- ger, capaces de grandes acciones, de testimonios digni-
ficantes, pero capaces también de impensables ejemplos
na do , adiestrado , "aprende" a sobrevivir, a cazar, . da ata-
1
car, a defenderse en un tiempo de dependencia e os de bajeza e indignidad. Sólo los seres que se volvieron
adultos inmensamente menor del que el ser humano ne- éticos pueden romper con la ética. No se sabe de leones
cesita para las mismas cosas. Cuanto más cuhural es el que hayan asesinado cobardemente leones del mismo o
ser, mayor su infancia, su dependencia de cuidados es- de otro grupo famI!iar, y después hayan visitado a sus
.· l Al "movimiento" de los otros ammales en el "familiares" para llevarles su solidaridad. No se sabe de
pec1a es. . · 'bTd·d
soporte le falta el lenguaje conceptual. la rnt.elig1 1 1 d tigres africanos que hayan lanzado bombas altamente
del propio soporte de donde resultaría rnevltablemente destructoras en "ciudades" de tigres asiáticos.
la comunicabilidad de lo entendido, el aso~br~ delante A partir del momento en que los seres humanos, al in-
de la vida misma, de lo que contiene de m1steno. En el tervenir en el soporte, fueron creando el mundo, inven-
soporte, los comportamientos de los individuos son mu- tando el lenguaje con que pasaron a darle nombre a las
cho más explicables por la especie a la que pe~tenecen cosas que hacían con su acción sobre el mundo, en la
que por ellos mismos. Les falta libertad de opción. Por medida en que se fueron preparando para entender el
eso no se habla de ética entre los elefantes. . .
1
La vida cn el soporte no implica el lenguaJe Ill la pos- Véase David Crystal, The Cambridge encyc/opedia o( limguage,
Cambridge. Cambridge Univcrsity Press, 1987.
52 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO
53
mundo y crearon en consecuencia la necesaria comuni- que puedo su~e:arlo. Ésta es la diferencia profunda en-
cabilidad de lo entendido, ya no fue posible existir sal- t~e el ser co~d1c10nado y el ser determinado. La diferen-
vo estando disponible a la tensión radical y profunda en- ~1a entre el m_acabado que no se sabe como tal y el ina-
tre el bien y el mal, entre la dignidad y la indignidad, cabado que h1stónca y socialmente logró la posibilidad
entre la decencia y el impudor, entre la belleza y la feal- de saberse i~acabado. Me gusta ser persona porque, co-
dad del mundo. Es decir, ya no fue posible existir sin m? tal, per~1bo a fin de cuentas que la construcción de
asumir el derecho o el deber de optar, de decidir, de lu- m1 ~resen~1a en el mundo, que no se consigue en el ais-
char, de hacer política. Y todo eso nos lleva de nuevo a
0

lamiento, inmune a la influencia de las fuerzas sociales,


lo imperioso de la práctica formadora, de naturaleza que no se comprende fuera de la tensión entre lo que he-
eminentemente ética. Y todo eso nos lleva de nuevo al r~do ?enéticamente y lo que heredo social, cultural e
radicalismo de la esperanza. Sé que las cosas pueden in- h1st~r'.ca~cnte.' tiene mucho que ver conmigo mismo.
duso empeorar, pero también sé que es posible interve- Sena 1_rón1?0 s1 la conciencia de mi presencia en el mun-
nir para mejorarlas. do~º. 1'.nphcara en sí misma el reconocimiento de Ja irn-
Me gusta ser hombre, ser persona, porque no está da- P?s1 b1lidad _de mi ausencia en la construcción de mi pro-
do como cierto, inequívoco, irrevocable que soy o seré pia presencia. No puedo percibirme como una presencia
decente, que manifestaré siempre gestos puros, que soy en el mundo y al mismo tiempo explicarla como resul-
y que seré justo, que respetaré a los otros, que no men- tado de operaciones absolutamente ajenas a mí. En este
tiré escondiendo su valor porque la envidia de su presen- caso,_ lo ~ue hago es renunciar a la responsabilidad éti-
cia en el mundo me molesta y me llena de rabia. Me gus- ca, h1st?nca, política y social a que nos compromete la
la ser hombre, ser persona, porque sé que mi paso por el promoción ~el _soporte de mundo. Renuncio a participar
mundo no es algo predeterminado, prestablecido. Que en el cumplimiento de la vocación ontológica de inter-
mi "destino" no es un dato sino algo que necesita ser he- venir en el mundo. El hecho de percibirme en el mundo
cho y de cuya responsabilidad no puedo escapar. Me con el mundo y con los otros, me pone en una posició~
gusta ser persona porque la Historia en que me hago con ante _el mundo que no es la de quien nada tiene que ver
los otros y de cuya hechura participo es un tiempo de con el. ~I fin Y al cabo, mi presencia en el mundo no es
posibilidades y no de detem1inismo. Eso explica que in- ~a de qmen ~e. ~dapta a él, sino la de quien se inserta en
sista tanto en la problematización del futuro y que recha- el. _Es la pos1c10n -~e quien lucha para no ser tan sólo un
ce su inexorabilidad. ob;eto, smo tamb1en un sujeto de la Historia.
M_e _gusta ser persona porque, aun sabiendo que las
cond1cwnes materiales, económicas, sociales y políti-
2. Ensenar exiie el reconoci111ie1110 de ser co11dicio11ado cas, cultu:al_es e ideológicas en que nos encontramos ge-
ner~n c~s1 siempre barreras de difícil superación para la
Me gusta ser persona porque, inacabado, sé que soy un reahzac16n de nuestra tarea histórica de cambiar el mun-
ser coni.licionado pero. consciente del inacabamiento, sé do, también sé que los obstáculos no se eternizan.
54 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONO
CIMIE NTO ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONO
CIMIENTO 55
En \os años sesen ta, ya preocupado por
esos obstácu- ta y yo, cans ados , en la sala de emb
los, apelé a la cons cient izaci ón no como arqu e de un aero-
u~a pana cea, si- puerto del norte del país, espe rand o
no como un esfue rzo de conocimiento la parti da para Sao
crític o de los obs- Paulo en uno de esos vuelos madr ugad
táculos, valga la expr esión , de sus razon ores que la sabi-
es de ser. Contr_a duría popu lar llam a "vuelo tecolote".
toda la fuerz a del discu rso fatalista neoh Cans ados y real-
beral , pragma- mente arrep entid os de no haber camb
tico y reacc ionar io, insisto hoy, sin desv iado el esqu ema de
(os idealistas, en vuelo. Una criat ura de tierna edad, salta
la necesidad de la conscientización. Insis rina y alegre, nos
to en su actua- puso, final ment e, de buen humor a pesa
lización. En verd ad, com o instrument r de la hora, tan
o para la profu ndi- incon venie nte para nosotros.
zación de la prise de conscience del
mun do, de los he- Lleg a un avión. Curiosa, la criat ura incli
chos, de los acon tecim iento s, la cons cient na la cabe za
izaci ón es una para busc ar el sonid o de los motores.
exigencia hum ana, es uno de los cami Se vuel ve hacia su
nos para la puesta madre y dice: ''El avión todavía \legó
en práctica de la curio sidad epistemol ." Sin come ntar, la
ógica. En lugar de madre afirm a: "El avión ya llegó." Silen
extra11a la cons cient izaci ón es natural cio. La criat ura
al ser que, maca- corre hasta el extre mo de la sala y retor
bado, s; sabe inaca bado . Por eso la cues tión susta
nti;a llegó", dice. El discu rso de la criatura,
na. "El avión ya
que lleva ba im-
no está en el inaca barn iento puro ni
en la inconclus1on plícita su posic ión curio sa ante lo que
pura. La incon clusi ón, repito, fonn a ocur ría, afirm aba
parte de la natura- primero el cono cimie nto de la acción
leza del fenó meno vital. Inconcluso de llega r del avión,
s somo s nosotr~s, segundo el cúno cimi emo de la temp orali
mujeres y hom bres, pero también incon zació n de la ac-
clusas son las1a - ción en el adve rbio ya. El discurso de
boricabeiras que, dura nte la cosecha, llena la criat ura indica-
n mi jardí n de ba el cono cimi ento desde el punto de
aves cano ras; incon clusa s son esas aves vista del hech o
com o inco ndu- concreto: el avión llegó y ese cono
so es Eico, mi pasto r alemán, que me cimi ento desd e el
"salu da" feliz al punto de vista infantil es el que, entre
empezar la maña na. otras cosa s, con-
., dujo al dom inio de la circunstancia adve
Entre noso tros, mujeres y hombres, a rbial de tiempo,
la inconclus1on con el ya.
se la conoce com o tal. Es más, la incon
clusión que se re- Volvamos un poco a nuestra reflexión
conoce a sí mism a impl ica necesaria anterior. Pre-
mente la inserción sente entre noso tros, mujeres y homb
del sujeto inaca bado en un permanente res, la conc ienci a
proc eso social de del inaca bami ento nos hizo seres respo
búsqueda. Histó rico- socio -cult urale s, nsab les, por eso
muJere~ Y hom- la eticidad de nuestra presencia en el
bres nos volv emos seres en quienes mun do. Etici dad
la curio sidad , des- que, no cabe duda , pode mos traicionar.
bordando los límit es que le son peculiare El mun do de la
s en el dominio cultura que se prolo nga en el mundo
vital, se torna fund ador a de la producció de la histo ria es un
n del conoci- mundo de liber tad, de opción, de decis
miento. Es más, la curio sidad ya es cono ión, mun do de
cimi ento. C~mo posibilidades dond e la dece ncia pued
el lenguaje que anim a la curiosidad y e ser nega da, la li-
con el\~ ~e amma, bertad ofen dida y rechazada. Por eso
también es cono cimi ento y no sólo su mism o la capacita-
expres1on. . ción de muje res y hombres en el ámbi
Una madr ugad a, hace algunos meses, to de sabe res ins-
estáb amos Ni- trumentales nunc a pued e prescindir
de su formación
56 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO ENSEÑAR .NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO 57
ética. El radicalismo de esta exigencia es tal que ni si- de reconocerse interminado. La concien cia del mundo y
quiera deberíamos tener que insistir en la formación éti- la conciencia de sí como ser inacabado inscriben nece-
ca del ser al hablar de su preparación técnica y científi- sariamente al ser consciente de su inconclu sión en un
ca. Es fundamental que insistamos en ella precisamente permanente movimiento de búsqueda. En realidad, sería
porque, inacabados pero conscientes del inacabamiento, una contradicción si, inacabado y conscien te del inaca-
seres de opción, de decisión, éticos, podemos negar o bamiento, el ser humano no se insertar a en tal movi-
traicionar la propia ética. El educador que, al enseñar miento. Es en este sentido como, para mujeres y hom-
geografía, "castra" la curiosidad del educando en nom- bres, estar en el mundo significa necesari amente estar
bre de la eficacia de la memorización mecánica de la en- con el mundo y con los otros. Estar en el mundo sin ha-
señanza de los contenidos, limita la libertad del educan.- cer historia, sin ser hecho por ella, sin hacer cultura, sin
do, su capacidad de. aventurarse. No forma, domestica. "tratar" su propia presencia en el mundo, sin soñar, sin
Tal como quien asume la ideología fatalista incrustada cantar, sin hacer música, sin pintar, sin cuidar de la tie-
en el discurso neoliberal, de vez en cuando criticada en rra, de las aguas, sin usar las manos, sin esculpir, sin fi.
este texto, y aplicada preponderantemente a las situacio- losofar, sin puntos de vista sobre el mundo, sin hacer
nes en que el paciente son las clases populares. "No hay ciencia, o teología, sin asombro ante el misterio, sin
nada que hacer, el desempleo es una fatalidad de fin del aprender, sin enseñar, sin ideas de formación, sin politi-
siglo." zar no es posible.
El "pasear" goloso de los billones de dólares que, en Es en la inconclusión del ser, que se sabe como tal,
el mercado financiero, "vuelan" de un lugar a otro con donde se funda la educación como un proceso perma-
la rapidez de los fax, en su búsqueda insaciable de más nente. Mujeres y hombres se hicieron educables en la
lucro, no es tratado como fatalidad. No son las clases medida en que se reconocieron inacabados. No fue la
populares los objetos inmediatos de su maldad. Por eso educación la que los hizo educables, sino que fue la con-
se habla de la necesidad de disciplinar el "pasear" de los ciencia de su inconclusión la que generó su educabili-
dólares. dad. También es en la inconclusión, de la cual nos hace-
En el caso de nuestra reforma agraria, la disciplina mos conscientes y que nos introduce en el movimiento
que se necesita, según los dueños del mundo, es la que permanente de búsqueda, donde se cimenta la esperan-
apacigüe, a cualquie r costo, a los turbulentos y revolto- za. "No estoy esperanzado", dije cierta vez, por pura tes-
sos "sin-tierra". La reforma agraria tampoco se con- tarudez, pero por exigencia ontológica. 2
vierte en una fatalidad. Su necesidad es una invención Éste es un saber fundador de nuestra práctica educa-
absurda de falsos brasileños, proclarmin los codiciosos tiva, de la formación docente, y de nuestra inconclu-
señores de las tierras. sión asumida. Lo ideál es que, en la experien cia educa-
Continuemos pensando un poco sobre la inconclu
sión del ser que se sabe inconcluso, no la i.nconclusión 2 Véase Paulo Freire, Pedagogía de la esperanza
, op. cíe. Véase
pura, en sí, del ser que, en el soporte, no se volvió capaz Paulo Freire, A sombra desra mangueira, op. cit.
58 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO 59
tiva, educandos, educadoras y educadores, juntos, puede recibir otra designación que la de transgresión.
"convivan" con este y con otros saberes de los que ha- El profesor que menosprecia la curiosidad del educan-
blaré de tal manera que se vayan volviendo sabiduría. do, su gusto estético, su inquietud, su lenguaje, más
Algo que no nos es extraño a educadoras y educadores. precisamente, su sintaxis y su prosodia; el profesor que
Cuando salgo de casa para trabajar con los alumnos, no trata con ironía al alumno, que lo minimiza, que lo
tengo ninguna duda de que, inacabados y conscientes manda "ponerse en su lugar" al más leve indicio de su
del inacabamiento, abiertos a la búsqueda, curiosos, rebeldía legítima, así como el profesor que elude el
"programados, pero, para aprender", 3 ejercitaremos cumplimiento de su deber de poner límites a la libertad
tanto más y mejor nuestra capacidad de aprender y de del alumno, que esquiva el deber de enseñar, de estar
enseñar cuanto más nos hagamos sujetos y no puros respetuosamente presente en la experiencia formadora
objetos del proceso. del educando, transgrede los principios fundamental-
mente éticos de nuestra existencia. Es en este sentido
como el profesor autoritario, que por eso mismo ahoga
3. Enseñar exige respeto a la autonomía del ser la libertad del educando, al menospreciar su derecho de
del educando ser curioso e inquieto, tanto como el profesor permisi-
vo rompe con el radicalismo del ser humano -el de su
Otro saber necesario a la práctica educativa, y que se inconclusión asumida donde st:: arraiga la eticidad. Es
apoya en la misma raíz que acabo de discutir -la de la también en este sentido corno la capacidad de diálogo
inconclusión del ser que se sabe inconcluso-, es él que verdadera, en la cual los sujetos dialógicos aprenden y
se refiere al respeto debido a la autonomía del ser del crecen en la diferencia, sobre todo en su respeto, es la
educando. Del educando niño, joven o adulto. Corno forma de estar siendo coherentemente exigida por seres
educador, debo estar constantemente alerta con relación que. inacabados, asumiéndose como tales, se tornan ra-
a este respeto, que implica igualmente el que debo tener dicalmente éticos. Es preciso dejar claro que la trans-
por mí mismo. No está de más repetir una afirmación gresión de la eticidad nunca puede ser vista o entendi-
hecha varias veces a lo largo de este texto -el inacaba- da corno virtud, sino como ruptura con la decencia. Lo
miento de que nos hicimos conscientes nos hizo seres que quiero decir es lo siguiente: que alguien se vuelva
éticos. El respeto a la autonomía y a la dignidad de ca- machista, racista, clasista, lo que sea, pero que se asu-
da uno es un imperativo ético y no un favor que pode- ma corno transgresor de la naturaleza humana, Que no
rnos o no concedernos unos a los otros. Precisamente me venga con justificaciones genéticas, sociológicas o
por éticos es por lo que podemos desacatar el rigor de históricas o filosóficas para explicar la superioridad de
la ética y llegar a su negación, por eso es imprescindi- la blanquitud sobre la negritud, de los hombres sobre
ble dejar claro que la posibilidad del desvío ético no las mujeres, de los patrones sobre los empicados. Cual-
quier discriminación es inmoral y luchar contra ella es
un deber por más que se reconozca la fuerza de los con-
60 ENSEÑAR NO ESTRANSF ERlR CONOCIMI ENTO
ENSEÑAR NO ES TRANSFER lR CONOCIMI ENTO 61
dicionam ientos que hay que enfrentar. Lo bello de ser
hay otro camino que el de solidariz arme públicam ente
persona se encuentr a, entre otras cosas, en esa posibili-
con el que se está orientand o, dividiend o con él la res-
dad y en ese deber de pelear. Saber que debo _respeto ª,
ponsabili dad del equívoco o del error criticado . 4 No ne-
la autonom ía y a la identidad del educando exige de mI
cesito un profesor de ética para decirme esto.
una práctica totalmen te coherente con ese saber.
Mi buen juicio me lo dice.
Saber que debo respeto a la autonom ía, a la dignidad
y a la identidad del educando y, en la práctica, buscar la
4. Enseñar exige buen juicio
coherenc ia con este saber, me lleva inapelabl emente a la
creación de algunas virtudes o cualidad es sin las cuales
La vigilanci a de mi buen juicio tiene una importan cia
ese saber se vuelve falso, palabrerí a vacía e inoperante. 5
enorme en la evaluació n que, a cada instante, debo ha-
No sirve para nada, a no ser para irritar al educando y
cer de mi práctica. Antes, por ejemplo, de cualquier re-
desmoral izar el discurso hipócrita del educador , hablar
Oexión más detenida y rigurosa, es mi buen juicio el que
de democra cia y libertad pero imponien do al educando
me indica ser tan negativo, desde el punto de vista de 1111
la voluntad arrogante del maestro.
tarea docente, el formalismo insensible que me hace re-
El ejercicio del buen juicio, del cual sólo obtendre-
chazar el trabaio de un alumno porque está fuera de pla-
mos ventajas, se hace en el "cuerpo" de la curiosidad.
zo, a pesar de ·las· explicaci ones convince ntes del alum-
En este sentido, cuanto más ponemos en práctica de ma-
no como el menospre cio pleno por los pnnc1p10s
nera metódica nuestra capacidad de indagar, de compa-
re~ulador es de la entrega de los trabajos. Es mi buen jui-
rar, de dudar, de verificar, tanto más eficazme nte curio-
cio el que me advierte que ejercer mi autoridad de ~ro-
sos nos podemos volver y más crítico se puede hacer
fesor en la clase, tomando decisiones, orientand o act1v1-
nuestro buen juicio. El ejercicio o la educació n del buen
dades, estableci endo tareas, logrando la producción
juicio va superand o lo que en él existe de instintivo en
individua l y colectiva del grupo no es señal de autorita-
la evaluació n que hacemos de los hechos y de los acon-
rismo de mi parte. Es mi autoridad cumplien do con su
tecimient os en que nos vemos envuelto s. Si el buen jui-
deber. Todavía no resolvem os bien entre nosotros la ten-
cio no basta para orientar o fundame ntar mis tácticas de
sión que la contradic ción autoridad -libertad nos c:ea Y
lucha en alguna evaluació n moral que hago, tiene sin
confundi mos casi siempre autoridad con autontan smo,
embargo, indiscutib lemente, un importan te papel en mi
libertinaj e con libertad.
toma de posición, de la cual la ética no puede estar au-
No necesito de un profesor de ética para decinne que
sente, frente a lo que debo hacer.
no puedo, como orientado r de tesis de maestría o de
Mi buen juicio me dice, por ejemplo, que es inmoral
doctorad o, sorprend er al que se está posgradu ando con
críticas duras a su trabajo porque uno de los examrna- 4 Véase Paulo Freire, C(lrf(ls a Cristina. op. cil
dores fue severo en su argument ación. Si esto ocurre Y 5 Véase Paulo Freirc. Carws a quien pretende ense,lar, Méxíco.
yo coincido con las críticas hechas por el profesor no Siglo XXI. 1994.
