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Fecha de publicación
25 de agosto de 2017
https://parroquialainmaculadavalladolid.blogspot.mx/p/rincon-del-catequista.html
Además, toda la escena gira en torno a la adoración. Los Magos se rinden ante
Cristo y le adoran, reconociéndole como Rey, eso es lo que significa el oro, y como
Dios el incienso y preanunciando el misterio de su muerte y resurrección –la mirra–.
La adoración brota espontánea precisamente al reconocer la grandeza de Cristo y
su soberanía, sobre todo, al descubrir su misterio insondable. En medio de un
mundo que no sólo no adora a Cristo, sino que es indiferente ante Él y le rechaza,
los cristianos estamos llamados más que nunca a vivir este sentido de adoración,
de reverencia y admiración, esta actitud profundamente religiosa de quien se rinde
ante el misterio de Dios.
La Fiesta
Los dones
Ahora saben lo que querían expresar los Reyes magos con sus regalos:
Este niño era... (Rey, Dios y que iba a ¿?... morir).
Nuestros regalos
El rey Jesús cada día quiere dirigir nuestra vida hacia la santidad y reinar
en nuestro corazón para que seamos felices pero nunca nos va a obligar.
¿Cómo hacer para saber qué es lo que Jesús quiere de nosotros que
hagamos para que se lo regalemos?
Cada día Jesús, que es nuestro Dios, nos regala la vida, la vida eterna.
¿Como a saber qué es lo que Jesús quiere que nosotros que hagamos
para que se lo regalé?
Cada día Jesús, que ha muerto por nosotros, nos quiere perdonar los
pecados para que tengamos la vida de la gracia en nuestro corazón.
¿Cómo saber qué es lo que Jesús quiere que hagamos para que nos
pueda perdonar?
EL NIÑO
Cuando el niño siente que lo quieren, asimila las enseñanzas con
facilidad y agrado. En realidad todo el ambiente de la catequesis, no
solamente hoy, debe respirar cariño, aceptación, bondad. Los siquiatras
dicen que el ambiente tiene tanto valor como la palabra de enseñanza. El
niño tiene el derecho de encontrar a Dios en un ambiente sin tensiones ni
rechazaos.
CONDICIÓN PREVIA
Á veces, cuando estoy delante los niños, me da miedo. Me miran con
unos ajos llenos de confianza y esperan de mi que les ayude a
encontrarse con Dios su Padre con una alegría que sólo les niños
pueden irradiar. Me siento tan incapaz de satisfacer su esperanza. Les
hablo de bondad, de amor y momentos antes he sentido rechazo,
resentimiento y envidia. ¿Qué hacer? Antes de iniciar la catequesis pido
perdón al Señor y su ayuda para que hable Él utilizando mi boca. He
notado que mis palabras son más medidas, que mi comportamiento se
reviste de paciencia. El Señor puede hasta utilizarme a mí, Aquel que
puede hacer hablar a las piedras.
http://www.mscperu.org/domingos/AdvNav/domAdvNavB/domBnavEpifania_ni.htm
S
http://www.palabrayobra.org.mx/palabrayobra.org.mx/Teatrito_dominical.
html OLEMNIDAD DE LA
http://www.palabrayobra.org.mx/palabrayobra.org.mx/Teatrito_dominical.
html
http://www.laverdadcato
lica.org/F24.htm
Sus majestades los Reyes Magos del
Oriente
Historia, cuento y tradiciones de los Reyes Magos de Oriente
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¿Quiénes son los Reyes Magos? También llamados Magos de Oriente, sus orígenes nos
llevan hasta la Biblia.
Así, en el capítulo dos, versículo 1-12, del Evangelio de San Mateo, se narra el camino que
hicieron tres 'magos' (denominados así porque en aquella época se conocía como 'magos' a
los 'sabios' o astrónomos) que fueron siguiendo una estrella hasta llegar a Belén.
Allí visitaron y ofrecieron tres regalos al recién nacido Jesús: oro, incienso y mirra. Aunque
las escrituras no explican de dónde procedían los tres reyes, todo indica que vinieron desde
Babilonia o Persia, lugar en el que los magos tenían una gran influencia.
En el siglo XIV, el monje benedictino Beda, doctor de la iglesia, describió a los Reyes
Magos en un manuscrito: 'Melchor, anciano de blancos cabellos y larga barba del mismo
color; Gaspar, más joven y rubio; y Baltasar, un señor negro'.
