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Unidad Académica De Ciencias Químicas

Biológicas
ENSAYO
“Como afecta el embarazo a las
adolescentes”

ALUMNA: Juleydi Gandarilla Salmeron.


MAESTRO: MC. Erick Jordan Pastor Manzanares.
MATERIA: Habilidades Para La Comunicación De
Las Ideas.
GRUPO: 103, QBP.

Chilpancingo, Gro, 06/11/2018


INTRODUCCION

El embarazo en las adolescentes se ha convertido en un problema social


importante, debido a que cada día el embarazo adolescente es más común, esto se
considera un problema por su gran magnitud y repercusiones biológicas, culturales
y sociales.
El embarazo en la adolescencia muy pocas veces es casual, y, menos aun
conscientemente buscado, debido a esto, todas las concepciones tempranas son
consideradas de alto riesgo, significando que aumentan la probabilidad de que no
se desarrollen satisfactoriamente.
Comúnmente estos embarazos son condenados y señalados por la familia y la
sociedad, por dicha causa los jóvenes suelen ser víctimas de discriminación y en
muchas ocasiones se les niega la ayuda que ellos requieren, lo que puede
ocasionar: que el embarazo adolescente puede incrementar la probabilidad de
interrumpir un proyecto de vida.
DESARROLLO
La adolescencia es la etapa de transición durante la cual el niño se forma en adulto,
podemos delimitarla entre los 10 años y los 19 años.
Durante este periodo van produciéndose aceleradamente en el ser humanos
cambios biológicos, psicológicos, sexuales y sociales. Es muy importante la
aparición de caracteres sexuales secundarios –el vello púbico, las mamas en la
mujer, y los cambios en los órganos genitales de ambos-. Entre lo más significativo
podemos encontrar la aparición de la primera menstruación en la niña, que se llama
menarquia y en el varón la eyaculación de semen con espermatozoides capaces de
fecundar.
La adolescencia es una etapa de crecimiento y desarrollo, con adquisición de
nuevas funciones en las esferas biológicas, psicológicas y sociales. Dichos cambios
no acontecen de manera simultánea, siendo la capacidad reproductiva el primer
evento que se produce.
Adolescencia, como palabra, tiene su origen del verbo adolecere, que significa crecer o desarrollarse. En este sentido
la OMS retoma la etimología y la presenta como la etapa de los humanos entre los 11 a loa 19 años de edad, en la cual
el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida
la independencia socioeconómica.1
Para muchos jóvenes es un periodo de incertidumbre e inclusive de desesperación,
para otros es, una etapa de amistades interna, de aflojamiento con ligaduras con
los padres y de sueños acerca del futuro.
Rodríguez dice “en la adolescencia tenemos que tener claro las tres etapas que existen, estas son la
adolescencia temprana (10-13 años), adolescencia media (14-16 años) y adolescencia tardía (17-19 años), es importante
conocer las características de estas etapas para interpretar actitudes que corresponden al momento de la vida que
está viviendo.”2
El embarazo adolescente en general, es un evento inesperado y sorpresivo, hace
referencia a toda gestión que ocurre dentro del tiempo menarca o cuando la
adolescente es aún dependiente de su núcleo familiar de origen. Un embarazo en
adolescente genera cambios en la joven, en el joven y en quienes los rodean; puede
presentarse desde un drama familiar por la adaptación a la nueva situación, hasta
la transformación en forma sustancial de todo el panorama. Esto, al igual que otras
circunstancias lo pueden convertir en un hecho dinámico y muy complejo.
Ésta es una situación difícil de entender, ya que, aunque la mayoría de las personas
lo considera como terror, esto depende del criterio y punto de vista de cada persona.
Cuando se produce un embarazo en una adolescente, toda la familia se pone en
tensión, porque ese estado puede afectarlo adversamente y las decisiones que se
adopten tienen consecuencias de largo alcance. Siempre es preferible que la familia
en conjunto haga frente y, dé apoyo de todo tipo a la adolescente, por encima de
todas las censuras.
Sandra rivera plantea en su libro: “los factores que hacen que una adolescente se convierta en madre,
están, el visualizar la sexualidad como algo malo y generalmente una adolescente embarazada puede adoptar
diferentes actitudes que dependerán de su historia personal, del contexto familiar y social pero mayormente de la
etapa de la adolescencia en que se encuentre”3
Las consecuencias de un embarazo y por consiguiente de la maternidad en la
adolescencia han permitido obtener consecuencias inmediatas, a mediano y largo
plazo. Tradicionalmente, se había considerado que un embarazo tenía para la
adolescente, solo algunas consecuencias orgánicas, con un efecto limitado en el
tiempo, sin embargo, hoy sabemos que desde el momento en que se sabe que ha
quedado embarazada y tome la decisión, que tome, está expuesta a una serie de
consecuencias de todo tipo, y, los efectos de muchas de ellas, pueden extenderse,
incluso, hasta muchos años después del embarazo.