62 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO 63
afinnar que el hambre y la miseria a que están expues- escuela.'E! respeto debido a la dignidad del educando no
tos millones de brasileñas y brasileños son una fatalidad me permite subestimar, o lo que es peor, burlarme del
frente a la cual sólo hay una cosa que hacer: esperar pa- saber que él trae consigo a la escuela.
cientemente a que cambie la realidad. Mi buen juicio me Cuanto más riguroso me vuelvo en mi práctica de co-
dice que eso es inmoral y exige de mi rigor científico la nocer, tanto más respeto debo guardar, por crítico, con
afirmación de que es posible cambiar con disciplina la relación al saber ingenuo que debe ser superado por el
voracidad de la minoría insaciable. saber producido a través del ejercicio de la curiosidad
Mi buen juicio me advierte que hay algo que debe ser epistemológica.
comprendido en el comportamiento de Pedrito, silencio- Al pensar sobre el deber que tengo, como profesor,
so, asustado, distante, temeroso, que se esconde de sí de respetar la dignidad del educando, su autonomía su
mismo. El buen juicio me indica.que el problema no es- identidad en proceso, debo también pensar, como ya.se-
tá en los otros niños, en su inquietud, en su alborotQ, en ñalé, en cómo lograr una práctica educativa en la que ese
su vitalidad. Mi buen juicio no me indica cuál es el pro- respeto, que sé que debo tener para con el educando, se
blema, pero hace evidente que hay algo que necesita ser realice en lugar de ser negado. Esto exige de mí una re-
sabido. Ésta es la tarea de la ciencia que, sin el buen jui- flexión crítica permanente sobre mi práctica, a través de
cio del científico, puede desviarse y perderse. No tengo la cual yo voy evaluando mi propio actuar con los edu-
duda del fracaso del científico a quien le falte la capaci- candos. Lo ideal es que, tarde o temprano, se invente
dad de adivinar, el sentido de la desconfianza, la apertu- una forma para que,_los educandos puedan participar de
ra a la duda, la inquietud de quien no está demasiado se- la evaluación. Es que el trabajo del profesor es el traba-
guro de las certezas. Siento lástima, y a veces miedo, del jo del profesor con los alumnos y no del profesor consi-
científico demasiado seguro de la seguridad, señor de la go mismo.
verdad y que ni siquiera sospecha de la historicidad del Esta evaluación crítica de la práctica va revelando la
propio saber. necesidad de una serie de virtudes o cualidades sin las
Es mi buen juicio, en primer lugar, el que me hace cuales ni ella ni el respeto al educando son posibles.
sospechar, como mínimo, que no es posible que la es- Estas cualidades o virtudes absolutamente indispen-
cuela, si está de verdad involucrada en la fonnación de sables a la puesta en práctica de este otro saber funda-
educandos educadores, se aleje de las condiciones socia- mental para la experiencia educativa -saber que debo
les, culturales, económicas de sus alumnos, de sus fami- respeto a la autonomía, a la dignidad y a la identidad del
lias, de sus vecinos. educando- no son premios que recibimos por buen com-
No es posible respetar a los educandos, su dignidad, portan;iiento. Las cualidades o virtudes son construidas
su ser en formación, su identidad en construcción, si no por nosotros al imponernos el esfuerzo de disminuir la
se tornan en cuenta las condiciones en que ellos vienen distancia que existe entre lo que decimos y Jo que hace-
existiendo, si no se reconoce la importancia de los "co- mos. Este esfuerzo, el de disminuir la distancia que hay
nocimientos hechos de experiencia" con qué llegan a la entre el discurso y la práctica, es ya una de esas virtudes
64 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO
ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOClM!ENTO
65
indispensables -la de la coherencia. ¿Cómo pu~do_ yo,
El profesor tiene el deber de dar sus clases, de realizar
en verdad, continuar hablando del respeto a la d1gmdad
su tarea docente. Para eso, requiere condiciones favora-
del educando si lo trato con ironía, si lo discrimino, si lo
bles, higiénicas, espaciales, estéticas, sin las cuales se
inhibo con mi arrogancia. ¿Cómo puedo continuar ha-
mueve con menos eficacia en el espacio pedagógico. A
blando de mi respeto al educando si el testimonio que le
veces las condiciones son tan malas que ni se mueve, La
doy es el de la irresponsabilidad, el de quien no_cumple
falta de respeto a este espacio es una ofensa a los edu-
con su deber, el de quien no se prepara u orgamza_ para
candos, a los educadores y a la práctica pedagógica,
su práctica, el de quien no lucha por sus derechos m pr~-
testa contra las injusticias? 6 La práctica docente, especi-
ficamente humana, es profundamente formadora Y, por
5, Ensef1ar exige humildad, tolerancia y lucha en
eso, ética. Si no se puede esperar que sus agentes sean defensa de los derechos de los educadores
santos o ángeles, se puede y se debe exigir de ellos se-
riedad y rectitud.
Si hay algo que los brasileños necesitan saber, desde la
La responsabilidad del profesor, que a veces no per-
más tierna edad, es que la lucha en favor del respeto a
cibimos, siempre es grande, La propia naturaleza de su
los educadores y a la educación significa que la pelea
práctica eminentemente formadora subraya la manera en
por salarios menos inmorales es un deber irrecusable y
que se realiza. Su presencia en el salón es de tal man_era
no sólo un derecho. La lucha de los profesores en defen-
ejemplar que ningún profesor o profesora escapa al JUJ-
sa de sus derechos y de su dignidad debe ser entendida
cio que los alumnos hacen de él o de ella, Y,:ª¡ v~~ el
como un momento importante de su práctica docente, en
peor de los juicios es el que se expresa en la falta de
cuanto práctica ética. No es algo externo a la actividad
juicio. El peor juicio es el que considera al profesor una
docente, sino algo intrínseco a ella, El combate en favor
a11sencia en el salón.
de la dignidad de la práctica docente es tan parte de ella
El profesor autoritario, el profesor permisivo, el_ pro-
misma como el respeto que el profesor debe tener a la
fesor competente, serio, el profesor incompetente, irres-
identidad del educando, a su persona, a su derecho de
ponsable, el profesor amoroso con la vid_a y de la gente,
ser, Uno de los peores males que el poder público nos ha
el profesor mal querido, siempre con rabia hacia las per-
venido haciendo en Brasil, históricamente, desde que la
sonas y el mundo, frío, burocrático, racionalista, ningu-
sociedad brasileña se creó, es el de hacer que muchos de
no de ellos pasa por los alumnos sin dejar su huella. De
nosotros, existencialmente cansados a fuerza de tanta
allí la importancia del ejemplo que ofrezca el profesor
desatención hacia la educación pública, corramos el
de su lucidez y de su compromiso en la pelea por la de-
riesgo de caer en la indiferencia fatalistamente cínica
fensa de sus derechos, así como por la exigencia de las
que lleva a cruzar los brazos, "No hay nada que hacer"
condiciones necesarias para el ejercicio de sus deberes.
es el discurso acomodaticio que no podemos aceptar.
Mi respeto de profesor a la persona del educando, a
6 Insisto en !a lectura de Carlas a quien pretende e11se,-wr, up. cit.
su curiosidad, a su timidez, que no debo agravar con
66 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR
CONOCIMIENTO ENSE ÑAR NO ES TRAN SFER
IR CON OCIM IENT O
67
proc edim ient os inhi bito rios , exig
e de mí el cult ivo de la perm ane nte de los cuad ros del
hum ilda d y la tole ranc ia. ¿Có mag iste rio com o tarea al-
mo pue do resp etar la cu- tam ente polí tica y repe nsar la
rios idad del edu cand o si, care efic acia de las huelgas. La
nte de hum ilda d Y de la cues tión que se plantea, obv iam
real com pren sión del papel de ente , no es para r la lucha
_la igno ranc i~ en 1~ bú:- sino , reco noc iend o que la luch
que da del sabe r, tem o reve lar a es una cate gorí a históri-
m1 desc ono c1m 1ent ?. l Co- ca, rein ven tar la fonn a tam bién
mo ser edu cad or, sobr e todo hist óric a de luchar.
desde una pers pec tiva pro-
gres ista, sin apre nde r, con may
or o men or esfu erz? , a
con vivi r con \os dife rent es?
¿Có mo ser edu cad or s1 no 6. Ense,1ar exige la aprehensión
desa rrol lo en mí la nece sari a de la realidad
actitud amo rosa haci a a los
edu can dos con quie nes me com
prom eto Y al prop io pro- Otro sabe r fund ame ntal para
ceso form ado r del que soy part la prác tica edu cati va es el
e? No me pue de enfadar que se refi ere a su naturaleza.
lo que hag o so pen a de no hace Com o prof esor nece sito
rlo bien . El o_lvido a que mov erm e con clar idad en mi
está rele gad a la prác tica ped prác tica . Nec esit o con ocer
agó gica , que sien to com o las dife rent es dim ensi one s que
una falta de resp eto a mi pers cara cter izan la esen cia de
ona, no es mot ivo para no la prác tica , lo que me pue de hace
ama rla o para no ama r a los r más segu ro de mi pro-
edu cand os. No teng o por pio dese mpe ño.
qué ejer cerl a mal. Mi resp uest
a a la ofen sa a la educa- El mej or pun to de part ida para
ción es la luch a polí tica cons esta s refl exio nes es la
ciente, crít ica y orga niza da inco nclu sión de la que el ser
con tra los ofen sore s. Ace pto incl hum ano se ha hech o cons-
uso aba ndo narl a, cansa- ciente. Com o vim os, allí radi
do, a la espe ra de mej ores días ca nue stra edu cabi lida d lo
. Lo que no es ~osible e~ mis mo que nue stra inserción
perm ane cer en ella y envi lece en un mov imie nto perm a-
rla con el desd en por m1 nente de bús que da en el cual ,
mis mo y por los edu cand os. curi osos e inqu isiti vos, no
Una de las form as de luch a con sólo nos dam os cuen ta de las
tra la falta de respeto cosa s sino que tam bién po-
de los pod eres púb lico s haci a dem os tene r un con ocim ient o
la edu caci ón es, _P?r un la- caba l de ella s. La capa ci-
do, nue stro rech azo a tran sfon dad de apre nde r, no sólo para
nar nue stra acti vida d do- ada ptar nos sino sobr e to-
c~nte en una pura "cha mba ", do para tran sfor mar la realidad
y, por el otro , nue stra ne- , para inte rven ir en ella y
gativa a ente nde rla y a ejercerl recrearla, hab la de nues tra edu
a com o prác tica afectiva cabi lida d en un nivel dis-
tinto del nive l del adie stra mie
de "tío s y tías ".* nto de los otro s anim ales o
Ello s y ella s deb en verse a sí . . del cult ivo de las plantas.
mis mos com o proies10- Nue stra cap acid ad de aprender
nistas idón eos, pue s es en la com , de don de vien e la de
pete ncia que se organi- ense ñar, sugi ere, o, más que eso,
za polí tica men te don de tal vez imp lica nue stra habili-
radi ca la may or fuerza de dad de aprehender la sust anti
los edu cad ores . Es en este sent vida d del obje to apre ndid o.
ido com o los órga nos de La mem oriz ació n mec ánic a del
clase deb ería n dar prio rida d perfil del obje to no es un
al emp eño de formación verd ader o apre ndiz aje del obje
• Form a usual en Brasil de llam to o del con teni do. En es-
ar a los maes tros y a las maes te caso , el apre ndiz func iona
tras. [E.]
- muc ho más corn o paciente
de la tran sfer enci a del obje to
o del con teni do que com o
6X ENSEÑAR NO ES TRA NSH
lRIR CON OCIM IENT O ENSEÑAR NO ES TRANSFER
IR CON OCIM IENT O
69
suJeto crítico, epistemológicam
ente curioso, que cons- la esp ecif icid ad de la tarea del
truye el con ocim ient o del obje profesor, ni pue do tampo-
to o part icip a de su cons- co, por otro lado, negar que
trucción. Es prec isam ente grac mi papel fundamental es
ias a esta habilidad de contribuir pos itiv ame nte para
apr ehe nde r la sustantividad que el edu can do vaya
del objeto com o nos es po- siendo el artífice de su form
sible reco nstr uir un mal aprendiz ación con la ayu da necesa-
aje, en el cual el apren- ria del educador. Si trabajo con
diz fue un sim ple paciente de niños, deb o esta r atento
la transferencia del cono- a la difícil trav esía o senda de
cimiento hec ha por el educado la hete ron omí a a la auto-
r. nomía, aten to a la responsabil
Mu jere s y hom bres , somos los idad de mi pres enc ia que
únicos sere s que, so- tanto pue de ser auxiliadora com
cial e hist óric ame nte, llegamo o con vert irse en pertur-
s a ser cap ace s de apre - badora de la bús que da inquieta
hender. Por eso . som os los de los edu can dos ; si tra-
únicos para quie nes apren- bajo con jóv ene s o con adu
der es una ave ntur a creadora ltos, deb o esta r no menos
, algo, por eso mismo, atento con resp ecto a lo que
mucho más rico que simplem mi trabajo pue da significar
ente repetir la lección da- como estí mul o o no a la rupt
da. Para nos otro s aprender ura necesaria con algo mal
es construir, reconstruir, fundado que está a la espera
conpro/)(lr para cambiar, lo que de sup erac ión. Ant es que
no se hac e sin apertura nada, mi po~ición debe ser de
al riesgo y a la avc ntuw del espí respeto a la pers ona que
ritu. quiera cam biar o que se nieg
A esta altura, creo poder afir . ue a cambiar. No puedo ne-
mar que toda pníct1ca garle ni esco nde rle mi posición
educativa dem and a la existenc pero no pue do descono-
ia de sujetos, uno que, al cer su dere cho de rechazarla.
enseñar. apre nde , otro que, al En nom bre del resp eto que
aprender, ens eña , de al~í su debo a los alum nos no tengo
cuño gno seo lógi co; la existenc por qué call arm e, por qué
ia de objetos, contenidos ocult~r mi ?pc ión política y
para ser ens eña dos y aprendid asumir una neu tral idad que
os, incluye el uso de mé- no existe. Esta, la supresión
todos, de técn icas , de materia del profesor en nom bre del
les; implica. a cau sa de su respeto al alum no, tal vez sea
carácter dire ctiv o, objetivo, sueñ la mej or man era de no res-
os, utopías, ideales. De petarlo. Mi pap el, por el contrar
allí su poli ticid ad, cualidad que io, es el de quie n decla-
tiene la prác tica educa- ra el dere cho de comparar, de
tiva de ser política, de no pod escoger, de rom per, de de-
er ser neutral. cidir y esti mul ar la asunción
La edu cac ión , esp ecíf icam ente de ese dere cho por parte de
hum ana , es gnoseo- los educandos.
Jógica, es dire ctiv a, por eso
es polí tica , es artí stic a Y Rec ient eme nte, en un enc uen
moral, se sirv e de med ios, tro púb lico , un jov en
de técn icas , llev a con sigo recién ingr esad o a la universi
frus trac ione s, mie dos , deseos. dad me dijo cort ésm ente :
Exige de mí, com o pro- "No enti end o cómo defiend
fesor, una com pete ncia general e usted a los sin-tierra,
, un sab er de su natura- que en el fon do son unos albo
leza y sab eres esp ecia les, liga rotadores crea dor es de
dos a mi acti vida d do- problemas."
cente. "Puede hab er albo rota dor es
Si mi opc ión es progresista y entre los sin- tier ra,
he sido y soy coheren- -res pon dí- pero su lucha es
te con ella. no puedo, corno legítima y étic a." ;,Creado-
profesor, perm itirm e la in- ra de pro blem as" es la resisten
genuidad de pen sarm e igual cia reac cion aria de los
al educando, de desconocer que se opo nen a san gre y fueg
o a la refo rma agra ria. La
70 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR
CONOCIMIENTO ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR
CONOCIMIENTO
71
inmoralidad y el desorden está
n en el mantenimiento puesto a'·participar en un mov
de un "ord en" injusto. imiento de búsqueda cons-
tante y, segundo, que se buscara
La conversación, aparenteme sin esperanza. La deses-
nte, tenn inó allí. El jo- pera nza es la negación de la esp
ven apretó mi mano en silencio. eranza. La esperanza es
No sé cóm o habrá "tra- una especie de ímpetu natural
tado" después la cuestión, pero posible y necesario, la de-
fue importante que hu- sesp eran za es el aborto de este
biera dich o lo que pensaba y ímpetu. La esperanza es
que hubiera oído de mí lo un condimento indispensable
que me parece just o que debía de la experiencia histórica.
decir. Sin ella no habría Historia. sino
Es así com o voy intentando ser puro determinismo. Só-
profesor, asumiendo lo hay Historia donde hay tiem
mis convicciones, disponible po problematizado y no
al saber, sensible a la be- pre-dado. La inexorabilidad del
lleza de la práctica educativa, futuro es la negación de
instigado por sus desafíos la Historia.
que no le permiten burocratizar
se, asumiendo mis limi- Es necesario que quede claro
taciones, acompañadas siempre que la desesperanza no
del esfuerzo por supe- es una manera natural de estar
rarlas, limitaciones que no trato siendo del ser humano, si-
de esco nde r en nombre no la distorsión de la esperanz
del propio respeto que tengo por a. Yo no soy primero un
los edu can dos y por mí. ser de la desesperanza para ser
con vert ido o no por la es-
peranza. Yo soy, por el contrar
io, un ser de la esperanza
que, por "x" razones, se volv
7. Ens eña r exig e alegría y espe ió desesperanzado. De allí
ranza que una de nuestras peleas com
o seres humanos deba di-
Mi involucramiento con la prác rigirse a dism inui r las razones
objetivas de la desespe-
tica educativa, sabida- ranza que nos inmoviliza.
mente política, moral, gnoseol
ógica, nun ca dejó de rea- Por todo eso me parece una eno
lizarse con alegría, lo que no rme contradicción que
quiere dec ir que haya po- una pers ona progresista, que no
dido fomentarla siempre en le teme a ja novedad, que
los educandos. Pero, en se siente mal con las injustic
cuanto clim a o atmósfera del ias, que se Iofende con las
espacio pedagógico, nun- discriminaciones, que se bate
ca dejé de estar preocupado por por la decencia, que lucha
ella. contra la impunidad, que rech
Hay una relación entre la aleg aza el fatalismo cínico e in-
ría necesaria para la ac- movilizante, no esté críticamente
tividad edu cati va y la esperanz esperanzada.
a. La esperanza de que La desproblematización del futu
profesor y alumnos podemos ro por una compren-
juntos aprender, enseñar, sión mec anic ista de la Historia
inquietarnos, producir y juntos , de der ech a o de izquier-
igualmente resistir a los da. lleva necesariamente a la
obstáculos que se oponen a nue muerte o a la negación au-
stra alegría. En verdad, toritaria del sueño, de la utopía,
desde el punto de vista de la natu de la esperanza. Es que,
raleza humana, la espe- en el entendimiento mecanicista
ranza no es algo que se yuxtapo y por lo tanto determi-
nga a ella. La esperanza nista de la Historia, el futuro
forma parte de la naturaleza hum ya es conocido. La lucha
ana. Sería una contra- por un futuro así a priori conocid
dicción si, primero, inacabado o pres cind e de la espe-
y consciente del inacaba- ranza.
miento, el ser humano no se sum
ara o estuviera predis- La desproblematización del
futuro, no importa en
72 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO 73
nombre de qué, es una ruptura violenta con la naturale- están casFsumergidos ~ ella. "Más allá de los mocam-
za humana social e históricamente en proceso de C(·'iStl- bos -me dijo Danilson- hay algo peor: un gran terreno
tución. donde se deposita la basura pública. Los habitantes de
Recientemente, en Olinda, en una mañana corno sólo toda esa área "hurgan" en la basura algo que comer, al-
los trópicos conocen, entre lluviosa y llena de sol, tuve go que vestir, algo que los mantenga vivos." Fue en ese
una conversación, que llamaría ejemplar, con un joven horror donde hace dos años una familia encontró, entre
educador popular que a cada instante, a cada palabra, a la basura de un hospital, pedazos de un seno amputado
cada reflexión, reflejaba la coherencia con que vive su con los que preparó su comida dominguera. La prensa
opción democrática y popular. Caminábamos, Danilson dio a conocer el hecho que cito, horrorizado y lleno de
Pinto y yo, con el alma abierta al mundo, curiosos, re- justa rabia, en mi libro, A sombra desta mangueira. Es
ceptivos, por las sendas de una favela donde temprano posible que la noticia haya provocado en los pragmáti-
se aprende que sólo a costa de mucha testarudez se con- cos neoliberales su reacción habitual y fatalista siempre
sigue tejer la vida con su casi ausencia -o negación-, con en favoi_: de los poderosos. "Es triste, pero ¿qué se puede
carencia, con amenazas, con desesperación, con ofensa hacer? Esta es la realidad." La realidad, sin embargo, no
y dolor. Mientras anclábamos por las calles de ese mun- es inexorablemente ésta. Es ésta como podría ser otra y
do maltratado y ofendido yo me iba acordando de expe- para que sea otra es que los progresistas necesitamos lu-
riencias de mi juventud en otras favelas de Olinda o de char. Yo me sentiría, más que triste, desolado y sin en-
Recife, de mis diálogos con favelados y faveladas de al- contrarle sentido a mi presencia en el mundo, si fuertes
ma desgarrada. Tropezando en el dolor humano, nos e indestructibles razones me convencieran de que la
preguntábamos acerca de un sinnúmero de problemas. existencia humana se da en el dominio de la determina-
¿Qué hacer, en cuanto educadores, trabajando en un ción. Dominio en el que difícilmente se podría hablar de
contexto corno ése? ¿Hay realmente algo qué hacer? opciones, de decisión, de libertad, de: hica. "¿Qué hacer?
