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¿Que es la ética empresarial?

La ética empresarial, además de tener una responsabilidad con el bien común, es un compromiso
con el respeto permanente para con todos sus asociados, personal, clientes, inversionistas,
proveedores, acreedores y el Estado como representante de la sociedad. Es decir, con lo que hoy
se conoce como un grupo de interés y así, la ética debe contribuir a afianzar la credibilidad y la
confiabilidad de toda la sociedad en la empresa, logrando satisfacer los deseos y atendiendo los
derechos de todas sus partes interesadas.
Si una de esas partes o grupos recibe menos que los otros, la empresa actúa anti-éticamente, así
como cuando se rehúsa a responder por la calidad de lo que ofrece a sus clientes. Además, la
empresa tiene que tener en cuenta la transparencia como un valor necesario y fundamental, tanto
en sus operaciones, en sus cuentas y en todas sus actividades financieras y económicas, una ética
exigente en los negocios de las empresas, tanto privadas como públicas, demuestra más razones
para que surja la confianza en ellas: por la motivación, cohesión y eficacia de todo el equipo de
sus colaboradores y porque es así como aparece la confianza que todos los grupos de interés y
los demás núcleos sociales que 0depositan en la empresa. Por tanto, la empresa debe asegurar la
satisfacción de necesidades humanas, para lo cual tiene que contar con la obtención de
beneficios. Pero satisfacer tales necesidades no puede hacerse a costa de los derechos de los
empleados ni de los proveedores, ni el beneficio de los miembros de la empresa puede pasar por
delante de los derechos de los consumidores, Partiendo de la afirmación de que la empresa
moderna existe para proporcionar un servicio específico a la sociedad, es necesario entonces
establecer que ésta es viable solamente, si todos sus negocios y operaciones se realizan en
concordancia con la ética civil, es decir, con el mínimo de valores y normas que los miembros de
la sociedad moderna comparten y que pueden compendiarse esencialmente en libertad, igualdad,
solidaridad, tolerancia activa, pluralismo y diálogo.
A menudo se presentan actuaciones de empresarios que van en contravía con la ética civil al
suponer erradamente que para hacer negocios es necesario olvidarse de la ética común, por éstos
tendrían sus propias reglas o porque la misión de la empresa es maximizar los beneficios, de
suerte que todos los medios para obtenerlos serían lícitos o que la ética debería limitarse al
cumplimiento de la legalidad y a la sujeción de las leyes del mercado. También hay quienes
presionados o amenazados por terceros deciden sacrificarla. Los conflictos entre la ética y los
intereses de la empresa tienen que resolverse, siempre, con predominio de los principios éticos.
Al analizar las empresas que se distinguen en la comunidad de negocios y que ocupan los
primeros lugares en sus respectivos sectores, se observa que en aquellas que practican por
convicción y en forma rigurosa la ética empresarial, se dan los mejores resultados, se obtiene la
mayor legitimación de los consumidores y se reafirma más categóricamente su continuidad, lo
cual permite afirmar que la ética practicada sinceramente lleva consigo un enorme valor
comercial, en el largo plazo, el más allá de la ética refuerza el más acá de la cuenta de resultados.
La ética empresarial es una rama de la ética aplicada que se ocupa del estudio de las cuestiones
normativas de la naturaleza moral que se plantean en el mundo de los negocios. La gestión
empresarial, la organización de una corporación, las conductas en el mercado, las decisiones
comerciales, etc. La ética empresarial se distingue, por un lado, de las ciencias empresariales o
económicas puramente descriptivas (sin pretensiones normativas) tales como la econometría o la
historia económica. Por otro lado, se diferencia de saberes con pretensiones normativas, pero no
de naturaleza moral, tales como la economía política o la contabilidad. Todas las ciencias con
pretensiones normativas han de confrontar en algún momento sus supuestos normativos con
preguntas como ¿cuál es el fundamento de la pretensión normativa de esta ciencia? ¿en qué
certezas basa su pretensión de proponer criterios justificados para la decisión y la acción? ¿son
estos criterios universalmente válidos? etc. También se ocupa con frecuencia la ética empresarial
en el estudio de las virtudes personales que han de estar presente en el mundo de los negocios. Se
trata de mostrar que tales virtudes forman parte de la correcta comprensión de lo que es una
buena vida para un directivo, para el grupo de personas que forman una organización o para la
sociedad más amplia en que la organización misma se integra.

Aunque no todo es facturar y facturar a como dé lugar, sin detenerse un momento a pensar en las
necesidades y los objetivos de los empleados o de los consumidores que van más allá de
satisfacerlos con un producto o servicio que se comercializa. La clave del éxito de una empresa
no radica solamente en vender y vender, sino que debe prestarle atención a los valores éticos
para que el éxito sea completo. Aquella empresa que despliegue una política comercial en la cual
se atiendan los valores éticos estará más que ninguna encaminada al éxito, en tanto, cuando
hablamos de respetar estos valores, se incluye en ello a todos los actores sociales que intervienen
en el juego comercial.

Por otra parte, no podemos evitar que saber que una empresa respeta y se ciñe a una ética
impactará sobre la consideración que la sociedad se forme de ella, siendo altamente positiva en
este sentido. Trabajar siguiendo valores como la verdad, la transparencia y coherencia siempre
será una ventaja sobre las empresas rivales, generando una imagen de credibilidad para el
exterior y también para el interior, y la consecuente fidelidad de consumidores y empleados. En
tanto, los valores éticos que se cultiven, propongan y difundan deberán ser respetados y
sostenidos a lo largo del tiempo, de nada vale asegurarlo un tiempo y luego priorizar la obtención
de ganancias, además de generar confusiones, no tardarán en aparecer los problemas que antes
indicamos.
CONCLUCION

A la vista de todos los aspectos analizados en el presente proyecto, entendemos que queda
meridianamente claro que la ética empresarial constituye sin lugar a dudas unos de los activos
más importantes que puede tener una empresa. La reputación a día de hoy es tan o más
importante que el producto en sí que pueda estar ofreciendo.

Aquello que se ofrece éticamente a la sociedad, suele verse recompensado en forma de mayores
beneficios económicos. La percepción de que una empresa actúa movida por unos valores
compartidos por la mayoría la hacen más atractiva de cara a los consumidores. Y éstos suelen
actuar masivamente motivados por una sensación colectiva de que algo es bueno para todos.

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