“Saber que estas embarazada trae un fuerte impacto psicológico para la adolescente, en general, el
miedo, el estrés, y, la ansiedad son las reacciones iniciales, se debe de tener en cuenta que lo más
habitual es que la adolescente no disponga de estrategias adecuadas de afrontamiento y resolución
de este tipo de problema”4
El embarazo en la adolescente, en la muchacha muy joven, tiene un riesgo mucho
mayor de complicaciones para su salud y la de su hijo. Hay pruebas de que la
toxemia o preclamsia se presenta con más frecuencia en la adolescencia que en
cualquier otra edad. La anemia y el parto prematuro también, son más s frecuentes
en la madre adolescente; el parto puede ser mu y prolongado e incluso complicarse,
por la posible estrechez de la pelvis a esa edad. Estas complicaciones obstétricas
están casi siempre relacionadas con la inmadurez biológica de la joven, que todavía
no ha completado el crecimiento y desarrollo de los órganos del aparato reproductor.
Los problemas de salud de los hijos de madres adolescentes se relacionan con bajo
peso al nacer, valoraciones bajas en el test de Apgar, traumatismo en el momento
del nacimiento, problemas neurológicos y riesgo de muerte en el primer año de vida,
el cual es dos veces mayor que en otras edades maternas. El hijo de madre
adolescente es, sin duda, un niño que causa preocupación ya que se trata de un
ser cuyo desarrollo se realiza bajo la dependencia de otro individuo que no ha
completado el suyo.
Esta nueva situación lleva a la adolescente a gran cantidad de problemas
psicológicos ya que la aceptación de ser madre o del matrimonio son grandes pasos
para los que no está preparada, esto hace que se sienta frustrada en sus
expectativas de futuro, se dice que el embarazo en la adolescencia supone el inicio
de un síndrome del fracaso, ya que la adolescente suele fracasar en el logro de las
metas evolutivas en la adolescencia, en terminar su educación, en limitar el tamaño
de su familia, en establecer una vocación y conseguir ser independiente.
Esta situación tal vez explique la baja eficacia personal percibida en estas madres
y la mayor incidencia de baja autoestima, estrés, depresión e incluso de suicidios.
El embarazo en la adolescencia está asociado con diversos problemas biológicos,
psicológicos y sociales tanto para la madre como para su hijo. Existen indicadores
de que, dentro del propio grupo de adolescentes, las menores de 15 años son las
que corren mayor riesgo. Algunos de estos riesgos reflejan la inmadurez física y
psicosocial de la adolescente ya que al reto que representa el embarazo y la
maternidad para el desarrollo personal de cualquier mujer se suma el de la
adolescencia
Estos embarazos, acarrean gran cantidad de problemas escolares, dificultan la
inserción en el mundo laboral e interfieren notablemente con la posibilidad de
conseguir ingresos suficientes. Por otro lado, las relaciones sociales de la
adolescente pueden verse afectadas.
En las madres adolescentes las posibilidades de llegar a conseguir una buena
formación se ven claramente disminuida, ya que son mucho más frecuentes los
problemas escolares y el abandono de los estudios. El menor rendimiento
académico y las mayores probabilidades de abandono escolar interfieren
seriamente en el proceso de formación. Todo ello puede acarrear importantes
consecuencias sociales y económicas.
En el caso de que la madre decida quedarse con el hijo, las responsabilidades, su
bajo nivel de formación y su habitual escasa o nula experiencia laboral, hacen más
difícil que, o bien, no encuentre un trabajo o, que, en el caso de encontrarlo, este
mal pagado. Como consecuencia de ello, muchas de estas adolescentes viven en
hogares con reducidos ingresos, incluso por debajo del nivel de la pobreza, en
algunos casos la situación económica es tan precaria que pasan a depender de la