¿· Cómo
hacer lo que hay que hacer? ¿Qué necesitamos . La realidad es asf', sería el discurso universal. Discurso
saber nosotros, los llamados educadores, para hacer via- monótono, repetitivo, como la propia existencia huma-
bles incluso nuestros primeros encuentros con mujeres. na. En una historia así determinada las posiciones rebel-
hombres y niños cuya humanidad es negada y traiciona- des no tienen cómo volverse revolucionarias.
da, cuya existencia es aplastada? Nos detuvimos en me- Tengo derecho de sentir rabia, de manifestarla, de te-
dio de un camino estrecho que permitía la travesía de la nerla como motivación para mi pelea tal como tengo el
favela por u~a parte menos maltratada del barrio popu- derecho de amar, de expresar mi amor al mundo, de te-
lar. Abajo, veíamos un brazo de río contaminado, s~n vi- nerlo como motivación para mi pelea porque, histórico,
da, cuya lama, y no agua, empapa los mocambos que vivo la Historia como tiempo de posibilidad y no de de-
* Conjuntos habitacionales miserables típicos del Nordeste, equi- terminación. Sí la realidad fuera así porque estuviera di-
valentes a las favelas cariocas, con frecuencia construidos en áreas cho que así debe ser no habría siquiera por qué sentir ra-
encharcadas. [T.] bia. Mi derecho a la rabia presupone que, en la
74 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONO
CIMIENTO -
ENSENAR NO \ES TRANSFERIR CONO
ClM!ENTO 75
expe rienc ia histórica de la cual parti
cipo , el mañana no futuro corno problema y no com o inex
es algo pre-dado, sino un desafío, orabilidad. Es el
un problema. Mi ra- sabe r de la Historia como posi bilid
bia, mi justa ira, se funda en mi rebe ad y no com o deter-
lión frente a la ne- minación. El mundo no es. El mun do
gación del derecho de "ser más" inscr está siendo. Mi pa-
ito en la naturale- pel en el mundo, como subjetividad
za de los seres humanos. Por eso curiosa, inteligente,
no pued o cruzar los inter ferid ora en la objetividad con
brazos fatalistamente ante la miseria, que dialécticamente
exim iénd ome , de me relaciono, no es sólo el de quie n
esa man era, de mi responsabilidad cons tata lo que ocu-
en el discu rso cínico rre sino también el de quien inter vien
y "tibio" que habl a de la imposibil e com o sujeto de
idad de cam biar por- ocurrencias. No soy sólo obje to de
que la reali dad es así. El discurso de la Historia sino que
la adaptación o de soy igua lmen te su sujeto. En el mun
su defe nsa, el discurso de la exaltació do de la Historia, de
n del silencio im- la cultura, de la política, compruebo,
puesto del que resulta la inmovilidad no para adaptarme,
de los silenciados, sino para cambiar. En el propio mun
el disc urso del elogio de la adaptació do físico, mi com-
n cons idera da co- probación no me lleva a la impotenc
mo hado o sino es un discurso nega ia. El conocimiento
dor de la humaniza- sobre los terremotos desarrolló toda
ción de cuya responsabilidad no pode una ingeniería que
mos eximirnos. La nos ayud a a sobrevivirlos. No pode
adap tació n a situaciones negadoras mos eliminarlos pe-
de la humanización ro pode mos disminuir los daño s
sólo pued e ser admitida como cons que nos causan. Al
ecue ncia de la expe- comprobar, nos volvemos capa ces
riencia dom inad ora, o como ejercicio de intervenir en la
de resistencia, co- realidad, tarea incomparablemente
mo tácti ca en la lucha política. Doy más com pleja y ge-
la impresión de que neradora de nuevos saberes que la de
acepto hoy la condición de silenciado simp leme nte adap-
para mejor luchar, tarnos a ella. Es por eso también por
cuan do me sea posible, contra la nega lo que no me pares
ción de mí mismo. ce posible ni aceptable la posición
Esta cues tión, la de la legitimidad inge nua o, peor,
de la rabia contra la astut ame nte neutral de quien estudia,
doci lidad fatalista de cara a la nega ya sea el físico, el
ción de las personas biólogo, el sociólogo, el matemático,
fue un tema que estuvo implícito en o el pens ador de la
toda nues tra conver- educación. Nad ie puede estar en el
sación aque lla mañana. mun do, con el mun-
do y con los otros de manera neutral.
No pued o estar en
el mun do, con las manos enguanta
das, solam ente com-
probando. En mí la adaptación es sólo
8. Enseñar exige la convicción de que el cam ino para la
el cambio inserción, que implica decisión, elecc
es posible ión, intervención
en la realidad. Hay preguntas que debe
mos formular in-
siste ntem ente y que nos hacen ver
Uno de los saberes primeros, indispens la imposibilidad de
ables para quien estudiar por estudiar. De estudiar sin
al llega r a favelas o a realidades marc com prom iso co-
adas por la trai- mo si de repente, misteriosamente,
ción a nues tro derecho de ser pretende no tuvié ramo s nada
que su presencia que ver con el mundo, un externo y
se vaya conv irtie ndo en convivencia, dista nte mundo, aje-
que su estar en el no a nosotros com o nosotros a él.
contexto se vaya volviendo estar con
él, es el saber del ¿En favor de qué estudio? ¿En favo r
de quié n? ¿Con-
76 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO 77
tra qué estudio? ¿Contra quién estudio? bajar es la de convertir las posturas rebeldes en posturas
¿Qué sentido tendría la actividad de Danílson en el revoluciona rias que nos involucran en el proceso radical
mundo que descubríamo s desde aquel camino si, para éL de transformac ión del mundo. La rebeldía es un punto
la impotencia de aquella gente fustigada por la carencia de partida indispensable, es el detonante de la ira justa,
estuviera decretada por un destino todopoderos o? A Da- pero no es suficiente. La rebeldía en cuanto denuncia ne-
nilson Je restaría solamente trabajar por la posible mejo- cesita prolongarse hasta una posición más radical y crí-
ría del desempeño de la población en el proceso irrecu- tica, la revolucionaria, fundamenta lmente anunciadora.
sable de su adaptación a la negación de la vida. De esa La transformac ión del mundo implica establecer un_¡¡.
manera, la práctica de Danilson sería el elogio de la re- dialéctica entre la denuncia de la situación deshumani-
signación. Sin embargo, en la medida en que para él, co- zante y el anuncio de su superación, que es, en el fondo,
rno para mí, el futuro es problemático y no inexorable, se nuestro sueño.
nos ofrece otra tarea. La de discutir la problernatización Es a partir de este saber fundamenta l: cambiar es di-
del mañana y volverla tan obvia corno la carencia total en fícil pero es posible, como vamos a programar nuestra
la favela, y al hacerlo ir haciendo igualmente obvio que acción político-pedagógica, sin importar si el proyecto
la adaptación al dolor, al hambre, a la falta de comodi- con el cual nos compromete mos es de alfabetización de
dad, a la falta de higiene que el yo de cada uno, en cuer- adultos o de infantes, de acción sanitaria, de evangeliza-
po y alma, experimenta, es una forma de resistencia físi- ción, o de formación de mano de obra técnica.
ca a la que se va juntando otra, la cultural. Resistencia a El éxito de educadores corno Danilson está central-
la desconsider ación ofensiva de que son objeto los mise- mente en esta certeza que nunca los Jeja de que es posi-
rables. En el fondo, las resistencias -la orgánica y/o la ble cambiar, de que es necesario cambiar, de que preser-
cultural- son mafias necesarias para la sobrevivencia fí- var situaciones concretas de miseria es una inmoralidad.
sica y cuttural de los oprimidos. El sincretismo religioso Así es corno este saber que la Historia viene comproban-
afro-brasileñ o expresa la resistencia o la maña que la cul- do se erige en principio de acción y abre camino a la cons-
tura africana de los esclavos usaba para defenderse del titución, en la práctica, de otros saberes indispensables.
poder hegemónico del colonizador blanco. No se trata obviamente de obligar a la población ex-
Sin embargo, es preciso que, en la resistencia que nos plotada y sufrida a que se rebele, que se movilice, que se
preserva vivos, en la comprensión del futuro como pro- organice para defenderse, valga decir, para transformar
blema y en la vocación para ser más como expresión de el mundo. No importa si trabajamos con alfabetización,
la naturaleza humana en proceso de estar siendo, encon- con salud, con evangelización o con todas ellas, se trata
tremos fundamento s para nuestra rebeldía y no para en verdad de, junto al trabajo específico de cada uno de
nuestra resignación frente a las ofensas que nos destru- esos campos, desafiar a los grupos populares para que
yen el ser. No es en la resignación en la que nos afirma- perciban, en términos críticos, la violencia y la profun-
mos, sino en la rebeldía frente a las injusticias. da injusticia que caracterizan su situación concreta. Aún
Una de las cuestiones centrales que t . nemos que tra- más, que su situación concreta no es destino cierto ovo-
78 ENSEÑAR NO ES TRA
NSFERIR CONOCIMIE ENSEÑAR NO ES TRA
NTO NSFERIR CONOCIM
IENTO
/untad de Dios, algo
que no puede ser transf
79
No pu edo aceptar com ormado. Co mo educador, necesi
o táctica del buen com to ir "le ye nd o" cada
política del cuanto bate la jor la lectura del mu vez me-
peor mejor, per o tam ndo que los gru po s
poco puedo lo~ qu e tr_abajo hacen populares con
aceptar, impasible, de su co nte xto inmedi
la política asistenciali mas am ph o del cual ato y del
anestesiar la concienci sta qu~, al el suyo for ma parte.
a oprimida, prorroga, d~cir es lo siguiente: Lo que quiero
necesaria transfonnac sme die, ta en mis rel aci on es políti
ión de la sociedad. No gicas con los grupos po co-pedagó-
hibir que los oprimido puedo pro- pulares no pu ed o de nin
s con los que trabajo nera dej ar de considera guna ma-
Ja voten po r candidato en una fave- r su sao er he ch o de exp
s reaccionarios, per o Su explicación del mu eriencia.
ber de advertirlos sob tengo el de- ndo, de la qu e for ma
re el error que com prensión de su propia parte la com-
contradicción en que eten, de la presencia en el mund
se enredan. Votar po viene explícito o sug o, Y todo eso
reaccionario es ayudar r el político erido o esc on did o en
a la preservación del sta "le ctu ra del mundo" lo que llamo
soy coh ere nte con mi tu qua. Si que precede sie mp re
opción, ¿có mo puedo de la palabra". a la "lectura
candidato cuy o discur votar por u_n
so, radiante de desam Si, po r un lado, no pue
sus proyectos racista or, anuncia do adaptam1e o "conv
s?
Partiendo de que la exp al sab er ingenuo de los ertirme"
. . . grupos po pu lar es, po
eriencia de ta m1sena soy realmente progre r el otro, si
lencia y no la expresión es vio- sista, no pu ed o impo
de la per eza popul_ar gantemente mi saber nerles arro-
mestizaje o de la vo o f~uto d~l corno el verdadero. El
luntad punitiva de D1 el que se va desafiand diálogo en
contra la que deb em os 0s, v10lencia o al grupo po pu lar a
luchar, ten go que irm toria social como exp pensar su his-
cad a vez má s compet e volviendo eriencia igu alm en te
ente, en cuanto educad miembros, va reveland social de sus
mi luc ha no pierda efi or, para que o la necesidad de sup
cacia. Es que el sab er saberes que, desnudo erar ciertos
ferí -ca mb iar es difíci al que me re- s, van mo str and o su
l pero es posible-, qu cia" para explicar los "incompeten-
esperanzado a la acción e me empuJa hechos.
, no es suficiente para . Uno de los equívocos
necesaria a la que hic la eficacia funestos de los milita
e mención. Al mo ve nn ticos de práctica mesiá ntes polí-
fundado en él, necesi e en cuanto nicamente aut ori tar ia
to tener y ren ov ar sab desconocer po r comple fue siempre
cos en cu yo campo mi eres específi- to la com pre nsi ón del
curiosidad se inquieta los gru po s populares. mundo de
tica se apoya. ¿Cómo Y mi prác- Al verse co mo porta
alfabetizar sin conoci verdad salvadora, su dores de la
cisos sob re la adquisici mientos ~re- tarea no es pro po ne r/a
ón del lenguaje, sob re nerla a los grupos pop sino impo-
ideología, sobre técnic lenguaJe e ulares.
as y métodos de la ens Recientemente, en un
la lectura y de la esc eñanza de debate sob re la vida en
ritura? Por otro lado, la, oí de un jov en obrer la fave-
jar, no importa en qué ¿cómo traba- o que ya hab ía pas ado
campo, en el de la alf en que él se avergozab el tiempo
en el de la producción abetización, a de ser favelado. "A
económica en proyec cía -, me enorgullezco ho ra -de -
tivos, en el de la eva tos coopera- de todos nosotros, com
ngelización o en el de compañeras, de lo que pañeros y
ir conociendo las ma la salud, sm hemos he<.:ho con nu
ñas que los grupos hu de nuestra organización estra lucha,
para producir su sobrev manos usan . No es el fav ela do el
ivencia? tener vergüenza de la que debe
condición de fav ela do
sino aquel
80 ENSEÑA R NO ES TRANSF ERIR CONOC IMIENT
O ENSEÑA R NO ES TRANSF ERIR CONOC IMIENT
O 81
que, vivien do bien y fácil, nada hace para transfo
rmar la cia a los pobres ; es ejempl ar. Habla ba con dificul
realida d que produ ce la favela. Eso lo aprend í con tad del
la lu- proble ma que la afligía y yo, sin tener casi qué
cha." Es posibl e que ese discur so del joven obrero decir,
no afirmé indaga ndo: "Usted es nortea merica na,
hubier a provo cado nada o casi nada al milita nte ¿no es
autori- verdad ?"
tario mesiá nico. Es inclus o posibl e que la reacci
ón del "No. Soy pobre" , respon dió, como si estuvi era
joven -más revolu cionar ista que revolu cionar pi-
io- fuera diendo discul pas a la "norte ameri canida d" por
negati va al razona miento del favela do, entend ido su fra-
como caso en la vida. Me acuerd o de sus ojos azules
expres ión de quien se inclina más hacia el acomo anega-
do que dos en lágrim as expres ando su sufrim iento
hacia la lucha. En el fondo, el discur so del joven y la
obrero asunci ón de la culpa por su "fraca so" en el
era la nueva lectura que él hacía de su experi encia mundo .
social Person as como ella forman parte de las legion
de fa velado . Si ayer se culpab a, ahora se volvía es de
capaz de ofend idos que no ubican la razón de ser de su
percib ir que no era sólo respon sabilid ad suya el dolor en
encon- la perver sidad del sistem a social , econó mico,
trarse en esa condic ión. Pero, sobre todo, se tornab polític o
a ca- en que viven, sino en su propia incom petenc ia.
paz de percib ir que la situaci ón del favela do no Mien-
es irre- tras se sienta n así, piense n así y actúen así, reforz
vocable. Su lucha fue más impor tante en la constit ución arán
el poder del sistem a. Se vuelve n conniv entes con
de su nuevo saber que el discur so sectar io del el or-
militan te den deshu rnaniz ante.
mesiá nicam ente autorit ario. La alfabe tizació n en un área de miseri a, por ejemp
Es impor tante resalta r que el nuevo mome nto lo,
en la sólo adquie re sentid o en la dimen sión human
compr ensión de la vida social no es exclus ivo a si, con
de una ella, se realiza una especi e de psicoa nálisis históri
person a. La experi encia que posibi lita el discur co-po-
so nuevo lítico- social del que vaya resulta ndo la extrav ersión
es social . Sin embar go, una person a u otra se anticip de
a en la culpa indebi da. Esto corres ponde a la "expu lsión"
hacer explíc ita la nueva percep ción de la misma del
reali- opreso r de "dentr o" del oprim ido, en cuanto sombr
dad. Una de las tareas fundam entale s del educa a in-
dor pro- vasora . Somb ra que, expuls ada por el oprim ido,
gresis ta es, sensib le a la lectura y a la relectu ra debe ser
del gru- sustitu ida por su autono mía y su respon sabilid
po, provo car a éste y estimu lar la genera lizació ad. Sin
n de la embar go, hay que destac ar que pese a la releva
nueva fom1a de compr ensión del contex to. ncia éti-
ca y polític a del esfuer zo consci entiza dor que
Es impor tante tener siempr e claro que inculc ar acabo de
en los señala r, no es posibl e detene rse en él y dejar relega
domin ados la respon sabilid ad de su situac ión forma da a
par- un segun do plano la enseña nza de la escritu ra
te del poder ideoló gico domin ante. De allí la culpa y de la
que lectura de la palabr a. Desde una perspe ctiva democ
ellos siente n, en determ inado mome nto de sus ráti-
relacio- ca, no podem os transfo rmar una clase de alfabe
nes con su contex to y con las clases domin antes, tizació n
por en- en un espaci o donde se prohíb e toda reflex ión
contra rse en esta o aquell a situaci ón de desven en torno
taja. La de la razón de ser de los hecho s ni tampo co
respue sta que recibí de una mujer sufrid a, en San en una
Fran- "asam blea liberta dora". La tarea fundam ental de
cisco, Califo rnia, en una institu ción católic a de los Da-
asisten- nilson , entre los cuales me sitúo, es experi menta
r con in-
82 ENSEÑAR NO ES TRA
NSFERIR CONOCIMIE
NTO
ENSEÑAR NO ES TRA
tensidad la dialéctica NSFERIR CONOCIMIE
entre "la lectura del mu NTO 83
"le ctu ra de la palabra". ndo" y la
Co mo profesor debo sab
"Programados para apr . .. er qu e sin la curiosida
ender" e impos1b1lttad me mueve, que me inq d que
vivir sin la referencia os de uieta, que me inserta
de un mañana, donde queda, no aprendo ni en la bús-
haya mujeres y hombre quiera qu~ enseño. Eje rce r mi cur
s habrá siempre qué hac manera correcta es un iosidad de
siempre qu é enseñar, hab er. habra derecho que tengo com
y al qu e corresponde o persona
rá siempre qu_é aprend~~- el deber de luc har po
No obstante, para mí . cho a la curiosidad. Co r él, el dere·
nada de eso t;,ene se~t,1, n la curiosidad domest
lo realiza contra la voc o si se do alcanzar la memoriz icada pue-
ación para el ser ma ación me cán ica del per
constituye histórica y s , ~ue s~ te o de aquel objeto, fil de es-
socialmente, y en el que pero no el aprendizaje
hombres estamos insert mu3eres y conocimiento cabal del real o el
os. objeto. La construcción
ducción del conocimient o la pro-
o del objeto im pli ca el
de )a curiosidad, su cap ejercicio
acidad crítica de "toma
9. Enseiiar exige curios cia" del objeto, de obs r distan-
idad ervarlo, de delimitarlo
dirlo, de "cercar" el obj , de escin-
eto o hacer su aproxim
Un poco má s sobre la tódica, su capacidad de ación me-
curiosidad comparar, de preguntar
Estimular la pregunta, ;
Si existe una práctica la reflexión crítica sob
ejemplar com o neg_ación pia pregunta, lo que se re la pro-
periencia fonnadora es de la ex- pretende con est a o con
la que dificult_a o inhibe pregunta en lugar de la aquella
sidad del educando y, la cuno- pasividad frente a las
en consecuencia, l~ del nes discursivas del pro explicacio-
Es qu e el educador que educa~or. fesor, especie de respue
sigue proc~d1m1entos guntas que nunca fueron stas a pre-
rios o parternalistas que a~tor_lla- hechas. Esto no signif
impiden o dificultan el mente que, en nombre ica real-
de la curiosidad del edu eJerc1c10 de la defensa de la cur
cando, termi necesaria,.<lebamos red iosidad
propia. . 'd d Ninguna curios na po r entorpec,er su
cunos1 ir y venir de preguntas
ucir la actividad docent
e al puro
a . idad se sustenta cuca- y respuestas que se
. . . . de la negación
mente en e l eJe . . rocráticarnente. La cap esterilizan bu-
1c1c10 de la otra cunos1 - acidad de diálogo no
dad. La curiosidad de . lidez de momentos exp niega la va-
los padres que sólo se licativos, narrativos,
en el sentido de saber expe~1m~nta profesor expone o hab en que el
cómo y dónde and a l~ la del objeto. Lo fundam
de los hijos se burocr c~nos1da! que profesor y alumnos ental es
atiza y perec~. ~a cun sepan que la postura que
silencia a otra también os1dad qu_ ellos,
se niega a s1 misma. El profesor y alumnos, ado
ma pedagógico-democr buen cli- ptan, es dialógica, abiert
ático es aquel en_ el que sa, indagadora y no pas a, curio-
cando va aprendiendo, _el edu- iva, en cuanto hab la o
a costa de su propia pr_ escucha. Lo que impor en cuanto
su curiosidad como su áctica, ,qu_e ta es que profesor y alu
libertad debe e~tar suJ asuman com o seres epi mnos se
tes, pero en ejercicio pen eta a 1!~1- stemológicamente curios
nanente. ~ím1tes asumid En este sentido, el bue os.
o~ et1: n profesor es el que con
'l
camente por e . M1' curiosidad no tiene der mientras habla, traer sigue,
dir la privacidad del otr echo de mva al alumno hasta la int
movimiento de su pen imidad del
o y exponerla a los dem samiento. De esa maner
ás. es un desafío y no una a su aula
"canción de cuna". Su
s alumnos
ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO
84 ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO 85

se cansan, no se duermen. Se cansan por-que acomp ~u.nea fui un admirador ingenu o de la tecnología:
añan no
las idas y venidas de su pensam iento, descub ren la d1v~mzo, por un lado, ni la satani zo, por el otro.
sus Por
pausas, sus dudas, sus incertidumbres. eso nusmo siemp re estuve en paz para lidiar con ella.