De esta manera, Beda los identificó como representantes de Europa, Asia y África.
En cuanto al número de Reyes Magos, se acepta el de tres, Melchor, Gaspar y Baltasar,
aunque en distintos lugares se supone que fueron dos, cuatro, y hasta doce, como en
Armenia.
Del mismo modo, es incierto su destino después del encuentro con la familia de Jesús en
Belén.
Otro enigma es la estrella que les condujo hasta el pesebre del Niño. Para muchos
científicos no se trataba más que de un cometa o meteoro luminoso.
Existen muchas teorías que intentan profundizar lo que está escrito en la Biblia, pero lo que
sí sabemos con seguridad es que, con el tiempo, sus Majestades los Reyes Magos se
convirtieron en unos personajes muy queridos por todos los niños.
Es el turno de escribir la carta a los Reyes Magos, un momento de enorme ilusión y fantasía
para los más pequeños. En ella, los niños cuentan cómo se han portado a lo largo del año y
qué regalo les gustaría recibir el 6 de enero.
No existe un modelo único, sino que cada niño puede elegir el formato que más le guste; al
igual que son múltiples las formas de enviar sus peticiones. Unos eligen depositarlas en el
buzón de los supermercados o las tiendas de juguetes, y otros les piden a sus padres que la
sellen y envíen por el correo convencional.
Sea cual sea el camino elegido, no os olvidéis de dejar algo de comer y beber a los Reyes y
sus camellos. Algo de dulce o frutas con un poco de agua seguro que les vendrá muy bien
para reponer fuerzas.
La cabalgata de reyes
La Cabalgata de Reyes se celebra en todas las ciudades españolas, y algunas mexicanas, la
tarde del 5 de enero. Los tres Magos, acompañados de sus pajes y ayudantes, desfilan en
carrozas por las calles de los municipios lanzando caramelos a todos los niños,
representando el camino que recorrieron en su día hasta Belén.
Es una noche mágica en la que se mezclan la tradición con la fe y la esperanza; la ilusión de
los niños con la adoración de los Reyes al niño Jesús.
Los que cumplen esas exigencias reciben regalos, pero los que no se comportan como
deberían, en lugar de regalos reciben carbón, un carbón dulce que simboliza la necesidad de
que el niño cambie su actitud.
El roscón de reyes
Después de una noche mágica nada mejor que despertar con un dulce sabor en la boca.
Mientras los turrones son los protagonistas de los postres navideños, el Roscón de Reyes es
el protagonista de la mesa del 6 de enero.
El roscón es un bollo de masa fina con forma de anillo, más o menos redondeado, decorado
con trozos de frutas confitadas de muchos colores. Y desde el último tercio del siglo XX
suele añadirse nata, crema, chocolate, trufa o cabello de ángel en su interior.
Este dulce típico del 6 de enero esconde dentro de la masa un pequeño regalo. En épocas
remotas, aquel que encontrara la sorpresa se convertía en el rey de la reunión, pero hoy en
día se dice que la persona que coma el pedazo que contiene el regalo tendrá que pagar el
roscón.
https://www.guiainfantil.com/navidad/reyesmagos.htm
http://familiacatolica-org.blogspot.mx/2010/12/lapbook-de-epifania.html
https://es.scribd.com/document/45964171/Lapbook-Epifania-2010
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https://es.scribd.com/document/45964171/Lapbook-Epifania-2010
6 de enero
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El Evangelio de San Mateo (2,1-12)
relata la historia de los magos.
Su Epifanía del Bautismo del Señor: Manifestación a los judíos por medio de
San Juan Bautista.
LOS OBSEQUIOS
"Vi la caravana de los tres Reyes llegando a una puerta situada hacia el Sur.
Un grupo de hombres los siguió hasta un arroyo que hay delante de la ciudad,
volviéndose luego. Cuando hubieron pasado el arroyo, se detuvieron un momento
para buscar la estrella en el cielo. Habiéndola divisado dieron un grito de
alegría y continuaron su marcha cantando. La estrella no los conducía en línea
recta, sino por un camino que se desviaba un poco al Oeste.