asistencia social.
Ser madre puede ocasionar a la chica importantes problemas de rechazo social. La
adolescente puede ser rechazada por su pareja, por algunos amigos, vecinos o
familiares. En casos extremos pueden llegar a ser rechazadas incluso por sus
propios padres. Este rechazo le priva de una parte muy importante de sus fuentes
de apoyo social en ocasiones también económico, precisamente, en el momento en
el que más la necesita. Por otro lado, esto hace más difícil que la adolescente se
implique en una relación de pareja estable.
Las consecuencias que afectan a las adolescentes parecen depender, en gran
medida, del grado de responsabilidad que asumen durante el embarazo, si su
implicación es grande, es muy probable, que le afecten muchas de las
consecuencias psicológicas, sociales, económicas y educativas.
Cuando una pareja de adolescentes se ve envuelta en un embarazo, ambos tienen
que tomar importantes decisiones, una de ellas es que, si continuara o no su
relación y en qué condiciones, otra es, si formaran una familia propia o vivirán con
una subfamilia en casa de padres o familiares, aparte de eso tienen que decidir
cómo quieren que se resuelva el embarazo.
En nuestra cultura es habitual, aunque cada vez menos, que el embarazo no
deseado conlleve un matrimonio posterior más o menos forzoso.
Se ha reportado que el embarazo en la adolescente está asociado con otras
conductas antisociales, como el uso excesivo de drogas y alcohol, así como actos
delictivos, lo que refleja su bajo nivel de aceptación de las normas conductuales de
la sociedad. Respecto al estado anímico y el ajuste personal, algunos autores
sugieren que el embarazo en la adolescente surge a raíz de sentimientos de
rechazo, abandono y soledad, a veces crónicos y, en otros casos, aparentemente
en relación con una pérdida (real o percibida) o la enfermedad crónica de un ser
querido.
Las actitudes y expectativas que tiene una madre adolescente en cuanto al rol
materno y la crianza de los hijos contribuyen a la calidad de la relación que establece
con su hijo. También en este aspecto las madres adolescentes sufren una
desventaja en comparación con las madres en edad adulta. Algunos estudios han
mostrado que las madres adolescentes tienen menores conocimientos del
desarrollo infantil, sus expectativas son menos realistas en cuanto a la conducta
infantil, con actitudes más punitivas y menor sensibilidad a las necesidades del niño.
Al parecer, estas diferencias son menores en los primeros meses posparto y en el
caso de las adolescentes que reciben apoyo por parte de su familia, comparadas
con las adolescentes que son rechazadas en su núcleo familiar.
La adolescente soltera que se queda embarazada se enfrenta a una serie de
factores estresantes que pudieran estar asociados con un estado anímico de
depresión durante la gestación. Entre estos factores se encuentran el desarrollo
propio de la adolescencia que, por ser un período lleno de cambios anatomo
fisiológicos y adaptativos, modifica sustancialmente la calidad y las expectativas de
vida. Además, se ha señalado que el embarazo, especialmente el primero, puede
considerarse como una etapa de crisis que, a pesar de ser normal, altera el equilibrio
emocional de la mujer. La futura madre tiene que adaptarse a diversos cambios
físicos, psicológicos y sociales que alteran su estilo de vida. Si a estos factores
estresantes se agrega el hecho de haberse quedado embarazada de soltera, la
adolescente pudiera estar sujeta al rechazo de la sociedad, así como al de las
personas más cercanas a ella.
Los trastornos sociales y económicos que esto pudiera provocar, en algunos casos,
propicia inestabilidad emocional, sentimientos de culpa y frustración al ver limitadas
sus oportunidades tanto académicas como de vida.