No
Antes de cualqu ier discusión tentati va sobre técnica tengo nmgun a duda del enorm e potenc ial de estímu
s, los y
sobre materi ales, sobre métodos para una clase dinám d~s_afíos a la curiosidad que la tecnol ogía coloca
i- al ser-
ca como ésa, es preciso, incluso indisp ensabl e, v1c10 de l~s niños y de los adolec entes de las llamad
que el as
profes or "desca nse" en el saber de que la piedra clases social es favorec!das. No fue por otra razón
funda- que,
menta l es la curiosidad del ser human o. Es ella cuand o yo era secret ano de Educa ción de la ciudad
la que de
me hace preguntar. conocer, actuar, pero preguntar, Sao Paulo, hice que la compu tadora llegar a a la
re- red de
escuel as munic ipales . Nadie mejor que mis nietos
conocer. y nie-
Sería una buena tarea para un fin de seman a propon tas para hablar me de su curiosidad despe rtada
er por las
a un grupo de alumn os que registrara. cada uno compu tadora s con las cuales conviv en.
por su . El ejercic io ~e la curiosidad convo ca a la imagin
lado, las formas de curiosidad más sobres aliente a-
s que ción, a la mtu1c1ón, a las emoci ones, a la capaci
los hayan asaltad o, en razón de qué, de cuál situaci dad de
ón conJeturar, de comparar, para que partic ipen en
deriva da de noticieros de televisión, de propag anda, la bús-
de queda del perfil del objeto o del hallaz go de su razón
videogame, del gesto de alguien, no importa. Qué de
"tra- ser. Un ruido, por ejemplo, puede provo car mi curios
tamien to" dieron a la curiosidad, si ésta fue fácilm i-
ente dad. Obser vo el espacio donde parece que se está
supera da o si, por el contrario, condu jo a otro tipo verifi-
de cu- cando . Aguzo el oído. Procuro compa rar con otro
riosidad. Si en el proceso curioso consu ltaron fuentes ruido
, ~~ya razón de ser ya conozco. Invest igo mejor el
diccio narios , compu tadore s, libros, si hicieron pregun cspa-
tas cw. A_dmJto vanas hipótesis en torno de la posibi
a otros. Si la curios idad en cuanto desafí o provocó lidad
algún del ongen ~~¡ ruido. Elimino alguna s hasta que
conoc imient o provisional de algo, o no. Qué sintier llego a
on su cxpl!cac1on.
cuand o se sorprendieron trabajando su propia curiosi
- Una v~z sa_tisfecha una curiosidad, la capaci dad
dad. Es posibl e que, preparados para pensar la que
propia te~go de mqu1etarme y buscar contin úa en pie. No
curios idad, hayan sido menos curios as o curiosos. ha-
El experi mento se podría ajusta r y profundizar bna existe ncia human a sin nuestra apertu ra de nuestr
al o
punto, por ejemp lo, de realizar un semin ario quince ser al mundo , sin la transitividad de nuestr a concie
nal ncia.
para debati r los diversos tipos de curios idad así . Oianto_ n_iás realizo estas operac iones con un mayor
como ngor metod1co tanto más me aproxi mo con mayor
sus desdo blamie ntos. exac-
El ejercic io de la curiosidad la hace más críticamen- titud a los hallaz gos de mi curiosidad.
te curios a, más metódicamente "perse guidor a" de Uno de l~s saberes fundamentales para mi práctic
su ob- a
jeto. Cuant o más se intensifica la curios idad espont educat 1:o-cn t1ca es el que me advier te de la necesa
ánea, ria
pero sobre todo, cuanto más se "rigor iza," tanto promo ción de la curiosidad espon tánea a curios
más idad
episte mológ ica.
episte mológ ica se va volviendo.
86 ENSEÑA R NO ES TRANSF ERIR CONOCI MIENTO
ENSEÑA R NO ES TRANSF ERIR CONOCI MIENTO
87
Otro saber indispensable a la práctic a educativo-crí-
tica es el que me dice cómo lidiar con la relación autori- ción realme nte tensa en la que, la autorid ad por un lado
dad-libertad,7 siempr e tensa y que genera tanto discipli y la liberta d por el otro, midién dose, se evaluaran y fue-
-
na como indisciplina. ran aprend iendo a ser o a estar siendo ellas mismas,
en
La discipl ina, que resulta de la armon ía o del equili- la produc ción de situaciones dialógi cas. Para esto es in-
brio entre autoridad y libertad, implic a por necesidad dispen sable que ambas, autorid ad y libertad, se vayan
el
respeto de la una por la otra que se expres a en la asun- convir tiendo cada vez más al ideal del respeto común
,
ción que hacen ambas de límites que no pueden ser única manera de legitimarse.
transgr edidos . Comen cemos por reflexi onar sobre algunas de las
El autorit arismo y el libertinaje son ruptura s del ten- cualida des que la autoridad docent e democ rática necesi-
so equilib rio entre autoridad y libertad. El autoritarismo ta encarn ar en sus relaciones con la liberta d de los alum-
es la ruptura en favor de la autorid ad contra la libertad nos. Es interesante observar que mi experi encia discen-
y
el libertinaje, la ruptura en favor de la liberta d contra te es fundam ental para la práctic a docent e que tendré
la
autoridad. Autoritarismo y libertinaje son formas indis- mañan a o que estoy teniendo ahora de manera simultá
-
ciplina das de comportamiento que niegan lo que vengo nea con aquélla. Es viviendo crítica mente mi libertad de
llaman do vocaci ón ontológica del ser human o. 8 alumno o de alumna como, en grari parte, me preparo
Así como no existe disciplina en el autoritarismo o en para asumir o rehace r el ejercic io de mi autorid ad
de
el libertinaJe, en rigor tanto la autorid ad como la liber- profesor. Para eso, como alumno que hoy sueña con en-
tad desapa recen de ambos. Solame nte en las prácticas en señar mañan a o como alumno que ya enseña hoy, debo
que el autorit arismo y la libertad se afirma n y se preser- tener como objeto de mi curiosi dad las experie ncias que
van como tales, por lo tanto en el respeto mutuo, es vengo teniend o con .varios profes ores, y las mías pro-
cuando se puede hablar de prácticas discipl inadas como pias, si las tengo, con mis alumnos. Lo que quiero decir
también de prácticas favorables a la vocación para el ser es lo siguien te: no debo pensar tan sólo en los conten
i-
más. dos progra mático s que son expues tos o discutidos por
En función de nuestro pasado autorit ario, no siempre los profeso res de las diferentes materi as sino, al mismo
impug nado con seguridad por una moder nidad ambigu tiempo, de la manera más abierta, dialógi ca, o más ce-
a,
oscilam os entre fonnas autoritarias y formas libertinas. rrada, autoritaria, en cómo este o aquel profes or enseña
.
Entre una cierta tiranía de la libertad y la exacerbación
de la autorid ad o también en la combin ación de ambas
hipótesis.
Lo mejor sería que experim entáram os la confronta-

7 Véase Paulo Freire, Carras a t¡uien pre/ende ense~l(lr,


op. cit.
R Véase Paulo Freire, Pedaw>gfa del oprimido , op. cít.
ENSEf':¡AR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMA
NA 89
. ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD ca. Hay maestros y maestras cient íficam
HUM ANA ente prepa rados
pero autoritarios a toda prueba. Lo que
quier o decir es
que la incomp'étencia profesional desca
lifica la autori-
dad del maestro.
Otra cualidad indispensable a la autor idad
en sus re-
laciones con las libertades es la generosid
¿, Qué posibilidades de expresarse, de crecer, viene ad. No hay na-
te- da que mini mice más la tarea formadora
rüend o mi curiosidad? Creo que una de las cuali de la autoridad
dades que la mezq uinda d con que se comporte.
esenciales que la autoridad docente demo
crátic a debe La arrog ancia farisaica, malvada, con que
,r-zyelar en sus relaciones con las libertades juzga a los
de los alum- otros y la suav e indulgencia con que se
MS es la segu ridad en sí misma. La segur juzga o con la
idad que se ex- que juzga a los suyos. La arrogancia que
rresa en la firmeza con que actúa, co~ que niega la gene-
decide, c_on rosidad niega también la humildad, que
que respeta las libertades, con qu~ discu no es virtud de
te sus propias los que ofend en ni tampoco de los que se
posiciones, con que acepta reexammarse. regocijan con
su humillación. El clima de respeto que nace
Segura de sí, la autoridad no necesita hacer de relacio-
, a cada nes justa s, serias, humildes, generosas, en
·ci1stante, el discu rso sobre su existe las que la au-
ncia, sobre sí misma. toridad doce nte y las libertades de los alum
\'lo necesita preguntar a nadie, con la certe nos se asu-
za de su legi- men éticamente, autentica el carácter.
l'mid ad, si "sabe con quién está hablando" form ador del
. Ell~ está se- espacio pedagógico.
l~ura de _sí porq~ e ti;me autoridad, porqu
e la eJerce con La reacción negativa al ejercicio del mand
·ú1d1scut1ble sab1duna. o es tan in-
compatible con el desempeño de la autor
idad como la
avidez por el mando. "Mandonismo" sería
el término
que definiera exactamente ese gozo irrefr
1. Enseñar exige seguridad, competencia profesiona enab le y des-
lY medido por el mando.
1enerosidad La autoridad docente "mandonista", rígid
a, no supo-
ne ninguna creatividad en el educando. No
\.,a seguridad con que la autoridad docente forma parte
se muev e im- de su forma de ser esperar, por lo menos,
l?lica otra, la que se funda en su co:11pete'.1 a que el edu-
cia profesio- cando demu estre el gusto de aventurarse,
\rnl. Ninguna autoridad docente se eJerce La autoridad coherentemente democrátic
sm esa compe- a, que se
'\encia. El profe sor que no lleve en serio funda en la certe za de la importancia, ya
su formación, sea de sí mis-
que no estudie, que no se esfuerce por estar ma, ya sea de la libertad de los educando
a la altura s para la cons-
de su tarea no tiene fuerza moral para coord trucción de un clima de auténtica disciplina
inar las ac- , nunca mi-
tividades de su clase. Esto no significa, sin nimiza la libertad. Por el contrario, le apue
emba rgo, que sta a ella. Se
lla opción y la práctica democrática del maes tro o empeña en desaf iarla siempre y siempre;
de la nunca ve, en la
maestra sean determinadas por su comp etenc rebeldía de la libertad, una señal de deter
ia científi- ioro del orden.
90 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
91
La autoridad coherentemen te democrática está conven- fundamental en el aprendizaje del contenido es la cons-
cida de que la verdadera disciplina no existe en la iner- trucción de la responsabilidad de la libertad que se asume.
cia, en el silencio de los silenciados, sino en el alboroto
En el fondo;-Io esencial de las relaciones entre educa-
de los inquietos, en la duda que instiga, en la esperanza
dor Y educand~,. entre _autoridad y libertades, entre pa-
que despierta. dres, madres, h11os e h11as es la reinvención del ser hu-
Es más, la autoridad coherentemente democrática, mano en el aprendizaje de su autonomía.
que reconoce la eticidad de nuestra presencia, la de las
Me muevo como educador porque, primero, me mue-
mujeres y de los hombres, en el mundo, reconoce, tam- vo como persona.
bién y necesariament e, que no se vive la eticidad sin li- Puedo saber tanto pedagogía, biología como astrono-
bertad y que no se tiene libertad sin riesgo. El educando mía, puedo, cuid~ de la tierra como puedo navegar. Soy
que ejercita su libertad se volverá tanto más libre cuanto persona. Se qué ignoro y sé qué sé. Por eso, tanto puedo
más éticamente vaya asumiendo la responsabilida d de saber lo ~ue todav~a no sé como puedo saber mejor Jo
sus acciones. Decidir es romper y, para eso, tengo que que ya se. Y sabre tanto mejor y más auténticament e
correr el riesgo. No se rompe como quien toma un jugo cuanto más eficazmente construya mi autonomía respec-
de chirimoya en una playa tropical. Pero, por otro lado, to a los otros.
la autmidad coherentemen te democrática jamás se omite. Enseñar y, mientras enseño, manifestar a los alumnos
Si bien se niega, por un lado, a silenciar la libertad de cuán fundamental es para mí respetarlos y respetanne,
los educandos, rechaza, por otro, su supresión del proce- son tareas que jamás dividí. Nunca me fue posible sepa-
so de construcción de la buena disciplina. Siempre está rar en dos momentos la enseñanza de los contenidos de
presente en la práctica de la autoridad coherentemen te la fonnación ética de los educandos. La práctica docen-
democrática un esfuerzo que la vuelve casi esclava de te qu_: no existe sin el discente es una práctica entera. La
un sueño 'fundamental: el de persuadir o convencer a la ensenanza de los •eontenidos implica el testimonio ético
libertad de que ella va construyendo consigo misma, en del profesor. La belleza de la práctica docente se com-
sí misma, su autonomía, con materiales que, aunque lle- pone _del anhelo vivo de competencia del docente y de
gados de fuera, son reelaborados por ella. Es con ella, los d1scentes y de su sueiío ético. No hay lugar en esta
con la autonomía que se construye penosamente, como bellez~ par.a 1~ negación de la decencia, ni de fonna gro-
la libertad va llenando el "espacio" antes "habitado" por sera ni fansaica. No hay lugar para puritanismo. Sólo
su dependencia. Su autonomía se funda en la responsa- hay lugar para pureza.
bilidad que va siendo asumida. Éste es otro saber indispensable para la práctica do-
El papel de la autoridad democrática no es señalar las cente. El saber que es imposible desligar la enseñanza de
lecciones de la vida para las libertades y transformar la los contenidos de la formación ética de los educandos.
existencia humana en un "calendario" escolar "tradicio- De separar pníctica de teoría, autoridad de libertad, ig-
nal", sino dejar claro con su testimonio que, por más que norancia de s~bcr, respeto al profesor de respeto a los
ella tenga un contenido programático que proponer, lo alumnos, ensenar de aprender. Ninguno de estos ténni-
92 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMA
NA
ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMA
nos puede ser mecá nicam ente separado
NA 93
uno del otro.
Como profesor, tanto lidio con mi libert ponerme ante los alumnos, sin revel ar
ad como con mi con facilidad o
autor idad en ejerc icio, pero también lidio resistencia mi mane ra de ser, de pens ar
direc tame n- políti came nte.
te con la liber tad de los educandos, que No puedo escap ar a la apreciación de los
debo respetar, y alum nos. y la
con la creac ión de su auton omía tanto como ma~era en qu~ ellos me perciben tiene
con los en- una impo rtanc ia
sayos de cons trucc ión de la autoridad de capital par~ m1 desempeño. De allí, pues,
los educ ando s. que una de mis
Com o profesor, no me es posible ayudar p:eoc~~ac1ones centrales deba ser la de
al educ ando a busc ar la apro-
superar su ignor ancia si no supero penn x1mac10n cada vez mayo r entre lo que digo
anen teme nte la y lo que ha-
mía. No pued o enseñ ar lo que no sé. Pero g_o, entre lo que parezco ser y lo que
éste, repito, no realm ente estoy
es un saber del que debo solamente habla siendo.
r y habla r con
palabras que se lleva el viento. Al contr Si un ~lu_rnno me pregunta qué es "tom
ario, es un saber ar distancia
que debo vivir conc retam ente con los educ epistemolog1ca del objeto" le respo ndo
ando s. El me- que no sé, pero
JOr discurso sobre él es el ejercicio de su que pued o llega r a saber, eso no me da
práct ica. Es res- la autor idad de
petando conc retam ente el derecho del alum q~ren cono ce, me da la alegría de, al asum
no a indagar, ir mi ignoran-
dudar, criticar, como "hab lo" de esos derec cia, n? habe r mentido. Y no haber ment
hos. Mi pura ido abre para mí
habla sobre esos derec hos, a la que no un cre~lto Junto a los alumnos que debo
corre spon da su prese rvar. Hu-
conc retiza ción, no tiene sentido. biera sido impo sible desde el punto de
vista ético dar
Cuan to más piens o en la práctica educ un~, respu esta falsa, una palabrería cualq
ativa y reco- uiera . Un "ro-
nozco la respo nsabi lidad que ella nos llo . como ~e _dice popularmente. Pero,
exige , más me preci same nte
conv enzo de nuest ro deber de luchar para porque la pract ica docente, sobre todo como
que ella sea la entie ndo
realm ente respe tada. Si no somos tratad me pone en la situación que debo estim ular
os con dignidad de que se m~
y decenci'a por la admi nistra ción priva forn:ulen difer entes preguntas, necesito
da o públi ca de la prepa rarm e al
educación, es difícil que se concrete el máximo para conti nuar sin mentir a los
respe to que co- alum nos, para
mo maes tros debe mos a los educandos. no tener que afirm ar una y otra vez que
no sé.
Sabe r que no pued o pasar inadvertido a
los alum nos
y que la mane ra en ~ue me perciben me
ayud a o me per~
2. Enseñar exige compromiso JUd1ca en el c~mphm~ento de mi tarea
como profesor,
aum: nta en m1 los cuidados con mi desem
peño . Si mi
Otro saber que debo traer conmigo y que op~wn es demo crátic a, progresista, no
tiene que ver pued o tener una
con casi todos a los que me he referido pracuca reacc ionar ia, autoritaria, elitista.
es el de que no No pued o dis-
es posible ejerc er la actividad del magi sterio cnmm ar al al~m no por ningún motivo.
como si na- La perce pción
da ocurr iera con nosotros. Com o sería impo que el al_umn_o tiene de mí no resulta exclu
sible que sa- sivamente de có-
liéramos a la lluvi a expuestos totalmente m_o actuo_ smo tamb ién de cómo el alum
a ella, sin de- no entie nde
fensas, y no nos mojáramos. No puedo como ac_tuo. No puedo, evidentemente, pasar
ser maes tro sin me los días
preguntandole a los alumnos qué piens an
de mí o cómo
94 ENSE ÑAR ES UNA ESPE CIFI
CIDA D HUMANA ENS EÑA R ES UNA ESPE CIFIC
IDAD HUM ANA
95
me evalúan. Pero debo estar
atento a la lectura que ha- mo experiencia específicamente
cen de mi actividad con ellos. humana, la educación
Necesitamos aprender a es una forma de intervención
com pren der el significado de en el mun do. Intervención
un silencio, o de una son- que ·más allá del conocimient
risa, o de una retirada del saló o de los contenidos bien o
n de clases. El tono menos mal enseñados y/o aprendidos
cortés con que fue hecha una imp lica tanto el esfuerzo
pregunta. Al fin y al cabo, de reproducción de la ideologí
el espacio pedagógico es un a dom inan te como su de-
texto par a ser constante- senmascaramiento. La educac
mente "leído", interpretado, "esc ión, dialéctica y contra-
rito" y "reescrito". En dictoria, no podría ser sólo una
este sentido, cuanto más solidari u otra de esas cosas. Ni
dad exista entre educa- mera reproductora ni mera
dor y edu can dos en el "trato" desenmascaradora de la
de ese espacio, tantas más ideología dominante.
posibilidades de aprendizaje
dem oqá tico se abren para La educación nunca fue, es, o
la escuela. pue de ser neutra, "in-
diferente" a cualquiera de esta
Cre o que el profesor progresi s hipótesis, la de la repro-
sta nun ca necesitó estar ducción de la ideología dominan
tan alerta com o hoy frente a te o la de su refutación.
la astucia con que la ideo- Es un error decretarla corno tare
logía dominante insinúa la neu a sola men te reproducto"
tralidad de la educación. ra de la ideología dominante,
Desde ese punto de vista, que como es un error tomarla
es reaccionario, el espacio como una fuerza reveladora de
pedagógico, neutro por excelen la realidad, que actúa li-
cia, es aquel en el que se bremente, sin obstáculos ni dura
adiestran los alumnos para prác s dificultades. Errores
ticas apolíticas, como si que implican directamente visi
la manera humana de estar en ones defectuosas de la
el mundo fuera o pudiera Historia y de la conciencia.
ser una manera neutra.