La gran estrella
"La estrella, que brillaba durante la noche como un globo de fuego, se parecía
ahora a la luna vista durante el día; no era perfectamente redonda, sino como
recortada; a menudo la vi oculta por las nubes (...) El camino que seguían los
Reyes era solitario, y Dios los llevaba sin duda por allí para que pudieran llegar
a Belén durante la noche, sin llamar demasiado la atención.
Los vi ponerse en camino cuando ya el sol se hallaba muy bajo. Iban en el mismo
orden, en que habían venido ; Ménsor, el más joven, iba delante; luego venía
Saír, el cetrino, y por fin Teóceno, el blanco, que era también el de más edad.
"Les hablaron del valle de los pastores como de un buen lugar para levantar sus
carpas. Ellos se quedaron durante largo rato indecisos. Yo no les oí preguntar
nada acerca del rey de los judíos recién nacido. Sabían que Belén era el sitio
designado por la profecía; pero, a causa de lo que Herodes les había dicho,
temían llamar la atención.
"Pronto vieron brillar en el cielo, sobre un lado de Belén, un meteoro semejante
a la luna cuando aparece; montaron entonces nuevamente en sus cabalgaduras,
y costeando un foso y unos muros ruinosos, dieron la vuelta a Belén, por el Sur,
y se dirigieron al Oriente hacia la gruta del Pesebre, que abordaron por el
costado de la llanura donde los ángeles se habían aparecido a los pastores (...)
"El campamento se hallaba en parte arreglado, cuando los Reyes vieron
aparecer la estrella, clara y brillante, sobre la colina del Pesebre, dirigiendo
hacia ella perpendicularmente sus rayos de luz. La estrella pareció crecer
mucho y derramó una cantidad extraordinaria de luz (...)
Un gran júbilo
"De pronto sintieron un gran júbilo, pues vieron en medio de la luz, la figura
resplandeciente de un niño. Todos se destocaron para demostrar su respeto;
luego los tres Reyes fueron hacia la colina y encontraron la puerta de la gruta.
Ménsor la abrió, viéndola llena de una luz celeste, y al fondo, a la Virgen,
sentada, sosteniendo al Niño, tal como él y sus compañeros la habían visto en
sus visiones.
³Volvió sobre sus pasos para contar a los otros lo que acababa de ver (...) Los vi
ponerse unos grandes mantos, blancos con una cola que tocaba el suelo. Tenían
un reflejo brillante, como si fueran de seda natural; eran muy hermosos y
flotaban ligeramente a su alrededor. Eran éstas las vestiduras ordinarias para
las ceremonias religiosas. En la cintura llevaban unas bolsas y unas cajas de oro
colgadas de cadenas, cubriendo todo esto con sus amplios mantos. Cada uno de
los Reyes venía seguido por cuatro personas de su familia, además de algunos
servidores de Ménsor que llevaban una mesa pequeña, una tapete con flecos y
otros objetos.
"Los Reyes siguieron a San José, y al llegar bajo el alero que estaba delante de
la gruta, cubrieron la mesa con el tapete y cada uno de ellos puso encima las
cajas de oro y los vasos que desprendieron de su cintura :
eran los presentes que ofrecían entre todos.
En el pesebre
"Ménsor y los demás se quitaron las sandalias, y José abrió la puerta de la
gruta. Dos jóvenes del séquito de Ménsor iban delante de él; tendieron una tela
sobre el piso de la gruta, retirándose luego hacia atrás ; otros dos los siguieron
con la mesa, sobre la que estaban los presentes.
Una vez llegado delante de la Santísima Virgen, Ménsor los tomó, y poniendo
una rodilla en tierra, los depositó respetuosamente a sus plantas. Detrás de
Ménsor se hallaban los cuatro hombres de su familia que se inclinaban con
humildad. Saír y Teóceno, con sus acompañantes, se habían quedado atrás,
cerca de la entrada.
"María, apoyada sobre un brazo, se hallaba más bien recostada que sentada
sobre una especie de alfombra, a la izquierda del Niño Jesús, el cual estaba
acostado en el lugar en que había nacido; pero en el momento en que ellos
entraron, la Santísima Virgen se sentó, se cubrió con su velo y tomó entre sus
brazos al Niño Jesús, cubierto también por su amplio velo.
Entre tanto, María había desnudado el busto del Niño, el cual miraba con
semblante amable desde el centro del velo en que se hallaba envuelto; su madre
sostenía su cabecita con uno de sus brazos y lo rodeaba con el otro.