La incertidumbre de su situación propicia dudas y preocupación, lo cual se asocia


con sentimientos de depresión especialmente notable en la adolescente soltera.
También es de gran relevancia la calidad del apoyo que la adolescente gestante
recibe en particular de la familia de origen y la pareja. Se ha comprobado que el
apoyo social es capaz de reducir la vulnerabilidad hacia la depresión, en especial
durante el embarazo y el comienzo de la adaptación como madre. El hecho de iniciar
una relación conyugal o no a raíz del embarazo es otro factor importante ya que el
adolescente que entra en una relación conyugal puede obtener el apoyo y la
aprobación de la sociedad, pues el estado civil convierte su gestación en algo lógico,
aceptado y esperado.

Las múltiples formas de expresión de la cultura mexicana en diferentes estratos


socioeconómicos matizan de manera especial las repercusiones que el embarazo y
la maternidad conllevan para la adolescente. Se reporta que suelen poseer
características psicosociales que las ponen en desventaja para enfrentarse a los
retos implícitos de la maternidad y que probablemente determinarán en gran medida
la forma en que ellas evolucionen después del parto.
La adolescencia en sí misma implica retos y conflictos según la cultura y el estrato
sociocultural. La búsqueda de identidad tan común entre algunas sociedades y
subculturas puede ser menor en grupos donde los modelos sociales están más
definidos y las alternativas son relativamente limitadas. A pesar de las posibles
diferencias culturales, cabe resaltar que, cuando la mujer inicia su maternidad en la
adolescencia, esta etapa tendrá un impacto aún más determinante en su desarrollo
psicosocial posterior. Se han encontrado características personales de
adolescentes embarazadas que distinguen a éstas de otras que no se quedan
embarazadas y que utilizan anticonceptivos adecuadamente. Por lo general,
después del primer embarazo se aumenta el conocimiento y el uso de
anticonceptivos, pero diversas actitudes al respecto probablemente contribuyen a la
eficacia de su utilización o no.

El interés en los apoyos familiares e interpersonales, especialmente la relación con


el compañero, surge a través de dos vertientes. Por un lado, se ha reportado que la
adolescente que se queda embarazada tempranamente suele haberse criado en
circunstancias familiares poco favorables, como desintegración familiar, imagen
paterna distante y/o negativa, pérdida de figuras significativas, así como conflicto y
rigidez intrafamiliares. Por otro lado, se ha observado que también pueden tener
éxito en su adaptación a la maternidad y a su propio futuro, pero esto dependerá
del apoyo social que reciban de su familia y/o su pareja. Por ello surge la necesidad
de conocer cuáles son los factores sociales que más influyen en el embarazo de la
madre adolescente ya que aún se encuentra en una etapa que depende afectiva y
económicamente de su familia, y además es imprescindible tener en cuenta el
contexto cultural y las características especiales de la familia para entender mejor
la situación de la adolescente.
CONCLUSION

El Embarazo en adolescentes hoy en día un problema de salud pública, no solo


asociado a los trastornos orgánicos propios de la juventud materna, sino porque
están implicados factores socioculturales y económicos que comprometen el
binomio madre e hijo.
En vista de esto es necesario crear programas para fomentar la información y
los servicios requeridos a los jóvenes para concientizarlos y lograr
una sexualidad responsable. Asimismo, es necesario crear centros de apoyo
para las adolescentes embarazadas, tanto desde el punto de vista médico como
emocional. El adolescente debe lograr su identidad sexual, para que ello lo
deberá hacer de forma íntegra siendo necesario que cuestione los patrones
sexuales culturalmente asignados por género, ya que ésta condición implica
un desarrollo cruzado de las potencialidades de cada sexo, dándose la
posibilidad de formarse de la manera más completa posible. Las actividades
sexuales del adolescente están siendo cada vez más frecuentes e íntimas, con
el consecuente riesgo de embarazos precoces, que imposibilita al adolescente a
vivir plenamente esta etapa, dando un salto hacia la madurez, sin las
características necesarias que esa etapa exige.
Para el control y contención de la adolescente embarazada, es necesaria
la integración de un equipo interdisciplinario, con amplia participación de
psicólogos y trabajadores sociales, además de una especial capacitación del
equipo asistencial en lo referente a los riesgos perinatales a los que está
expuesta la adolescente gestante.
BIBLIOGRAFIA

 https://www.monografias.com/trabajos107/analisis-consecuencias-del-
embarazo-adolescencia/analisis-consecuencias-del-embarazo-
adolescencia2.shtml#conclusioa

 https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0187533715000175

 https://www.clinicasabortos.mx/embarazo-en-la-adolescencia

 https://cuidateplus.marca.com/familia/adolescencia/diccionario/embarazo-
precoz.html

 http://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/5989/barrozo-mariela.pdf

 http://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/6564/tesis-fcpys-ts-2014-
bleisen-carricondo.pdf

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