Mi presencia de profesor, que Por un lado, la concepción mec
anic ista de la Historia,
no pue de pasar inad- que reduce la conciencia a un
vertida a los alumnos en la clas puro reflejo de la materia-
e y en la escuela, es una lidad, y por otro, el subjetivism
presencia política en sí misma. o idealista, que hipertro-
En cuanto presencia no fia el papel :de la conciencia
puedo ser una omisión sino un en el aco ntec er históríco.
sujeto de opciones. Debo Nosotros, mujeres y hombres,
revelar a los alumnos mi capacid no som os ni seres simple-
ad de analizar, de com- mente determinados ni tampoc
parar, de evaluar, de decidir, de o esta mos libres de con-
optar, de romper. Mi ca- dicionamientos genéticos, cult
pacidad de hacer justicia, de urales, sociales, históri-
no faltar a la verdad. Mi cos, de clase, de género, que
testimonio tiene que ser, por nos marcan y a los cuales
eso mismo, ético. estamos referidos.
Desde el punto de vista de los
intereses dominantes
no hay duda de que la educaci
3. Enseñnr exige comprender que ón deb e ser una práctic~
la educación es una inmovilizadora y encubridora
forma de intervención en el mun de verdades. Sin embar-
do go, cada vez que la coyuntura
lo exige, la educación do-
Otro saber del que no puedo minante es progresista a su man
ni siquiera dudar un mo- era, progresista "a me-
dias". Las fuerzas dominantes
mento en mi práctica educati estimulan y materializan
vo-crítica es el de que, co- avances técnicos comprendido
s y, tanto cua nto posible,
96 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
97
realizados de manera neutra. Sería demasiado ingenuo seres capaces de observar, de comparar, de evaluar, de
de nuestra parte, incluso angelical, esperar que la "ban- escog:r, de decidir, de intervenir, de romper, de optar,
cada ruralista"* aceptara tranquila y conforme la discu- n?s. ~1c1mos seres éticos y se abrió para nosotros lapo-
sión que se realiza en las escuelas rurales e incluso ur- s1b1/idad ~e transgredir la ética, nunca podría aceptar la
banas sobre la reforma agraria como proyecto transgresión como un derecho sino como una posibili-
económico, político y ético de la mayor importancia pa- dad. Posibilidad contra la cual debemos luchar y no que-
ra el propio desarrollo nacional. Ésa es una tarea que los darnos de brazos cruzados. De ahí mi rechazo riguroso
educadores y educadoras progresistas deben cumplir, a los fatalismos quietistas que terminan por absorber las
dentro y fuera de las escuelas. Es una tarea que debe ser transgresiones éticas en lugar de condenarlas. No puedo
realizada por organizaciones no gubernamentales y sin- volverme connivente con un orden perverso y exculpar-
dicatos democráticos. Por otro lado, ya. no es ingenuo lo de su maldad al atribuir a "fuerzas ciegas" e impon-
esperar que el empresario que se moderniza, de origen derables los daños que él causa a los seres humanos. E]
urbano, apoye la reforma agraria. Sus intereses en la ex- hambre frente a la abundancia y el desempleo en el
pansión del mercado Jo hacen "progresista" frente a la mundo son inmoralidades y no fatalidades, como lo pre-
reacción ruralista. El propio comportamiento progresis- gona el reaccionarismo con aires de quien sufre sin po-
ta del empresariado que se moderniza, progresista fren- der h~cer_ nada. Lo que quiero repetir, con fuerza, es que
te a la truculencia retrógrada de los ruralistas, pierde su nada Justifica la minimización de los seres humanos, en
humanismo en el enfrentamiento entre los intereses hu- el, caso de l_a~ mayorías compuestas por minorías que
manos y los del mercado. aun no perc1b1eron que juntas serían mayoría. Nada, ni
Para mí es una inmoralidad que a los intereses radi- el avance de la ciencia y/o de la tecnología, puede legi-
calmente humanos se sobrepongan, como se viene ha- t1111ar un "orden" desordenador en el que sólo las mino-
ciendo, los intereses del mercado. rías del poder ,c/espilfarran y gozan mientras que a las
Continúo alerta a la advertencia de Marx, sobre la ne- mrnorías con dificultades incluso para sobrevivir se ]es
cesidad del radicalismo para estar siempre despierto a dice que la realidad es así, que su hambre es una fatali-
todo lo que respecta a la defensa de los intereses huma- dad de fines del siglo. No junto mi voz a la de quienes,
nos. Intereses superiores a los de puros grupos o clases hablando de paz, piden a los oprimidos, a los harapien-
de gente. tos del mundo, su resignación. Mi voz tiene otra semán-
Al reconocer que, precisamente porque nos volvimos tica, tiene otra música. Hablo de la resistencia de la in-
dignación, de la ·~usta ira" de los traicionado¡ y de los
• ConJunto de diputados y, en menor medida, senadores, de diver-
engañados. De su derecho y de su deber de rebelarse
sos partidos de centro-derecha y de derecha, representantes de los in-
tereses de los grandes y medianos propietarios de tierras. Fundadores contra las transgresiones éticas de que son víctimas ca-
de la Uniao Democrática Ruralista, uoR, organización creada a fines
da vez más.
de los años ochenta para combatir a la reforma agraria y a los movi- La ideología fatalista del discurso y de la política
mientos de los ··sin-tierra". neoliberales de las que vengo hablando es un momento
98 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
99
de la desva loriza ción antes menc ionad a de los
intereses
huma nos en relación con los del merca do. ta qué. No puedo ser profesor en favor simpl emen
te del
Difíc ilmen te un empre sario mode rno estarí Homb re o de la Humanidad, frase de una vague
a de dad de-
acuerdo en que fuera un derecho de "su" obrero masiado contra stante con lo concr eto de la prácti
, por ca edu-
ejemplo, discut ir durante el proceso de su alf~be cativa. Soy profes or en favor de la decen cia
tización contra la
o en el desruTollo de algún curso de perfecc1ona falta de pudor , en favor de la liberta d contra el
m1ento autorita-
técnico, esta mism a ideología a la que me he rismo, de la autori dad contra el liberti naje, de
venido re- la demo-
firiendo. Discutir, por ejemplo, la afirm ación cracia contra la dictadura de derec ha o de izquie
: "El de- rda. Soy
sempl eo en el mund o es unafatalidad de fines profes or en favor de la lucha const ante contra
de este_s_i- cualq uier
glo." Y ¿por qué hacer la reforma agrari a no es fonna de discri minac ión, contra la domin ación
tarnb1en econó-
una fatalid ad? Y ¿por qué acabar con el hamb mica de los individuos o de las clases social es.
re y con la Soy pro-
miseria no son igualm ente fatalidades de las cuales fesor contra el orden capitalista vigen te que inven
no se tó es-
puede escap ar? ta aberración; la miseria en la abund ancia. Soy
. profesor
La afirm ación según la cual lo que intere sa en favor de la esperanza que me anima a pesar
a los de todo.
obreros es alcan zar el máxim o de su eficie ncia Soy profe sor contra el desengaño que me consu
técnica y me y me
no perde r tiemp o con debates "ideo lógico s" que inmoviliza. Soy profesor en favor de la bellez
no lle- a de mi
van a nada, es reaccionaria. El obrero neces ita propia prácti ca, belleza que se pierde si no cuido
inventar, del sa-
a partir del propio trabajo, su ciudad anía, pues ber que debo enseñar, si no peleo por este saber,
ésta no se si no lu-
constr uye solam ente con su eficiencia técnic a cho por las condi cione s materiales neces arias
sino tam- sin las
bién con su lucha política en favor de la recrea cuales mi cuerp o, descuidado, cone el riesgo
ción de la de debili-
sociedad injusta, para que ceda su lugar a otra tarse y de ya no ser el testimonio que debe ser
menos in- de lucha-
JUsta y más huma na. dor pertin az, que se cansa pero no desist e. Bellez
a que
El empre sario moderno, vuelvo a insistir, acepta se esfum a de mi práctica si, soberbio, arroga nte
, es- y desde-
timula y patroc ina naturalmente el adiest ramie fioso con los alumn os, no me canso de admir arme.
nto técni-
co de "su" obrero . Lo que él rechaza neces ariam De la mism a mane ra en que no puedo ser profes
ente es. or sin
sufon nació n que, al paso que incluye el saber técnic sentir me capac itado para enseñ ar correc tamen
oy te y bien
cientí fico indisp ensab le, habla de su presen los conte nidos de mi disciplina tampo co puedo
cia en el , por otro
mundo. Prese ncia humana, presencia ética, lado, reduc ir mi práctica docente a la mera enseñ
envile cida anza de
en cuant o que se la transforma en una pura sombr esos conte nidos . Ése es tan sólo un mome nto
a. de mi ac-
No puedo ser profesor si no percibo cada vez tividad pedag ógica . Tan importante como la
mejor cnsefianza
que mi prácti ca, al no poder ser neutra, exige de los conte nidos es mi testimonio ético al enseñ
de mí una arlos.
definición. Una toma de posición. Decis ión. Es la decen cia con que Jo hago. Es la prepa ración
Ruptura. cien-
Exige de mí escog er entre esto y aquello. No tífica revela da sin arrogancia, al contra rio, con
puedo ser humil-
profesor en favor de quienquiera y en favor de dad. Es el respet o nunca negado al educa ndo,
no impor- a su saber
"hecho de exper iencia " que busco super ar junto
con él.
100 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA 101

Tan importante como la enseñanza de los contenidos es gógico el clima necesario para continuar su actividad es-
mi coherencia en el salón de clase. La coherencia entre pecífica y restaurado el derecho de los estudiantes y el
Jo que digo, lo que escribo y lo que hago. suyo propio a proseguir la práctica docente, había sido
Es importante que los alumnos perciban el esfuerzo autoritaria. En verdad, no. Libertinaje hubiera sido si
que hacen el profesor o la profesora al buscar su cohe- permitia que la indisciplina de una libertad mal entendi-
rencia: es preciso también que este esfuerzo sea ele vez da desequilibrara el contexto pedagógico, perjudicando
en cuando discutido en clase. Hay situaciones e~ qu~ la así su funcionamiento.
conducta de la profesora puede parecer contracl1ctona a En uno de los innumerables debates en que he parti-
los alumnos. Esto sucede casi siempre cuando el_ pro_fe- cipado, en el que se discutía precisamente la cuestión de
sor simplemente ejerce su autoridad en la coorcl1nac1ón los límites sin los cuales la libertad degenera en liberti-
ele \as actividades de la clase y a los alumnos les parece naje y la autoridad en autoritarismo, oí de uno de los
que él, el profesor, se excedió en su poder. A veces, el participantes que, al hablar de los límites de la libertad,
mismo profesor no tiene certeza de haber realmente re- yo estaba repitiendo la cantilena que caracterizaba el
basado o no el I írnitc de su autoridad. discurso de un profesor suyo, reconocidamcnte reaccio-
nario, durante el régimen militar. Para mi interlocutor, la
libertad estaba por encima de cualquier límite. Para mí,
4. Enseñar exige libertad y autoridad no, exactamente porque le apuesto a ella, porque sé que
la existencia sólo tiene valor y sentido en la lucha por
En otro momento de este texto me referí al hecho de que ella. La libertad sin límite es tan negativa como la liber-
no hemos resuelto aún el problema de la tensión entre la tad asfixiada o castrada.
autoridad y la libertad. Inclinados como estamos a supe- El gran problema al que se enfrenta el educador o
rar la tradición autoritaria, tan presente entre nosotros, educadora de opción democrática es cómo trabajar para
nos deslizamos hacia fomrns libertinas ele comporta- hacer posible que la necesidad del límite sea asumida
miento y descubrimos autoritarismo donde sólo hubo éticamente por la libertad. Cuanto más críticamente la
ejercicio legítimo de la autoridad. . . . libertad asuma el límite necesario, tanto más autoriclacl
Recientemente, un joven profesor umversitano, de tendrá, éticamente hablando, para seguir luchando en su
opción democrática, comentaba conmigo lo que le pare- nombre.
cía haber sido un desvío suyo en el uso de su autoridad. Me gustaría dejar una vez más bien claro cuánto le
Me dice, consternado, haberse opuesto a que un alumno apuesto a la libertad, cuánto me parece fundamental que
ele otra clase permaneciera en la puerta entreabierta de ella se ejercite asumiendo decisiones. Fue eso, por lo
su salón, conversando con gestos con una ele las alum- menos, lo que marcó mi experiencia de hijo, de herma-
nas El profesor había tenido incluso qu_e deja'. de habl~r no, de alumno, de profesor, de marido, de padre y de
ante el desconcierto provocado por la s1tuac1on. _Para el, ciudadano.
su decisión, con la que había devuelto al espac10 peda- La libertad madura en la confrontación con otras li-
102 Ef'!SEÑAR ES UNA ESPECIFIC
IDAD HUM ANA
ENSEÑAR ES UNA ESPECIFIC
IDAD HUM ANA 103
bertades, en la defe nsa de sus dere
chos de cara a la au-
toridad de los padres, del profesor sin ning ún prejuicio o dtsminución
, del Esta do. Claro es- de ~:u autoridad, hu-
tá que la libertad del adolescente mild eme nte, acepta el papel de enor
no siem pre le pe:1mte me importancia de
tomar la mejo r decisión con relac ases or o asesor.a del hijo o de la hija.
ión a su porvemr. Es Ase sor que, aunque
indispensable que los padres parti batié ndos e por el acierto de su visió
cipen en las discusio: n de las cosas, nun-
nes con los hijos en torno a ese porv ca inten ta imponer su voluntad ni
enir. No pueden m se exas pera porque su
deben omi tirse pero necesitan sabe punto de vista no fue adoptado.
r y asum ir que el fu-
turo es de sus hijos y no suyo. Para Lo que es necesario, de una man era
mí es preferible re- realm ente funda-
forzar el dere cho que tienen a la liber mental, es que el hijo asuma ética
tad de decidir, aun men te, responsable-
:orri endo el riesg o de equivocarse, mente la decisión fundadora de su
que segu ir la deci- auto nom ía. Nadie es
sión de los padres. Es decidiendo autó nom o primero para después
com o se apre nde a ?e- decidir. La autonomía
:idir. No pued o aprender a ser yo se va cons tituy endo en la expe rien
mism o s1 no decido cia de varias, innume-
nunca, porq ue la sabiduría y sens rables decisiones, que van siendo
atez de mi padre y de toma das. ¿Por qué,
ni mad re siem pre deciden por mí. por ejem plo, no desafiar al hijo,
No valen los argu- toda vía niño, para que
nent os inmediatistas como: "¿ Ya participe de la elección de la mejo
imaginaste, por ejem- r hora para hace r sus
)lo, el riesg o que corres de perder tareas esco lares ? ¿Por qué el mejo
tiempo y oportuni~a- r tiem po para esa ta-
les. insistiendo en esa idea absurda? rea es siem pre el de los padres? ¿Por
" La idea del h1JO. qué perd er la opor-
iaturalmente. Lo que hay de pragmáti tunidad de ir seña land o siempre a
co en nuestra ex1s- los hijo s el debe r y el
encia no pued e sobreponerse al impe dere cho que tienen, como personas
rativo ético del que . de ir forjando su
10 pode mos huir. El hijo tiene, míni propia auto nom ía? Nadie es suje
mam ente , el derecho to de la auto nom ía de
le prob ar Jo "abs urdo de su idea". nadie. Por otro lado, nadie madura
Por otro lado, la?~ - de repe nte, a los 25
isión de asum ir las consecuencia años. Las personas van madurando
s del acto de decidir todo s los días, o no.
onn a part e del aprendizaje. No hay La autonomía, en cuanto madurac
deci sión a la que no ión del ser para sí, es
ontinúen efectos esperados, poco proceso, es llegar a ser. No sucede
espe rado s o 111espera- en una fecha previs-
los. Es por eso por lo que la decisión ta. Es en este sentido en el que una
es un proceso res- peda gogí a de la au-
,onsable. Una de las tareas pedagógi tonomía tiene que estar centrada en
cas de los padres es expe rien cias estimu-
1acer obvi o para los hijos que ladoras de la decisión y de la resp
participar en- su proc~so onsa bilid ad, valga
le toma de decisión no es entromete decir, en experiencias respetuosas
rse sino cumplir, rn- de la libertad.
:Juso, un deber, siempre y cuando Una cosa me parece hoy mucho más
no pret enda n asumir clara: nunc a tu-
a misi ón de deci dir por ellos. La part ve mied o de apostarle a la libertad,
icipación de los pa- a la seriedad, a la
ires debe darse sobre todo en el anál amorosidad. a la solidaridad, en
isis, junt o con los cuya luch a aprendí el
iijos, de las posibles consecuencia v::tlor y la importancia de la rabia.
s de la decisión que Nun ca temí ser criu-
·a a ser tomada. 1:ado por mi mujer, por mis hijas
, por mis hijos, ni por
La posición dd padre tl de la mad mis alumnos y alumnas con quie
re es la de quien, nes he traba_iado a lo
largo de los años, por haberle apos
tado dem asia do a la
104 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
!05
libertad, a la esperanza, a la palabra del otro, a su volun-
de la economía, de las relaciones humanas, de la propie-
tad de erguirse y volverse a erguir, por haber sido más
dad, del derecho al trabajo, a la tierra, a la educación, a
ingenuo que crítico. Lo que temí, en los diferentes mo-
la salud, cuanto a la que, por el contrario, pretende reac-
mentos de mi vida, fue dar margen, mediante gestos o
cionariamente inmovilizar la Historia y mantener el or-
, palabrería, a ser considerado un oportunista, un "realis- den injusto.
ta", "un hombre con los pies sobre la tierra", o uno de
Estas formas de intervención, que enfatizan más un
esos "equilibristas" que están siempre "sobre el muro" a
aspecto que otro nos dividen en nuestras opciones con
la espera de saber cuál será la onda que se hará poder.
relación a cuya pureza no siempre somos leales. Rara
Lo que siempre rechacé deliberadamente, en nombre
vez, por ejemplo, percibirnos la incoherencia agresiva
del respeto mismo a la libertad, fue su distorsión en li-
que existe entre nuestras afirmaciones "progresistas" y
bertinaje. Lo que siempre busqué fue vivir en plenitud la
nuestro estilo desastrosamente elitista de ser intelectua-
relación tensa, contradictoria y no mecánica, entre auto-
les. ¿Y qué decir de educadores que se dicen progresis-
ridad y libertad, en el sentido de asegurar el respeto en-
tas pero que tienen una práctica pedagógico-políti ca
tre ambas, cuya ruptura provoca la hipertrofia de una o
eminentemente autoritaria? Sólo por esa razón en Car-
de otra.
tas a quien pretende enseiiar insistí tanto en la necesidad
Es interesante observar cómo, de manera general, los
que tenemos de crear, en nuestra práctica docente, entre
autoritarios consideran, con frecuencia, el respeto indis-
otras, la virtud de la _coherencia. Tal vez no haya nada
pensable a la libertad como expresión de espontaneísmo
que desgaste más a un profesor que se dice progresista
incorregible y los libertinos descubren autoritarismo en
que su práctica racista, por ejemplo. Es interesante ob-
toda manifestación legítima de autoridad. La posición
servar cómo hay más coherencia entre los intelectuales
más difícil, indiscutiblemente correcta, es la del demócra-
autoritarios, de derecha o de izquierda. Difícilmente uno
ta, coherente con su sueño solidario e igualitario, para
de ellos o una de ellas respeta y estimula la curiosidad
quien no existe autoridad sin libertad ni ésta sin aquélla.
crítica en los educandos, el gusto por la aventura. Difí-
cilmente contribuye, de manera deliberada y consciente,
para la constitución y solidez de la autonomía del ser del
5. Enseñar exige una toma consciente de decisiones
educando. De modo general, se obstinan en depositar en
los alumnos pasivos la descripción del perfil de los con-
Volvamos a la cuestión central que vengo discutiendo en
tenidos, sólo como los aprenden, en lugar de desafiarlos
esta parte del texto: la educación, especificidad humana,
a aprehender su sustantividad en cuanto objetos gnoseo-
corno un acto de intervención en el mundo. Es preciso lógicos.