Tenía sus manitas juntas sobre el pecho, y a menudo las tendía graciosamente a
su alrededor (...) Vi entonces a Ménsor que sacaba de una bolsa, colgada de su
cintura, un puñado de pequeñas barras compactas, pesadas, del largo de un
dedo, afiladas en la extremidad y brillantes como el oro; era su regalo, que
colocó humildemente sobre las rodillas de la Santísima Virgen al lado del Niño
Jesús (...) Después se retiró, retrocediendo con sus cuatro acompañantes, y
Saír, el Rey cetrino, se adelantó con los suyos y se arrodilló con una profunda
humildad, ofreciendo su presente con palabras conmovedoras. Era un vaso de
oro para poner el incienso, lleno de pequeños granos resinosos, de color
verdoso; lo puso sobre la mesa delante del Niño Jesús.
Luego vino Teóceno, el mayor de los tres. Tenía mucha edad; sus miembros
estaban endurecidos, no siéndole posible arrodillarse; pero se puso de pie,
profundamente inclinado, y colocó sobre la mesa un vaso de oro con una
hermosa planta verde. Era un precioso arbusto de tallo recto, con pequeños
ramos crespos coronados por lindas flores blancas: era la mirra (...) Las
palabras de los Reyes y de todos sus acompañantes eran llenas de simplicidad y
siempre muy conmovedoras. En el momento de prosternarse y al ofrecer sus
presentes, se expresaban más o menos en estos términos: «Hemos visto su
estrella; sabemos que Él es el Rey de todos los reyes; venimos a adorarlo y a
ofrecerle nuestro homenaje y nuestros presentes». Y así sucesivamente (...)
Agasajo
"Entre tanto, José, con la ayuda de dos viejos pastores, había preparado una
comida frugal en la tienda de los tres Reyes. Trajeron pan, frutas, panales de
miel, algunas hierbas y frascos de bálsamo, poniéndolo todo sobre una mesa
baja, cubierta con un tapete. José había conseguido estas cosas desde la
mañana para recibir a los Reyes, cuya venida le había sido anunciada de
antemano por la Santísima Virgen (...) En Jerusalén vi hoy, durante el día, a
Herodes leyendo todavía unos rollos en compañía de unos escribas, y hablando
de lo que habían dicho los tres Reyes. Después todo entró nuevamente en
calma, como si se hubiera querido acallar este asunto.
"Hoy por la mañana temprano vi a los Reyes y a algunas personas de su séquito,
visitando sucesivamente a la Sagrada Familia. Los vi también, durante el día,
cerca de su campamento y de sus bestias de carga, ocupados en hacer diversas
distribuciones. Estaban llenos de júbilo y de felicidad, y repartían muchos
regalos. Vi que entonces, se solía siempre hacer esto, en ocasión de
acontecimientos felices.
"Por la noche, fueron al Pesebre para despedirse. Primero fue sólo Ménsor.
María le puso al Niño Jesús en los brazos; él lloraba y resplandecía de alegría.
Luego vinieron los otros dos, y derramaron lágrimas al despedirse. Trajeron
todavía muchos presentes; piezas de tejidos diversos, entre los cuales algunos
que parecían de seda sin teñir, y otros de color rojo o floreados; también
trajeron muy hermosas colchas. Quisieron además dejar sus grandes mantos
de color amarillo pálido, que parecían hechos con una lana extremadamente
fina; eran muy livianos y el menor soplo de aire los agitaba.
Traían también varias copas, puestas las unas sobre las otras, cajas llenas de
granos, y en una cesta, unos tiestos donde había hermosos ramos de una planta
verde con lindas flores blancas. Aquellos tiestos se hallaban colocados unos
encima de otros dentro de la canasta. Era mirra. Dieron igualmente a José unos
jaulones llenos de pájaros, que habían traído en gran cantidad sobre sus
dromedarios para alimentarse con ellos.
La despedida
"Cuando se separaron de María y del Niño, todos derramaron muchas lágrimas.
Vi a la Santísima Virgen de pie junto a ellos en el momento de despedirse.