dejar claro que el concepto de intervención se está usan-
Es en la direccionalidad de la educación, esta voca-
do sin ninguna restricción semántica. Cuando hablo de
ción que ella tiene, corno acción específicamente huma-
la educación como intervención me refiero tanto a la que
na, de "remitirse" a sueños, ideales, utopías y objetivos,
procura cambios radicales en la sociedad, en el campo
donde se encuentra lo que vengo llamando politicidad
106 ENSE1'1AR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA ENSE1'1AR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
107
de la educación. La cualidad de ser política, inherente a
aquí,. son una fatalidad de fines del siglo. Sería preciso
su naturaleza. La neutralidad de la educación es, en ver-
también que hubiera unanimidad en la forma de enfren-
dad, imposible. Y es imposible, no porque profesores y
tarlos para superarlos. Para que la educación no fuera
profesoras "alborotadores" 'Y "subversivos" lo detenni-
una forma polftica de intervención en el mundo sería in-
nen. La educación no se vuelve política por causa de la
dispensable que el mundo en q11e ella se diera no fuera hu-
decisión de este o de aquel educador. Ella es política.
mano. Hay una total incompatibilidad entre el mundo
Quien piensa así, quien afirma que es por obra de este o
humano del habla, de la percepción, de la inteligibilidad, de
de aquel educador, más activista que otra cosa, por lo
la comunicabilidad , de la aéción, de la observación,
que la educación se vuelve política, no puede esconder
de la ~omparación, de la verificación, de la búsqueda, de la
la fonna menospreciadora en que entiende la política.
elecc1?~· _de la decisión, de la ruptura, de la ética y de
Pues es precisamente en la medida.en que la educación
la pos1bl11dad de su transgresión y la neutralidad de no
es pervertida y disminuida por la acción de "alborotado- importa qué.
res" que ella, dejando de ser verdadera educación, pasa
No e~ la neutralidad de la educación lo que debo pre-
a ser política, algo sin valor. tender sino el respeto, a toda ,prueba, a los educandos, a
La raíz más profunda de la politicidad de la educa-
los educadores y a las educadoras. El respeto a los edu-
ción está en la propia educabilidad del ser humano, que
cadores y educadoras por parte de la administración pú-
se funde en su naturaleza inacabada y de la cual se vol-
blica o privada de las escuelas; el respeto a los educan-
vió consciente. Inacabado y consciente de su inacaba-
dos asumido y practicado por los educadores no importa
miento, histórico, el ser humano se haría necesariamen-
de qué escuela, particular o pública. Por estó es por Jo
te un ser ético, un ser de opción, de decisión. Un ser
que debo luchar sin cansancio. Luchar por el derecho que
ligado a intereses y en relación con los cuales tanto pue-
t:ngo de ser respetado y por el deber que tengo de reac-
de mantenerse fiel a la eticidad cuanto puede transgre-
c~onar cuando 111e maltratan. Luchar por el derecho que
dirla. Es exactamente porque nos volvemos éticos por lo
tu, que me lees, profesora o alumna, tienes de ser tú mis-
que fue creada para nosotros, como afirmé antes, la pro-
ma y ~unca, jamás, luchar por esa cosa imposible, grisá-
babilidad de violar la ética.
cea e msulsa que es la neutralidad. ¿Qué otra cosa es mi
Para que la educación fuera neutral sería preciso que
n~utralidad sino una manera tal vez cómoda, pero hipó-
no hubiera ninguna discordancia entre las personas con
crita, de esconder mi opción o mi miedo de denunciar la
relación a los modos de vida individual y social, con re-
injusticia? "Lavarse las manos» frente a la opresión es re-
lación al estilo político puesto en práctica, a los valores
forzar el poder del opresor, es optar por él. ¿Cómo pue-
que deben ser encarnados. Sería preciso que no hubiera,
do ser neutral frente a una situación, no importa cuál sea,
en nuestro caso, por ejemplo, ninguna divergencia acer-
en que el cuerpo de las mujeres y de los hombres se vuel-
ca del hambre y la miseria en Brasil y en el mundo; se- ve puro objeto de expoliación y de ultraje?
ría necesario que toda la población nacional aceptara
Lo que se le plantea a la educadora o al educador de-
verdaderamente que hambre y misería, aquí y fuera de
mocrático, consciente de la imposibilidad de la neutrali-
108 ENSEÑAR ES UNA ESPEClFlCIDAD ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD
HUMANA HUMANA 109
dad de la educ ació n, es forjar en ma es dem ocrá tico y solidario, no
sí un sabe r especial, es hahl ando a los
que jamá s debe abandonar, saber que otros, desd e arriba, sobre todo, com
moti va y sustenta o si fuéramos los
su lucha: si la educ ació n no lo p11ed Pº;ta dore s de la verdad que hay que
e todo, algu na cosa trans miti r a los <le-
fund ame ntal pued e la educación. Si mas, com o aprendernos a escuchar
la educ ació n no es , pero es escuchando
la clave de las transformaciones socia com o a~rendernos a habl ar con ellos
les, tampoco es . Sólo quien escu-
simp leme nte una reproductora de la cha paci ente y críticamente al otro,
ideo logía dominan- habl a con él, aun
te. Lo que quie ro deci r es que, ni cuan do, en ciertas ocasiones, nece
la educ ació n es una site habl arle a él. Lo
fuerza imba tible al servicio de la que nunc a hace quien apre nde a escu
trans form ació n de la char para poder ha-
socie dad, porq ue yo así lo quiera, ni blar con es habl ar impositivamente.
es tamp oco la per- Inclu so cuando, por
petu ació n del statu qua porque el nece sidad , habla contra posiciones
dom inan te así lo de- o conc epci ones del
crete. El educ ador y la educadora ot:º· habl a con él como sujeto de la
críti cos no pueden escu cha de su habla
pens ar que, a partir del curso que coor cntic a Y no com o objeto de su discu
dina n o del semi- rso. El educ ador que
nario que dirig en, pueden transform escu cha apre nde la difícil lección de
ar el país. Pero pue- trans form ar su dis-
den dem ostra r que es posible cambiar. curso al alum no, a veces necesario,
Y esto refuerza en en un habl a con él.
él o ella la impo rtanc ia de su tarea Hay u~a señal _de los tiempos, entr
polít ico-p edag ógic a. e otras, que me
La prof esor a democrática, cohe rente asusta: la ins1stenc1a con la que, en
, competente, nom bre de la demo-
que man ifies ta su gusto por la vida, cracia, de la libertad y de la eficienci
su espe ranz a en un a, se vien e asfixian-
mun do mejo r, que dem uestr a su capa do la prop ia libertad y, por extensió
cida d de lucha, su n, la crea tivid ad y el
respeto a las difer enci as, sabe cada gusto de la aven tura del espíritu. La
vez más el valor que liber tad de mover-
tiene para la transformación de la nos, de arrie sgar nos viene siendo som
reali dad, la manera etida a una cierta
cong ruen te en que vive su presenci unifom11dad de fómrnlas, de man eras
a en el mundo, de la de ser, en relación
cual su expe rienc ia en \a escuela es con las cual es som os evaluados. Clar
apen as un momen- o está que ya no se
to, pero un mom ento important trata ,de la asfixia truculentamente
e que requ iere ser vivido prod ucid a por el rey
auté ntica men te. despot1co sobr e sus súbditos, por el
seño r feudal sobre
sus vasa llos, por el colo niza dor sobr
e los colonizados
por el d~eñ~ de la fábrica sobre los
obre ros, por el Esta~
6. Enseñar exige saber escuchar do auto ntan o sobre los ciudadanos,
sino por el poder in-
v1_s1blc de la domesticación enaj enan
te que alcanza una
Reci ente men te, platicando con un efica. cia .extra ordin aria en lo que veng
grup o de amigas y o llam ando "b uro· _
amigos, una de ellas, la profesora Olga crat1zac1ón de la mente". Un estado
ir Garc ía, me di- refin ado de extrañe-
jo que, en su expe rienc ia pedagógica za, de "aut osun :isió n" de la mente,
de prof esor a de ni- del cuer po conscien-
ños y de adol esce ntes pero también te, de. conf ormi smo del individuo,
de prof esor a de pro- de resig naci ón ante
fesoras, vení a obse rvan do cuán impo situa cion es consideradas fatalmente
rtant e y necesario com o inmutables
es sabe r escu char . Si, en verdad, el Es la posi ción de quien encara los
sueñ o que nos ani- hech os com o alg~
11 O ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA 111
consumado, como algo que sucedió porque tenía que tido de la utopía, de la cual no puede dejar de estar im-
suceder en la forma en que sucedió, es la posición, por pregnada la práctica educativa humanizante, tenga que
eso mismo, de quien entiende y vive la Historia como ser una constante de ésta.
determinismo y no como posibilidad. Es la posición de Cuanto más me dejo seducir por la aceptación de la
quien se asume corno fragilidad total ante el todopode- ~uerte de la Historia, tanto más admito que la imposibi-
rosismo de los hechos que no sólo acontecieron porque hdad de un mañana diferente implica la eternidad del
tenían que acontecer sino que no pueden ser "reorienta- hoy neoliberal que está allí, y la permanencia del hoy
dos" o alterados. En esta manera mecanicista de com- mat~ en mí 1~ posibilidad de soñar. Una vez desproble-
prender la Historia no hay lugar para la decisión huma- mat1zado el tiempo, la llamada muerte de la Historia de-
na. 1 Así como en la desproblematización del tiempo, de creta el inmovilismo que niega al ser humano.
la que resulta que el porvenir ora es la perpetuación del La total desconsideración por la formación íntegra!
hoy, ora algo que será porque está dicho que será, no hay del ser humano y su reducción a puro adiestramiento
lugar para elección, sino para el acomodamiento bien fortalece la manera autoritaria de hablar desde arriba ha-
adaptado a lo que está allí o a lo que vendrá. No es po- cia abajo: En ese caso, hablar a, que, en la perspectiva
sible hacer nada contra la globalización que, realizada democrática es un momento posible de hablar con no es
porque tenía que ser realizada, debe continuar su desti- ni siqu!era. ensayado. La total desconsideración ~or la
no, porque así está misteriosamente escrito que debe ser. fo~ac1ó~ mtegral del ser humano, su reducción a puro
La globalización que refuerza el mando de las minorías ad1estram1ento fortalecen la manera autoritaria de hablar
poderosas y despedaza y pulveriza la presencia impoten- desde arriba hacia abajo, a la que le falta, por eso mis-
te de los dependientes, haciéndolos todavía más impo- mo, la intención de su democratización en el hablar con.
tentes, es un destino manifiesto. Frente a ella no hay otra Los sistemas de evaluación pedagógica Je alumnos y
salida más que cada uno baje dócilmente la cabeza y de profesores se vienen asumiendo cada vez más como
agradezca a Dios por continuar vivo. Agradecer a Dios discursos verticales, desde arriba hacia abajo, pero insis-
o a la propia globalización. ten en pasar por democráticos. La cuestión que se nos
Siempre rechacé los fatalismos. Prefiero la rebeldía plantea, en cuanto profesores y alumnos críticos y
que me confirma como persona y que nunca dejó de pro- amantes de la libertad, no es, naturalmente, ponernos
bar que el ser humano es mayor que los mecanicismos contra la evaluación, a fin de cuentas necesaria, sino re-
que lo minimizan. sistir a los métodos silenciadores con que a veces viene
La proclamada muerte de la Historia que significa, en siendo realizada. La cuestión que se nos plantea es lu-
última instancia, la muerte de la utopía y de los sueños, char en favor de la comprensión y de la práctica de la
refuerza, indiscutiblemente, los mecanismos de asfixia evaluación en cuanto instrumento de apreciación del
de la libertad. De allí que la pelea por el rescate del sen- queha~er de_ sujetos críticos al servicio, por eso mismo,
de la hberac1ón y no de la domesticación. Evaluación en
1 Véase Paulo Freire, Pedagogía de la esperanza, op. cit. que se estimule el hablar a como camino del hablar con.
112 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
En el proceso del habla y de la escu~ha la disciplina 113
del silencio que debe ser asumido con ngor y en su ~-o- La importancia del silencio en el espacio de la comu-
mento por los sujetos que hablan y escuc_han es u~ sine nicación es fundamental. Él me permite, por un lado, al
ua de la comunicación dialógica. La primera sena! de escuchar el habla comunicante de alguien, como sujeto
que el individuo que habla sabe escuchar es la demo~tra- y no como objeto, procurar entrar en el movimiento-in-
¿ión de su capacidad de controlar no sól? la nece_s1dad terno de su pensamiento, volviéndome lenguaje; por el
de decir su palabra, que es un derecho, smo también el otro, torna posible a quien habla, realmente comprom'e-
gusto personal, profundamente respetable, de expresar- tido con comunicar y no con hacer comunicados, escu-
:1
la. Quien tiene algo que decir tiene igualmente dere-
cho y el deber de decirlo. Sin embargo, es preciso que
char la indagación, la duda, la creación de quien escu-
chó. Fuera de eso, la comunicación perece.
quien tiene algo que decir sepa, sin sombra de du~a, q~e Volvamos a un punto ya referido, pero sobre el cual es
no es el único o la única que tiene algo que d~cir. Aun preciso insistir. Una de las características de la experien-
más, que lo que tiene que decir no es ne~e_s_~namente~ cia existencial en el mundo en comparación con la vida
por más importante que sea, la ve_rdad_ ausp1c10sa espe_ en el soporte es la capacidad que fuimos creando, muje-
rada por todos. Es preciso que quien tiene algo que ~e res y hombres, de entender el mundo sobre el que y en el
cir sepa, sin duda alguna, que, sin ~scuch~r ~o que qui~~ que actuamos, lo que se dio simultáneamente con la co-
escucha tiene igualmente que decir, tern~ma P?r ago municabilidad de lo entendido. No hay entendimiento de
su capacidad de decir por mucho haber dicho sm nada o la realidad sin la posibilidad de su comunicación.
casi nada haber escuchado. Uno de los problemas serios que tenemos es cómo
Es por eso por lo que, agrego, quien tiene algo_ qu~ trabajar el lenguaje oral o escrito asociado o no a la fuer-
decir debe asumir el deber de motivar, de desaf1~r a za de la imagen, para hacer efectiva la comunicación
quien escucha, en el sentido de que, quien esc_uc~a d1gaj que se encuentra en la propia comprensión o entendi-
llable responda. El derecho que se otorga a s1 nu~mo ~ miento del mundo. La comunicabilidad de lo entendido
'
educador autoritario, de comportarse c~m o propietario . es la posibilidad que éste tiene de ser comunicado, pero
de la verdad de la que se adueña y del ll~mpo para dis- todavía no es su comunicación.
currir sobre ella, es intolerable. Para ~I qmen escu~ha n~ Así, seré tanto mejor profesor cuanto más eficazmen-
tiene siquiera tiempo propio pues el tiempo de qm~n es te consiga provocar al educando en el sentido de que pre-
cucha es el suyo, el tiempo de su habla. Por eso mismo, pare o refine su curiosidad, que debe trabajar con mí ayu-
su habla se da en un espacio silenciado y n? en un es~a- da, buscando que produzca su entendimiento del objeto o
cio con o en silencio. Al contrario, el espac10 del educa- de] contenido de que hablo. En verdad, mi papel como
dor democrático, que aprende a hablar esc~chando, se profesor, al enseñar el contenido a o b, no es solamente
ve cortado por el silencio intermitente de quien, ?abl~n~ esforzarme por describir con máxima claridad la sustan-
do, calla para escuchar a quien, silencioso, y no szlenc1a- tividad del contenido para que el alumno lo grabe. Mi pa-
do, habla. pel fundamental, al hablar con claridad sobre el objeto,
es incitar al alumno para que él, con los materiales que
114 ENSEl'IAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
ENSEl'IAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
115
ofrezco, produzca la comprensión del objeto en lugar de
recibirla, integralmente, de mí. Él necesita apropiarse del te por parte del sujeto que escucha para la apertura al ha-
entendimiento del contenido para que la verdadera rela- bla del otro, al gesto del otro, a las diferencias del otro.
ción de comunicación entre él, como alumno, y yo, como Eso no quiere decir, evidentemente, que escuchar exija
profesor, se establezca. Es por eso por lo que, repito, en- que quien realmente escucha se reduzca al otro que ha-
señar no es transferir contenidos a alguien, así como bla. Eso no sería escucha, sino autoanulación. La verda-
aprender no es memorizar el perfil del contenido transfe- dera escucha no disminuye en nada mi capacidad de
rido en el discurso vertical del profesor. Enseñar y apren- ejercer el derecho de discordar, de oponerme, de asumir
der tienen que ver con el esfuerzo metódicamente crítico una posición. Por el contrario, es escuchando bien como
del profesor por desvelar la comprensión de algo y con el me preparo para colocarme mejor o situarme mejor des-
empeño igualmente crítico del alumno de ir entrando_co- de el punto de vista de las ideas. Como sujeto que se da
mo sujeto en aprendizaje, en el proceso de desvelam.1en- al discurso del otro, sin prejuicios, el buen escuchador
to que el profesor o profesora debe desatar. Eso no tiene dice y habla de su posición con desenvoltura. Precisa-
nada que ver con la transferencia de contenidos y se re- mente porque escucha al otro, su habla discordante, afir-
mativa, no es autoritaria.
fiere a la dificultad pero, al mismo tiempo, a la belleza
de la docencia y de la discencia. No es difícil percibir que hay varias cualidades que
Así, no es difícil comprender que una de mis tareas la escucha legítima demanda de su sujeto. Cualidades
centrales como educador progresista sea apoyar al edu- que van siendo constituidas en la práctica democrática
de escuchar.
cando para que él mismo venza sus dificultades en la
comprensión o en el entendimiento del objeto y para que Discutir cuales son estas cualidades indispensables
su curiosidad, compensada y gratificada por el éxito de debe formar parte de nuestra preparación, aun sabiendo
la comprensión alcanzada, sea mantenida y, así, ~sti~u- que ellas necesitan ser creadas por nosotros, en nuestra
lada a continuar en la búsqueda permanente que 1mphca práctica, si nuestra opción político-pedagógica es demo-
el proceso de conocimiento. Que se me perdone la reite- crática o progresista y si somos coherentes con ella. Es
ración, pero es preciso enfatizar una vez más: enseñar n_o . necesario que sepamos que, sin ciertas cualidades o vir-
es transferir el entendimiento del objeto al educando si- tudes como el amor, el respeto a los otros, la tolerancia,
no instigarlo para que, como sujeto cognoscente, sea ca- la humildad, el gusto por la alegría, por la vida, la aper-
paz de entender y comunicar lo ente°'dido. Es en este tura a lo nuevo, la disponibilidad al cambio, la persisten-
sentido como se me impone escuchar al educando en cia en la lucha, el rechazo a los fatalismos, la identifica-
sus dudas, en sus temores, en su incompetencia provi- ción con la esperanza, la apertura a la justicia, no es
sional. Y al escucharlo, aprendo a hablar con él. posible la práctica pedagógico-progresista, que no se ha-
ce tan sólo con ciencia y técnica.
Escuchar es obviamente algo que va más allá de la
posibilidad auditiva de cada uno. Escuchar, en el senti- Aceptar y respetar la diferencia es una de esas virtu-
do aquí discutido, significa la disponibilidad permanen- des sin las cuales la escucha no se puede dar. Si discri-
mino al niño o a la niña pobre; a la niña o al niño negro,
l 16 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA ENSEÑAR f-:', UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
117
al niño indio, a la niña rica; si discrimino a la mujer, a la la humildad exige de mí, cuando no puedo reaccionar
campesina, a la obrera, no puedo evidentemente escu- com? debería a b afrenta, es enfrentarla ~'Gn dignidad.
charlas y, si no las escucho, no puedo hablar con ellas, La dignidad de m1 silencio y de mi mirada que transmi-
sino hablarles a ellas, desde arriba hacia abajo. Sobre ten mi protesta posible.
todo, me prohíbo entenderlas. Si me siento superior al Es obvio que no puedo batirme físicamente con un
que es diferente, no importa quien sea, me niego a es- joven, a quien no es necesario agregar vigor ni cualida-
cucharlo o a escucharla. El diferente no es el otro que des de luchador. Pero ni así, sin embargo, debo humillar-
merece respeto, es un esto o aquello, maltratable o des- me ante su_ falta de respeto y su agravio, y llevármelos
preciable. para casa s111 al menos un gesto de protesta. Es necesa-
Si la estructura de mi pensamiento es la única correc- n_o que, al asumir con seriedad mi impotencia en la rela-
ta, irreprochable, no puedo escuchar a quien piensa y ción de poder entre él y yo, su cobardía se haga patente.
elabora su discurso de una manera que no es la mía. Es necesario que él sepa que yo sé que su falta de valor
Tampoco escucho a quien habla o escribe fuera de los ético lo inferioriza. Es preciso que sepa que, si bien pue-
patrones de la gramática dominante. ¿ Y cómo estar de golpearme físicamente y sus golpes causarme daño
abiertos a las formas de ser, de pensar, de valorar, de otra no tiene, sin embargo, la fuerza suficiente para doble~
cultura, consideradas por nosotros demasiado extrañas y garme a su arbitrio.
exóticas'! Yernos cómo el respeto a las diferencias y ob- Aun sin pegarle físicamente, el profesor puede gol-
viamente a los diferentes exige de nosotros la humildad pear al educando, provocarle disgustos y perjudicarlo en
que nos advierte de los riesgos de exceder los límites el proceso de su aprendizaje. La resistencia del profesor,
más allá de los cuales nuestra autoestima necesaria se por e1emplo, a respetar la "lectura de mundo" con la que
convierte en arrogancia y falta de respeto a los demás. el educando llega a !a escuela, obviamente condiciona-
Es preciso afirmar que nadie puede ser humilde por pu- da,por su cultura de clase y revelada en su lenguaje, tam-
ro formalismo como si cumpliera una obligación buro- b1en de clase'. se.convierte en un obstáculo a la experien-
crática. Al contrario, la humildad expresa una de las ra- cia de conoc1m1ento del alumno. Como he insistido en
ras certezas de las que estoy seguro: la de que nadie es este Y en otros trabajos, saber escucharlo no significa ya
superior a nadie. La falta de humildad, revelada en la lo dejé claro, concordar con su lectura del mundo, 0 c~n-
arrogancia y en la falsa superioridad de una persona so- fonnarse con ella y asumirla como propia. Respetar la
bre otra, de una raza sobre otra, de un género sobre otro, lectura de mundo del educando tampoco es un juego tác-
de una e Jase o de una cultura sobre otra, es una transgre- tico con el que el educador o la educadora busca volver-
sión de la vocación humana del ser más. 2 Lo que la hu- se simpático al alumno. Es la manera correcta que tiene
mildad no puede exigir de mí es mi sumisión a la arro- el educador de intentar, con el educando y no sobre él,
gancia y a la rudeza de quien me falta al respeto. Lo que la superación de una m;inera más ingenua de entender el
mundo con otra más crítica. Respetar la lectura de mun-
~ Véase Paulo Frcirc, Pedagogía del oprimido. o¡J. cir do del educando significa tomarla como punto de parti-
118 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
119
da para la comp rensió n del papel de la curios
idad, de curios idad altera su capacidad de ha/lar y obstac
modo general v de la humana, de modo espec uliza la
ial, como exacti tud del hal/azga. Por otro lado y sobre todo,
uno de~los im~~lsos fundadores de la produ cción es pre-
delco - ciso que el educando vaya asumi endo el papel
nocimiento. Es preciso que, al respetar la lectur de sujeto
a del de la producción de su enten dimie nto del mund
mund o del educa ndo para superarla, el educa o y no só-
dor deje lo el de recibidor de la que el profe sor le transf
claro que la curiosidad fundamental al enten iera.
dimie nto Cuan to más capaz me vuelvo de afirm arme como
del mund o es histórica y se da en la historia, rn-
se perfec- jeto que puede conoc er tanto mejor desem peño
ciona, camb ia cualitativamente, se hace metód mi apti-
icame nte tud para hacerlo.
rigurosa. Y la curiosidad así metód icame nte
rigorizada Nadie puede conocer por mí así como yo no
hace hallaz gos cada vez más exacto s. En el puedo
fondo, el conoc er por el alumno. Desde la persp ectiva
educa dor q~e respeta la lectura de mund o del progresista
educando en que me encuentro, lo que puedo y debo hacer
recon oce la historicidad del saber, el caráct er es, al en-
histórico señarl e cierto contenido, desafiarlo a que se vaya
de la curios idad, y así, rechazando la arroga ncia perci-
cienti- biendo, en y por su propia práctica, como sujeto
ficista, asume la humildad crítica propia de la capaz de
posición saber. Mi papel de profesor progr esista no es
verda deram ente científica. sólo ense-
ñar matem áticas o biología sino, al tratar la temát
La falta de respeto a la lectura de mund o del educa ica que
ndo es, por un lado, objeto de mi enseñ anza, y por
revela el gusto elitista, por consiguiente antide el otro, del
mocrático, apren dizaje del alumno, ayudar a éste a recon
del educa dor que, de esta manera. sin escuchar ocerse co-
al educan- mo arquitecto de su propia práctica cogno scitiv
do, no habla con él. Deposita en él sus comunicado a.
s. Toda enseñ anza de contenidos dema nda de quien
Hay todav ía ,ilgo de verdadera impor tancia por se
dis- encue nlra en la posición de apren diz que, a
cutir en torno de la reflexión sobre el recha zo partir de
o el respe- cierto mome nto, comience a asumi r tamhién
to a la lectur a de mundo del educa ndo por parte la autoría
del edu- del conoc imien to del objeto. El profe sor autori
cador. La lectur a de mundo revela, como es eviden tario, que
te, el se niega a escuchar a los alumn os, se cierra a
enten dimie nto del mundo que se viene consti esa aven-
tuyendo tura cread ora. Niega a sí mism o la partic ipació
cultural y social mente . También revela el trabaj n en este
o indivi- mome nto de belleza singular: el de la afirma
dual de cada sujeto en el propio proce so de asimil ción del
ación educa ndo como sujeto de conoc imien to. Es por
del enten dimie nto del mundo. eso por
lo que la enseñ anza de los conte nidos , realiz ada
Una de las tareas esenciales de la escuela, corno crítica-
cen- mente, implic a la apertura total del profe sor o
tro de producción sistemática de conoc imien to, de la pro-
es traba- fesora a la tentativa legítima del educa ndo por
Jar crítica mente la inteligibilidad de las cosas y tornar en
de los he- sus mano s la responsabilidad del sujeto que
chos y su comunicabilidad. Por eso es impre conoce.
scindible Más aún, implic a la iniciativa del profe sor que
que la escue la incite constantemente la curios debe es-
idad del timula r esa tentativa en el educa ndo, ayudá ndolo
educa ndo en vez de "ablandarla" o "dom estica para
rla". Es que la realice.
necesario mostr ar al educando que el uso ingen
uo de la Es en este sentido como se puede afinn ar que
es .tan
120 E:SSEÑ.;R ES UNA ESPEC IFICID AD HU~!A
NA ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMA
NA 121
e1Tónco separ ar práctica de teoría, pensa mien
to de ac- decer nos, hace, por ejemp lo, que much os
ción, lengu aje de ideología, como separ ar de nosotros
la enseñ anza acept emos con docilidad el discu rso cínic amen
de conte nidos del llamado al educa ndo para te fatalis-
que se vaya ta neoliberal que proclama que el desem pleo
hacie ndo sujeto del proce so de apren derlo en el mundo
s. Desd e una es una fatalidad de fin del siglo. O que los
persp ectiva progr esista lo que debo hacer sueño s mu-
es exper imen- rieron y que lo válido hoy es el "prag matis
tar la unida d dinám ica entre la enseñ anza mo" pedagó-
del conte nido gico, es el adies trami ento técnic o-cie ntífic
y la enseñ anza de lo que es, y de cómo apren o del educa n-
der. Al en- do y no su formación, ele la cual no se
señar matem áticas enseñ o también cómo apren habla más.
der y có- Form ación que, al incluir !a prepa ració n
mo enseñ ar, cómo ejercer la curio sidad episte técnico-cientí-
moló gica fica, la rebas a.
indisp ensab le a la producción del conoc imien
to. La capac idad de "abla ndarn os" que tiene la
ideolo gía
nos hace a veces acept ar mans amen te que
la globaliza-
ción de la econo mía es una inven ción de ella
7. Ense1iar exige reconocer que la educa ción mism a o de
un destin o que no se podría evitar , una casi
es ideol ógica entid ad me-
tafísica y no un momento del desar rollo econó
mico, so-
metido, como toda producción econó mica
El saber que se refiere a la fueu.a, a veces capitalista, a
mayo r de lo una cierta orientación política dicta da por
que pensa mos, de la ideología, es igualm ente los intereses
indispensa- de los que deten tan el poder. Sin emba rgo,
ble para la práct ica educativa del profe sor se habla de la
o de la profe- globa lizaci ón de la econo mía como un mom
sora. Es el que nos advierte de sus maña s, ento nece-
de las trampas sario de la econo mía mundial al que, por eso
en que nos hace caer. Es que la ideolo gía tiene mismo, no
que ver di- es posib le escapar. Se unive rsaliz a un dato
rectam ente con el encubrimiento de la verda del sistem a
d de los he- capita lista y un instante de la vida produ ctiva
chos. con el uso del lenguaje para ofusc ar u de ciertas
opaca r la rea- econo mías capitalistas hegem ónica s como
lidad al mism o tiempo que nos vuelve "miop si Brasil, Mé-
es". xico, o Argen tina, debieran partic ipar de
El poder de la ideología me hace pensa r en !a globaliza-
esas ma- ción de la econo mía de la mism a mane ra
ñanas cubie rtas de neblina en que apena s que Estad os
vemo s el per- Unidos, Alem ania o Japón. Se toma el tren
fil de los cipre ses como sombras que más en march a y
parec en man- no se discu ten las condiciones anter iores
chas de las propi as sombras Sabem os y actuales de
que hay algo las difere ntes econo mías. Se pone en un mism
enc\J vado en la penum bra pero no lo vemo o nivel los
s bien. La deber es entre las distintas econo mías sin torna
propi a "mio pía" que nos asalta dificu lta r en cuen-
la perce pción ta las distan cias que separan a los "dere
más clara, más nítida de la sombra. Es todav chos" de los
ía más seria fuertes y su poder ele usufr uctua rlos de la flaqu
la posib ilidad que tenemos de acept ar dócil eza de los
ment e que lo débiles para ejercerlos. Si la globa lizaci ón
que vemo s y oímo s es lo que en verda d es, signif ica la
y no la ver- super ación de las fronteras, la apert ura sin
dad distor siona da. La capacidad que tiene restri ccion es
la ideolo gía al libre come rcio, que desap arezc a enton
de ocult ar la realidad, de hacernos "mio pes", ces quien no
de ensor - pueda resistir. No se indaga, por ejemp lo.
si en mome n-
122 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA ENSEÑAR ES UNA ESPEC!FJC!DAD HUMANA 123
tos anteriore s de la producció n capitalist a las sociedade s hombres, como personas, dejen de profundi zar esa espe-
que hoy lideran la globaliza ción eran tan radicales en la cie de malestar ya existente que se generaliz a ante la
apertura que ahora considera n una condició n indispen- maldad neoliberal. Malestar que terminará por consoli-
sable para el libre comercio . Exigen, en la actualida d, de darse en una nueva rebeldía en que la palabra crítica, el
los otros, lo que no hicieron con ellas mismas. Una de discurso humanist a, el comprom iso solidario , la denun-
las destrezas de su ideología fatalista es convence r a los cia vehemen te de la negación del hombre y de la mujer
perjudica dos de las economía s subordin adas de que la y el anuncio de un mundo "persona lizado" serán armas
realidad es eso, de que no hay nada que hacer sino se- de alcance incalcula ble.
guir el orden natural de las cosas. Pues la ideología neo- Hace un siglo y medio Marx y Engels pregonab an en
liberal se esfuerza por hacernos entender la globaliza- favor de la unión de las clases trabajado ras del mundo
ción como algo natural o casi natural y no como una contra la explotaci ón. Ahora se hace necesaria y urgen-
producci ón histórica. te la unión y la rebelión de la gente contra la amenaza
El discurso de la globalización que habla de la ética que nos acecha, la de la negación de nosotros mismos
esconde, sin embar·go, que la suya es la ética del merca- como seres humanos sometido s a la "fiereza" de la ética
do y no la ética universal del ser humano, por la cual de-
del mercado.
bemos luchar arduamen te si optamos, en verdad, por un En este sentido nunca abandoné mi preocupa ción pri-
mundo de personas. El discurso de la globaliza ción mera, que siempre me acompañ ó, desde los comienzo s
oculta con astucia o busca confundi r en ella la reedición de mi experien cia educativa. La preocupa ción con la na-
intensiÍlc ada al máximo, aunque sea modifica da, de la turaleza humana 3 a la que debo mi lealtad siempre pro-
espeluzn ante maldad con que el capitalism o aparece en clamada. Antes incluso de leer a Marx yo ya me apro-
la Historia. El discurso ideológico de la globaliza ción piaba de sus palabras: ya fundaba mi radicalism o en la
busca ocultar que ella viene robusteci endo la riqueza de defensa de los legítimos intereses humanos . Ninguna
unos pocos y verticaliz ando la pobreza y la miseria de
teoría de la transfonn ación político-s ocial del mundo
millones. El sistema capitalista alcanza en el neolibera- consigue siquiera conmove rme si no parte de una com-
lismo globaliza nte el máximo de eficacia de su maldad prensión del hombre y de la mujer en cuanto seres hace-
intrínseca . dores de Historia y hechos por ella, seres de la decisión,
Yo espero, convenci do de que llegará el momento en de la ruptura, de la opción. Seres éticos, capaces incluso
que, pasada la estupefac ción ante la caída del muro de de transgred ir la ética indispens able, algo de lo que he
Berlín, el mundo se r·ccornpundrá y rechazará la dictadu- "hablado " insistente mente en este texto. He afirmado y
ra del mercado, fundada en la perversid ad de su ética de reafinnad o cuánto me alegra realment e sabenne un ser
lucro. condicio nado pero capaz de superar el propio condicio-
No creo que las mujeres y los hombres del mundo,
independ ientemen te si se quiere de sus opinione s políti-
3 Véase Paulo Freire, Pedagogía de la esperanza, Cartas
cas, pero ·sabiéndose y asumiénd ose como mujeres y a CrisJi-
rw y Pedagogía del oprimido, op. cit.
124 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA 125
namicnto. La gran fuerza sobre la que se apoya la nueva
cación. A todo avance tecnológico debería corresponder
rebeldía es la ética universal del ser humano y no la del
el empeño real de respuesta inmediata a cualquier desa-
mercado, insensible a todo reclamo de las personas Y só-
fío que pusiera en riesgo la alegría de vivir de los hom-
lo abierta a la voracidad del lucro. Es la ética de la soli-
bres y de las mujeres. A un avance tecnológico que ame-
daridad humana.
naza a millares de mujeres y de hombres de perder su
Prefiero ser criticado de idealista y soñador invetera-
trabajo debería corresponder otro avance tecnológico
do por continuar, sin vacilar, apostando al ser humano,
que estuviera al servicio de la atención a las víctimas del
batiéndome por una legislación que lo defienda contra
progreso anterior. Como se ve, ésta es una cuestión éti-
las embestidas agresivas e injustas de quien transgrede
ca y política y no tecnológica. El problema me parece
la propia ética. La libertad del comercio no p~ede estar
muy claro. Así como no puedo usar mi libertad de hacer
por encima de la libertad del ser humano. La hbertad de
cosas, de indagar, de caminar, de actuar, de criticar para
comercio sin límite es el libertinaje del lucro. Se hace
sofocar la libertad que los otros tienen de hacer y de ser,
privilegio de unos cuantos que, en condiciones favora-
así también no podría ser libre para usar los avances
bles, robustece su poder contra los derechos de muchos,
científicos y tecnológicos que llevan a millares de per-
incluso el derecho de sobrevivir. Una fábrica textil que
sonas a la desesperación. No se trata, agreguemos, de in-
cierra porque no puede competir con los precios de la
hibir las investigaciones y frenar los avances sino de po-
producción asiática, por ejemplo, significa no sólo el co-
nerlos al servicio de los seres humanos. La aplicación de
lapso económico-fin anciero de su propietario que puede
los avances tecnológicos con el sacrificio de millares de
o no haber sido un transgresor de la ética universal hu-
personas es más un ejemplo de cuánto podernos ser
mana, sino también la expulsión de centenas de trabaja-
transgresores de la ética universal del ser humano y lo
dores y trabajadoras del proceso de producción. ¿ Y sus
hacemos en favor de una ética pequeña, la del mercado,
familias? Insisto, con la fuerza que tengo y con la que
la del lucro.
puedo reunir, en mi vehemente rechazo a determinismos
Entre las transgresiones a la ética universal del ser
que reducen nuestra presencia en la realidad histórico-
humano, sujetas a penalidades, debería estar la que im-
social a una pura adaptación a ella. El desempleo en el
plicara la falta de trabajo de un sinnúmero de personas,
mundo no es, como dije y repito, una fatalidad. Es ante
su desesperación y su muerte en vida.
todo el resultado de una globalización de la economía y
Por eso mismo, la preocupación con la formación
de avances tecnológicos a los que les viene faltando el
técnico-profesional capaz de reorientar la actividad
deber ser de una ética realmente al servicio del ser hu-
práctica de los que fueron puestos entre paréntesis, ten-
mano y no del lucro y de la voracidad desenfrenada de
dría que multiplicarse.
las minorías que dirigen el mundo.
Me· gustaría dejar bien claro que no sólo imagino si-
El progreso científico y tecnológico que no respond_e
no que sé cuán difícil es la aplicación de una política de
fundamentalm ente a los intereses humanos, a las necesi-
desarrollo humano que, así, privilegie fundamentalmen-
dades de nuestra existencia, pierde, para mí, su sígnifi-
te al hombre y a la mujer y no sólo al lucro. Pero tam-
126 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA 127
bién sé que, si pretendemos superar realmente la crisis un mínimo de reacción crítica, discursos como éstos:
en que nos encontramos, el camino ético se impone. No "El negro es genéticamente inferior al blanco. Es una
creo en nada sin él o fuera de él. Si, de un lado, no pue- lástima, pero es lo que nos dice la ciencia."
de haber desarrollo sin lucro, éste no puede ser, por otro, "En defensa de su honra, el marido mató a la mujer."
el objetivo del desarrollo, en cuyo caso su fin último se- "¿Qué podríamos esperar de ellos, unos alborotado-
ría el gozo inmoral del inversionista. res, invasores de tierras?"
De nada vale, a no ser de manera engañosa para una "Esa gente es siempre así: les das la mano y se toman
minoría que terminaría pereciendo también, una socie- el pie."
dad eficazmente operada por máquinas altamente "inte- "Nosotros ya sabemos lo que el pueblo quiere y ne-
ligentes", que sustituyeran a mujeres y hombres en acti- cesita. Preguntarle sería una pérdida de tiempo."
vidades de las más variadas, y millones de Marías y "El saber erudito que será proporcionado a las masas
Pedros sin tener qué hacer, y éste es un riesgo muy con- incultas es su salvación."
creto que corremos. 4 "María es negra, pero es bondadosa y competente."
Tampoco creo que la política que debe alimentar este "Ese individuo es un buen tipo, Es nordestino, pero
espíritu ético pueda jamás ser la dictatorial, contradicto- es serio y solícito,"
riamente de izquierda o coherentemente de derecha. El "¿ Tú sabes con quién estás hablando?"
camino autoritario ya es de por sí una contravención a la "Qué vergüenza, hombre casarse con hombre, mujer
naturaleza inquietamente inquisidora, de búsqueda, de casarse con mujer."
hombres y de mujeres que se pierden al perder la libertad. "Ahí está, te fuiste a meter con gentuza y ése es el
Es exactamente por causa de todo esto por lo que, co- resultado."
mo profesor, debo estar consciente del poder del discur- "Cuando el negro no ensucia a la entrada ensucia a la
so ideológico, comenzando por el que proclama la salida."
muerte de las ideologías. En realidad, a las ideologías "Donde el gobierno tiene que invertir es precisamente
sólo las puedo matar ideológicamente, pero es posible en las áreas donde viven personas que pagan impuestos."
que no perciba la naturaleza ideológica del discurso que "Tú no necesitas pensar. Vota por fulano, que piensa
habla de su muerte. En el fondo, la ideología tiene un por ti."
poder de persuasión indiscutible. El discurso ideológico "Tú, desempleado, sé agradecido. Vota por quien te
amenaza anestesiar nuestra mente, confundir la curiosi- ayudó. Vota por fulano-de-tal."
dad, distorsionar la percepción de los hechos, de las co- "Se percibe, por la cara, que es gente fina, de buen
sas, de los acontecimientos. No podemos escuchar, sin trato, que recibió buena educación de pequeño y no un
andrajoso cualquiera."
4 Joseph Moermann, "Suisse. La globalization de l'économie "El profesor habló sobre la lncorifidencia mineira."'
provoquern+el!e un m:u 68 mondial? La marrnite mondiale sous pres-
sion", en Le Courrier, 8 de agosto de 1996.