Llevaba sobre su brazo al Niño Jesús envuelto en su velo, y dio algunos pasos
para acompañar a los Reyes hasta la puerta de la gruta; allí se detuvo en
silencio, y para dar un recuerdo a aquellos hombres excelentes, desprendió de
su cabeza el gran velo transparente de tejido amarillo que la envolvía, así como
al Niño Jesús, y lo puso en las manos de Ménsor. Los Reyes recibieron aquel
presente inclinándose profundamente, y un júbilo lleno de respeto hizo palpitar
sus corazones, cuando vieron ante ellos a la Santísima Virgen sin velo, teniendo
al pequeño Jesús. ¡Cuántas dulces lágrimas derramaron al abandonar la gruta! El
velo fue para ellos desde entonces la más santa de las reliquias que poseían.
"Hacia la medianoche, tuve de pronto una visión. Vi a los Reyes descansando en
su carpa sobre unas colchas tendidas en el suelo, y cerca de ellos percibí a un
hombre joven y resplandeciente. Era un ángel que los despertaba y les decía
que debían partir de inmediato, sin volver por Jerusalén, sino a través del
desierto, siguiendo las orillas del Mar Muerto.
"Los Reyes se levantaron enseguida de sus lechos, y todo su séquito pronto
estuvo en pie. Mientras los Reyes se despedían en forma conmovedora de san
José una vez más delante de la gruta del Pesebre, su séquito partía en
destacamentos separados para tomar la delantera, y se dirigía hacia el Sur con
el fin de costear el Mar Muerto atravesando el desierto de Engaddi.
"Los Reyes instaron a la Sagrada Familia a que partiera con ellos, porque sin
duda alguna un gran peligro la amenazaba; luego aconsejaron a María que se
ocultara con el pequeño Jesús, para no ser molestada a causa de ellos.
Lloraron entonces como niños, y abrazaron a san José diciéndole palabras
conmovedoras; luego montaron sus dromedarios, ligeramente cargados, y se
alejaron a través del desierto. Vi al ángel cerca de ellos, en la llanura,
señalarles el camino. Pronto desaparecieron. Seguían rutas separadas, a un
cuarto de legua unos de otros, dirigiéndose durante una legua hacia el Oriente,
y enseguida hacia el Sur, en el desierto.
http://webcatolicodejavier.org/ReyesMagos.html
http://webcatolicodejavier.org/veneMaria.html
* Los Reyes Magos no eran judíos como José y María. Venían de otras
tierras lejanas (de Oriente: Persia y Babilonia), siguiendo a la estrella
que les llevaría a encontrar al Salvador del Mundo. Representan a todos
los pueblos de la tierra que desde el paganismo han llegado al
conocimiento del Evangelio.
* Los Reyes Magos sintieron una gran alegría al ver al niño Jesús.
Supieron valorar el gran amor de Dios por el hombre.
Significado de la fiesta:
El padrino deberá vestir con ropas nuevas a la imagen del niño Jesús del
nacimiento y presentarlo en la Iglesia el día 2 de Febrero, día de la
Candelaria. Después hará una fiesta con tamales y atole.
Sugerencias para vivir esta fiesta
Los grandes expertos no dudan Los Reyes Magos son Melchor, Gaspar y
Baltasar, vaya pregunta más tonta de José Antonio Fúster
San Agustín, por su parte, determinó que los Reyes habían llegado hasta
Belén montados en dromedarios para salvar una incongruencia
temporal. «Según la tradición cristiana occidental, la estrella subió al
cielo en el momento en que Jesús nació, el 25 de diciembre, y los Reyes
llegaron desde Asia a Belén en 13 días, lo que es difícil de creer para la
época», indica Cardini. Ante esta contradicción, y haciéndose eco de un
evangelio apócrifo que aseguraba que los Magos viajaron en camellos,
San Agustín dedujo que los Reyes debieron montar en dromedarios
«porque él era africano y sabía que eran más veloces que los camellos».
Franco Cardini relata como los Reyes Magos «son también símbolo del
tiempo, del pasado, el presente y el futuro, y por eso sus figuras
representan un hombre anciano, uno de mediana edad y uno joven».
Además, los Magos son símbolos de la Trinidad y encarnan los tres
papeles de Cristo como Dios (la divinidad), como Rey (el alma) y como
hombre (el cuerpo), según el historiador italiano. Asimismo, sus regalos
representan el poder político (oro), la divinidad (el incienso) y la
resurrección (la mirra).
http://es.catholic.net/op/articulos/21779/cat/116/ni-eran-reyes-ni-eran-tres.html