' Insurrección crío! la independentista que tuvo lugar en la Cap ita-
128 ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA 129

"Brasi.J fue descubierto por Cabra!." en mi disponibilidad permanente a la vida a la que me


En el ejercicio crítico de mi resistencia al poder entrego de cuerpo entero, pensar crítico, emoción, cu-
tramposo de la ideología, voy generando ciertas cuali- riosidad, deseo, es así corno voy aprendiendo a ser yo
dades que se van haciendo sabiduría indispensable a mismo en mi relación con mi contrario. Y mientras
mi práctica docente. La necesidad de esa resistencia más me entr;ego a la experiencia de lidiar sin miedo, sin
crítica, por ejemplo, me predispone, por un lado, a una prejuicio, co~ las diferencias, tanto más me conozco y
actitud siempre abierta hacia los demás, a los datos de construyo m1 perfil.
la realidad, y por el otro, a una desconfianza metódica
que me defiende de estar totalmente seguro de las cer-
tezas. Para resguardarme de las artimañas de la ideolo- 8. Enseñar exige disponibilidad para el diálogo
gía no puedo ni debo cerrarme a los otros ni tampoco
enclaustrarme en el ciclo de mi verdad. Al contrario, el En mis relaciones con los otros, quienes no tuvieron ne-
mejor camino para guardar viva y despierta mi capaci- cesariamente las mismas opciones que yo, en el nivel de
dad de pensar correctamente, de ver con perspicacia, la política, de la ética, de la estética, de la pedagogía, no
de oír con respeto, y por eso de manera exigente, es ex- debo partir de que debo "conquistarlos", no importa a
ponem1e a las diferencias, es rechazar posiciones dog- qué costo, ni tampoco temo que pretendan "conquistar-
máticas, en que me admita como propietario de la ver- me". Es en el respeto a las diferencias entre ellos o ellas
dad. En el fondo, ésta es la actitud correcta de quien no Y yo, en la coherencia entre lo que hago y lo que digo,
se siente dueño de la verdad ni tampoco objeto adapta- donde me en,;uentro con ellos o con ellas. Es en mi dis-
do al discurso ajeno que le es dictado autoritariamente. poni~ili~ hacia la realidad donde construyo mi s~guri-
Es la actitud correcta de quien se encuentra en disponi- dad, md1spensabk a la propia disponibilidad. Es imposi-
bilidad permanente para estimular· y ser estimulado, ble vivir la dispombilidad para la realidad sin seguridad
para preguntar y responder, para concordar y discordar. pero también es imposible crear la seguridad fuera del
Disponibilidad hacia la vida y sus contratiempos. Estar riesgo de la disponibilidad.
disponible es ser sensible a los llamados que se nos Como profesor no debo escatimar ninguna oportuni-
hacen, a las señales más diversas que nos invocan, al dad para manifestar a los alumnos la segundad con que
canto del pájaro, a la lluvia que cae o que se anuncia en me comporto al discutir un tema, al analizar un hecho,
la nube oscura, al río manso de la inocencia, a la cara al exponer mi posición frente a una de.cisión guberna-
huraña de la desaprobación, a los brazos que se abren mental. Mi seguridad no reposa en la falsa suposición de
para abrigar o al cuerpo que se cierra en el rechazo. Es que lo sé todo, de que soy lo "máximo". Mi seguridad se
funda en la convicción de que algo sé y de que ignoro al-
nía de Minas Gerais en 1789, liderada por el alférez Joaquim José da
go, a lo que se junta la certeza de que puedo saber me-
Silva Xavier, 'ºTiradentes", estimulada por contratantes de impuestos
de minas de oro y diamantes pesadamente endeudados con el fisco
jor lo que ya sé y conocer lo que aún ignoro. Mi seguri-
portugués. dad se afirma en el saber confirmado por la propia
130 ENSEfiAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA 131

experiencia de que, si mi inconclusión, de la que soy profesores hacían comentarios sobre lo que más los im-
consciente, atestigua, de un lado, mi ignorancia, me presionaba. De repente, uno de ellos afirmó: "Yo enseño
abre, del otro, el camino para conocer. hace diez años en esta escuela. Nunca conocí de sus alre-
Me siento seguro porque no hay razón para avergon- dedores más que las calles que le dan acceso. Ahora, al
zarme por desconocer algo. Ser testigo de la apertura a ver esta exposición 5 de fotografías que nos revelan un po-
los otros, la disponibilidad curiosa hacia la vida, a sus co de su contexto, me convenzo de cuán precaria debe ha-
desafíos, son saberes necesarios a la práctica educativa. ber sido mi tarea formadora durante todos estos años.
Debería formar parte de la aventura docente vivir la ¿Cómo enseñar, cómo formar sin estar abierto al contor-
apertura respetuosa a los otros y, de vez en cuando, de no geográfico, social, de los educandos?"
acuerdo con el momento, tomar la propia práctica de La formación de los profesores y de las profesoras
apertura al otro como objeto de reflexión crítica. La ra- debía insistir en la constitución de este saber necesario y
zón ética de la apertura, su fundamento político, su refe- que me da certeza de esta cosa obvia, que es la impor-
rencia pedagógica; la belleza que hay en ella como via- tancia innegable que tiene para nosotros el entorno, so-
bilidad del diálogo. La experiencia de la apertura como cial y económico en el que vivimos. Y al saber teórico
experiencia fundadora del ser inacabado que terminó de esta influencia tendríamos que añadir el saber teóri-
por saberse inacabado. Sería imposible saberse inacaba- co-práctico de la realidad concreta en la que los profeso-
do y no abrirse al mundo y a los otros en busca de expli- res trabajan. Ya sé, no hay duda, que las condiciones ma-
cación, de respuestas a múltiples preguntas. El cerrarse al teriales en que y bajo las que viven los educandos les
mundo y a los otros se convierte en una transgresión condicionan la comprensión del propio mundo, su capa-
al impulso natural de la incompletitud. cidad de aprender, de responder a los desafíos. Ahora
El sujeto que se abre al mundo y a los otros inaugura necesito saber o abrirme a la realidad de estos alumnos
con su gesto la relación dialógica en que se confim1a co- con los que comparto mi actividad pedagógica. Necesi-
mo inquietud y curiosidad, como inconclusión en per- to volverme, si no absolutamente cercano a su forma de
manente movimiento en la Historia. estar siendo, al menos no tan extraño y distante de ella.
Cierta vez, en una escuela de la red municipal de Sao Y la disminución de mi extrañeza o de mi distancia de la
Paulo donde se realizaba una reunión de cuatro días con realidad hostil en que viven mis alumnos no es una cues-
profesores y profesoras de las diez escuelas del área para tión de pura geografía. Mi apertura a la realidad negado-
planear en común sus actividades pedagógicas, visité una ra de su proyecto humano es una cuestión de mi real ad-
sala donde estaban expuestas fotografías de los alrededo- hesión a ellos y ellas, a su derecho de ser. No va a ser
res de la escuela. Fotografías de calles enlodadas, también cambiándome a una favela como les probaré mi verda-
de calles bien conservadas. Fotografías de recovecos feos dera solidaridad política, por no hablar, además, de la
que sugerían tristeza y dificultades. Fotografías de cuer-
pos caminando con dificultad, lentamente, desalentados, 5 Las fotos que integraban la exposición habían sido tomadas por
de caras maltratadas, de mírada vaga. Detrás de mí dos un grupo de profesoras del área.
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ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA 133
casi cierta pérdida de eficacia de mi lucha en función de
la realidad concreta, de la fuerza de la ideología; saberes
la propia mudanza. Lo fundamen~l es mi de~isión ét!-
técnicos, en diferentes áreas, como la de la comunica-
co-política, mi voluntad nada sentimental de mtervemr
ción. Cómo revelar verdades escondidas, cómo desmiti-
en el mundo. Es lo que Amílcar Cabra!* llamóºsuicidio
ficar la farsa ideológica, especie de ardid atractivo en
de clase" y a lo que me referí en la Pedagogía del opri-
que caemos fácilmente. Cómo enfrentar el extraordina-
mido como pascua o travesía. En el fondo, reduzco la
rio poder de los medios, del lenguaje de la televisión, de
distancia que me separa de las malas condiciones en que
su "sintaxis" que reduce a un mismo plano el pasado y
viven los explotados, cuando, apoyando realmente el
el presente y sugiere qué lo que todavía no existe ya es-
sueño de justicia, lucho por el cambio radical del mun~
tá hecho. Más aún, que diversifica temáticas en el noti-
do y no sólo espero que llegue porque se die~ qu_e habrá
ciero sin que haya tiempo para la reflexión sobre los va-
de llegar. No es con discursos airados, se~tar1os, 1_nefi~a-
rios asuntos presentados. De una noticia sobre Miss
ces porque sólo dificultan todavía más m1 co~umcac1ón
Brasil se pasa a un terremoto en China; de un escándalo
con los oprimidos, como disminuyo la distancia que hay
sobre otro banco dilapidado por directores inescrupulo-
entre la vida dura de los explotados y yo. Con relación a
sos pasamos a escenas de un tren que se descarriló en
mis alumnos, disminuyo la distancia que me separa de
Zúrich.
sus condiciones negativas de vida en la medida en que
El mundo se reduce, el tiempo se diluye: el ayer se
los ayudo a aprender cualquier saber, el de tornero o el
vuelve hoy; el mañana ya está hecho. Todo muy rápido.
de cirujano, con vistas al cambio del mundo, a la supe-
Me parece cada vez más importante debatir lo que se di-
ración de las estructuras injustas, nunca con vistas a su
ce y lo que se muestra y cómo se muestra en la televisión.
inmovilización.
Como educadores y educadoras progresistas no sólo
El saber fundador del camino en busca de la disminu-
no podemos desconocer la.televisión sino que debemos
ción de la distancia entre la realidad perversa de los ex-
usarla, sobre todo, discutirla.
plotados y yo es el saber fundado en la ética de que na-
da legitima la explotación de los hombres y de las No temo parect-r ingenuo al insisti1 ..:n 4ue no es po-
sible ni siquiera pensar en la televisión sin tener en men-
mujeres por los propios hombres o mujeres. Pero este
te la cuestión de la conciencia crítica. Es que pensar en
saber no basta. En primer lugar, es necesario que sea
la televisión o en los medios en general nos plantea el
permanentemente activado e impulsado por una ardoro-
problema de la comunicación, un proceso imposible de
sa pasión que lo convierta casi en un saber arrebatado.
ser neutro. En verdad, toda comunicación es comunica-
También es necesario que a él se añadan otros saberes de
ción de algo, hecha de cierta manera en favor o en de-
• Líder independentista nacido en Guinea-Bissau, fundador del fensa, sutil o explícita, de algún ideal contra algo y con-
Movimiento Anticolonialista y después del Partido Africano por la In- tra alguien, aunque no siempre claramente referido. De
dependencia de Guinea y Cabo Verde, precursores de los movimientos allí también el papel refinado que cumple la ideología en
de liberación nacional en el África portuguesa. Asesinado en 1973 por
la comunicación, ocultando verdades pero también la
la policía secreta de Portugal .. [T.}
propia ideologización del proceso comunicativo. Sería
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una santa ingtnuídad esperar que una emisora de televi- 9. Educar exige querer bien a los educandos
sión del grupo del poder dominante, al dar la noticia de
una huelga de metalúrgicos, diJera que su comentario se Qué decir, pero sobre todo qué esperar de mí, si, como
funda en los intereses patronales. Al contrario, su dis- profesor, no me ocupo por ese otro saber, el de que es
curso se esforzará por demostrar que su análisis de la necesario estar abierto al gusto de querer bien, a veces,
huelga considera los intereses de la nación. al desafío de querer bien a los educandos y a la propia
No podemos ponernos frente a un aparato de televi- práctica educativa de la cual participo. Esta apertura al
sión "entregados" o "dispuestos'' a lo que venga. Cuan- querer bien no significa, en verdad, que, por ser profe-
to más nos sentamos frente al televisor -hay excepcio- sor, me obligo a querer bien a todos los alumnos de ma-
nes-, como quien esta de vacaciones, abiertos al puro nera semejante. Significa, de hecho, que la afectividad
reposo y entretenimient o, tanto más corremos el riesgo no me asusta, que no tengo miedo de expresarla. Esta
de tropezar en la comprensión de los hechos y de los apertura al querer bien significa la manera que tengo de
acontecimient os. La postura crítica y despierta no puede sellar auténticamente mi compromiso con los educan-
faltar en los momentos necesarios. dos, en una práctica específica del ser humano. En ver-
El poder dominante lleva, entre muchas, otra gran dad, preciso descartar como falsa la separación entre se-
ventaja sobre nosotros. Es que para enfrentar el ardid riedad docente y afectividad. No es cierto, sobre todo
ideológico con que está envuelto su mensaje en los me- desde el punto de vista democrático, que seré mejor pro-
dios, sea en los noticieros, en los comentarios de los fesor cuanto más severo, más frío, más distante e "inco-
acontecimient os o en la línea de ciertos programas, para loro" me ponga en mis relaciones con los alumnos, en el
no hablar de la propaganda comercial, nuestra mente o trato de los objetos cognoscibles que debo enseñar. La
nuestra curiosidad tendrían que funcionar epistemológi- afectividad no está excluida de la cognoscibilida d. Lo
camente todo el tiempo. Y eso no es fácil. Pero, aunque que obviamente no puedo permitir es que mi afectividad
no es fáci I estar permanenteme nte en estado de alerta, es interfiera en el cumplimiento ético de mi deber de pro-
posible saber que, sin ser un demonio que nos acecha fesor en el ejercicio de mi autoridad. No puedo condi-
para destruirnos, el televisor frente al cual estamos tam- cionar la evaluación del trabajo escolar de un alumno al
poco es un instrumento salvador. Tal vez sea mejor con- mayor o menor cariño que yo sienta por él.
tar de uno a diez antes de hacer la afirmación categórica Mi apertura al querer bien significa mi disponibilidad
a que Wright Milis se refiere: "Es verdad, lo oí en el no- a la alegría de vivir. Justa alegría de vivir, que, asumida
ticiero de las veinte horas." 6 en plenitud, no pem1ite que me transforme en un ser
"almibarado" ni tampoco en un ser áspero y amargo.
La actividad docente de la que el discente no se sepa-
ra es una experiencia alegre por naturaleza. También es
falso concebir que la seriedad docente y la alegría son
6 Wright Milis, La élite del poder. México, fCE. inconciliables, como si la alegría fuera enemiga del ri-
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gor. Al contrario, cuanto más metódicament e riguroso "muerte de la Historia". Perrnanencia del presente a que
me vuelvo en mi búsqueda y en mi docencia, tanto más se reduce el futuro desproblemati zado. De allí el carác-
alegre y esperanzado me siento. La alegría no llega sólo ter desesperanzad o, fatalista, anti utópico de tal ideología
con el encuentro de lo hallado sino que forma parte del en la que se forja una educación fríamente tecnícista y
proceso de búsqueda. Y enseñar y aprender no se pueden que requiere un educador experto en la tarea de adapta-
dar fuera de ese proceso de búsqueda, fuera de la belle- ción al mundo y no en la de su transformación . Un edu-
za y de la alegría. La falta de respeto a la educación, a cador muy poco formador, mucho más un adiestrador,
los educandos, a los educadores y a las educadoras co- un transferidor de saberes, un ejercitador de destrezas.
rroe o deteriora en nosotros, por un lado, la sensibilidad Los saberes que este educador "pragmático" necesita
o la apertura al bien querer de la propia práctica educa- en su práctica no son de los que vengo hablando en este
tiva, por el otro, la alegría necesaria al quehacer docen- libro. A mí no me toca hablar de ellos, de los saberes ne-
te. Es notable la capacidad que tiene la experiencia pe- cesarios al educador "pragmático" neoliberal sino de-
dagógica para despertar, estimular y desarrollar en nunciar su actividad antihumanista .
nosotros el gusto de querer bien y el gusto de la alegría El educador progresista necesita estar convencido de
sin la cual la práctica educativa pierde el sentido. Es es- que una de sus consecuencias es hacer de su trabajo una
ta fuerza misteriosa, a veces llamada vocación, la que especificidad humana. Ya vimos que la condición huma-
explica la casi devoción con que la gran mayoría del ma- na fundadora de la educación es precisamente la incon-
gisterio sigue en él, a pesar de la inmoralidad de los sa- clusión de nuestro ser histórico del cual nos tornamos
larios. Y no sólo sigue, sino cumple, como puede, su de- conscientes. Nada de lo que diga respecto al ser huma-
ber. Amorosament e, agrego. no, a la posibilidad de su perfeccionami ento físico y mo-
Pero es preciso, recalco, que, al permanecer y cum- ral, a su inteligencia al ser producida y desafiada, a los
plir amorosamente su deber, no deje de luchar política- obstáculos a su crecimiento, a lo que pueda hacer en fa-
mente por sus derechos y por el respeto a la dignidad de vor del embellecimien to o del afeamiento del mundo, a
su tarea, así como por el cuidado extremo debido al es- la dominación a que esté sujeto, a la libertad por la que
pacio pedagógico en que actúa con sus alumnos. debe luchar, nada que diga respecto a los hombres y a las
Por otro lado, es necesario volver a insistir en que no mujeres puede pasar inadvertido al educador progresis-
hay que pensar que la práctica educativa vivida con ta. No importa con qué serie escolar trabaje el educador
afectividad y alegría prescinda de la formación científi- o la educadora. El nuestro es un trabajo que se realiza
ca seria y de la claridad política de los educadores o edu- con personas, pequeñas, jóvenes o adultas, pero perso-
cadoras. La práctica educativa es todo eso: afectividad, nas en permanente proceso de búsqueda. Personas que se
alegría, capacidad científica, dominio técnico al servicio están formando, cambiando, creciendo, reorientándose,
del cambio o, lamentablemen te, de la permanencia del mejorando, pero, porque son personas, capaces de negar
hoy. Es exactamente esta permanencia del presente neo- los valores, de desviarse, de retroceder, de transgredir.
liberal lo que propone la ideología del discurso de la Mi práctica profesional, que es la práctica docente, al no
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ser superior ni inferiÓr a ninguna otra, exige de mí un al- ser más. Naturalmente, lo que me ayudó de manera per-
to nivel de responsabilidad ética de la cual forma parte manente a mantener esta certeza fue la comprensión de
mi propia capacitación científica. Es que trabajo con la Historia como posibilidad y no como determini·smo,
personas. Por eso mismo, a pesar del discurso ideológi- de donde viene por necesidad la importancia del papel de
co negador de los sueños y de las utopías, trabajo con los la subjetividad en la Historia, la capacidad de comparar,
sueños, con las esperanzas, tímidas a veces, pero a veces de analizar, de evaluar, de decidir, de romper y, por todo
fuertes, de los educandos. Si no puedo, por un lado, es- eso, la importancia de la ética y de la política.
timular los sueños imposibles, tampoco debo, por el Es esta percepción del hombre y de la mujer como se-
otro, negar a quien sueña el derecho de soñar. Trabajo res "programados, pero para aprender" y, por lo tanto,
con personas y no con cosas. Y porque trabajo con per- para enseñar, para conocer, para intervenir, lo que me ha-
sonas, por más que me dé incluso placer entregarme a la ce entender la práctica educativa como un ejercicio cons-
reflexión teórica y crítica en torno a la propia práctica tante en favor de la producción y del desarrollo de la au-
docente y discente, no puedo negar mi atención dedica- tonomía de educadores y educandos. Siendo una práctica
da y amorosa a la problemática más personal de este o estrictamente humana, jamás pude entender la educación
aquel alumno o alumna. Mientras no perjudique el tiem- como una experiencia fría, sin alma, en la cual los senti-
po normal de la docencia, no puedo cerrarme a su sufri- mientos y las emociones, los deseos, los sueños, debieran
miento o a su inquietud sólo porque no soy terapeuta o ser reprimidos por una especie de dictadura racionalista.
asistente social. Pero soy persona. Lo que no puedo, por Ni tampoco comprendí nunca la práctica educativa como
una cuestión de ética y de respeto profesional, es preten- una experiencia a la que le faltara el rigor que genera la
der pasar por terapeu·ta. No puedo negar mi condición de necesaria disciplina intelectual.
persona, de la que se deriva, a causa de mi apertura hu- Estoy convencido, sin embargo, de que el rigor, la
mana, una cierta dimensión terapéutica. disciplina intelectual seria, el ejercicio de la curiosidad
5>iempre convencido de esto, desde joven me dirigí de epistemológica no me convierten por necesidad en un
mi casa al espacio pedagógico para encontrarme con los ser mal querido, arrogante, soberbio. O, en otras pala-
alumnos, con quienes comparto la práctica educativa. bras, no es mi arrogancia intelectual la que habla de mi
Fue siempre como práctica humana como entendí el que- rigor científico. Ni la arrogancia es señal de competen-
harnr docente. De gente inacabada, de gente curiosa, in- cia ni la éompetencia es causa de la arrogancia. Por otro
teligente, de gente que puede saber, que puede por eso ig- lado, no niego la competencia de ciertos arrogantes, pe-
norar, de gente que, al no poder vivir sin ética se tornó ro lamento que les falte la simplicidad que, sin disminuir
contradictoriamente capaz de transgredirla. Pero, si nun- en nada su saber, los haría mejores personas. Personas
ca idealicé la práctica educativa, si en ningún momento más personas.
la vi como algo que, por lo menos, se pareciera a un que-
hacer divino, jamás se debilitó en mí la certeza de que
vale la pena luchar contra los desvíos que nos impidan

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